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Proyecto N° 159
Manejo integrado del Minador de los Cítricos, con énfasis en control biológico
*
Departamento de Protección Vegetal - Facultad de Agronomía - Universidad de la República. Montevideo, Uruguay.
2 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
Serie: FPTA N° 24
© 2009, INIA
ISBN: 978-9974-38-274-9
Quedan reservados todos los derechos de la presente edición. Esta publicación no se podrá
reproducir total o parcialmente sin expreso consentimiento del INIA.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 3
CONTENIDO
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BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 53
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 9
Figura 2.6. Distribución mundial del minador de la hoja de los cítricos. Adaptado de
Knapp et al., 1995.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 17
Cuba, en las Islas Caimán, Belice y Costa intercambio de material vegetal entre las
Rica. En el año 1995, se detectó en Vene- regiones es un factor que posiblemente
zuela, Colombia, Perú y Argentina. En contribuyó a su dispersión a largas dis-
Argentina se observó por vez primera a tancias y explicaría, en gran medida, la
fines de 1995 en la provincia de Tucumán actual distribución del minador de la hoja
(Willink, et al., 1996), y ya en febrero- de los cítricos.
marzo del año siguiente se encontraba
presente en toda la región del noroeste. A
fines del año 1996 se detecta en las provin- 4. Hospederos
cias de Corrientes y Concordia (Cáceres,
1999 b; Putruele y Petit, 1999). En Brasil se El minador de la hoja de los cítricos
reporta en marzo de 1996 al sur del estado de se encuentra estrechamente relaciona-
San Pablo (Feichtenberger y Raga. 1996; do con plantas integrantes de la familia
Prates et al., 1996) y a fines de ese mismo de las rutáceas. Está citado sobre más
año la plaga fue encontrada en Minas Gerais, de 50 cultivares, especialmente perte-
Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul. necientes al género Citrus, pero tam-
En el año 1998 se detecta en Chile (Servicio bién en otras rutáceas como Murraya
Agrícola Ganadero-Gobierno de Chile, 2005) paniculada y Poncirus trifoliata. En la
y en el año 2000 en California (EE.UU.) actualidad todas las especies de cítri-
(Grafton-Cardwell et al., 2007), siendo éstas cos y sus híbridos cultivados son ata-
las últimas zonas citrícolas invadidas en el cados con mayor o menor intensidad.
continente americano. Se citan también plantas hospederas
pertenecientes a otras familias:
La presencia del minador de la hoja los Oleaceae, Clusiaceae, Loranthaceae,
cítricos en la región y la rápida dispersión Leguminosae, Lauraceae, Fabaceae y
que había mostrado en las diferentes zo- Tiliaceae (Heppner, 1993; De Prins y
nas donde ingresaba, hacía que fuera pre- De Prins, 2005). Sin embargo, algunos
visible su introducción a Uruguay. El in- de los hospederos reportados no son
secto se detectó a mediados de enero de apropiadas para el desarrollo del minador
1997 en quintas de cítricos en la zona y las larvas no prosperan (Heppner,
norte, primero en el departamento de Salto 1993), y otros necesitan confirmación
y seguidamente en el de Paysandú. Aproxi- (De Prins y De Prins, 2005).
madamente un mes después se encontró
en varias plantaciones comerciales de la En Uruguay su presencia ha sido
zona sur. En ese mismo momento, se registrada en todos los cultivares de
observaron también ataques en quintas del naranjos (Citrus sinensis), limoneros
departamento de Rivera. En la temporada (Citrus limon), pomelos (Citrus paradisi),
siguiente el insecto ya se encontraba disper- mandarinos (Citrus reticulata) y los
so en todo el territorio nacional. Desde un híbridos ‘Ortanique’, ‘Nova’, ‘Murcott’, y
principio la plaga produjo daños muy eviden- ‘Ellendale’. También se ha observado
tes en todas las variedades cultivadas y atacando ‘Kumquat’ (Fortunella spp.),
tanto en plantas jóvenes como en plena limón ‘Cravo’ (Citrus limonia), trifolia
producción. Aunque los niveles poblacionales (Poncirus trifoliata) y sus híbridos.
fueron variables, en muchos casos se obser-
varon infestaciones muy severas. 5. Daños
No se conocen las razones por las
cuales se produjo esa muy rápida y eficaz Daños directos
dispersión de P. citrella a fines del Siglo XX,
extendiéndose por todas las regiones Los daños son producidos por las
citrícolas del mundo. La alta movilidad, larvas y están restringidos fundamen-
gran capacidad de multiplicación y de adap- talmente a las hojas tiernas de los
tarse a condiciones ambientales muy di- brotes. Las hembras realizan la puesta
versas son características propias de la en el haz y en el envés principalmente
especie que pueden explicar, por lo menos de las hojas recientemente emergidas.
