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l. Introducción.
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Profesora de Pre y Postgrado de la Universidad Fermín Toro y de Postgrado en la Universidad de Carabobo.
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A partir de la década de los años cincuenta y especialmente a partir de los años sesenta, la
presencia de la mujer en las diversas áreas del mundo del trabajo se fue acrecentado. Ya no se
trataba sólo de mujeres obreras, sino de mujeres que desempeñaban puestos en los más variados
sectores, incluso en cargos de elevada calificación. Esto coincide con la creciente participación de
la mujer en los centros de formación, no sólo primarios y medios, sino de educación superior. Tal
presencia, lejos de fomentar nuevas normas creadoras de tutelas especiales para el trabajo
femenino, incidió en reclamos por la igualdad de condiciones laborales entre trabajadores del
sexo femenino y del sexo masculino.
Este convenio impone a los Estados Miembros que garanticen la aplicación del principio
de igualdad entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual
valor, expresión ésta que en términos del convenio: “designa las tasas de remuneración fijadas sin
discriminación en cuanto al sexo”, a través de: “a) la legislación nacional; b) cualquier sistema
para la fijación de la remuneración, establecido o reconocido por la legislación; c)contratos
colectivos celebrados entre empleadores y trabajadores o d) la acción conjunta de estos diversos
medios.” De lo que se trata es de: “adoptar nuevos sistemas que se basen en criterios objetivos,
comunes a ambos sexos, que no tengan relación alguna con las antiguas distinciones basadas en
el sexo”2. La Recomendación 90 sobre igualdad de remuneración establece una importantísima
orientación para facilitar la aplicación del principio y en este sentido, señala que los Estados
deben tomar medidas adecuadas, si ello fuere necesario, para “elevar” el rendimiento de las
trabajadoras, con lo cual se está reconociendo la diferencia que para entonces existía entre la
formación entre hombres y mujeres y la conveniencia de superarla.
Diecisiete años más tarde, el tema de la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo
del trabajo sigue manteniendo importancia y desarrollo y en 1975, la Conferencia de la OIT
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Igualdad de remuneración. Estudio general de la Comisión de Expertos en aplicación de Convenios y Recomendaciones. 1986
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adoptó una Declaración sobre la igualdad de oportunidades y de trato para las trabajadoras y una
Resolución relativa a un plan de acción con miras a promover la igualdad de oportunidades de
trato también para éstas.
Con todos estos instrumentos se pone de manifiesto la tendencia y nueva perspectiva del
Derecho del Trabajo: la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo del trabajo y la
desaparición de toda forma de discriminación por razones de sexo.
Nueve años más tarde, en 1984, se adoptó el Convenio número 156 sobre los trabajadores
con responsabilidades familiares y en 1985 la Conferencia de la Organización Internacional del
Trabajo adoptó la Resolución relativa a la igualdad de oportunidades e igual tratamiento de
hombres y mujeres en el empleo. En el año 2000 se adoptó el Convenio número 183 sobre la
protección a la maternidad. En el Convenio 156 se establece que cada miembro debe incluir
entre los objetivos de su política nacional: “el de permitir que las personas con responsabilidades
familiares que desempeñen o deseen desempeñar un empleo ejerzan su derecho a hacerlo sin ser
objeto de discriminación y, en la medida de lo posible, sin conflicto entre su responsabilidades
familiares y profesionales.” El ámbito de aplicación del convenio son los trabajadores y
trabajadoras con responsabilidades frente a sus hijos, siempre que tales responsabilidades los
limiten en la preparación necesaria para ejercer, participar y progresar en una actividad
económica.
proclaman la igualdad de las condiciones laborales entre mujeres y hombres, se eliminan muchas
normas que establecían restricciones al trabajo femenino y las tutelas especiales se orientan
fundamentalmente al tema de la maternidad. Finalmente, en la tercera etapa encontramos normas
que, por una parte, enfatizan el fomento de la igualdad entre trabajadores y trabajadores y la
prohibición de la discriminación por razones de sexo y por la otra, amplían la protección a la
maternidad e incorporan la protección laboral de los trabajadores masculinos con
responsabilidades familiares.
las mujeres, quienes concebidos los más “vulnerables”, han sido objeto de una regulación
especial por parte del Derecho del Trabajo.
