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Interpretando y

explicando el
mundo

Formas de
Pensamiento en
la Humanidad

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¿De qué hablamos cuando nos
referimos a formas de
pensamiento?
Nota al margen.
Fuente Calibri, tamaño Nos convoca, en el inicio de una carrera universitaria, un espacio de
10 pt. formación que pretende llegar a usted ofreciéndole esta asignatura
denominada Formas de Pensamiento.

El espíritu inicial de esta materia es acercarlo a poder “pensar el


pensamiento”. Esta inquietud es muy antigua y ya los primeros filósofos se
hacían preguntas como las que siguen: ¿Cómo es que el hombre piensa? ¿Es
una posibilidad sólo del hombre? ¿Cuál es el origen de esa posibilidad?
¿Cómo es que las personas pueden resolver problemas, crear objetos,
generar variedad de ideas?

Seguramente usted ha tenido interrogantes de esta naturaleza. Será


primero la Filosofía la que ofrezca respuestas y las registre de modo escrito,
dejándonos un legado desde el cual se han construido diversidad de
especulaciones. En todas sus formas: por especulación (la Filosofía), por
revelación divina (la religión) o por verificación empírica (la ciencia), la
búsqueda se dirige siempre a encontrar la mejor verdad. Esta división que
se ajusta estrechamente a la historia del pensamiento estaría dando cuenta
de formas de pensamiento que fueron dando explicaciones acerca del
mundo natural y social.

Para esta asignatura haremos un recorte que se justifica en la necesidad de


orientar nuestros abordajes a aquellos elementos teóricos y prácticos que
mejor aporten a la formación inicial universitaria con miras al futuro
desempeño profesional. Por este motivo es que en el primer módulo
hablaremos sobre una pregunta central que refiere a cómo conocemos, es
decir, qué mecanismos psicológicos permiten al hombre construir
conocimiento, de tipo práctico y/o de tipo lógico. Luego haremos algunas
distinciones entre conocimiento, pensamiento y creencia con el objetivo de
discriminar aquellas formas de conocer que han sido trabajadas desde la
Filosofía y la ciencia. Luego, en los siguientes módulos, veremos tres tipos
de pensamiento: el lógico, el dialéctico y el sistémico. Al finalizar la materia
nos quedará un panorama global que ha sido presentado didácticamente
bajo este formato denominado Formas de Pensamiento que, en realidad,
pretende ser una invitación de apertura a la temática que los obligue a seguir
profundizando temas que siguen siendo debatidos por el hombre y que , sin
margen de duda, hacen al hombre, hombre.

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El hombre y sus explicaciones del mundo

Como ya dijimos, las preocupaciones que el hombre ha tenido en relación


con el conocimiento tienen larga data. Ya en los filósofos griegos
encontramos referencias a estos temas abordados desde distintas
construcciones especulativas. Serán tema del pensamiento occidental la
relación del hombre con la naturaleza y lo que lo distingue del resto de las
especies, la construcción de la realidad y el modo de conocer, los procesos
de conocimiento y los objetos cognoscibles, los modos de conocer y los
procesos psicológicos puestos en juego, los distintos tipos de conocimientos
y el valor de cada tipo en la transmisión de los conocimientos. En distintos
lugares geográficos y en diferentes momentos históricos se han ido
generando ideas que han pretendido explicar de alguna manera estos
temas.

Empezaremos por tratar de entender cuáles son los procesos psicológicos


que se ponen en juego al momento de conocer, para luego adentrarnos en
los tipos de conocimiento en el hombre. Es importante considerar, desde
una visión diacrónica, los abordajes iniciales provistos por las especulaciones
filosóficas que permitieron al hombre ir despegándose de explicaciones
míticas. La Filosofía ofrecerá una base sobre la que se fue construyendo los
sistemas teóricos contemporáneos, ya que de una manera más o menos
explícita, estos sistemas se asentaron sobre concepciones ya construidas,
sea para fundamentarse, para diferenciarse o para superarse en una
búsqueda permanente de conocimiento.