en parte, su amplia expansión. También la Las hojas endurecidas no son ataca-
dispersión pasiva del insecto por el viento, das. Cuando se completa el desarrollo
es otra forma por la cual el insecto podría embrionario, la larva perfora el huevo por
alcanzar áreas más lejanas. Por otro lado, el la superficie que se encuentra en contac-
18 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
to con el tejido vegetal, penetra directa- Los daños que las larvas realizan en las
mente a la hoja, se instala y comienza a hojas en desarrollo, conducen a un proce-
alimentarse causando galerías muy ca- so de deshidratación, necrosis y rotura de
racterísticas, sinuosas, serpentiformes y tejidos, pudiendo provocar finalmente
de coloración plateada. defoliación. Aunque la lámina foliar puede
La larva se alimenta de las células continuar expandiéndose y endureciéndo-
epidérmicas, dejando la cutícula y la se a pesar del daño que se produce en la
pared celular externa intactas las cua- epidermis, en general las hojas se enrollan y
les forman el techo de la mina. Progresa deforman. Esto provoca una disminución del
a través del tejido por movimientos late- área fotosintética lo cual podría traducirse en
rales y hacia delante de la cápsula reducción de los rendimientos o pérdidas de
cefálica. Estos movimientos producen vigor de la planta.
una presión contra las células epidérmi- La intensidad del daño va a depender de
cas más próximas provocando su ruptu- la abundancia de larvas en las hojas y del
ra (Achor et al., 1997). El contenido de tamaño de éstas al momento del ataque
las células destruidas es consumido (Figura 2.7). Una larva puede afectar el
por las larvas a través de una activa 50% de la superficie de una de las caras de
succión. La mina presenta una colora- los folíolos (Robles et al., 2005). Cuanto
ción plateada debido a la entrada de más tierna es la hoja en el momento del
aire por debajo de la cutícula. Los ex- ataque, el daño final será mayor. Si las
crementos del insecto se acumulan y hojas son pequeñas y soportan altas po-
forman una línea visible en el centro de blaciones, las larvas agotan rápidamente
la mina. Inicialmente son blanquecinos el alimento disponible. En este caso, a
y posteriormente se oscurecen. A partir pesar de que los folíolos pueden continuar
del segundo estadio larvario, la mina se creciendo, su tamaño final será menor y
ensancha, adquiere la forma sinuosa presentarán un mayor grado de deforma-
característica y puede llegar a ocupar ción. Si las poblaciones son bajas, los
gran parte del limbo. En general no tejidos pueden regenerarse, las hojas lo-
atraviesa la nervadura central ni pasa a gran alcanzar su tamaño definitivo y man-
la otra cara. Una sola larva puede con- tener su capacidad fotosintética.
sumir entre 1 y 7 cm2 de la lámina foliar Las condiciones climáticas predomi-
(Knapp et al., 1995). nantes en los momentos de brotaciones
La respuesta de la planta es el desa- también influyen en la severidad de los
rrollo a lo largo de la mina de un tejido daños provocados por las larvas. Cuando
calloso con células grandes, turgentes las temperaturas son altas son más inten-
y con paredes delgadas. Las condicio- sos, debido a que se produce una mayor
nes apropiadas de humedad que se deshidratación de los tejidos y fundamen-
mantienen en el ambiente protegido del talmente a que la tasa de crecimiento de la
interior de la galería permiten la forma- mina es mayor a la de la hoja (Granda,
ción de este tipo de células. Si la cu- 2000).
bierta de la mina permanece intacta, las En Uruguay a fines de verano–inicio de
células de callo desarrollan una capa otoño en condiciones de altas poblacio-
gruesa de cutícula, la cual es cubierta nes, es frecuente encontrar en limoneros
posteriormente por pequeñas placas de más de 10 larvas en una misma hoja. En
cera. De esta manera la galería se estas situaciones el daño es muy notorio
recubre de una nueva capa epidérmica. con prácticamente todos los brotes ataca-
Sin embargo es común que por acción dos y con la mayoría de las hojas fuerte-
del viento y lluvia o simplemente por la mente deformadas y a veces completa-
propia expansión de la hoja, la fina capa mente defoliados.
de cutícula se desgarre, creando aber-
turas que provocan desecación de los Otras estructuras del árbol que pueden
tejidos internos y favorecen la invasión ser dañadas, aunque en menor medida que
por microorganismos. En este caso, las hojas, son los tallos tiernos de los
ante la herida producida, es probable brotes y los frutos pequeños en crecimien-
que se forme un peridermo constituido to. Estas estructuras son atacadas solo
por capas de tejidos suberizados y cuando las poblaciones de la plaga son
lignificados (Achor et al., 1997). elevadas y existe una escasez de hojas
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 19
Figura 2.9. Algunos ejemplos de otros fitófagos que utilizan el mismo recurso que el minador.
Figura 2.10. Lesiones de cancro cítrico a lo largo de la galería producida por el minador.
