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UNIVERSIDAD DEL NORTE SANTO TOMÁS DE AQUINO

CENTRO DE ESTUDIOS DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA DE


LA ORDEN DE PREDICADORES

FACULTAD DE FILOSOFÍA

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

LA PASIÓN DE LA DESESPERACIÓN

Profesores
Fr. Rafael Cúnsulo OP
Silvia Campana

Alumnos
Ignacio Agustín Priegue
Rafael Roca
1. En general

La desesperación es la pasión contraria a la esperanza. Hay tres modos de contrariedad:

la simple negación (no saber, saber), la privación (ignorancia, saber), y la positiva que

implica un movimiento o acto opuesto (error, verdad) y es en este tercer sentido que lo

decimos. También se puede considerar contraria a la esperanza el temor mas “El temor es

contrario a la esperanza por razón de la contrariedad de los objetos, es decir, del bien y

del mal, y esta contrariedad se encuentra en las pasiones del irascible, en cuanto se

derivan de las pasiones del concupiscible. Pero la desesperación le es contraria

solamente en cuanto a la contrariedad de acercamiento y alejamiento.” 1 Así el temor es

contrario de dos modos, por contrariedad de objetos y por contrariedad de movimiento (el

temor implica un alejamiento del mal); mientras que la desesperación solo lo es en un

sentido (por contrariedad de movimiento). Esto significa que materialmente es mayor la

oposición entre esperanza y temor, pero formalmente es mayor entre esperanza y

desesperación porque al referirse a un mismo termino con movimientos distintos nunca se

pueden dar juntas.

Su objeto común es entonces el bien, futuro, y arduo. Más si este bien se considera

posible de obtener, se producirá un movimiento de acercamiento, es decir la esperanza;

mientras que si se considera imposible de obtener el movimiento será de alejamiento.

Esta dificultad insuperable puede ser extrínseca y accidental porque existe un

impedimento ya sea objetivo o subjetivo; o intrínseca y esencial por la supereminencia del

bien. Por lo tanto podríamos definir la desesperación como “motus appetitus irascibilis

recedentis a bono futuro arduo aestimato tu impossibile adeptu” 2, es decir movimiento del

apetito irascible que se aleja del bien futuro arduo estimado como imposible de alcanzar.

La desesperación se divide en sensitiva cuando hablamos de la pasión y espiritual cuando

hablamos del vicio, que a su vez se divide en meramente moral o teologal. Su efecto

1
I-II q.40, a.4 ad 1
2
J. M. Ramirez, De passionibus animae, Instituto de Filosofía «Luis Vives», Madrid y Salamanca, 1973, p. 381
principal es la paralización en la búsqueda del bien y sus secundarios son el odio hacia el

mal que impidiese alcanzarlo y la envidia hacia quien tiene esperanza o gozo.

2. Moralidad

La desesperación como pecado o un vicio se opone a la virtud de la esperanza. Santo

Tomás escribe expresamente solo un artículo sobre la desesperación como pasión, pero

dedica toda una cuestión para tratarla como pecado. Aunque lo desarrollará en el plano

sobrenatural su estudio nos ayuda mucho para entender su posible maldad dentro del

plano natural.

El Aquinate dice que el acto de la esperanza es bueno y virtuoso cuando corresponde al

juicio verdadero o a la verdadera imagen de Dios como salvador y perdonador nuestro.

Obrar esperando nuestro perdón y salvación es propio de la esperanza. Obrar en sentido

contrario es un pecado opuesto al sumo poder y bondad de Dios. Dentro del plano natural

el mal de la desesperación consistiría en abandonar la lucha cuando la recta razón nos

dice que debemos seguir luchando, y es llamado también pusilanimidad.

Santo Tomás señala que los condenados no pueden pecar por desesperación, porque no

pueden ya esperar ningún bien. De la misma manera, dentro del plano natural, un médico

no incurre en un mal por perder la esperanza de curar a un enfermo considerado

incurable.

Las causas del pecado de la desesperación son comunes a las de la pasión: los

obstáculos graves que se oponen y nos hacen juzgar como imposible la obtención del

bien esperado. Santo Tomás señala que la principal es el temor grave a la lucha por la

obtención del bien. Su efecto es el mismo que el de la pasión.

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