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El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 1

EL MINADOR DE LA HOJA DE LOS CÍTRICOS,


Phyllocnistis citrella (LEPIDOPTERA: GRACILLARIIDAE):
Bioecología y control biológico

Proyecto N° 159
Manejo integrado del Minador de los Cítricos, con énfasis en control biológico

Editora: Gabriela Asplanato

*
Departamento de Protección Vegetal - Facultad de Agronomía - Universidad de la República. Montevideo, Uruguay.
2 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Título: EL MINADOR DE LA HOJA DE LOS CÍTRICOS, Phyllocnistis citrella (LEPIDOPTERA:


GRACILLARIIDAE): Bioecología y control biológico

Editora: Gabriela Asplanato

Serie: FPTA N° 24

© 2009, INIA

ISBN: 978-9974-38-274-9

Editado por la Unidad de Comunicación y Transferencia de Tecnología del INIA


Andes 1365, Piso 12. Montevideo - Uruguay
http://www.inia.org.uy

Quedan reservados todos los derechos de la presente edición. Esta publicación no se podrá
reproducir total o parcialmente sin expreso consentimiento del INIA.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 3

Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria

Integración de la Junta Directiva

Ing. Agr., Dr. Dan Piestun - Presidente


Ing. Agr., Dr. Mario García - Vicepresidente

Ing. Agr. José Bonica


Dr. Alvaro Bentancur

Ing. Agr., MSc. Rodolfo M. Irigoyen


Ing. Agr. Mario Costa
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El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 5

Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria

El Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA) fue instituido por el artículo


18º de la ley 16.065 (ley de creación del INIA), con el destino de financiar proyectos
especiales de investigación tecnológica relativos al sector agropecuario del Uruguay, no
previstos en los planes del Instituto.
El FPTA se integra con la afectación preceptiva del 10% de los recursos del INIA
provenientes del financiamiento básico (adicional del 4o/oo del Impuesto a la Enajenación
de Bienes Agropecuarios y contrapartida del Estado), con aportes voluntarios que
efectúen los productores u otras instituciones, y con los fondos provenientes de
financiamiento externo con tal fin.
EL FPTA es un instrumento para financiar la ejecución de proyectos de investigación
en forma conjunta entre INIA y otras organizaciones nacionales o internacionales, y una
herramienta para coordinar las políticas tecnológicas nacionales para el agro.
Los proyectos a ser financiados por el FPTA pueden surgir de propuestas presentadas
por:
a) los productores agropecuarios, beneficiarios finales de la investigación, o por sus
instituciones.
b) por instituciones nacionales o internacionales ejecutoras de la investigación, de
acuerdo a temas definidos por sí o en acuerdo con INIA.
c) por consultoras privadas, organizaciones no gubernamentales o cualquier otro
organismo con capacidad para ejecutar la investigación propuesta.
En todos los casos, la Junta Directiva del INIA decide la aplicación de recursos del
FPTA para financiar proyectos, de acuerdo a su potencial contribución al desarrollo del
sector agropecuario nacional y del acervo científico y tecnológico relativo a la investigación
agropecuaria.
El INIA a través de su Junta Directiva y de sus técnicos especializados en las diferentes
áreas de investigación, asesora y facilita la presentación de proyectos a los potenciales
interesados. Las políticas y procedimientos para la presentación de proyectos son fijados
periódicamente y hechos públicos a través de una amplia gama de medios de comunica-
ción.
El FPTA es un instrumento para profundizar las vinculaciones tecnológicas con
instituciones públicas y privadas, a los efectos de llevar a cabo proyectos conjuntos. De
esta manera, se busca potenciar el uso de capacidades técnicas y de infraestructura
instalada, lo que resulta en un mejor aprovechamiento de los recursos nacionales para
resolver problemas tecnológicos del sector agropecuario.
El Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria contribuye de esta manera a la
consolidación de un sistema integrado de investigación agropecuaria para el Uruguay.
A través del Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA), INIA ha
financiado numerosos proyectos de investigación agropecuaria a distintas instituciones
nacionales e internacionales. Muchos de estos proyectos han producido resultados que
se integran a las recomendaciones tecnológicas que realiza la institución por sus medios
habituales.
En esta serie de publicaciones, se han seleccionado los proyectos cuyos resultados
se considera contribuyen al desarrollo del sector agropecuario nacional. Su relevancia, el
potencial impacto de sus conclusiones y recomendaciones, y su aporte al conocimiento
científico y tecnológico nacional e internacional, hacen necesaria la amplia difusión de
estos resultados, objetivo al cual se pretende contribuir con esta publicación.
6 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 7

CONTENIDO

Pág.

Capítulo I. INTRODUCCION. EL MINADOR DE LA HOJA DE LOS CÍTRICOS


EN EL CONTEXTO DEL MANEJO DE PLAGAS DEL CULTIVO.
RESEÑA DE LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS EN URUGUAY ........... 9
Gabriela Asplanato

Capítulo II. RECONOCIMIENTO, DAÑOS E IMPORTANCIA


ECONÓMICA ........................................................................................................ 13
Gabriela Asplanato
1. Ubicación taxonómica ............................................................................. 13
2. Descripción de las fases de desarrollo ................................................. 13
3. Distribución .............................................................................................. 16
4. Hospederos .............................................................................................. 17
5. Daños ........................................................................................................ 17
6. Resumen ................................................................................................... 22

Capítulo III. BIOLOGÍA, ECOLOGÍA Y ENEMIGOS NATURALES ................ 23


Gabriela Asplanato
1. Biología y comportamiento ..................................................................... 23
2. Fluctuación estacional de las poblaciones .......................................... 25
3. Monitoreo de las poblaciones ................................................................ 28
4. Enemigos naturales ................................................................................. 28
5. Resumen ................................................................................................... 32

Capítulo IV. PARASITOIDE NATIVO PREDOMINANTE EN URUGUAY: Cirrospilus


neotropicus (HYMENOPTERA: EULOPHIDAE) .............................................. 33
Soledad Amuedo, Leticia Bao y Gabriela Asplanato
1. Descripción de las fases de desarrollo ................................................. 33
2. Desarrollo y reproducción ....................................................................... 34
3. Parasitismo .............................................................................................. 35
4. Resumen ................................................................................................... 36

Capítulo V. CONTROL BIOLÓGICO APLICADO .............................................. 39


Gabriela Asplanato
1- Introducción .............................................................................................. 39
2. Algunas experiencias de control biológico en el mundo ..................... 40

Capítulo VI. CONTROL BIOLÓGICO CLÁSICO EN URUGUAY ..................... 45


José Buenahora y Leticia Rubio
1. Introducción y liberación de Ageniaspis citricola ................................ 45
8 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Pág.

2. Cría de Ageniaspis citricola .................................................................... 47


3. Introducción de Citrostichus phyllocnistoides ...................................... 50
4 Cría de Citrostichus phyllocnistoides ..................................................... 50
5. Liberación de Citrostichus phyllocnistoides ......................................... 51
6. Resumen ................................................................................................... 51

BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 53
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 9

Asplanato, G.* Capítulo I


*
Departamento de Protección Vegetal.
Introducción. El minador de
Facultad de Agronomía UDELAR la hoja de los cítricos en el
contexto del manejo de
plagas del cultivo.
Reseña de las
investigaciones
realizadas en Uruguay
Proyecto FPTA 159
Período Ejecución: Abr. 2004 - Oct. 2006

1. Introducción minador de la hoja de los cítricos, Phy-


llocnistis citrella Stainton, es la plaga
El cultivo de los cítricos conforma un foránea de introducción más reciente y
agroecosistema complejo relativamente es el único lepidóptero considerado ac-
estable, que presenta una gran cantidad de tualmente de importancia en el cultivo.
insectos y ácaros fitófagos que afectan Se detectó por primera vez en Uruguay
directamente la producción, la calidad del a comienzos de 1997 en plantaciones
producto obtenido o son transmisores de comerciales de cítricos del departa-
enfermedades. Algunas de las especies mento de Salto. En ese mismo año se
son plagas primarias que provocan daños observó en otras localidades de las
serios y necesitan un control frecuente de zonas norte y sur, en brotaciones de
sus poblaciones; otras son consideradas verano y otoño. En la temporada si-
ocasionales o esporádicas. Muchos de guiente, se encontraba en todo el terri-
estos fitófagos se encuentran regulados torio nacional y prácticamente en todas
naturalmente y no necesitan tratamientos las plantaciones citrícolas. Aunque la
específicos para su control a menos que intensidad del daño fue variable, en
sus poblaciones sean perturbadas por con- general se registraron altas densidades
diciones ecológicas particulares o trata- de población en los distintos cultivares
mientos insecticidas no selectivos que y tanto en plantas de viveros como en
afecten a los enemigos naturales. Los árboles jóvenes y adultos, causando
organismos benéficos son muy abundan- daños muy notorios. Los daños se vi-
tes en el agroecosistema citrícola y su sualizaban a través de la presencia de
preservación es un factor a considerar en el brotes que presentaban hojas arrolla-
manejo de plagas del cultivo. das, con áreas necrosadas e inclusive
se observaron defoliaciones muy evi-
La gran mayoría de las plagas que viven dentes. El ingreso de esta nueva plaga
en los cítricos son especies foráneas que a nuestro territorio era previsible debido
ingresaron y se establecieron en Uruguay a la rápida expansión que la misma
gradualmente desde el inicio de la citricul- estaba experimentando a nivel mundial
tura. Muchas de estas especies son he- y particularmente por su presencia en
mípteros, pero también se encuentran co- países de la región. Al continente ame-
múnmente coleópteros, dípteros, tisanóp- ricano ingresó en 1993 por el Estado de
teros, himenópteros y ácaros los cuales Florida en Estados Unidos y a partir de
frecuentemente u ocasionalmente provo- ese momento, se produce una rápida
can daños de importancia en el cultivo. El dispersión por Norte, Centro y Sudamé-
10 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

rica. A solo dos o tres años de su Desde su introducción en el año 1997,


introducción al continente la plaga se la Unidad de Entomología de la Facultad
encontró en Argentina y en Brasil. de Agronomía y el Instituto Nacional de
La larva de P. citrella realiza galerías Investigación Agropecuaria (INIA-Salto Gran-
en las hojas tiernas, daño directo que de e INIA -Las Brujas) vienen realizando
afecta en mayor medida a las plantas investigaciones conjuntas con el objetivo
más jóvenes. Provoca además daños de contribuir al manejo integrado del mina-
indirectos de relevancia, debido a que dor, generando una base amplia de infor-
las heridas causadas son una vía de mación sobre el comportamiento, biología
entrada de la bacteria Xanthomonas y ecología de esta plaga, y evaluando y
axonopodis pv citri, organismo causal desarrollando métodos de control adecua-
del cancro cítrico, enfermedad cuaren- dos. Una estrategia de control apropiada
tenaria considerada uno de los proble- implica que los métodos empleados no
mas sanitarios principales de la citricul- solo deben ser efectivos, sino también
tura. El ingreso del minador generó un compatibles con el manejo de plagas que
nuevo e importante factor de riesgo de en dicho cultivo se realiza, y de esta
aumento de la incidencia de la enferme- manera evitar posteriores desequilibrios
dad. en al agroecosistema citrícola. En este
sentido los estudios se centraron en la
Las características propias de la evaluación de los enemigos naturales lo-
especie tales como sus hábitos mina- cales y de parasitoides foráneos. En el año
dores, la estrecha asociación a tejidos 2000 se puso en marcha un programa de
en crecimiento y su ciclo de desarrollo introducción de parasitoides, el cual repre-
corto con una gran superposición de sentó la primera experiencia de control
generaciones, la convierten en una pla- biológico aplicado en nuestros cítricos
ga de gran complejidad en su manejo. desde el año 1919, cuando se introduce el
Para la supresión de sus poblaciones depredador Rodolia cardinalis para el con-
son necesarias repetidas intervencio- trol de la cochinilla acanalada Icerya pur-
nes químicas, lo que genera, además chasi. También, se realizaron estudios
de un aumento en los costos de produc- sobre control químico, considerado como
ción, otros posibles efectos negativos un método complementario en el manejo
tales como la aparición de resistencia integrado de la plaga. Se evaluó la efectivi-
de la plaga, presencia de residuos en dad de distintos insecticidas, algunos de
los alimentos y en el medioambiente y última generación, y se determinaron mo-
disminución de las poblaciones de ene- mentos de aplicación oportunos, como
migos naturales del minador y de otras forma de disminuir al máximo el número de
especies fitófagas. El efecto perjudicial intervenciones. Asimismo, se testó la se-
sobre la fauna benéfica toma relevancia lectividad de varios de los productos sobre
en el cultivo de cítricos donde, como ya los enemigos naturales principales de mi-
se mencionó, la gran mayoría de los nador.
fitófagos que viven sobre él, se encuen-
La investigación fue financiada por la
tran regulados naturalmente. En un prin-
Comisión Sectorial de Investigación Cien-
cipio, el control químico se restringía a
tífica (Universidad de la República), el Fon-
plantas de vivero y montes jóvenes,
do de Promoción de Tecnología Agrope-
situaciones en las cuales se considera-
ba que el daño directo provocado por el cuaria ( INIA ) y la Dirección General de
minador justificaba el empleo de insec- Servicios Agrícolas del Ministerio de Ga-
ticidas. Sin embargo, debido al aumen- nadería, Agricultura y Pesca (DGSA). Para
to de la incidencia del cancro cítrico en la realización de algunos de los trabajos se
las plantaciones, el control químico se recibieron aportes complementarios de em-
extendió a árboles en plena producción presas citrícolas y de agroquímicos. Estas
y en muchos casos se realizaron un fuentes de financiamiento permitieron el
número muy alto de aplicaciones en un desarrollo de un programa de investigación
intento de proteger las brotaciones, in- constante en el tiempo y coordinado a
dependientemente del nivel de pobla- escala nacional. Es de destacar el perma-
ción que presentaba la plaga. nente apoyo recibido de los productores y
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 11
de los técnicos asesores de cítricos en estudios de fluctuación de las poblacio-
todos los trabajos realizados. En el equipo nes en relación a los períodos de brota-
de trabajo participaron: Beatriz Scatoni, ciones de los cítricos y a variables
Carlos Bentancourt, Jorge Pazos y Jorge climáticas, conocimientos fundamen-
Franco de Facultad de Agronomía, Jorge tales para el desarrollo de planes de
Paullier de INIA - Las Brujas y José Buena- manejo de la plaga en el cultivo. Tam-
hora de INIA-Salto Grande. Se recibió ase- bién se hace referencia a los principa-
soramiento de investigadores de institu- les enemigos naturales de la plaga en el
ciones extranjeras: Antonio Garrido ( IVIA, mundo, así como a los identificados en
España), Fernando García–Marí (Universi- la región y específicamente en nuestro
dad Politécnica de Valencia, España); país. Este relevamiento es un paso
Eduardo Willink (Estación Experimental previo para llevar adelante programas
Agroindustrial Obispo Colombres, Tucu- de control biológico aplicado. El capítu-
mán, Argentina); Roberto Postali Parra lo cuatro se centra en Cirrospilus neo-
(ESALQ - San Pablo, Brasil), Kazuaki Kami- tropicus, el parasitoide predominante
en nuestra región. Presentamos los
jo (Proyecto INIA- JICA: Protección de árbo-
principales avances obtenidos en el co-
les frutales).
nocimiento biológico y en el parasitis-
El objetivo de esta publicación es pre- mo, como una contribución para la eva-
sentar los conocimientos bioecológicos luación de esta especie como regula-
que se tienen de la plaga, enfatizando los dor de las poblaciones del minador. Los
generados en las condiciones de nuestro últimos capítulos se refieren al control
país y divulgar los resultados del programa biológico aplicado, al cual considera-
de control biológico llevado adelante. En el mos como el pilar fundamental en el
capítulo dos se tratan aspectos generales desarrollo del manejo integrado de pla-
como son la distribución actual de P. citre- gas en el cultivo. Mientras que en el
lla, sus hospederos, el reconocimiento de capítulo cinco se tratan algunos aspec-
los diferentes estados de desarrollo, la tos generales y varios programas de
identificación de sus daños, así como se control biológico clásico realizados en
discute su importancia económica. El ca- algunas zonas citrícolas, en el capítulo
pítulo tres se refiere a los aspectos bioló- seis se reseñan específicamente al lle-
gicos, de comportamiento y ecológicos de vado adelante en Uruguay, marcando
la plaga. Así mismo, se presentan los sus logros y dificultades.
principales resultados obtenidos en los
12 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 13
Asplanato, G.* Capítulo II
*
Departamento de Protección Vegetal.
Reconocimiento,
Facultad de Agronomía UDELAR daños e importancia
económica

1. Ubicación taxonómica los últimos estadios pueden perder sus


hábitos endofíticos, presentan patas
desarrolladas y las piezas bucales se
Phyllocnistis citrella Stainton adaptan para cortar los tejidos. Las
galerías tienen formas diversas, pue-
ORDEN: Lepidoptera den ser serpenteantes, ovales o circu-
lares. Algunas especies pueden cortar
FAMILIA: Gracillariidae
y enrollar el folíolo formando un refugio
SUBFAMILIA: Phyllocnistinae donde pupan (Davis, 1987; Nielsen y
Common,1991).

