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Consideraciones

La sola observación del sistema del I Ching nos declara que para alcanzar tal grado
de desarrollo en su objetivo, hubo de existir una base estructural que elevara
conclusiones mediante metodología, ecuaciones y leyes definidas. El resultado al
cual hoy podemos acceder lejos está de ser un producto del azar y menos aún es el
efecto de especulaciones e invenciones subjetivas. Si aquello que vemos, leemos y
practicamos se halla bien asentado en fórmulas matemáticas, y su lenguaje obedece
a leyes previamente estipuladas, mal podríamos nosotros deducir, intuir, ingeniar
o fantasear maneras, métodos o supuestas conclusiones sin una base que descanse
en los fundamentos de esta Disciplina. Este orden bien tenido en consideración por
los cultivadores serios y respetuosos de la Antigua Enseñanza, como Confucio
(Kung Tse), el cual antes de entrar en el Oráculo practicó y restauró los Ritos y
estados espirituales del Maestro Wu wan. El mismo Richard Wilhelm fue una
persona sumamente abnegada en la práctica ritual y espiritual que permite una
entrada correcta y sabia a esta metodología tan bien resguardada por los Santos y
Sabios desde remotos tiempos. El desarrollo armonioso y certero de los cálculos
matemáticos, ya fijados desde Wu wan, incluyendo sus progresos posteriores,
permiten que el Discípulo no abuse con reiteradas demandas y que las respuestas
se desglosen cuan libro abierto a través de los números y los valores de cada
Trigrama. Sin embargo, ni Wilhelm ni otros autores menores posteriores
incluyeron toda la información necesaria para profundizar el universo que contiene
este Umbral que conocemos superficialmente bajo el nombre de ‘I Ching’. Y
Wilhelm finalmente publica lo que el mismo Oráculo le autorizó, y aquello que sus
colaboradores chinos permitieron. Cuando el alemán ponía en práctica su profundo
conocimiento del sistema, en los Círculos de Sabiduría – nos cuenta C.G Yung –
sus pronósticos incluso a cuatro o más años al final se cumplían de una manera
extraordinaria, casi calcada a sus palabras. Y no es que Wilhelm hacía varias
‘tiradas de monedas’ para analizar la realidad, sino que concluía sus avisos a partir
de los resultados de sus cálculos, usando correctamente la Enseñanza de los
Antiguos Maestros.
En occidente recibimos un libro ya acabado, con exposición y resultados, pero sin
explicación de fondo. Con ese I Ching algunos hallaron vetas filosóficas, otros
inventaron semejanzas con horóscopos y otras cábalas; mucha literatura
‘testimonial’ de aquello que el I Ching ha significado en la existencia del autor
pulula por el mundo, y esto comprueba el portento indiscutible de este misterio
escrito. Desgraciadamente, no poca especulación se ha tejido, de la que advirtió
Wilhelm con inusitada firmeza e insistencia; y enmarañada en este agio ha surgido
la comercialización y la farándula de internet que rebaja tan precioso material de
Sabiduría a una ‘mancia’ vulgar y muy lejana de su real connotación. Y es por esto
que aquellos que respetamos este medio sagrado debemos ser cuidadosos con
aquello que enseñamos, incluso en la ‘consulta personal’ o en la indicación básica
con el fin de que otros asuman este Camino. Porque es un Camino, no un juego.

La Antigua Enseñanza que aprendí y enseño

En mis viajes y en los 32 años de difusión y enseñanza he encontrado, y sigo


hallando, a muchas personas que creen saber ‘todo’ o ‘lo suficiente’ del I Ching. Y
he comprobado mil veces que después de asistir al Taller Básico que entrego
apoyado estrictamente en la Antigua Enseñanza… todos, indefectiblemente todos
quienes creían ‘saber mucho’ o ‘suficiente’ declaran su escaza información real, y
con lo recibido dan un vuelco profundo a su práctica de Sabiduría. ¿Por qué? -no
ciertamente por mérito personal- sino porque la Antigua Enseñanza se basa en el
Orden que aplicaron los Sacerdotes del Jade de las Alturas, y posee (1)Cuatro
Pilares Fundamentales: 1) Las 8 Leyes del Gran Fundamento; 2) Las 8 Virtudes; 3)
El Orden de los Números y sus ecuaciones; 4) Los Movimientos de los Cielos
(anterior y posterior)