(ii) Razones culturales: El tema cultural está vinculado estrechamente al sociológico. Tiene
que ver con las costumbres y modo de vida de un grupo. En este tema hizo eco el
fenómeno del “machismo”, el cual aún existe. El machismo entraña la concepción y la
idea de que los hombres se encuentran, en muchos sentidos, en un nivel de superioridad
frente a las mujeres, entre ellos en el aspecto laboral. Las mujeres quedaban renegadas y
subordinadas a las labores domésticas, al cuidado de los hijos y por supuesto al de sus
esposos. Esa era la costumbre y el modo de vida de la mujer en la sociedad. Tales
actividades comportaban el rol de la mujer, su razón de existir y de desempeñarse
exitosamente en una actividad.
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Superados, también, paulatinamente, estos esquemas de vida (aún cuando no del todo), la
mujer se fue insertando en el mundo del trabajo. No obstante ello, las ideas que adornan al
machismo, determinan la existencia de exclusiones y el hecho, discriminador, de que las
oportunidades de formación y acceso al empleo sean desiguales, aún en los actuales
tiempos, entre mujeres y hombres.
(iv) Razones biológicas (físicas y psíquicas): Las condiciones físicas y psíquicas de las
mujeres también han fomentado la desigualdad. Además del tema “vital” de la
maternidad, el cual vamos a abordar en detalle, existe la creencia de que las mujeres no
son aptas para realizar ciertas actividades que suponen un esfuerzo físico importante, lo
cual ha sido motivo de que determinados puestos de trabajo sean ocupados sólo por
hombres. Por otra parte, existe la creencia de que la mujer, que por naturaleza es más
sensible y en ocasiones más frágil que los hombres, no tiene la capacidad y el equilibrio
emocional para soportar la presión y la intensidad de diversos tipos de actividades o
puestos de trabajo.
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(v) Razones económicas (Costos laborales): Las normas protectoras de la maternidad se han
establecido en la mayoría de las legislaciones laborales. En ocasiones, estas normas se
han percibido como protectoras de la mujer propiamente dicha, olvidándose su intención
de proteger la vida del feto y del recién nacido y de proteger a la familia. Encontramos,
entre otras normas, los permisos pre y post natales, los cuales suelen suponer gastos para
el patrono y el inconveniente de no poder disponer de los servicios de la mujer trabajadora
que goza del permiso.
Primera etapa:
Las primeras normas, contenidas en la Ley del Trabajo de 1928 ( Capítulo III
“Disposiciones especiales al trabajo de las mujeres y de los menores”) y en la Ley del
Trabajo de 1936 ( Capítulo V “Del trabajo de la mujer y menores”), así como en los
Reglamentos de 1938 (Capítulo XIX “Del Trabajo de mujeres y menores”) y de 1973
(Capitulo III “Del trabajo de las mujeres”), responden a la concepción tradicional de
tutelar a la mujer como ser débil o vulnerable y explotado, reflejan los primeros
convenios de la OIT y se centran en proteger a la mujer.
La Ley de 1928 prohibió el trabajo de las mujeres en el interior de las minas (Art. 15) 3,
así como emplear a mujeres para el trabajo en detales de licores y en empresas que
puedan perjudicar su moralidad o sus buenas costumbres (Art. 16).4
En la Ley del Trabajo de 1936 además de las prohibiciones antes referidas, se prohíbe
el trabajo de la mujer en labores peligrosas, insalubres o pesadas (Art. 73) 5,
reiterándose la prohibición de que trabajen en empresas que puedan perjudicar su
moralidad o buenas costumbres y en detales de licores (Art. 74)6.