Los lepidópteros de la familia Gracilla- La subfamilia Phyllocnistinae com-


riidae son pequeños insectos minadores prende a mariposas muy pequeñas,
de hojas, tallos y frutos. Algunas especies generalmente de coloraciones blanque-
son consideradas de importancia econó- cinas brillantes y con diseños en las
mica. En Uruguay se destaca Phyllocnistis alas distintivos. La larva produce minas
citrella por los daños que produce en los en forma de serpentina y de coloración
cítricos. Otra especie frecuente, aunque plateada. Tiene un último instar fuerte-
no de relevancia, es Porphyrosela minuta, mente modificado, es ápodo y no se
la cual vive sobre tréboles (Bentancourt y alimenta. La pupa se encuentra dentro
Scatoni, 2006). de una cámara construida por hilos de
seda que pliegan los tejidos vegetales
Los adultos de los graciláridos son (Nielsen y Common, 1991).
mariposas que miden entre 5 a 20 mm,
El minador de la hoja de los cítricos,
presentan el cuerpo delgado frecuente-
Phyllocnistis citrella, es una especie pro-
mente con colores vistosos y reflejos me-
bablemente originaria del sudeste asiáti-
tálicos, a veces con bandas y manchas
co, zona donde son también originarias
notorias. Las antenas son tan o más largas
sus plantas hospederas, los cítricos y
que las alas anteriores. Las alas son estre-
otras rutáceas. Fue descrito por primera
chas, lanceoladas y con largos pelos en su
vez por Stainton en 1856 de material
margen. Las larvas de los primeros esta-
colectado sobre cítricos en la India (Knapp
dios presentan las piezas bucales adapta-
et al., 1995; Hoy y Nguyen, 1997).
das para alimentarse de la savia de sus
plantas hospederas. Son los únicos lepi-
dópteros que presentan un estado larvario 2. Descripción de las fases
que se alimenta de savia. Las patas verda-
deras y las falsas están muy reducidas o de desarrollo
ausentes. Forman túneles y cavidades en
la capa interior de las hojas donde viven y La descripción de los distintos esta-
se desarrollan, al menos durante parte de dos de desarrollo aquí presentada está
su vida. En algunas especies, las larvas de basada en las realizadas por Knapp et
14 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

al. (1995), Sánchez et al. (2002), y Larva. Al eclosionar, la larva neonata


observaciones realizadas en nuestros traspasa la epidermis de la hoja y comien-
trabajos. za inmediatamente a formar la mina se-
Adulto. El adulto de P. citrella es parando, mediante movimientos de la cáp-
una pequeña mariposa con las alas y el sula cefálica, las células por debajo de la
cuerpo de color blanco nacarado (Figu- cutícula y alimentándose de los jugos pro-
ra 2.1). Mide de 2 a 3 mm de longitud y ducidos. La larva siempre permanece den-
de 4 a 5 mm de expansión alar. Las alas tro de la galería que construye. Posee las
son escamosas con numerosos pelos patas muy pequeñas y los movimientos se
marginales largos. Las anteriores po- realizan por contracciones y expansiones
seen varias franjas oscuras transversa- de los segmentos del cuerpo. Pasa por
les y longitudinales. En su extremo cuatro estadios larvarios.
apical presentan una mancha negra Durante el primer estadio de desarrollo
bien notoria y un fleco de cerdas largas. (L1) mide entre 0,5 y 1mm, es translúcida
Las alas posteriores son muy estre- y con el cuerpo comprimido dorsoventral-
chas y con un fleco de color blanco. mente (Figura 2.2). La cabeza y el tórax
Posee antenas filiformes largas. Las son notoriamente más anchos que el resto
diferencias morfológicas externas en- del cuerpo. Realiza una galería lineal muy
tre los sexos no son notorias. tenue, la cual se inicia comúnmente cerca
de la nervadura central y se extiende de
forma paralela a la misma hasta alcanzar
la parte basal de la hoja.

Figura 2.2. Larva de primer estadio (L1). La


galería es lineal y en general corre
paralela a la nervadura central.

En el segundo estadio larvario (L2) ad-


quiere una coloración amarillo pálido y
alcanza una longitud de entre 1,6 y 2,1 mm
Figura 2.1. Adulto de P. citrella. Presenta (Figura 2.3). El protórax es más ancho que
un color blanco nacarado. Las alas po- la cabeza y el resto del cuerpo. En este
seen una mancha negra en el ápice y estadio la galería comienza a hacerse
bandas transversales y longitudinales.
sinuosa.
La larva de tercer estadio (L3) mide aproxi-
Huevo. Los huevos son muy peque- madamente 3 mm al final del período, pre-
ños de 0,3 x 0,2mm, difíciles de obser- senta un color amarillo más definido, los
var a simple vista y se confunden con segmentos son claramente visibles y no
gotas de agua. Recién puestos son muestra un ensanchamiento en su parte
transparentes y próximo a la eclosión anterior (Figura 2.4). La mina es muy notoria
adquieren una coloración amarillenta y con la forma sinuosa característica.
opaca. Tienen forma lenticular, suave-
mente convexos, de aspecto céreo y al Al final de su desarrollo, la larva se
ser removidos muestran una consisten- dirige por lo general hacia el margen de la
cia gelatinosa. Son colocados individual- hoja donde pasa al cuarto estadio, general-
mente tanto en el haz como en el envés mente denominado prepupa. En hospede-
de las hojas. ros de hojas grandes o cuando los huevos
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 15

Figura 2.3. Larvas de segundo estadio (L2).


La galería comienza a hacerse
sinuosa.

Figura 2.4. Larva de tercer estadio (L3). La galería


es serpentiforme.

Larva de cuarto estadio o


prepupa. Realiza una cámara
son depositados en los folíolos total-
con hilos de seda que al
mente expandidos, a veces el insecto secarse se contraen y doblan
no logra alcanzar el borde de la lámina la hoja.
foliar, aunque esto no impide que
continúe su desarrollo.
Al final de su desarrollo la larva se
dirige en general hacia el borde de la
hoja
Prepupa. La prepupa es de
color blanquecino, adquiere una
forma casi cilíndrica con los seg-
mentos torácicos algo más an-
chos que el resto del cuerpo
(Figura 2.5). Mide aproximada-
mente 3,5 mm. En este estado el
insecto no se alimenta y cons-
truye una cámara cubriendo las
paredes internas de la mina con
hilos de seda que al secarse se
contraen haciendo que el borde
Hoja con una alta infestación de la
de la hoja se pliegue. De esta Pupa dentro de su cámara en el plaga. Se observan varias galerías y
manera se forma una estructura margen de la hoja cámaras pupales.
de protección donde el insecto
Figura 2.5. Prepupa (larva de cuarto estadio) y pupas de P. citrella.
pupa.
16 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Pupa. La pupa obtecta es de forma A principios de los años 90 se produce


ahusada, mide entre 2,5 y 2,8 mm de una segunda fase de dispersión en la cual
largo (Figura 2.5). Presenta inicialmen- el minador mostró un rápido proceso de
te una coloración amarilla-castaña, se colonización de otras regiones del mundo
oscurece con el tiempo y próximo a la y en la cual alcanzó los continentes euro-
emergencia adquiere un color marrón peo y americano. También, en esa etapa
oscuro. En la cabeza posee una espina P. citrella resurgió y se dispersó rápida-
muy quitinizada, estructura que utiliza mente a otras zonas citrícolas en países
para romper el velo sedoso de la cámara como Sudáfrica y Australia donde la plaga
pupal en el momento de la emergencia. ya había sido registrada (Smith y Beattie,
Por lo general la exuvia queda en el 1996; de Villiers, 1998, Ware y Hattingh,
punto de salida del insecto adulto. En 1996). Es realmente extraordinaria la velo-
este estado es posible la diferenciación cidad con que la plaga llegó a ocupar
de sexos (Jacas y Garrido, 1996). En la grandes áreas, a veces países enteros, en
hembra el último segmento visible es de el mismo año en que ingresaba (Hoy y
mayor longitud que el del macho y Nguyen, 1997). En la mayoría de las nue-
posee un par de cerdas laterales largas. vas zonas donde se establecía, adquiría la
condición de plaga importante.
En Europa se detecta en España en el
3. Distribución
año 1993 en Málaga y Cádiz (Garijo y
El minador de la hoja de los cítricos, García, 1994) extendiéndose pronto a otras
especie probablemente originaria del provincias. Al poco tiempo se encontró en
sudeste asiático, actualmente se pue- Italia, Portugal, Francia, Grecia, llegando
de considerar cosmopolita, encontrán- también a Israel, Turquía, Jordania, Egip-
dose en todas las zonas citrícolas del to, Argelia y Marruecos (Knapp et al.,
mundo (Figura 2.6). 1995). Actualmente ocupa toda la cuenca
mediterránea.
En una fase inicial de dispersión que
ocupa gran parte del siglo XX , la plaga Al igual que en Europa, la introducción
se expandió lenta y contínuamente ocu- de la plaga en el continente americano fue
pando fundamentalmente zonas tropi- en el año 1993. Se detectó en principio en
cales y subtropicales de Asia, África y el estado de Florida en Estados Unidos, y
Oceanía. Durante este proceso el mina- rápidamente se extendió a otras zonas
dor ingresó a Filipinas, Japón, Corea, próximas (Heppner, 1993; Knapp et al.,
Indonesia, Taiwán, Irán, Irak, Arabia 1995). Se dispersó también hacia el Caribe
Saudita, Australia y Sudáfrica (Hepp- y el sur del continente, alcanzando la
ner, 1993). mayor parte de Centroamérica y América
del Sur. En el mismo año se registró en

Figura 2.6. Distribución mundial del minador de la hoja de los cítricos. Adaptado de
Knapp et al., 1995.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 17
Cuba, en las Islas Caimán, Belice y Costa intercambio de material vegetal entre las
Rica. En el año 1995, se detectó en Vene- regiones es un factor que posiblemente
zuela, Colombia, Perú y Argentina. En contribuyó a su dispersión a largas dis-
Argentina se observó por vez primera a tancias y explicaría, en gran medida, la
fines de 1995 en la provincia de Tucumán actual distribución del minador de la hoja
(Willink, et al., 1996), y ya en febrero- de los cítricos.
marzo del año siguiente se encontraba
presente en toda la región del noroeste. A
fines del año 1996 se detecta en las provin- 4. Hospederos
cias de Corrientes y Concordia (Cáceres,
1999 b; Putruele y Petit, 1999). En Brasil se El minador de la hoja de los cítricos
reporta en marzo de 1996 al sur del estado de se encuentra estrechamente relaciona-
San Pablo (Feichtenberger y Raga. 1996; do con plantas integrantes de la familia
Prates et al., 1996) y a fines de ese mismo de las rutáceas. Está citado sobre más
año la plaga fue encontrada en Minas Gerais, de 50 cultivares, especialmente perte-
Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul. necientes al género Citrus, pero tam-
En el año 1998 se detecta en Chile (Servicio bién en otras rutáceas como Murraya
Agrícola Ganadero-Gobierno de Chile, 2005) paniculada y Poncirus trifoliata. En la
y en el año 2000 en California (EE.UU.) actualidad todas las especies de cítri-
(Grafton-Cardwell et al., 2007), siendo éstas cos y sus híbridos cultivados son ata-
las últimas zonas citrícolas invadidas en el cados con mayor o menor intensidad.
continente americano. Se citan también plantas hospederas
pertenecientes a otras familias:
La presencia del minador de la hoja los Oleaceae, Clusiaceae, Loranthaceae,
cítricos en la región y la rápida dispersión Leguminosae, Lauraceae, Fabaceae y
que había mostrado en las diferentes zo- Tiliaceae (Heppner, 1993; De Prins y
nas donde ingresaba, hacía que fuera pre- De Prins, 2005). Sin embargo, algunos
visible su introducción a Uruguay. El in- de los hospederos reportados no son
secto se detectó a mediados de enero de apropiadas para el desarrollo del minador
1997 en quintas de cítricos en la zona y las larvas no prosperan (Heppner,
norte, primero en el departamento de Salto 1993), y otros necesitan confirmación
y seguidamente en el de Paysandú. Aproxi- (De Prins y De Prins, 2005).
madamente un mes después se encontró
en varias plantaciones comerciales de la En Uruguay su presencia ha sido
zona sur. En ese mismo momento, se registrada en todos los cultivares de
observaron también ataques en quintas del naranjos (Citrus sinensis), limoneros
departamento de Rivera. En la temporada (Citrus limon), pomelos (Citrus paradisi),
siguiente el insecto ya se encontraba disper- mandarinos (Citrus reticulata) y los
so en todo el territorio nacional. Desde un híbridos ‘Ortanique’, ‘Nova’, ‘Murcott’, y
principio la plaga produjo daños muy eviden- ‘Ellendale’. También se ha observado
tes en todas las variedades cultivadas y atacando ‘Kumquat’ (Fortunella spp.),
tanto en plantas jóvenes como en plena limón ‘Cravo’ (Citrus limonia), trifolia
producción. Aunque los niveles poblacionales (Poncirus trifoliata) y sus híbridos.
fueron variables, en muchos casos se obser-
varon infestaciones muy severas. 5. Daños
No se conocen las razones por las
cuales se produjo esa muy rápida y eficaz Daños directos
dispersión de P. citrella a fines del Siglo XX,
extendiéndose por todas las regiones Los daños son producidos por las
citrícolas del mundo. La alta movilidad, larvas y están restringidos fundamen-
gran capacidad de multiplicación y de adap- talmente a las hojas tiernas de los
tarse a condiciones ambientales muy di- brotes. Las hembras realizan la puesta
versas son características propias de la en el haz y en el envés principalmente
especie que pueden explicar, por lo menos de las hojas recientemente emergidas.
en parte, su amplia expansión. También la Las hojas endurecidas no son ataca-
dispersión pasiva del insecto por el viento, das. Cuando se completa el desarrollo
es otra forma por la cual el insecto podría embrionario, la larva perfora el huevo por
alcanzar áreas más lejanas. Por otro lado, el la superficie que se encuentra en contac-
18 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

to con el tejido vegetal, penetra directa- Los daños que las larvas realizan en las
mente a la hoja, se instala y comienza a hojas en desarrollo, conducen a un proce-
alimentarse causando galerías muy ca- so de deshidratación, necrosis y rotura de
racterísticas, sinuosas, serpentiformes y tejidos, pudiendo provocar finalmente
de coloración plateada. defoliación. Aunque la lámina foliar puede
La larva se alimenta de las células continuar expandiéndose y endureciéndo-
epidérmicas, dejando la cutícula y la se a pesar del daño que se produce en la
pared celular externa intactas las cua- epidermis, en general las hojas se enrollan y
les forman el techo de la mina. Progresa deforman. Esto provoca una disminución del
a través del tejido por movimientos late- área fotosintética lo cual podría traducirse en
rales y hacia delante de la cápsula reducción de los rendimientos o pérdidas de
cefálica. Estos movimientos producen vigor de la planta.
una presión contra las células epidérmi- La intensidad del daño va a depender de
cas más próximas provocando su ruptu- la abundancia de larvas en las hojas y del
ra (Achor et al., 1997). El contenido de tamaño de éstas al momento del ataque
las células destruidas es consumido (Figura 2.7). Una larva puede afectar el
por las larvas a través de una activa 50% de la superficie de una de las caras de
succión. La mina presenta una colora- los folíolos (Robles et al., 2005). Cuanto
ción plateada debido a la entrada de más tierna es la hoja en el momento del
aire por debajo de la cutícula. Los ex- ataque, el daño final será mayor. Si las
crementos del insecto se acumulan y hojas son pequeñas y soportan altas po-
forman una línea visible en el centro de blaciones, las larvas agotan rápidamente
la mina. Inicialmente son blanquecinos el alimento disponible. En este caso, a
y posteriormente se oscurecen. A partir pesar de que los folíolos pueden continuar
del segundo estadio larvario, la mina se creciendo, su tamaño final será menor y
ensancha, adquiere la forma sinuosa presentarán un mayor grado de deforma-
característica y puede llegar a ocupar ción. Si las poblaciones son bajas, los
gran parte del limbo. En general no tejidos pueden regenerarse, las hojas lo-
atraviesa la nervadura central ni pasa a gran alcanzar su tamaño definitivo y man-
la otra cara. Una sola larva puede con- tener su capacidad fotosintética.
sumir entre 1 y 7 cm2 de la lámina foliar Las condiciones climáticas predomi-
(Knapp et al., 1995). nantes en los momentos de brotaciones
La respuesta de la planta es el desa- también influyen en la severidad de los
rrollo a lo largo de la mina de un tejido daños provocados por las larvas. Cuando
calloso con células grandes, turgentes las temperaturas son altas son más inten-
y con paredes delgadas. Las condicio- sos, debido a que se produce una mayor
nes apropiadas de humedad que se deshidratación de los tejidos y fundamen-
mantienen en el ambiente protegido del talmente a que la tasa de crecimiento de la
interior de la galería permiten la forma- mina es mayor a la de la hoja (Granda,
ción de este tipo de células. Si la cu- 2000).
bierta de la mina permanece intacta, las En Uruguay a fines de verano–inicio de
células de callo desarrollan una capa otoño en condiciones de altas poblacio-
gruesa de cutícula, la cual es cubierta nes, es frecuente encontrar en limoneros
posteriormente por pequeñas placas de más de 10 larvas en una misma hoja. En
cera. De esta manera la galería se estas situaciones el daño es muy notorio
recubre de una nueva capa epidérmica. con prácticamente todos los brotes ataca-
Sin embargo es común que por acción dos y con la mayoría de las hojas fuerte-
del viento y lluvia o simplemente por la mente deformadas y a veces completa-
propia expansión de la hoja, la fina capa mente defoliados.
de cutícula se desgarre, creando aber-
turas que provocan desecación de los Otras estructuras del árbol que pueden
tejidos internos y favorecen la invasión ser dañadas, aunque en menor medida que
por microorganismos. En este caso, las hojas, son los tallos tiernos de los
ante la herida producida, es probable brotes y los frutos pequeños en crecimien-
que se forme un peridermo constituido to. Estas estructuras son atacadas solo
por capas de tejidos suberizados y cuando las poblaciones de la plaga son
lignificados (Achor et al., 1997). elevadas y existe una escasez de hojas
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 19