Una vez que la bacteria ingresa a los Tiene como plantas hospederas principalmen-
tejidos, la larva del minador puede contami- te a rutáceas del género Citrus.
narse y trasladar el inóculo, contribuyendo
A principios de la década del 90, el insecto
de esta manera a su expansión (Graham et
manifestó una fase de dispersión muy rápida
al., 1996; Gottwald et al., 1997). Cuando el
alcanzando a los continentes americano y
proceso de infección se establece, se pro-
europeo. Actualmente se encuentra en todas
ducen lesiones a lo largo de la mina, las
las zonas citrícolas del mundo. En América se
cuales se unen formando grandes áreas
lo detecta por primera vez en el año 1993 en el
afectadas (Figura 2.10), a diferencia de las
estado de Florida en Estados Unidos. En
que se originan por infección estomática
Uruguay se observó en enero de 1997 en
que en general son aisladas. Dentro de la
quintas del departamento de Salto en el norte
galería existen condiciones microclimáticas
del país, y un mes después ya se la encontró
de temperatura y humedad que favorecen
en la zona citrícola sur de forma muy extendi-
el desarrollo de la bacteria (Chagas et al.,
da.
2001). Esta mayor superficie de tejidos de
la planta lesionados, se constituiría en una Los daños de P. citrella son producidos por
fuente de inóculo más efectiva (Cook, 1988; las larvas en las hojas tiernas de los brotes.
Graham et al., 1996; Chagas et al., 2001). Forma galerías muy características, de colora-
ción plateada, sinuosas y serpentiformes. Si
Las características de la interacción
las poblaciones son bajas, los tejidos se
insecto-patógeno, pueden explicar la ma-
regeneran, las hojas alcanzan su tamaño de-
yor incidencia de la enfermedad detectada
finitivo y de esta manera no es afectada su
en algunas regiones citrícolas después del
capacidad fotosintética. Sin embargo cuando
ingreso de P. citrella.
las poblaciones son altas se puede producir
En Uruguay, el cancro cítrico estaba en deformación de hojas, deshidratación,
proceso de expansión y con la introducción necrosis, rotura de tejidos y defoliación. El
del minador su problemática se agravó. El daño directo de la plaga tiene una mayor
gran número de heridas que las larvas incidencia en las plantas en formación, de
forman en las hojas y la extensión de las viveros y montes recién instalados. En los
mismas, generaron indudablemente nue- árboles adultos en plena producción, el efecto
vas vías de entrada favoreciendo el desarro- del insecto es mucho menor.
llo y propagación de la bacteria. Cuando las
La herida que las larvas de minador produ-
condiciones climáticas son propicias para
cen en las hojas son aberturas por las cuales
el desarrollo de la bacteria, es común
el patógeno puede penetrar al mesófilo de la
observar galerías de minador completa-
hoja. En las hojas dañadas la concentración
mente cubiertas por lesiones de cancro.
de inóculo necesaria para que se produzca la
infección es menor, los tejidos permanecen
6. Resumen susceptibles por mayor tiempo, el período de
incubación es menor y la severidad de la
El minador de la hoja de los cítricos enfermedad es mayor. Cuando el proceso de
Phyllocnistis citrella es un gracilárido pro- infección se establece, se producen lesiones
bablemente originario del sudeste asiático. a lo largo de la mina, las cuales se unen
formando grandes áreas afectadas.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 23
Asplanato, G.* Capítulo III
Biología, ecología y
enemigos naturales
*
Departamento de Protección Vegetal.
Facultad de Agronomía UDELAR
8% de los huevos
24% de las L1
41% de las L2
L2 34% de las L3
50% de las L3
59% de la prepupas
85% de las pupas
L3
pupa
LIMONEROS
P
100%
PP
80%
L3
60% L2
40% L1
H
20%
0%
tipo 1 tipo 2
NARANJOS VALENCIA
encuentran hojas adecuadas donde reali- que lograron sobrevivir a las condiciones
zar la puesta y sus poblaciones se redu- desfavorables del invierno o por inmigra-
cen al máximo. La supervivencia se limita ción desde otros, donde las condiciones
a adultos que logran soportar bastante microclimáticas fueron más propicias.
bien las bajas temperaturas y al desarrollo Las poblaciones de la plaga aumentan
muy lento de larvas invernantes en los ya avanzada la primavera, cuando las con-
escasos brotes que surgen en las zonas diciones climáticas permiten su desarrollo
más resguardadas de la copa de los árbo- y multiplicación. La temperatura es un
les. P. citrella no presenta diapausa factor importante que condiciona el inicio
(Margaix et al., 2000; Lim y Hoy, 2006) y de los ataques en cada una de las zonas
es común observar en los inviernos más citrícolas de Uruguay y en un año en parti-
benignos, adultos en actividad, huevos y cular. En general, la abundancia del insec-
larvas en desarrollo en las hojas tiernas de to se incrementa a partir de octubre -
los pocos brotes disponibles. noviembre en la zona norte, y de noviembre
Al principio de la primavera la población – diciembre en la zona sur, cuando las
del minador se encuentra muy reducida. temperaturas mínimas superan los 15ºC
De esta manera, las brotaciones de prima- (Figuras 3.4 y 3.5).
