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FRANCISCO Y CLARA DE ASÍS


ESCRITOS

Nueva edición, según las últimas


ediciones críticas de los textos originales

Preparada por Julio Herranz,


Javier Garrido y José Antonio Guerra
© Editorial Franciscana Arantzazu

Edición preparada por los hermanos:


Julio Herranz
Javier Garrido
José Antonio Guerra

Portada, diseño y maquetación:


Hermanas Clarisas de Ávila

ISBN: 978-84-7240-265-2
D.L.: SS-1257-2013

Imprime: Gráficas Cems, S.L.


1ª E dición (noviembre 2013)
1ª Reimpresión (marzo 2014)

Ediciones Franciscanas Arantzazu


Castillo de Villamonte, 2,
01007 VITORIA - GASTEIZ. Alava
Tel.: 945 147 224
info@edicionesfranciscanasarantzazu.com
5

PRESENTACIÓN
En tus manos, lector, una nueva edición de los Escri-
tos de Francisco y Clara de Asís, que presentamos uni-
dos porque unidos vivieron sus autores una misma vo-
cación y porque, aun con acentos distintos y peculiari-
dades muy diferentes, ambos nos dejaron un mismo
legado de Evangelio: cuando «nadie le mostraba lo
que debía hacer», Francisco recibió «la revelación del
Altísimo» que le llamaba a «vivir según la forma del
santo Evangelio», y desde entonces su propósito no
fue otro que el de «seguir la vida y pobreza del altísi-
mo Señor Jesucristo y de su santísima madre»; y esto
fue lo que aconsejó y pidió que vivieran Clara y sus
hermanas.
La presente edición, aunque basada en nuestra an-
terior publicación Los escritos de Francisco y Clara de
Asís –publicada en esta misma editorial en 20 0 1 y
reeditada en 2002 y 2006–, va considerada, a todos
los efectos, una nueva obra, dadas sus múltiples e im-
portantes novedades con respecto a la anterior, y es-
pecialmente que la traducción de los Escritos de Fran-
cisco y Clara se ajusta a las últimas ediciones críticas de
los mismos, como se hace constar oportunamente en
nota, razón por la cual se ha modificado la división en
versículos de algunos textos, se ha introducido la Carta
a la señora Jacoba, entre los escritos de Francisco, y la
Carta a Ermentrudis pasa al Apéndice de los escritos
de Clara.
Escritos de Francisco y Clara de Asís
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Hemos procurado, por otra parte, mejorar en lo po-


sible la publicación anterior. Para ello: hemos tratado
de aquilatar la traducción de los textos y traducir de
manera constante los términos principales y caracterís-
ticos del vocabulario de ambos santos; hemos revisado
y completado la Cronología de las vidas de Francisco y
Clara, las Introducciones a los distintos bloques de Es-
critos, los Lugares paralelos, los Índices de citas y refe-
rencias bíblicas, los Índices temáticos y las Siglas y abre-
viaturas; hemos añadido una treintena de notas, para
indicar la edición crítica seguida, así como los cambios
en la numeración de los versículos con respecto a edi-
ciones anteriores, y la paternidad de aquellas frases que
van entre comillas en el texto; se han hecho también
algunos ajustes en la división interna de los Escritos, y
añadido o modificado algunos de sus títulos, con la pre-
tensión de mejorar la comprensión del texto; y se ha
reubicado el Saludo a las virtudes, que pasa del bloque
de las Oraciones al de los Avisos espirituales.
Hemos mantenido, sin embargo, nuestra anterior cla-
sificación de los Escritos de Francisco y Clara, por consi-
derarla acertada, aún cuando éstos no se ajusten a nin-
guna tipología precisa; y hemos mantenido también el
orden en la presentación de cada uno de ellos –un
orden cronológico, aunque aproximativo en algunos
casos–, asociando, por motivos pedagógicos, la pri-
mera y segunda redacción de la Carta a los fieles y de
la Carta a los clérigos, y las dos Cartas a los custodios.
El mensaje de Francisco y Clara sigue siendo actual;
es más, hoy parece serlo de manera especial, debido a
la apremiante necesidad de dar un giro en la marcha
Presentación

7
de nuestra cultura y sociedad, y de nuestra misma Igle-
sia, llamada a una vida más evangélica, a la que nos
urge el nuevo papa, que ha querido llamarse Francis-
co, remitiendo a la persona de Francisco de Asís y su
experiencia de retorno a la pureza del Evangelio. Quiera
Dios que esta nueva edición de los Escritos de Francis-
co y Clara de Asís pueda servir a ello, pues nos hablan
de su particular instinto de actualización del Evangelio
en su frescura y lozanía, y de la obra íntima de Dios en
quien se deja conducir por el «Espíritu del Señor y su
santa operación», que le lleva a vivir a Dios como «la
riqueza a satisfacción», a acoger agradecido lo que Él le
regala, a «orar con un corazón puro», y acercarse a to-
dos y a todo con un corazón fraterno y reconciliado por
la «pobreza y la humildad».
Escritos de Francisco y Clara de Asís
8
Siglas

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SIGLAS Y ABREVIATURAS

1. Sagrada Escritura

Ap Apocalipsis
1Cor 1ª Carta a los Corintios
2Cor 2ª Carta a los Corintios
Col Carta a los Colosenses
2Crón Libro segundo de las Crónicas
Ct Cantar de los cantares
Dan Daniel
Dt Deuteronomio
Ecl Eclesiastés
Eclo Eclesiástico
Ef Carta a los Efesios
Ex Éxodo
Ez Ezequiel
Flp Carta a los Filipenses
Gál Carta a los Gálatas
Gén Génesis
Hab Habacuc
Hch Hechos de los Apóstoles
Heb Carta a los Hebreos
Is Isaías
Jer Jeremías
Jn Evangelio según san Juan
1Jn 1ª Carta de san Juan
Job Job
Lam Lamentaciones
Lc Evangelio según san Lucas
Lev Levítico
Escritos de Francisco y Clara de Asís
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2Mac Libro segundo de los Macabeos


Mal Malaquías
Mc Evangelio según san Marcos
Mt Evangelio según san Mateo
Neh Nehemías
Núm Números
Os Oseas
1Pe 1ª Carta de san Pedro
2Pe 2ª Carta de san Pedro
Prov Proverbios
1Re Libro primero de los Reyes
2Re Libro segundo de los Reyes
Rom Carta a los Romanos
Sab Sabiduría
Sal Salmos
1Sam Libro primero de Samuel
Sant Carta de Santiago
1Tes 1ª Carta a los Tesalonicenses
2Tes 2ª Carta a los Tesalonicenses
1Tim 1ª Carta a Timoteo
2Tim 2ª Carta a Timoteo
Tit Carta a Tito
Tob Tobías
Siglas

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2. Escritos de san Francisco
Adm Admoniciones
AlD Alabanzas al Dios altísimo
AlHor Alabanzas que se han de decir en todas
las Horas
BenBer Bendición al hermano Bernardo
BenL Bendición al hermano León
Cánt Cántico de las criaturas
CtaA Carta a las autoridades de los pueblos
CtaAnt Carta al hermano Antonio
1CtaCle 1ª Carta a los clérigos
2CtaCle 2ª Carta a los clérigos
1CtaCus 1ª Carta a los custodios
2CtaCus 2ª Carta a los custodios
1CtaF Carta a fieles, primera redacción
2CtaF Carta a los fieles, segunda redacción
CtaJac Carta a la señora Jacoba
CtaL Carta al hermano León
CtaM Carta a un ministro
CtaO Carta a toda la Orden
ExhAD Exhortación a la alabanza de Dios
ExhCl Exhortación cantada a Clara y sus hermanas
FVCl Forma de vida para Clara y sus hermanas
NACl Normas sobre el ayuno para Clara y sus
hermanas
OfP Oficio de la Pasión del Señor
OrSD Oración ante el Cristo de San Damián
ParPN Paráfrasis del Padrenuestro
Rb Regla bulada de los Hermanos Menores
(1223)
Rnb Regla no bulada de los Hermanos Menores
(1209-1223)
Escritos de Francisco y Clara de Asís
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REr Regla para los eremitorios


SalVM Saludo a la bienaventurada Virgen María
SalVir Saludo a las virtudes
Test Testamento
TestS Testamento de Siena
UltVol Última voluntad para Clara y sus hermanas
VerAl La verdadera alegría
3. Escritos de Clara
1CtaCl 1ª Carta a Inés de Praga
2CtaCl 2ª Carta a Inés de Praga
3CtaCl 3ª Carta a Inés de Praga
4CtaCl 4ª Carta a Inés de Praga
CtaErm Carta a Ermentrudis de Brujas
RCl Regla de las Hermanas Pobres
TestCl Testamento
BenCl Bendición
4. Otras fuentes1
2Cel 2ª Vida de san Francisco, de Tomás de Celano
LCl Vida de santa Clara, de Tomás de Celano
EP Espejo de perfección
LP Leyenda de Perusa
1PrivP Privilegio de la pobreza, de Inocencio III
(1216)
2PrivP Privilegio de la pobreza, de Gregorio IX
(1228)
1
2Cel, EP y LP pueden verse en: JOSÉ A. GUERRA (edit.), San
Francisco de Asís: Escritos, biografías, documentos de la época,
nueva edición corregida y actualizada, BAC, Madrid, 2003; y la
LCl en: I GNACIO O MAECHEVARRÍA , Escritos de Santa Clara y
documentos complementarios, 5ª edic., BAC, Madrid, 2004.
Cronología

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CRONOLOGÍA DE LAS VIDAS


DE FRANCISCO Y CLARA

1181/82: Nace Francisco, en Asís, hijo del rico comerciante Pe-


dro Bernardone y de Pica
1193/94: Nace Clara, en el seno de una de las familias de la
nobleza de Asís, del matrimonio Favarone de Ofre-
duccio y Ortolana

1198: Es elegido papa, con el nombre de Inocencio III, el


cardenal Lotario dei Conti di Segni
1199: El enfrentamiento de la burguesí comunal y el pue-
blo llano de Asís con la nobleza feudal obligó a la
familia de Clara a dejar la ciudad, retirándose a
una de sus residencias en el campo, y, algunos
meses más tarde, a buscar refugio en la vecina
ciudad de Perusa.
1202: Guerra del pueblo y la burguesís de Asís contra
la ciudad de Perusa, donde se halla refugiada gran
parte de la nobleza asisiense. El ejército de Asís es
derrotado en la batalla de Collestrada, y Francisco
de Bernardone es hecho prisionero, permane-
ciendo durante un año en la cárcel, donde contra-
jo una enfermedad que le acompañó durante lar-
gos meses.

1202: Comienza el proceso de conversión de Francisco:


lencuentro con los leprosos y escucha de la voz del
crucificado en la ermita de San Damián: «Francisco,
repara mi iglesia que amenaza ruina». Firmada la
paz entre Asís y Perusa, la familia de Clara regresa a
Asís
Escritos de Francisco y Clara de Asís
14

1206: Francisco renuncia ante el obispo a la herencia paterna


y restaura las ermitas de San Damián y Santa María
de los Ángeles.

1208: El camino evangélico de Francisco se clarifica en la


escucha del Evangelio de la misión, en la ermita de
Santa María de los Ángeles. Enseguida le llega su
primer compañero, Bernardo de Quintavalle, seguido
inmediatamente de varios otros.

1209: El papa Inocencio III aprueba oralmente la Forma de


vida de Francisco y sus hermanos, a los que autoriza
la predicación de la penitencia. Éstos se establecen
en Asís, en la ermita de Santa María de los Ángeles.
Francisco predica en iglesias y plazas de su pueblo.
Entre sus oyentes está Clara, a la que cuestiona e
interesa su forma de vida.

1211/12: Clara se fuga de la casa paterna en la noche del


Domingo de Ramos. Francisco la acoge en la ermita
de Santa María de los Ángeles y acepta su
consagración a Dios.
Tras unos días de estancia en las benedictinas del
monasterio de San Pablo de las Abadesas en Bastia
Umbra, de donde quieren sacarla por la fuerza sus
familiares, Clara pasa a la iglesia de Santo Ángel del
Panzo, en las cercanías de Asís, donde un grupo de
mujeres religiosas viven vida de penitencia en común.
Estando allí, a sólo dieciséis días de la «conversión»
de Clara, se le une en su nueva vida su hermana Inés,
seguida en breve de otras compañeras.
Cronología

15
Algunas semanas más tarde Clara y sus primeras
compañeras se establecen en San Damián, y reciben
de Francisco la Forma vitae (Forma de vida para Clara
y sus hermanas), con la que tiene lugar su plena
incorporación a la Fraternidad de Francisco, al que
prometen obediencia.

1215/16: Como consecuencia de los acuerdos del Concilio


Lateranense IV, Clara y sus hermanas se someten a la
Regla de san Benito. Para salvaguardar la originalidad
de su inspiración y las peculiaridades de San Damián,
Clara solicita del papa Inocencio III el Privilegio de la
pobreza, por el que le autoriza a vivir sin privilegios,
ni rentas ni posesiones.

1216: El 16 de julio muere Inocencio III, y es designado su


sucesor en la persona del cardenal Cencio Savelli,
con el nombre de Honorio III.

1217: El capítulo de los Hermanos Menores, celebrado en


Santa María de los Ángeles, acuerda la división de su
Fraternidad en provincias –al frente de las cuales se
pone un «Ministro Provincial»–, y decide el envió de
la primera misión fuera de la cristiandad, al norte de
África.

1219: Francisco marcha a Oriente, donde el ejército de los


cruzados combate contra los musulmanes por la
conquista de Tierra Santa. En su misión de pacificación
se encuentra con el sultán Melek-el-Kamel.

1220 : Martirio, en Marruecos, de los primeros cinco


Hermanos Menores. Francisco regresa a Italia y
consigue de Honorio III el nombramiento del cardenal
Hugolino como protector y corrector de la Orden de
los Hermanos Menores.
Francisco no acepta ser «Ministro general» de la Orden,
Escritos de Francisco y Clara de Asís
16

dejando el gobierno de la misma en manos de Pedro


Cattani.
Según varios indicios, Clara y su comunidad de San
Damián se ven obligadas a observar las Constituciones
de Hugolino, con las que éste se propone normalizar
monásticamente, en penitencia y estricta clausura, la
vida de numerosas comunidades de mujeres religiosas
nacidas fuera del tradicional marco monástico.
Francisco escribe sus Cartas a los clérigos, a los
custodios y a las autoridades de los pueblos ,
secundando la campaña eucarística de Honorio III.

1221: Es elegido Ministro general el hermano Elías, y se


presenta a la aprobación del Capítulo la revisión de
la Regla (Regla no bulada) que se había ido formando
a lo largo de los años, a partir del texto de la Forma
vitae presentado a Inocencio III en 1209.

1223: El 29 de noviembre el papa Honorio III aprueba, con


la bula Solet annuere, una nueva redacción de la Regla
de los Hermanos Menores (Regla bulada), hecha por
Francisco con la colaboración de algunos hermanos.
De ella se servirá Clara, años más tarde, como base
para la redacción de su propia Regla.
Francisco celebra la Navidad en Greccio.

1224: Francisco escribe su Carta al hermano Antonio, con


la que le autoriza su dedicación a la enseñanza de la
teología a los Hermanos Menores.
En el mes de septiembre, durante la cuaresma de San
Miguel, tiene lugar la estigmatización de Francisco
en el monte Alverna. Con ocasión de ello escribe las
Alabanzas al Dios altísimo y la Bendición al hermano
León.
1225: Antes de emprender viaje a Rieti en busca de cuidados
médicos, Francisco visita a Clara en San Damián,
Cronología

17
donde se queda por algún tiempo al agravarse su
enfermedad de los ojos. Compone entonces la
primera parte del Cántico de las criaturas y la
Exhortación cantada a Clara y sus hermanas. Y, tal
vez, también en las mismas circunstancias, dicta La
verdadera alegría.

1226: Estando en Siena, en busca de nuevos cuidados


médicos, Francisco dicta el Testamento de Siena.
Regresa a Asís, y, a finales de septiembre o en los
primeros días de octubre, dicta la Última voluntad
para Clara y sus hermanas, el Testamento , y la
Bendición al hermano Bernardo.
En la tarde del 3 de octubre muere Francisco en Santa
María de los Ángeles. Al día siguiente tiene lugar el
traslado de su cuerpo a la iglesia de San Jorge,
pasando por San Damián, donde le esperan Clara y
sus hermanas para darle su último adiós.

1227: El 18 de marzo muere Honorio III. Al día siguiente es


elegido papa el cardenal Hugolino, con el nombre
de Gregorio IX: asume como una de las tareas de su
pontificado la reorganización de la Vida Religiosa, y
especialmente el dar el impulso definitivo a su obra
de normalización monástica de las comunidades
religiosas femeninas.

1228: El 16 de julio el papa Gregorio IX preside en Asís la


ceremonia de canonización de Francisco. Con
ocasión de ello visita a Clara en San Damián.
El 17 de septiembre, el mismo papa confirma para
Clara y sus hermanas el Privilegio de la pobreza.

1234: Clara escribe su Primera Carta a Inés de Praga, hija


del rey de Bohemia, consagrada a Cristo en virginidad
y pobreza, en el monasterio de «Damianitas» por ella
misma fundado en Praga.
Escritos de Francisco y Clara de Asís
18

1235-39: Segunda y Tercera Cartas de Clara a Inés de Praga.


1240: Asalto a San Damián de las tropas sarracenas, de las
que se ven libres las hermanas por la intervención de
Clara, ya enferma.
1241: Asedio de Vital de Aversa a la ciudad de Asís, liberada
por la oración de Clara.
1247: Publicación de la Regla de Inocencio IV para las
«Monjas enclaustradas de la Orden de San Damián»,
a la que Clara y las hermanas de San Damián se
habían visto obligadas a pertenecer, y ahora solicitan
la confirmación papal de su Privilegio de la pobreza.
1252: Clara presenta a la aprobación pontificia su propia
Regla para la Orden de las Hermanas Pobres, con la
que pretende mantener, por todos los medios, la
comunión efectiva con la Orden de los Hermanos
Menores, y la fidelidad, en el retiro contemplativo, a
la forma de vida de hermanos y hermanas en el
seguimiento de Cristo siervo, en la pobreza, la
minoridad y la fraternidad.
El 16 de septiembre, el cardenal Reinaldo aprueba,
para la comunidad de San Damián, en nombre del
papa, la Regla de Clara.
1253: Cuarta Carta de Clara a Inés de Praga.
Inocencio IV visita a Clara en su lecho de muerte, y
ante la inminencia de su partida de este mundo, el 9
de agosto aprueba, mediante bula, la Regla de las
Hermanas Pobres.
El 11 de agosto muere Clara en San Damián, y al día
siguiente es enterrada en la iglesia de San Jorge, en
Asís. Preside sus funerales el papa Inocencio IV.
1255: Alejandro IV canoniza a Clara, en la catedral de Agnani,
presumiblemente el 15 de agosto.
19

LOS ESCRIT OS
ESCRITOS
DE FRANCISCO DE ASÍS
Escritos de Francisco de Asís
20

INTRODUCCIÓN

I. ORACIONES
EXPERIENCIA DE DIOS

II. CARTAS
FRATERNIDAD Y MISIÓN

III. AVISOS ESPIRITUALES


DISCERNIMIENTO

IV. TEXTOS LEGISLATIVOS


PROYECTO DE VIDA

V. ÚLTIMAS RECOMENDACIONES
FIDELIDAD
21

INTRODUCCIÓN

La prioridad a la hora de comprender la experiencia


interior, el proyecto y la forma de vida de Francisco de
Asís, la tienen sus escritos, a los que hoy ya se recono-
ce la primacía que les corresponde en la espiritualidad
franciscana: los escritos reflejan la dramática real de la
vida de un creyente excepcional; mientras las fuentes
biográficas son un eco patente de la evolución de la
Orden de los Hermanos Menores, la idealización y la
voluntad de edificar a los lectores. En las biografías se
nota, por ejemplo, un desplazamiento de la pobreza
de Francisco al ámbito de la ascética; en los escritos, su
pobreza va unida al seguimiento de Cristo y a sus op-
ciones de minoridad.
Al final de su vida Francisco recordará como dato
originario: «Nadie me mostraba qué debía hacer, sino
que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir se-
gún la forma del santo Evangelio. Y yo lo hice escribir
en pocas palabras y sencillamente». Es la primera sen-
sación, inmediata y feliz: escritos y experiencia, pala-
bra y existencia, se funden.
No se piense, sin embargo, que Francisco es un me-
teorito dentro de la literatura medieval. Hinca sus raíces
en la tradición viva. Por señalar algunas pistas: en auto-
res del Císter, en la liturgia, en los movimientos llama-
dos «de vida apostólica» y, lógicamente, en la Sagrada
Escritos de Francisco de Asís
22

Escritura. Si a esto se añade que en la redacción de sus


escritos contó con la colaboración de diversos herma-
nos, se comprenderá el contraste de estilo: unas veces
recargado de reminiscencias bíblicas, otras imitando el
fraseo ampuloso del latín eclesiástico, y otras veces so-
brio y hasta incorrecto (en los escritos más directamen-
te suyos). De ahí que últimamente la cuestión sobre la
autenticidad de algunos escritos, haya sido replanteada:
si autenticidad quiere decir creación original, obra ex-
clusivamente personal, no disponemos de criterios pre-
cisos; pero si autenticidad quiere decir expresión fiel
de su pensamiento e incluso de su experiencia intrans-
ferible, entonces debemos remitirnos a estos escritos
como la primera fuente de conocimiento franciscano.
Ninguno de sus escritos, ni el conjunto de ellos tie-
nen la pretensión de ser un sistema doctrinal. Y no sólo
porque casi todos ellos son escritos de ocasión, sino
porque Francisco no era un intelectual, sino un profeta.
Y se le nota: clarividencia en los núcleos, pedagogía
espiritual que va directamente al corazón del oyente,
coherencia entre expresión y convicción.
Y en la lectura de los escritos de Francisco continua-
mente tropezamos con la siguiente paradoja: nunca tan
vivo y palpitante como en ellos, y nunca más inaprensi-
ble. ¿No es verdad que el secreto de un santo siempre
permanece velado? (cf. Adms 21 y 28; 2Cel 94 y 99).
Cabría formularlo así: ¿No es verdad que la unicidad
de Francisco reivindica la unicidad insobornable de la
persona humana? Ella tiene su hogar en la Palabra, en
el encuentro con el Amor Absoluto.
I. Oraciones

23

I. ORACIONES
EXPERIENCIA DE DIOS

• Oración ante el Cristo de San Damián (OrSD)


• Exhortación a la alabanza de Dios (ExhAD)
• Alabanzas que se han de decir en todas las Horas
(AlHor)
• Paráfrasis del Padrenuestro (ParPN)
• Oficio de la Pasión del Señor (OfP)
• Saludo a la bienaventurada Virgen María (SalVM)
• Alabanzas al Dios altísimo (AlD)
• Bendición al hermano León (BenL)
• Cántico de las criaturas (Cánt)
Escritos de Francisco de Asís
24
I. Oraciones

25

Comenzamos nuestro descubrimiento de Francisco


de dentro a fuera, acercándonos a su intimidad. Es ne-
cesario, sin embargo, que nos atrevamos a seguirle hasta
donde él nos lleva, más allá de sí mismo, ante la pre-
sencia del Dios vivo y verdadero.
La ORACIÓN ANTE EL CRISTO DE SAN DAMIÁN hay que si-
tuarla en la etapa decisiva de su conversión, hacia 1206,
aun cuando la forma en que ha llegado a nosotros pue-
da reflejar el uso posterior de la misma por parte del
propio Francisco. El Señor le encomendaba reparar su
Iglesia, pero toda misión nace de la obediencia de fe.
Un contemplativo es un extático, en el sentido ori-
ginal de la palabra: la estrechez y torpeza del yo ha
sido dilatada al infinito. De ahí la incoercible necesidad
de unirse a la comunión universal de los hijos de Dios y
de invitar a todas las criaturas a la alabanza, como hace
Francisco en la EXHORTACIÓN A LA ALABANZA DE DIOS. Según
diversos testimonios esta oración fue compuesta por el
santo y escrita de su puño y letra sobre una tablilla, que
se colocó en la capilla del eremitorio de Cesi di Terni,
construida por el propio santo hacia 1213, y dedicada
a la Virgen María. Parece un centón de citas bíblicas, y
es, en realidad, un único anhelo, el de un corazón que
se ofrece como eco y voz del mundo salvado y redimi-
do. Un solo Señor, una misma alabanza que reunifica
toda dispersión.
Otro signo del contemplativo cristiano: la oración per-
sonal se hace Palabra. Se alimenta y expresa por la Biblia
y la liturgia; no por mimetismo de fórmulas sagradas,
Escritos de Francisco de Asís
26

sino por aquella afinidad del Espíritu que nos hace


orar «según conviene», o, como decía Francisco, «como
agrada» al Señor (Rnb 23,5-6). Y efectivamente, las
ALABANZAS QUE SE HAN DE DECIR EN TODAS LAS HORAS –que
muy bien pudieron ver la luz en los primeros tiempos
de la Fraternidad de Francisco, cuando los hermanos
aún no tenían breviarios– están compuestas con textos
del cántico de Daniel, del Te Deum y del Apocalipsis.
Tres tiempos de la alabanza del Pueblo de Dios, profé-
tico, eclesial y celeste; y sin embargo, una única pre-
sencia, que lo contiene y lo transciende todo: Dios, el
Santo, el que es, el que era y el que viene.
¿Por qué es necesario adorar, ensalzar y dar gracias a
nuestro Dios a todas horas? La oración conclusiva des-
vela ese porqué, que, teniendo en cuenta el conjunto
de los escritos de Francisco, aparece como tema priori-
tario y totalizante, no sólo de su oración, sino también
de su cosmovisión, y especialmente de su existencia
evangélica.
Francisco tenía libertad para apropiarse y arreglar co-
mentarios ya existentes. No por ello es menos auténti-
ca su PARÁFRASIS DEL PADRENUESTRO. Lo aprendió en el pri-
mer calor inconsciente de la fe, en su hogar y en su
entrañable Asís. Lo sufrió al ser desheredado por su
padre Pedro Bernardone; pero entonces, por primera
vez, supo que el Padrenuestro es la oración de los hijos
de Dios, de todos los «pequeños» que reconocen en
Dios la fuente fecunda de la bondad, el amor creador
hecho don de sí mismo, él, que es el Reino y que nos
colmó en su Hijo de toda bendición en el cielo y en la
tierra. En adelante, su vida y el Evangelio fueron ilumi-
nados por una evidencia: que Dios es amor, y en esto
I. Oraciones

27
consiste el amor, en que no hemos amado nosotros a
Dios, sino ha sido él quien nos ha amado.
El OFICIO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR nos introduce en la
experiencia más peculiar de la oración cristiana: la pala-
bra meditada y personalizada se transforma en celebra-
ción de Cristo. Por medio de este Oficio votivo Francisco
cumple la vocación del discípulo: «mirar al Traspasado»,
seguir los pasos de Jesús desde el nacimiento, a través
de la pasión y resurrección, hasta la ascensión. Ésta es la
pascua del orante, que, reviviendo por los salmos las
mismas disposiciones de Cristo, realiza su paso al Padre.
Asistimos a una delicadísima transformación de tex-
tos. Los versículos de los salmos no pertenecen a un
mismo lugar bíblico. Pero, por lo mismo, señalan los
matices, las preferencias, las perspectivas características
de la contemplación franciscana. Por ejemplo, el salmo
de las vísperas del día de Navidad bastaría por sí solo
para replantear el problema de la síntesis cristológica de
Francisco, ya que tantas veces se le ha atribuido la pérdi-
da de sentido litúrgico en la piedad cristiana posterior.
María ha ocupado un papel muy importante en la
contemplación de Francisco, muy vinculada a los temas
centrales de la economía de la salvación: la Alianza y la
elección, que, como se ve en el SALUDO A LA BIENAVENTU-
RADA VIRGEN MARÍA, tienen estructura trinitaria aunque
siempre se concentran en Jesús. María ha sido también
para Francisco el arquetipo de la gracia, en cuanto obra
de Dios en el hombre. Y tal es el empalme, con profun-
da intuición teológica, entre María y las virtudes.
Al término de un largo proceso espiritual, en el
Alverna, en septiembre de 1224, Francisco escribe las
Escritos de Francisco de Asís
28

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO y la BENDICIÓN AL HERMANO LEÓN,


que han llegado a nosotros en su autógrafo original. Y
firma con la Tau. Hecho por la impresión de las llagas
signo corporal del misterio de Cristo, lo fue primera-
mente por el dedo de Dios en acto de contemplación.
Cuando el Espíritu de Dios se une a nuestro espíritu, el
hombre experimenta la herida interior del Absoluto, y
no le queda más que el humilde balbuceo del tú siem-
pre más, nuevo e inmenso, santo y próximo.
Resulta sorprendente que el consuelo de un hombre
esté en la oración de su hermano. León, su compañe-
ro, no había olvidado que nuestro descanso y lugar de
amistad es el único y sumo Bien.
El CÁNTICO DE LAS CRIATURAS es, sin duda, el escrito más
conocido del Poverello. Monumento del naciente ita-
liano, lo es mucho más de la espiritualidad cristiana de
todos los siglos. No en vano representa la cima de su
«ascensión espiritual», por hablar en el lenguaje ascético
místico de san Buenaventura, entre la estigmatización,
1224, y la muerte, 1226. Un solo tema, el eterno: su
Dios altísimo y bueno. Un solo dinamismo: el amor que
convoca a la fraternidad universal a todas las criaturas.
Una experiencia que lo atraviesa todo: el misterio
pascual, la glorificación en la vida y en la muerte. Una
síntesis luminosa entre teocentrismo y humanismo, en
las raíces de la Edad Media y alboreando una nueva
imagen del mundo. ¡Eucaristía de Francisco!
No conviene olvidar que fue cantado para ser predi-
cado. Para el juglar de Dios, el Evangelio era fiesta y
canto, y ninguna forma mejor de anuncio cristiano que
la alabanza.
I. Oraciones

29

ORACIÓN ANTE EL CRISTO 1


DE SAN DAMIÁN (=OrSD)2
ORACIÓN Y PROCESO DE CONVERSIÓN
1
Oh alto y glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón (cf. Sal 17,29)3
2
y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,
3
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.
Amén.

1. AlHor 11; Cánt 1; Rnb 23,1 / ParPN 2; CtaO 51; RCl 6,1;
TestCl 24. 2. AlD 7. 3. CtaO 7.

2
Nuestra versión castellana de los escritos de san Francisco
se ajusta a la última edición crítica de los mismos, obra de Carlo
Paolazzi. No recogemos, sin embargo, algunos de los textos
incluidos en esa edición, o por considerarlos de escaso interés
– tal es el caso de Otros fragmentos de la Regla no bulada–, o
porque de ellos no nos ha llegado el texto sino tan sólo una vaga
referencia a su contenido. Cf. CARLO PAOLAZZI (Edit.), Francisci
Assisiensis, Scripta, Editiones Collegii S. Bonaventurae Ad Claras
Aquas, Grotafferrata (Roma), 2009.
3
En las referencias a los salmos seguimos la numeración
tradicional grecolatina, la de los textos oficiales de la liturgia.
Escritos de Francisco de Asís
30

2 EXHORTACIÓN A LA ALABANZA
DE DIOS (=ExhAD)
LA FIESTA DE DIOS Y SU OBRA
1
Temed al Señor y dadle gloria (Ap 14,7)4.
2
Digno es el Señor de recibir la alabanza y el honor
(cf. Ap 4,11).
3
Alabadlo todos los que teméis al Señor (cf. Sal 21,24).
4
Salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo
(cf. Lc 1,28).
5
Alabad a Dios, cielo y tierra (cf. Sal 68,35).
6
Alabad al Señor todos los ríos (cf. Dan 3,78).
7
Bendecid al Señor los hijos de Dios (cf. Dan 3,82).
8
Éste es el día que hizo el Señor, saltemos de gozo y
alegrémonos en él (Sal 117,24).
9
¡Aleluya, aleluya, aleluya! ¡Rey de Israel! (Jn 12,13).
10
Todo ser viviente alabe al Señor (Sal 150,6).
11
Alabad al Señor, porque es bueno (Sal 146,1).
12
Todos los que leéis esto, bendecid al Señor
(Sal 102,21).
13
Criaturas todas, bendecid al Señor (cf. Sal 102,22).
14
Aves todas del cielo, alabad al Señor (cf. Dan 3,80).
15
Niños todos, alabad al Señor (cf. Sal 112,1).
16
Jóvenes y doncellas, alabad al Señor (cf. Sal 148,12).
17
Digno es el Cordero que ha sido sacrificado, de
recibir la alabanza, la gloria y el honor (cf. Ap 5,12).

4
Aquí, como en el resto de los escritos de san Francisco y en
los de santa Clara, ponemos en cursiva lo que es cita literal de
los textos bíblicos, siempre supuesto el carácter aproximativo de
este trabajo.
I. Oraciones

31
18
Bendita sea la santa Trinidad e indivisa Unidad.
19
San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla.

1. Rnb 21,2; CtaA 7; AlHor 11. 2. AlHor 2; Cánt 1. 3. AlHor 6;


Rnb 21,2. 4. OfP ant; SalVM 1-5. 5. AlHor 7; OfP14,7. 8. OfP
9,5; 15,6. 11. AlHor 11; 2CtaF 62; CtaO 8; Rnb 17,18; 23,9.
13. AlHor 5.8; Cánt 3. 15. Rnb 23,7. 16. Rnb 23,7. 17. AlHor
3.11; Cánt 1; 2CtaF 61; Rnb 17,18. 18. CtaO 1.52; Rnb 21,2;
23,11. 19. OfP ant 3; Rnb 18,1; 23,6; BenCl 7.

ALABANZAS QUE SE HAN DE DECIR 3


EN TODAS LAS HORAS (=AlHor)
VIVIR EN LA PRESENCIA DE DIOS
RÚBRICA: Comienzan las alabanzas que compuso nuestro
beatísimo padre Francisco, y decía en todas las Horas del
día y de la noche y antes del Oficio de la bienaventurada
Virgen María, iniciándolas de esta forma: Santísimo Padre
nuestro, que estás en los cielos, etc., con el Gloria. A
continuación díganse las alabanzas:
1
Santo, santo, santo es el Señor Dios omnipotente, *
el que es, y el que era, y el que ha de venir (cf. Ap 4,8).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
2
Digno eres, Señor Dios nuestro †
de recibir la alabanza, *
la gloria y el honor y la bendición (cf. Ap 4,11).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
3
Digno es el Cordero que ha sido sacrificado †
de recibir el poder y la divinidad, la sabiduría
y la fortaleza, *
el honor, la gloria y la bendición (Ap 5,12).
Escritos de Francisco de Asís
32

Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos


(cf. Dan 3,57).
4
Bendigamos al Padre, y al Hijo, *
con el Espíritu Santo.
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
5
Bendecid al Señor *
todas las obras del Señor (Dan 3,57).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
6
Alabad a nuestro Dios todos sus siervos *
y los que teméis a Dios, pequeños y grandes
(cf. Ap 19,5).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
7
Alaben al que es glorioso *
los cielos y la tierra (cf. Sal 68,35).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
8
Y todas las criaturas del cielo †
y de la tierra y debajo de la tierra *
y el mar, y cuanto hay en él (cf. Ap 5,13).
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
9
Gloria al Padre, y al Hijo, *
y al Espíritu Santo.
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
10
Como era en el principio, ahora y siempre, *
y por los siglos de los siglos. Amén.
Y alabémoslo y ensalcémoslo por los siglos
(cf. Dan 3,57).
I. Oraciones

33
11
Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo
Dios, todo bien, sumo bien, bien total, que eres el solo
bueno (cf. Lc 18,19), haz que te restituyamos toda
alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda
bendición (cf. Ap 5,12), y todos los bienes. Hágase.
Hágase (Sal 40,14; 71,19). Amén.
1. AlD 1; 2CtaF 62; Rnb 23,9. 2. ExhAD 2; OfP ben; AlD 1; Cánt
1; 2CtaF 61; Rnb 17,18. 3. ExhAD 17; Rnb 17,18. 4. Rnb 23,11.
5. ExhAD 13; Cánt 3. 6. ExhAD 3; Rnb 21,2; 22,26. 7. ExhAD
5; OfP 14,7. 8. ExhAD 13; Cánt 3; 2CtaF 61; Adm 5,2. 9-10.
ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 7,12; 8,8;
9,12; 10,12; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.11.
OrSD 1; Rnb 23,1 / ParPN 2; SalVM 3; AlD 3; Cánt 1; 2CtaF 61-
62; CtaO 50; Rnb 23,9 / 2CtaF 61; CtaO 8; Rnb 17,18 / OfP
ben; Adm 7,4; 11,4; 18,2; Rnb 17,17-18; TestCl 18.

PARÁFRASIS DEL PADRENUESTRO (=ParPN) 4


EN EL PRINCIPIO Y AL FIN
1
¡Oh santísimo PADRENUESTRO (Mt 6,9):
creador, redentor, consolador y salvador nuestro!
2
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS (Mt 6,9):
en los ángeles y en los santos;
iluminándolos para conocer,
porque tú, Señor, eres la luz (cf. 1Jn 1,5);
inflamándolos para amar,
porque tú, Señor, eres el amor;
habitando en ellos y colmándolos
para gozar de la eterna bienaventuranza,
porque tú, Señor, eres el bien sumo, el bien eterno,
de quien todo bien procede,
sin quien no hay bien alguno.
Escritos de Francisco de Asís
34

3
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE (Mt 6,9):
clarificada sea en nosotros tu noticia,
para que conozcamos
cuál es la anchura de tus beneficios,
la largura de tus promesas,
la sublimidad de tu majestad
y la hondura de tus juicios (cf. Ef 3,18).
4
VENGA TU REINO (Mt 6,10):
para que reines en nosotros por la gracia,
y nos hagas llegar a tu reino (cf. Lc 23,42),
donde está la visión manifiesta de ti,
el amor perfecto a ti,
la unión bienaventurada contigo,
la fruición de ti por siempre.
5
HÁGASE TU VOLUNTAD,
(Mt 6,10):
EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
para que te amemos con todo el corazón,
pensando siempre en ti;
con toda el alma, deseándote siempre a ti;
con toda la mente, dirigiendo todas nuestras
intenciones a ti,
buscando en todo tu honor;
y con todas nuestras fuerzas,
destinando todas nuestras fuerzas
y los sentidos del alma y del cuerpo
al servicio de tu amor y no a otra cosa;
y para que amemos a nuestros prójimos
como a nosotros mismos (cf. Lc 10,27),
atrayendo a todos, según nuestras fuerzas, a tu amor,
alegrándonos de los bienes de los demás
como de los nuestros
I. Oraciones

35
y compadeciéndolos en los males,
y no siendo causa de tropiezo para nadie (cf. 2 Cor 6,3).
6
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLE HOY (Mt 6,11):
a tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, dánosle hoy:
para que recordemos, comprendamos y veneremos
el amor que nos tuvo
y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.
7
Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS (Mt 6,12):
por tu inefable misericordia,
por el poder de la pasión de tu amado Hijo,
nuestro Señor,
y por los méritos e intercesión de la beatísima
Virgen María y de todos tus elegidos.
8
ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS
A NUESTROS DEUDORES (Mt 6,12):
y lo que no perdonamos plenamente,
haz tú, Señor, que plenamente lo perdonemos;
para que por ti amemos de verdad a los enemigos
(cf. Mt 5,44)
y por ellos intercedamos devotamente ante ti,
no devolviendo a nadie mal por mal (cf. Rom 12,17;
1Tes 5,l5),
y para que nos esforcemos por ser en ti útiles en todo.
9
Y NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN (Mt 6,13):
oculta o manifiesta,
imprevista o insistente.
10
MAS LÍBRANOS DEL MAL (Mt 6,13):
pasado, presente y futuro.
Escritos de Francisco de Asís
36

11
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
y por los siglos de los siglos. Amén.

1. OfP 2,11; 3,3; 5,15; 6,11; 7,3.10; 14,1; 15,3; SalVM 2 / Rnb
16,7; 23,9 / CtaErm 16 / 2CtaF 21.54. 2. OrSD; AlD 3.4.7 /
AlHor 11; AlD 3; 2CtaF 62; CtaO 8; Rnb 23,9 / Rnb 17,18. 4.
1CtaCl 34. 5. 1CtaF 1,1; 2CtaF 18.26; Adm 9,1-4; Rnb 23,8;
CtaErm 11 / 2CtaF 18.38 / Adm 17,1. 5. OfP 6,12. 6. OfP ant
3; 7,3; 9,2; 15,3.7; SalVM 2; CtaO 51; Adm 5,1; Test 40;
TestCl 46. 7. Rnb 23,6; TestCl 77; BenCl 7. 8. Cánt 10; 2CtaF
26-27.38; Adm 9,1; Rnb 16,11; 21,5-6; 22,1; Rb 10,10; RCl
9,8-11. 9. Rnb 17,8. 10. Rnb 22,27. 11. AlHor 9-10; OfP ant 3;
1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,12; 11,9;
12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

5 OFICIO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (=OfP)


ORACIÓN Y SEGUIMIENTO DE JESÚS
Comienzan los salmos que compuso nuestro beatísimo
padre Francisco para veneración, memoria y alabanza de
la pasión del Señor. Han de decirse uno por cada Hora del
día y de la noche. Y comienzan con las completas del
Viernes Santo, porque en esa noche fue traicionado y apre-
sado nuestro Señor Jesucristo.
El bienaventurado Francisco recitaba así este Oficio: en
primer lugar decía la oración que el Señor y maestro nos
enseñó: Santísimo Padre nuestro, etc., con las alabanzas:
Santo, santo, santo, tal como aparecen anteriormente.
Dichas las alabanzas y la oración, comenzaba la antífona:
Santa Virgen María. Seguidamente decía los salmos de
santa María, luego recitaba otros salmos que había elegi-
do, y, después de todos ellos, decía los de la pasión. Fina-
lizado el salmo, decía la antífona: Santa Virgen María.
Acabada la antífona, concluía el Oficio.
I. Oraciones

37
I PARTE
En el triduo sacro y en los días feriales del año
COMPLETAS
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 1
ORACIÓN DE JESÚS EN GETSEMANÍ Y EN SU PRENDIMIENTO
1
¡Oh Dios!, te mostré mi vida, *
y tú pusiste mis lágrimas en tu presencia (Sal 55,8-9).
2
Todos mis enemigos tramaban males contra mí
(Sal 40,8), *
y, unidos, celebraron consejo (cf. Sal 70,10).
3
Y me devolvieron mal por bien *
y odio a cambio de mi amor (Sal 108,5).
4
En vez de amarme me difamaban, *
pero yo oraba (Sal 108,4).
5
Padre mío, santo (cf. Jn 17,11), rey del cielo
y de la tierra (cf. Mt 11,25), †
no te alejes de mí, *
porque la tribulación está cerca y no hay quien me
ayude (Sal 21,12).
6
Retrocedan mis enemigos †
el día que te invoque, *
en esto conocí que tú eres mi Dios (Sal 55,10).
7
Mis amigos y mis vecinos †
se acercaron y se pusieron en contra de mí *
y mis parientes se mantuvieron a distancia (Sal 37,12).
8
Alejaste de mí a mis conocidos, †
que me consideraron una maldición para ellos; *
fui entregado y no tenía salida (Sal 87,9).
Escritos de Francisco de Asís
38

9
Padre santo (Jn 17,11),
no alejes de mí tu auxilio (Sal 21,20); *
Dios mío, mira por mí y ayúdame (cf. Sal 70,12).
10
Ven en mi auxilio, *
Señor, Dios de mi salvación (Sal 37,23).
Gloria al Padre, y al Hijo, *
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, *
y por los siglos de los siglos. Amén.
2. OfP 4,3.5. 5. OfP 1,9. 4,9; 5,9; 6,12; AlD 2; 1CtaF 1,14;
2CtaF 56; Rnb 22,45; 23,1 / OfP 14,1; AlD 2; Rnb 23,1; 4CtaCl
21. 9. OfP 1,5; 4,9; 5,9; 6,12; AlD 2; 1CtaF 1,14; 2CtaF 56; Rnb
22,45; 23,1. 10. OfP 2,12; 4,10; 5,16 / AlHor 9-10; ParPN 11;
OfP ant 3; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10;
11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

Antífona: 1 Santa Virgen María, no ha nacido en el


mundo ninguna semejante a ti entre las mujeres; 2 hija y
esclava del altísimo y sumo Rey, Padre celestial; madre
de nuestro santísimo Señor Jesucristo; esposa del Espíritu
Santo: 3 ruega por nosotros, con san Miguel arcángel y
con todas las virtudes del cielo y con todos los santos,
ante tu santísimo Hijo amado, Señor y maestro.- Gloria
al Padre… Como era en el principio…
1-3. SalVM 1-5. 2. 4CtaCl 1 / 1CtaF 1,7-8; 2CtaF 49-51; FVCl
1; RCl 6,3 / UltVol 1; 1CtaCl 12; 3CtaCl 1.18; 4CtaCl 15.17; RCl
2,25; 6,7; 8,6; 12,13; TestCl 46.75.77. 3. ExhAD 19; Rnb 18,1;
23,6; BenCl 7 / ParPN 6; OfP 7,3; 9,2; 15,3; CtaO 51; Adm 5,1;
Test 40; TestCl 46 / AlHor 9-10; ParPN 11; OfP 1,10; 2,12;
3,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10;
13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

Esta antífona se recita en todas las Horas, y se dice en


lugar de la antífona, la lectura breve, el himno, el versículo
y la oración, tanto en maitines como en las demás Horas.
I. Oraciones

39
En ellas no decía otra cosa que esta antífona con sus sal-
mos. Para terminar el Oficio, el bienaventurado Francisco
decía siempre:
Bendigamos al Señor, Dios vivo y verdadero (1Tes
1,9), y restituyámosle siempre la alabanza, la gloria, el
honor, la bendición (cf. Ap 4,9) y todos los bienes.
Amén. Amén. Hágase. Hágase (Sal 40,14; 71,19).
OfP 15,1; AlD 3; 1CtaCus 7; Adm 16,2; Rnb 23,6 / AlHor 11;
Adm 7,4; 11,4; 18,2; Rnb 17,17-18 / ExhAD 17; AlHor 2.11;
Cánt 1; 2CtaF 61; 1CtaCus 7; Rnb 17,17-18; TestCl 18 / AlHor
11; OfP 10,10.

MAITINES
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 2
ORACIÓN DE JESÚS ANTE EL SANEDRÍN
1
Señor, Dios de mi salvación, *
de día y de noche he clamado ante ti (Sal 87,2).
2
Llegue hasta ti mi oración, *
inclina tu oído a mi súplica (Sal 87,3).
3
Mira mi alma y líbrala; *
arráncame de las manos de mis enemigos (Sal 68,19).
4
Porque tú eres quien me sacó del vientre, *
mi esperanza desde el seno de mi madre (Sal 21,10).
5
Desde las entrañas maternas pasé a tus brazos
(Sal 21,11), †
desde el vientre de mi madre tú eres mi Dios; *
no te alejes de mí (Sal 21,11-12).
6
Tú conoces mi afrenta y mi confusión, *
y mi temor reverente (Sal 68,20).
Escritos de Francisco de Asís
40

7
En tu presencia están todos los que me afligen; *
afrenta y miseria esperó mi corazón (Sal 68,21).
8
Y esperé que alguien me compadeciera y no lo hubo, *
y que alguien me consolara y no lo hallé (Sal 68,21).
9
Oh Dios, los malvados se levantaron contra mí, †
y la asamblea de los poderosos reclamó mi vida, *
sin tenerte en cuenta a ti (Sal 85,14).
10
Fui contado entre los que bajan a la fosa, *
considerado un hombre a quien nadie puede auxiliar,
deambulando entre los muertos (Sal 87,5-6).
11
Tú eres mi Padre santísimo, *
Rey mío y Dios mío (cf. Sal 43,5).
12
Ven en mi auxilio, *
Señor, Dios de mi salvación (Sal 37,23).
Gloria al Padre… Como era en el principio…

11. ParPN 1; OfP 3,3; 5,15; 6,11; 7,3.10; 14,1; 15,3; SalVM 2.
12. OfP 1,10; 4,10; 5,16 / AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3;
1,10; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9;
12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

PRIMA
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 3
ORACIÓN DE JESÚS EN EL AMANECER DEL DÍA DE SU MUERTE
1
Ten misericordia de mí, ¡oh Dios!, ten misericordia
de mí, *
porque mi alma confía en ti (Sal 56,2).
2
Y esperaré a la sombra de tus alas *
hasta que pase la iniquidad (Sal 56,2).
I. Oraciones

41
3
Clamaré a mi santísimo Padre, altísimo, *
al Dios, que hizo el bien conmigo (cf. Sal 56,3).
4
Desde el cielo envió [su auxilio] y me libró, *
y avergonzó los que me pisoteaban (Sal 56,4).
5
Envió Dios su misericordia y su fidelidad; †
arrancó mi alma (Sal 56,4-5) de las manos
de mis fortísimos enemigos y de los que me odiaban,*
que se habían hecho fuertes contra mí (Sal 17,18).
6
Pusieron una trampa a mis pies
y doblegaron mi alma (Sal 56,7).
7
Cavaron delante de mí una fosa,
pero cayeron en ella (Sal 56,7).
8
Mi corazón está dispuesto, oh Dios,
mi corazón está dispuesto; *
cantaré y salmodiaré (Sal 56,8).
9
Levántate, gloria mía; levantaos, salterio y cítara; *
me levantaré a la aurora (Sal 56,9).
10
Te alabaré ante los pueblos, Señor, *
cantaré salmos para ti ante las naciones (Sal 56,10).
11
Porque tu misericordia llega hasta el cielo *
y tu fidelidad hasta las nubes (Sal 56,11).
12
Elévate sobre el cielo, oh Dios, *
y sobre toda la tierra tu gloria (Sal 56,12).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
1. OfP 4,1. 3. ParPN 1; OfP 2,11; 5,15; 6,11; 7,3.10; 14,1; 15,3;
SalVM 2. 12. OfP 7,11 / AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3;
1,10; 2,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9;
12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.
Este salmo se dice siempre en prima.

TERCIA
Antífona: Santa Virgen María.
Escritos de Francisco de Asís
42

Salmo 4
ORACIÓN DE JESÚS ANTE PILATO
1
Ten misericordia de mí, oh Dios,
porque me han pisoteado, *
acosándome todo el día me han atormentado (Sal 55,2).
2
Mis enemigos me han pisoteado todo el día, *
porque son muchos los que me hacen la guerra (Sal 55,3).
3
Contra mí tramaban males todos mis enemigos, *
trazaron un plan inicuo contra mí (Sal 40,8-9).
4
Los que acechaban mi vida *
unidos celebraron consejo (Sal 70,10).
5
Salían afuera *
y lo comentaban (Sal 40,7-8).
6
Todos los que me veían se reían de mí, *
hablaban entre dientes y meneaban la cabeza (Sal 21,8).
7
Yo soy un gusano y no un hombre, *
deshonra de la gente y desecho del pueblo (Sal 21,7).
8
Para mis vecinos me he convertido en una deshonra,
mayor que la de todos mis enemigos, *
y en espanto para mis conocidos (Sal 30,12).
9
Padre santo (Jn 17,11), no alejes de mí tu auxilio, *
atiende a mi defensa (Sal 21,20).
10
Ven en mi auxilio, *
Señor, Dios de mi salvación (Sal 37,23).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
1. OfP 3,1. 3. OfP 1,2; 4,5. 4. OfP 1,2. 5. OfP 1,2; 4,3. 7. 2CtaF
46. 9. OfP 1,5.9; 5,9; 6,12; AlD 2; 1CtaF 1,14; 2CtaF 56; Rnb
22,45; 23,1. 10. OfP 1,10; 2,12; 5,16 / AlHor 9-10; ParPN 11;
OfP ant 3; 1,10; 2,12, 3,12; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10;
11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.
I. Oraciones

43
SEXTA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo 5
ORACIÓN DE JESÚS EN LA CRUCIFIXIÓN
1
Alcé mi voz clamando al Señor, *
alcé mi voz suplicando al Señor (Sal 141,2).
2
Derramo mi oración en su presencia *
y expongo ante él mi tribulación (Sal 141,3).
3
Cuando me iba faltando el aliento, *
tú conociste mis senderos (Sal 141,4).
4
En el camino por donde iba, *
me escondieron una trampa (Sal 141,4).
5
Miraba a la derecha y observaba, *
y no había quién me conociera (Sal 141,5).
6
Se cerró ante mí toda huida *
y no hay quien mire por mi vida (Sal 141,5).
7
Porque por ti soporté el desprecio, *
la confusión cubrió mi rostro (Sal 68,8).
8
Me convertí en un extraño para mis hermanos, *
y un peregrino para los hijos de mi madre (Sal 68,9).
9
Padre santo (Jn 17,11), me devoró el celo de tu casa, *
y el desprecio de los que te despreciaban
cayó sobre mí (Sal 68,10).
10
Y ellos se alegraron y se asociaron contra mí; *
sobre mí llovieron los latigazos, sin que yo lo entendiera
(Sal 34,15).
11
Se multiplicaron más que los pelos de mi cabeza *
los que me odiaban sin razón (Sal 68,5).
Escritos de Francisco de Asís
44

12
Se hicieron fuertes mis enemigos,
los que me perseguían injustamente; *
tenía entonces que devolver lo que no había robado
(Sal 68,5).
13
Se levantaron testigos malvados, *
que me preguntaban lo que no sabía (Sal 34,11).
14
Me devolvían mal por bien (Sal 34,12)
y me difamaban, *
porque yo seguía el camino de la bondad (Sal 37,21).
15
Tú eres mi Padre santísimo, *
Rey mío y Dios mío (cf. Sal 43,5).
16
Ven en mi auxilio, *
Señor, Dios de mi salvación (Sal 37,23).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
9. OfP 1,5.9; 4,9; 6,12; AlD 2; 1CtaF 1,14; 2CtaF 56; Rnb
22,45; 23,1. 15. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3; 6,11; 7,3.10; 14,1; 15,
3; SalVM 2. 16. OfP 1,10; 2,12; 4,10 / AlHor 9-10; ParPN 11;
OfP ant 3; 1,10; 2,12, 3,12; 4,10; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10;
11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

NONA
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 6
ORACIÓN EN LA TRAVESÍA PASCUAL: JESÚS AUTOR DE SALVACIÓN
PARA LOS QUE LO OBEDECEN

1
Oh vosotros todos, los que pasáis por el camino, *
mirad y ved si hay dolor como mi dolor (Lam 1,12).
2
Porque me acorraló una jauría de perros; *
me cercó una banda de malhechores (Sal 21,17).
I. Oraciones

45
3
Taladraron mis manos y mis pies, *
y contaron todos mis huesos (Sal 21,17-18).
4
Y ellos me observaron y examinaron; †
se repartieron mi ropa *
y echaron a suerte mi túnica (Sal 21,18-19).
5
Abrieron su boca contra mí *
como león que atrapa y ruge (Sal 21,14).
6
Estoy como agua derramada, *
y todos mis huesos están dislocados (Sal 21,15).
7
Y mi corazón está como cera derretida *
en medio de mis entrañas (Sal 21,15).
8
Mi vigor se secó como una teja, *
y mi lengua se me pegó al paladar (Sal 21,16).
9
Y para comer me dieron hiel, *
y en mi sed me dieron a beber vinagre (Sal 68,22).
10
Y me llevaron al polvo de la muerte (cf. Sal 21,16) *
y aumentaron el dolor de mis llagas (Sal 68,27).
11
Me dormí y resucité (Sal 3,6) *
y mi Padre santísimo me recibió con gloria (cf. Sal 72,24).
12
Padre santo (Jn 17,11), tomaste mi mano derecha,†
me guiaste según tu voluntad, *
y me acogiste con gloria (Sal 72,24).
13
Porque, ¿qué otra cosa hay para mí en el cielo?, *
y fuera de ti, ¿qué he querido en la tierra? (Sal 72,25).
14
Mirad, mirad que yo soy Dios, dice el Señor; *
seré exaltado entre los pueblos,
seré exaltado en la tierra (cf. Sal 45,11).
15
Bendito sea el Señor Dios de Israel (Lc 1,68), †
que redimió las almas de sus siervos (Sal 33,23)
con su propia sangre santísima (cf. Ap 5,9) *
y no abandonará a cuantos esperan en él (Sal 33,23).
Escritos de Francisco de Asís
46

16
Y sabemos que viene, *
y que vendrá a juzgar con justicia (cf. Sal 95,13).
Gloria al Padre… Como era en el principio…

1. 4CtaCl 25. 11. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3; 5,15; 7,3.10; 14,1;
15,3; SalVM 2. 12. OfP 1,5.9; 4,9; 5,9; AlD 2; 1CtaF 1,14;
2CtaF 56; Rnb 22,45; 23,1. 15. OfP 10,9. 16. OfP 7,12 / AlHor
9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 7,12;
8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

VÍSPERAS
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 7
CANTO DE LOS REDIMIDOS AL QUE REINÓ DESDE EL MADERO
1
Pueblos todos, batid palmas, *
aclamad a Dios con gritos de júbilo (Sal 46,2).
2
Porque el Señor es excelso y terrible, *
soberano de toda la tierra (Sal 46,3).
3
Porque el santísimo Padre del cielo,
nuestro Rey antes de los siglos (cf. Sal 73,12), †
envió de lo alto a su amado Hijo (cf. 1Jn 4,9) *
y trajo la salvación a la tierra (Sal 73,12).
4
Alégrense los cielos y salte de gozo la tierra,†
retumbe el mar y cuanto lo llena; *
gocen los campos y cuanto hay en ellos (Sal 95,11-12).
5
Cantadle un cántico nuevo, *
cantad al Señor toda la tierra (cf. Sal 95,1).
6
Porque es grande el Señor y muy digno de alabanza,*
más terrible que todos los dioses (Sal 95,4).
I. Oraciones

47
7
Dad al Señor, familias de los pueblos, †
dad al Señor gloria y honor, *
dad al Señor la gloria debida a su nombre (Sal 95,7-8).
8
Tomad vuestros cuerpos †
y cargad con su santa cruz (cf. Lc 14,27; Jn 19,17); *
y seguid hasta el fin sus santísimos preceptos
(cf. 1Pe 2,21).
9
Tiemble en su presencia la tierra entera; *
decid a los pueblos que el Señor reinó
desde el madero (cf. Sal 95,9-10).

Hasta aquí se recita diariamente desde el Viernes Santo


hasta la fiesta de la Ascensión. En la fiesta de la Ascensión
se añaden los siguientes versículos:

10
Y subió al cielo, *
y está sentado a la derecha del santísimo Padre
en el cielo.
11
Elévate sobre el cielo, oh Dios, *
y sobre toda la tierra tu gloria (Sal 56,12).
12
Y sabemos que viene, *
y que vendrá a juzgar con justicia (cf. Sal 95,13).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
1. OfP 15,1. 2. OfP 15,2. 3. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3; 5,15; 6,11;
7,10; 14,1; 15,3; SalVM 2 / ParPN 6; OfP ant 3; 7,3; 9,2; 11,6;
15,3; SalVM 2; CtaO 51; Adm 5,1; Test 40; TestCl 46. 4. OfP
9,7; 15,9. 5-6. OfP 15,10-13. 7. OfP 9,8; 15,12. 8. OfP 15,13;
Adm 5,8 / 2CtaF 13.47; CtaO 7.51; CtaL 3; Rnb 16,6; 22,2;
3CtaCl 25; RCl bula 13; TestCl 36. 10. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3;
5,15; 6,11; 7,3; 14,1; 15,3; SalVM 2 11. OfP 3,12. 12. OfP 6,16
/ AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10;
5,16; 6,16; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13;
Rnb 24,5.
Escritos de Francisco de Asís
48

Desde la Ascensión al Adviento del Señor este salmo se


recita diariamente de la misma forma: diciendo Pueblos
todos, batid palmas, con todos sus versículos, y el Gloria
al Padre al final del salmo, al terminar las palabras que
vendrá a juzgar con justicia.
Todos los salmos anteriores se dicen desde el Viernes
Santo hasta el Domingo de Resurrección. Se dicen tam-
bién desde la octava de Pentecostés hasta el Adviento
del Señor y desde la octava de la Epifanía hasta et Do-
mingo de Resurrección, excepto los domingos y fiestas
principales, en que no se recitan; en el resto de los días se
dicen siempre.

II PARTE
En el Tiempo pascual
Desde el Sábado Santo, finalizado ya el día

COMPLETAS
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 8
LA IGLESIA PEREGRINA ORA CON SU SEÑOR,
EN LA DEBILIDAD Y LA TRIBULACIÓN

1
Oh Dios, ven en mi auxilio; *
Señor, date prisa en socorrerme (Sal 69,2).
2
Queden confundidos y avergonzados *
los que buscan mi vida (Sal 69,3).
3
Retrocedan y se sonrojen *
los que me desean el mal (Sal 69,4).
I. Oraciones

49
4
Retrocedan al instante ruborizados *
los que me gritan: ¡Te está bien! ¡Te está bien!
(Sal 69,4).
5
Salten de gozo y alégrense en ti *
todos los que te buscan;
6
y digan siempre: «Ensalzado sea el Señor», *
los que aman tu salvación (Sal 69,5).
7
Yo soy indigente y pobre; *
oh Dios, socórreme (Sal 69,6).
8
Tú eres mi auxilio y mi libertador; *
Señor, no tardes (Sal 69,6).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
6. 1CtaCl 19. 7. AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12;
3,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6;
14,10; 15,13; Rnb 24,5.

MAITINES DEL DOMINGO DE RESURRECCIÓN


Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 9
CANTO DE VICTORIA A LA GLORIA DEL RESUCITADO
1
Cantad al Señor un cántico nuevo, *
porque ha hecho maravillas (Sal 97,1).
2
Ha sacrificado a su amado Hijo con su diestra *
y su santo brazo (cf. Sal 97,1).
3
El Señor ha dado a conocer su salvación, *
ha revelado ante los pueblos su justicia (Sal 97,2).
4
En aquel día envió el Señor su misericordia, *
y en la noche su canto (cf. Sal 41,9).
5
Éste es el día que hizo el Señor; *
saltemos de gozo y alegrémonos en él (Sal 117,24).
Escritos de Francisco de Asís
50

6
Bendito el que viene en nombre del Señor; *
Dios es el Señor y ha hecho brillar su luz sobre nosotros
(Sal 117,26-27).
7
Alégrense los cielos y salte de gozo la tierra, †
retumbe el mar y cuanto lo llena; *
gocen los campos y cuanto hay en ellos (Sal 95,11-12).
8
Dad al Señor, familias de los pueblos, †
dad al Señor gloria y honor, *
dad al Señor la gloria debida a su nombre (Sal 95,7-8).
Hasta aquí se recita diariamente desde el Domingo de
Resurrección hasta la fiesta de la Ascensión, en cada una
de las Horas, exceptuadas vísperas, completas y prima.
En la noche de la Ascensión se añaden los siguientes
versículos:
9
Reinos de la tierra, cantad a Dios, *
cantad salmos al Señor (Sal 67,33).
10
Cantad salmos a Dios,
que asciende por encima de lo más alto de los cielos *
hacia el oriente (Sal 67,33-34).
11
He aquí que hará resonar su voz potente; †
reconoced la gloria de Dios sobre Israel, *
su grandeza y su poder sobre las nubes (Sal 67,34-35).
12
Dios es admirable en sus santos; †
el Dios de Israel dará poder y fortaleza a su pueblo. *
¡Bendito sea Dios! (Sal 67,36).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
1. OfP 10,9; AlD 1. 2. ParPN 6; OfP ant 3; 7,3; 15,3; SalVM 2;
CtaO 51; Adm 5,1; Test 40; TestCl 46. 4. OfP 15,5. 5. ExhAD
8; OfP 15,6. 7. OfP 7,4; 15,9. 8. OfP 7,7; 15,12. 12. AlHor 9-
10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16;
7,12; 8,8; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.
I. Oraciones

51
Este salmo, con los versículos anteriormente dichos, se
recita diariamente desde la Ascensión del Señor hasta la
octava de Pentecostés, en maitines, tercia, sexta y nona,
diciendo Gloria al terminar Bendito sea Dios y no en otro
lugar.
Se dice también así en maitines de los domingos y princi-
pales fiestas desde la octava de Pentecostés hasta el Ad-
viento del Señor, y desde la octava de Epifanía hasta el
Jueves Santo, día en que comió el Señor la Pascua con sus
discípulos. Si se prefiere, se puede decir otro salmo en
maitines o en vísperas, como por ejemplo: Te ensalzaré,
Señor, etc. [Sal 29], tal como se encuentra en el Libro de
los salmos; y esto únicamente desde el Domingo de Resu-
rrección hasta la fiesta de la Ascensión.

PRIMA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Ten misericordia de mí, ¡oh Dios! (como


anteriormente: Salmo 3).

TERCIA, SEXTA, NONA


Salmo: Cantad al Señor (como anteriormente: Salmo 9 ).

VÍSPERAS
Salmo: Pueblos todos, batid palmas (como anterior-
mente: Salmo 7).
Escritos de Francisco de Asís
52

III PARTE
En los domingos y fiestas principales
Comienzan aquí otros salmos, que compuso también nues-
tro beatísimo padre Francisco, y han de decirse, en lugar
de los salmos anteriores de la pasión del Señor, en los
domingos y principales fiestas desde la octava de Pente-
costés hasta el Adviento y desde la octava de Epifanía
hasta el Jueves Santo; se dicen en este día, porque es la
Pascua del Señor.

COMPLETAS
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Oh Dios, ven en mi auxilio (como anterior-


mente: Salmo 8).

MAITINES
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Cantad al Señor (como anteriormente: Salmo 9).

PRIMA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Ten misericordia de mí, ¡oh Dios! (como


anteriormente: Salmo 3).

TERCIA
Antífona: Santa Virgen María.
I. Oraciones

53
Salmo 10
CANTO DE GOZO EN EL DÍA DEL SEÑOR
1
Alegraos en Dios, tierra entera, †
cantad salmos a su nombre, *
dadle la gloria de su alabanza (cf. Sal 65,1-2).
2
Decid a Dios: ¡Qué terribles son tus obras, Señor!; *
por la grandeza de tu poder te adularán tus enemigos
(Sal 65,3).
3
Que toda la tierra te adore, que toque para ti *
y cante salmos a tu nombre (Sal 65,4).
4
Venid, escuchad, todos los que teméis a Dios,
y os contaré *
todo lo que ha hecho conmigo (Sal 65,16).
5
A él clamó mi boca, *
y lo exaltó mi lengua (Sal 65,17).
6
Y escuchó mi voz desde su templo santo, *
y mi clamor llegó a su presencia (Sal 17,7).
7
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios *
y haced oír la voz en alabanza suya (cf. Sal 65,8).
8
Y en él serán benditas todas las tribus de la tierra, *
todos los pueblos lo ensalzarán (Sal 71,17).
9
Bendito el Señor, Dios de Israel, *
el único que hace maravillas (Sal 71,18; cf. Lc 1,68).
10
Y bendito por siempre su nombre glorioso, *
y toda la tierra se llenará de su gloria. Hágase. Hágase
(Sal 40,14; 71,19).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
9. OfP 6,15 / OfP 9,1; AlD 1. 10. AlHor 11; OfP ben / AlHor
9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16;
7,12; 8,8; 9,12; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.
Escritos de Francisco de Asís
54

SEXTA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo 11
SÚPLICA CONFIADA DE LA IGLESIA
PIDIENDO LA CONSUMACIÓN DE LA PASCUA
1
Que te escuche el Señor el día de la tribulación, *
que te proteja el nombre del Dios de Jacob (Sal 19,2).
2
Que te envíe auxilio desde su santuario, *
y te defienda desde el monte Sión (Sal 19,3).
3
Que se acuerde de todos tus sacrificios, *
y le agrade tu holocausto (Sal 19,4).
4
Que te conceda lo que desea tu corazón, *
y cumpla todos tus planes (Sal 19,5).
5
Nosotros nos alegraremos de tu salvación, *
y nos cubriremos de gloria en el nombre de nuestro
Dios (Sal 19,6).
6
Que el Señor te conceda todo lo que pides; †
ahora sé que el Señor envió a Jesucristo su Hijo
(cf. Sal 19,7; 1Jn 4,9), *
y juzgará a los pueblos con justicia (Sal 9,9).
7
Y el Señor se ha hecho el refugio de los pobres, †
su auxilio en el tiempo de la tribulación; *
que esperen en ti los que han conocido tu nombre
(Sal 9,10-11).
8
Bendito sea el Señor, mi Dios (Sal 143,1), †
porque ha sido mi amparo y mi refugio *
en el día de mi tribulación (Sal 58,17).
9
Cantaré salmos para ti, mi auxilio, †
I. Oraciones

55
porque tú, oh Dios, eres mi amparo, *
Dios mío, misericordia mía (Sal 58,18).
Gloria al Padre… Como era en el principio…

5. OfP 9,6; 12,9-10. 6. ParPN 6; OfP 7,3; 9,2; 15,3; CtaO 51;
Adm 5,1. 8. OfP 12,9. 9. OfP 12,10 / AlHor 9-10; ParPN 11;
OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12;
10,10; 12,10; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

NONA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo 12
ORACIÓN CON JESÚS CRUCIFICADO: MIRAR AL TRASPASADO

1
En ti, Señor, he esperado, no quede confundido
para siempre; *
por tu justicia líbrame y sálvame (Sal 70,1-2).
2
Inclina hacia mí tu oído *
y sálvame (Sal 70,2).
3
Sé, para mí, Dios protector †
y lugar fortificado *
donde me salves (Sal 70,3).
4
Porque tú eres, Señor, mi paciencia, *
mi esperanza, Señor, desde mi juventud (Sal 70,5).
5
Desde las entrañas maternas me he apoyado en ti, †
desde el vientre de mi madre tú eres mi protector; *
en ti está siempre la razón de mi canto (Sal 70,6).
6
Que se llene mi boca de alabanzas †
para cantar tu gloria *
y tu grandeza todo el día (Sal 70,8).
Escritos de Francisco de Asís
56

7
Escúchame, Señor, por tu benigna misericordia; *
por tu gran compasión vuélvete hacia mí (Sal 68,17).
8
Y no apartes tu rostro de tu siervo; *
escúchame enseguida que estoy atribulado (Sal 68,18).
9
Bendito sea el Señor, mi Dios (Sal 143,1), †
porque ha sido mi amparo y mi refugio *
en el día de mi tribulación (Sal 58,17).
10
Cantaré salmos para ti, mi auxilio, †
porque tú, oh Dios, eres mi amparo, *
Dios mío, misericordia mía (Sal 58,18).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
3. AlD 6. 4. AlD 4. 5. AlD 6. 9. OfP 11,8. 10. OfP 11,9 / AlHor
9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16;
7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 13,6; 14,10; 15,13; Rnb 24,5.

IV PARTE
En el tiempo del Adviento del Señor
Comienzan aquí otros salmos, que compuso también nues-
tro beatísimo padre Francisco, y han de decirse, en lugar
de los salmos anteriores de la pasión del Señor, únicamen-
te desde el Adviento del Señor hasta la vigilia del día de
Navidad.
COMPLETAS
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 13
ORACIÓN PIDIENDO LA LUZ DE LA VIDA
1
¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? *
¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro? (Sal 12,1).
I. Oraciones

57
2
¿Hasta cuándo tendrá que soportar turbación mi alma *
y dolor mi corazón, durante todo el día? (Sal 12,2).
3
¿Hasta cuándo mi enemigo triunfará sobre mí?
(Sal 12,3) *
Mira y escúchame, Señor, Dios mío (Sal 12,4).
4
Da luz a mis ojos para que no me duerma
en la muerte (Sal 12,4), *
y mi enemigo no pueda decir nunca: «Le he podido»
(Sal 12,5).
5
Los que me afligen saltarían de gozo si vacilara
(Sal 12,5); *
pero yo he esperado en tu misericordia (Sal 12,6).
6
Mi corazón saltará de gozo por tu salvación; †
cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, *
y cantaré salmos al nombre del Señor altísimo (Sal 12,6).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
6. AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10;
5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 14,10; 15,13;
Rnb 24,5.

MAITINES
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 14
ORACIÓN AGRADECIDA POR LA SALVACIÓN DE DIOS PADRE
EN CRISTO
1
Te alabaré, Señor, Padre santísimo, †
Rey del cielo y de la tierra, *
porque me has consolado (cf. Is 12,1; Mt 11,25).
2
Tú eres mi Dios salvador; *
actuaré con confianza y no temeré (cf. Is 12,2).
Escritos de Francisco de Asís
58

3
El Señor es mi fuerza y mi alabanza, *
y ha sido para mí la salvación (Is 12,2; cf. Ex 15,2;
Sal 117,14).
4
Tu diestra, Señor, se ha cubierto de gloria
por su fuerza; †
tu diestra, Señor, ha herido al enemigo, *
y con la grandeza de tu gloria has abatido
a mis adversarios (Ex 15,6-7).
5
Que lo vean los pobres y se alegren; *
buscad a Dios, y vivirá vuestra alma (Sal 68,33).
6
Porque el Señor ha escuchado a los pobres *
y no ha despreciado a los suyos en su derrota (Sal 68,34).
7
Que lo alaben el cielo y la tierra, *
el mar y cuanto se mueve en ellos (Sal 68,35).
8
Porque Dios salvará a Sión, *
y se edificarán las ciudades de Judá (Sal 68,36).
9
Y habitarán allí, *
y la tendrán en herencia (Sal 68,36).
10
Y la poseerá la descendencia de sus siervos, *
y los que aman su nombre vivirán en ella (Sal 68,37).
Gloria al Padre… Como era en el principio…

1. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3; 5,15; 6,11; 7,3.10; 15,3; SalVM 2 /


OfP 1,5; AlD 2; Rnb 23,1; 4CtaCl 21. 6. ExhAD 5; AlHor 7. 10.
AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16;
6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6; 15,13; Rnb 24,5.

PRIMA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Ten misericordia de mí, ¡oh Dios! (como


anteriormente: Salmo 3).
I. Oraciones

59
TERCIA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Alegraos en Dios, tierra entera, (como anterior-


mente: Salmo 10).

SEXTA
Antífona: Santa Virgen María.

Salmo: Que te escuche el Señor (como anteriormente:


Salmo 11).
NONA
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo: En ti, Señor, he esperado (como anteriormente:
Salmo 12 ) .

VÍSPERAS
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo: Pueblos todos, batid palmas (como anterior-
mente: Salmo 7).

Este salmo no se recita todo entero, sino sólo hasta el


versículo Tiemble en su presencia la tierra entera; bien en-
tendido que se ha de decir todo el versículo Tomad vues-
tros cuerpos. Concluido este versículo, se dice: Gloria al
Padre; y así se dice diariamente en vísperas, desde el Ad-
viento hasta la vigilia del día de Navidad.
Escritos de Francisco de Asís
60

V PARTE
En el tiempo desde la Natividad del Señor
hasta la octava de Epifanía
VÍSPERAS DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Antífona: Santa Virgen María.
Salmo 15
CANTO A LA GLORIA DEL NIÑO QUE SE NOS HA DADO
1
Saltad de gozo por Dios, nuestro auxilio (Sal 80,2); *
aclamad al Señor, Dios vivo y verdadero (1Tes 1,9),
con gritos de júbilo (cf. Sal 46,2).
2
Porque el Señor es excelso y terrible, *
soberano de toda la tierra (Sal 46,3).
3
Porque el santísimo Padre del cielo,
nuestro Rey antes de los siglos (cf. Sal 73,12), †
envió de lo alto a su amado Hijo (cf. 1Jn 4,9) *
que nació de la bienaventurada Virgen santa María.
4
Él le invocó: «Tú eres mi Padre»; †
y él lo nombró su primogénito, *
más alto que todos los reyes de la tierra
(cf. Sal 88,27-28).
5
En aquel día envió el Señor su misericordia, *
y en la noche su canto (cf. Sal 41,9).
6
Éste es el día que hizo el Señor; *
saltemos de gozo y alegrémonos en él (Sal 117,24).
7
Porque se nos ha dado un Niño santísimo, amado, †
y nació por nosotros (cf. Is 9,6) en el camino5,
5
«Nació no en casa de sus parientes sino en el camino» (SAN
GREGORIO MAGNO, Homilías sobre los evangelios, VIII, PL 76, 1104).
I. Oraciones

61
y fue colocado en un pesebre, *
pues no tenía sitio en la posada (cf. Lc 2,7).
8
Gloria al Señor Dios en las alturas, *
y en la tierra, paz a los hombres de buena voluntad
(cf. Lc 2,14).
9
Alégrese el cielo y salte de gozo la tierra, †
retumbe el mar y cuanto lo llena; *
gocen los campos y cuanto hay en ellos
(Sal 95,11-12).
10
Cantadle un cántico nuevo, *
cantad al Señor toda la tierra (cf. Sal 95,1).
11
Porque grande es el Señor y muy digno
de alabanza, *
más terrible que todos los dioses (Sal 95,4).
12
Dad al Señor, familias de los pueblos, †
dad al Señor gloria y honor, *
dad al Señor la gloria debida a su nombre (Sal 95,7-8).
13
Tomad vuestros cuerpos †
y cargad con su santa cruz (cf. Lc 14,27; Jn 19,17), *
y seguid hasta el fin sus santísimos preceptos
(cf. 1Pe 2,21).
Gloria al Padre… Como era en el principio…
1. OfP ben; AlD 3; 1CtaCus 7; Adm 16,2; Rnb 23,6 / OfP 7,1.
2. OfP 7,2. 3. ParPN 1; OfP 2,11; 3,3; 5,15; 6,11; 7,3.10; 14,1;
SalVM 2 / ParPN 6; OfP ant 3; 7,3; 9,2; SalVM 2; CtaO 51;
Adm 5,1; Test 40; TestCl 46 / ExhAD 4; ParPN 7; OfP ant 1;
SalVM 1; Rnb 23,3.6. 4. OfP 2,11; 5,15; 6,11. 5. OfP 9,4. 6.
ExhAD 8; OfP 9,5. 7. RCl 2,25 / 2CtaF 11.62 / ParPN 6; 4CtaCl
19; RCl 2,25; TestCl 45. 9. OfP 7,4; 9,7. 10. OfP 7,5. 11. OfP
7,6. 12. OfP 7,7; 9,8. 13. OfP 7,8; CtaO 7; Adm 5,8 / 2CtaF
13.47; CtaL 3; Rnb 16,6; 22,2. 13. OfP 7,8; Adm 5,8 / AlHor 9-
10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12; 4,10; 5,16; 6,16;
7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6; 14,10; Rnb 24,5.
Escritos de Francisco de Asís
62

Este salmo se recita en todas las Horas desde la Natividad


del Señor hasta la octava de la Epifanía.
Si alguno quiere decir este Oficio del bienaventurado Fran-
cisco, hágalo de la forma siguiente: diga primero Padre
nuestro con las alabanzas: Santo, santo, santo. Acabadas
las alabanzas con la oración, tal como se indica más arri-
ba, diga la antífona: Santa Virgen María, con el salmo seña-
lado para cada Hora del día y de la noche. Y dígalo con
gran reverencia.

6 SALUDO A LA BIENAVENTURADA
VIRGEN MARÍA (=SalVM)
EXPERIENCIA ESPIRITUAL Y HOMBRE NUEVO
1
¡Salve, Señora, santa Reina,
santa madre de Dios, María,
virgen hecha Iglesia,
2
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por él con su santísimo Hijo amado
y el Espíritu Santo Paráclito,
3
en ti estuvo y está toda la plenitud de la gracia
y todo bien!
4
¡Salve, palacio de Dios!
¡Salve, tabernáculo suyo!
¡Salve, casa suya!
5
¡Salve, vestidura suya!
¡Salve, esclava suya!
¡Salve, madre suya!
6
Y, ¡salve, todas vosotras santas virtudes,
que, por la gracia e iluminación del Espíritu Santo,
sois infundidas en los corazones de los fieles,
para hacerlos, de infieles, fieles a Dios!
I. Oraciones

63
1. ExhAD 4; OfP ant; 2CtaF 4-5; CtaO 21.38; Adm 1,16; ExhCl
6; 3CtaCl 17.24; RCl 3,14; TestCl 46.75.77. 2. ParPN 1; OfP
ant 1.3; TestCl 46 3. ExhAD 4; AlHor 11; AlD 3. 4. 2CtaF 4;
CtaO 21; Adm 1,16. 5. OfP ant 2; 2CtaF 4-5; Rnb 23,3.6;
UltVol 1; 3CtaCl 18; RCl 2,25; 6,7; 8,6; 12,13; TestCl 46.75.77.
6. SalVir 1-4; Adm 27,1-6; Rb 6,4; 9,4; RCl 8,4.

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO (=AlD)6 7


EXPERIENCIA DEL ABSOLUTO
1
Tú eres el santo Señor Dios único,
el que haces maravillas (cf. Sal 76,15).
2
Tú eres el fuerte,
tú eres el grande (cf. Sal 85,10),
tú eres el altísimo,
tú eres el omnipotente;
tú, Padre santo (Jn 17,11),
rey del cielo y de la tierra (cf. Mt 11,25).
3
Tú eres el trino y uno, Señor Dios de los dioses
(Sal 135,2);
tú eres el bien, el todo bien, el sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero (1Tes 1,9).
4
Tú eres el amor, la caridad (1Jn 4,8.16);
tú eres la sabiduría,
tú eres la humildad,
tú eres la paciencia (Sal 70,5),

6
Seguimos aquí la división en versículos y estrofas que ofrece
Carlo Paolazzi en la versión italiana de su edición crítica, en la que
presenta el texto latino numerado según las líneas del autógrafo
de Francisco.
Escritos de Francisco de Asís
64

tú eres la belleza,
tú eres la seguridad,
tú eres el descanso.
5
Tú eres el gozo y la alegría (cf. Sal 50,10),
tú eres nuestra esperanza,
tú eres la justicia,
tú eres la templanza,
tú eres todo, nuestra riqueza a satisfacción.
6
Tú eres la belleza,
tú eres la mansedumbre,
tú eres el protector (Sal 30,5),
tú eres el custodio y defensor;
tú eres la fortaleza (cf. Sal 42,2),
tú eres el refugio.
7
Tú eres nuestra esperanza,
tú eres nuestra fe,
tú eres nuestra caridad,
tú eres toda nuestra dulzura,
tú eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor,
Dios omnipotente, misericordioso Salvador.

1-7. SalVir 1-4; Adm 27. 1. AlHor 1; OfP 9,11;10,9; 2CtaF


62; Rnb 23,1.9. 2. OfP 1,5.9; 4,9; 5,9; 6,12; 1CtaF 1,14.18;
2CtaF 56; CtaO 1.50-52; Rnb 22,45; 23,1.11 / 4CtaCl 21. 3.
AlHor 11; ParPN 2; SalVM 3; Rnb 23,9 / OfP ben; 15,1;
1CtaCus 7; Adm 16,2; Rnb 23,6 / 2CtaF 62; CtaO 1.52; Rnb
17,18. 4. AlHor 4; ParPN 2; OfP 12,4; 1CtaF 2,19; 2CtaF 87;
SalVir 9; Adm 27,1-6; Rnb 17,5; 22,26; 23,9. 5. Adm 20,2. 6.
OfP 12,3.5 / 2CtaF 62 . 7. OrSD / Test 3; 3CtaCl 14; TestCl 70.
I. Oraciones

65

BENDICIÓN AL HERMANO LEÓN (=BenL) 7


1
El Señor te bendiga y te guarde.
Te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
2
Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz
(Núm 6,24-26).
3
El Señor te bendiga, hermano León (cf. Núm 6,27).
1-3. CtaO 49; Test 40-41; BenCl 1-16. 1. 2CtaF 88; 1CtaCus 9;
CtaM 1; BenCl 2-3. 2. Test 23; BenCl 4. 3. CtaM 1.

CÁNTICO DE LAS CRIATURAS (=Cánt)7 8


EXPERIENCIA MÍSTICA
1
Altísimo, omnipotente, buen Señor, 1

tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor


y toda bendición (cf. Ap 4,9.11).
2
A ti solo, Altísimo, te corresponden
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.
3
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas
(cf. Tob 8,7), 5

especialmente el señor hermano sol,


él es el día y por él nos alumbras;
4
y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación.

7
En su edición crítica de los escritos de san Francisco, Carlo
Paolazzi numera este Cántico según sus versos. Dado que la
división del texto se ha hecho hasta ahora en versículos, ofrecemos
aquí ambas numeraciones, para facilitar su consulta.
Escritos de Francisco de Asís
66

5
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna
y las estrellas (cf. Sal 148,3): 10

en el cielo las has formado claras y preciosas y bellas.


6
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo
(cf. Dan 3,64-65),
por el cual a tus criaturas das sustento
(cf. Sal 103,13-14).
7
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua
(cf. Sal 148,4.5), 15

que es muy útil y humilde y preciosa y casta.


8
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego
(cf. Dan 3,66),
por el cual alumbras la noche (cf. Sal 77,14):
y es bello y alegre y robusto y fuerte.
9
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana
la madre tierra (cf. Dan 3,74), 20

que nos sustenta y gobierna


y produce distintos frutos con flores de colores
y hierbas (cf. Sal 103,13.14).
10
Loado seas, mi Señor, por los que perdonan
por tu amor (cf. Mt 6,12),
y soportan la enfermedad y la tribulación.
11
Dichosos aquellos que las soportarán en paz
(cf. Mt 5,10), 25

pues por ti, Altísimo, coronados serán.