Figura 2.7. Brotes atacados por el minador mostrando diferente


intensidad de daño.

tiernas. La hembra puede realizar la pues-


ta en los tallos de los brotes, siempre que
sean tiernos y suculentos. Si bien la larva
se desarrolla y forma galerías similares a
las observadas en las hojas, no puede
pupar por no poder formar un pliegue que le
permitan alojarse en su interior. La herida
realizada en estos tejidos cicatriza y no
tiene consecuencias posteriores de enti-
dad. En los frutos pequeños también se
pueden observar galerías superficiales de
la forma sinuosa característica (Figura 2.8),
pero las larvas encuentran las mismas
dificultades para pupar que en los tallos,
por lo que el ciclo no se completa. (Knapp
et al.,1995).
La incidencia del daño de minador so-
bre el desarrollo vegetativo y la producción Figura 2.8. Galería de minador en fruto. Cuando las poblaciones
del árbol depende de varios factores, prin- son elevadas y los brotes escasos, las hembras
cipalmente de la edad de la planta y de la pueden oviponer en tallos tiernos y en frutos en
abundancia y distribución de las brotacio- desarrollo. En estos casos el desarrollo del insecto
nes en relación a las fluctuaciones de las se interrumpe al no poder pupar.
poblaciones de la plaga.
20 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

En nuestra región la abundancia de la parte de la biomasa del árbol no es afecta-


plaga es alta durante los periodos de da por el minador. Sin embargo, Peña et al.
brotación de verano y otoño, cuando se (2000) encontraron una correlación lineal
observan daños más o menos generali- negativa entre el área foliar afectada y el
zados en las hojas tiernas. La brotación número y peso de los frutos de lima ‘Tahití’
de primavera, la más importante desde el en las condiciones de Florida.
punto de vista cuantitativo, no es dañada En Uruguay la incidencia del daño di-
significativamente. Todos los cítricos son recto del minador en las plantas en plena
atacados por el lepidóptero, pero los producción disminuye por la aparición tar-
limoneros al presentar brotaciones más día de la plaga. La brotación de primavera,
extendidas en el tiempo soportan ata- en la cual se producen la mayoría de los
ques más continuos. Inclusive en invier- brotes del año, prácticamente no es afec-
nos benignos, se observan galerías en tada por la plaga. A pesar de que ninguna
los brotes surgidos en la parte más inter- otra plaga afectó las hojas de los cítricos
na y protegida de la copa de los limone- de forma tan severa, rápida y generalizada,
ros. También, las prácticas de manejo podemos afirmar que los rendimientos no
como el riego o la poda, que estimulan la se han visto deprimidos sustancialmente.
formación de brotes de forma más conti- Aunque no se han realizado evaluaciones
nua, favorecen el incremento de las po- económicas precisas, no se ha observado
blaciones de la plaga. hasta el momento, a más de 10 años
En relación a la edad de los árboles, desde el ingreso de la plaga, una reducción
los mayores daños tienen lugar en las en el número o el tamaño de los frutos.
plantas más jóvenes las cuales presen-
tan su copa en formación, una intensi-
Daños indirectos
dad de brotación mayor y acumulan
menos reservas. Las infestaciones cons-
Además de los daños directos produci-
tantes y generalizadas en las plantas
dos por la alimentación de las larvas, P.
jóvenes y causan alteraciones en su
citrella provoca daños de forma indirecta.
crecimiento y disminución del vigor.
La presencia de la plaga puede cambiar la
Como consecuencia del ataque se pue-
situación de otros fitófagos que ocupan el
de producir un retardo en la entrada en
mismo nicho (Figura 2.9), en algunos ca-
producción de las plantas así como una
sos compitiendo por el mismo recurso, y
merma en la producción total (Argov et
en otros favoreciendo el aumento de las
al., 1995; Knapp et al., 1995; Albrigo,
poblaciones ya que las hojas dañadas se
1996). Aunque existen diferencias en-
convierten en apropiadas para su desarro-
tre los distintos cultivares y entre zonas
llo. En este sentido, los pulgones y mos-
citrícolas, se puede afirmar que en ge-
cas blancas podrían competir con el minador
neral las plantas maduras sufren en
por la explotación de las hojas tiernas de
menor grado los daños del minador.
los brotes. De cualquier manera, es común
Los árboles adultos presentan propor-
encontrar en las hojas atacadas por
cionalmente una menor brotación y la
minador altas poblaciones de pulgones
copa estructurada, sufren menos el ata-
(Toxoptera spp., Aphis spiraecola) y eleva-
que de la plaga, logran compensar la
das densidades de huevos de Dialeurodes
disminución del área fotosintética y de
citrifoli. Por otro lado, es de destacar que
esta manera no se vería afectada su
las cochinillas harinosas (Pseudococcidae)
producción. En estudios realizados en
se vieron favorecidas al encontrar en las
la zona de Valencia (España), a pesar
hojas enrolladas por el minador, lugares
de que se registró una alta densidad de
propicios para refugiarse y desarrollarse.
población de minador y una pérdida de
área foliar de aproximadamente el 50% Asimismo, la lesión producida por las
durante las brotaciones de verano y larvas en los tejidos deja expuesto al
otoño, no se encontraron en el mediano mesófilo foliar y puede ser una vía de
plazo efectos sobre número y diámetro entrada de patógenos. Este daño indirecto
de frutos, ni en los patrones de brotación es de particular importancia en nuestra
y floración (García-Marí et al., 2002). La citricultura. El cancro cítrico, enfermedad
formación de nuevos brotes se concen- bacteriana producida por Xanhomonas
tra en la primavera, por lo que la mayor axonopodis pv citri, se encuentra presente
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 21
Pseudocóccido usando la cámara pupal del
minador como refugio. También se observan las
pupas típicas del parasitoide introducido
Ageniaspis citricola

Pulgones y huevos de mosca blanca en hojas tiernas dañadas por minador.

Figura 2.9. Algunos ejemplos de otros fitófagos que utilizan el mismo recurso que el minador.

en la mayoría de las zonas de producción penetrar al mesófilo de la hoja. La larva


de cítricos en el mundo. Conjuntamente al alimentarse, levanta la cutícula lo
con el ingreso del minador en nuevas áreas, que facilita la infiltración de agua con
se observó un aumento de la incidencia de bacterias, particularmente cuando se
la enfermedad y un cambio de su patrón de dan condiciones de lluvias y viento. La
distribución (Gottwald et al.,1997, 2007). tasa de infección en las hojas dañadas
Esta interacción entre el insecto y el patóge- por las larvas es similar a las de las
no se convirtió, sin dudas, en uno de los hojas que presentan lesiones mecáni-
mayores problemas sanitarios de la cas (Chagas et al., 2001). Además, la
citricultura, dejando en un plano muy secun- concentración de inóculo necesaria para
dario el daño directo provocado por la plaga. que se produzca la infección es menor
en hojas dañadas por el minador
Aunque los adultos del minador no son
(Christiano, 2003). En las plantas con
vectores eficientes de la bacteria (Belasque
daño del insecto, los tejidos permane-
Jr. et al., 2005), el daño que produce la
cen susceptibles por más tiempo, el
larva es relevante en la epidemiología de la
período de incubación de la enfermedad
enfermedad. La bacteria penetra a los te-
es menor y la severidad de la misma se
jidos por aberturas naturales, generalmen-
incrementa (Jesús Jr. et al., 2006). Los
te a través de los estomas, o por las
daños provocados por las larvas de tercer
heridas causadas fundamentalmente por
estadio y las pupas provocan una mayor
viento. Las heridas que las larvas del
severidad de la enfermedad comparado
minador generan en las hojas constituyen
con otras formas de penetración
un número importante de nuevas aberturas
(Christiano, 2003).
a través de las cuales el patógeno puede
22 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Figura 2.10. Lesiones de cancro cítrico a lo largo de la galería producida por el minador.

Una vez que la bacteria ingresa a los Tiene como plantas hospederas principalmen-
tejidos, la larva del minador puede contami- te a rutáceas del género Citrus.
narse y trasladar el inóculo, contribuyendo
A principios de la década del 90, el insecto
de esta manera a su expansión (Graham et
manifestó una fase de dispersión muy rápida
al., 1996; Gottwald et al., 1997). Cuando el
alcanzando a los continentes americano y
proceso de infección se establece, se pro-
europeo. Actualmente se encuentra en todas
ducen lesiones a lo largo de la mina, las
las zonas citrícolas del mundo. En América se
cuales se unen formando grandes áreas
lo detecta por primera vez en el año 1993 en el
afectadas (Figura 2.10), a diferencia de las
estado de Florida en Estados Unidos. En
que se originan por infección estomática
Uruguay se observó en enero de 1997 en
que en general son aisladas. Dentro de la
quintas del departamento de Salto en el norte
galería existen condiciones microclimáticas
del país, y un mes después ya se la encontró
de temperatura y humedad que favorecen
en la zona citrícola sur de forma muy extendi-
el desarrollo de la bacteria (Chagas et al.,
da.
2001). Esta mayor superficie de tejidos de
la planta lesionados, se constituiría en una Los daños de P. citrella son producidos por
fuente de inóculo más efectiva (Cook, 1988; las larvas en las hojas tiernas de los brotes.
Graham et al., 1996; Chagas et al., 2001). Forma galerías muy características, de colora-
ción plateada, sinuosas y serpentiformes. Si
Las características de la interacción
las poblaciones son bajas, los tejidos se
insecto-patógeno, pueden explicar la ma-
regeneran, las hojas alcanzan su tamaño de-
yor incidencia de la enfermedad detectada
finitivo y de esta manera no es afectada su
en algunas regiones citrícolas después del
capacidad fotosintética. Sin embargo cuando
ingreso de P. citrella.
las poblaciones son altas se puede producir
En Uruguay, el cancro cítrico estaba en deformación de hojas, deshidratación,
proceso de expansión y con la introducción necrosis, rotura de tejidos y defoliación. El
del minador su problemática se agravó. El daño directo de la plaga tiene una mayor
gran número de heridas que las larvas incidencia en las plantas en formación, de
forman en las hojas y la extensión de las viveros y montes recién instalados. En los
mismas, generaron indudablemente nue- árboles adultos en plena producción, el efecto
vas vías de entrada favoreciendo el desarro- del insecto es mucho menor.
llo y propagación de la bacteria. Cuando las
La herida que las larvas de minador produ-
condiciones climáticas son propicias para
cen en las hojas son aberturas por las cuales
el desarrollo de la bacteria, es común
el patógeno puede penetrar al mesófilo de la
observar galerías de minador completa-
hoja. En las hojas dañadas la concentración
mente cubiertas por lesiones de cancro.
de inóculo necesaria para que se produzca la
infección es menor, los tejidos permanecen
6. Resumen susceptibles por mayor tiempo, el período de
incubación es menor y la severidad de la
El minador de la hoja de los cítricos enfermedad es mayor. Cuando el proceso de
Phyllocnistis citrella es un gracilárido pro- infección se establece, se producen lesiones
bablemente originario del sudeste asiático. a lo largo de la mina, las cuales se unen
formando grandes áreas afectadas.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 23
Asplanato, G.* Capítulo III
Biología, ecología y
enemigos naturales
*
Departamento de Protección Vegetal.
Facultad de Agronomía UDELAR

1. Biología y comportamiento huevos por hembra a lo largo de su vida


a una temperatura de 20º C y de 70 a
Los adultos de P. citrella son de hábitos 25º C. Además, la humedad relativa alta
crepusculares y nocturnos, son activos favorece la puesta y la sobrevivencia de
desde el ocaso hasta unas horas antes del los huevos. Tanto el número de huevos
amanecer cuando las temperaturas son depositados como la eclosión de los
superiores a 9ºC (García-Marí et al., 1994). mismos es mayor a 70 % de HR (Chagas,
Durante el resto del día permanecen inac- 1999).
tivos en lugares protegidos y sombreados,
debajo de las hojas o en el tronco. Se Las hembras oviponen en hojas tier-
alimentan de néctar. La longevidad de las nas, recién formadas, preferentemente
hembras está muy influenciada por la tempe- en tamaños que oscilan entre 10 y
ratura, pueden vivir más de 30 días a 15º C y 25 mm dependiendo de la variedad (Ga-
alrededor de 6 a 35º C (Margaix et al., 1998). rrido y Gascón, 1995; Chagas y Parra,
Soportan bastante bien las bajas temperatu- 2000; Farías y García-Marí, 2002). Los
ras del invierno sin realizar la puesta. Cuan- huevos son colocados de forma aisla-
do las temperaturas son nuevamente favo- da, en su mayoría a lo largo de la
rables y las plantas presentan brotes ade- nervadura central (Chagas y Parra,
cuados, logran reanudar su ciclo (Margaix 2000). Tanto el haz como el envés de
et al., 1998; Ujiye, 2000; Lim y Hoy, 2006). las hojas son sustratos adecuados.
En Uruguay se han observado adultos, Sin embargo, en las hojas pequeñas
huevos y larvas en desarrollo, durante in- menores a 10 mm se encuentra un
viernos benignos con temperaturas que mayor número de huevos en el envés,
permitieron el surgimiento de brotes recep- probablemente debido que esta zona
tivos. está más expuesta (Garrido y Gascón,
1995; Farías y García-Marí, 2002).
La cópula se produce entre 12 y 24
horas después de la emergencia de los El insecto presenta un desarrollo
adultos. El apareamiento es necesario para ininterrumpido a lo largo del año (Margaix
la puesta (Margaix et al., 1998). Reciente- et al., 2000; Lim y Hoy, 2006). El rango
mente se han identificado los componen- de temperaturas entre 18 y 32º C es
tes de la feromona que secreta la hembra adecuado para las diferentes fases del
para atraer al macho (Leal et al., 2006; desarrollo (Chagas y Parra, 2000). La
Moreira el al., 2006). La puesta comienza duración del ciclo de vida es muy varia-
después de un período variable entre 1 y 3 ble, oscila entre 11 a 52 días depen-
días dependiendo de las condiciones diendo de la temperatura (Knapp et al.,
climáticas (Garrido et al., 1998). La tempe- 1995; Margaix y Garrido, 2000). La
ratura óptima es de alrededor de 25º C, no eclosión del huevo ocurre entre los 2-10
logran oviponer tanto a temperaturas bajas días. La duración del período larvario es
de 15º C como altas de 35º C (Margaix et de 5-20 días y el de la pupa es de 6-22
al., 1998). La fecundidad de P. citrella es días (Knapp et al., 1995). El desarrollo
muy variable, claramente influenciada por se favorece con temperaturas relativa-
la temperatura. La fecundidad media en- mente altas, la óptima para el desarro-
contrada por Margaix et al. (1998) fue de 31 llo embrionario es de 30º C y para el
24 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

larval y pupal de 32º C (Chagas y Parra, mayor abundancia de huevos y larvas de


2000). Según Chagas (1999) el umbral primer estadio de desarrollo, en los basales
de desarrollo es de 10,4º C para los más desarrollados predominan las larvas
machos y 10,7º C para las hembras. La de tercer estadio, las prepupas y las pupas
constante térmica calculada con estos del minador (Figura 3.1). De la misma
umbrales es de 246 y 240 grados-días manera, la estructura de edades de la
respectivamente. Utilizando estos población en un brote difiere según el
parámetros estimamos que en Uruguay desarrollo de los mismos. En los brotes
el número de generaciones anuales es más recientes con la mayoría de sus hojas
de 11 a 13 en las condiciones de la zona pequeñas y tiernas, en proceso de expan-
norte y de 10 a 12 en la zona sur. sión a los cuales denominamos tipo 1
La preferencia marcada de las hem- (Figura 3.2), presentan una mayor canti-
bras por los tejidos en crecimiento, dad de huevos y de larvas pequeñas, sin
hace que las hojas de los brotes pre- embargo en los brotes más maduros, don-
senten una proporción diferente de los de las hojas basales son tiernas, están
distintos estados de desarrollo según expandidas pero no han alcanzado su ta-
su posición. Mientras que los folíolos maño definitivo (tipo 2), los estados de
apicales más nuevos contienen una desarrollo más avanzados son los más
abundantes (Figura 3.3).

