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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE

FACULTAD DE HUMANIDADES
T.U.I.L.S.A

Apuntes para estudiar el concepto antropológico de “Cultura”

Material de trabajo realizado por Liliana Falcone en base a texto de Lic. Carla Franquelli, Agosto 2018

1
Concepto de “Cultura” en Antropología Cultural: corrientes teóricas clásicas y
críticas contemporáneas

Antes de la aparición del concepto de "cultura"

"La esclavitud constituyó la base económica de la Antigüedad. Prácticamente todos los pueblos sufrie-
ron o hicieron esclavos a otros humanos. La guerra y la rapiña eran el método común para conseguir esclavos,
librándoles de la muerte. La esclavitud era como un favor otorgado por el vencedor al vencido, a quien se le
conmutaba la pena de muerte que el derecho de guerra estipulaba para todo enemigo prisionero.
Los tratantes de esclavos árabes distinguían las piezas de su comercio en base a aspectos corporales
y a sus procedencias geográficas. Esto permitía añadir valor al “producto” que vendían. Los mercaderes orien-
tales clasificaban a sus esclavos según su procedencia empleando el término “ras” que significa “cabeza u
origen”. Esa capacidad de identificar el lugar de nacimiento por la fisionomía se denomina en árabe, en la
actualidad, “filarasa”.
El término “raza” terminó por convertirse en una expresión corriente para referirse a los esclavos, mien-
tras que el término “linaje” sólo se aplicaba para indicar la nobleza de un origen.
Así como durante la Edad Media la identidad del europeo era su fe cristiana y su sentido de pertenencia
común lo era hacia la Cristiandad, en los comienzos de la Edad Moderna, con el Cisma protestante1, empiezan
a surgir términos como “raza”, “herencia”, “linaje”, “origen” o “sangre”, en cuyos significados se mezclaban lo
biológico, lo político y lo cultural.
A partir de Lutero y de Calvino, se difundió una mentalidad teológicamente segregacionista2 en el
campo de la salvación, sostenida con habilidad por los defensores de la trata de esclavos y que se encuentra
unida al nacimiento del capitalismo moderno. Esta corriente teológica calvinista ayudó a la elaboración de una
teoría racista sobre la superioridad de los blancos, bendecidos por Dios, y sobre la inferioridad de los negros,
maldecidos por Dios y por la naturaleza."
https://lasmentirasdelracismo.wordpress.com/

Aparición del concepto de "cultura"

El concepto de "cultura" aparece, en el debate antropológico, en una instancia en la que empiezan a


aparecer nuevos interrogantes a los que es necesario dar respuesta. Pero este concepto se fue modi-
ficando, a lo largo de los años, en respuesta a diversos factores. Para comprender este proceso, lo
dividimos en 3 etapas.

1
Cisma protestante. Se conoce como Reforma protestante, o simplemente la Reforma, al movimiento religioso cristiano, iniciado en
Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma de la Iglesia católica para dar origen a numerosas iglesias agrupadas
bajo la denominación de protestantismo.
La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que diversos religiosos, pensadores y políticos europeos buscaron pro-
vocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia católica, además de negar la jurisdicción del papa
sobre toda la cristiandad. El movimiento recibirá posteriormente el nombre de Reforma protestante, por su intención inicial de re-
formar el catolicismo con el fin de retornar a un cristianismo primitivo, y la importancia que tuvo la Protesta de Espira, presentada
por algunos príncipes y ciudades alemanas en 1529 contra un edicto del Emperador Carlos V tendiente a derogar la tolerancia reli-
giosa que había sido anteriormente concedida a los principados alemanes.
2
Segregacionista: Partidaria de separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos, religiosos
o culturales.
2
PRIMERA ETAPA

El surgimiento de la Antropología como una ciencia se debe, en primera instancia, a la importancia


que adquiere explicar, dentro de lo que se estaba desarrollando como pensamiento científico, por qué
las sociedades humanas son tantas y tan diferentes. Si bien no es un problema nuevo, dado que
contactos entre las diferentes “formas de vida” hubo desde la Antigüedad 3, lo nuevo que surge desde
mediados del siglo XIX es la intención de explicar estas diferencias buscando leyes generales por
fuera del campo “naturalista”, es decir, buscar una explicación de los hechos sociales y culturales para
encontrar una causa que sea también social y cultural. Este origen de la Antropología tiene su eje
fundamental en la proposición de que ninguna característica biológica condiciona la diversidad
cultural.
Con el concepto de “Cultura”, la Antropología explica que las diferencias entre los pueblos se deben
a factores diversos y múltiples, que se adquieren en sociedad y se transmiten, con el tiempo. Esto
quiere decir que el ser humano no nace con una cultura determinada; por lo tanto, los aspectos
culturales de un pueblo no son transmitidos biológicamente, sino de una generación a otra a través de
la enseñanza.
Esta nueva forma de pensar responde, en gran medida, a los cambios sociales, políticos y económicos
que trajo como consecuencia la Revolución Industrial4. En grandes trazos, podemos decir que, al
producirse la aparición de las fábricas en las ciudades, surgió la necesidad de crear mano de obra
para la industria, pero se necesitaba un trabajador disciplinado, que fue “incorporado” como “fuerza de
trabajo”. Para conseguir este trabajador masificado, fue necesaria la “educación de su conducta”

3
Antigüedad (Edad Antigua): época histórica que coincide con el surgimiento y desarrollo de las primeras civilizaciones o civilizaciones
antiguas. Tradicionalmente, se ha considerado la invención de la escritura como el punto de partida de la historia antigua. El concepto
más tradicional de la historia antigua presta atención a la invención de la escritura (alrededor del siglo IV a.C, alrededor del año 3.500
aC), que convencionalmente la historiografía la ha considerado el hito que permite marcar el final de la Prehistoria y el comienzo de
la Historia, dada la primacía que otorga a las fuentes escritas frente a la cultura material, que estudia con su propio método la Arqueo-
logía. El final de la Edad Antigua en la civilización occidental coincide con la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 476.
4
Revolución Industrial: La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y
tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran
parte de Europa occidental y América Anglosajona, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto
de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico (del griego, néos: ‘nuevo’,
y, líthos: ‘piedra’), Edad de Piedra Nueva o Pulida, es uno de los periodos en que se considera dividida la Edad de Piedra, de 10.000 aC
a 3.000 aC), que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de
carácter urbano, industrializada y mecanizada.
La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia. La producción agrícola y la de la naciente industria se multiplicaron,
a la vez que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800, la riqueza y la renta per cápita se multiplicaron como no lo había
hecho nunca en la historia pues hasta entonces el PIB per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos.
A partir de este momento, se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso
de la tracción animal, que fueron sustituidos por maquinaria para la fabricación industrial y para el transporte de mercancías y pasa-
jeros. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones, con la construcción de vías férreas, canales,
y carreteras. El paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en la población,
que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de vapor (1769) en las distintas
industrias fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de
producción. Más tarde, el desarrollo de los barcos y de los ferrocarriles a vapor, así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX del
motor de combustión interna y la energía eléctrica, supusieron un progreso tecnológico sin precedentes. Como consecuencia del
desarrollo industrial, nacieron nuevos grupos o clases sociales encabezadas por el proletariado —trabajadores industriales y campe-
sinos pobres— y la burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y el capital. Esta nueva
división social dio pie al desarrollo de problemas sociales y laborales, protestas populares y nuevas ideologías que demandaban me-
jores condiciones de vida de las clases más desfavorecidas.
3
4
dentro de los marcos de tiempo, familia y salud que eran productivos para la sociedad. Este imperativo
suponía que aquellos que todavía no lo eran, podían ser modificados en esa dirección.
La idea de “raza” explica que existen diferentes grupos humanos debido a diferentes determinaciones
biológicas: se suponía que el color de la piel era un dato que definía características de comportamiento
como, por ejemplo, que la raza negra era capaz de grandes esfuerzos físicos y no tenía aptitudes para
trabajos de la inteligencia. Agrupar las diferentes razas en grupos separados biológicamente significa
que el que nace con ciertas características no puede salirse de ellas. Por ejemplo, que los negros no
pueden realizar trabajos intelectuales. De aquí que la idea de "raza" tenga como consecuencia un
límite biológico para el aprendizaje en general, ya que las características de "nacimiento” no se pueden
modificar, son irreversibles y anulan la posibilidad de que, a través de la educación, cualquier hombre
pueda aprender a realizar un trabajo.
¿Por qué se abandona la idea de raza? Es necesario entender, en este contexto de la Revolución
Industrial, que la creciente demanda de fuerza de trabajo, mano de obra para las nuevas formas de
producción, la idea de la flexibilidad del “ser humano” para adaptarse a las nuevas condiciones sociales
va a ir ganando terreno. El concepto dominante de la “evolución” va a ser quitado de la determinación
biológica para demostrar que la sociedad está evolucionando desde formas de producción “primitivas”
(que no transforman a la naturaleza de modo drástico) hacia formas de producción más “complejas”
(que implican la explotación y control de la naturaleza por el hombre). Con el desarrollo del capitalismo
en esta etapa, la idea rectora del desarrollo de las sociedades será la de progreso.
En este sentido, en el caso de Argentina, es bastante conocido el problema de la “cuestión indígena”,
tal como lo señala E. Masés en el siguiente párrafo:
“Según Milanesio, los indígenas necesitaban tres cosas: trabajo, tranquilidad e instrucción. Por lo tanto,
resultaba indispensable que el Estado les diera tierras en donde vivir y la seguridad de que nadie los
molestará expulsándolos de sus posesiones. Esto también aseguraría la posibilidad de una ‘educación
apta para corregir sus vicios y hábitos, inveterados5 en la inercia y la rapiña’.” (Masés, pág. 243)