I. Oraciones

67
12
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana
la muerte corporal
de la cual ningún hombre vivo puede escapar.
13
¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!;
dichosos los que encontrará en tu santísima voluntad, 30
pues la muerte segunda no les hará mal
(cf. Ap 2,11; 20,6).
14
Load y bendecid a mi Señor (cf. Dan 3,85)
y dadle gracias
y servidle con gran humildad. 33

1. OrSD 1; Rnb 23,1 / ExhAD 17; AlHor 2.11; OfP ben; 2CtaF
61.62; 1CtaCus 7; Rnb 17,18. 2. Rnb 23,5. 3. ExhAD 13; AlHor
5.8; 2CtaF 61. 10. ParPN 8; Rnb 21,5-6; ExhCl 5; RCl 9,7-11.
11. Adm 11,3;15,1-2; VerAl 15; ExhCl 5-6. 12-13. 1CtaF 2,15;
2CtaF 72-85; CtaA 4; Rnb 21,7-8; 23,4. 14. Rnb 21,2; 22,26;
23,11; TestCl 22.
Escritos de Francisco de Asís
68
II. Cartas

69

II. CARTAS
FRATERNIDAD Y MISIÓN

• Carta a los fieles:


- Primera redacción (1CtaF)
- Segunda redacción (2CtaF)
• Carta a los clérigos:
- Primera redacción (1CtaCle)
- Segunda redacción (2CtaCle)
• Carta a las autoridades de los pueblos (CtaA)
• Cartas a los custodios:
- Primera Carta (1CtaCus)
- Segunda Carta (2CtaCus)
• Carta a un ministro (CtaM)
• Carta a toda la Orden (CtaO)
• Carta al hermano León (CtaL)
• Carta al hermano Antonio (CtaAnt)
• Carta a la señora Jacoba (CtaJac)
Escritos de Francisco de Asís
70
II. Cartas

71

Un segundo paso en la comprensión de Francisco


será oírlo predicar. Su experiencia contemplativa era
su suficiencia, pero también su misión. Fue llamado a
ser profeta y predicador del Reino. Esta conciencia
subyace a sus cartas. Todas han nacido como conse-
cuencia del mandato del Señor, y algunas especial-
mente reflejan que Francisco lo comprendía a la letra:
«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda
la creación» (Mc 16,15). Muchas las escribió estando
enfermo, urgido como el apóstol por la caridad de Cristo.
Lo primero que reflejan –rasgo esencial– es la im-
posible diferenciación de géneros: exhortar, alabar,
mandar, adoctrinar, confesarse..., todo va entremez-
clado. La unidad nace de pozo profundo, esa fuente
misteriosa del verdadero profeta, cuando ser personal
y Palabra coinciden.
Tenemos dos redacciones de la CARTA A TODOS LOS
FIELES sin poder fecharlas exactamente. La primera es
más breve y está íntegramente contenida en la segun-
da, y en ella no hay un desarrollo del tema eucarístico
–que fue una constante en las cartas y en la predica-
ción de Francisco a partir de 1220 – lo que permite
pensar que sea algo anterior a esa fecha, con lo que
muy bien pudiera ser la primera de sus cartas llegada
hasta nosotros. Su esquema nos recuerda la predica-
ción típica de la penitencia encomendada a Francisco,
y por Francisco a sus hermanos: la «brevedad de ser-
món», la fuerza del Evangelio como llamada a la con-
versión, Palabra que salva y juzga. La segunda redac-
ción, algunos años posterior a la primera, ha ampliado
los temas, y quizá ningún escrito como éste se presta a
Escritos de Francisco de Asís
72

darnos la visión franciscana del Evangelio. Ha sido con-


siderada por algunos como la Regla de los Penitentes
franciscanos (Tercera Orden franciscana). En todo caso,
ha de ser valorada como la «carta magna» de la predi-
cación universal del «hermano siervo de todos».
A modo de consejo de lectura recomendamos tener
en cuenta la dinámica de los temas, especialmente la
síntesis cristológica y trinitaria de la redención, la rela-
ción entre Palabra y Espíritu, la formulación de la reno-
vación interior en términos de experiencia mística, la
insistencia en las actitudes kenóticas. Quizá el mimo
que describe la muerte del pecador resulte extraño a
nuestra sensibilidad moderna, tanto más que en gene-
ral se tiene una imagen muy romántica de Francisco;
pero también a él caracteriza la seriedad con que un
santo trata las cosas de Dios.
En la misma línea de solicitud pastoral ponemos las
dos CARTAS A LOS CLÉRIGOS y la CARTA A LAS AUTORIDADES DE
LOS PUEBLOS, escritas en torno a 1220. ¿Qué pasaba en
el corazón de este pobrecillo «pequeñuelo y despre-
ciable», como a sí mismo se llama (CtaA 1), para tener
el atrevimiento de semejante tono y la pretensión de
ser escuchado por todos los hombres? Aquí encontra-
mos la correlación entre catolicidad como misión y
catolicidad como fe. Esta última se concentra en la de-
voción y veneración a la Eucaristía, tema constante de
sus cartas y uno de los mayoritarios de sus escritos.
Las dos CARTAS A LOS CUSTODIOS, datadas entre 1220 y
1223, están dirigidas a los superiores de la Orden de los
Hermanos Menores. Una de las preocupaciones perma-
nentes de Francisco respecto a los suyos: la fidelidad a la
fe católica, que, en las circunstancias históricas de sus
II. Cartas

73
fraternidades, fácilmente asimilables a otros grupos
heréticos de la época, tenía como test la obediencia a
la jerarquía y la veneración del «santísimo cuerpo y san-
gre de nuestro Señor Jesucristo y sus santos nombres y
palabras escritas, que consagran el cuerpo».
La Eucaristía es para Francisco piedra de toque de
los cristianos. Si se lee el conjunto de sus escritos, inme-
diatamente se concluye que tuvo esa intuición certera
del Espíritu que produce el «sentido de la fe». Obsérve-
se cómo el sacramento es situado en la dinámica de la
revelación y de la comunicación de Dios al mundo, en la
obediencia sacrificial de Jesús, en el realismo histórico
salvífico, en las actitudes fundamentales de la conver-
sión cristiana, en el centro de la vida eclesial y religiosa,
entre los temas prioritarios de la predicación.
La CARTA A UN MINISTRO es uno de los documentos más
preciosos para conocer a Francisco por dentro. Escrita
presumiblemente entre los capítulos de Pentecostés de
los años 1221 y 1223, no sabemos exactamente a qué
ministro se dirige; pero la carta resuena con la fibra más
entrañable: la misericordia. ¿No es, cabalmente, el ob-
jeto último de su contemplación, y la primera expe-
riencia de su conversión, y el sentido de su vocación
como hermano menor, y el método apostólico de sus
fraternidades, y el criterio decisivo del gobierno de la
Orden, y, como se ve en el presente texto, hasta el
proyecto evangélico por excelencia?
La CARTA A TODA LA ORDEN es, muy probablemente una
de las últimas cartas de Francisco llegadas hasta noso-
tros (1224-1226). Esta vez el secretario se permitió más
libertad respecto al dictado de Francisco; pero sólo li-
bertad estilística, ya que la carta entera es resonancia
Escritos de Francisco de Asís
74

del hermano y siervo de la Fraternidad. Hasta el géne-


ro básico, el de exhortación, es suyo, adquiriendo aquí
verdadera categoría teológica. La exhortación profética
supone conciencia inalienable de la propia misión, y
Francisco la tiene para con sus hermanos. Es llamada a
la escucha de la Palabra, fundamento de la vocación
evangélica. Es recuerdo del don de Dios en Cristo, cuyo
sacramento es la Eucaristía, centro vital de la fraterni-
dad. Es reconocimiento del propio pecado. Es llamada
a la fidelidad. Es bendición y apelación al juicio de Dios.
Es, finalmente, súplica confiada al Dios de la Alianza,
fuente omnitotal del bien.
La CARTA AL HERMANO LEÓN, que conservamos autógra-
fa, es un signo particular de amistad entre Francisco y
su compañero de camino y secretario, y un documento
de excepción sobre la síntesis cristiana, tan peculiar, de
obediencia y libertad.
La CARTA AL HERMANO ANTONIO es posterior a la Regla
bulada, o sea, su datación hay que colocarla entre los
años 1223-1224. Revela la evolución de la Fraternidad
abocada a urgencias apostólicas nuevas. Francisco si-
gue reafirmando lo indeclinable: el primado de Dios y
de la escucha de la fe.
En su lecho de muerte, Francisco dicta la CARTA A LA
SEÑORA JACOBA, la viuda romana a la que el santo llamaba
«Fray Jacoba». No conocemos el texto de la misma, pero
las fuentes biográficas informan detalladamente –aun-
que con diversos matices– de su contenido, que habla
de una relación caracterizada por la naturalidad y la
libertad de quien vive y sufre con rostros, y cuyo mun-
do más propio es el afectivo, no el de las ideas.
II. Cartas

75

CARTA A LOS FIELES 1


Primera redacción (=1CtaF)

1. Los que hacen penitencia


1
¡En el nombre del Señor!
Todos aquellos que aman al Señor con todo el cora-
zón, con toda el alma y la mente y con todas sus fuer-
zas (cf. Mc 12,30), y aman a sus prójimos como a sí
mismos (cf. Mt 22,39), 2 y aborrecen sus cuerpos con
sus vicios y pecados, 3 y reciben el cuerpo y la sangre
de nuestro Señor Jesucristo, 4 y dan los frutos propios
de la penitencia (Lc 3,8), 5 ¡oh, cuán dichosos y ben-
ditos son aquellos y aquellas que hacen estas cosas y
en ellas perseveran!, 6 porque sobre ellos descansará
el Espíritu del Señor (cf. Is 11,2) y hará en ellos habi-
tación y morada (cf. Jn 14,23); 7 y son hijos del Padre
celestial (cf. Mt 5,45), cuyas obras hacen, y son espo-
sos, hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo
(cf. Mt 12,50).
8
Somos sus esposos cuando el alma fiel se une a
nuestro Señor Jesucristo por el Espíritu Santo; 9 somos
sus hermanos cuando hacemos la voluntad del Padre,
que está en los cielos (Mt 12,50); 10 somos sus madres,
cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo
(cf. 1Cor 6,20) por el amor divino y por una concien-
cia pura y sincera, y lo damos a luz por las obras san-
tas, que deben ser luz para los demás por el ejemplo
(cf. Mt 5,16).
Escritos de Francisco de Asís
76

11
¡Oh, cuán glorioso es tener en el cielo un padre
santo y grande! 12 ¡Oh, cuán santo, es tener un tal es-
poso, defensor, hermoso y admirable! 13 ¡Oh, cuán san-
to y cuán amado, es tener un tal hermano y un tal hijo,
agradable, humilde, pacífico, dulce, amable y más que
todas las cosas deseable, nuestro Señor Jesucristo!, que
dio su vida por sus ovejas (cf. Jn 10,15) y oró al Padre
diciendo: 14 Padre santo, guarda en tu nombre (Jn
17,11) a los que me diste en el mundo; tuyos eran y tú
me los diste (Jn 17,6). 15 Y las palabras que me diste, se
las he dado yo a ellos; y ellos las han aceptado y han
creído verdaderamente que salí de ti, y han conocido
que tú me enviaste (cf. Jn 17,8). 16 Ruego por ellos y no
por el mundo (cf. Jn 17,9). 17 Bendícelos y conságralos
(cf. Jn 17,17); también yo me consagro a mí mismo por
ellos (Jn 17,19). 18 No ruego sólo por ellos, sino también
por los que han de creer en mí por su palabra (Jn 17,20),
para que sean consagrados en la unidad, como noso-
tros (cf. Jn 17,23.11). 19 Y quiero, Padre, que donde
estoy yo también ellos estén conmigo, para que vean
mi gloria (cf. Jn 17,24) en tu reino (Mt 20,21). Amén.

1. 2CtaF 1; Rnb 4,1; 24,1; Rb 1,1; 8,5; RCl 1,1; TestCl 1 / ParPN
5; 2CtaF 18.26; Rnb 23,8; CtaErm 11. 2. 2CtaF 32.37.46; CtaO
50; Adm 10,2-4; Rnb 17,7; 22,5.7-8; 23,8. 3. 2CtaF 22.63;
CtaA 6; 1CtaCus 6; Rnb 20,5; RCl 3,14. 4. 2CtaF 25; Rnb 21,3.
5-10. 2CtaF 48-53. 5. SalVM 5; 2CtaF 18. 6. 2CtaF 48; Rnb
22,27; 3CtaCl 22-23. 7. OfP ant 2; 2CtaF 49-53; FVCl 1; 1CtaCl
12.24; 3CtaCl 1; 4CtaCl 15-17; RCl 6,3. 8-10. 2CtaF 49-53;
2CtaCl 1; 4CtaCl 4.15.17; TestCl 14. 11-13. 2CtaF 54-56; Rnb
22,32. 14-19. 2CtaF 57-60; Rnb 22,42-55. 14. OfP 1,9; 4,9;
5,9; 6,12; AlD 2; 2CtaF 56; Rnb 22,45; 23,1.
II. Cartas

77
2. Los que no hacen penitencia
1
Por el contrario, todos aquellos y aquellas que no
viven en penitencia, 2 ni reciben el cuerpo y la sangre
de nuestro Señor Jesucristo, 3 y viven en el vicio y el
pecado, y van tras la mala concupiscencia (cf. Col 3,5)
y los malos deseos de su carne (cf. Gál 5,16), 4 y no
cumplen lo que prometieron al Señor, 5 y sirven
corporalmente al mundo con los deseos carnales (1Pe
2,11) y con los afanes de este mundo (cf. Mt 13,22; Lc
21,34) y las preocupaciones de esta vida, 6 engañados
por el diablo, cuyos hijos son y cuyas obras hacen (cf. Jn
8,41), son unos ciegos (cf. Mt, 15,14), 7 pues no ven al
que es la luz verdadera (cf. Jn 1,9), nuestro Señor Jesu-
cristo.8 No tienen sabiduría espiritual, porque no tienen
al Hijo de Dios, que es la verdadera sabiduría del Pa-
dre. 9 De ellos se dice: Su sabiduría ha sido devorada
(Sal 10 6,27); y: Malditos los que se apartan de tus
mandatos (Sal 118,21). 10 Ven y conocen, saben y ha-
cen el mal, y a sabiendas pierden sus almas.
11
Mirad, ciegos, engañados por vuestros enemigos,
la carne, el mundo y el diablo, que al cuerpo le es
dulce pecar y amargo servir a Dios, 12 pues todos los
vicios y pecados salen y proceden del corazón del
hombre, como dice el Señor en el Evangelio (cf. Mc
7,21.23; Mt 15,18-19). 13 Y nada tenéis en este mundo
ni en el futuro. 14 Pensáis poseer por mucho tiempo las
vanidades de este mundo, pero estáis engañados, por-
que vendrán el día y la hora que no pensáis, que des-
conocéis e ignoráis (cf. Mt 24,44; 25,13): enferma el
cuerpo, se acerca la muerte, y se muere así con muerte
amarga (1Sam 15,32).
Escritos de Francisco de Asís
78

15
Y dondequiera, cuandoquiera y comoquiera que
muere el hombre en pecado mortal, sin penitencia y
sin haberlo reparado, si pudiendo hacerlo no lo hace,
el diablo arrebata el alma de su cuerpo con tanta an-
gustia y tribulación como nadie lo puede imaginar, sino
el que las padece. 16 Y todos los talentos y el poder, y
la ciencia y la sabiduría (cf. 2Crón 1,12) que creían te-
ner, les serán arrebatados (cf. Lc 8,18; Mc 4,25). 17 Y los
dejan a los parientes y amigos; y éstos toman y repar-
ten su hacienda, y dicen luego: «¡Maldita sea su alma,
pues pudo dejarnos más y haber ganado más de lo
que ganó!» 18 El cuerpo se lo comen los gusanos; y así
pierden el cuerpo y el alma en este mundo caduco, e
irán al infierno, donde serán atormentados sin fin (cf.
Lc 16,24).

1-9. 2CtaF 63-66. 5. CtaA 3; Rnb 8,2. 6. Rnb 21,8. 8. 2CtaF 67-
68. 9. 2CtaF 17.67; CtaA 3; Rnb 5,16; TestCl 76. 10-14. 2CtaF
68-72. 11. Test 3. 12. 2CtaF 37.69; Rnb 22,7.8. 14. OfP 1,5;
2CtaF 81; CtaA 2. 15-18. 2CtaF 82-85. 15. Cánt 13. 16. 2CtaF
83; CtaA 4; Adm 18,2. 18. OfP 1,5.

3. Ruego final y bendición


19
A todos aquellos a quienes lleguen estas letras, les
rogamos, por la caridad que es Dios (cf.1Jn 4,8.16),
que acojan benignamente con amor divino las
sobredichas fragantes palabras de nuestro Señor Jesu-
cristo. 20 Y los que no saben leer, háganselas leer con
frecuencia; 21 y ténganlas consigo con obras santas has-
ta el fin, porque son espíritu y vida (Jn 6,63).
II. Cartas

79
22
Y los que no hagan esto tendrán que dar cuenta,
en el día del juicio (cf. Mt 12,36), ante el tribunal de
nuestro Señor Jesucristo (cf. Rom 14,10).

19. AlD 4.7; 2CtaF 87; Rnb 17,5; 22,26 / 2CtaF 2. 20-21.
2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; 2CtaCus 6-7;
CtaO 47-49; Rnb 24,1-3. 21. Test 39 / 2CtaF 3; Adm 1,6; Rnb
22,39; Test 13. 22. 2CtaF 87; CtaCle 14; CtaA 8; Rnb 4,6;
16,4; RCl 4,9.

CARTA A LOS FIELES 2


Segunda redacción (=2CtaF)

1
En el nombre del Señor, Padre e Hijo y Espíritu
Santo. Amén.
A todos los cristianos, religiosos, clérigos y laicos, a
todos los hombres y mujeres que habitan en el mundo
entero (cf. Mc 14,9; Rom 1,8), el hermano Francisco, su
siervo y súbdito: mis respetos con reverencia, paz ver-
dadera del cielo y caridad sincera en el Señor.
2
Puesto que soy siervo de todos, a todos estoy obli-
gado a servir y a administrar las fragantes palabras de
mi Señor. 3 Por eso, considerando detenidamente que,
dada la enfermedad y debilidad de mi cuerpo, no pue-
do visitaros personalmente a cada uno, me he propuesto
haceros llegar, por medio de estas letras y de mensaje-
ros, las palabras de nuestro Señor Jesucristo, que es la
Palabra del Padre, y las palabras del Espíritu Santo, que
son espíritu y vida (Jn 6,63).
Escritos de Francisco de Asís
80

1. La Palabra del Padre


4
Esta Palabra del Padre, tan digna, tan santa y glo-
riosa, fue anunciada por el mismo altísimo Padre desde
el cielo, por medio de su santo ángel Gabriel, [y vino]
al seno de la santa y gloriosa Virgen María, del cual
recibió la verdadera carne de nuestra humanidad y fra-
gilidad. 5 Y, siendo sobremanera rico (cf. 2Cor 8,9), quiso
escoger la pobreza en este mundo, junto con la bien-
aventurada Virgen, su madre.
6
Y poco antes de la pasión celebró la Pascua con sus
discípulos, y, tomando el pan, dio gracias, lo bendijo y
lo partió, diciendo (cf. Lc 22,19): Tomad y comed, esto
es mi cuerpo (Mt 26,26). 7 Y, tomando el cáliz, dijo:
Ésta es mi sangre del nuevo testamento, que será de-
rramada por vosotros y por todos para el perdón de
los pecados (Mt 26,27-28; cf. Lc 22,20). 8 Después
oró al Padre, diciendo: Padre, si es posible, que pase
de mí este cáliz (cf. Mt 26,39; Mc 14,35). 9 Y sudó
como gotas de sangre que chorreaban hasta el suelo
(Lc 22,44). 10 Puso, sin embargo, su voluntad en la vo-
luntad del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad
(Mt 26,42); no sea como yo quiero, sino como quieres
tú (Mt 26,39).
11
Y esta fue la voluntad de su Padre: que su bendito
y glorioso Hijo, a quien nos dio y que por nosotros
nació (cf. Is 9,6), se ofreciese a sí mismo, por medio
de su propia sangre, como sacrificio y hostia en el
altar de la cruz; 12 no por sí, por quien todo fue hecho
(cf. Jn 1,3), sino por nuestros pecados, 13 dejándonos
ejemplo para que sigamos sus huellas (cf. 1Pe 2,21).
II. Cartas

81
14
Y quiere que todos seamos salvados por él y que lo
recibamos con un corazón puro y con un cuerpo casto.
15
Pero son pocos los que quieren recibirlo y ser salva-
dos por él, por más que su yugo sea suave y su carga,
ligera (cf. Mt 11,30).

1. 1CtaF 1; CtaO 1; Rnb pról 1; 4,1; 24,1; Rb 1,1; RCl 1,1;


TestCl 1; BenCl 1 / CtaA 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaO 2-4;
CtaL 1; CtaAnt 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl
1-3; CtaErm 1. 2. 1CtaF 2,19. 3. 1CtaF 1,21 / CtaO 39; TestS
2; Test 29; CtaJac 6 / 1CtaF 2,21; 2CtaF 87; Adm 1,6; Rnb
22,39; Test 13. 4. OfP ant 1-3; 15,3; SalVM 1-5; Adm 1,16;
Rnb 23,3. 5. Rb 6,3; 1CtaCl 20; RCl 8,3 / FVCl 1; Rnb 9,5;
UltVol 1; RCl 2,25; 6,7; 12,13-15; TestCl 46. 6-7. Adm 1,10.
11. OfP 15,7; CtaO 46. 12. 3CtaCl 7. 13. OfP 7,8; 15,13;
CtaO 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2; 3CtaCl 25; RCl bula 13;
TestCl 36. 14-15. 1CtaF 1-3; 2CtaF 22-23; CtaA 6; 1CtaCus
6; Rnb 20,5; RCl 3,14.

2. Exigencias del seguimiento de Cristo

El amor a Dios
Los que no quieren gustar cuán suave es el Señor
16

(cf. Sal 33,9) y aman las tinieblas más que la luz (Jn
3,19), no queriendo cumplir los mandatos de Dios, son
malditos; 17 y de ellos dice el profeta: Malditos los que
se apartan de tus mandatos (Sal 118,21). 18 En cambio,
¡oh, cuán dichosos y benditos son los que aman a Dios
y hacen lo que dice el mismo Señor en el Evangelio:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda
tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo! (cf. Mt
22,37.39).
Escritos de Francisco de Asís
82

19
Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro
corazón y mente pura, porque él mismo, buscando esto
por encima de todo, dice: Los verdaderos adorado-
res adorarán al Padre en espíritu y en verdad (Jn 4,23).
20
Es preciso, por ello, que todos los que lo adoran lo
adoren en espíritu de verdad (cf. Jn 4,24). 21 Y dirijá-
mosle alabanzas y oraciones día y noche (Sal 31,4), di-
ciendo: Padre nuestro, que estás en los cielos (Mt 6,9);
porque es necesario que oremos siempre y no desfa-
llezcamos (cf. Lc 18,1).

16-17. 1CtaF 2,9; CtaA 3; Rnb 5,16; TestCl 76. 18. ParPN 5;
1CtaF 1,1.5; 2CtaF 26; Rnb 23,8; CtaErm 11. 19-20. Adm 1,5;
16,2; Rnb 22,26.29.30-31; Rb 10,9; RCl 10,10. 21. ParPN 1-10;
Rnb 3,5-10; 22,28-29; Rb 3,3; RCl 3,3-7.

La vida sacramental
22
Debemos, ciertamente, confesar todos nuestros
pecados al sacerdote. 23 Y recibamos de él el cuerpo y
la sangre de nuestro Señor Jesucristo, porque quien no
come su carne y no bebe su sangre (cf. Jn 6,54.55.57),
no puede entrar en el reino de Dios (Jn 3,5). 24 Pero
cómalo y bébalo dignamente, porque quien lo recibe
indignamente, come y bebe su propia sentencia, no
distinguiendo el cuerpo del Señor (1Cor 11,29), es decir,
sin discernirlo.

22. CtaM 18-20; Rnb 20,1-4 / 1CtaF 1,3; 2CtaF 63; CtaA 6; Rnb
20,5; RCl 3,14. 23. 2CtaF 34; 1CtaCus 6; Rnb 16,7. 24. CtaO
19; Adm 1,13.
II. Cartas

83
El amor al prójimo
25
Demos, además, los frutos propios de la peniten-
cia (Lc 3,8). 26 Y amemos a nuestros prójimos como a
nosotros mismos (cf. Mt 22,39). 27 Y si alguno no quiere
amarlos como a sí mismo, al menos no les haga mal,
sino hágales el bien.
28
Y los que han recibido la potestad de juzgar a
otros, juzguen con misericordia, como ellos mismos
quieren tener la misericordia del Señor, 29 pues tendrán
un juicio sin misericordia aquellos que no tuvieron mi-
sericordia (cf. Sant 2,13).
30
Tengamos, por tanto, caridad y humildad; y de-
mos limosnas, porque éstas limpian en las almas las
manchas de los pecados (cf. Tob 4,11; 12,9). 31 Pues los
hombres pierden todo lo que dejan en este mundo,
pero se llevan consigo la recompensa de la caridad y
las limosnas que hicieron, por las que recibirán del Se-
ñor premio y digna remuneración.

25. 1CtaF 1,4; Rnb 21,3. 26-27. ParPN 5.8; 1CtaF 1,1; 2CtaF
18.38; Adm 9,1-4. 28. 2CtaF 43; CtaM 17; Adm 18,1; Rnb 4,4;
6,2; 10,1; Rb 6,9; RCl 8,14. 30. Rnb 21,4; Rb 6,2; RCl 10,1;
TestCl 56. 31. Rnb 9,9.

La comunión eclesial
32
Debemos también ayunar y abstenernos de los
vicios y pecados (cf. Eclo 3,32), y de la demasía en el
comer y beber, y ser católicos.
33
Debemos, asimismo, visitar con frecuencia las igle-
sias y venerar y reverenciar a los clérigos, no tanto por
Escritos de Francisco de Asís
84

ellos mismos, si son pecadores, cuanto por su oficio y


por la administración del santísimo cuerpo y sangre de
Cristo, que ellos sacrifican sobre el altar y reciben y
administran a los demás.
34
Y estemos todos firmemente convencidos de que
ninguno puede salvarse sino por las santas palabras y la
sangre de nuestro Señor Jesucristo, que los clérigos
dicen, anuncian y administran; 35 y sólo ellos deben
administrar y no otros.

32. Rnb 3,1.11-13; Rb 3,5-8; NACl 1-9; 3CtaCl 29-37; RCl 3,8-
11 / 1CtaF 1,2; 2CtaF 37; Rnb 22,5 / Rnb 19,1-2; 23,7; Rb 2,2;
12,4; Test 31; RCl 2,3; 12,13. 33. Adm 26,1-4; Rnb 19,3; TestS
5; Test 4.6-10. 34. 1CtaCus 6.7; CtaO 37; Test 10. 35. Adm
26,3; Test 10.

Más y mayores exigencias


36
Y de manera especial los religiosos, que renun-
ciaron al mundo, están obligados a hacer más y mayo-
res cosas, sin omitir éstas (cf. Lc 11,42). 37 Debemos
aborrecer nuestros cuerpos con sus vicios y pecados,
porque dice el Señor en el Evangelio: todos los males,
vicios y pecados salen del corazón (cf. Mt 15,18-19;
Mc 7,23). 38 Debemos amar a nuestros enemigos y ha-
cer el bien a los que nos odian (cf. Mt 5,44; Lc 6,27).
39
Debemos observar los preceptos y consejos de nues-
tro Señor Jesucristo. 40 Debemos, también, negarnos a
nosotros mismos (cf. Mt 16,24) y poner nuestros cuer-
pos bajo el yugo de la servidumbre y de la santa
obediencia, según lo que cada uno prometió al Señor.
41
Y ninguno está obligado por obediencia a obedecer
a nadie en aquello en lo que se comete delito o pecado.
II. Cartas

85
42
Pero aquel a quien se debe obediencia y que es
tenido por mayor, sea como el menor y siervo de los
otros hermanos (cf. Lc 22,26; Mt 20, 26-27; Mc 10,43-
44). 43 Y practique y tenga con cada uno de los herma-
nos la misericordia que quisiera que se tuviera con él si
estuviese en una situación semejante (cf. Mt 7,12). 44 Y
no se aíre contra el hermano por el pecado de éste,
sino amonéstelo y sopórtelo benignamente, con toda
paciencia y humildad.
45
No debemos ser sabios y prudentes según la car-
ne (cf. 1Cor 1,26), sino, más bien, sencillos, humildes
y puros. 46 Y hagamos de nuestros cuerpos objeto de
oprobio y desprecio, porque todos, por nuestra cul-
pa, somos míseros y podridos, hediondos y gusanos,
como dice el Señor por el profeta: Yo soy un gusano y
no un hombre, deshonra de la gente y desecho del
pueblo (Sal 21,7). 47 Nunca debemos desear estar so-
bre los demás, sino, más bien, debemos ser siervos
y estar sometidos a toda humana criatura por Dios
(cf. 1Pe 2,13).

36. Rnb 22,9. 37. 1CtaF 1,2; 2CtaF 32.46; Rnb 22,5.7-8. 38.
ParPN 8; Adm 9,1; Rnb 16,11; 22,1; Rb 10,10; RCl 10,11. 40.
CtaO 10; SalVir 14-15; Adm 3; Rb 10,2; RCl 10,2; TestCl 67.
41. Adm 3,7; Rnb 5,2; Rb 10,3; RCl 10,3. 42. Rnb 4,2.6; 5,3-
7.9-12; Rb 8,1; 10,1.6; RCl 10,5. 43. 2CtaF 28.43; CtaM 17;
Adm 18,1; Rnb 4,4; 6,2; 10,1; Rb 6,9; ExhCl 5; RCl 8,14; TestCl
69. 44. Adm 11,2-3; Rnb 5,7; 10,4; 11,4; Rb 7,3; RCl 9,5-6. 45.
SalVir 10; Rnb 16,2; 17,10.15; Rb 10,9; RCl 10,10; TestCl 56.
46. 1CtaF 1,2; 2CtaF 37.40; CtaO 50; Adm 10,2-4; Rnb 17,7;
22,5.7-8; 23,8 / OfP 4,7. 47. SalVir 16-18; Adm 19,1-4; Rnb
6,3-4; 7,1; 16,6.
Escritos de Francisco de Asís
86

3. Excelencias de la vida cristiana


48
Y sobre todos aquellos y aquellas que hagan estas
cosas y perseveren en ellas hasta el fin, descansará el
Espíritu del Señor (Is 11,2) y hará en ellos habitación y
morada (cf. Jn 14,23). 49 Y serán hijos del Padre celes-
tial (cf. Mt 5,45), cuyas obras hacen. 50 Y son esposos,
hermanos y madres de nuestro Señor Jesucristo (cf.
Mt 12,50). 51 Somos sus esposos cuando el alma fiel se
une a Jesucristo, por el Espíritu Santo; 52 somos sus her-
manos cuando hacemos la voluntad de su Padre, que
está en el cielo (cf. Mt 12,50); 53 somos sus madres,
cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo
(cf. 1Cor 6,20) por el amor y por una conciencia pura y
sincera, y lo damos a luz por las obras santas, que de-
ben ser luz para los demás por el ejemplo (cf. Mt 5,16).
54
¡Oh, cuán glorioso y santo y grande es tener en el
cielo un padre! 55 ¡Oh, cuán santo es tener un esposo,
defensor, hermoso y admirable! 56 ¡Oh, cuán santo y
cuán amado es tener un tal hermano e hijo, agradable,
humilde, pacífico, dulce y amable y más que todas las
cosas deseable!, que dio su vida por sus ovejas (cf. Jn
10,15) y oró al Padre por nosotros, diciendo: Padre
santo, guarda en tu nombre a los que me diste (Jn
17,11). 57 Padre, todos los que me diste en el mundo,
tuyos eran y tú me los diste (Jn 17,6). 58 Y las palabras
que me diste se las he dado yo a ellos; y ellos las han
aceptado, y han conocido verdaderamente que salí de
ti y han creído que tú me enviaste (Jn 17,8). Ruego
por ellos y no por el mundo (cf. Jn 17,9); bendícelos y
conságralos (cf. Jn 17,17). 59 También yo me consagro
a mí mismo por ellos, para que sean consagrados en
II. Cartas

87
la unidad, como también nosotros somos uno (cf. Jn
17,19.22). 60 Y quiero, Padre, que donde estoy yo
también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria
(cf. Jn 17,24) en tu reino (Mt 20,21).
61
A quien tanto ha soportado por nosotros,
tantos bienes nos ha traído y nos ha de traer
en el futuro,
toda criatura del cielo, de la tierra, del mar
y de los abismos,
rinda alabanza, gloria, honor y bendición (cf. Ap 5,13);
62
porque él es nuestra fuerza y fortaleza (cf. Ap 7,12),
el solo bueno (cf. Lc 18,19), el solo altísimo,
el solo omnipotente (cf. Sal 82,19),
admirable, glorioso (cf. Is 9,6; Dan 3,52),
y el solo santo, laudable y bendito (cf. Dan 3,52)
por los infinitos siglos de los siglos. Amén.

48-53. 1CtaF 1,5-10. 48. Rnb 22,27; 3CtaCl 22. 49-51. 1CtaF
1,7-8; OfP ant 2. 50. FVCl 1; 1CtaCl 12.24; 3CtaCl 1; 4CtaCl
4.15. 51. FVCl 1; RCl 6,3. 53. 3CtaCl 25; TestCl 14. 54-56.
ParPN 1; 1CtaF 1,11-13; Rnb 22,32 / OfP 1,5.9; 4,9; 5,9; 6,12;
AlD 2; Rnb 22,45; 23,1. 57-60. OfP 1,5; 1CtaF 1,14-19; Rnb
22,41-45.55. 61-62. OrSD; ExhAD 17; AlHor 1-8; ParPN 2;
OfP ben; SalVM 3; AlD 1.3.5; Cánt 1; CtaO 4.50; Rnb 17,17.18;
23,1.9.

4. Los que no hacen penitencia

La esclavitud del pecador


63
Por el contrario, todos aquellos que no viven en
penitencia, ni reciben el cuerpo y la sangre de nuestro
Señor Jesucristo, 64 y viven en el vicio y el pecado, y
Escritos de Francisco de Asís
88

van tras la mala concupiscencia (cf. Col 3,5) y los malos


deseos, y no cumplen lo que prometieron, 65 y sirven
corporalmente al mundo con los deseos carnales (1Pe
2,11), las preocupaciones y afanes de este mundo (cf.
Mt 13,22; Lc 21,34) y las preocupaciones de esta vida,
66
engañados por el diablo, cuyos hijos son y cuyas
obras hacen (cf. Jn 8,41.44), son unos ciegos (Mt 15,14),
pues no ven al que es la luz verdadera (cf. Jn 1,9),
nuestro Señor Jesucristo. 67 No tienen sabiduría espiri-
tual, porque no tienen en sí al Hijo de Dios, que es la
verdadera sabiduría del Padre. De ellos se dice: Su sa-
biduría ha sido devorada (Sal 106,27). 68 Ven, conocen,
saben y hacen el mal, y a sabiendas pierden sus almas.
69
Mirad, ciegos, engañados por nuestros enemigos,
es decir: la carne, el mundo, el diablo, que al cuerpo
le es dulce pecar y amargo servir a Dios, pues todos
los males, vicios y pecados salen y proceden del cora-
zón del hombre, como dice el Señor en el Evangelio
(cf. Mc 7,21.23). 70 Y nada tenéis en este mundo ni en
el futuro. 71 Pensáis poseer por mucho tiempo las vani-
dades de este mundo, pero estáis engañados, porque
vendrán el día y la hora que no pensáis, que descono-
céis e ignoráis (cf. Mt 25,13).

El moribundo impenitente
72
Enferma el cuerpo, se acerca la muerte, vienen los
parientes y amigos diciendo:
– «Dispón de tus bienes» (cf. Is 38,1).
73
He aquí que su mujer y sus hijos, y los parientes y
amigos fingen llorar. 74 Y, al mirarlos y verlos llorar, se
II. Cartas

89
siente movido por un mal impulso, y, pensando para
sí, dice:
– «He aquí que pongo en vuestras manos mi alma, y
mi cuerpo y todas mis cosas.»
75
Verdaderamente es maldito este hombre que confía
y pone su alma y su cuerpo, y todas sus cosas en tales
manos; 76 pues dice el Señor por el profeta: Maldito el
hombre que pone su confianza en el hombre (Jer 17,5).
77
Y en seguida hacen venir al sacerdote. Y el sacerdote
le dice:
– «¿Quieres recibir la penitencia de todos tus
pecados?»
78
Responde:
– «Quiero.»
– «¿Quieres reparar con tus bienes, en cuanto te es
posible, los pecados cometidos y lo que defraudaste y
engañaste a los hombres?»
79
Responde:
– «No.»
Y el sacerdote le dice:
– «¿Por qué no?»
80
– «Porque he dejado todo en manos de los parientes
y amigos.»
81
Y comienza a perder el habla, y así muere aquel
mísero, con muerte amarga (1Sam 15,32).
82
Pero sepan todos que, dondequiera y comoquiera
que muera un hombre en pecado mortal sin haberlo
reparado, y pudiendo haberlo hecho no lo hizo, el diablo
arrebata el alma de su cuerpo con tanta angustia y
tribulación como nadie lo puede imaginar, sino el que
las padece.
Escritos de Francisco de Asís
90

83
Y todos los talentos, y el poder, y la ciencia que
creía tener, le serán arrebatados (cf. Lc 8,18; Mc 4,25).
84
Y los deja a los parientes y amigos, y éstos toman y
reparten su hacienda, y dicen luego:
– «¡Maldita sea su alma, pues pudo dejarnos más y
haber ganado más de lo que ganó!»
85
El cuerpo se lo comen los gusanos, y así pierde el
cuerpo y el alma en este mundo caduco, e irá al infierno,
donde será atormentado sin fin.

63-67. 1CtaF 2,1-9. 63. 1CtaF 1,3; CtaA 6; Rnb 20,5; RCl 3,14.
64. Rnb 17,7. 65. CtaA 3; Rnb 8,2; Rb 10,7; RCl 10,6. 66. Adm
1,8; Rnb 21,8; 3CtaCl 6; CtaErm 6. 67. SalVir 1.9; Rnb 17,16.
68-72. 1CtaF 2,10-14. 69. 3CtaCl 6.20.27-28 / Rnb 22,7.8. 72.
Cánt 12-13; CtaA 2. 81-85. Cánt 13; 1CtaF 2,15-18; CtaA 4;
Adm 18,2; Rnb 21,8; 22,5.

5. Ruego final y bendición


86
A todos aquellos a quienes llegue esta carta, yo, el
hermano Francisco,vuestro menor siervo, os ruego y
suplico encarecidamente, por la caridad que es Dios
(cf. 1Jn 4,8.16) y con la voluntad de besar vuestros pies,
que os sintáis obligados a acoger, poner por obra y
observar con humildad y caridad éstas y las demás pa-
labras de nuestro Señor Jesucristo.
87
Y los que no saben leer, háganselas leer con fre-
cuencia, y ténganlas consigo con obras santas, hasta el
fin, porque son espíritu y vida (Jn 6,63). Y los que no
hagan esto tendrán que dar cuenta, en el día del jui-
cio (cf. Mt 12,36), ante el tribunal de nuestro Señor
Jesucristo (cf. Rom 14,10).
II. Cartas

91
88
Y a todos aquellos y aquellas que benignamente
las acojan, las entiendan y envíen copias a otros, si per-
severan en ellas hasta el fin (cf. Mt 24,13), bendíganlos
el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo. Amén.

86. 2CtaF 1; CtaA 1; CtaO 3.12; Test 34 / AlD 4; 1CtaF 2,19;


Rnb 17,5; 22,26 / CtaO 12; Rnb 24,3; RCl 9,8. 87. 1CtaF 2,20;
1CtaCus 9 / 1CtaF 2,21; 2CtaF 3; Adm 1,6; Rnb 22,39; Test
13 / 1CtaF 2,22; CtaCle 14; CtaA 8, Rnb 4,6; 16,4; RCl 4,9.
88. 1CtaF 2,19-22; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; 2CtaCus 6-
7; CtaM 21; CtaO 47-49; Rnb 16,21; 24,1-3; Test 40-41;
TestCl 79.

CARTA A LOS CLÉRIGOS 3


Primera redacción (=1CtaCle)

1
Estemos atentos todos los clérigos, al gran pecado
e ignorancia en que incurren algunos respecto al santí-
simo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo y sus
sacratísimos nombres y palabras escritas, que consagran
su cuerpo. 2 Sabemos que no puede existir el cuerpo,
si previamente no ha sido consagrado por la palabra
(cf. 1Tim 4,5). 3 Y nada tenemos ni vemos corporalmente
en este mundo del mismo Altísimo sino el cuerpo y la
sangre, los nombres y las palabras, por los que hemos
sido hechos y redimidos, pasando de la muerte a la
vida (1Jn 3,14).
4
Pero todos aquellos que administran tan santísimos
misterios, especialmente los que los administran de for-
ma indebida, consideren en su interior cuán viles son
los cálices, los corporales y los manteles en los que se
Escritos de Francisco de Asís
92

sacrifica su cuerpo y sangre. 5 Y hay muchos que lo


colocan y abandonan en lugares viles, lo llevan de
forma miserable, lo reciben indignamente y lo admi-
nistran a los demás sin discernimiento. 6 A veces tam-
bién se pisotean sus nombres y palabras escritas, 7 por-
que el hombre animal no percibe las cosas de Dios
(1Cor 2,14).
8
¿No nos mueven a piedad todas estas cosas, sien-
do así que el mismo piadoso Señor se pone en nues-
tras manos y lo tocamos y lo recibimos todos los días
con nuestra boca? 9 ¿Acaso ignoramos que hemos de ir
a parar a sus manos?
10
Enmendémonos, pues, cuanto antes y resuelta-
mente de todas estas cosas y de otras semejantes; 11 y
dondequiera que esté indebidamente colocado y aban-
donado el santísimo cuerpo de nuestro Señor Jesucris-
to, retírese de allí y póngase y guárdese bajo llave en
lugar digno. 12 Del mismo modo, dondequiera que se
encuentren los nombres y palabras escritas del Señor
en lugares indecentes, recójanse y colóquense en sitio
decoroso.
13
Todas estas cosas deben observarlas todos los clé-
rigos, por encima de todo, hasta el fin. 14 Y los que no
lo hagan, sepan que tendrán que dar cuenta de ello
en el día del juicio (cf. Mt 12,36), ante nuestro Señor
Jesucristo.
15
Sepan que son benditos del Señor Dios los que
hagan copias de este escrito, para que sea mejor ob-
servado.
II. Cartas

93

CARTA A LOS CLÉRIGOS 4


Segunda redacción (=2CtaCle)
1
Estemos atentos todos los clérigos, al gran pecado
e ignorancia en que incurren algunos respecto al santí-
simo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo y sus
sacratísimos nombres y palabras escritas, que consagran
su cuerpo. 2 Sabemos que no puede existir el cuerpo,
si previamente no ha sido consagrado por la palabra
(cf. 1Tim 4,5). 3 Y nada tenemos ni vemos corporalmente
en este mundo del mismo Altísimo sino el cuerpo y la
sangre, los nombres y las palabras, por los que hemos
sido hechos y redimidos, pasando de la muerte a la
vida (1Jn 3,14).
4
Pero todos aquellos que administran tan santísimos
misterios, especialmente los que los administran SIN DIS-
CERNIMIENTO, consideren en su interior cuán viles son los
cálices, los corporales y los manteles en los que se sa-
crifica el cuerpo y la sangre de NUESTRO SEÑOR8. 5 Y hay
muchos que LO ABANDONAN en lugares viles, lo llevan de
forma miserable, lo reciben indignamente y lo admi-
nistran a los demás sin discernimiento. 6 A veces tam-
bién se pisotean sus nombres y palabras escritas, 7 por-
que el hombre animal no percibe las cosas de Dios
(1Cor 2,14).

8
Ponemos en versalita las diferencias entre este texto y la
redacción anterior de la misma Carta a los clérigos, haciendo caso
omiso de los cambios en la ordenación de las palabras.
Escritos de Francisco de Asís
94

8
¿No nos mueven a piedad todas estas cosas, sien-
do así que el mismo piadoso Señor se pone en nues-
tras manos y lo tocamos y lo recibimos todos los días
con nuestra boca? 9 ¿Acaso ignoramos que hemos de ir
a parar a sus manos?
10
Enmendémonos, pues, cuanto antes y resuelta-
mente de todas estas cosas y de otras semejantes; 11 y
dondequiera que esté indebidamente colocado y aban-
donado el santísimo cuerpo de nuestro Señor Jesucris-
to, retírese de allí y póngase y guárdese bajo llave en
lugar digno. 12 Del mismo modo, dondequiera que se
encuentren los nombres y palabras escritas del Señor
en lugares indecentes, recójanse y colóquense en sitio
decoroso.
13
Y SABEMOS QUE todas estas cosas DEBEMOS observarlas
por encima de todo, SEGÚN LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR Y
LAS PRESCRIPCIONES DE LA SANTA MADRE IGLESIA. 14 Y EL QUE no LO
HAGA, SEPA QUE [TENDRÁ QUE] dar cuenta de ello en el día
del juicio (cf. Mt 12,36), ante nuestro Señor Jesucristo.
15
Sepan que son benditos del Señor Dios los que
hagan copias de este escrito, para que sea mejor ob-
servado.

1. 1CtaCus 2-4; CtaO 12-34; Adm 1,9-22. 2. CtaO 37; Adm


1,9. 3. Adm 1,21-22; Test 10. 4. 1CtaCus 2-4; CtaO 17-23. 8.
CtaO 26. 9. Rnb 5,1. 11. 1CtaCus 4-5; CtaO 34-37; Test 10-
12. 12. 1CtaCus 2.5; CtaO 35-36; Test 12. 13. 1CtaCus 4. 14.
1CtaF 2,22; 2CtaF 87; CtaA 8; Rnb 4,6; 16,4; RCl 4,9. 15.
1CtaF 2,19-22; 2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9;
2CtaCus 6-7; CtaM 21; CtaO 47-49; Rnb 24,1-3; Test 40-41;
TestCl 79.
II. Cartas

95

CARTA A LAS AUTORIDADES 5


DE LOS PUEBLOS (=CtaA)
1
A todos los podestá y cónsules, jueces y regidores
de todos los lugares de la tierra, y a todos aquellos a
quienes llegue esta carta, el hermano Francisco,
pequeñuelo y despreciable, vuestro siervo en el Señor
Dios, os desea a todos vosotros salud y paz.
2
Considerad y ved que el día de la muerte se acer-
ca (cf. Gén 47,29). 3 Os ruego, por ello, con la reveren-
cia que puedo, que no echéis en olvido al Señor ni os
apartéis de sus mandatos a causa de las preocupacio-
nes y afanes de este mundo (cf. Mt 13,22; Lc 21,34)
que pesan sobre vosotros, porque todos aquellos que
lo echan en olvido y se apartan de sus mandatos, son
malditos (cf. Sal 118,21), y serán echados en olvido
por él (Ez 33,13). 4 Y, cuando llegue el día de la muer-
te, todo lo que creían tener les será arrebatado (cf. Lc
8,18; Mc 4,25). 5 Y cuanto más sabios y poderosos ha-
yan sido en este mundo, tanto mayores tormentos so-
portarán en el infierno (cf. Sab 6,7).
6
Por eso, os aconsejo firmemente, señores míos, que,
pospuestos toda preocupación y todo afán, hagáis ver-
dadera penitencia (cf. Mt 3,2), y recibáis benignamente
el santísimo cuerpo y la santísima sangre de nuestro Se-
ñor Jesucristo, en santa conmemoración suya; 7 y que
deis tanto honor al Señor en el pueblo a vosotros enco-
mendado, que todas las tardes se anuncie, por medio
de pregonero u otra señal, que todo el pueblo ha de
alabar y dar gracias al Señor Dios omnipotente.
Escritos de Francisco de Asís
96

8
Y sabed que, si no hacéis esto, tendréis que dar
cuenta de ello en el día del juicio (cf. Mt 12,36) ante
Jesucristo, Señor Dios vuestro.
9
Sepan que son benditos del Señor Dios los que
tengan consigo este escrito y lo cumplan.
1. 2CtaF 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaO 2-4; CtaL 1; CtaAnt 1;
CtaJac 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3;
CtaErm 1. 2. Cánt 12; 1CtaF 2,14; 2CtaF 72. 3. 2CtaF 65; Rnb
8,2; Rb 10,7; RCl 10,6 / 1CtaF 2,9; 2CtaF 17; CtaO 17; Rnb
5,16; TestCl 76. 4. 1CtaF 2,16; 2CtaF 83; Adm 18,2. 6. Rnb
22,26 / Rnb 21,3 / 1CtaF 1,3; 2CtaF 14.22; 1CtaCus 6; Rnb
20,5; RCl 3,14. 7. AlHor 1-11; 1CtaCus 7-8; 2CtaCus 6. 8.
1CtaF 2,22; 2CtaF 87; CtaCle 14; Rnb 4,6; 16,4; RCl 4,9. 9.
1CtaF 2,19-21; 2CtaF 87-88; CtaCle 15; 1CtaCus 9; 2CtaCus
6-7; CtaM 21; CtaO 47-49; Rnb 24,1-4; Test 40-41; TestCl 79.

6 PRIMERA CARTA A LOS CUSTODIOS (=1CtaCus)


1
A todos los custodios de los Hermanos Menores a
quienes llegue esta carta, el hermano Francisco, vuestro
siervo y pequeñuelo en el Señor Dios: salud en los nue-
vos signos del cielo y de la tierra, que son grandes y
muy excelentes ante Dios, pero considerados de míni-
ma importancia por muchos religiosos y otros hombres.
2
Os ruego, más encarecidamente que si para mí
mismo se tratara, que, cuando sea oportuno y veáis
que conviene, digáis humildemente a los clérigos que
deben venerar, por encima de todo, el santísimo cuerpo
y sangre de nuestro Señor Jesucristo y sus santos nom-
bres y palabras escritas, que consagran el cuerpo; 3 y
que deben ser dignos los cálices, corporales, ornamentos
del altar y todo lo que sirve para el sacrificio. 4 Y si en
algún lugar el santísimo cuerpo del Señor estuviera
II. Cartas

97
colocado muy pobremente, pónganlo ellos en lugar
digno y guárdenlo bajo llave, según el mandato de
la Iglesia, y llévenlo con gran veneración y adminís-
trenlo a los demás con discernimiento. 5 Igualmente,
dondequiera que se encuentren los nombres y pala-
bras escritas del Señor en lugares indecentes, recójan-
se y colóquense, como se debe, en sitio decoroso.
6
Y siempre que prediquéis, exhortad al pueblo a la
penitencia, y decid que nadie puede salvarse, sino quien
recibe el santísimo cuerpo y sangre del Señor (cf. Jn 6,53).
7
Y cuando el sacerdote lo ofrece en sacrificio sobre el
altar y lo traslada a otra parte, todos, arrodillándose, rin-
dan alabanza, gloria y honor al Señor Dios vivo y verda-
dero (1Tes 1,9). 8 Y acerca de la alabanza, anunciad y
predicad a toda la gente que el pueblo entero, a toda
hora y cuando suenan las campanas, alabe y dé gracias
siempre a Dios omnipotente en toda la tierra.
9
Y sepan que tienen la bendición del Señor Dios y la
mía todos mis hermanos a los que llegue este escrito y
lo copien y lo tengan consigo, y hagan sacar copias de
él para los hermanos que tienen el oficio de la predica-
ción y el de la custodia de los hermanos, y prediquen
hasta el fin todas las cosas que se contienen en él. 10 Y
sea esto para ellos verdadera y santa obediencia. Amén.
1. 2CtaF 1; CtaA 1; 2CtaCus 1; CtaO 2-4; CtaL 1; CtaAnt 1;
CtaJac 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3;
CtaErm 1. 2-5. CtaCle 6.11-13; 2CtaCus 4; CtaO 12.24.34-35;
Test 12. 6. 1CtaF 1,3; 2CtaF 14-15.22.34.63; CtaA 6; 1CtaCus
6-7; CtaO 36; Rnb 20,5; 21,3-9; Rb 9,4; Test 10; RCl 3,14. 7.
OfP ben; 15,1; AlD 3; Adm 16,2; Rnb 23,6. 8. CtaA 7; 2CtaCus
6. 9. 1CtaF 2,19-22; 2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 2CtaCus
6-7; CtaM 21; CtaO 47-49; Rnb 24,1-3; Test 40-41; TestCl 79.
10. CtaM 4; CtaL 3; Adm 3,4; Rnb 5,15.17.
Escritos de Francisco de Asís
98

7 SEGUNDA CARTA A LOS CUSTODIOS


(=2CtaCus)

1
A todos los custodios de los Hermanos Menores a
quienes llegue esta carta, el hermano Francisco, el más
pequeño de los siervos de Dios: salud y santa paz en
el Señor.
2
Sabed que a los ojos de Dios hay algunas cosas
especialmente altas y sublimes, que a veces son consi-
deradas viles y despreciables entre los hombres; 3 y
hay otras que son estimadas y respetables entre los
hombres, pero tenidas por vilísimas y despreciables por
Dios.
4
Os ruego cuanto puedo, ante el Señor Dios nues-
tro, que deis a los obispos y a los demás clérigos la
carta que trata del santísimo cuerpo y sangre de nues-
tro Señor, 5 y que retengáis en la memoria lo que sobre
esto os hemos recomendado.
6
De la otra carta, que os envío para que se la deis a
los podestá, cónsules y regidores, y en la que se dice
que se pregonen por pueblos y plazas las alabanzas
de Dios, haced en seguida muchos ejemplares y co-
pias 7 y entregadlos con gran diligencia a aquellos a
quienes deben darse. Que os vaya bien en el Señor.
1. 2CtaF 1; CtaA 1; 1CtaCus 1; CtaO 2-4; CtaL 1; CtaAnt 1;
CtaJac 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3;
CtaErm 1. 2-3. 1CtaCus 1. 4. CtaCle 1-15. 6-7. CtaA 1-9 /
1CtaF 2,19-22; 2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9;
CtaM 21; CtaO 47-49; Rnb 24,1-3; Test 40-41; TestCl 79 /
CtaAnt 2; 1CtaCl 35; 2CtaCl 24; 3CtaCl 42; 4CtaCl 39.
II. Cartas

99

CARTA A UN MINISTRO (=CtaM) 8


1
Al hermano N., ministro: El Señor te bendiga (cf.
Núm 6,24).
2
Te digo, como puedo, respecto al caso de tu alma,
que las cosas que te impiden amar al Señor Dios y quien-
quiera que te ponga impedimento, sea de los herma-
nos o de cualesquiera otros, aunque te azotaran, debes
considerarlo todo como una gracia. 3 Y quiérelo así y no
otra cosa. 4 Y sea esto para ti verdadera obediencia al
Señor Dios y a mí, pues sé firmemente que ésta es la
verdadera obediencia. 5 Y ama a los que esto te hacen. 6
Y no quieras de ellos otra cosa, sino lo que el Señor te dé.
7
Y ámalos en esto, y no quieras que sean mejores cristia-
nos. 8 Y sea esto para ti mejor que vivir en un eremitorio.
9
Y en esto quiero conocer si amas al Señor y me
amas a mí, siervo suyo y tuyo, si procedes así: que no
haya en el mundo ningún hermano que, habiendo
pecado todo lo que pudiera pecar, se aleje jamás de ti,
después de haber visto tus ojos, sin tu misericordia, si
busca misericordia. 10 Y, si no buscara misericordia, pre-
gúntale tú si quiere misericordia. 11 Y, si mil veces vol-
viera a pecar ante tus ojos, ámalo más que a mí, para
atraerlo al Señor; y ten siempre misericordia de los ta-
les. 12 Y, cuando puedas, comunica a los guardianes que,
por tu parte, estás resuelto a comportarte así.
13
Por lo demás, de todos aquellos capítulos de la
Regla que hablan de los pecados mortales, con la ayu-
da del Señor y el consejo de los hermanos, en el capí-
tulo de Pentecostés haremos uno de este tenor:
Escritos de Francisco de Asís
100

14
«Si alguno de los hermanos, por instigación del
enemigo pecara mortalmente, está obligado, por obe-
diencia, a recurrir a su guardián. 15 Y ninguno de los
hermanos que sepa que ha pecado lo avergüence ni
hable mal de él, sino tenga para con él gran misericor-
dia y mantenga muy en secreto el pecado de su her-
mano, porque no necesitan médico los sanos, sino los
enfermos (cf. Mt 9,12; Mc 2,17). 16 Asimismo, están
obligados, por obediencia, a enviarlo con un compa-
ñero a su custodio. 17 El custodio mismo atiéndalo con
misericordia, como querría que se hiciera con él si es-
tuviera en una situación semejante (cf. Mt 7,12).
18
Y si alguno de los hermanos cometiera un pecado
venial, confiéselo a un hermano suyo sacerdote. 19 Y, si
no hubiera allí sacerdote, confiéselo a otro hermano
suyo, hasta que tenga un sacerdote que lo absuelva
canónicamente, como queda dicho. 20 Y éstos no ten-
gan absolutamente potestad de imponer otra peniten-
cia que ésta: Vete y no peques más (Jn 8,11)».
21
Este escrito, para que sea mejor observado, tenlo
contigo hasta [el capítulo de] Pentecostés; allí estarás
con tus hermanos. 22 Y estas cosas, y todas las demás
que se echan de menos en la Regla, procuraréis com-
pletarlas con la ayuda del Señor Dios.
1. BenL 1-3; BenCl 2-4. 2. Rnb 22,26; 23,10. 4. 1CtaCus 10;
CtaL 3; Adm 3,4; Rnb 5,15.17. 13. Rnb 5,16; 13,1-2; 19,2; 20,1-
4; Rb 7,1-2; RCl 9,1 / Rnb 18,2; Rb 8,2. 14. Rnb 5,5-6; Rb 7,1-2;
RCl 9,1. 15. Adm 11,1-2; 24; Rnb 5,7-8; 7,15; 11,7; Rb 7,3;
10,7; RCl 9,5-6; 10,6. 16. Test 31. 17. 2CtaF 43; Adm 18,1; Rnb
4,4; 6,2; 10,1; Rb 6,9; ExhCl 5; RCl 8,14; TestCl 69. 18. 2CtaF
22; Rnb 20,1-4. 19. Rnb 20,3-4. 21. 1CtaF 2,19-22; 2CtaF 87-
88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; 2CtaCus 6-7; CtaO 47-49;
Rnb 24,1-3; Test 40-41; TestCl 36.79 / Rnb 18,1-2; Rb 8,2.
II. Cartas

101

CARTA A TODA LA ORDEN (=CtaO) 9


1
En el nombre de la suma Trinidad y de la santa
Unidad, Padre e Hijo y Espíritu Santo. Amén.
2
A todos los reverendos y muy amados hermanos,
al hermano [Elías], ministro general de la Religión de
los Hermanos Menores, su señor, y a todos los demás
ministros generales que le sucederán, y a todos los mi-
nistros y custodios y sacerdotes de la misma Fraterni-
dad, humildes en Cristo, y a todos los hermanos senci-
llos y obedientes, a los primeros y a los últimos: 3 el
hermano Francisco, hombre vil y caduco, vuestro
pequeñuelo siervo, os saluda en aquel que nos redimió
y nos lavó en su preciosísima sangre (cf. Ap 1,5), 4 cuyo
nombre, al oírlo, habéis de adorar con temor y reveren-
cia, inclinados hasta el suelo (cf. Neh 8,6): el Señor Jesu-
cristo, cuyo nombre es Hijo del Altísimo, (cf. Lc 1,32),
que es bendito por los siglos (Rom 1,25). Amén.
1. ExhAD 18; AlD 3; 2CtaF 1.86; CtaO 1; Rnb pról 1; BenCl 1.
2-3. 2CtaF 1-2; CtaA 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaL 1; CtaAnt
1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3; CtaErm 1.
4. 2CtaF 62; Rnb 17,19.

1. Para esto os envió Dios al mundo


5
Oíd, hijos del Señor y hermanos míos, y escuchad
mis palabras (Hch 2,14). 6 Inclinad el oído de vuestro
corazón (cf. Is 55,3) y obedeced a la voz del Hijo de
Dios. 7 Guardad sus mandamientos en vuestro corazón y
cumplid sus consejos perfectamente. 8 Alabadlo porque
Escritos de Francisco de Asís
102

es bueno (cf. Sal 135,1) y ensalzadlo con vuestras obras


(cf. Tob 13,4); 9 pues por esto os envió al mundo entero
(cf. Mc 16,15), para que de palabra y con las obras deis
testimonio de su voz y hagáis saber a todos que no
hay omnipotente sino él (cf. Tob 13,4). 10 Perseverad
en la disciplina (Heb 12,7) y en la santa obediencia, y
cumplid lo que le prometisteis con propósito bueno y
firme. 11 Como a hijos se os ofrece el Señor Dios (cf.
Heb 12,7).

7. OfP 7,8; 15,13. 8. ExhAD 11; AlHor 11; ParPN 2. 9. 2CtaCus


6. 10. SalVir 14-15; Adm 3; Rb 12,2; RCl 12,13.

2. Veneración y celebración de la Eucaristía

La veneración del cuerpo y sangre de Cristo


12
Así, pues, os suplico a todos vosotros, herma-
nos, besándoos los pies y con la caridad que puedo,
que manifestéis públicamente toda la reverencia y
todo el honor que os sea posible al santísimo cuerpo
y sangre de nuestro Señor Jesucristo, 13 en quien han
sido pacificadas y reconciliadas con Dios omnipoten-
te todas las cosas que hay en los cielos y en la tierra
(cf. Col 1,20).

12. 2CtaF 86; CtaO 12.14.24; Rnb 24,3 / 1CtaCus 2; Rnb 17,18;
Test 11-12.
II. Cartas

103
Exhortación a los hermanos sacerdotes
14
Ruego también en el Señor a todos mis hermanos
sacerdotes, los que son y serán y a los que ansían ser
sacerdotes del Altísimo, que, siempre que quieran cele-
brar la misa, purificados y con pureza ofrezcan con reve-
rencia el verdadero sacrificio del santísimo cuerpo y san-
gre de nuestro Señor Jesucristo, y háganlo con intención
santa y limpia, no por cosa alguna terrena ni por temor
o amor de hombre alguno, como queriendo agradar a
los hombres (cf. Ef 6,6; Col 3,22); 15 sino que toda la
voluntad, en cuanto es posible con la ayuda de la gracia,
se dirija a Dios, deseando agradar al solo sumo Señor,
pues solamente ahí obra como a él mismo le agrada; 16 y
puesto que él mismo dice: Haced esto en conmemora-
ción mía (Lc 22,19; 1Cor 11,24), si alguno lo hace de
otro modo, se convierte en Judas, el traidor, y se hace
reo del cuerpo y la sangre de Señor (1Cor 11,27).
17
Recordad, hermanos míos sacerdotes, lo que está
escrito de la ley de Moisés: quien la transgredía, aun-
que fuera en cosas materiales, moría sin compasión por
sentencia del Señor (cf. Heb 10,28). 18 ¡Cuánto mayo-
res y peores suplicios merece padecer quien pisotee
al Hijo de Dios y profane la sangre de la Alianza, en la
que fue santificado, y ultraje el Espíritu de la gracia!
(cf. Heb 10,29). 19 Pues el hombre desprecia, profana y
pisotea al Cordero de Dios cuando, como dice el após-
tol, sin distinguir (1Cor 11,29) ni discernir el santo pan
de Cristo de otros alimentos y obras, lo come siendo
indigno, o, siendo digno, lo come vana e indignamente,
pues dice el Señor por el profeta: Maldito el hombre
que hace la obra del Señor con engaño (cf. Jer 48,10);
Escritos de Francisco de Asís
104

20
y a los sacerdotes que no quieren grabar de verdad
esto en el corazón, les condena, diciendo: Maldeciré
con vuestras bendiciones (Mal 2,2).
21
Escuchad, hermanos míos: si la bienaventurada Vir-
gen es honrada, como es justo, porque lo llevó en su
santísimo seno; si el bienaventurado Bautista se estre-
meció dichoso y no se atrevió a tocar la santa cabeza de
Dios; si el sepulcro en que yació por algún tiempo es
venerado, 22 ¡cuán santo, justo y digno debe ser quien
toca con las manos, toma en el corazón y con la boca, y
da a los demás para tomar no a quien ha de morir, sino
a quien ha de vivir eternamente y es glorificado y a
quien los ángeles desean contemplar! (1Pe 1,12).
23
Considerad vuestra dignidad, hermanos sacerdo-
tes (cf. 1Cor 1,26), y sed santos, porque él es santo (cf.
Lev 19,2). 24 Y así como el Señor Dios os ha honrado
por encima de todos por razón de este ministerio, así
también vosotros amadle, reverenciadle y honradle por
encima de todos. 25 Gran miseria y miserable flaqueza
es que, cuando lo tenéis a él mismo así presente, os
preocupéis de alguna otra cosa del mundo.

Canto a la humildad del Cristo eucarístico


26
¡Tiemble el hombre entero,
estremézcase el mundo entero
y salte de gozo el cielo
cuando Cristo, el Hijo del Dios vivo (Jn 11,27),
se encuentra sobre el altar en manos del sacerdote!
27
¡Oh admirable celsitud
y asombrosa condescendencia!
II. Cartas

105
¡Oh sublime humildad!
¡Oh humilde sublimidad,
que el Señor del universo, Dios e Hijo de Dios,
se humilla hasta el punto de esconderse,
para nuestra salvación,
bajo una pequeña forma de pan!
28
Mirad, hermanos, la humildad de Dios
y derramad ante él vuestros corazones (Sal 61,9);
humillaos también vosotros,
para ser enaltecidos por él (cf. 1Pe 5,6; Sant 4,10).
29
Nada, pues, de vosotros retengáis
para vosotros mismos,
para que enteros os reciba
el que entero se os entrega.

La misa en fraternidad
30
Amonesto, por eso, y exhorto en el Señor a que,
en los lugares en que habitan los hermanos, se cele-
bre sólo una misa al día según la forma de la santa
Iglesia. 31 Pero si en un lugar hubiera varios sacerdo-
tes, conténtese el uno, por el amor de la caridad, con
oír la celebración del otro sacerdote, 32 porque el Se-
ñor Jesucristo colma a los presentes y a los ausentes
que son dignos de él. 33 El cual, aunque se vea que
está en muchos lugares, permanece, sin embargo, in-
divisible y «no conoce menoscabo alguno»9, sino que,

9
La expresión está tomada del pregón pascual del Misal
romano para cantar al cirio pascual –símbolo de Cristo resucitado–
en el que se encienden las velas de todos los participantes en la
celebración, y aunque se distribuye su luz, no mengua al repartirla.
Escritos de Francisco de Asís
106

siendo uno en todas partes, obra, según le place, con


el Señor Dios Padre y el Espíritu Santo Paráclito, por los
siglos de los siglos. Amén.
14. CtaO 12.24; Adm 1,11-22. 15. CtaO 50; CtaL 3; Rnb
22,9. 16. Rnb 20,6. 19. 2CtaF 24; Adm 1,13. 21. SalVM 2-5;
2CtaF 4; Adm 1,16; 26,1.3; 1CtaCl 19; 3CtaCl 18-19.24. 23.
TestCl 4. 24. 1CtaCus 2; CtaO 12.14; Test 6-12. 26. CtaCle 8.
27. Adm 1,16-18; 4CtaCl 20. 30. Rnb 3,1; Test 31. 33. SalVM
2; Rnb 23,5.6.

3. La veneración de la palabra de Dios


y el cuidado de los objetos de culto
34
Y porque el que es de Dios escucha las palabras
de Dios (cf. Jn 8,47), nosotros, los que más especial-
mente estamos dedicados a los divinos oficios, debe-
mos, por eso, no sólo escuchar y hacer lo que dice
Dios, sino también custodiar los vasos y los libros
litúrgicos que contienen sus santas palabras, para que
vaya penetrando en nosotros la celsitud de nuestro crea-
dor, y, en él, nuestra sumisión.
35
Por eso, amonesto a todos mis hermanos y les
animo en Cristo a que, dondequiera que encuentren
las palabras de Dios escritas, las veneren como mejor
puedan, 36 y, por lo que a ellos toca, si no están dig-
namente colocadas, o están indecorosamente tiradas
y dispersas en algún lugar, las recojan y las coloquen
[dignamente], honrando en sus palabras al Señor que
ha hablado (cf. 1Re 2,4). 37 Pues son muchas las cosas
que se santifican por medio de la palabra de Dios (cf.
1Tim 4,5) y en virtud de las palabras de Cristo se reali-
za el sacramento del altar.
II. Cartas

107
34-37. CtaCle 10-12; 1CtaCus 4-5; Test 12. 37. 2CtaF 34;
CtaCle 2; 1CtaCus 6-7; Adm 1,9.

4. Confesión del hermano Francisco


y exhortación a la fidelidad
38
Además, yo confieso todos mis pecados al Señor
Dios, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo, a la bienaventura-
da siempre Virgen María, y a todos los santos del cielo
y de la tierra, al hermano [Elías], ministro de nuestra
Religión, mi venerable señor, y a los sacerdotes de nues-
tra Orden y a todos los demás mis hermanos benditos.
39
En muchas cosas he pecado por mi gran culpa, espe-
cialmente porque no he guardado la Regla que pro-
metí al Señor, ni he dicho el oficio según manda la
Regla, por negligencia o por mi enfermedad o porque
soy ignorante e inculto.
40
Por todo ello, pido, en cuanto puedo, al hermano
[Elías], ministro general, mi señor, que haga que la Regla
sea inviolablemente observada por todos, 41 y que los
clérigos digan el oficio con devoción, en la presencia
de Dios, no poniendo su atención en la melodía de la
voz, sino en la consonancia de la mente, para que la
voz sintonice con la mente10 y la mente sintonice con
Dios, 42 de manera que puedan agradar a Dios por la
pureza del corazón, y no halagar los oídos del pueblo
con lo refinado de la voz. 43 Y yo prometo guardar fir-
memente estas cosas, según la gracia que el Señor me
dé; y se las recomendaré a los hermanos que están

10
Cf. SAN BENITO, Regla, 19,7: «Y salmodiemos de tal modo que
nuestra mente sintonice con nuestra voz.»
Escritos de Francisco de Asís
108

conmigo, para que las observen en cuanto al oficio y


demás disposiciones regulares.
44
Pero a todos los hermanos que no quieran obser-
var estas cosas, no los tengo por católicos ni por her-
manos míos; tampoco quiero verlos ni hablarles hasta
que no hagan penitencia. 45 Esto mismo digo de todos
aquellos que, menospreciando la disciplina de la Re-
gla, andan vagando de un lugar para otro, 46 pues nues-
tro Señor Jesucristo dio su vida por no apartarse de la
obediencia del santísimo Padre (cf. Flp 2,8).

39. Rnb 3,3-4; Rb 3,1-2; Test 19.29. 40. Test 39. 41. Rnb 3,3-
4; Rb 3,1-2; Test 18. 42. RCl 3,1. 43. Rnb 9,16; Test 30-33. 44.
Test 31. 45. Rnb 2,10; 5,16.

5. Recomendación final y bendición


47
Yo, el hermano Francisco, hombre inútil y criatura
indigna del Señor Dios, digo, por el Señor Jesucristo, al
hermano [Elías], ministro general de toda nuestra Reli-
gión, y a todos los que, después de él, serán ministros
generales, y a los demás que son y serán custodios y
guardianes de los hermanos, que tengan consigo este
escrito, lo pongan por obra y lo conserven con esmero.
48
Y les suplico que lo que está escrito en él lo guarden
solícitamente y con la mayor diligencia lo hagan obser-
var, según el beneplácito de Dios omnipotente, ahora
y siempre, mientras exista este mundo.
49
Benditos seáis del Señor vosotros (Sal 113,15), los
que hagáis esto, y que el Señor esté eternamente con
vosotros. Amén.
II. Cartas

109
46. 2CtaF 11; Adm 1,16; ExhCl 2. 47-49. 1CtaF 2,19-22;
2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; 2CtaCus 6-7;
CtaM 21; Rnb 24,1-4; Test 39-41; TestCl 79. 49. Rnb 5,17;
BenCl 16.

Oración
50
Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios,
concédenos por ti mismo a nosotros, míseros, hacer lo
que sabemos que quieres y querer siempre lo que te
agrada, 51 a fin de que, interiormente purificados, ilu-
minados interiormente y encendidos por el fuego del
Espíritu Santo, podamos seguir las huellas (cf. 1Pe 2,21)
de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, 52 y llegar,
por sola tu gracia, a ti, Altísimo, que en perfecta Trini-
dad y en simple Unidad vives y reinas y eres glorifi-
cado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los
siglos. Amén.

50. AlHor 11; AlD 1-3; Cánt 1; Rnb 23,1 / 2CtaF 46; Rnb 22,6;
23,8 / CtaO 15; CtaL 3; Rnb 22,9. 51. OrSD; 2CtaCl 7 / ParPN
6; OfP ant 3; 7,8; 9,2; 15,13; SalVM 2; 2CtaF 13.47; CtaL 3;
Adm 5,1; Rnb 1,1;16,6; 22,2; Test 40; 3CtaCl 4.25; RCl bula
13; TestCl 36. 52. ExhAD 18; AlD 3; Rnb 23,8 / Rnb 21,2.11.
Escritos de Francisco de Asís
110

10 CARTA AL HERMANO LEÓN (=CtaL)


1
Hermano León, tu hermano Francisco: salud y paz.
2
Esto te digo, hijo mío, como madre: que todas las
palabras que hemos dicho en el camino, te las resumo
brevemente en esta palabra y este consejo, y no es
necesario que vengas a mí en busca de consejo, por-
que esto es lo que te aconsejo: 3 que hagáis, con la
bendición de Dios y mi obediencia, lo que mejor te
parezca para agradar al Señor Dios (cf. 1Cor 7,32) y
seguir sus huellas (cf. 1Pe 2,21) y pobreza.
4
Y si es necesario para tu alma, por ser para ti un
nuevo consuelo, y quieres venir a mí, ven.

1. 2CtaF 1; CtaA 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaO 2-4; CtaAnt 1;


CtaJac 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3;
CtaErm 1. 2. REr 1-10; Rnb 9,11; Rb 6,8; 4CtaCl 1.5.33; RCl
8,16; TestCl 79; BenCl 13. 3. CtaM 4 / CtaO 15.50; Rnb 22,9 /
OfP 7,8; 15,13; 2CtaF 13; CtaO 51; Rnb 1,1; 22,2; 2CtaCl 7;
3CtaCl 4.25; RCl bula 13; TestCl 36 / Rnb 9,1; UltVol 1; RCl 6,7.

11 CARTA AL HERMANO ANTONIO (=CtaAnt)

1
Al hermano Antonio, mi obispo, el hermano Fran-
cisco: salud.
2
Me agrada que enseñes la sagrada teología a los
hermanos, a condición de que, en su estudio, no apa-
gues el espíritu de la santa oración y devoción (cf. 1Tes
5,19), según se afirma en la Regla. Que te vaya bien.
II. Cartas

111
1. 2CtaF 1; CtaA 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaO 2-4; CtaL 1;
CtaJac 1; 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3;
CtaErm1. 2. Test 13 / Rb 5,2; RCl 7,2 / 2CtaCus 7; 1CtaCl 35;
2CtaCl 24; 3CtaCl 42; 4CtaCl 39.

CARTA A LA SEÑORA JACOBA (=CtaJac)11 12


1
A la señora Jacoba, sierva del Altísimo, el hermano
Francisco, pobrecillo de Cristo: salud y la comunión del
Espíritu Santo en el Señor Jesucristo.
2
Has de saber, queridísima, que Cristo bendito, por
su gracia, me ha revelado que el final de mi vida está
ya próximo. 3 Por eso, si quieres encontrarme vivo, vis-
ta esta carta, apresúrate a venir a Santa María de los
Ángeles; 4 pues, si no vienes antes de tal día no podrás
encontrarme con vida.
5
Y trae contigo un paño de cilicio para que puedas
envolver mi cuerpo, y la cera para la sepultura. 6 Te
ruego también que me traigas aquellos dulces que
solías darme cuando estaba enfermo en Roma.

1. ExhCl 1; Test 7.24; 4CtaCl 33; RCl 2,25 / CtaA 1, 1CtaCus 1,


2CtaCus 1; CtaL 1; CtaAnt 1; 2CtaCl 2; 4CtaCl 3; CtaErm 1. 3.
VerAl 1; Rnb 18,2. 6. 2CtaF 3; CtaO 39; TestS 2; Test 29.

11
De la existencia de esta Carta dan fe diversas fuentes
franciscanas, que hacen referencia también a su contenido.
Ofrecemos aquí la traducción del texto latino que propone Carlo
Paolazzi en su edición crítica, tomado de Actus beati Francisci et
sociorum eius, XVIII (Cf. ENRICO MENESTÒ – STEFANO BRUFANI (COORD.),
Fontes Franciscani, Edizioni Porziuncola, Assisi, 1996, 2124-2125).
Escritos de Francisco de Asís
112
III. Avisos espirituales

113

III. AVISOS ESPIRITUALES


DISCERNIMIENTO

1. SALUDO A LAS VIRTUDES (SalVir)


2. ADMONICIONES (Adm)
• El cuerpo del Señor
• El mal de apropiarse la voluntad
• La verdadera obediencia
• Nadie se apropie la prelacía
• Nadie se enorgullezca, sino gloríese
en la cruz del Señor
• El seguimiento del Señor
• Al saber siga el buen obrar
• Evítese el pecado de envidia
• El amor a los enemigos
• La sujeción del cuerpo
• Actitud ante el pecado ajeno
• Cómo conocer el espíritu del Señor
• La paciencia
• La pobreza de espíritu
• La paz
Escritos de Francisco de Asís
114

• La limpieza de corazón
• El siervo de Dios humilde
• La compasión con el prójimo y la desapropiación
interior
• La verdadera humildad
• El religioso alegre en el Señor y el religioso vano
• El religioso frívolo y hablador
• Actitud en la corrección
• Más sobre la humildad
• El verdadero amor
• Más sobre el verdadero amor
• Los siervos de Dios han de honrar a losclérigos
• La virtud ahuyenta al vicio
• Ocúltese el bien para que no se malogre

3. LA VERDADERA ALEGRÍA (VerAl)


III. Avisos espirituales

115

Nos vamos aproximando al hermano Francisco por


círculos concéntricos: sus Avisos espirituales nos intro-
ducen en una nuevo nivel: el del maestro espiritual.
Ésta es una faceta desconocida del Poverello; pero no
conviene olvidar que a él se le dio no sólo fundar una
Orden, sino también crear una espiritualidad. Y aunque
lo suyo no era sistematizar conocimientos (¡le bastaba
saber a Cristo pobre y crucificado!), sus escritos revelan
una extraordinaria lucidez evangélica.
En el SALUDO A LAS VIRTUDES, éstas son personalizadas,
según un género literario frecuente en los escritos de
Francisco. Se inspira en una pneumatología muy
existencial. El Espíritu Santo infunde las virtudes en el
corazón del creyente a fin de configurarlo con Cristo.
Las virtudes significan el seguimiento de Jesús en cuan-
to nueva creación. De ahí la contraposición entre vi-
cios y virtudes, correlativa a la paulina entre carne y
espíritu.
Las ADMONICIONES –nacidas de la enseñanza de Fran-
cisco a sus hermanos en los años que van desde 1209
a 1226, aunque en su mayoría parecen ser posteriores
a 1220– nos colocan ante lo que podríamos denominar
la sabiduría del discernimiento cristiano. El maestro es-
piritual tiene el secreto para empalmar experiencia y
existencia, sobre todo a ese nivel misterioso de la obra
de Dios en el corazón del hombre.
Podríamos señalar algunas pistas que guíen el dis-
cernimiento, bosquejando ciertas unidades literarias:
Escritos de Francisco de Asís
116

la luz de la fe como vida en el Espíritu (Adm 1); la


obediencia, piedra de toque del hombre espiritual
(Adms 2-4); la sabiduría de la Cruz (Adms 5-7); el dis-
cernimiento en relación con el pecado (Adms 8-11); el
punto crucial del discernimiento (Adms 12); la inter-
pretación de las bienaventuranzas (Adms 13-16); el
retrato del verdadero Hermano Menor (Adms 17-26);
la nueva criatura y sus frutos (Adm 27); la bienaventu-
ranza del «secreto espiritual» (Adm 28).
El hilo conductor de las reflexiones franciscanas pa-
rece ser el contrapunto entre este doble binomio: ale-
gría-verdad y bienaventuranza-pobreza interior. Y como
telón de fondo, el tema paulino del «gloriarse», que,
traducido en nuestro lenguaje, equivale a la pregunta:
¿cómo saber que el don de Dios se ha hecho fuente de
existencia personal?
Por ello, el relato plástico e inmortal de LA VERDADERA
ALEGRÍA –surgido presumiblemente en el mismo con-
texto espacio-temporal y anímico que el Cántico de las
criaturas y la Exhortación cantada a Clara y sus herma-
nas– puede ser considerado como conclusión y síntesis
de las veintiocho Admoniciones. El tema de la alegría
es uno de los hilos conductores del discernimiento. Éste
consiste en percibir los frutos del Espíritu Santo en el
corazón, diferenciándolos de los que se le parecen.
¿Cuál es la alegría verdaderamente espiritual?
III. Avisos espirituales

117

SALUDO A LAS VIRTUDES (=SalVir) 1


1
¡Salve, reina sabiduría,
el Señor te salve
con tu hermana la santa pura simplicidad!
2
¡Señora santa pobreza,
el Señor te salve
con tu hermana la santa humildad!
3
¡Señora santa caridad,
el Señor te salve
con tu hermana la santa obediencia!
4
¡Santísimas virtudes,
a todas os salve el Señor,
de quien venís y procedéis!
5
No hay absolutamente nadie en el mundo entero
que pueda tener una de vosotras
si antes no muere a sí mismo.
6
Quien tiene una y no ofende a las otras,
las tiene todas,
7
y quien ofende a una,
no tiene ninguna y a todas ofende (cf. Sant 2,10).
8
Y cada una confunde a los vicios y pecados.
9
La santa sabiduría
confunde a Satanás y a todas sus malicias.
10
La pura santa simplicidad
confunde a toda la sabiduría de este mundo
(cf. 1Cor 1,20; 2,6)
y a la sabiduría del cuerpo.
11
La santa pobreza
confunde a toda codicia y avaricia
y a las preocupaciones de este mundo.
Escritos de Francisco de Asís
118

12
La santa humildad
confunde a la soberbia
y a todos los hombres del mundo,
y a todo lo que hay en el mundo.
13
La santa caridad
confunde a todas las tentaciones diabólicas y carnales
y a todos los temores carnales (cf. 1Jn 4,18).
14
La santa obediencia
confunde a todos los propios quereres corporales
y carnales,
15
y tiene mortificado su cuerpo
para obedecer al espíritu y para obedecer a su hermano,
16
y está sujeto y sometido
a todos los hombres que hay en el mundo;
17
y no sólo a los hombres,
sino también a todas las bestias y fieras,
18
para que, puedan hacer de él lo que quieran,
en cuanto les sea dado de lo alto por el Señor
(cf. Jn 19,11).

1-18. AlD 4-7; Adm 27,1-6; SalVM 6; Rb 6,4; 9,4; RCl 8,4. 1.
Adm 27,1; Rnb 17,16; 3CtaCl 5 / TestCl 56. 2. Adm 27,3;
TestS 4; Test 24; 1CtaCl 16; TestCl 10.33-47; CtaErm 14 /
Adm 13,1-2; 19; 23; 27,2; Rnb 9,1; Rb 6,2; 12,4; 3CtaCl 7.25;
4CtaCl 18.20; RCl 8,2; 12,13; TestCl 47.56; CtaErm 14. 3. AlD
4.7; 1CtaF 19; 2CtaF 86; Rnb 5,13; 17,5; 22,26; 2CtaCl 7;
3CtaCl 22, 4CtaCl 18.24.27 / 2CtaF 40-41; CtaM 4; CtaO 10;
Adm 3; 27,1; Rnb 5,2.14-15; Test 27-28. 4. SalVM 6. 8. Adm
27,1-6. 9. Adm 27,1; Rnb 17,10. 10. 2CtaF 45; Rnb 16,2;
17,10.15; Rb 10,9; RCl 10,10; TestCl 56. 11. Adm 27,3; Test
24; TestCl 39 / Adm 27,2; Rnb 9,1; Rb 6,2; 12,4; 3CtaCl 7.25;
4CtaCl 20; RCl 8,2; 12,13; TestCl 47.56; CtaErm 14. 14-15.
2CtaF 40; CtaO 10; Adm 3; Rnb 17,14; Rb 10,2; RCl 10,2. 16-
18. 2CtaF 47; Adm 19,1-4; Rnb 6,3-4; 7,1; 16,6.
III. Avisos espirituales

119

ADMONICIONES (=Adm) 2
1. El cuerpo del Señor
1
Dijo el Señor Jesús a sus discípulos: Yo soy el cami-
no, la verdad y la vida; nadie va al Padre sino es por
mí. 2 Si me hubierais conocido a mí, habríais conocido,
ciertamente, también a mi Padre; y desde ahora lo co-
noceréis y lo habéis visto. 3 Felipe le dice: Señor, mués-
tranos al Padre y nos basta. 4 Jesús le dice: Llevo tanto
tiempo con vosotros, ¿y aún no me habéis conocido?
Felipe, el que me ve a mí, ve también a mi Padre (cf. Jn
14,6-9). 5 El Padre habita en una luz inaccesible (cf.
1Tim 6,16), y Dios es espíritu (Jn 4,24), y a Dios nadie
lo ha visto jamás (Jn 1,18). 6 Por eso no puede ser visto
sino en el espíritu, porque el espíritu es el que da la
vida, la carne no sirve para nada (Jn 6,63). 7 Y ni siquie-
ra el Hijo, en lo que es igual al Padre, es visto por
nadie de otro modo a como se ve al Padre, de otro
modo a como se ve al Espíritu Santo.
8
Por eso, todos los que vieron al Señor Jesús según la
humanidad, y no vieron ni creyeron, según el espíritu y
la divinidad, que él era el verdadero Hijo de Dios, están
condenados. 9 Y así también ahora, todos los que ven las
especies de pan y vino en el sacramento que se consa-
gra sobre el altar, por las palabras del Señor por medio
del sacerdote, y no ven ni creen, según el espíritu y la
divinidad, que son verdaderamente el santísimo cuerpo
y sangre de nuestro Señor Jesucristo, están condena-
dos, 10 como atestigua el mismo Altísimo, que dice:
Esto es mi cuerpo y mi sangre del nuevo testamento,
Escritos de Francisco de Asís
120

que será derramada por todos los hombres (cf. Mc


14,22.24); 11 y: Quien come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna (Jn 6,54). 12 Por eso, es el Espíritu del
Señor, que habita en sus fieles (cf. 1Cor 6,19), el que
recibe el santísimo cuerpo y sangre del Señor. 13 Y todos
los que no participan de este Espíritu y se atreven a
recibirlo, comen y beben su condena (cf. 1Cor 11,29).
14
Por eso, hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis
duros de corazón? (Sal 4,3) 15 ¿Por qué no reconocéis la
verdad y creéis en el Hijo de Dios? (cf. Jn 9,35). 16 Ved
que diariamente se humilla (cf. Flp 2,8), como cuando
desde el trono real (Sab 18,15) vino al seno de la Vir-
gen; 17 diariamente él mismo viene a nosotros en humil-
de apariencia; 18 diariamente desciende desde el seno
del Padre al altar (cf. Jn 1,18) en manos del sacerdote.
19
Y como se mostró a los santos apóstoles en carne
verdadera, así también ahora se nos muestra a nosotros
en el pan sagrado. 20 Y como ellos con su vista corporal
sólo veían su carne, pero contemplándolo con los ojos
del espíritu creían que él era Dios, 21 así también noso-
tros, al ver con los ojos corporales el pan y el vino,
veamos y creamos firmemente que son sus santísimos
cuerpo y sangre vivos y verdaderos.
22
Y el Señor está siempre de esta manera con sus
fieles, como él mismo dijo: Ved que yo estoy con vo-
sotros hasta el final del mundo (Mt 28,20).
1-4. Rnb 22,40. 5. 2CtaF 20; Rnb 22,31. 6. 2CtaF 3; Adm 7,1.4;
Rnb 22,29; Test 13. 8. 1CtaF 2,7; 2CtaF 66. 9. CtaCle 1-9;
CtaO 12-37 / CtaA 6; 1CtaCus 2; 2CtaCus 4; Test 10. 10.
2CtaF 6-7. 11. 2CtaF 23; Rnb 20,5. 13. 2CtaF 24; CtaO 19. 16.
SalVM 2-5; 2CtaF 4; CtaO 21.27-29; 1CtaCl 19; 3CtaCl 17-
19.24. 21. CtaCle 3; Test 10. 22. Rnb 22,38.
III. Avisos espirituales

121
2. El mal de apropiarse la voluntad
1
El Señor dijo a Adán: Come de todos los árboles
del paraíso, pero del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comas (cf. Gén 2,16-17).
2
Podía comer de todos los árboles del paraíso, por-
que, mientras no faltó a la obediencia, no pecó. 3 Come,
en efecto, del árbol de la ciencia del bien, el que se
apropia su voluntad y se enaltece del bien que el Se-
ñor dice o hace en él; 4 y de esta manera, por la suges-
tión del diablo y la transgresión del mandato, lo que
comió se convirtió para él en fruto de la ciencia del
mal. 5 Por eso, es preciso que cargue con la pena.
3. Adm 2,3; 7,4; 8,3; 12,2; 17,1; 18,2; Rnb 17,6.

3. La verdadera obediencia
1
Dice el Señor en el Evangelio: El que no renuncie a
todo lo que posee, no puede ser mi discípulo (Lc 14,33);
2
y: El que quiera salvar su vida, la perderá (Lc 9,24).
3
Abandona todo lo que posee y pierde [su alma y] su
cuerpo, el que se entrega a sí mismo totalmente a la obe-
diencia en manos de su prelado. 4 Y todo cuanto hace o
dice, sabiendo que no va contra la voluntad de éste, y
mientras sea bueno lo que hace, es verdadera obediencia.
5
Y si alguna vez el súbdito ve que algo es mejor y
de más provecho para su alma que lo que le manda el
prelado, sacrifique voluntariamente lo suyo a Dios, y
esfuércese en poner por obra lo que le manda el prela-
do. 6 Pues ésta es la obediencia caritativa (cf. 1Pe 1,22),
porque da lo que debe a Dios y al prójimo.
Escritos de Francisco de Asís
122

7
Pero, si el prelado manda al súbdito algo que va
contra su alma, aunque no le obedezca no por eso lo
abandone. 8 Y si por ello hubiera de soportar la perse-
cución de algunos, ámelos más por Dios. 9 Porque quien
prefiere soportar la persecución a desear separarse de
sus hermanos, se mantiene verdaderamente en la obe-
diencia perfecta, ya que entrega su vida (cf. Jn 15,13)
por sus hermanos.
10
Pues hay muchos religiosos que, so pretexto de
que ven cosas mejores que las que mandan sus prela-
dos, miran atrás (cf. Lc 9,62) y tornan al vómito de la
propia voluntad (cf. Prov 26,11; 2Pe 2,22); 11 éstos son
homicidas, y, por sus malos ejemplos, hacen perderse
a muchas almas.
1. Rnb 1,5; Rb 10,2. 2. Rnb 16,11. 3. SalVir 14-18; Rb 10,2-3;
Test 27-28. 4. CtaM 4; CtaL 3; Rnb 5,15.17. 6. SalVir 3; Rnb
5,14-15. 7. 2CtaF 41; Rnb 5,2; Rb 10,3; RCl 10,3. 9. CtaM 2-8.
10. Rnb 2,10; Rb 2,13. 11. Rnb 4,6; 5,7.

4. Nadie se apropie la prelacía


1
No he venido a ser servido, sino a servir (cf. Mt
20,28), dice el Señor.
2
Aquellos que han sido colocados sobre los demás,
gloríense de tal prelacía tanto como si hubieran sido
encargados del oficio de lavar los pies a los hermanos.
3
Y en la medida en que se turban más porque les
quitan la prelacía que porque les quitan el oficio de
lavar los pies, en la misma medida se hacen bolsas para
peligro de su alma (cf. Jn 12,6; 13,29).
1. Rnb 4,6. 2. Rnb 6,3-4. 3. Rnb 8,7; 17,4.
III. Avisos espirituales

123
5. Nadie se enorgullezca,
sino gloríese en la cruz del Señor
1
Considera, ¡oh hombre!, cuánto te ha encumbrado
el Señor Dios, pues te creó y formó a imagen de su
amado Hijo según el cuerpo y a semejanza suya según
el espíritu (cf. Gén 1,26). 2 Y todas las criaturas que hay
bajo el cielo sirven, conocen y obedecen, a su modo,
mejor que tú a su Creador. 3 Y los mismos demonios no
lo crucificaron, sino que fuiste tú el que con ellos lo cru-
cificaste, y lo sigues crucificando, deleitándote en vicios
y pecados. 4 ¿De qué puedes, por consiguiente, gloriarte?
5
Pues, aunque fueras tan sutil y sabio que tuvieras
toda la ciencia (cf. 1Cor 13,2) y supieras interpretar toda
clase de lenguas (cf. 1Cor 12,28) y escudriñar sutilmente
las cosas celestiales, de nada de ello puedes gloriarte,
6
porque un solo demonio supo de las cosas celestiales y
sabe ahora de las terrenas más que todos los hombres,
incluso en el caso de que existiera alguno que hubiese
recibido del Señor un conocimiento especial de la suma
sabiduría. 7 Asimismo, aunque fueras el más hermoso y
más rico de todos los hombres, e hicieras maravillas tales
como poner en fuga a los demonios, todas estas cosas te
son contraproducentes, ninguna de ellas te pertenece y
de ninguna de ellas puedes gloriarte.
8
En esto, sin embargo, sí podemos gloriarnos: en
nuestras flaquezas (cf. 2Cor 12,5) y en llevar diaria-
mente a cuestas la santa cruz de nuestro Señor Jesucristo
(cf. Lc 14,27; Jn 19,17).
1. Rnb 23,1.3.8. 2. AlHor 8. 4. 1CtaF 2,3; 2CtaF 64; Rnb 22,5.
5. VerAl 4. 7. VerAl 6; Rnb 17,6. 8. VerAl 15; Rnb 17,8 / OfP
7,8; 15,13.
Escritos de Francisco de Asís
124

6. El seguimiento del Señor


1
Miremos atentamente todos los hermanos al buen
pastor, que por salvar a sus ovejas soportó la pasión de
la cruz (cf. Jn 10,11).
2
Las ovejas del Señor le siguieron (cf. Jn 10,4) en la
tribulación y en la persecución, en la vergüenza y en el
hambre (cf. Rom 8,35; 2Cor 11,27), en la debilidad y
en la tentación, y en todo lo demás, y por ello recibie-
ron del Señor la vida eterna.
3
Por eso, es grandemente vergonzoso para nosotros,
los siervos de Dios, que los santos hicieron las obras y
nosotros, con referirlas y predicarlas, queremos recibir
gloria y honor.
1. 1CtaF 1,13; 2CtaF 56.61; Rnb 22,32; 1CtaCl 14; 4CtaCl 22.

