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Introducción
En
el
presente
articulo
se
ha
de
reflexionar
la
relación
que
existe
entre
los
conceptos
de
memoria
y
patrimonio
cultural
inmaterial
(PCI),
teniendo
como
base
el
concepto
de
territorio,
sus
diversas
perspectivas,
implicaciones,
al
saber
que
este
se
encuentra
estrechamente
relacionado
con
el
PCI,
en
una
relación
de
coexistencia,
que
se
puede
tornar
compleja
a
partir
de
los
múltiples
actores
(sociales,
recursos
naturales,
económicos,
culturales)
que
hacen
parte
de
esta
relación.
Como
bien
se
ha
concluido
desde
las
posturas
de
la
UNESCO,
el
Patrimonio
Cultural
goza
de
inmaterialidad,
cuando
hace
referencia
a
practicas
y
expresiones
culturales
donde
lo
determinante
no
es
el
fin
el
ultimo
que
puede
llegar
a
ser
material,
sino
el
conocimiento
y
el
proceso
(oficios
tradicionales
artesanales
–
artesanía),
el
cual
reside
y
es
portado
por
personas,
quienes
han
asumido
la
responsabilidad
de
recibirlo
y
entregarlo.
Para
efectos
de
comprender
como
se
vincula
la
memoria
al
PCI,
es
impórtate
comenzar
por
no
establecer
esa
disyuntiva
entre
material
e
inmaterial,
conocimiento
y
objeto,
sino
al
contrario
saber
que
la
permanencia
del
uno
depende
del
otro,
razón
por
la
cual
los
dos
son
igual
de
importantes
y
uno
mas
que
otro.
El
PCI
se
debe
al
conocimiento
tradicional
y
esté
a
la
existencia
de
la
memoria,
hecho
que
la
constituye,
en
un
factor
demasiado
importante
para
el
Patrimonio,
razón
por
la
cual
será
estudiada
desde
las
posturas
de;
Maurice
Hallbwachs
(Memoria
colectiva),
Aby
Warburg
(Memoria
visual),
Pierre
Nora
(Lugares
de
la
memoria)
y
Aleida
y
Jan
Assmann
(Memoria
Cultural),
bajo
el
entendido
que
no
existe
una
tesis
hegemónica
de
cómo
se
construye
la
memoria,
sino
al
contrario
todas
son
complementarias.
Con
el
propósito
de
identificar
como
hacen
presencia
los
diversos
tipos
de
memoria,
se
tendrá
como
marco
de
referencia
dos
1
Esta
reflexión
hace
parte
de
la
construcción
del
Estado
del
Conocimiento
de
mi
tesis
doctoral,
la
cual
tiene
1
dinámicas
diferentes,
primero
la
cultura
culinaria
en
Perú,
la
cual
le
ha
merecido
un
reconocimiento
mundial.
Un
análisis
preciso
sobre
como
surge,
se
construye,
se
transmite
la
memoria,
en
función
del
conocimiento
tradicional
que
constituye
el
PCI,
habrá
de
permitir
llevar
a
cabo
mejores
procesos
de
investigación
y
por
ende
estrategias
de
salvaguardia.
Territorio
Consideramos
fundamental
partir
de
este
concepto
en
le
medida
que
el
PCI,
depende
de
un
territorio,
pero
a
su
vez
lo
constituye,
los
dos
permanecen
en
una
relación
de
coexistencia,
por
un
lado
el
espacio
geográfico
suministra
elementos
para
la
conformación
de
practicas
culturales,
y
por
el
otro
estas
expresiones
se
vuelven
patrimonio
cultural
que
territoriliza
y
brinda
rasgos
de
la
identidad
cultural.
El
concepto
de
territorio,
se
ha
sabido
construir
y
deconstruir
desde
las
diferentes
ciencias
sociales
y
aun
las
biológicas,
cuestionando
la
llamada
territorialidad
y
la
tangibilidad
del
mismo.
La
geografía
siempre
ubico
un
territorio
en
un
lugar
plenamente
demarcado
y
hegemónico;
lo
cierto
es
que
aún
puede
verse
desde
esa
perspectiva,
pero
esta
no
es
la
única,
el
territorio
hoy
se
volvió
múltiple,
diverso
y
ante
todo
subjetivo
de
quien
lo
concibe,
lo
toma,
lo
apropia,
lo
comparte,
lo
crea;
perspectivas
planteadas
por
la
Geografía
Humana
y
cada
una
de
sus
ramificaciones
(Geografía:
Cultural,
Urbana,
Política,
Económica,
etc),
(Sanchez, 2012).
El
territorio
o
aquello
que
llama
Auge,
el
lugar
antropológico2
en
su
texto
de
“Los
no
lugares”
(2008);
es
analizado
constantemente
y
tiene
como
punto
de
partida
el
espacio,
el
cual
puede
ser
físico
o
efímero
según
se
considere,
espacio
unido
a
un
actor
que
lo
territorializa
en
la
medida
que
lo
reconoce
y
lo
concibe
como
un
territorio.
Territorio,
territorialidad,
multiterritorialidad
y
desterritorialidad,
son
términos
que
hoy
se
deben
vincular
a
cualquier
proceso
social,
es
imperante
su
comprensión,
“…para
las
ciencias
naturales
el
territorio
sería
el
área
de
influencia
y
dominación
de
una
especie
animal,
la
cual
lo
domina
de
manera
más
intensa
en
el
centro
y
va
reduciendo
esta
intensidad
en
la
medida
en
que
se
aproxima
a
la
periferia,
donde
compite
con
dominios
de
otras
especies,
las
ciencias
sociales
incorporan
el
concepto
de
territorio
para
la
especie
humana
como
el
espacio
de
dominación,
propiedad
y/o
pertenencia,
de
los
individuos
o
las
colectividades,
sean
éstas
naciones,
estados
o
pueblos,
es
decir,
2
“Reservaremos
el
término
"lugar
antropológico"
para
esta
construcción
concreta
y
simbólica
del
espacio
que
no
podría
por
sí
sola
dar
cuenta
de
las
vicisitudes
y
de
las
contradicciones
de
la
vida
social
pero
a
la
cual
se
refieren
todos
aquellos
a
quienes
ella
les
asigna
un
lugar,
por
modesto
o
humilde
que
sea…Estos
lugares
tienen
por
lo
menos
tres
rasgos
comunes.
Se
consideran
(o
los
consideran)
identificatorios,
relaciónales
e
históricos….”
(Auge,
2008)
2
como
espacio
sometido
a
unas
relaciones
de
poder
específicas...”
(Correia, 1996),
esta
tesis
al
verla
desde
la
perspectiva
de
Focault,
pone
en
evidencia
el
poder
como
un
factor
de
territorialización
o
construcción
del
territorio.
Esta
construcción
se
puede
realizar
de
numerosas
maneras,
para
lo
cual
Gustavo
Montañez
y
Ovidio
Delgado
(1998)
presentan
diversas
consideraciones
relevantes
sobre
el
análisis
y
la
concepción
del
territorio
dependiendo
las
relaciones
que
se
formen
en
el
espacio
y
como
se
territorializa3;
este
hecho
permite
comprender
el
territorio
como
algo
construido
y
como
es
imposible
concebir
un
territorio
sin
un
proceso;
pero
aún
más
allá,
las
diversas
maneras
como
el
ser
humano
crea
territorios,
desde
relaciones
sociales,
culturales,
ejercicio
del
poder,
el
conocimiento,
la
apropiación,
el
movimiento,
la
identidad.
Para
Milton
Santos
tal
vez
uno
de
los
mayores
teóricos
del
territorio,
este
tiene
implicaciones
históricas
y
por
lo
tanto
culturales
al
ser
la
“…base
constante
y
necesaria
de
la
vida
social,
que
se
manifiesta
en
todo
periodo
de
la
historia
humana
como
depositario
de
las
condiciones
de
existencia
de
cualquier
población…el
uso
de
esa
base
territorial
depende
de
las
relaciones
entabladas
por
la
sociedad
en
cada
momento...”
(Robert, 2014).
Por
lo
tanto
es
preciso
tener
una
perspectiva
histórica,
de
tiempo,
para
poder
comprender
un
territorio,
pero
además
es
preciso
saber
que
esté
está
conformado
por
múltiples
sistemas,
fracciones,
niveles,
los
cuales
se
encuentran
articulados
y
funcionan
por
medio
de
flujos
que
los
interconectan,
y
operan
por
medio
de
redes
y
a
su
vez
sistemas
(Santos, 1986);
los
cuales
están
compuestos
por
actores
vivos
e
inertes,
que
existen
en
función
de
una
red-‐sistema
como
lo
platea
la
teoría
del
actor
red
(TAR)
(Latour, 2008)la
cual
nos
ha
de
permitir
comprender
los
procesos
de
permanencia
de
la
memoria
en
las
comunidades.
Entonces
si
los
territorios
son
históricos,
estos
se
han
sabido
constituir
a
través
de
los
años
y
de
las
generaciones
que
han
hecho
tránsito
por
ellos
y
han
determinado
la
existencia
de
estos,
proceso
que
se
debe
ver
desde
la
perspectiva
de
Braudel
(1968),
quien
propone
ver
los
hechos
históricos
bajo
el
concepto
de
"duraciones",
para
de
esta
manera
poder
categorizar
de
una
forma
histórica
las
expresiones
culturales
y
de
esta
manera
comprenderlas.
Esta
mirada
de
territorio
va
más
allá
de
lo
3
“1.
Toda
relación
social
tiene
ocurrencia
en
el
territorio
y
se
expresa
como
territorialidad.
El
territorio
es
el
escenario
de
las
relaciones
sociales
y
no
solamente
el
marco
espacial
que
delimita
el
dominio
soberano
de
un
Estado.
2.