En esta cita, vemos un ejemplo de cómo, a través de la educación, se producía la fuerza de trabajo a
medida del capitalismo recién llegado y, como consecuencia, el biológico y el cultural quedaron como
dos aspectos separados en la dimensión de lo “humano”. Implica, también, que, aunque no dejan de
estar mutuamente relacionados, cada uno tiene características propias. Esta idea es central para en-
tender qué es la Antropología Cultural y responde al nuevo contexto global.
Muchas veces se hace referencia a la Revolución Industrial como un fenómeno técnico económico
aislado, como si pudiera medirse el “nivel” alcanzado por la producción y como si fuera producto del
genio incomparable del hombre civilizado. Lo que nos interesa en este punto es analizar el contexto
histórico en el que se origina y, sobre todo, marcar las consecuencias que trajo a nivel global, dado
que es a partir de la Revolución Industrial que se expande el capitalismo, teniendo como centro a
Europa Occidental (países centrales que han pasado por una revolución científico-técnica) y avan-
zando sobre lo que se denomina “periferia” (países de África, Sudeste asiático y de Oceanía)6. Esta
etapa del capitalismo, denominada "imperialismo", se sostiene con la política colonialista, que con-
siste en anexar territorios ajenos a los países centrales para incorporar sus recursos a las economías
de estos países centrales.

5
Inveterado: Que es antiguo y está arraigado; especialmente referido a costumbres o creencias.
6
El término centro-periferia ha sido particularmente utilizado para referirse a las desigualdades sociales y económicas y su desigual
distribución espacial, especialmente en el ámbito mundial, hablándose en este sentido de países centrales y países periféricos, con
significado similar a otras divisiones de uso habitual, como norte-sur, mundo desarrollado-subdesarrollado y primer mundo-tercer
mundo.
5
Ver ahora Filosofía Aquí y Ahora V - Encuentro 4: Colonialismo y violencia.
https://www.youtube.com/watch?v=Ft_dRk01fIs&feature=youtu.be

Europa Occidental
Europa occidental: región
conformada por España,
Portugal, Francia, Suiza,
Italia, Alemania, Austria,
Reino Unido, Irlanda, Is-
landia, Bélgica, Holanda,
Dinamarca, Noruega,
Suecia, Finlandia, Liech-
tenstein, Grecia y cinco
microestados que incluyen
Andorra, Mónaco, San
Marino, Luxemburgo y el
Vaticano. La mayoría de
ellos forman parte de la
Unión Europea, excepto
Suiza, Noruega, Liechtens-
tein, Islandia y los cinco
microestados.

Los tres mundos separados durante la Guerra Fría, con sus respectivos aliados. Primer
mundo: Países aliados de Estados Unidos. Segundo mundo: Países aliados de la Unión
Soviética. Tercer mundo: Países no alineados y neutros

6
Algunos descubrimientos del siglo XIX (para conocer el contexto en el que se origina la Antro-
pología como disciplina)
“El desarrollo de las matemáticas y de las ciencias físico - naturales, permitió, tras el trabajo de laboratorio, su
aplicación a principios prácticos, con una colaboración cada vez más estrecha entre ciencia e industria. Gracias
a ello, se crearon numerosos tipos de máquinas, que se convirtieron en el instrumento básico del desarrollo de
la industria. Los descubrimientos son inseparables del método científico basado en el experimentalismo y en el
laboratorio. La aplicación de la máquina de vapor, ya inventada en el siglo anterior, a medios de locomoción
permitió la invención del barco de vapor (1807) y de la locomotora (1814), que hicieron más rápido y más barato
el transporte de personas y de mercancías, facilitando el comercio internacional y los movimientos migratorios.
Ya desde los primeros años del siglo XIX, hubo inventores que trataron de aplicar la máquina de vapor al motor
de un vehículo, sistema que fueron perfeccionando a lo largo del siglo, hasta conseguir -a finales de siglo- la
salida a la venta del primer automóvil (1885). Ya durante el siglo XVIII, algunos científicos habían hecho expe-
rimentos con la electricidad, pero su uso como fuente de energía a gran escala solo fue posible muy avanzado
el siglo XIX, gracias a diversos inventos tecnológicos: la dínamo (1866), los transformadores (1880), la hulla
blanca (1890). Muy avanzado el siglo XIX, se desarrolló una nueva industria, la química, que permitía fabricar
productos hasta entonces desconocidos o poco utilizados.
La industria farmacéutica, que hasta entonces se había limitado a extraer productos de las plantas con métodos
tradicionales, comenzó a sintetizar productos mediante métodos químicos. Este siglo también supuso un avance
en las tecnologías de la información con los inventos del telégrafo y el código Morse (S. Morse 1836) y el
teléfono (G. Bell 1876). Durante el siglo XIX, fue en el campo de la Física en el que ocurrieron las transforma-
ciones más radicales, la Termodinámica se incorporaría como disciplina de la Física. También durante este
siglo se estudian los fenómenos eléctricos y magnéticos.

7
La Revolución Industrial hace aparecer una nueva orientación de la ciencia: la investigación industrial, orientada
a la consecución de patentes, como contraposición a la investigación académica, orientada a la publicación de
artículos científicos. El espectacular avance realizado por la física durante el siglo XIX llevó a pensar a muchos,
a finales de este siglo, que la Física había encontrado su frontera y que a partir de entonces el trabajo de los
físicos se reduciría a refinar las teorías existentes para ajustar cada vez mejor las teorías a las observaciones.
Sin embargo, las tres primeras décadas del siglo XX fueron un periodo revolucionario para la Física, del que
surgiría lo que se conoce como Física moderna. En Biología, destacan la actividad científica de Pasteur, cen-
trada en el estudio de los microbios, el desarrollo de métodos de esterilización y la aplicación del principio de
vacunación para combatir las enfermedades, y la obra de Darwin, creador de la teoría sobre el origen de las
especies por selección natural, que revolucionó el pensamiento científico y filosófico a partir de la segunda mitad
del siglo XIX en el mundo entero. Debemos mencionar, también, a Mendel (1822-1884) por sus leyes que ex-
plican el mecanismo de la herencia. Una de las cuestiones más polémicas suscitadas en este siglo fue la dis-
cusión sobre la hipótesis de la generación espontánea, formulada a partir de la existencia de fenómenos como
la fermentación y la putrefacción. Una figura verdaderamente notable en la historia de la ciencia de este siglo
es Marie Curie (1867-1937), primera mujer en Europa que recibió su doctorado en Ciencias, así como la primera
mujer que recibió dos premios Nobel, de Física en 1903 y de Química en 1911. Investigó sobre los rayos uráni-
cos y el radio y descubrió el primer elemento radioactivo, el polonio. Escribió un ‘Tratado sobre la Radioactivi-
dad’.”