vera que son las más abundantes, no son Durante el verano y el otoño, las pobla-
afectadas significativamente por el insec- ciones del insecto pueden aumentar de
to (Figuras 3.4 y 3.5). Las primeras forma continua dependiendo de la disponi-
infestaciones en un sitio en particular pue- bilidad de brotes sensibles, de las condi-
den provenir de poblaciones residentes ciones climáticas que favorezcan o limiten
su desarrollo y supervivencia, y de la ac-
insectos vivos ción de los enemigos naturales. P. citrella
9 brotes 25
2002-2003 2003-2004 2004-2005 2005-2006
presenta un alto potencial de incremento
8
debido a su gran capacidad reproductiva y
7
20
a su corto ciclo de vida. Se estima que el
6
número de generaciones en el período de
máxima actividad del minador (noviembre a
nº de brotes / 2m2
nº insectos / hoja
15
5
abril) es de 8-9 y de 7-8 en las zonas norte
4
10 y sur respectivamente. Las brotaciones
3 que surgen a fines del verano-principios del
2
5
otoño son potencialmente las más daña-
1
das por el minador (Figura 3.6). Cuando se
dan condiciones apropiadas para el desa-
0 0
rrollo y la multiplicación del insecto, es
MAX MIN
usual encontrar la totalidad de los brotes
35
atacados y con la mayoría de las hojas con
30
daño muy severo.
Las altas temperaturas unidas a bajas
25
humedades relativas son condiciones
20 climáticas que pueden limitar la abundancia
de las poblaciones, al provocar mortalidad de
ºC
15
huevos y principalmente de larvas de primer
10 estadio de desarrollo. Es frecuente encontrar
en veranos calurosos, una gran cantidad de
5
larvas muertas, sobre todo en quintas de la
0 zona norte donde las temperaturas pueden
15-1
31-3
15-6
31-8
15-11
31-1
15-4
30-6
15-9
30-11
15-2
30-4
15-7
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28-2
15-5
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31-12
15-3
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31-10
nº insectos/hoja
zona sur con más de 12 inmaduros/hoja.
nº brotes/2m2
5 40
10
casos este decrecimiento estuvo relacio- 1
20
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15-11
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31-10
Uruguay. Promedios cada 15 días de
las temperaturas mínimas y máximas.
30% 30%
20% 20%
10% 10%
0% 0%
PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO
B1SA B2
MM
100% 100%
80% 80%
60% 60%
40% 40%
20% 20%
0% 0%
PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO
Figura 3.6. Evaluación del daño acumulado al final de cada periodo de brotación. A.-
Parcelas en la localidad de Colonia Gestido, Departamento de Salto, A1.-
naranjos W. Navel.- A2.- naranjos Valencia. B.- Parcela de limoneros en la zona
sur B1.- localidad de Kiyú, Departamento de San José, B2.- localidad de Pajas
Blancas, Departamento de Montevideo. Daño severo= >50% del área de una
cara de la hoja afectada.
28 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
Cuadro 3.1. Principales especies de parasitoides de P. citrella en distintas zonas del mundo.
EULOPHIDAE
(1)
Chrysocharis pentheus * *
(1)
Cirrospilus ingenuus * “
(2)
Cirrospilus floridensis * *
(1)
Cirrospilus lyncus *
(3)
Cirrospilus neotropicus *
(1)
Cirrospilus phyllocnistis *
(1)
Citrostichus phyllocnistoides * *
(1)
Clostocerus spp. * * *
(1)
Elachertus spp. * * * *
(1)
Galeopsomyia fausta * *
(1)
Horisnemus spp. * *
(1)
Platocharis coffee *
(1)
Pnigalio minio *
(1)
Quadrastichus sp. * *
(1)
Semielacher petiolatus *
(4)
Sympiesis sp. * *
(1)
Zagrammosoma americanum *
(1)
Zagrammosoma multilineatum * *
Zaommomentedon * *
(1)
brevipetiolatus
ELASMIDAE
(5)
Elasmus phyllocnistoides *
(1)
Elasmus sp. * * * *
EUPELMIDAE
(1)
Eupelmus sp. * * *
ENCYRTIDAE
(1)
Ageniaspis citricola *
(1)
Schauff et al., 1998.
(2)
Evans, 1999. Jahnke et al., 2005.
(3)
Diez y Fidalgo, 2003.
(4)
Schauff et al., 1998; Fernández et al., 1999; Diez y Fidalgo, 2002.
(5)
Diez et al., 2006 b.
*
Departamento de Protección Vegetal. Uruguay: Cirrospilus
Facultad de Agronomía UDELAR.
Contratado por FPTA. neotropicus (Hymenoptera:
**
Departamento de Protección Vegetal.
Facultad de Agronomía UDELAR.
Eulophidae)
Hembra y macho de C. neotropicus. La presenta Huevo en una larva del minador de tercer estadio
cuatro bandas en el abdomen y el solamente una. de desarrollo.
Larvas desarrolladas de C. neotropicus. Ocasionalmente Pupa del parasitoide dentro de la galería producida
se ha observado superparasitismo. por la larva del minador.