El
territorio
es
un
espacio
de
poder,
de
gestión
y
de
dominio
del
Estado,
de
individuos,
de
grupos
y
organizaciones
y
de
empresas
locales,
nacionales
y
multinacionales.
3.
El
territorio
es
una
construcción
social
y
nuestro
conocimiento
del
mismo
implica
el
conocimiento
del
proceso
de
su
producción.
4.
La
actividad
espacial
de
los
actores
es
diferencial
y
por
lo
tanto
su
capacidad
real
y
potencial
de
crear,
recrear
y
apropiar
territorio
es
desigual.
5.
En
el
espacio
concurren
y
se
sobreponen
distintas
territorialidades
locales,
regionales,
nacionales
y
mundiales,
con
intereses
distintos,
con
percepciones,
valoraciones
y
actitudes
territoriales
diferentes,
que
generan
relaciones
de
complementación,
de
cooperación
y
de
conflicto.
6.
El
territorio
no
es
fijo,
sino
móvil,
mutable
y
desequilibrado.
La
realidad
geosocial
es
cambiante
y
requiere
permanentemente
nuevas
formas
de
organización
territorial.
7.
El
sentido
de
pertenencia
e
identidad,
el
de
conciencia
regional,
al
igual
que
el
ejercicio
de
la
ciudadanía
y
de
acción
ciudadana,
solo
adquieren
existencia
real
a
partir
de
su
expresión
de
territorialidad.
En
un
mismo
espacio
se
sobreponen
múltiples
territorialidades
y
múltiples
lealtades” (Montañez & Delgado, 1998)
3
tangible,
lo
geográfico,
lo
natural
(montañas,
ríos,
valles,
asentamientos
humanos,
puentes,
caminos,
cultivos,
paisajes),
busca
reconocer
lo
intangible,
las
relaciones
socioculturales,
la
historia,
los
conocimientos
tradicionales,
las
practicas
ancestrales,
todo
aquello
que
ha
coexistido
con
lo
tangible,
por
lo
tanto
el
reconocer
un
territorio
será
el
resultado
de
leerlo
en
detalle
e
interpretar
las
marcas
que
le
han
sabido
dejar,
las
comunidades.
Territorialidad
Es
una
noción
que
proviene
del
territorio
y
para
comprenderlo
es
preciso
tomar
como
marco
de
referencia
a
Rogelio
Haesbaert 4
(2007),
quien
considera
que
la
“territorialidad
es
el
concepto
utilizado
para
enfatizar
las
cuestiones
de
orden
simbólico-‐cultural.
Territorialidad,
además
de
la
aceptación
genérica
o
sentido
lato,
donde
es
vista
como
la
simple
“cualidad
de
ser
territorio”,
es
muchas
veces
concebida
en
un
sentido
estricto
como
la
dimensión
simbólica
del
territorio”;
por
lo
tanto
cuando
hacemos
referencia
a
la
territorialidad,
ponemos
sobre
la
escena
el
carácter
simbolico
del
territorio
el
cual
depende
de
las
relaciones,
representaciones,
objetos,
expresiones
y
construcciones
culturales
que
tienen
los
grupos
sociales,
las
cuales
son
constitutivas
de
la
identidad
cultural
de
tales
grupos
sociales
y
a
su
ves
del
o
los
territorios.
Según
la
postura
de
Haesbaert,
todo
territorio
ha
de
portar
siempre
de
“forma
indisociable,
una
dimensión
simbólica
o
cultural
en
sentido
estricto,
y
una
dimensión
material,
de
naturaleza
predominantemente
económico-‐política”
(2007),
para
este
caso
nos
hemos
de
concentrar
en
la
dimensión
simbólica
o
cultural,
la
cual
esta
compuesta
por
el
PCI.
Patrimonio
Cultural
Cuando
se
habla
de
patrimonio
cultural
se
hace
referencia
a
una
categoría
empleada
con
el
fin
de
establecer
¿Qué
es?
y
¿Qué
se
considera?,
patrimonio;
a
sabiendas
que
tanto
las
expresiones
culturales,
como
los
objetos
y
lugares
con
implicaciones
simbólicas
y
representaciones
culturales
ya
existían
antes
de
emplearse
tal
categoría.
Por
lo
tanto
para
comprender
el
uso
de
este
concepto
es
necesario
remitirnos
a
la
conferencia
de
la
UNESCO (1972),
donde
además
de
presentar
el
“patrimonio
natural”,
se
determinó
el
“patrimonio
cultural”5;
ahora
bien
esta
definición
recoge
4
“Rogerio
Haesbaert
es
un
geógrafo
humano
brasileño
se
centró
en
los
conceptos
de
territorio
y
región.
En
sus
estudios,
Haesbaert
analiza
la
interrelación
de
territorialización
y
desterritorialización,
la
territorialidad
y
la
identidad
,
operando
con
los
autores
modernos
como
Gramsci
y
postestructuralistas
como
Foucault
y
Gilles
Deleuze.
Los
temas
que
lugares
Haesbaert
tienen
implicaciones
para
la
geopolítica
tradicional,
ya
que
trabaja
con
una
concepción
inspirada
en
Gramsci
y
Bourdieu,
amplía
su
concepción
del
poder
(también
simbólico)
y
por
lo
tanto
el
territorio
(que
incluye
microterritorial,
un
enfoque
de
Foucault).”
“-‐
Los
monumentos:
obras
arquitectónicas,
de
escultura
o
de
pintura
monumentales,
elementos
o
estructuras
de
carácter
arqueológico,
5
inscripciones,
cavernas
y
grupos
de
elementos,
que
tengan
un
valor
universal
excepcional
desde
el
punto
de
vista
de
la
historia,
del
arte
o
4
ampliamente
las
variables
que
componen
la
cultura
de
un
grupo
social
y
que
como
se
menciono
anteriormente
son
constitutivos
de
un
territorio,
las
huellas
o
marcas
que
han
quedado
con
el
tiempo,
esta
primera
definición
de
la
década
de
los
70
se
concentra
en
los
elementos
de
carácter
material,
edificaciones,
monumentos,
lugares,
entre
otros.
La
“Convención
de
Mexico
sobre
las
políticas
culturales”,
presento
un
avance
en
la
concepción
de
cultura
y
a
su
ves
de
patrimonio,
al
ir
mas
alla
de
lo
material
y
vincular
los
elementos
no
materiales,
aquellos
valores
de
la
cultura
que
son
expresiones,
tradiciones,
entre
otras;
desde
allí
se
comenzo
a
reconocer
lo
que
daria
paso
a
la
categoria
de
“patrimonio
inmaterial”;
la
definición
de
patrimonio
cultural
que
se
consigna
en
la
Convención
es
la
siguiente:
“El
patrimonio
cultural
de
un
pueblo
comprende
las
obras
de
sus
artistas,
arquitectos,
músicos,
escritores
y
sabios,
así
como
las
creaciones
anónimas,
surgidas
del
alma
popular,
y
el
conjunto
de
valores
que
dan
un
sentido
a
la
vida.
Es
decir,
las
obras
materiales
y
no
materiales
que
expresan
la
creatividad
de
ese
pueblo:
la
lengua,
los
ritos,
las
creencias,
los
lugares
y
monumentos
históricos,
la
literatura,
las
obras
de
arte
y
los
archivos
y
bibliotecas”. (Unesco, 1982)
En
la
Convención
de
la
Unesco
de
19896,
se
centro
el
debate
y
las
conclusiones
en
torno
a
las
expresiones
de
orden
colectivo
que
eran
vistas
como
“popular
o
folclóricas”
o
lo
que
en
la
antropología
clásica
era
llamada
“cultura
baja”7;
por
lo
tanto
se
definió
la
“Cultura
Tradicional
y
Popular”
como
“…el
conjunto
de
creaciones
que
emanan
de
una
comunidad
cultural
fundadas
en
la
tradición,
expresadas
por
un
grupo
o
por
individuos
y
que
reconocidamente
responden
a
las
expectativas
de
la
comunidad
en
cuanto
expresión
de
su
identidad
cultural
y
social;
las
normas
y
los
valores
se
transmiten
oralmente,
por
imitación
o
de
otras
maneras.
Sus
formas
comprenden,
entre
otras,
la
lengua,
la
literatura,
la
música,
la
danza,
los
juegos,
la
mitología,
los
ritos,
las
costumbres,
la
artesanía,
la
arquitectura
y
otras
artes.”
(Unesco,
1989)
Pero
es
solo
hasta
el
año
de
2003
en
la
Convención
de
Patrimonio
Cultural
Inmaterial,
donde
se
dio
como
resultado
una
nueva
y
más
amplia
concepción
del
“patrimonio
cultural”
reconociendo
que,
“…el
patrimonio
cultural
no
se
limita
a
monumentos
y
colecciones
de
objetos,
sino
que
comprende
también
tradiciones
o
expresiones
vivas
heredadas
de
nuestros
antepasados
y
transmitidas
a
de
la
ciencia.
-‐
Los
conjuntos:
grupos
de
construcciones,
aisladas
o
reunidas,
cuya
arquitectura,
unidad
e
integración
en
el
paisaje
les
dé
un
valor
universal
excepcional
desde
el
punto
de
vista
de
la
historia,
del
arte
o
de
la
ciencia.
-‐
Los
lugares:
obras
del
hombre
u
obras
conjuntas
del
hombre
y
la
naturaleza
así
como
las
zonas,
incluidos
los
lugares
arqueológicos
que
tengan
un
valor
universal
excepcional
desde
el
punto
de
vista
histórico,
estético,
etnológico
o
antropológico.”
(UNESCO,
1972)
6
“Recomendación
sobre
la
Salvaguardia
de
la
Cultura
Tradicional
y
Popular”
7
Es
importante
saber
que
el
debate
de
cultura
baja
y
alta,
ya
no
es
preciso
y
que
se
habla
de
una
sola
cultura.
