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La historia de la música en la ciudad de Tunja se remonta a la época de los

conquistadores (siglo XV-XVI), los sacerdotes religiosos educaban a los


seminaristas en canto, con el propósito de acompañar las misas de la iglesia,
también se les daba una educación de pintura y arte.
Posteriormente varios grandes artistas europeos, educaban artísticamente a los
indígenas nativos de Colombia pues se consideraba que los cantos que ellos
celebraban eran paganos, por esto inculcaban en ellos la manera “correcta” de llevar
a cabo una celebración artística.
Tiempo después desde Europa se trajeron varios tipos de obras que a partir de ellas
dieron origen a varias obras autóctonas de nuestras tierras, así también a los bailes
autóctonos. A partir del siglo XVII, se empiezan a formar grandes conservatorios
alrededor de la nación, en las escuelas públicas y demás sectores de la población.
Durante la guerra independista se acompañaba la tropa con marchas de guerra y
además con música autóctona, se presume que en la batalla de Boyacá se
acompañaba con un bambuco, no se sabe a ciencia cierta cómo estaba compuesta
esta obra de ese entonces.
En el siglo XIX se empieza a implementar la educación musical de forma profesional
en Colombia, así como también la fundación de teatros y conservatorios en la ciudad
de Bogotá. Con frecuencia muchos de los estudiantes destacados, formados en
Colombia viajaban al exterior con frecuencia a terminar sus estudios en el continente
europeo, pues de allí eran la mayoría de sus profesores y maestros.

Una escuela reconocida a nivel mundial que con frecuencia recibía a estudiantes
colombianos era la Schola Cantorum de Francia, donde se podía estudiar canto,
piano, violín, violonchelo, entre otros. Guillermo Holguín, un estudiante colombiano,
director y compositor, de la schola cantorum, reconocido por sus grandes méritos
artísticos musicales, fundo el conservatorio nacional de música en Bogotá, que
posteriormente se uniría a la universidad nacional de Colombia.

Y así fueron implementando la educación musical a Colombia en los diferentes


ámbitos, así como también conservatorios nacionales y teatros que dieron a
Colombia el elemento cultural que hoy en día, a pesar del decaimiento de algunas
las instituciones académicas de música por la falta de apoyo y recursos, aun
sobrevive lo que un día fue la cultura a nivel nacional e internacional en Colombia.
A mediados el siglo XIX la intención de la educación musical fue expandida a varios
territorios en la nación. En Tunja al igual que en la capital se empieza un desarrollo
cultural, donde se retomó el aprecio por la educación musical que desde siglos atrás
se había tomado con tal determinación. Al igual que en la capital se empiezan a
formar escuelas de música y teatros importantes donde se llevó a cabo la gestión y
desarrollo de varios excelentes músicos tunjanos con reconocimiento a nivel
nacional e internacional.

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