La gran mayoría de las investigaciones realizadas con el conocimiento científico se liga al desarrollo
industrial: los descubrimientos físico - químicos avalan la instalación de grandes laboratorios que in-
vierten en la investigación para obtener resultados económicos. Es así como toda la investigación
científica debe responder a los mercados, es decir, debe estar orientada a generar “resultados” que
se traduzcan en ganancias. La expansión de los descubrimientos científicos viaja junto con la consoli-
dación del sistema capitalista.
Las ciencias sociales, en el siglo XIX, quedan atrapadas en el modelo de las ciencias naturales:
debido a la enorme confianza y expectativa que brindan estos “descubrimientos” científicos, se cree

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que toda investigación en problemas sociales debe seguir el método tan exitoso de las ciencias natu-
rales. Pero se plantea como problema una diferencia fundamental: ni la sociedad ni la historia pueden
ser objetos del experimento de laboratorio.
Lo que sí debe lograr la ciencia social es el descubrimiento de leyes generales que puedan explicar
cómo se comportan las sociedades y por qué. Como lo resume María Rosa Neufeld para explicar
el desarrollo de la Antropología, el concepto de "cultura" reunía tres aspectos que hacían de él una
noción valiosa:
1. Su universalismo7: todos los hombres tienen culturas, lo cual contribuye a definir su común carác-
ter humano.
2. El énfasis en la organización: todas las culturas poseen coherencia y estructura, desde las pautas
universales comunes a todos los modos de vida (por ej.: las normas sobre el matrimonio, que im-
peran en toda cultura), hasta los modelos peculiares de una época o lugar específicos.
3. El reconocimiento de la capacidad creadora del hombre: cada cultura es un producto colectivo
del esfuerzo, el sentimiento y el pensamiento humanos.
Otro aspecto central de este concepto de "cultura" fue la negación de la base biológica de estos
comportamientos humanos: la oposición entre naturaleza y cultura. Como decía Linton, ‘el niño na-
cido dentro de una sociedad dada descubre que muchos de los problemas con los que se encontrará
en su vida fueron ya conocidos y resueltos por quienes vivieron antes que él.’ A diferencia de los
animales, destacaba este autor, el comportamiento humano se caracterizaba por este predominio de
lo aprendido, a lo que Linton, en su conjunto, denominaba la herencia social de la humanidad:
‘En los seres humanos, la herencia social recibe el nombre de cultura. El término se usa en un doble
sentido. En su sentido amplio, cultura significa la herencia social íntegra de la humanidad, en tanto que
en un sentido más restringido una cultura equivale a una modalidad particular de la herencia social’.”
(María R. Neufeld, pág. 384).

Después de la Revolución Industrial, la sociedad europea piensa al mundo desde sí misma y señala
diferencias con las demás sociedades, a los que llama "los otros". En Europa Occidental, el desarrollo
económico y tecnológico que se produjo se señala como progreso, y es lo que desarrolla la "civiliza-
ción". Todas las demás sociedades se consideran subordinadas a esta condición.
El concepto de "civilización" se refiere tanto al grado alcanzado por la técnica, como al tipo de modales
reinantes, al desarrollo del conocimiento científico, a las ideas religiosas y a las costumbres. En reali-
dad, "el concepto resume todo aquello que la sociedad occidental de los últimos dos o tres siglos cree
llevar de ventaja a las sociedades anteriores o a las contemporáneas ‘más primitivas’.” (Elías, 1987.
En M. R. Neufeld)
Es decir que el contexto en que se piensa, por primera vez, “cultura” como concepto, contrapone un
nivel poco desarrollado de “cultura” (la de los otros no occidentales), “primitivos”, a un nivel de máximo
desarrollo de cultura, “Civilización” (que pertenece sólo a los países que han pasado por la Revolución
Industrial en Europa occidental).
Estos primeros conceptos de cultura están atravesados por la relación ciencia-técnica-mercado. La
configuración del mercado como un fenómeno natural ligado al supuesto de que es producto de la
sociedad más desarrollada, logra que se le dé a “Cultura” la idea de un conjunto de prácticas vincu-
ladas a creencias fijas que serán consideradas los anclajes del atraso. Desde estos comienzos -y,
sobre todo, en el desarrollo disciplinar propio que perfila, por un lado, a la Sociología y, por otro, a la
Antropología-, se van a separar los aspectos sociales de los culturales, dando un renovado refuerzo a

7
Universalismo: que está presente igualmente en todos los seres humanos.
9
la idea de “civilización” (Estado, economía capitalista, pensamiento científico) frente a las culturas no
occidentales (tradiciones, creencias, artesanías, pensamiento mágico).
Estos primeros conceptos de cultura estarán marcados por el estudio sobre comunidades peque-
ñas, distantes del desarrollo europeo, que serán definidas como un conjunto de rasgos compartidos.

SEGUNDA ETAPA

A la expansión colonialista que acompañó el desarrollo de la Antropología, le correspondió el pen-


samiento del Evolucionismo Cultural hasta entrado el siglo XX. Pero hacia el inicio de la Primera
Guerra Mundial (producto indiscutible de las disputas imperialistas por el control de las colonias) van
a surgir críticas contra esta escuela. Con los trabajos de Malinowski, creador del método de la antro-
pología, la etnografía, la idea de una sola cultura en constante evolución será cuestionada y, por lo
tanto, será definida de una nueva manera. Para Malinowski, las culturas son diferentes desde su origen
(rompiendo con la idea de que cada cultura es un derivado más complejo de una forma anterior) y, por
lo tanto, hay que estudiar a cada cultura por separado, sin compararla con otras.
Este segundo período de la Antropología se identifica con los viajes de los antropólogos hacia cul-
turas lejanas y exóticas, cuaderno en mano, para convivir con los estudiados y dar cuenta de
manera detallada de la totalidad de las costumbres de un pueblo determinado. En Estados Uni-
dos, el alemán Franz Boas se dedica al estudio de población esquimal, tanto las costumbres como la
lengua nativa.
En Europa, el período comprendido entre las dos guerras mundiales (1918-1939) abarcará las escue-
las del Funcionalismo (Polaco, Malinowski viaja al Pacífico sur-occidental), el Estructural Funciona-
lismo (Evans Pritchard, de Inglaterra, viaja a Africa) y el Estructuralismo (Levi Strauss, de Francia,
viaja a Brasil).
Una enorme cantidad de trabajos etnográficos se publica y debate, consolidando la riqueza del “objeto”
antropológico como diverso y extenso, al mismo tiempo que no pocos antropólogos y antropólogas
comienzan a señalar que están siendo testigos de la “extinción” de las culturas bajo estudio, y que
muchos integrantes de las viejas formas de vida de los pueblos las abandonan para insertarse en las
zonas urbanas y en los empleos disponibles.

TERCERA ETAPA

Llegando a mediados del siglo XX, sin embargo, se comienzan a observar, en los problemas que
abordan los antropólogos, el planteo acerca de qué cultura tienen las sociedades “complejas”.
Esto se debe a que la política de colonización ejercida desde las metrópolis8 hacia las colonias9

8
Metrópoli o metrópolis es el término que se utilizaba en la Grecia antigua para las ciudades a partir de las cuales se crearía más
tarde una colonia. Las metrópolis tenían una influencia política decisiva en las colonias y eran igualmente los centros religiosos, eco-
nómicos, culturales y sociales de la región. A partir del tiempo del Imperio Romano se renombraron algunas importantes ciudades
como metrópolis. El uso del término en el siglo XXI no está claramente delimitado. Se suelen determinar así a las ciudades globales. A
diferencia de una ciudad global, que cuenta con una importancia internacional, una metrópoli puede contar con una importancia
relativa en una determinada región, ej. metrópoli artística o financiera.
9
En política, una colonia puede ser, o un asentamiento o forma de poblamiento (dado hasta el XIX), o bien un territorio sujeto a la
administración y gobierno de un país remoto, llamado metrópoli (siglo XIX). En una situación colonial, los nativos del territorio coloni-
zado carecen de autonomía —aunque pueden estar políticamente representados en cuerpos gubernamentales— y están sujetos a la
10
produce el efecto de desarticulación de las sociedades originarias a través de la explotación de sus
tierras y recursos naturales, la explotación de la “mano de obra”, la generación de un nuevo tipo de
pobreza nunca antes experimentado, migraciones, etc.
Para mantener el concepto de “cultura” tal como se lo había definido, es decir, como cualidad diferen-
ciadora de un grupo particular (referido tanto a aspectos políticos y económicos como sagrados y
simbólicos), es necesario describir cada cultura tal cual es ella misma, evitando la comparación
con otras culturas para explicarla. Se consolida así el relativismo cultural. Este concepto, si bien
se pretende operativo (en el sentido de que se instala en la actitud técnica de poner en duda la univer-
salidad de los propios valores culturales), influye fuertemente en las teorías de la cultura, dando por
sentada la imposibilidad de establecer contextos históricos concretos en los que las culturas
absorben procesos de conflicto, intercambio o transformación.
Entonces, se produce el primer gran interrogante que pone en “crisis” el concepto de “cultura”: ¿a qué
cultura pertenece un migrante? ¿Existe una cultura para cada nación? En ningún caso estas preguntas
se pueden contestar desde el concepto de “cultura” que se había teorizado en la primera Antropología.
Los Estados consolidados en base a su propia “frontera y población” obtenían de sus mitos fundacio-
nales10 todos los elementos simbólicos de un “origen común”, que permitían defender la “cultura na-
cional” seleccionando aquellos usos y costumbres que serían los más “nobles” representantes de su
“ser nacional”. Como ejemplo podemos recordar cómo en Argentina el proyecto de conformación del
estado Nacional tiene como explicaciones de “origen” las heroicas campañas militares que convergie-
ron en la independencia. Luego de las disputas entre Buenos Aires (modelo europeo o civilizado) y las
provincias guiadas por caudillos (modelo propio o bárbaro), en la década de 1880 (luego de concretada
la Conquista del desierto) se impone el modelo agroexportador, el modelo europeo de ciudadano y el
ser nacional se perfila como “el granero del mundo”.
Este es un momento de crisis teórica para la disciplina, debido a que su concepto central (cultura) ya
no responde a los conflictos generados por los procesos de descolonización. Si bien nunca se aban-
donó este concepto, tampoco se lo modificó demasiado. En un primer intento por continuar con su uso,
se trabajó sobre la idea de que hay diferentes culturas según los diferentes sectores de una misma
sociedad. Entonces, aparece la idea de “subcultura”: cultura de los jóvenes, cultura de los sectores
populares, cultura de la comunidad japonesa en EE.UU, etc. Para poder explicar las diferencias al
interior de la sociedad, se podía utilizar “cultura”, con el sentido de pautas de comportamiento com-
partidas al interior del grupo, o “comunidad”, aunque participaran de la sociedad compleja.
El último exponente de este período de la Antropología (denominado posteriormente “Modelo Antro-
pológico Clásico”) se expresará dentro de la corriente estructuralista. En esta renovada teoría de la
cultura, en la Antropología, el objetivo fundamental será plantear un concepto de “cultura” que sea
aplicable a cualquier cultura, a todas las culturas. Surgido del modelo de la Lingüística, esta co-
rriente buscará encontrar los rasgos que le son comunes a todas las culturas, es decir, aquellos as-
pectos que son universales.
Aun así, todas estas distintas teorías de la cultura no dejaron de abonar al concepto de “cultura” origi-
nal, es decir, aquel que se refiere a comunidades pequeñas que son posibles de abordar desde