5
nuestros
descendientes…”
y
contemplo
que
el
Patrimonio
Cultural
Inmaterial
(PCI)
está
compuesto
por
“…los
usos,
representaciones,
expresiones,
conocimientos
y
técnicas
junto
con
los
instrumentos,
objetos,
artefactos
y
espacios
culturales
que
les
son
inherentes,
que
las
comunidades...”
y
que
además
se
manifiesta
en
diferentes
ámbitos
como
son
lo
siguientes:
“a)
tradiciones
y
expresiones
orales,
incluido
el
idioma
como
vehículo
del
patrimonio
cultural
inmaterial;
b)
artes
del
espectáculo;
c)
usos
sociales,
rituales
y
actos
festivos;
d)
conocimientos
y
usos
relacionados
con
la
naturaleza
y
el
universo;
e)
técnicas
artesanales
tradicionales”
(Unesco,
2003).
Como
resultado
de
esta
convención
se
entendió
la
relevancia
del
PCI,
para
preservar
la
diversidad
cultural
del
mundo
y
por
lo
tanto
sus
identidades,
partiendo
de
la
premisa
que
el
conocimiento
portado
por
las
personas
en
una
colectividad
o
individualidad
es
uno
de
los
mayores
tesoros
a
proteger
y
salvaguardar,
conocimiento
que
hace
presencia
día
tras
día,
gracias
a
la
existencia
de
la
memoria;
donde
la
responsabilidad
recae
en
las
mismas
comunidades
o
personas
portadoras
de
esta.
Tanto
el
patrimonio
cultural
material
como
inmaterial
y
el
natural
hacen
parte
de
las
identidades
de
los
pueblos,
y
en
algunos
casos
es
imposible
que
estén
separados;
pero
además
son
elementos
constitutivos
de
un
territorio,
bajo
la
acción
de
la
apropiación
o
dominación
que
ejerce
un
grupo
social
sobre
un
espacio.
Por
lo
tanto
el
PCI
existe
gracias
a
las
personas
portadoras
de
todos
los
conocimientos
de
las
tradiciones,
saberes,
técnicas,
prácticas
y
costumbres,
que
viven
en
la
medida
que
se
transmiten
por
medio
de
la
memoria
al
resto
de
la
comunidad,
siempre
buscando
que
esa
transmisión
se
presente
de
generación
en
generación.
Por
otra
parte
el
patrimonio
cultural
material
es
una
muestra
del
pasado,
y
del
presente
bajo
el
entendido
que
no
solo
es
patrimonio
aquello
que
es
antiguo,
sino
aquello
que
goza
de
una
valoración
y
reconocimiento
y
también
hace
parte
de
la
memoria
de
un
pueblo;
pero
su
existencia
es
solo
es
posible
bajo
la
construcción,
elaboración,
conformación,
por
parte
de
grupos
sociales
quienes
los
emplearon;
construcciones,
lugares
u
objetos
como
elementos
de
su
cotidianidad,
rasgos
de
la
identidad
cultural,
que
dependen
en
la
mayoría
de
ocasiones
de
las
características
del
espacio
geográfico
–
territorio.
Los
lugares
y
edificaciones
arqueológicas
de
comunidades
precolombinas,
como
Chichenitza
en
la
península
de
Yucatan,
MachuPichu
en
la
ceja
de
selva
peruana,
la
puerta
de
Tiahuanaco
en
Bolivia,
están
ubicados
a
partir
de
las
condiciones
astronómicas,
sus
materiales
dependen
del
entorno,
y
si
bien
hoy
se
constituyen
en
lugares
turísticos,
en
su
momento
cumplieron
funciones
ceremoniales,
6
espacios
convertidos
en
territorios
a
partir
de
una
apropiación
por
parte
de
grupos
sociales.
Para
este
caso
es
imposible
desligar
el
patrimonio
material
del
inmaterial
y
es
que
estos
lugares
no
hubieran
existido
sin
un
conocimiento
tradicional
que
permitiera
determinar
su
ubicación,
técnicas
constructivas
y
además
las
practicas
culturales
que
determinaron
su
existencia.
Desde
una
perspectiva
no
tan
antigua,
la
ciudades
de
América
Latina,
que
se
erigieron
entre
el
siglo
XVI
y
XIX,
las
cuales
hoy
reconocemos
como
coloniales,
deben
su
construcción
a
una
serie
de
conocimientos
y
técnicas
artesanales
en
madera,
manejo
de
la
tierra
como
bareque,
tapia
pisada,
adobe,
hierro
forjado,
piedra
(cantería),
los
cuales
permitieron
erigir
los
diversos
centros
históricos.
Ademas
las
iglesias,
conventos
y
capillas
doctrineras,
estuvieron
relacionadas
con
el
proceso
de
evangelización
de
la
Iglesia
Católica,
el
cual
estuvo
acompañado
de
una
serie
de
rituales
y
practicas
culturales
que
hoy
se
reconocen
como
patrimonio
cultural
inmaterial,
por
ejemplo
la
Semana
Santa
de
Popayan
(Colombia),
patrimonio
mundial.
En
este
caso,
existe
una
relación
de
coexistencia
entre,
patrimonio
material
mueble
e
inmueble,
e
inmaterial;
las
iglesias
son
elementos
de
partida,
los
nazarenos
o
personas
que
portan
las
andas
con
las
esculturas
de
los
santos,
han
mantenido
la
tradición
por
mas
de
400
años
y
hoy
le
brindan
un
rasgo
de
la
identidad
cultural
a
la
ciudad.
Hoy
en
día,
lugares
como
el
paisaje
agavero
en
México
gozan
de
una
declaratoria
de
paisaje
cultural,
donde
los
dos
tipos
de
patrimonio
se
cruzan,
pero
además
son
determinantes
para
la
conformación
del
territorio,
bajo
un
ejercicio
de
dominación
desde
un
vector
económico.
Encontramos
las
ruinas
industriales
de
producción
de
tequila,
la
modificación
del
paisaje
natural,
por
los
cultivos
de
agave
azul,
la
distribución
de
edificaciones
a
partir
de
las
necesidades
industriales,
pero
el
elemento
determinante
para
la
existencia
de
todo
lo
mencionado
es
la
practica
artesanal
e
industrial
de
elaborar
el
tequila,
la
cual
depende
de
un
conocimiento
tradicional
que
es
de
carácter
inmaterial,
el
conocimiento
de
la
naturaleza
en
el
caso
de
la
biodiversidad,
el
cual
en
un
comienzo
fue
de
carácter
indígena,
luego
se
traslado
a
los
mestizos
y
hoy
luego
de
mas
de
500
años
hace
presencia
y
es
el
responsable
de
la
existencia
del
Tequila
y
este
a
su
vez
de
uno
de
los
rasgos
culturales
de
México.
Tanto
en
el
ejemplo
precolombino
y
arqueológico,
como
el
colonial
de
centros
históricos,
hasta
el
del
paisaje
cultural
agavero,
no
interesa
presentar
la
relación
de
los
tipos
de
patrimonio
y
no
una
disyuntiva
dentro
de
ellos,
los
cuales
han
configurado
territorios
desde
una
apropiación
que
se
lleva
a
cabo
por
medio
de
practicas
socioculturales,
económicas,
productivas,
de
grupo
sociales,
pero
esta
relación
no
es
en
una
sola
vía,
es
doble
porque
el
espacio
desde
sus
características
geográficas,
7
ambientales,
topográficas,
bióticas,
ha
otorgado
elementos
constitutivos
de
las
grupos
sociales
y
a
su
ves
de
su
identidad
cultural,
Memoria
Es
un
concepto
que
se
estudia
desde
múltiples
ciencias,
por
eso
es
preciso
tener
una
perspectiva
amplia
de
lo
que
es
la
“memoria”,
el
cual
está
claramente
vinculada
tanto
a
la
biología
al
estudiar
las
conexiones
neuronales,
como
al
dialogo
cotidiano
y
la
tradición,
visto
desde
la
historia,
la
antropología,
y
la
sociología,
por
ende
desde
todos
los
Estudios
Culturales.
Los
debates
en
torno
a
este
concepto
no
han
sido
pocos,
por
lo
cual
se
han
presentado
desde
el
siglo
XX,
algunas
teorías
en
torno
a
la
construcción
de
memoria
siendo
las
más
representativas:
Memoria
Colectiva
de
Maurice
Hallbwachs,
Mnemosine
Memoria
visual
de
Aby
Warburg,
Lieux
de
memoire
o
Lugares
de
la
Memoria
de
Pierre
Nora
y
Memoria
Cultural
de
Aleida
y
Jan
Assmann.
Ahora
bien
cada
quien
a
desarrollado
su
tesis
definiendo
elementos
en
común
y
discrepancias.
Pero
dejando
en
claro
que
la
Memoria,
está
ligada
al
recuerdo
que
transita
por
ella
y
la
acción
de
olvidar
la
cual
afecta
directamente
a
los
anteriores;
son
conceptos
que
se
encuentran
directamente
relacionados,
desde
lo
individual
hasta
lo
colectivo,
además
“…se
ha
llegado
al
consenso
que,
recordar
se
debe
ver
como
un
proceso,
los
recuerdos
como
el
resultado
y
la
memoria
como
una
habilidad
o
estructura
cambiante”
(Erll,
2012).
Todo
ser
humano
cuando
se
encuentra
en
una
situación
buscará
tomar
decisiones,
las
cuales
en
ocasiones
vendrán
desde
un
acumulado
de
conocimientos
resultado
de
diversos
tipos
de
aprendizajes,
que
responden
a
la
construcción
de
una
memoria
individual,
donde
según
Certeau
(2000),
“…este
conocimiento
está
hecho
de
muchos
momentos
y
de
muchos
elementos
heterogéneos.