Figura 4.1. Estados de desarrollo de Cirrospilus neotropicus.
mide entre 0,8 y 2,3 mm. En este nar su rol en el control biológico del minador
momento comienza a expulsar el meco- de los cítricos.
nio y pasa al último estado larvario
En estudios realizados en condiciones
(prepupa). La prepupa es de coloración
de laboratorio a una temperatura constan-
blanca opaca y mide entre 0,8 y 2,0 mm.
te de 25 ± 1 ºC y fotoperíodo de 16:8 horas
El meconio se observa en su extremo
(luz:oscuridad), se evaluó la duración del
posterior en forma de pequeños cilin-
ciclo de vida, longevidad y fecundidad de
dros negros agrupados.
hembras provenientes de laboratorio, y
Cuando concluye su desarrollo proporción sexual de la descendencia.
larvario el insecto, pupa dentro de la
La duración promedio del ciclo de vida
galería o la cámara pupal del minador
fue de 10,9 días. La fase de huevo fue la
(Figura 4.1). La pupa es de tipo libre,
más corta, duró 1,8 días. El tiempo de
inicialmente, es de coloración blanca,
desarrollo de la pupa fue de 6 días y ocupó
posteriormente se oscurece y se torna
más de la mitad del ciclo de vida del
negra. Alcanza una longitud que varía
insecto (Cuadro 4.1).
entre 1,5 y 2,1 mm.
Los resultados obtenidos para la dura-
ción de cada estado de desarrollo son
2. Desarrollo y reproducción similares a los reportados por Foelkel
(2007) para la misma especie. En nuestro
La temperatura es el factor abiótico estudio no se encontraron diferencias sig-
con mayor influencia sobre el desarrollo nificativas en la duración del ciclo entre
y reproducción de los insectos. Es por sexos. Esto ha sido reportado para otras
ello que conocer su efecto sobre C. especies de Cirrospilus tales como, C.
neotropicus puede contribuir a determi- vittatus (Urbaneja et al., 2002); C. próximo
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 35
Cuadro 4.1. Duración promedio de los estados de desarrollo de C. neotropicus a
25 ± 1º C y fotoperíodo de 16:8 horas (luz:oscuridad), sobre larvas de P.
citrella.
Duración promedio
Estado de desarrollo % de cada estado
(días)
en relación al ciclo total
± error estándar
Huevo 1,8±0,10 16,5
Larva 3,1±0,12 28,4
Pupa 6,0±0,18 55,1
Ciclo total (hembra) 11,2±0,47 a*
Ciclo total (macho) 10,6±0,40 a
* Misma letra indica que no existen diferencias significativas con p≤0,05.
Los parasitismos medios son va- paración a la de la plaga. Esto podría llevar
riables entre temporadas y zonas. Es a un incremento en la población del minador
común encontrar en la misma tempora- durante el verano, el cual no sería acompa-
da, parcelas con altos niveles y otras ñado por un aumento en los niveles de
donde es prácticamente nulo. Igual- parasitismo. Por otra parte, se sabe que
mente, la misma parcela en años suce- P. citrella no es el hospedero primario de
sivos muestra porcentajes de parasitis- C. neotropicus. A pesar de que se han
mo, notoriamente diferentes (Cuadro realizado estudios exhaustivos en Uru-
4.2). En general los mayores valores se guay para conocer los otros hospederos
observan en las parcelas de la zona sur. del parasitoide, hasta el momento no han
sido detectados.
Los máximos parasitismos se ob-
servan durante las brotaciones de otoño
(Figura 4.2). Sin embargo, la mayor dis- 4. Resumen
ponibilidad de estados parasitables se
registró durante verano. En general C. Cirrospilus neotropicus es una especie
neotropicus comienza a actuar tarde en recientemente descrita. A nivel mundial es
la temporada cuando la población de la escasa la información que se tiene sobre
plaga ya se ha incrementado sustancial- la biología de este parasitoide que permita
mente. (Asplanato et al., 2004). evaluar su efectividad como regulador de
Si bien el parasitismo alcanzado por las poblaciones del minador. Con los estu-
C. neotropicus no es suficiente para dios realizados se obtuvo una base de
disminuir los daños provocados por el conocimientos de su biología, comporta-
minador, hay que resaltar que éste es el miento y parasitismo, como un primer
parasitoide predominante en la zona aporte a la evaluación del insecto en las
sur y también en la norte, por lo menos condiciones de Uruguay. Una característi-
antes de la introducción de parasitoides ca positiva es que la duración del ciclo de
exóticos, como Ageniaspis citricola y vida del parasitoide a 25º C fue menor que
Citrostichus phyllocnistoides (ver capí- el de su hospedero P.citrella a la misma
tulo 6). Además, al ser nativo de esta temperatura. Presentó una longevidad
región se encuentra adaptado a las mayor que la reportada en otras especies
condiciones de la zona, por lo que no de parasitoides del mismo género. El há-
debe dejar de considerarse su contribu- bito de realizar picaduras alimenticias que
ción al control del minador. Una de las posee esta especie, representa un factor
posibles causas del bajo control de de mortalidad adicional al parasitismo. Sin
minador por parte C. neotropicus es la embargo, como aspecto negativo se ob-
baja fecundidad del parasitoide en com- servó que la fecundidad de C. neotropicus
atributos de un enemigo natural consi- trodujo de forma fortuita (Diez et al., 1999;
derado altamente eficiente: es especí- Fernández et al., 1999). A pesar de esto,
fico, tiene una buena sincronía con su se realizó una reintroducción con
hospedero y presenta alta capacidad especimenes provenientes de Perú, y se
reproductiva, de dispersión y de bús- comenzó la cría masiva en la Estación
queda. Se reproduce por poliembrionía Experimental Agroindustrial «Obispo
y es capaz de producir de 1 a 10 indivi- Colombres» en Tucumán. Se realizaron
duos por hospedero (Edwards y Hoy, liberaciones en todas las zonas citrícolas
1998). Las pupas se encuentran alinea- del noroeste (Willink et al., 1999), en Co-
das dentro de la cámara pupal del mina- rrientes (Cáceres, 1999 a,b; 2003 a) y en
dor y se diferencian sin dificultad de las Entre Ríos (Putruele, 1999; Putruele y
de otros parasitoides. Sin embargo, Petit Marty, 1999). En el noroeste argenti-
tiene algunas características que pue- no A. citricola está establecido y logra alto
den estar afectando su adaptación y su parasitismo sobre todo en las zonas más
efectividad en nuestras condiciones. húmedas de las provincias de Tucumán,
Es un pobre competidor en compara- Salta y Jujuy. Esta especie aparece como
ción con los ectoparasitoides idiobion- un importante regulador de las poblacio-
tes y tiene varias especies de hiperpa- nes del minador en estas áreas citrícolas
rásitos, Cirrospilus neotropicus (= Ci- (Zaia, 2004).