L1 92% de los huevos


72% de las L1

8% de los huevos
24% de las L1
41% de las L2

L2 34% de las L3

50% de las L3
59% de la prepupas
85% de las pupas
L3

pupa

Figura 3.1. Distribución de los estados de desarrollo de P. citrella en brotes de


limoneros.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 25
Figura 3.2. Brotes de limoneros. Brote tipo
1= la mayoría de las hojas en
expansión. Brote tipo 2= hojas
basales tiernas, expandidas y
que aún no tienen su tamaño
definitivo.

LIMONEROS

P
100%
PP
80%
L3

60% L2

40% L1

H
20%

0%
tipo 1 tipo 2

NARANJOS VALENCIA

Figura 3.3. Proporción de los distintos 100% P


estados de desarrollo en
brotes de limoneros y 80% PP
naranjos. tipo 1= brote con
60% L3
la mayoría de las hojas en
expansión. tipo 2= brote con L2
40%
hojas basales tiernas,
L1
expandidas y que aún no 20%
tienen su tamaño definitivo. H
0%
tipo 1 tipo 2

2. Fluctuación estacional de las manejo realizado, el cual puede o no


promover las brotaciones. Aunque la
poblaciones
presencia de hojas adecuadas para la
La fluctuación estacional de las pobla- puesta indican un potencial desarrollo
ciones del minador de los cítricos varía en de la plaga, los factores climáticos,
función de la disponibilidad de brotes, re- principalmente la temperatura, pueden
curso imprescindible para su desarrollo, y condicionar el inicio del ataque o la
de las condiciones climáticas imperantes incidencia del mismo.
en los períodos de brotaciones. De esta Durante los meses de invierno, debi-
manera, la dinámica de la plaga está fuer- do a la casi ausencia de brotes y por las
temente relacionada con la fenología del bajas temperaturas, se dan las condi-
cultivo y variará según las especies y ciones más desfavorables para el
cultivares de cítricos, así como con el minador. En esta época los adultos no
26 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

encuentran hojas adecuadas donde reali- que lograron sobrevivir a las condiciones
zar la puesta y sus poblaciones se redu- desfavorables del invierno o por inmigra-
cen al máximo. La supervivencia se limita ción desde otros, donde las condiciones
a adultos que logran soportar bastante microclimáticas fueron más propicias.
bien las bajas temperaturas y al desarrollo Las poblaciones de la plaga aumentan
muy lento de larvas invernantes en los ya avanzada la primavera, cuando las con-
escasos brotes que surgen en las zonas diciones climáticas permiten su desarrollo
más resguardadas de la copa de los árbo- y multiplicación. La temperatura es un
les. P. citrella no presenta diapausa factor importante que condiciona el inicio
(Margaix et al., 2000; Lim y Hoy, 2006) y de los ataques en cada una de las zonas
es común observar en los inviernos más citrícolas de Uruguay y en un año en parti-
benignos, adultos en actividad, huevos y cular. En general, la abundancia del insec-
larvas en desarrollo en las hojas tiernas de to se incrementa a partir de octubre -
los pocos brotes disponibles. noviembre en la zona norte, y de noviembre
Al principio de la primavera la población – diciembre en la zona sur, cuando las
del minador se encuentra muy reducida. temperaturas mínimas superan los 15ºC
De esta manera, las brotaciones de prima- (Figuras 3.4 y 3.5).
vera que son las más abundantes, no son Durante el verano y el otoño, las pobla-
afectadas significativamente por el insec- ciones del insecto pueden aumentar de
to (Figuras 3.4 y 3.5). Las primeras forma continua dependiendo de la disponi-
infestaciones en un sitio en particular pue- bilidad de brotes sensibles, de las condi-
den provenir de poblaciones residentes ciones climáticas que favorezcan o limiten
su desarrollo y supervivencia, y de la ac-
insectos vivos ción de los enemigos naturales. P. citrella
9 brotes 25
2002-2003 2003-2004 2004-2005 2005-2006
presenta un alto potencial de incremento
8
debido a su gran capacidad reproductiva y
7
20
a su corto ciclo de vida. Se estima que el
6
número de generaciones en el período de
máxima actividad del minador (noviembre a
nº de brotes / 2m2
nº insectos / hoja

15
5
abril) es de 8-9 y de 7-8 en las zonas norte
4
10 y sur respectivamente. Las brotaciones
3 que surgen a fines del verano-principios del
2
5
otoño son potencialmente las más daña-
1
das por el minador (Figura 3.6). Cuando se
dan condiciones apropiadas para el desa-
0 0
rrollo y la multiplicación del insecto, es
MAX MIN
usual encontrar la totalidad de los brotes
35
atacados y con la mayoría de las hojas con
30
daño muy severo.
Las altas temperaturas unidas a bajas
25
humedades relativas son condiciones
20 climáticas que pueden limitar la abundancia
de las poblaciones, al provocar mortalidad de
ºC

15
huevos y principalmente de larvas de primer
10 estadio de desarrollo. Es frecuente encontrar
en veranos calurosos, una gran cantidad de
5
larvas muertas, sobre todo en quintas de la
0 zona norte donde las temperaturas pueden
15-1

31-3

15-6

31-8

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31-1

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15-3

31-5

15-8

31-10

superar los 40º C. Otro factor de mortalidad


importante son los enemigos naturales, que
actúan fundamentalmente durante el verano
Figura 3.4. Fluctuación de las poblaciones de P. citrella
en brotes tipo 1 de limoneros en una y el otoño.
parcela ubicada en la localidad de Kiyú, Los estudios realizados desde el ingre-
Departamento de San José, zona sur de so de la plaga a nuestro territorio en parce-
Uruguay. Promedios cada 15 días de las las sin tratamientos de insecticidas, mos-
temperaturas mínimas y máximas. traron que la abundancia del insecto es
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 27
muy diferente según el año y la parcela.
Las poblaciones oscilaron entre una me-
dia anual de 0,01 a 1,34 insectos/hoja en 9 insectos vivos 70
brotes
naranjos adultos ubicados en la zona nor-
8
te y de 0,39 y 2,89 en limoneros adultos de 2002-2003 2003-2004 2004-2005 2005-2006
60

la zona sur. Las máximas densidades se 7


50
registraron en otoño en parcelas de la 6

nº insectos/hoja
zona sur con más de 12 inmaduros/hoja.

nº brotes/2m2
5 40

En los últimos años se observó, particular- 4 30


mente en la zona norte, un descenso
3
acusado de las poblaciones de P. citrella 20

(Figura 3.5). Aunque en alguno de los 2

10
casos este decrecimiento estuvo relacio- 1

nado a la ausencia de brotaciones en el 0 0

verano y otoño, época en que se observan


los ataques más severos, es de resaltar
MAX MIN
que en esta zona en los últimos años, el 40

parasitoide introducido Ageniaspis citricola


35
logró sobrevivir a las condiciones desfavo-
rables del invierno y produjo importantes 30

parasitismos al final de la temporada. 25


ºC

20

Figura 3.5. Fluctuación de las poblaciones de P. 15

citrella en brotes tipo 1 de naranjos W. 10

Navel en una parcela ubicada en la


5
localidad Colonia Gestido,
Departamento de Salto, zona norte de 0
15-1

31-3

15-6

31-8

15-11

31-1

15-4

30-6

15-9

30-11

15-2

30-4

15-7

30-9

15-12

28-2

15-5

31-7

15-10

31-12

15-3

31-5

15-8

31-10
Uruguay. Promedios cada 15 días de
las temperaturas mínimas y máximas.

A1 GN % HOJAS ATACADAS GVA2


% HOJAS DAÑO SEVERO
50% 50%

40% 2004-2005 2005-2006 40% 2004-2005 2005-2006

30% 30%

20% 20%

10% 10%

0% 0%
PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO

B1SA B2
MM

100% 100%

80% 80%

60% 60%

40% 40%

20% 20%

0% 0%
PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO PRIM VER OTO

Figura 3.6. Evaluación del daño acumulado al final de cada periodo de brotación. A.-
Parcelas en la localidad de Colonia Gestido, Departamento de Salto, A1.-
naranjos W. Navel.- A2.- naranjos Valencia. B.- Parcela de limoneros en la zona
sur B1.- localidad de Kiyú, Departamento de San José, B2.- localidad de Pajas
Blancas, Departamento de Montevideo. Daño severo= >50% del área de una
cara de la hoja afectada.
28 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

3. Monitoreo de las minador se evalúa registrando los insectos


inmaduros encontrados en las hojas de
poblaciones brotes tomados al azar (4 brotes/árbol). De
El control químico de las poblacio- esta forma se estimaba el número de bro-
nes del minador de las hojas de los tes/m2 y el número de insectos/hoja. Se
cítricos en las condiciones de Uruguay, propone como umbrales de tratamiento la
se ha convertido en una herramienta presencia de un mínimo de 20 brotes/m2 y
complementaria, pero necesaria en los de 0,5 insectos/hoja. Estos umbrales, aun-
momentos en que las poblaciones de la que actualmente se siguen ajustando, mos-
plaga se incrementan y causan daños traron ser efectivos en varias situaciones,
significativos. En plantas jóvenes de logrando disminuir drásticamente el núme-
viveros o montes recién instalados se ro de tratamientos efectuados en relación
aplican insecticidas de forma frecuente al manejo tradicional y con similares resul-
debido a los daños directos e indirectos tados en la reducción del daño. En algunos
que provoca P. citrella. Sin embargo, en casos se pasó de realizar seis o siete
las plantas en plena producción el con- aplicaciones anuales en un manejo tradi-
trol químico busca suprimir las pobla- cional a solamente una o dos con los
ciones y de esta forma disminuir el criterios planteados.
efecto indirecto del insecto sobre el La identificación de la feromona que
cancro cítrico. secreta la hembra (Leal et al., 2006; Moreira
Desde el punto de vista del manejo et al., 2006) y los estudios de campo
de la plaga es fundamental determinar realizados (Lapointe et al., 2006; Lapointe
los momentos oportunos de tratamien- y Leal, 2007; Stelinsky y Rogers, 2008)
tos químicos. Los tratamientos se de- sugieren que en un corto plazo se puedan
ben dirigir cuando las plantas presen- emplear otros métodos prácticos de
ten una intensidad de brotación y una monitoreo de la plaga. También estos avan-
densidad de la plaga que justifique el ces pueden llevar al desarrollo de otras
empleo de insecticidas. El monitoreo técnicas de control, como la confusión
debería comenzar al inicio de los perío- sexual (Stelinsky et al., 2008). Si el control
dos de brotación de manera que los biológico y el empleo de otros métodos de
árboles presenten la mayoría de los manejo muestran ser suficientemente efi-
brotes tipo 1 y en las poblaciones del cientes en la disminución del daño de la
insecto predominen los estados más plaga, en un futuro el control químico podría
sensibles a los productos químicos (L1). convertirse en una medida secundaria, em-
Como ya señalamos, los brotes de la pleada solamente en casos muy puntuales.
primavera escapan en gran medida al
ataque del minador, los daños más
4. Enemigos naturales
importantes se observan en las
brotaciones de verano y otoño y en
estos periodos es cuando se deben Principales enemigos naturales
centrar los muestreos. en el mundo
Los métodos de muestreo de las El minador de los cítricos presenta un
brotaciones y de las poblaciones de P. amplio complejo de enemigos naturales que
citrella utilizados en los trabajos de contribuye a la reducción de sus poblacio-
investigación realizados y los resulta- nes. En los últimos años se ha incrementado
dos obtenidos con ellos, han permitido sustancialmente su número, debido a que
que se desarrollen planes de monitoreo durante la rápida y extensa dispersión expe-
que pueden emplearse a nivel de quin- rimentada por la plaga a nuevas áreas, mu-
tas. Para determinar la intensidad de chas especies nativas se adaptaron a este
brotación se contabilizan los brotes tipo nuevo hospedero. Mientras Heppner (1993)
1 y tipo 2 encontrados dentro de un cita un total de 39 especies de himenópteros
marco de 1m2 que se coloca en dos parasitoides en el mundo, Schauff et al.
lados de la copa de árboles selecciona- (1998) reportan más de 90 especies, lista
dos al azar dentro del cuadro a evaluar. que se continúa ampliando. Estas especies
El número de árboles puede variar entre están incluidas en 6 familias: Eulophidae,
10 y 15 dependiendo del tamaño del Elasmidae, Encyrtidae, Eurytomidae,
cuadro a evaluar. La población del Eupelmidae, y Pteromalidae.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 29
La amplia mayoría de los parasitoides Beattie, 1996), en Sudáfrica Platocharis
pertenecen a la familia Eulophidae. Los coffeae, Cirrospilus sp. y Sympiesis sp.
eulófidos parasitan a insectos que habitan (Ware y Hattingh, 1996). En algunas
en lugares protegidos como ser agallas, zonas de Sudáfrica C. phyllocnistoides
minas, galerías y otros lugares confina- es una de las especies más abundante
dos. En general son ectoparasitoides (Ware y Hattingh, 1996).
idiobiontes con un amplio rango de hospede-
ros, varios son hiperparasitoides facultativos En las zonas colonizadas por el
y unos pocos obligados. Algunas especies minador en su última fase de expansión,
se consideran importantes en el control del también los eulófidos son los parasitoides
minador en distintas regiones citrícolas. Los más abundantes. En la Cuenca del Medi-
miembros de las otras familias son habitual- terráneo la lista de registros es muy
mente parasitoides raros, con la excepción amplia y se destacan Cirrospilus brevis,
de Ageniaspis citricola, encírtido considera- Cirrospilus sp. pr. lyncus, C. pictus, C.
do uno de los principales reguladores de las vittatus, Neochrysocharis formosa,
poblaciones de P. citrella. Pnigalio sp., Sympiesis gregori (Vercher
et al., 1995, 2005; Argov y Rössler, 1996;
También los depredadores generalistas Verdú, 1996; Siscaro et al.,1997, Schauff
como las arañas, crisopas, hemípteros et al., 1998; Urbaneja et al., 2000). En
antocóridos, coccinélidos, sírfidos y hor- Estados Unidos, Pnigalio minio es el
migas, son enemigos naturales que tienen más abundante en Florida (Peña et al.,
un efecto importante en las poblaciones 1996) mientras que en Tejas se destaca
del minador. La depredación puede ser el el parasitoide Zagrammosoma
factor de mortalidad de la plaga más impor- multilineatum (Legaspi et al., 1999, 2001).
tante, inclusive mayor que el parasitismo
(Elizondo, 1997; Amalin et al., 2002; En Sudamérica también la lista de
Urbaneja y Jacas, 2003; Xiao et al., 2007). parasitoides es muy extensa (Cuadro
Sin embargo, en algunos casos se ha 3.1). Galeopsomyia fausta es una espe-
observado que la abundancia de las pobla- cie ampliamente distribuida en Méjico,
ciones de minador no está relacionada a la Centroamérica y Sudamérica (Schauff et
depredación. Esto se debe probablemente al., 1998). En la región (Cuadro 3.2), G.
a que estos enemigos naturales son fausta es el parasitoide autóctono predo-
generalistas, se alimentan principalmente minante en el estado de San Pablo,
de otros fitófagos, y pasan a alimentarse Brasil (Costa et al., 1999; Sá et al., 2000;
del minador a falta de sus presas habitua- Montes et al., 2001). En el sur de Brasil,
les (Urbaneja y Jacas, 2003). Cirrospilus neotropicus, C. floridensis y
Elasmus phyllocnistoides son especies
El complejo de parasitoides predomi- relativamente frecuentes (Efrom et al.,
nante depende de cada región (Cuadro 2007; Jahnke et al., 2007). Es de desta-
3.1). En el sudeste asiático, zona de ori- car que la composición de las especies
gen del minador, las especies más impor- locales ha variado ante la presencia del
tantes y abundantes son: Citrostichus parasitoide introducido A. citricola (Sá et
phyllocnistoides, Ageniaspis citricola, al., 2000; Jahnke et al., 2007). En Argen-
Quadrastichus sp. y Cirrospilus ingenuus, tina, C. neotropicus es el parasitoide
las cuales ejercen un importante papel en nativo más abundante seguido por G.
el control biológico del minador de los fausta (Diez et al., 2006 a). En Corrientes
cítricos en la zona tropical y subtropical de se citan a C. neotropicus (= Cirrospilus
Asia (Hoy y Nguyen, 1997; Vercher, 2000). sp. C.) y Elasmus sp. como las especies
De forma general se puede decir que A. más comunes parasitando P. citrella
citricola se encuentra en las zonas tropica- (Cáceres, 1999 a; 2003 b). También, E.
les y subtropicales de Asia, mientras que phyllocnistoides es una especie frecuen-
en las zonas citrícolas más frías predomi- te (Diez et al., 2006 b).
na C. phyllocnistoides.
En relación a los parasitoides que se Enemigos naturales en
encuentran en las zonas de la primera fase Uruguay
de dispersión del minador, se destacan en
Australia Semielacher petiolatus y En el agroecosistema citrícola, co-
Zaommomentodon brevipetiolatus (Smith y múnmente se encuentra un alto número
30 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Cuadro 3.1. Principales especies de parasitoides de P. citrella en distintas zonas del mundo.
EULOPHIDAE
(1)
Chrysocharis pentheus * *
(1)
Cirrospilus ingenuus * “
(2)
Cirrospilus floridensis * *
(1)
Cirrospilus lyncus *
(3)
Cirrospilus neotropicus *
(1)
Cirrospilus phyllocnistis *
(1)
Citrostichus phyllocnistoides * *
(1)
Clostocerus spp. * * *
(1)
Elachertus spp. * * * *
(1)
Galeopsomyia fausta * *
(1)
Horisnemus spp. * *
(1)
Platocharis coffee *
(1)
Pnigalio minio *
(1)
Quadrastichus sp. * *
(1)
Semielacher petiolatus *
(4)
Sympiesis sp. * *
(1)
Zagrammosoma americanum *
(1)
Zagrammosoma multilineatum * *
Zaommomentedon * *
(1)
brevipetiolatus
ELASMIDAE
(5)
Elasmus phyllocnistoides *
(1)
Elasmus sp. * * * *
EUPELMIDAE
(1)
Eupelmus sp. * * *
ENCYRTIDAE
(1)
Ageniaspis citricola *
(1)
Schauff et al., 1998.
(2)
Evans, 1999. Jahnke et al., 2005.
(3)
Diez y Fidalgo, 2003.
(4)
Schauff et al., 1998; Fernández et al., 1999; Diez y Fidalgo, 2002.
(5)
Diez et al., 2006 b.