No
cuenta
con
un
enunciado
general
y
abstracto,
ni
con
un
lugar
propio.
Es
una
memoria
cuyos
conocimientos
son
inseparables
de
los
momentos
de
su
adquisición
y
desgranan
las
singularidades
de
ésta”,
en
el
momento
que
se
necesita
se
recuerda,
se
apropia
y
se
emplea,
para
de
esta
manera
desde
la
memoria
poder
tomar
decisiones
que
logren
el
objetivo
del
individuo,
esta
acción
de
recordar,
de
emplear
la
memoria
se
lleva
a
cabo
desde
lo
cotidiano,
dada
en
la
ocasión,
es
fortuita
y
corresponde
a
recuerdos
que
se
han
adquirido
sea
en
el
vivir
del
día
a
día,
espontaneo
y
casual
o
corresponden
al
resultado
de
un
proceso
mnémico,
planeado,
construido
y
previamente
determinado.
8
Maurice
Hallbwachs,
considera
que
la
Memoria
es
Colectiva,
su
postulado
se
encuentra
en
“Los
Marcos
Sociales
de
la
Memoria”;
donde
en
términos
concisos
plantea
que
“todo”
recuerdo
personal
constituye
una
memoria
colectiva,
si
bien
es
cierto
la
memoria
se
construye
desde
marcos
sociales
como
la
familia,
los
amigos,
la
escuela,
los
grupos
sociales,
ceremonias
y
eventos,
no
es
posible
considerar
esta
postura
como
la
única
y
hegemónica.
Por
lo
tanto
es
preciso
comprender
que
el
recuerdo
puede
hacer
tanto
referencia
a
la
memoria
individual
como
a
la
de
un
grupo,
dependiendo
su
origen
y
uso.
El
aporte
de
esta
autor
es
significativo
en
la
medida
que
traza
un
escenario
donde
se
constituye
la
memoria.
Ahora
bien
a
la
memoria
colectiva
le
ataña
la
tradición
oral,
la
cual
según
Burke
(2009),
en
su
ejercicio
y
“permanencia”,
permite
el
concentrar
y
entregar
en
la
oralidad
grandes
contendidos
de
conocimientos
y
saberes,
de
generación
en
generación,
para
lo
que
es
necesario
la
concentración,
dedicación,
tiempo
y
un
esfuerzo
mental
por
parte
de
las
comunidades
y
los
portadores,
este
grado
de
compromiso
solo
se
puede
entender
en
la
medida
que
se
reconoce
que
la
construcción
de
memoria
es
vital
para
la
existencia
de
un
territorio,
una
comunidad
y
su
identidad
cultural,
por
lo
tanto
se
“…piensa
que
este
propósito
es
de
carácter
estructural.
Algunos
teóricos,
como
Durkehim
consideran
que
el
propósito
en
la
creación
y
trasmisión
de
la
tradición
oral
se
haya
sistemática
y
dependientemente
relacionado
con
la
reproducción
de
la
estructura
social…”
(Halbwachs,
1952),
esta
reproducción
desde
el
ejercicio
de
la
memoria
colectiva,
la
considera
Halbwachs
es
selectiva,
en
la
medida
que
son
pertinentes
y
vitales
para
las
comunidades,
los
conocimientos
y
prácticas,
a
sabiendas
que
son
los
actores
quienes
experimentan,
aprenden
y
recuerdan,
pero
la
comunidad
es
quien
establece
de
todo
aquello,
que
debe
hacer
parte
de
la
memoria
colectiva
y
el
modo
como
se
conmemora
y
aun
mas
como
se
transmite.
Esos
marcos
sociales
están
determinados
por
un
ser
social,
por
las
personas
que
nos
rodean
y
las
acciones
colectivas
desde
la
básica
como
hablar,
pasando
por
una
ceremonia
religiosa,
hasta
el
práctica
de
cocinar.
El
conocimiento
se
transmite
en
la
interacción
con
el
grupo
y
es
este
quien
media
que
tipo
de
actividad
es,
desde
variables
como
tiempo,
pertinencia,
alcance,
participación,
apropiación,
etc;
donde
la
memoria
colectiva
depende
de
la
individual
“«el
individuo
recuerda
en
la
medida
que
se
asume
la
perspectiva
del
grupo,
y
la
memoria
del
grupo
se
hace
real
y
se
manifiesta
en
las
memorias
individuales»
(Hallbacks),…Sus
portadores,
son
un
grupo
cuyo
recuerdo
es
fuertemente
valorativo
y
jerarquizarte.
Una
de
las
funciones
centrales
del
relacionarse
con
el
pasado
en
el
ámbito
de
las
memorias
colectivas
es
la
construcción
de
la
identidad.”
(Erll,
2012).
9
Para
el
caso
de
Aby
Warburg,
su
tesis
se
ha
de
enmarcar
dentro
de
“la
Mnemosine,
y
su
Memoria
visual”.
Él
consideraba
que
las
imágenes
conformaban
la
memoria
visual
y
cultural
del
hombre,
“Warburg
se
esforzó
en
sus
escritos
por
dar
un
nombre
a
la
infinita
amalgama
de
experiencias
que
pensaba
haber
encontrado
en
las
imágenes.
Para
él,
el
Atlas
Mnemosyne
se
había
convertido
en
un
teatro
de
la
memoria
de
la
experiencia
humana”,
(Warburg, 2005).
Esta
postura
reconoce
en
las
imágenes
la
posibilidad
del
volver
al
pasado,
imágenes
que
funcionan
como
símbolos
como
anclajes
de
la
memoria,
si
bien
es
cierto
Warburg
desarrolla
su
tesis
en
torno
a
la
historia
del
arte,
se
podrá
extender
en
pleno
al
ser
humano
en
la
medida
que
él
vive
en
medio
de
símbolos
y
a
partir
de
ellos.
Estos
símbolos
e
imágenes
tienen
la
capacidad
de
construir
y
activar
la
memoria,
además
los
reconoce
como,
“…«engramas»
culturales
o
«dinamogramas»,
que
almacenan
energía
mnémica
y
que
están
en
capacidad
de
volver
a
descargarse
en
circunstancias
históricas
cambiantes
o
en
los
lugares
más
apartados”
(Erll,
2012).
Estos
símbolos
constituyen
el
legado
de
las
generaciones
y
tiene
un
alto
contenido
de
energía
cultural,
al
ser
concebidos
como
rasgos
de
la
cultura,
esta
existe
al
encontrarse
en
la
memoria
que
transportan
los
símbolos;
llamándola
“Cultura
visual
colectiva”,
la
cual
es
inminentemente
de
carácter
social,
al
hacer
parte
de
una
colectividad.
Esta
postura
centrada
en
los
símbolos
de
las
imágenes,
pondrá
la
mirada
y
dará
relevancia
al
lado
material
de
la
cultura,
al
ser
este
quien
tenga
la
posibilidad
de
hacer
tránsito
de
generación
en
generación.
Pierre
Nora.
Lieux
de
memoire
o
Lugares
de
la
memoria;
ha
de
centrar
su
construcción
de
memoria,
en
los
lugares
del
recuerdo
(loci),
aquellos
que
por
las
circunstancias
propias
del
día
a
día,
y
partir
de
las
relaciones
con
el
ser
humano
han
sido
parte
de
eventos,
acciones,
actividades
que
constituyen
la
memoria
de
un
colectivo,
son
lugares
que
por
si
mismos
aluden
a
recuerdos.
Los
lugares
de
la
memoria,
están
entonces
ligados
a:
“…Lugares
geográficos,
edificios,
monumentos
y
obras
de
arte,
personajes
históricos,
aniversarios,
textos
filosóficos
y
científicos,
actos
simbólicos,
etc”
(Erll,
2012).
Esta
postura
es
empleada
por
Auge
(2008),
quien
ve
en
los
monumentos8
desde
una
perspectiva
etimológica,
la
expresión
material
de
la
permanencia
en
el
tiempo,
por
medio
de
un
objeto
que
constituye
un
lugar.
8
La
palabra
monumento
viene
del
latín
monumentum.
Esta
palabra
está
formada
por
un
sufijo
instrumental
-‐mentum
y
la
raíz
men-‐
/monque
está
presente
en
verbos
como
monere
(advertir,
recordar),
mens
(mente),
o
memoria,
entre
otros
muchos
vocablos
latinos.
Es
por
eso
que
un
monumento
es
un
medio
para
el
recuerdo
o
la
memoria
de
cualquier
cosa.
En:
http://etimologias.dechile.net/?monumento
10
Auge
presenta
el
“Lugar
antropológico”,
con
el
fin
de
desde
la
alteridad
reconocer
un
“No
lugar”;
el
primero
presenta
3
características,
son
identitarios,
relacionales
e
históricos.
La
carga
mnémica
que
porta
un
lugar
es
el
resultado
de
conjugar
la
identidad
y
las
relaciones
que
se
suscitan
allí,
las
cuales
cargan
de
una
huella
mnémica
a
este
lugar,
brindándole
su
característica
histórica.
Tanto
una
comunidad,
como
un
individuo
tienen
la
capacidad
de
otorgar
la
noción
de
loci
a
un
lugar
y
volverlo
lugar
de
la
memoria.
Nora,
reconoce
que
“los
lugares
del
recuerdo”
tiene
3
dimensiones:
Material,
Funcional
y
Simbólica;
las
cuales
les
han
de
permitir
establecer
una
relación
con
el
pasado
y
la
identidad
cultural
(Erll,
2012).
Aleida
y
Jan
Assmann,
reconocen
la
memoria
como
cultural.