(i) Jornada:
La Ley del Trabajo de 1928 estableció que la jornada de trabajo de las mujeres
sólo podrá prestarse en las horas comprendidas entre las 06:00 a.m. y las 06:00
p.m. (Art. 147). En la Ley de 1936 esta limitación se liberalizó ya que se permitió
el trabajo hasta las 7:00 pm. y se previó que las labores de enfermería y servicio
doméstico, periódicos, hoteles, restaurantes, cafés, teatros y demás casos de
excepción que señalase el Ejecutivo Federal, estarían sujetos a regulación especial
(Art. 728). El Reglamento de 1938 estableció que en estos casos de excepción las
mujeres mayores de 18 años podían prestar sus servicios en las horas
comprendidas entre las siete de la noche y las seis de la mañana, cuando las
necesidades del servicio o las modalidades especiales del trabajo lo requieran,
debiendo gozar de un descanso mínimo de nueve horas (Art. 109 9). Por otra parte,
el Reglamento añadió otros casos de excepción (Art. 11010) y estableció que el
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Artículo 14 (LT 1928): “La jornada de trabajo de las mujeres, y de los menores a que se refiere el artículo anterior, sólo podrá
prestarse en las horas comprendidas entre las seis de la mañana y las seis de la tarde”.
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Artículo 72 (LT 1936): “La jornada de trabajo de las mujeres y la de los menores de diez y ocho años, sólo podrá prestarse en las
horas comprendidas entre las seis de la mañana y las siete de la noche, salvo para las labores de enfermería y servicio
doméstico; periódicos, hoteles, restaurantes, cafés, teatros, que estarán sujetos a reglamentación especial; y en los demás casos
de excepción que limitativamente señale el Ejecutivo Federal al reglamentar la presente Ley, o en Resoluciones especiales.
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Artículo 109 (RLT 1938): “En los casos de excepción previstos en el artículo 72 de la Ley del Trabajo, las mujeres mayores de 18
años podrán prestar sus servicios en las horas comprendidas entre las siete de la noche y las seis de la mañana, cuando las
necesidades del servicio o las modalidades especiales del trabajo lo requieran. En estos casos gozarán de un descanso de nueve
horas por lo menos.”.
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Artículo 110 (RLT 1938): “A más de los casos establecidos en el artículo 72 de la Ley del Trabajo, se exceptúa también de la
prohibición del mencionado artículo el trabajo de las mujeres en los siguientes casos: 1º.- Hasta las diez de la noche en
hilanderías o telares que tengan dos equipos diarios, o en aquellas empresas que necesiten dos equipos diarios para las
necesidades técnicas de la industria, con tal de que cada mujer tenga un descanso continuo por lo menos de once horas; 2º.-
Cuando el trabajo se haga sobre materias primas o sobre materias en elaboración, susceptibles de alteración muy rápida, cuando
sea necesario para salvar dichas materias de una pérdida inevitable; 3º.- En aquellos establecimientos, empresas o
explotaciones, en que sólo estén empleados los miembros de una misma familia; 4º.- En los casos de fuerza mayor, que no
puedan ser previstos ni impedidos, y que no ofrezcan carácter periódico; 5º.- En los casos en que las mujeres desempeñen
trabajos de dirección que impliquen responsabilidad, cuando normalmente no ejecuten un trabajo manual. Lo dispuesto en el
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Inspector del Trabajo de la Jurisdicción podía autorizar que las mujeres laboren
hasta dos horas más de las permitidas para el trabajo nocturno, en los lugares en
donde el clima “haga singularmente penoso el trabajo diurno”(Art. 11311).
(ii) Salario:
La Ley del Trabajo de 1936 establece que la mujer que se encuentre en período de
lactancia no podrá ganar un salario inferior al fijado para el resto de las
inciso 3º se aplicará también a los varones menores de 18 años; y lo dispuestos en el inciso 4º se aplicará igualmente a los
varones menores de 18 años y mayores de 16. Además se exceptúa también de la prohibición del artículo 72 de la Ley del
Trabajo, el trabajo nocturno de menores de 18 años y mayores de 16, en circunstancias singularmente graves, y cuando lo exija
el interés público, a juicio de la respectiva Inspectoría del Trabajo.”.