7. Al saber siga el buen obrar


1
Dice el apóstol: La letra mata, pero el espíritu da
vida (2Cor 3,6).
2
La letra mata a aquellos que únicamente ansían
saber las solas palabras, para ser tenidos por más sabios
que los demás y poder adquirir grandes riquezas que
legar a sus consanguíneos y amigos.
3
La letra mata también a aquellos religiosos que no
quieren seguir el espíritu de las divinas letras, sino
que ansían saber las solas palabras e interpretárselas a
los demás.
4
Y son vivificados por el espíritu de las divinas le-
tras aquellos que no atribuyen al propio yo toda la
letra que saben y ansían saber, sino que con la palabra
III. Avisos espirituales

125
y el ejemplo la restituyen al altísimo Señor Dios, de
quien es todo bien.
1. Adm 1,6. 2. 1CtaF 2,17; 2CtaF 72.84; Rnb 17,11. 4. Adm 1,6
/ Adm 2,3; 12,2; 17,1; Rnb 17,6 / AlHor 11; OfP ben; Adm
11,4; 18,2; Rnb 17,17-18; TestCl 18 / AlHor 11; ParPN 2;
SalVM 3; AlD 3; Adm 8,3; Rnb 17,17-18; 23,8.9.

8. Evítese el pecado de envidia


1
Dice el apóstol: Nadie puede decir: Jesús es el
Señor, sino en el Espíritu Santo (1Cor 12,3); 2 y: No hay
quien haga el bien, no hay ni uno solo (Rom 3,12).
3
Por eso, todo el que envidia a su hermano por el
bien que el Señor dice o hace en él, comete un peca-
do de blasfemia, porque envidia al Altísimo mismo,
que es quien dice y hace todo bien.
3. Adm 2,3; 12,2; 17,1; Rnb 17,6.17-18 / AlHor 11; ParPN 2;
SalVM 3; AlD 3; Adm 8,3; Rnb 17,17-18; 23,8.9.

9. El amor a los enemigos


1
Dice el Señor: Amad a vuestros enemigos, haced
el bien a los que os odian, y orad por los que os per-
siguen y calumnian (Mt 5,44).
2
Ama de veras a su enemigo el que no se duele de
la injuria que éste le hace, 3 sino que arde interiormente,
por el amor de Dios, a causa del pecado que hay en su
alma, 4 y le muestra su amor con obras (cf. Sant 2,18).

1. ParPN 8; 2CtaF 26-27.38; Rnb 16,11; 22,1; Rb 10,10; RCl


10,11. 2-3. Adm 11,1. 4. Rnb 11,6; 22,3-4; TestCl 59.
Escritos de Francisco de Asís
126

10. La sujeción del cuerpo


1
Hay muchos que, al pecar o al recibir una injuria,
echan frecuentemente la culpa al enemigo o al prójimo.
2
Pero no es así, porque cada uno tiene en su po-
der a su enemigo, o sea, al cuerpo, mediante el cual
peca.
3
Por eso, dichoso aquel siervo (Mt 24,46) que man-
tiene siempre dominado a este enemigo, que ha sido
puesto bajo su poder, y se guarda sabiamente de él;
4
porque, mientras haga esto, ningún otro enemigo vi-
sible o invisible podrá hacerle daño.
3. Adm 10,3; 17,1; 19,4 / 2CtaF 37.46; Rnb 22,5. 4. Rnb 16,11.

11. Actitud ante el pecado ajeno


1
Nada debe disgustar al siervo de Dios fuera del
pecado. 2 Y sea cual sea el pecado que una persona
cometa, si el siervo de Dios, no teniendo caridad, se
turba y se aíra por ello, atesora para sí culpas (cf.
Rom 2,5).
3
El siervo de Dios que no se aíra ni se turba por cosa
alguna, vive rectamente, sin nada propio.4 Y es di-
choso porque nada retiene para sí, restituyendo al
césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios
(Mt 22,21).

1. Adm 9,3. 2-3. Cánt 11; 2CtaF 44; Adm 15,1-2; Rnb 5,7;
10,4; 11,4; Rb 7,3; RCl 9,5-6. 4. AlHor 11; OfP ben; Adm 7,4;
18,2; Rnb 17,17-18.
III. Avisos espirituales

127
12. Cómo conocer el espíritu del Señor
1
En esto puede conocer el siervo de Dios si tiene el
espíritu del Señor: 2 si, cuando el Señor obra por medio
de él algo bueno, no se enaltece su carne, que siem-
pre es opuesta a todo lo bueno, 3 sino, más bien, se ve
a sí mismo más vil y se estima menor que todos los
demás hombres.
1. 1CtaF 1,12; 2CtaF 55; Rb 10,9. 2. Adm 2,3; 8,3; 12,2; 17,1;
18,2; Rnb 17,6. 3. Adm 19,2; Rnb 6,3; 17,14.

13. La paciencia
1
El siervo de Dios no puede saber cuánta paciencia
y humildad tiene mientras se le da gusto. 2 Mas, cuanta
paciencia y humildad tiene en el momento en que
quienes debieran darle gusto hacen lo contrario, tanta
tiene y no más.
1. 2CtaF 44; Adm 15,1-2; 27,2; Rnb 16,20; 17,15; Rb 10,9; RCl
10,10. 2. VerAl 15; Rnb 16,20.

14. La pobreza de espíritu


1
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es
el reino de los cielos (Mt 5,3).
2
Hay muchos que, entregados constantemente a la
oración y las devociones, hacen muchas abstinencias y
mortificaciones corporales, 3 pero por una sola palabra
que parece ser injuriosa para su propio yo o por cual-
quier cosa que se les quita, se escandalizan enseguida
Escritos de Francisco de Asís
128

(cf. Mt 13,21) y se alteran. 4 Estos tales no son pobres


de espíritu, porque quien es de verdad pobre de espí-
ritu se odia a sí mismo (cf. Lc 14,26) y ama a los que le
pegan en la mejilla (cf. Mt 5,39).

1. Rb 6,4; 1CtaCl 16.25; RCl 8,4. 3. Rnb 22,15. 4. Rnb 14,4.

15. La paz
1
Dichosos los pacíficos, porque serán llamados hijos
de Dios (Mt 5,9).
2
Son verdaderamente pacíficos aquellos que, en
medio de todas las cosas que padecen en este mundo,
conservan la paz en su alma y en su cuerpo, por el amor
de nuestro Señor Jesucristo.

2. Cánt 11; Adm 11,3; VerAl 15; Rnb 16,15-21; 17,14; Rb 3,11;
ExhCl 5.

16. La limpieza de corazón


1
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos ve-
rán a Dios (Mt 5,8).
2
Son verdaderamente limpios de corazón los que
desprecian las cosas terrenas, buscan las celestiales y
nunca dejan de adorar y contemplar al Señor Dios vivo
y verdadero (1Tes 1,9) con corazón y alma limpios.

2. 2CtaF 19-20; Rnb 17,14; 22,26.29-30; Rb 10,9; 1CtaCl 29;


2CtaCl 6; RCl bula 12; 10,10.
III. Avisos espirituales

129
17. El siervo de Dios humilde
1
Dichoso aquel siervo (Mt 24,46) que no se enaltece
más por el bien que el Señor dice y hace por medio de
él, que por el que dice y hace por medio de otro.
2
Peca el hombre que quiere más recibir de su próji-
mo que dar de sí mismo a su Señor.
1. Adm 2,3; 10,3; 12,2; 19,4 / ParPN 5; Adm 2,3; 7,4; 8,3;
12,2; 18,2; Rnb 17,6.17.

18. La compasión con el prójimo


y la desapropiación interior
1
Dichoso el hombre que, en su fragilidad, soporta
a su prójimo en aquello que querría que le soportara a
él si estuviera en una situación semejante (cf. Gál 6,2;
Mt 7,12).
2
Dichoso el siervo que restituye todos los bienes al
Señor Dios, porque el que se reserva algo para sí,
esconde en sí mismo el dinero del Señor su Dios (cf.
Mt 25,18), y lo que creía tener se le quitará (cf. Lc 8,18).
1. 2CtaF 43; CtaM 17; Rnb 4,4; 6,2; 10,1; Rb 6,9; ExhCl 5; RCl
8,14; TestCl 69. 2. AlHor 11; OfP ben; CtaO 29; Adm 7,4;
11,4; 21,2; 28,1-3; Rnb 17,17-18; TestCl 18 / 1CtaF 2,16;
2CtaF 83; CtaA 4.

19. La verdadera humildad


1
Dichoso el siervo que no se tiene por mejor cuando
es engrandecido y ensalzado por los hombres, que
cuando es tenido por vil, simple y despreciable, 2 por-
que cuanto es el hombre ante Dios, tanto es y no más.
Escritos de Francisco de Asís
130

3
¡Ay de aquel religioso que ha sido colocado en lo
alto por los demás y no quiere bajar por su voluntad!
4
Y dichoso aquel siervo (Mt 24,46) que no es colo-
cado en lo alto por su voluntad y siempre desea estar a
los pies de los demás.
1. Adm 12,1-3. 2. Adm 13,2. 4. 2CtaF 47; Adm 4,1-3; 10,3;
17,1; Rnb 5,9-11; 6,4 / 2CtaF 86; CtaO 12; Rnb 24,3; RCl 9,8.

20. El religioso alegre en el Señor


y el religioso vano
1
Dichoso aquel religioso que no encuentra deleite y
alegría sino en las santísimas palabras y obras del Se-
ñor, 2 y con ellas mueve a los hombres al amor de Dios
con gozo y alegría (cf. Sal 50,10).
3
¡Ay de aquel religioso que se deleita en palabras
ociosas y vanas y con ellas mueve a los hombres a la risa!
1. Adm 7,1-4; Rnb 7,16.

21. El religioso frívolo y hablador


1
Dichoso el siervo que, cuando habla, no da a cono-
cer todas sus cosas con la mira puesta en la recompen-
sa, ni es pronto para hablar (cf. Prov 29,20), sino que
prepara sabiamente lo que ha de decir y responder.
2
¡Ay de aquel religioso que no guarda en su cora-
zón (cf. Lc 2,19.51) los bienes que el Señor le manifies-
ta, y que, en vez de mostrarlos a los demás con obras,
ansía, con la mira puesta en la recompensa, mostrárse-
los con palabras! 3 Éste tal recibe su recompensa (cf.
Mt 6,2.16), y los que le oyen sacan poco fruto.
III. Avisos espirituales

131
1. Adm 28,1-3; Rnb 22,20.25. 2. 2CtaF 53; Adm 28,3. 3.
Rnb 17,13.

22. Actitud en la corrección


1
Dichoso el siervo que soporta tan pacientemente la
instrucción, la acusación y la reprensión que le hace
otro, como si se la hiciera a sí mismo.
2
Dichoso el siervo que, al ser reprendido, lo acepta
benignamente, se somete avergonzado, confiesa hu-
mildemente y de buen grado repara.
3
Dichoso el siervo que no tiene prisa para excusar-
se, y soporta humildemente la vergüenza y la repren-
sión por un pecado que no cometió.

1. Adm 23,2; Rnb 4,2; 5,3-6; Rb 10,1. 2. Adm 23,3. 3. Adm 6,2.

23. Más sobre la humildad


1
Dichoso el siervo que es tan humilde cuando está
entre sus súbditos como cuando está entre sus señores.
2
Dichoso el siervo que siempre se mantiene bajo la
vara de la corrección.
3
Es siervo fiel y prudente (cf. Mt 24,45) el que en
todas sus ofensas no tarda en arrepentirse, interiormente
por la contrición y exteriormente por la confesión y las
obras de satisfacción.

1. Rnb 5,9-12.14; Rb 10,5; RCl 10,4-5. 2. Rnb 5; Rb 10; RCl 10.


3. Adm 22,2-3; RCl 9,8-9.
Escritos de Francisco de Asís
132

24. El verdadero amor


Dichoso el siervo que ama a su hermano cuando
está enfermo y no puede corresponderle, tanto como
le ama cuando está sano y puede corresponderle.
Adm 18,1; 25; Rnb 6,2; 10,1; Rb 6,9; RCl 8,14.

25. Más sobre el verdadero amor


Dichoso el siervo que tanto ama y respeta a su her-
mano cuando está lejos de él, como cuando está con
él, y no dice de él a sus espaldas lo que no puede
decir con caridad delante de él.
Adm 24 / CtaM 15; Rnb 7,15; 11,7; Rb 10,7; RCl 10,6.

26. Los siervos de Dios han de honrar a los clérigos


1
Dichoso el siervo de Dios que tiene fe en los cléri-
gos que viven rectamente según la forma de la santa
Iglesia Romana.
2
Y ¡ay de aquellos que los desprecian!, pues, aun
cuando sean pecadores, nadie debe juzgarlos, porque
el Señor mismo se reserva para sí solo su juicio. 3 Pues
cuanto más grande es el ministerio que tienen de ad-
ministrar el santísimo cuerpo y sangre de nuestro Se-
ñor Jesucristo, que ellos reciben y sólo ellos adminis-
tran a los demás, 4 tanto mayor es el pecado que co-
meten los que pecan contra ellos, mayor que si peca-
ran contra todos los demás hombres de este mundo.
1. Rnb 19,3; TestS 5; Test 6. 2. 2CtaF 33; Test 9. 3. 2CtaF 33-
35; CtaO 21-23; Test 8.10.
III. Avisos espirituales

133
27. La virtud ahuyenta al vicio
1
Donde hay caridad y sabiduría,
allí no hay temor ni ignorancia (cf. 1Jn 4,18).
2
Donde hay paciencia y humildad,
allí no hay ira ni turbación.
3
Donde hay pobreza con alegría,
allí no hay codicia ni avaricia.
4
Donde hay quietud y meditación,
allí no hay desasosiego ni vagabundeo.
5
Donde hay temor de Dios que custodia la entrada
(cf. Lc 11,21),
allí el enemigo no tiene lugar por donde entrar.
6
Donde hay misericordia y discreción,
allí no hay superfluidad ni endurecimiento.

1-6. AlD 4-6; SalVir 1-18. 2. Adm 13,2; VerAl 15; Rb 10,9; RCl
10,10 / Rb 7,3; RCl 9,6. 3. Rb 10,7. 5. Rnb 17,16. 6. 2CtaF
28.43; CtaM 9-17; RCl 3,10 / NACl 3; ExhCl 4; 3CtaCl 31.40;
RCl 2,17; TestCl 63.

28. Ocúltese el bien para que no se malogre


1
Dichoso el siervo que atesora en el cielo (cf. Mt
6,20) los bienes que el Señor le muestra, y no ansía
darlos a conocer a los hombres, con la mira puesta en la
recompensa, 2 porque el Altísimo mismo dará a cono-
cer sus obras a quienes le plazca.
3
Dichoso el siervo que guarda en su corazón (cf.
Lc 2,19.51) los secretos del Señor.
1. Adm 7,1-3; 21,1-2; Rnb 22,20.25; 1CtaCl 22-23. 3. Adm
21,2.
Escritos de Francisco de Asís
134

3 LA VERDADERA ALEGRÍA (=VerAl)

1
Un cierto día el bienaventurado Francisco, estando
en Santa María, llamó al hermano León y le dijo:
–Hermano León, escribe.
2
Éste le respondió:
–Ya estoy listo.
3
–Escribe –le dijo– cuál es la verdadera alegría.
4
Llega un mensajero y dice que han venido a la
Orden todos los maestros de París. Escribe: «En esto no
está la verdadera alegría».
5
También que han venido todos los prelados
ultramontanos, arzobispos y obispos, y también el rey
de Francia y el rey de Inglaterra. Escribe: «En esto no
está la verdadera alegría».
6
Y dice también que mis hermanos han ido entre los
infieles y los han convertido a todos a la fe; y que,
además, yo he recibido de Dios tanta gracia, que sano
enfermos y hago muchos milagros. Te digo que en
todas estas cosas no está la verdadera alegría.
7
Pero, ¿cuál es la verdadera alegría?
8
Vuelvo de Perusa y, en medio de una noche cerra-
da, llego aquí; es tiempo de invierno, está todo emba-
rrado y hace tanto frío, que en los bordes de la túnica
se forman carámbanos de agua fría congelada que gol-
pean continuamente las piernas, y brota sangre de sus
heridas.
III. Avisos espirituales

135
9
Y todo embarrado, aterido y helado, llego a la puer-
ta; y, después de golpear y llamar un buen rato, acude
el hermano y pregunta:
– ¿Quién es?
Yo respondo:
– El hermano Francisco.
10
Y él dice:
– Largo de aquí. No es hora decente para andar de
camino; no entrarás.
11
Y, al insistir yo de nuevo, responde:
– Largo de aquí. Tú eres un simple y un inculto. Ya
no vienes con nosotros. Nosotros somos tantos y tales,
que no te necesitamos.
12
Y yo vuelvo a la puerta y digo:
– Por amor de Dios, acogedme por esta noche.
13
Y él responde:
–No lo haré. 14 Vete al lugar de los crucíferos y pide allí.
15
Te digo que, si tuviera paciencia y no me turbara,
en esto está la verdadera alegría, y la verdadera virtud
y la salvación del alma.

1. Rnb 18,2; CtaJac 3. 3. Adm 20; 27,3; 1CtaCl 21; 3Ctacl 9. 4.


Adm 5,5. 5. Rb 9,1. 6. Rnb 16,1ss.; Rb 12,1-2. 8. Rnb 2,13; Rb
2,14; Test 16. 10. Rnb 7,14-15, Rb 6,7-9. 11. CtaO 39; Test
19.29. 14. Adm 5,8. 15. Adm 9,2-4; 13,1-2; 15,2; 27,2; VerAl
15; Rnb 17,15; Rb 10,9; ExhCl 5; RCl 10,10.
Escritos de Francisco de Asís
136
IV. Textos legislativos

137

IV. TEXTOS LEGISLATIVOS


PROYECTO DE VIDA

• Forma de vida para Clara y sus hermanas (FVCl)


• Regla para los eremitorios (REr)
• Regla no-bulada de los Hermanos Menores (Rnb)
• Regla bulada de los Hermanos Menores (Rb)
• Normas sobre el ayuno para Clara y sus hermanas (NACl)
Escritos de Francisco de Asís
138
IV. Textos legislativos

139

Estos textos nos permiten dar un paso determinante


en el conocimiento de Francisco de Asís. Fue un pobre
del Reino, un contemplativo y un profeta, marcó la es-
piritualidad cristiana con su sello inconfundible, y su
carisma se encarnó históricamente en la fundación de
una familia que lo perpetúa. El Poverello lo resume
volviendo a la confesión de fe que ilumina el sentido
de su vida: «El Señor me dio hermanos». De ahí la im-
portancia, especialmente para los Hermanos Menores,
de los textos que siguen. Se les llama «legislativos»,
porque representan ese momento de la historia de la
salvación, en que la misión de san Francisco se hace
regla y norma de vida, y sus opciones evangélicas,
vocación y proyecto para otros creyentes, que se cons-
tituyen así en sus discípulos y hermanos.
En el origen de las Reglas no está un acto de legislar,
sino una historia, la del Señor Jesús, que en la iglesita
de la Porciúncula reveló a su siervo Francisco que debía
vivir «según la forma del santo Evangelio». Posterior-
mente se le unieron compañeros, y en 1209/10 pre-
sentaba a Inocencio III su proyecto de vida en fraterni-
dad y minoridad.
La llamada REGLA NO BULADA, cuya historia redaccional
se extiende desde 1209 a 1223, nos ofrece el proceso
de la Orden que, a través de sus primeros tanteos, va
Escritos de Francisco de Asís
140

formulando su propia identidad. Este texto admirable,


entremezcla opciones prácticas y aliento espiritual, ne-
cesidades institucionales y vida de radicalidad evan-
gélica; a la vez que rompe viejos esquemas, pone al
desnudo la grandeza y miseria de la vida religiosa a la
intemperie. Tiene la fuerza y el calor de lo primitivo,
de la aventura iniciada por Francisco y sus primeros com-
pañeros. Por eso suele despertar lo mejor de nosotros
mismos: el anhelo de entrega incondicional; y a veces
lo peor: el miedo a lo incontrolable, a la desmesura.
Francisco dice a sus hermanos que lean esta Regla «sen-
cillamente y sin glosa» y que la observen «con obras
santas hasta el fin» (Test 39).
La REGLA BULADA fue aprobada por bula papal de
Honorio III el 29 de noviembre de 1223, y representa
el momento carismático fundacional con carácter defini-
tivo, Regla de profesión para las generaciones futuras.
El Espíritu volvía a suscitar en su Iglesia el segui-
miento de Jesús en pobreza y humildad. Francisco quería
volver simplemente a la vida y doctrina del Señor. La
fraternidad era su medio y su realización y su perma-
nencia. Pero a diferencia de otros intentos similares de
la época, su fe no opuso Evangelio a Iglesia. Las Reglas
testimonian dicha cohesión profunda.
Las Reglas permiten, por su complejidad, diversos
caminos de lectura. Algunos de ellos podrían ser los
siguientes:
– Un estudio comparativo entre ambas, pues a ve-
ces han sido opuestas; ciertamente hay diferencias, so-
bre todo de estilo, pero no de sus centros vitales.
IV. Textos legislativos

141
– Una lectura que capte el modo de vivir de las
fraternidades primitivas, punto de referencia esencial
a la hora de discernir un carisma (cf. Rnb 7-15; Rb 3-
6); por ejemplo, la relación entre pobreza, trabajo y
oración.
– Es inútil buscar un orden discursivo, pero existen
ciertas unidades literarias que apuntan a núcleos temá-
ticos (cf. Rb 1,1-3,9; 3,10-6,6; 6,7-10,6; 10,7-12; 11;
12,1-2;12,3-4).
– El género literario básico es el parenético, que en
ocasiones es trascendido por la alabanza, ambos signi-
ficativos de la conciencia personal de Francisco. Él do-
mina toda la Regla; pero él mismo es vacío tan sólo
para el Único. Habrá que detenerse en dichos textos,
pues nos sumergen en la fuente inspiracional de la vo-
cación franciscana (cf. Rnb 16-17;22-23).
– Es importante captar la unidad indisoluble entre
espíritu y letra, más allá de todo legalismo e igualmen-
te de una fácil reducción del carisma a espiritualidad.
Una de las claves consiste en percibir el sistema de
preferencias, el estilo, las líneas de fuerza, la coheren-
cia interna de los distintos elementos que integran la
«figura» evangélica del Hermano Menor.
– El secreto sigue siendo muy simple, y resplandece
a través de todos los textos como centro configurador:
«seguir las huellas» de Jesús (cf. Rnb 1; Rb 1).
Durante el largo proceso de composición de la Re-
gla no bulada, Francisco escribió la FORMA DE VIDA PARA
CLARA Y SUS HERMANAS, el pequeño grupo que iniciaba
hacia 1211, en la ermita de San Damián en Asís, lo que
Escritos de Francisco de Asís
142

más tarde será la Orden de las Hermanas Pobres. Fue la


propia Clara –que la tuvo en gran estima y la conside-
ró el origen de su Orden–, quien nos la trasmitió en el
c. 6 de su Regla. La vocación nace como inspiración
divina; se realiza en la profesión (términos bíblicos de
la Alianza, con contenido trinitario), tiene como pro-
yecto la perfección del Evangelio. Idéntica vocación,
consecuente responsabilidad fraterna.
Durante el mismo tiempo de elaboración de la Regla
no bulada para los Hermanos Menores, Francisco com-
puso también, entre 1217 y 1221, la REGLA PARA LOS
EREMITORIOS, que testimonia la riqueza y libertad del ca-
risma franciscano, que, siendo apostólico, integra
complementariamente la preferencia de algunos her-
manos por la contemplación. Conviene subrayar la ori-
ginalidad de este escrito, que lleva el sello de Francis-
co, no sólo por la sobriedad de su estilo, sino por la
conjugación entre la vida eremítica tradicional de sole-
dad y clausura, y la alternancia de las funciones fraternas
de Marta y María. Éste último texto y el anterior ocu-
parán el primer lugar en este bloque de escritos, por
ser cronológicamente los primeros de ellos.
Concluye el bloque con las NORMAS SOBRE EL AYUNO
PARA CLARA Y SUS HERMANAS, de difícil datación, y de las
que nos ha llegado tan sólo una referencia a su con-
tenido en la tercera Carta de Clara a Inés de Praga
(3CtaCl 29-37).
IV. Textos legislativos

143

FORMA DE VIDA 1
PARA CLARA Y SUS HERMANAS (=FVCl)12

1
Ya que, por divina inspiración, os habéis hecho hi-
jas y esclavas del altísimo y sumo Rey, Padre celestial,
y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo
vivir según la perfección del santo Evangelio, 2 quiero
y prometo dispensaros siempre, por mí mismo y por
medio de mis hermanos, y como a ellos, un amoroso
cuidado y una especial solicitud.
1-2. RCl 6,3-4. 1. Rnb 2,1; 16,1; RCl 2,1 / OfP ant 2; SalVM 1-2;
1CtaF 1,7-8; 2CtaF 49-51; 1CtaCl 24; 3CtaCl 1 / Rb 1,1;
BenBer 2; 2CtaCl 3.5.14.17; RCl 1,1. 2. TestCl 29.

REGLA PARA LOS EREMITORlOS (=REr) 2


1
Aquellos que quieran vivir la vida religiosa en
eremitorios, sean tres hermanos o, a lo más, cuatro;
dos de ellos sean madres y tengan dos hijos o, al me-
nos, uno. 2 Los dos que son madres hagan la vida de
Marta, y los dos hijos hagan la vida de María (cf. Lc
10,38-42). Y tengan un cercado, en el que cada uno
tenga su celdita, en la que ore y duerma.
3
Y digan siempre las completas de día, en cuanto se
ponga el sol; y esfuércense por guardar silencio; y digan
12
El texto lo copia santa Clara en su Regla, en la que da fe
también de las circunstancias de su composición (RCl 6,1-5).
Escritos de Francisco de Asís
144

las Horas litúrgicas. Y levántense a maitines, y bus-


quen primero el reino de Dios y su justicia (cf. Mt 6,33;
Lc 12,31). 4 Y digan prima a su hora, y después de
tercia interrumpan el silencio y pueden hablar e ir a sus
madres. 5 Y cuando les agrade, pueden pedirles limos-
na, como pobres pequeñuelos, por el amor del Señor
Dios.6 Y después digan sexta y nona; y digan vísperas
a su hora.
7
Y en el cercado donde moran no permitan que
entre ninguna persona, ni que coman allí. 8 Y los her-
manos que son madres esfuércense por permanecer
lejos de toda persona, y, por obediencia a su ministro,
guarden a sus hijos de toda persona, para que nadie
pueda hablar con ellos.9 Y los hijos no hablen con per-
sona alguna, salvo con sus madres y con su ministro y
custodio, cuando éste quiera visitarlos con la bendición
del Señor Dios.
10
Pero los hijos hagan de vez en cuando el oficio
de madres, alternándose según los tiempos que les
pareciere establecer; y esfuércense en observar solícita-
mente y con esmero todo lo dicho anteriormente.

1. Rnb 7,13 / CtaL 2; Rnb 9,11; Rb 6,8; RCl 4,8; TestCl 63. 3.
Rnb 3,10; Rb 3,3; RCl 5,1. 4. Rnb 3,3.10; Rb 3,3; RCl 5,1. 5. Rnb
7,8; 9,1-9; Rb 6,2; RCl 8,2. 6. Rnb 3,3.10; Rb 3,3. 7. RCl 11,7-
8. 9. Rnb 4,2; Rb 10,1.
IV. Textos legislativos

145

REGLA NO BULADA 3
DE LOS HERMANOS MENORES (=Rnb)

PRÓLOGO
1
¡En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo! Amén.
2
Ésta es la vida que el hermano Francisco pidió al
señor papa le concediera y confirmara, y éste le con-
cedió y confirmó para sí y sus hermanos, que han sido,
son y serán.
3
El hermano Francisco y todo aquel que sea cabeza
de esta Religión, prometa obediencia y reverencia al
señor papa Inocencio y a sus sucesores. 4 Y todos los
demás hermanos están obligados a obedecer al her-
mano Francisco y a sus sucesores.
1. 2CtaF 1.86; CtaO 1; BenCl 1. 2. Rb 1,1; RCl 1,1 / Test 14-15.
3. Rb 1,2; RCl 1,2. 4. Rb 1,3; RCl 1,3.

CAPÍTULO I
La Regla y vida de los hermanos es seguir la doctrina
y huellas de nuestro Señor Jesucristo
1
La Regla y vida de estos hermanos es ésta: vivir
en obediencia, en castidad y sin nada propio, y seguir
la doctrina y las huellas de nuestro Señor Jesucristo
(cf. 1Pe 2,21), que dice: 2 Si quieres ser perfecto, ve
Escritos de Francisco de Asís
146

(Mt 19,21), vende todo lo que tienes (cf. Lc 18,22)


y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y
ven, sígueme (Mt 19,21). 3 Y también: Si alguno quie-
re venirse conmigo, niéguese a sí mismo y tome su
cruz y sígame (Mt 16,24). 4 Asimismo: Si alguno quie-
re venirse conmigo y no pospone a su padre y a su
madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y her-
manas, y hasta su propia vida, no puede ser mi discí-
pulo (Lc 14,26). 5 Y: Todo el que haya dejado padre o
madre, hermanos o hermanas, mujer o hijos, casas o
campos por mí, recibirá cien veces más y tendrá la vida
eterna (cf. Mt 19,29; Mc 10,29; Lc 18,29).
1. Rb 1,1; RCl 1,1-2; Test 14 / CtaO 51; CtaL 3; Rnb 22,2;
UltVol 1; 2CtaCl 13.25; RCl 6,7. 2. Adm 3,1; Rb 2,5; RCl 2,8. 3.
OfP 7,8; 15,13; 2CtaF 40; 1CtaCl 30. 4. Adm 14,4.

CAPÍTULO II
La admisión y el vestido de los hermanos

1
Si alguno viniera a nuestros hermanos queriendo,
por divina inspiración, abrazar esta vida, sea recibido
benignamente por ellos. 2 Y, si estuviera decidido a
abrazar nuestra vida, guárdense mucho los hermanos
de entrometerse en sus negocios temporales, y pre-
séntenlo, cuanto antes puedan, a su ministro.
3
El ministro, por su parte, recíbalo benignamente,
anímelo, y expóngale diligentemente el tenor de
nuestra vida. 4 Hecho lo cual, el mencionado [aspi-
rante], si quiere y puede hacerlo espiritualmente y nada
se lo impide, venda todas sus cosas y esfuércese en
IV. Textos legislativos

147
distribuirlas entre los pobres (cf. Lc 18,22). 5 Y guár-
dense los hermanos y el ministro de los hermanos de
entrometerse de algún modo en sus negocios, 6 y no
acepten pecunia alguna ni por sí mismos ni por inter-
mediarios. 7 Sin embargo, si les falta lo necesario, para
remediar la necesidad pueden recibir los hermanos,
como los otros pobres, lo necesario para el cuerpo,
excepto pecunia.
8
Y, a su regreso, el ministro concédale por un año
las prendas del tiempo de la probación, es decir: dos
túnicas sin capucha, el cordón, los calzones y el caparón
hasta el cordón. 9 Y acabado el año y el tiempo de la
probación, sea recibido a la obediencia. 10 En adelante
no le estará permitido pasar a otra Religión, ni «vagar
fuera de la obediencia», conforme al mandato del se-
ñor papa13, pues según el Evangelio, nadie que pone
la mano en el arado y mira atrás es apto para el reino
de Dios (Lc 9,62). 11 Pero, si viniera alguno que, que-
riendo espiritualmente hacerlo, no puede dar sus bie-
nes, por haber algún impedimento, déjelos y eso le
basta. 12 Y ninguno sea recibido contra la forma y dis-
posiciones de la santa Iglesia.
13
Y los hermanos que han prometido obediencia, ten-
gan una túnica con capucha, y otra sin ella si fuera nece-
sario, el cordón y los calzones. 14 Y todos los hermanos
vístanse de ropas viles, y puedan reforzarlas con piezas

13
Francisco remite aquí a la bula Cum secundum consilium
(22.9.1220) de Honorio III, con la que instituye el año de noviciado
en la Orden de los Hermanos Menores, y prohibe a éstos pasar a
otra Religión y «vagar fuera de la obediencia».
Escritos de Francisco de Asís
148

de sayal y otros paños, con la bendición de Dios; por-


que dice el Señor en el Evangelio: Los que visten con
lujo y viven entre placeres (Lc 7,25), y los que visten
delicadamente, están en las casas de los reyes (Mt 11,8).
15
Y, aunque les tachen de hipócritas, no dejen de hacer
el bien, ni busquen en este mundo vestidos caros, para
que puedan tener vestido en el reino de los cielos.

1. FVCl 1; Rb 2,1; Test 16; RCl 2,1. 2. Rb 2,1.7; RCl 2,10. 3. RCl
2,7. 4. Rb 2,5; Test 16; RCl 2,8. 5. Rb 2,7; RCl 2,10. 6. Rnb
8,3.8; Rb 4,1; RCl 6,12. 7. Rnb 7,7-8; Rb 5,3. 8. Rb 2,9; Test 16;
RCl 2,12. 9. Rb 2,11; RCl 2,14. 10. CtaO 45; Rnb 5,16; Rb 2,12-
13; RCl 2,13. 11. Rb 2,6. 12. RCl 2,24. 13. Rb 2,14; Test 16. 14.
Rb 2,16; Test 16; RCl 2,25.

CAPÍTULO III
El oficio divino y el ayuno
1
Dice el Señor: Esta clase de demonios no puede
ser expulsada sino con ayuno y oración (cf. Mc 9,29);
2
y también: Cuando ayunéis, no os pongáis tristes como
los hipócritas (Mt 6,16).
3
Por eso, todos los hermanos, tanto los clérigos
como los laicos, digan el oficio divino, las alabanzas y
las oraciones según deben. 4 Los clérigos digan el ofi-
cio y recen por los vivos y los difuntos lo que es cos-
tumbre entre los clérigos. 5 Y por los defectos y negli-
gencias de los hermanos digan todos los días el
Miserere mei Deus [Sal 50] con el Padrenuestro; 6 y por
los hermanos difuntos digan el De profundis [Sal 129]
con el Padrenuestro. 7 Y puedan tener los libros para
IV. Textos legislativos

149
decir íntegramente su oficio, pero sólo los necesarios.
8
Y también a los laicos que saben leer el Salterio les
está permitido tenerlo; 9 pero a los que no saben letras
no les está permitido tener ningún libro.
10
Los laicos, por su parte, digan el Credo y veinti-
cuatro Padrenuestros con el Gloria al Padre, por maiti-
nes; por laudes, cinco; por prima, el Credo y siete
Padrenuestros con el Gloria al Padre; por tercia, sexta y
nona, por cada una de estas horas, siete; por vísperas,
doce; por completas, el Credo y siete Padrenuestros
con el Gloria al Padre; por los difuntos digan siete
Padrenuestros con el Requiem aeternam; y por los
defectos y negligencias de los her manos, tres
Padrenuestros cada día.
11
Además, todos los hermanos ayunen desde la
fiesta de Todos los Santos hasta la Navidad, y, recor-
dando el ayuno del Señor, desde la Epifanía hasta la
Pascua. 12 Pero, en el resto del tiempo, no están obli-
gados a ayunar, según nuestra vida, sino los viernes.
13
Y, según el Evangelio, les está permitido comer
de todos los alimentos que les pongan delante (cf.
Lc 10,8).

2. Rnb 7,16. 3. Rb 3,1; Test 18.30; RCl 3,1. 4. CtaO 39; Rb 3,1;
Test 18.29; RCl 3,1-6. 7. Rb 3,2; RCl 3,1. 10. Rb 3,3-4; RCl
3,3-7. 11. 2CtaF 32; Rb 3,5-7; NACl 1-9; RCl 3,8-9; 3CtaCl
31-33. 12. Rb 3,8; NACl 3-9; 3CtaCl 34-36. 13. Rnb 9,13;
14,3; Rb 3,14.
Escritos de Francisco de Asís
150

CAPÍTULO IV
Las relaciones entre los ministros
y los demás hermanos

1
¡En el nombre del Señor!
2
Todos los hermanos que son constituidos minis-
tros y siervos de los demás hermanos, distribúyanlos
en las provincias y lugares donde están, visítenlos
frecuentemente y amonéstenlos y confórtenlos es-
piritualmente.
3
Y todos los demás, mis benditos hermanos, obe-
dézcanles diligentemente en lo que mira a la salvación
del alma y no es contrario a nuestra vida.
4
Y trátense entre sí como dice el Señor: Todo lo que
queréis que os hagan los hombres, hacédselo también
vosotros a ellos (Mt 7,12); 5 y: Lo que no quieres que
te hagan a ti no lo hagas a otro (cf. Tob 4,15).
6
Y recuerden los ministros y siervos que dice el Se-
ñor: No vine a ser servido, sino a servir (cf. Mt 20,28),
y que les ha sido confiado el cuidado de las almas de
los hermanos, de las que tendrán que dar cuenta en el
día del juicio (cf. Mt 12,36) ante el Señor Jesucristo, si
alguno se pierde por su culpa y mal ejemplo.

1. Rnb 24,1; Rb 1,1; TestCl 1. 2. Rb 10,1; RCl 10,1. 3. Adm 3,4-


9; Rb 10,3; RCl 10,3. 4. 2CtaF 43; CtaM 17; Adm 18,1; Rnb 6,2;
10,1; Rb 6,9; ExhCl 5; RCl 8,14; TestCl 69. 6. Adm 4,1 / 1CtaF
2,22; 2CtaF 87; CtaCle 14; CtaA 8; Rnb 16,4; RCl 4,9.
IV. Textos legislativos

151
CAPÍTULO V
La corrección fraterna

1
Por eso, cuidad vuestras almas y las de vuestros
hermanos, porque es horrendo caer en las manos del
Dios vivo (Heb 10,31). 2 Pero si alguno de los ministros
mandara a uno de los hermanos algo contra nuestra
vida o contra su alma, éste no está obligado a obede-
cerle, porque no hay obediencia allí donde se comete
delito o pecado. 3 Sin embargo, todos los hermanos
que están bajo los ministros y siervos consideren razo-
nablemente y con amor la conducta de los ministros y
siervos; 4 y si vieren que alguno de ellos camina carnal
y no espiritualmente, según la rectitud de nuestra vida,
y que, después de una tercera amonestación, no se
enmienda, denúncienlo en el capítulo de Pentecostés
al ministro y siervo de toda la Fraternidad, sin que nada
se lo impida.
5
Pero si entre los hermanos hubiera alguno, donde-
quiera que sea, que quisiera caminar carnal y no espiri-
tualmente, los hermanos con quienes esté amonéstenlo,
instrúyanlo y corríjanlo humildemente y con amor. 6 Y si,
después de una tercera amonestación, no quisiera en-
mendarse, envíenlo o háganselo saber, cuanto antes
puedan, a su ministro y siervo, y el ministro y siervo
haga con él lo que vea que más conviene según Dios.
7
Y guárdense todos los hermanos, tanto los minis-
tros y siervos como los demás, de turbarse o airarse por
el pecado o el mal ejemplo del otro, pues el diablo
quiere echar a perder a muchos por el delito de uno
Escritos de Francisco de Asís
152

solo; 8 antes bien, ayuden espiritualmente, como mejor


puedan, al que pecó, ya que no necesitan médico los
sanos, sino los enfermos (cf. Mt 9,12; Mc 2,17).
9
Además, ninguno de los hermanos tenga poder o
dominio, máxime entre ellos. 10 Pues, como dice el
Señor en el Evangelio: Los príncipes de las naciones las
dominan y los que son los mayores ejercen el poder
sobre ellas (cf. Mt 20,25); no será así entre los herma-
nos, 11 sino que todo el que quiera ser el mayor entre
ellos, sea su ministro y siervo (cf. Mt 20,26-27), 12 y el
que es el mayor entre ellos, hágase como el más joven
(cf. Lc 22,26).
13
Y ningún hermano haga mal o hable mal a otro;
14
sino, más bien, por la caridad del espíritu, sírvanse y
obedézcanse voluntariamente unos a otros (cf. Gál 5,13).
15
Y ésta es la verdadera y santa obediencia de nuestro
Señor Jesucristo.
16
Y todos los hermanos, cuantas veces se aparten
de los mandatos del Señor y vaguen fuera de la obe-
diencia, sepan que fuera de la obediencia son maldi-
tos, como dice el profeta (cf. Sal 118,21), mientras per-
manezcan a sabiendas en tal pecado. 17 Y cuando per-
severan en los mandatos del Señor, que prometieron
guardar siguiendo el santo Evangelio y esta vida, se-
pan que permanecen en la verdadera obediencia, y
sean benditos del Señor (cf. Sal 113,23).
1. CtaCle 9. 2. 2CtaF 41; Adm 3,7-8; Rb 10,3; RCl 10,2. 5-7.
CtaM 14.16; Rb 7,2; Test 31-33; RCl 9,1-2. 7. 2CtaF 44; CtaM
15-16; Rb 7,3; RCl 9,5-6. 8. CtaM 9-17. 9. Rnb 6,3. 10-12.
2CtaF 42; Rnb 4,6; Rb 10,6. 13. Rnb 11,1. 15. Adm 3,6. 16.
1CtaF 2,9; 2CtaF 16-17; CtaA 3; Rnb 2,10. 17. CtaM 4; CtaL 3;
Adm 3,4 / CtaCle 15; CtaO 49; Rb 3,6.
IV. Textos legislativos

153
CAPÍTULO VI
El recurso de los hermanos a los ministros,
y a ningún hermano se le llame prior
1
Los hermanos, en cualquier lugar donde estén, si
no pueden observar nuestra vida, recurran, cuanto an-
tes puedan, a su ministro, poniéndolo en su conoci-
miento. 2 Y el ministro esfuércese en atenderles tal como
querría que se hiciera con él si se encontrara en una
situación semejante (cf. Mt 7,12).
3
Y a ninguno se le llame prior, sino que a todos sin
excepción se les llame hermanos menores. 4 Y lávense
los pies los unos a los otros (cf. Jn 13,14).

1. Rb 10,4-5. 2. 2CtaF 43; CtaM 17; Adm 18,1; Rnb 4,4; 10,1;
Rb 6,9; RCl 8,14. 3. Rb 1,1. 4. Adm 4,2-3.

CAPÍTULO VII
El modo de servir y trabajar
1
Los hermanos, en cualquier lugar donde estén
sirviendo o trabajando en casa de otros, no sean ad-
ministradores ni provisores, ni estén al frente de las
casas de aquellos a los que sirven; ni acepten oficio
alguno que engendre escándalo o cause daño a su
alma (cf. Mc 8,36); 2 sino sean menores y estén some-
tidos a todos los que se hallan en la misma casa.
3
Y los hermanos que saben trabajar, trabajen y ejer-
zan el arte que conozcan, siempre que no vaya en
contra de la salvación de su alma y pueda realizarse
Escritos de Francisco de Asís
154

honestamente. 4 Pues dice el profeta: Porque comerás


del trabajo de tus manos, eres dichoso y te irá bien (Sal
127,2); 5 y el apóstol: El que no quiera trabajar, que no
coma (cf. 2Tes 3,10); 6 y también: Cada uno permanez-
ca en el arte y oficio en el que ha sido llamado (cf. 1Cor
7,24). 7 Y por el trabajo pueden recibir todas las cosas
necesarias, excepto pecunia. 8 Y, cuando sea necesa-
rio, vayan por limosna como los otros hermanos. 9 Y les
está permitido tener las herramientas e instrumentos
necesarios para sus oficios.
10
Esfuércense todos los hermanos «por entregarse de
lleno a las obras buenas»14, porque está escrito: «Haz siem-
pre algo bueno, para que el diablo te encuentre ocupa-
do»15. 11 Y también: «La ociosidad es enemiga del alma»16.
12
Por eso, los siervos de Dios deben entregarse constan-
temente a la oración o a alguna obra buena.
13
Guárdense los hermanos, dondequiera que estén,
en eremitorios o en otros lugares, de apropiarse para sí
algún lugar o de defenderlo contra alguien. 14 Y todo
aquel que venga a ellos, amigo o adversario, ladrón o
bandido, sea acogido benignamente.
15
Y, dondequiera que estén y en cualquier lugar
donde se encuentren unos con otros, los hermanos han
de tratarse espiritualmente y con amor, y honrarse mu-
tuamente sin murmuración (1Pe 4,9). 16 Y guárdense
de mostrarse exteriormente tristes e hipócritamente

14
SAN GREGORIO MAGNO, Homilías sobre los evangelios, XIII: PL
76, 1123.
15
SAN JERÓNIMO, Epístola 125,11: PL 22,1078.
16
SAN BENITO, Regla, 48,1.
IV. Textos legislativos

155
sombríos (cf. Mt 6,16); antes bien, muéstrense gozosos
en el Señor (cf. Flp 4,4) y alegres y convenientemente
agradables.

2. Rnb 6,3; Rb 1,1; Test 19. 3. Rnb 8,9; Rb 5,1-2; Test 20-21;
RCl 7,1-2. 7. Rnb 2,7; Rb 5,3. 8. Rnb 2,7; 9,3-9; Rb 6,2; Test 22;
RCl 8,2. 10-12. Rb 5,1-2; Test 21; RCl 7,1-2. 13. REr 1; Rb 6,1;
Test 24; RCl 8,1. 15. CtaM 15; Adm 25; Rnb 9,10-11; 11,7; Rb
6,7-8; 10,7; RCl 8,15-16; 10,6. 16. Rnb 3,2.

CAPÍTULO VIII
Los hermanos no reciban dinero
1
El Señor manda en el Evangelio: Mirad, guardaos
de toda malicia y avaricia (cf. Lc 12,15), 2 y: cuidaos de
los afanes de este mundo y de las preocupaciones de
esta vida (cf. Lc 21,34; Mt 13,22). 3 Por eso, ninguno de
los hermanos, dondequiera que esté y adondequiera
que vaya, en modo alguno tome, reciba o haga recibir
pecunia o dinero ni para vestidos ni para libros, ni por
el pago de algún trabajo, absolutamente por ninguna
razón, a no ser en caso de manifiesta necesidad de los
hermanos enfermos; porque no debemos tener ni atri-
buir mayor utilidad a la pecunia y al dinero que a las
piedras. 4 Y el diablo quiere cegar a quienes los codi-
cian o los valoran más que a las piedras.
5
Guardémonos, por tanto, los que lo dejamos todo
(cf. Mt 19,27), de perder, por tan poca cosa, el reino
de los cielos. 6 Y si en algún lugar encontráramos di-
nero, no nos preocupemos de él más que del polvo
que pisamos, porque es vanidad de vanidades y todo
es vanidad (Ecl 1,2).
Escritos de Francisco de Asís
156

7
Y si por casualidad sucediera –¡lejos de nosotros!–
que algún hermano recogiera o tuviera pecunia o di-
nero, exceptuado tan sólo el caso de la mencionada
necesidad de los enfermos, ténganlo todos los herma-
nos por falso hermano, ladrón y bandido, y que tiene
bolsa (cf. Jn 12,6), a no ser que se arrepienta de veras.
8
Y de ningún modo reciban los hermanos ni hagan
recibir, ni busquen ni hagan buscar pecunia, ni limosna
pecuniaria, ni dinero para algunas casas o lugares; ni
vayan con quien busca pecunia o dinero para tales lu-
gares. 9 Pero los hermanos sí pueden realizar en favor
de estos lugares, con la bendición de Dios, otros servi-
cios que no sean contrarios a nuestra vida.
10
No obstante, en caso de manifiesta necesidad de
los leprosos, los hermanos pueden pedir limosna para
ellos. 11 Pero guárdense mucho de la pecunia. 12 Y guár-
dense también todos los hermanos de ir dando vueltas
por el mundo en busca de alguna torpe ganancia.
2. 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb 9,14; 22,16; Rb 10,7; RCl
10,6. 3. Rnb 2,6-7; 7,7; 14,1; Rb 4,1-3; 5,3. 5. Rnb 22,9. 8. Rb
4,1-3.

CAPÍTULO IX
La mendicación
1
Esfuércense todos los hermanos en seguir la hu-
mildad y pobreza de nuestro Señor Jesucristo y re-
cuerden que ninguna otra cosa hemos de tener en el
mundo entero, y, como dice el apóstol, teniendo qué
comer y con qué vestirnos, con esto estemos conten-
tos (cf. 1Tim 6,8).
IV. Textos legislativos

157
2
Y deben gozarse cuando conviven con gente baja y
despreciada, con los pobres y débiles, con los enfermos y
leprosos, y con los mendigos que están a la vera del camino.
3
Y, cuando sea necesario, vayan por limosna. 4 Y no
se avergüencen, sino más bien recuerden que nuestro
Señor Jesucristo, el Hijo del Dios vivo omnipotente (Jn
11,27), puso su rostro como piedra durísima (cf. Is 50,7)
y no se avergonzó; 5 y fue pobre y huésped y vivió de
limosna, como también la bienaventurada Virgen y sus
discípulos. 6 Y cuando los hombres los avergüencen y
no quieran darles limosna, den gracias a Dios por ello,
pues por la vergüenza que pasan recibirán un gran honor
ante el tribunal de nuestro Señor Jesucristo. 7 Y sepan
que la vergüenza no se imputa a los que la sufren, sino
a los que la causan. 8 Y la limosna es la herencia y justi-
cia que se debe a los pobres, adquirida para nosotros
por nuestro Señor Jesucristo. 9 Y los hermanos que tra-
bajan para conseguir la limosna tendrán una gran re-
compensa, y se la hacen ganar y conseguir a los que se
la dan; porque todo lo que dejen los hombres en el
mundo se perderá, pero, por la caridad y las limosnas
que hayan hecho, recibirán el premio del Señor.
10
Y con total confianza manifieste el uno al otro su
necesidad, para que éste le encuentre lo necesario y
se lo proporcione. 11 Y cada uno ame y nutra a su her-
mano, como la madre ama y nutre a su hijo (cf. 1Tes
2,7), en aquello para lo que Dios le dé la gracia. 12 Y el
que come no deprecie al que no come, y el que no
come, no juzgue al que come (Rom 14,3).
13
Y, en caso de necesidad, les está permitido a to-
dos los hermanos, dondequiera que estén, servirse de
Escritos de Francisco de Asís
158

todos los alimentos que pueden comer los hombres,


como dice el Señor de David, el cual comió los panes
de la ofrenda, que no estaba permitido comer sino a
los sacerdotes (cf. Mt 12,4; Mc 2,26). 14 Y recuerden lo
que dice el Señor: Estad atentos a vosotros mismos
para que vuestros corazones no se emboten con la
crápula y la embriaguez y con las preocupaciones de
esta vida, y no os sobrevenga de repente aquel día;
15
pues como un lazo caerá encima de todos los que
habitan sobre la faz del orbe de la tierra (cf. Lc 21,34-
35). 16 Además, en tiempo de manifiesta necesidad,
todos los hermanos procedan, en cuanto a las cosas
que les son necesarias, según la gracia que el Señor les
dé, porque «en la necesidad no hay ley»17.
1. CtaL 3; Rb 6,2; 12,4; UltVol 1; 3CtaCl 25; RCl 6,7; 8,2;12,13;
TestCl 47.56; CtaErm 14. 2. Test 1-3. 3. Rnb 2,7; 7,8; 9,3-9; Rb
6,2; Test 22; RCl 8,2. 5. 2CtaF 5; Rb 6,3; UltVol 1; 1CtaCl 17;
RCl 6,7; TestCl 45. 8. Rb 6,4. 9. 2CtaF 30-31. 10-11. Rnb 7,15;
Rb 6,8; TestS 3; RCl 8,15-16; TestCl 65-66. 12. Rb 2,17. 13.
Rnb 3,13; 14,3; Rb 3,14. 14-15. 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3;
Rnb 8,2; 22,16; Rb 10,7; RCl 10,6. 16. Rb 3,9; RCl 3,11.

CAPÍTULO X
Los hermanos enfermos
1
Si alguno de los hermanos cayera enfermo, don-
de quiera que esté, los otros hermanos no lo abando-
nen, sino designen a uno de ellos o más, si fuera ne-
cesario, que le sirvan como querrían ellos ser servidos
(cf. Mt 7,12); 2 pero, en caso de extrema necesidad,

17
Decretum Gratiani, II,1, Glossa ante c. 40.
IV. Textos legislativos

159
pueden confiarlo al cuidado de alguna persona que
quede obligada a atenderlo en su enfermedad.
3
Y ruego al hermano enfermo que dé gracias por
todo al creador (cf. 1Tes 5,18), y que desee estar, sano
o enfermo, tal como le quiere el Señor, porque a todos
los que Dios ha predestinado para la vida eterna (cf.
Hch 13,48) «los educa con los estímulos de los azotes y
las enfermedades y con el espíritu de compunción»18,
como dice el Señor: Yo, a los que amo, los reprendo y
castigo (cf. Ap 3,19).
4
Pero si alguno se turba o se irrita contra Dios o
contra los hermanos, o si acaso reclama con inquietud
medicinas, deseando en demasía liberar la carne, que
pronto morirá y es enemiga del alma, esto le viene del
maligno, y es carnal y no parece ser uno de los herma-
nos, porque ama más el cuerpo que el alma.
1. Adm 24; Rb 6,9; RCl 8,14. 4. 2CtaF 69.

CAPÍTULO XI
Los hermanos no hablen mal de nadie ni difamen,
sino ámense mutuamente
1
Y guárdense todos los hermanos de calumniar y de
enfrentarse a nadie de palabra (cf. 2Tim 2,14), 2 sino,
más bien, esfuércense por guardar silencio, siempre
que el Señor les dé la gracia. 3 Y no litiguen entre sí ni
con otros, sino procuren responder humildemente,

18
SAN GREGORIO MAGNO, Homilías sobre los evangelios, XVIII,18:
PL 76,1148.
Escritos de Francisco de Asís
160

diciendo: Somos unos siervos inútiles (Lc 17,10). 4 Y no


se aíren, porque todo el que se deja llevar de la ira
contra su hermano será condenado en el juicio; y el
que llame a su hermano «imbécil», será condenado por
la asamblea; y el que le llame «renegado», será conde-
nado a la gehenna de fuego (Mt 5,22).
5
Y ámense mutuamente, como dice el Señor: Éste
es mi mandamiento: que os améis mutuamente, como
yo os he amado (Jn 15,12). 6 Y muestren con obras (cf.
Sant 2,18) el amor que mutuamente se tienen, como
dice el apóstol: No amemos de palabra y de boca, sino
con las obras y de verdad (1Jn 3,18).
7
Y no hablen mal de nadie (cf. Tit 3,2). 8 No murmu-
ren ni difamen a otros, porque está escrito: Los
murmuradores y difamadores le son odiosos a Dios
(cf. Rom 1,29-30). 9 Y sean modestos, mostrando una
total mansedumbre con todos los hombres (cf. Tit 3,2).
10
No juzguen, no condenen. 11 Y, como dice el Señor,
no se fijen en los más pequeños pecados de los de-
más (cf. Mt 7,3; Lc 6,41), 12 antes, al contrario, consi-
deren atentamente los propios en la amargura de su
alma (Is 38,15).
13
Y empéñense en entrar por la puerta estrecha (Lc
13,24), porque dice el Señor: Estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida y son pocos los
que lo encuentran (Mt 7,14).

1. Rnb 5,13; Rb 3,10. 2. REr 3. 3. Rnb 23,7; Rb 3,10; 1CtaCl


2.33; 2CtaCl 2; 4CtaCl 2. 5-6. Adm 9,4; Rb 6,8; TestS 3; TestCl
59. 7. CtaM 15; Rnb 7,15; Rb 10,7; RCl 10,6. 9. Rb 3,11. 10. Rb
2,17; 3,10. 13. 1CtaCl 29; TestCl 71.
IV. Textos legislativos

161
CAPÍTULO XII
Las malas miradas y el trato frecuente con mujeres

1
Todos los hermanos, dondequiera que estén o va-
yan, guárdense de las malas miradas y el trato frecuen-
te con mujeres. 2 Y ninguno, estando solo, busque con-
sejo en ellas. 3 Los sacerdotes hablen honestamente
con ellas al administrarles el sacramento de la peniten-
cia o al darles un consejo espiritual. 4 Y absolutamente
ninguna mujer sea recibida a la obediencia por ningún
hermano, sino que, una vez aconsejada espiritualmen-
te, se vaya a hacer penitencia donde quiera.
5
Y estemos todos muy vigilantes a nosotros mis-
mos y mantengamos puros todos nuestros miembros,
porque dice el Señor: Todo el que mira a una mujer
deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su
corazón (Mt 5,28).
1. Rb 11,1.3; RCl 9,14. 4. Rb 2,11; RCl 2,14; 6,1; TestCl 25.

CAPÍTULO XIII
Evitar la fornicación

1
Si alguno de los hermanos, por instigación del dia-
blo, fornicara, deje totalmente el hábito, que perdió
por su torpe pecado, y sea expulsado absolutamente
de nuestra Religión. 2 Y después haga penitencia por
sus pecados.
1. CtaM 14; Rb 7,1; RCl 9,1 / Rnb 19,2.
Escritos de Francisco de Asís
162

CAPÍTULO XIV
Cómo han de ir los hermanos por el mundo

1
Cuando los hermanos van por el mundo, nada lle-
ven para el camino: ni bolsa, ni alforja, ni pan, ni pecu-
nia, ni bastón (cf. Lc 9,3; 10,4; Mt 10,10). 2 Y en toda
casa en la que entren digan primero: Paz a esta casa
(cf. Lc 10,5). 3 Y, permaneciendo en la misma casa,
coman y beban lo que haya en ella (cf. Lc 10,7). 4 No
resistan al malvado, sino que, si alguno les pega en
una mejilla, preséntenle también la otra (cf. Mt 5,39;
Lc 6,29); 5 Y a quien les quita el manto, no le impidan
que se lleve también la túnica. 6 Den a todo el que les
pida; y a quien les quita lo suyo, no se lo reclamen
(cf. Lc 6,29-30).
1. Rnb 15,1; Rb 3,10. 2. Rb 3,13; Test 23. 3. Rnb 3,13; 9,13; Rb
3,14. 4. Adm 14,4.

CAPÍTULO XV
Los hermanos no monten a caballo
1
Impongo a todos mis hermanos, tanto a los cléri-
gos como a los laicos, a los que van por el mundo y a
los que moran en un lugar, que de ningún modo ten-
gan bestia alguna consigo, ni en casa de otro, ni de
ninguna otra manera. 2 Y tampoco les está permitido
montar a caballo, a no ser que se vean obligados por la
enfermedad o una gran necesidad.
1. Rnb 14,1; Rb 3,10. 2. Rb 3,12.
IV. Textos legislativos

163
CAPÍTULO XVI
Los que van entre sarracenos y otros infieles
1
Dice el Señor: Mirad, que yo os envío como ovejas
en medio de lobos. 2 Sed, pues, prudentes como ser-
pientes y sencillos como palomas (Mt 10,16).
3
Por eso, todo hermano que quiera ir entre sarracenos
y otros infieles, vaya con la autorización de su ministro
y siervo. 4 Y el ministro déles autorización y no se opon-
ga, si ve que son idóneos para ser enviados, pues ten-
drá que dar cuenta al Señor (cf. Lc 16,2; Mt 12,36) si
en esto o en otras cosas procede sin discernimiento.
5
Y los hermanos que van, pueden vivir espiritual-
mente entre ellos de dos modos. 6 Uno es, que no
promuevan disputas ni controversias, sino que estén
sometidos a toda humana criatura por Dios (cf. 1Pe 2,13),
y confiesen que son cristianos. 7 El otro modo es, que,
cuando vean que agrada a Dios, anuncien la palabra
de Dios para que crean en Dios omnipotente, Padre e
Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en
el Hijo, redentor y salvador, y para que se bauticen y
hagan cristianos, porque, el que no nazca de nuevo
del agua y del Espíritu Santo no puede entrar en el
reino de Dios (cf. Jn 3,5).
8
Estas y otras cosas que agraden al Señor pueden
decirles tanto a ellos como a los demás, porque dice el
Señor en el Evangelio: A todo aquel que me confiese
delante de los hombres, también yo lo confesaré de-
lante de mi Padre, que está en el cielo (Mt 10,32); 9 y:
Si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, tam-
bién el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando
Escritos de Francisco de Asís
164

venga en su majestad, en la del Padre y la de los


santos ángeles (cf. Lc 9,26).
10
Y todos los hermanos, dondequiera que estén,
recuerden que se dieron y entregaron sus cuerpos a
nuestro Señor Jesucristo. 11 Y por su amor deben expo-
nerse a los enemigos, tanto visibles como invisibles, por-
que dice el Señor: Quien pierda su vida por mi causa, la
salvará (Lc 9,24) para la vida eterna (Mt 25,46; Jn 12,25).
12
Dichosos los que padecen persecución por causa de
la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt
5,10). 13 Si me han perseguido a mí, también os perse-
guirán a vosotros (Jn 15,20). 14 Si os persiguen en una
ciudad, huid a otra (cf. Mt 10,23). 15 Dichosos vosotros
cuando os odien los hombres, y os maldigan, y os per-
sigan, y os excluyan, y os injurien y rechacen vuestro
nombre como maldito, y cuando digan contra voso-
tros toda clase de calumnias por mi causa (cf. Mt 5,11;
Lc 6,22). 16 Alegraos en aquel día y saltad de gozo por-
que es grande vuestra recompensa en el cielo (cf. Mt
5,12; Lc 6,23). 17 Y yo os digo a vosotros mis amigos: no
os dejéis atemorizar por ellos (cf. Lc 12,4), 18 y no ten-
gáis miedo a los que matan el cuerpo (Mt 10,28) y des-
pués de esto no pueden hacer más (Lc 12,4). 19 Mirad,
no os turbéis (Mt 24,6): 20 con vuestra paciencia salvaréis
vuestras almas (Lc 21,19), 21 y el que persevere hasta el
fin, ése se salvará (Mt 10,22; 24,13).
3. VerAl 6; Rb 12,1-2. 4. 1CtaF 2,22; 2CtaF 87; CtaA 8; Rnb
4,6; RCl 4,9. 6. 2CtaF 47; SalVir 16-18; Rnb 11,1-3; Rb 3,10. 7.
2CtaF 23; Rnb 21,2. 9. Rnb 23,4. 10. 2CtaF 40; CtaO 29. 11.
SalVir 17-18; Adm 3,1; 9,1; 10,4. 12. Cánt 10-11; Rb 10,11;
RCl 10,12. 14. Test 26. 16. 1CtaCl 23. 21. 2CtaF 48.88; Rnb
21,9; Rb 10,12; UltVol 1; RCl 6,7;10,13; TestCl 73.
IV. Textos legislativos

165
CAPÍTULO XVII
Los predicadores
1
Ninguno de los hermanos predique contra la forma
y las disposiciones de la santa Iglesia y sin que se lo
haya concedido su ministro. 2 Y el ministro guárdese
de concedérselo a alguno sin discernimiento.3 Mas to-
dos los hermanos prediquen con las obras.4 Y ningún
ministro o predicador se apropie el ministerio o el oficio
de la predicación, de modo que, en el momento en
que se lo ordenen, deje su oficio sin oposición alguna.
5
Por eso, por la caridad que es Dios (cf. 1Jn 4,8.16),
ruego a todos mis hermanos, predicadores, orantes,
trabajadores, tanto a los clérigos como a los laicos, que
se esfuercen por humillarse en todo, 6 y no gloriarse ni
gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente por
las palabras y obras buenas, y hasta por ningún bien
que Dios hace, dice y obra alguna vez en ellos y por
ellos, según lo que dice el Señor: Mas no os gocéis de
que los espíritus se os sometan (Lc 10,20). 7 Y estemos
firmemente convencidos de que a nosotros no nos
pertenecen sino los vicios y pecados. 8 Debemos más
bien gozarnos cuando nos vemos asediados por diver-
sas tentaciones (cf. Sant 1,2) y cuando soportamos en
este mundo toda clase de angustias o tribulaciones del
alma o del cuerpo por la vida eterna.
9
Guardémonos, pues, todos los hermanos de toda
soberbia y vanagloria. 10 Defendámonos de la sabi-
duría de este mundo y de la prudencia de la carne
(Rom 8,6-7), 11 ya que el espíritu de la carne quiere
y se esfuerza mucho por tener palabras, pero poco por
Escritos de Francisco de Asís
166

tener obras, 12 y no busca la religión y santidad interior


del espíritu, sino que quiere y desea una religión y
santidad que aparezcan exteriormente a los hombres.
13
Éstos son aquellos de quienes dice el Señor: En ver-
dad os digo, que ya recibieron su recompensa (Mt 6,2).
14
En cambio, el espíritu del Señor quiere la carne mor-
tificada y despreciada, tenida por vil, abyecta y digna
de ignominia, 15 y se esfuerza por conseguir la humil-
dad y la paciencia, y la pura simplicidad, y la verdade-
ra paz del espíritu. 16 Y, por encima de todo, desea
siempre el temor divino, y la divina sabiduría, y el di-
vino amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
17
Y restituyamos todos los bienes al Señor Dios altí-
simo y sumo, y reconozcamos que todos son suyos, y
démosle gracias por todos ellos, ya que todos los bie-
nes de él proceden. 18 Y el mismo altísimo y sumo, solo
Dios verdadero, tenga, a él se le restituyan y él reciba
todos los honores y reverencias, todas las alabanzas y
bendiciones, todas las acciones de gracias y toda la
gloria (cf. Ap 5,12), porque suyo es todo bien, y sólo él
es bueno (cf. Lc 18,19). 19 Y, cuando veamos u oiga-
mos decir o hacer el mal o blasfemar contra Dios, noso-
tros bendigamos, hagamos el bien y alabemos a Dios,
que es bendito por los siglos (Rom 1,25).

1. Rb 9,1-2; Test 7. 3. CtaO 8-9. 4. Adm 4,2-3; 19,1-4. 5-6.


AlD 4.7; 1CtaF 2,19; 2CtaF 87; Rnb 22,26 / Adm 2,3; 5,7; 6,3;
8,3; 12,2; 17,1. 7. 1CtaF 2,12; 2CtaF 37.69. 8. Adm 5,8; VerAl
15; Rb 22,3-4. 9. Rb 10,7; RCl 10,6. 10. SalVir 10. 13. Adm
21,3. 14. 2CtaF 37.46; SalVir 15; Rnb 22,5. 15. Rb 10,9; TestCl
56. 16. Rb 10,8; RCl 10,9. 17. AlHor 11; OfP ben; Adm 7,4;
11,4; 18,2; TestCl 18. 18. AlHor 11; Cánt 1; 2CtaF 61; CtaO 12
/ AlD 3; 2CtaF 62; Rnb 23,9. 19. 2CtaF 62; CtaO 4.
IV. Textos legislativos

167
CAPÍTULO XVIII
Las reuniones de los ministros
1
Todos los años, en la fiesta de san Miguel arcángel,
cada uno de los ministros podrá reunirse con sus her-
manos, donde mejor le parezca, para tratar de las co-
sas que se refieren a Dios. 2 Y todos los ministros que
viven en tierras de ultramar y ultramontanas vendrán al
capítulo de Pentecostés, junto a la iglesia de Santa María
de la Porciúncula, una vez cada tres años, y los demás
ministros una vez al año, a no ser que ordenara otra
cosa el ministro y siervo de toda la Fraternidad.
1. Rb 8,5. 2. CtaM 13.21; Rb 8,2-3 / CtaJac 3.

CAPÍTULO XIX
Los hermanos vivan católicamente

1
Todos los hermanos sean católicos, vivan y hablen
católicamente. 2 Pero, si alguno se apartara de la fe y
vida católicas, de palabra o con las obras, y no se en-
mendara, sea expulsado absolutamente de nuestra Fra-
ternidad.
3
Y a todos los clérigos y a todos los religiosos tengá-
moslos por señores nuestros en las cosas que miran a la
salvación del alma y no se desvían de nuestra Religión;
y veneremos en el Señor su orden y oficio y ministerio.

1. Rb 2,2; 12,4; RCl 2,3; 12,13. 2. CtaO 44; Test 31 / Rnb 13,1.
3. 2CtaF 33; Adm 26,1-4; TestS 5; Test 6-10.
Escritos de Francisco de Asís
168

CAPÍTULO XX
El sacramento de la penitencia, y la recepción
del cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo

1
Mis hermanos benditos, tanto los clérigos como los
laicos, confiésense de sus pecados con los sacerdotes
de nuestra Religión. 2 Y, si no pudieran hacerlo, confié-
sense con otros sacerdotes discretos y católicos, estan-
do firmemente convencidos y siendo conscientes de
que, cualesquiera que sean los sacerdotes católicos de
quienes reciban la penitencia y la absolución, queda-
rán absueltos, sin lugar a dudas, de sus pecados, si
procuran cumplir humilde y fielmente la penitencia que
les sea impuesta. 3 Pero, si entonces no pudieran tener
a mano un sacerdote, confiésense con un hermano suyo,
como dice el apóstol Santiago: Confesaos unos a otros
vuestros pecados (Sant 5,16). 4 Sin embargo, no dejen
por eso de recurrir a los sacerdotes, porque sólo a ellos
se les ha concedido la potestad de atar y desatar (cf.
Mt 16,19).
5
Y, contritos y confesados, reciban con gran humil-
dad y veneración el cuerpo y la sangre de nuestro Se-
ñor Jesucristo, recordando lo que dice el mismo Señor:
Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna (Jn 6,54); 6 y: Haced esto en conmemoración
mía (Lc 22,19).

1-2. 2CtaF 22; CtaM 18; Rb 7,2; RCl 3,12 / Adm 23,3. 3. CtaM
19. 5. 2CtaF 22-23; CtaA 6; 1CtaCus 6; CtaO 14; RCl 3,14 /
2CtaF 23; Adm 1,11. 6. CtaO 16.
IV. Textos legislativos

169
CAPÍTULO XXI
Exhortación y loa que pueden hacer
todos los hermanos
1
Y todos mis hermanos pueden hacer, cuando les
agrade, ésta o parecida exhortación y loa, ante cualquier
persona, con la bendición de Dios:
2
Temed y honrad,
alabad y bendecid,
dad gracias (1Tes 5,18) y adorad
al Señor Dios omnipotente
en Trinidad y Unidad,
Padre e Hijo y Espíritu Santo,
creador de todas las cosas.
3
Haced penitencia (cf. Mt 3,2),
dad los frutos propios de la penitencia (cf. Lc 3,8),
porque, sabedlo, pronto moriremos.
4
Dad, y se os dará (Lc 6,38).
5
Perdonad, y se os perdonará (cf. Lc 6,37).
6
Y, si no perdonáis,
el Señor no os perdonará vuestros pecados
(cf. Mt 6, 14-15; Mc 11,26);
confesad todos vuestros pecados (cf. Sant 5,16).
7
Dichosos los que mueren en penitencia (cf. Ap 14,13),
porque estarán en el reino de los cielos.
8
¡Ay de aquellos que no mueren en penitencia,
porque serán hijos del diablo (1Jn 3,10),
cuyas obras hacen (cf. Jn 8,41),
e irán al fuego eterno! (Mt 18,8; 25,41).
9
Guardaos y absteneos de todo mal
y perseverad hasta el fin en el bien.
Escritos de Francisco de Asís
170

2. AlHor 1; Cánt 14; 2CtaF 61; CtaO 12 / ExhAD 18; Rnb


22,26; 23,11. 3. 1CtaF 1,4; 2CtaF 25; 1CtaCus 6. 5-6. ParPN 7-
8; Cánt 10; RCl 9,7-11 / 2CtaF 22; Rnb 20,1-3. 7. Cánt 13. 8.
Cánt 13; 2CtaF 63-85 / 1CtaF 2,6; 2CtaF 66 / Rnb 23,4. 9.
2CtaF 48.88; Rnb 16,21; Rb 10,12; UltVol 1; RCl 6,7; TestCl 73.

CAPÍTULO XXII
Amonestación a los hermanos
1
Estemos atentos todos los hermanos a lo que dice
el Señor: Amad a vuestros enemigos y haced el bien a
los que os odian (cf. Mt 5,44), 2 pues nuestro Señor
Jesucristo, cuyas huellas debemos seguir (cf. 1Pe 2,21),
llamó amigo al que lo traicionaba (cf. Mt 26,50) y se
ofreció espontáneamente a los que lo crucificaron. 3 Son,
por tanto, amigos nuestros todos los que injustamente
nos causan tribulaciones y angustias, sonrojos e injurias,
dolores y tormentos, martirio y muerte; 4 y debemos
amarlos mucho, ya que, por lo que nos hacen, obtene-
mos la vida eterna.
5
Y aborrezcamos nuestro cuerpo con sus vicios y pe-
cados, porque, viviendo carnalmente, quiere arrebatar-
nos el amor de nuestro Señor Jesucristo y la vida eterna,
y perderse a sí mismo con todos en el infierno; 6 pues
nosotros, por nuestra culpa, somos hediondos, míseros
y opuestos al bien, y, en cambio, prestos y decididos
para el mal, porque, como dice el Señor en el Evange-
lio: 7 Del corazón del hombre proceden y salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homi-
cidios, los hurtos, la avaricia, la maldad, el engaño, la
impureza, la envidia, los falsos testimonios, las blasfe-
mias, la soberbia, la insensatez (cf. Mc 7,21-22; Mt 15,19).
IV. Textos legislativos

171
8
Todas estas cosas malas proceden de dentro, del cora-
zón del hombre (cf. Mc 7,23), y son las que manchan al
hombre (Mt 15,20).
9
Ahora, sin embargo, después de haber dejado el
mundo, ninguna otra cosa hemos de hacer sino ser solí-
citos en seguir la voluntad del Señor y agradarle. 10 Guar-
démonos mucho de ser el terreno junto al camino, o el
pedregoso, o el lleno de cardos, 11 según lo que dice
el Señor en el Evangelio: La semilla es la palabra de
Dios. 12 Y la que cayó junto al camino y fue pisoteada,
son los que escuchan la palabra del reino y no la en-
tienden; 13 y en seguida viene el diablo, y les arrebata
lo sembrado en sus corazones y quita la palabra de sus
corazones, no sea que creyendo se salven. 14 Y la que
cayó en terreno pedregoso son los que, al escuchar la
palabra, la acogen al instante con gozo; 15 pero, cuan-
do surge la tribulación y la persecución a causa de la
palabra, inmediatamente se escandalizan; éstos no tie-
nen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes pues
creen por algún tiempo, pero en el momento de la
prueba se retiran. 16 Y la que cayó entre cardos son
aquellos que escuchan la palabra de Dios, pero los afa-
nes y las fatigas de este mundo, la seducción de la
riqueza y el deseo desordenado de las demás cosas,
ahogan la palabra y se queda sin fruto. 17 Y la sembrada
en buen terreno son aquellos que, escuchando la pala-
bra con corazón bueno y óptimo, la entienden y la re-
tienen, y dan fruto en la paciencia (cf. Mt 13,19-23; Mc
4,15-19; Lc 8,5.11-15). 18 Y por eso, nosotros, los her-
manos, dejemos, como dice el Señor, que los muertos
entierren a sus muertos (Mt 8,22).
Escritos de Francisco de Asís
172

19
Y guardémonos mucho de la malicia y de las suti-
lezas de Satanás, que quiere que el hombre no tenga
su mente y su corazón vueltos al Señor Dios, 20 y, ace-
chando en torno, desea apoderarse del corazón del
hombre, so pretexto de alguna recompensa o ayuda, y
ahogar la palabra y los preceptos del Señor, borrándo-
los de la memoria. Y, por medio de los negocios y
preocupaciones de este mundo, quiere cegar el cora-
zón del hombre, y habitar en él, como dice el Señor:
21
Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda
vagando por lugares áridos (Mt 12,43) y secos buscan-
do descanso; y, al no encontrarlo, dice: 22 Volveré a mi
casa, de donde salí (Lc 11,24). 23 Y al llegar la halla des-
ocupada, barrida y adornada (Mt 12,44). 24 Entonces va
y toma a otros siete espíritus peores que él, y entrando
habitan allí; y el final de aquel hombre es peor que el
principio (Lc 11,26).
25
Por eso, hermanos todos, estemos muy vigilantes,
no sea que, so pretexto de alguna recompensa o que-
hacer o ayuda, perdamos nuestra mente y corazón o
los apartemos del Señor. 26 Antes bien, por la santa
caridad que es Dios (cf. 1Jn 4,8.16), ruego a todos los
hermanos, tanto a los ministros como a los demás, que,
removido todo impedimento y pospuesta toda pre-
ocupación y todo afán, como mejor puedan sirvan,
amen, adoren y honren al Señor Dios, y háganlo con
limpio corazón y mente pura, que es lo que él busca
por encima de todo.
27
Y hagamos siempre en nosotros habitación y mo-
rada (cf. Jn 14,23) a aquel que es el Señor Dios omnipo-
tente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, que dice: Vigilad,
IV. Textos legislativos

173
pues, orando en todo tiempo, para que seáis dignos
de veros libres de todos los males que han de venir, y
de estar en pie ante el Hijo del hombre (cf. Lc 21,36).
28
Y, cuando oréis, decid (Mc 11,25; Lc 11,2): Padre
nuestro, que estás en los cielos (Mt 6,9). 29 Y adorémosle
con puro corazón, porque es necesario orar siempre y
no desfallecer (Lc 18,1); 30 pues tales son los adorado-
res que el Padre busca. 31 Dios es espíritu, y los que lo
adoran es preciso que lo adoren en espíritu y en ver-
dad (cf. Jn 4,23-24).
32
Y recurramos a él como al pastor y obispo de nuestras
almas (cf. 1Pe 2,25), que dice: Yo soy el buen pastor,
que apaciento a mis ovejas y doy la vida por mis ove-
jas (cf. Jn 10,11.14-15). 33 Todos vosotros sois hermanos;
34
y no llaméis padre a ninguno de vosotros en la tierra,
pues uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
35
Y no os llaméis maestros, pues uno es vuestro maes-
tro, el que está en los cielos, Cristo (cf. Mt 23,8-10). 36 Si
permanecéis en mí y mis palabras permanecen en
vosotros, pediréis lo que queráis y se os dará (Jn 15,7).
37
Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos (Mt 18,20). 38 Ved que yo
estoy con vosotros hasta el final del mundo (Mt 28,20).
39
Las palabras que os he dicho son espíritu y vida (Jn
6,63). 40 Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6).
41
Tengamos presentes, pues, las palabras, la vida y
la doctrina y el santo Evangelio de quien se dignó ro-
gar por nosotros a su Padre y manifestarnos su nombre,
diciendo: 42 Padre, he manifestado tu nombre a los hom-
bres que me diste, porque las palabras que tú me diste
se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han
Escritos de Francisco de Asís
174

conocido verdaderamente que salí de ti y han creído


que tú me enviaste. 43 Yo ruego por ellos: no por el
mundo, 44 sino por éstos que me diste, porque son
tuyos y todo lo mío es tuyo. 45 Padre santo, guarda en
tu nombre a los que me diste, para que sean uno, como
nosotros. 46 Digo esto en el mundo para que tengan
gozo pleno en sí mismos. 47 Yo les he dado tu palabra,
y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo. 48 No te pido que
los saques del mundo, sino que los guardes del mal.
49
Hazlos dignos de admiración en la verdad. 50 Tu pa-
labra es la verdad. 51 Como tú me enviaste al mundo,
también yo los he enviado al mundo. 52 Y por ellos me
consagro a mí mismo, para que sean consagrados en la
verdad. 53 No ruego solamente por ellos, sino también
por aquellos que han de creer en mí por su palabra,
para que alcancen la unidad consumada, y el mundo
conozca que tú me enviaste y los has amado, como me
has amado a mí. 54 Y les daré a conocer tu nombre, para
que el amor con que me has amado esté en ellos y yo
en ellos. 55 Padre, quiero que los que tú me diste estén
también conmigo donde yo estoy, para que contem-
plen tu gloria (cf. Jn 17,1.6.8-11.13-15.17-20.23-24.26)
en tu reino (Mt 20,21).
1. 2CtaF 38; Adm 9,1; Rb 10,10. 2. 2CtaF 13; CtaO 51; CtaL 3;
Rnb 1,1; UltVol 1; 3CtaCl 25; RCl 6,7. 3-4. Adm 9,2-3; Rnb
16,12-20; 17,7-8. 5. 1CtaF 1,2; 2,3; 2CtaF 37.46.64. 6. 2CtaF
46; CtaO 50; Rnb 23,5.8. 7-8. 1CtaF 2,12; 2CtaF 37.69. 9.
2CtaF 36. 15. Adm 14,3. 16. 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb
8,2; 9,14; Rb 10,7; RCl 10,6. 19. Adm 5,5-6; Rnb 22,5; 3CtaCl
6. 20. 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb 8,2; 9,14; Rb 10,7; RCl
10,6. 25. Adm 21,1-2; 28,1. 26. AlD 4.7; 1CtaF 2,19; 2CtaF
87; Rnb 17,5 / CtaA 6; Rnb 23,10 / Cánt 14; 2CtaF 19; Adm
16,2; Rnb 21,2; 23,11. 27. 1CtaF 1,6; 2CtaF 48; 3CtaCl 22-23.
IV. Textos legislativos

175
28. 2CtaF 21. 29. 2CtaF 21. 30-31. 2CtaF 19-21; Adm 1,5. 32.
1CtaF 1,13; 2CtaF 56; Adm 6,1. 33. Rnb 6,3; Rb 1,1. 34. ParPN
1; 1CtaF 1,11; 2CtaF 54. 38. Adm 1,22. 39. 1CtaF 2,21; 2CtaF
3.87; Adm 1,6; Test 13. 40. Adm 1,1. 41. Rnb 1,1-2; Rb 1,1.
42-55. 1CtaF 1,14-19; 2CtaF 56-60.

CAPÍTULO XXIII
Oración y acción de gracias
1
Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, Pa-
dre santo (Jn 17,11) y justo, Señor, rey del cielo y de la
tierra (cf. Mt 11,25), te damos gracias por ti mismo,
pues por tu santa voluntad, y, por medio de tu Hijo
unigénito con el Espíritu Santo, creaste todas las cosas
espirituales y corporales, y a nosotros, hechos a tu ima-
gen y semejanza, nos colocaste en el paraíso (cf. Gén
1,26; 2,15). 2 Y nosotros caímos por nuestra culpa.
3
Y te damos gracias porque, así como nos creaste
por tu Hijo, así también, por el verdadero y santo amor
con que nos amaste (cf. Jn 17,26), hiciste que él, ver-
dadero Dios y verdadero hombre, naciera de la glorio-
sa siempre Virgen beatísima santa María, y quisiste que
nosotros, cautivos, fuéramos redimidos por su cruz y
sangre y muerte.
4
Y te damos gracias porque este mismo Hijo tuyo ha
de venir de nuevo en la gloria de su majestad (cf. Mt
25,31) a arrojar al fuego eterno a los malditos (cf. Mt
25,41), que no hicieron penitencia y no te conocieron;
y a decir a todos los que te conocieron y adoraron y te
sirvieron en la penitencia: Venid, benditos de mi Pa-
dre; recibid el reino que os está preparado desde el
origen del mundo (cf. Mt 25,34).
Escritos de Francisco de Asís
176

5
Y porque todos nosotros, míseros y pecadores, no
somos dignos de nombrarte, imploramos suplicantes
que nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo amado, en quien
te has complacido (cf. Mt 17,5), que te basta siempre
para todo y por quien tantas cosas nos has hecho, te
dé gracias por todo, junto con el Espíritu Santo Paráclito,
como a ti y a él mismo le agrada. ¡Aleluya!
6
Y a la gloriosa madre, la beatísima siempre Virgen
María, a los bienaventurados Miguel, Gabriel y Rafael,
y a todos los coros de los espíritus bienaventurados,
serafines, querubines, tronos, dominaciones, principa-
dos, potestades (cf. Col 1,16), virtudes, ángeles, ar-
cángeles; a los bienaventurados Juan Bautista, Juan
Evangelista, Pedro, Pablo, y a los bienaventurados pa-
triarcas, profetas, inocentes, apóstoles, evangelistas,
discípulos, mártires, confesores, vírgenes; a los bien-
aventurados Elías y Enoc, y a todos los santos que
fueron, serán y son, humildemente les suplicamos, por
tu amor, que te den gracias por estas cosas, como te
agrada a ti, sumo Dios verdadero, eterno y vivo, con
tu queridísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo y el Espí-
ritu Santo Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén.
¡Aleluya! (Ap 5,13; 19,3-4).
7
Y a todos los que quieren servir al Señor Dios en el
seno de la santa Iglesia católica y apostólica, y a todos
los órdenes eclesiásticos: sacerdotes, diáconos,
subdiáconos, acólitos, exorcistas, lectores, ostiarios y
todos los clérigos; a todos los religiosos y todas las re-
ligiosas, a todos los niños y párvulos; a los pobres e
indigentes, reyes y príncipes, trabajadores y agriculto-
res, siervos y señores; a todas las vírgenes, continentes
IV. Textos legislativos

177
y casadas; a los laicos, varones y mujeres; a todos los
chiquillos, adolescentes, jóvenes y ancianos, sanos y
enfermos; a todos los pequeños y grandes; a todos los
pueblos, gentes, tribus y lenguas (cf. Ap 7,9); y a todas
las naciones y a todos los hombres de todos los lugares
de la tierra, que son y serán, humildemente les roga-
mos y suplicamos todos nosotros, los hermanos meno-
res, siervos inútiles (Lc 17,10), que perseveremos to-
dos en la verdadera fe y en la penitencia, porque de
otro modo nadie se puede salvar.
8
Amemos todos con todo el corazón, con toda el
alma, con toda la mente, con toda la fuerza y fortaleza,
con todo el entendimiento, con todas las energías, con
todo el empeño, con todo el afecto, con todas las en-
trañas, con todos los deseos y quereres, al Señor Dios
(cf. Mc 12,30.33; Lc 10,27), que nos dio y nos da a
todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda la
vida, que nos creó, nos redimió y por sola su miseri-
cordia nos salvará (cf. Tob 13,5); que nos ha hecho y
nos hace todo bien a nosotros, miserables y míseros,
pútridos y hediondos, ingratos y malos.
9
Ninguna otra cosa, pues, deseemos, ninguna otra
queramos, ninguna otra nos agrade y deleite, sino nues-
tro creador y redentor y salvador, el solo verdadero
Dios, que es el bien pleno, el todo bien, el total bien,
el verdadero y sumo bien; que es el solo bueno (cf.
Lc 18,19), piadoso, manso, suave y dulce; que es el
solo santo, justo, verdadero y recto; que es el solo be-
nigno, inocente, puro; de quien y por quien es y en
quien está (cf. Rom 11,36; Heb 2,10) todo el perdón,
toda la gracia, toda la gloria de todos los penitentes,
Escritos de Francisco de Asís
178

de todos los justos, y de todos los bienaventurados


que gozan juntos en los cielos.
10
Nada, pues, impida, nada separe, nada se inter-
ponga, 11 para que todos nosotros, en todo lugar, a
toda hora y en todo tiempo, todos los días y continua-
mente, creamos verdadera y humildemente, y tenga-
mos en el corazón y amemos, honremos, adoremos,
sirvamos, alabemos y bendigamos, glorifiquemos y
sobreexaltemos, engrandezcamos y demos gracias al
altísimo y sumo Dios eterno, Trinidad y Unidad, Padre
e Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas y
salvador de todos los que creen y esperan en él, y lo
aman; que es sin principio y sin fin, inmutable, invisible,
inenarrable, inefable, incomprensible, inescrutable (cf.
Rom 11,33), bendito, loable, glorioso, sobreexaltado
(cf. Dan 3,52), sublime, excelso, suave, amable, delei-
table y sobre todas las cosas siempre todo deseable
por los siglos. Amén.