Esta
tesis
logra
precisar
de
una
manera
amplia
y
metódica,
la
relación
entre
la
cultura
y
la
memoria,
dejando
en
claro
que
la
reunión
del
pasado
y
el
presente,
por
medio
de
la
memoria
al
recordar,
permite
identificar,
establecer
y
definir
una
identidad
cultural,
la
cual
puede
ser
de
orden
individual
o
colectiva,
es
el
recuerdo
cultural
insumo
en
la
construcción
colectiva
de
una
identidad.
Se
reconocen
dos
ámbitos:
“…Memoria
comunicativa,
y
Memoria
cultural,
teniendo
diferencias
fundamentales
en
los
medios,
estructura
temporal
y
portadores
de
la
memoria.
La
Memoria
Comunicativa,
surge
por
la
interacción
cotidiana;
su
contenido
son
las
experiencias
históricas
de
los
contemporáneos
y,
por
eso,
siempre
se
refiere
solo
a
un
horizonte
temporal
limitado…Los
contenidos
de
la
memoria
cambian
y
no
se
le
otorgan
ningún
sentido
fijo.
Cualquier
individuo
es
considerado
igualmente
competente
para
recordar
e
interpretar
el
pasado.
La
Memoria
Cultural
es,
por
el
contrario,
un
recuerdo
presente
que
está
asociado
con
objetivaciones
fijas,
que
es
altamente
artificial
y
que
se
representan
en
ceremonias,
sobre
todo
en
la
dimensión
temporal
y
cultural
de
las
celebraciones.
Lleva
consigo
un
inventario
fijo
de
contenidos
y
creaciones
de
sentido,
para
cuya
continuación
e
interpretación
se
forman
especialistas
(sacerdotes,
chamanes
o
archivistas).
Su
objetivo
de
estudio
son
acontecimientos
de
un
pasado
lejano,
que
son
vistos
por
la
agrupación
como
fundantes.”
(Erll,
2012).
Un
haz
de
características
principales
fija
le
uso
del
concepto
de
memoria
cultural
(Cf.
Assmann,
1998:13-‐15)
1.
Concreción
de
la
identidad.
Esto
significa
que
los
grupos
sociales
forman
una
memoria
cultural
a
partir
de
la
cual
derivan
su
identidad
cultural.
11
2.
Reconstructividad.
Se
refiere
a
que
todo
recuerdo
parte
del
presente:
la
memoria
cultural
es
un
constructo
retrospectivo.
3.
Moldeabilidad.
Primer
rasgo
distintivo
que
sirve
para
diferencia
el
ámbito
de
la
memoria
comunicativa,
del
ámbito
de
la
memoria
cultural.
La
memoria
cultural
depende
de
la
continuidad
de
sentido
que
se
logra
por
medio
de
formas
y
medios
de
expresión
fijos.
4.
Organizabilidad.
Esto
designa
la
institucionalización
de
la
memoria
cultural
y
el
que
sus
portadores
sean
especialistas
o
profesionales
al
servicio
del
recuerdo.
5.
Carácter
obligatorio.
La
memoria
cultural
tiene
un
carácter
obligatorio
del
cual
se
deduce
una
clara
perspectiva
axiológica
y
un
grado
de
relevancia
para
el
grupo.
6.
Reflexibilidad.
La
memoria
cultural
refleja
el
mundo
vital
del
grupo,
la
imagen
que
tiene
de
si
mismo
y,
en
ultimas,
al
grupo
mismo.
Aleida
Assmann,
establece
una
diferenciación
dentro
dela
memoria
cultural,
una
memoria
funcional
y
otra
memoria
de
almacenamiento...”se
llama
a
la
memoria
funcional
“memoria
viva”,
ésta
está
compuesta
por
elementos
cargados
de
significado,
que
pueden
ser
configurados
para
que
formen
una
historia
coherente
y
que
se
caracterizan
por
su
“relación
con
el
grupo”,
su
selectividad,
su
contenido
axiológico,
y
su
orientación
hacia
el
futuro.
La
memoria
de
almacenamiento
es,
por
el
contrario,
la
memoria
pasiva,
una
masa
amorfa
de
elementos
que
son
neutrales
en
cuanto
al
significado
y
que
están
desarticulados
entre
si”
(Erll, 2012).
Por
lo
tanto,
el
pasado
vivido
es
el
origen
del
recuerdo,
pero
su
vez
el
pasado
es
el
resultado
del
recuerdo
en
el
presente,
lo
cual
determina
que
la
identidad
además
de
partir
de
lo
vivido,
depende
del
presente,
del
cómo
se
adoptan
y
apropian
esos
recuerdos
en
el
hoy,
en
el
ahora.
Ahora,
sea
memoria
comunicativa
o
cultural,
son
el
soporte
de
la
conformación
de
una
identidad
colectiva,
dejando
en
claro
que
esta
ha
de
ser
la
consecuencia
de
un
complejo
sistemas
de
relaciones
sociales;
las
cuales
junto
con
las
prácticas
culturales
constituyen
a
la
comunidades,
las
cuales
según
Burke
(2007),
dependen
del
“poder
de
la
memoria,
la
imaginación
y
los
símbolos”,
y
al
referirnos
a
la
memoria
es
necesario
ir
más
allá
del
recuerdo,
comprender
las
anteriores
perspectivas
de
cómo
se
concibe
y
reproduce
la
memoria
en
una
comunidad
y
como
este
hecho
está
determinado
por
el
territorio
y
sus
características.
La
memoria,
imaginación
y
símbolos,
son
muestra
del
pasado,
un
momento
del
presente
y
posibilidades
de
futuro
para
un
territorio
y
las
comunidades
que
lo
han
apropiado.
Esta
mirada
en
12
tres
tiempos
es
posible
de
ver,
si
una
comunidad
ha
construido
su
memoria
y
de
esta
manera
el
conocimiento
que
transita
en
ella
permite
observar
aquello
que
se
debe
y
puede
leer.
Estas
relaciones
soportan
la
conformación
de
grupos
sociales
con
identidades
culturales
diversas,
lo
que
constituye
patrimonios
culturales
(material
e
inmaterial),
manifestaciones
o
bienes
que
son
posibles
por
la
presencia
de
la
memoria
construida
generacionalmente
soportada
en
saberes.
Tales
expresiones
se
dan
en
diversos
ámbitos
como
la
gastronomía,
creencias,
mitos
y
leyendas,
medicina
tradicional,
eventos,
celebraciones,
personalidades,
oficios
artesanales,
técnicas
para
la
construcción
del
hábitat,
conocimiento
del
universo,
entre
otros,
(inmaterial);
para
el
caso
de
lo
material,
se
encuentra
mediado
por
edificaciones,
espacios
públicos,
todo
tipo
de
objetos,
complejos
arquitectónicos,
entre
otros.
Ahora
bien
sea
material
o
inmaterial
su
relevancia
y
existencia
en
relación
con
el
territorio,
se
da
vía
la
noción
de
memoria
la
cual
es
constitutiva
de
las
identidades
culturales
y
en
la
medida
que
la
comunidad
le
otorga
un
nivel
de
valorización,
se
puede
hablar
de
su
patrimonio
cultural.
Cultura
Culinaria
Para
acercarnos
a
la
cultura
culinaria
entes
de
verla
como
parte
de
la
expresiones
de
carácter
inmaterial
de
una
comunidad,
es
necesario
saber
que
quien
primero
la
abordo
conceptualmente
fue
el
concepto
de
cultura
material,
la
cual
hace
referencia
"a
las
obras
de
arte,
ornamentos,
instrumentos
de
música,
objetos
de
ritual
y
monedas
u
objetos
de
trueque,
además
de
la
vivienda,
vestido
y
medios
de
obtención
y
producción
de
alimentos
y
de
transporte
de
personas
y
mercancías.
Cada
objeto
del
inventario
material
de
una
cultura
representa
la
concretización
de
una
idea
o
secuencia
de
ideas"
(Hunter
&
Whitten,
1981).
Burke
(2008)
tambien
ubica
a
la
comida
en
la
categoria
de
la
cultura
material,
sean
objetos
como
la
ropa,
vivienda,
accesorios
y
la
comida,
los
cuales
considera
permiten
identificar
los
cambios
en
las
culturas,
via
las
relaciones
socioculturales
que
se
tejen
en
torno
y
para
estos
elementos.
Si
bien
es
cierto
la
comida
se
constituye
en
un
rasgo
fundamental
de
la
cultura,
no
nos
interesa
establecer
un
debate
en
que
rasgo
es
mas
fuerte,
sino
centrar
la
atención
en
el
hecho
que
la
cultura
culinaria
es
fundamental
para
la
existencia
de
una
comunidad
y
constituye
un
ejercicio
de
territorialización
y
por
ende
de
contrucción
de
identidad
constante;
la
comida
es
una
expresión
de
la
biodiversidad,
de
los
sincretismos,
de
usos,
constumbres,
valores
y
representaciones,
el
entorno,
las
ocaciones,
fiestas
y
eventos;
mediados
por
un
hacer,
por
un
proceso
y
en
muchos
casos
por
utensilios
que
pueden
llegar
a
ser
tan
importantes
como
los
ingredientes
o
la
receta
misma.
13
La
comida
es
la
muestra
de
un
pasado
y
expresión
del
presente,
“entendida
como
lenguaje,
la
trama
de
la
alimentación
humana
nos
arroja
a
una
densa
materia
en
la
cual
el
cuerpo,
las
técnicas
y
los
símbolos
se
entreveran
para
producir
una
urdimbre
en
las
distintas
sociedades.”
(Montecino,
2009).
Urdimbre
que
responde
a
las
necesidades
de
alimentarse
y
esta
determinada
por
el
entorno
geografico,
uso
de
los
recursos
naturales,
y
por
las
tradiciones
transmitidas
de
generación
en
generación
via
la
memoria,
que
pueden
ser
o
no
familiares;
por
lo
tanto
el
cocinar
y
comer
han
de
demostrar
las
diversos
estilos
y
manera
de
vivir.
