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FAMILIAS SÓLIDAS Y UNIDAS

LAS FAMILIAS SÓLIDAS Y UNIDAS SE EXPRESAN AFECTO, SE PERDONAN Y SE AFIRMAN


POSITIVAMENTE

El emperador Sha Jahan cuando murió su esposa al dar a luz un bebé, le construyó una magnífica
tumba que requirió alrededor de 20.000 trabajadores y demoró más de 10 años construir esta
maravilla del mundo actual conocida como el Taj Mahal.

Una de las características que tienen las familias fuertes es que sus miembros se expresan
suficiente aprecio y estímulo o ánimo (Garland, Family ministry, p.245).

Aunque ustedes y yo no tengamos la posibilidad de construir un Taj Mahal para expresar nuestro
aprecio al cónyuge o a los hijos, hay mil maneras de hacerlo también de una manera significativa.

Quiero compartirles unas metáforas que nos ayudarán a recordar la necesidad de expresar afecto:
tanque emocional (Satir), cuenta bancaria emocional (Covey), peluches(Ada).
En una escala de 1-10, en cuánto está su tanque emocional, siendo 1 lo mínimo y 10 lo máximo.

Veamos algunas maneras como podemos ayudar a llenar el tanque de nuestros seres queridos, o
de hacer depósitos, o de darles peluches.

1. Bendiciendo a nuestros hijos o a nuestras esposas. Heb. 11:20,21; Núm. 6:24-26; Cant. 4:9,10;
8:6,7. Esta es una práctica que vale la pena implementar en los rituales familiares.
2. Expresando palabras mágicas. Lc. 17:15-17. “Gracias, por favor, muy querido, eres muy especial,
etc.”.
3. Participando juntos de actividades placenteras: paseos, asistencia a eventos del gusto de toda la
familia, celebraciones, vacaciones, etc.
4. Teniendo actitudes deferentes. Cortesía, amabilidad, respeto, comprensión, etc.
5. Dedicando tiempo de cantidad y de calidad.
6. Teniendo contacto físico apropiado. Abrazos, besos, caricias, etc.
7. Dando regalos. Llevar a un centro comercial de compras a la esposa con todo el cupo disponible
de la tarjeta es la forma más segura de sacarla de una depresión.
8. Expresando palabras de afirmación. Mt.15:28. “Tengo una esposa muy inteligente”, “tengo unos
hijos muy consagrados”, “mi esposo es guapísimo”.
9. Haciendo actos de servicio. Ayudar a lavar los platos, a trapear la casa, a cambiar el bebé,
etc. pueden parecer cosas poco románticas, pero expresan mucho amor.
10. Decidiendo amar, perdonar y olvidar. Amar, perdonar son verbos, es decir son acciones que yo
elijo intencionalmente, son actos de la voluntad y que dan como resultado amor, perdón como
sustantivos o sentimientos. Las acciones deben preceder a las emociones. Los principios están por
encima de los sentimientos. Mt 5:43,44; 1 Jn 4:8.

No obstante, a veces nos sentimos bloqueados para hacer todo lo anterior, porque a menudo hay
ambientes familiares donde se ha carecido tanto de expresar afecto y por otra parte ha habido
tanta agresión, crítica, aspereza, que resulta muy difícil tener una actitud positiva. A continuación
daré unas sugerencias que servirán para sacar las espinas o subsanar los continuos retiros que a
veces se tienen en algunas interacciones familiares.

1. Procese las experiencias negativas, esto significa, hablarlas, descongelarlas y resolverlas.


2. Decida amar, perdonar y olvidar.
3. Proponga nuevas y apropiadas actitudes.

Es probable que sintamos que no somos capaces de hacer estas cosas que se han mencionado;
pero recordemos que los mandatos de Dios son habilitaciones, y no tendremos ninguna excusa
para no hacerlo, pues “todo lo podemos en Cristo que nos fortalece”, ya que “Dios es el que obra
en vosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad” Fil. 2:13; 4:13.

El ejemplo que tenemos para perdonar es el de Cristo, por esto Pablo escribió: “Perdonándoos
unos a otros si alguno tuviere queja contra el otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros” Col. 3:13.

Expresar frases como “te amo”, “perdóname”, “lo siento” puede resultar muy difíciles decirlas;
pero estas palabras sanan, ¡pruébenlo!.

La verdadera causa para no sanarnos de las heridas que pudieron causarnos los miembros de la
familia, es el orgullo; pues como dijera Covey: “el temperamento nos mete en problemas, pero el
orgullo nos mantiene ahí”.

Necesitamos procesar adecuadamente nuestras emociones, pues éstas son neutras, es decir no
son ni buenas ni malas en si mismas, lo que las hace negativas o positivas es la forma como uno las
expresa, y lo que motiva a expresarlas.

Ejemplo, normalmente vemos la alegría como buena, pero cuando una persona se alegra por el
fracaso de otra, ¿es ahí la alegría una actitud positiva?. Otro ejemplo es el siguiente: generalmente
la ira se ve como mala, pero no sentir ira cuando violan una de nuestras hijas ¿es eso una actitud
normal? Lo que la puede convertir en negativa es si yo salgo a hacer justicia por mi propia mano.
Las emociones son neutras, pero nosotros las podemos convertir en destructivas como el rencor
(odio crónico), la tristeza crónica que se convierte en conmiseración o depresión, el temor
paralizante que nos bloquee para hacer todas las cosas.