1.OrSD; AlHor 11; Cánt 1 / OfP 1,9; 4,9; 5,9; 6,12; AlD 2;
1CtaF 1,14; 2CtaF 56; Rnb 22,45 / OfP 1,5; 14,1; AlD 2; 4CtaCl
21 / Adm 5,1. 3. Rnb 22,54 / OfP 15,3; SalVM 2-5; 2CtaF 4;
CtaO 21.27-29; Adm 1,16; 1CtaCl 19; 3CtaCl 17-19.24. 4.
Rnb 16,9; 21,8. 5. 2CtaF 46; CtaO 50; Rnb 22,6 / Cánt 2. 6. OfP
ant 2; SalVM 5; 2CtaF 5; UltVol 1; 3CtaCl 18; RCl 2,25; 6,7; 8,6;
12,13; TestCl 46.75.77 / SalVM 2; CtaO 33; Test 40 / ParPN 7;
OfP ant 2-3; CtaO 38 / OfP ben; 15,1; AlD 3; 1CtaCus 7; Adm
16,2. 7. 1CtaCl 4 / 2CtaF 1; CtaA 1 / Rnb 11,3. 8. ParPN 5;
1CtaF 1,1; 2CtaF 18 / CtaO 52 / 2CtaF 46; CtaO 50; Rnb 22,6.
9. ParPN 1; Rnb 16,7 / AlHor 1.11; AlD 1.3; 2CtaF 62; Rnb
17,18 / ParPN 2; AlHor 11; AlD 3; Rnb 17,18 / AlD 6; 2CtaF 16.
10. CtaA 6; Rnb 22,26. 11. ExhAD 1-7; AlHor 1-11; Cánt 14;
Rnb 22,26 / CtaO 38; Rnb 16,7; 21,2 / AlD 4-7; 1CtaF 1,13;
2CtaF 16.56; 3CtaCl 14.
IV. Textos legislativos

179
CAPÍTULO XXIV
Conclusión

1
¡En el nombre del Señor!
Ruego a todos los hermanos que aprendan el tenor
y el sentido de las cosas que están escritas en esta vida
para la salvación de nuestra alma, y que las traigan fre-
cuentemente a la memoria.
2
Y suplico a Dios, que él mismo, que es omnipoten-
te, trino y uno, bendiga a todos los que enseñan, apren-
den, tienen, recuerdan y practican estas cosas, cuantas
veces repiten y hacen lo que aquí está escrito para la
salvación de nuestra alma; 3 y ruego a todos, besándo-
les los pies, que las amen mucho, las guarden y las
conserven.
4
Y de parte de Dios omnipotente y del señor papa, y
por obediencia, yo, el hermano Francisco, mando firme-
mente e impongo que nadie suprima nada de lo que
está escrito en esta vida, ni sobrescriba nada (cf. Dt 4,2;
12,32). Y no tengan los hermanos otra Regla.
5
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como
era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de
los siglos. Amén.

1-3. Rnb 4,1; Rb 1,1; TestCl 1 / 1CtaF 2,19-21; 2CtaF 86-88;


CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; 2CtaCus 6-7; CtaO 12. 4. Test
35.38. 5. AlHor 9-10; ParPN 11; OfP ant 3; 1,10; 2,12; 3,12;
4,10; 5,16; 6,16; 7,12; 8,8; 9,12; 10,10; 11,9; 12,10; 13,6;
14,10; 15,13.
Escritos de Francisco de Asís
180

4 REGLA BULADA
DE LOS HERMANOS MENORES (=Rb)

[1 Honorio, obispo, siervo de los siervos de Dios, a


los amados hijos, el hermano Francisco y los demás
hermanos de la Orden de los Hermanos Menores: salud
y bendición apostólica.
2
Suele acceder la Sede Apostólica a los piadosos
votos y acoger de buen grado los honestos deseos de
quienes le suplican. 3 Por lo que, amados hijos en el
Señor, atendiendo a vuestros piadosos ruegos, con la
autoridad apostólica os confirmamos la Regla de vues-
tra Orden, aprobada por el papa Inocencio, de feliz
memoria, nuestro predecesor, transcrita en las presen-
tes, y con la protección de este escrito la corrobora-
mos. 4 La cual es así:]

1. RCl Bula 1-2; 1 PrivP 1; 2PrivP 1; 2. RCl bula 3.14. 3. RCl


bula 8.15-16; 1PrivP 7; 2PrivP 7. 4. RCl bula 9.17.

CAPÍTULO I
¡En el nombre del Señor!
Comienza la vida de los Hermanos Menores

1
La Regla y vida de los Hermanos Menores es ésta:
observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesu-
cristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en
castidad.
IV. Textos legislativos

181
2
El hermano Francisco promete obediencia y reve-
rencia al señor papa Honorio y a sus sucesores
canónicamente elegidos y a la Iglesia Romana. 3 Y los
demás hermanos están obligados a obedecer al her-
mano Francisco y a sus sucesores.
1. Rnb 1,1; Rb 12,4; Test 14; RCl 1,1-2; 12,13. 2. Rnb pról 3;
RCl 1,3-4. 3. Rnb pról 4; RCl 1,5.

CAPÍTULO II
Los que quieren abrazar esta vida,
y cómo deben ser recibidos

1
Si algunos quisieran abrazar esta vida y vinieran a
nuestros hermanos, envíenlos éstos a sus ministros pro-
vinciales, a los cuales solamente, y no a otros, se con-
ceda la autorización para recibir hermanos.
2
Y los ministros examínenlos diligentemente de la
fe católica y los sacramentos de la Iglesia. 3 Y si creen
en todo ello, y quieren profesarlo fielmente y obser-
varlo firmemente hasta el fin, 4 y no tienen mujeres –o,
si las tienen, las mujeres entraron ya en un monasterio,
o, hecho ya voto de continencia, les dieron licencia a
ellos, con la autorización del obispo diocesano, y son
de edad tal que de ellas no pueda originarse sospe-
cha–, 5 díganles las palabras del santo Evangelio: que
vayan y vendan todas sus cosas y se esfuercen por dis-
tribuirlas entre los pobres (cf. Mt 19,21). 6 Y, si no pu-
dieran hacerlo, les basta la buena voluntad.
7
Y guárdense los hermanos y sus ministros de pre-
ocuparse por sus cosas temporales, de modo que hagan
Escritos de Francisco de Asís
182

libremente con ellas lo que el Señor les inspire. 8 Con


todo, si se requiere un consejo, los ministros están au-
torizados a enviarlos a algunas personas temerosas de
Dios (cf. Hch 13,16), con cuyo consejo se distribuyan
sus bienes entre los pobres.
9
Después, concédanles las prendas del tiempo de
la probación, es decir: dos túnicas sin capucha, el cor-
dón, los calzones y el caparón hasta el cordón; 10 a no
ser que a los mismos ministros alguna vez les parezca
otra cosa según Dios.
11
Y, acabado el año de la probación, sean recibidos a
la obediencia, prometiendo observar siempre esta vida
y Regla. 12 Y de ningún modo les estará permitido salir
de esta Religión, conforme al mandato del señor papa;
13
porque, según el santo Evangelio, nadie que pone la
mano en el arado y mira atrás es apto para el reino de
Dios (Lc 9,62).
14
Y los que ya prometieron obediencia, tengan una
túnica con capucha, y otra sin ella los que quieran te-
nerla. 15 Y los que se vean obligados por la necesidad
puedan llevar calzado. 16 Y todos los hermanos vístanse
de ropas viles y puedan reforzarlas con sayal y otras
piezas de tela, con la bendición de Dios.
17
A todos ellos les amonesto y exhorto a que no
desprecien ni juzguen a quienes ven que se visten de
prendas suaves y de colores, y que toman manjares y
bebidas delicadas, sino más bien cada uno júzguese y
despréciese a sí mismo.
1. Rnb 2,1; RCl 2,1. 2-3. Rnb 19,1; Rb 12,4; Test 31; RCl
2,3-4; 12,13. 5. Rnb 1,2; 2,4; Test 16; RCl 2,8-9. 6. Rnb 2,11.
IV. Textos legislativos

183
7. Rnb 2,2.5-6; RCl 2,10. 8. RCl 2,11. 9. Rnb 2,8; RCl 2,12. 11.
Rnb 2,9; RCl 2,14. 12. Rnb 2,10; RCl 2,13. 13. Rnb 2,10. 14.
Rnb 2,13; Test 16; RCl 2,16. 15. RCl 2,23; 8,18. 16. Rnb 2,14-
15; RCl 2,25. 17. Rnb 2,14; 11,10-11 / Rnb 9,12.

CAPÍTULO III
El oficio divino, el ayuno, y cómo han de ir
los hermanos por el mundo
1
Los clérigos recen el oficio divino según la ordena-
ción de la santa Iglesia Romana, 2 a excepción del sal-
terio, por lo que podrán tener breviarios. 3 Y los laicos
digan veinticuatro Padrenuestros por maitines; por
laudes, cinco; por prima, tercia, sexta y nona, por cada
una de estas horas, siete; por vísperas, doce, y por
completas, siete. 4 Y oren por los difuntos.
5
Y ayunen desde la fiesta de Todos los Santos hasta
la Natividad del Señor. 6 Y sean benditos del Señor los
que voluntariamente ayunan la santa cuaresma que
consagró el Señor con su santo ayuno (cf. Mt 4,2), que
comienza a partir de la Epifanía y se prolonga durante
los cuarenta días siguientes; y los que no quieran
ayunarla no sean obligados a ello. 7 Pero la otra, que
dura hasta la Resurrección del Señor, ayúnenla. 8 En el
resto del tiempo no están obligados a ayunar sino los
viernes. 9 Con todo, en tiempo de manifiesta necesidad
no están obligados los hermanos al ayuno corporal.
10
Aconsejo, también, amonesto y exhorto a mis her-
manos en el Señor Jesucristo, a que, cuando van por el
mundo, no litiguen ni se enfrenten a nadie de palabra
(cf. 2Tim 2,14), ni juzguen a otros, 11 sino sean apacibles,
Escritos de Francisco de Asís
184

pacíficos y mesurados, mansos y humildes, hablando a


todos honestamente, según conviene. 12 Y no deben
montar a caballo, a no ser que se vean obligados por
una manifiesta necesidad o enfermedad. 13 En toda
casa en la que entren, primero digan: Paz a esta casa
(cf. Lc 10,5). 14 Y, según el santo Evangelio, les está
permitido comer de todos los alimentos que les pon-
gan delante (cf. Lc 10,8).

1. CtaO 39-44; Rnb 3,3-4; Test 18.30; RCl 3,1. 3. Rnb 3,10;
Test 18; RCl 3,3-4. 4. Rnb 3,4.10; RCl 3,5-6. 5. 2CtaF 32; Rnb
3,11; 3CtaCl 31-37; RCl 3,8-10. 6-7. Rnb 3,11; RCl 3,8. 8. Rnb
3,12; NACl 8; 3CtaCl 36. 9. Rnb 9,16; NACl 3; RCl 3,11. 10.
Rnb 11,1-4; RCl 9,13. 11. Rnb 11,7-10; 14,4-6. 12. Rnb 15,1-2.
13. Rnb 14,2; Test 23. 14. Rnb 3,13; 9,13; 14,3.

CAPÍTULO IV
Los hermanos no reciban dinero
1
Mando firmemente a todos los hermanos que de
ningún modo reciban dinero o pecunia, ni directamen-
te ni por intermediarios. 2 Sin embargo, los ministros y
los custodios, y solamente ellos, provean con solícito
cuidado, por medio de amigos espirituales, a las ne-
cesidades de los enfermos y el vestido de los herma-
nos, según los lugares y los tiempos y el frío de las re-
giones, tal como les parezca que lo exige la necesidad;
3
salvo siempre que, como se ha dicho, no reciban di-
nero o pecunia.

1. Rnb 7,7; 8,3-11; Rb 5,3. 2. RCl 2,17. 3. Rnb 7,7; 8,3-11;


Rb 5,3.
IV. Textos legislativos

185
CAPÍTULO V
El modo de trabajar

1
Aquellos hermanos a los que el Señor ha dado la
gracia de trabajar, trabajen fiel y devotamente, 2 de
modo que, desechando «la ociosidad, enemiga del
alma»19, no apaguen el espíritu de la santa oración y
devoción (cf. 1Tes 5,19), al que las demás cosas tem-
porales deben servir. 3 Y como recompensa por el tra-
bajo acepten, para sí y sus hermanos, lo necesario para
el cuerpo, excepto dinero o pecunia, 4 y esto háganlo
humildemente, como corresponde a quienes son sier-
vos de Dios y seguidores de la santísima pobreza.

1. Rnb 7,3-6; Test 20; RCl 7,1-2. 2. CtaAnt 2; Rnb 7,11-12; RCl
7,2. 3. Rnb 7,7.

CAPÍTULO VI
Nada se apropien los hermanos,
la mendicación, y el amor mutuo

1
Los hermanos no se apropien nada para sí, ni casa,
ni lugar, ni cosa alguna. 2 Y, cual peregrinos y extranje-
ros en este mundo (cf.1Pe 2,11; Sal 38,13), sirviendo al
Señor en pobreza y humildad, vayan por limosna con-
fiadamente; 3 y no tienen por qué avergonzarse, pues
el Señor se hizo pobre por nosotros en este mundo
(cf. 2Cor 8,9).
19
Cf. SAN BENITO, Regla, 48,1.
Escritos de Francisco de Asís
186

4
Ésta es la excelencia de la altísima pobreza (2Cor 8,2),
la que a vosotros, queridísimos hermanos míos,
os ha constituido herederos y reyes del reino
de los cielos (cf. Sant 2,5; Mt 5,3; Lc 6,20),
os ha hecho pobres de cosas y sublimado en virtudes
(cf. Sant 2,5).
5
Sea ésta vuestra porción,
la que conduce a la tierra de los vivientes
(cf. Sal 141,6).
6
Adhiriéndoos totalmente a ella,
amadísimos hermanos,
por el nombre de nuestro Señor Jesucristo
jamás queráis tener ninguna otra cosa bajo el cielo.
7
Y dondequiera que estén y se encuentren unos
con otros los hermanos, muéstrense mutuamente fa-
miliares entre sí. 8 Y con total confianza manifieste el
uno al otro su necesidad, porque si la madre nutre y
ama a su hijo carnal (cf.1Tes 2,7), ¡cuánto más amoro-
samente debe cada uno amar y nutrir a su hermano
espiritual!
9
Y si alguno de ellos cayera enfermo, los otros her-
manos le deben servir como querrían ellos ser servidos
(cf. Mt 7,12).

1. Rnb 7,13; 9,1; RCl 6,10-13; 8,1-6. 2. REr 5; Rnb 9,1; Test 24;
3CtaCl 25; RCl 8,2 / Rnb 7,8; 9,3; Test 22. 3. 2CtaF 5; Rnb 7,4-
7; 1CtaCl 19; RCl 8,3. 4. 1CtaCl 15-17; 2CtaCl 23; RCl bula
6.16; 8,4. 5. RCl 8,5. 6. RCl 8,6. 7. Rnb 7,15. 8. Rnb 9,10-11;
RCl 8,15-16; TestCl 63.65. 9. Adm 24; Rnb 10,1; RCl 8,14 /
2CtaF 43; CtaM 17; Adm 18,1; Rnb 4,4; 6,2; 10,1.
IV. Textos legislativos

187
CAPÍTULO VII
La penitencia que se ha de imponer
a los hermanos que pecan

1
Si algunos de los hermanos cometieran, por insti-
gación del enemigo, alguno de aquellos pecados mor-
tales, acerca de los cuales estuviera mandado entre los
hermanos que se recurra sólo a los ministros provincia-
les, dichos hermanos están obligados a recurrir a ellos
cuanto antes puedan, sin demora.
2
Y los ministros mismos, si son sacerdotes, impón-
ganles la penitencia con misericordia; y, si no son sa-
cerdotes, hagan que se la impongan otros sacerdotes
de la Orden, como vean que mejor conviene según
Dios. 3 Y deben evitar airarse y turbarse por el pecado
de alguno, porque la ira y la turbación impiden en sí y
en los otros la caridad.

1. CtaM 14; Rnb 5,5-6; 13,1; RCl 9,1. 2. CtaM 9-12.17-20; Rnb
20,1-4; RCl 9,18. 3. 2CtaF 44; CtaM 15; Adm 11,2-3; Rnb 5,7-
8; 11,4; RCl 9,5-6.

CAPÍTULO VIII
La elección del ministro general de esta Fraternidad
y el capítulo de Pentecostés

1
Todos los hermanos deberán tener siempre a uno
de los hermanos de esta Religión como ministro gene-
ral y siervo de toda la Fraternidad, al cual están firme-
mente obligados a obedecer.
Escritos de Francisco de Asís
188

2
Cuando éste fallezca, hágase la elección del suce-
sor por los ministros provinciales y custodios en el ca-
pítulo de Pentecostés, al que están siempre obligados
a concurrir todos los ministros provinciales, dondequie-
ra que lo disponga el ministro general; 3 y esto han
de hacerlo una vez cada tres años, o en otro término
de tiempo mayor o menor, según lo ordene dicho
ministro.
4
Y si en algún momento pareciera a la generalidad
de los ministros provinciales y custodios, que dicho mi-
nistro no es la persona adecuada para el servicio y uti-
lidad común de los hermanos, los referidos hermanos,
a los que se ha confiado la elección, deberán elegirse,
en el nombre del Señor, otro para custodio.
5
Y después del capítulo de Pentecostés, cada uno
de los ministros y custodios, si quiere y le parece con-
veniente, puede convocar a capítulo a sus hermanos,
una vez, en ese mismo año, en sus custodias.

1. Rnb 18,2; Test 27. 2-4. Rnb 18,2; RCl 4,6-8. 5. Rnb 18,1.

CAPÍTULO IX
Los predicadores
1
Los hermanos no prediquen en la diócesis de un
obispo cuando éste se oponga a ello.
2
Y ninguno de los hermanos se atreva absolutamen-
te a predicar al pueblo, sin que haya sido examinado y
aprobado por el ministro general de esta Fraternidad,
y éste le haya concedido el oficio de la predicación.
IV. Textos legislativos

189
3
Amonesto además y exhorto a estos hermanos a
que, cuando predican, sean ponderadas y limpias sus
palabras (cf. Sal 11,7; 17,31), para provecho y edifica-
ción del pueblo, 4 anunciándoles los vicios y las virtu-
des, la pena y la gloria, con brevedad de sermón,
porque breve fue la palabra del Señor sobre la tierra
(cf. Rom 9,28).

1. Rnb 17,1; Test 7. 2. Rnb 17,2. 3-4. Rnb 21,2-9.

CAPÍTULO X
La amonestación y corrección de los hermanos

1
Los hermanos que son ministros y siervos de los
otros hermanos, visiten y amonesten a sus hermanos y
corríjanlos humilde y caritativamente, no mandándo-
les cosa alguna que vaya en contra de su alma y de
nuestra Regla.
2
Y los hermanos que son súbditos, recuerden que
renunciaron por Dios a sus propios quereres. 3 Por eso,
les mando firmemente que obedezcan a sus ministros
en todo lo que prometieron al Señor observar y no va
en contra del alma y de nuestra Regla.
4
Y dondequiera que haya hermanos que sepan y
conozcan que no pueden observar espiritualmente la
Regla, deben y pueden recurrir a sus ministros. 5 Y los
ministros acójanlos caritativa y benignamente, y ten-
gan con ellos tanta familiaridad, que los hermanos pue-
dan hablarles y comportarse con ellos como los señores
Escritos de Francisco de Asís
190

con sus siervos; 6 pues así debe ser, que los ministros
sean siervos de todos los hermanos (cf. Mt 20,26-27).
7 Amonesto y exhorto en el Señor Jesucristo a los
hermanos, a que se guarden de toda soberbia, vana-
gloria, envidia, avaricia (cf. Lc 12,15), preocupación y
afán de este mundo (cf. Mt 13,22; Lc 21,34), difama-
ción y murmuración, y los que no saben letras no se
preocupen de aprenderlas; 8 aplíquense, en cambio,
en aquello que por encima de todo deben desear: te-
ner el Espíritu del Señor y su santa operación, 9 orar
continuamente al Señor con un corazón puro, y tener
humildad, paciencia en la persecución y en la enfer-
medad, 10 y amar a los que nos persiguen y repren-
den y acusan, porque dice el Señor: Amad a vuestros
enemigos y orad por los que os persiguen y calumnian
(Mt 5,44). 11 Dichosos los que padecen persecución
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de
los cielos (Mt 5,10). 12 Y el que persevere hasta el fin,
ése se salvará (Mt 10,22).

1. Rnb 4,2; RCl 10,1. 2. Adm 2,3; 3,3; RCl 10,2; TestCl 67. 3.
2CtaF 41; CtaO 46; Adm 3,7; Rnb 4,3; Rb 8,2; Test 27; RCl 3,3;
TestCl 68-70. 4. Rnb 6,1-2. 5. Rnb 6,2; RCl 10,4-5; TestCl 66.
6. 2CtaF 42; Rnb 5,11-12; RCl 10,5. 7. RCl 10,6 / Rnb 17,9; Rb
3,11 / 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb 8,2; 9,14; 22,26 /
CtaM 15; Adm 24; Rnb 7,15; 11,7; Rb 10,7; RCl 10,6 / Test 19;
RCl 10,8. 8. Rnb 17,16; 23,11; RCl 10,9. 9. 2CtaF 19-20; Rnb
22,26.29; RCl 10,10 / Cánt 10-11; 2CtaF 30; Adm 6,2; 13,2-3;
VerAl 14; Rnb 17,15. 10. 2CtaF 38; Adm 3,8-9; 9,1; VerAl 14;
Rnb 16,12-15.21; 22,1-4; RCl 10,11. 11. Cánt 11; Rnb 16,12;
RCl 10,12. 12. 2CtaF 48.88; Rnb 16,21; 21,9; UltVol 1; RCl 6,7;
10,13; TestCl 73.
IV. Textos legislativos

191
CAPÍTULO XI
Los hermanos no entren en monasterios de monjas
1
Mando firmemente a todos los hermanos, que no
tengan con mujeres relaciones o consejos que engen-
dren sospecha; 2 que no entren en monasterios de
monjas, excepto aquellos a los que les ha sido conce-
dida una autorización especial por la Sede Apostólica;
3
y que no sean padrinos de varones ni de mujeres,
para que no surja, con ocasión de ello, motivo de es-
cándalo entre los hermanos o a causa de los hermanos.
1. Rnb 12,1; RCl 9,14. 2. RCl 11,7; 12,8. 3. RCl 9,15.

CAPÍTULO XII
Los que van entre sarracenos y otros infieles
Conclusión
1
Los hermanos que, por inspiración divina, quieran
ir entre sarracenos y otros infieles, pidan por ello auto-
rización a sus ministros provinciales. 2 Y los ministros no
concedan autorización para ir sino a los que vean que
son idóneos para ser enviados.
3
Además, impongo a los ministros, por obediencia,
que pidan al señor papa un cardenal de la santa Iglesia
Romana que sea gobernador, protector y corrector de
esta Fraternidad; 4 para que, siempre sometidos y suje-
tos a los pies de la misma santa Iglesia, firmes en la fe
católica (cf. Col 1,23), observemos la pobreza y la hu-
mildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucris-
to que firmemente prometimos.
Escritos de Francisco de Asís
192

1-2. Rnb 16,3-4. 3. RCl 12,12-13. TestCl 44 / Test 33. 4. RCl


12,13 / Rnb 19,1; Test 34 / FVCl 1; Rnb 9,1; Rb 6,2; Test 24;
UltVol 1; RCl 6,7; 8,2; TestCl 41.46-47.52 / Rnb 1,1; Rb 1,2;
RCl 1,1.

[5 Por tanto, a nadie absolutamente le está permitido


quebrantar esta escritura de nuestra confirmación, o con
osadía temeraria ir contra ella. 6 Mas si alguno se atre-
viera a atentar contra esto, sepa que incurrirá en la in-
dignación de Dios todopoderoso y de sus bienaventu-
rados apóstoles Pedro y Pablo.
7
Dada en Letrán, a veintinueve de noviembre, en el
octavo año de nuestro pontificado.]
5-6. RCl bula 18-20; 1PrivP 9-11; 2PrivP 8-9.

5 NORMAS SOBRE EL AYUNO


PARA CLARA Y SUS HERMANAS (=NACl)20
1
Acerca de aquellas cuestiones que me pediste que
te aclarara, 2 es decir, cuáles son las fiestas que –según
considero, es lo que en cierto modo tú piensas– nuestro
gloriosísimo padre san Francisco nos aconsejó que cele-
bráramos especialmente con variedad de alimentos, paso
a responder a tu caridad lo siguiente: 3 sepa, pues, tu
prudencia que, exceptuadas las débiles y las enfermas,
para con las cuales nos aconsejó y ordenó que procedié-
ramos con toda la discreción posible, proporcionándoles
20
Seguimos aquí la división en versículos de la Tercera Carta
de Clara a Inés de Praga (3CtaCl 29-37), a la que debemos la
información sobre estas Normas, cuyo texto original no ha llegado
a nosotros.
IV. Textos legislativos

193
todo tipo de alimentos, 4 ninguna de nosotras que esté
sana y fuerte debería tomar, tanto en los días feriales
como en los festivos, sino comidas cuaresmales, ayunan-
do todos los días, 5 excepto los domingos y el día de la
Natividad del Señor, en los que deberíamos comer dos
veces al día; 6 y los jueves, en el tiempo ordinario, cada
una podría proceder según su voluntad, de modo que
no estaría obligada a ayunar quien no quisiera hacerlo.
7
Sin embargo, nosotras las sanas ayunamos todos los
días, excepto los domingos y el día de Navidad.
8
Y, según lo que dice un escrito del bienaventurado
Francisco, tampoco estamos obligadas a ayunar en todas
las Pascuas, ni en las fiestas de santa María y de los san-
tos apóstoles, a no ser que estas fiestas caigan en vier-
nes. 9 Pero, como queda dicho, las que estamos sanas y
fuertes tomamos siempre comidas cuaresmales.

1-9. 3CtaCl 29-37. 4-6. RCl 8,9-10. 7. RCl 3,8. 8. Rb 3,8. 9.


RCl 3,8.
Escritos de Francisco de Asís
194
V. Últimas recomendaciones

195

V. ÚLTIMAS RECOMENDACIONES
FIDELIDAD

• Exhortación cantada a Clara y sus hermanas (ExhCl)


• Testamento de Siena (TestS)
• Testamento (Test)
• Última voluntad para Clara y sus hermanas (UltVol)
• Bendición al hermano Bernardo (BenBer)
Escritos de Francisco de Asís
196
V. Últimas recomendaciones

197

Llegamos con Francisco al término de una experien-


cia y una misión, historia de las maravillas de Dios en su
vida. Mirada retrospectiva, que recuerda en acción de
gracias y reafirma la voluntad del Señor manifestada en
la vocación común a seguir el Evangelio. ¿No es éste el
esquema básico de la Alianza?
La EXHORTACIÓN CANTADA A CLARA Y SUS HERMANAS, es ex-
hortación, poesía, canto con la elegancia del caballero
y el amor del padre espiritual, resumen entrañable de
los rasgos del carisma contemplativo de Clara. Com-
puesta por Francisco en las mismas circunstancias espa-
cio-temporales que el Cántico de las criaturas: estando
en San Damián, en los primeros meses de 1225, con-
serva una frescura muy próxima al Cántico y coincide
con él hasta en el contenido de fondo.
El TESTAMENTO DE SIENA data de la primavera de 1226,
y le fue dictado, como lo anota la Leyenda de Perusa,
al hermano Benito de Piratro. «Tres palabras» dice Fran-
cisco: amor mutuo, remitiéndonos al testamento de Je-
sús en la Última Cena; pobreza, síntesis del seguimien-
to; fidelidad y minoridad con la jerarquía de la Iglesia.
Y un contexto: el recuerdo de un amor que bendice,
pues todo es gracia, y el que inició su obra es fiel y la
llevará a cabo «hasta el final del mundo».
El llamado propiamente TESTAMENTO data de las últi-
mas semanas de la vida de Francisco, agosto-septiem-
bre de 1226, aunque parece haber tenido una larga
Escritos de Francisco de Asís
198

gestación. Es el más entrañable de los escritos del san-


to, sobre todo para un Hermano Menor, por ser el más
personal, por expresar su última voluntad, por resumir
lo esencial del proyecto evangélico. Y como tantas ve-
ces ocurre, es también el más polémico: ¿Quiso Fran-
cisco añadir otra Regla? ¿Desautorizó la evolución de la
Fraternidad hacia formas más desarrolladas de aposto-
lado, o más bien, la canonizaba confiando el futuro a la
Iglesia y a los ministros de la Orden? ¿Vinculaba la vida
de los hermanos a la letra de la Regla en su radicalidad
evangélica o, consciente de las tensiones internas de
la Orden, inculcaba el valor supremo de la unidad?
La respuesta última la deberíamos de saber ya, en la
medida en que nuestra lectura de los escritos nos lleva
más allá de la curiosidad histórica o teológica. La en-
contraríamos plasmada en estas palabras: «Así como me
dio el Señor decir y escribir sencilla y puramente la
Regla y estas palabras, así también sencillamente y sin
glosa habéis de entenderlas y observarlas con obras
santas hasta el fin» (Test 39). ¿No ha sido precisamente
este versículo, en buena parte, el caballo de batalla de
la historia de la Fraternidad franciscana? Lo cual no quie-
re decir que haya de ser sustituido; más bien, nos obli-
ga a dar un nuevo paso, y topar con la unicidad de la
experiencia cristiana, siempre indeducible. ¿Por qué
lo que para Francisco era simple y evidente no lo es
para nosotros?
Conservamos, además, otros dos escritos breves, que
también pueden ser considerados como últimas reco-
mendaciones del Poverello. La ÚLTIMA VOLUNTAD PARA CLARA
Y SUS HERMANAS, es un nuevo subrayado de lo inalienable:
V. Últimas recomendaciones

199
la fidelidad a la pobreza, la antorcha que de Francisco
recogió Clara hasta el final de su vida en su lucha por el
«Privilegio» de no poseer nada en propiedad. Comple-
ta el recuerdo agradecido de su historia personal y de
la Fraternidad, la BENDICIÓN AL HERMANO BERNARDO, que,
según las fuentes biográficas, habría que colocar en el
marco de los últimos momentos de la vida de Francisco.
Escritos de Francisco de Asís
200
V. Últimas recomendaciones

201

EXHORTACIÓN CANTADA A CLARA 1


Y SUS HERMANAS (=ExhCl)21
1
Escuchad, pobrecillas, por el Señor llamadas, 1

que, de diversas partes y provincias,


habéis sido congregadas:
2
en la verdad siempre vivid,
para que en la obediencia podáis morir.
3
No miréis la vida del exterior, 5

porque la del espíritu es mejor.


4
Os ruego con gran amor
que uséis con discreción las limosnas
que os da el Señor.
5
Las que con el peso de la enfermedad
están cargadas
y las otras que por ellas están fatigadas, 10

unas y otras soportadlo en paz,


6
que muy cara venderéis vuestra fatiga,
porque cada una será reina en el cielo
coronada con la Virgen María.
1. CtaJac 1. 3. 2CtaCl 10; CtaErm 5-6. 4. TestCl 64. 5. Cánt 10-
11; 2CtaF 43; CtaM 17; Adm 18,1; 24; Rnb 4,4; 6,2; 10,1-4; Rb
6,9; RCl 8,12-19. 6. Cánt 11; 1CtaCl 11; 4CtaCl 15.17; RCl 8,4;
CtaErm 4.

21
También en este caso Carlo Paolazzi numera el texto según
sus versos. Dada su habitual división en versículos, ofrecemos
aquí ambas numeraciones para facilitar su consulta.
Escritos de Francisco de Asís
202

2 TESTAMENTO DE SIENA (=TestS)22

1
Escribe cómo bendigo a todos mis hermanos, a los
que están en la Religión y a los que vendrán a ella
hasta el final del mundo...
2
Como, a causa de la debilidad y el dolor de la
enfermedad, no me encuentro con fuerzas para hablar,
declaro brevemente mi voluntad a mis hermanos en
estas tres palabras:
3
que, en señal del recuerdo de mi bendición y de
mi testamento, se amen siempre mutuamente;
4
que amen siempre a nuestra señora la santa pobre-
za y la observen;
5
y que vivan siempre fieles y sujetos a los prelados
y a todos los clérigos de la santa madre Iglesia.

1. BenL 1-3; Test 41; TestCl 79; BenCl 2-5. 2. 2CtaF 3. 3.


TestCl 79 / Rnb 9,10-11; 11,5; Rb 6,8; Test 34; RCl 8,15; TestCl
59-60; BenCl 14. 4. UltVol 1-3; 3CtaCl 14-18; RCl 6,6-9; TestCl
33.39-40.47.52. 5. 2CtaF 33; CtaCle 1; Adm 26,1-4; Rnb 19,3;
Rb 12,5; Test 6-10; RCl 12,13.

22
El texto y la información sobre las circunstancias del mismo
nos han llegado en LP 59 y EP 87.
V. Últimas recomendaciones

203

TESTAMENTO (=Test) 3
1. Proceso de conversión y cambio de vida
1
El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, el co-
menzar de este modo a hacer penitencia: pues, como
estaba en pecados, me parecía extremadamente amargo
ver a los leprosos; 2 pero el Señor mismo me llevó en-
tre ellos, y practiqué con ellos la misericordia. 3 Y, al
separarme de ellos, lo que me parecía amargo se me
convirtió en dulzura del alma y del cuerpo; y, después
de un poco de tiempo, salí del mundo.
4
Y el Señor me dio una fe tal en las iglesias, que así
sencillamente oraba y decía: 5 Te adoramos, Señor Je-
sucristo, también en todas tus iglesias que hay en el
mundo entero, y te bendecimos, pues por tu santa cruz
redimiste al mundo.
6
Después, el Señor me dio, y me sigue dando, tan-
ta fe en los sacerdotes que viven según la forma de la
santa Iglesia Romana, por su ordenación, que, si me
persiguieran, quiero recurrir a ellos mismos. 7 Y si tu-
viera tanta sabiduría como la que tuvo Salomón y me
encontrara con los pobrecillos sacerdotes de este mun-
do, no quiero predicar en las parroquias en que están
si no es conforme a su voluntad. 8 Y a éstos y a todos
los demás sacerdotes quiero temer, amar y honrar como
a mis señores, 9 y no quiero tomar en consideración su
pecado, porque veo en ellos al Hijo de Dios y son mis
señores. 10 Y lo hago por esto: porque en este mundo
Escritos de Francisco de Asís
204

nada veo corporalmente del mismo altísimo Hijo de


Dios sino su santísimo cuerpo y su santísima sangre,
que ellos reciben y sólo ellos administran a los demás.
11
Y quiero que estos santísimos misterios sean hon-
rados y venerados por encima de todo y colocados en
lugares dignos. 12 Y dondequiera que encuentre en lu-
gares indebidos los santísimos nombres del Señor y sus
palabras escritas, quiero recogerlos, y ruego que se
recojan y se coloquen en lugar decoroso.
13
Debemos también honrar y venerar a todos los
teólogos y a los que nos administran las santísimas pa-
labras divinas, como a quienes nos administran espíritu
y vida (cf. Jn 6,63).

1. RCl 6,1; TestCl 24-25. 3. 2CtaF 69; Rnb 9,2; TestCl 70 / Rnb
22,9.47-48; TestCl 10. 4. 2CtaF 33. 5. OfP 6,15; Rnb 23,3. 6.
Adm 26,1. 8-9. 2CtaF 33; CtaCle 1; CtaO 21-23; Rnb 19,3; Rb
12,5; RCl 12,13; TestS 5. 10. 2CtaF 33-35; CtaCle 3.5; Adm
1,18-22; 26,3. 11. CtaCle 1.8-11; 1CtaCus 2-7; CtaO 12-13;
Test 5. 12. 2CtaF 5; CtaCle 6.12; 1CtaCus 5; CtaO 34-36. 13.
2CtaF 34-35; CtaAnt 1 / 1CtaF 2,21; 2CtaF 3.87; Adm 1,6;
Rnb 22,39.

2. Orígenes y vida de la primitiva Fraternidad


14
Y después que el Señor me dio hermanos, nadie
me mostraba qué debía hacer, pero el mismo Altísimo
me reveló que debía vivir según la forma del santo
Evangelio; 15 y yo lo hice escribir en pocas palabras y
sencillamente, y el señor papa me lo confirmó.
16
Y aquellos que venían a tomar esta vida, daban a
los pobres todo lo que podían tener (Tob 1,3), y nos
contentábamos con una túnica –que reforzaban por
V. Últimas recomendaciones

205
dentro y por fuera los que querían–, con el cordón y
los calzones. 17 Y no queríamos tener más.
18
Los clérigos decíamos el oficio según el uso de los
demás clérigos, y los laicos decían Padrenuestros. Y
muy gustosamente permanecíamos en las iglesias, 19 y
éramos incultos y estábamos sometidos a todos.
20
Y yo trabajaba con mis manos, y quiero trabajar; y
quiero firmemente que todos los demás hermanos tra-
bajen en algún trabajo humilde y honesto: 21 los que no
saben, que aprendan, no por la codicia de recibir la
paga del trabajo, sino por el ejemplo y para desechar
la ociosidad. 22 Y cuando no nos den la paga del traba-
jo, recurramos a la mesa del Señor, pidiendo limosna
de puerta en puerta. 23 El Señor me reveló que dijé-
semos este saludo: El Señor te dé la paz (cf. Lc 10,5;
2Tes 3,16).
24
Guárdense absolutamente los hermanos de recibir
iglesias, pobrecillas moradas y todo lo que para ellos
se construye, si no es como conviene a la santa pobre-
za que prometimos en la Regla, hospedándose siem-
pre allí como extranjeros y peregrinos (cf. 1Pe 2,11;
Sal 38,13).
25
Mando firmemente, por obediencia, a todos los
hermanos que, dondequiera que estén, no se atrevan
a pedir a la curia romana, ni por sí ni por intermedia-
rios, escrito alguno en favor de una iglesia o de otro
lugar, ni so pretexto de predicación, ni por sufrir per-
secución en sus cuerpos, 26 sino que, cuando en alguna
parte no sean recibidos, huyan a otra tierra (cf. Mt 10,23)
a hacer penitencia con la bendición de Dios.
Escritos de Francisco de Asís
206

14. FVCl 1; Rnb 1,2; Rb 1,1; 12,4; BenBer 2; RCl 1,2; 6,3; 12,13.
15. Rnb pról 2; Rb bula 3; Test 39. 16. Rnb 2,1.4; Rb 2,1.5 / Rnb
2,8.13-14; Rb 2,9-10.14-16. 18. Rnb 3,4.10; Rb 3,1-3; RCl 3,1-
4. 19. CtaO 39; VerAl 11; Rnb 7,2; Test 29. 20. Rnb 7,3-8; Rb
5,1; RCl 7,1-2. 21. Rnb 7,11; Rb 5,2; RCl 7,2. 22. REr 5; Rnb 7,8;
8,10; 9,3-9; Rb 6,3; RCl 8,2. 23. BenL 2; 2CtaF 1; Rnb 14,2; Rb
3,13; BenCl 4. 24. Rnb 7,13; Rb 6,1 / Rnb 9,5; Rb 6,2; RCl 8,2.
26. Rnb 16,14; Test 1; RCl 6,1; TestCl 24.

3. Profesión de obediencia y de comunión eclesial


27
Y quiero firmemente obedecer al ministro general
de esta Fraternidad y a aquel guardián que le agrade
darme, 28 y quiero estar de tal modo cautivo en sus
manos, que no pueda ir ni hacer nada al margen de la
obediencia y de su voluntad, porque es mi señor. 29 Y,
aunque soy simple y enfermo, quiero, sin embargo,
tener siempre un clérigo que me rece el oficio tal como
se dice en la Regla.
30
Y todos los demás hermanos están obligados a
obedecer de este modo a sus guardianes y a rezar el
oficio según la Regla. 31 Y si hubiera algunos que no
rezaran el oficio según la Regla y quisieran hacerlo de
otro modo, o que no fueran católicos, todos los herma-
nos, en cualquier lugar donde se hallen, están obliga-
dos por obediencia, dondequiera encuentren a alguno
de ellos, a presentarlo al custodio más cercano al lugar
en que lo encuentren. 32 Y el custodio está firmemente
obligado, por obediencia, a custodiarlo fuertemente día
y noche, como a hombre en prisión, de manera que
no pueda ser arrebatado de sus manos, hasta que per-
sonalmente lo ponga en las manos de su ministro. 33 Y
el ministro está firmemente obligado, por obediencia, a
enviarlo, por medio de tales hermanos que lo custodien
V. Últimas recomendaciones

207
día y noche como a hombre en prisión, hasta que lo
presenten ante el señor de Ostia, que es el señor, pro-
tector y corrector de toda la Fraternidad.
27-28. Adm 3,3; Rb 8,1; 10,3; RCl 10,3. 29-30. CtaO 39.43;
Rnb 3,3-10; Rb 3,1-4. 31. CtaO 43-44; Rnb 19,1-2. 33. Rb
12,3; RCl 12,12.

4. Conclusión y bendición
34
Y no digan los hermanos: «Esto es otra Regla»;
porque esto es una recordación, amonestación y ex-
hortación, y es mi testamento, que yo, el hermano Fran-
cisco, pequeñuelo, os dejo a vosotros, mis benditos
hermanos, para que observemos mejor, católicamente,
la Regla que prometimos al Señor.
35
Y el ministro general y todos los demás ministros y
custodios están obligados, por obediencia, a no añadir
ni quitar nada de estas palabras (cf. Dt 4,2; 12,32). 36 Y
tengan siempre consigo este escrito junto a la Regla. 37
Y en todos los capítulos que tienen, cuando leen la
Regla, lean también estas palabras. 38 Y a todos mis
hermanos, clérigos y laicos, mando firmemente, por
obediencia, que no introduzcan glosas en la Regla ni
en estas palabras, diciendo: «Así se han de entender»,
39
sino que, así como me dio el Señor decir y escribir
sencilla y puramente la Regla y estas palabras, así tam-
bién sencilla y puramente, sin glosa, habéis de enten-
derlas, y observarlas con obras santas hasta el fin.
40
Y todo el que observe estas cosas, sea colmado
en el cielo de la bendición del altísimo Padre, y sea
colmado en la tierra de la bendición de su amado Hijo
Escritos de Francisco de Asís
208

(cf. Gén 27,27-28) con el santísimo Espíritu Paráclito y


con todas las virtudes del cielo y todos los santos.
41
Y yo el hermano Francisco, pequeñuelo, vuestro
siervo, os confirmo tanto cuanto puedo, interior y ex-
teriormente, esta santísima bendición.
34. TestS 3 / Rb 12,4; RCl 12,13; BenCl 15. 35. Rnb 24,4. 36.
2CtaF 87-88; CtaCle 15; CtaA 9; 1CtaCus 9; CtaM 21; CtaO
47-48; TestCl 79. 38-39. Test 14 / 1CtaF 2,21; 2CtaF 87-88;
TestCl 71-73.78. 40. BenCl 8-10 . 41. 1CtaCus 9; TestS 1;
TestCl 79; BenCl 11-12.

4 ÚLTIMA VOLUNTAD
PARA CLARA Y SUS HERMANAS (=UltVol)23
1
Yo, el hermano Francisco, pequeñuelo, quiero se-
guir la vida y la pobreza del altísimo Señor nuestro Je-
sucristo y de su santísima madre, y perseverar en ella
hasta el fin (cf. Mt 10,22); 2 y os ruego, señoras mías, y
os aconsejo, que viváis siempre en esta santísima vida
y pobreza. 3 Y cuidaos mucho, para que de ningún
modo, ni por la enseñanza ni por el consejo de nadie,
os apartéis jamás de ella.
1-3. RCl 6,7-9. 1-2. 2CtaF 87; CtaA 1; 1CtaCus 1; CtaO 3; Test
34.41 / 2CtaF 5; CtaO 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 9,1; 22,2; Rb 6,5-6;
TestS 4; RCl 2,25; 8,6-7; 12,13; TestCl 34.46. 3. 2CtaCl 17-18

23
También este escrito nos ha llegado a través de la Regla de
Clara, que lo designa como la «Última voluntad» de Francisco para
ella y sus hermanas, y dice que éste lo escribió «poco antes de su
muerte» (RCl 6,6-9). La división en versículos se ajusta a la que
ordinariamente se hace de su texto en la Regla de Clara.
V. Últimas recomendaciones

209

BENDICIÓN AL HERMANO 5
BERNARDO (=BenBer)24

1
Escribe tal como te digo:
2
El primer hermano que me dio el Señor fue el
hermano Bernardo, y el primero que comenzó y cum-
plió perfectísimamente la perfección del santo Evan-
gelio, distribuyendo todos sus bienes entre los pobres
(cf. Mt 19,21); 3 por lo cual, y por otras muchas prerro-
gativas, estoy obligado a amarlo más que a ningún otro
hermano de toda la Religión.
4
Por eso, quiero y mando, en lo que puedo, que
quienquiera que sea el ministro general, lo ame y lo
honre tanto como a mí mismo; 5 y también, que todos
los ministros provinciales y los hermanos de toda la
Religión lo consideren como aquel que ocupa mi lugar.

1. VerAl 3.4.5; TestS 1. 2. Test 14-16 / FVCl 1; RCl 6,3; Rnb


2,4; Rb 2,5; RCl 2,8.

24
Son varias las fuentes biográficas y crónicas franciscanas
que informan de la bendición de Francisco al hermano Bernardo,
y trasmiten el contenido del dictado del santo, aunque con no
pocas diferencias entre ellas. El texto aquí trascrito es la
traducción del que recoge Carlo Paolazzi en su edición crítica,
tomado de LP 12 (cf. EP 107).
Escritos de Clara de Asís
210
211

II

LOS ESCRIT OS
ESCRITOS
DE CLARA DE ASÍS
Escritos de Clara de Asís
212

INTRODUCCIÓN

I. CARTAS
CONTEMPLACIÓN Y SEGUIMIENTO

II. REGLA
PROYECTO DE VIDA

III. TESTAMENTO Y BENDICIÓN


FIDELIDAD
213

INTRODUCCIÓN

Si la existencia de una persona se define desde su


destino, y éste consiste en el acontecimiento de la vo-
cación, Clara de Asís sólo puede ser comprendida a la
luz de Francisco. Así lo declara ella misma: «El Hijo de
Dios se ha hecho para nosotras camino, que nos mos-
tró, de palabra y con el ejemplo, nuestro bienaventu-
rado padre Francisco, verdadero amante e imitador
suyo» (TestCl 5).
En este sentido, Clara no sólo refleja a Francisco,
sino lo prolonga; más, es su primera intérprete y rea-
lización carismática. A sí misma se nombra «esclava
indigna de Cristo y pequeña planta del benditísimo
padre Francisco» (RCl 1,3). Es necesario, a mi juicio,
devolver a Clara el lugar privilegiado que le corres-
ponde en el redescubrimiento del carisma franciscano.
Por varias razones, entre otras: por haber vivido su vo-
cación muy cerca de los orígenes, por haber manteni-
do después de la muerte del santo la lucha por la fide-
lidad a la pobreza y a toda la difícil herencia de éste, y,
sobre todo, por esa afinidad misteriosa entre Francisco
y Clara que bebe su luz y su fuerza en la identidad de
la misma vocación al seguimiento de Jesús. La historia
de San Damián es la historia de una adhesión insobor-
nable a la inspiración y a la letra de Francisco.
Escritos de Clara de Asís
214

Sin embargo, no sería correcto leer a Clara sólo por


referencia a Francisco. En ella se cumple esa síntesis
delicada de imitación y originalidad, continuidad y pro-
pia identidad. Por ejemplo, su Regla es calco evidente
de la de Francisco; y, con todo, exigía una creatividad
personal tal vez superior a la que le permitía la libertad
que tenía en sus cartas. Desde el lado opuesto, las car-
tas revelan una independencia de estilo y hasta de ex-
periencia, y, no obstante, la fuente temática sigue sien-
do eminentemente franciscana. ¿No es dicha bipolaridad
la que determina el carisma de las Hermanas Pobres en
el conjunto de la familia franciscana?
Quizá sea determinante, pero no nos ayuda a captar
su esencia. Personalmente prefiero la siguiente formu-
lación: la Segunda Orden es vocación a realizar en for-
ma de vida, en opción existencial, la quintaesencia del
Evangelio vivido por Francisco, la contemplación. Ocu-
rre como con el misterio de la Iglesia. El Evangelio es
multiforme, pero su corazón es la «vida escondida con
Cristo en Dios». Por eso, cuando Francisco intentaba
resumir la Regla y vida del Hermano Menor, termina-
ba en el «tener el Espíritu del Señor y su santa opera-
ción, orar continuamente al Señor con un corazón puro»
(Rb 1,8-9; RCl 10,9-10).
I. Cartas

215

I. CARTAS
CONTEMPLACIÓN Y SEGUIMIENTO

• Primera Carta a Inés de Praga (1CtaCl)


• Segunda Carta a Inés de Praga (2CtaCl)
• Tercera Carta a Inés de Praga (3CtaCl)
• Cuarta Carta a Inés de Praga (4CtaCl)
Escritos de Clara de Asís
216
I. Cartas

217

Las cuatro cartas de Clara llegadas hasta nosotros,


son en general respuestas a consultas, y las cuatro tie-
nen por destinataria a Inés de Praga, hija del rey de
Bohemia. Ésta había decidido consagrarse a Cristo en
las nuevas formas de vida religiosa que venían de Ita-
lia, e ingresó en 1234 en el monasterio que ella misma
había fundado en Praga. Clara la exhorta a la fidelidad
al camino emprendido. Por el contexto pueden dedu-
cirse las dificultades que encontró. Sin embargo, la te-
mática desborda lo ocasional, y estos documentos nos
ofrecen la profundidad del alma de Clara, su experiencia
contemplativa y su visión de la vocación evangélico-
franciscana en la contemplación.
La CARTA I, en torno a la época del ingreso de Inés
(1234-1235), es un verdadero canto esponsal a la po-
breza. El esquema: saludo (vv. 1-2); pobreza y Alianza
virginal (vv. 2-14); personalización de la Alianza en la
pobreza (vv. 15-18); el misterio de la pobreza en Cris-
to (vv. 19-24); pobreza y eterna Alianza (vv. 25-30).
Clara bebió de la tradición monástica, y más di-
rectamente de Francisco, el género teológico de la
personalización de las virtudes. La pobreza es algo así
como la síntesis de las virtudes teologales. Ser pobre
para recibir el Reino no es un consejo moral, sino acto
creador de la soberanía de Dios sobre el hombre. Ahí
vieron Francisco y Clara la pobreza: en el misterio
pascual, en la Hora, en la contemplación de Cristo
Escritos de Clara de Asís
218

pobre y crucificado, cuando la revelación teofánica de


la sabiduría y el amor de Dios entregado indefenso al
mundo hizo posible la salvación.
La pobreza y humildad, pues, totalizan franciscanamente
el misterio de Jesús. Clara nos ofrece un matiz, el de las
categorías esponsales, las propias de la Alianza. Por
vocación contemplativa, el seguimiento en pobreza exi-
ge términos de amor. De ahí la relación indisociable
entre pobreza y caridad que atraviesa toda la carta.
Para leer la CARTA II podríamos servirnos del siguien-
te contrapunto: melodía dominante, el seguimiento de
Jesús; melodía de fondo, el amor contemplativo; tema
unitario, la vocación contemplativa como transforma-
ción cristiforme. La carta data de 1235-1238, cuando
es ministro general de la Orden el hermano Elías de
Cortona. Abunda en la temática de la anterior. Sin em-
bargo, la insistencia en la pobreza sugiere que Inés está
siendo presionada para adherirse a una forma de vida
menos franciscana. Recogemos esta cuestión de fondo:
¿en qué consiste la prudencia cuando se opta por se-
guir a Jesús pobre y crucificado?
Una pista importante de lectura: las alusiones bíblicas.
En una primera ojeada pueden rastrearse las siguientes:
v. 1: Ap 19,16;
vv. 3-7: Sant 1,17; Mt 5,48; Sal 138,16; Is 6,1;1Pe 2,21;
vv. 8-15: Lc 10,42; Rom 12,1; Gén 19,26; Sal 49,14;
vv. 15-23: Sal 44,3; 2Tim 2,11 12; Ap 3,3.
Junto a las citas bíblicas, el misterio pascual, objeto
central de contemplación (cf. vv. 19-20). Con todo, lo
más notable no es la acumulación de citas bíblicas,
I. Cartas

219
sino esa especie de relectura en profundidad, entre-
mezclándose simultáneamente alusiones teológicas,
temas de revelación y niveles de experiencia. En este
punto, hay que decir que Clara se aleja del estilo litera-
rio y teológico de Francisco para aproximarse al género
común de la teología espiritual de la época (cf. De
regimine animae de san Buenaventura). Aparece así
hasta en cierta ampulosidad de lenguaje.
Posiblemente nuestra sensibilidad moderna prefiera
la inmediatez bíblica de Francisco. Sin embargo, la difi-
cultad no puede reducirse a lenguaje. Clara se inserta
en la tradición contemplativa litúrgica, subsuelo de la
gran tradición contemplativa monástica y cristiana. ¿No
es propia de la liturgia la relectura del misterio con-
templado, situando la simbólica multiforme de la Bi-
blia en el horizonte unitario de la historia de la salva-
ción? ¿No reside ahí uno de los modos contemplativos
de la fe, que pasa espontáneamente del hecho histó-
rico al símbolo, y de la alegoría a la mirada interior del
espíritu?
La CARTA III (c.1239) continúa en el mismo tono con
tal fuerza personal que ya no cabe hablar de escuela de
espiritualidad. Clara de Asís se revela como una de las
cimas de la mística cristiana. Al leer estas páginas, uno
recuerda las palabras de los peregrinos de Emaús: ¿No
ardía nuestro corazón cuando nos explicaba... nuestra
vocación?
Algunos puntos dignos de atención: la vocación
definida con los mismos términos de Francisco, «se-
guimiento del pobre y humilde Jesucristo» (v. 4); sen-
tido eclesial de la vocación contemplativa con frase
Escritos de Clara de Asís
220

admirable: «te considero cooperadora del mismo Dios


y sostenedora de los miembros de su Cuerpo inefable
que caen» (v. 8); la feliz correlación teológica entre vo-
cación contemplativa, experiencia mística y tipología
mariana (vv. 15-26).
Tema de fondo, la alegría cristiana: don de la fe,
fruto de la contemplación y luz que discierne las prác-
ticas de ascesis (vv. 29-42). También aquí Clara se mues-
tra eminentemente evangélica y fiel a la sensibilidad
de Francisco, al cual cita explícitamente.
La CARTA IV, escrita por Clara poco antes de su muer-
te en 1253, es un eco anticipado del «cántico nuevo
ante el trono de Dios y del Cordero» (v. 3).
El desarrollo de la carta traza con claridad el proceso
de la mística cristiana, siguiendo el esquema joánico:
el paso de los signos a la Hora, del ver al amar, la ple-
nitud de la fe en acto contemplativo. Por ejemplo, en
los vv. 18-34, a través de la imagen tradicional del
espejo, encontramos la descripción precisa de los dis-
tintos momentos de la ascensión espiritual: mirar, con-
siderar, contemplar. El mirar se consuma en el ardor de
la caridad. Sin embargo, en el acto en que connota la
experiencia de unión, Clara necesita equilibrar la afir-
mación mística con un sentido fuerte de la obediencia
de la fe, pues mientras vivimos en este mundo la ex-
periencia de la Alianza no puede sobrepasar la escucha
de la Palabra y el seguimiento en cruz.
La dimensión esponsal configura el dinamismo de la
vida espiritual. De ahí, repitámoslo, la aparición cons-
tante de la figura femenina como símbolo del alma
I. Cartas

221
contemplativa. ¿No pertenece acaso a la tradición
patrística la figura de Raquel (2CtaCl 11) y de María
(3CtaCl 17-19.24-25), y más lejos, a la teología sapiencial
de la Alianza, la figura de la esposa del Cantar de los
cantares (4CtaCl 28-34)? Sabemos qué intuición bíbli-
ca subyace: la fe como pasividad activa ante el amor
creador de Dios. Pero sabemos también dónde ha en-
contrado Clara su fuente inspiracional más inmediata
(cf.1CtaCl 12): en la Carta a los fieles de Francisco (cf.
2CtaF 48-56). La contemplación de amor, en su doble
sentido, objetivo (revelación del amor de Dios), y sub-
jetivo (contemplación afectiva de amor), son
marcadamente franciscanos.
Escritos de Clara de Asís
222
I. Cartas

223

PRIMERA CARTA 1
A INÉS DE PRAGA (=1CtaCl)25
1
A la venerable y santísima virgen, la señora Inés,
hija del excelentísimo e ilustrísimo rey de Bohemia,
2
Clara, indigna sierva de Jesucristo y esclava inútil de
las Damas enclaustradas del monasterio de San Damián
de Asís, súbdita y esclava suya para todo, se enco-
mienda plenamente, con especial reverencia, para al-
canzar la gloria de la felicidad eterna (cf. Eclo 50,5).
3
Desbordo de gozo y salto de júbilo en el Señor
(cf. Hab 3,18) al oír hablar de la fama de vuestra
honrosísima vida religiosa, que no sólo ha llegado hasta
mí, sino que se ha divulgado merecidamente por casi
todo el orbe de la tierra; 4 y, por ello, no sólo yo per-
sonalmente puedo saltar de júbilo, sino también todos
aquellos que sirven y desean servir a Jesucristo. 5 Y es
que, aunque hubierais podido disfrutar más que na-
die de las pompas, honores y grandezas del mundo,
con la excelente gloria de desposaros legítimamente
con el ínclito emperador, como hubiera correspondi-
do a vuestra dignidad y a la suya, 6 despreciando todo
esto, habéis elegido, con toda el alma y todo el afecto
del corazón, la santísima pobreza y la penuria corporal,

25
En ésta, como en el resto de las Cartas de Clara, seguimos la
última edición crítica de las mismas, a cargo de Giovanni Pozzi,
que puede verse en: Chiara d’Assisi, Lettere ad Agnese. La visione
dello specchio, a cura di GIOVANNI POZZI e BEATRICE RIMA, Adelphi
Edizioni, Milano, 1999.
Escritos de Clara de Asís
224

7
uniéndoos al Esposo del más noble linaje, el Señor
Jesucristo, que custodiará siempre inmaculada e intacta
vuestra virginidad.
8
Amándole, sois casta26;
tocándolo, os hacéis más pura;
acogiéndolo, sois virgen;
9
su poder es más fuerte,
su generosidad más alta,
su aspecto más hermoso,
su amor más suave,
y toda su gracia más elegante.
10
Él os ha abrazado ya estrechamente,
ha adornado vuestro pecho
con piedras preciosas,
y ha colgado en vuestras orejas
perlas de inestimable valor,
11
y os ha ceñido toda entera
con resplandecientes gemas de primavera
y os ha coronado con una corona de oro,
grabada con el sello de la santidad (Eclo 45,12).
12
Así pues, queridísima hermana, y, más aún, seño-
ra digna de toda veneración, pues sois esposa y madre
y hermana de mi Señor Jesucristo (cf. 2Cor 11,2; Mt
12,50), 13 esplendorosamente distinguida con la insig-
nia de la virginidad inviolable y de la santísima pobreza,
afianzaos en el santo servicio, que con deseo ardiente
comenzásteis, al pobre Crucificado, 14 que soportó por
todos nosotros el suplicio de la cruz (cf. Heb 12,2),
26
En los vv. 8-11, Clara hace un canto en el que aplica a Inés de
Praga textos litúrgicos de la fiesta de santa Inés, mártir, que
trascribe prácticamente en su literalidad.
I. Cartas

225
liberándonos del poder del príncipe de las tinieblas
(cf. Col 1,13) –al que estábamos encadenados por la
transgresión de nuestro primer padre–, y reconcilián-
donos con Dios Padre (cf. 2Cor 5,18).
15
¡Oh dichosa pobreza,
que a quienes la aman y abrazan
les alcanza las riquezas eternas!
16
¡Oh santa pobreza,
por la que Dios promete el reino de los cielos
(cf. Mt 5,3)
a quienes la poseen y desean,
y les ofrece, sin lugar a dudas,
la gloria eterna y la vida bienaventurada!
17
¡Oh piadosa pobreza
a la que, por encima de toda otra cosa,
se dignó abrazar el Señor Jesucristo,
que gobernaba y gobierna el cielo y la tierra,
y que con sólo decirlo hizo todas las cosas
(Sal 32,9; 148,5).
18
En efecto, las zorras tienen sus madrigueras –dice-,
y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre,
es decir, Cristo, no tiene dónde reclinar su cabeza (cf.
Mt 8,20; Lc 9,58), y al inclinar la cabeza entregó su
espíritu (Jn 19,30).
19
Si, pues, tan grande y tal Señor, viniendo al seno
de una virgen, quiso aparecer en el mundo como un
hombre despreciado, indigente y pobre, 20 para que
los hombres –que eran pobrísimos e indigentes, al su-
frir una falta extrema de alimento celestial– se hicieran
ricos en él (cf. 2Cor 8,9) poseyendo el reino de los
cielos, 21 saltad de júbilo y gozad (cf. Hab 3,18), llena
Escritos de Clara de Asís
226

de inmenso gozo y alegría espiritual, 22 pues, al preferir


vos el desprecio del mundo a los honores, la pobreza a
las riquezas temporales, el guardar cuidadosamente los
tesoros no en la tierra sino en el cielo 23 –donde no los
corroe la herrumbre, ni se los come la polilla, ni los
ladrones los desentierran y los roban (cf. Mt 6,20)–, es
muy grande vuestra recompensa en los cielos (Mt 5,12),
24
y habéis merecido dignamente ser llamada herma-
na, esposa y madre del Hijo del altísimo Padre y de la
gloriosa Virgen (cf. 2Cor 11,2; Mt 12,50).
25
Creo, en efecto, firmemente que sabéis que el
Señor promete y da el reino de los cielos sólo a los
pobres (cf. Mt 5,3), ya que cuando se ama algo tem-
poral se pierde el fruto de la caridad, 26 no se puede
servir a Dios y al dinero, porque se amará al uno y se
aborrecerá al otro, o se servirá al uno y se despreciará al
otro (cf. Mt 6,24); 27 y el que está vestido no puede
luchar con el que está desnudo, porque pronto echan
a tierra a quien tiene por dónde ser asido; 28 y no se
puede vivir con gloria en el mundo y reinar después
con Cristo. Y porque antes podrá pasar un camello por
el ojo de una aguja que un rico subir al reino de los
cielos (cf. Mt 19,24), 29 por eso despreciasteis los vesti-
dos, es decir, las riquezas temporales, para no sucum-
bir absolutamente ante el que os combate, y poder
entrar en el reino de los cielos por el camino angosto y
la puerta estrecha (cf. Mt 7,14).
30
Grande y admirable intercambio es, en verdad,
dejar lo temporal por lo eterno,
ganar el cielo a costa de la tierra,
recibir el ciento por uno
y poseer la bienaventurada vida eterna (cf. Mt 19,29).
I. Cartas

227
31
Todo ello me ha llevado a suplicar, en cuanto pue-
do, a vuestra excelencia y santidad, con humildes rue-
gos, por las entrañas de Cristo (cf. Flp 1,8), que queráis
afianzaros en su santo servicio, 32 progresando de bien
en mejor, de virtud en virtud (cf. Sal 83,8), para que
aquel a quien servís con todo el ardor de vuestra alma,
se digne concederos los premios deseados.
33
Os ruego también, encarecidamente, en el Señor,
como puedo, que tengáis a bien encomendarnos en
vuestras santísimas oraciones (cf. Rom 15,30), a mí,
vuestra sierva, aunque inútil (cf. Lc 17,10), y a las de-
más hermanas, tan afectas a vos, que moran conmigo
en este monasterio; 34 que con su ayuda podamos
merecer la misericordia de Jesucristo, y gozar junta-
mente con vos de la visión eterna.
35
Que os vaya bien en el Señor, y orad por mí (cf.
1Tes 5,25).

1-2. 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-2.17; CtaErm 1 / RCl


1,3; 10,5; TestCl 37; BenCl 5-6. 3. 3CtaCl 3.5.9-10; 4CtaCl 7;
CtaErm 2-3 / TestCl 58. 5. 1CtaCl 22-24; 2CtaCl 6-7. 6. 1CtaCl
13; 2CtaCl 7; 3CtaCl 4.25; RCl 6,6.8; TestCl 34.39.42.51. 7.
2CtaF 51.55; 1CtaCl 12; 4CtaCl 8. 8-9. 4CtaCl 9-14. 10. 4CtaCl
16-17. 12. 1CtaCl 24; 2CtaCl 24; 4CtaCl 1 / OfP ant 2; 1CtaF
1,7; 2CtaF 50; 1CtaCl 7.24. 13. 1CtaCl 6.31. 14. Adm 6,1. 15.
4CtaCl 20. 16. Adm 14,1; Rb 6,4; 1CtaCl 25; RCl 8,4. 17. 2CtaF
5. 19. 2CtaF 5-6; Rnb 9,5-6; Rb 6,4; RCl 8,3. 21. 1CtaCl 3. 22.
Adm 28,1; 1CtaCl 5-6; 2CtaCl 6-7; RCl 6,2; TestCl 27. 23. Rnb
16,16. 24. OfP ant 2; 1CtaF 1,7; 2CtaF 50-53; FVCl 1; 3CtaCl 1;
4CtaCl 4.7.15; RCl 6,3. 25. 1CtaCl 16. 29. Rnb 11,13; TestCl
71. 30. Rnb 1,5; Rb 6,4-5; 2CtaCl 23; RCl 8,4-5. 33. 2CtaCl 25-
26. 34. ParPN 4. 35. 2CtaCus 7; CtaAnt 2; 2CtaCl 24; 3CtaCl
42; 4CtaCl 39.
Escritos de Clara de Asís
228

2 SEGUNDA CARTA
A INÉS DE PRAGA (=2CtaCl)
1
A la señora Inés, hija del Rey de reyes, esclava del
Señor de los señores (cf. Ap 19,16; 1Tim 6,15), espo-
sa dignísima de Jesucristo y, por ello, reina nobilísima,
2
Clara, esclava inútil e indigna de las Damas Pobres, le
desea salud y que viva siempre en suma pobreza.
3
Doy gracias al que con esplendidez da la gracia,
de quien creemos que procede toda óptima dádiva y
todo don perfecto (Sant 1,17), porque te ha adornado
con tantos títulos de virtudes y te ha hecho brillar con
los signos de tanta perfección, 4 para que, hecha dili-
gente imitadora del Padre perfecto (cf. Mt 5,48), me-
rezcas llegar a ser perfecta, y sus ojos no vean en ti
nada imperfecto (cf. Sal 138,16).
5
Y en esto está tu perfección, por la que el mismo
Rey te unirá a sí en su tálamo celestial, donde se sienta
glorioso en su solio de estrellas: 6 en que, despreciando
el encumbramiento de un reino terrenal y desdeñando
las ofertas de matrimonio imperial, 7 tratando de emular
a la santísima pobreza, con gran humildad y ardorosísima
caridad te has adherido a las huellas de aquel (cf. 1Pe
2,21) a quien mereciste ser unida en matrimonio.
8
Como sé que estás cargada de virtudes seré breve,
porque no quiero cargarte con palabras superfluas, 9
por más que a ti no te parecerá superfluo nada que
pueda proporcionarte algún consuelo. 10 Mas, como
sólo una cosa es necesaria (Lc 10,42), esta única cosa
I. Cartas

229
es la que te pido y aconsejo, por amor de aquel a
quien te ofreciste como hostia santa y agradable (cf.
Rom 12,1), 11 para que, recordando tu propósito, y vien-
do siempre, como otra Raquel, tu principio27,
retengas lo que tienes,
hagas lo que haces, sin renunciar a ello (cf. Ct 3,4);
12
y, con andar apresurado, con paso ligero,
sin estorbos en los pies
para que ni siquiera tus pasos recojan el polvo,
13
segura, gozosa y dispuesta,
recorras con cautela la senda de la bienaventuranza,
14
no creyendo ni dando asentimiento a nadie
que quiera apartarte de este propósito,
o que te ponga obstáculos en el camino (cf. Rom 14,13)
para que no cumplas tus votos al Altísimo (Sal 49,14)
con aquella perfección
a la que te ha llamado el Espíritu del Señor.
15
Sin embargo, para avanzar con mayor seguridad
en el camino de los mandatos del Señor (cf. Sal 118,32),
sigue en esto el consejo de nuestro venerable padre el
hermano Elías, ministro general; 16 antepón su consejo
al de todos los demás, y tenlo por más preciado que
cualquier regalo.
17
Y, si alguien te dijera algo
o te sugiriera algo
que impida tu perfección,
o que parezca contrario a tu vocación divina,
aunque debas venerarlo,
no sigas por ello su consejo,
27
Cf. SAN GREGORIO MAGNO, Homilías sobre Ezequiel, II, 2, 10-11,
en: PL 76,954-955.
Escritos de Clara de Asís
230

18
sino abrázate a Cristo pobre
como virgen pobre.
19
Míralo hecho despreciable por ti, y síguelo, hecha
tú despreciable por él en este mundo. 20 Reina
nobilísima, mira atentamente, considera, contempla, con
el deseo de imitarle, a tu Esposo, el más bello de los
hijos de los hombres (Sal 44,3), hecho para tu salvación
el más vil de los varones, despreciado, golpeado, y
azotado de mil formas en todo su cuerpo, y muriendo
entre las angustias de la cruz.
21
Si sufres con él, reinarás con él
(cf. 2Tim 2,11-12; Rom 8,17);
llorando con él, gozarás con él (cf. 1Cor 12,26);
muriendo con él en la cruz de la tribulación
(cf.2Tim 2,11),
con él poseerás las moradas eternas
en el esplendor de los santos (Sal 109,3),
22
y tu nombre será escrito en el libro de la vida
(cf. Flp 4,3; Ap 3,5)
y será glorioso entre los hombres.
23
Por ello, a cambio de los bienes terrenos y transi-
torios, recibirás para siempre y por los siglos de los
siglos, la gloria del reino celestial, y, a cambio de los
bienes perecederos, los bienes eternos; y vivirás por
los siglos de los siglos.
24
Que te vaya bien, queridísima hermana y señora,
por ser tu Esposo el Señor; 25 y procura encomendarnos
a él (cf. Hch 14,23) en tus devotas oraciones, a mí y a
mis hermanas, que nos gozamos del bien que el Señor
obra en ti por su gracia (cf. 1Cor 15,10). 26 Encomiénda-
nos también encarecidamente a tus hermanas.
I. Cartas

231
1-2. 1CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-2; CtaErm 1 / RCl 1,3;
10,5; TestCl 37; BenCl 5-6 / OfP ant 2; 1CtaCl 12. 2. 1CtaCl 2;
3CtaCl 2; 4CtaCl 2; RCl 1,3; 10,5; TestCl 37; BenCl 6. 3. Rb 6,4;
RCl 8,4; TestCl 2.58. 6. 1CtaCl 5-7.22. 7. 2CtaF 13; CtaO 51;
CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2; 1CtaCl 6.13; 3CtaCl 4.25; RCl 6,6.8;
TestCl 34.39.42.51. 8. 4CtaCl 35-36. 14. Rnb 23,10 / TestCl
17. 17. UltVol 3; RCl 6,9. 18. 1CtaCl 13; 3CtaCl 4. 20. 4CtaCl
15-23. 23. Rb 6,4-5; 1CtaCl 30; RCl 8,4-5. 24. 2CtaCus 7; CtaA
2; 1CtaCl 35; 3CtaCl 42; 4CtaCl 39. 25. Adm 2,4; 8,3; 12,2;
17,1; Rnb 17,6.17 / 1CtaCl 33-34; 3CtaCl 42; 4CtaCl 39.

TERCERA CARTA 3
A INÉS DE PRAGA (=3CtaCl)
1
A la hermana Inés, su reverendísima señora en Cristo
y digna de su amor más que todos los mortales, her-
mana del ilustre rey de Bohemia, pero ahora hermana
y esposa del supremo Rey de los cielos (cf. Mt 12,50;
2Cor 11,2), 2 Clara, humildísima e indigna esclava de
Cristo y sierva de las Damas Pobres, le desea los gozos
de la salvación en el autor de la salvación (cf. Heb 2,10),
y todo lo mejor que pueda desearse.
3
Es tanto el gozo de que estoy llena por tu buena
salud, porque eres feliz y por los éxitos conseguidos
–que, según considero, te infunden vigor en el cami-
no emprendido para alcanzar el premio celestial (cf.
Flp 3,14)–, 4 y respiro por ello de tanto regocijo en el
Señor como por conocer y creer que tú suples admira-
blemente mis deficiencias y las de nuestras hermanas
en el seguimiento de las huellas del pobre y humilde
Jesucristo (cf. 1Pe 2,21).
5
Realmente puedo gozarme, y nadie podrá privarme
de tanto gozo, 6 porque, teniendo ya lo que anhelé
Escritos de Clara de Asís
232

tener bajo el cielo, veo que tú, sostenida por una ad-
mirable prerrogativa de la sabiduría que proviene de
la boca misma de Dios, triunfas, de modo asombroso
e impensable, sobre las astucias del sagaz enemigo,
sobre la soberbia que arruina la naturaleza humana y
la vanidad que vuelve fatuos los corazones de los hom-
bres; 7 y porque veo también que, con la humildad,
el vigor de la fe y los brazos de la pobreza, abrazas el
tesoro incomparable, escondido en el campo del mun-
do y de los corazones de los hombres (cf. Mt 13,44),
con el que se compra a aquel que hizo todas las cosas
de la nada (cf. Jn 1,3); 8 y, porque, por decirlo con las
mismas palabras del apóstol, te considero cooperado-
ra del mismo Dios y sostenedora de los miembros de
su Cuerpo inefable que caen (cf. 1Cor 3,9).
9
¿Quién podrá, por consiguiente, decirme que no
goce de tantos y tan admirables gozos? 10 Gózate, pues,
siempre en el Señor (cf. Flp 4,4) también tú, queridísima,
11
y no dejes que te envuelva amargura ni tiniebla al-
guna, oh señora amadísima en Cristo, gozo de los án-
geles y corona de las hermanas (cf. Flp 4,1).
12
Pon tu mente en el espejo de la eternidad,
pon tu alma en el esplendor de la gloria (cf. Heb 1,3),
13
pon tu corazón en la figura de la divina sustancia
(cf. Heb 1,3),
y transfórmate toda entera, por la contemplación,
en imagen de su divinidad (cf. 2Cor 3,18),
14
para que así sientas también tú lo que sienten los
amigos al saborear la dulzura escondida (cf. Sal 30,20)
que el mismo Dios ha reservado desde el principio para
los que le aman (cf. 1Cor 2,9). 15 Y dejando a un lado
I. Cartas

233
absolutamente todo lo que en este mundo falaz e ines-
table tiene atrapados a los que ciegamente lo aman,
ama con todo tu ser a aquel que totalmente se entregó
por tu amor, 16 cuya belleza admiran el sol y la luna, y
cuyos premios y su preciado valor y grandeza no tie-
nen fin (cf. Sal 144,3); 17 ama a aquel –te digo– que es
el Hijo del Altísimo, a quien dio a luz la Virgen, que
después del parto siguió siendo virgen. 18 Apégate a
su dulcísima madre, que engendró un tal Hijo, al que
no podían contener los cielos (cf. 1Re 8,27; 2Crón 2,5),
19
y ella, sin embargo, lo acogió en el pequeño claus-
tro de su vientre sagrado, y lo llevó en su seno de
doncella.
20
¿Quién no detestará las asechanzas del enemigo
de los hombres, que, por el fasto de unas glorias pasa-
jeras y engañosas, trama reducir a la nada aquello que
es mayor que el cielo? 21 Pues está claro que, por la
gracia de Dios, la más noble de sus criaturas, el alma
del hombre fiel, es mayor que el cielo, 22 porque los
cielos, con las demás criaturas, no pueden contener a
su creador (cf. 1Re 8,27; 2Crón 2,5), y, sin embargo, el
alma fiel sola es su morada y su sede (cf. Jn 14,23); y
esto sólo por la caridad, de la que carecen los impíos,
23
porque, como dice la Verdad: Al que me ama, lo
amará mi Padre y lo amaré yo, y vendremos a él y
haremos morada en él (Jn 14,21.23).
24
Así pues, como la gloriosa Virgen de las vírgenes
lo llevó materialmente [en su seno], 25 así también tú,
siguiendo sus huellas (cf. 1Pe 2,21), principalmente las
de la humildad y la pobreza, puedes, sin lugar a du-
das, llevarlo siempre espiritualmente en tu pecho casto
Escritos de Clara de Asís
234

y virginal, 26 teniendo dentro de ti a aquel que os tiene


dentro de sí a ti y a todas las cosas (cf. Sab 1,7; Col
1,17), y poseyendo aquello que se posee más firme-
mente que todas las posesiones pasajeras de este mun-
do. 27 En esto se engañan ciertos reyes y reinas munda-
nos, 28 pues, aunque su soberbia llegara hasta el cielo y
sus cabezas tocaran las nubes, al final se pierden con-
vertidos en estiércol (cf. Job 20,6-7).
29
Acerca de aquellas cuestiones que me pediste que
te aclarara, 30 es decir, cuáles son las fiestas que –según
considero, es lo que en cierto modo tú piensas– nues-
tro gloriosísimo padre san Francisco nos aconsejó que
celebráramos especialmente con variedad de alimen-
tos, paso a responder a tu caridad lo siguiente:31 sepa,
pues, tu prudencia que, exceptuadas las débiles y las
enfermas, para con las cuales nos aconsejó y ordenó
que procediéramos con toda la discreción posible, pro-
porcionándoles todo tipo de alimentos, 32 ninguna de
nosotras que esté sana y fuerte debería tomar, tanto en
los días feriales como en los festivos, sino comidas
cuaresmales, ayunando todos los días, 33 excepto los
domingos y el día de la Natividad del Señor, en los
que deberíamos comer dos veces al día; 34 y los jue-
ves, en el tiempo ordinario, cada una podría proceder
según su voluntad, de modo que no estaría obligada a
ayunar quien no quisiera hacerlo.
35
Sin embargo, nosotras las sanas ayunamos todos
los días, excepto los domingos y el día de Navidad.
36
Y, según lo que dice un escrito del bienaventura-
do Francisco, tampoco estamos obligadas a ayunar en
todas las Pascuas, ni en las fiestas de santa María y de
I. Cartas

235
los santos apóstoles, a no ser que estas fiestas caigan
en viernes. 37 Pero, como queda dicho, las que esta-
mos sanas y fuertes tomamos siempre comidas
cuaresmales.
38
Mas, como nuestra carne no es de bronce ni nues-
tra resistencia es la de las piedras (cf. Job 6,12), 39 sino
que, por el contrario, somos frágiles y débiles
corporalmente, 40 te ruego y suplico, en el Señor,
queridísima, que desistas, sabia y discretamente, del
indiscreto e imposible rigor de las abstinencias que,
según he sabido, te has propuesto, 41 para que vivien-
do alabes al Señor (cf. Is 38,19; Eclo 17,27) y le ofrez-
cas tu culto espiritual (Rom 12,1) y tu sacrificio sazona-
do siempre con sal (cf. Lev 2,13; Col 4,6).
42
Que te vaya siempre bien en el Señor, según a mí
misma me deseo; y encomiéndanos, a mí y a mis her-
manas, a tus santas hermanas.

1-2. 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-4.17; CtaErm 1 / RCl 1,3;
10,5; TestCl 37; BenCl 5-6. 4. 2CtaF 13; CtaO 51; CtaL 3; Rnb
1,1; 22,2; 1CtaCl 6.13; 2CtaCl 7; 3CtaCl 25. 5. 1CtaCl 3; 3CtaCl
3.9-10; CtaErm 2-3. 6. 2CtaF 66; 3CtaCl 20 / Rnb 22,19. 9-10.
1CtaCl 3; 3CtaCl 5; CtaErm 2-3 / Rnb 7,16. 12. 4CtaCl 15-23.
13. Adm 5,1; Rnb 23,1. 14. AlD 6; Rnb 23,11; 4CtaCl 11-13. 15.
3CtaCl 27-28. 16. 4CtaCl 10. 18. CtaO 21; 3CtaCl 22. 19. 2CtaF
4; CtaO 21; Adm 1,16. 20. 3CtaCl 6; CtaErm 6. 21. 2CtaF 48;
Rnb 22,27. 22. 3CtaCl 18. 23. 1CtaF 1,6; 2CtaF 48; Rnb 22,27.
25. 2CtaF 13; CtaO 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2; 1CtaCl 6.13;
2CtaCl 7; 3CtaCl 4. 28. 2CtaF 63-66; 3CtaCl 15; CtaErm 6. 29-
37. NACl 1-9. 40. RCl 3,10-11; TestCl 64. 42. 2CtaCus 7; CtaAnt
2; 1CtaCl 33-35; 2CtaCl 24-26, 4CtaCl 39.
Escritos de Clara de Asís
236

4 CUARTA CARTA
A INÉS DE PRAGA (=4CtaCl)

1
A quien es la mitad de su alma y el cofre que
guarda el singular amor de su corazón, a la ilustre rei-
na, esposa del Cordero, el Rey eterno, a la señora Inés,
su queridísima madre y especial hija suya entre todas
las demás, 2 Clara, indigna sierva de Cristo y esclava
inútil de sus esclavas que moran en el monasterio de
San Damián de Asís, 3 le desea salud, y que, con las
demás santísimas vírgenes, cante el cántico nuevo ante
el trono de Dios y del Cordero, y siga al Cordero don-
dequiera que vaya (cf. Ap 14,3-4).
4
¡Oh madre e hija, esposa (cf. Mt 12,50; 2Cor 11,2)
del Rey de todos los siglos! No te extrañes si no te he
escrito tan frecuentemente como lo desean y en cier-
to modo lo anhelan a la par tu alma y la mía, 5 ni creas
en modo alguno que el fuego de mi amor por ti arde
con menos vigor en las entrañas de tu madre: 6 la falta
de mensajeros y el peligro manifiesto de los caminos
han sido un impedimento para ello. 7 Pero ahora, al
escribir a tu caridad, esposa de Cristo, salto de gozo y
exulto contigo con el gozo del espíritu (cf. 1Tes 1,6),
8
porque tú –cual otra virgen santísima, santa Inés–
despreciando todas las vanidades de este mundo, te
has desposado admirablemente, con el Cordero in-
maculado (1Pe 1,19), que quita los pecados del mundo
(Jn 1,29).
I. Cartas

237
9
Dichosa, en verdad,
aquella a la que se le ha dado gozar
de este sagrado banquete (cf. Lc 14,15; Ap 19,9),
y apegarse con todas las fibras del corazón a aquel
10
cuya belleza admiran sin cesar
todos los bienaventurados ejércitos celestiales;
11
cuyo amor enamora,
cuya contemplación reanima,
cuya benignidad llena,
12
cuya suavidad colma,
cuyo recuerdo suavemente ilumina,
13
cuyo perfume hará revivir a los muertos,
cuya visión gloriosa hará dichosos
a todos los ciudadanos de la Jerusalén celestial
(cf. Ap 21,2.10):
14
él es esplendor de la gloria (cf. Heb 1,3),
reflejo de la luz perpetua
y espejo sin mancha (Sab 7,26).
15
Mira diariamente este espejo, oh reina, esposa de
Jesucristo, y observa constantemente en él tu rostro,
16
para que puedas así engalanarte toda entera, interior
y exteriormente, envuelta y ceñida con variedad de
galas (Sal 44,10), 17 y adornada, como corresponde a la
hija y esposa queridísima del Rey sumo, con las flores y
los vestidos de todas las virtudes. 18 Pues bien, en este
espejo resplandecen la bienaventurada pobreza, la santa
humildad y la inefable caridad, como lo podrás con-
templar, con la gracia de Dios, en todo el espejo.
19
Mira atentamente –te digo– en el comienzo
de este espejo, a la pobreza de aquel que fue coloca-
do en un pesebre y envuelto en pañales (cf. Lc 2,12).
Escritos de Clara de Asís
238

20
¡Oh admirable humildad, oh asombrosa pobreza!:
21
el Rey de los ángeles, el Señor del cielo y de la tierra
(cf. Mt 11,25), reclinado en un pesebre. 22 Y en el
centro del espejo considera la santa humildad, la bien-
aventurada pobreza y los múltiples trabajos y penalida-
des que él soportó por la redención del género huma-
no. 23 Y al final del mismo espejo contempla la inefable
caridad con la que quiso padecer en el leño de la cruz
y morir en él de la más infame de las muertes.
24
Por eso, el mismo espejo, colgado en el árbol de la
cruz, exhortaba a los que pasaban, a considerar estas
cosas, diciendo: 25 ¡Oh vosotros, todos los que pasáis
por el camino, mirad y ved si hay dolor como mi dolor!
(Lam 1,12). 26 Respondamos a una voz, con un sólo espí-
ritu, a quien así clama y gime: ¡Lo tendré siempre en mi
memoria, y mi alma se derretirá dentro de mí! (Lam 3,20).
27
Que tú, oh reina del Rey celestial, puedas inflamarte
cada vez más vivamente con el ardor de esta caridad.
28
Contemplando además sus indecibles delicias, sus
riquezas y honores perpetuos, 29 y suspirando con el
deseo y el amor ardientes de tu corazón, proclama:
30
¡Arrástrame en pos de ti,
correremos tras el olor de tus perfumes (Ct 1,3),
Esposo celestial!
31
Correré, y no desfalleceré,
hasta que me introduzcas en la bodega (Ct 2,4),
32
hasta que tu izquierda esté bajo mi cabeza
y tu derecha me abrace felizmente (cf. Ct 2,6; 8,3),
y me beses con el felicísimo beso de tu boca (cf. Ct 1,1).
33
Estando en esta contemplación, acuérdate de tu
pobrecilla madre, 34 sabiendo que yo he grabado
I. Cartas

239
indeleblemente en las tablas de mi corazón (cf. Prov 3,3;
2Cor 3,3) el feliz recuerdo que tengo de ti, al tenerte
por la más amada de todos.
35
¿Qué más? Guarde silencio la lengua de carne y
hable de mi amor a ti la lengua del espíritu. 36 Oh hija
bendita, porque la lengua de carne no podría en modo
alguno expresar más perfectamente el amor que te ten-
go, 37 te ruego que acojas benigna y devotamente lo
que imperfectamente te he escrito, viendo en ello, al
menos, el afecto materno que con caridad ardiente sien-
to a diario por ti y tus hijas, a las que te pido nos enco-
miendes encarecidamente en Cristo a mí y a mis hijas.
38
También mis hijas, sobre todo la prudentísima virgen
Inés, nuestra hermana, se encomiendan, cuanto pue-
den, a ti y a tus hijas.
39
Que te vaya bien, queridísima hija, a ti y a tus
hijas, hasta el trono de gloria del gran Dios (cf. Tit 2,13),
y orad por nosotras.
40
Por las presentes encomiendo a tu caridad, cuanto
puedo, a nuestros queridos hermanos Amado, amado
de Dios y de los hombres (cf. Eclo 45,1), y Buenaugurio,
portadores de estas letras. Amén.
1-3. 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2 / RCl 1,3; 10,5; TestCl
37; BenCl 5-6. 4. OfP ant 2; 2CtaF 52-53; FVCl 1; 1CtaCl 12.24;
3CtaCl 1; RCl 6,3. 7. 1CtaCl 3; 3CtaCl 3.5.9-10; CtaErm 2-3. 8-
9. 1CtaCl 8-11. 10. 3CtaCl 16. 11. 3CtaCl 14. 14. 3CtaCl 12. 15.
1CtaCl 12.24; 3CtaCl 12-13; 4CtaCl 4. 16. 1CtaCl 10-11. 18.
1CtaCl 16-17; 3CtaCl 7.25. 19. OfP 15,7; RCl 2,25; TestCl 45.
20. CtaO 27; 1CtaCl 15-17. 21. OfP 1,5; 14,1; AlD 2; Rnb 23,1
/ RCl 2,25. 22. Adm 6,1; 1CtaCl 14. 23. 2CtaCl 20; CtaErm 12.
25. OfP 6,1. 26. CtaErm 11. 33. CtaJac 1; 4CtaCl 5. 35. 2CtaCl
8. 37. 4CtaCl 5; TestCl 63. 39. 1CtaCl 35; 4CtaCl 39 / CtaErm 17
/ 2CtaCus 7; CtaAnt 2; 1CtaCl 35; 2CtaCl 24-26; 3CtaCl 42.
Escritos de Clara de Asís
240
II. Regla

241

II. REGLA
PROYECTO DE VIDA
Escritos de Clara de Asís
242
II. Regla

243

Es el escrito más querido, y más duramente gestado


por Clara, fruto de su larga lucha por el reconocimiento
de su identidad franciscana, y resonancia viva de sus
largos años de vida en la comunidad de San Damián y
de su discernida experimentación de una variada le-
gislación. El 10 de agosto de 1253, víspera de la muer-
te de la santa, ésta recibía de manos de un Hermano
Menor su Regla, aprobada con bula de Inocencio IV. La
bula lleva la fecha del 9 de agosto de 1253, pero
transcribe el texto que presentara Clara anteriormente
a la aprobación del cardenal Reinado –cardenal protec-
tor de la Orden de los Hermanos Menores y de la co-
munidad de San Damián–, y que éste aprobó el 16 de
septiembre de 1252.
Se apoya sobre todo en dos documentos con un
gran sentido de libertad y adaptación: en la Regla bulada
de Francisco, de 1223 y en la Regla hugoliniana. Primer
dato original: la voluntad expresa de vincular la Orden
de las Hermanas Pobres y la Regla a Francisco: «La for-
ma de vida de la Orden de las Hermanas Pobres insti-
tuida por el bienaventurado Francisco...» (RCl 1,1).
Como contrapartida, el genio de Clara, o mejor, la
inspiración carismática de la fundadora de la Segun-
da Orden, logra transformar una Regla apostólica en
una Regla típicamente contemplativa. Así, por ejem-
plo, se suprimen los capítulos sobre el apostolado
(cc. 3,10-14; 9; 12,1-2) y se introducen determinacio-
nes específicamente contemplativas sobre el silencio,
Escritos de Clara de Asís
244

la clausura y la separación del mundo. Sin embargo,


parecen más significativos los cambios cuando Fran-
cisco y Clara coinciden en el mismo tema
inspiracional, por ejemplo, en la exhortación a la po-
breza y a la caridad de los capítulos 2 y 10, respectiva-
mente. Lo más peculiar, sin duda, de toda la Regla si-
gue siendo el capítulo 6. Clara transcribe los dos escri-
tos programáticos legados por Francisco, la Forma de
vida y la Última voluntad, y recoge resumidamente el
Privilegio de la pobreza de 1228, otorgado por Gregorio
IX. La redacción, en forma de «memorial» y de precep-
to formal, a un tiempo, da a entender que estamos en
el corazón de la Regla.
La distribución en doce capítulos, añadida en la tra-
dición manuscrita al original de la bula, responde a cierta
comodidad temática y a una lógica jurídica, pero no
ayuda mucho a discernir la dinámica teológico-espiri-
tual que atraviesa la Regla. El esquema que sigue pue-
de iluminar las intenciones últimas del texto:
forma del santo Evangelio (RCl 1);
conversión a la pobreza (RCl 2);
vida en Cristo: participación litúrgica en el misterio
(RCl 3);
comunión de vida (RCl 4);
contemplación y clausura (RCl 5);
pobreza, gracia y opción (RCl 6-8,11);
fraternidad (RCl 8,12-10,5);
vocación de amor consumado (RCl 10,6-13);
virginidad (RCl 11);
fidelidad (RCl 12).
II. Regla

245

REGLA (=RCl)28

[1 Inocencio, obispo, siervo de los siervos de Dios.