de especies de hábitos depredadores y cies nativas encontradas es reducido (Cua-


varios de éstos seguramente contribu- dro 3.2). Solamente se hallaron cuatro
yen a regular las poblaciones de P. especies de eulófidos, de las cuales
citrella. Hasta el momento se han obser- Galeopsomyia fausta La Salle fue colecta-
vado arañas, larvas de crisopas, trips y da únicamente en una oportunidad como
el antocórido Orius sp. Corrientemente adulto en trampas amarillas ubicadas den-
se encuentran alimentándose sobre lar- tro de montes de cítricos en el departamen-
vas y pupas de minador, pero no se han to de Salto. Esta especie está ampliamen-
observado en grandes poblaciones, in- te distribuida en la región neotropical
clusive en momentos de elevada abun- (LaSalle y Peña, 1997); es común en Brasil
dancia de la plaga. Es común encontrar y Argentina (Fernández et al., 1999; Mon-
las galerías vacías o las cámaras pupales tes et al., 2001; Diez et al., 2002; Diez y
con orificios, síntomas del ataque de Fidalgo, 2002; Jahnke et al., 2007). Sin
algún depredador. embargo, no se la ha encontrado en Uru-
La identificación de los parasitoides guay, atacando directamente a P. citrella,
de Uruguay fue realizada por K. Kamijo, a pesar de que se han realizado estudios
proyecto INIA- JICA. El número de espe- intensivos de parasitismo en parcelas de
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 31
Cuadro 3.2. Especies de parasitoides citados en la región.
ARGENTINA BRASIL URUGUAY
Eulophidae
Cirrospilus ingenuus (1) *
Cirrospilus floridensis (2) *
Cirrospilus neotropicus * * *
(=Cirrospilus sp. C) (3)
Cirrospilus sp. o spp. (4) * * *
Chrysocharis vonones (5) *
Chrysocharis sp. (6) *
Galeopsomyia fausta (7) * * *
Horismenus sp. (8) *
Sympiesis sp. (9) * *
Elasmidae
Elasmus sp. (10) * *
Elasmus phyllocnistoides (11) * *
Eupelmidae
Eupelmus sp.(12) *
(1)
Fernández et al., 1999.
(2)
Jahnke et al., 2005, 2007; Efrom et al., 2007.
(3)
Cáceres, 1999 a, 2003 b; Costa et al., 1999; Sá et al., 2000; Diez y Fidalgo, 2003; Efrom et al., 2007;
Jahnke et al., 2007; Kamijo com. pers.
(4)
Montes et al., 2001; Cáceres, 2003 b; Kamijo com. pers.
(5)
Efrom et al., 2007.
(6)
Kamijo com. pers.
(7)
Fernández et al., 1999; Montes et al., 2001; Diez et al., 2002; Diez y Fidalgo, 2002; Jahnke et al., 2006,
2007; Kamijo com. pers.
(8)
Costa et al., 1999; Sá et al., 2000.
(9)
Fernández et al., 1999; Diez y Fidalgo, 2002; Jahnke et al., 2006, 2007.
(10)
Cáceres, 1999 a, 2003 b; Costa et al., 1999; Sá et al., 2000; Montes et al., 2001; Diez et al., 2002; Jahnke
et al., 2006.
(11)
Diez et al., 2006 b; Efrom et al., 2007; Jahnke et al., 2007.
(12)
Costa et al., 1999; Sá et al., 2000.

diferentes variedades, en las dos principa- mentos abdominales. La diferenciación


les zonas citrícolas y desde el ingreso del sexual está bien marcada, las hembras
minador. se diferencian fácilmente por la presen-
Las mismas especies que atacaron a cia de cuatro bandas abdominales, mien-
P. citrella en el momento de su introduc- tras el macho tiene solo una. Como
ción son las que se han mantenido a lo efecto negativo cabe mencionar que
largo de los años. Inclusive, la abundancia actúa como hiperparasitoide facultativo
relativa de ellas es básicamente la misma. de Ageniaspis citricola.
El parasitoide nativo predominante es Además, en la zona citrícola sur se
Cirrospilus neotropicus Diez y Fidalgo. Se colectó otra especie, Cirrospilus sp.
comenzó a observar en la zona norte y en parasitando a larvas desarrolladas y
la sur, al poco tiempo de la detección del pupas de minador en limoneros. Es un
minador en el país en el año 1997. Está enemigo natural ocasional que sólo fue
ampliamente distribuido en Sudamérica, encontrado en algunos muestreos. El
se encuentra también en Argentina y Bra- adulto se diferencia de la especie ante-
sil (Cuadro 3.2). El adulto es una avispa rior por su mayor tamaño y la presencia
pequeña, de aproximadamente 2 mm de de un diseño verde iridiscente en el
longitud y de color amarillento. Presenta tórax. La otra especie identificada,
bandas transversales oscuras en los seg- Chrysocharis sp. se presenta de forma
32 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

esporádica en las dos principales zo- tructura de edades de la población difiere


nas citrícolas. Aparece de manera tar- según el tipo de brote. En los brotes más
día, colectándose desde marzo a mayo recientes, pequeños, con la mayoría de las
y en general produce parasitismos muy hojas tiernas y en proceso de expansión
bajos. Parasita larvas, prepupas y pu- (tipo 1), predominan los huevos y el primer
pas. El adulto mide aproximadamente estadio larval.
1,5 mm de longitud y es de coloración La fluctuación estacional de las pobla-
oscura con el mesotórax verde metaliza- ciones muestra una tendencia clara. Du-
do y patas claras. rante el invierno se registran las mínimas
La acción de estos enemigos natu- poblaciones debido a la ausencia casi total
rales nativos no es suficiente para con- de brotes y a las bajas temperaturas. Los
trarrestar los incrementos de población brotes que surgen en la primavera son
del minador y disminuir sustancialmente prácticamente no afectados por la plaga.
sus daños. Los parasitoides locales Las poblaciones se incrementan ya avan-
son especies oportunistas de hábitos zada la primavera cuando la disponibilidad
polífagos que habitualmente viven so- de hojas tiernas y las condiciones de tempe-
bre otros hospederos y muestran una ratura favorecen el desarrollo y reproducción
escasa sincronía con el minador. Cuan- del insecto. El inicio de los ataques se
do una plaga se introduce en una nueva observa en octubre-noviembre en la zona
región, los parasitoides que se encuen- norte y noviembre-diciembre en la zona sur,
tran en la zona, se adaptan a la nueva cuando las temperaturas mínimas superan
plaga pero estas especies no están los 15º C. En general, los mayores daños se
fisiológica, fenológica o por comporta- registran en las brotaciones de verano y
miento bien adaptadas al nuevo hospe- otoño.
dero, necesitando, en general, mucho Desde el punto de vista del manejo de la
tiempo para que estos complejos se plaga es fundamental determinar los mo-
estabilicen. A pesar de esto, son un mentos oportunos de tratamientos quími-
factor de mortalidad de la plaga que es cos mediante el monitoreo de las
necesario considerar y conservar. brotaciones y de las poblaciones del in-
secto. Los tratamientos se deben realizar
5. Resumen cuando las plantas presenten una intensi-
dad de brotación y una densidad de la
Phyllocnistis citrella presenta un de- plaga tales que justifiquen el empleo de
sarrollo ininterrumpido a lo largo del insecticidas. El monitoreo debería comen-
año. El rango de temperaturas adecua- zar al inicio de los períodos de brotación de
das para el insecto es bastante amplio, verano y otoño, de manera que los árboles
entre 18 y 32º C, siendo las óptimas para presenten la mayoría de los brotes tipo 1 y
el desarrollo entre 30 a 32º C. Se estima en las poblaciones de la plaga predominen
que el número de generaciones anuales los estadios más sensibles a los produc-
en Uruguay es de 11 a 13 en la zona norte tos químicos (L1).
y de 10 a 12 en la zona sur. Desde el ingreso de P. citrella al Uru-
Las poblaciones del minador están guay una serie de enemigos naturales,
restringidas a los tejidos tiernos de los depredadores y parasitoides se han adap-
brotes de sus hospederos. Las hem- tado al nuevo hospedero. Sin embargo, la
bras oviponen en las hojas pequeñas, riqueza de las especies parasíticas no ha
recién formadas. Esta preferencia por aumentado a lo largo de los años, como se
tejidos en crecimiento hace que la abun- ha observado en otras regiones. Las espe-
dancia relativa de cada estadio de de- cies autóctonas son eulófidos, parasitoides
sarrollo sea diferente según la posición generalistas, idiobiontes y en general pro-
de las hojas en el brote y el tipo de ducen tasas de parasitismo bajas.
brote. En los folíolos apicales más nue- Cirrospilus neotropicus se mantiene como
vos predominan los huevos y las larvas el parasitoide predominante y solamente
de primer estadio (L1), mientras que los otras dos especies: Cirrospilus sp. y
basales presentan una mayor propor- Chrysocharis sp., se han registrado ali-
ción de larvas de tercer estadio, mentándose del minador de forma muy
prepupas y pupas. Igualmente, la es- esporádica.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 33
Amuedo, S.* Capítulo IV
Bao, L.*
Parasitoide nativo
Asplanato, G. predominante en
**

*
Departamento de Protección Vegetal. Uruguay: Cirrospilus
Facultad de Agronomía UDELAR.
Contratado por FPTA. neotropicus (Hymenoptera:
**
Departamento de Protección Vegetal.
Facultad de Agronomía UDELAR.
Eulophidae)

Cirrospilus neotropicus pertenece al general el macho es de menor tamaño


orden Hymenoptera, familia Eulophidae (1,0 a 1,9 mm) que la hembra (1,2 a
(Schauff et al., 1998). Es una especie 2,3 mm). La oviposición ocurre dentro
recientemente descrita (Diez y Fidalgo, de las galerías sobre larvas desarrolla-
2003), antes nombrada como Cirrospilus das, prepupas y pupas. Preferentemen-
sp. C (Schauff et al., 1998). Es un te parasita larvas de tercer estadio. Es
parasitoide americano que presenta una un insecto que consume a su hospede-
amplia distribución, se encuentra desde ro en el lugar y estado en el cual es
México hasta Argentina (Schauff et al., 1998; atacado (estilo de vida idiobionte), en
Costa, 2000; Ruiz Cancino et al., 2001). algunos casos provocándole una pará-
lisis permanente al momento de la pues-
En Uruguay, fue identificado por el Dr.
ta. Las hembras realizan picaduras ali-
Kamijo en el año 1998 como Cirrospilus
menticias, lo que se detecta por la
sp. C. (Scatoni et al., 1999) y confirmada
presencia de un punto de tejido necro-
su identificación como C. neotropicus por
sado sobre el cuerpo de la larva. Este
la Dra. Patricia Diez en el año 2004. Es la
hábito tiene importancia desde el punto
especie local predominante, se lo observa
de vista del control de la plaga ya que
frecuentemente parasitando al minador en
es un factor de mortalidad adicional al
parcelas de las zonas citrícolas norte y sur
parasitismo.
del país.
Los huevos son colocados sobre el
Las especies del género Cirrospilus
hospedero o cerca de él. Son cilíndri-
son ectoparasitoides de insectos minado-
cos de color blanco y aspecto liso
res y barrenadores de tallos (Naumann,
(Figura 4.1). Su tamaño varía entre 0,3
1991). Se desarrollan como parasitoides
y 0,5 mm de largo. En general deposi-
idiobiontes, hiperparasitoides facultativos
tan un solo huevo en cada hospedero,
y raramente como obligados (Boucek, 1988;
ocasionalmente dos o tres.
Schauff et al., 1998). En nuestra región,
aunque en muy baja proporción, se ha en- La larva neonata es difícil de diferen-
contrado a C. neotropicus parasitando al ciar del huevo. Puede moverse hasta la
encírtido introducido Ageniaspis citricola. larva del minador cuando los huevos
son colocados a cierta distancia de la
misma. A medida que transcurre su
1. Descripción de las fases de desarrollo aumenta de tamaño y va
desarrollo cambiando de lugar. Es translúcida y
puede observarse en su interior el canal
Los adultos presentan una coloración alimentario más oscuro, que ocupa la
general amarillenta (Figura 4.1). Existe un mayor parte del cuerpo, y se contrae
claro dimorfismo sexual. La hembra posee rítmicamente cuando se alimenta (Fi-
en el dorso del abdomen cuatro bandas gura 4.1). El largo de la larva recién
transversales negras, el macho en la mis- eclosionada varía entre 0,4 y 0,8 mm,
ma región tiene una sola banda. Por lo cuando alcanza su máximo desarrollo
34 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Hembra y macho de C. neotropicus. La presenta Huevo en una larva del minador de tercer estadio
cuatro bandas en el abdomen y el solamente una. de desarrollo.