rrospilus sp. C). es una de ellas (Cáce-
En Florida (EUA), este parasitoide se
res, 2003 b). A. citricola está adaptado
introdujo y se dispersó rápidamente, se
a zonas tropicales y subtropicales hú-
estableció, logra pasar el invierno y produ-
medas (Hoy y Nguyen, 1997), necesita
ce importante parasitismo (Pomerinke y
una humedad relativa alta, mayor al
Stansly, 1998; Hoy et al., 2007). Sin em-
80% (Vercher, 2000). Los adultos son
bargo, probablemente debido a la ocurren-
de vida corta y la longevidad está muy
cia de primaveras secas en algunos años,
afectada por la humedad ambiental. En
no reduce las poblaciones de minador a
estudios realizados en laboratorio sola-
partir del segundo flujo de brotaciones,
mente sobreviven más de un día cuando
aunque sí se produce un aumento del
la humedad relativa es superior a 95%
parasitismo y una disminución de los da-
(Edwards y Hoy, 1998). Además, las
ños durante el otoño. Ante esta situación
temperaturas extremas provocan una
han evaluado la posibilidad de introducción
alta mortalidad en sus poblaciones. El
de otras especies como Semielacher pe-
invierno en nuestra región, podría ser un
tiolatus (Hoy et al., 2003; Lim et al., 2006)
factor limitante en su adaptación y efi-
y Citrostichus phyllocnistoides.
ciencia, al encontrarnos en la zona más
austral de la distribución de la plaga. En Australia, aunque A. citricola se
Las condiciones climáticas durante el adaptó y produce importantes porcentajes
invierno pueden afectar directamente al de parasitismo en la región de Queensland,
parasitoide, o también indirectamente en los estados del sur no se aclimató
al alterar la sincronía entre la planta, el (Neale et al., 1995).
hospedero y el enemigo natural, al no En España, A. citricola se liberó duran-
haber brotes adecuados durante perío- te tres años consecutivos y a pesar de que
dos relativamente prolongados. se recuperó rápidamente y a grandes dis-
En muchas regiones citrícolas A. tancias del punto de liberación, no logró
citricola ha logrado aclimatarse y ejer- pasar el invierno en la península (Vercher,
ce un buen control del minador. En 2000; Vercher et al., 2000; García-Marí et
Brasil fue importado en 1998 de Florida al., 2004). Solamente se ha logrado esta-
(EUA) y se adaptó a las condiciones blecer de forma permanente en las islas
climáticas del estado de San Pablo, y Canarias con un clima subtropical, donde
logra altos parasitismos principalmen- se presentan temperaturas más altas du-
te en las zonas más húmedas (Parra et rante el invierno lo que permite brotaciones
al., 2001). Es considerado uno de los más continuas (Vercher et al., 2000; García-
factores claves de mortalidad que ac- Marí et al., 2004). En otros países medite-
túan sobre las poblaciones del minador rráneos también se han reportado fallas en
(Lioni y Civindanes, 2004). En el no- su establecimiento. En Israel (Argov, 2003)
roeste argentino, aparentemente se in- y en Túnez (Braham et al., 2006) el
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 43
parasitoide no se adaptó, debido probable- 20-30º C y más de 60% de humedad
mente a que la humedad es baja y/o a las ambiental (Vercher, 2000). Presenta un
bajas temperaturas del invierno. umbral de desarrollo de 9,8º C y una
Con respecto a C. phyllocnistoides (Fi- constante térmica de 21º C (Urbaneja
gura 5.2) es considerado el parasitoide et al., 2003). Estudios realizados en
predominante en la India, China, Taiwan y Australia han mostrado una alta espe-
las islas del sudeste de Japón (Ujiye and cificidad, no parasitó a ninguna de las
Adachi, 1995; Tan y Huang, 1996; Tze- especies estudiadas (Neale et al., 1995),
Kann and KweiShui, 1998; Urbaneja, 2001; Sin embargo, en Italia se ha hallado
Ujiye, 2000; Vercher, 2000; Wang et al., sobre dos especies de lepidópteros mi-
2006). En China es el que presenta la nadores de la familia Nepticulidae so-
mayor sincronía y simpatría con Phylloc- bre lentisco, Pistacia lentiscus (Anacar-
nistis (LianDe et al., 1999). Es un ectopa- daceae), y sobre zarzamora, Rubus
rasitoide solitario que presenta nichos di- ulmifolius (Rosaceae) (Massa et al.,
ferentes a A. citricola, parasita larvas de 2001). Recientemente se citan a los
segundo y tercer estadio, con una prefe- minadores Cosmopterix pulcherimella
rencia marcada por las más desarrolladas. sobre Parietaria difusa y Liriomyza spp.