2
A las amadas hijas en Cristo, la abadesa Clara y las
demás hermanas del monasterio de San Damián de
Asís: salud y bendición apostólica.
3
Suele acceder la Sede Apostólica a los piadosos
votos y acoger de buen grado los honestos deseos de
quienes le suplican. 4 Y ya que por vuestra parte se nos
ha pedido humildemente que tuviéramos a bien con-
firmar con la autoridad apostólica 5 la forma de vida
según la cual debéis vivir comunitariamente en uni-
dad de espíritus y con el voto de altísima pobreza (cf.
2Cor 8,2) 6 –forma de vida dada por el bienaventurado
Francisco y espontáneamente aceptada por vosotras, 7
que fue considerada digna de aprobación por nuestro
hermano el obispo de Ostia y Velletri, según consta
más ampliamente en el escrito que para ello hizo este
mismo obispo–, 8 Nos, accediendo a vuestros devotos
ruegos, y ratificando lo hecho por el citado obispo y
mostrándonos complacidos en ello, lo confirmamos con
28
En la traducción seguimos la trascripción del texto de la
Regla tal como es encuentra en la bula pontificia de aprobación,
que lo presenta de manera continua, sin ningún signo que permita
distinguir en ella capítulo alguno (Cf. FEDERAZIONE S. CHIARA DI ASSISI,
Chiara di Assisi e le sue fonti legislative: Sinossi cromatica, Edizioni
Messaggero, Padova, 2003). Por lo que se refiere a la división en
capítulos y versículos nos ajustamos a la seguida habitualmente
(Cf. Fontes Franciscani, 2291-2307).
Escritos de Clara de Asís
246

la autoridad apostólica y lo avalamos con la protección


de estas letras, 9 insertando en ellas literalmente el men-
cionado escrito, que dice así:
10
«Reinaldo, obispo de Ostia y de Velletri por la mi-
sericordia de Dios, a su queridísima en Cristo, madre
e hija, señora Clara, abadesa de San Damián de Asís, 11 y
a sus hermanas, tanto presentes como futuras: salud y
paternal bendición.
12
Ya que vosotras, amadas hijas en Cristo, despre-
ciasteis las pompas y placeres de este mundo, 13 y,
siguiendo las huellas del mismo Cristo (cf. 1Pe 2,21) y
de su santísima madre, elegisteis vivir corporalmente
encerradas y servir al Señor en suma pobreza para po-
der entregaros a Dios con libertad de espíritu, 14 Nos,
alabando en el Señor vuestro santo propósito, quere-
mos acoger de buen grado y con afecto paternal vues-
tros votos y santos deseos.
15
Por lo cual, accediendo a vuestros piadosos rue-
gos, con la autoridad del señor papa y la nuestra, con-
firmamos para siempre en favor vuestro y de cuantas
os sucedan en vuestro monasterio, y avalamos con la
protección del presente escrito, 16 la forma de vida y
modo de vivir en santa unidad y altísima pobreza (cf.
2Cor 8,2), que de palabra y por escrito os dio vuestro
bienaventurado padre san Francisco para que la obser-
varais, y que transcribimos en las presentes. 17 La cual
es así:»]
1-3. Rb bula 1-2; 1PrivP 1; 2PrivP 1; 4. Rb 6, 4; RCl 8, 4. 5.
TestCl 33. 6. RCl 6,1-4. 8. Rb bula 3. 12. 1CtaCl 5. 13. 2CtaF 13;
CtaO 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2; UltVol 1; RCl 6,7. 15. Rb bula 3-
4; 1PrivP 7; 2PrivP 7. 16. RCl 6,1-4; TestCl 33. 17. Rb bula 4.
II. Regla

247

CAPÍTULO I
En el nombre del Señor comienza la forma
de vida de las Hermanas Pobres

1
La forma de vida de la Orden de las Hermanas
Pobres, instituida por el bienaventurado Francisco, ES
ÉSTA: 2 OBSERVAR EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRIS-
TO, VIVIENDO EN OBEDIENCIA, SIN NADA PROPIO Y EN CASTIDAD29.
3
Clara, esclava indigna de Cristo y pequeña planta
del beatísimo padre Francisco, PROMETE OBEDIENCIA Y RE-
VERENCIA AL SEÑOR PAPA Inocencio Y A SUS SUCESORES
CANÓNICAMENTE ELEGIDOS Y A LA IGLESIA ROMANA.
4
Y así como al principio de su conversión, a una con
sus hermanas, prometió obediencia al bienaventurado
Francisco, de la misma manera promete obedecer
inviolablemente a sus sucesores. 5 Y LAS DEMÁS HERMANAS
ESTÁN siempre OBLIGADAS A OBEDECER A LOS SUCESORES del
bienaventurado FRANCISCO, a la hermana Clara, y a las
demás abadesas que, canónicamente elegidas, le su-
cedan.
1-2. Rnb 1,1; Rb 1,2; 12,5. 3. TestCl 37.48; BenCl 6 / Rnb pról
3-4; Rb 1,2-3. 4. RCl 6,1; TestCl 25.47. 5. Rnb pról 4; Rb 1,3;
TestCl 68.

29
Aquí y en el resto de la Regla ponemos en versalita todo
aquello que Clara toma de la Regla bulada de Francisco para los
Hermanos Menores, o, en su caso, de la Regla no bulada, la Forma
de vida y la Última voluntad para Clara y sus hermanas, haciendo
caso omiso de los lógicos cambios de género que hace la santa.
Escritos de Clara de Asís
248

CAPÍTULO II
Las que quieren abrazar esta vida,
y cómo deben ser recibidas

1
SI ALGUNA, POR INSPIRACIÓN DIVINA, VINIERA A NOSOTRAS
QUERIENDO ABRAZAR ESTA VIDA, la abadesa está obligada a
requerir el consentimiento de todas las hermanas; 2 y si
la mayor parte da su consentimiento, puede recibirla,
una vez obtenida la autorización de nuestro señor car-
denal protector.
3
Y si ve que debe ser recibida, EXAMÍNELA DILIGENTE-
MENTE, o haga que sea examinada, DE LA FE CATÓLICA Y LOS
SACRAMENTOS DE LA IGLESIA. 4 Y SI CREE EN TODO ELLO, Y QUIERE
PROFESARLO FIELMENTE, Y OBSERVARLO FIRMEMENTE HASTA EL FIN, 5 Y
NO TIENE marido, O, SI LO TIENE, éste ENTRÓ YA EN la vida
religiosa CON LA AUTORIZACIÓN DEL OBISPO DIOCESANO, Y EMITIÓ
YA EL VOTO DE CONTINENCIA; 6 y si ni lo avanzado de su
edad, ni enfermedad alguna, ni deficiencia mental le
impiden observar esta vida, 7 EXPÓNGASELE DILIGENTEMENTE
EL TENOR DE NUESTRA VIDA.
8
Y si es apta, DÍGANSELE LAS PALABRAS DEL SANTO EVANGE-
LIO: QUE VAYA Y VENDA TODAS SUS COSAS Y SE ESFUERCE POR DISTRI-
BUIRLAS ENTRE LOS POBRES (cf. Mt 19,21). 9 Y, SI NO PUDIERA
HACERLO, LE BASTA LA BUENA VOLUNTAD. 10 Y GUÁRDENSE la aba-
desa y sus hermanas DE PREOCUPARSE POR SUS COSAS TEM-
PORALES, DE MODO QUE HAGA LIBREMENTE CON ELLAS LO QUE EL
SEÑOR LE INSPIRE. 11 CON TODO, SI SE REQUIERE UN CONSEJO,
ENVÍENLA A ALGUNAS PERSONAS discretas y TEMEROSAS DE DIOS
(cf. Hch 13,16), CON CUYO CONSEJO SE DISTRIBUYAN SUS BIENES
ENTRE LOS POBRES. 12 Después, cortados los cabellos en
II. Regla

249
redondo y dejado el vestido seglar, CONCÉDALE tres TÚNI-
CAS y el manto. 13 Y, en adelante, NO LE ESTARÁ PERMITIDO
SALIR fuera del monasterio sin una causa útil, razonable,
manifiesta y que merezca aprobación. 14 Y, ACABADO EL
AÑO DE LA PROBACIÓN, SEA RECIBIDA A LA OBEDIENCIA, PROMETIENDO
OBSERVAR SIEMPRE ESTA VIDA y la forma de nuestra pobreza.
15
A ninguna se le conceda el velo antes de cumplido
el tiempo de la probación. 16 Además, las hermanas
podrán tener manteletas, para comodidad y decoro en
el servicio y en el trabajo. 17 Y la abadesa las provea con
discreción de ropas, SEGÚN la condición de las personas,
y LOS LUGARES, LOS TIEMPOS Y EL FRÍO DE LAS REGIONES, TAL COMO
LE PAREZCA QUE LO EXIGE LA NECESIDAD.
18
A las jovencitas recibidas en el monasterio antes
de la edad legal córtenles en redondo los cabellos y,
19
dejado el vestido seglar, pónganles una ropa religio-
sa, según vea la abadesa; 20 mas cuando alcancen la
edad legal, hagan su profesión, vistiéndose como las
demás. 21 Y, tanto a éstas como a las demás novicias,
provéales solícitamente la abadesa de una maestra, es-
cogida de entre las hermanas más discretas de todo el
monasterio, 22 que las instruya diligentemente en la vida
religiosa en común y las buenas costumbres según la
forma de nuestra profesión.
23
Obsérvense las normas anteriormente dichas en el
examen y admisión de las hermanas que sirven fuera
del monasterio, las cuales PUEDEN LLEVAR CALZADO. 24 No
resida con nosotras en el monasterio ninguna que no
haya sido recibida según la forma de nuestra profesión.
25
Y por el amor del santísimo y amadísimo Niño, en-
vuelto en pobrísimos pañales y reclinado en un pesebre
Escritos de Clara de Asís
250

(cf. Lc 2,12), y de su santísima madre, AMONESTO, rue-


go y EXHORTO A MIS HERMANAS QUE SE VISTAN SIEMPRE DE ROPAS
VILES.

1. Rnb 2,1; Rb 2,1. 3-4. Rb 2,2-3. 5. Rb 2,4. 7. Rnb 2,3. 8-11.


Rnb 2,6; Rb 6-8; Test 16. 12. Rnb 2,8; Rb 2,9. 13. Rnb 2,10; Rb
2,12-13 / Rnb 8,3.10; 9,16; Rb 3,9.12; RCl 3,11; 4,19; 5,17;
9,12; 11,8. 14. Rnb 2,9; Rb 2,11. 17. Rb 4,2. 23. RCl 9,12 / Rb
2,15. 25. 4CtaCl 19-21; TestCl 45 / UltVol 1 / Rnb 2,14-15; Rb
2,16-17.

CAPÍTULO III
El oficio divino, el ayuno, la confesión
y la comunión
1
Las hermanas que saben letras RECEN EL OFICIO DIVINO
SEGÚN la costumbre de los Hermanos Menores, POR LO
QUE PODRÁN TENER BREVIARIOS, leyendo sin canto. 2 Y a las
que por una causa razonable no puedan alguna vez
decir las horas leyendo, les está permitido decir los
Padrenuestros, como a las otras hermanas. 3 Y las que
no saben letras DIGAN VEINTICUATRO PADRENUESTROS POR MAITI-
NES; POR LAUDES, CINCO; 4 POR PRIMA, TERCIA, SEXTA Y NONA, POR
CADA UNA DE ESTAS HORAS, SIETE; POR VÍSPERAS, DOCE, Y POR
COMPLETAS, SIETE. 5 Digan también por los difuntos siete
Padrenuestros con el Requiem aeternam por vísperas,
y doce por maitines, 6 cuando las hermanas que saben
leer están obligadas a rezar el oficio de difuntos. 7 Y,
cuando fallezca alguna hermana de nuestro monaste-
rio, recen cincuenta Padrenuestros.
8
Las hermanas ayunen en todo tiempo. 9 Pero el día
de la Natividad del Señor, cualquiera que sea el día de
II. Regla

251
la semana en que caiga, pueden hacer dos comidas.
10
Las adolescentes, las débiles y las que sirven fuera del
monasterio sean dispensadas con misericordia, según
vea la abadesa. 11 CON TODO, EN TIEMPO DE MANIFIESTA NECESI-
DAD NO ESTÁN OBLIGADAS LAS HERMANAS AL AYUNO CORPORAL.
12
Confiésense, con autorización de la abadesa, al
menos doce veces al año. 13 Y deben guardarse de
decir entonces otras palabras que no sean las que con-
vienen a la confesión y la salvación de las almas. 14 Co-
mulguen siete veces, a saber: los días de la Natividad
del Señor, Jueves Santo, la Resurrección del Señor, Pen-
tecostés, la Asunción de la bienaventurada Virgen, en
la fiesta de san Francisco, y en la de Todos los Santos.
15
Para dar la comunión a las hermanas sanas y a las
enfermas, le está permitido al capellán celebrar dentro.
1-7. Rnb 3,3-10; Rb 3,1-3. 8-11. Rnb 3,11-13; Rb 3,5-8; 3CtaCl
29-37 / Rnb 8,3.10; 9,13-16; Rb 3,9.12; RCl 2,13; 4,19; 5,17;
9,12; 11,8. 12-14. Rnb 20,1-6.

CAPÍTULO IV
La elección y el oficio de la abadesa,
el capítulo, y las oficialas y discretas

1
En la elección de la abadesa las hermanas están
obligadas a observar la forma canónica. 2 Y procuren
con presteza tener al ministro general o provincial de
la Orden de los Hermanos Menores, 3 para que con la
palabra de Dios las instruya en la plena concordia y la
UTILIDAD COMÚN en la elección a hacer. 4 Y no se elija a
ninguna que no sea profesa. 5 Y si fuera elegida, o se
Escritos de Clara de Asís
252

les diera de otro modo, una no profesa, no se le obe-


dezca si no profesa antes la forma de nuestra pobreza.
6
CUANDO ÉSTA FALLEZCA, HÁGASE LA ELECCIÓN de otra abadesa.
7
Y SI EN ALGÚN MOMENTO PARECIERA A LA GENERALIDAD DE las
hermanas QUE dicha abadesa NO ES LA PERSONA ADECUADA
PARA EL SERVICIO Y LA UTILIDAD COMÚN, 8 LAS REFERIDAS HERMANAS,
lo antes que puedan, DEBERÁN ELEGIRSE OTRA, en la forma
indicada, para abadesa y madre.
9
Y la elegida considere qué carga ha tomado sobre
sí, y a quién HA DE DAR CUENTA de la grey que se le ha
encomendado (cf. Mt 12,36; Heb 13,17). 10 Y esfuér-
cese por ser la primera más por las virtudes y santas
costumbres que por su oficio, de modo que las herma-
nas, estimuladas por su ejemplo, le obedezcan más por
amor que por temor. 11 No tenga preferencias por algu-
nas de las hermanas, no sea que, amando más a unas,
escandalice a todas. 12 Consuele a las afligidas. Sea tam-
bién el último refugio de las atribuladas (cf. Sal 31,7),
no suceda que, por no encontrar en ella remedios salu-
dables, se apodere de las enfermas el mal de la deses-
peración. 13 Observe en todo la vida de comunidad,
pero sobre todo en la iglesia, el dormitorio, el refecto-
rio, la enfermería y en el vestido. 14 Y esto debe hacerlo
también, del mismo modo, su vicaria.
15
La abadesa está obligada a convocar a sus herma-
nas a capítulo al menos una vez por semana, 16 y en él,
tanto ella como las hermanas, deben confesar humilde-
mente las ofensas y negligencias comunes y públicas.
17
Y allí mismo presentará a todas sus hermanas los
asuntos que han de tratarse para utilidad y decoro del
monasterio, 18 pues «frecuentemente el Señor revela
II. Regla

253
al más joven lo que es mejor»30. 19 No contraiga deuda
alguna grave si no es con el consentimiento común de
las hermanas y en caso de manifiesta necesidad; y esto
hágalo por medio de un procurador. 20 Y guárdense la
abadesa y sus hermanas de recibir depósito alguno en
el monasterio, 21 pues de ahí surgen con frecuencia tur-
baciones y escándalos.
22
Para conservar la unidad del amor mutuo y de la
paz, todas las oficialas del monasterio han de elegirse
de común acuerdo por todas las hermanas. 23 Y de la
misma manera han de elegirse al menos ocho herma-
nas, de entre las más discretas, de cuyo consejo está
obligada a servirse siempre la abadesa en aquellas co-
sas que requiere la forma de nuestra vida. 24 Y las her-
manas pueden y deben, si les parece útil y convenien-
te, remover alguna vez de su cargo a las oficialas y
discretas, y elegir otras en su lugar.
1-8. Rb 8,1-4. 9. 1CtaF 2,22; 2CtaF 87; CtaA 8; Rnb 4,6; 16,4.
10-12. TestCl 61-63. 15. Rnb 18,1-2; Rb 8,2.5. 19. Rnb 8,3.10;
9,16; Rb 3,9.12; RCl, 2,33; 3,11; 5,17; 9,12; 11,8. 22. RCl 10,7;
TestCl 59.69.

CAPÍTULO V
El silencio, el locutorio y la reja
1
Las hermanas, excepto las que sirven fuera del
monasterio, guarden silencio desde la hora de com-
pletas hasta la de tercia. 2 Guarden también silencio siem-
pre en la iglesia, en el dormitorio, y en el refectorio

30
SAN BENITO, Regla, 3,3.
Escritos de Clara de Asís
254

mientras comen, 3 pero no en la enfermería, en la cual,


para recreación y servicio de las enfermas, les está per-
mitido a las hermanas hablar siempre, con discreción.
4
Siempre y en todo lugar pueden, sin embargo, insi-
nuar, brevemente y en voz baja, cuanto sea necesario.
5
No está permitido a las hermanas hablar en el locu-
torio o en la reja sin permiso de la abadesa o de su
vicaria. 6 Y las que tienen permiso para ir al locutorio,
no se atrevan a hablar si no están presentes y las escu-
chan dos hermanas. 7 Y no osen acercarse a la reja si no
están presentes al menos tres hermanas, designadas
por la abadesa o su vicaria de entre las ocho discretas,
elegidas por todas las hermanas para consejeras de la
abadesa. 8 Estas normas sobre el hablar están obligadas
a observarlas también la misma abadesa y su vicaria. 9 Y
esto no se haga en la reja sino rarísimamente, y de
ningún modo se haga en la puerta.
10
A la reja póngasele por dentro un paño que no se
corra sino cuando se predique la palabra de Dios o al-
guna hermana haya de hablar con alguien. 11 Tenga,
además, una puerta de madera con dos cerraduras dis-
tintas de hierro, y perfectamente asegurada con sus
batientes y cerrojos, 12 para que, sobre todo por la no-
che, se cierre con dos llaves, una de las cuales tendrá
la abadesa, y la otra la sacristana; 13 y esté siempre ce-
rrada, excepto cuando se oye el oficio divino y por las
causas anteriormente mencionadas.
14
Ninguna hablará jamás con nadie en la reja, antes
de la salida del sol o después de su ocaso. 15 Y el locu-
torio tenga siempre por dentro un paño, que nunca se
corra. 16 En la cuaresma de san Martín y en la cuaresma
II. Regla

255
mayor ninguna hable en el locutorio, 17 si no es para
confesarse con el sacerdote o por otra necesidad mani-
fiesta, lo que queda reservado a la disposición de la
abadesa o de su vicaria.
1. REr 3; Rnb 11,2. 11-13. RCl 11,3-4. 14. RCl 11,8. 17. Rnb
8,3.10; 9,16; Rb 3,9.12; RCl 2,13; 3,11; 4,19; 9,12; 11,8.

CAPÍTULO VI
Las promesas del bienaventurado Francisco,
y que no tengan posesiones
1
Después que el altísimo Padre celestial se dignó,
por su gracia, iluminar mi corazón, para que hiciera
penitencia según el ejemplo y la doctrina de nuestro
beatísimo padre san Francisco, poco después de su
conversión, voluntariamente le prometí obediencia a
una con mis hermanas.
2
Y considerando el bienaventurado padre que no
temeríamos pobreza alguna, ni trabajo, ni tribulación,
ni afrenta, ni desprecio del mundo, sino que, al contra-
rio, todas estas cosas las tendríamos por grandes deli-
cias, movido a piedad escribió para nosotras la Forma
de vida en estos términos: 3 «YA QUE, POR DIVINA INSPIRA-
CIÓN, OS HABÉIS HECHO HIJAS Y ESCLAVAS DEL ALTÍSIMO Y SUMO REY,
PADRE CELESTIAL, Y OS HABÉIS DESPOSADO CON EL ESPÍRITU SANTO,
ELIGIENDO VIVIR SEGÚN LA PERFECCIÓN DEL SANTO EVANGELIO, 4 QUIERO
Y PROMETO DISPENSAROS SIEMPRE, POR MÍ MISMO Y POR MEDIO DE MIS
HERMANOS, Y COMO A ELLOS, UN AMOROSO CUIDADO Y UNA ESPECIAL
SOLICITUD»: 5 lo que cumplió diligentemente mientras vi-
vió, y quiso que sus hermanos cumplieran siempre.
Escritos de Clara de Asís
256

6
Y para que, ni nosotras ni cuantas vinieran des-
pués de nosotras, nos separáramos jamás de la santísi-
ma pobreza que habíamos abrazado, poco antes de
su muerte nos escribió de nuevo, comunicándonos su
última voluntad: 7 «YO EL HERMANO FRANCISCO, PEQUEÑUELO,
QUIERO SEGUIR LA VIDA Y LA POBREZA DEL ALTÍSIMO SEÑOR NUES-
TRO JESUCRISTO Y DE SU SANTÍSIMA MADRE, Y PERSEVERAR EN ELLA
HASTA EL FIN (cf. Mt 10,22); 8 Y OS RUEGO , SEÑORAS MÍAS , Y
OS ACONSEJO , QUE VIVÁIS SIEMPRE EN ESTA SANTÍSIMA VIDA Y
POBREZA . 9 Y CUIDAOS MUCHO , PARA QUE DE NINGÚN MODO, NI
POR LA ENSEÑANZA NI POR EL CONSEJO DE NADIE , OS APAR TÉIS
JAMÁS DE ELLA .»
10
Y así como yo, a una con mis hermanas, fui siem-
pre solícita en guardar la santa pobreza que prometi-
mos al Señor Dios y al bienaventurado Francisco, 11 así
también las abadesas que me sucedan en el oficio, y
todas las demás hermanas, están obligadas a obser-
varla hasta el fin inviolablemente, 12 es decir, no reci-
biendo ni teniendo, NI DIRECTAMENTE NI POR INTERMEDIARIOS,
posesión o propiedad alguna, 13 ni nada que razona-
blemente pueda considerarse propiedad, 14 a no ser
la porción de tierra que exige el necesario decoro y
aislamiento del monasterio; 15 y esa tierra no se cultive
sino como huerto, para las necesidades de las mismas
hermanas.

1. TestCl 24-25 / Test 1. 2. 3CtaCl 38-39; TestCl 24-29.34. 3-


4. FVCl 1-2 / OfP ant 2; 4CtaCl 4; TestCl 49. 7-9. UltVol 1-3.
10-11. TestCl 40-41. 14-15. TestCl 53-55.
II. Regla

257
CAPÍTULO VII
El modo de trabajar
1
Las hermanas, A LAS QUE EL SEÑOR HA DADO LA GRACIA DE
TRABAJAR, después de la hora de tercia TRABAJEN FIEL Y DEVOTA-
MENTE EN ALGÚN TRABAJO HUMILDE Y HONESTO Y DE UTILIDAD COMÚN,
2
DE MODO QUE, DESECHANDO «LA OCIOSIDAD, ENEMIGA DEL ALMA»31,
NO APAGUEN EL ESPÍRITU DE LA SANTA ORACIÓN Y DEVOCIÓN (cf.
1Tes 5,19), AL QUE LAS DEMÁS COSAS TEMPORALES DEBEN SERVIR.
3
Y la abadesa o su vicaria está obligada a distribuir,
en capítulo y ante todas las hermanas, lo que produ-
cen con sus manos. 4 De igual modo hará si alguien
enviara alguna limosna para las necesidades de las her-
manas, a fin de que se encomiende en común al do-
nante. 5 Y la abadesa o su vicaria, con el consejo de las
discretas, distribuya todo ello para UTILIDAD COMÚN.
1-2. Rnb 7,3 / CtaAnt 2; Rnb 7,11-12; Rb 5,1-2; Test 20.

CAPÍTULO VIII
Nada se apropien las hermanas, la mendicación,
y el amor mutuo
LAS HERMANAS NO SE APROPIEN NADA PARA SÍ, NI CASA, NI
1

LUGAR, NI COSA ALGUNA. 2 Y, CUAL PEREGRINAS Y EXTRANJERAS EN


ESTE MUNDO (cf. 1Pe 2,11; Sal 38,13), SIRVIENDO AL SEÑOR EN
POBREZA Y HUMILDAD, manden POR LIMOSNA CONFIADAMENTE; 3 Y
NO TIENEN POR QUÉ AVERGONZARSE, PUES EL SEÑOR SE HIZO POBRE
POR NOSOTROS EN ESTE MUNDO (cf. 2Cor 8,9).
31
SAN BENITO, Regla, 48,1.
Escritos de Clara de Asís
258

4
ÉSTA ES LA EXCELENCIA DE LA ALTÍSIMA POBREZA (2Cor 8,2),
LA QUE A VOSOTRAS, QUERIDÍSIMAS HERMANAS MÍAS,
OS HA CONSTITUIDO HEREDERAS Y REINAS DEL REINO DE LOS CIELOS
(cf. Sant 2,5; Mt 5,3; Lc 6,20),
OS HA HECHO POBRES DE COSAS Y SUBLIMADO EN VIRTUDES
(cf. Sant 2,5).
5
SEA ÉSTA VUESTRA PORCIÓN,
LA QUE CONDUCE A LA TIERRA DE LOS VIVIENTES (cf. Sal 141,6).
6
ADHIRIÉNDOOS TOTALMENTE A ELLA,
AMADÍSIMAS HERMANAS,
POR EL NOMBRE DE NUESTROSEÑOR JESUCRISTO
y de su santísima madre
JAMÁS QUERÁIS TENER NINGUNA OTRA COSA BAJO EL CIELO.
7
No está permitido a ninguna hermana enviar car-
tas, ni recibir algo o darlo a alguien fuera del monaste-
rio, sin autorización de la abadesa. 8 Y tampoco le está
permitido tener cosa alguna que no le haya sido dada
o permitida por la abadesa. 9 Y si los parientes u otras
personas le mandan algo, la abadesa haga que se lo
den. 10 Y ella, si tiene necesidad, puede utilizarlo; pero
si no la tiene, compártalo caritativamente con la her-
mana que lo necesite. 11 Pero si le envían dinero, la
abadesa, con el consejo de las discretas, haga que se
le provea de lo que necesite.
12
Con respecto a las hermanas enfermas, la abadesa
está firmemente obligada a averiguar con solicitud, por
sí misma y por medio de las demás hermanas, qué es lo
que requiere su enfermedad en cuanto a consejos, ali-
mento y demás cosas necesarias, 13 y a proveerlas de
ello caritativa y misericordiosamente, según las posibi-
lidades del lugar. 14 Pues todas deben atender y SERVIR a
II. Regla

259
sus HERMANAS ENFERMAS COMO QUERRÍAN ELLAS SER SERVIDAS (cf.
Mt 7,12) si tuvieran alguna enfermedad.15 Y CON TOTAL
CONFIANZA MANIFIESTE LA UNA A LA OTRA SU NECESIDAD, 16 PORQUE
SI LA MADRE AMA Y NUTRE A SU HIJA CARNAL (cf. 1Tes 2,7),
¡CUÁNTO MÁS AMOROSAMENTE DEBE CADA UNA AMAR Y NUTRIR A SU
HERMANA ESPIRITUAL!
17
Las enfermas descansen en jergones de paja y ten-
gan para la cabeza almohadas de plumas; 18 y las que
necesiten calcetines de lana y colchones pueden usar-
los. 19 Y cuando a dichas enfermas las visiten los que
entran en el monasterio, podrá cada una responder a
quienes les hablen diciéndoles con brevedad algunas
buenas palabras. 20 Pero las demás hermanas que están
autorizadas para ello, no se atrevan a hablar con los que
entran en el monasterio, si no están presentes y las
escuchan dos hermanas discretas, designadas por la aba-
desa o su vicaria. 21 Estas normas sobre el hablar están
obligadas a observarlas también la abadesa y su vicaria.
1-6. Rb 1-6. 1. Rnb 7,13. 2. Test 24. 4-5. 1CtaCl 30; 2CtaCl 23;
ExhCl 5-6. 11. Rnb 8,3.12; Rb 4,1-3. 12-13. Rnb 10,1-2; Rb
4,2; 6, 9. 14. Adm 18,1; 24; Rnb 10,1; Rb 6,9. 15-16. Rnb 9,10-
11; Rb 6,8. 18. Rb 2,15; RCl 2,23. 21. RCl 5,8.

CAPÍTULO IX
La penitencia que se ha de imponer
a las hermanas que pecan,
y las hermanas que sirven fuera del monasterio
1
SI ALGUNA DE LAS HERMANAS, POR INSTIGACIÓN DEL ENEMIGO,
PECARA MORTALMENTE contra la forma de nuestra profesión,
y, amonestada dos o tres veces por la abadesa o por
Escritos de Clara de Asís
260

las demás hermanas, 2 no se enmendara, coma en tierra


en el refectorio pan y agua, ante todas las hermanas,
los días en que se mantenga en su actitud; 3 y se la
podrá someter a una pena más grave, si así le parecie-
ra a la abadesa. 4 Y mientras se mantenga en su actitud,
récese para que el Señor ilumine su corazón para que
haga penitencia.
5
Y la abadesa y sus hermanas DEBEN EVITAR AIRARSE Y
TURBARSE POR EL PECADO DE ALGUNO, 6 PORQUE LA IRA Y LA TURBA-
CIÓN IMPIDEN EN SÍ Y EN LOS OTROS LA CARIDAD.
7
Si sucediera, ¡lejos de nosotras!, que una palabra o
un gesto entre hermana y hermana fueran, en alguna
ocasión, motivo de turbación o escándalo, 8 inmediata-
mente, y antes de presentar la ofrenda de su oración al
Señor (cf. Mt 5,23), la que haya sido causa de la turba-
ción no sólo ha de postrarse con humildad a los pies de
la otra pidiendo perdón, 9 sino que además ha de su-
plicarle con simplicidad que ruegue al Señor para que
sea indulgente con ella. 10 Y la otra, acordándose de
aquellas palabras del Señor: Si no perdonáis de cora-
zón, tampoco vuestro Padre celestial os perdonará a
vosotros (cf. Mt 6,15; 18,35), 11 perdone con generosi-
dad a su hermana toda injuria.
12
Las hermanas que sirven fuera del monasterio no
permanezcan largo tiempo fuera de él, a no ser que lo
exija una necesidad manifiesta. 13 Y deberán compor-
tarse honestamente y hablar poco, a fin de que puedan
servir siempre de edificación a quienes las vean. 14 Y
guárdense FIRMEMENTE DE TENER con alguien RELACIONES O
CONSEJOS QUE ENGENDREN SOSPECHA. 15 Y NO SEAN MADRINAS DE
VARONES NI DE MUJERES, PARA QUE NO SEA ELLO OCASIÓN DE
II. Regla

261
murmuración o turbación. 16 Y no se atrevan a introdu-
cir en el monasterio los rumores del mundo. 17 Y están
firmemente obligadas a no contar fuera del monasterio
nada de lo que se dice o hace dentro de él, que pueda
ser causa de escándalo. 18 Y si alguna, por simplicidad,
faltara en estas dos cosas, queda a la decisión de la
abadesa IMPONERLE LA PENITENCIA CON MISERICORDIA. 19 Pero si
alguna lo hiciera por vicio, la abadesa, con el consejo
de las discretas, impóngale la penitencia que corres-
ponde a la culpa.
1-2. CtaM 14; Rnb 5,5-6; 13,1; Rb 7,2. 5-6. 2CtaF 44; CtaM 15;
Adm 11,2; Rnb 5,7-8; Rb 7,3. 10-11. ParPN 8; Rnb 21,5-6. 12.
Rnb 8,3.10; 9,16; Rb 3,9.12; RCl 2,13; 3,11; 4,19; 5,17; 11,8.
13. Rnb 11,1; Rb 3,10. 14. Rnb 12,1-2; Rb 11,1. 15. Rb 11,3.
18. Rb 7,2.

CAPÍTULO X
La amonestación y corrección de las hermanas
1
La abadesa AMONESTE Y VISITE A SUS HERMANAS, Y CORRÍJALAS
HUMILDE Y CARITATIVAMENTE, NO MANDÁNDOLES COSA ALGUNA QUE
VAYA EN CONTRA DE SU ALMA y de la forma de nuestra profe-
sión. 2 Y LAS HERMANAS QUE SON SÚBDITAS, RECUERDEN QUE RE-
NUNCIARON POR DIOS A SUS PROPIOS QUERERES. 3 POR ESO están
FIRMEMENTE OBLIGADAS A OBEDECER a sus abadesas EN TODO LO
QUE PROMETIERON AL SEÑOR OBSERVAR Y NO VA EN CONTRA DEL
ALMA y de nuestra profesión. 4 Y la abadesa TENGA CON
ELLAS TANTA FAMILIARIDAD, QUE LAS HERMANAS PUEDAN HABLARLE
Y COMPORTARSE CON ELLA COMO LAS SEÑORAS con su esclava;
5
PUES ASÍ DEBE SER, QUE la abadesa SEA esclava DE TODAS LAS
HERMANAS (cf. Mt 20,26-27).
Escritos de Clara de Asís
262

6
AMONESTO Y EXHORTO EN EL SEÑOR JESUCRISTO A LAS HERMA-
NAS, A QUE SE GUARDEN DE TODA SOBERBIA, VANAGLORIA, ENVIDIA,
AVARICIA (cf. Lc 12,15), PREOCUPACIÓN Y AFÁN DE ESTE MUNDO
(cf. Mt 13,22; Lc 21,34), DIFAMACIÓN Y MURMURACIÓN, di-
sensión y división. 7 Sean, en cambio, solícitas por man-
tener entre todas la unidad del amor mutuo, que es el
vínculo de la perfección (cf. Col 3,14).
8
Y LAS QUE NO SABEN LETRAS NO SE PREOCUPEN DE APRENDER-
LAS; 9 APLÍQUENSE, EN CAMBIO, EN AQUELLO QUE POR ENCIMA DE
TODO DEBEN DESEAR: TENER EL ESPÍRITU DEL SEÑOR Y SU SANTA
OPERACIÓN, 10 ORAR CONTINUAMENTE AL SEÑOR CON UN CORAZÓN
PURO, Y TENER HUMILDAD, PACIENCIA EN LA PERSECUCIÓN Y EN LA
ENFERMEDAD, 11 Y AMAR A LOS QUE NOS PERSIGUEN (cf. Mt 5,44)
Y REPRENDEN Y ACUSAN, 12 PORQUE DICE EL SEÑOR: DICHOSOS LOS
QUE PADECEN PERSECUCIÓN POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE
ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS (Mt 5,10). 13 Y EL QUE PERSE-
VERE HASTA EL FIN, ÉSE SE SALVARÁ (Mt 10,22).

1. Rnb 4,2; Rb 10,1. 2-3. Adm 2,3; 3,3.10; Rnb 4,3; Rb 10,2-3;
TestCl 67-68. 4. Adm 24,2; Rb 10,5-6; TestCl 65-66. 5. Rnb
5,9-12; Rb 10,6; 1CtaCl 2; 2CtaCl 3; 3CtaCl 2; 4CtaCl 2; TestCl
37.79. 6. Rnb 17,9; Rb 10,7 / 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb 8,2; 9,14
/ CtaM 15; Adm 24; Rnb 7,15; 11,7; Rb 10,7. 7. RCl 4,22;
TestCl 59-60. 8-13. Rb 10,7-12.

CAPÍTULO XI
La observancia de la clausura
1
La portera sea madura en sus costumbres, discreta
y de edad conveniente; y durante el día esté en una
celdita abierta y sin puerta. 2 Asígnesele una compañe-
ra idónea, que, cuando sea necesario, haga sus veces
en todo.
II. Regla

263
3
Y la puerta esté perfectamente asegurada con dos
cerraduras distintas de hierro, con batientes y cerro-
jos, 4 para que, sobre todo por la noche, se cierre
con dos llaves, una de las cuales tendrá la portera y la
otra la abadesa; 5 de día no se la deje en ningún mo-
mento sin vigilancia, y esté firmemente cerrada con
una llave.
6
Pongan sumo cuidado y procuren que nunca esté
abierta la puerta, salvo lo imprescindible. 7 Y no se
abra absolutamente a nadie que quiera entrar, si no se
lo ha concedido el sumo pontífice o nuestro señor car-
denal. 8 Y las hermanas no permitan que entre nadie
en el monasterio antes de la salida del sol o que
permanezca en su interior después de su ocaso, a no
ser que lo exija una causa manifiesta, razonable e
inevitable.
9
Si para la bendición de la abadesa o para la consa-
gración religiosa de alguna de las hermanas, o por otra
causa, se le concediera a algún obispo celebrar la misa
dentro, conténtese con que sus acompañantes y minis-
tros sean los menos posibles y los más ejemplares. 10 Y
cuando sea necesario que alguien entre en el monaste-
rio para hacer algún trabajo, la abadesa ponga cuida-
dosamente a la puerta la persona adecuada, 11 que la
abra únicamente a los empleados en el trabajo y no a
otros. 12 Pongan, entonces, las hermanas sumo cuidado
para que no las vean los que entran.

3-4. RCl 5,11-12. 7. REr 7-9; Rb 11,2. 8. RCl 5,14 / Rnb 8,3.10;
9,16; Rb 3,9.12; RCl 2,13; 3,11; 4,19; 5,17; 9,12.
Escritos de Clara de Asís
264

CAPÍTULO XII
El visitador, el capellán, y el cardenal protector
Conclusión

1
Nuestro visitador sea siempre de la Orden de los
Hermanos Menores, de acuerdo con la voluntad y el
mandato de nuestro cardenal. 2 Y sea tal que su
ejemplaridad y buenas costumbres sean notorias. 3 Será
su tarea corregir, tanto en la cabeza como en los miem-
bros, las faltas cometidas contra la forma de nuestra
profesión. 4 Y, estando en un lugar público, de modo
que pueda ser visto por los demás, podrá hablar con
varias de las hermanas y con cada una de ellas, sobre
lo que compete a su oficio de visitador, según le pa-
rezca más conveniente.
5
Y así como, misericordiosamente, hemos tenido
siempre de dicha Orden de los Hermanos Menores un
capellán, con un compañero clérigo de buena fama y
cuidada discreción, 6 y dos hermanos laicos amantes
de la vida religiosa y de la ejemplaridad de vida, para
ayuda en nuestra pobreza, 7 pedimos a la misma Or-
den que, por el amor de Dios y del bienaventurado
Francisco, continúe otorgándonos esta gracia.
8
No le está permitido al capellán entrar en el mo-
nasterio sin su compañero; 9 y cuando entren, estén en
lugar público, de modo que puedan verse siempre el
uno al otro y ser vistos por los demás. 10 Les está per-
mitido entrar para confesar a las enfermas que no pue-
dan ir al locutorio, para administrarles la comunión y la
extremaunción y hacerles la recomendación del alma.
II. Regla

265
11
Y para las exequias y misas solemnes de las difuntas,
y para excavar o abrir la sepultura o también para pre-
pararla, pueden entrar las personas idóneas y suficien-
tes según la previsión de la abadesa.
12
ADEMÁS, las hermanas están firmemente obligadas
a tener siempre como GOBERNADOR, PROTECTOR Y CORRECTOR
nuestro a aquel CARDENAL DE LA SANTA IGLESIA ROMANA que
sea designado por el señor papa para los Hermanos
Menores; 13 PARA QUE, SIEMPRE SOMETIDAS Y SUJETAS A LOS PIES DE
LA MISMA SANTA IGLESIA, FIRMES EN LA FE CATÓLICA (cf. Col 1,23),
OBSERVEMOS perpetuamente LA POBREZA Y LA HUMILDAD DE
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO y de su santísima madre, Y EL
SANTO EVANGELIO QUE FIRMEMENTE PROMETIMOS. Amén.

8. Rb 11,3. 12-13. Rb 3-4; Test 33-34; TestCl 44-47 / BenCl 15.

[18 Dada en Perusa, a dieciséis de septiembre, en el


año décimo del pontificado del señor papa Inocencio IV.
19
Por tanto, a nadie absolutamente le está permitido
quebrantar esta escritura de nuestra confirmación, o con
osadía temeraria ir contra ella. 20 Mas si alguno se atre-
viera a atentar contra esto, sepa que incurrirá en la in-
dignación de Dios todopoderoso y de sus bienaventu-
rados apóstoles Pedro y Pablo.
21
Dada en Asís, a nueve de agosto, en el undécimo
año de nuestro pontificado.]

19-20. Rb bula, 5-6; 1PrivP 9-11; 2PrivP 8-9.


Escritos de Clara de Asís
266
III. Testamento y Bendición

267

III. TESTAMENTO Y BENDICIÓN


FIDELIDAD
• Testamento (TestCl)
• Bendición (BenCl)
Escritos de Clara de Asís
268
III. Testamento y Bendición

269

La enfermedad mantuvo postrada a Clara en el lecho


durante varios años, haciendo temer, sobre todo en los
últimos meses de su vida, que en cualquier momento le
pudiera llegar la muerte y no viera cumplido el sueño
de ver aprobada su Regla. Fue probablemente en el marco
de alguna de las crisis de su enfermedad –en todo caso
antes de la aprobación de la Regla por el cardenal protec-
tor, en septiembre de 1252–, cuando Clara dictó su Tes-
tamento, al que concede un cierto valor normativo (TestCl
79), tal vez como sustitutivo de una Regla para las Her-
manas Pobres cuya aprobación no acababa de llegar.
La lectura del TESTAMENTO de Clara exige distinguir
diversos niveles. El primero consiste en dejarse llevar
por su movimiento interno. Clara comienza agradecien-
do su vocación al Padre de las misericordias (vv. 1-23) y
recordando la historia de la salvación realizada por me-
diación de su siervo Francisco, historia en que se enca-
denan dos momentos fundacionales: el de la conversión
y el de la forma de vida plasmada en la Regla (vv. 24-
36). En consecuencia, exhorta a las hermanas presentes
y venideras a la fidelidad, primero, a la pobreza (vv. 37-
55) y, segundo, a la comunión en la caridad, destacan-
do el papel singular que en ella tiene la que es herma-
na, sierva y madre de la comunidad (vv. 56-70). Apela
a la gracia de Dios, pues lo que fue su obra ha de ser
también su consumación (vv. 71-78), y termina dicien-
do que les deja este escrito como signo de la bendición
del Señor, de la de Francisco y de la suya propia (v. 79).
El segundo nivel de lectura debería discernir, entre
líneas, los centros de fidelidad que Clara quiere afirmar:
la vocación evangélico-franciscana; la opción inalienable
Escritos de Clara de Asís
270

por la pobreza radical; el mandamiento del amor mu-


tuo, fundamento de toda vida en comunidad; la vincu-
lación institucional y espiritual a los Hermanos Meno-
res; la figura de la abadesa, tan decisiva; la sabiduría de
una forma de vida que exige en la persona la incondi-
cionalidad de la fe, etc. Y a la luz de dichos temas,
cabría una confrontación con el momento actual de la
vida de clarisa. ¿No es ésa la aventura postconciliar de
la vida contemplativa: afirmar los centros, relativizar los
detalles y posibilitar una renovación?
El tercer nivel vendría dado por la conciencia profética
de Clara. Pero al final, como Francisco, ella se transciende
a sí misma, y el Testamento entero se abre en alabanza
de la gracia de Dios. Bastaría recorrer las expresiones
de los vv. 1-32 y 71-78, principio y conclusión, y el
vocabulario heredado de Francisco: misericordia, bene-
ficios, don... La vocación franciscana planta sus raíces en
la más profunda concepción bíblica de Dios-ágape.
Aunque no faltan quienes dudan de la autenticidad
del TESTAMENTO, éste responde a una tradición muy anti-
gua, y a favor de su autenticidad hablan los ecos que
de él pueden percibirse en la Legenda Sanctae Clarae.
La misma tradición asocia a él la BENDICIÓN de Clara
en su lecho de muerte, que muy bien pudiera ser una
«reportatio», es decir, un texto elaborado por alguien
distinto de Clara a partir de la bendición de ésta a sus
hermanas y de las diversas exhortaciones y recomen-
daciones de la santa en sus últimos días.
Se apropia la bendición aaronítica, tan querida de
Francisco, la incorpora a la comunión universal; bendi-
ce y exhorta.
III. Testamento y Bendición

271

TESTAMENTO (=TestCl)32 1
1. La gracia de la vocación y la elección
1
En el nombre del Señor. Amén.
2
Entre los múltiples dones que hemos recibido y
diariamente recibimos del que nos da con esplendi-
dez, el Padre de las misericordias (2Cor 1,3), y por los
que mayormente debemos dar gracias al mismo Padre
glorioso, está el de nuestra vocación, 3 pues cuanto
más perfecta y mayor es, tanto más es lo que le debe-
mos a él. 4 Por eso dice el apóstol: Conoce tu vocación
(cf. 1Cor 1,26). 5 El Hijo de Dios se ha hecho para
nosotras camino (cf. Jn 14,6), que nos mostró y ense-
ñó de palabra y con el ejemplo (cf. Jn 14,6; 1Tim 4,12),
nuestro beatísimo padre Francisco, verdadero amante
e imitador suyo.
6
Debemos, pues, considerar, amadas hermanas, los
inmensos dones que Dios ha derramado sobre nosotras.
7
Y, entre ellos, los que se ha dignado concedernos por
medio de su siervo amado, nuestro bienaventurado pa-
dre Francisco, 8 no sólo después de nuestra conversión,
sino incluso cuando nos encontrábamos en medio de las
miserables vanidades del mundo. 9 Pues el mismo san-
to, cuando aún no tenía hermanos ni compañeros, casi

32
En nuestra traducción seguimos la última edición crítica de
este escrito, llevada a cabo por Giovanni Boccali y publicada en
Fontes Franciscani, 2311-2319.
Escritos de Clara de Asís
272

inmediatamente después de su conversión, 10 mientras


edificaba la iglesia de San Damián, y alcanzado de lle-
no por el consuelo divino se sintió impulsado a aban-
donar totalmente el mundo, 11 movido por una gran
alegría e iluminación del Espíritu Santo, profetizó acer-
ca de nosotras lo que más tarde cumplió el Señor.
12
En efecto, encaramándose entonces sobre el muro
de dicha iglesia, decía a voces, en lengua francesa, a
unos pobres que vivían cerca de allí: 13 «Venid y
ayudadme en la obra del monasterio de San Damián,
14
porque vivirán en él unas señoras, con cuya famosa y
santa vida religiosa en común será glorificado nuestro
Padre celestial (cf. Mt 5,16) en toda su santa Iglesia».
15
En esto, pues, podemos considerar la copiosa be-
nignidad de Dios para con nosotras, 16 pues él, por su
abundante misericordia y caridad, se dignó decir, por
medio de su santo, estas cosas acerca de nuestra voca-
ción y elección (cf. 2Pe 1,10). 17 Y nuestro beatísimo
padre Francisco profetizó esto no sólo de nosotras, sino
también de todas aquellas que habían de venir para
seguir la santa vocación a la que nos llamó el Señor.
18
¡Con cuánta solicitud y con cuánto empeño del alma
y del cuerpo debemos guardar, pues, los mandatos de
Dios y de nuestro padre, para que, con la ayuda del
Señor, restituyamos multiplicado el talento recibido!
19
Porque el mismo Señor nos puso a nosotras y nuestra
forma de vida como ejemplo y espejo no sólo para los
demás, sino también para nuestras hermanas, a las que
llamó el Señor a nuestra vocación, 20 con el fin de que
también ellas sean espejo y ejemplo para los que viven
en el mundo. 21 Habiéndonos, pues, llamado el Señor
III. Testamento y Bendición

273
a cosas tan grandes, de modo que en nosotras puedan
mirarse como en un espejo aquellas que son ejemplo
y espejo para los demás, 22 estamos muy obligadas a
bendecir y alabar a Dios, y a afianzarnos más y más en
el Señor para hacer el bien. 23 Por ello, si vivimos según
dicha forma, dejaremos a los demás un noble ejemplo
(cf. 2Mac 6,28.31), y con poquísimo trabajo consegui-
remos el premio de la eterna bienaventuranza.

1. Rnb 4,1; 24,1; Rb 1,1. 2. 2CtaCl 3; TestCl 58; BenCl 12. 5.


Adm 7,4; RCl 6,1. 23. 3CtaCl 3; CtaErm 5.

2. Conversión y orígenes de las Hermanas Pobres


DESPUÉS33 DE QUE EL ALTÍSIMO PADRE CELESTIAL SE DIGNÓ, POR
24

su misericordia y SU GRACIA, ILUMINAR MI CORAZÓN PARA QUE


HICIERA PENITENCIA SEGÚN EL EJEMPLO Y LA DOCTRINA DE NUESTRO
BEATÍSIMO PADRE FRANCISCO, 25 POCO DESPUÉS DE SU CONVERSIÓN,
VOLUNTARIAMENTE LE PROMETÍ OBEDIENCIA, A UNA CON LAS pocas
HERMANAS que el Señor me había dado a raíz de mi con-
versión, 26 según la luz de la gracia que el Señor nos
había dado por medio de su admirable vida y doctrina34.
27
Y, CONSIDERANDO FRANCISCO QUE, aunque éramos débi-
les y frágiles corporalmente, no rehusábamos indigen-
cia alguna, ni POBREZA, NI TRABAJO, NI TRIBULACIÓN, NI AFRENTA,
NI DESPRECIO DEL MUNDO, 28 SINO QUE, AL CONTRARIO, siguiendo
el ejemplo de los santos y de sus hermanos, TODAS ESTAS
COSAS LAS TENÍAMOS POR GRANDES DELICIAS –como lo había

33
Ponemos en versalita todas las frases comunes a este escrito
de Clara y a su Regla.
34
Cf. RCl 6,1-2.
Escritos de Clara de Asís
274

comprobado frecuentemente en nosotras–, se alegró


mucho en el Señor. 29 Y MOVIDO A PIEDAD PARA CON NOSOTRAS
se comprometió, POR SÍ MISMO y por su Religión, a TENER
SIEMPRE DE NOSOTRAS UN AMOROSO CUIDADO Y UNA ESPECIAL SOLI-
CITUD, AL IGUAL QUE DE SUS HERMANOS.
30
Y así, por voluntad de Dios y de nuestro beatísimo
padre Francisco, fuimos a vivir a la iglesia de San Damián,
31
donde el Señor, por su misericordia y su gracia, en
breve tiempo nos multiplicó, para que se cumpliera lo
que había predicho por su santo; 32 pues antes había-
mos estado en otro lugar, aunque por poco tiempo.
33
Luego ESCRIBIÓ PARA NOSOTRAS LA FORMA DE VIDA, con
el propósito, sobre todo, de que perseveráramos siem-
pre en la santa pobreza. 34 Y no se contentó con ex-
hortarnos durante su vida con muchas palabras (cf.
Hch 20,2) y ejemplos al amor y la observancia de LA
SANTÍSIMA POBREZA, sino que también nos dejó varios es-
critos PARA QUE NO NOS APARTÁRAMOS DE NINGÚN MODO DE ELLA35
después de su muerte, 35 como nunca quiso apartarse
de la santa pobreza el Hijo de Dios mientras vivió en
este mundo, 36 y como nuestro beatísimo padre Fran-
cisco, siguiendo sus huellas (cf. 1Pe 2,21), no se apartó
de ningún modo, mientras vivió, ni con su ejemplo ni
con la doctrina, de la santa pobreza que eligió para sí y
sus hermanos.
24. RCl 6,1 /Rnb 12,4; Test 1-3. 25. RCl 1,4; 6,1. 27-28. RCl 6,2
/ 1CtaCl 22; 3CtaCl 38-39; RCl 6,2. 29. FVCl 1-2; RCl 6,2-5. 33.
FVCl 1-2; UltVol 1; RCl 6,2-5. 34-35. RCl 6,6-8. 36. Rb 6,2-3;
TestS 4; Test 24; UltVol 1 / OfP 7,8; 15,13; 2CtaF 13; CtaO 51;
Rnb 1,1; 22,2.

35
Cf. RCl 6,5.
III. Testamento y Bendición

275
3. Exhortación a la fidelidad en la pobreza
37
Así, pues, yo, Clara, esclava, aunque indigna, de
Cristo y de las Hermanas Pobres del monasterio de San
Damián, pequeña planta del santo padre, considerando
con mis hermanas nuestra altísima profesión, el manda-
to de tan gran padre 38 y la fragilidad de las demás –la
que temíamos en nosotras mismas para después de la
muerte de nuestro santo padre Francisco, que era nuestra
columna, nuestro único consuelo después de Dios y
nuestro apoyo (cf. 1Tim 3,15)–, 39 voluntariamente nos
comprometimos una y otra vez con nuestra señora la
santísima pobreza, para que de ningún modo puedan
apartarse de ella, después de mi muerte, ni las herma-
nas presentes ni las que han de venir en el futuro.
40
Y ASÍ COMO YO FUI SIEMPRE CELOSA Y SOLÍCITA EN OBSERVAR y
hacer observar a las demás LA SANTA POBREZA QUE PROME-
TIMOS AL SEÑOR Y A NUESTRO BIENAVENTURADO PADRE F RANCIS -
CO , 41 ASÍ TAMBIÉN LAS QUE ME SUCEDAN EN ESTE OFICIO ESTÁN
OBLIGADAS A OBSERVAR36 y a hacer observar a las demás,
con la ayuda de Dios, la santa pobreza. 42 Más aún,
para mayor seguridad fui solícita en hacer que el señor
papa Inocencio, en cuyo pontificado comenzamos esta
vida, y sus sucesores, corroboraran con sus privilegios
nuestra profesión de santísima pobreza, que prometi-
mos al Señor y a nuestro bienaventurado padre, 43 para
que de ningún modo nos apartáramos jamás de ella.
44
Por lo cual, de rodillas e interior y exteriormente
inclinada, confío todas mis hermanas, las presentes y

36
Cf. RCl 6,10-11.
Escritos de Clara de Asís
276

las que han de venir en el futuro, a la santa madre


Iglesia Romana, al sumo pontífice y, especialmente, al
señor cardenal que sea designado para la Religión de
los Hermanos Menores y para nosotras,
45
para que, por amor de aquel Dios,
que pobre fue colocado en un pesebre (cf. Lc 2,12),
pobre vivió en este mundo
y desnudo permaneció en el patíbulo,
46
haga que esta pequeña grey (cf. Lc 12,32) –que el
Señor Padre engendró en su santa Iglesia por la palabra
y el ejemplo de nuestro beatísimo padre Francisco–,
siguiendo la pobreza y humildad del amado Hijo de
Dios y de la gloriosa Virgen su madre, 47 observe siem-
pre la santa pobreza que prometimos al Señor y a nuestro
beatísimo padre Francisco, y se digne favorecer siem-
pre el que la vivan y se mantengan en ella.
48
Y así como el Señor nos dio a nuestro beatísimo
padre Francisco como fundador, plantador y ayuda
nuestra en el servicio de Cristo y en todo aquello que
prometimos a Dios y a nuestro bienaventurado padre
49
–que mientras vivió fue también solícito en cultivar-
nos y asegurarnos siempre sus cuidados, de palabra y
con obras, a nosotras, su pequeña planta–, 50 así enco-
miendo y confío mis hermanas, las presentes y las que
han de venir en el futuro, al sucesor de nuestro beatísimo
padre Francisco y a toda su Religión, 51 para que nos
ayuden a progresar siempre más en el servicio de Dios
y, sobre todo, a observar mejor la santísima pobreza.
52
Y si sucediera que en algún tiempo las dichas her-
manas dejaran el mencionado lugar y se trasladaran a
otro, no estarán por ello menos obligadas a guardar,
III. Testamento y Bendición

277
después de mi muerte y dondequiera que estén, la
antedicha forma de pobreza que prometimos al Señor
y a nuestro beatísimo padre Francisco.
53
Y tanto la que desempeñe este oficio [de abadesa]
como las demás hermanas, sean solícitas y estén atentas
a NO ADQUIRIR NI RECIBIR en torno a ese lugar MÁS TERRENO
DEL QUE EXIJA LA EXTREMA NECESIDAD DE UN HUERTO en el que
se cultiven las hortalizas. 54 Pero si PARA EL DECORO Y AIS-
LAMIENTO DEL MONASTERIO fuera necesario tener más terre-
no fuera de la cerca del huerto, no permitan adquirir ni
recibir sino lo que exige la extrema necesidad, 55 Y NO
LABREN ni siembren absolutamente ESE TERRENO37, que ha
de permanecer siempre baldío y sin cultivar.
37. 1CtaCl 2; 2CtaCl 2; 3CtaCl 2; 4CtaCl 2; RCl 1,3; BenCl 6.
39. SalVir 2; Rb 5,5; 12,4; TestS 4; Test 24; 1CtaCl 6.13.16;
2CtaCl 7; RCl 6,6.10-13. 40. RCl 6,10; BenCl 15. 41. RCl 6,11.
42. RCl 6,12-13. 44. Rb 12,3-4; RCl 12,12. 45. 4ClaCl 19-21;
RCl 2,25. 46. Rnb 9,1; Rb 6,3; 3CtaCl 25; RCl 8,2; 12,13. 47.
SalVir 2; Rb 5,5; TestS 4; Test 24; 1CtaCl 6.13.16; 2CtaCl 7;
RCl 6,6 / Rb 12,4; RCl 6,10; 12,13. 48. RCl 1,3; BenCl 6. 49. RCl
6,4. 51. RCl 1,4-5 / RCl 12,3. 52. RCl 6,10. 53-54. RCl 6,13-15.

4. Exhortación a la fidelidad en la vida fraterna


56
Amonesto y exhorto en el Señor Jesucristo a todas
mis hermanas, las presentes y las que han de venir en
el futuro, que se esfuercen siempre en seguir el cami-
no de la santa simplicidad, la humildad y la pobreza,
como también la rectitud de la vida religiosa en co-
mún, 57 según fuimos instruidas, desde el inicio de nues-
tra conversión por Cristo y por nuestro beatísimo padre
Francisco. 58 Por medio de estas virtudes, el Padre de
37
Cf. RCl 6,14-15.
Escritos de Clara de Asís
278

las misericordias (2Cor 1,3), no por nuestros méritos,


sino por su sola misericordia y gracia que da con es-
plendidez, difundió la fragancia (cf. 2Cor 2,15) de nues-
tra buena fama, tanto entre los que están lejos como
entre los que están cerca. 59 Y amándoos mutuamente
por la caridad de Cristo, mostrad exteriormente con las
obras el amor que interiormente os tenéis, 60 para que,
estimuladas las hermanas con este ejemplo, crezcan
siempre en el amor de Dios y en la caridad mutua.
61
Ruego también a la que esté a cargo de las herma-
nas, QUE SE ESFUERCE POR SER LA PRIMERA, MÁS POR LAS VIRTUDES Y
SANTAS COSTUMBRES QUE POR SU OFICIO, 62 de modo que LAS
HERMANAS, ESTIMULADAS POR SU EJEMPLO, LE OBEDEZCAN, NO TANTO
por su oficio, SINO MÁS BIEN POR AMOR38. 63 Y sea también
próvida y discreta con sus hermanas, como una buena
madre con sus hijas; 64 y, sobre todo, esfuércese por aten-
der a cada una de ellas en su necesidad, CON LAS LIMOSNAS
QUE EL SEÑOR LES DÉ. 65 Sea además tan benigna y cercana,
que puedan las hermanas MANIFESTARLE CON TOTAL CONFIANZA
SUS NECESIDADES, 66 y recurrir confiadamente a ella en todo
momento39, según les pareciere más conveniente, tanto
en beneficio propio como en el de sus hermanas.
67
Y LAS HERMANAS QUE SON SÚBDITAS, RECUERDEN QUE RENUNCIA-
RON POR DIOS A SUS PROPIOS QUERERES. 68 POR ESO QUIERO QUE
OBEDEZCAN a su madre, SEGÚN espontánea y voluntaria-
mente PROMETIERON AL SEÑOR40, 69 de modo que la madre,
viendo la caridad, humildad y unidad que tienen entre
sí, lleve más fácilmente toda la carga que por su oficio
38
Cf. RCl 4,10.
39
Cf. RCl 8,15-16.
40
Cf. RCl 10,2-3.
III. Testamento y Bendición

279
soporta, 70 y, por la vida religiosa en común de sus her-
manas, lo molesto y amargo se le convierta en dulzura.
56. Rnb 17,15; Rb 10,9; RCl 10,10. 58. TestCl 2; BenCl 12 /
1CtaCl 3. 59. Adm 9,4; Rnb 11,5-6; TestS 3. 61-62. RCl 4,10.
63. 4CtaCl 5; RCl 4,12; 8,16. 64. ExhCl 4; RCl 4,12. 65-66. RCl
8,15 / Rnb 9,10-11; Rb 6,7-8; 7,2; 10,5; RCl 10,4. 67-68. Rb
10,2-3; RCl 10,2-3 / Adm 2,3; 3,3.10; Rnb 4,3. 70. Test 3.

5. Exhortación y súplica por la perseverancia


71
Angostos son el camino y la senda, y estrecha la
puerta por los que se va y se entra en la vida, y son
pocos los que caminan y entran por ellos (cf. Mt 7,14)
72
y, si hay algunos que por un cierto tiempo van por
ellos, son poquísimos los que perseveran. 73 Dichosos,
pues, aquellos a los que se les ha dado caminar por
ellos y perseverar hasta el fin (cf. Sal 118,1; Mt 10,22).
74
Estemos atentos, por tanto, para que, si hemos
entrado por el camino del Señor, de ningún modo nos
apartemos jamás de él por nuestra culpa e ignorancia,
75
no sea que injuriemos a tan gran Señor y a su madre
la Virgen y a nuestro bienaventurado padre Francisco,
a la Iglesia triunfante y también a la militante. 76 Pues
escrito está: Malditos los que se apartan de tus man-
datos (Sal 118,21).
77
Por eso, doblo mis rodillas ante el Padre de nues-
tro Señor Jesucristo (Ef 3,14) para que, por los méritos
de la gloriosa Virgen santa María, su madre, y de nues-
tro beatísimo padre Francisco y de todos los santos, 78 el
mismo Señor que inició en nosotros la obra buena, nos
dé también el incremento (cf. 1Cor 3,6-7) y la perse-
verancia final. Amén.
Escritos de Clara de Asís
280

71. Rnb 11,13; 1CtaCl 29. 73. 2CtaF 48.88; Rnb 16,21; Rb
10,12; UltVol 1; RCl 6,7; 10,13. 75. BenCl 9-10. 76. 1CtaF 2,9;
2CtaF 17; CtaA 3; Rnb 5,16. 77. ParPN 7; BenCl 7.

6. Conclusión y bendición
79
Para que se observe mejor, os dejo este escrito a
vosotras mis queridísimas y amadísimas hermanas, pre-
sentes y futuras, como signo de la bendición del Señor
y de nuestro beatísimo padre Francisco, y de mi bendi-
ción, la de vuestra madre y esclava.
79. CtaCle 15; CtaM 21; CtaO 48 / 2CtaF 88; CtaO 49; Rnb
24,2; TestS 1; Test 40-41; BenCl.

2 BENDICIÓN (=BenCl)41
1
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
2
El Señor os bendiga y os guarde,
3
os muestre su rostro y tenga misericordia de vosotras;
4
vuelva su mirada y os conceda la paz (Núm 6,24-26),
hermanas e hijas mías, 5 a vosotras y a todas las que
han de venir a nuestra comunidad y permanecer en
ella, y a todas las demás hermanas, tanto presentes
como futuras, que perseverarán hasta el fin (cf. Mt 10,22)
en todos los demás monasterios de Damas Pobres.
6
Yo Clara, esclava de Cristo y pequeña planta de
nuestro beatísimo padre san Francisco, hermana y madre
41
También aquí la presente traducción se ajusta al texto de la
edición crítica de esta Bendición, hecha por Giovanni Boccali, y
publicada en Fontes Franciscani, 2323-2324.
III. Testamento y Bendición

281
vuestra y de las demás Hermanas Pobres, aunque in-
digna, 7 ruego a nuestro Señor Jesucristo, por su mise-
ricordia y por la intercesión de su santísima madre san-
ta María, del bienaventurado san Miguel arcángel y de
todos los santos ángeles de Dios, de nuestro bienaven-
turado padre Francisco y de todos los santos y santas,
8
que el Padre celestial os conceda y confirme, en el
cielo y en la tierra, ésta su santísima bendición (cf.
Gén 27,28); 9 en la tierra, haciéndoos crecer en gracia y
en sus virtudes, entre sus siervos y esclavas de su Iglesia
militante; 10 en el cielo, ensalzándoos y glorificándoos
entre sus santos y santas de la Iglesia triunfante.
11
Os bendigo en mi vida y después de mi muerte,
cuanto puedo y más de lo que puedo, con todas las
bendiciones 12 con las que el Padre de las misericordias
(2Cor 1,3) ha bendecido y bendecirá a sus hijos e hijas
en el cielo y en la tierra (cf. Ef 1,3), 13 y con las que el
padre y la madre espirituales han bendecido y bende-
cirán a sus hijos e hijas espirituales. Amén.
14
Amad siempre a Dios, amad vuestras almas y las
de todas vuestras hermanas, 15 y sed siempre solícitas
en observar lo que prometisteis al Señor.
16
El Señor esté siempre con vosotras (cf. Lc 1,28;
2Cor 13,11) y que vosotras estéis siempre con él.
Amén.
1. 2CtaF 1.86. CtaO 1; Rnb pról 1. 2-4. BenL 1-3 / TestCl 79.
5. TestCl 79 / UltVol 1; RCl 6,7; TestCl 33. 6. 1CtaCl 1; RCl 1,3;
TestCl 37. 7. OfP ant 1-3; Rnb 23,6. 8. Test 40. 10. TestCl 75.
11. Test 41; TestCl 79. 12. Test 40; TestCl 2.58. 14. TestS 3;
TestCl 59-60. 15. Test 34; RCl 12,13; TestCl 40. 16. CtaO 49.
Escritos de Clara de Asís
282
Apéndice

283

APÉNDICE

• Carta a Ermentrudis de Brujas (CtaErm)


• Privilegio de la pobreza (1216) (1PrivP)
• Privilegio de la pobreza (1228) (2PrivP)
Escritos de Clara de Asís
284
Apéndice

285

Tradicionalmente se le ha atribuido a Clara una CARTA


A ERMENTRUDIS DE BRUJAS, una figura de contornos muy
difusos: nacida de familia noble en la ciudad de Colo-
nia, habría abandonado su tierra hacia 1240 y, tras una
larga peregrinación, iniciado una vida de retiro en Bru-
jas. Conocedora de la vida de Clara y las hermanas de
San Damián, habría viajado a Italia para encontrarse
con ellas, aunque no pudo verse con la santa, que ha-
bía muerto antes de la llegada de Ermentrudis a Asís.
Vuelta a Brujas fundó un monasterio de la Orden de
santa Clara.
El texto de la Carta a Ermentrudis nos ha llegado en
el Suplemento de los Annales Minorum de L. Waddingo,
publicado en 1710 . La crítica reciente considera no
auténtico el texto, que parece ser una refundición de
las dos cartas que, según el testimonio de los Annales,
habría escrito Clara a Ermentrudis.
Con todo, dadas las numerosas coincidencias, en cuan-
to al contenido, de ésta con las cartas de Clara a Inés de
Praga, y no obstante las múltiples diferencias en cuanto
a la forma con aquellas, suele incluirse su texto en las
publicaciones de los escritos de Clara, al menos a modo
de apéndice.
Incluimos también en este apéndice el texto del in-
sólito PRIVILEGIO DE LA POBREZA, que Clara arrancó del papa
Inocencio III, según permite pensar el testimonio de la
propia santa en su Testamento (TestCl 42-43) y se afirma
Escritos de Clara de Asís
286

expresamente en la biografía oficial de santa Clara


(LCl 14): por él se concedía a Clara y sus hermanas el
privilegio de vivir sin privilegios, el derecho de no te-
ner posesión alguna, siguiendo las huellas de Cristo
pobre y en comunión real con los pobres.
Sobre la autenticidad del texto llegado hasta noso-
tros, existen las opiniones más diversas y encontradas
entre los críticos, aunque la mayoría de ellos está a
favor de la misma. Este escrito va datado entre no-
viembre de 1215, final del Concilio Lateranense, y el
16 de julio de 1216, en que tiene lugar la muerte de
Inocencio III.
Aunque no se trata propiamente de un escrito de
Clara, su contenido, en términos generales, va referido
presumiblemente a ella. Es más, el documento podría
emplear, al menos puntualmente, las mismas palabras
de Clara en su solicitud de dicho Privilegio, por ser
ésta la praxis habitual de la cancillería romana, lo que
vale de manera especial para el Privilegio de la pobreza
que la santa consiguió de Gregorio IX, en 1228, y
cuyo original se conserva en el Monasterio de Santa
Clara de Asís.
Apéndice

287

CARTA A ERMENTRUDIS DE BRUJAS (=CtaErm)42 1


1
A la queridísima hermana Ermentrudis, Clara de Asís,
humilde esclava de Jesucristo, le desea salud y paz.
2
He sabido, queridísima hermana, que, con el auxi-
lio de la gracia de Dios, has huido felizmente del fango
del mundo, 3 por lo que me alegro y me congratulo
contigo; y me alegro también, porque, juntamente con
tus hijas, vas caminando decididamente por las sendas
de la virtud.
4
Sé fiel, amadísima, a aquel
a quien te has prometido hasta la muerte (cf. Ap 2,10),
pues por él serás coronada con la corona de la vida
(cf. Sant 1,12).
5
Breve es aquí nuestro trabajo,
mas el premio será eterno (cf. Sab 10,17; Eclo 18,22);
no te dejes confundir por la algarabía del mundo,
que pasa como una sombra (cf. Job 14,2);
6
no te hagan perder la cabeza
los vanos fantasmas de este mundo falaz;
cierra el oído a las insinuaciones del infierno
y desbarata valientemente sus embestidas;
7
soporta de buen grado la adversidad,
y que la prosperidad no te engría,
pues ésta reclama la fe y aquella la exige;
8
cumple fielmente lo que has prometido a Dios
(cf. Sal 75,12)
y él mismo te recompensará.
42
Cf. Fontes Franciscani, 2287-2288.
Escritos de Clara de Asís
288

9
Oh queridísima, levanta los ojos al cielo,
que nos llama;
y toma la cruz y sigue a Cristo (cf. Lc 9,23),
que nos precede;
10
pues, después de muchas y variadas tribulaciones
por él entraremos en su gloria (cf. Lc 24,26; Hch 14,22).
11
Ama de todo corazón a Dios
(cf. Dt 6,5; 11,1; Lc 10,27),
y a Jesús, su Hijo,
crucificado por nosotros, pecadores;
y no se vaya nunca de tu mente su recuerdo;
12
medita continuamente sobre los misterios de la cruz
y los dolores de la madre al pie de la cruz (cf. Jn 19,25).
13
Ora y vela siempre (cf. Mt 26,41; 2Tim 4,5).
14
Y lleva a término con empeño la obra
que has comenzado bien,
y cumple el ministerio (cf. 2Tim 4,5.7) que has asumido,
en santa pobreza y en humildad sincera.
15
No tengas miedo, hija:
que Dios, fiel en todas sus palabras
y santo en todas sus obras (Sal 144,13),
derramará su bendición
sobre ti y sobre tus hijas,
16
y será vuestro auxilio y vuestro mejor consolador;
él es nuestro redentor y la recompensa eterna.
17
Roguemos mutuamente a Dios por nosotras
(cf. Sant 5,16);
así, llevando la una la carga de la caridad de la otra
cumpliremos más fácilmente la ley de Cristo
(cf. Gál 6,2).
Amén.
Apéndice

289
1. 1CtaCl 1-2; 2CtaCl 1-2; 3CtaCl 1-2; 4CtaCl 1-3 / RCl 1,3;10,5;
TestCl 37; BenCl 5-6 / CtaA 1; 2CtaCus 1; CtaL 1. 2-3. 1CtaCl
3-4; 3CtaCl 3.5.9-10. 4. ExhCl 6. 5. Rnb 16,16; 1CtaCl 23;
TestCl 23. 6. 2CtaF 65; 3CtaCl 20.27. 9. OfP 7,8; 15,13; 2CtaF
40; Rnb 1,4. 11. ParPN 5 / Test 5; 4CtaCl 23. 13. Rnb 22,27. 15.
BenCl 7. 16. ParPN 1. 17. 1CtaCl 35; 2CtaCl 26; 3CtaCl 42;
4CtaCl 39.

PRIVILEGIO DE LA POBREZA (1216) (=1PrivP)43 2


1
Inocencio, obispo, siervo de los siervos de Dios, a
las amadas hijas en Cristo, Clara y las demás esclavas
de Cristo de la iglesia de San Damián en Asís, tanto las
presentes como las que en el futuro habrán de profesar
la vida regular por siempre.
2
Es cosa manifiesta que, anhelando dedicaros sólo al
Señor, habéis renunciado al deseo de las cosas tempora-
les, 3 por lo que, habiendo vendido y distribuido todo
entre los pobres (cf. Lc 18,22), os proponéis no tener
absolutamente posesión alguna, siguiendo en todo las
huellas de aquel (cf. 1Pe 2,21) que por nosotros se hizo
pobre (cf. 2Cor 8,9), camino, verdad y vida (Jn 14,6). 4 Y
[es también manifiesto que] ante tal propósito no teméis
la indigencia, 5 pues la izquierda del Esposo celestial
está bajo vuestra cabeza (cf. Ct 2,6; 8,3) para sostener
vuestro cuerpo débil, que, con ordenada caridad, ha-
béis sometido a la ley del espíritu; 6 y además, el que da
de comer a las aves del cielo y viste a los lirios del cam-
po (cf. Mt 6,26-28) hará que no os falte la comida y el
43
El original latino del texto puede verse en: I GNACIO
O MAECHEVARRIA , Escritos de Santa Clara y documentos
complementarios, 5ª ed., BAC, Madrid, 2004, 234-236.
Escritos de Clara de Asís
290

vestido, hasta que se os dé a sí mismo (cf. Lc 12,37) en


la eternidad, es decir, cuando su derecha os abrace (cf.
Ct 2,6) más felizmente en la plenitud de su visión.
7
Por ello, tal como lo habéis pedido, corroboramos
con nuestra protección apostólica vuestro propósito de
vivir en altísima pobreza (2Cor 8,2), concediéndoos con
la autoridad del presente escrito que no podáis ser obli-
gadas por nadie a aceptar posesiones.
8
Y si alguna mujer no pudiera o no quisiera observar
un tal propósito no viva con vosotras, sino que sea tras-
ladada a otro lugar.
9
Por tanto, decretamos que a nadie absolutamente
le está permitido turbaros temerariamente a vosotras y
a vuestra iglesia, o molestaros con cualquier tipo de
vejación. 10 Por ello, si en el futuro alguna persona,
eclesiástica o seglar, conociendo este escrito de nues-
tra confirmación y constitución, tentara temerariamen-
te ir contra él, y, después de haber sido amonestada
dos o tres veces, no borra su culpa con una convenien-
te satisfacción, sea privada de la dignidad de su poder
y de su honor, y sepa que es reo del juicio divino por
la iniquidad perpetrada, y sea apartada del sacratísimo
cuerpo y sangre del Dios y Señor Jesucristo, nuestro
redentor, y en el juicio final sea sometida a castigo.
11
La paz de nuestro Señor Jesucristo esté siempre
con todas vosotras y con todas aquellas que en este
mismo lugar guardan el amor en Cristo, de modo que
reciban ya aquí el fruto de sus buenas acciones, y en-
cuentren ante el Juez severo los premios de la paz eterna.
Amén.
Apéndice

291

PRIVILEGIO DE LA POBREZA (1228) (=2PrivP)44 3


1
Gregorio, obispo, siervo de los siervos de Dios, a
las amadas hijas en Cristo, Clara y las demás esclavas
de Cristo congregadas en la iglesia de San Damián, del
obispado de Asís, salud y bendición apostólica.
2
Es cosa manifiesta que, anhelando dedicaros sólo al
Señor, habéis renunciado al deseo de las cosas tempo-
rales, 3 por lo que, habiendo vendido y distribuido todo
entre los pobres (cf. Lc 18,22), os proponéis no tener
absolutamente posesión alguna, siguiendo en todo las
huellas de aquel (cf. 1Pe 2,21) que por nosotros se hizo
pobre (cf. 2Cor 8,9), camino, verdad y vida (Jn 14,6).
4
Y [es también manifiesto que] ante tal propósito no
teméis la indigencia, 5 pues la izquierda del Esposo
celestial está bajo vuestra cabeza (cf. Ct 2,6; 8,3) para
sostener vuestro cuerpo débil, que, con ordenada cari-
dad, habéis sometido a la ley del espíritu; 6 y además,
el que da de comer a las aves del cielo y viste a los
lirios del campo (cf. Mt 6,26-28) hará que no os falte
la comida y el vestido, hasta que se os dé a sí mismo
(cf. Lc 12,37) en la eternidad, es decir, cuando su
derecha os abrace (cf. Ct 2,6) más felizmente en la
plenitud de su visión.