Larvas desarrolladas de C. neotropicus. Ocasionalmente Pupa del parasitoide dentro de la galería producida
se ha observado superparasitismo. por la larva del minador.
Figura 4.1. Estados de desarrollo de Cirrospilus neotropicus.

mide entre 0,8 y 2,3 mm. En este nar su rol en el control biológico del minador
momento comienza a expulsar el meco- de los cítricos.
nio y pasa al último estado larvario
En estudios realizados en condiciones
(prepupa). La prepupa es de coloración
de laboratorio a una temperatura constan-
blanca opaca y mide entre 0,8 y 2,0 mm.
te de 25 ± 1 ºC y fotoperíodo de 16:8 horas
El meconio se observa en su extremo
(luz:oscuridad), se evaluó la duración del
posterior en forma de pequeños cilin-
ciclo de vida, longevidad y fecundidad de
dros negros agrupados.
hembras provenientes de laboratorio, y
Cuando concluye su desarrollo proporción sexual de la descendencia.
larvario el insecto, pupa dentro de la
La duración promedio del ciclo de vida
galería o la cámara pupal del minador
fue de 10,9 días. La fase de huevo fue la
(Figura 4.1). La pupa es de tipo libre,
más corta, duró 1,8 días. El tiempo de
inicialmente, es de coloración blanca,
desarrollo de la pupa fue de 6 días y ocupó
posteriormente se oscurece y se torna
más de la mitad del ciclo de vida del
negra. Alcanza una longitud que varía
insecto (Cuadro 4.1).
entre 1,5 y 2,1 mm.
Los resultados obtenidos para la dura-
ción de cada estado de desarrollo son
2. Desarrollo y reproducción similares a los reportados por Foelkel
(2007) para la misma especie. En nuestro
La temperatura es el factor abiótico estudio no se encontraron diferencias sig-
con mayor influencia sobre el desarrollo nificativas en la duración del ciclo entre
y reproducción de los insectos. Es por sexos. Esto ha sido reportado para otras
ello que conocer su efecto sobre C. especies de Cirrospilus tales como, C.
neotropicus puede contribuir a determi- vittatus (Urbaneja et al., 2002); C. próximo
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 35
Cuadro 4.1. Duración promedio de los estados de desarrollo de C. neotropicus a
25 ± 1º C y fotoperíodo de 16:8 horas (luz:oscuridad), sobre larvas de P.
citrella.

Duración promedio
Estado de desarrollo % de cada estado
(días)
en relación al ciclo total
± error estándar
Huevo 1,8±0,10 16,5
Larva 3,1±0,12 28,4
Pupa 6,0±0,18 55,1
Ciclo total (hembra) 11,2±0,47 a*
Ciclo total (macho) 10,6±0,40 a
* Misma letra indica que no existen diferencias significativas con p≤0,05.

a lyncus (Urbaneja et al., 1999); C. ja et al., 2001; Urbaneja et al., 2002).


coachellae (Guillén et al., 2007). Mientras que para Quadrastichus sp.
En general se acepta que un enemigo se registró una media de 340,9 huevos/
natural es más eficiente para controlar a su hembra (Llácer et al., 1998a). En nues-
hospedero/presa, cuando su ciclo de de- tro estudio realizado con hembras pro-
sarrollo es comparativamente más breve venientes de cría en laboratorio C. neo-
que el de la plaga (Botto, 2002). El ciclo tropicus presentó una fecundidad noto-
total de C. neotropicus es menor al de P. riamente inferior a la de otras especies
citrella. A 25º C el tiempo de desarrollo del de eulófidos. El origen de las hembras
minador de huevo a adulto es de 16 días puede tener efecto sobre la fecundidad,
aproximadamente (Chagas y Parra, 2000; Foelkel (2007) encontró que las prove-
Margaix y Garrido, 2000), lo que indica que nientes de campo fueron significativa-
podría producirse 1,5 generaciones del mente más fecundas que las criadas en
parasitoide por cada generación de la plaga. laboratorio. En condiciones naturales
el número de huevos puestos podría
Las hembras presentaron una longevi-
verse incrementado por lo menos en
dad relativamente alta de 28,8 días. Para
períodos favorables para la reproduc-
C. neotropicus Foelkel (2007) reporta una
ción.
media de vida de 16,8 días; mientras que
para C. vittatus y C. próximo a lyncus los Por otro lado, la biología reproductiva
valores obtenidos fueron 10,1 y 18,5 días de C. neotropicus a 25º C parece pobre
respectivamente (Urbaneja et al., 2001; si se compara con la de su hospedero
Urbaneja et al., 2002). Este parámetro es Phyllocnistis citrella, para el cual se
una característica de importancia dado observó una fecundidad de 70 huevos/
que cuanto más longeva sea una hembra hembra a 25º C (Margaix et al., 1998).
tendrá mayor oportunidad de poner huevos
(Jervis y Kidd, 1996).
3. Parasitismo
Los períodos de pre y posoviposición
fueron de alrededor de dos días. Algunas Aunque C. neotropicus puede
hembras comenzaron las posturas el mis- parasitar larvas de segundo (L2) y ter-
mo día de emergidas. La fecundidad pro- cer estadio (L3), prepupas y pupas,
medio fue de 28 huevos/hembra a una tasa completando su desarrollo en estos
de 1,2 huevos/día. Estos valores son algo estados, se constató una marcada pre-
menores a los reportados por Foelkel (2007) ferencia por las larvas de tercer estadio
para C. neotropicus, donde se obtuvo una y las prepupas. En los estudios realiza-
media de 32,7 huevos/hembra y la tasa de dos en parcelas de la zona norte y sur,
oviposición fue 1,6 huevos/día. En otras el 15% de las L3 y el 7% de las prepupas
especies de parasitoides del minador la de minador se encontraron parasitadas,
fecundidad es superior, para C. vittatus y mostrando diferencias significativas con
C. próximo a lyncus se observó 39,2 y 99,7 lo observado en L2 y pupas (1,2% y
huevos/hembra respectivamente (Urbane- 4,4% respectivamente).
36 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Los parasitismos medios son va- paración a la de la plaga. Esto podría llevar
riables entre temporadas y zonas. Es a un incremento en la población del minador
común encontrar en la misma tempora- durante el verano, el cual no sería acompa-
da, parcelas con altos niveles y otras ñado por un aumento en los niveles de
donde es prácticamente nulo. Igual- parasitismo. Por otra parte, se sabe que
mente, la misma parcela en años suce- P. citrella no es el hospedero primario de
sivos muestra porcentajes de parasitis- C. neotropicus. A pesar de que se han
mo, notoriamente diferentes (Cuadro realizado estudios exhaustivos en Uru-
4.2). En general los mayores valores se guay para conocer los otros hospederos
observan en las parcelas de la zona sur. del parasitoide, hasta el momento no han
sido detectados.
Los máximos parasitismos se ob-
servan durante las brotaciones de otoño
(Figura 4.2). Sin embargo, la mayor dis- 4. Resumen
ponibilidad de estados parasitables se
registró durante verano. En general C. Cirrospilus neotropicus es una especie
neotropicus comienza a actuar tarde en recientemente descrita. A nivel mundial es
la temporada cuando la población de la escasa la información que se tiene sobre
plaga ya se ha incrementado sustancial- la biología de este parasitoide que permita
mente. (Asplanato et al., 2004). evaluar su efectividad como regulador de
Si bien el parasitismo alcanzado por las poblaciones del minador. Con los estu-
C. neotropicus no es suficiente para dios realizados se obtuvo una base de
disminuir los daños provocados por el conocimientos de su biología, comporta-
minador, hay que resaltar que éste es el miento y parasitismo, como un primer
parasitoide predominante en la zona aporte a la evaluación del insecto en las
sur y también en la norte, por lo menos condiciones de Uruguay. Una característi-
antes de la introducción de parasitoides ca positiva es que la duración del ciclo de
exóticos, como Ageniaspis citricola y vida del parasitoide a 25º C fue menor que
Citrostichus phyllocnistoides (ver capí- el de su hospedero P.citrella a la misma
tulo 6). Además, al ser nativo de esta temperatura. Presentó una longevidad
región se encuentra adaptado a las mayor que la reportada en otras especies
condiciones de la zona, por lo que no de parasitoides del mismo género. El há-
debe dejar de considerarse su contribu- bito de realizar picaduras alimenticias que
ción al control del minador. Una de las posee esta especie, representa un factor
posibles causas del bajo control de de mortalidad adicional al parasitismo. Sin
minador por parte C. neotropicus es la embargo, como aspecto negativo se ob-
baja fecundidad del parasitoide en com- servó que la fecundidad de C. neotropicus

Cuadro 4.2. Parasitismo (media e intervalo de confianza al 95%) de Cirrospilus neotropicus


en parcelas de las zonas norte y sur durante dos temporadas 2004-2005 y
2005-2006. Se asumió distribución binonial de la variable con función de
enlace logit.
2004-2005 2005-2006
Zona norte Li Ls Li Ls
San Antonio Naranjos 0,98 0,41 1,79 0,43 0,00 1,88
Valencia
Colonia Gestido Naranjos W. 12,37 10,41 14,49 2,47 0,86 4,86
Navel
Colonia Gestido Naranjos 12,07 9,99 14,32 3,21 1,87 4,89
Valencia
Zona sur
Kiyú limoneros 13,10 11,69 14,58 24,02 21,64 26,48
Pajas Blancas limoneros 0,54 0,18 1,07 15,25 13,46 17,13
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 37
a 25º C fue menor a la mitad de la reportada algunos casos durante las brotaciones de
para el minador. otoño, C. neotropicus no logra disminuir
Habitualmente el parasitoide comienza sustancialmente el daño del minador. De
a registrarse tarde en la temporada, cuan- cualquier manera, está adaptado a nues-
do las poblaciones de P. citrella ya se han tras condiciones, se mantiene como el
incrementado. El porcentaje de parasitis- parasitoide local predominante, y en algu-
mo es variable dependiendo de la parcela y nas parcelas en algunos años es la única
el año. En general, los máximos se obser- especie registrada. Por lo anterior consi-
van en las parcelas de la zona sur. A pesar deramos que es un factor de mortalidad de
de los altos parasitismos registrados en las poblaciones del minador que es nece-
sario conservar.
38 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 39
Asplanato, G.* Capítulo V
*
Departamento de Protección Vegetal. Control biológico
Facultad de Agronomía UDELAR.
aplicado

1. Introducción nato et al., 2004, 2008). El efecto de


este parasitoide en forma aislada, no es
El minador de las hojas de los cítricos suficiente para disminuir los daños pro-
es una plaga de gran complejidad en su vocados por la plaga, sobre todo conside-
manejo. Los hábitos minadores, la asocia- rando su influencia en el aumento del
ción con tejidos en crecimiento, el ciclo de cancro cítrico.
desarrollo corto con gran superposición de Cuando una plaga se introduce a
generaciones, son características que in- una nueva región el método que ha
fluyen en la efectividad del control químico. mostrado una mayor eficacia y a su vez
Además, el uso de insecticidas poco se- el más económico es el «control bioló-
lectivos trae asociado riesgos ecológicos gico clásico», o sea la importación de
que se pueden manifestar a corto, media- enemigos naturales procedentes de la
no o largo plazo. Esto es de particular zona originaria de la plaga. Una diferen-
importancia en el agroecosistema citrícola cia importante entre control químico y
el cual posee una gran cantidad de insec- biológico es que los enemigos natura-
tos y ácaros fitófagos, y las poblaciones les se auto-perpetúan y auto-disper-
de muchas de estas especies se mantie- san. Estas características hacen que
nen bajas por la presencia de una muy rica la estrategia sea sustentable y más
entomofauna benéfica. Por otro lado, otras económica a largo plazo comparada
medidas de control como podas, fertiliza- con cualquier otro método (Van Lente-
ciones y riegos, son prácticas culturales ren et al., 2003). Sin embargo, la intro-
que buscan concentrar las brotaciones en ducción y liberación de organismos
momentos donde la actividad del minador exóticos puede provocar efectos direc-
es menor, pero que en algunos casos no tos e indirectos sobre otros organis-
son aplicables a nuestras condiciones. En mos, riesgo ecológico que no debemos
esta situación el control biológico aparece ignorar (Howarth, 1991; Greathead,
como la herramienta más apropiada a de- 1997; Van Lenteren et al., 2003)
sarrollar y un componente imprescindible
del manejo integrado de P. citrella. En un programa de control biológico
clásico un primer paso es conocer los
Aunque casi simultáneamente al ingre-
enemigos naturales en la zona de ori-
so del minador al país, se observaron
gen y en las áreas de expansión, sus
parasitoides nativos que se adaptaron al
características biológicas y eficiencia
nuevo hospedero, el control ejercido por
en el control de la plaga. El siguiente
éstos no disminuye sustancialmente las
paso importante y crucial es la selec-
poblaciones de la plaga. En general se
ción de especies a ser importadas. En
necesita mucho tiempo para que estos
este sentido existen dos criterios: el
complejos se integren y estabilicen.
reduccionista y el holístico (Waage,
Cirrospilus neotropicus, el parasitoide na-
1990) ampliamente discutidos por dis-
tivo predominante en nuestra zona, se
tintos autores.
muestra como un buen auxiliar natural en
la regulación de las poblaciones del mina- El criterio reduccionista se basa en
dor en determinadas condiciones, pero los la selección de la especie considerada
parasitismos obtenidos son muy variables más eficiente basándose en sus atribu-
a lo largo del año, entre años, localidades tos biológicos particulares: alto grado
y aun parcelas en un mismo predio (Aspla- de especificidad, alta capacidad de
40 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

búsqueda, alta dispersión, sincroniza- Cualquiera sea el criterio adoptado, las


ción estacional con la plaga, ciclo de especies introducidas no deberían tener
desarrollo más corto, rápida respuesta efectos sobre otros organismos, reducir la
numérica, presentar el hábito de efec- biodiversidad o eliminar especies nativas
tuar picaduras alimenticias sobre sus (Howarth, 1991). En este sentido se debe
hospederos y adaptación a las condi- evitar introducir enemigos naturales que
ciones del habitat. Muchas veces no se tienen un amplio rango de hospederos. La
tienen conocimientos detallados de los información disponible sobre los hospede-
enemigos naturales de la plaga y la ros de la mayoría de las especies que
realización de los estudios necesarios parasitan al minador así como de su habi-
para evaluar los parámetros biológicos lidad como hiperparasitoides es escasa, y
puede requerir un tiempo que no es esta información es crítica para la evalua-
compatible con la rapidez con que se ción del riesgo de implementación de pro-
deben tomar las decisiones de control gramas de control biológico clásico. Aun-
de una plaga. que el hábito de parasitar a otros parasitoi-
des es una característica negativa, el rol
El criterio holístico toma en cuenta,
de los hiperparasitoides facultativos es
no tanto los atributos de cada especie,
también un punto controversial.
sino las posibles interacciones entre
los agentes introducidos y los factores De cualquier manera, no se puede de-
de mortalidad de la plaga en el nuevo terminar a priori si el enemigo natural intro-
ambiente, entendiendo esto como pro- ducido se establecerá y controlará efecti-
cesos dinámicos. Idealmente se busca vamente a la plaga en la nueva zona (Ehler,
reconstruir las comunidades, introdu- 1998). El establecimiento de un enemigo
ciendo todo el complejo de enemigos natural en su nuevo ambiente puede fallar
asociados a la plaga en su zona de por muchas razones. Las condiciones cli-
origen, buscando que los distintos ene- máticas no adecuadas en el nuevo ambien-
migos naturales se complementen en te, la falta de otros requisitos esenciales
su acción. Sin embargo, no siempre es para el establecimiento de la especie y el
posible realizar dicha reconstrucción proceso de cría en laboratorio que puede
en forma total. provocar pérdida de la efectividad por cam-
bios genéticos, de comportamiento, etc.,
Un aspecto importante a considerar son algunas de las principales causas de
cuando se aplica este criterio, es que los fracasos en los programas de control
cuando se introduce una nueva especie biológico clásico.
para complementar el control biológico
ejercido por otra, los resultados pueden
ser positivos o negativos. Como efecto 2. Algunas experiencias de
negativo puede darse que el nuevo ene-
control biológico en el mundo
migo natural sea un mejor competidor y
produzca el desplazamiento competiti-
La especies de parasitoides considera-
vo del anteriormente establecido. Otra
das más importantes y efectivas en la zona
situación no deseable es que se pro-
de origen se la plaga: Ageniaspis citricola,
duzca una interacción negativa entre
Citrostichus phyllocnistoides, Cirrospilus
las especies de enemigos naturales.
ingenuus y Quadrastichus sp., se han
Esto podría provocar que el insecto
utilizado en control biológico con resulta-
introducido fracase en establecerse o
dos variables (Neale et al., 1995; Smith y
se genere una relación de equilibrio
Hoy, 1995; Argov y Rössler, 1996; García-
inestable con la plaga la cual puede en
Marí et al., 1997, 2004; Hoy y Nguyen,
algunos momentos escapar al control
1997; Siscaro et al., 1997; Willink et al.,
(Botto, 2002).
1998; Parra, 2000; Vercher et al., 2000;
La cuestión de liberar varias espe- Argov, 2003; Cáceres, 2003 a). Entre éstas
cies de parasitoides simultáneamente se destaca A. citricola, encírtido que ejer-
o una secuencia de ellas, sigue siendo ce un buen control contra el minador en la
objeto de discusión ya que es difícil de zona de origen y que se ha introducido en
predecir el comportamiento o como prácticamente todas las regiones citríco-
interactuarán en su nueva área. las para el control del minador. Con res-
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 41
pecto a Cirrospilus ingenuus y Quadrasti- afectar la eficacia de este último que ya
chus sp., aunque se importaron y liberaron está establecido en la región. También
en varios países, presentan hábitos hiper- el eulófido Galeopsomyia fausta, origi-
parasíticos por lo que no son buenos can- nario de Sudamérica, se ha utilizado en
didatos para control biológico clásico (Hoy programas de control biológico clásico.
y Nguyen, 1997). Se importó en España pero no se esta-
bleció (Llácer et al., 1998b, 2005).
Otros parasitoides que han ido adap-
tándose al nuevo hospedero a medida que Como ya se señaló, el encírtido A.
el minador ha colonizado nuevas áreas, citricola ha sido el más utilizado en
también se han introducido en otras regio- programas de control biológico en las
nes citrícolas. El eulófido Semielacher distintas regiones citrícolas. Se intro-
petiolatus, especie procedente de Austra- dujo en Australia, Florida, Chile, Perú,
lia se ha introducido en la región del Medi- Argentina, Brasil, Israel, España, Italia,
terráneo y se ha logrado aclimatar en Italia, Grecia, Chipre, Siria, Túnez y Turquía
Israel y Túnez (Argov y Rösler, 1996; Mineo (Neale et al., 1995; Smith y Hoy, 1995;
et al., 1998; Argov, 2003; Braham et al., Argov y Rössler, 1996; García-Marí et
2006). En España no ha logrado estable- al., 1997; Hoy y Nguyen, 1997; Siscaro
cerse en la Comunidad Valenciana, aun- et al., 1997; Willink et al., 1998; Parra,
que se encuentra adaptado en las Islas 2000; Vercher et al., 2000 ; Argov,
Baleares, Andalucía (Vercher, 2000) y en 2003; Cáceres, 2003 a).
Málaga (Marquez et al., 2003). En Florida A. citricola (Figura 5.1) es un endo-
(EUA) se han realizado estudios de evalua- parasitoide de huevos y larvas de primer
ción preliberación de S. petiolatus en cua- estadio, con estrategia koinobionte, es
rentena (Lim y Hoy, 2005; Lim et al., 2006). decir permite que el hospedero conti-
Se observó que este parasitoide no discri- núe su desarrollo. Mata al huésped
mina entre hospederos parasitados y no cuando se encuentra en la etapa de
parasitados por A. citricola, lo que podría prepupa (Knapp et al., 1995). Posee los

Pupas del parasitoide dentro de la cámara pupal del


Ageniaspis citricola, adulto.
minador. A. citricola es una especie poliembriónica.