Estos Cuatro Pilares se desarrollan a (2) Tres niveles de Enseñanza: el vehículo


pequeño (o el pequeño carro) y corresponde al nivel de los aprendices o neófitos; el
vehículo medio (o carro medio) y reúne a los Nobles (en cuanto es nobleza divina
entrar en este Camino) y primeros sacerdotes (hoy podríamos decir: avanzados o
en grado de enseñar y guiar a otros); el Gran vehículo (o Carro Mayor) que
representa la Instancia de Magos y Sacerdotes (entiéndase: Maestros). Esta
división no es antojadiza, sino que comprende prácticas rituales y conocimientos de
acuerdo a la realidad del Hombre, el cual asciende por este Camino en forma
gradual y en concordancia a sus experiencias y vivencias concretas. Y esta salvedad,
no menor, es la que nunca ha permitido conformar una Religión, transformando
esta senda en dogma…porque al tratarse de experiencia personal usando un
método que funciona sin el control condicionante de otras personas (La maestría
enseña, no posesiona)- y su metodología está hecha para funcionar siempre que se
le aplique correctamente- entonces se hace imposible institucionalizar algo que
posee intrínseca libertad. Por lo mismo, el Sacerdocio del Jade de las Alturas
nunca fue un estamento público para asuntos comunes, sino que desde sus inicios
cumplió roles de Sabiduría y de Poder Espiritual que los reyes usaron para su
orientación, y que por cuatrocientos años estuvo en litigio con las dinastía… pero
aún en la persecución y el ostracismo supieron mantener su vigencia espiritual.

El tercer elemento base de la Antigua Enseñanza (a saber: el primero lo


constituyen Los Cuatro Pilares Fundamentales; el segundo lo conforman los Tres
niveles de Enseñanza – vehículos-) es la distinción de los (3) Cuatro Poderes: el
Tao; el Cosmos; La Naturaleza; el Hombre. La misma fórmula, y el idéntico
resultado, tienen respuestas diferentes de acuerdo al Poder que es invocado. Bajo el
Reino del Tao se encuentran los dioses y los espíritus. Bajo el Gobierno del Cosmos
se encuentran las leyes universales. Bajo la Maternidad de la Naturaleza se
encuentran Los Elementos. Bajo el Gobierno de la Tierra el Hombre se mueve, vive
y crece en tres estamentos: el terrenal (o común); el Medio (o superior); las Alturas
(las cuales se dividen en Cielo y Abismos). De este Orden nace el propósito de los
dioses que entregaron al Hombre Antiguo estas fórmulas y ecuaciones: que todo
Hombre común se alce hasta el Camino Medio; que desde el Camino Medio
Discierna a los Poderes de Las Alturas. Esto es muy interesante: la Sabiduría nos
enseña que el Hombre no está en grado de saber o de elegir lo divino o a su dios sin
llegar él mismo al Camino Medio. Rebajar lo divino a los sentidos del Hombre es
una necedad. Es el Hombre quién debe ascender al Camino Medio para desde esa
consciencia Discernir la realidad de La Naturaleza, del Cosmos y del Tao. Y los
Sabios tenían muy en cuenta este Orden: primero alcanzar el Camino Medio, luego
Discernir (vivir en forma trascendental) a La Naturaleza y Los Elementos; más
tarde Discernir la realidad Macro (Cosmos); y solamente al final del Camino se
podía Discernir la realidad de los dioses. Nunca antes. Nunca bajo el conocimiento
humano o de acuerdo a la pura y sola necesidad ritual…de la cual los Sabios eran
muy cautos. Este mismo respeto se aplica al Orden de las Consultas: si aquello por
lo cual se indaga se halla bajo qué Poder. Y las respuestas siempre tendrán en
consideración el nivel del camino en el cual se encuentra quién abre este sistema.
Las respuestas varían de profundidad, y se hacen más herméticas, cuando el
Oráculo asume que el consultante está en condiciones INTERNAS, INTERIORES,
ESPIRITUALES…mayores de las que el mismo individuo cree. Y también suele ser
‘provocativamente’ básico y extremadamente claro con quienes siendo comunes se
auto-eligen cuan ‘iluminados’.