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Artículo 113 (RLT 1938): “En los lugares de la República donde el clima haga singularmente penoso el trabajo diurno, el
Inspector del Trabajo de la jurisdicción podrá autorizar reducciones del período nocturno durante el cual se prohíbe el trabajo de
las mujeres, por no más de dos horas, con la condición de que durante el día se conceda a las respectivas trabajadoras un
descanso compensatorio equivalente.”
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Artículo 211 (RLT 1973): “Las mujeres mayores de diez y ocho (18) años podrán prestar servicios hasta las doce de la noche en
periódicos, hoteles, restaurantes, cafés, teatros y servicio doméstico. En labores de enfermería podrán permanecer hasta las seis
de la mañana, cuando las necesidades del servicio o las modalidades del trabajo lo requieran. En los casos previstos en este
artículo, gozarán de un descanso continuo de nueve (9) horas, por lo menos.”
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El Reglamento del Trabajo de 1973 establece que el Ministerio del Trabajo designará
en los centros industriales más importantes, personal femenino con el objeto de que
vigile la observancia de las disposiciones relativas al trabajo de las mujeres (Art.
22415).
Esta norma permite que la mujer pueda cesar en su actividad laboral, sin que ello
suponga una finalización de la relación de trabajo, los días antes del parto y los
días posteriores al mismo, todo lo cual viene a proteger no sólo a la mujer como
individuo, si no a la vida del feto y del recién nacido.
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Artículo 17 (LT 1928): “Se prohíbe emplear mujeres en estado de gravidez en trabajos que por requerir esfuerzos físicos
considerables, o por otras circunstancias, sean capaces de producir el aborto, o de impedir el desarrollo normal del feto.”.
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Artículo 76 (LT 1936): “Las mujeres dejarán de trabajar desde seis semanas antes del alumbramiento hasta seis semanas
después del mismo, presentando los correspondientes certificados médicos. Durante este descanso o por un tiempo mayor a
causa de una enfermedad que según certificado médico sea consecuencia del embarazo o del parto y que las incapacite para el
trabajo, conservarán su derecho a su empleo; y además a una indemnización suficiente para su mantenimiento y el del niño. La
indemnización contenida en este artículo sólo tendrá efecto cuando sea establecido el seguro social de maternidad, conforme a
lo previsto en el Título V de esta Ley.”.
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Artículo 220º (RLT 1973): “Los períodos pre y post-natales deberán computarse a los efectos de determinar la antigüedad de la
trabajadora en la empresa.”
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post natal (Art. 22219) y la prolongación del descanso prenatal en caso de que el
parto se produzca luego de la fecha prevista.
(iv) Lactancia:
La Ley de 1936 reiteró esta disposición, estableciendo que las horas de lactancia
serían fijadas por la lactante (Art. 7822) y prevé que los establecimientos que
ocupen más de treinta obreras deben tener salas anexas -cuyos planos deben
someterse a la aprobación de la Inspectoría del Trabajo- para amamantar a sus
hijos y para el cuidado de los mismos durante su jornada (Art.7923).
Segunda etapa:
hombres en el ámbito laboral. Por ello, en la Ley Orgánica del Trabajo de 1990 se
eliminan las normas que establecían diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la
jornada de trabajo y al trabajo en lugares peligrosos, insalubres o perjudiciales a la moral,
salvo cuando se trate de mujeres embarazadas.