Figura 5.1. Ageniaspis citricola, encírtido altamente


eficiente en el control de P. citrella.
Adultos emergiendo.
42 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

atributos de un enemigo natural consi- trodujo de forma fortuita (Diez et al., 1999;
derado altamente eficiente: es especí- Fernández et al., 1999). A pesar de esto,
fico, tiene una buena sincronía con su se realizó una reintroducción con
hospedero y presenta alta capacidad especimenes provenientes de Perú, y se
reproductiva, de dispersión y de bús- comenzó la cría masiva en la Estación
queda. Se reproduce por poliembrionía Experimental Agroindustrial «Obispo
y es capaz de producir de 1 a 10 indivi- Colombres» en Tucumán. Se realizaron
duos por hospedero (Edwards y Hoy, liberaciones en todas las zonas citrícolas
1998). Las pupas se encuentran alinea- del noroeste (Willink et al., 1999), en Co-
das dentro de la cámara pupal del mina- rrientes (Cáceres, 1999 a,b; 2003 a) y en
dor y se diferencian sin dificultad de las Entre Ríos (Putruele, 1999; Putruele y
de otros parasitoides. Sin embargo, Petit Marty, 1999). En el noroeste argenti-
tiene algunas características que pue- no A. citricola está establecido y logra alto
den estar afectando su adaptación y su parasitismo sobre todo en las zonas más
efectividad en nuestras condiciones. húmedas de las provincias de Tucumán,
Es un pobre competidor en compara- Salta y Jujuy. Esta especie aparece como
ción con los ectoparasitoides idiobion- un importante regulador de las poblacio-
tes y tiene varias especies de hiperpa- nes del minador en estas áreas citrícolas
rásitos, Cirrospilus neotropicus (= Ci- (Zaia, 2004).
rrospilus sp. C). es una de ellas (Cáce-
En Florida (EUA), este parasitoide se
res, 2003 b). A. citricola está adaptado
introdujo y se dispersó rápidamente, se
a zonas tropicales y subtropicales hú-
estableció, logra pasar el invierno y produ-
medas (Hoy y Nguyen, 1997), necesita
ce importante parasitismo (Pomerinke y
una humedad relativa alta, mayor al
Stansly, 1998; Hoy et al., 2007). Sin em-
80% (Vercher, 2000). Los adultos son
bargo, probablemente debido a la ocurren-
de vida corta y la longevidad está muy
cia de primaveras secas en algunos años,
afectada por la humedad ambiental. En
no reduce las poblaciones de minador a
estudios realizados en laboratorio sola-
partir del segundo flujo de brotaciones,
mente sobreviven más de un día cuando
aunque sí se produce un aumento del
la humedad relativa es superior a 95%
parasitismo y una disminución de los da-
(Edwards y Hoy, 1998). Además, las
ños durante el otoño. Ante esta situación
temperaturas extremas provocan una
han evaluado la posibilidad de introducción
alta mortalidad en sus poblaciones. El
de otras especies como Semielacher pe-
invierno en nuestra región, podría ser un
tiolatus (Hoy et al., 2003; Lim et al., 2006)
factor limitante en su adaptación y efi-
y Citrostichus phyllocnistoides.
ciencia, al encontrarnos en la zona más
austral de la distribución de la plaga. En Australia, aunque A. citricola se
Las condiciones climáticas durante el adaptó y produce importantes porcentajes
invierno pueden afectar directamente al de parasitismo en la región de Queensland,
parasitoide, o también indirectamente en los estados del sur no se aclimató
al alterar la sincronía entre la planta, el (Neale et al., 1995).
hospedero y el enemigo natural, al no En España, A. citricola se liberó duran-
haber brotes adecuados durante perío- te tres años consecutivos y a pesar de que
dos relativamente prolongados. se recuperó rápidamente y a grandes dis-
En muchas regiones citrícolas A. tancias del punto de liberación, no logró
citricola ha logrado aclimatarse y ejer- pasar el invierno en la península (Vercher,
ce un buen control del minador. En 2000; Vercher et al., 2000; García-Marí et
Brasil fue importado en 1998 de Florida al., 2004). Solamente se ha logrado esta-
(EUA) y se adaptó a las condiciones blecer de forma permanente en las islas
climáticas del estado de San Pablo, y Canarias con un clima subtropical, donde
logra altos parasitismos principalmen- se presentan temperaturas más altas du-
te en las zonas más húmedas (Parra et rante el invierno lo que permite brotaciones
al., 2001). Es considerado uno de los más continuas (Vercher et al., 2000; García-
factores claves de mortalidad que ac- Marí et al., 2004). En otros países medite-
túan sobre las poblaciones del minador rráneos también se han reportado fallas en
(Lioni y Civindanes, 2004). En el no- su establecimiento. En Israel (Argov, 2003)
roeste argentino, aparentemente se in- y en Túnez (Braham et al., 2006) el
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 43
parasitoide no se adaptó, debido probable- 20-30º C y más de 60% de humedad
mente a que la humedad es baja y/o a las ambiental (Vercher, 2000). Presenta un
bajas temperaturas del invierno. umbral de desarrollo de 9,8º C y una
Con respecto a C. phyllocnistoides (Fi- constante térmica de 21º C (Urbaneja
gura 5.2) es considerado el parasitoide et al., 2003). Estudios realizados en
predominante en la India, China, Taiwan y Australia han mostrado una alta espe-
las islas del sudeste de Japón (Ujiye and cificidad, no parasitó a ninguna de las
Adachi, 1995; Tan y Huang, 1996; Tze- especies estudiadas (Neale et al., 1995),
Kann and KweiShui, 1998; Urbaneja, 2001; Sin embargo, en Italia se ha hallado
Ujiye, 2000; Vercher, 2000; Wang et al., sobre dos especies de lepidópteros mi-
2006). En China es el que presenta la nadores de la familia Nepticulidae so-
mayor sincronía y simpatría con Phylloc- bre lentisco, Pistacia lentiscus (Anacar-
nistis (LianDe et al., 1999). Es un ectopa- daceae), y sobre zarzamora, Rubus
rasitoide solitario que presenta nichos di- ulmifolius (Rosaceae) (Massa et al.,
ferentes a A. citricola, parasita larvas de 2001). Recientemente se citan a los
segundo y tercer estadio, con una prefe- minadores Cosmopterix pulcherimella
rencia marcada por las más desarrolladas. sobre Parietaria difusa y Liriomyza spp.
Su estrategia es idiobionte, detiene el de- asociada a Mercuarialis annua como
sarrollo de su hospedero y pupa dentro de hospederos alternativos que favorece-
la galería de la larva. Su ciclo a 25º C es de rían el mantenimiento y sobrevivencia
12 días (Argov y Rossler, 1996). Las con- del parasitoide (Rizzo et al., 2006).
diciones óptimas para el desarrollo son de En España, C. phyllocnistoides, que
a priori no parecía ser muy promisorio,
mostró tener la capacidad de pasar el
invierno, produce parasitismos elevados
y en las parcelas donde predomina, logra
reducir significativamente los daños. Ade-
más, manifesta una gran capacidad de
dispersión (40 km en tres meses). Ac-
tualmente se ha convertido en la especie
predominante en todos los cítricos de la

Adultos de Citrostichus phyllocnistoides.

Pupa madura. Los excrementos son Pupa recientemente formada dentro de la


depositados en forma semicircular. galería de minador.

Figura 5.2. Citrostichus phyllocnistoides, parasitoide eficiente en el control de P. citrella en algunas regiones.
44 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

península ibérica, desplazando a las es- sitismo globales (Argov, 2003). En Austra-
pecies nativas. El nivel de parasitismo lia no logró adaptarse probablemente por la
aumentó considerablemente y los daños competencia con la especie nativa S.
disminuyeron a niveles de aproximada- petiolatus (Smith y Beattie, 1996). Tam-
mente la mitad (Vercher et al., 2000; bién se introdujo en Tucumán, Argentina
García-Marí et al., 2004). (Willink et al., 2002), donde se implementó
un programa de cría y liberaciones en la
C. phyllocnistoides se introdujo tam-
región del noroeste argentino. Después de
bién en Italia (Mineo et al., 2001) e
tres años, donde se liberó una gran canti-
Israel (Argov, 2003) donde logró adap-
dad de individuos en las diferentes zonas
tarse. En Israel, es el parasitoide domi-
con condiciones climáticas diferentes, no
nante y en conjunto con otros (S.
se logró recuperar en campo. Concluyeron
petiolatus y C. ingenuus) ha aumentado
que C. phyllocnistoides no logró aclimatar-
significativamente los niveles de para-
se a las condiciones de la región.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 45
Buenahora, J.* Capítulo VI
Rubio, L.**
Control biológico
clásico en Uruguay
*
Protección Vegetal - Entomología Instituto
Nacional de Investigación Agropecuaria.
INIA - Salto Grande. Salto, Uruguay.
**
Protección Vegetal - Entomología. Instituto
Nacional de Investigación Agropecuaria.
INIA - Salto Grande. Uruguay. Contratada
por Fondo de Promoción de Tecnología
Agropecuaria.

Como se señaló anteriormente (capítu- dujo en los años 2000 y 2001 desde la
lo 3), el control del minador de los cítricos Estación Experimental Obispo Colom-
a través de los enemigos naturales bres, Tucumán, Argentina y en los años
autóctonos no es suficiente en nuestra 2002 y 2003 desde la Escuela Superior de
región, por lo cual se implementó un pro- Agricultura Luiz de Queiroz (Piracicaba),
grama de control biológico clásico. En Brasil.
cualquier estrategia de manejo de la plaga Antes de realizar las liberaciones, en
se debe tomar en cuenta al control biológi- cada predio se seleccionaron al menos
co aplicado y la factibilidad de introducir a tres hectáreas de monte que contem-
nuevos agentes. Éste es un aspecto esen- plaran las condiciones mínimas para la
cial a considerar, sin descuidar el control supervivencia del enemigo natural. Se
ejercido por los enemigos naturales nativos. planteó como requisito que no recibie-
En un principio se utilizó un criterio ran tratamientos con insecticidas, a ex-
reduccionista y se puso énfasis en la intro- cepción de aplicaciones de aceite para
ducción del encírtido Ageniaspis citricola, el control de cochinillas y cobre para
especie considerada una de las más efi- enfermedades. Para determinar los
cientes en regular las poblaciones del momentos de las sueltas, se constató
minador y de amplia utilización en progra- la presencia de minador en los estadios
mas de control biológico clásico en distin- adecuados para el parasitoide.
tas regiones en los últimos años (ver capí- Se liberaron pupas maduras de A.
tulo 5). En muchas regiones donde se citricola, próximas a la emergencia de
introdujo logró reducir significativamente los adultos. Las hojas con las pupas se
los daños de la plaga, y consecuentemen- colocaron envueltas en papel absorben-
te podría tener beneficios indirectos al dis- te dentro de bolsas de nylon con
minuir la severidad del cancro cítrico. En autocierre. El objetivo del papel era evi-
nuestro caso, inicialmente el parasitoide tar excesos de humedad que pudieran
mostró dificultades de adaptación y afectar la emergencia del insecto. Las
sobrevivencia a las condiciones invernales, bolsas se situaron en el centro de cada
así como de efectividad en el control de la cuadro seleccionado como sitio de libe-
plaga. Ante esta situación, se decidió la ración y se mantuvieron abiertas en dos
introducción de otra especie, el eulófido de sus extremos mediante palillos de
Citrostichus phyllocnistoides . Este madera, para facilitar la salida de los
parasitoide, además de ser uno de los más adultos (Figura 6.1).
eficientes en la zona de origen del minador,
tuvo buenos resultados en programas de Luego de las liberaciones, se reali-
control biológico clásico en otras regiones zaron evaluaciones quincenales para de-
del mundo. terminar si el parasitoide lograba repro-
ducirse y dispersarse.
En el primer período (1999-2000), las
1. Introducción y liberación de liberaciones se efectuaron en el norte y
Ageniaspis citricola sur del país (Buenahora et al., 2001). Se
realizó una sola suelta de 1000 indivi-
En Uruguay A. citricola se importó en duos por sitio, tardíamente en marzo.
cuatro temporadas consecutivas. Se intro- Aunque durante ese otoño se recuperó
46 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