44
Traducimos según la trascripción del texto original, que
puede verse en: IGNACIO OMAECHEVARRIA, Escritos de Santa Clara y
documentos complementarios, 236-237.
Escritos de Clara de Asís
292

7
Por ello, tal como lo habéis pedido, corroboramos
con nuestra protección apostólica vuestro propósito de
vivir en altísima pobreza (2Cor 8,2), concediéndoos con
la autoridad del presente escrito que no podáis ser obli-
gadas por nadie a aceptar posesiones.
8
Por tanto, a nadie absolutamente le está permitido
quebrantar esta escritura de nuestra concesión, o con
osadía temeraria contra ella. 9 Mas si alguno se atrevie-
ra a atentar contra esto, sepa que incurrirá en la indig-
nación de Dios todopoderoso y de sus bienaventura-
dos apóstoles Pedro y Pablo.
10
Dado en Perusa, a 17 de septiembre [de 1228],
en el segundo año de nuestro pontificado.
293

ÍNDICES
Escritos de Francisco de Asís
294
Índices

295

INDICE
DE CITAS Y REFERENCIAS BÍBLICAS
1. ESCRITOS DE FRANCISCO

ANTIGUO TESTAMENTO
Génesis 2 Crónicas
1,26: Adm 5,1; Rnb 23,1 1,12: 1CtaF 2,16
2,15: Rnb 23,1 Nehemías
2,16-17: Adm 2,1 8,6: CtaO 4
27,27-28: Test 40
47,29: CtaA 2 Tobías
1,3: Test 16
Éxodo 4,11: 2CtaF 30
15,2: OfP 14,3 4,15: Rnb 4,5
15,6-7: OfP 14,4 8,7: Cánt 3
Levítico 12,9: 2CtaF 30
19,2: CtaO 23 13,4: CtaO 8-9
13,5: Rnb 23,8
Números
6,24: CtaM 1 Salmos
6,24-26: BenL 1-2 3,6: OfP 6,11
6,27: BenL 3 4,3: Adm 1,14
9,9: OfP 11,6
Deuteronomio
9,10-11: OfP 11,7
4,2: Rnb 24,4; Test 35
11,7: Rb 9,3
12,32: Rnb 24,4; Test 35
12,1-6: OfP 13,1-6
1 Samuel 17,7: OfP 10,6
15,32: 1CtaF 2,14; 2CtaF 81 17,18: OfP 3,5
50,7: Rnb 9,4 17,29: OrSD 1
55,3: CtaO 6 17,31: Rb 9,3
1 Reyes 19,2-7: OfP 11,1-6
2,4: CtaO 36 21,7: OfP 4,7; 2CtaF 46
Escritos de Francisco de Asís
296

21,8: OfP 4,6 56,2-11: OfP 3,1-11


21,10-12: OfP 2,4-5 56,12: OfP 3,12; 7,11
21,12: OfP 1,5 58,17-18: OfP 11,8-9; 12,9-10
21,14-15: OfP 6,5-7 61,9: CtaO 28
21,16: OfP 6,8.10 65,1-4: OfP 10,1-3
21,17: OfP 6,2 65,8: OfP 10,7
21,17-18: OfP 6,3 65,16-17: OfP 10,4-5
21,18-19: OfP 6,4 67,33-36: OfP 9,9-12
21,20: OfP 1,9; 4,9 68,5: OfP 5,11.12
21,24: ExhAD 3 68,8-10: OfP 5,7-9
30,5: AlD 6 68,17-18: OfP 12,7-8
30,12: OfP 4,8 68,19: OfP 2,3
31,4: 2CtaF 21 68,20-22: OfP 2,6-9
33,9: 2CtaF 16 68,27: OfP 6,10
33,23: OfP 6,15 68,33: OfP 14,5
34,11-12: OfP 5,13-14 68,34: OfP 14,6
34,15: OfP 5,10 68,35: ExhAD 5; AlHor 7;
37,12: OfP 1,7 OfP 14,7
37,21: OfP 5,14 68,36-37: OfP 14,8-10
37,23: OfP 1,10; 2,12; 4,10; 69,2-6: OfP 8,1-8
5,16 70,1-3: OfP 12,1-3
38,13: Rb 6,2; Test 24 70,5: OfP 12,4; AlD 4
40,7-8: OfP 4,5 70,6: OfP 12,5
40,8: OfP 1,2 70,8: OfP 12,6
40,8-9: OfP 4,3 70,10: OfP 1,2; 4,4
40,14: AlHor 11; OfP ben; 10,10 70,12: OfP 1,9
41,9: OfP 9,4; 15,5 71,17-18: OfP 10,8-9
42,2: AlD 6 71,19: AlHor 11; OfP ben; 10,10
43,5: OfP 2,11; 5,15 72,24-25: OfP 6,11.12-13
45,11: OfP 6,14 73,12: OfP 7,3; 15,3
46,2-3: OfP 7,1; 15,1-2 76,15: AlD 1
50,1: Rnb 3,5 77,14: Cánt 8
50,10: Adm 20,2; AlD 5 80,2: OfP 15,1
55,2-3: OfP 4,1-2 82,19: 2CtaF 62
55,8-9: OfP 1,1 85,10: AlD 2
55,10: OfP 1,6 85,14: OfP 2,9
Índices

297
87,2-3: OfP 2,1-2 Proverbios
87,5-6: OfP 2,10 26,11: Adm 3,10
87,9: OfP 1,8 29,20: Adm 21,1
88,27-28: OfP 15,4
Eclesiastés
95,1: OfP 7,5; 15,10
1,2: Rnb 8,6
95,4: OfP 7,6; 15,11
95,7-8: OfP 7,7; 9,8; 15,12 Sabiduría
95,9-10: OfP 7,9 6,7: CtaA 5
95,11-12: OfP 7,4; 9,7; 15,9 18,15: Adm 1,16
95,13: OfP 6,16; 7,12 Eclesiástico
97,1-2: OfP 9,1.2-3 3,32: 2CtaF 32
102,21-22: ExhAD 12-13
103,13-14: Cánt 6.9 Isaías
106,27: 1CtaF 2,9; 2CtaF 67 9,6: OfP 15,7; 2CtaF 11.62
108,4: OfP 1,4 11,2: 1CtaF 1,6; 2CtaF 48
108,5: OfP 1,3 12,1-2: OfP 14,1-3
112,1: ExhAD 15 38,1: 2CtaF 72
113,15: CtaO 49 38,15: Rnb 11,12
113,23: Rnb 5,17 50,7: Rnb 9,4
117,14: OfP 14,3 55,3: CtaO 6
117,24: ExhAD 8; OfP 9,5; 15,6 Jeremías
117,26-27: OfP 9,6 17,5: 2CtaF 76
118,21: 1CtaF 2,9; 2CtaF 17; 48,10: CtaO 19
CtaA 3; Rnb 5,16
127,2: Rnb 7,4 Lamentaciones
129,1: Rnb 3,6 1,12: OfP 6,1
135,1: CtaO 8 Ezequiel
135,2: AlD 3 33,13: CtaA 3
141,2-5: OfP 5,1-6
141,6: Rb 6,5 Daniel
143,1: OfP 11,8; 12,9 3,52: 2CtaF 62; Rnb 23,11
146,1: ExhAD 11 3,57: AlHor 1-10
148,3: Cánt 5 3,64-65: Cánt 6
148,4.5: Cánt 7 3,66: Cánt 8
148,12: ExhAD 16 3,74: Cánt 9
150,6: ExhAD 10 3,78: ExhAD 6
Escritos de Francisco de Asís
298

3,80: ExhAD 14 7,14: Rnb 11,13


3,82: ExhAD 7 8,22: Rnb 22,18
3,85: Cánt 14 9,12: CtaM 15; Rnb 5,8
Malaquías 10,10: Rnb 14,1
2,2: CtaO 20 10,16: Rnb 16,2
10,22: Rnb 16,21; Rb 10,12;
UltVol 1
NUEVO TESTAMENTO 10,23: Rnb 16,14; Test 26
Mateo 10,28: Rnb 16,18
3,2: Rnb 21,3; CtaA 6 10,32: Rnb 16,8
4,2: Rb 3,6 11,8: Rnb 2,14
5,3: Adm 14,1; Rb 6,4 11,25: OfP 1,5; 14,1; AlD 2;
5,8: Adm 16,1 Rnb 23,1
5,9: Adm 15,1 11,30: 2CtaF 15
5,10: Cánt 11; Rnb 16,12; 12,4: Rnb 9,13
Rb 10,11 12,36: 1CtaF 2,22, 2CtaF 87;
5,11-12: Rnb 16,15-16 CtaCle 14; CtaA 8;Rnb 4,6;
5,16: 1CtaF 1,10; 2CtaF 53 16,4
5,22: Rnb 11,4 12,43: Rnb 22,21
5,28: Rnb 12,5 12,44: Rnb 22,23
5,39: Adm 14,4; Rnb 14,4 12,50: 1CtaF 1,7.9;
5,44: ParPN 8; 2CtaF 38; 2CtaF 50.52
Adm 9,1; Rnb 22,1; Rb 10,10 13,19-23: Rnb 22,12-17
5,45: 1CtaF 1,7; 2CtaF 49 13,21: Adm 14,3
6,2: Adm 21,3; Rnb 17,13 13,22: 1CtaF 2,5; 2CtaF 65;
6,9: 2CtaF 21; Rnb 22,28 CtaA 3; Rnb 8,2; Rb 10,7
6,9-13: ParPN 1-10 15,14: 1CtaF 2,6; 2CtaF 66
6,12: Cánt 10 15,18-19: 1CtaF 2,12;
6,14-15: Rnb 21,6 2CtaF 37.69
6,16: Adm 21,3; Rnb 3,2;7,16 15,19-20: Rnb 22,7-8
6,20: Adm 28,1 16,19: Rnb 20,4
6,33: REr 3 16,24: 2CtaF 40; Rnb 1,3
7,3: Rnb 11,11 17,5: Rnb 23,5
7,12: 2CtaF 43; CtaM 17; 18,8: Rnb 21,8
Adm 18,1; Rnb 4,4; 6,2;10,1; 18,20: Rnb 22,37
Rb 6,9 19,21: Rnb 1,2; Rb 2,5; BenBer 2
Índices

299
19,27: Rnb 8,5 7,21-22: Rnb 22,7
19,29: Rnb 1,5 7,21.23: 1CtaF 2,12; 2CtaF 69
20,21: 1CtaF 1,19; 2CtaF 60; 7,23: 2CtaF 37; Rnb 22,8
Adm 11,4; Rnb 22,55 8,36: Rnb 7,1
20,25: Rnb 5,10 9,29: Rnb 3,1
20,26-27: 2CtaF 42; Rnb 5,11; 10,29: Rnb 1,5
Rb 10,6 10,43-44: 2CtaF 42
20,28: Adm 4,1; Rnb 4,6 11,25: Rnb 22,28
22,21: Adm 11,4 11,26: Rnb 21,6
22,37.39: 2CtaF 18 12,30: 1CtaF 1,1; Rnb 23,8
22,39: 1CtaF 1,1; 2CtaF 26 12,30.33: Rnb 23,8
23,8-10: Rnb 22,33-35 14,9: 2CtaF 1
24,6: Rnb 16,19 14,22.24: Adm 1,10
24,13: 2CtaF 88; Rnb 16,21 14,35: 2CtaF 8
24,44: 1CtaF 2,14; 2CtaF 71 16,15: CtaO 9
24,45: Adm 23,3 Lucas
24,46: Adm 10,3; 17,1; 19,4 1,28: ExhAD 4
25,13: 1CtaF 2,14; 2CtaF 71 1,32: CtaO 4
25,18: Adm 18,2 1,68: OfP 6,15;10,9
25,31: Rnb 23,4 2,7: OfP 15,7
25,34: Rnb 23,4 2,14: OfP 15,8
25,41: Rnb 21,8; 23,4 2,19: Adm 21,2; 28,3
25,46: Rnb 16,11 2,51: Adm 21,2; 28,3
26,26: 2CtaF 6 3,8: 1CtaF 1,4; 2CtaF 25;
26,27-28: 2CtaF 7 Rnb 21,3
26,39: 2CtaF 8.10 6,20: Rb 6,4
26,42: 2CtaF 10 6,22-23: Rnb 16,15-16
26,50: Rnb 22,2 6,27: 2CtaF 38
28,20: Adm 1,22; Rnb 22,38 6,29-30: Rnb 14,4-6
Marcos 6,37: Rnb 21,5
2,17: CtaM 15; Rnb 5,8 6,38: Rnb 21,4
2,26: Rnb 9,13 6,41: Rnb 11,11
4,15-19: Rnb 22,11-17 7,25: Rnb 2,14
4,25: 1CtaF 2,16; 2CtaF 83; 8,5.11-15: Rnb 22,11-17
CtaA 4 8,18: 1CtaF 2,16; 2CtaF 83;
7,21: 1CtaF 2,12 CtaA 4; Adm 18,2
Escritos de Francisco de Asís
300

9,3: Rnb 14,1 22,19: 2CtaF 6; CtaO 16;


9,24: Adm 3,1; Rnb 16,11 Rnb 20,6
9,26: Rnb 16,9 22,20: 2CtaF 7
9,62: Adm 3,10; Rnb 2,10; 22,26: 2CtaF 42; Rnb 5,12
Rb 2,13 22,44: 2CtaF 9
10,4: Rnb 14,1 23,42: ParPN 4
10,5: Rnb 14,2; Rb 3,13; Test 23
Juan
10,7: Rnb 14,3
10,8: Rnb 3,13; Rb 3,14 1,3: 2CtaF 12
10,20: Rnb 17,6 1,9: 1CtaF 2,7; 2CtaF 66
10,27: ParPN 5; Rnb 23,8 1,18: Adm 1,5.18
10,38-42: REr 2 3,5: 2CtaF 23; Rnb 16,7
11,2: Rnb 22,28 3,19: 2CtaF 16
11,21: Adm 27,5 4,23: 2CtaF 19
11,24: Rnb 22,21-22 4,23-24: Rnb 22,30-31
11,26: Rnb 22,24 4,24: 2CtaF 20; Adm 1,5
11,42: 2CtaF 36 6,53: 1CtaCus 6
12,4: Rnb 16,17.18; 6,54: Adm 1,11; Rnb 20,5
12,15: Rnb 8,1; Rb 10,7 6,54.55.57: 2CtaF 23
12,31: REr 3 6,63: 1CtaF 2,21; 2CtaF 3.87;
13,24: Rnb 11,13 Adm 1,6; Rnb 22,39; Test 13
14,26: Adm 14,4; Rnb 1,4 8,11: CtaM 20
14,27: OfP 7,8; 15,13; Adm 5,8 8,41: 1CtaF 2,6; 2CtaF 66;
14,33: Adm 3,1 Rnb 21,8
16,2: Rnb 16,4 8,44: 2CtaF 44
16,24: 1CtaF 2,18 8,47: CtaO 34
17,10: Rnb 11,3; 23,7 9,35: Adm 1,15
18,1: 2CtaF 21; Rnb 22,29 10,4: Adm 6,2
18,19: AlHor 11; 2CtaF 62; 10,11: Adm 6,1
Rnb 17,18; 23,9 10,11.14-15: Rnb 22,32
18,22: Rnb 1,2; 2,4 10,15: 1CtaF 1,13; 2CtaF 56
18,29: Rnb 1,5 11,27: CtaO 26; Rnb 9,4
21,19: Rnb 16,20 12,6: Adm 4,3; Rnb 8,7
21,34: 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; 12,13: ExhAD 9
CtaA 3; Rnb 8,2; 10,7 12,25: Rnb 16,11
21,34-35: Rnb 9,14-15 13,14: Rnb 6,4
21,36: Rnb 22,27 13,29: Adm 4,3
Índices

301
14,6: Rnb 22,40 8,6-7: Rnb 17,10
14,6-9: Adm 1,1-4 8,35: Adm 6,2
14,23: 1CtaF 1,6; 2CtaF 48; 9,28: Rb 9,4
Rnb 22,27 11,33: Rnb 23,11
15,7: Rnb 22,36 11,36: Rnb 23,9
15,12: Rnb 11,5 12,17: ParPN 8
15,13: Adm 3,9 14,3: Rnb 9,12
15,20: Rnb 16,13 14,10: 1CtaF 2,22; 2CtaF 87
17,6.8-11.13-15.17-20.23. 1 Corintios
24.26: Rnb 22, 41-55 1,20: SalVir 10
17,6: 1CtaF 1,14; 2CtaF 57 1,26: 2CtaF 45; CtaO 23
17,8: 1CtaF 1,15; 2CtaF 58 2,6: SalVir 10
17,9: 1CtaF 1,16; 2CtaF 58 2,14: CtaCle 7
17,11: OfP 1,5.9; 4,9; 5,9; 6,12; 6,19: Adm 1,12
AlD 2; 1CtaF 1,14.18; 6,20: 1CtaF 1,10; 2CtaF 53
2CtaF 56; Rnb 23,1 7,24: Rnb 7,6
17,17: 1CtaF 1,17; 2CtaF 58 7,32: CtaL 3
17,19: 1CtaF 1,17; 2CtaF 59 11,24: CtaO 16
17,20: 1CtaF 1,18 11,27: CtaO 16
17,22: 2CtaF 59 11,29: 2CtaF 24; CtaO 19;
17,23: 1CtaF 1,18 Adm 1,13
17,24: 1CtaF 1,19; 2CtaF 60 12,3: Adm 8,1
17,26: Rnb 23,3 12,28: Adm 5,5
19,11: SalVir 18 13,2: Adm 5,5
19,17: OfP 7,8; 15,13; Adm 5,8 2 Corintios
Hechos de los Apóstoles 3,6: Adm 7,1
2,14: CtaO 5 6,3: ParPN 5
13,16: Rb 2,8 8,2: Rb 6,4
13,48: Rnb 10,3 8,9: 2CtaF 5; Rb 6,3
11,27: Adm 6,2
Romanos
12,5: Adm 5,8
1,8: 2CtaF 1
1,25: CtaO 4; Rnb 17,19 Gálatas
1,29-30: Rnb 11,8 5,13: Rnb 5,14
2,5: Adm 11,2 5,16: 1CtaF 2,4
3,12: Adm 8,2 6,2: Adm 18,1
Escritos de Francisco de Asís
302

Efesios 10,29: CtaO 18


3,18: ParPN 3 10,31: Rnb 5,1
6,6: CtaO 14 12,7: CtaO 10.11
Filipenses Santiago
2,8: CtaO 46; Adm 1,16 1,2: Rnb 17,8
4,4: Rnb 7,16 2,5: Rb 6,4
2,10: SalVir 7
Colosenses
2,13: 2CtaF 29
1,16: Rnb 23,6
2,18: Adm 9,4; Rnb 11,6
1,20: CtaO 13
4,10: CtaO 28
1,23: Rb 12,4
5,16: Rnb 20,3; 21,6
3,5: 1CtaF 2,3; 2CtaF 64
3,22: CtaO 14 1 Pedro
1,12: CtaO 22
1 Tesalonicenses 1,22: Adm 3,6
1,9: OfP ben; 15,1; AlD 3; 2,11: 1CtaF 2,5; 2CtaF 65;
1CtaCus 7; Adm 16,2 Rb 6,2; Test 24
2,7: Rnb 9,11; Rb 6,8 2,13: 2CtaF 47; Rnb 16,6
5,15: ParPN 8 2,21: OfP 7,8; 15,13; 2CtaF 13;
5,18: Rnb 10,3; 21,2 CtaO 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2
5,19: CtaAnt 2; Rb 5,2 2,25: Rnb 22,32
2 Tesalonicenses 4,9: Rnb 7,15
3,10: Rnb 7,5 5,6: CtaO 28
3,16: Test 23 2 Pedro
1 Timoteo 2,22: Adm 3,10
4,5: CtaCle 2; CtaO 37 1 Juan
6,8: Rnb 9,1 1,5: ParPN 2
6,16: Adm 1,5 3,10: Rnb 21,8
2 Timoteo 3,14: CtaCle 3
2,14: Rnb 11,1; Rb 3,10 3,18: Rnb 11,6
4,8: AlD 4; 1CtaF 2,19;
Tito 2CtaF 86; Rnb 17,5; 22,26
3,2: Rnb 11,7.9 4,9: OfP 7,3; 11,6; 15,3
Hebreos 4,16: AlD 4; 1CtaF 2,19;
2,10: Rnb 23,9 2CtaF 86; Rnb 17,5; 22,26
10,28-29: CtaO 17-18 4,18: SalVir 13; Adm 27,1
Índices

303
Apocalipsis 5,13: AlHor 8; 2CtaF 61;
1,5: CtaO 3 Rnb 23,6
2,11: Cánt 13 7,9: Rnb 23,7
3,19: Rnb 10,3 7,12: 2CtaF 62
4,8: AlHor 1 14,7: ExhAD 1
4,9: OfP ben 14,13: Rnb 21,7
4,9.11: Cánt 1 19,3-4: Rnb 23,6
4,11: ExhAD 2; AlHor 2 19,5: AlHor 6
5,9: OfP 6,15 20,6: Cánt 13
5,12: ExhAD 17; AlHor 3.11;
Rnb 17,18
Escritos de Clara de Asís
304

2. ESCRITOS DE CLARA

ANTIGUO TESTAMENTO
Génesis 109,3: 2CtaCl 21
27,28: BenCl 8 118,1: TestCl 73
118,21: TestCl 76
Levítico 118,32: 2CtaCl 15
2,13: 3CtaCl 41 138,16: 2CtaCl 4
Números 141,6: RCl 8,5
6,24-26: BenCl 2-4 144,3: 3CtaCl 16
144,13: CtaErm 15
Deuteronomio 148,5: 1CtaCl 17
6,5: CtaErm 11
11,1: CtaErm 11 Proverbios
3,3: 4CtaCl 34
1 Reyes
Cantar de los cantares
8,27: 3CtaCl 18.22 1,1: 4CtaCl 32
2 Crónicas 1,3: 4CtaCl 30
2,5: 3CtaCl 18.22 2,4: 4CtaCl 31
2,6: 4CtaCl 32
2 Macabeos 3,4: 2CtaCl 11
6,28.31: TestCl 23 8,3: 4CtaCl 32
Salmos Sabiduría
30,20: 3CtaCl 14 1,7: 3CtaCl 26
31,7: RCl 4,12 7,26: 4CtaCl 14
32,9: 1CtaCl 17 10,17: CtaErm 5
38,13: RCl 8,2
39,20: 3CtaCl 14 Eclesiástico
44,3: 2CtaCl 20 17,27: 3CtaCl 41
44,10: 4CtaCl 16 18,22: CtaErm 5
49,14: 2CtaCl 14 45,1: 4CtaCl 40
75,12: CtaErm 8 45,12: 1CtaCl 11
83,8: 1CtaCl 32 50,5: 1CtaCl 2
Índices

305
Job 13,22: RCl 10,6
6,12: 3CtaCl 38 13,44: 3CtaCl 7
14,2: CtaErm 5 18,35: RCl 9,10
20,6-7: 3CtaCl 28 19,21: RCl 2,8
Isaías 19,24: 1CtaCl 28
19,29: 1CtaCl 30
38,19: 3CtaCl 41
20,26-27: RCl 10,5
Lamentaciones 25,15-20: TestCl 18
1,12: 4CtaCl 25 26,41: CtaErm 13
3,20: 4CtaCl 26
Lucas
Habacub 1,28: BenCl 16
3,18: 1CtaCl 3.21 2,12: 4CtaCl 19; RCl 2,25;
TestCl 45
NUEVO TESTAMENTO 6,20: RCl 8,4
Mateo 9,23: CtaErm 9
5,3: 1CtaCl 16.25; RCl 8,4 9,58: 1CtaCl 18
5,10: RCl 10,12 10,27: CtaErm 11
5,12: 1CtaCl 23 10,42: 2CtaCl 10
5,16: TestCl 14 12,15: RCl 10,6
5,23: RCl 9,8 12,32: TestCl 46
5,44: RCl 10,11 14,15: 4CtaCl 9
14,26: CtaErm 10
5,48: 2CtaCl 4
17,10: 1CtaCl 33
6,15: RCl 9,10
21,34: RCl 10,6
6,20: 1CtaCl 23
24,26: CtaErm 10
6,24: 1CtaCl 26
7,4: 1CtaCl 29 Juan
7,12: RCl 8,14 1,3: 3CtaCl 7
7,14: 1CtaCl 29; TestCl 71 1,29: 4CtaCl 8
8,20: 1CtaCl 18 14,6: TestCl 5
10,22: RCl 6,7; 10,13;TestCl 73; 14,21: 3CtaCl 23
BenCl 5 14,23: 3CtaCl 22-23
11,25: 4CtaCl 21 19,25: CtaErm 12
12,36: RCl 4,9 19,30: 1CtaCl 18
12,50: 1CtaCl 12.24; 3CtaCl 1; Hechos
4CtaCl 4 13,16: RCl 2,11
Escritos de Clara de Asís
306

14,22: CtaErm 10 4,1: 3CtaCl 11


14,23: 2CtaCl 25 4,3: 2CtaCl 22
20,2: TestCl 34 4,4: 3CtaCl 10
Romanos Colosenses
8,17: 2CtaCl 21 1,13: 1CtaCl 14
12,1: 2CtaCl 10; 3CtaCl 41 1,17: 3CtaCl 26
14,13: 2CtaCl 14 1,23: RCl 12,13
15,30: 1CtaCl 33 3,14: RCl 10,7
1 Corintios 4,6: 3CtaCl 41
1,26: TestCl 4 1 Tesalonicenses
2,9: 3CtaCl 14 1,6: 4CtaCl 7
3,6-7: TestCl 78 2,7: RCl 8,16
3,9: 3CtaCl 8 5,19: RCl 7,2
12,26: 2CtaCl 21 5,25: 1CtaCl 35
15,10: 2CtaCl 25
1 Timoteo
2 Corintios 3,15: TestCl 38
1,3: TestCl 2.58; BenCl 12 4,12: TestCl 5
2,15: TestCl 58
3,3: 4CtaCl 34 6,15: 2CtaCl 1
3,18: 3CtaCl 13 2 Timoteo
5,18: 1CtaCl 14 2,11-12: 2CtaCl 21
8,2: RCl bula 5.16; 8,4 4,5: CtaErm 13
8,9: 1CtaCl 20; RCl 8,3 4,5.7: CtaErm 14
11,2: 1CtaCl 12.24; 3CtaCl 1;
4CtaCl 4 Tito
13,11: BenCl 16 2,13: 4CtaCl 39
Gálatas Hebreos
6,2: CtaErm 17 1,3: 3CtaCl 12.13; 4CtaCl 14
2,10: 3CtaCl 2
Efesios
1,3: BenCl 12 12,2: 1CtaCl 14
3,14: TestCl 77 13,17: RCl 4,9
Filipenses Santiago
l,8: 1CtaCl 3l 1,12: CtaErm 4
3,14: 3CtaCl 3 1,17: 2CtaCl 3
Índices

307
2,5: RCl 8,4 Apocalipsis
5,16: CtaErm 17 2,10: CtaErm 4
1 Pedro 3,5: 2CtaCl 22
1,19: 4CtaCl 8 14,3-4: 4CtaCl 3
2,11: RCl 8,2 19,9: 4CtaCl 9
2,21: 2CtaCl 7; 3CtaCl 4.25; 19,16: 2CtaCl 1
RCl bula 13; TestCl 36 21,2.10: 4CtaCl 1
2 Pedro
1,10: TestCl 16
Escritos de Francisco de Asís
308
Índices

309

ÍNDICE DE MATERIAS

1. ESCRITOS DE FRANCISCO
Acción de gracias: por Jesús Adoración: debemos adorar:
y el Espíritu: 2CtaF 6; Rnb 23,5 CtaO 4; Rnb 22,26; 23,11
- por nosotros: Rnb 23,11 - en - con corazón puro: 2CtaF
la enfermedad: Rnb 10,3 - en 19-20; Adm 16,2 - en espíri-
las afrentas: Rnb 9,6-7 - oración tu y en verdad: Rnb 22,29-31
de a.: Rnb 23,1-5 - exhortación - te adoramos: Rnb 23,10 ;
a la a.: AlHor 11; Rnb 21,2; Test 5 - predicar la a.: Rnb 21,2
23,11. Cf. Adoración, Alaban- - los adoradores se salvarán:
za, Bendición, Doxología. Rnb 23,4. Cf. Alabanza, Ben-
Acogida: de los postulantes: dición, Doxología.
Rnb 2,1-3; Rb 2,1-2 - de los Afán: de este mundo: 1CtaF
hermanos por los ministros: 2,5; 2CtaF 65; CtaA 3; Rnb 8,2;
2CtaF 44; Rnb 6,2 - de los pe- 22,16.
cadores: CtaM 15 - de los la- Afrenta: aceptarlas sin turba-
drones y bandidos: Rnb 7,14 ción: Adm 14,3-4 - aceptarlas
- en los eremitorios: REr 7-8 humildemente: Adm 22,3
Cf. Amor, Caridad, Misericordia. - son fuente de gloria: Adm
Adán: Adm 2,1. 6,2; Rnb 9,6-7. Cf. Calumnia,
Admonición: de Francisco: Persecución, Tribulación.
CtaO 30 ; Adms 1-28; Rnb Alabanza: a Dios: Cánt 2.14;
2,17; 22; Rb 3,10 ; 9,3; 10 ,7 2CtaF 18.61; 1CtaCus 7-8;
- antes de castigar: Rnb 5,4-6 2CtaCus 6 - por Jesús y por el
- de los ministros a los herma- Espíritu: Rnb 23,5 - con los
nos: 2CtaF 44; Rnb 4,2 - de los ángeles: Rnb 23,6 - día y
hermanos entre sí: Rnb 5,5 noche: 2CtaF 21 - por todos
- de los hermanos al pueblo: los bienes: Cánt 5-12; Rnb
1CtaCus 6; Rnb 21 - el Test es 17,17-18 - invitar a todos los
una a.: Test 34. Cf. Consejo. hombres a la a.: OfP 7,1-7;
Escritos de Francisco de Asís
310

10,1-3; 14,6; 15,12; CtaA 7; Alma: Cristo, pastor de nues-


1CtaCus 8; 2CtaCus 6; Rnb tras a.: Rnb 22,32 - lazos entre
21,8 - algunos modelos: el a. y Cristo: 1CtaF 1,7-13;
AlHor 1-11; ExhAD 1-19; OfP 2CtaF 51-53 - amar con todo
3,8-10; 12,4-6.9-10; 13,6; AlD el a.: ParPN 5; 1CtaF 1,1; 2CtaF
1-7; Cánt 1-12; Rnb 23,1-6. Cf. 18.26; Rnb 23,8 - perder el a.
Acción de gracias, Adora- para ganarla: Adm 3,2; Rnb
ción, Bendición, Doxología. 1,4; 16,11 - adorar a Dios con
Alegría: Dios es a.: AlD 5 - los corazón y a. limpios: Adm
hermanos se muestren ale- 16,2 - las limosnas purifican
gres: Rnb 7,16; por las obras el a.: 2CtaF 30 - la paciencia
del Señor: OfP 7,4; 8,5; 9,5.7; salva el a.: Rnb 16,19-21 - no
11,5; 13,6; 14,5; 15,1.6.9; hacer lo que perjudica al a.: Rnb
CtaO 26; Adm 20 ,1-2; Rnb 7,2-3 - no obedecer en lo que
22,46; en las tribulaciones: es contrario al a.: Adm 3,7; Rnb
VerAl 3-14; Rnb 16,15-16; 5,2; Rb 10 ,1-3 - responsabili-
17,8; por los bienes ajenos: dad de los ministros en cuan-
ParPN 5; en la compañía de to al a.: Rnb 4,6; 5,1 - pérdida
los pobres: Rnb 9,2 - no del a.: 1CtaF 2,10.15-18; 2CtaF
alegrarse de que los espíritus 68.74-75.82.85 - enemigos
se les sometan: Rnb 17,6 - a. del a.: apego a un cargo: Adm
y pobreza: Adm 27,3. Cf. Bien- 4,3; el pecado: 1CtaF 2,1-10 ;
aventuranza. 2CtaF 67-68; la mala concien-
cia: 2CtaF 72-81; practicar el
Alimento: fruto del trabajo:
mal: 2CtaF 68; la concupiscen-
Rnb 7,4-5; Rb 5,3 - fruto
cia y los malos deseos: 1CtaF
de la limosna: REr 5; Rnb
9,8 - libertad en cuanto a los 1,4; el mundo: 1CtaF 2,11;
a.: Rnb, 9,13; Rb 3,14 - evitar 2CtaF 69; la car ne: 2CtaF
los excesos en el comer: 69.74-81; Rnb 10 ,4; la ocio-
2CtaF 32; Rnb 9,1.14 - no sidad: Rnb 7,11; Rb 5,2; el mal
despreciar a los que se alimen- ejemplo: Adm 3,11; el demo-
tan de manjares delicados: Rb nio: 1CtaF 2,11; 2CtaF 69.82
2,17 - el pan de cada día: - no amar más el cuerpo que
ParPN 6 - distinguir el cuerpo el alma: Rnb 10 ,4.
y sangre de Cristo de los otros Altar: el a. de la cruz: 2CtaF 11
a.: 2CtaF 24; CtaO 19. - cada día desciende Cristo al a.:
Índices

311
2CtaF 33; 1CtaCus 7; CtaO Amor: el Padre es a.: ParPN 2;
26.37; Adm 1,9.18 - limpieza AlD 4.7 - el Padre nos ama:
de los manteles del a.: 1CtaCus 3. Rnb 22,53; 23,3 - Jesucristo
Cf. Objetos de culto. nos ama: ParPN 6 - dichosos
Altísimo/a: Dios: AlHor 11; los que aman a Dios: 1CtaF
OfP 3,3; 13,6; 15,8; AlD 2; 1,1; 2CtaF 18 - los que aman
2CtaF 4.62; CtaO 14.52; Adm a Dios son las madres de Jesu-
1,10 ; 7,4; 8,3; 28,2; FVCl 1; cristo: 1CtaF 1,7.10 ; 2CtaF
Rnb 17,17-18; 23,1.11; Test 50.53 - lo que representa el a.
40 - Cristo: CtaO 4; UltVol 1 a Dios: ParPN 5 - el espíritu del
- no vemos del A. sino su cuer- Señor conduce al a. de Dios:
po: CtaCle 3; Test 10 - el A. Rnb 17,16 - los santos dan
me reveló: Test 14 - María, hija gracias a Dios por su a.: Rnb
y esclava del A.: OfP ant 2 - la 23,6 - el a. a Dios, primer de-
a. pobreza: Rb 6,4; UltVol 1-2 ber de los hermanos: 22,26;
Cf. Creador, Dios, Pobreza, Se- 23,8 - conducir a los hombres
ñor, Trinidad. al a. de Dios: ParPN 5; Adm
21,2 - el sufrimiento ante el
Amargura: es amargo para el pecado expresa el a. de Dios:
cuerpo servir a Dios: 1CtaF Adm 9,3; 11,2 - por a. a Cris-
2,11; 2CtaF 69 - a. al ver los to conservan siempre la paz:
leprosos: Test 1 - se cambia Adm 15,2 - a los sacerdotes:
en dulzura: Test 2-3 - recor- CtaO 24; Test 8 - al prójimo:
dar los pecados en la a. del 1CtaF 1,1; 2CtaF 18; al menos
alma: Rnb 11,11-12 - muerte no haciéndole mal: 2CtaF 26-27
amarga: 1CtaF 2,14; 2CtaF 81. - a. mutuo: Rnb 11,5; TestS 3
Amigo: Jesucristo llama a. a - más que maternal entre los
Judas: Rnb 22,2; y a sus após- hermanos: Rnb 9,11; Rb 6,8
toles: Rnb 16,17 - son a. los - amados hermanos: CtaO 2
que nos persiguen: Rnb 22,2-3 - madres y hermanos en los
- a. espirituales: Rb 4,2 - a. car- eremitorios: REr - a los enfer-
nales: 2CtaF 72-73.80.84; mos: Adm 24 - a los hermanos
Adm 7,2 - acogida de a. y pecadores: CtaM 11 - a los
adversarios: Rnb 7,14 - la he- enemigos: ParPN 8; 2CtaF 38;
rencia que se deja a los a.: Adm 9,2-4; Rnb 22,1-4; Rb
1CtaF 2,17; 2CtaF 72-73.80.84; 10 ,10 - a los hermanos que
Adm 7,2. te hacen mal: CtaM 5-11;
Escritos de Francisco de Asís
312

Adm 3,8 - a la pobreza: Rb 6,4; Ejemplo, Misión, Predicación,


UltVol 1-2 - los que perdonan Testimonio.
por a. de Dios: Cánt 10 - expo- Apóstol: intermediarios en la
nerse a los enemigos por a. acción de gracias a Dios: Rnb
de Cristo: Rnb 16,10 - amar 23,6 - Cristo se mostró en car-
a los que te golpean: Adm ne verdadera a los a.: Adm
14,4 - malditos los que aman 1,19 - vivieron de limosna: Rnb
las tinieblas: 2CtaF 16 - obs- 9,5 - dice el a.: CtaO 19; Adm
táculos al a.: CtaM 2 - el a. será 7,1; 8,1; Rnb 7,5; 9,1; 11,6;
perfecto en el cielo: ParPN 4. 12,6; 20,3 - fiestas de los a. :
Cf. Caridad, Fraternidad, Mi- NACl 8. Cf. Felipe, Juan, Pablo,
sericordia, Perdón. Pedro, Santiago.
Ángel: los a. desean contem- Apropiación: Cf. Desapropia-
plar a Dios: CtaO 22 - Dios está ción.
en los a.: ParPN 2 - Cristo ven-
drá con la gloria de los a.: Rnb Aptitud: para la misión: Rnb
16,9 - dan gracias a Dios: Rnb 16,4; Rb 12,2 - para el trabajo:
23,6 - las virtudes y todos los Rnb 7,6 - para el reino: Rnb
á. de los cielos: OfP ant 2; Rnb 2,10 ; Rb 2,13.
23,6; Test 40. Cf. Gabriel, Mi- Arzobispo: los obispos y a.
guel, Rafael. ultramontanos vienen a la Or-
Animal: los hermanos no ten- den: VerAl 5. Cf. Obispo.
gan bestias: Rnb 15,1; no Ascensión del Señor: OfP 7,
anden a caballo: Rnb 15,2; 10 ; 9,10 .
Rb 3,12; estén sometidos a Aspirante: Cf: Postulante, Pro-
bestias y fieras: SalVir 17. Cf. bación.
Criatura.
Autoridad, autoridades: apos-
Antonio (hermano): CtaAnt 1. tólica: Rb bula 3 - del obispo
Cf. Criatura. diocesano: Rb 2,4 - carta a las
Apostolado: fin: Rnb 16,7; mé- a.: 2CtaCus 6 - llamamiento a
todos: Rnb 16,5-7 - confesar las a. a que cumplan sus de-
al Señor: OfP 3,10 - anunciar beres: CtaA 1-8.
que sólo él es omnipotente: Avaricia: desecharla: Rnb 8,1;
CtaO 10 - a. entre los paganos: Rb 10 ,7 - la pobreza confun-
Rnb 16; Rb 12. Cf. Cristiano, de a la a.: SalVir 11; Adm 27,3
Índices

313
- la a. procede del corazón: a Dios y al prójimo: 2CtaF 18;
Rnb 22,7. Cf. Codicia. a los que perseveran en lo
Ayuno: de los hermanos para prometido: Rnb 5,17; a los
imitar a Jesucristo: Rnb 3,11; que perseveran en las pala-
Rb 3,6 - para expulsar al de- bras de Francisco: 2CtaF 88; a
monio: Rnb 3,1 - días de a.: los que ayunan: Rb 3,6 - de
Rnb 3,11-12; Rb 3,5-9 - deber Francisco: CtaM 1; BenL 1.3;
de ayunar: 2CtaF 32 - normas TestS 1.3; confirma la b. de
sobre el a. a Clara y sus herma- Dios: Test 41 - con la b. de
nas: NACl - evitar la tristeza Dios: CtaL 3; REr 9; Rnb 21,1;
cuando se ayuna Rnb 3,2 - a. Rb 2,16; Test 26 - maldeciré
de vicios y pecados: 2CtaF 32. con vuestras b.: CtaO 20 . Cf.
Cf. Mortificación, Penitencia. Alabanza .
Bautismo: de los infieles: Rnb Benignidad: con el postulan-
16,7. Cf. Sacramento. te: Rnb 2,1-3; de los ministros
con los hermanos: Rb 10 ,5;
Bautista (Juan el): se estre-
con el her mano pecador:
mece al tocar la cabeza de
2CtaF 44; CtaM 2-13; Rb 7,2-3;
Cristo: CtaO 21 - la interce-
sión del B.: Rnb 23,6. con todos los que vienen a los
hermanos: Rnb 7,14 - acoger
Belleza: el Señor es la b.: AlD con b. las palabras del Señor
4.6; 1CtaF 1,12; 2CtaF 55 - no y los escritos de Francisco:
gloriarse de la propia b.: Adm 1CtaF 2,19; 2CtaF 88 - recibir
5,7 - el sol y el fuego son be- con b. el cuerpo del Señor:
llos: Cánt 4.8. CtaA 6 - bienaventurado aquel
Bendición: a Dios, a Cristo: que acoge benignamente la
ExhAD; AlHor; OfP; Cánt; reprensión: Adm 22,2 - la San-
CtaO 4; Test 5 - invitación a ta Sede confirma de buen gra-
bendecir a Dios: CtaA 7; Rnb do la Regla de la Orden de los
21,2 - de Dios a los que ob- Hermanos Menores: Rb bula 2.
servan la Regla y vida: Test 40; Cf. Acogida, Amor, Caridad,
a los que cumplen lo que se Misericordia, Perdón.
dice en un escrito y lo difun-
den: 2CtaF 88; CtaCle 15; CtaA Bernardo (hermano): BenBer.
9; 1CtaCus 9; CtaO 49; Rnb Biblia: Cf. Evangelio, Sagrada
24,2; Test 40; a los que aman Escritura.
Escritos de Francisco de Asís
314

Bien: Dios es el único b.: AlHor el que tiene fe en los clérigos:


11; ParPN 2; AlD 3; Rnb 23,9; Adm 26,1; el que aborrece su
fuente de todo b.: 2CtaF 61; cuerpo: 1CtaF 1,2; el que do-
Adm 7,4; 8,3; 28,1; Rnb mina su cuerpo: Adm 10 ,3;
17,17; 23,8 - sin Dios no hay el que da frutos propios de la
b. alguno: ParPN 2 - María, penitencia: 1CtaF 1,4; 2CtaF
plenitud de todo bien: SalVM 3 25; Rnb 21,3; el que muere
- restituyamos a Dios todo b.: en penitencia: Rnb 21,7; el
AlHor 11; OfP ben; CtaO 29; que sufre en paz: Cánt 11; el
Adm 18,2; Rnb 17,17-18 - so- perseguido por la justicia del
mos opuestos al b.: Rnb 22,6 reino: Rnb 16,12.15; el que re-
- no hay quien obre el b.: Adm cibe el cuerpo y la sangre del
8,2 - apropiarse del árbol de Señor: 1CtaF 1,3; el que mue-
la ciencia del b.: Adm 2,3 - es re en la obediencia: Rnb 21,7;
el Señor quien obra el b.: Adm aquel a quien la muerte en-
8,3; 12,2; 17,1 - con la muer- contrará en la voluntad de
te se pierden todos los b.: Dios: Cánt 13.
1CtaF 2,16-17; 2CtaF 72-80 . Blasfemia: procede del cora-
83 - dar los b. a los pobres: zón Rnb 22, 7 - repararla con
Rnb 1,2; 2,4-7.11; Rb 2,5-8; la alabanza: Rnb 17,19 - la en-
Test 16; BenBer 2 - abando- vidia es una b.: Adm 8,3.
nar los b. y pobreza de espí-
ritu: Adm 3,3; 14,3; Rb 6,4. Bolsa: atesorar en sus b. para
peligro del alma: Adm 4,3;
Bienaventurado, bienaven-
turanza: la eterna b.: ParPN 2 Rnb 8,7 - los hermanos no lle-
- las b.: Adm 13-16 - b. el ven b. para el camino: Rnb
que ama a Dios: 1CtaF 1,1; 14,1. Cf. Dinero.
2CtaF 18; el que ama al próji- Bondad: Cf. Benignidad.
mo: 1CtaF 1,1; el que ama a Breviario: para el rezo de los
su hermano: Adm 24; 25; el hermanos: Rb 3,2. Cf. Oficio
que no retiene nada para sí; divino.
Adm 11,4;18,2; el que es hu-
milde: Adm 17,1; 19,1.4; Calumnia: evitarla: Rnb 11,1
21,1; 22,1; 23,1; 28,1-3; el - soportarla: Rnb 16,15 - orar
que está dispuesto a aceptar por los que nos calumnian:
la instrucción, acusación y Adm 9,1; Rb 10,10. Cf. Afren-
corrección: Adm 22,2; 23,2; ta, Murmuración, Ofensa.
Índices

315
Calzado: en caso de necesi- CtaO 12 - obediencia caritati-
dad: Rb 2,15. Cf. Vestido. va: Adm 3,6 - perfecta: OrSD
Canto: cantar al Señor: OfP 7,5; - confunde las tentaciones y
9,1; 10 ,1-3.7; 12,5.10 ; 15,1. temores: SalVir 13; Adm 27,1
5.10 - los hermanos no pon- - opuesta a la turbación y a la
gan su atención en la melo- cólera: Rb 7,3 - deber de los
día de la voz: CtaO 41. Cf. ministros: Rb 10 ,1-5 - donde
Alabanza, Oficio divino. hay c. no hay temor: Adm
28,1. Cf. Acogida, Amor, Mi-
Capítulo: de Pentecostés: sericordia.
CtaM 13.22; Rnb 5,4; 18,2;
Rb 8,2.5 - de san Miguel ar- Carne, carnal: el Hijo de Dios
cángel: Rnb 18,1 - en Santa se hizo c.: 2CtaF 4; Adm 1,19-20
María de los Ángeles: Rnb - comer la c. de Cristo: 1CtaF
18,2 - denunciar al c. a los que 1,3; 2CtaF 23; CtaA 6; Adm
viven carnalmente: Rnb 5,4 1,11; Rnb 20.5 - sabios según
- elección del ministro general: la c.: 2CtaF 45 - deseos c.: 2CtaF
Rb 8,2-5 - temas a tratar en el c.: 65 - la sabiduría del mundo:
CtaM 21-22 - c. provinciales: 2CtaF 67; Rnb 2,8-14; 5,5;
Rnb 18,1; Rb 8,5 - leer en los 17,10-13 - es contraria al Espí-
c. la Regla y el Testamento: ritu: Rnb 5,4-5; 17,14-16 - no
Test 37. es de provecho: Adm 1,7; Rnb
Cardenal protector: Rb 12,3; 17,9-12 - es enemiga del alma:
Test 33. 2CtaF 69; Rnb 10 ,4 - separa
del amor de Dios: Rnb 22,5
Cargo: no apropiarse de un c.: - tiende a enaltecerse: Adm
Adm 4; 19,3-4; 23,1; Rnb 12,2 - es opuesta a todo lo
17,4 - turnarse en los c.: REr 10 bueno: Adm 12,2 - vencida
- evitar un c. que escandalice: por la simplicidad y por la ca-
Rnb 7,1. Cf. Custodio, Guar- ridad: SalVir 10.13 - deben ser
dián, Ministro, Predicación. denunciados los que viven c.:
Caridad: Dios es c: AlD 4.7 Rnb 5,4-6 - Jesús, en c.: 2CtaF
- por la c. que es Dios: 1CtaF 4; Adm 1,19-20 - comer la c.
2,19; 2CtaF 87; Rnb 17,5; de Cristo: 1CtaF 1,3; 2CtaF 23;
22,26 - hermana de la obe- CtaA 6; Adm 1,11; Rnb 20.5.
diencia: SalVir 3 - hermana Cf. Cuerpo, Cuerpo y sangre
de la humildad: 2CtaF 30-31; de Cristo, Eucaristía.
Escritos de Francisco de Asís
316

Casa: me devora el celo de tu Católico: los hermanos sean


c.: OfP 5,9 - María, c. de Dios: c.: 2CtaF 32; Rnb 19,1-2; Test
SalVM 4 - el fiel, habitación y 34 - fe c. exigida a los postu-
morada del Espíritu: 1CtaF 1,6; lantes: Rb 2,2 - firmes de la fe
2CtaF 48; Adm 1,12; Rnb c.: Rb 12,4 - condiciones para
12,6; 22,27 - saludo de paz al que los hermanos puedan
entrar en una c.: Rnb 14,2-3; ser considerados c.: CtaO 44
Rb 3,13 - trabajo de los her- - confesión con sacerdotes c.:
manos en las c. de los otros: Rnb 20 ,2 - expulsión de los
Rnb 7,1-2 - coman y beban lo hermanos que no viven ca-
que les den en las c. en que en- tólicamente: Rnb 19,1-2 - los
tran: Rnb 14,3; Rb 3,14 - aban- her manos que no viven c.
donar la c. para seguir a Cristo: sean enviados al custodio:
Rnb 1,5 - no pidan dinero para Test 31-33 - ruego a cuantos
las c.: Rnb 8,8 - edificaciones quieren servir al Señor en la Igle-
pobres: Test 24 - los hermanos sia c.: Rnb 23,7. Cf. Fe, Iglesia.
no se apropien de c.: Rb 6,1 Cercado [claustro]: en los
- las c. de los reyes: Rnb 2,14. eremitorios: REr 2.7.
Castidad: vivir el Evangelio en Cielo, celestial: Dios rey del
c.: Rnb 1,1; Rb 1,1 - recibir a c.: AlD 2; OfP 1,5; 14,1; 15,3;
Cristo con cuerpo casto: 2CtaF Rnb 23,1 - el Padre del c.:
14-15 - el trato con las muje- ParPN 2.5; OfP ant 2; 1,5;
res: Rnb 12,3 - mantener puro 3,4.12; 7,3.10 ; 14,1; 15,3;
el cuerpo: Rnb 12,5 - el cuer- SalVM 2; 1CtaF 1,9.11, 2CtaF 4.
po, templo del Espíritu Santo: 21.52.54; Rnb 16,8; 22,28.34;
Rnb 12,6 - expulsión de los que Jesucristo sube al c.: OfP 7,10;
fornican: Rnb 13 - el agua es 9,10 - en el c. nos espera el
casta: Cánt 7. Cf. Pureza. premio: ExhCl 6 - dichosos los
Castigo: a los que ama el Señor que buscan lo c.: Adm 16,2
los corrige y castiga: Rnb 10,3 - la pobreza conduce a la tie-
- cargue con el c. el que pecó: rra de los vivientes: Rb 6, 5;
Adm 2,5; Rnb 13,1 - al que hace de los hermanos here-
desprecia la eucaristía: CtaO deros y reyes del reino de
17-20 - predicación de la los c.: Rb 6,4. - colmados
pena: Rb 9,4. Cf. Corrección, en el c. de toda bendición:
Penitencia, Prisionero. Test 40 - atesorar en el c.:
Índices

317
Adm 28,1; Rnb 1,5 - el reino del do a los c.: 2CtaF 1 - invitación
c. es de los pobres: Adm 14,1; a los c. a perseverar en la fe:
Rnb 1,2; 2,15; 8,5; Rb 6,4; de Rnb 23,7; a venerar el cuerpo
los que sufren persecución y la sangre de Cristo: CtaCle
por causa de la justicia: Rnb 1.4-6.13; 1CtaCus 2 - el oficio
16,12.16; Rb 10,11 - al c. irán divino de los hermanos c.:
los que mueran en penitencia: CtaO 41; Rnb 3,3-7; Rb 3,1-2;
Rnb 21,7; 23,4 - alégrese y Test 18.29 - cartas a los c.:
alabe al Señor el c.: ExhAD 1CtaCle; 2CtaCle. Cf. Sacerdo-
5.14; AlHor 7-8; OfP 3,4; 9,7; te, Teología.
14,7; 15,9; CtaO 26 - las cria- Codicia: no trabajar por c.:
turas del c.: ParPN 2; Cánt 5; Test 21 - la pobreza confunde
2CtaF 61; CtaO 13.28; Adm a la c.: SalVir 11; Adm 27,3.
5,2; Rnb 23,9; Test 40. Cf. Re- Cf. Avaricia, Desapropiación.
compensa, Reino, Salvación.
Comida: el que no come no
Ciencia: la letra que mata: juzgue al que come: Rnb
Adm 7,2-3 - las letras que dan 9,12; los hermanos pueden
vida: Adm 7,4; 2CtaF 83 - la comer de todos los alimentos:
c. del bien y del mal: Adm 2,1-5 Rnb 9,13; Rb 3,14. Cf. Ayuno.
- condiciones para el estudio
Comunión: Cf. Cuerpo y san-
de la teología: CtaAnt 2 - los
gre de Cristo, Eucaristía, Sa-
maestros de París se hacen
cramento.
Hermanos Menores: VerAl 4
- en la c. no está la verdadera Confesión: de todos los pe-
alegría: VerAl 4. Cf. Estudio, cados al sacerdote: 2CtaF 22;
Sabiduría, Teología. Adm 23,3; Rnb 21,6 - a un
sacerdote de la Orden: CtaM
Clara y las hermanas de San 13-18; Rnb 20,1; Rb 7,1-2 - a un
Damián: FVCl; NACl; UltVol. sacerdote católico: Rnb 20,2-3
Clérigo: los c. son ministros - a otro hermano: CtaM 19;
de la eucaristía: 2CtaF 14.33; Rnb 20,2-4 - que hace Francis-
Test 10 - son nuestros señores: co: CtaO 38-39 - bienaventu-
Rnb 19,3; TestS 5; aunque rado quien confiesa su culpa:
sean pecadores: 2CtaF 33-35; Adm 22,2; 23,3 - c. a las mu-
Adm 26,1-3; Test 9 - fieles y jeres: Rnb 12,3-4. Cf. Peniten-
sumisos a los c.: TestS 5 - salu- cia, Sacerdote, Sacramento.
Escritos de Francisco de Asís
318

Confianza: orar con c.: OfP c. puro: 2CtaF 14 - orar con puro
2,4-5; 3,1-2; passim - mani- c.: Rb 10 ,9 - presa codiciada
festar confiadamente las pro- por Satanás: Rnb 22,19-20
pias necesidades: Rnb 9,10; Rb - del c. salen los vicios y peca-
6,8 - mendigar con c.: Rb 6,2. dos: 1CtaF 2,12; 2CtaF 37.69;
Rnb 22,7-8 - alusiones varias
Conocimiento: petición de la
al c.: ParPN 5; 2CtaF 18; CtaO
gracia del c.: OrSD 3 - de Dios: 6.7.20 .22.28.42; Adm 1,14;
ParPN 3-4.6; Adm 1,2-9.19-21 21,2; 28,3; Rnb 9,14; 12,5;
- el mero c. no basta: 2CtaF 68; 22,7-8.13.17; 23,8 - ilumina
Adm 5,6. Cf. Ciencia, Sabidu- las tinieblas de mi c.: OrSD 1.
ría, Teología.
Cordero: Cristo, c. sacrificado:
Consagración, consagrar: el ExhAD 17; AlHor 3; CtaO 19.
cuerpo y sangre de Cristo: Cf. Cristo, Eucaristía.
CtaCle 1-2; 1CtaCus 2; CtaO
37; Adm 1,9. Cf. Santificación. Corrección: de Dios a los que
ama: Rnb 10,3 - de los minis-
Consejo: seguir los c. de tros a los hermanos con cari-
nuestro Señor Jesucristo: dad: CtaM 9; Rb 10,1 - de los
2CtaF 39; CtaO 7 - a Clara y hermanos unos a otros: Rnb
las hermanas de San Damián: 5,5 - soportarla con pacien-
ExhCl 1-6; UltVol 1-2 - de los cia: Adm 22,1 - dichoso: el
hermanos a las mujeres: Rnb que acepta la c.: Adm 22,2-3;
12,2-4 - a los candidatos a la el que se mantiene bajo la
Orden respecto a la distribu- vara de la c.: Adm 23,2. Cf.
ción de los bienes: Rb 2,8. Cf. Admonición, Castigo, Consejo.
Admonición.
Creador: Dios c.: Trinidad:
Conversión: Cf. Penitencia. ParPN1; Rnb 16,7; 21,2;
Corazón: amar y orar a Dios 23,1.3.9.11 - el Hijo: 2CtaF 11
con todo el c.: ParPN 5; 1CtaF - por la palabra: CtaCle 3 - ha
1,1; 2CtaF 18-19; Rnb 22, de arraigar en nosotros la cel-
26.29; Rb 10,9 - vuelto a Dios: situd del c.: CtaO 34 - las cria-
Rnb 22,19 - limpio: Adm 16,2 turas conocen y sirven al c.:
- bienaventurados los lim- Adm 5,2 - dar gracias al c. Rnb
pios de c.: Adm 16,1 - llevar 10 ,3. Cf. Criatura.
a Dios en el c.: 1CtaF 1,10 ; Criatura: excelencia de la c.,
2CtaF 53 - recibir a Cristo con el hombre: Adm 5,1 - creada
Índices

319
a imagen y semejanza de 1,8.19-20; Rnb 16,9; 23 - hijo
Dios: Rnb 23,1.3 - la Trinidad de María: OfP ant; 7,3; 11,6;
en la creación: Rnb 23,1 - las 15,3; Rnb 23,3 - nació por no-
demás c. obedecen a Dios me- sotros: OfP 15,7 - nos redimió
jor que el hombre: Adm 5,2 con su sangre: CtaO 4 - la
- que toda c. rinda gloria a humanidad y la divinidad de
Dios: AlHor 8; OfP 7,4; 9,7; C.: Adm 1,7-9 - se muestra en
14,6; 15,9; 2CtaF 61 - alabar carne verdadera: Adm 1,19;
al Señor por y con sus c.: Cánt en el pan consagrado: Adm
- alaban a Dios: ExhAD 5-6. 1,20 - humildad y pobreza de
9.13.14; AlHor 1-10; Cánt - la C.: Rnb 9,1 - vida y pobreza
obediencia somete al cuerpo de C.: UltVol 1 - pobre y hués-
a las bestias y fieras: SalVir 1 ped: Rnb 9,5 - traicionado:
- sometidos a toda c.: 2CtaF Rnb 22,2 - cordero degolla-
47; Rnb 16,6. Cf. Creador. do: ExhAD 17; AlHor 3 - ha
dado su vida por obediencia:
Cristiano: declararse como tal: CtaO 46 - ha sufrido: Adm 6,1
Rnb 16,6 - los hermanos pre- - ha rogado por nosotros:
diquen a los infieles para que 2CtaF 56; Rnb 22,41-55 - da
se hagan c.: Rnb 16,7 - no bus- gracias al Padre por nosotros:
quen en provecho propio que Rnb 23,5 - ha subido al cielo:
los otros sean mejores c.: OfP 9,10 - camino, verdad y
CtaM 7 - carta a todos los c.: vida: Adm 1,1 - nuestra luz:
2CtaF 1. OfP 9,6; 1CtaF 2,7; 2CtaF 66
Cristo: Hijo de Dios: CtaO - pastor: Adm 6,1; Rnb 22,
4.6.26-27 - Dios: 2CtaF 62 32-35 - alimento: ParPN 6
- altísimo: 2CtaF 61; Adm 1,9 - juez: OfP 6,16; 7,11; 11,6;
- alto y glorioso Dios: OrSD 1 CtaA 8; CtaCle 9.14; Rnb 4,6;
- Hijo glorioso: 2CtaF 11 - que 9,6; 16,4; 23,4 - debemos afe-
ha de vivir eternamente: CtaO rrarnos a sus palabras, vida y
22 - Verbo del Padre: 2CtaF 3-4 doctrina: 1CtaF 2,19; Rnb
- por quien todo fue hecho: 22,41 - oración a C. crucifica-
2CtaF 12 - enviado por el Pa- do: OrSD; Test 5 - ser esposos,
dre: OfP 7,3; 11,6; 15,3 - Hijo hermanos y madres de C.:
del hombre: Rnb 16,9; 22,27 1CtaF 1,7; 2CtaF 50 -53.56.
- verdadero Dios y verdade- Cf. Dios, Hijo de Dios, Seguir,
ro hombre: 2CtaF 4; Adm Trinidad.
Escritos de Francisco de Asís
320

Crucíferos: VerAl 14. metido al espíritu: SalVir 15


Cruz: crucifixión de Cristo, - objeto de desprecio: 2CtaF 46
obra del hombre y de los de- - aborrecerlo con sus vicios:
monios: Adm 5,3 - sacrificio 2CtaF 37; Rnb 22,5-8 - lo dul-
voluntario del Hijo de Dios: ce y amargo al c.: 2CtaF 69
ParPN 7; 2CtaF 11; para nues- - tenerlo bajo el dominio de
tra salvación: Rnb 23,3; Test uno mismo: Adm 10 ,2 - los
5 - llevar la c.: OfP 7,8; 15,13; gusanos lo devorarán: 2CtaF
2CtaF 40 ; Adm 5,8; 6,1-2; 85. Cf. Carne.
Rnb 1,3 - la c. es nuestro título Cuerpo y sangre de Cristo:
de gloria: Adm 5,8. Cf. Pasión. presente en la eucaristía:
Cuaresma: tiempo de ayuno CtaCle 3; Adm 1,22; Test 10
para los hermanos: Rb 3,5-9 - desciende a nuestras manos:
- comidas cuaresmales: NACl CtaCle 8 - consagrado por las
4.9. Cf. Ayuno. palabras: CtaCle 1-2; 1CtaCus
2 - administrado por los sa-
Cuerpo, corporal: dado por cerdotes: Adm 26,3; 2CtaF
Dios: Rnb 23,8 - a imagen de 34; Test 12 - lo recibe el Espíri-
Cristo: Adm 5,1 - es templo tu del Señor: Adm 1,12 - casti-
del Espíritu Santo: Rnb 12,6 go de los profanadores del c.:
- todas las energías y sentidos CtaO 17-20 ; Adm 1,13 - ha
del c. empleados en el amor honrado a María: CtaO 21 - y
de Dios: ParPN 5 - somos ma-
nos salva: CtaCle 3; 1CtaCus 6
dres de Cristo cuando lo lle-
- recibirlo: 1CtaF 1,3; 2,2; 2CtaF
vamos en el c. por el amor:
6.15.23-24.34.63; CtaCle 8;
2CtaF 53 - tomar el c. y llevar
CtaA 6; 1CtaCus 6 - honrarlo:
la cruz: OfP 7,8; 15,13 - man-
tener mortificado el c.: 2CtaF CtaCle 1.11; 1CtaCus 2.4;
40 ; SalVir 15; Adm 3,3; Rnb CtaO 12.14; Test 11 - las es-
16,10 - no temer a los que lo pecies eucarísticas de pan y
matan: Rnb 16,17-18 - no vino: 2CtaF 6; CtaO 19.27;
pedir documento en caso de Adm 1,9.19.21. Cf. Comu-
persecución del c.: Test 25 nión, Eucaristía, Misa.
- casto: 2CtaF 14 - servir cor- Cuidado, cuidar: Francisco
poralmente al mundo: 2CtaF promete tener un amoroso c.
65-66 - preocupados en ex- y una especial solicitud de
ceso por el c.: Rnb 10,4 - so- Clara y sus hermanas: FVCl 2
Índices

321
- amar y c. al hermano: Rnb fuga no es motivo de gloria:
9,11; Rb 6,8 - los ministros Adm 5,7 - no son los d. los
tengan un solícito c. de los que crucificaron al Señor:
hermanos en sus necesida- Adm 5,3 - condiciones para
des: RB 4,2 - c. y preocupa- que no perjudique: Adm 10,4
ciones de este mundo: 2CtaF - perjuicios de sus sugestio-
65; CtaA 3; SalVir 11; Rb 10,7 nes: Adm 2,4 - ha de encon-
- los cuidados de esta vida: trarnos ocupados: Rnb 7,10-11.
1CtaF 2,5; 2CtaF 65 - pospo- Cf. Enemigo.
ner todo c. y preocupación: Desapropiación: sin nada pro-
CtaA 6. Cf. Solicitud. pio: Adm 2, 2-3; 3,1-6; 4,1-3;
Custodio: Dios es nuestro c.: 5,5-8; 7,4-5; 14; Rnb 1,1; Rb
AlD 6 - cartas a los c.: 1 y 1,1; 10,2 - la restitución, obra
2CtaCus - ministros y c.: CtaO de d.: AlHor 11; OfP ben;
2; 35 - c. y guardianes: CtaO Adm 7,4; 11,4; 18-2; CtaO 29;
47. - su oficio: CtaM 17.21; Rnb 17,17-18. Cf. Bienes, Bol-
REr 9; Rnb 4,6; 5,1; Rb 4.2; sa, Dinero, Posesión, Rico.
8,2-5; Test 31-35 - los herma- Deseo: Dios sobre todas las
nos pueden hablar en los ere- cosas deseable: 1CtaF 1,13;
mitorios con los ministros y c.: 2CtaF 56; Rnb 23,11 - amar a
REr 9 - tengan consigo la Car- Dios con todos los d. y quere-
ta a la Orden: CtaO 47 - los res: ParPN 5; Rnb 23,8- de-
hermanos que pecan y los c.: sear, por encima de todo, el
CtaM 16-17; Test 31-32. Cf. Espíritu del Señor: Rnb 17,16;
Guardián, Ministro. Rb 10,9 - desear estar tal como
Demonio: enemigo del hom- Dios quiere: Rnb 10,3 - no de-
bre: 2CtaF 69.82 - engaña: sear estar por encima de na-
2CtaF 68; Rnb 10,4; 22,9 - hi- die: 2CtaF 47 - los que cami-
jos del d.: 1CtaF 2,7; 2CtaF 66; nan tras los malos d.: 1CtaF
Rnb 21,8 - realizan sus obras: 2,3-4; 2CtaF 64-65 - el d. des-
Rnb 21,8 - quiere cegar: Rnb ordenado de las cosas ahoga
8,4 - su ciencia: Adm 5,5-6 la Palabra de Dios: Rnb 22,16
- la santa sabiduría y la cari- - la Sede Apostólica atiende
dad confunden al d.: SalVir los piadosos d. de Francisco y
9.13 - es expulsado por el sus hermanos: Rb bula 2. Cf.
ayuno: Rnb 3,1 - ponerlo en Quereres, Voluntad.
Escritos de Francisco de Asís
322

Desobediencia: cuando se re- los que lo piden: Rnb 8,8.10


cibe una orden en contra del - no recibirlo ni siquiera como
alma y la Regla: Adm 3,7; Rnb salario del trabajo: Rnb 2,5-7;
5,1-3; Rb 10,1.3 - si lo manda- 7,7; 8,3; Rb 4,1-3; 5,3 - es
do va contra la forma de vida apóstata y ladrón quien lo tie-
de los hermanos: Rnb 4,3; Rb ne o lo recibe: Rnb 8,7 - no
10 ,1.3 - donde se comete pe- valorarlo más que a las pie-
cado: 2CtaF 41 - vagar fuera de dras: Rnb 8,3-6 - guardarse
la obediencia: Rnb 2,10 ; 5,16 mucho del d.: Rnb 8,11 - es-
- maldito quien vive fuera de la conder el d. del Señor: Adm
obediencia: Rnb 5,16 - los que 18,2. Cf. Bien, Limosna, Rico.
no obedecen son homicidas: Dios: Francisco multiplica los
Adm 3,11. Cf. Obediencia. términos para designar a Dios.
Desprecio: no despreciar a los Recogemos sólo algunos de
clérigos: Adm 26,2 - no des- los que permiten precisar su
preciar a los que comen o vis- ser y actividad, y remitimos a
ten bien: Rb 2,17 - ser tenido algunos otros más importan-
por despreciable: Adm 19,2 tes: lista de títulos dados a D.:
- soportar d. por el Señor: OfP AlHor 11; ParPN 1; AlD 1-7;
5,7.9 - hacer del propio yo Cánt 1; CtaO 51-52; Rnb
egoísta objeto de d.: 2CtaF 46. 23,1.9.11 - D. es misericordia:
Cf. Humillación. OfP 11,9; 12,7.10 - refugio: OfP
11,7-8; AlD 6 - salvador: OfP
Devoción: trabajar con d.: 1,10 ; 2,1.12; 4,10 ; 14,2-3.7
CtaAnt 2; Rb 5,1 - no apagar el - protector: OfP 12,3.5.9;15,1;
espíritu de oración y d.: Rb 5,2 AlD 6 - grande y sumo: OrSD
- decir el oficio con d.: CtaO 41. 1; AlHor 11; ParPN 2; AlD 2.7;
Difunto: orar por los d.: Rnb 2CtaF 54; CtaO 15.27.34;
3,6.10 ; Rb 3,4. FVCl 1; Rnb 23,1-2 - sobre to-
Dignidad: recibir con d. la eu- das las cosas deseable: Rnb
caristía: 2CtaF 24 - del sacer- 23,11- omnipotente: AlHor
1.11; AlD 2.7; Cánt 1; 2CtaF
dote: CtaO 24 - del hombre:
62; CtaA 7; 1; 1CtaCus 8; CtaO
Adm 5,1 - apego a una d.:
9.13.16.48.50 .52; Rnb 9,4;
Adm 19,3-4. Cf. Cargo. 16,7; 21,2; 22,27; 23,1;
Dinero: no llevarlo: Rnb 14,1 24,2.4- justicia: AlD 5; OfP
- no pedirlo, ni acompañar a 6,16;7,11; 11,6 - obra como
Índices

323
le place: CtaO 15.33 - sólo él Discreción: en la administra-
hace maravillas: AlD 1; OfP ción de la eucaristía: 1CtaCus
9,1; 10,9 - es el bien, el sumo 4 - en el ayuno: NACl 3 - en el
bien, el único bien: AlHor 11; uso de las limosnas: ExhCl 4
ParPN 2; Rnb 23,9 - fuente - desecha la superfluidad y el
de todo bien: ParPN 2; Rnb endurecimiento: Adm 27,6
17,17-18; 23,8 - nuestra espe- - sacerdotes discretos: Rnb
ranza: OfP 6,15; 12,1.4; AlD 7 20 ,2. Cf. Prudencia.
- se da totalmente, con su gra-
cia y ayuda: CtaM 13.22; CtaO Disputas: los hermanos no
15.29; Rnb 9,11.16; 11,2; tengan d. ni entre sí ni con
23,11 - se llega a él por sola otros: Rnb 11,3; 16,6; Rb 3,10.
su gracia: CtaO 52 - manifies- Dolor: de Cristo: OfP 6,1.1
ta sus obras a quien quiere: - del orante: OfP 13-2 - de
Adm 28,2 - obra por medio Francisco: TestS 2 - los herma-
de nosotros: Rnb 17,6 - el nos han de considerar ami-
hombre no es digno de pro- gos a quienes les causan d.:
nunciar su nombre: Cánt 2; Rnb 22,3. Cf. Enfermedad.
Rnb 23,5. Cf. Altísimo, Cristo,
Dominio: ninguno de los her-
Espíritu Santo, Eterno, Padre,
manos tenga poder o d.: Rnb
Rey, Santísimo, Trinidad.
5,9-10 - ni con otros: 2CtaF
Dios-Espíritu Santo: Cf. Espí- 47; Rnb 7,1-2. Cf. Humildad,
ritu Santo. Sumisión.
Dios-Hijo: Cf. Cristo, Hijo de Doxología: AlHor 4.9-10; OfP
Dios. 1,11 et passim; 2CtaF 62;
Dios-Padre: Cf. Padre. CtaO 4; Rnb pról 1; 3,10 ;
Dios-Trinidad: Cf. Trinidad. 17,19; 21,2; 23,6.10 ; 24,5.
Cf. Acción de gracias, Adora-
Discernimiento: administra- ción, Alabanza, Bendición.
ción y recepción de la euca-
ristía sin d.: 2CtaF 24; CtaCle Dulzura: Dios, Cristo es d.: AlD
4-5; CtaO 19 - en diversas cir- 7; 1CtaF 13; 2CtaF 56; Rnb
cunstancias: Rnb 16,4; 17,2; 23,9 - para Francisco lo amar-
Rb 12,1-2 - con el pecador: go se convirtió en d.: Test 3 - es
Rnb 5,6; Rb 7,2. Cf. Expresio- dulce a la carne el pecado:
nes familiares. 1CtaF 2,11; 2CtaF 69.
Escritos de Francisco de Asís
324

Ejemplo: de Cristo, para que Enfermedad, enfermo: Fran-


sigamos sus huellas: 2CtaF 13 cisco e.: 2CtaF 3; CtaO 29;
- dar buen e.:1CtaF 1,10; 2CtaF CtaJac 6; TestS 2; Test 29 - la
53; Adm 7,4 - el mal e. siembra gracia de sanar e.: VerAl 6
la muerte: Adm 3,11; Rnb 4,6 - paciencia en la e.: Cánt 10;
- no airarse por el mal e.: Rnb Rb 10 ,9; ExhCl 5 - los e. exi-
5,7 - el e. del trabajo: Test 21. gentes: Rnb 10,4 - los e. den
Cf. Apostolado, Testimonio. gracias por todo: Rnb 10 ,3
- los hermanos pueden reci-
Elías (hermano): CtaO 2.38. bir dinero en caso de mani-
40.47. fiesta necesidad de los her-
Elías (profeta): Rnb 23,6. manos e.: Rnb 8,3.7 - servicio
Encarnación: la carne verda- a los e.: Rnb 10 ,1-2: Rb 4,2;
6,9; ExhCl 5 - gozarse de vivir
deramente humana de Cris-
con los e.: Rnb 9,2 - amor al
to: OfP 15,3.7; 2CtaF 4.11; hermano e.: Adm 24 - ruego
Adm 1,8.16.19.20 - anuncio a los e.: Rnb 23,7 - trato a las
de la e.: 2CtaF 11. Cf. Cuerpo hermanas e.: NACl 3 - los e.
y sangre de Cristo. pueden cabalgar: Rnb 15,2;
Enemigo: de Dios: OfP 10,2 Rb 3,12 - no necesitan de
- del orante: OfP 1,2.6; 2,3; médico los sanos sino los e:
3,5; 4,2.3.8; 5,12; 13,3-4; 14,4 CtaM 15; Rnb 5,8 - invitación
- el temor de Dios protege del a sanos y e. a perseverar en la
e.: Adm 27,5 - exponerse por verdadera fe y en la peniten-
Cristo a los e.: Rnb 16,11 - e. cia: Rnb 23,7. Cf. Leproso.
visibles e invisibles: Adm 10,4; Enoc: Rnb 23,6.
Rnb 16,11 - los hermanos,
Envidia: es una blasfemia:
instigados por el e.: CtaM 14;
Adm 8,3 - procede del cora-
Adm 10 ,1-4; Rb 7,1 - e. del zón y mancha al hombre:
alma: la carne: 1CtaF 2,11; Rnb 22,7 - han de evitarla los
2CtaF 69; Rnb 10,4; el demo- hermanos: Adm 8; Rb 10 ,7.
nio: 1CtaF 2,11; 2CtaF 69; el
mundo: 1CtaF 2,11; 2CtaF 69; Epifanía: OfP 15 - la cuares-
la ociosidad: Rnb 7,11; Rb 5,2; ma que comienza en la E.:
Test 21 - amar a los e.: ParPN Rnb 3,11; Rb 3,6.
8; 2CtaF 38; Adm 3,8-9; 9,1-4; Eremitorio: vida en los e.: Rnb
Rnb 22,1-4; Rb 10 ,10 . 7,13; REr 1-10 - amar a los
Índices

325
her manos que nos hacen miento carnal y no e. de los
daño vale más que vivir en hermanos: Rnb 5, 4-5 - animar
un e.: CtaM 8. e.: Rnb 4,2 - los hermanos
Escándalo: evitar todo moti- han de tratarse e. y con amor:
vo de e.: Rnb 7,1; Rb 11,3 - no Rnb 4,2; 5,8; 7,15 - consejo e.
son pobres los que se escan- a las mujeres: Rnb 12,3-4 - her-
dalizan porque se les quita mano e.: Rb 6,8 - amigos e.:
una cosa: Adm 14,3. Rb 4,2 - amonestar e: Rnb 4,2
- ayuda e.: Rnb 5,8.
Escritos: redactados por Fran-
cisco para la salvación: Rnb Espíritu Santo: da gracias al
Padre, junto con Cristo: Rnb
24,1-2; ponerlos en práctica:
23,5 - habita en los fieles:
2CtaF 86-89; CtaCle 15; CtaA
1CtaF 1,6; 2CtaF 48; Adm
9; CtaM 21; CtaO 47-48; Rnb
1,12; Rnb 12,6 - nos concede
24,2; difundirlos: 2CtaF 89;
confesar a Jesús como Señor:
1CtaCus 9. Cf. Regla, Testa-
Adm 8,1 - unidos a Jesucristo
mento. por el E.: 1CtaF 1,8; 2CtaF 50
Esperanza: Dios es nuestra e.: - recibe el cuerpo del Señor:
OfP 2,4; 3,2; 6,15; 11,7; Adm 1,12 - ver y creer en el
12,1.4; 13,5; AlD 5.7 - peti- Señor Jesús según el espíritu
ción de e.: OrSD 2. y la divinidad: Adm 1,8 - ilu-
Espíritu: de oración: CtaAnt mina y enciende: SalVM 6;
2; Rb 5,2 - de las divinas letras: CtaO 51 - María, esposa del E.:
Adm 7,4 - e. y vida: 1CtaF OfP ant 2 - Clara y sus her-
2,21; 2CtaF 3; Rnb 22,39; manas, esposas del E.: FVCl 1
Test 13 - la obediencia somete - los frutos del E.: Adm 12,1;
el cuerpo al e.: SalVir 15 - po- Rnb 17,14-16; Rb 10 ,9-10
breza de e.: Adm 14,1-4 - e. - hace de los fieles esposos de
de la carne: Rnb 17,11-13. Cristo: 1CtaF 1,8; 2CtaF 55 - nos
hace fieles a Dios: SalVM 6
Espiritual, espiritualmente: la - todo fue creado por el Hijo
mirada e. de los apóstoles: con el E.: Rnb 23,1 - dar gra-
Adm 1,20 - la sabiduría e.: cias a Dios con el Hijo y el E.:
2CtaF 67 - vivir e. entre los in- Rnb 23,6 - el E. del Señor y su
fieles: Rnb 16,5 - observar e. la santa operación: Rnb 17,14-16;
Regla: Rb 10 ,4 - comporta- Rb 10 ,9.
Escritos de Francisco de Asís
326

Esposa/o: la Virgen María, e. del amor y pasión de Cristo


del Espíritu Santo: OfP ant 2 por nosotros: ParPN 6 - es ne-
- Clara y sus hermanas, e. del cesario venerar la e.: CtaCle 11;
Espíritu Santo: FVCl 1 - somos 1CtaCus4.7; CtaO 22; Rnb
esposos de Cristo: 1CtaF 1,7-8. 20,5 - se ha de recibir la e. para
12; 2CtaF 50 -51.55. salvarse: 2CtaF 22-23; CtaA 6;
Estudios: agrada a Francisco 1CtaCus 6. Cf. Comunión,
que Antonio enseñe teología: Cuerpo y sangre de Cristo,
CtaAnt - condiciones para el
Misa,Sacerdote, Sacramento.
e. de la teología: CtaAnt 2 - los Evangelio: vivir según el E.:
que no saben letras no se pre- FVCl 1; Rnb 5,17; 22,41; Rb 1,1;
ocupen de aprenderlas: Rb 12,4; Test 14; BenBer 2 - la
10,7 - la letra mata: Adm 7. Cf. Regla es observar el E.: Rb 1,1;
Ciencia, Sabiduría, Teología. 2,5; 3,13-14; 12,4; BenBer 2
- dice el Señor en el E.: 1CtaF
Eterno: Dios es e.: ParPN 2; 2,12; 2CtaF 18.37.69; Adm
AlD 7; CtaO 50; Rnb 23,6.11. 3,1; Rnb 2,14; 5,10; 8,1; 16,8;
- Dios es el bien e: ParPN 2 22,6.10 - según el santo E.:
- bendito por siempre su nom- Rb 2,13; 3,14 - seguir el E.:
bre: OfP 10,10 - Cristo vive e.: Rnb 5,17 - tener presente el
CtaO 22 - Dios da la vida e: santo E: Rnb 22,41. Cf. Sagra-
ParPN 2; Adm 1,11; 6,2; Rnb da Escritura.
1,5; 10,3; 20,5 - el descanso e.:
Rnb 3,10 - salvar el alma para Examen: de los que se incor-
la vida e.: Rnb 16,11; 17,8; poran a la Orden: Rb 2,2 - de
22,4 - el diablo quiere arre- los predicadores: Rb 9,2 - de
batarnos la vida e.: Rnb 22,5 los que quieres ir entre infie-
- el fuego e.: 2CtaF 85; Rnb les: Rnb 16,4; Rb 12,2.
21,8; 23,4. Cf. Fuego, Vida. Exhortación: Cf. Admonición.
Eucaristía: verdadero cuerpo Expresiones familiares: por el
del Señor: Adm 1,9-13.18-21 amor de Dios, de Jesucristo:
- Jesucristo desciende diaria- Adm 9,3;15,2; REr 5 - os rue-
mente a nosotros: CtaO 27-28; go con gran amor: ExhCl 4
Adm 1,19-22 - en virtud de la - aconsejo, amonesto, exhorto:
palabra: 2CtaF 6-7; CtaCle 2; CtaA 6; CtaO 30.35; Rb 2,17;
1CtaCus 2; CtaO 37 - memorial 3.10; 3,9-10; 9,3; 10,7 - amo-
Índices

327
nesto y exhorto: CtaO 30 ; Rb en la f.: Rnb 23,7 - firmes en la
2,17; 3,10 ; 9,3; 10 ,7 - con la f. católica: Rb 12,4 - f. en los
bendición de Dios: CtaL 3; clérigos: Adm 26,1; Test 6-10
REr 9; Rnb 2,14; 8,9; 21,1; Rb - f. en las iglesias: Test 4 - exa-
2,16; Test 26 - por la caridad minar la f. de los que quieren
que es Dios: 1CtaF 2,19; 2CtaF abrazar la vida de los herma-
87; Rnb 17,5; 22,26 - yo, Fran- nos: Rb 2,2-3 - si alguno se
cisco, el pequeñuelo: 2CtaF apartara de la f.: Rnb 19,2 - no
1.87; CtaA 1; 1CtaCus 1; CtaO está la verdadera alegría en
47; Test 34.41; UltVol 1 - pa- convertir a todos a la f.: VerAl 6.
recer según Dios: Rnb 5,6; Rb Cf. Confianza, Virtud.
2,10; 7,2 - si le parece conve- Felipe (apóstol): Adm 1,3-4.
niente: Rb 8,5 - como te pa- Cf. Apóstol.
rezca que agradas al Señor:
CtaL 3 - guardarse de: Rnb 2,2; Fidelidad: el alma fiel: 1CtaF
7,13.16; 8,1.5.11-12;11,1;12,1; 1,8; 2CtaF 51 - en el trabajo:
17,2.9; 21,9; 22,10.19; Rb 2,7; Rb 5,1 - cumplir fielmente la
10 ,7; Test 24 - en el nombre penitencia: Rnb 20 ,2.
del Señor: Rnb 4,1; 24,1; Rb Fornicación: el hermano que
1,1; 8,4. - como quisiera que fornica: Rnb 13,1-2 - del cora-
se hiciera consigo, de encon- zón sale la f.: Rnb 22,7.
trarse en un caso semejante:
2CtaF 28.43; CtaM 17; Adm Francia: el rey de F. viene a la
18,1; Rnb 6,2; 10 ,1; Rb 6,9. Orden: VerAl 5.
Extranjero: Cf. Peregrino. Francisco: hombre vil y ca-
duco, vuestro siervo: CtaO 3
Familiaridad: de los hermanos - hombre inútil y criatura in-
entre sí: Rb 6,7-9 - de los mi- digna: CtaO 47 - pequeñuelo:
nistros con los demás herma- 2CtaF 1.87; CtaA 1; 1CtaCus 1;
nos: Rb 10 ,5. Cf. Fraternidad, CtaO 47; Test 34-41; UltVol 1
Madre. - el hermano: VerAl 9 - recita el
Fe: Dios es nuestra f.: AlD 7 OfP: OfP intr - dirige sus cartas:
- dame f. recta: OrSD 2 - Dios 2CtaF 1.87; CtaA 1; CtaO 3;
salva a los que creen: Rnb 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaL 1;
23,11 - los hermanos supli- CtaAnt 1 - dicta La verdadera
can a todos que perseveren alegría: VerAl - da sus normas
Escritos de Francisco de Asís
328

sobre el ayuno a Clara y sus ritualmente y con amor: Rnb


her manas: NACl - dicta el 7,15; honrarse unos a otros
Testamento: Test 1.41 - quiere sin murmuración: Rnb 7,15;
vivir la vida y pobreza de Je- no insultar ni difamar, sino
sucristo: UltVol - ruega a Cla- amarse mutuamente: Rnb
ra y sus hermanas que vivan 11,1-8; el amor gratuito: Adm
en pobreza: UltVol 2-3 - pide 24,1; Rnb 10 ,1-2; Rb 6,9; la
al papa la aprobación de la misericordia y el perdón:
Regla: Rnb pról 2 - promete CtaM 9-11.15; Rnb 5,4-8;
obediencia al papa: Rnb pról la renuncia al poder: Rnb 5,9-10
3; Rb 1,2 - todos los herma- - los hermanos súbditos: Adm
nos están obligados a obe- 3,5; Rnb 5,3; Rb 10,2 - cuida-
decer a F. y sus sucesores: do y solicitud de Francisco y
Rnb pról 4; Rb 1,2 - los suce- de sus hermanos para con
sores de F.: Rnb pról 4 - el Clara y las hermanas de San
papa Honorio III se dirige a F.: Damián: FVCl 2 - la oración
Rb bula 1. común: Rnb 3,3-4; Rb 3,3;
Fraternidad: de los Hermanos Test 18.29 - única misa de la
Menores: CtaO 2; Rnb 5,4; F.: CtaO 30-33 - el trabajo y la
18,2; 19,2; Rb 8,1; 9,2; 12,3; mendicación a favor de los
Test 27.33 - la vida fraterna: hermanos: Rnb 7,8; Rb 5,1;
todos hermanos: Rnb 5,3-4. REr 5; Test 20 -21 - los falsos
9-14; 22,25.33; Rb 10,1-2; de hermanos y aquellos a quie-
una misma familia: Rb 6,7-9 nes Francisco no considera
- fundamento de la f.: todos hermanos: CtaO 44; Rnb 8,7.
hijos de Dios: CtaO 11; hijos Fuego: del Espíritu Santo: CtaO
del Padre celestial: 1CtaF 7; 51 - hermano f.: Cánt 8 - f. eter-
2CtaF 49; Rnb 22,33-34; her- no: 2CtaF 85; Rnb 11,4; 21,8;
manos de Jesucristo: 1CtaF 7; 23,4. Cf. Criatura, Infierno.
2CtaF 52.56; los hermanos,
don de Dios: Test 14 - carac- Gabriel (arcángel): 2CtaF 4;
terísticas de la vida fraterna: Rnb 23,6. Cf. Ángel.
la solicitud maternal: Rnb Gloria: Gloria al Padre y al Hijo,
9,10 -11; Rb 6,8; REr 1-9; el y al Espíritu Santo: AlHor 9-10;
servicio y la obediencia mu- ParPN 11; OfP 1,11, y passim;
tuos: Rnb 5,14; tratarse espi- 2CtaF 62; Rnb 3,10; 24,5 - Cris-
Índices

329
to acogido en la g.: OfP 6, acudir a su g.: CtaM 14 - los g.
11-12; 2CtaF 4.11; CtaO 22 han de poner por obra y con-
- la grandeza de la g. de Dios: servar la CtaO: CtaO 47-48.
OfP 14,4 - no buscar más que Cf. Custodio, Ministro.
la g. de Dios: ParPN 5 - tribu- Herencia: de la limosna: Rnb
tarle g.: AlHor 11; OfP 7,7; 9,8 - de la pobreza: Rb 6,4 - h.
9,8; 12,6; 15,8.12; Cánt 1; Rnb terrena: 1CtaF 1,17, 2CtaF 84.
17,18 - la g. de Dios sobre Cf. Cielo, Reino, Salvación.
toda la tierra: OfP 3,12; 7,11
- no gloriarse: Adm 4,2; 6,3; Hermano: con este término
17,1; 19,1; Rnb 17, 9; Rb 10,7 Francisco se designa habi-
- gloriarse en la debilidad: tualmente a sí mismo y a los
Adm 5,8. Cf. Honor, Vanidad. miembros de su Fraternidad.
Otros usos: h. espiritual: Rb 6,8
Glosa: no introducir g. en la - h. criaturas: Cánt 3-9.12- es-
Regla ni en el Testamento: posos, h. y madres de Jesu-
Test 38-39. cristo: 1CtaF 1,7.9; 2CtaF
Gracia: de Dios: SalVM 6; 50 .52 - renunciar a padre,
CtaO 15.43.52; CtaJac 2; Rnb madre, h.: Rnb 1,4-5 - la sabi-
9,11.16; 11,2; Rb 5,1 - en duría es h. de la simplicidad:
Dios está toda la g.: Rnb 23,9 SalVir 1 - la pobreza h. de la
- todo es g.: CtaM 2 - que Dios humildad - la caridad h. de la
reine en nosotros por la g.: obediencia: SalVir 3. Cf. Criatu-
ParPN 4 - María, plenitud de ra, Cristo, Familia, Fraternidad.
la g.: ExhAD 4; SalVM 3 - de Hermosura: Cf. Belleza.
Dios a Francisco: VerAl 6; Test
Hijo: 2CtaF 73; Rnb 1,4.5 - h.
1-4.6.14.23.39 - la g. de tra-
y madres en los eremitorios:
bajar: Rb 5,1 - restituir la g.: REr 2.8.9.10 - los hermanos
AlHor 11; Rnb 17,17-18; 23 de Francisco: CtaO 5; CtaL 3
- ultrajar el Espíritu de la g.: - h. de los hombres: Adm 1,14
CtaO 18. Cf. Acción de gra- - amar al hermano como una
cias, Alabanza. madre y más que una madre
Guardián: oficio: CtaM 12 a su h.: 9,11; Rb 6,8 - dejar
- custodios y g.: CtaO 47 - obe- mujer o h. por seguir a Cristo:
decer al g.: Test 27-28.30 - el Rnb 1,5 - h. del diablo: Rnb
que peca mortalmente ha de 21,8.
Escritos de Francisco de Asís
330

Hijo de Dios: Cristo H. de Dios janza de Dios: Adm 5,1; Rnb


ParPN 7; OfP 7,3; 9,2.4; 11,6; 23,1-2 - lo que es el h. ante
15,3; 1CtaF 1,13; 2,8; 2CtaF Dios tanto es y nada más: Adm
11.56.67; CtaO 4.18. 26-27; 19,2 - miseria e ingratitud del
todo ha sido creado por él: h.: 2CtaF 46; Adm 5,2-3; Rnb
Rnb 23,1.3; es nuestra salva- 22,6.19-24; 23,5.8 - no es
ción: OfP 7,3; 14,3; y nuestro digno de pronunciar el nom-
pan: ParPN 6; en él hemos de bre de Dios: Cánt 2; Rnb 23,5
creer: Adm 1,8.15; Rnb 16,7; - no percibe las cosas de Dios:
hemos de escuchar su voz: CtaCle 7 - propenso al peca-
CtaO 6; hemos de seguir sus do: 2CtaF 69; CtaO 19; 17,2;
huellas: CtaO 51 - María, h. y Rnb 22,7-8; 23,5.8 - no puede
esclava del Padre celestial: escapar de la muerte: Cánt 12
SalVM 1 - Clara y sus herma- - pierde todo lo que tiene:
nas: FVCl 1- Cristo es nuestro 2CtaF 31 - ser mansos con
hijo: 1CtaF 13; 2CtaF 56 - Fran- todos los h.: Rnb 11,9 - dar
cisco lo ve en los sacerdotes: conocer a Dios a todos los h.:
Test 9; y en la eucaristía: CtaO 9.26; Adm 20 ,2; Rnb
CtaCle 3; Adm 1,9.19.21; Test 16,8; 21,1 - no buscar la ala-
10 - es visto como el Padre y banza de los h.: CtaO 14;
el Espíritu Santo: Adm 1,7 - so- Adm 19,1; 21,2; 28,1 - no
mos h. de Dios: 1CtaF 1,7; confiar en el h.: 2CtaF 75 - lo
2CtaF 49.54; CtaO 11; Adm humano es caduco: 2CtaF 31;
15,1 - los pacíficos serán lla- Rnb 9,9. Cf. Cristo, Hijo de
mados h. de Dios: Adm 13,1; Dios, Menor, Prójimo.
15,1 - a imagen del H. único: Honestidad: trabajo h: Rnb
Adm 5,1. Cf. Cristo, Trinidad. 7,3; Test 20 - hablar honesta-
Hipocresía: se ha de desterrar: mente: Rnb 12,3; Rb 3,11.
Rnb 3,2; 7,16 - aunque les ta- Honor, honrar: de Dios, de
chen de h. no dejen de hacer Cristo: ExhAD 15; AlHor 3.11;
el bien: Rnb 2,15. OfP 7,7; 9,8; 15,12; Cánt 1;
Hombre: es un término fre- CtaA 7; 1CtaCus 7; CtaO 24;
cuente en los escritos de Fran- Rnb 21,2; 22,26 - al cuerpo y
cisco. He aquí alguno de sus sangre de Cristo: CtaCle 4-12;
principales usos: grandeza del CtaO 14-29; 1CtaCus 4; Test 11
h.: creado a imagen y seme- - a los sacerdotes: 2CtaF 33;
Índices

331
CtaO 23-25; Test 8 - a los teó- corrija con h.: 2CtaF 44; 2CtaF
logos: Test 13 - devolver h. 44; Rb 10 ,1 - los hermanos
por afrenta: Rnb 9,6-7 - con corrijan con h.: Rb 5,5 - tener
sólo referir las obras de los caridad y h.: 2CtaF 44 - tener
santos queremos recibir glo- h. y paciencia: Rb 10 ,9 - se
ria y h.: Adm 6,3. Cf. Gloria, prueba en las tribulaciones:
Veneración. Adm 13,1-3 - confunde la so-
Honorio III: Rb bula 1 - Fran- berbia y lo mundano: SalVir 12
cisco le promete obediencia - hermana de la pobreza: SalVir
y reverencia: Rb 1,2. Cf. Papa. 2; Rb 5,4; 6,2; 12,4 - aleja la
ira y la turbación: Adm 27,2
Hospitalidad: Cf. Acogida. - el Señor glorifica a los h.:
Huellas: seguir las h. de Cris- CtaO 28 - el agua es h.: Cánt 7
to: 2CtaF 13; CtaO 51; CtaL 3; - súplica h. a los santos: Rnb
Rnb 1,1; 22,2. 23,6. Cf. Menor.
Huésped: Cristo fue pobre y Humillación: aceptar humil-
h.: Rnb 9,5. Cf. Peregrino. demente las afrentas: Adm
6,2; 22,2-3 - hacer el cuerpo
Humildad, humilde: de Dios:
objeto de h.: 2CtaF 46 - no
AlD 4 - del Hijo de Dios: OfP
4,6-8; 1CtaF 1,13; 2CtaF 56; humillar al pecador: CtaM 15;
CtaO 27-28; Adm 1,16-18 Rnb 5,5.7-8.
- seguir al Señor en pobreza y Iglesia: María, virgen hecha I.:
h.: Rnb 9,1; 17,15; Rb 5,4; SalVM 1- miembros de la I.:
6,2; 12,4 - imitar la h. de Jesu- Rnb 23,7 - fe en la I.: Test 6
cristo: Rnb 9,3-6; 17,14 - el - permanecer fieles en la fe de
Espíritu del Señor promueve la I. Rnb 23,7 - sumisión a la I.:
la h.: Rnb 17,14-15 - h. en las Rnb pról 2-3; Rb 1,2; 12,3-4;
relaciones con Dios: Cánt 14; TestS 5 - aceptación de sus
Rnb 20 ,2.5; 23,10 - con los instituciones: CtaCle 1-3; CtaM
hombres: Adm 23,1-2; Rnb 19; CtaO 24; Rnb 2,12; 17,1;
9,2; 11,3; 23,7; Test 6.8 - con Rb 2,2; 3,1; Test 6-11.29 - pres-
los clérigos: 1CtaCus 2 - los cripciones y normas de la I.:
hermanos sean h. en toda cir- 2CtaCle 13; 1CtaCus 4; CtaO
cunstancia: 2CtaF 45.47; Adm 30; Adm 26,1; Rnb 2,12; 17,1,
12,3; 19,4; 22,2-3; Rnb 5,5; Rb 3,1 - no buscar privilegios
17,5-6; Rb 3,11 - el ministro de la curia romana: Test 25. Cf.
Escritos de Francisco de Asís
332

Cardenal, Clérigo, Fe, Obispo, 23,4 - para los que se irritan


Papa, Sacerdote, Sacramento. contra el hermano: Rnb 11,4.
Iglesias: fe en ellas: Test 4 Cf. Fuego.
- visitarlas a menudo: 2CtaF Inocencio III: aprueba la
33; Test 18 - adorar a Cristo Regla: Rnb pról 2; Rb bula 3
en todas las i.: Test 5 - i. de la - Francisco le promete obe-
Orden: Test 24 - no pedir es- diencia: Rnb pról 3 - los suce-
crito alguno a la curia roma- sores de I.: Rnb pról 3. Cf. Papa.
na a favor de una i.: Test 25
- i. de Santa María de los Án- Inspiración: movidos por di-
geles: Rnb 18,2. Cf. Objetos vina i.: FVCl 1; Rnb 2,1; 12,1;
de culto, Santa María de los Test 14 - juzgar según Dios:
Ángeles. CtaL 3; Rnb 5,6; Rb 2,10; 7,2
- hacer según la i. del Señor:
Iletrado: Francisco: CtaO 39; Rb 2,7. Cf. Espíritu Santo, Ex-
VerAl 11 - los hermanos: Rnb presiones familiares, Luz, Re-
3,9; Test 19 - no preocuparse velación.
de aprender letras: Rb 10 ,8.
Cf. Simplicidad. Interpretación: falsa i. de la
Biblia: Adm 7,3 - prohibición
Imitación: Cf. Seguimiento. de glosar la Regla y el Testa-
Inculto: Cf. Iletrado. mento: Test 38-39. Cf. Regla,
Infiel: misión entre los i.: Rnb Sagrada Escritura, Testamento.
16,1-7; Rb 12,1-2 - los her- Ira: los hermanos no se aíren
manos han ido a los i.: VerAl 6 ni siquiera por el pecado de
- se han convertido a la fe por otro: 2CtaF 44; Rnb 5,7; 10,4;
la acción de los hermanos: 11,4, Rb 7,3 - el que se deja
VerAl 6 - las virtudes nos ha- llevar de la i. atesora culpas:
cen de i. fieles a Dios: SalVM 6. Adm 11,2-3 - desterrada por la
Cf. Misión. paciencia y la humildad: Adm
Infierno: el demonio quiere 27,2 - es tentación del demo-
arrebatarnos la vida eterna: nio: Rnb 5,7. Cf. Turbación.
Rnb 22,5 - tormentos sin fin: Jerarquía: de la Iglesia: Cf. Car-
1CtaF 2,18; 2CtaF 85; CtaA 5 denal, Clérigo, Obispo, Papa,
- para los que no quieren ha- Prelado, Sacerdote.
cer penitencia: 1CtaF 2,15;
2CtaF 63-85; Rnb 21,8; 22,5; Jesucristo: Cf. Cristo.
Índices