Por otra parte, la Ley Orgánica del Trabajo amplió la protección a la maternidad. En este
sentido, aumentó el período de descanso post- natal, previó la acumulación del descanso
pre-natal al post-natal, el disfrute de vacaciones luego de la licencia maternal, estableció
la prohibición de someter a la aspirante al empleo a exámenes médicos y la contratación
preferente al aspirante con responsabilidades familiares, extendió la inamovilidad laboral
al período de post parto, incluyó la protección a la adopción como institución de la familia
y reguló las guarderías.
a) Protección a la maternidad:
En esta Ley se establece que el Ejecutivo Nacional dictará las normas destinadas a
proteger la maternidad y la familia en labores peligrosas, insalubres o pesadas,
(Artículo 380)24. En armonía con la prohibición establecida en el artículo 17 de la
Ley de 1936, la LOT de 1990 establece que la mujer trabajadora en estado de
gravidez no está obligada a realizar tareas que puedan producir el aborto o impidan
el desarrollo normal del feto. Lo interesante de la nueva norma es que establece
que la negativa por parte de la trabajadora de realizar estas actividades, no puede
alterar sus condiciones de trabajo (Artículo 38225).
La Ley de 1990 aumenta el período del descanso postnatal de seis semanas a doce
semanas después del parto. A causa de enfermedad consecuencia del embarazo o
del parto, que produzca la incapacidad de la trabajadora para el trabajo, este
período podrá extenderse. Este derecho se consagra junto a la conservación por
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Artículo 380 (LOT 1990): “El Ejecutivo Nacional, al reglamentar esta Ley o mediante Resoluciones especiales, establecerá
normas destinadas a lograr la protección de la maternidad y la familia en labores peligrosas, insalubres o pesadas.”
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Artículo 382 (LOT 1990): “La mujer trabajadora en estado de gravidez estará exenta de realizar tareas que, por requerir
esfuerzos físicos considerables o por otras circunstancias, sean capaces de producir el aborto o impedir el desarrollo normal del
feto, sin que su negativa altere sus condiciones de trabajo.”
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Artículo 385 (LOT 1990): “La trabajadora en estado de gravidez tendrá derecho a un descanso durante seis (6) semanas antes
del parto y doce (12) semanas después, o por un tiempo mayor a causa de una enfermedad que según dictamen médico sea
consecuencia del embarazo o del parto y que la incapacite para el trabajo. En estos caso conservará su derecho al trabajo y a
una indemnización para su mantenimiento y el del niño, de acuerdo con lo establecido por la Seguridad Social.”.
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Artículo 386 (LOT 1990): “Cuando la trabajadora no haga uso de todo el descanso prenatal, por autorización médica o porque
el parto sobrevenga antes de la fecha prevista, o por cualquier otra circunstancia, el tiempo no utilizado se acumulará al período
de descanso postnatal. Los descansos de maternidad no son renunciables.”.
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Artículo 387 (LOT 1990): “La trabajadora a quien se le conceda la adopción de un niño menor de tres (3) años tendrá derecho
a un descanso de maternidad durante un período máximo de diez (10) semanas, contadas a partir de la fecha en que le sea dado
en colocación familiar autorizada por el Instituto Nacional del Menor con miras a la adopción.”
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descanso pre y post-natal y hasta un (1) año después del parto o adopción. Sólo
podrán ser despedidas en caso de que incurran en una causa justificada de despido
previamente calificada por el Inspector del Trabajo (Art.38429).
(iv) Lactancia:
En la LOT de 1990 se establece que los descansos para la lactancia serán dos
diarios de media hora cada uno, para el amamantamiento del niño en la guardería
y de no haber guardería serán de una hora cada uno (Art. 39330).
(v) Guardería:
Se establece que el patrono que ocupe a más de veinte (20) trabajadores debe
mantener una guardería infantil, a los fines de que éstos puedan dejar a sus hijos
durante la jornada de trabajo (Art. 39131).
El artículo 383 establece que: “La trabajadora embarazada no podrá ser trasladada
de su lugar de trabajo a menos que se requiera por razones de servicio y el traslado
no perjudique su estado de gravidez, sin que pueda rebajarse su salario o
desmejorarse sus condiciones por ese motivo.” En esta norma se contempla la
conservación de las condiciones laborales de la mujer embarazada y la
imposibilidad de traslados y desmejoras por causa del embarazo.