soberanía del gobierno metropolitano. Gran parte de África y la totalidad de América fueron colonias de las potencias europeas du-
rante siglos, hasta que las guerras de independencia del siglo XIX y el proceso de descolonización auspiciado por las Naciones Unidas
inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial permitieron a los territorios ganar su independencia.
10
Mito fundacional o mito fundador (aition, "causa" en griego) es el mito que explica el origen de una polis; o también de cualquier
grupo, costumbre, creencia, filosofía, disciplina, idea o nación. Por ejemplo: la historia de Adán y Eva.
11
el contacto directo y a las cuales es posible abarcar como un todo, sin poder vincularlo a los
procesos geopolíticos, sociales y económicos en los que estaban transcurriendo.
La etapa imperialista del capitalismo y su dominio sobre las lógicas de investigación científica pro-
ducía la transformación genocida de las culturas que fueran descritas como “pre-capitalistas”. Se
afrimaba que, salvo Europa occidental, el resto de las sociedades del planeta son pre-capitalistas, no
capitalista, anteriores al estadío del capitalismo. Como el capitalismo era, para ellos, el modelo ideal,
estas sociedades debían emprender un camino natural de desarrollo hacia la sociedad capitalista.
Para mediados del siglo XX, se vuelve a revisar el concepto de “cultura”, pero desde su método: la
etnografía. Ésta había provocado una inmensa cantidad de trabajos de antropólogos europeos sobre
las extrañas costumbres de los “otros” y se proponía explicar, así, la diversidad de culturas que aún
existían. A partir de esa situación de “exterioridad”, el antropólogo defendía su objetividad.
“(Es así que) ...según Fanon, el proceso colonial operado sobre los países dependientes condujo a las
culturas colonizadas a un replegarse. A un reprimirse, ocultarse en sí mismas. Es decir, frente a la inva-
sión, que suponía la expoliación en todos los sentidos –desde lo económico hasta lo cultural-, los grupos
llamados etnográficos (Ghana, Argelia, Vietnam, etc.) se repliegan sobre sus propios patrones culturales,
de tal manera que dan al colonizador no su profundidad, sino la apariencia externa para poder convivir.”
(En Lischetti, pág. 35)

La pretensión de objetividad -señalada como norma del conocimiento científico a partir de las ciencias
naturales, es decir, desde el imperativo que ésta se impone de “corroborar” las afirmaciones para que
sean científicas- quedaba en tela de juicio a partir del hecho de que “los objetos de estudio” de la
Antropología se constituían como sujetos y, como tales, dejaban de ser aquello que los había definido.
Este camino es consecuencia de los procesos de descolonización que, para esta época, encontrarán
la posibilidad de concretarse (algunos con una tradición de lucha de resistencia de más de 100 años,
como se ha demostrado en el caso de Argelia y de la India). Lo que plantea Fanon es que el movi-
miento histórico que culmina en la descolonización es producto de las largas luchas de los pueblos
colonizados que, de este modo, superan los límites de lo decible y así “emergen” como sujetos de la
historia, es decir, le dan a la interpretación de la historia su propia visión.
El edificio de la objetividad de la cultura se derrumba estrepitosamente. Sólo a los fines de ilustrar
estos hechos vamos a considerar las ideas de dos grandes filósofos que caerán bajo la mirada de este
“nuevo sujeto”: Hegel y Kant, retomados por A. Argumedo:
“De esta forma, para Hegel, el desarrollo del espíritu universal deja de lado a América que, junto con
África y las islas del pacífico, son pueblos “naturales” para quienes la potencia (dynamis) que en el hombre
de occidente se transformó en energía creadora, se resuelve sin más en impotencia. Incapaces de alcan-
zar cualquier forma de civilización, impotentes para ser protagonistas de la historia universal, esa parte
de la humanidad se considera no-histórica, porque ‘la Mnemosine’ de la historia no dispensa su gloria a
los indignos’.” (Argumedo, pág. 29)

También Argumedo cita a Kant, señalando el parentesco de ideas entre los dos filósofos para dar
cuenta del “atraso de América”:
“Los aborígenes americanos son una raza débil en proceso de desaparición. Sus rudimentarias civiliza-
ciones tenían que desaparecer necesariamente a la llegada de la incomparable civilización europea. Y
así como su cultura era de calidad inferior, así quienes siguieron siendo salvajes lo fueron en grado sumo:
son las muestras más acabadas de falta de civilización … A los europeos les tocará hacer florecer una
nueva civilización en las tierras conquistadas … Mansedumbre e inercia, humildad y rastrera sumisión
frente al criollo y más aún frente al europeo, son el carácter esencial de los americanos, y hará falta un

12
buen lapso de tiempo para que el europeo consiga despertar en ellos un poco de dignidad.” (Argumedo,
pág. 29)

Según Esteban Krotz, que aborda el tema que venimos planteando:


“A su vez, en las crecientes comunidades antropológicas del Sur se extiende la conciencia de que ciertas
dificultades no tratadas en la bibliografía tradicional no son pasajeras o marginales, sino que tienen que
ver con la “utilización” de la antropología en situaciones donde los fenómenos socioculturales abordados
no son de la misma manera “otros” como en la antropología nacida en el Norte y donde las y los investi-
gadoras/es forman ineludiblemente parte de lo que estudian.” (Krotz, pág. 3)

Es así que lo que se transforma dentro de la Antropología se puede señalar en los siguientes 4 puntos
críticos:
a) “Una de las características que a primera vista distinguen a la Antropología ‘clásica’ en el Sur es
que, en el ámbito de esta última, los estudiosos y los estudiados son ciudadanos del mismo país.”
b) “Un aspecto crucial que distingue la mayoría de los países del Sur de los países originarios de la
Antropología es la valoración social del conocimiento científico en general y del conocimiento antropoló-
gico en particular. Mientras que la dominancia económica, política y militar de los últimos se basa de modo
creciente en la creación de conocimientos (y el control sobre los mismos), en los países del Sur no sólo
se importa la mayoría de los conocimientos científicos y tecnológicos considerados útiles, sino que incluso
se sustituyen conocimientos localmente generados y se bloquea la producción de éstos.”
c) Alteridades diferentes: en primera instancia esta idea señala que el “otro” no es en sí mismo otro,
sino que implica siempre a aquel que lo enuncia como tal. Esta relación entre nosotros y otros debe se-
ñalar desde qué posición se establece. Es por esto que la “otredad” que se veía como estructurante
pierde sentido cuando el que enuncia la otredad es el mismo “otro”.
d) “Los tres aspectos hasta ahora mencionados se condensan, en cierta medida, en el problema de
los ‘antecedentes’ de las antropologías del Sur actuales. Cuando se narran las biografías de las primeras
personas dedicadas desde fines del siglo XVIII de manera sistemática a la problemática cognitiva y prác-
tica de la diversidad cultural, cuando se analizan sus obras y se describen sus esfuerzos por crear circuitos
de comunicación con los demás especialistas en ciernes, se suele nombrar a los ciudadanos de las po-
tencias de entonces y de hoy ‘precursores’, mientras que cuando se trata de habitantes de los países del
Sur, éstos no pasan de ser simples ‘aficionados’.”