333
Juan (apóstol-evangelista): León (hermano): BenL; CtaL;
Rnb 23,6. Cf. Apóstol. VerAl 1.
Judas: CtaO 16. Leproso: a Francisco le era
Juicio: la profundidad de los j. amargo ver l. y el Señor le
de Dios: ParPN 3 - rendir cuen- condujo en medio de ellos:
tas en el día del j.: 1CtaF 2,22; Test 1-2 - pedir limosna para
2CtaF 87; CtaA 8; CtaCle 9.14; los l.: Rnb 8,10 - gozarse de
Rnb 4,6; 9,14-15; 16,4 - el j. a vivir con los l.: Rnb 9,2. Cf.
los clérigos pertenece a Dios: Enfermedad.
Adm 26,2 - los que tienen el Letrán: el papa Honorio III
cargo de juzgar, háganlo con aprueba la Regla en L.: Rb
misericordia: 2CtaF 28-29 - no bula 7.
juzgar a los demás: Rnb 9,12;
11,10 ; Rb 2,17; 3,10 ; Test 9 Letras: Cf. Estudios.
- cada uno se juzgue a sí mis- Libro: los clérigos tengan los
mo: Adm 12,3; 19,1 - comer l. necesarios para su oficio:
y beber la propia sentencia: Rnb 3,7 - los que no saben
Adm 1,13; 2CtaF 24 - j. sin leer no los tengan: Rnb 3,9
misericordia para los que no - no deben ser pretexto para
tuvieron misericordia: 2CtaF aceptar dinero: Rnb 8,3 - los
29 - es reo del j. el que se deja l. litúrgicos: CtaO 34.
llevar de la ira: Rnb 11,4. Limosna: Jesucristo pidió l. y
Ladrón: el hermano que re- vivió de l. con María y los
cibe dinero: Rnb 8,7 - acoger apóstoles: Rnb 4-5; 9,8 - es la
a l. y bandidos: Rnb 7,14. Cf. herencia y justicia de los po-
Dinero. bres y la mesa del Señor:
Laico: mensaje a todos los l.: Rnb 9,8;Test 22 - no tener
2CtaF 1-2; CtaA 7; Rnb 23,7; vergüenza de pedir l.: Rnb
Test 38 - todos los hermanos, 9,3-7; Rb 6,3 - pedir l.: en los
clérigos y l.: Rnb 15,1; 20 ,1 eremitorios: REr 5; como los
- oficio divino de los herma- otros hermanos: Rnb 7,8; con
nos l.: Rnb 3,8-10 ; Rb 3,2-3; confianza: Rb 6,2-3; para los
Test 18 - confesión a un her- leprosos: Rnb 8,10 ; cuando
mano l.: CtaM 19-20; Rnb 20,3 no les dan el precio del tra-
- los ministros provinciales que bajo: Rnb 7,8; Test 22 - no
son l.: Rb 7,2. pidan ni acepten dinero ni
Escritos de Francisco de Asís
334

pecunia: Rnb 8,8; Rb 4,1.3 CtaO 30 -31; Rnb 4,2; 6,1;


- administrar las l. con discre- 7,1.13.15.18; 8,8-9; 15,1; Test
ción: ExhCl 4 - las l. limpian el 25.31 - no apropiarse ningún
alma: 2CtaF 30-31 - el premio l.: Rnb 7,13-14; Rb 6,1 - que
de la l.: Rnb 9,9 - dar l.: 2CtaF los l. para los hermanos sean
30 -31. Cf. Dinero, Mendica- confor mes a la pobr eza:
ción, Pobreza. Test 25 - l. decente para co-
Liturgia: los hermanos dedi- locar la palabra y el cuerpo
cados especialmente a ella: del Señor: CtaCle 11-12;
CtaO 34 - cómo celebrar la CtaO 36; 1CtaCus 4-5; Test
eucaristía: CtaO 14 - discer- 11-12 - l. indigno en que se
nir el pan de Cristo: CtaO 19 hallan colocados la palabra y
- santidad de los sacerdotes: el cuerpo del Señor: CtaCle
CtaO 22 - es estremecedor 5.12; 1CtaCus 4-5; CtaO 36;
que el Hijo de Dios se encuen- Test 12 - el l. de los crucíferos:
tre en el altar en manos del VerAl 14. Cf. Casa, Santa Ma-
sacerdote: CtaO 26 - el Hijo ría de los Ángeles.
de Dios se esconde en una pe- Luz: Dios es l.: ParPN 2 - el Pa-
queña forma de pan: CtaO 27 dre habita en una l. inaccesi-
- única misa en la fraternidad: ble Adm 1,5 - Jesucristo es l.:
CtaO 30 - recibir dignamente 1CtaF 2,7; 2CtaF 66 - dada por
el cuerpo y la sangre de Cristo: el Espíritu: SalVM 6; CtaO 51
1CtaF 1,2; 2CtaF 22-24 - del - el Señor ilumina: OrSD 1;
Altísimo vemos su cuerpo y ParPN 2; OfP 9,6; 13,4 - dar
sangre: CtaCle 3 - Francisco a l. a Cristo por las buenas
confiesa no haber dicho el ofi- obras: 1CtaF 1,10 ; 2CtaF 53
cio debidamente: CtaO 39; - son ciegos y malditos los que
Test 29 - cuidado de los objetos aman más las tinieblas que la
de culto: CtaCle 4; 1CtaCus 3; l.: 2CtaF 16.66. Cf. Inspiración.
CtaO 34. Cf. Cuerpo y sangre Madre: OfP 2,5; 5,8; 12,5
de Cristo, Eucaristía, Misa, Ob- - María, m. de Dios: OfP ant 2;
jetos de culto, Oficio divino. SalVM 1.5; 2CtaF 5; Rnb
Lugar: término frecuente en 23,3.6; UltVol 1 - la Iglesia:
los escritos de Francisco. CtaCle 13; TestS 5 - el fiel, m.
Destacan los siguientes usos: de Jesucristo: 1CtaF 1,7.10 ;
l. donde viven los hermanos: 2CtaF 50.53 - Francisco, como
Índices

335
una m.: CtaL 2 obrar como de Dios: OrSD 3 - no cumplir
una m.: Rnb 9,10-11; Rb 6,8 los m.: 1CtaF 2,9; 2CtaF 16-17;
- amar al hermano como una CtaA 3; Adm 2,4, Rnb 5,16. Cf.
m. y más que una m.: Rnb 9,11; Iglesia, Maldición, Voluntad.
Rb 6,8 - ejercitar el oficio de Mansedumbre, manso: Dios:
m.: REr 1.4.8-10 - dejar m. y AlD 6; Rnb 23, 9 - los her-
familia: Rnb 1,4-5 - la m. tie- manos: Rnb 11,9; Rb 3,11.
rra: Cánt 9. Cf. María. Cf. Pacífico.
Maestro: Cristo, Señor y m.: María (la Virgen): M. y la
OfP ant 2; Rnb 22,35 - los Trinidad: OfP ant 2; SalVM 2
hermanos no se llamen m.: - títulos: SalVM; OfP ant; Rnb
Rnb 22,35 - los m. de París 23,3.6 - honrada a causa de
se hacen Hermanos Menores: la encarnación: OfP 15,3;
VerAl 4. 2CtaF 4; CtaO 21 - intercede
Maldición, maldito: el que se por nosotros: ParPN 7; OfP
aparta de los mandamientos: ant 2; CtaO 38; Rnb 23,6 - es
1CtaF 2,9; 2CtaF 16-17; CtaA la llena de gracia: ExhAD 4
3; Rnb 5,16-17; el que hace la - coronados en el cielo con M.:
obra de Dios con engaño: ExhCl 6 - escogió la pobreza:
2CtaF 5; Rnb 9,5; UltVol 1 - fes-
CtaO 19-20 ; el que se aparta
tividades de santa M.: NACl 5.
de la obediencia: Rnb 5,16;
Cf. Madre.
el que pone su confianza en
el hombre: 2CtaF 75-76; el Marta y María: REr 2.
que no hace penitencia: Rnb Mendicación: Cf. Limosna.
23,4 - m. a los sacerdotes
que tratan indignamente la Menor: que todos sean y se
eucaristía: CtaO 20 - m. de los llamen her manos m.: Rnb
herederos: 1CtaF 2,17; 2CtaF 5,12; 6,3-4; 7,2 - el que tiene
la autoridad sea m.: 2CtaF 42;
84 - nombre m. por causa de
Rnb 7,2 - Orden de los Her-
Cristo: Rnb 16,15.
manos M.: CtaO 2; 1CtaCus 1;
Mandamientos, mandatos: Rnb 23,7; Rb bula1; 1,1 - que
observar los m.: 2CtaF 39; cada uno se considere a sí mis-
CtaCle 13; CtaA 3; CtaO 7; Rnb mo m.: Adm 12,3. Cf. Frater-
5,17 - este es mi m.: Rnb 11,5 nidad, Humildad, Siervo, Súb-
- cumplir el santo y veraz m. dito, Sumisión.
Escritos de Francisco de Asís
336

Miguel (arcángel): ExhAD 19; Cf. Cargo, Custodio, Elías (her-


OfP ant 3; Rnb 23,6 - capítulo mano), Ministro.
de s. M: 18,1. Cf. Ángel. Ministro provincial: su fun-
Milagro: hacer milagros: Adm ción: distribuye a los herma-
5,7; VerAl 6. nos en las provincias y luga-
res: Rnb 4,2; visita, amonesta
Ministro: CtaM 1; Rnb 2,2.5.8;
y conforta a los hermanos: Rb
5,2.3; 6,1-2; 16,4; 17,1-2;
4,2; custodia las almas de los
18,2 - m. y siervos: CtaO 42;
her manos: Rnb 4,6; 5,1;
Rnb 4,2.6; 5,6-7.10 -11; 16,3;
acoge a los que no pueden
Rb 8,1; 10 ,5-6 - no han de
observar la Regla: Rnb 6,1;
tener poder o dominio: Rnb
Rb 10 ,4-5; corrige a los her-
5,9-12 - no se les llame prior:
manos: Rnb 5,6; Rb 10,1; par-
Rnb 6,3 - no ha de apropiarse
ticipa en el capítulo general y
el cargo: Rnb 17,4 - deben
en la elección del m. general:
obrar con misericordia, pacien-
Rb 8,2-4; convoca el capítu-
cia y humildad: CtaO 34-44
lo en su provincia: Rnb 18,1;
- pidan al papa un cardenal go-
Rb 8,5; recibe a los candida-
bernador, protector y correc-
tos a la Orden: Rnb 2,2-8;
tor de la Fraternidad: Rb 12,3
Rb 2,1-2.7-10 ; autoriza a los
- han de amar y honrar al her-
hermanos a predicar e ir a
mano Bernardo: BenBer 4-5.
misiones: Rnb 16,3-4; 17,1-2;
Cf. Menor, Ministro General,
Rb 12,1-2; impone o hace im-
Ministro Provincial, Siervo.
poner la penitencia por los
Ministro general: m. y siervo pecados a él reservados: Rb
de toda la Fraternidad: Rnb 5,4; 7,1-2 - debe obrar con mise-
18,2; Rb 8,1; 9,2; Test 27 - es ricordia y bondad: 2CtaF 43;
señor para Francisco: CtaO CtaM 9-11; Rnb 5,7-8; Rb 10,
2.38; Test 27 - elección del m.: 1.4-5 - ha de actuar con dis-
Rb 8,1-4 - hace observar la cernimiento: Rnb 17,1-2; Rb
Regla: CtaO 40 .47 - convoca 12,1-2 - ha de evitar airarse
el capítulo: Rnb 18,2; Rb 8,2-3 por el pecado de sus herma-
- examina a los predicadores: nos: Rnb 5,6; Rb 7,3 - ha de
Rb 9,2 - tiene consigo la Carta acoger y tratar familiarmente
a la Orden, la Regla y el Testa- a los hermanos: Rb 10,5 - ten-
mento: CtaO 47; Test 35-36. drá que rendir cuentas si algu-
Índices

337
no de sus hermanos se pier- 2CtaF 28-29; Rb 7,2 - donde
de: Rnb 4,6 - no mande nada hay m. y discreción no hay
contra el alma y la Regla: superfluidad ni endureci-
Rnb 5,2; Rb 10,1.3 - no debe miento: Adm 27,6 - morir sin
mezclarse en los negocios m.: CtaO 17. Cf. Amor, Cari-
temporales de los aspirantes: dad, Expresiones familiares,
Rnb 2,5; Rb 2,7 - comporta- Perdón.
miento carnal de los m.: Rnb Misión: de los Her manos
5,3-4 - denunciar a un m.: Rnb Menores: CtaO 9; Rnb 14;
5,4 - Cristo les juzgará: Rnb 4,6; Rb 3,10-14 - entre los infieles:
16,4 - pueden ser presbíteros Rnb 16,1.3-7; Rb 12,1-2. Cf.
o laicos: Rb 7,2. Cf. Cargo, Apostolado, Ejemplo, Predi-
Custodio, Ministro. cación, Testimonio.
Misa: una sola m. en la frater- Monasterio: Cf. Monja.
nidad: CtaO 30 -31 - presen-
cia de Cristo en manos del Monja: los hermanos, salvo
sacerdote: CtaO 26 - los sa- los autorizados, no entren en
cerdotes celebren la m. con monasterios de m.: Rb 11,2.
pureza y reverencia: CtaO 14. Mortificación: para encadenar
Cf. Comunión, Cuerpo y san- al enemigo: Rnb 17,14 - abs-
gre de Cristo, Eucaristía, Litur- tenerse de vicios y pecados:
gia, Objetos de culto, Sacer- 1CtaF 1,2; 2CtaF 32 - m. y po-
dote, Sacramento. breza de espíritu: Adm 14,2-3
Misericordia, misericordioso: - el espíritu quiere la carne
de Dios: ParPN 7; OfP 3, 5.11; mortificada: Rnb 17,14 - la
4,1; 9,4; 11,9; 12,7.10 ; 13,5; obediencia tiene mortificado
15,5; AlD 7; BenL 1; CtaO 50; el cuerpo: SalVir 15. Cf. Peni-
Rnb 23,8; por sola su miseri- tencia, Renuncia.
cordia nos salvará: Rnb 23,8 Muerte: de Cristo: OfP 6,10-11;
- de Francisco con los lepro- 13,4 - pasar de m. a vida por
sos: Test 2 - de los ministros y la sangre de Cristo: CtaCle 3;
demás hermanos: CtaM 9-12. Rnb 23,3 - la hermana m.:
15.17; Rb 7,2 - de los consti- Cánt 12 - son amigos los que
tuidos en autoridad: 2CtaF nos infligen la m.: Rnb 22,3
28-29.43 - ejercer el juicio e - está cerca: 1CtaF 2,14; 2CtaF
imponer la penitencia con m.: 71.72; CtaA 2.5.7 - morir en
Escritos de Francisco de Asís
338

la penitencia: Cánt 13; Rnb 2CtaF 66; CtaA 3-6; Rnb


21,3.7-8 - ¡ay del que muere 22,19-25.25 - la humildad
impenitente!: Cánt 13; 1CtaF confunde todo lo mundano:
2,14-18; 2CtaF 63-85; Rnb SalVir 12 - ir por el m.: Rnb 14;
21,8; 22,5; 23,4. Cf. Castigo, Rb 3,10 -14 - hasta el fin del
Cristo, Cruz, Fuego, Juicio. m.: Adm 1,28; Rnb 22,35;
Mujer: 2CtaF 73; 2CtaF 1; Rnb TestS 1 - nada vemos corpo-
23,7 - María, sin igual entre ralmente de Cristo en este m.
las m.: OfP ant 1 - posponer a sino su cuerpo y sangre y sus
la propia mujer para seguir palabras: CtaCle 3; Test 10. Cf.
a Jesús y entrar en la Orden: Siglo.
Rnb 1,4-5 - trato de los herma- Murmuración: guardarse de
nos con las m.: Rnb 12,1-5; murmurar: Rnb 7,15; 11, 8;
Rb 11,1.3 - cuidado y solici- Rb 10 ,7. Cf. Calumnia.
tud de Francisco por Clara y Natividad del Señor, Navidad:
sus hermanas: FVCl 1-2; NACl; preparada con una cuaresma:
ExhCl 1-6; UltVol - las m. de Rnb 3,11; Rb 3,5 - oficio divi-
los que quieren ingresar en la no de la N.: OfP 15 - en N. no
Orden: Rb 2,4 - ninguna m. obliga el ayuno a Clara y sus
sea recibida a la obediencia: hermanas: NACl 5.7. Cf. En-
Rnb 12,4. carnación.
Mundo: usos más importan- Necesidad: manifiesta: Rnb
tes de este término: Francis- 8,10; 9,16; 10,2; 15,2 - lo ne-
co salió del m: Test 3 - los her- cesario para el cuerpo: Rnb
manos han abandonado el 2,7 - de los enfermos: Rnb
m.: Rnb 22,9 - los religiosos 8,3.7; 10,2; Rb 4,2 - de los le-
renunciaron al m.: 2CtaF 36 prosos: Rnb 8,10-11 - no tiene
- enemigo del hombre: 1CtaF ley: Rnb 9,16 - constituye moti-
2,5.11; 2CtaF 69 - guardarse vo de dispensa de la Regla y
de la sabiduría del m. y sus sus normas: Rnb 9,13-16;
preocupaciones: 1CtaF 2,1-8;
15,2 Rb 2,15 3,9.12 - mani-
2,5; 2CtaF 63-67; CtaA 3-6;
festar confiadamente la pro-
Rnb 8,2; 9,14; 10 ,4; 17,9-13;
pia n.: Rnb 9,10 -11; Rb 6,8.
22,16.26; Rb 2,7; 10 ,7 - son
ciegos los que siguen la sabi- Negocios temporales: de los
duría de este m.: 1CtaF 2,6-7; que ingresan en la Orden: Rnb
Índices

339
2,2-6; Rb 2,7 - no mezclarse CtaO 6-7 - servirse y obede-
en ellos: Rnb 2,2.5; Rb 2,7 cerse mutuamente es la ver-
- subordinados al espíritu de dadera o. de Jesucristo: Rnb
oración y devoción: Rb 5,2 5,15 - obedecer para imitar a
- el diablo quiere cegar al Jesucristo: CtaO 45-46; Rnb
hombre por medio de los n.: 5,15 - según lo que cada uno
Rnb 22,20 . Cf. Mundo, Siglo. prometió al Señor: CtaO 40
Nombre: nadie es digno de - para seguir el Evangelio:
pronunciar el n. de Dios: Cánt Rnb 5,17 - observar el Evan-
2; Rnb 23,5 - n. santísimo: gelio en o.: Rb 1,1 - o. a Dios
CtaCle 1.3.6; Test 12 - el n. de y a Francisco: CtaM 4; Adm
Dios manifestado e invocado 3,4.7-9 - al papa: Rnb pról 3;
por Jesucristo: 1CtaF 1,14; Rb 1,2 - a Francisco y sus su-
2CtaF 56; Rnb 22,41-42.45. cesores: Rnb pról 4; Rb 1,3
54 - la gloria del n. de Dios: - con la o. de Francisco: CtaL 3
OfP 7,7; 9,6.8; 10 ,10 ; 11,5; - la Regla y vida de los herma-
15,12 - santificado sea tu n.: nos es vivir en o.: Rnb 1,1 - los
ParPN 3 - honrar los n. del Se- hermanos han de obedecer:
ñor: OfP 10 ,1.3; 13,6; CtaCle Test 30 -31 - es verdadera o.
1.3.6.12; 1CtaCus 2.5; Test 12 hacer lo que es bueno y no va
- postrarse en tierra al escu- contra la voluntad del prela-
char el n. de Jesucristo: CtaO 4 do: Adm 3,4 - recurrir por o.
- en el n. del Señor, por el n. al guardián: CtaM 14 - el guar-
del Señor: OfP 9,6; 11,5; 2CtaF dián por o. ha remitir al custo-
1; CtaO 1.4; Rnb pról 1; 4,1; dio al que pecó mortalmente:
24,1; Rb título; 6,6; 8,4 - el CtaM 16 - Francisco manda
Señor está donde se reúnen por o.: no pedir privilegios a
en su n.: Rnb 22,37 - rechazar la curia romana: Test 25; no
el n. de uno como maldito: introducir glosas en la Regla
Rnb 16,15. y Testamento: Test 38-39; no
añadir nada a la Regla ni tener
Novicio: Cf. Postulante, Pro- otra Regla: Rnb 24,4; copiar
bación. una carta: 1CtaCus 10 - ser re-
Obedecer, obediencia: Jesu- cibido a la o.: Rnb 2,9.13; Rb
cristo dio su vida por no apar- 2,11-14 - deberes que se de-
tarse de la o. al Padre: CtaO 46 rivan de prometer o.: Rnb
- obedecer al Hijo de Dios: 2,13; Rb 2,14 - estar en la o.:
Escritos de Francisco de Asís
340

Rnb 5,17 - o. caritativa: Adm ciones a obtener del o.: Rb


3,6 - de los hermanos a los 2,4; 9,1. Cf. Arzobispo, Igle-
ministros: Rnb pról 4; 4,3; Rb sia, Prelado.
1,1-3;10 ,3; REr 8; Test 27-30 Objetos de culto: nombres y
- entre los her manos: Rnb palabras de Dios: CtaCle
5,14 - los hermanos súbditos: 1.6.12; 1CtaCus 2.5 - los va-
Rnb 5,3; Rb 10 ,2 - los súbdi- sos sagrados, libros litúrgicos
tos renunciaron a los propios y manteles sean dignos y se
quereres: Rb 10,2 - límites de coloquen en lugar decoroso:
la o.: Rnb 4,3; Rb 10,1.3; Adm CtaCle 4; 1CtaCus 3-5; CtaO
3,7 - en Adán no hubo pecado
34-36; Test 11-12. Cf. Brevia-
mientras no contravino la o.:
rio, Iglesias, Liturgia, Palabra.
Adm 2,2 - o. y desapropia-
ción: Adm 3,3 - la o. es her- Obras: del Señor: AlHor 5; OfP
mana de la caridad: SalVir 3; 10,2; Adm 20,1; 28,2 - hacer
Adm 3,8-9; somete el cuerpo las o. del Padre: 1CtaF 1,7;
y todos los quereres corpora- 2CtaF 6.49 - las o. de los san-
les y carnales: SalVir 14-15; tos: Adm 6,3 - las o. santas:
mantiene el cuerpo sometido 1CtaF 1,10; 2,21; 2CtaF 53.87
al espíritu, a los hermanos, a - mostrar los bienes del Señor
todos los hombres y a toda con o.: Adm 21,2 - mostrar el
criatura: SalVir 15-18 - perse- amor fraterno con o.: Adm 9,4;
verar en la o.: OfP 7,8; 15,13; Rnb 11,6 - observar la Regla con
CtaO 10 - ninguna mujer sea o. santas: Test 39 - predicar y
recibida a la o.: Rnb 12,4 - las testimoniar al Señor con las o.:
criaturas obedecen a Dios CtaO 9; Rnb 17,3 - entregarse
mejor que el hombre: Adm a las buenas o.: Rnb 7,2; 17,11
5,2. Cf. Desobediencia, Menor, - no exaltarse por las buenas
Servicio, Siervo, Sumisión. o.: Rnb 19,2 - o. de satisfac-
ción: Adm 23,3 - apartarse de
Obispo: Cristo, pastor y o.:
la fe y vida católica con las o.:
Rnb 22,32 - Honorio, obispo:
Rnb 19,2 - hacer las o. del dia-
Rb bula 1 - los o. y arzobispos
blo: 1CtaF 2,6; 2CtaF 66; Rnb
ultramontanos vienen a la
21,8. Cf. Operación.
Orden: VerAl 5 - Antonio:
CtaAnt 1 - carta destinada a Observancia, observar: CtaO
los o.: 2CtaCus 4 - autoriza- 43.44; Rnb 20,2; Rb 2,3; TestS
Índices

341
4; Test 40 - el Evangelio: Rb 1,1; 2CtaF 33; Rnb 19,3 - o. de ma-
12,4 - los preceptos del Se- dres en los eremitorios: REr 10
ñor: 2CtaF 39.86; CtaO 7; Rnb - nadie se apropie del o. de
5,17 - la Regla: CtaO 39.40 ; predicador o ministro: Rnb
Rnb 6,1; 24,1-4; Rb 2,11; 17,4 - gloriarse del o. de la
10,4; Test 34 - lo prometido: prelacía como del o. de lavar
2CtaF 64; Rb 10,3 - los escri- los pies: Adm 4,2-3 - aprender
tos de Francisco: 2CtaF 86; un o.: Test 21 - permanecer
CtaCle15; CtaA 9; CtaM 21; en el arte u o. en que uno fue
CtaO 48; REr 10 ; Test 39-40 . llamado: Rnb 7,3.6 - no acep-
Ociosidad: enemiga del alma: tar un o. que pueda ser causa
Rnb 7,11; Rb 5,2; Test 21 - o. de escándalo: Rnb 7,1 - pue-
y vagabundeo: Adm 27,4 - de- den tener los instrumentos
leitarse en palabras ociosas: propios de sus oficios: Rnb
Adm 20 ,3. 7,9. Cf. Cargo, Trabajo.
Odio: al cuerpo con sus vicios Oficio divino: todos los her-
y pecados: 1CtaF 1,2; 2CtaF 37; manos lo recitarán: CtaO
Adm 14,4; Rnb 22,5 - los her- 39.41.43; REr 3-4.6; Rnb 3,3;
manos expuestos al o. del Rb 3,1-4; Test 18.30 - Francis-
mundo: Rnb 16,10 -21; 22,47 co quiere decirlo según la Re-
- dichosos vosotros cuando os gla: Test 29; confiesa no ha-
odien: Rnb 16,15 - amar a los berlo cumplido debidamente:
que nos odian: 2CtaF 38; Adm CtaO 39 - cómo ha de rezarse:
9,1; Rnb 22,1 - me devolvieron CtaO 41-43 - o. de los herma-
o. a cambio de amor: OfP 1,3. nos laicos: Rnb 3,8-10 ; Rb 3,3
- de los clérigos: Rnb 3,4-6;
Ofensa: no ofender a nadie: Rb 3,1 - los clérigos pueden
ParPN 5 - mortificarse en las tener los libros necesarios para
o.: Adm 23,3 - quien o. a una el o.: Rnb 3,7; Rb 3,2 - el o.
virtud no tiene ninguna: SalVir según la ordenación de la Igle-
6-7. Cf. Afrenta, Calumnia, sia Romana: Rb 3,1 - el salterio
Murmuración, Pecado. para el o. divino no es el de la
Oficio: dedicados a los divi- Iglesia Romana: Rb 3,2 - pe-
nos oficios: CtaO 34 - de la nas a los que no rezan el o.
predicación: 1CtaCus 9; Rb 9,2 según la Regla: Test 31-33. Cf.
- o. y ministerio sacerdotal: Alabanza, Liturgia, Oración.
Escritos de Francisco de Asís
342

Ofrenda: Cristo se ofreció a los - el espíritu de la santa o.: Rb


que lo crucificaron: Rnb 22,2 5,2 - o. y trabajo: Rb 5,2 - o. y
- se ofrece en el altar: 1CtaCus estudio: CtaAnt 2 - por enci-
6 - según la voluntad del Pa- ma de todo, el espíritu de o. y
dre: 2CtaF 11-12 - como a la o: Rb 5,2; 10 ,9 - confron-
hijos se nos ofrece el Señor; tada en la vida: Adm 14,2-3.
CtaO 11 - como él debemos Cf. Acción de gracias, Adora-
ofrecernos nosotros: OfP 7,8; ción, Alabanza, Liturgia, Misa,
Adm 17,2; Rnb 16,10 . Oficio divino.
Omnipotente: orar al Dios o.: Orden de los Hermanos Me-
AlHor 1.11; AlD, 2.7; Cánt 1; nores: CtaO 38; VerAl 4; Rb
2CtaF 62; 1CtaCus 8; CtaO bula 1-3; 7,2 - Honorio III se
50 .52; Rnb 21,2; 23,1; 24.2 dirige a la O. y confirma la
- no hay otro o. sino él: CtaO 9 Regla: Rb bula 1-3. Cf. Frater-
- en Cristo han sido reconci- nidad, Menor, Religión.
liadas las cosas con Dios o.: Orgullo: es un fruto de la car-
CtaO 13 - creer en Dios o.: Rnb ne: Adm 12,2 - guardarse de
16,7 - hacer habitación y mo- él: Adm 5; Rnb 17,6.9; Rb 10,7
rada a Dios o.: Rnb 22,27 - de - vencerlo con la humildad:
parte de Dios o.: Rnb 24,4. SalVir 12 - no enaltecerse del
Operación: la santa o. del Es- bien que Dios dice o hace en
píritu: Rb 10 ,8. Cf. Obras. uno: Adm 2,3 - no airear los
favores del Señor: Adm 21,2;
Oración: de Cristo: 1CtaF 28,1. Cf. Vanagloria.
1,14-19; 2CtaF 8.56-60 ; Rnb
22,36-40 - de Francisco: OrSD; Pablo (apóstol): Rnb 23,6;
ExhAD; AlHor; ParPN; OfP; Rb bula 6. Cf. Apóstol.
SalVM; AlD; BenL; Cánt; CtaO Paciencia: Dios es p.: OfP 12,4;
50-52; Test 4-5 - por los difun- AlD 4 - el espíritu del Señor se
tos: Rnb 3,6.10 ; Rb 3,4 - para esfuerza por tener humildad
expulsar al demonio: Rnb 3,1 y p.: Rnb 17,15 - se mide en
- por las negligencias ajenas: las tribulaciones y la contra-
Rnb 3,5-6 - orar continua- dicción: Adm 13,1-3; Rnb
mente: 2CtaF 21; Rnb 22,27; 16,12-20 ; 17,15; Rb 10 ,9 - la
Rb 10,9 - entregarse a la o. y a verdadera alegría está en la p.:
alguna obra buena: Rnb 7,12 VerAl 7-15 - elimina la cólera y
Índices

343
la turbación: Adm 27,2 - amo- orado al P.: 1CtaF 1,13; 2CtaF
nestar con toda p.: 2CtaF 44; 8-9.56-60 ; Rnb 22,41 - hijos
CtaM 2-11; Rnb 5,7 - dar fru- del P. celestial: 1CtaF 1,7; 2CtaF
to en la p.: Rnb 22,17 - dicho- 49; FVCl 1- ¡qué glorioso y san-
so el que soporta con p. la ins- to es tener un P. en el cielo!:
trucción: Adm 22,1. Cf. Hu- 1CtaF 1,11; 2CtaF 54 - los her-
mildad, Misericordia. manos no llamen p. a nadie,
Pacífico: Cristo: 1CtaF 1,13; porque uno sólo es su P.: Rnb
2CtaF 56 - en él han sido pacifi- 22,34 - orar al P. en espíritu y
verdad: 2CtaF 19; Rnb 22,30
cadas todas las cosas: CtaO 13
- bendición del P. a los que
- los hermanos sean p.: Rnb
observan el Testamento: Test
16,6; Rb 3,11- bienaventura-
40 . Cf. Dios, Trinidad.
dos los p.: Adm 15,1-2 - son
p. los que conservan la paz en Padrenuestro: Cf. Pater noster.
medio de las tribulaciones: Padrino: los hermanos no sean
Cánt 11; Adm 15; ExhCl 5. Cf. p. de hombres ni de mujeres:
Paz. Rb 11,3.
Padre (Dios): es uno de los Palabra: Jesucristo es la p. del
términos más frecuentes en Padre: 2CtaF 3-4 - p. de Cristo:
Francisco. Destacamos algu- 1CtaF 1,14-19; 2,19; 2CtaF
nos usos, por lo que el elenco 56-60 ; Rnb 22, 42-55; son
habrá que completarlo recu- espíritu y vida: 1CtaF 2,21;
rriendo a otros términos afi- 2CtaF 3; CtaCle 3; Adm 1,6;
nes: habita en una luz inacce- Rnb 22,39; Test 13 - las p. por
sible: Adm 1,5 - un solo P.: las que hemos sido creados y
Rnb 22,33 - santo, santísimo: redimidos: CtaCle 3 - salvados
ParPN 1; OfP 1,5.9; 2,11; 4,9; por las p. y la sangre de Cristo:
5,9.15; 6,12; 14,1; SalVM 2; 2CtaF 34 - venerar las p. divi-
AlD 2; 1CtaF 1,14.18; 2CtaF nas, el cuerpo y la sangre de
56.59; Rnb 22,45; 23,1 - crea- Cristo: 2CtaF 34-35; CtaCle
dor, redentor, consolador, sal- 6.12; 1CtaCus 5; CtaO 34-36;
vador: ParPN 1; Rnb 21,2 - ha Test 12-13 - las p. del santo
enviado a su Hijo: OfP 7,3; Evangelio: Rb 2,5 - las p. que
15,3-4; 2CtaF 4 - quiere que consagran el cuerpo y la san-
seamos salvados por el Hijo: gre de Cristo: CtaCle 1-2;
2CtaF 4.11.14-15 - el Hijo ha 1CtaCus 2; CtaO 37; 1CtaF
Escritos de Francisco de Asís
344

1,18; Adm 1,9-10 - muchas Adm 2,3; 8,3; 17,1 - Francis-


cosas se santifican por las p. co, administrador de las fra-
de Dios: CtaO 37 - breve fue gantes p. de su Señor: 1CtaF
la p. del Señor sobre la tierra: 2,19; 2CtaF 2-3 - las p. del Tes-
Rb 9,4 - placer y alegría en las tamento: 35.38-39 - obliga-
p. del Señor: Adm 20,1 - anun- ción de acoger las p. de Jesu-
ciar la p. del Señor: Rnb 16,7 cristo y de Francisco: 2CtaF 88
- tener presentes las p. y la - hablar decorosamente: Rb
vida del Señor: Rnb 22,41 3,11 - hablar con caridad:
- debemos recibirlas como Adm 25; Rnb 5,13; 11,1.7-8
tierra fértil: Rnb 22,12-18 - Sa- - no amar de p. sino con obras
tanás desea ahogar la p. de y de verdad: Rnb 11,6 - acti-
Dios: Rnb 22,20 - las p. que tud ante las p. que parecen in-
los clérigos pronuncian y ad- juriosas: Adm 14,3 - p. ocio-
ministran: 2CtaF 34-35 - ve- sas y vanas: Adm 20,3 - no en-
nerar a los que nos adminis- frentarse a nadie de p.: Rnb
tran la p. del Señor: Test 13 11,1; Rb 3,10 .
- predicar ponderada y lim- Papa: concede y confirma la
piamente, para que sean p. de Regla: Rnb pról 2; Rb bula 1.3;
Cristo: 2CtaF 2; Rb 9,3 - son Test 15 - de parte del p., Fran-
matados por la letra los que cisco manda que se observe
sólo desean saber las p.: Adm la Regla: Rnb 24,4 - por man-
7,2-3 - reprobación de quie- dato del p. los hermanos no
nes desean manifestar los fa- pueden pasar a otra Religión,
vores de Dios sólo con p.: ni vagar fuera de la obediencia:
Adm 21,2-3 - se ha de dar fe Rnb 2,10 ; Rb 2,12-13 - Fran-
de la p. con las obras: CtaO cisco y sus sucesores prome-
9.34; Adm 3,4; 21,1; Rnb ten obediencia al p.: Rnb pról
17,19; 19,1-2 - restituir a Dios 3; Rb 1,2 - los ministros han
con la p. y el ejemplo todo pedir al p. un cardenal protec-
bien: Adm 7,1 - el espíritu de tor: Rb 12,3. Cf. Honorio III,
la carne se esfuerza en tener Iglesia, Inocencio III, Jerarquía.
p. y no obras: Rnb 17,11 - no Paraíso: Adán podía comer de
exaltarse por las p. y obras todos los árboles del p.: Adm
buenas: Rnb 17,6 - es el Se- 2,2 - Dios colocó al hombre
ñor quien dice todo bien: en el p.: Rnb 23,1.
Índices

345
París: los maestros de P. se espíritu del Señor busca con
hacen Hermanos Menores: empeño la p. del espíritu: Rnb
VerAl 4. 17,15 - dichosos los que con-
Pascua: Jesucristo celebra la servan la p. en la enfermedad
p. con sus discípulos: 2CtaF 6 y tribulación: Cánt 13; Adm
- ayuno en la cuaresma que 15,2; ExhCl 5-6. Cf. Pacífico.
precede a la p.: Rb 3,11 - no Pecado: Cristo sufrió la pasión
obliga el ayuno en las p.: por nuestros p.: 2CtaF 7.12;
NACl 8 - oficio divino de p.: Adm 5,3 - nada debe disgus-
OfP 8-9. Cf. Cristo, Cruz, Glo- tar al siervo de Dios fuera del p.:
ria, Muerte, Pasión. Adm 11,1 - es lo único que
Pasión: de Cristo: ParPN 7; pertenece al hombre: Rnb
OfP; 2CtaF 6-13; Adm 6,1. Cf. 17,7; 23,5 - odiar los vicios y
Cruz, Muerte. p.: 2CtaF 37; Rnb 22,5-6 - cie-
gos y esclavos del p.: 2CtaF
Pastor: Cristo buen p.: 1CtaF 63-68 - p. mortal y venial: 2CtaF
1,13; 2CtaF 56; Adm 6,1-2; 82; CtaM 14.18 - p. contra el
Rnb 22,32. cuerpo y la sangre de Cristo:
Pater noster: comentario al p.: CtaCle 1.4-6 - de los que se
ParPN - cuando oréis, decid: apartan de los mandatos del
p.: Rnb 22,28. - oración del p. Señor y andan fuera de la obe-
día y noche: 2CtaF 21 - su rezo diencia: Rnb 5,16 - p. cometi-
por las negligencias y defec- do contra los sacerdotes: Adm
tos, y por los difuntos: Rnb 26,4 - de envidia: Adm 8,3 - de
3,5-6.10 - oficio divino de los fornicación: Rnb 13,1-2 - de
hermanos laicos: Rnb 3,10; Rb querer recibir del prójimo más
3,3; Test 18. Cf. Oficio divino, que querer dar a Dios: Adm
Oración. 17,2 - no hay p. si no hay des-
Paz: a los hombres de buena obediencia: Adm 2,2 - abste-
voluntad: OfP 15,8 - todo ha nerse de vicios y p.: 2CtaF 32
sido pacificado en Cristo: CtaO - al cuerpo le es dulce el p.:
13 - Francisco desea la p.: BenL 1CtaF 2,11 - cada uno ha de
2; 2CtaF 1; CtaA 1; 2CtaCus 1; dominar el cuerpo con el que
CtaL 1 - el saludo de p. de los peca: Adm 10,2 - el siervo de
hermanos al llegar a una casa: Dios se requema por el p. que
Rnb 14,2; Rb 3,13; Test 23 - el tiene el enemigo: Adm 9,3;
Escritos de Francisco de Asís
346

11,1-2 - el p. de otro no debe 13,1-2; Test 32-33 - no des-


provocar ni cólera ni turba- preciar a los clérigos p.: 2CtaF
ción: 2CtaF 44; CtaM 9-11.15; 33; Adm 26,2, Test 9 - escla-
Rnb 5,7-8; Rb 7,3 - no fijarse vitud del p.: 2CtaF 63-70. Cf.
en los p. de los sacerdotes: Pecado, Penitencia.
Test 9 - no fijarse en los p. aje- Pecunia: Cf. Dinero.
nos sino en los propios: Rnb
11,10 - mantener en secreto Pedro (apóstol): Rnb 23,6;
el p. ajeno: CtaM 15 - trámites Rb bula 6. Cf. Apóstol.
a cumplir si un hermano co- Penitencia: en Dios está todo
mete un p. mortal: CtaM 14; el perdón y gracia de los que
CtaO 16-17; si comete un p. hacen p.: Rnb 23,9 - p. de Fran-
venial: CtaM 18-20 ; Rnb cisco: Test 1 - los que hacen
20 ,2-4; 21,6 - hacer peniten- p.: 1CtaF 1,1-19; 2CtaF 19-62
cia por el p.: Rnb 13,2 - la li- - los que no hacen p.: 1CtaF
mosna lava los p.: 2CtaF 30 2,1-22; 2CtaF 63-85 - los que
- no se debe obedecer donde mueren en p.: Rnb 21,7 - los
hay p.: 2CtaF 41; Adm 3,7; que no mueren en p.: Rnb
Rnb 5,2 - confesar los p.: 21,6 - perseverar en la fe y en
2CtaF 22; CtaM 18-20 ; Rnb la p.: Rnb 23,7 - dar los frutos
20 ,1-4; 21,6 - p. reservados: propios de la p.: 1CtaF 4;
CtaM 13; Rb 7,1 - perdonar a 2CtaF 25; Rnb 21,3 - el infier-
los demás su p. para ser per- no, destino de los que no hi-
donados: Rnb 21,6 - morir en cieron p.: Rnb 23,4 - el reino,
p.: Cánt 13; 1CtaF 2,15; 2CtaF destino de los que hicieron p.
82 - dichoso el que soporta Rnb 23,4 - hacer p. de los pe-
la reprensión por un p. que cados: CtaO 44; Rnb 13,2 - p.
no cometió: Adm 22,3 - Fran- y absolución: Rnb 20 ,2 - si los
hermanos son perseguidos
cisco confiesa sus p.: CtaO
vayan a otra tierra a hacer p.:
38-39; Test 1. Cf. Pecador, Pe-
Test 26 - enmienda rápida y
nitencia, Vicio. resuelta: CtaCle 10 - predicar
Pecador: todos somos p.: Rnb la p.: 1CtaCus 6; Rnb 21,3-9;
23,5 - paciencia con los p.: 23,7 - hablar honestamente
CtaM 15; Rnb 5,7-8 - actua- con las mujeres al imponerles
ción con los que proceden p.: Rnb 12,3.5 - p. que se ha de
según la carne: Rnb 5,3-8; imponer a los hermanos que
Índices

347
pecan: Rb 8 - los ministros im- Persecución: tras los pasos del
pongan p. con misericordia: Señor: Adm 6,2; Rnb 16,13
CtaM 20 ; Rnb 7,2 - ninguna - por haberse abandonado al
mujer sea recibida a la obe- Señor: Rnb 16,15-21 - por no
diencia, sino que se vaya a obedecer cuando algo va con-
hacer p. donde quiera: Rnb tra el alma: Adm 3,8 - vivirla
12,11. Cf. Confesión, Pecado, como gracia: CtaM 2 - procu-
Sacerdote. ra la vida eterna: Adm 6,2;
Pentecostés: capítulo de P.: Rnb 16,15-16 - paciencia en
CtaM 13.21; Rnb 18,2; Rb la p. y amor a los que nos per-
8,2.5 - elección del ministro siguen: Adm 3,8-9; Rb
general en el capítulo de P.: 10,8.10 - orar por los que nos
Rb 8,2 - el ministro que vive persiguen: Adm 9,1; Rb
carnalmente sea denunciado 10 ,10 - dichosos los que pa-
en el capítulo de P.: Rnb 5,4. decen p.: Rnb 16,12-21; Rb
Cf. Capítulo. 10 ,9-12 - son terreno pedre-
goso los que en la p. se es-
Perdón: en Dios está y de él candalizan: Rnb 22,15 - si os
viene el p.: Rnb 23,9 - dicho- persiguen en una ciudad
sos los que perdonan por huid a otra: Rnb 16,14 - no
amor de Dios: Cánt 10 - per- pedir escrito alguno a la curia
donemos y seremos perdona- romana so pretexto de p.:
dos: Rnb 21,5-6 - perdónanos Test 25 - recurrir a los sacer-
como nosotros perdonamos: dotes en la p.: Test 6. Cf. Ene-
ParPN 7-8. Cf. Amor, Miseri- migo, Tribulación.
cordia.
Perseverancia: sobre los que
Peregrino: vivir como p. y ex- perseveran se posará el Espí-
tranjeros: Rb 6,2; Test 24 - ser ritu: 1CtaF 1,5 - perseverar
un p.: OfP 5,8. Cf. Huésped. hasta el fin: 2CtaF 48.88; Rnb
Perfección, perfecto: la Trini- 16,21; 21,9; Rb 10 ,12 - en la
dad p.: CtaO 52 - el amor p. a imitación de Cristo: UltVol 1
Dios: ParPN 4 - la caridad p.: - en la fe y en la penitencia:
OrSD 2 - la p. del santo Evan- Rnb 23,7; Rb 2,3 - en la obe-
gelio: FVCl 2; BenBer 2 - cum- diencia: CtaO 10; ExhCl 2 - en
plir perfectamente los conse- la oración: 2CtaF 21; Adm 14,2
jos del Señor: CtaO 7. - en la verdad: ExhCl 2 - en el
Escritos de Francisco de Asís
348

bien: Rnb 21,9 - en el cumpli- Rb 6, 4 - la limosna es la he-


miento de los preceptos del rencia y justicia de los p.: Rnb
Señor: OfP 7,8; 15,13, Rnb 9,8 - los Hermanos Menores
5,17 - en lo prometido por el ruegan a los indigentes y p.
Evangelio y la Regla: Rnb que perseveren en la peniten-
5,17; Test 39 - en la pobreza: cia: Rnb 23,7 - p. de espíritu:
UltVol 1. Adm 14,1-4; 18,2 - soy indi-
Perusa: VerAl 8. gente y p: OfP 8,6 - Dios refu-
gio de los p.: OfP 11,7; 14,6
Pesebre: Cristo colocado en - que lo vean los p. y se ale-
un p.: OfP 15,70 . gren: OfP 14,5. Cf. Mendica-
Pie: gloriarse de la autoridad ción, Pobreza.
como del oficio de lavar los Pobreza: Cristo escogió la p.
p.: Adm 4,2-3 - lavarse los p. junto con María, su madre:
los unos a los otros: Rnb 6,4 2CtaF 5; Rnb 9,1.5; Rb 6,3;
- súbditos y sujetos a los p. de UltVol 1-2 - seguir la p. y hu-
la santa Iglesia: Rb 12,4 - de- mildad de Cristo: Rnb 9,1-5;
sear estar a los p. de los de- Rb 5,5; 6,2; 12,4 - vivir el Evan-
más: Adm 19,4 - Francisco gelio en p.: Rnb 1,1; Rb 1,1;
desea besar los p.: 2CtaF 86; 2,5-6.8 - la p. de los herma-
CtaO 12; Rnb 24,3 - han tala- nos: en no tener nada propio:
drado mis p.: OfP 6,3 - pusie- Rnb 1,1; 7,13; Rb 1,1; 6,1.6;
ron un lazo a mis p. OfP 3,6 - Test 24; la mendicación: Rnb
pisotear las palabras del Se- 7,8; 9,2-8; REr 5; en el alimento
ñor escritas: CtaCle 6. Cf. Cruz, y vestido: Rnb 9,1; Test 16-17;
Pasión, Siervo, Sumisión. en la renuncia al dinero: Rnb
Plegaria: Cf. Oración. 7,7; 8,1-7; 14,1; Rb 4,1-3; 5,3;
Pobre: el Señor se hizo p.: Rnb en las casas: Rb 6,1; Test 24;
9,5; Rb 6,3 - dar los bienes a en el desinterés por los bie-
los p.: Rnb 1,2; 2,4; Rb 2,5-6.8; nes de los candidatos: Rnb
Test 16; BenBer 2 - gozarse 2,2-5; Rb 2,7; en la repulsa de
en la compañía de los p.: Rnb toda apropiación: Adm 18,2;
9,2 - pedir limosna como los Rnb 9,1; Rb 6,1; en la p. de
otros p.: REr 5; Rnb 2,7 - la espíritu: Adm 11,3; 14,3-4;
pobreza hace a los hermanos 18,2; pobres de bienes, ricos
p. de cosas y ricos en virtudes: en virtudes: Rb 6,4 - los her-
Índices

349
manos no tengan bestias: Rnb po se lo prohíbe y en contra
15,1 - amar la p.: TestS 4 - vi- de la voluntad de los sacer-
vida con alegría, expulsa la dotes en sus parroquias: Rb
avaricia: SalVir 11; Adm 27,3 9,1; Test 7 - entre los infieles:
- introduce en el reino de los Rnb 16,7 - nadie se apropie
vivientes: Rb 6,5 - hace re- del oficio de la p.: Rnb 17,4
yes en el reino de los cielos: - no buscar honores por pre-
Rb 6,4 - hermana de la hu- dicar las obras de los santos:
mildad: SalVir 2. Cf. Pobre, Po- Adm 6,3 - p. y humildad: Rnb
sesión, Renuncia. 17,6 - los hermanos no pi-
dan privilegios en la curia ro-
Posesión: los hermanos no se
mana por motivo de p.: Test
apropien de nada: Rnb 7,13; 25 - todos los hermanos pre-
Rb 6,1.6 - la muerte arrebata diquen con las obras: Rnb
todo lo que se posee: 1CtaF 17,3. Cf. Apostolado, Ejemplo,
2,13-14; 2CtaF 71; CtaA 4. Infiel, Misión, Testimonio.
Cf. Bien, Bolsa, Desapropia-
ción, Dinero, Pobreza, Rico. Prelado: vivir sumisos a los p.
de la Iglesia: TestS 5 - los p. se
Postulante: recibirlo benigna- hacen Hermanos Menores:
mente: Rnb 2,1-3 - proceso VerAl 5 - la verdadera obedien-
de admisión de los p.: Rnb cia a los p.: Adm 3 - nadie se
2,1-12; Rb 2,1-8. apropie la prelacía: Adm 4
Predicación: para conducir al - el p. humilde: Adm 19. Cf.
amor de Dios: Adm 20,2 - para Cardenal, Iglesia, Jerarquía,
edificación del pueblo: Rb 9,3 Ministro, Obispo, Papa, Sa-
- p. de vicios y virtudes, pena cerdote.
y gloria: CtaCus 6.8-9; Rb 9,4 Preocupación: Cf. Cuidado.
- con expresiones ponderadas
Prior: a ninguno de los her-
y limpias: Rb 9,3-4 - exhorta- manos se le llame p.: Rnb 6,3.
ción que pueden hacer todos
los hermanos: Rnb 21,1 - los Prisionero: el hermano no
hermanos predicadores: Rnb católico y que no reza el oficio
17; Rb 9 - los ministros con- según la Regla: Test 32-33.
ceden el oficio de la p.: Rnb Privilegio: no buscarlo bajo
17,1-2; Rb 9,2 - los herma- ningún pretexto: Test 25. Cf.
nos no prediquen si un obis- Menor.
Escritos de Francisco de Asís
350

Probación: tiempo de p.: Rnb Praga: NACl 3 - no ser pru-


2,1-12; Rb 2,9-13. Cf. Novi- dentes según la carne: 2CtaF
cio, Postulante. 45; Rnb 17,10 - quién es el
Prójimo: amor al p.: 1CtaF 1,1; siervo fiel y prudente: Adm
2CtaF 18.26-27; CtaM 5; 23,3. Cf. Discreción.
ParPN 5 - soportar al p. en su Prueba: Cf. Probación, Tenta-
fragilidad: Adm 18,1 - peca ción.
quien quiere recibir del p. más Pureza, puro: Dios el solo
que dar a Dios: Adm 17,2 - son puro: Rnb 23,9 - p. de cora-
muchos los que al pecar zón: 1CtaF 1,10 ; 2CtaF 14.
echan la culpa al p.: Adm 10,1 19.45.53; CtaO 14.42; SalVir
- la obediencia caritativa da 1; Adm 16,2; Rnb 22,26.29
lo que debe a Dios y al p.: - orar con corazón p.: 2CtaF
Adm 3,6. - Cf. Fraternidad, 19; Rnb 22,26.29; Rb 10 ,9
Hombre, Pobre. - la p. santa simplicidad: SalVir
Promesa: conocer las p. de 1.10 - la p. y verdadera paz
Dios: ParPN 3 - la que uno hizo del espíritu: Rnb 17,15 man-
al Señor: 2CtaF 40 ; CtaO 10 tener p. todos los miembros:
- p. de obediencia: al papa: Rnb 12,5 - las palabras del
Rnb pról 3; Rb 1,2; a Francis- Testamento, escritas sencilla
co: Rnb pról 4; Rb 1,3 - p. de y puramente, sencilla y pura-
obediencia y de guardar la mente se han de entender:
vida y Regla: CtaO 39.43; Rnb Test 39. Cf. Castidad.
2,13; 5,17; Rb 2,11.14; Test Quereres: la obediencia con-
24.34 - obedecer en todo lo funde los propios q. corpora-
que se ha prometido: Rb 10,3; les y carnales: SalVir 14 - amar
12,4 - los que no guardan lo a Dios con todos los deseos y
prometido: 1CtaF 2,4; 2CtaF 64 q.: Rnb 23,8 - renunciar a los
- p. de Francisco de cuidar so- propios q. por Dios: Rb 10 ,2.
lícitamente a Clara y sus her- Cf. Obediencia, Voluntad.
manas: FVCl 1-2. Rafael (arcángel): Rnb 23,6.
Propiedad: Cf. Posesión. Cf. Ángel.
Prudencia: de los que van en- Recompensa: la vida eterna
tre los sarracenos y otros in- es r. por las tribulaciones:
fieles: Rnb 16,2 - de Inés de Adm 6,2; Rnb 16,16; ExhCl 6
Índices

351
- de la caridad y la limosna: Regla: escrita pura y sencilla-
2CtaF 31; Rnb 9,9 - del traba- mente: Test 15. 39 - para
jo: Rb 5,3 - no buscar la r. hu- nuestra salvación: Rnb 24,1.2
mana: Adm 21; 24,1; 28,1; - para seguir el Evangelio: Rnb
Rnb 22,20 .25 - los que se ri- 1,1; Rb 1,1 - aprobada por el
gen por la prudencia de la papa: Rb pról 2; Test 15 - ob-
carne recibieron ya su r.: Rnb servar la R. y vida: CtaO 40.43;
17,13 - r. del religioso frívolo CtaAnt 2; Rnb 1,1; 5,4; 24,2;
y hablador: Adm 21,1-3. Cf. Rb 1,1; 2,11; 12,4; Test 24.
Cielo, Reino, Salario, Salva- 34.36-39 - recurso al minis-
ción. tro si no se puede observarla:
Recurso: a Cristo pastor y obis- Rnb 6,1-2; Rb 10 ,4-5 - apar-
po de las almas: Rnb 22,32 tarse de la disciplina de la R.:
- de los hermanos a los sacer- CtaO 45-46; Test 31 - Fran-
dotes en caso de persecución: cisco confiesa no haberla ob-
Test 6 - al ministro: si no pue- servado fielmente: CtaO 39
den guardar espiritualmente - cambios a introducir en la
la Regla: Rnb 6,1-2; 10 ,4; en Rnb: CtaM 13-22 - no cam-
caso de haber cometido pe- biar nada ni tener otra R.: Rnb
cados mortales reservados: 24,4; Test 31 - leerla pura, sen-
CtaM 14; Rb 7,1 - a la mesa cillamente y sin glosas: Test
del Señor cuando no les den 38-39 - según la R.: CtaAnt 2;
la paga del trabajo: Test 22 Rnb 4,3; 8,9; 19,34; Test 24.
- del hermano León a Francis- 29.30 - no mandar nada que
co: CtaL. vaya contra la R.: Rb 10,1 - no
Redención, redentor: Dios: obedecer cuando se manda
Rnb 23,9; el Padre: ParPN 1; el algo contra la R.: Rb 10,3 - el
Hijo: OfP 6,15; Rnb 16,7; 23,9 Testamento no es otra R.: Test
- por la cruz: 2CtaF 56; CtaO 34 - tener y leer juntos R. y
3.12-13.18; Test 5 - por el Testamento: Test 36-37. Cf.
cuerpo y la sangre de Cristo: Escritos, Testamento, Vida.
CtaCle 3 - según la voluntad Reino: Cristo pide el r. para sus
misericordiosa del Padre: discípulos: 1CtaF 1,19; 2CtaF
2CtaF 11-14; Rnb 23,8 - dar 60 ; Rnb 22,55 - venga tu r.
gracias por la r.: OfP 6,15; Rnb para que lleguemos a tu r.:
23,3.8. Cf. Cristo, Salvación. ParPN 4 - buscar por encima
Escritos de Francisco de Asís
352

de todo el r. de Dios: REr 3 manos suplican a los r. que


- dado en herencia: a los po- perseveren en la fe y la peni-
bres: Adm 14,1; Rnb 2,15; Rb tencia: Rnb 23,7 - tenerlos por
6,4; a los perseguidos: Rnb nuestros señores: Rnb 19,3
16,12; Rb 10,11; a los que ha- - vivir vida religiosa en los ere-
cen penitencia: Rnb 21,7; mitorios. REr 1. Cf. Siervo.
23,4; a los que reciben el Renuncia: a todo lo que se
cuerpo y la sangre de Cristo: posee para ser discípulo de
2CtaF 23 - no perder el r.: Rnb Cristo: Adm 3,1; Rnb 1,2-5 - al
8,5 - quien no nace del agua mundo: 2CtaF 36 - a todos los
y del Espíritu no puede entrar bienes: Rnb 1,2-5; Rb 2,5-6 - a
en el r.: Rnb 16,7 - el que mira los propios quereres: 2CtaF
atrás no es apto para el r.: Rnb 40; Rb 10,2 - a todo lo que se
2,10; Rb 2,13. Cf. Cielo. posee, entregándose a la
Religión: la Orden de los Her- obediencia: Adm 3,1-3 - vivir
manos Menores: CtaO 2.38. sin nada propio: Adm 11,3;
47; Rnb pról 3; 13,1; 19,3; Rnb 1,1; Rb 1,1. Cf. Pobreza,
20 ,1; Rb 8,1; TestS 1; BenBer Posesión.
3.5 - prohibición de pasarse a Reparación: del pecado: Adm
otra r.: Rnb 2,10; Rb 2,12 - te- 22,2; 23,3; 1CtaF 2,15; 2CtaF
ner r. y santidad: Rnb 17,12. 62.78.82; Rnb 3,5. Cf. Peni-
Cf. Fraternidad, Orden. tencia.
Religioso: dichoso aquel r.: Respeto: Cf. Veneración.
Adm 20 ,1 - ¡ay de aquel r.!:
Adm 19,3; 20 ,3; 21,2 - el r. Restitución, restituir: Cf. Des-
sabio y el r. necio: Adm 20 - r. apropiación.
matados por la letra: Adm 7,3 Resurrección. Rb 3,7. Cf. Pas-
- r. que no viven en la obe- cua.
diencia: Adm 3,10 - r. que
consideran de poca importan- Revelación: de la vida según
cia algunas cosas de Dios: el Evangelio: Test 14 - del sa-
1CtaCus 1 - obligados a hacer ludo a hacer al entrar en una
más y mayores cosas: 2CtaF casa: Test 23 - el Señor ha re-
36-47 - renunciaron a este si- velado su justicia: OfP 9,3.
glo: 2CtaF 36 - destinatarios Rey, reina: Dios: r. omnipoten-
de la 2CtaF: 2CtaF 1 - los her- te, soberano: OfP ant 2; 7,2;
Índices

353
15,2; AlD 2; FVCl 1; r. del cielo 2,8-9; 2CtaF 67; el Cordero
y de la tierra: OfP 1,5; 7,3.9; digno de s.: AlHor 3 - la s. di-
14,1; 15,2; AlD 2; Rnb 23,1; vina: Rnb 17,16 - la s. espiri-
r. de Israel: ExhAD 9; r. antes tual: 2CtaF 67 - el don de la
de los siglos: OfP 7,3; 15,3 - el suma s.: Adm 5,6 - hermana
Señor reinó desde el madero: de la simplicidad: 2CtaF 45;
OfP 7,9 - el Señor por encima SalVir 1.10; Test 7 - donde hay
de todos los r.: OfP 15,4 - rey caridad y s. no hay temor ni
mío y Dios mío: OfP 2,11; 5,15 ignorancia: Adm 27,1 - con-
- María, reina: SalVM 1 - los funde a Satanás: SalVir 9 - s.
hermanos, r. en el reino de los de Satanás: Adm 5,5-6 - de
cielos: Rb 6,4 - Clara y sus este mundo: 1CtaF 2,8-9;
hermanas serán r. en el cielo: 2CtaF 67; CtaA 5; SalVir 10 ;
ExhCl 6 - los r. de Francia e Rnb 17,10 -13 - del cuerpo:
Inglaterra: VerAl 5 - invitación SalVir 10 - preparar sabiamen-
a los r. a perseverar en la fe y la te lo que se ha de decir: Adm
penitencia: Rnb 23,7 - los que 21,1- si tuviera tanta s. como
viven entre placeres están en Salomón: Test 7.
las casas de los r.: Rnb 2,14. Sacerdote: grandeza del s.:
Rico, riqueza: Dios es r. a sa- CtaO 22-23; Adm 26,3 - en
ciedad: AlD 5 - Cristo, siendo ellos ve Francisco al Hijo de
sobremanera rico, se hizo po- Dios: CtaCle 3; Test 10 - mi-
bre: 2CtaF 5 - el saber utiliza- nistros de la eucaristía: 2CtaF
do para adquirir r.: Adm 7,2 22.34; 1CtaCus 7; Adm 1,9.
- la seducción de las r.: Rnb 18; Test 10 - ministros de la
22,16 - no gloriarse en la r.: penitencia: 2CtaF 22.77.79;
Adm 5,7 - no despreciar a los CtaM 18-19; Rnb 12,3; 20,1-4;
r.: Rb 2,17. Cf. Bien, Bolsa, Di- Rb 7,2 - confesar los pecados
nero. al s.: 2CtaF 22; CtaM 18-20
- respeto a los s.: 2CtaF 33;
Roma: CtaJac 6 - Iglesia Ro- Adm 26; Rnb 19,3; Test 6-10
mana: Adm 26,1; Rb 1,2; 3,1; - s. que administran mal los
12,3; Test 6 - curia romana: sacramentos: CtaCle 4; CtaO
Test 25. 18-20 - han de ser santos:
Sabiduría: Dios es s.: AlD 4 CtaO 2.14.17-22 - exhorta-
- Cristo: s. del Padre: 1CtaF ción a los s.: CtaCle 1-12; CtaO
Escritos de Francisco de Asís
354

14-29; Rnb 23,7 - s. de la Or- paga: Test 21-22. Cf. Dinero,


den: CtaM 18; CtaO 2.14. Cf. Mendicación, Trabajo.
Clérigo, Confesión, Eucaristía, Salomón: Test 7.
Iglesia.
Salterio: Cf. Breviario, Oficio
Sacramento: examen, a los divino.
candidatos a la Orden, sobre
la fe católica y los s.: Rb 2,2 - el Saludo: de Francisco: 2CtaF 1;
s. del altar: CtaO 37; Adm 1,9. CtaA 1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 2;
Cf. Bautismo, Católico, Confe- CtaM 1; CtaO 2-4; CtaL 1;
sión, Eucaristía, Fe, Penitencia, CtaAnt 1 - de los hermanos:
Sacerdote. Rnb 14,2; RB 3,13; Test 23.
Cf. Paz.
Sacrificio, sacrificar: de Cristo:
AlHor 3; OfP 9,2; 2CtaF 11; Salvación: Dios es la s.: OfP
CtaCle 4; CtaO 14 - sobre el 1,10 ; 2,1; 4,10 ; 5,16; 12,2-3;
altar: 2CtaF 33; 1CtaCus 3 - s., 14,3; AlD 7; nuestro salvador:
OfP 14,2; realizó la s.: OfP 7,3
consagrar el cuerpo y sangre
- alegrarse en la s. de Dios: OfP
de Cristo: 2CtaF 33; CtaCle 4;
11,5; 9,3; 11,5 - Dios salvará
- s. la propia voluntad de Dios:
a Sión: OfP 14,8 - salvados
Adm 3,5 - que el Señor se
por la muerte de Cristo: 2CtaF
acuerde de todos tus s.: OfP 14-1; CtaO 3; Adm 6,1 - sal-
11,3. Cf. Cruz, Cuerpo y san- vados por las palabras y la eu-
gre de Cristo, Eucaristía, Misa, caristía: 2CtaF 34; CtaCle 3;
Muerte, Pasión, Santificar. 1CtaCus 6 - la obediencia en
Sagrada Escritura: cómo leer- lo que mira a la s.: Rnb 4,3;
la y enseñarla: CtaAnt; Adm 19,3 - que el trabajo no vaya
7,3-4. Cf. Evangelio, Sabidu- en contra de la s. del alma:
ría, Teología. Rnb 7,3 - la Regla para la s.:
Salario: recibir, como paga por Rnb 24,1-2 - la perseverancia
el trabajo, lo necesario, excep- y la s.: Rnb 16,19-21; Rb 10,12
to dinero: Rnb 7,7-8; 8,3; Rb - en la paciencia y en el no
4,1.3; 5,3-4 - cuando no les turbarse está la s. del alma:
den la paga o sea necesario, VerAl 15. Cf. Pasión, Perseve-
los hermanos recurran a la li- rancia.
mosna: Rnb 7,8; Test 22 - no Santa María de los Ángeles:
trabajar por la codicia de la CtaJac 3; VerAl 1; Rnb 18,2.
Índices

355
Santiago (apóstol): Rnb 20 ,3. - las palabras de Cristo: 2CtaF
Santificación, santificar: san- 34; CtaO 34 - la Virgen María:
tificado sea tu nombre: ParPN OfP ant 1; 15,3; SalVM 1;
3 - santificados por la sangre 2CtaF 4; Rnb 23,3; NACl 8
de Cristo: CtaO 18 - s., consa- - los santos: Dios es admira-
grar el cuerpo y sangre de Cris- ble y está en los ángeles y los
to: 1CtaCus 2; CtaO 37; Adm s.: ParPN 2; OfP 9,12; hicieron
1,9 - ruego de Cristo al Padre las obras: Adm 6,3; sus méri-
por los suyos: 1CtaF 1,17-18; tos nos obtienen el perdón:
2CtaF 58-59; Rnb 22,52. Cf. ParPN 7; ruegan y dan gracias
Sacrificar. a Dios por nosotros: OfP ant 3;
Rnb 23,6; nos bendicen: Test
Santísimo/a: Dios: AlHor 11; 40 ; a ellos confiesa Francisco
Rnb 23,1; su voluntad: Cánt sus pecados CtaO 38; la fiesta
13 - Dios Padre: ParPN 1; OfP de todos los s. Rnb 3,11; Rb
2,11; 3,3; 5,15; 6,11; 7,3.10 ; 3,5 - la Iglesia: 2CtaCle 13;
14,1; 15,3; SalVM 2; CtaO 46 CtaO 30; Adm 26,1; Rnb 2,12;
- Jesucristo: OfP ant 2-3; 15,7; 23,7; Rb 3,1; 12,3-4; TestS 5;
SalVM 2; su cuerpo y sangre: Test 6 - la oración: CtaAnt 2;
OfP 6, 15; 2CtaF 33; CtaCl Rb 5,2 - las virtudes: SalVM 6;
1.4.11; CtaA 6; 1CtaCus 2.4.6; SalVir 1-4.9-14; la caridad:
2CtaCus 4; CtaO 12.14; Adm Rnb 22,16; la pobreza: TestS
1,9.12.21; 26,3; Test 10 -11; 4; Test 24; la obediencia:
sus nombre y palabras: Adm
2CtaF 40 ; 1CtaCus 10 ; CtaO
20 ,1; Test 12-13; sus precep-
10 ; Rnb 5,15; 17,1 - la paz:
tos: OfP 7,8; 15,13 - el Espíri-
2CtaCus 1 - las obras: 1CtaF
tu Santo: Test 40 - la Virgen
María: CtaO 21; UltVol 1 - la 1,10 ; 2,21; 2CtaF 53.87; Test
bendición de Francisco: Test 39 - las intenciones: CtaO 14
41 - las virtudes: SalVir 1 - la - la cuaresma: Rb 3,6. Cf. Dios,
pobreza: Rb 5,4; UltVol 2. Cf. Santísimo.
Santo. Satanás: Cf. Demonio.
Santo/a: cada vez que se tra- Seguimiento, seguir: la volun-
ta de Dios, de un misterio, de tad de Dios: Rnb 22,9 - a Cris-
una virtud, etc. Principales to: sus huellas: 2CtaF 13; CtaO
usos: - la cruz de Cristo: OfP 51; CtaL 3; Rnb 1,1; 22,2; su
7,8; 15,13; Adm 5,8; Test 5 doctrina y ejemplo: Rnb 1,1-3
Escritos de Francisco de Asís
356

- su pobreza y humildad: Rnb han entregado su cuerpo:


9,1; UltVol 1; sus preceptos: Rnb 16,10 . Cf. Altísimo, Cris-
OfP 7,8; 15,13; en las perse- to, Dios, Espíritu Santo, Padre,
cuciones: Adm 6,2 - la pobre- Santísimo.
za y humildad de la Virgen Señora: María: SalVM 1 - Clara
María: UltVol 1 - el espíritu de y sus hermanas: UltVol 2 - Ja-
las divinas letras: Adm 7,3 - el coba: CtaJac 1 - la pobreza:
camino del bien: OfP 5,14 - la SalVir 2; TestS 4 - la caridad:
santísima pobreza: Rb 5,4. Cf. SalVir 3. Cf. María.
Cristo, Hijo de Dios.
Señores: Rnb 23,7 - el papa:
Sencillez, sencillo: entender la Rnb pról 2-3; 2,10 ; 24,4; Rb
Regla y el Testamento con s.: 1,2; 2,12; 12,3; Test 15 - el car-
Test 39 - ser s., humildes y denal de Ostia: Test 33 - los
obedientes: 2CtaF 45; CtaO 2 sacerdotes y religiosos: Rnb
- s. como palomas: Rnb 16,2 19,3; Test 8-9 - el ministro
- sencillamente: Test 4.15. Cf. general: CtaO 2.38.40 - el
Simple. guardián: Test 28 - los herma-
Señor (Dios): palabra emplea- nos: Rb 10,5 - las autoridades:
da más de doscientas cin- CtaA 6 - el hermano sol: Cánt 3
cuenta veces, para designar a - que los súbditos puedan
Dios, sobre todo en el OfP. comportarse con los minis-
Usos más significativos: autor tros como los s. con los sier-
de todo bien: OfP 13,6; Adm vos: Rb 10,6 - dichoso el que
2,3; Rnb 17,17 - todo le per- es tan humilde cuando está
tenece: Adm 18,2 - único entre sus súbditos como
juez: Adm 26,2 - terrible, te- cuando está entre sus s.: Adm
mible: OfP 7,2.6; 15,2 - se hizo 23,1. Cf. Menor, Siervo.
pobre: Rb 6,3 - la humildad Servicio, servir: a Dios: Rnb
del S.: CtaO 27-28 - se ofrece 23,4.11 - s. al Señor en po-
a nosotros: CtaO 11 - Jesús es breza y humildad: Rb 6,2 - de
el S.: Adm 1,1; 8,1 - obra y las criaturas a Dios: Adm 5,2
habla por sus servidores: - trabajo y s. de los herma-
Adm 2,3; 8,3; 12,2 - es refu- nos: Rnb 7,1 - trabajos y s.
gio para el pobre: OfP 11,7-9 prohibidos: Rnb 7,1-2 - de los
- amarle, servirle y adorarle: hermanos unos a otros: Rnb
Rnb 22,26 - los hermanos le 5,14 - a los enfermos: Rnb
Índices

357
10 ,1; Rb 6,9 - a los leprosos: 2,5.14; 2CtaF 65.71; SalVir 11;
Rnb 8,10; Test 1 - s. de trans- Rnb 8,2; 22,16; Rb 10,7; Test 7
mitir las palabras del Señor: - Satanás ciega al hombre con
2CtaF 2 - servir corporalmente las vanidades de este s.: 2CtaF
al mundo: 1CtaF 2,5; 2CtaF 65 72-85; Rnb 22,20-24 - la re-
- al cuerpo le es amargo s. a nuncia al s.: 2CtaF 36; Test 3
Dios: 2CtaF 69. - por los s. de los s.: AlHor 1-10;
Siena: TestS. OfP 1,10 y passim; 2CtaF 62;
CtaO 4.33.52; Rnb 17,19;
Siervo: término de uso fre- 23,6.11; 24,5. Cf. Mundo.
cuente en Francisco, espe-
cialmente para designar a Silencio: en los eremitorios:
sus hermanos. Algunos usos REr 3-4.8 - los hermanos han
más importantes: s. de Dios: de empéñense en guardar s.:
AlHor 6; OfP 6,15; 14,10 ; Rnb 11,2.
CtaJac 1; Adm 6,3; 11,1-3; Simple, simplicidad: la s. uni-
12,1; 13,1; 23,1-3; 24,1; FVCl dad de Dios: CtaO 52 - Fran-
1; Rnb 7,12; 22,26; 23,4; Rb cisco: VerAl 11; Test 29 - los
bula 1; 5,5 - dichoso el s.: Adm hermanos s.: CtaO 2 - la bien-
10,3; 17,1; 18,2; 19,1.4; 21,1; aventuranza del que es teni-
22,1-3; 25,1; 26,1; 28,1.3 - a do por s. y despreciable: Adm
ejemplo de María: OfP ant 1; 19,1 - la s. es hermana de la
SalVM 5 - el papa: Rb bula 1 sabiduría: SalVir 1 - confunde a
- Francisco: 2CtaF 1.2.86; CtaA la sabiduría del mundo: SalVir
1; 1CtaCus 1; 2CtaCus 1; CtaM 10 - el espíritu del Señor bus-
9; CtaO 3; Test 41 - los minis- ca la pura s. y la paz del espí-
tros: 2CtaF 42; Rnb 4,2.6; 5,3. ritu: Rnb 17,15. Cf. Iletrado,
4.6.7.11; 16,3; 18,2; Rb 8,1; Sencillez.
10,1.5-6 - los hermanos: s. de
todos: 2CtaF 47; Rnb 23,7; s. Soberbia: Cf. Orgullo.
humildes: Rnb 11,3; Rb 5,4-5; Solicitud: Cf. Afán.
10 ,5; s. inútiles: Rnb 11,3; Súbdito: Francisco s. de todos:
23,7 - Dios redime a sus s.: 2CtaF 1 - los hermanos s. de
OfP 6,15. Cf. Cristo, Menor, Mi- la santa Iglesia: Rb 12,4; de
nistro, Obediencia, Sumisión. todos los de la casa en que
Siglo: sus vanidades: 2CtaF 71 trabajan: Rnb 7,2 - los herma-
- enemigo de Dios: 1CtaF nos que son s.: Adm 3,5.7;
Escritos de Francisco de Asís
358

23,1; Rnb 5,3; Rb 10 ,2 - di- ofrezcan el sacrificio eucarís-


choso el siervo que es tan hu- tico por t.: CtaO 14 - temer y
milde entre sus s. como entre honrar a los sacerdotes: Test 8
sus señores: Adm 23,1. Cf. - no temer a los que matan el
Iglesia, Menor, Obediencia, cuerpo: Rnb 16,18 - personas
Siervo, Sumisión. temerosas de Dios: OfP 10,4;
Rb 2,8. Cf. Enemigo, Persecu-
Sufrimiento, sufrir: Cristo s. la ción, Respeto.
pasión: Adm 6,1 - s. persecu-
ción: Adm 3,8-9 - angustia y Tentación: las ovejas del Se-
persecución: 1CtaF 2,15; 2CtaF ñor lo siguen en la t.: Adm
82 - vergüenza: Rnb 9,7. Cf. 6,2 - en los que en el momen-
Dolor, Enfermedad. to de la t. se retiran no produ-
ce fruto la Palabra de Dios: Rnb
Sumisión: a la Iglesia: Rb 12,4 22,15 - gozarse cuando uno
- a los clérigos y religiosos: se ve asediado por la t.: Rnb
Rnb 19,3; TestS 5 - a todos los 17,8 - no nos dejes caer en la
hombres: 2CtaF 47; Rnb 16,6 t.: ParPN 9 - la caridad con-
- incluso a los animales: SalVir funde todas las t.: SalVir 13.
16-18 - estábamos sometidos Cf. Prueba.
a todos: Test 19. Cf. Obedien- Teología, teólogo: autorización
cia, Siervo, Súbdito. para enseñar la t.: CtaAnt 2
Temor: temer y honrar a Dios: - los t. administran espíritu y
ExhAD 1.3; Rnb 22,2 - el espí- vida: Test 13 - honrar y vene-
ritu del Señor desea el t. de rar a los t.: Test 13. Cf. Ciencia,
Dios: Rnb 17,16 - donde hay Sabiduría, Sagrada Escritura.
t. de Dios no hay enemigo que Testamento: el cuerpo y la
pueda entrar: Adm 27,5 - don- sangre del Nuevo T: 2CtaF 7;
de hay caridad y sabiduría no Adm 1,10 - el T. de Francisco:
hay t. ni ignorancia: Adm Test; es recordación, amones-
27,1 - la caridad confunde los tación y exhortación para me-
t. carnales: SalVir 13; Adm jor observar la Regla: Test 34;
27,1 - que todo hombre tema no añadir ni quitar nada de él:
a Dios: Rnb 21,2 - adorar a Test 35; unido siempre a la
Dios con t.: CtaO 4 - que ala- Regla: Test 36-37; la Regla y
ben a Dios los que le temen: el T. sin glosa: Test 38 - T. de
AlHor 6 - los sacerdotes no Siena: TestS. Cf. Admonición.
Índices

359
Testimonio: de la propia for- pensa en el cielo: ExhCl 6. Cf.
ma de vida: Rnb 16,6 - mos- Salario, Servicio.
trarse gozosos, mesurados, Tribulación: OfP 1,5; 5,2;
mansos, humildes: Rnb 7,16; 11,1.7-8; 12,9; 1CtaF 2,15;
11,9; Rb 3,10-14 - de palabra 2CtaF 82; Rnb 17,8; 22,3.15
y obra: CtaO 9 - los falsos t.: - seguir al Señor en la t.: Adm
Rnb 22,7. Cf. Ejemplo. 6,2 - soportarla en paz: Adm
Títulos: a ninguno se le llame 15,2 - las t. procuran la vida
prior: Rnb 6,3; ni padre: Rnb eterna: Cánt 10 ; Adm 6,2 -
22,34; ni maestro: Rnb 22,35. son fuente de alegría: Adm
Cf. Custodio, Guardián, Mi- 5,8; VerAl 14; Rnb 17,8 - el
nistro. Señor es refugio en la t.: OfP
11,7-8 - invocarle en las t.: OfP
Trabajo: de Francisco: Test 20
12,8-9; 13,5. Cf. Dolor, Enfer-
- la gracia del t.: Rb 5,1 - los
medad, Persecución.
hermanos trabajadores: Rnb
17,5 - los que saben trabajar, Tribunal: de Jesucristo: 1CtaF
trabajen y los que no saben, 2,22; 2CtaF 87; Rnb 9,6. Cf.
aprendan: Rnb 7,3; Test 20-21 Juicio.
el que no quiera trabajar que Trinidad: en el nombre de la T.:
no coma: Rnb 7,5 - el ejemplo 2CtaF 86; CtaO 1; Rnb pról 1;
del t.: Test 21 - t., oración o 23,10 - T. y Unidad: AlD 3;
alguna obra buena: Rnb 7,12 CtaO 1.52; Rnb 21,2; 23,11;
- cualidades y condiciones del 24,2 - ensalzar a la T.: ExhAD
t.: CtaAnt 2; Rnb 7,1-3.10; 8,9; 18; AlHor 4. 9-10 ; ParPN 11;
Rb 5,2; Test 19-20 - los her- OfP 1,11, y passim; 2CtaF 62;
manos pueden tener herra- Rnb 3,10 ; 24,5 - igualdad de
mientas para su t.: Rnb 7,9 - t. naturaleza: Adm 1,7 - el Hijo
prohibidos: Rnb 7,1-2 - evitar y el Espíritu Santo dan gracias
negocios turbios: Rnb 8,12 - el al Padre: Rnb 23,5 - Cristo ac-
t. de la mendicación: Rnb 9,9 túa con el Padre y el Espíritu
- medio ordinario de susten- Santo: CtaO 33 - fe en la T. a
to: Rnb 7,4.7; Rb 5,3; Test 22 través de la palabra: Rnb 16,7
- por el t. pueden recibir lo ne- - el Padre creó todo por me-
cesario, menos dinero: Rnb dio del Hijo y el Espíritu San-
7,7; 8,3.8; Rb 5,3 - su recom- to: Rnb 23,1 - el Padre quiso
Escritos de Francisco de Asís
360

que el Hijo naciera de María: turba por nada: Adm 11,2-3


Rnb 23,3 - el Padre creador, - la verdadera alegría está en
redentor, consolador y salva- tener paciencia y no turbarse:
dor: ParPN 1 - somos esposos, VerAl 15 - la paciencia y la hu-
hermanos, madres en rela- mildad eliminan la ira y la t.:
ción con la T.: 1CtaF 1,6-13; Adm 27,2. Cf. Cólera, Tristeza.
2CtaF 51-56 - el espíritu del Universalismo: Francisco sier-
Señor desea el amor de la T.: vo de todos, obligado a servir a
Rnb 17,16 - hacer en noso- todos: 2CtaF 2; alaba a Dios
tros morada a la T.: Rnb 22,27 con todas las criaturas: ExhAD;
- bendigamos al Padre, al Hijo AlHor; Cánt; bendice a todos
y al Espíritu Santo: AlHor 4 los hermanos, presentes y fu-
- Francisco confiesa sus peca- turos: TestS 1 - los hermanos
dos a la T.: CtaO 38 - anunciar enviados al mundo entero:
a la T. ante los infieles: Rnb 16,7 CtaO 9; VerAl 6; sometidos a
- que ella bendiga a los que todos: 2CtaF 47; Rnb 7,2;
acogen, difunden escritos de 16,6; Test 19 - invitación a to-
Francisco: 2CtaF 88; Rnb 24,2; dos a alabar a Dios: OfP 7,1.
Test 40 . Cf. Altísimo, Cristo, 4.11; 9,7-8; 10 ,1.3-4.7-8.10 ;
Dios, Espíritu Santo, Eterno, 14,6; 15,9-10 .12; 1CtaCus 8
Padre, Rey, Santísimo. - adorar a Dios en todas las
Tristeza: los hermanos se han iglesias del mundo entero:
de guardar de mostrarse tris- Test 4-5 - obediencia a todos
tes: Rnb 7,16 - cuando ayu- los hombres e incluso a las
néis no os pongáis tristes: Rnb bestias: SalVir 18. Cf. Obe-
3,2. Cf. Turbación. diencia, Sumisión.
Turbación: no turbarse: por el Vanagloria, vanidad: de este
pecado del prójimo: Rnb 5,7; siglo: 1CtaF 2,14; 2CtaF 71 - v.
11,2.3; Rb 7,3; en la enferme- de vanidades: Rnb 8,6 - guar-
dad: Rnb 10,4; en la persecu- darse de la v.: Rnb 17,9; Rb
ción: Rnb 16,19; por quitarle a 10 ,7 - no cuidarse de la sen-
uno la prelacía: Adm 4,3 - es sualidad de la voz en el rezo
una astucia del demonio: Rnb del oficio divino: CtaO 41-42.
5,7 - no son pobres de espíri- Cf. Orgullo.
tu los que se turban: Adm Veneración: al amor que Je-
14,3-4 - es pobre el que no se sucristo nos tuvo: ParPN 6 - al
Índices

361
nombre de Cristo: CtaO 4 - a la mente: Rnb 23,11 - perseve-
eucaristía: CtaCle 11; 1CtaCus rar en la v. fe y la penitencia:
2-5.7; CtaO 12-14.22; Rnb Rnb 23,7 - los v. adoradores:
20,5; Test 9-11 - a la palabra de 2CtaF 18-20; Rnb 22,31 - amar
Dios: 1CtaCus, 2; CtaO 35-37; de v.: a Dios: ParPN 8; Adm
Test 12 - a los sacerdotes y 9,2; Rnb 11,6; 23,8; a los her-
clérigos: 2CtaF 33; Adm 26; manos: Rnb 11,6; a los ene-
Rnb 19,3; Test 6-10 - a los teó- migos: ParPN 8 - la v. obe-
logos: CtaAnt l; Test 13 - al diencia: CtaM 4; 1CtaCus 10 ;
ministro: CtaO 38 - a los her- Adm 3,4; Rnb 5,15.17 - la v.
manos: Rnb 7,15 - a los obje- pobreza: Adm 14 4 - la v. paz:
tos de culto: CtaCle 4; CtaO Adm 15,2; Rnb 17,15 - la v.
34; 1CtaCus 3 - al sepulcro de alegría: Adm 20 ,1; VerAl - la
Cristo: CtaO 21. v. virtud: VerAl 15 - el santo y
Verbo: Cristo es el V. del Pa- veraz mandamiento: OrSD 3.
dre: 2CtaF 3-4. Cf. Cristo, Hijo Cf. Cuerpo y sangre de Cristo,
de Dios, Palabra. Hipocresía.
Verdad, verdadero: Dios: es la Vergüenza: seguir a Cristo en
v. y el único Dios v.: OfP ben; su v.: Adm 6,2 - es gran v.
15,1; AlD 3; 1CtaCus 7; Adm contentarse con referir las
1,21; 16,2; Rnb 17,18; 23,6. obras de los santos: Adm 6,3
9; su palabra es la v.: Rnb - mendigar sin v.: Rnb 9,4-7;
22,49-50; envió su v.: OfP 3,5; Rb 6,3 - no avergonzar al her-
su v. sobre las nubes: OfP mano pecador: CtaM 15 - so-
3,11; maldice a los que no portar benignamente la v. por
obran en v.: CtaO 19-20 - Je- un pecado que no se come-
sucristo es la v.: Adm 1,1; Rnb tió: Adm 22,2-3 - considerar
22,40 ; la v. sabiduría del Pa- amigos a los que nos aver-
dre: 2CtaF 67; la luz v. 2CtaF güenzan: Rnb 22,3.
66; Dios y v. hombre: Adm Vestido: la Virgen María, v. de
1,8-9; Rnb 23,3; ha tomado Dios: SalVM 5 - v. de los her-
carne v.: Adm 1,19; 2CtaF 4; manos: Rnb 2,13-14; Rb 2,
pide al Padre para los suyos la 4-16 - v. del novicio: Rnb 2,8;
v.: Rnb 22,49.52 - reconocer Rb 2,9 - estar contentos con
la v., vivir en la v.: Adm 1.15; tener con qué comer y con
ExhCl 2 - creer v. y humilde- qué vestirse: Rnb 9,1; Test 16
Escritos de Francisco de Asís
362

- a quien les quite el manto da su vida: 1CtaF 1,13; 2CtaF


dénle la túnica: Rnb 14,5 - no 56; CtaO 46; Adm 3,9; nos
juzgar a los que visten pren- ha hecho pasar de la muerte
das suaves y de colores: Rb a la v.: CtaCle 3; da la v. eterna
2,17 - el que fornique sea des- a los que reciben su cuerpo y
poseído del hábito: Rnb 13,1 su sangre, vivos y verdaderos:
- incumbe al ministro proveer CtaCle 3; Adm 1,11.21; Rnb
de v.: Rb 4,2 - no se permite 20 ,5; sus palabras son espíri-
recibir dinero para v.: Rnb 8,3. tu y v.: 1CtaF 2,21; 2CtaF 3;
Vicio: sólo pertenecen al hom- Rnb 22,39; Test 13; seguir su
bre los v. y pecados: Rnb 17,7 v. y pobreza: UltVol 1 - da la v.
- salen del corazón: 1CtaF 2,12; eterna: a los perseguidos:
2CtaF 37.69 - deleitarse en v. Adm 6,2; Rnb 10 ,3; 16,11.
y pecados: 1CtaF 2,3; 2CtaF 16-21; 22,4; a los pobres: Rnb
64; Adm 5,3 - odiar el cuerpo 1,5; a los que sufren en paz:
con sus v. y pecados: 1CtaF 1,2; Rnb 17,8 - la Regla y la v. de
2CtaF 37; Rnb 22,5-6 - abste- los hermanos: Rnb pról 2; 1,1;
nerse de v. y pecados: 2CtaF 2,1-3; 3,12; 4,3; 5,2.4.17; 6,1;
32 - son ciegos los que po- 8,9; 24,1.4; Rb 1,1; 2,1.11;
nen por obra v.: 1CtaF 2,3; Test 16; la forma de v.: Test
2CtaF 64.66 - el hombre con 14; FVCl; benditos los que
sus v. ha crucificado a Jesu- guardan esta v.: Test 40 - las
cristo: Adm 5,3 - son confun- preocupaciones de esta v.:
didos por las virtudes: SalVir 1CtaF 2,5; 2CtaF 65; Rnb 8,2
8-14; Adm 27,1-6 - objeto de - la v. del espíritu es mejor:
la predicación de los herma- ExhCl 3 - el diablo quiere que
nos: Rb 9,4. Cf. Pecado. perdamos la v. eterna: Rnb
Vida: Dios: es v.: OfP ben; 22,5. Cf. Eterno, Regla.
15,1; AlD 7; Adm 16,2; Rnb Vigilancia: Rnb 12,5 - respec-
23,6; nuestra vida eterna: OfP to de Satanás: Rnb 22,19 - de
14,5; AlD 7; Adm 1,6; 7,1; todo mal: Rnb 21,9 - de la
Rnb 23,8; nos dio y nos da soberbia y vanagloria: Rnb
toda la vida: Rnb 23,8 - Jesu- 17,9; Rb 10,7 - del dinero: Rnb
cristo: es el Hijo de Dios vivo: 8,5.11 - de todo negocio tur-
1CtaCus 7; CtaO 26; Rnb 9,4; bio: Rnb 8,12 - de la apropia-
es la v.: Adm 1,1; Rnb 22,40; ción: Rnb 7,13; Test 24 - de la
Índices