El Cuarto criterio aplicado en la Antigua Enseñanza son las (4) Fórmulas


Numéricas y sus ecuaciones. Entiéndase: varillas y sus cuatro ecuaciones (también
llamadas ‘de 4 en 4’); sistema de Valores (desde el Valor Básico (2 y 3) hasta los
Valores de los Trigramas según el Cielo Posterior (conocido como Orden del Rio
Lo) y según el Cielo Anterior (llamado ’el Orden de Fu shi); números Yang y
números Yin y sistema de números entreverados; números neutros y cifras super
numerarias… etc.

Este Ordenamiento desglosado en Cuatro aspectos garantiza que el Discípulo entre


en armonía y con plena sabiduría con este sistema.

Las monedas son de uso ‘reciente’ y comienzan a tener una usanza común después
de los años 1250 debido a que el sistema de varillas (con sus ecuaciones y
desarrollos) seguía siendo secreto, y este modo simple e inmediato permitía un
acceso fácil al Oráculo. Pero las monedas no permiten mayores ecuaciones, debido
a que sus números no son completos y carecen de la relación entre los Dos Cielos
(Ordenes) Con las varillas en cambio, sí podemos acceder al conjunto de
operaciones que nos permiten indagar Pasado y Futuro con certeza
meridiana. Junto con el sistema de monedas se acentúa el abuso en las demandas,
y con el exceso de preguntas viene el desorden que no permite entender las
respuestas, amén de que el mismo sistema del I Ching simplemente ya no
responde, y todo se hace incongruente. Saber preguntar, entonces, y cuándo
hacerlo, es lo que los Maestros enseñaron en base a ‘La Medida del Tiempo’. Más
tarde aparece un pequeño tratado llamado ‘sistema de diagnósticos’ y contenía la
manera de establecer un diálogo claro con el Oráculo.

La Enseñanza DEBE contener estos aspectos, y quién enseña debe respetar este
orden ya establecido por los Santos y Sabios. De esto hablamos cuando decimos
‘Antigua Enseñanza’, la que no es ‘una enseñanza distinta’ sino que la forma que
nos heredaron los Sabios.

En el año 1988 y 1989, por esos hechos de sincronía que no son de voluntad propia,
pero que por obediencia uno sigue gracias a la claridad que el I Ching transmite,
entré en intensa relación de enseñanza con un grupo de ancianos en Basilea,
muchos de los cuales fueron amigos de Yung, de Herman Hesse y cercanos
discípulos de Richard Wilhelm. Fue la única oportunidad en donde me relacioné
con un Sacerdote del Jade de las Alturas: un maestro chino que a la sazón vivía en
Hong Kong y desde entonces mi vida comenzó a girar hacia un punto desconocido,
impensable, al cual me resistí al inicio, pero fue más fuerte que mi ego y voluntad
mental.

Poseer el Sello del Sacerdocio del Jade de las Alturas no me ha hecho la vida fácil.
Jamás el Camino Medio ha sido un paraíso. Es una severa responsabilidad de
conciencia. El paraíso que nos inventamos de acuerdo a nuestra necesidad no
existe… si no pregúntenlo al I Ching. (Lo que se nos concede de Gracia no es para
jactancia y fama, sino para sembrar en otros lo que los Santos y Sabios han
sembrado en tu corazón) Y todo deben consultarlo con respeto y previa Meditación
con el Oráculo: si esto que lees es cierto y corresponde a la Enseñanza de Sabios y
Santos… Si es cierto y verdad cada uno de los Cuatro aspectos del Orden de la
enseñanza…En fin, pregunten siempre si el Oráculo los apoya en la decisión de
enseñar o guiar a otros…nunca se tomen esa prerrogativa sin antes tener la clara
anuencia del mismo I Ching. Jamás se queden con aquello que ustedes creen que
hace parte del IChing porque otros lo dijeron o escribieron, o uno mismo lo
dedujo…siempre coloquen el tema bajo escrutinio acabado del Oráculo.

Pero de sobre manera: indaguen por el Camino Medio, su significado, y cómo cada
uno puede llegar a esa altura necesaria para recién desde allí…ir en Pos del Eterno
Tao.
A Vuestra plena disposición

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