La producción de la Antropología se diversifica y ya no será posible encontrar un resumen de la defi-


nición de “cultura”, ésta será una tarea absolutamente titánica a la vez que improductiva.
Pero podemos señalar, como consecuencia fundamental de estos procesos históricos y políticos que
atropellaron a esa vieja prolijidad académica, que el sujeto (abstracto/universal) no es aquella expre-
sión dada, forjada en las estructuras, determinado por sus características identificatorias (de etnia, de
clase, de sexo, para ser tan limitados como las categorías). En las primeras corrientes críticas deno-
minadas posestructuralistas, se postula la idea de abandonar el sujeto “a priori”, dando entidad al
sujeto desde su propio discurso. La postura posestructuralista busca conceptualizar al sujeto como
performativo, es decir, no es una entidad existente a la que le pasan cosas, sino un agente activo
que puede modificar los sentidos sociales compartidos. Para darle el sentido que merece a todas esas
manifestaciones de luchas y de identidades históricas recuperadas desde diversos movimientos so-
ciales que se dan como expresión política a partir de la década del 80, se optó por denominar “período
poscolonial” al periodo posterior al estructuralismo. Es decir, y sin profundizar, nombrar la situación
colonial de alguna manera para dar cuenta de otra historia, para enfrentar al conocimiento anterior
señalándolo como colonial, es decir, no dejar de saber que el conocimiento generado en el Modelo

13
Antropológico Clásico fue parte del contexto imperial colonial, que sus actuales cuestionamientos se
desprenden de esa misma situación y se entienden en los contextos de descolonización. En la actua-
lidad, podemos encontrar producciones muy variadas en las que el debate al interior de la Antropología
fue permeado por diversas disciplinas sociales que reconocen la importancia de la cultura para los
procesos históricos y políticos y que, por eso mismo, critican la falacia a-histórica y a-social del con-
cepto.

Recorrido por escuelas

Escuela evolucionista

El concepto de “cultura” no surge sino hasta 1871, en que es planteado en el artículo “La ciencia de la
cultura” de Edward Tylor. El tema que preocupaba de modo central a los primeros interesados en las
ciencias de la cultura era conocer la “mentalidad de los primitivos”. ¿A qué se debía este interés?
Para Levy-Bruhl, que publica entre 1903 y 1938, “la mentalidad primitiva” difiere de la occidental no
por un grado mayor o menor de desarrollo, sino por una naturaleza cualitativamente distinta: considera
a esta mentalidad como pre-lógica, opuesta a la mentalidad "lógica" occidental.
Lewis Morgan (EEUU, 1818-1881) publica, en 1877, “La sociedad primitiva” y dice, acerca de la
condición “primitiva de la raza humana”, que el hombre avanzó del salvajismo a la civilización, me-
diante acumulaciones de la ciencia experimental.
La idea de la evolución no era nueva para los pensadores del siglo XIX sino que, por el contrario, en
el siglo XVIII (Ilustración)11, se modifica la visión estática que se tenía de la naturaleza y aparece el
concepto de “extinción” con el desarrollo de la Paleontología 12. Es en el desarrollo de la Biología que
se consolida la Teoría de la Evolución13:

11
La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual europeo (especialmente en Francia, Reino Unido y Alemania) se desarrolló
desde mediados del siglo XVIII hasta los primeros años del siglo XIX. Se denominó de este modo por su declarada finalidad de disipar
las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo,
como el Siglo de las Luces5 y del asentamiento de la fe en el progreso.
Los pensadores de la Ilustración sostenían que el conocimiento humano podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía para
construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos científicos, económicos, políticos y sociales de la época.
Este tipo de pensamiento se expandió en la burguesía y en una parte de la aristocracia, a través de nuevos medios de publicación y
difusión, así como reuniones, realizadas en casa de gente adinerada o de aristócratas, en las que participaban intelectuales y políticos
a fin de exponer y debatir acerca de ciencia, filosofía, política o literatura. A pesar de que la mujer en estos campos no ocupaba un
lugar equitativo en la sociedad, algunas de ellas se involucraron en este movimiento.
12
La paleontología (del griego palaios = antiguo, onto = ser, -logía = tratado, estudio, ciencia) es la ciencia natural que estudia e
interpreta el pasado de la vida sobre la Tierra a través de los fósiles. Al descubrirse huesos de especies que ya no existían, se pudo
establecer el concepto de extinción, la idea de que ciertas cosas que desaparecen gradualmente cesen o se acaben del todo (el ejemplo
más conocido es el de los dinosaurios).
13
La teoría de la evolución es como se conoce a un corpus, es decir, un conjunto de conocimientos y evidencias científicas que explican
un fenómeno: la evolución biológica. Esta explica que los seres vivos no aparecen de la nada y porque sí, sino que tienen un origen y
que van cambiando poco a poco. En ocasiones, estos cambios provocan que de un mismo ser vivo, o ancestro, surjan otros dos distin-
tos, dos especies. Estas dos especies son lo suficientemente distintas como para poder reconocerlas por separado y sin lugar a dudas.
A los cambios paulatinos se les conoce como evolución, pues el ser vivo cambia hacia algo distinto. La evolución está mediada por algo
llamado generalmente "selección natural", aunque este término es muy vago. Un término más correcto es la presión selectiva.
Con este nombre se entiende un factor que "presiona" estos cambios en una dirección. Por ejemplo, la sequedad de un desierto
presionará a todas las especies para tener una mayor resistencia a la deshidratación, mientras que los menos adaptados morirán y se
perderán en la historia. Los cambios evolutivos, como ya podemos deducir, suelen ser adaptativos, grosso modo, lo que implica que
adaptan a la especie según la presión selectiva que sufre (o la hace desaparecer para siempre).
14
“Hasta el Siglo XVIII, el
conocimiento del mundo
vivo se hallaba en un
estado de gran fragmen-
tación y el campo de estu-
dio no encontraba su
identidad. (…) Incluso la
naturaleza del proceso de
reproducción era oscura.
La Biología se constituye
como ciencia tardía-
mente, integrando el en-
foque taxonómico de Lin-
neo, que se sustenta en la
organización jerárquica
de los organismos ba-
sada en similitudes y dife-
rencias externas; los es-
tudios de anatomía com-
parada de Cuvier; el con-
cepto de reproducción in-
troducido por Buffon y el
eje del tiempo aportado por la visión histórica de Lamark, a principios del siglo XIX. Algo más tarde la
teoría celular y finalmente la teoría evolutiva de Darwin, terminan por consolidar, hacia mediados del siglo
XIX, un marco teórico para la nueva ciencia de la vida, que articulaba estos distintos enfoques.” (Alicia
Massarini, 79)

Los estudios evolucionistas que abarcan lo biológico, es decir, lo vivo, van a desarrollar los conceptos
de “especies” para clasificar las diferencias de los animales y las plantas, y el concepto de “raza” para
las diferencias entre los seres humanos.
En 1859, Darwin publica El origen de las especies, en donde explica que el mecanismo que él llama
de “selección natural” es el que produce las diferencias entre las especies, produciéndose ventajas
biológicas en aquellos individuos que son más aptos para adaptarse a la vida. Es decir, que la selec-
ción natural juega el papel decisivo en la lucha por la subsistencia.
Pero los antropólogos culturales no van a trabajar ni con el individuo ni con lo biológico y van a des-
acreditar la explicación de las diferencias por la raza. Para dar cuenta de las diferencias, Tylor ensaya
un concepto que contiene más que la vida (biológico), que abarca las formas de vivir, y así surge el
concepto de “cultura”:
"Aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costum-
bres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la socie-
dad."

Queda establecido, en este concepto de “cultura”, que hay hábitos y capacidades adquiridos por el
hombre en sociedad y no heredados biológicamente.

Teoría evolucionista de la cultura. Conceptos fundamentales

15
Evolución. Es el concepto central de esta escuela. El concepto de evolución no parece que sea muy
difícil, sin embargo, es muy complejo. En primera instancia, significa cambio, es decir, da por
sentado que nada queda inmutable en el mundo. Pero este cambio, además, tiene una dirección, en
la cual, si no intervienen otros factores, se cambia pasando de un estadio simple a uno complejo. Por
ejemplo: aquel problema central acerca de la “mentalidad primitiva” quedará explicado dentro del es-
tadio cultural menos evolucionado llamado salvajismo. (Ver Ley de los 3 estadios)
Unidad psíquica de la humanidad. Con este postulado, la Antropología resuelve un problema teórico
fundamental y
es condición
necesaria para
la consolida-
ción del con-
cepto de “cul-
tura”. En este
postulado, se
establece que
es imposible
explicar las di-
ferencias entre
los pueblos
como producto
de grupos bio-
lógicamente diferenciados (razas); señala que no hay ninguna forma de demostrar que la condición
biológica particular de un grupo determinado (por ende, transmitido por la herencia) predisponga a ese
grupo a tener ciertas características psíquicas, sociales o culturales. Lo que inaugura la unidad psí-
quica del género humano es la posibilidad de refutar la base biológica de esta explicación y, por lo
tanto, establecer la explicación de las diferencias en tanto producto de aspectos culturales. La “unidad
psíquica” determina que el género humano es uno solo, y como tal, como unidad, se desenvuelve
siempre de la misma manera: hacia el “desarrollo evolutivo”.

