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RESUMEN TEMA 3.

- LIBERALISMO Y
NACIONALISMO 1789-1870

6.- ¿ QUÉ ES EL LIBERALISMO?

El conjunto de transformaciones ideológicas y políticas que se produjeron en Europa y América, entre el


último tercio del siglo XVIII y el final del Imperio Napoléonico conformaron lo que conocemos por
liberalismo.

El término liberalismo sirve para identificar un conjunto de ideas que fueron la base de los sistemas
políticos creados por las revoluciones burguesas del siglo XIX . Los principios básicos del liberalismo
son los siguientes:

 Libertad individual aplicada a todos los ámbitos de la vida: económico, político, religioso, de
pensamiento… sin coartar la libertad de los demás.
 Sistema parlamentario, asentado en la separación de poderes y la soberanía de la nación. Para el
liberalismo la Constitución es la norma fundamental de una sociedad.

7.- LAS REVOLUCIONES LIBERALES ( 1820-1848)

A pesar de que el sistema de la Restauración intentaba frenar los intentos revolucionarios similares al
francés, se produjo en esta época una oleada de revoluciones liberales ( 1820, 1830 y 1848) que
supusieron la quiebra de este sistema y pusieron fin al absolutismo.

7.1.- Las revoluciones de 1820 y 1830

Durante la Restauración , los liberales pasaron a la clandestinidad y se organizaron en sociedades secretas


como los masones, que era el grupo más importante, o los carbonarios italianos o decembristas rusos.
Estas sociedades preconizaban, defendían, la insurrección contra el absolutismo y confiaban en que el
pueblo se levantaría contra el régimen aponyándoles también.

Entre 1820 y 1824 se produjo una primera oleada revolucionaria que provocó la quiebra, en ese momento,
en el sistema de la Restauración. Los lugares donde triunfaron fueron España, Portugal, Nápoles y el
Piamonte. En ellos, se abrió un corto periodo liberal que fue sofocado por las fuerzas absolutistas.
Muchos liberales fueron detenidos, ejecutados y otros se marcharon exiliados.

Entre 1829-1839 se produjo una segunda oleada revolucionaria a la que se unió el pueblo. Se inició en
Francia en 1830 y significó el derrocamiento de los Borbones y la implantación de una monarquía
constitucional, con Luis Felipe de Orleans. El caso francés se extendió a otros países europeos como
Bélgica que consiguió la independencia de Holanda. El intento independentista de Polonia no fructificó.

Se puede decir que, a finales de la década de 1830, se fue imponiendo en Europa occidental el
liberalismo, pero un liberalismo moderado en el que la burguesía conservadora se consolidó como clase
dominante a la vez que la aristocracia mantenía su poder económico a cambio de renunciar a sus
privilegios estamentales.

7.2.- La experiencia democrática y social: 1848


La revolución de 1848 puso fin definitivamente al sistema de la Restauración. Esta nueva revolución tuvo
sus causas en las reformas insuficientes de 1830 y en el empeoramiento de las condiciones de vida de los
obreros que se habían deteriorado con el desarrollo del capitalismo.

Pero esta revolución no se dio en toda Europa de forma homogénea, por ejemplo, en Rusia no supuso la
abolición del feudalismo.

Empezó en París cuando el gobierno de Luis Felipe de Orleans restringió las libertades. Se produjo una
insurrección popular, el asalto al Palacio Real, la huída del rey y la proclamación de la República. El
nuevo gobierno provisional que se organizó aprobó una serie de reformas políticas y sociales bastante
progresistas: sufragio universal masculino, supresión de la esclavitud, abolición de la pena de muerte y la
intervención del Estado en economía creándose los Talleres Nacionales que daban trabajo a mucha gente.

Una vez celebradas las elecciones, el gobierno, más moderado esta vez, procedió al cierre de los Talleres
Nacionales y la supresión de las reformas iniciadas. Como respuesta a esta actuación se produjo una
insurrección popular que fue aplastada por el ejército. La burguesía necesitaba un gobierno fuerte que
garantizase el funcionamiento de un régimen liberal frente a las aspiraciones, mucho más sociales, del
pueblo. Así, con Napoleón III ( sobrino de Napoleón I), se proclamó el Segundo Imperio y la burguesía
consiguió su objetivo.

En 1848 se completó la revolución burguesa y se inició el protagonismo de las fuerzas sociales populares.
Además, ésta abrió el camino del liberalismo a la democracia.

8.- LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS NACIONALES

Según el pensamiento liberal, la nación es un conjunto de ciudadanos ligados por una historia, una lengua
y una cultura comunes, pero, sobre todo, por la voluntad de vivir juntos. Otras corrientes definieron la
nación como un alma espiritual, que nunca cambiaba y eterna, que se manifestaba en una lengua y una
cultura, y que iba más allá que el deseo individual y voluntad de los ciudadanos.