Michel
De
Certeau
amplia
el
escenario
y
vincula
nuevos
elementos
al
reconocer
que
“…las
conductas
alimentarias
constituyen
un
dominio
donde
la
tradición
y
la
innovación
importan
de
igual
modo,
donde
el
presente
y
el
pasado
se
mezclan
para
atender
la
necesidad
del
momento,
proporcionar
la
alegría
del
instante,
adecuarse
a
la
circunstancia.
Con
su
alto
grado
de
ritualización
y
su
poderosa
inversión
afectiva,
las
actividades
culinarias
son
para
muchas
mujeres
de
todas
las
edades
un
lugar
de
felicidad,
placer
e
inversión.
Estas
cosas
de
la
vida
reclaman
tanta
inteligencia,
imaginación
y
memoria
como
las
actividades
tradicionalmente
consideradas
como
superiores,
como
la
música
o
el
tejido.
En
este
sentido,
tales
cosas
constituyen
por
derecho
uno
de
los
puntos
más
importantes
de
la
cultura”
(Certeau,
Giard,
&
Mayol,
2006).
Heron
Pérez9
considera
que
“la
cocina
tiene
entre
sus
contenidos
fundamentales
y
constituyentes,
la
tradición
oral;
es
decir,
el
cúmulo
de
enseñanzas
que
se
van
transmitiendo
de
boca
en
boca
a
las
diferentes
generaciones”
(Conaculta,
2003),
por
lo
tanto
la
cultura
culinaria
ha
de
depender
de
la
transmisión
de
“recetario”
el
cual
tiene
conocimientos
y
saberes
sobre
ingredientes
y
sus
características,
utensilios,
procesos
y
técnicas
y
un
contexto
en
el
cual
debe
hacer
presencia
la
receta
o
el
plato.
Todos
estos
factores
tienen
un
carga
simbolica
que
proviene
de
quienes
los
portan
y
transmiten
pero
tambien
a
su
ves
quienes
lo
reciben,
por
lo
tanto
son
suceptibles
de
ser
modificados
o
cambiados,
dependiendo
del
tipo
y
nivel
de
apropiación
que
se
haga
de
la
tradición
culinaria,
y
del
contexto
en
el
que
se
encuentren;
es
importante
ver
la
tradición
desde
la
postura
de
Gadamer
quien
la
considera
como
un
dialogo
generacional
y
no
una
imposición,
es
un
proceso
en
el
que
se
entrega
“traditere”
y
quien
recibe
establece
el
como
y
que
quiere
recibir,
para
de
esta
manera
permitir
el
constante
cambio
y
dinamismo
que
necesita
la
cultura
para
permanecer
(Gadamer, 1993),
este
concepto
es
muy
importante
junto
con
el
hibridación
cultural
de
Canclini,
para
poder
entender,
9
“Vínculos
entre
cocina
y
tradición
oral”.
5to.
Congreso
sobre
Patrimonio
Gastronómico
y
Turismo
Cultural
14
estudiar
y
analizar
la
cultura
culinaria,
al
ser
un
conocimiento
y
practica
cultural
en
constante
cambio.
La
cultura
culinaria,
si
bien
es
cierto
es
de
elaboración
individual,
es
de
carácter
y
expresión
colectiva,
al
constituir
un
rasgo
de
la
identidad
de
una
comunidad
que
para
este
caso
se
puede
clasificar
desde
una
perspectiva
territorial,
de
forma
coloquial
se
habla
de
“comida
italiana”,
“comida
china”,
“comida
peruana”,
y
desde
una
multiterritorialidad
para
el
caso
de
Perú
se
puede
hacer
referencia
a
“comida
limeña,
“comida
andina”,
“comida
arequipeña”,
entre
otras.
También
se
puede
reconocer
cocinas
“ordinarias
y
rituales”,
“..las
primeras
son
cocinas
para
los
días
no
marcados;
las
segundas,
en
cambio,
para
las
situaciones
especiales.
Tiempos
sagrados
y
tiempos
festivos.
Piénsese,
por
ejemplo,
en
la
comida
de
Cuaresma,
en
la
cocina
navideña;
o
en
comidas
como
la
nupcial,
la
de
duelo,
de
primera
comunión,
o
de
quince
años
y,
desde
luego,
hay
una
comida
religiosa
y
comida
de
día
de
fiesta
o
"comida
dominguera” (Conaculta, 2003).
Gastronomía
peruana
No
es
para
nadie
un
secreto
que
la
gastronomía
peruana
en
las
ultimas
décadas
se
ha
consolidado
y
posicionado
en
el
escenario
internacional,
son
múltiples
los
factores
de
este
fenómeno,
pero
por
ahora
nos
ha
preocupar
los
procesos
de
base
que
antes
que
posicionarla
le
han
permitido
pasar
décadas,
siglos,
hasta
hacer
presencia
hoy
en
día.
Como
bien
se
menciono
anteriormente
la
gastronomía
o
cultura
culinaria
pone
en
valor
la
biodiversidad
y
diversidad
cultural
de
un
territorio,
fortalece
los
lazos
socio-‐culturales
de
las
comunidades
y
a
su
vez
consolida
la
identidad
cultural
de
los
grupos
que
la
practican
y
de
la
población
que
reside
el
territorio
donde
está
hace
presencia.
Para
el
caso
peruano
la
biodiversidad
se
ve
reflejada
en
sus
ajíes,
choclos
(maíz),
papas
nativas,
paltas
(aguacates),
granadillas,
yuca,
pallares,
limón,
camu,
cocona,
entre
otros.
Sumado
a
ello
las
practicas
artesanales
de
cultivo,
pesca
y
crianza
de
animales
como
el
cuy
y
la
alpaca,
que
constituyen
parte
de
la
identidad
del
pueblo
peruano.
Ahora
bien
es
importante
resaltar
que
tal
diversidad
va
mas
allá
de
los
registros,
es
real
y
latente
día
tras
día
en
la
cotidianidad
de
los
peruanos,
por
ejemplo
el
“Huancaro”
en
el
Cusco,
“es
una
feria
donde
más
de
2,000
productores
se
reúnen
cada
sábado
para
atender
entre
20,000
y
30,000
consumidores.
En
Huancara
se
consigue
desde
papas
hasta
carnes.
Granos
andinos,
cítricos
,
frutas
tropicales,
hierbas
aromáticas
y
ganado
menor.”,
lo
cual
permite
evidenciar
unos
procesos
de
base,
15
al
tener
la
posibilidad
de
acceder
comercialmente
a
esta
amplia
biodiversidad
desde
mercados
como
este,
o
las
plazas
de
Mercado
municipal.
En
relación
a
la
diversidad
cultural,
“para
los
peruanos,
la
gastronomía
forma
parte
sustancial
de
su
cultura
y
es
un
significativo
factor
de
identidad,
orgullo
y
cohesión
social”
(Apega,
2013),
la
diversidad
cultural
se
puede
reconocer
desde
el
concepto
de
hibridación
cultural
de
Canclini
(1998),
donde
hacen
presencia
aun
un
pasado
y
presente
precolombino,
los
rasgos
de
la
colonización
española
la
cual
además
trajo
una
presencia
afrodescendiente
y
luego
migraciones
china,
japonesa
e
italiana.
Ahora
bien
la
gastronomía
peruana
es
una
clara
expresión
la
hibridación
(mestizaje,
sicretismo
y
fusión);
“la
cocina
costeña
data
de
épocas
virreinales,
sobresaliendo
dulces
de
gran
acogida
como
la
mazamorra,
el
turrón
y
los
picarones.
De
igual
modo,
destacan
los
pescados
crudos
preparados
en
un
platillo
que
ha
dado
la
vuelta
al
mundo:
el
cebiche.
La
región
andina
mantiene
sus
ingredientes
desde
el
período
preinca
y
en
ella,
el
consumo
de
tubérculos,
maíz,
carne
de
llama,
alpaca,
trucha
y
cuy
se
ha
enriquecido
con
la
introducción
del
pan,
el
arroz,
y
las
pastas.
Mención
especial
para
la
pachamanca:
almuerzo
campestre
realizado
bajo
tierra
que
da
origen
a
una
comida
deliciosa
y
saludable.
La
cocina
de
la
selva,
exuberante
y
exótica
como
la
Amazonía,
es
tan
amplia
como
desconocida.
El
Paiche,
prodigioso
pez
de
río,
así
como
frutas
en
pleno
proceso
de
descubrimiento
como
el
camu
camu,
son
materia
prima
para
sus
exquisitos
platillos”10,
entonces
se
pudiera
en
términos
generales
establecer
que
Perú
cuenta
con
amplia
diversidad
de
cocinas,
pero
las
mas
representativas
son
las
de
la
costa
norte,
la
amazonia,
la
limeña,
la
arequipeña,
la
cusqueña,
la
andina
y
la
novoandina11.
La
cultural
culinaria,
depende
de
la
memoria,
pero
no
solo
de
la
información
o
datos,
necesita
de
un
contexto
y
de
una
praxis
en
el
que
los
saberes
hagan
transito,
es
determinante
que
“se
transmita
el
conocimiento
de
datos
y
hechos
por
medio
de
la
interacción
y
la
comunicación
con
los
congéneres...”
(Erll,
2012)
y
es
que
no
es
posible
concebir
como
se
puede
aprender
y
enseñar
a
cocinar
si
no
es
el
mismo
proceso
de
hacerlo,
donde
juegan
un
papel
fundamental,
los
ingredientes,
la
indumentaria,
los
procesos,
recuerdos,
y
la
ocasión
por
la
cual
se
ha
cocinar.
10
http://www.go2peru.com/spa/guia_viajes/gastronomia_peru.htm
.