Ley de los 3 estadios. Esta ley es la que establece en qué grado de evolución se encuentra cada
cultura. Desarrollan 3 niveles o estadios: salvajismo, barbarie y civilización.
“(…) Ahora es posible asegurar, sobre pruebas convincentes, que el salvajismo precedió a la barbarie en
todas las tribus de la humanidad, como se sabe que la barbarie ha precedido a la civilización. La historia
de la raza humana es una en origen, una en experiencia, una en progreso.” (Morgan 1877, Ancient So-
ciety)

En este período, los antropólogos son hom-


bres blancos nacidos en las potencias im-
periales, que están trabajando con crónicas
de viajes o material de “segunda mano” que
describen las costumbres y capacidades
de las “tribus salvajes” de África, Asia y
Australia (aunque es importante considerar
que Lewis Morgan trabajó con los Iroqueses
en Estados Unidos).
16
Según la ley de los tres estadios, el nivel inferior de la cultura estará representado por las tribus sal-
vajes (pertenecientes a las colonias). Se caracteriza al salvajismo con una unificación de
sociedades nómadas que, por serlo, no desarrollan bienes y herramientas complejas para el
trabajo y la producción. El nivel intermedio, la barbarie, lo ocupan las sociedades que han
abandonado el nomadismo y que han desarrollado materiales propios de una cultura sedentaria (ce-
rámica, escritura, aldeas, etc.), pero que no expresan todavía mayores desarrollos tecnológicos. La
civilización sería el estadio de mayor evolución (únicamente representado por Europa) clara-
mente medido por el desarrollo industrial y científico.

Escuela funcionalista

En primera instancia, es necesa-


rio entender que el contexto en el
que se desarrolla la escuela fun-
cionalista es también el proceso
de colonización. La diferencia
entre la escuela evolucionista y la
funcionalista se encuentra, sobre
todo, en que en esta última se
sistematiza y fortalece un nuevo método de trabajo, la etnografía, que modificará el concepto de
“cultura”, al mismo tiempo que coincidirá con una reformulación en el sistema político colonial. En
este contexto, se pasa de una administración colonial directa (que ejerce dominio militar sobre la co-
lonia, que es administrada por funcionarios coloniales) a una administración colonial “indirecta” (en la
que el dominio será ejercido por líderes locales, que aplicarán las políticas del país colonizador). Los
trabajos etnográficos, producto de la estadía del antropólogo en la cultura colonizada, serán de gran
importancia para hacer efectivas las políticas impuestas.
Malinowsky (1884-1942) está considerado como uno de los primeros antropólogos que hicieron su
propia recopilación de datos estudiando a las culturas en su lugar de origen. El primer trabajo de campo
de Malinowski se desarrolla entre 1915 y 1918, en las Islas Trobriand de Nueva Guinea, en el Suroeste
del Pacífico. Malinowski critica el método utilizado por los evolucionistas y, por lo tanto, tampoco está
de acuerdo con el concepto de “cultura” que de ellos había resultado. Explica que, al comparar culturas
sumamente diferentes entre sí, los evolucionistas armaron un esquema de la evolución muy arbitrario,
que no contemplaba la verdadera función que la cultura tiene para cada sociedad. Es así que plantea
que lo que explica las culturas no es la evolución sino que es la función.
¿Qué función cumple la cultura? La de adaptar al grupo, la cultura es una respuesta social a las
necesidades básicas de supervivencia. Si cada cultura cumple con esta función, es imposible de-
ducir que existan culturas inferiores a otras. Para Malinowski, es un error entender que la falta de
elementos tecnológicos en una cultura sea equivalente a menor progreso. De este modo, Malinowski
establece que las culturas son diversas según cómo se hayan adaptado y no una sola en cons-
tante evolución.

17
Teoría funcionalista de la cultura. Conceptos fundamentales

Función. Este concepto indica que todo lo que tiene una función es una respuesta a una necesidad.
Para el funcionalismo, todo lo que existe cumple una función determinada y encaja, junto con otras
partes, en la integración total de lo que se compone.
Adaptación. Es el objetivo de toda función. Para el funcionalismo, la adaptación es lo que explica la
creación de todos los elementos de la cultura.
Necesidades. Las necesidades básicas o primarias originan la búsqueda de respuestas para su sa-
tisfacción. Estas son de supervivencia: alimento, bebida, abrigo, reproducción, etc. Las secundarias o
derivadas son aquellas necesidades que surgen una vez que las primarias están satisfechas.
Instituciones. Son la respuesta socialmente organizada a las necesidades. La caza colectiva para
alimento, las relaciones de parentesco para la reproducción, etc.
La cultura, para Malinowsky, sin embargo, no es una serie de instituciones superpuestas, sino que
éstas interactúan perfectamente en un todo integrado, como un organismo vivo.
De esta forma, se asienta una de las características centrales de la teoría funcionalista que supone
que para conocer la “función” en necesario no contemplar el transcurso del tiempo. Tal como se prac-
tica en los experimentos biológicos (disecciones), el estudio de las funciones de las partes del cuerpo
y su interrelación implica hacer “cortes transversales”. Para Malinowsky, el mejor modo de conocer y
estudiar las culturas es observándolas en su propio lugar, todo lo que una sociedad hace, pero sin
profundizar en el largo plazo, dado que lo histórico nos obliga a ver los cambios.

Escuela Particularismo Histórico

Esta escuela se desarrolla en Estados Unidos. Su referente indiscutido es Franz Boas (Alemania,
1858-1942).
Si bien en sus comienzos trabaja con la teoría de la cultura de Tylor, a raíz de su trabajo de campo en
Canadá con los Kwakiutl reúne gran cantidad de informes etnográficos y plantea las críticas al evolu-
cionismo. El primer cuestionamiento de Boas será al método comparativo de los evolucionistas y es-
tablece el método histórico:
“El evolucionismo tyloriano, por ejemplo, encontraba que las diferen-
cias entre primitivos y civilizados podrían cifrarse en la dualidad sin ra-
zón/razón, en la cual los pueblos no occidentales eran definidos como ‘pri-
mitivos’ al ser comparados con la propia cultura del científico. En franca
oposición a ese tipo de argumentaciones, Boas consideró que cada cultura
era cualitativamente diferente e históricamente particular, y encontró que
los intentos de explicar las culturas no occidentales en términos evolucio-
nistas eran una iniciativa etnocéntrica, además de errada en cuanto al
entendimiento acerca de la verdadera naturaleza de los fenómenos
culturales.” (Lischetti, Antropología. Pág. 147)

La pregunta inicial de la Antropología continúa trabajando:


“¿Hay diferencias mentales entre las razas? Recordemos que Herbert
Spencer atribuía a los salvajes falta de atención, y trató de documen-
tarlo con su diario de viajes. En esa época se realizaron los primeros
18
experimentos psicológicos transculturales. La Expedición Antropológica de Cambridge al Estrecho de To-
rres (1898-99), en la que participaron Haddon, Rivers - Rivers, Seligman, Ray, Myers, MacDougall y Wil-
kin, realizó mediciones psicométricas y antropométricas de los nativos de esas islas. No hallaron en
general diferencias significativas entre la agudeza sensorial de los indígenas y los europeos. Durante
la Exposición Universal de San Luis (1904), los psicólogos Woodworth y Bruner aprovecharon la pre-
sencia de ciudadanos de todo el mundo, incluidos muchos indígenas, para realizar pruebas de
agudeza sensorial y de inteligencia a una amplia muestra. Aunque inicialmente creyeron encontrar
algunas diferencias significativas en las capacidades mentales de los blancos y algunas ‘razas
inferiores’, con el paso del tiempo adoptaron una perspectiva antirracista similar a la de Boas, reinter-
pretando sus datos.” (Arturo Álvarez Roldán. Profesor de Antropología social de la Universidad de Gra-
nada)

Teoría de la cultura del Particularismo Histórico. Conceptos fundamentales

Debido a la importancia del método histórico en el estudio de la cultura particular, Boas rechaza la idea
de plantear una teoría unificada de la cultura; es decir, no cree que sea factible respetar las diferencias
culturales si se explica la cultura como una “ley uni-
versal”.
El Particularismo Histórico señala, a partir de sus crí-
ticas al evolucionismo, lo que denominará “etnocen-
trismo”, concepto fundamental para comprender
otro concepto de esta escuela, el “relativismo cul-
tural”.

Etnocentrismo. Se refiere a la perspectiva cen-


trada en la cultura propia, desde la que se mira a
otras diferentes. Esta perspectiva es normal a todas
las culturas, pero comprende un problema grave en
la teoría antropológica. Boas plantea que el único
modo de contrarrestar esta concentración en los va-
lores propios es dando a cada rasgo cultural su con-
texto particular e histórico, es decir, rechazando la
comparación.