En una mirada global podemos identificar tres grandes momentos en la


historia del pensamiento occidental. Tal como hemos enunciado hace un
momento el pensamiento filosófico permitió al hombre ir dando otras
explicaciones que se alejaban cada vez más de las concepciones míticas. Los
mitos narraban la creación de los seres o las cosas con explicaciones que
otorgaban a seres sobrenaturales dicho origen. Con estas explicaciones se
sacralizaba la existencia a través de una repetición ritual que ordenaba la
cotidianeidad dando respuesta a los grandes interrogantes como la creación
del cosmos, la muerte, el nacimiento. Todo mito cuenta una historia, pero
esa historia se funda en creencias mágicas, sobrenaturales.

La llegada del Cristianismo y su doctrina impregnará el pensamiento por


varios siglos centrándose la mayoría de los argumentos en la revelación y
voluntad divina.

El Renacimiento -en los siglos XV y XVI- será un movimiento cultural que dará
lugar a una nueva forma de concebir al hombre, al mundo y su relación.
Podemos ubicar en este movimiento el paso del teocentrismo, propio del
medioevo, al antropocentrismo. Otro movimiento originado en el siglo XVI

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que influye en este nuevo lugar del hombre en relación con el conocimiento,
es La Reforma Protestante que cuestionaba la autoridad del Papa, entre
otros aspectos. Lo que interesa es que el lugar de la Iglesia se ve cuestionado
y con ello su poder. Estos cambios irán dejando mayor margen a la presencia
del hombre y su capacidad de razón en la explicación del mundo natural y
social, desdibujando la absoluta presencia de Dios como explicación de
todos los fenómenos. La fe en Dios se traslada en una fe a la razón humana.

La Filosofía va a tener un exponente francés llamado Descartes quien, en el


siglo XVII, ubicará al sujeto en el centro de la escena. Su expresión más
representativa es “pienso, luego existo”. El valor de la razón ocupará el
centro de las producciones filosóficas y científicas. Ya Copérnico, unos años
antes de la llegada de Descartes, había postulado un sistema astronómico
heliocéntrico por oposición al sistema tolemaico en el cual la tierra era el
centro. Este aporte indica una nueva concepción del universo en el cual
nuestro planeta dejaba de ser el único centro de los movimientos de los
astros. Galileo- hombre del Renacimiento- apoya las ideas de Copérnico y
prosigue sus investigaciones ofreciendo la primera ley del movimiento.
Perfecciona el telescopio y con este instrumento estudia el cielo
descubriendo la naturaleza de la Vía Láctea, entre otros grandes aportes a la
ciencia. Recuperamos estos hitos ya que los mismos nos permiten visibilizar
el avance de los conocimientos físicos y astronómicos lo cual fue origen y
consecuencia del valor que comienza a tener la razón humana como
vehículo de conocimiento de la realidad.

Por último, y porque no puede dejar de ser mencionada, la presencia de la


Ilustración. Se constituyó como un movimiento cultural que se expresa con
mayor fuerza en Francia e Inglaterra hacia fines del siglo XVII extendiéndose
hasta la Revolución Francesa (1879). Dicho movimiento, mejor conocido
como Siglo de las Luces, apostaba con absoluta convicción a la razón
humana. Es una época de avance en el conocimiento y la técnica. Los
hombres de la Ilustración abogaban por dirigir los cambios políticos y
sociales hacia una idea de progreso que liberara al hombre de las
supersticiones, de las irracionalidades y de la tiranía. Estas ideas serán el
alimento de la Revolución Francesa.

Vimos de manera muy sintética este recorrido que nos permite vislumbrar
los pasos: del mito a la razón, de la razón a la fe, de la fe en Dios a la razón
humana.

Retomando, decimos entonces que hombre vuelve a ocupar un lugar central


siendo la razón una de las vías más confiables para el conocimiento del
mundo. Podemos hablar al menos de tres áreas de saber: la filosófica, la
teológica y la científica. La primera construida desde la especulación, la

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segunda cimentada en los dogmas de la fe y, la última, construida en base a
la objetivación y verificación empírica.

Figura 1: Conocimientos y explicaciones

Fuente: elaboración propia.

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Referencias
Copi, Irving (1962) Introducción a la lógica. Buenos Aires: Editorial Universitaria de
Buenos Aires.

Alchourrón, C.; Mendez, J. (1995) Lógica. Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía.


Madrid: Trotta.

Villoro, L. (1982) Creer, saber y conocer. México: S XXI.

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