Su estrategia es idiobionte, detiene el de- asociada a Mercuarialis annua como
sarrollo de su hospedero y pupa dentro de hospederos alternativos que favorece-
la galería de la larva. Su ciclo a 25º C es de rían el mantenimiento y sobrevivencia
12 días (Argov y Rossler, 1996). Las con- del parasitoide (Rizzo et al., 2006).
diciones óptimas para el desarrollo son de En España, C. phyllocnistoides, que
a priori no parecía ser muy promisorio,
mostró tener la capacidad de pasar el
invierno, produce parasitismos elevados
y en las parcelas donde predomina, logra
reducir significativamente los daños. Ade-
más, manifesta una gran capacidad de
dispersión (40 km en tres meses). Ac-
tualmente se ha convertido en la especie
predominante en todos los cítricos de la
Figura 5.2. Citrostichus phyllocnistoides, parasitoide eficiente en el control de P. citrella en algunas regiones.
44 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
península ibérica, desplazando a las es- sitismo globales (Argov, 2003). En Austra-
pecies nativas. El nivel de parasitismo lia no logró adaptarse probablemente por la
aumentó considerablemente y los daños competencia con la especie nativa S.
disminuyeron a niveles de aproximada- petiolatus (Smith y Beattie, 1996). Tam-
mente la mitad (Vercher et al., 2000; bién se introdujo en Tucumán, Argentina
García-Marí et al., 2004). (Willink et al., 2002), donde se implementó
un programa de cría y liberaciones en la
C. phyllocnistoides se introdujo tam-
región del noroeste argentino. Después de
bién en Italia (Mineo et al., 2001) e
tres años, donde se liberó una gran canti-
Israel (Argov, 2003) donde logró adap-
dad de individuos en las diferentes zonas
tarse. En Israel, es el parasitoide domi-
con condiciones climáticas diferentes, no
nante y en conjunto con otros (S.
se logró recuperar en campo. Concluyeron
petiolatus y C. ingenuus) ha aumentado
que C. phyllocnistoides no logró aclimatar-
significativamente los niveles de para-
se a las condiciones de la región.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 45
Buenahora, J.* Capítulo VI
Rubio, L.**
Control biológico
clásico en Uruguay
*
Protección Vegetal - Entomología Instituto
Nacional de Investigación Agropecuaria.
INIA - Salto Grande. Salto, Uruguay.
**
Protección Vegetal - Entomología. Instituto
Nacional de Investigación Agropecuaria.
INIA - Salto Grande. Uruguay. Contratada
por Fondo de Promoción de Tecnología
Agropecuaria.
Como se señaló anteriormente (capítu- dujo en los años 2000 y 2001 desde la
lo 3), el control del minador de los cítricos Estación Experimental Obispo Colom-
a través de los enemigos naturales bres, Tucumán, Argentina y en los años
autóctonos no es suficiente en nuestra 2002 y 2003 desde la Escuela Superior de
región, por lo cual se implementó un pro- Agricultura Luiz de Queiroz (Piracicaba),
grama de control biológico clásico. En Brasil.
cualquier estrategia de manejo de la plaga Antes de realizar las liberaciones, en
se debe tomar en cuenta al control biológi- cada predio se seleccionaron al menos
co aplicado y la factibilidad de introducir a tres hectáreas de monte que contem-
nuevos agentes. Éste es un aspecto esen- plaran las condiciones mínimas para la
cial a considerar, sin descuidar el control supervivencia del enemigo natural. Se
ejercido por los enemigos naturales nativos. planteó como requisito que no recibie-
En un principio se utilizó un criterio ran tratamientos con insecticidas, a ex-
reduccionista y se puso énfasis en la intro- cepción de aplicaciones de aceite para
ducción del encírtido Ageniaspis citricola, el control de cochinillas y cobre para
especie considerada una de las más efi- enfermedades. Para determinar los
cientes en regular las poblaciones del momentos de las sueltas, se constató
minador y de amplia utilización en progra- la presencia de minador en los estadios
mas de control biológico clásico en distin- adecuados para el parasitoide.
