Sei sulla pagina 1di 3

UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MEXICO

FACULTAD: HUMANIDADES

LICENCIATURA: FILOSOFIO

BIOETICA

ALAN APRESA CAMACHO

El concepto de dignidad y su valor para la Bioética

Como bien se sabe el concepto de dignidad humana figura hasta ocho veces
en la declaración Universal de la UNESCO sobre Bioética y Derechos humanos del
19 de octubre de 2005. Mas sin embargo el concepto que se le ha dado no deja
mucho en que decir, claro está en el hecho de que diferentes autores le dan una
definición ya sea para considerarla importante como para darle un valor poco
utilizable en la vida del ser humano.

Tal ejemplo está en el hecho de que existen dos posturas o premisas sobre la
dignidad, una es la metafísica, mientras que lo por el otro lado está la escéptica,
cada una defiende y da cinco posturas del por qué debe ser tomada en cuenta (en
el caso de la metafísica) mientras que para la escéptica es meramente un concepto
que no se debería tomar en cuenta.

“La posición metafísica de la iglesia católica se puede sintetizar en cinco


premisas:1) la dignidad se predica no solo del ser humano nacido, sino
también la del embrión; 2) la dignidad es una propiedad que no admite
graduación desde la concepción hasta el fin de la vida; 3) la dignidad tiene un
sentido religioso puesto que el ser humano la posee por ser imagen y
semejanza de su creador; 4) la dignidad es un valor absoluto y superior a
cualquier otro que se exprese en términos de deseos, intereses o autonomía;
5) las proposiciones anteriores tienen un valor universal y valen tanto para
creyentes con independencia de cualquier circunstancia histórica o
geográfica” (Logros y retos de la bioética, Vázquez Rodolfo, Ed. Fontamara,
pag.178)

Como es visto por parte de la parte religiosa, la dignidad es casi casi como un
derecho en el cual el hombre desde que nace esta predeterminado a tener este, por
así decirlo, el derecho a la dignidad como a la vida, algo que la parte escéptica no
estará de acuerdo con la concepción de lo ya citado. Para la parte escéptica nos
mencionara igualmente cinco premisas, las cuales son:

“1) la dignidad es un concepto vacío, sin significado, carece de algún


sentido identificable; 2) es una noción subjetiva e imprecisa que no está a la
altura de las altas exigencias éticas que se le asignan; 3) es relativa porque lo
que se ha considerado y considera digno es muy diverso; 4) puede llegar a
ser un concepto dañino porque a menudo determinadas concepciones de la
dignidad se imponen autoritariamente causando daño a un buen número de
personas; 5) es un término que designa otros conceptos como el respeto, el
decoro o la autonomía personal, pero de manera más imprecisa y retórica.”
(Logros y retos de la bioética, Vázquez Rodolfo, Ed. Fontamara, pag.178)

Así pues, bien como se acaba de observar, cada postura tiene sus argumentos,
pero al final no hay un acuerdo en ambas, mientras la primera menciona el concepto
dignidad imprescindible, pero más que un concepto lo ve como algo con lo que nace
el individuo y no más bien, en una forma práctica y real, sino más bien mística.
Mientras que para los escépticos se ve el concepto de dignidad como algo más que
derecho, impuesto, es decir, forzoso, que tenga que aplicarse. Acá una cita para
apoyar este último argumento.

“La dignidad es un concepto relativo. La cualidad de ser digno de algo.


Ser digno de algo es merecer ese algo. Una acción digna de aplauso es una
acción que merece el aplauso. Un amigo digno de confianza es un amigo que
merece nuestra confianza. Si alguien es más alto o gordo o rico 8 (o lo que
sea) que nadie, entonces merece que se registre su record, es decir, es digno
de figurar en el Guinness World Record. Lo que no significa nada es la
dignidad genérica, sin especificación alguna. Decir que alguien es digno, sin
más, es dejar la frase incompleta y, en definitiva, equivale a no decir nada. De
todos modos, palabras como “dignidad” y “honor”, aunque ayunas de
contenido semántico, provocan secreciones de adrenalina en determinados
hombres (y mujeres) tradicionalmente proclives a la retórica” (Logros y retos
de la bioética, Vázquez Rodolfo, Ed. Fontamara, pag.178 que cita a Mosterin
Jesús, La naturaleza humana, pág. 76)

Así pues, la dignidad es aquello que para el escéptico o científico no tiene un


valor positivo para el hombre ya que más que un derecho se vuelve una obligación,
una en la cual el hombre se ve por decirlo así, en categorías las cuales unos tendrán
mayor que otros dependiendo el estatus o forma física en la cual se encuentre en la
sociedad, siendo esto éticamente mal visto.

Ahora bien, la dignidad se podía decir que es aquello en el que el hombre tiene
derecho a ser tratado con respeto, es decir, a no ser abusado u humillado por otro,
en todo caso, a ser libre de ejercer su voluntad o ser libre y es precisamente la
condición de la libertad o autonomía; la ausencia de miedo, ya que cualquier hombre
que ande en la sociedad y desempeñe su expresión al máximo, no se verá
reprendido o reprimido.

Por lo tanto: “Ser tratado con dignidad significa, por una parte, ser tratado
sin crueldad y sin humillación (liberalismo del miedo); y por otra, ser tratado
igualitariamente, sin discriminación, y en la satisfacción de las necesidades
biopsiquicas básicas (liberalismo de la igualdad). Ambas nociones de
dignidad, entendidas como condición necesaria para el ejercicio de la
capacidad autonómica del ser humano” (Logros y retos de la bioética,
Vázquez Rodolfo, Ed. Fontamara, pag.185)

Potrebbero piacerti anche