Fuente:
ProPerú
11
“Esta
cocina
surge
en
los
años
ochenta
y
consiste
en
utilizar
los
ingredientes
propios
de
antiguas
tradiciones
culinarias
andinas
con
técnicas
de
elaboración
y
presentación
de
la
cocina
internacional
(Gastronomía
Perú
2008).”Historia
de
la
cocina
peruana.
2008.
http://www.gastronomiaperu.com/gast_peruana.php
16
La
cocina
Arequipeña,
constituye
uno
de
los
elementos
mas
importantes
de
su
identidad
cultural
y
para
este
caso
las
estructuras
sociales
como
“familia”
y
“restaurantes
típicos”
(Picanterias12),
son
fundamentales.
En
los
dos
casos
la
memoria
es
de
orden
colectiva
y
cultural
y
se
puede
llamar
“memoria
familiar”,
con
un
carácter
intergeneracional,
“sus
portadores
son
todos
aquellos
miembros
de
la
familia,
que
comparten
el
horizonte
de
experiencia
de
la
vida
familiar.
Una
memoria
colectiva
de
este
tipo
se
constituye
por
medio
de
la
interacción
social
(por
medio
de
las
acciones
comunes
y
la
experiencias
compartidas)
y
por
medio
de
la
comunicación.”
(Erll,
2012).
La
cual
se
da
en
relatos
orales
que
deben
su
permanencia
a
la
practica,
al
hacer,
aquí
el
conocimiento,
generalidades
y
detalles
de
la
practica
hacen
parte
de
la
memoria
colectiva
o
comunitaria,
y
este
depende
de
una
practica
dentro
de
su
contexto,
a
sabiendas
que
sin
esta
podrán
quedar
vacíos
en
la
memoria
y
perdida
de
esta,
el
hacer
le
brinda
sentido
y
comprensión
al
saber.
(Middleton
&
Edwards,
1992);
en
algunas
de
las
casas
de
las
familias
Arequipeñas,
se
mantiene
la
tradición
de
cocinar
lo
que
ellos
denominan
el
“plato
del
día”,
y
es
esa
receta
que
corresponde
a
un
día
de
la
semana
donde,
opera
la
memoria
en
dos
momentos,
primero
articular
los
conocimientos
y
la
practica
para
la
elaboración
del
plato,
y
segundo
los
comensales
que
esperan
que
la
tradición
se
mantenga
y
por
ser
jueves
poder
comer
un
“rocoto
relleno”.
Para
el
caso
de
las
Picanterias
la
mayoría
de
ellas
son
el
resultado
de
una
tradición
familiar,
donde
de
generación
en
generación
se
ha
enseñado
a
cocinar,
pero
además
ellas
evocan
en
el
sentido
mas
amplio
una
expresión
de
lo
que
se
vive
en
los
hogares,
al
respetar
la
tradición
de
los
“platos
de
día”
y
ofrecerlos,
por
lo
tanto
sea
en
los
hogares
o
en
los
restaurantes
la
memoria
colectiva,
hace
presencia.
Se
ha
mencionado
la
importancia
de
la
practica
culinaria
a
partir
del
conocimiento
para
la
transmisión
y
permanencia
de
la
memoria,
y
a
su
vez
de
la
identidad,
la
cual
se
da
en
el
cocinar,
en
el
comer,
en
el
plato
final,
pero
además
en
el
como
se
llego
a
esto,
para
esto
es
importante
el
sinnúmero
de
historias
de
la
practica
del
saber
que
constituyen
las
redes
del
conocimiento,
en
el
que
se
narra
a
otros
y
de
esta
manera
se
muestra
el
saber,
y
a
su
vez
se
enseña
el
trabajo,
contar
historias
mientras
se
hace
permite
enseñar,
y
despejar
vacíos,
donde
quien
cocina
gracias
al
conocimiento
y
la
memoria
se
presenta
como
un
factor
determinante
en
la
red
del
conocimiento,
al
permitir
el
mantenimiento
y
circulación
del
conocimiento
(Latour,
2008).
12
“¿Cómo
reconocer
a
una
picantería
arequipeña?
Unas
son
pequeñas
y
abigarradas,
otras
espaciosas
y
multitudinarias;
pueden
estar
en
la
ciudad
o
en
sus
zonas
rurales,
funcionan
desde
hace
un
siglo
o
suman
pocos
años,
lucen
vistosas
ramadas
o
solo
tienen
algunas
macetas…
Pero
todas
comparten
al
menos
cuatro
características:
1)
ofrecen
chicha
de
güiñapo;
2)
preparan
cada
día
un
almuerzo
(lunes,
chaque,
martes
chairo;
miércoles
chochoca,
etc.),
3)
sirven
picantes
(americanos,
dobles,
triples)
y
otras
platos
típicos
o
extras
y
4)
son
espacios
democráticos
donde
cualquier
persona
puede
saborear
la
cocina
tradicional
de
Arequipa,
tomar
un
bebe
de
chicha
y
socializar
cordialmente.”
En:
http://www.sociedadpicanteradearequipa.pe/content/picanterias.html
17
Por
lo
cual
para
comprender
la
manera
como
la
memoria
hace
transito
es
necesario
vincular
la
Teoría
del
Actor
de
Red,
para
entender
los
procesos
que
se
dan
en
lo
tangible
e
intangible
y
los
cuales
constituyen
una
red.
Según
Latour
(2008),
necesitamos
algo
para
designar
flujos
de
traducciones
y
para
ello
considera
acertado
la
palabra
"red",
la
cual
está
conformada
por
los
actores
(nodos)
y
sus
vínculos
con
otros
actores
o
con
entidades
que
pueden
ser
humanas
o
no,
introduciendo
la
posibilidad
de
relacionarse
con
objetos
y
lugares;
los
actores
deben
ir
más
allá́
de
lo
pasivo,
a
lo
activo,
actuando
para
construir
realidades,
memoria,
practicas,
conocimientos,
etc.
la
presencia
de
actores
y
sus
relaciones
garantiza
la
permanencia
de
la
red,
en
relación
a
la
gastronomía
los
actores
vivos
son
(cocineros,
madres
de
familia,
empleadas
de
servicio,
meseros,
campesinos,
comerciantes
y
comensales)
y
los
inertes
(restaurantes,
cultivos,
comercio,
indumentaria),
y
el
conocimiento
que
es
portado
por
la
memoria,
constituye
los
flujos
que
unen
a
estos
actores.
Si
bien
es
cierto
se
cuenta
con
diversos
actores
vivos,
la
red
es
mas
fuerte
en
torno
a
quienes
cocinan,
pero
no
por
eso
se
deben
desestimar
a
os
otros
actores
porque
sin
ellos
la
red
no
existiría
y
por
ende
desaparecería,
la
permanencia
de
un
actor
depende
de
la
existencia
de
su
red.
Estos
actores
depositarios
de
la
“memoria
colectiva”
y
gestores
de
conocimientos
tradicionales,
por
ser
voceros
presentan
distinciones
y
ritmos
de
vida
particulares,
pero
ante
todo
importantes;
estas
personas
deben
ser
escuchadas
y
propender
que
porque
su
voz
suene
en
lo
alto
y
perpetúen
la
memoria,
todo
ello
dentro
de
las
condiciones
particulares
en
las
que
se
genera
y
transmite
el
conocimiento,
es
una
distinción
similar
la
empleada
por
varios
gobiernos
bajo
la
categoría
de
Tesoros
Humanos
Vivos.
En
la
gastronomía
peruana
arequipeña,
es
de
resaltar
la
presencia
de
una
red
fuerte
y
extendida,
con
actores
vivos
como
las
madres
quienes
se
preocupan
por
mantener
la
tradición
culinaria,
los
comensales
que
exigen
la
existencia
de
la
comida
como
un
elemento
que
responde
a
necesidades
biológicas,
pero
aun
mas
simbólicas
y
todos
las
personas
que
hacen
parte
de
los
restaurantes
que
producen
comida
arequipeña.
Sobre
los
actores
no
vivos,
es
muy
importante
poner
los
ingredientes
que
si
bien
es
cierto
parecen
comunes,
están
estrechamente
relacionados
con
el
territorio
(anclaje
territorial
productivo),
por
ejemplo
el
rocoto,
el
cuy,
los
camarones,
el
limón,
la
cebolla,
la
palta,
el
guacatay,
las
papas
nativas,
el
queso
de
paria,
entre
otros,
la
indumentaria
también
tienen
un
papel
fundamental,
por
ejemplo
el
fogón
de
leña,
y
el
batán
(piedras
que
se
utilizan
para
triturar
los
ajies)
el
cual
es
determinante
para
la
preparación
de
los
picantes
y
el
rocoto,
,
junto
con
ello
están
los
18
platos
y
toda
la
indumentaria,
sobre
la
cual
es
preciso
saber
que
los
objetos,
hacen
parte
de
la
cultural
material,
y
estos
permiten
a
las
diferentes
practicas
sociales
que
le
dan
continuidad
a
la
vida,
y
por
lo
tanto
a
las
redes
(Middleton & Edwards, 1992).
Otro
actor
no
vivo
es
el
plato
como
tal,
dentro
de
los
que
encontramos
los
siguientes13:
Piqueos:
piqueo
tradición,
piqueo
de
chancho,
piqueo
de
pollo,
piqueo
mixto,
queso
frito,
yuquitas
mixtas,
mote
de
habas.
Entradas:
Rocoto
relleno,
ocopoa
arequipeña,
soltero
de
queso.
Sarza
de
patitas,
sarza
de
patitas
de
cordero,
palta
con
pollo,
palta
con
camarón.
Cauche
de
queso,
choclo
de
queso.