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Artículo 384 (LOT 1990): “La mujer trabajadora en estado de gravidez gozará de inamovilidad durante el embarazo y hasta un
(1) año después del parto. Cuando incurra en alguna de las causas establecidas en el artículo 102 de esta Ley, para su despido
será necesaria la calificación previa del Inspector del Trabajo mediante el procedimiento establecido en el Capitulo II del Título
VII. PARAGRAFO UNICO.- La inamovilidad prevista en este artículo se aplicará a la trabajadora durante el período de suspensión
previsto en el artículo siguiente, así como también durante el año siguiente a la adopción, si fuere el caso del artículo 387.”
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Artículo 393 (LOT 1990): “Durante el período de lactancia, la mujer tendrá derecho a dos (2) descansos diarios de media (1/2)
hora), cada uno para amamantar a su hijo en la guardería respectiva. Si no hubiere guardería, los descansos previstos en este
artículo serán de una (1) hora cada uno.”.
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Artículo 391 (LOT 1990): “El patrono que ocupe a más de veinte (20) trabajadores, deberá mantener una guardería infantil
donde puedan dejar a sus hijos durante la jornada de trabajo. Dicha guardería deberá contar con el personal idóneo y
especializado. En la reglamentación de esta Ley o por Resoluciones especiales se determinarán las condiciones mínimas para el
establecimiento de guarderías y se harán los señalamientos necesarios con el objeto de cumplir los fines para los cuales han sido
creadas.”.
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(vii) Intimidad:
El artículo 381 establece que: “En ningún caso el patrono exigirá que la mujer
aspirante a un trabajo se someta a exámenes médicos o de laboratorios destinados
a diagnosticar embarazo, ni pedirle la presentación de certificados médicos con ese
fin. La mujer trabajadora podrá solicitar que se le practiquen dichos exámenes
cuando desee ampararse en las disposiciones de esta Ley.”
Por su parte, La Ley del Seguro Social Obligatorio de 1991 establece a cargo de la
Seguridad Social, los pagos de los permisos de los períodos pre y post-natal y de
los permisos por adopción. Así mismo garantiza a cargo del Instituto Venezolano
de los Seguros Sociales, la atención médica durante el embarazo y el parto (Art.
1133). .
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Artículo 390 (LOT 1990): “Cuando una trabajadora solicite inmediatamente después de la licencia de maternidad las
vacaciones a que tuviere derecho, el patrono estará obligado a concedérselas.”
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Artículo 11 (Ley del Seguro Social 1990): “Las aseguradas tienen derecho a la prestación médica que se requiera con ocasión
de su maternidad y a una indemnización diaria, durante los permisos de maternidad y por adopción establecidos legalmente, la
cual no podrá ser inferior al salario normal devengado por la beneficiaria en el mes inmediatamente anterior a la iniciación de
los permisos o a la fecha en que éstos debieron otorgarse de conformidad con esta Ley.”
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El Reglamento de 1999 contiene aportes importantes en la materia. Por una parte, tal como se
observó, consagra el del principio de no discriminación, el cual se considera de obligatoria
observancia inclusive antes del nacimiento de la relación de trabajo, en el momento la
contratación (discriminación precontractual) e incluye el acoso u hostigamiento sexual como una
manifestación de discriminación por razón del género. Por otra parte, en las normas
reglamentarias se especifica a la acción de amparo constitucional, como mecanismo procesal de
tutela de los derechos de los trabajadores en relación a actos discriminatorios relativos al empleo.
a) Principio de no discriminación:
El artículo 834 del Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de 1999 establece como
principio del Derecho del Trabajo, el principio de no discriminación arbitraria en el
empleo por, entre otras razones, razones de género, que comprende tal como lo hemos
señalado, las discriminaciones que pudieren verificarse antes de que nazca la relación
de trabajo, como por ejemplo, el sometimiento a exámenes de embarazo antes de la
contratación en el empleo.