363
cólera y de la turbación: Rnb poder visitar: 2CtaF 3 - v. a las
5,7; 16,19; Rb 7,3 - de la hipo- iglesias: 2CtaF 33; Test 18.
cresía: Rnb 7,16 - de las com- Vocación: por inspiración di-
pañías sospechosas de muje- vina: FVCl 1; Rnb 2,1; 16,3; Rb
res: Rnb 12,1; Rb 11,1 - v. y 12,1 - el Señor me reveló: Test
oración: Rnb 22,27. 14-15 - confirmada por la au-
Vil: Francisco se considera a toridad: Rnb pról 2; 16,4; Rb
sí mismo v.: CtaO 3 - consi- 12,2; Test 15. Cf. Revelación.
derarse como el más v.: Adm Voluntad: de Dios: nos ha
12,3 - ser considerados v.:
creado por su v.: Rnb 23,1;
Adm 19,1 - los hermanos han
hágase tu v.: ParPN 5; hemos
de estar alegres cuando con-
de seguir su v. y agradarle:
viven entre gente v.: Rnb 9,2
OrSD; OfP 6,12; 7,8; 15,13;
- llevar vestidos v.: Rnb 2,14;
Rb 2,16 - la carne ha de ser CtaO 15; CtaL 3; Rnb 22,9; a
tenida por v.: Rnb 17,14 - las los que la cumplen, la muerte
cosas santas son, a menudo, no puede hacerles ningún
tratadas como v.: CtaCle 4-5; mal: Cánt 13; aceptar su v.
1CtaCus 1; 2CtaCus 2-3. Cf. en toda situación: CtaM 2-3;
Pobreza. desear estar sano o enfermo,
según Dios quiera: Rnb 10 ,3
Virtud: SalVir - las v. provienen - de Jesucristo: puso su v. en
del Señor: SalVM 6; SalVir 4 la del Padre: 2CtaF 10; la v. del
- infundidas por él en los co- Padre fue que se entregara por
razones para hacerlos fieles: nosotros: 2CtaF 11; somos
SalVM 6 - objeto de la predica- sus hermanos si cumplimos
ción de los hermanos: Rb 9,4 la v. del Padre: 1CtaF 1,9;
- la pobreza sublima en v.: Rb 2CtaF 52 - de Francisco: su
6,4 - inseparables unas de última v.: TestS 2; no quiere
otras: SalVir 6-7 - confunden los hacer nada al margen de la v.
vicios y pecados: SalVir 8-14 del guardián: Test 28 - no
- la verdadera v.: VerAl 15 - las apropiarse la v.: Adm 2,3; 3,10
v. de los cielos: OfP ant 2; Rnb - no querer abajarse por pro-
23,6; Test 40. Cf. Ángeles. pia v.: Adm 19,3-4 - no predi-
Visita: de los ministros a los car contra la v. de los sacer-
hermanos: REr 8; Rnb 4,2; Rb dotes : Test 7 - v. espiritual de
10 ,1 - Francisco escribe al no repartir los bienes: Rnb 2,11;
Escritos de Francisco de Asís
364

Rb 2,6 - es verdadera obe- Adm 3,10 - paz a los hombres


diencia lo que no va contra la de buena v.: OfP 15,8. Cf. Ex-
v. del prelado: Adm 3,4 - tor- presiones familiares, Quereres.
nar al vómito de la propia v.:
Índices

365

2. ESCRITOS DE CLARA

Abadesa: Clara: RCl bula 2.10; TestCl 7 - por la vocación: TestCl


1,5 - elección: RCl 4,1-8 - ofi- 2-3 - por la obra de Dios en
cio: RCl 2,1-10 .17.19.21; Inés de Praga: 2CtaCl 3.
3,10 .12; 4,1-24; 5,5.7.12.17; Admisión: en la Orden de las
6,11; 7,3.5; 8,7-9; 10 ,1-5; Hermanas Pobres: RCl 2.
11,4.10; 12,11; TestCl 53.61-70
- bendición, consagración de Adornar: Cristo ha adornado
la a.: RCl 11,9 - obedecerle: a Inés con piedras preciosas y
RCl 1,5; 10,3; TestCl 62.67-68 virtudes: 1CtaCl 10 ; 2CtaCl 3
- el «consejo» de discretas de - adornada interior y exterior-
la a.: RCl 4,23-24; 5,7; 7,5; mente de virtudes: 4CtaCl 16.
8,11.20 ; 9,19 - normas sobre Afecto: de Cristo: 4CtaCl 11
el silencio para la a.: RCl 5,8; - de Clara: 4CtaCl 5.37 - de
8,21 - penitencia e indulgen- Francisco y de los hermanos:
cia de la a. con las hermanas RCl 6,4; TestCl 29 - de Inés de
que pecan: RCl 9,1.3.5.19. Cf. Praga: 1CtaCl 6 - el cardenal
Clara, Madre, Sierva. Reinaldo acoge de buen gra-
do el propósito de Clara y las
Abandono: del mundo por hermanas: RCl bula 14. Cf.
Francisco: TestCl 10 ; por Inés: Amor, Amorosamente.
1CtaCl 6. Cf. Pobreza.
Alabanza: Cf. Acción de gra-
Abrazo: de Cristo a Inés: 4CtaCl cias.
32; a la pobreza: 1CtaCl 17
- a Cristo: 1CtaCl 10; 2CtaCl 18 Alegría: de Francisco: TestCl 11
- abrazar el tesoro escondido - augurada a Inés: 1CtaCl 21
en el campo del mundo: 3Cta- - Inés de Praga a. de los ánge-
Cl 7 - a la pobreza: 1CtaCl 15. les: 3CtaCl 11 - a. de la salva-
ción: 3CtaCl 2. Cf. Gozo.
Acción de gracias: a Dios:
TestCl 22 - por la belleza y la Alimento. Cf. Nutrición.
humildad de Dios: 3CtaCl 16; Alma: 4CtaCl 1.4.26; RCl 3,13;
4CtaCl 10 .20 - por la ense- 12,10 ; BenCl 14 - morada de
ñanza y la vida de Francisco: Dios: 3CtaCl 21-22 - elegir con
Escritos de Clara de Asís
366

todo el a.: 1CtaCl 6 - servir con y a su Hijo: 3CtaCl 14-15.23;


todo el a.: 1CtaCl 32; 3CtaCl 4CtaCl 1.29; TestCl 46.60 ;
12; TestCl 18 - no mandar CtaErm 11 - el a. a Cristo hace
nada que vaya contra el a.: RCl castos: 1CtaCl 8 - no se puede
10 ,1.3 - el ocio es enemigo amar a Dios y el dinero: 1CtaCl
del a.: RCl 7,2. 25-26 - por a. de Dios, de Cris-
Altísimo/a: Dios: 2CtaCl 14 to: 2CtaCl 10; RCl 2,25; TestCl
- el Padre celestial: RCl 6,1.3; 45 - de Clara: a las hermanas:
TestCl 24 - Jesucristo: 1CtaCl RCl 8,4.6; TestCl 6.79; a Inés
24; 3Cta Cl 17; RCl 6,7 - la de Praga: 1CtaCl 12; 2CtaCl 24;
3CtaCl 1.10-11.40; 4CtaCl 1.5.
pobreza: RCl bula 5.16; 8,4
34-37.39; a Er mentrudis:
- la profesión: TestCl 37. Cf.
CtaErm 1-2.4.9 - de Francisco
Dios, Jesucristo. a Dios: TestCl 5.7 - a. mutuo
Amada/o, amadísima/o: el de las her manas: RCl bula
Hijo de Dios: RCl 2,25; TestCl 5.16; 4,22; 8,16; 10 ,7; TestCl
46 - Francisco: TestCl 7 - Inés de 59-60 ; BenCl 14 - obedecer
Praga y las hermanas: 1CtaCl por a.: RCl 4,10; TestCl 62 - a.
12; 2CtaCl 24; 3CtaCl 10 . a la propia alma y la de las her-
11.40 ; 4CtaCl 1.17.34.39.40 ; manas: BenCl 14 - a los que
RCl bula 2.10 .12; 8,4; TestCl nos persiguen: RCl 10,11 - a la
6.79; CtaErm 1.2.4.9; 1PrivP pobreza: 1CtaCl 15; TestCl
2; 2PrivP 1. 34-43 - amar la honestidad:
Amado (hermano): 4CtaCl 40. RCl 12,6 - amar el consejo de
Elías: 2CtaCl 16 - la abadesa
Amargura: 3CtaCl 11; TestCl no tenga a. particulares: RCl
70. 4,11. Cf. Afecto, Amorosa-
Amigo: gozar de la dulzura de mente.
los a. de Dios: 3CtaCl 14. Amorosamente: RCl 6,4; 8,16;
Amonestación: de Cristo: TestCl 29 - con amor y dili-
4CtaCl 24 - de Francisco: gencia: RCl 2,2.7.22; 6,5. Cf.
3CtaCl 30-31 - de Clara: 2CtaCl Afecto, Amor.
10 ; RCl 2,25; 10 ,4; TestCl 56 Ángel: 3CtaCl 11; 4CtaCl 21;
- de la abadesa: RCl 9,1; 10,1. BenCl 7.
Amor: de Dios y de Cristo: Anhelo: de seguir las huellas
1CtaCl 9; 3CtaCl 15.23 - a Dios de Cristo: 3CtaCl 6 - de dedi-
Índices

367
carse solo al Señor: 1PrivP 2; fesarse: RCl 3,12; para hablar
2Priv 2 - el h. de Clara de es- en el locutorio: RCl 5,5-6; para
cribir a Inés: 4CtaCl 4. Cf. Ar- enviar o recibir algo: RCl 8,7.
diente, Deseo. Avaricia: desecharla: RCl 10,6.
Apóstol: RCl bula 20 - dice el Ayuda: de Cristo: TestCl 18.41;
a.: 3CtaCl 8; TestCl 4 - las her- CtaErm 16 - de Francisco y
manas no están obligadas a de los hermanos: RCl 12,6;
ayunar en las fiestas de los a.: TestCl 48.51 - a Francisco en
3CtaCl 36. Cf. Felipe, Juan, Pa- la restauración de San Da-
blo, Pedro, Santiago. mián: TestCl 13 - a los miem-
Apropiación: Cf. Desapropia- bros del cuerpo de Cristo que
ción. caen: 3CtaCl 8 - de la oración:
1CtaCl 34.
Ardiente, ardor: el amor a Cris-
to: 4CtaCl 28 - el deseo de se- Ayuno: normas sobre el a.:
guir a Cristo: 1CtaCl 13 - el 3CtaCl 32-37; RCl 3,8-11 - co-
amor de Clara a Inés: 4CtaCl mer en tierra pan y agua como
37 - la caridad: 2CtaCl 7; penitencia: RCl 9,2. Cf. Peni-
4CtaCl 27. tencia.
Asís: ciudad: RCl bula 21 - Cla- Banquete: el b. de bodas del
ra de A.: CtaErm 1 - San Da- Cordero: 4CtaCl 9-10 .
mián de A.: 1CtaCl 2; 4CtaCl Belleza: del Hijo de Dios:
2; RCl bula 2.10 ; 1PrivP 1; 1CtaCl 9; 2CtaCl 20 ; 3CtaCl
2PrivP 1. 16; 4CtaCl 10 .
Autoridad: apostólica: RCl bula Bendición: de Dios: TestCl 79;
3.8; 1PrivP 7; 2PrivP 7 - del BenCl 2-5; CtaErm 15 - del
señor papa: RCl bula 16 - del papa: RCl bula 2 - del cardenal
obispo diocesano: RCl 2,5. Cf. Reinaldo: RCl bula 11 - de Cla-
Cardenal, Ministro, Obispo, ra: TestCl 79; BenCl - de la aba-
Papa, Protector. desa: RCl 11,9 - bendecir a
Autorización: del cardenal Dios: TestCl 22.
protector: RCl 2,3 - del obis- Benignidad: de Dios, de Cris-
po diocesano, RCl 2,5 - del to: 4CtaCl 11; TestCl 2.6.15
marido de una candidata: RCl - de la Sede Apostólica: RCl
2,4 - de la abadesa: para con- bula 3 - del cardenal protector:
Escritos de Clara de Asís
368

RCl bula 14 - de la abadesa: Breviario: para el rezo de las


TestCl 65 - de Inés de Praga hermanas: RCl 3,1. Cf. Oficio
4CtaCl 37. divino.
Beso: de Cristo: 4CtaCl 32. Buenaugurio (hermano): 4CtaCl
40.
Bien: los b. eternos: 1CtaCl 30;
2CtaCl 23.25- crecer en el b.: Calzado: de las hermanas que
1CtaCl 32; TestCl 22 - dar los sirven fuera del monasterio:
b. temporales: 1CtaCl 30 ; RCl 2,23.
2CtaCl 23; RCl 2,7.9-10 - no Camino: Cristo c.: TestCl 5 - el
ensoberbecerse en la prospe- c. del Señor: TestCl 74; 1PrivP
ridad: CtaErm 7. 3; 2PrivP 3 - la senda de la
Bienaventurado, bienaven- bienaventuranza: 2CtaCl 13
turanza: el Padre celestial: - de los mandamientos: 2CtaCl
TestCl 24 - María, la Virgen: 15 - estrecho: 1CtaCl 29; TestCl
RCl 3,14 - los santos Pedro y 71-73 - de la sencillez: TestCl
Pablo: RCl bula 20 - san Mi- 56 - de la virtud: CtaErm 3 - los
guel Arcángel: BenCl 7 - Fran- caminos: 2CtaCl 14; 4CtaCl
cisco: 3CtaCl 36; RCl bula 6.25.
6.16; 1,1-5; 6,1-2.7.10 ; 12,7; Canto: ante el trono de Dios:
TestCl 5.7.17.24.27.30 .36. 4CtaCl 3 - decir el oficio divi-
42.46-48.50.52.57.75.77.79; no sin c.: RCl 3,1. Cf. Alaban-
BenCl 6-7 - los ejércitos ce- za, Oficio divino.
lestiales: 4CtaCl 10 - quien ve Capellán: del monasterio: RCl
a Dios: 4CtaCl 13 - los que 3,15; 12,5.8.
padecen persecución por la
causa del reino: RCl 10,12 - la Capítulo: normas sobre el c.:
pobreza: 1CtaCl 15; 4CtaCl RCl 4,15-18 - la abadesa asig-
18.22 - la vida b.: 1CtaCl na en el c. lo que las herma-
nas producen con el trabajo:
16.30 ; TestCl 23 - el camino
RCl 7,3.
de la b.: 2CtaCl 13. Cf. Santo.
Cardenal protector: RCl 2,2;
Bodega: de Cristo: 4CtaCl 31.
11,7; 12,1.12; TestCl 44. Cf.
Bohemia: 1CtaCl 1; 3CtaCl 1. Reinaldo.
Cf. Inés de Praga. Caridad: del Señor: 4CtaCl
Bondad: Cf. Benignidad. 18.23; TestCl 16.59 - de Clara:
Índices

369
con Inés de Praga: 4CtaCl 5; 21-23; RCl 8,4; 10,12 - el Pa-
con Ermentrudis: CtaErm 17 dre c.: RCl 6,1.3; TestCl 14.24
- de Inés de Praga: 2CtaCl 7; - Cristo esposo c.: 1CtaCl 17;
3CtaCl 30 ; 4CtaCl 7.40 - de 3CtaCl 1; 4CtaCl 21.27.30 ;
la abadesa: RCl 8,13; 10,1 - de BenCl 9 - los bienes c.: 1CtaCl
las hermanas: RCl 8,10 ; 9,5; 30 - las aves del c.: 1CtaCl 18;
TestCl 60 .69 - virtud de la c.: 1PrivP 6; 2PrivP 6.
1CtaCl 25; 2CtaCl 7; 3CtaCl 22;
4CtaCl 5.27.37. Cf. Amor. Clara: hija amada en Cristo:
1PrivP 1; 2PrivP 1 - señora: RCl
Carne, carnal: la c. no es de bula 10 - sierva-esclava: 1CtaCl
bronce: 3CtaCl 38 - la lengua 2.33; 2CtaCl 2; 3CtaCl 2;
de c.: 4CtaCl 35-36 - hija c.: 4CtaCl 2; RCl 1,3; TestCl 37.
RCl 8,16. Cf. Cuerpo. 79; BenCl 6; CtaErm 1 - her-
Carrera: de Inés de Praga: mana: RCl 1,5; BenCl 6 - ma-
2CtaCl 2; 3CtaCl 3; 4CtaCl dre: 4CtaCl 33; TestCl 79;
30-31. BenCl 6 - abadesa de San Da-
Castidad, casto: vivir el Evan- mián: RCl bula 2.10; 1,5 - pe-
gelio en c.: RCl 1,2 - llevar al queña planta de Francisco: RCl
Hijo del Altísimo en un cuer- 1,3; TestCl 37.49; BenCl 6. Cf.
po c.: 3CtaCl 25 - permanecer Abadesa, Hermana, Madre,
c. amando al Señor: 1CtaCl 8. Sierva.
Cf. Esposa. Claustro: el vientre de la Vir-
Castigo: para el que vaya te- gen María en el que acogió al
merariamente contra el Privi- Hijo de Dios: 3CtaCl 19. Cf.
legio de la pobreza: 1PrivP 10; Clausura, Enclaustrada.
2PrivP 9. Clausura: permanecer en c.:
Católico: examinar de la fe c.: RCl 2,13 - normas sobre la c.:
RCl 2,3 - perseverar en la fe c.: RCl 5,1-17; 11,1-12. Cf. En-
12,13. Cf. Iglesia. claustrada.
Cielo, celestial: 1CtaCl 20. 22- Clérigo: compañero del cape-
23; 2CtaCl 5.21; 3CtaCl llán: RCl 12,5.
3.6.18.20 -22.28; 4CtaCl 10 ;
Cólera: Cf. Ira.
RCl 8,6; BenCl 8.10 .12;
CtaErm 9 - el reino de los c.: Comunidad, común: de las
1CtaCl 16.25.28-30 ; 2CtaCl hermanas: RCl 4; 7,4; TestCl
Escritos de Clara de Asís
370

56-70 ; BenCl 5 - practicar la - no tener relaciones y c. que


vida c.: RCl bula 5; 4,13 - vida engendren sospecha: RCl
religiosa, vida en c.: 1CtaCl 3; 9,14. Cf. Discretas.
RCl 2,22; 12,6; TestCl 14.56. Consentimiento común: de
70 - consentimiento c.: RCl 4, las hermanas: para la admi-
19.22 - la utilidad c.: RCl 4,3.7; sión de las candidatas: RCl
7,1.5 - confesar las negligen- 2,1-2; para contraer deudas:
cias c.: RCl 4,16 - recordar en RCl 4,19; para la elección de
c. a los bienhechores: RCl 7,4. las oficialas del monasterio:
Cf. Capítulo. RCl 4,22.
Comunión eucarística: siete Consolación, consuelo: de
veces al año: RCl 3,14 - el ca-
Dios: TestCl 10; CtaErm 16 - de
pellán puede entrar en la clau-
Francisco: TestCl 38 - de la
sura para dar la c.: RCl 3,15;
abadesa con las afligidas: RCl
12,10 . Cf. Eucaristía, Sacra-
mento. 4,12 - palabras de c. de Clara
para Inés: 2CtaCl 9.
Confesión: de la fe católica:
RCl 2,3-4 - sacramento de la Contemplación: Clara invita a
c.: RCl 3,12-13; 5,17; 12,10 Inés a la c.: 2CtaCl 20; 3CtaCl
- c. de las ofensas en capítulo: 13; 4CtaCl 11.18.23.28.33.
RCl 4,16. Cf. Sacramento. Conversión: de Francisco: RCl
Confianza, confiar: recurrir a 6,1; TestCl 9.25 - de Clara: RCl
la abadesa con c.: TestCl 66 1,4; TestCl 25.57 - de Clara y
- mendigar con c.: RCl 8,2 - ma- sus hermanas: TestCl 8.
nifestar la propia necesidad Corazón: amar a Dios con
con c.: RCl 8,15 - Clara c. a sus todo el c.: CtaErm 11 - poner el
hermanas a la Iglesia Roma- c. en Cristo: 3CtaCl 13; 4CtaCl
na: TestCl 44. Cf. Gracia, Nu- 9.29 - orar a Dios con c. puro:
trición, Providencia. RCl 10 ,10 - el Señor ilumina
Consejo: de Francisco: RCl 6,8 el c.: RCl 6,1; 9,4; TestCl 24
- del hermano Elías: 2CtaCl - perdonar de todo c.: RCl 9,10
15-16 - de personas discretas: - abrazar la pobreza con todo
RCl 2,11 - no seguir el c. que el c.: 1CtaCl 6 - sede del afec-
parezca contrario a la propia to de Clara a Inés de Praga:
vocación: 2CtaCl 17; RCl 6,9 3CtaCl 13; 4CtaCl 1.34 - el c.
- c. a las enfermas: RCl 8,12 humano: 3CtaCl 6-7.
Índices

371
Cordero (Cristo): 4CtaCl 1.3.8. Cuerpo, corporal: de Cristo:
Cf. Jesucristo. flagelado: 2CtaCl 20 ; eucarís-
tico: 1PrivP 10; Iglesia sufrien-
Corona, coronar: Cristo ha c.
te en sus miembros: 3CtaCl 8
a Inés: 1CtaCl 11- Inés, c. de - el c. morada del Hijo del Al-
las hermanas: 3CtaCl 11 - Er- tísimo: 3CtaCl 25 - c. frágil y
mentrudis recibirá la c. de la débil: 3CtaCl 38-39; TestCl 27;
vida: CtaErm 4. 1PrivP 5; 2PrivP 5 - las herma-
Corrección: del cardenal pro- nas habitan encerradas en el c.:
tector: RCl 12,12 - del visita- RCl bula 13 - guardar los man-
dor: RCl 12,3 - de la abadesa: damientos con todo el empe-
RCl 10,1 - de los que atentan ño del alma y del c.: TestCl 18
contra el Privilegio de la po- - el ayuno y la flaqueza c.:
breza: 1PrivP 10 . 3CtaCl 38-39; RCl 3,11 - la
penuria c.: 1CtaCl 6.
Creador: el alma fiel es su
morada: 3CtaCl 22. Cuidado: de guardar los man-
damientos de Dios: TestCl 18
Criatura: el alma del hombre - amoroso c. de Francisco para
fiel es la más noble c.: 3CtaCl con las hermanas: RCl 6,4;
21 - las c. no pueden conte- TestCl 29 - de Clara para cus-
ner al Creador: 3CtaCl 22. todiar la pobreza: RCl 6,10 ;
Cristo: Cf. Jesucristo. TestCl 40.42 - de la abadesa:
RCl 2,21; 11,10 ; TestCl 53
Cruz: Cristo sufre en ella: - por observar la forma de vida:
1CtaCl 13-14; 2CtaCl 20 -21; RCl 2,21; 10 ,7; TestCl 40 .42;
4CtaCl 23-24; CtaErm 11-13 BenCl 15 - cuidarse; de toda
- María bajo la c.: CtaErm 12 preocupación y solicitud: RCl
- meditar los misterios de la 2,10; 10,6; de la preocupación
c.: CtaErm 12 - tomar la pro- de aprender letras: RCl 10 ,8.
pia c.: CtaErm 9 - morir con Culpa: apartarse del camino
Cristo en la c. de la tribulación: del Señor por la propia c.:
4CtaCl 21. Cf. Pasión. TestCl 74 - imponer la peni-
Cuaresma: mayor: RCl 5,16 tencia que corresponde a la
- de san Miguel: RCl 5,16 - co- c. RCl 9,19. Cf. Pecado.
midas de c.: 3CtaCl 32.37. Cf. Dama: Clara: RCl bula 10 - las
Ayuno. her manas de San Damián
Escritos de Clara de Asís
372

(Damas Pobres): 1CtaCl 2; las cosas temporales: 2Priv 2


2CtaCl 2; 3CtaCl 2; RCl 6,8; - la Sede Apostólica atiende
TestCl 14 - Inés de Praga: 1CtaCl los piadosos d. de Clara y sus
1.12; 2CtaCl 1.24; 3CtaCl 1.11; hermanas: RCl bula 3. Cf. An-
4CtaCl 1 - la pobreza: TestCl helo, Ardiente.
39 - hablar y actuar como las Desobediencia: Cf. Obedien-
señoras con su sierva: RCl 10,4. cia.
Damas Pobres: Cf. Dama, Or- Desposar: Cf. Esposa.
den.
Desprecio: Cristo es desprecia-
Debilidad: de las hermanas: do: 1CtaCl 19; 2CtaCl 19-20
3CtaCl 31.39; RCl 3,10; TestCl - no se puede servir a dos se-
27 - de los demás: TestCl 38. ñores: se despreciará a uno:
Cf. Cuerpo. 1CtaCl 26 - d. del mundo:
Decoro: Cf. Honestidad. 1CtaCl 22; 2CtaCl 19; RCl bula
12; 6,2; TestCl 27.
Delicia: de Cristo: 4CtaCl 28
- las hermanas tenían por d. Devoción: no apagar el espíri-
la pobreza, las afrentas y los tu de oración y d.: RCl 7,2 -
trabajos: RCl 6,2. orar con d.: 2CtaCl 25 - traba-
jar con d.: RCl 7,1 - el afecto de
Demonio: Cf. Enemigo, Sata- Clara y sus hermanas: 1CtaCl
nás. 33; 4CtaCl 37 - acoger las
Desapropiación: las hermanas palabras de Clara benigna y
prometen vivir sin propio: RCl devotamente: 4CtaCl 37. Cf.
1,2; nada se apropien: RCl 8,1; Oración.
renunciaron por Dios a sus Dichoso: Cf. Bienaventurado.
propios quereres: RCl 10 ,2;
TestCl 67. Cf. Propiedad. Difunto: orar por los d.: RCl
3,5-6; 12,11. Cf. Muerte.
Deseo: de servir a Cristo y go-
zar de él: 1CtaCl 4.14; 4CtaCl Diligentemente: RCl 2,37.22;
28 - de la pobreza: 1CtaCl 16 6,5. Cf. Amorosamente.
- de los premios eternos: 1CtaCl Dinero: optar entre Dios y el
32 - de Clara para Inés de Pra- d.: 1CtaCl 26 - dado a una her-
ga: 2CtaCl 2; 3CtaCl 2.42; mana: RCl 8,11. Cf. Limosna,
4CtaCl 3.4 - renuncia al d. de Pobreza.
Índices

373
Dios, divino: D. es: fiel: CtaErm Discernimiento, discreción:
15; todopoderoso: RCl bula 20; de la abadesa: TestCl 63 - del
consuela y se apiada: RCl 12,7; «consejo» de discretas de la
TestCl 10 ,38 - el amor de D.: abadesa: RCl 4,23-24; 5,7; 7,5;
4CtaCl 40 ; TestCl 15.60 - la 8,11.20 ; 9,19 - de la portera:
palabra de D.: RCl 4,3;5,10 - la RCl 11,1 - del compañero del
voluntad de D.: TestCl 30; los capellán: RCl 12,5 - de las per-
mandamientos de D.: TestCl sonas que aconsejan: RCl 2,11
18 - la sabiduría que proviene - actuar con d.: 3CtaCl 31.40;
de D.: 3CtaCl 6 - la promesa RCl 2,17; 5.3 - el rigor indis-
de D.: 1CtaCl 16 - la dulzura creto de las penitencias de
de D.: 3CtaCl 14 - los benefi- Inés de Praga: 3CtaCl 40 . Cf.
cios de D.: TestCl 6-7 - las gra- Providencia.
cias de D.: 3CtaCl 21; 4CtaCl Discreta/o: la abadesa: TestCl
18; TestCl 41; CtaErm 2 - con- 61 - el «consejo» de la abade-
templar a D.: 3CtaCl 13; ser- sa; 4,23-24; 5,7; 7,5; 8,11.20;
virle: 1CtaCl 26; RCl bula 13;
9,19 - la maestra de novicias:
TestCl 51; pedirle: CtaErm 17;
RCl 2,21 - la portera: RCl 11,1
alabarle: TestCl 22; temerle:
RCl 2,11; amarle y dirigirse a él: - las personas que ofrecen su
TestCl 45; CtaErm 8.11 - renun- consejo a la hora de distribuir
ciar por D. a los propios quere- los bienes a los pobres: RCl
res: RCl 10,2; TestCl 67 - la pro- 2,11.
mesa hecha a D: TestCl 47.52 Dolor: de Cristo: 4CtaCl 25
- Jesucristo nos reconcilia con - de María al pie de la cruz:
D.: 1CtaCl 14 - Cristo sustan- CtaErm 12.
cia d.: 3CtaCl 13 - el cuerpo y Don: de Dios: 1CtaCl 25.32;
la sangre de Jesucristo: 1PrivP 2CtaCl 3; 4CtaCl 9; RCl 7,1;
10 - la vocación d.: 2CtaCl 17 TestCl 25.48.64.73.78; BenCl
- el juicio d.: 1PrivP 10 - la ins-
8 - de Cristo: 3CtaCl 15 - de la
piración d.: RCl 2,1; 6,3 - el
abadesa: RCl 2,21; 8,7-9.
trono de D.: 4CtaCl 3.39 - los
ángeles y los santos de D.: Dulzura: la d. que Dios da:
BenCl 7 - Inés, cooperadora 3CtaCl 14 - la madre de Cris-
de D.: 3CtaCl 8. Cf. Espíritu to es dulce: 3CtaCl 18 - la
Santo, Jesucristo, Padre, Señor, amargura se convierte en d.:
Trinidad. TestCl 70 .
Escritos de Clara de Asís
374

Ejemplo: de Francisco: RCl 6,1; en la e.: RCl 10 ,10 - las e. no


TestCl 5.24.34.36.46 - de los están obligadas al ayuno:
santos y de los hermanos: 3CtaCl 31 - sostenidas por Cris-
TestCl 28 - de la abadesa: RCl to: 1PrivP 5; 2PrivP 5 - la e. im-
4,10 ; TestCl 62 - de las her- pedimento para la admisión:
manas entre sí y para los de- RCl 2,6. Cf. Enfermería.
más: TestCl 19-21.23.60 . Cf. Enfermería: RCl 4,13; 5,3. Cf.
Espejo. Enferma.
Elección: de Dios: TestCl 16
Enseñanza: de Cristo y de
- de la pobreza: 1CtaCl 6; TestCl
Francisco: RCl 6,1; TestCl
36 - de servir al Señor corpo-
5.24.26.36.57 - de los otros:
ralmente encerradas: RCl bula
RCl 6,9.
13 - de vivir según la forma
del santo Evangelio: RCl 6,3 Envidia: han de evitarla las
- e. de la abadesa: RCl 4 - de hermanas: RCl 10 ,6.
las discretas y oficialas: RCl Ermentrudis: CtaErm.
4,22-24; 5,7 - los sucesores del
papa canónicamente elegidos: Escándalo: de las hermanas
RCl 1,3 - de las sucesoras de y entre ellas: RCl 4,11.21;
Clara: RCl 1,5. 9,7.17.
Elías (hermano): 2CtaCl 15. Esclava: Cf. Sierva.
Emperador: 2CtaCl 6. Escritos: la Sagrada Escritura:
TestCl 76 - e. de Francisco a
Enclaustrada: las hermanas de las hermanas: 3CtaCl 36; RCl
San Damián: 1CtaCl 2 - corpo- bula 6.16; 6,2.6; TestCl 33-34.
ralmente encerradas: RCl bula 39 - de Clara: 1CtaCl; 2CtaCl;
13. Cf. Clausura. 3CtaCl; 4CtaCl; RCl; TestCl;
Enemigo: el demonio: 1CtaCl BenCl; CtaErm 8.11 - el nom-
14.29; 3CtaCl 6.20 ; RCl 9,1 bre escrito en el libro de la
- el ocio: RCl 7,2. vida: 2CtaCl 22 - no enviar car-
Enferma, enfermedad: el ser- tas sin autorización: RCl 8,7.
vicio a las hermanas e.: RCl Espejo: Cristo: 3CtaCl 12;
4,12; 5,3; 8,12 -19 - sacramen- 4CtaCl 14-15.18-19.22-24
tos para las hermanas e.: RCl - las hermanas: TestCl 19-21.
3,15; 12,10 - tener paciencia Cf. Ejemplo.
Índices

375
Espíritu, espiritual: de Cristo: Estudios: Cf. Letras.
1CtaCl 18 - de la santa ora- Eterno: Cristo: el Rey e.:
ción y devoción: RCl 7,2 - de 4CtaCl 1; el espejo de la eterni-
humildad y caridad: 2CtaCl 7 dad: 3CtaCl 12; esplendor de
- del hombre: 1CtaCl 6.32; la gloria e.: 4CtaCl 14 - las
3CtaCl 12; 4CtaCl 26; TestCl moradas e.: 2CtaCl 21 - la feli-
18; CtaErm 11 - la hermana e: cidad e.: 1CtaCl 2 - los bienes
RCl 8,16 - padre, madre, hi- e.: 1CtaCl 15-16; 2CtaCl 23
jas, hijos e.: BenCl 13 - llevar a - la visión e: 1CtaCl 34 - el
Cristo espiritualmente: 3Cta- premio e.: CtaErm 5 - dejar lo
Cl 25 - la alegría e.: 1CtaCl 21. temporal por lo e.: 1CtaCl 30.
Cf. Espíritu Santo.
Eucaristía: misa de un obispo
Espíritu Santo: 2CtaCl 14; dentro del monasterio: RCl
4CtaCl 7.35; RCl 2,9; 6,3; 10,9; 11,9 - misas de difuntos: RCl
TestCl 11; BenCl 1. Cf. Dios, 12,11. Cf. Comunión eucarís-
Trinidad. tica.
Esplendor: de Cristo: 3CtaCl Evangelio: vivir según el E.:
12; 4CtaCl 14 - de los santos: RCl 1,2; 6,3; 12,13 - decir las
2CtaCl 21 - Inés adornada es- palabras del E.: RCl 2,8.
plendorosamente con la insig- Exhortación: Cf. Amonesta-
nia de la virginidad: 1CtaCl 13. ción.
Esposa/o: Cristo, e. celestial: Extranjera: Cf. Peregrina.
1CtaCl 7; 2CtaCl 20.24; 4CtaCl
Familiaridad: de la abadesa
30 ; 1PrivP 5 2PrivP 5 6 - las
para con sus hermanas: RCl
hermanas desposadas con el 10 ,4. Cf. Abadesa.
Espíritu Santo: RCl 6,3 - Inés: e.
del Señor Jesucristo: 1CtaCl Fe: permanecer firmes en la f.
12.24; 2CtaCl 1.7; 3CtaCl 1; católica: RCl 12,13 - el vigor
4CtaCl 1.4.7.15.17; desposada de la f.: 3CtaCl 7 - la necesidad
con el Cordero: 4CtaCl 8; ha- de la f.: CtaErm 7 - f. de las que
bría podido desposarse con el desean incorporarse a la Or-
emperador: 1CtaCl 5; 2CtaCl den: RCl 2,3.
- tálamo celestial: 2CtaCl 5 Felicidad, feliz: del abrazo de
- e. de una postulante casada: Cristo: 4CtaCl 32 - eterna:
RCl 2,5. 1CtaCl 2.30 - de Inés de Praga:
Escritos de Clara de Asís
376

3CtaCl 3 - el f. recuerdo de Inés: Fraternidad: Cf. Comunidad,


4CtaCl 34 - Ermentrudis ha Hermana .
huido f. del fango del mundo: Fuego: del amor de Clara:
CtaErm 2. Cf. Bienaventurado. 4CtaCl 5 - de la caridad: 4CtaCl
Fidelidad, fiel: Dios: CtaErm 27.
15 - a Dios: 3CtaCl 21-22; Fuerza: del poder del Señor:
CtaErm 4.8 - confesar fielmen- 1CtaCl 9 - de la fe: 3CtaCl 7;
te la fe católica: RCl 2,4 - traba- CtaErm 7 - fortificarse en el
jar con f. y devoción: RCl 7,1. servicio del Señor: 1CtaCl 13.
Forma: f. de vida de las her- 31; TestCl 22 - fortalecer la
manas: RCl bula 6.16; 1,1; 6,2; profesión de pobreza: TestCl
TestCl 23.33 - de la pobreza: 42 - las hermanas fuertes de-
RCl 2,14; 4,5; TestCl 52 - de la berían hacer siempre comidas
profesión: RCl 2,22.24; 9,1; cuaresmales: 3CtaCl 32. Cf.
10,1; 12,3 - de la elección de Debilidad.
la abadesa y de las discretas: Gloria, glorioso: de Dios, de
RCl 4,1.8.23 - de la aceptación Cristo: 1CtaCl 2.16; 2CtaCl 5;
de las hermanas: RCl 2 - de 3CtaCl 12; 4CtaCl 13-14.39;
hablar: RCl 5,8; 8,21 - las CtaErm 10 - de María: 1CtaCl
hermanas, f. para los demás: 24; 3CtaCl 24; TestCl 46.77
TestCl 19. - el g. padre san Francisco:
Fragancia: Cf. Perfume. 3CtaCl 30 - el nombre g. de
Francisco: TestCl 27 - herma- Inés: 2CtaCl 22 - tener parte
no: RCl 6,7 - padre: TestCl 18 en la g. eterna de Dios y del
- bienaventurado: 3CtaCl 36; reino de los cielos: 1CtaCl 16;
RCl bula 6; 1,1.4-5; 6,10; 12,7 2CtaCl 22-23; BenCl 10 - glori-
- gloriosísimo padre: 3CtaCl 30 ficar a Dios con la vida: TestCl
- santo padre: TestCl 37-38 14 - g. terrestre: 1CtaCl 5.27;
- bienaventurado padre: RCl 3CtaCl 20 - cuidarse de la va-
bula 16; 1,3; 6,1-2; TestCl 5.7. nagloria: RCl 10 ,6.
17.24.30.36.40.42.46-48.50. Gozo: alegrarse en el Señor:
52.57.75.77.79; BenCl 6-7 1CtaCl 3.21; 2CtaCl 21.25;
- santo: RCl 3,14; TestCl 9.16. 3CtaCl 3.5.9-10 ; TestCl 28;
31- fundador, plantador y CtaErm 3 - gozar con él: 2CtaCl
ayuda: TestCl 48. 21 - gozar del sagrado ban-
Índices

377
quete: 4CtaCl 9 - de la visión 25-26; 3CtaCl 4.11.42; RCl
de Dios: 1CtaCl 34 - de la sal- bula 2; TestCl 6; TestCl 19.
vación: 3CtaCl 2 - del espíritu: 25.37.39.44.50.52-53.56.
4CtaCl 7 - en el seguimiento 60 -63.67.79 BenCl 4.14 - las
de Cristo: 2CtaCl 13 - renun- h. de la comunidad de la Or-
ciar al g. de los honores del den de las Hermanas Pobres:
mundo: 1CtaCl 5 - de Clara y RCl 1-12.
de Inés: 1CtaCl 3-4.21; 3CtaCl
Hermanas Pobres: Cf. Damas
4; 4CtaCl 7. Cf. Alegría.
Pobres, Hermana, Orden.
Gracia: de Dios: 2CtaCl 3.25;
3CtaCl 21; 4CtaCl 18; RCl 6,1; Hermano: el obispo de Ostia:
TestCl 24.26.31.58; CtaErm 2 RCl bula 7 - Francisco: RCl 6,7
- del Señor Jesucristo: 1CtaCl 9; - los h. de Francisco: RCl 6,4 -5;
TestCl 31 - de trabajar: RCl 7,1 TestCl 9.28-29.36 - la Orden
- crecer en g.: BenCl 9 - pedir de los H. Menores: RCl 4,2;
una g. a la Orden de los Her- 12,1.5-7.12; TestCl 44 - Elías:
manos Menores: RCl 12,7. 2CtaCl 15 - Amado: 4CtaCl 40
- Buenagurio: 4CtaCl 40 - de-
Gregorio IX: 2PrivP 1. cir el oficio como los H. Me-
Habitación: celdita de la por- nores: RCl 3,1 - los h. laicos
tera: RCl 11,1. Cf. Morada. para ayuda de las h. en su po-
Hablar: lugares, tiempo y ma- breza: RCl 12,6. Cf. Orden.
nera de h.: RCl 5; 8,19-21; Hermoso, hermosura: Cristo:
9,13; 10 ,4; 12,4 - la lengua 1CtaCl 9; 3CtaCl 16; 4CtaCl
del espíritu: 4CtaCl 35. Cf. Si- 9-10.
lencio. Hija: las hermanas de San Da-
Heredera: la pobreza hace a mián: 4CtaCl 38; RCl bula 2.
las hermanas h. del reino de 11; TestCl 63; BenCl 4.12-13;
los cielos: RCl 8,4. 1PrivP 1; 2PrivP 1 - Inés: h. del
Hermana: de Cristo: 1CtaCl Rey sumo: 2CtaCl 1; 4CtaCl
12.24; 3CtaCl 1 - Clara: RCl 1,5; 4.17; RCl 6,3; del rey de Bohe-
BenCl 6 - Inés de Asís: 4CtaCl mia: 1CtaCl 1; de Clara: 4CtaCl
38 - Inés de Praga: 1CtaCl 12; 36.39 - las hermanas de Inés
2CtaCl 24; 3CtaCl 1 - Ermen- de Praga: 4CtaCl 37-39 - Er-
trudis: CtaErm 1-2 - las h. de mentrudis y sus hermanas:
San Damián: 1CtaCl 33; 2CtaCl CtaErm 3.15.
Escritos de Clara de Asís
378

Hijo: Cf. Jesucristo. TestCl 36; 1PrivP 3, 2PrivP 3.


Hombre: Cristo: el más bello Cf. Imitación, Jesucristo.
de los hijos de los h.: 2CtaCl Humildad: de Jesucristo:
20 -21 - el género humano: 3CtaCl 4.25; 4CtaCl 18.20.22;
1CtaCl 20 ; 2CtaCl 22; 3CtaCl RCl 12,13; TestCl 46.56 - de
6-7.20; 4CtaCl 22.40 - el h. es Clara: 3CtaCl 2; CtaErm 1 - de
mayor que el cielo: 3CtaCl 21 las hermanas: RCl 4,16; 8,2;
- el h. interior y exterior: TestCl 9,8; 10 ,10 ; TestCl 56.69 - de
44 - el consejo de h. discre- Inés: 2CtaCl 7; 3CtaCl 7 - de
tos: RCl 2,11 - no tener rela- Ermentrudis: CtaErm 14 - de la
ciones sospechosas con h. ni abadesa: RCl 10,1 - de las ora-
ser sus madrinas: RCl 9,14-15. ciones: 1CtaCl 31 - de los tra-
Cf. Jesucristo. bajos: RCl 7,1. Cf. Servicio,
Honestidad: del género de Sierva.
vida: TestCl 56 - de las candi- Iglesia: triunfante y militante:
datas a la Orden: RCl 2,22 - de TestCl 75 - la I. Romana: RCl
las costumbres del visitador 1,3; 12,12-13; TestCl 14.44.
RCl 12,2 - de los que entran en 46 - miembros de la I.: 3CtaCl
el monasterio: RCl 11,9 - del 8 - la fe de la I.: RCl 2,3 - la i. de
socio del capellán: 12,5 - de San Damián: TestCl 10 .12.30 ;
los deseos de Clara y las her- 1PrivP 1; 2PrivP 1 - la i. del
manas: RCl bula 3 - de los tra- monasterio: RCl 5,2 - la aba-
bajos: RCl 7,1 - en el servicio: desa ha de observar la vida de
RCl 2,16 - del monasterio: RCl la comunidad en la i.: RCl 4,13.
4,17; 6,14; TestCl 54 - de las
Iluminación: el Espíritu Santo
hermanas externas: RCl 9,13
- de la fama de Inés de Praga: iluminó el corazón de Fran-
1CtaCl 3. cisco: Test Cl 11 - el Altísimo
iluminó el corazón de Clara:
Horas: del oficio divino: RCl RCl 6,1; TestCl 24 - movidas
3,1-7 - de silencio: RCl 5,1 - de por divina i.: RCl 2,1; 6,3 - lo
trabajo: RCl 7,1 - recurrir a la que el Señor inspirare: RCl 2,10
abadesa en todo momento: - hacer oración para que el
TestCl 66. Señor ilumine el corazón de
Huellas: de Cristo: 2CtaCl 7; la hermana que peca mortal-
3CtaCl 4.25; RCl bula 13; mente: RCl 9,4.
Índices

379
Imitación: Francisco, imitador Jesucristo: Hijo en la Trinidad:
del Hijo de Dios: TestCl 5 - Inés BenCl 1 - Altísimo: RCl 6,7 - Hijo
de Praga, imitadora del Padre: de Dios: 1CtaCl 24; 3CtaCl
2CtaCl 4. Cf. Huellas, Segui- 17-18; TestCl 5.35.46; CtaErm
miento. 11 - Hijo del hombre: 1CtaCl 18
Indigencia: del Hijo de Dios: - nacido de la Virgen María:
1CtaCl 19 - de los hombres: 3CtaCl 18 - Niño santísimo:
1CtaCl 20 . Cf. Abandono, Po- RCl 2, 25 - pobre crucificado:
breza, Renuncia. 1CtaCl 13 - redentor: 1PrivP 10
- esposo: 1CtaCl 7.17; 2CtaCl
Indigna: Clara: sierva i. de Cris- 20 .24; 4CtaCl 30 ; 1PrivP 5;
to: 1CtaCl 2; 3CtaCl 2; RCl 1,3; 2PrivP 5 - luz: 4CtaCl 14 - ca-
Test 37; las hermanas de San mino, verdad, vida: TestCl 5;
Damián: 2CtaCl 2; 4CtaCl 2. 1PrivP 3; 2PrivP 3 - el más be-
Inés (mártir): 4CtaCl 8. llo de los hombres: 2CtaCl 20
- hecho el más vil de los va-
Inés de Asís: 4CtaCl 38. rones: 1CtaCl 19; 2CtaCl 20
Inés de Praga o de Bohemia: - se dará a sí mismo a las her-
1CtaCl; 2CtaCl; 3CtaCl; 4CtaCl; manas: 1PrivP 6 - da su paz:
hija del rey de B.: 1CtaCl 2; 1PrivP 11 - reinaremos con él:
3CtaCl 1. 1CtaCl 27 - seguir sus huellas,
Infierno: CtaErm 6. su humildad y pobreza: 1CtaCl
17; 2CtaCl 18; 3CtaCl 4; RCl
Inocencio III: TestCl 42; bula 13; 6,7; 12,13; TestCl 46;
1PrivP 1. CtaErm 9 - amarle: CtaErm 11
Inocencio IV: RCl bula 1.18; 1,3. - servirle: 1CtaCl 2.4; 3CtaCl 2;
Inspiración: Cf. Iluminación. 4CtaCl 2; RCl bula 13; TestCl
37.48; BenCl 6; CtaErm 1 - pe-
Inútil: Cf. Indigna. dirle: BenCl 1.7 - ser esposa
Ira: impide la caridad: RCl 9,6 de J.: 1CtaCl 7.12; 2CtaCl 1;
- las hermanas no se aíren: 4CtaCl 7.15 - ser hermana de J.:
RCl 9,5. 1CtaCl 12; 3CtaCl l - ser ma-
dre de J.: 1CtaCl 12 - hijas en
Jerarquía: Cf. Autoridad, Car- J.: 4CtaCl 37; RCl bula 2 - ser
denal protector, Obispo, Papa. señora de J.: 3CtaCl 1.11 - vivir
Jerusalén: Jerusalén celestial: en su caridad: 1CtaCl 31.34;
4CtaCl 13. TestCl 59; 1PrivP 11 - cumplir
Escritos de Clara de Asís
380

su ley: CtaErm 17 - Clara ex- se l. alguno: RCl 8,1. Cf. San


horta en su nombre: RCl 8,6; Damián.
10,6; TestCl 56. Cf. Dios, Hijo, Luz: Cristo: reflejo de la l. per-
Santísimo, Señor, Trinidad. petua: 4CtaCl 14; l. que ilumi-
Jesús: CtaErm 11. Cf. Jesucristo. na: 4CtaCl 12; RCl 6,1; 9,4;
Juicio: divino: 1PrivP 10 . TestCl 11.24.26.
Madre: el fiel, m. de Jesucris-
Laico: hermanos l. para ayuda
to: 1CtaCl 12.24 - la Iglesia:
de las hermanas: RCl 12,5-6. TestCl 44 - Clara: 4CtaCl
Letras: las que no saben l. no 5.33.37; RCl bula 10 ; TestCl
se preocupen de aprenderlas: 79; BenCl 6.13 - Inés: 4CtaCl
RCl 10 ,8 - el oficio divino de 1.4 - amar a la hermana más
las hermanas letradas y de las que una m.: RCl 8,16 - la aba-
que no saben l.: RCl 3,1.3.6 desa es m.: RCl 4,8; TestCl
- carta: 4CtaCl 40 - bula pon- 63.68-69. Cf. Abadesa, María.
tificia: RCl bula, 8. Madrina: las hermanas no
Licencia: Cf. Autorización. sean m.: RCl 9,15.
Limosna: las hermanas envían Mandamiento, mandato: de
por l.: RCl 8,2 - usada según la Dios: 2CtaCl 15; TestCl 18.76
necesidad: RCl 7,4; TestCl 64. - de Francisco: TestCl 18.37
- del cardenal protector: RCl
Liturgia: Cf. Comunión euca-
12,1 - de la abadesa: RCl 10,1
rística, Confesión, Eucaristía,
- las hermanas manden por
Oficio divino, Sacramento.
limosna confiadamente: RCl
Locutorio: RCl 5; 12,10 . 8,2.
Lugar: San Damián de Asís: María (la Virgen): ha dado a
TestCl 52-53; 1PrivP 1.11; luz al Hijo del Altísimo: 1CtaCl
2PrivP 1 - en el que vivieron las 24; 3CtaCl 17-18.24 - a los pies
hermanas antes de ir a San de la cruz: CtaErm 12 - nos
Damián: TestCl 32 - si el mo- procura sus méritos: TestCl 77;
nasterio pasara a otro l.: TestCl su intercesión: BenCl 7 - unir-
52 - l. público: RCl 12,4.9 - pro- se a ella: 3CtaCl 18 - seguir las
veer a las necesidades de las huellas de Cristo y de M.: RCl
hermanas según los l.: RCl bula 13; 2,25; 6,7; 8,6; 12,13;
2,17; 5,4; 8,13 - no apropiar- TestCl 46 - no hacerle injuria:
Índices

381
TestCl 75 - fiestas de M.: 3CtaCl Monasterio: San Damián:
36; RCl 3,14. Cf. Madre, Virgen. 1CtaCl 2.33; 4CtaCl 2; RCl bula
Martín (san): cuaresma de san 2.15; TestCl 13.37 - de las
M.: RCl 5,16. Damas Pobres: BenCl 5 - la vida
en el m.: RCl 2,21.24; 3,7;
Memoria: de Cristo: 4CtaCl 4,17.20 .22; 8,7; 9,16-17 - el
12.26; CtaErm 11 - de las pa- retiro del m.: RCl 6,14; TestCl
labras del Señor: RCl 9,10 - del 54 - entrada y salida del m.:
propósito de vida: 2CtaCl 11; RCl 2,13.18; 8,19-20; 11,8-11;
RCl 10 ,2; TestCl 67 - de las 12,8-12 - las hermanas que
hermanas: 4CtaCl 33-34 - ha- sirven fuera del m.: RCl 2,23;
cer m. de los bienhechores:
3,10 ; 5,1; 9,12.
RCl 7,4.
Morada: el alma fiel m. de
Mendicación: Cf. Limosna.
Dios: 3CtaCl 22-23 - poseer las
Miembros: del cuerpo del Cris- m. celestiales: 2CtaCl 21 - los
to: 3CtaCl 8 - de la comuni- pobres que moraban cerca de
dad: RCl 12,3. Cf. Comunidad, San Damián: TestCl 12 - de Cla-
Iglesia. ra con sus hermanas: 1CtaCl
Miguel (arcángel): BenCl 7. 33; 4CtaCl 2; TestCl 30; BenCl
Ministro: Elías, m. General: 5 - no apropiarse las casas: RCl
2CtaCl 15 - promesa de obe- 8,1. Cf. Monasterio, San Da-
diencia a los m. sucesores de mián de Asís.
Francisco: RCl 1,4-5 - los m. de Mortificación: Cf. Ayuno, Pe-
los Hermanos Menores en la nitencia.
elección de la abadesa: RCl 4,2 Muerte: de Cristo: 2CtaCl
- los m. de la liturgia: RCl 11,9. 20-21; 4CtaCl 23 - de Francis-
Misa: Cf. Eucaristía. co: RCl 6,6; TestCl 34.38 - de
Misericordia: de Dios, de Cris- Clara: TestCl 39.52; BenCl 11
to: 1CtaCl 34; RCl bula 10 ; - Cristo resucita a los muer-
TestCl 2.16.24.31.58; BenCl tos: 4CtaCl 13 - ser fiel hasta la
3.7.12 - de la abadesa: RCl m.: CtaErm 4 - pecar mortal-
3,10; 8,13; 9,18 - de la Orden mente: RCl 9,1. Cf. Cruz, Di-
de los Hermanos Menores funto.
para con las hermanas: RCl Mujer: las hermanas no sean
12,5. madrinas de varones ni de m.:
Escritos de Clara de Asís
382

RCl 9,15 - las m. que no pue- 3,11 - en la enfermedad: RCl


den observar la forma de vida 8,12 - n. de romper el silen-
de las hermanas: 1PrivP 8. cio: RCl 5,4 - de adquirir un
Mundo: Cristo: ha vivido po- terreno para el decoro y aisla-
bre en este m.: 1CtaCl 19; RCl miento del monasterio: RCl
8,3; TestCl 35.45; quita los pe- 6,14-15; TestCl 53-54 - de
cados del m.: 4CtaCl 8 - Fran- hablar en cuaresma: RCl 5,17
cisco no se separó de la po- - de sustituir a la portera: RCl
breza mientras vivió en este 11,2 - de permanecer fuera
m.: TestCl 35 - renunciar al m.: del monasterio: RCl 9,12 - de
4CtaCl 8; RCl bula 12; CtaErm que entre gente en el monas-
2 - las hermanas y el m.: 2CtaCl terio: RCl 11,10 - emplear las
19; RCl 6,2; 10 ,6; TestCl 20 limosnas según las n.: RCl 7,4;
8,9; TestCl 64. Cf. Indigencia.
- el m. falaz: 3CtaCl 15.26-27;
CtaErm 5-6 - el tesoro escon- Negligencia: confesar las n.
dido en el campo del m.: 3CtaCl comunes: RCl 4,16.
7. Cf. Siglo. Niño: Jesucristo: RCl 2,25.
Murmuración: evitar todo Noble: Cristo, el esposo del
aquello que pueda dar oca- más n. linaje: 1CtaCl 7 - Inés,
sión a la m.: RCl 9,15 - des- reina nobilísima: 2CtaCl 2.20
echar la m.: RCl 10 ,6. - el hombre, la más n. de las
Mutuo: la unidad del amor m.: criaturas: 3CtaCl 21 - dejar un
RCl 4,22; 10 ,7 - amarse mu- n. ejemplo: TestCl 23.
tuamente por la caridad de Nombre: en n. de la Trinidad:
Cristo: TestCl 59. Cf. Amor. BenCl 1 - en n. del Señor: RCl
Natividad del Señor, Navidad: 1,1; 8,6; TestCl 1 - n. escrito en
no ayunar en N.: 3CtaCl 33. el libro de la vida: 2CtaCl 22.
35; RCl 3,9 - comulgar en N.: Novicia, noviciado: RCl 2.
RCl 3,14. Nutrición, nutrir: el Señor n.:
Necesario, necesidad: sólo 1CtaCl 20; 1PrivP 6; 2PrivP 6
una cosa es n.: 2CtaCl 10 - ma- - las hermanas se n. mutua-
nifestar con confianza la pro- mente: RCl 8,16 - comidas en
pia n.: RCl 8,15; TestCl 65 - en cuaresma: 3CtaCl 29-37 - ali-
la pobreza: RCl 2,17; 4,19; mentación de las hermanas
TestCl 27 - en el ayuno: RCl enfermas: RCl 8,12. Cf. Ayuno.
Índices

383
Obediencia, obedecer: de Cla- mento de Clara: TestCl 19 - la
ra al papa y a sus sucesores: abadesa ha de o.: la vida de
RCl 1,3; a Francisco y sus su- comunidad: RCl 4,13; las nor-
cesores: RCl 1,4; 6,1; TestCl 25 mas sobre el silencio: RCl 5,8;
- de las hermanas: RCl 1,5; 8,21; la pobreza: RCl 6,11.
4,10; 10,3; TestCl 62.68 - pro- Ociosidad: enemiga del alma:
fesión de o.: RCl 1,2-5; 2,14; RCl 7,2.
6,1 - no o. a la abadesa: si no
hace profesión de pobreza: RCl Ofensa: que se ha de confe-
4,5; si manda algo contra el sar en capítulo: RCl 4,16.
alma y la profesión: RCl 10 ,3. Oficiala: del monasterio: RCl
Obispo: Inocencio: RCl bula 1; 4,22.24.
1PrivP 1 - Gregorio: 2PrivP 1 Oficio divino: modo de rezar-
- Reinaldo: RCl bula 7.10 - au- lo: RCl 3,1-7; 5,13.
toriza el ingreso en la Orden
de las Hermanas Pobres: RCl Olor: el buen o. de Cristo:
2,5 - puede entrar en el mo- 4CtaCl 13.30 - de las virtudes
nasterio para celebrar la misa: de las hermanas: TestCl 58.
RCl 11,9. Operación: la santa o. del Es-
Obras: del Señor: CtaErm 15 píritu: RCl 10 ,9. Cf. Obras.
- de Francisco en favor de las Oración: RCl 3,1-7 - no extin-
hermanas: TestCl 49 - mos- guir el espíritu de o.: RCl 7,2;
trar con o. el amor fraterno: CtaErm 13 - orar con corazón
TestCl 59. Cf. Operación. puro: RCl 10 ,10 - la ofrenda
Observancia, observar: el de la o.: RCl 9,8 - o. por la her-
Evangelio: RCl 1,2 - la fe cató- mana que ha pecado: RCl 9,4
lica y los sacramentos: RCl 2,4 - encomendarse a las o.: 1CtaCl
- la forma de vida: RCl bula 33.35; 2CtaCl 25; 4CtaCl 39.
16; 2,6.14; 1PrivP 8 - lo pro- Cf. Acción de gracias, Euca-
metido al Señor: RCl 10 ,3; ristía, Oficio divino.
BenCl 15 - la pobreza y hu- Orden: de los Hermanos Me-
mildad: RCl 12,13; TestCl nores: RCl 3,1; 4,2; 12,1.5-7.
34.40 -41.47.51 - la forma 12; TestCl 44 - de las Herma-
canónica en la elección de la nas Pobres: RCl 1,1; TestCl 37;
abadesa: RCl 4,1 - el Testa- BenCl 6.
Escritos de Clara de Asís
384

Orgullo: guardarse de él: RCl Pañal: Cristo, envuelto en pa-


10,6 - pierde al hombre: 3CtaCl ñales: 4CtaCl 19; RCl 2,25.
6.28. Cf. Vanidad. Papa: concede el Privilegio de
Ostia: obispo de O.: RCl bula la pobreza: TestCl 42; 1Priv;
7.10 . Cf. Gregorio IX. 2Priv; aprueba la Regla: RCl
Pablo (apóstol): RCl bula 20 ; bula - designa al cardenal pro-
2PrivP 9. Cf. Apóstol. tector: RCl 12,12; autoriza la
entrada en el monasterio: RCl
Paciencia: en la persecución 11,7 - Clara promete reveren-
y la enfermedad: RCl 10 ,10 . cia al p.: RCl 1,3; le confía sus
Cf. Misericordia, Paz. hermanas: TestCl 44. Cf. Gre-
Padre: Dios: 1CtaCl 14.24; gorio IX, Inocencio III, Ino-
2CtaCl 4; RCl 6,1.3; TestCl cencio IV.
2.14.24.46.77; BenCl 1.8; P. Parecer: según el p. de la
amoroso: 3CtaCl 23; P. mise- abadesa: RCl 2,17.19; 3,10; 9,3
ricordioso: RCl 9,10 ; TestCl - de Inés: 2CtaCl 9.17 - de las
2.58; BenCl 12 - Francisco: hermanas: RCl 4,7.24; TestCl
3CtaCl 30 ; RCl bula 16; 1,3; 66 - del visitador: RCl 12,4. Cf.
6,1-2; TestCl 5.7.17-18.24. Discernimiento.
30.36-38.40.42.46-48.50. Pascua: no ayunar en las P.:
52.57.75.77.79; BenCl 6-7 3CtaCl 36 - comulgar en P.:
- Elías: 2CtaCl 15. Cf. Altísimo, RCl 3,14.
Dios, Francisco, Santísimo,
Trinidad. Pasión: del Señor: 1CtaCl 14.
Cf. Cruz, Jesucristo.
Padrenuestro: Cf. Pater noster.
Pater noster: en el rezo del ofi-
Palabra: de Dios: RCl 4,3; 5,10; cio divino: RCl 3,2-4 - rezo del
CtaErm 15 - del Evangelio: RCl p. por los difuntos: RCl 3,5-7.
2,8; 9,10 - del apóstol: 3CtaCl
8; TestCl 4 - de Francisco: RCl Paz: don de Dios: BenCl 4;
bula 16; TestCl 5.34.46.49 1PrivP 11 - conservarla entre
- breves y buenas p. de las las hermanas: RCl 4,22 - au-
enfermas: RCl 8,19 - p. inne- gurio de Clara: CtaErm 1.
cesarias: 2CtaCl 8; RCl 3,13; Pecado, pecador: Cristo quita
9,13 - ofensa de p.: RCl 9,7. el p. del mundo: 4CtaCl 8;
Cf. Silencio. muere por los p.: CtaErm 11
Índices

385
- el p. de las hermanas: RCl cia en la p.: RCl 10,10 - amar
9,1 - no turbarse por el p. de a los que nos persiguen: RCl
alguno: RCl 9,5. Cf. Culpa. 10 ,11 - dichosos los que pa-
Pedro (apóstol): RCl bula 20 ; decen p. por la causa del rei-
2PrivP 9. Cf. Apóstol. no: RCl 10 ,12.
Penitencia: hacer p.: RCl 6,1; Perseverancia, perseverar: don
TestCl 24 - después de una de Dios: TestCl 73.78 - en el
culpa: RCl 9,1-4 - imponer p. camino de la pobreza: RCl 6,7;
con misericordia: RCl 9,18-19. TestCl 33-47 - la p. final: TestCl
Cf. Ayuno. 78; BenCl 5 - son pocos los
que p.: TestCl 72 - bienaven-
Pentecostés: comulgar en P: turados los que p.: TestCl 73
RCl 3,14. - el que p. será salvado: RCl
Perdón: pedir y conceder p.: 10 ,13 - Clara bendice a las
RCl 9,7-11. que p.: BenCl 5.
Peregrina: las hermanas vivan Perusa: RCl bula 18.
como p. y extranjeras: RCl 8,2. Pesebre: Cristo colocado en
Perfección: de Dios: 2CtaCl 4 un p.: 4CtaCl 19.21; RCl 2,25;
- del don de Dios: 2CtaCl 3 TestCl 45.
- en la imitación de Dios: Piedra: Inés adornada por Cris-
2CtaCl 4-5 - vivir según la p. to con p. preciosas: 1CtaCl 10
del santo Evangelio: RCl 6,3 - el cuerpo no tiene la resis-
- de la vida religiosa: 2CtaCl tencia de las p.: 3CtaCl 38.
3.5.14.17 - de la vocación:
TestCl 3 - del amor mutuo: RCl Pie: a los p. de la Iglesia: RCl
10,7 - de Inés de Praga: 2CtaCl 12,13 - a los p. de una her-
3-5. mana: RCl 9,8 - sin estorbos
en los p.: 2CtaCl 12. Cf. Hu-
Perfume: de Cristo: 4CtaCl mildad, Obediencia.
13.30 - de la buena fama de
las hermanas: TestCl 58. Planta: Clara, pequeña p. de
Francisco: RCl 1,3; TestCl 37;
Permiso: Cf. Autorización, Li- BenCl 6 - las hermanas de la
cencia. comunidad de San Damián:
Persecución: las hermanas TestCl 49 - Francisco planta-
han tener humildad y pacien- dor: TestCl 48.
Escritos de Clara de Asís
386

Pobre: Cristo: 1CtaCl 13.19; 16 - los premios de Cristo:


2CtaCl 18; 3CtaCl 4; RCl 8,3; 3CtaCl 16;
TestCl 45; 1PrivP 3; 2PrivP 3; Premio: del cielo: 3CtaCl 3;
envuelto en p. pañales: RCl TestCl 23 - eterno: 3CtaCl 16;
2,25 - las hermanas: RCl 8,4 CtaErm 5 - deseado: 1CtaCl 32
- Inés de Praga: 2CtaCl 18 - los - de la paz eterna: 1PrivP 11.
p. reciben el reino: 1CtaCl
20 .25 - distribuir los bienes Privilegio: TestCl 42; 1PrivP;
entre los p.: RCl 2,8.11; 1PrivP 2PrivP.
3; 2PrivP 3 - p. en las cerca- Probación: tiempo de p.: RCl
nías de San Damián: TestCl 12. 2,14. Cf. Novicia.
Cf. Pobreza. Procurador: recurrir a un p.
Pobreza: contemplar la p. de cuando el monasterio ha de
Cristo: 1CtaCl 15-17; 4CtaCl contraer una deuda: RCl 4,19.
18-22; RCl 8,3 - seguir las Profesión: religiosa: RCl 2;
huellas de la humildad y la p. 1PrivP 1 - de vida en pobreza:
del Hijo de Dios: 3CtaCl 25; TestCl 37.42 - ir en contra de
RCl bula 5.13; 6,7; TestCl 35; la p.: RCl 9,1; 10,1.3; 12,3 - la
1PrivP 7; 2PrivP 7 - escoger la abadesa debe haber hecho p.
p.: 1CtaCl 6.13.22; 2CtaCl 7 de pobreza: RCl 4,4-5. Cf.
- vivir en ella: 2CtaCl 2; 3CtaCl 7; Obediencia, Promesa.
RCl 6,8 - observarla: RCl 2,14;
4,5; 6,8-10; 12,13; TestCl 40-42. Promesa: hecha a Dios: RCl
10 ,3; TestCl 42.48.68; BenCl
47.51-52.56 - no temerla: RCl
15; CtaErm 4; al papa: RCl 1,3
6,2; TestCl 27 - no abando-
- a Francisco: RCl 1,4; 6,1.10 ;
narla: RCl 6,6.8; TestCl 33-39
TestCl 25.40 .42.47-48 - de
- la p. de las hermanas: RCl
Francisco a las hermanas: RCl
6,2; 8,2; 12,6; TestCl 27. Cf.
6,3-4 - p. del reino de los cie-
Abandono, Damas Pobres, los: 1CtaCl 16.25 - p. del san-
Hermanas Pobres. to Evangelio: RCl 12,13 - de
Praga: Cf. Inés. observar la pobreza: RCl 2,14;
Precioso: Inés de Praga ha sido 6,10 ; 12,13; TestCl 40 .47.52.
adornada por Cristo con pie- Cf. Profesión.
dras p.: 1CtaCl 10; ceñida con Propiedad: de los propios
variedad de galas p.: 4CtaCl quereres: RCl 10,2 - de la por-
Índices

387
ción de tierra necesaria para Raquel: 2CtaCl 11.
el decoro del monasterio: RCl Razonable: causa r.: para salir
6,14-15; TestCl 53-55. Cf. del monasterio: RCl 2,13; para
Bien, Desapropiación.
no decir el oficio leyendo: RCl
Propósito: de Clara y las her- 3,2; para dejar entrar en el
manas: RCl bula 14; TestCl 33; monasterio: RCl 11,8 - las her-
1PrivP 4.7-8; 2PrivP 4-5 - de manas no reciban nada que
Inés de Praga: 2CtaCl 11.14. pueda considerarse razona-
Protector: Cf. Cardenal. blemente una propiedad: RCl
Providencia, proveer: de Dios: 6,12-13.
1PrivP 6; 2PrivP 6 - p. (discre- Recompensa: Dios es nuestra
ción) de la abadesa: RCl r.: CtaErm 16 - don de Dios;
2,17.21; 5,17; 8,11.13; 9,18; 1CtaCl 32; 3CtaCl 16; 1PrivP 11
TestCl 64 - de las hermanas - la r. celeste y eterna: 1CtaCl
con las enfermas: RCl 8,12-14. 23; 3CtaCl 3; TestCl 23;
Cf. Discreción. CtaErm 5.
Prudencia: de Inés de Asís: Reconciliación: con Dios por
4CtaCl 38 - de Inés de Praga: medio de Cristo: 1CtaCl 14.
3CtaCl 31 - del capellán: RCl
Recuerdo: Cf. Memoria.
12,5. Cf. Discreción, Providencia.
Puerta: del monasterio: RCl Redención, redentor: Cristo:
5,9; 11,3-12 - de la reja: RCl 5, CtaErm 16; 1PrivP 10 - traba-
11-13 - la celdita de la porte- jos y penalidades que sopor-
ra no tenga p.: RCl 11,1 - pa- tó Cristo por la r.: 4CtaCl 22.
sar por la p. estrecha: 1CtaCl Cf. Cruz, Jesucristo.
29; TestCl 71. Refectorio: RCl 4,13; 5,2; 9,2.
Puro: orar a Dios con corazón Reina: Inés de Praga, esposa
p.: RCl 10,10 - el amor de Cristo de Cristo Rey: 2CtaCl 1.20 ;
hace p.: 1CtaCl 8. Cf. Virginidad. 4CtaCl 1.15.27 - la pobreza
Querida/o, queridísima: Cf. hace r. a las hermanas: RCl 8,4
Amada. - las r. del mundo: 3CtaCl 27.
Quereres: renunciar, por Dios, Cf. Rey.
a los propios q.: RCl 10 ,2; Reinaldo (cardenal): RCl bula
TestCl 67. Cf. Voluntad. 10 . Cf. Cardenal, Velletri.
Escritos de Clara de Asís
388

Reino: de los cielos: 1CtaCl les: 1CtaCl 22.29. Cf. Pobreza,


16.20 .25-29; 2CtaCl 21.23; Rico.
RCl 8,4; 10 ,12 - de la tierra: Romana: obediencia a la Igle-
2CtaCl 6. sia R.: RCl 1,3 - el cardenal
Reja: del monasterio: RCl 5, protector de la Iglesia R.: RCl
5-13. 12,12 - Clara confía sus her-
manas a la Iglesia R.: TestCl 44.
Religión, religiosa: entrar en
Cf. Iglesia.
r.: RCl 2,5 - la vida r.: RCl 2,22;
12,6; TestCl 14.56 - consagra- Rostro: de Dios: BenCl 3-4
ción r.: RCl 11,9 - ropa r.: RCl - de Inés de Praga: 4CtaCl 15.
2,19 - la Orden de los Her- Sabiduría: de Dios: 3CtaCl 6
manos Menores: TestCl 29. - actuar con s.: 3CtaCl 40.
44.50 . Cf. Orden.
Sacerdote: confesor de las
Renuncia: a todos los bienes: hermanas: RCl 5,16-17. Cf.
RCl 2,8-9 - al deseo de las cosas Capellán.
temporales: 1PrivP 2; 2PrivP 2
- a los propios quereres: RCl Sacramento: examinar de la
10 ,2 - vivir sin nada propio: fe católica y los s. a las candi-
RCl 1,2. Cf. Desapropiación, datas a la Orden: RCl 2,3. Cf.
Comunión, Confesión.
Pobreza.
Salud: deseo de s.: del papa
Reverencia: al papa: RCl 1,3
a las hermanas: RCl bula 2;
- a Inés de Praga: 1CtaCl 2;
2PrivP 1; del cardenal Reinal-
3CtaCl 1. Cf. Veneración.
do: RCl bula 11; de Clara a Inés
Rey: Dios es el sumo r.: RCl 6, 3 de Praga: 1CtaCl 35; 2CtaCl 2;
- Cristo: 2CtaCl 1.5; 3CtaCl 1; 3CtaCl 42; 4CtaCl 3; CtaErm 1.
4CtaCl 1.4.17.21.27 - los r.
Salvación: del alma: RCl 3,13
del mundo: 2CtaCl 1; 3CtaCl
- de los hombres: 2CtaCl 20 ;
27 - el r. de Bohemia: 1CtaCl 1;
3CtaCl 2 - del que persevere
3CtaCl 1. Cf. Reina.
hasta el fin: RCl 10,13 - augu-
Rico: el hombre r.: 1CtaCl 28. rio de s.: 2CtaCl 2; 4CtaCl 3;
Cf. Pobreza, Riqueza. CtaErm 1.
Riqueza: de Dios y de Cristo: San Damián de Asís: iglesia
4CtaCl 28 - las r. eter nas: y monasterio: 1CtaCl 2.33;
1CtaCl 15.20 - las r. tempora- TestCl 10 .13.30 - Clara, aba-
Índices

389
desa de S. D.: 1CtaCl 2; 4CtaCl Seguimiento: de Cristo:
2; RCl bula 2.10 ; TestCl 37; 2CtaCl 19-20 ; 3CtaCl 25;
1PrivP 1; 2PrivP 1. 4CtaCl 3; RCl bula 13; TestCl
Santa/o: María: 3CtaCl 36; 36; CtaErm 9 - de la pobreza y
TestCl 77; BenCl 7 - los s.: 2CtaCl la humildad de Cristo: 3CtaCl
21; RCl 3,14; TestCl 28.77; 25; RCl 6,7; TestCl 46.56 - de
BenCl 7.10 - las vírgenes: la pobreza y la humildad de
4CtaCl 3 - la Iglesia: RCl 12, María: RCl bula 13; 6,7 - del
12-13; TestCl 14.44.46 - Inés consejo del hermano Elías:
de Praga y sus her manas: 2CtaCl 15 - de la vocación di-
2CtaCl 10; 3CtaCl 42 - la vida vina: 2CtaCl 17; TestCl 17. Cf.
religiosa en común: TestCl 14 Huellas, Imitación.
- la vocación: TestCl 17 - la Señor: palabra empleada más
oración: RCl 7,2 - la pobreza: de ochenta veces. Usos princi-
1CtaCl 16, RCl 6,10; TestCl 33. pales: Dios, el Padre: TestCl 46
35-36.40 -42.47 - la humil- - Jesucristo: RCl 12,13; TestCl
dad: 4CtaCl 18.22 - la simpli- 77; escogió la pobreza: 1CtaCl
cidad: TestCl 56 - las costum- 17; RCl 6,7; 8,3; vino entre no-
bres: RCl 4,10 ; TestCl 61. Cf. sotros: 1CtaCl 19; inspira: RCl
Apóstol, Felipe, Francisco, 2,10; revela: RCl 4,18; llama:
Inés, Juan, María, Martín, Mi- TestCl 17.19.21; fortifica:
guel, Pablo, Pedro, Santiago. TestCl 22; ilumina: TestCl 26;
Santísima/o: Jesucristo: RCl predice: TestCl 31; cumple:
2, 25 - la Virgen María: RCl TestCl 11; bendice: TestCl 79;
bula 13; 2,25; 6,7; 8,6; 12,13; BenCl 2; da el reino: 1CtaCl 25;
BenCl 7 - santa Inés, mártir: da la gracia: RCl 7,1; da her-
4CtaCl 8 - las vírgenes: 4CtaCl 3 manas: TestCl 25; les da a Fran-
- la bendición de Clara: BenCl cisco: TestCl 48; da las limos-
8 - Inés de Praga: 1CtaCl 1,1; nas: TestCl 64; da crecimien-
sus oraciones: 1CtaCl 33 - la to: TestCl 31.78 - el s. papa:
vida y la pobreza de las her- RCl bula 15.18; 1,3; 12,12;
manas: RCl 6,8; TestCl 42 - la TestCl 42 - el s. cardenal: RCl
pobreza: 1CtaCl 1,6.13; 2CtaCl 2,2; 11,7; TestCl 44 - los s. de
6; RCl 6,6.8; TestCl 34.39.51. la tierra: 2CtaCl 1. Cf. Dios, Es-
Satanás: astucia de S.: 3CtaCl píritu Santo, Hijo, Jesucristo,
6. Cf. Enemigo. Trinidad.
Escritos de Clara de Asís
390

Señora: Cf. Dama. este s.: RCl 8,2 - el desprecio


Sepultura: de las hermanas: del s.: 1CtaCl 22; RCl 6,2. Cf.
RCl 12,11. Mundo .
Servicio, servir: de Cristo: Silencio: en el monasterio:
1CtaCl 4.13.31-32; RCl bula RCl 5; 8,20 -21 - de Clara so-
13; 8,2; TestCl 48.51 - no se bre su amor a Inés de Praga:
puede s. a Dios y al dinero: 4CtaCl 35.
1CtaCl 26 - las cosas tempora- Simplicidad: la santa s.: TestCl
les deben s. al espíritu de ora- 56 - en la culpa: RCl 9,9.18.
ción y devoción: RCl 7,2 - el s.
Soberbia: Cf. Orgullo.
y el trabajo: RCl 2,16 - las her-
manas que s. fuera del mo- Solicitud: Cf. Cuidado.
nasterio: RCl 2,23; 3,10 ; 5,1; Suave: el amor de Jesucristo:
9,12 - de la abadesa a las her- 1CtaCl 9; 4CtaCl 12.
manas: RCl 4,7 - a las enfer-
mas: RCl 5,3; 8,14. Cf. Trabajo. Súbdita/o: Clara, s. de Inés:
1CtaCl 2 - las hermanas, s. y
Sierva/o: Clara: s. de Cristo: sujetas a los pies de la santa
1CtaCl 2; 3CtaCl 2; 4CtaCl 2; Iglesia: RCl 12,13 - las herma-
RCl 1,3; TestCl 37; BenCl 6; nas que son s.: RCl 10 ,2-3;
CtaErm 1; de sus hermanas: TestCl 67-68 - sumisión a la
1CtaCl 2.33; 2CtaCl 2; 3CtaCl ley del Espíritu: 1PrivP 5; 2PrivP
2; 4CtaCl 2; TestCl 37.79; de 5. Cf. Abadesa, Iglesia, Obe-
Inés de Praga: 1CtaCl 33 - Fran- diencia.
cisco, s. de Dios: TestCl 7 - Inés,
s. de Cristo: 2CtaCl 1 - las her- Sufrimiento, sufrir: de Cristo:
manas, s. de Dios y de Cristo: 4CtaCl 25 - de María al pie de
4CtaCl 2; RCl 6,3; 1PrivP 1 - el la cruz: CtaErm 12 - s. con Cris-
papa, s. de los s. de Dios: RCl to para reinar con él: 2CtaCl
bula 1 - la abadesa, s. de las 21 - los hombres s. la falta del
hermanas: RCl 10 ,4-5 - los s. alimento celestial: 1CtaCl 20 .
de Dios: BenCl 9. Cf. Humildad. Cf. Enferma.
Siglo: el s.: 1CtaCl 5.22.28; RCl Suma/o: Dios, altísimo y s. rey:
9,16; 10,6; TestCl 8.10. 27.45; RCl 6,3 - el s. pontífice: RCl
CtaErm 6 - las hermanas son 11,7; TestCl 44 - la pobreza:
peregrinas y extranjeras en RCl bula 12; 2CtaCl 2.
Índices

391
Tálamo: celestial: 2CtaCl 5. Cf. Espíritu Santo, Jesucristo, Pa-
Esposa. dre, Señor.
Talento: multiplicar el t. reci- Turbación: en la vida fraterna:
bido: TestCl 18. RCl 4,21; 9,5-8 - no ser causa
Temor: obedecer más por de t.: RCl 9,16. Cf. Perdón.
amor que por t.: RCl 4,10 - per- Unidad: vivir en u. de espíri-
sonas temerosas de Dios: RCl tus: RCl bula 4 - la forma de
2,11 - no temer la pobreza y vida en santa u. y altísima
las pruebas: RCl 6,2; TestCl 38. pobreza: RCl bula 16 - con-
Tesoro: guardarlo en el cielo: servar la u. del mutuo amor y
1CtaCl 22 - escondido en el la paz: RCl 4,22; 10 ,7 - u. de
campo del mundo: 3CtaCl 7. unas con otras: TestCl 69. Cf.
Comunidad.
Testamento: de Clara: TestCl.
Utilidad: no salir el monas-
Testimonio: Cf. Ejemplo, Espejo. terio sin causa útil: RCl 2,13
Trabajo: la gracia del t.: RCl 7,1 - buscar la u. común en la elec-
- las hermanas no lo temían: ción de la abadesa y las ofi-
RCl 6,2; TestCl 27 -11 - nos cialas y discretas: RCl 4,3.7.24
merece la salvación: TestCl - la u. y decoro del monaste-
23; CtaErm 5 - trabajar fiel y rio; RCl 4,17 - trabajos de u.
devotamente: RCl 7,1 - t. ho- común: RCl 7,1- distribuir tra-
nesto, humilde y de utilidad bajos y limosnas para u. co-
común: RCl 7,1 - vestidos para mún: RCl 7,5.
el t.: RCl 2,16 - t. del huerto y Vanagloria: guardarse de la v.:
la tierra para aislamiento del RCl 10,6. Cf. Orgullo, Vanidad.
monasterio: RCl 6,15; TestCl
55 - los que entran en el mo- Vanidad: del mundo: 4CtaCl
nasterio para hacer un t.: RCl 8; TestCl 8; CtaErm 6 - hace
11,10 -11; 12,11. fatuos los corazones: 3CtaCl 6.
Cf. Vanagloria.
Tribulación: la cruz de la t.:
2CtaCl 21 - no temerla: RCl 6,2; Velletri: obispo de V: RCl bula
TestCl 27; CtaErm 10 - conser- 7.10 . Cf. Reinaldo.
var la paciencia en la t.: RCl Veneración: no seguir el con-
10,10 - la abadesa, refugio en sejo de quien te aparta de tu
la t.: RCl 4,12. vocación aunque le debas v.:
Trinidad: BenCl 1. Cf. Dios, 2CtaCl 17. Cf. Reverencia.
Escritos de Clara de Asís
392

Verdad, verdadero: Cristo: Vil: Cristo hecho el más v. de


3CtaCl 23; 1PrivP 3; 2PrivP 3 los varones: 2CtaCl 20 - las
- Francisco v. amante e imita- hermanas vistan vestidos v.:
dor del Hijo de Dios: TestCl 5. RCl 2,25.
Vestido: el Señor provee de v.: Virgen, virginidad: María:
1PrivP 6; 2PrivP 6 - v. de las 1CtaCl 19.24; 3CtaCl 17.24;
hermanas y novicias: RCl 2,12. RCl 3,14; TestCl 46.75.77
15-20 .25; 4,13 - v. de las ri- - santa Inés, mártir: 4CtaCl 8
quezas hace imposible la lu- - Inés de Asís: 4CtaCl 38 - Inés
cha contra el enemigo: 1CtaCl de Praga: 1CtaCl 1.7-8.13;
27.29 - el v. de las virtudes: 2CtaCl 18 - las otras vírgenes:
4CtaCl 17 - el v. seglar: RCl 3CtaCl 24; 4CtaCl 3 - virgini-
2,12.19. dad y maternidad: 1CtaCl 8;
3CtaCl 17.25. Cf. María, Santa.
Vicaria: del monasterio: RCl
Virtud: Clara pide que el Se-
4,14; 5,5-8.17; 7,3.5; 8,20-21.
ñor multiplique en gracia y
Vida: de Cristo: RCl 6,7; TestCl en v. a sus hermanas: BenCl 9
35.45; 1PrivP 3; 2 PrivP 3 - v. de Inés de Praga: 1CtaCl
- eterna: 1CtaCl 16.30 ; 2CtaCl 31; 2CtaCl 3.8; 3CtaCl 7;
23; RCl 8,5; TestCl 71; CtaErm 4CtaCl 17 - la abadesa se ha
4 - 1ibro de la v.: 2CtaCl 22 de empeñar en ser la primera
- forma de v.: RCl bula 4-6. en v.: RCl 4,10 - la pobreza
16.23; 1,1-2; 6,2; TestCl 33 sublima a las hermanas en v.:
- según el Evangelio: RCl 6,3 RCl 8,4.
- en la pobreza: RCl 6,7-8 - v. y Visión: eter na de Dios:
enseñanza de Francisco: RCl 1CtaCl 34; 4CtaCl 13; 1PrivP
6,5; TestCl 26.34.36.49 - v. de 6; 2PrivP 6.
Clara: BenCl 11 - de Inés de
Visita: de consuelo de Dios a
Praga: 1CtaCl 3; 2CtaCl 2; Francisco: TestCl 10 - de la
3CtaCl 41 - de las hermanas: abadesa a las hermanas: RCl
RCl 2,1.6-7.14; 4, 23; TestCl 10,1 - a las enfermas: RCl 8,19
14.23.42.56.70 ; 1PrivP 1. - del visitador: RCl 12,1-4.
Vigilancia: orar y velar conti- Vocación: llamada de Dios:
nuamente: CtaEr m 13. Cf. 2CtaCl 14.17; TestCl 2-4.16.
Oración. 19.21 - un beneficio: TestCl 2-3
Índices

393
- reconocerla: TestCl 4 - v. de Francisco: RCl 6,1; TestCl 25;
Clara y de las hermanas pro- se comprometieron v. con la
fetizada por Francisco: TestCl pobreza: TestCl 39 - obede-
17. Cf. Inspiración. cer v. a la abadesa: TestCl 68
Voluntad, voluntariamente: - proceder según la propia v.
de Dios: TestCl 30 - de Fran- en cuanto al ayuno: 3CtaCl
cisco: RCl 6,6: TestCl 30 - del 34. Cf. Obediencia, Quereres.
cardenal protector: RCl 12,1 Voto: al Altísimo: 2CtaCl 14;
- de las candidatas en relación CtaErm 8 - de altísima pobre-
con la renuncia a los bienes: za: RCl bula 5 - de continencia:
RCl 2,9 - Clara y sus hermanas RCl 2,5 - v. y deseos de Clara y
prometieron v. obediencia a sus hermanas: RCl bula 3.14.
394
Índices

395

ÍNDICE GENERAL

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Siglas y abreviaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Cronología de las vidas de Francisco y Clara . . . . . . . . . 13

LOS ESCRITOS DE FRANCISCO DE ASÍS . . . . . . . . . . . . 19


INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
I. ORACIONES: EXPERIENCIA DE DIOS . . . . . . . . . . . . . . 23
Oración ante el Cristo de San Damián . . . . . . . . . . . . . 29
Exhortación a la alabanza a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Alabanzas que se han de decir en todas las Horas . . 31
Paráfrasis del Padrenuestro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Oficio de la Pasión del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Saludo a la bienaventurada Virgen María . . . . . . . . . . 62
Alabanzas al Dios altísimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Bendición al hermano León . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Cántico de las criaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
II. CARTAS: FRATERNIDAD Y MISIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Carta a los fieles:
- Primera redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
- Segunda redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Carta a los clérigos:
- Primera redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
- Segunda redacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Carta a las autoridades de los pueblos . . . . . . . . . . . . 95
Cartas a los custodios:
- Primera carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
- Segunda carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Escritos de Francisco y Clara de Asís
396

Carta a un ministro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Carta a toda la Orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Carta al hermano León . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Carta al hermano Antonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Carta a la señora Jacoba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
III. AVISOS ESPIRITUALES: DISCERNIMIENTO. . . . . . . . . . 113
1.- SALUDO A LAS VIRTUDES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
2.- ADMONICIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
El cuerpo del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
El mal de apropiarse la voluntad . . . . . . . . . . . . . . 121
La verdadera obediencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Nadie se apropie la prelacía . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Nadie se enorgullezca, sino gloríese en la cruz
del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
El seguimiento del Señor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Al saber siga el buen obrar . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
Evítese el pecado de envidia . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
El amor a los enemigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
La sujeción del cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Actitud ante el pecado ajeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
Cómo conocer el espíritu del Señor . . . . . . . . . . . 127
La paciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
La pobreza de espíritu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .127
La paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
La limpieza de corazón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .128
El siervo de Dios humilde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
La compasión con el prójimo y la desapropiación
interior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
La verdadera humildad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
El religioso alegre en el Señor y el religioso vano . 130
El religioso frívolo y hablador . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Índices

397
Actitud en la corrección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Más sobre la humildad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
El verdadero amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Más sobre el verdadero amor . . . . . . . . . . . . . . . 132
Los siervos de Dios han de honrar a los clérigos . .132
La virtud ahuyenta al vicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Ocúltese el bien para que no se malogre . . . . . . . 133
3.- LA VERDADERA ALEGRÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
IV. TEXTOS LEGISLATIVOS: PROYECTO DE VIDA . . . . . . . 137
Forma de vida para Clara y sus hermanas . . . . . . . . . 143
Regla para los eremitorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
Regla no bulada de los Hermanos Menores . . . . . . . 145
Regla bulada de los Hermanos Menores . . . . . . . . . . . 180
Normas sobre el ayuno para Clara y sus hermanas . .192
V. ÚLTIMAS RECOMENDACIONES: FIDELIDAD . . . . . . . . 195
Exhortación cantada a Clara y sus hermanas . . . . . . . 201
Testamento de Siena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Última voluntad para Clara y sus hermanas . . . . . . . . 208
Bendición al hermano Bernardo . . . . . . . . . . . . . . . . . 209

LOS ESCRITOS DE CLARA DE ASÍS . . . . . . . . . . . . . . . . 211


INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213
I. CARTAS: CONTEMPLACIÓN Y SEGUIMIENTO . . . . . . . 215
Primera carta a Inés de Praga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223
Segunda carta a Inés de Praga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228
Tercera carta a Inés de Praga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
Cuarta carta a Inés de Praga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
II. REGLA: PROYECTO DE VIDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Regla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
Escritos de Francisco y Clara de Asís
398

III. TESTAMENTO Y BENDICIÓN: FIDELIDAD . . . . . . . . . . 267


Testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
Bendición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280
APÉNDICE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Carta a Ermentrudis de Brujas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Privilegio de la pobreza (1216) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
Privilegio de la pobreza (1228) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291

APÉNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
ÍNDICE DE CITAS Y REFERENCIAS BÍBLICAS . . . . . . . . . . . . 295
1.- Escritos de Francisco. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
2.- Escritos de Clara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 304
ÍNDICE DE MATERIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
ÍNDICE GENERAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 395
399
400

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