Platos
de
fondo:
Chancho
al
horno,
costillar
frito,
malaya
dorada,
ubre
arrebozada,
cuy
chactado,
Chicharrón
de
pollo,
chuleta
mixta,
chuleta
de
res,
chuleta
de
chancho,
Doble,
triple,
bisteck
a
lo
pobre.
Platos
típicos
de
acuerdo
al
día:
Lunes.
Chaque
de
tripas,
Matasquita
de
carne;
Martes.
Chayro,
Patita
con
maní,
Lentejita
con
arroz;
Miércoles.
Chochoca
molida,
Locro
de
pecho;
Jueves.
Chupe
de
fideos,
Frejol
con
arroz,
Quinua
con
bisteck;
Viernes.
Chuño
molido,
Ají
de
calabaza,
Chuño
con
bisteck;
Sábado:
Cazuela,
Mondonguito.
Un
actor
inerte
que
juega
un
papel
importante
en
la
permanencia
de
la
tradición
y
por
ende
de
la
identidad
cultural,
son
los
restaurantes
típicos
conocidos
como
“Picanterias”,
el
listado
corresponde
a
los
miembros
de
la
“Sociedad
de
Picanterias
de
Arequipa”14,
dentro
de
las
cuales
tenemos:
Casa
alta,
Cau
cau
recreo
campestre,
Clarita,
Doña
antuquita,
Doña
Lucila,
Doña
Matilde,
El
characatito,
El
cogollo
arequipeño,
El
encontrón,
El
quinto
toro,
La
finita,
El
sombrero
arequipeño,
La
benita,
La
capitana,
La
cau
cau,
La
Chamberlain,
La
fonda
de
don
coco,
La
fonda
del
labriego,
La
huaylla,
La
Lucila,
La
maruja,
La
montañita,
La
mundial,
La
nieves,
La
nueva
palomino,
La
palomino,
La
tia
Mery,
Laurita
cau
cau,
Ledy,
Los
geranios,
Los
guisos
arequipeños,
Los
leños
de
yumina,
Nieves,
Sabor
caymeño,
Súper
adobo
arequipeño,
Tradición
characato,
Sol
de
mayo,
Los
guisos
arequipeños,
Tradición
arequipeña.
La
practicas
culinarias
en
términos
de
comer
y
cocinar,
son
tan
fuertes
en
los
hogares
que
ha
influenciado
en
la
existencia
y
permanencia
de
los
restaurantes
típicos
y
la
oferta
de
platos
que
ofrece
cada
uno
de
ellos.
13
El
listado
corresponde
a
la
carta
de
la
Picanteria
Tradición
Arequipeña.
Pueden
hacer
faltar
o
sobrar
platos
dependiendo
el
punto
de
vista
del
lector.
Este
listado
solo
busca
evidenciar
la
diversidad
y
los
platos
de
dia.
14
http://www.sociedadpicanteradearequipa.pe/content/p_directorio.html
19
En
relación
a
la
permanencia
de
memoria,
es
preciso
saber
que
el
ejercicio
de
narrar
como
se
han
hecho
y
como
se
hacen
los
platos
de
comida,
como
se
tratan
los
ingredientes,
como
se
emplean
las
herramientas,
y
cuales
son
los
procesos
que
se
deben
realizar,
ha
de
tomar
importancia
en
el
hacer,
la
narración
sin
su
praxis,
no
garantiza
la
trasmisión
del
saber
y
de
la
expresión
cultural.
De
esta
manera
las
personas
se
ganan
un
lugar
de
respeto
en
medio
de
la
grupo
donde
circula
el
conocimiento
por
medio
de
la
memoria
y
a
su
vez
también
en
la
comunidad
quien
ha
de
asumir
rasgos
de
sus
identidad
a
partir
de
la
existencia
de
aquel
pequeño
grupo,
quienes
han
de
conformar
su
identidad
por
la
capacidad
y
manera
que
tienen
para
cocinar,
la
pericia
para
dar
soluciones
que
no
se
salgan
dentro
de
los
cánones
establecidos
por
el
grupo
o
la
capacidad
que
tengan
para
brindar
cambios
a
aquella
tradición
recibida.
(Gadamer)
(Middleton
&
Edwards,
1992).
Ahora
bien,
a
modo
de
reflexión
se
considera
necesario
vincular
el
concepto
de
memoria
a
los
estudios
del
patrimonio
cultural
sea
material
o
inmaterial,
sean
inventarios,
propuestas
de
salvaguardia,
entre
otros,
con
el
fin
de
tener
una
mirada
holística
y
precisa
de
las
expresiones
culturales.
Se
debe
tener
como
marco
de
referencia
los
diferentes
constructos
epistemológicos
mencionados
con
anterioridad,
memoria
colectiva,
memoria
visual,
lugares
de
la
memoria,
memoria
cultural
y
la
Teoría
del
actor
red,
la
cual
es
transversal
a
las
diferentes
memorias,
bajo
el
entendido
que
ninguno
es
mas
relevante
que
otro,
sino
son
complementarios
y
dependiendo
cada
objeto
de
estudio
habar
una
tesis
predominante.
En
relación
a
la
“cultura
culinaria
arequipeña”,
la
memoria
colectiva
nos
lleva
a
identificar
las
estructuras
sociales
en
las
cuales
circula
el
conocimiento,
pero
además
las
que
tienen
relación
con
la
transmisión
del
saber,
que
pueden
ser
los
equipos
de
cocinas
de
los
restaurantes,
los
meseros,
los
agricultores,
las
familias
de
la
región
y
por
supuesto
los
comensales
locales
y
extranjeros
(turistas)
y
eso
nos
lleva
entonces
a
contemplar
también
a
los
taxistas.
La
memoria
colectiva
es
selectiva
,
razón
por
la
cual
se
debe
analizar
el
proceso
bajo
el
cual
los
grupos
sociales
priorizan
el
conocimiento,
(recetas,
ingredientes,
presentaciones,
indumentaria,
etc),
hacen
a
un
lado
y
a
su
vez
vinculan
nuevos
saberes,
en
el
ejercicio
constante
de
construcción
de
identidad.
Por
otro
lado
el
conocimiento
que
se
transmite
en
la
memoria
colectiva,
depende
significativamente
de
las
narraciones
y
las
practicas.
La
TAR,
nos
permite
saber
que
la
permanencia
de
una
red,
radica
en
sus
actores
y
los
flujos
dentro
de
estos,
por
lo
cual
es
necesario
conocer
la
red
de
la
cultura
culinaria
y
las
relaciones,
en
Arequipa
sin
los
ingredientes
no
habría
gastronomía,
sin
los
cocineros
picanterías,
20
sin
los
hogares
comensales,
todos
los
actores
asumen
un
papel
fundamental
en
la
red,
en
la
expresión
cultural,
y
por
ende
en
la
cultura
y
el
patrimonio.
Si
se
observa
la
gastronomía
arequipeña
desde
la
memoria
visual,
los
colores
y
la
presentación
de
la
comida
juega
un
papel
fundamental,
el
guatacay
debe
ser
verde,
el
chupe
de
camarones
debe
servirse
hirviendo,
el
rocoto
de
color
rojo,
el
queso
frito
en
trozos
cuadrados,
el
mesero
debe
evocar
a
los
characatos
(nombre
del
campesino
tradicional),
la
chicha
de
jora
de
color
morado,
y
deben
vérse
las
múcuras
donde
se
fermenta
la
chicha,
el
rocoto
relleno
debe
estar
sellado
por
un
queso
en
la
parte
superior;
por
lo
tanto
el
PCI
y
en
especifico
la
cultura
culinaria
debe
también
ser
estudiado
desde
las
imágenes
que
porta,
que
evoca,
los
símbolos;
la
imagen
tiene
un
papal
estructural,
por
que
la
experiencia
que
tienen
las
personas
con
la
comida
es
visual,
cargada
de
imágenes.
Al
vincular
el
concepto
de
lugares
de
la
memoria,
es
necesario
remitirnos
a
las
chacras
(parcelas
precolombinas
donde
se
cultiva
y
el
campesino
o
indígena
tiene
una
relación
de
coexistencia
con
este
territorio),
las
chacras
son
fundamentales
en
la
producción
de
los
ingredientes
de
la
cocina
arequipeña;
otro
lugar
que
es
demasiado
importante
y
portan
memoria
por
la
permanencia
de
las
tradiciones
gastronómicas
son
las
Picanterias,
y
en
Arequipa
son
lugares
de
referencia
obligada
cuando
se
analiza
la
cultura
culinaria,
por
lo
cual
comprender
el
PCI
esta
ligado
a
esos
lugares
que
están
por
toda
la
ciudad,
son
un
actor
clave
en
la
red
de
la
gastronomía,
es
ser
espacios
donde
se
reproducen
las
practicas
culturales,
donde
se
enseña,
se
aprende
y
se
evocan
narraciones,
ligadas
al
hecho
de
comercializar
comida.
Al
hacer
referencia
a
la
memoria
cultural,
es
preciso
saber
que
la
memoria
se
constituye
en
un
componente
de
la
cultura
y
a
su
vez
del
patrimonio
cultural,
por
lo
cual
se
debe
establecer
que
partes
de
la
cultura
culinaria
pertenece
a
la
memoria
comunicativa
y
a
la
memoria
cultural,
en
primera
medida,
y
si
se
quiere
comprender
el
proceso
de
reproducción
de
la
memoria
identificar
que
saberes
y
experiencias
están
en
la
memoria
funcional
y
de
almacenamiento,
a
sabiendas
que
cada
una
tiene
un
rol
diferente,
dentro
de
cada
expresión
cultural.
Se
debe
tener
como
marco
de
referencia
las
características
de
la
memoria
cultural:
Concreción
de
la
identidad,
Reconstructividad,
Moldeabilidad,
Organizabilidad,
Carácter
obligatorio,
Reflexibilidad.
21
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