tas regiones en los últimos años (ver capí- Se liberaron pupas maduras de A.
tulo 5). En muchas regiones donde se citricola, próximas a la emergencia de
introdujo logró reducir significativamente los adultos. Las hojas con las pupas se
los daños de la plaga, y consecuentemen- colocaron envueltas en papel absorben-
te podría tener beneficios indirectos al dis- te dentro de bolsas de nylon con
minuir la severidad del cancro cítrico. En autocierre. El objetivo del papel era evi-
nuestro caso, inicialmente el parasitoide tar excesos de humedad que pudieran
mostró dificultades de adaptación y afectar la emergencia del insecto. Las
sobrevivencia a las condiciones invernales, bolsas se situaron en el centro de cada
así como de efectividad en el control de la cuadro seleccionado como sitio de libe-
plaga. Ante esta situación, se decidió la ración y se mantuvieron abiertas en dos
introducción de otra especie, el eulófido de sus extremos mediante palillos de
Citrostichus phyllocnistoides . Este madera, para facilitar la salida de los
parasitoide, además de ser uno de los más adultos (Figura 6.1).
eficientes en la zona de origen del minador,
tuvo buenos resultados en programas de Luego de las liberaciones, se reali-
control biológico clásico en otras regiones zaron evaluaciones quincenales para de-
del mundo. terminar si el parasitoide lograba repro-
ducirse y dispersarse.
En el primer período (1999-2000), las
1. Introducción y liberación de liberaciones se efectuaron en el norte y
Ageniaspis citricola sur del país (Buenahora et al., 2001). Se
realizó una sola suelta de 1000 indivi-
En Uruguay A. citricola se importó en duos por sitio, tardíamente en marzo.
cuatro temporadas consecutivas. Se intro- Aunque durante ese otoño se recuperó
46 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
Figura 6.3. Etapas del ajuste del método de cría. A y B. Plantas en cámaras de crecimiento. C. Plantas en
jaulas dentro de invernadero.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 49
jaulas tenían una estructura de madera y se encontraban receptivos (hojas de 1 a
paredes de voile (Figura 6.3 C). Las dimen- 2,5 cm de longitud), las macetas se
siones de éstas son 50 cm de ancho por ubicaron dentro de jaulas. La sincroni-
52 cm de profundidad y 70 cm de altura, zación entre el tamaño del brote y el
con una capacidad en cada una de ellas momento óptimo para la oviposición se
para 15 macetas. realizaba mediante una cámara de cre-
El material vegetal que se utilizó como cimiento con temperatura controlada.
hospedero de P. citrella fue el limón cravo, En cada jaula se colocaban 15 macetas
Citrus limonia L. Osbeck, suministrado por y posteriormente se liberaban 100-150
el laboratorio de micropagación y testajes minadores adultos durante dos días
biológicos de la Estación Experimental consecutivos, constatándose que los
INIA Salto Grande. Los almácigos fueron
mismos permanecían vivos al menos 5
realizados en el mismo invernadero sobre días. Se alimentaron con una solución
camas de arena esterilizadas. Una vez que de agua-miel (1:1).
los plantines tenían al menos 4 hojas se A. citricola parasita huevos y larvas
trasplantaron a macetas de plástico negro de primer estadio, por lo que al tercer o
de 14 cm de altura y 14 cm de diámetro, las cuarto día de la liberación de los adul-
que tenían como sustrato una mezcla de tos de minador, cuando estos estadios
turba y arena. Se colocaron tres plantines eran visibles, se soltaban 100 parasitoi-
por maceta. Cuando las plantas tenían des por jaula durante dos días. Los
aproximadamente 6 meses de edad esta- mismos se alimentaron con una solu-
ban en condiciones de ser utilizadas en la ción de agua-miel (1:1), observándose
cría del minador (Figura 6.4).Todo el mate- que no vivían más de 48 horas. Se
rial vegetal recibió fertilizaciones semana- realizaba el seguimiento de la cría por
les con urea, macro y micronutrientes, así observación en microscopio estereos-
como también tratamientos sanitarios en cópico, determinándose el momento de
caso de ser necesarios. cosecha de las hojas cuando las pupas
Como fue mencionado anteriormente el estaban maduras. Se colocaban las
minador realiza la puesta en brotes tier- mismas en cajas de acrílico y malla en
nos, por lo que es imprescindible disponer el laboratorio suministrándoles luz y
de los mismos para comenzar la cría. Es calor para la emergencia de los adultos
así, que con el objetivo de generar un brote (Figura 6.5). El ciclo duró 15-18 días en
de tamaño óptimo para el ataque del mina- verano y llegó a 30 días en el invierno.
dor, los plantines fueron podados con an- Al finalizar cada ciclo de cría, los
terioridad al inicio de un ciclo (Figura 6.4). plantines utilizados eran trasladados al
En el verano este período era de aproxima- sector destinado al material vegetal y
damente 15 días mientras que en invierno permanecían en «descanso» por al
era de 25-30 días. Una vez que los brotes menos dos ciclos.
Figura 6.5 . Cosecha de hojas con pupas de A. citricola y cámaras de emergencia del parasitoide.
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