Relativismo cultural. Este concepto de la teoría de


Boas está estrechamente relacionado con la his-
toria particular de cada cultura. Las diferencias entre
una cultura y otra son incomparables, dado que cada una responde a un proceso histórico particular.
Este proceso de una historia particular de la cultura explica la existencia o ausencia de rasgos cultu-
rales determinados.

Endoculturación. Al abordar el conocimiento de una cultura desde una perspectiva histórica particu-
lar, el trabajo de campo brinda al antropólogo el conocimiento de los mecanismos por los cuales se
transmite la cultura a las nuevas generaciones. A estos sistemas de transmisión interna de la

19
cultura se los denominó endoculturación. Este concepto, junto con el uso de la teoría freudiana,
dará origen a una nueva escuela antropológica orientada sobre todo por discípulos de Franz Boas.
El auge de la Antropología cultural es contemporáneo de la crisis mundial del capitalismo
(1929). Este solo hecho hubiera bastado por sí para engendrar en las ciencias sociales una inte-
rrogación que tuviera que ver con la historización problemática de su objeto, pero no fue así. En
su lugar las ciencias sociales y la Antropología en particular sufrieron el efecto de psicologiza-
ción que caracteriza a esta etapa. En realidad, el capitalismo norteamericano está constituido
como un espacio sin historia, su formación no ha sufrido el contrapeso del mundo antiguo y sí el
carácter ahistórico con que reviste las relaciones entre los hombres. (Alberti, Méndez Antropolo-
gía, psicología y psicoanálisis. Pág. 22).

Escuela Cultura y Personalidad

El planteamiento antropológico conocido como Cultura y Personalidad se desarrolló entre las dos
guerras mundiales, influenciado por el Psicoanálisis de Freud y la Antropología Cultural norteameri-
cana de Boas. De esta escuela, tenemos muchos y variados representantes. En general, se los con-
sidera los “discípulos de Boas” porque suscriben todas sus investigaciones en la escuela del Particu-
larismo Histórico tomando el “principio de la integración cultural”, propio de la Antropología Cultural
norteamericana.
Los exponentes más destacados serán Ruth Benedict, Margaret Mead, Ralfh Linton, Alfred Kroeber,
entre otros. En líneas generales, para toda esta escuela se plantea que existe una interrelación entre
las prácticas y creencias culturales y los sujetos individuales. Esta línea de trabajo hace hincapié
en el hecho de que la cultura se transmite y, por lo tanto, es posible encontrar la relación entre la
cultura y los individuos, y es posible también explicar la cultura desde esta relación. Por esto es que
el concepto de “endoculturación” adquiere gran importancia: se trata de los procesos sociales que
se encargan de transmitir las pautas de una cultura, sus valores, costumbres, creencias y explicacio-
nes acerca de la vida y el mundo. Dice Franz Boas:

“El desarrollo de la psicología fisiológica que trata necesariamente de determinantes orgánicos de las
funciones mentales ha dejado su huella sobre la psicología moderna y condujo a una relativa falta de
20
interés por la influencia de la experiencia de un individuo sobre su conducta. En años recientes las escue-
las conductistas y freudianas se han alejado de esta actitud unilateral.”

Es decir que si no se tiene en cuenta la experiencia para entender a la conducta, ésta queda reducida
al funcionamiento orgánico de un individuo.
En 1904, el biólogo ruso Iván Pavlov obtuvo el premio Nobel por sus investigaciones sobre la fisiología
de la digestión, estudiada principalmente en perros. Descubrió que si se toca una campana antes de
dar de comer a un perro, el animal adquirirá el reflejo de salivar cuando oye la campana, incluso si no
se le ofrece alimento a continuación. Esta observación supuso la importante incorporación de un ele-
mento psicológico en el estudio de los procesos fisiológicos. Por “conducta” entendemos una totalidad
organizada formando una unidad de experiencia con una unidad de significado, pero además toda
conducta es una pauta específica de relación interpersonal.
Pero el concepto central de esta escuela antropológica será el de "personalidad".

¿Qué es personalidad?
Para la Psicología: En condiciones habituales, cada persona no realiza la totalidad de las conductas
y de las estructuras posibles sino que organiza su personalidad sólo sobre el predominio de algunas
de ellas.
Para la Antropología: Es el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una
persona y que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes situaciones. Su constitución
está determinada por la cultura.
“La transmisión de la cultura de generación en generación no es únicamente la transmisión de una infor-
mación, sino que, básicamente, la cultura se transmite en la formación de la personalidad misma. Mead
estudió la formación de la personalidad por la Educación.” (Bleger, Pág. 273)

La educación se concibe como parte de un proceso en el que se comunica al niño la memoria cultural,
codificándola en forma de programas o mensajes que han de obrar sobre su conducta ulterior. Pero la
educación es una parte específica del proceso por el cual se transmite la cultura, llamado endocultu-
ración.
“Sobre la organización biológica que da la estructura necesaria para su formación, se construye gradual-
mente la personalidad del ser humano, incorporando en la relación con otros seres humanos los instru-
mentos y las normas de conducta. Aun existiendo la organización biológica necesaria, no hay desarrollo
humano sin experiencia social, sin relación interpersonal. Lo confirman los hallazgos de individuos que se
han criado en total aislamiento de los seres humanos, quienes no habían desarrollado el lenguaje ni otras
capacidades humanas.” (José Bleger, pág. 274)

Mead define como “personalidad” a aquella forma aprobada por la cultura. Por lo tanto, la “persona-
lidad desviante” se tratará de las personas que no manifiestan la personalidad aprobada por la cultura.
La endoculturación, entonces, va ligada a lo que denominamos "socialización" porque sólo es po-
sible trasmitir la cultura en sociedad. La socialización incorpora a los niños a la vida social. Nótese
la confluencia que en esta escuela se da entre la observación de las experiencias infantiles y la in-
fluencia de Freud. Los conceptos de “endoculturación” y de “relativismo cultural” van estrechamente
asociados puesto que una cultura no puede ser comparada con otra, porque cada una de ellas se
explica según sus propios procesos históricos de transmisión de la cultura.

21
Escuela estructuralista

No hay dudas de que, para la Antropología, el padre del estructuralismo es Claude Levy Strauss (1908
– 2009), antropólogo francés. Este autor introduce en las ciencias sociales el método estructuralista
creado por Saussure en la Lingüística, tradición retomada de los desarrollos de los formalistas rusos
como Trubetzkoy o Vladimir Propp.
Entre 1935 y 1939, dirige expediciones al Matto Grosso y la selva amazónica, donde desarrolló su
trabajo etnográfico con los indígenas Bororo, Nambikwara y otros comprendidos dentro de los Mbyá
guaraní. Una de las publicaciones más emblemáticas de estas estadías etnográficas será Tristes tró-
picos.

Teoría de la cultura del estructuralismo – Conceptos fundamentales


Para el estructuralismo, la Cultura sólo puede ser entendida a través de la determinación de una es-
tructura. Aunque al principio nos parezca sencillo, la estructura no se define por ser un firme conte-
nedor de elementos. Es justamente esta idea de estructura la que Levy Strauss cuestiona.
Para este autor, la Cultura se comporta igual que el Lenguaje, dado que ambos son estructuras in-
conscientes.
“En esta perspectiva los fenómenos sociales se definen, pues, como lenguaje: las conductas, las institu-
ciones, las tradiciones, son mensajes que yo puedo des-
codificar. Cuando se trata de mi propia sociedad esta des-
codificación es automática e inconsciente y la cultura
constituye entonces mi ‘experiencia vivida’. Cuanto más
extraña es la cultura que observo, tanto más contrastante
resulta la experiencia del mundo social.” (Eliseo Verón,
pág. 17)

Para el análisis lingüístico, no son los elementos que inte-


gran la palabra los que tienen significado, sino que las que
aportan el significado son las leyes por las cuales estos
elementos se combinan. Por ejemplo: si yo digo “sol”,
comparto con ustedes que la “s” + la “o” + la “l” (en ese
orden) significan sol.