Aeróbicos de aprecio
1. Reconozcamos el valor que tiene cada miembro de la familia. Los seres humanos tienen la
poderosa habilidad de construirse o de destruirse unos a otros. La naturaleza tiende a enfocarse
en lo negativo, pero no perdamos de vista las cosas positivas de los demás. Expresemos las
cualidades que cada uno de ellos tienen. Todos somos valiosos porque fuimos creados y redimidos
por Dios, Isa 43:1.
2. Comuniquemos el aprecio. Twin dijo: “puedo vivir dos meses con un buen cumplido”. Nuestros
hijos algunas vez nos escribieron lo siguiente: “Queridos mamá y papá: nosotros los queremos
mucho y aunque sean pobres son muy especiales. Padre tu eres un pastorsaso excelente. Querida
y hermosa madre tu eres muy especial. Recuerden que sus hijos siempre los vamos a querer
mucho. De Marcel y de Daniel para Enrique y Sonia.
Tratemos de elogiar a cada miembro de la familia aunque los asustemos o lleguen a pensar que
nos volvimos locos. Veamos la forma como Dios nos comunica el afecto que nos tiene, Isa. 43:4.
3. Aceptemos el aprecio, el amor y la ayuda que los demás procuran brindarnos. Cuántas veces
nos dicen “cómo te luce el vestido”, a lo que respondemos “a mi no me gusta, me hace ver muy
gordo”. Dios ofrece su ayuda y amor a todos los seres humanos, pero cuántos se privan de aceptar
esa ayuda y recibir ese amor. Isa. 43:2,5. Veamos la actitud de Jesús cuando le regalaron un
maravilloso perfume, Mt 26: 6-13.

Llenar el tanque emocional en cualquiera de los lenguajes del amor a mis seres amados, es un acto
de la voluntad por medio del poder de decisión que yo debo tomar cada día. El amor es una
“planta de origen celestial” que necesita ser continuamente cuidada, cultivada con esmero y
dedicación. No hay tal caso como “se me acabó el amor”; 1 Cor. 13:8 dice que el amor nunca deja
de ser, es decir, nunca muere, nunca falla, nunca desaparece, es eterno.

¿Qué hacer si el lenguaje de amor en que mis hijos o mi cónyuge desean que yo me exprese no
resulta natural para mi? Ejemplo, ponerse a jugar con sus hijos, barrer y trapear la casa, expresarle
afecto públicamente, etc.?

Primero, recuerde que el amor no busca lo suyo (1 Cor. 13;5), entonces debo pensar no en lo que
a mi me gusta, sino en lo que hace sentir bien al otro, el amor es lo que usted hace por otro, no
por usted mismo; segundo, lo que no aprendimos o no estamos acostumbrados a hacer, lo
podemos aprender. Así como toda conducta disfuncional es aprendida, lo mismo podemos hacer
por aprender a tener actitudes correctas. La posibilidad de aprender en el ser humano es un
asunto con lo cual Dios nos diseñó no sólo para esta vida, sino también para la venidera. Ejemplo,
aprendamos a abrazar: Extienda los brazos, luego júntelos, manténgalos un tiempo así, frote las
manos, baje los brazos.

Expresar afecto no es un lujo familiar, es una necesidad en nuestras vidas. La ruptura de un


matrimonio comienza el día en que usted se siente demasiado cansado para ser amable, o está
demasiado absorto en sus propios asuntos o problemas que no tiene disposición para interesarse
por los de su cónyuge o sus hijos.

El pastor no debe minimizar la importancia de comunicar mucho amor a los suyos. Dice O.E. p.216:
“Existe el peligro de no dar la debida atención a las cosas pequeñas de la vida. El predicador no
debe descuidar el decir palabras bondadosas y alentadoras en el círculo de la familia. Hermanos
míos en el ministerio, ¿demostraréis en el círculo del hogar brusquedad, dureza, descortesía? Si lo
hacéis, no importa cuán sublime sea lo que profeséis, estáis violando los mandamientos. No
importa cuan fervientemente prediquéis a otros, si dejáis de manifestar el amor de Cristo en
vuestra vida en el hogar, quedáis por debajo de la norma fijada para vosotros”.

Es verdad que nunca podremos llenarnos plenamente el tanque los unos a los otros, pero
recordemos que “mi Dios suplirá toda necesidad vuestra, conforme a su gloriosa riqueza en Cristo
Jesús” Fil. 4:19.

Dinámica
Comenten con los demás miembros de la familia:
¿Qué te hace sentir amado(a) en tu familia?
¿Qué te gustaría que los demás miembros de tu familia te perdonaran?
Lean poniendo rodilla con rodilla 1 Corintios 13:4-7, y cambien donde dice “el amor”, por su
nombre.
Exprésale a tu familia en una forma creativa que los amas. Ejemplo, una esquela, un poema, una
canción, un dibujo, un regalo, unas flores, un postre, etc.

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