Con el paso de los años, la uniformización de mercados, de pesos, medidas, códigos, etc se fue dando en
toda Europa para satisfacer las necesidades de la industria y el capitalismo, pero esta uniformización fue
un proceso más o menos conflictivo dependiendo de las diferentes nacionalidades. Por ejemplo, en el caso
de Portugal o Dinamarca, las naciones se correspondían con la frontera política de los Estados. Pero, en el
caso de España, Gran Bretaña o Francia, los nuevos estados incorporaban diferentes nacionalidades
político-culturales y el proceso de unificación fue más complejo. En el caso de Europa Central, los
desajustes entre nacionalidad y fronteras políticas fue mucho más grave.

Así, el objetivo de los movimientos nacionalistas era la independencia y autonomía de sus naciones con
respecto a un poder político extranjero.

8.2.- Los primeros movimientos nacionalistas ( 1820-1830)

Grecia: estaba sometida al Imperio Turco. En 1820 inició su insurrección independentista de contenido
liberal. Delegados de toda Grecia se reunieron en el Congreso de Epidauro y proclamaron la
independencia en 1822, pero esta no fue aceptada por los turcos hasta 1829. Para que esto fuera posible,
Francia, Gran Bretaña y Rusia ayudaron a los griegos, no tanto porque simpatizaran con su causa, sino
porque les interesaba debilitar al Imperio Turco para conseguir la libre circulación por el Bósforo.

Bélgica: tras un proceso de guerra civil con Holanda y gracias a la ayuda francesa, se independizó. En
1831 se formó un gobierno provisional reconocido por las potencias occidentales y en 1839, la monarquía
constitucional belga fue reconocida por Holanda.
8.3.- La unificación de Italia

En 1815, Italia estaba dividida en diversos estados desiguales, algunos de los cuales estaban bajo el
dominio de Austria. En la década de 1830, se había formado un movimiento de afirmación nacional
( nacionalista) el Risorgimento, que tuvo una primera expresión en la idea de unificación defendida por
Giuseppe Mazzini y la organización Joven Italia, que planteaba la creación de una república democrática,
unitaria y laica que llegaría mediante la insurrección popular.

Tras la oleada revolucionaria de 1848-1849, la continuidad del dominio de Austria y la fragmentación de


Italia siguieron igual. Sólo en le Piamonte se consolidó un estado constitucional bajo la monarquía de los
Saboya. Según su jefe de gobierno, Cavour, la unificación de Italia sería posible gracias a la
consolidación del Piamonte, un estado moderno, fuerte e industrializado.

Sin embargo, la unidad italiana se consiguió utilizando ambas estrategias: la moderada de Cavour y la
radical que proponía Mazzini. Por un lado, Cavour consiguió derrotar a los austriacos gracias a la ayuda
francesa y anexionar la Lombardía y los Estados Centrales. También, con la cesión de Niza y Saboya a
Francia, consiguió que se reconociera el nuevo reino de Italia. Por otro lado, Giuseppe Garibaldi, que
seguía las tesis de Mazzini, emprendió la conquista del sur. Aunque Garibaldi era republicano, con el fin
de no dividir el movimiento nacionalista, cedió al rey Víctor Manuel II las conquistas realizadas,
reconociéndole como rey de Italia en 1861.

La unificación italiana se completó con la anexión del Véneto y la conquista de los Estados Pontificios en
1870.

8.4.- La unificación de Alemania

Desde finales del siglo XVIII se fueron estableciendo los elementos del nacionalismo alemán, reforzado
por el romanticismo del siglo XIX, así se inició un proceso que conduciría a la unificación del Estado-
nación alemán.

El Congreso de Viena había establecido una Confederación germánica que aglutinaba 39 estados, con la
presencia de dos poderosas potencias, el reino de Prusia y el Imperio austriaco. El primer paso hacia la
unificación fue la creación del Zollverein, una unión aduanera, en 1834 que estableció, en esta
Confederación, la libre circulación comercial.

Durante la revolución de 1848, se formó un Parlamento en Frankfurt, con representantes de los diferentes
estados, que ofreció la Corona de la posible Alemania unificada al rey de Prusia, Federico Guillermo IV.
Pero, Otto von Bismark, canciller prusiano, tenía otra estrategia, no tan diplomática, para conseguir la
unificación alemana partiendo de la supremacía ( el mayor poder) económica y militar de Prusia. Dicha
estrategia comportó una guerra con Dinamarca que supuso la anexión de los ducados de Schleswig y
Holstein; otra guerra contra Austria a la que derrotó en 1866; y una guerra contra Francia, la cual acabó
con el Imperio de Napoleón III y facilitó el nacimiento del Imperio Alemán. Además, de anexionarse el
Imperio Alemán, Alsacia y Lorena ( que pertenecían a Francia).

Esta victoria militar culminó con la formación del Segundo Reich y con el nombramiento de Guillermo I
como emperador en 1871.

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