22
Todos nos entendemos rápidamente no porque compartimos un conjunto de palabras para nombrar a
cada cosa, sino porque compartimos las leyes gramaticales que ordenan los elementos de tal modo
que todos logramos entender su significado.
Si sólo tomara los elementos por separado, s – o – l, no sólo no obtengo significado sino que también
puede ser arbitrario el orden en que los combino: por ejemplo, los puedo ordenar de la siguiente ma-
nera: “los”, y la palabra que se forma posee otro significado. Esto quiere decir que el contenido no es
la estructura, la estructura es la que produce el significado y esa estructura es un conjunto de
leyes de relaciones que son inconscientes.
“La actividad lingüística es una actividad simbólica. Al articular los conceptos, la lengua se convierte en
vehículo del pensamiento. Desde esta perspectiva Lévi-Strauss funda la antropología estructural, afir-
mando que la cultura es un sistema de comunicación que se rige por el intercambio de palabras, mujeres
y bienes materiales.” (Beatriz Bacco)

Lo esencial es ese intercambio porque da cuenta de qué reglas son las que determinan las relaciones
de los elementos de la Cultura, al igual que en el lenguaje. Para Levy Strauss, en la Cultura hay una
función simbólica que debe ser interpretada a la luz de una estructura inconsciente.
¿De qué manera, entonces, podemos entender a la Cultura como Estructura?
“(Levy Strauss) …concibió a los sistemas de parentesco como sistemas de símbolos, afirmando de este
modo la posibilidad y el derecho que asistía a la antropología de desprenderse de lo que Levy Strauss
denomina ‘la sociología tradicional’, para concebir sus objetos en términos de relaciones y afirmar la vali-
dez de investigar la sociedad, el arte, el matrimonio, el intercambio o el mito como sistema de signos,
‘como sistemas que aspiran también a la significación, pero cuyo valor de significación resulta parcial,
fragmentario o subjetivo’.” (El análisis estructural, pág. 8)

Busca esos términos de relaciones en cada cultura que estudia, sin dar preponderancia a los elemen-
tos por separado. Busca cómo está ordenado un conjunto en particular, en relación con los significados
sociales, en relación con los intercambios que produce. A partir del estudio de las variaciones cultu-
rales concretas, encontrará lo invariante, es decir, aquello que es universal en la “humanidad”.
“Tomando como punto de partida el interrogante sobre dónde termina la naturaleza y comienza la cultura,
analiza -y luego descarta- los argumentos que tienen relación con un supuesto comportamiento pre-cul-
tural del hombre y con la continuidad filogenética. Su originalidad consiste en ubicar entre la naturaleza
y la cultura: la regla. Dirá así: ‘Sostenemos que todo lo que es universal en el hombre corresponde al
orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que esté sujeto a una
norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y lo particular’.” (Beatriz Bacco)

Para Levy Strauss, la prohibición del incesto es la primera regla de la cultura porque es una norma
que origina el pasaje de la naturaleza a la cultura. Como es una regla, la primera, la entiende como la
instancia fundante de la sociedad, es decir, subyace a todos los aspectos que explicarían el compor-
tamiento social, indicando de qué modo sí deben y de qué modo no deben relacionarse los integrantes
al interior del grupo.
Tal como señalamos en varias oportunidades, la pretensión ininterrumpida del concepto de “Cultura”
será explicar el comportamiento humano (en general se lo analiza en términos de “conducta”) como
aprendido y, por lo tanto, rechazar la idea de que el comportamiento social sea heredado según as-
pectos biológicos o “instintos”. En esta perspectiva, la “prohibición del incesto” ha sido entendida como
una indicación cultural sobre un instinto natural que se ocupa de lograr la distribución de las mujeres
para garantizar la descendencia. En este sentido, queremos dejar señalado que es muy importante
conocer esta preocupación teórica para estudiar, más adelante, otro problema sustancial (la posibilidad
23
de mejorar la descendencia a través de políticas de intervención –esterilización, prohibición de matri-
monio, etc.-) que confluirán en la teoría eugenésica.
Para Levy Strauss toda clasificación es mejor que la ausencia de ésta porque sin clasificación no hay
orden para el mundo real o, lo que es lo mismo, no hay capacidad humana para percibir y comprender
ese mundo en el que vive. La importancia que para la Antropología tiene la clasificación tiene que ver
con que
“Cada sociedad ordenada clasifica, necesariamente, no sólo a sus miembros humanos, sino también a
los objetos y a los seres de la naturaleza, unas veces según sus dominantes psíquicas, otras veces según
su utilidad alimenticia, agraria, industrial, productora o consumidora.” (L. Strauss, El pensamiento salvaje,
pág. 235)

En la relación Cultura - Lenguaje …

Es así que el “arreglo conceptual de las cosas” o “principios de clasificación de la realidad” invo-
lucran tanto el Lenguaje como la Cultura y el Pensamiento. Esta área de trabajo se nutre de las
investigaciones realizadas por lingüistas como Saussure y Benveniste. La discusión se centra en dos
posturas opuestas:
a) las cosas del mundo real son percibidas por todos los seres del mismo modo (es decir que hay un
reflejo de la realidad en la percepción) y después las diferentes culturas nombran esa realidad perci-
bida; o, por el contrario,
b) la percepción de las cosas del mundo real es diferente según la cultura que la observa, constituyén-
dose en las diferentes categorías lingüísticas.
En la época de la Ilustración, se consideró el lenguaje como una creación de la razón, su función era
la expresión del pensamiento y la comunicación. Esta idea, sin embargo, dejaba sin explicar qué peso
tenía la cultura en la lengua, por lo que fue cada vez más importante investigar cómo la cultura, a
través de la lengua, afecta la manera en que pensamos.
Hipótesis Sapir-Worf:
“Las personas observan de acuerdo con lo establecido por sus respectivas lenguas maternas, es decir, la
lengua propia lleva a ver el mundo de forma diferente a aquellos que hablan otras lenguas.” (Schut, Baaw,
pág. 5)
A partir de esta hipótesis, se plantea que existe una interconexión entre Cultura-Lengua-Cognición.
“Worf descubrió que la lengua Hopi no tiene ninguna expresión gramatical de tiempo como en las lenguas
europeas sino que expresan el aspecto de validez. Los hablantes europeos necesitan pensar en el tiempo
al conjugar un verbo, a los Hopi no les importa el tiempo sino la prueba que afirma lo que están diciendo.”
(Schut, Baaw, pág. 5)

Esto implicaba pensar que, si la lengua determina la visión de mundo, la conciencia estaría formada
por la lengua materna. El evolucionismo del siglo XIX había degradado a las lenguas no escritas al
considerarlas “primitivas”, pero desde las investigaciones de Franz Boas se había cuestionado esa
actitud como etnocéntrica, demostrando que las “lenguas nativas” son tan sistemáticas y lógicas como
la europea. Con Levy Strauss, quedó demostrado lo siguiente:
“Durante largo tiempo, nos hemos complacido en citar esas lenguas en que faltan los términos para ex-
presar conceptos tales como los de árbol o de animal, aunque se encuentren en ellas todas las palabras
necesarias para un inventario detallado de las especies y de las variedades.” (L. Strauss, El pensamiento
Salvaje, pág. 11)

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Whorf plantea:
“Nosotros discernimos la naturaleza según las líneas trazadas por nuestra lengua de origen. Es falso creer
que las categorías y los tipos que nosotros extraemos del mundo de los fenómenos, los encontremos ahí
porque salten a los ojos de todos los observadores; al contrario, el mundo se presenta en un flujo calei-
doscópico de impresiones que debe ser organizado por nuestro pensamiento (y esto significa, sobre todo,
por el sistema lingüístico que está presente en nuestro pensamiento).”

Los estudios antropológicos continuaron realizándose en América Latina atravesados por dos proble-
mas principales: 1. la multiplicación de las “sub-disciplinas” (Antropología Política, Médica, Urbana,
Lingüística, etc.), que a partir de grandes áreas temáticas o configuración de problemas concretaron
nuevos “objetos de estudio, y 2. un desarrollo importante de trabajos de investigación que permane-
cieron en la tensión de la discusión entre lo Universal – lo particular ligada al Relativismo cultural.
En los últimos 20 a 30 años, sin embargo, las investigaciones buscarán salir del relativismo cultural
porque ya no responde a los problemas teóricos ni metodológicos planteados en las ciencias sociales
por la emergencia de los “nuevos sujetos sociales”.
Las corrientes teóricas que trabajarán en torno al “sujeto político” lo harán cuestionando y/o revisando
la misma categoría de “sujeto”.

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Momentos constitutivos de la Antropología en Europa y en Estados Unidos, en los que se desarrolla-
ron teorías que fueron dominantes y que definieron y explicaron de distintas maneras el quehacer
antropológico.

Teorías Objeto Método Técnicas


Primera etapa
Evolucio- Diferencia cul- inventarios /
(fin del siglo 1 sola cultura Comparativo
nismo tural encuestas
XIX)
Funciona-
Segunda lismo, Particu-
etapa larismo histó- Diversidad Relativismo observación
varias culturas
(entre guerras, rico y Cultura cultural (inductivo) participante
1918-1939) y personali-
dad
Desigualdad
Tercera etapa Comparati-
Estructura- cultural, multi-
(después de vismo / rela- extraña-
lismo y Post- Desigualdad culturalismo,
2da. Guerra tivismo (for- miento / in-
estructura- cultural pluricultura-
Mundial, des- malización / terpretación
lismo lismo, intercul-
pués de 1945) deducción)
turalidad

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Anexo: esquemas y diagramas de apoyo al estudio

Línea del tiempo

Cronología de la Revolución Industrial

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