partir de los individuos que pasaron el


invierno. También, se observó una disper-
sión generalizada de A. citricola, siendo
detectado a más de 400m del sitio original
de liberación. Aunque los resultados fue-
ron alentadores, ese invierno fue particu-
larmente benigno, por lo que persistió la
duda en cuanto a la capacidad del
parasitoide de poder sobrevivir condicio-
nes más severas, con temperaturas más
bajas.
Por otra parte, en esa misma tempora-
da 2001-2002, se importaron parasitoides
desde Brasil en los meses de febrero y
marzo. En esta oportunidad las liberacio-
Figura 6.1. Método de liberación de Ageniaspis citricola nes se centraron en la zona sur. La estra-
tegia, fue realizar las sueltas en un mayor
número de sitios, de modo de cubrir gran-
al parasitoide en todas las parcelas, en des áreas y de esta manera aumentar las
ninguna de ellas se lo encontró des- probabilidades de éxito. En el norte se
pués del invierno. concentraron en un solo predio, subdividi-
La segunda introducción se realizó do en 25 sitos. En todos los casos, se
en diciembre del año 2000, y en esta efectuó una sola liberación en cada punto
ocasión se efectuaron dos a tres libera- con aproximadamente 400 individuos, to-
ciones de 1000 individuos por punto, talizando cerca de 60.000 parasitoides en
separadas un mes entre sí, en ambas todo el período. En la mayoría de las
regiones del país. Durante esta tempo- parcelas se logró recuperar a A. citricola
rada (2000-2001) se constató su pre- hasta tres y cuatro meses después de su
sencia en todos los sitios. Los parasi- liberación (fines de otoño), momento a
tismos registrados fueron bajos en las partir del cual las condiciones climáticas
parcelas del norte, mientras que en el se vuelven desfavorables tanto para la pla-
sur se alcanzaron altos porcentajes. Al ga como para su enemigo natural.
inicio del otoño casi el 90% de las En el período 2002-2003 se introduje-
pupas de minador estaban parasitadas. ron nuevamente desde Brasil aproximada-
En el siguiente período (2001-2002), mente 50000 individuos, muy temprano a
sin que se efectuaran liberaciones adi- partir del mes de octubre. En esta tempo-
cionales, se observaron porcentajes sig- rada las liberaciones se centralizaron en la
nificativos de parasitismo en la parcela zona norte, en predios citrícolas de
de la zona sur del país, originados a Paysandú y Salto. Se realizaron varias
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 47
sueltas por punto con 300 a 500 sur el parasitismo fue muy bajo aumen-
parasitoides cada una. Desde el mes de tando hacia el otoño.
diciembre se recuperó al insecto en la En el período 2005-2006 se decidió
mayoría de los sitios. En algunos casos, interrumpir las liberaciones en la zona
se observaron porcentajes de parasitismo norte debido a que el parasitoide logró
altos, de aproximadamente 70% al comen- sobrevivir las condiciones climáticas
zar el otoño del año 2003. De todas mane- durante los últimos inviernos. En el sur,
ras estos valores mostraron una importan- mostró dificultades en su adaptación,
te variabilidad entre áreas, los máximos se por lo que las liberaciones continuaron
registraron en la zona de Espinillar, en el durante esta temporada, en un solo
norte del departamento de Salto. sitio, en la localidad de Araminda, de-
A partir de la primavera del año 2003 se partamento de Canelones. En Cerrillos,
realizaron liberaciones con parasitoides donde se habían realizado sueltas la
provenientes de la cría de INIA -Salto Gran- temporada anterior, el parasitoide fue
de. Estas se efectuaron en el norte del recuperado en la primavera, constatán-
país, en dos predios citrícolas, uno ubica- dose un parasitismo cercano al 30% en
do en Constitución, departamento de Salto el otoño de 2006.
y otro en Constancia, departamento de Durante el período 2006-2007, ya
Paysandú. En ambos sitios se habían rea- culminado el programa de liberaciones,
lizado sueltas durante períodos anteriores, se observó la presencia del parasitoide
no existiendo hasta ese momento informa- muy temprano en la temporada, a partir
ción concluyente de que el parasitoide del mes de setiembre. Durante esa
hubiera pasado allí el invierno. Esta vez se primavera se registraron niveles de pa-
hizo énfasis en distribuirlo desde el co- rasitismo superiores al 50%. Durante el
mienzo de la primavera, con el propósito de verano las poblaciones de A. citricola
mejorar sus posibilidades de búsqueda, continuaron incrementándose, alcan-
dispersión y establecimiento. En cada pre- zando en el otoño parasitismos mayo-
dio se seleccionaron 25 puntos, realizán- res al 80%. En la zona sur se observó
dose en Constitución una única suelta de una tendencia similar. Por otro lado, es
300 parasitoides en cada uno, mientras de destacar que fue la primer tempora-
que en Constancia se hicieron varias libe- da donde se observó al parasitoide en
raciones. Si bien en todos los casos se forma muy generalizada en predios de
recuperó A. citricola, en Constitución logró la zona norte y sur del país, aún en
parasitismos muy altos en verano y a aquellos en los cuales nunca se había
mediados de otoño. De todas maneras, un liberado. Es de destacar que las brota-
escaso régimen de precipitaciones duran- ciones de verano y otoño presentaron
te esa primavera y verano, no permitieron una baja incidencia de la plaga. Sin
una normal evolución de las brotaciones y embargo, el invierno de 2007 fue parti-
la expresión del minador por lo que no se cularmente frío, con heladas intensas.
pudo dilucidar claramente el efecto del Ello provocó una disminución drástica
enemigo natural bajo estas circunstan- en las poblaciones de A. citricola. Aun-
cias. Luego del invierno, en septiembre de que, se lo recuperó en la siguiente
2004, se constató la presencia del parasi- temporada en algunos sitios de la zona
toide en Espinillar. norte, sus poblaciones fueron muy ba-
La temporada 2004-2005, fue el último jas y el daño de minador en las brotacio-
período de liberaciones, las mismas se nes de verano y otoño fue muy severo.
realizaron en ambas zonas del país. En la
zona norte se continúo trabajando única-
mente en el predio ubicado en Constancia, 2. Cría de Ageniaspis citricola
Paysandú, reduciendo el área a 12 puntos.
En otoño de 2002 se inició la cría de
En el sur se liberó en un predio ubicado en
A. citricola en el laboratorio de INIA
Cerrillos, departamento de Canelones, en
Salto Grande, adaptando a nuestras
el cual se fijaron tres sitios. Se soltaron
condiciones el método utilizado por
aproximadamente 300 individuos por vez.
Chagas y Parra (2000), Urbaneja et al.
El parasitismo de A. citricola en la zona
(1998), Smith y Hoy (1995). El esque-
norte fue cercano al 25% y constante
ma de cría seguido se presenta en la
durante todo el período. Sin embargo, en el
figura 6.2. Inicialmente se utilizó una
48 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Figura 6.2. Esquema de cría de Ageniaspis citricola.

cámara de crecimiento con fotoperíodo, acuerdo al sector. La calefacción se logró


temperatura y humedad relativa contro- mediante la circulación de agua caliente a
lada y dos biotrones con control de través de tubos y paneles radiantes. La
temperatura y fotoperíodo (Figura 6.3 A temperatura mínima en la sala de produc-
y B). Posteriormente, con el objetivo de ción de plantas fue de 17° C, mientras que
lograr una mayor producción de en las salas de cría fue de 22° C. El control
parasitoides, la cría se realizó en un de temperaturas máximas fue obtenido por
invernadero de vidrio y estructura de la circulación de aire forzado mediante el
metal, subdividido en tres sectores. uso de 3 ventiladores en cada sector, los
Uno de ellos fue destinado a la produc- mismos se encendían cuando la tempera-
ción de plantines de citrus, mientras tura alcanzaba los 25° C. El mantenimien-
que los otros dos a la multiplicación del to de la humedad relativa por encima del
minador y el parasitoide respectivamen- 70% en los sectores de cría, fue realizado
te (Figura 6.3 C). con microaspersores.
Para optimizar la cría fue necesario Por otra parte, en cada sector del inver-
ajustar la temperatura y humedad den- nadero se instalaron tres mesadas de metal
tro del invernadero, estableciendo dife- de 1 x 3 m cada una, sobre las cuales se
rentes valores de estos factores de depositaron las macetas o las jaulas. Las

Figura 6.3. Etapas del ajuste del método de cría. A y B. Plantas en cámaras de crecimiento. C. Plantas en
jaulas dentro de invernadero.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 49
jaulas tenían una estructura de madera y se encontraban receptivos (hojas de 1 a
paredes de voile (Figura 6.3 C). Las dimen- 2,5 cm de longitud), las macetas se
siones de éstas son 50 cm de ancho por ubicaron dentro de jaulas. La sincroni-
52 cm de profundidad y 70 cm de altura, zación entre el tamaño del brote y el
con una capacidad en cada una de ellas momento óptimo para la oviposición se
para 15 macetas. realizaba mediante una cámara de cre-
El material vegetal que se utilizó como cimiento con temperatura controlada.
hospedero de P. citrella fue el limón cravo, En cada jaula se colocaban 15 macetas
Citrus limonia L. Osbeck, suministrado por y posteriormente se liberaban 100-150
el laboratorio de micropagación y testajes minadores adultos durante dos días
biológicos de la Estación Experimental consecutivos, constatándose que los
INIA Salto Grande. Los almácigos fueron
mismos permanecían vivos al menos 5
realizados en el mismo invernadero sobre días. Se alimentaron con una solución
camas de arena esterilizadas. Una vez que de agua-miel (1:1).
los plantines tenían al menos 4 hojas se A. citricola parasita huevos y larvas
trasplantaron a macetas de plástico negro de primer estadio, por lo que al tercer o
de 14 cm de altura y 14 cm de diámetro, las cuarto día de la liberación de los adul-
que tenían como sustrato una mezcla de tos de minador, cuando estos estadios
turba y arena. Se colocaron tres plantines eran visibles, se soltaban 100 parasitoi-
por maceta. Cuando las plantas tenían des por jaula durante dos días. Los
aproximadamente 6 meses de edad esta- mismos se alimentaron con una solu-
ban en condiciones de ser utilizadas en la ción de agua-miel (1:1), observándose
cría del minador (Figura 6.4).Todo el mate- que no vivían más de 48 horas. Se
rial vegetal recibió fertilizaciones semana- realizaba el seguimiento de la cría por
les con urea, macro y micronutrientes, así observación en microscopio estereos-
como también tratamientos sanitarios en cópico, determinándose el momento de
caso de ser necesarios. cosecha de las hojas cuando las pupas
Como fue mencionado anteriormente el estaban maduras. Se colocaban las
minador realiza la puesta en brotes tier- mismas en cajas de acrílico y malla en
nos, por lo que es imprescindible disponer el laboratorio suministrándoles luz y
de los mismos para comenzar la cría. Es calor para la emergencia de los adultos
así, que con el objetivo de generar un brote (Figura 6.5). El ciclo duró 15-18 días en
de tamaño óptimo para el ataque del mina- verano y llegó a 30 días en el invierno.
dor, los plantines fueron podados con an- Al finalizar cada ciclo de cría, los
terioridad al inicio de un ciclo (Figura 6.4). plantines utilizados eran trasladados al
En el verano este período era de aproxima- sector destinado al material vegetal y
damente 15 días mientras que en invierno permanecían en «descanso» por al
era de 25-30 días. Una vez que los brotes menos dos ciclos.

Plantas antes de la poda. Plantaspodadas.


Plantas con brotes aptos
para la puesta de las
Figura 6. 4. Material vegetal utilizado en la cría de P. citrella. hembras de minador.
50 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

Figura 6.5 . Cosecha de hojas con pupas de A. citricola y cámaras de emergencia del parasitoide.

3. Introducción de En Facultad de Agronomía la produc-


Citrostichus phyllocnistoides ción de plantas se realizó en un invernácu-
lo de vidrio y para la cría de minador y su
Ante las dificultades mencionadas parasitoide se usó una sala de paneles
con A. citricota y teniendo en cuenta las isotérmicos climatizada. La temperatura
experiencias de control biológico clási- se mantuvo en 25° C ± 5 y la humedad
co en otras regiones la especie que relativa de 65% ± 15. Se utilizaron jaulas
pareció ser la más adecuada fue C. con estructura de caños de PVC y funda de
phyllocnistoides. Es un ectoparasitoide voile (50 cm de ancho x 60 cm de altura y
con un rango estrecho de hospederos y 50 cm de profundidad).
no presenta hábitos hiperparasíticos. En INIA - Salto Grande se utilizó un
Aunque no se había adaptado a las
invernadero de vidrio climatizado y subdivi-
condiciones de Tucumán y Australia,
dido en sectores en los cuales se manejó
en España, logró sobrevivir al invierno
en forma separada el material vegetal, el
convirtiéndose en el parasitoide predo-
minador y el parasitoide. El invernadero
minante.
contaba con un sistema de control de
C. phyllocnistoides se introdujo al temperatura y humedad, señalando el re-
país en setiembre de 2004 desde la gistro promedio de estos factores 22,9º C
Estación Experimental Agroindustrial y 72,8 % respectivamente. Se usaron jau-
Obispo Colombres, Tucumán, Argenti- las con estructura de madera y voile (50 cm
na, y en octubre de 2004 y septiembre de ancho x 70 cm de altura y 52 cm de
de 2005 desde la Universidad Politécnica profundidad).
de Valencia, España.
C. phyllocnistoides es un parasitiode
de larvas de tercer estadio de minador por
4. Cría de Citrostichus lo que la cría del parasitoide comenzó con
la utilización de plantines que presentaban
phyllocnistoides una alta proporción de éstas. En cada
jaula, se liberaron durante al menos dos
La cría se inició en octubre de 2004.
días consecutivos, un total de aproximada-
Fueron montados dos módulos, uno en
mente 120 adultos, proporcionándoles miel
Facultad de Agronomía y otro en
para su alimentación. El ciclo del parasi-
INIA - Salto Grande.
toide en estas condiciones fue de 14 días
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 51
en verano y 20 días en invierno. La longe- C. phyllocnistoides mostró una gran
vidad de los adultos fue de siete días, lo dispersión, se encontró en zonas aleja-
que determinó una superposición de esta- das a más de 30 km de los puntos de
dios de desarrollo y una dispersión en la liberación.
emergencia. Por tal motivo se realizaron
cosechas escalonadas de pupas durante
tres-cuatro días, las cuales se colocaron 6. Resumen
en cajas de acrílico en laboratorio para la
obtención de los adultos. En el programa de control biológico
clásico llevado adelante en Uruguay, se
seleccionó en primera instancia al
5. Liberación de Citrostichus parasitoide Ageniaspis citricola, especie
phyllocnistoides considerada muy eficiente en el control
del minador de la hoja de los cítricos.
Las liberaciones se realizaron durante
dos temporadas consecutivas (2004-2005 Se realizaron liberaciones de A. ci-
y 2005-2006). Las mismas se efectuaron tricola durante siete años en quintas de
en 3 sitios, uno en la zona sur (Punta las dos principales zonas citrícolas del
Espinillo, departamento de Montevideo), y país. Actualmente se continúan efec-
dos en la zona norte (Constancia, departa- tuando observaciones para establecer
mento de Paysandú e Itapebí, departa- su presencia y estimar su parasitismo
mento de Salto). en diferentes localidades. Este parasi-
toide mostró dificultades en su adapta-
El parasitoide se liberó en estado de ción a nuestra región. Las condiciones
pupa madura y como adultos. Previamente imperantes durante el invierno repre-
se seleccionaron cuadros con brotaciones sentaron un aspecto crucial, que condi-
abundantes que presentaran larvas desa- cionó, en gran medida, el éxito del
rrolladas de minador. Las liberaciones co- programa de control biológico del mina-
menzaron en enero de 2005, con la suelta dor. Durante inviernos benignos el in-
300 individuos en cada sitio por vez en la secto sobrevivió en sitios de las zonas
zona norte y 100 en el sur. Durante esa norte y sur, en algunos casos mostran-
temporada C. phyllocnistoides se recuperó do importantes niveles de parasitismo
en todos los sitios. Aunque logró sobrevivir y al final de la estación. Sin embargo
reproducirse en las condiciones locales, los después de inviernos más rigurosos,
niveles de parasitismo fueron muy bajos. logró recuperarse solo en algunas par-
En el período 2005-2006 se manifesta- celas de la zona norte en muy bajos
ron problemas en la cría que limitaron las niveles. Aunque esto es alentador, que-
sueltas. De todas formas las mismas se da por evaluar la capacidad de recupe-
efectuaron, concentrándose en el norte, ración y de dispersión de las poblacio-
fundamentalmente en Constancia, liberan- nes del parasitoide en las dos zonas
do un número menor, de aproximadamente después de los efectos catastróficos
150 individuos por vez. En Salto y en el sur de las bajas temperaturas. Por otro
se realizaron solamente dos y tres sueltas lado, las altas temperaturas durante el
respectivamente. En ésta temporada se verano, y la baja humedad ambiental,
recobró al parasitoide solo en Paysandú, son factores que también inciden nega-
fundamentalmente en otoño. tivamente en las poblaciones del para-
sitoide. Consideramos que la dinámica
Si bien las liberaciones no continuaron,
de las poblaciones de A. citricola y su
en el período 2006-2007 se continuó obser-
efecto sobre su hospedero Phyllocnis-
vando al parasitoide en Paysandú, al final
tis citrella, van a ser variables y depen-
de la temporada, con bajos niveles de
dientes de las condiciones climáticas
parasitismo.
en cada año, particularmente durante el
En la temporada 2007-2008 en evalua- invierno. La situación en la zona sur es
ciones realizadas en diferentes quintas en más problemática, después de invier-
los departamentos de Salto y Paysandú, nos rigurosos es muy difícil encontrar al
el parasitoide fue encontrado hacia fines parasitoide, y sin liberaciones adicio-
del verano y durante el otoño, en algunos nales es posible que no se recobre
casos con una importante actividad. durante varias temporadas.
52 El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella

La otra especie importada al país en tación y dispersión en las condiciones de


el programa de control biológico clásico la zona norte. En el sur, en los últimos
implementado fue Citrostichus phylloc- años no se ha encontrado. Pensamos que
nistoides, considerada eficiente en la es muy pronto para evaluar el éxito del
algunas zonas de origen del minador y programa de liberaciones de este parasio-
en otras en las cuales fue introducida. tide y se deberían continuar con observa-
Aunque se realizaron liberaciones en ciones sistemáticas para determinar su
un número reducido de individuos y presencia en las distintas zonas así como
solamente durante dos temporadas, la estimación de su parasitismo y su efecto
mostró una mayor capacidad de adap- sobre la disminución del daño del minador.
El minador de la hoja de los cítricos, Phyllocnistis citrella 53
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Impreso en Editorial Hemisferio Sur S.R.L.


Buenos Aires 335
Montevideo - Uruguay

Depósito Legal 347-678/09

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