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Artículo 8 (RLOT 1999): “Los principios aludidos en el literal e) del artículo 60 de la Ley Orgánica del Trabajo serán, entre otros
y sin perjuicio de su previsión expresa en la legislación laboral, los siguientes: (…) e) Principio de no discriminación arbitraria en
el empleo, por razones de género o preferencia sexual, condición social, raza, religión, ideología política, actividad sindical, o
cualquiera otra fundada en criterios de relevancia incompatibles con el ordenamiento jurídico. Este principio comprenderá las
discriminaciones que pudieren suscitarse con antelación al nacimiento de la relación de trabajo, tales como, entre otros
supuestos, imponer como condición de admisión a la empresa el abstenerse del ejercicio de actividades sindicales o el
someterse a exámenes de embarazo.”
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b) Protección a la maternidad:
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Artículo 14 (RLOT 1999): “Tutela (Régimen probatorio): El trabajador víctima de discriminación en el empleo podrá extinguir la
relación de trabajo invocando una causa justificada de retiro o, si lo estimare conveniente, ejercer la acción de amparo
constitucional para obtener la restitución de la situación jurídica infringida. Parágrafo Único: El accionante deberá aportar al
proceso elementos de juicio que permitan deducir la discriminación alegada, correspondiendo al demandado la justificación
objetiva y razonable de las medidas adoptadas y su proporcionalidad.”
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Artículo 123 (RLOT 1999): “Contratación preferente: Quien aspire a obtener empleo y acredite responsabilidades familiares,
deberá, en igualdad de condiciones, ser preferido por el empleador, en los términos del artículo 29 de la Ley Orgánica del
Trabajo. En caso de incumplimiento, quien se considerare afectado podrá ejercer la acción prevista en el artículo 14 del presente
Reglamento.
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Artículo 124 (RLOT 1999): “Discriminación precontractual: Si quien optare a un empleo se considerare discriminada por razón
de su embarazo, podrá ejercer la acción prevista en el artículo 14 del presente Reglamento”.
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(iii) Guardería:
Del artículo 126 39 al 139 en la sección segunda denominada “Del cuidado integral
de los hijos de los trabajadores” se reglamenta el deber patronal relativo a la
guardería infantil establecido en el artículo 391 LOT y en este sentido, se establece
quienes son los trabajadores beneficiarios, cuales son las modalidades de
cumplimiento de la obligación patronal, cuales las condiciones de la guardería
infantil, entre otros. El artículo 13540 establece que a los fines del cumplimiento
por parte del patrono de la guardería infantil se tomará en consideración el
concepto de unidad económica establecido en el artículo 2141 del Reglamento.
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Artículo 125 (RLOT 1999): “Período de lactancia: El período de lactancia, a que se refiere el artículo 393 de la Ley Orgánica del
Trabajo, no excederá de seis (6) meses contados desde la fecha del parto. La mujer trabajadora, finalizado el período de licencia
postnatal, notificará al patrono la oportunidad en que disfrutará los descansos diarios para la lactancia. El empleador sólo podrá
imponer una modificación a lo planteado por la trabajadora, cuando a su juicio ello afecte el normal desenvolvimiento de la
unidad productiva y lo acredite fehacientemente.”
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Artículo 126 (RLOT 1999): Trabajadores beneficiarios: Los empleadores a que se refiere el artículo 391 de la Ley Orgánica del
Trabajo, deberán garantizar a los trabajadores que perciban una remuneración mensual en dinero que no exceda del equivalente
a cinco (5) salarios mínimos, que sus hijos, hasta los cinco (5) años de edad, disfrutarán del servicio de guardería infantil durante
la jornada de trabajo.
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Artículo 135 (RLOT 1999): “Unidad económica: El cumplimiento de la obligación de garantizar el servido de guardería
infantil se hará atendiendo al concepto de unidad económica, en los términos previstos en el artículo 21 del presente
Reglamento.”
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Articulo 21 (RLOT 1999): “Grupos de empresas: Los patronos que integraren un grupo de empresas, serán solidariamente
responsables entre sí respecto de las obligaciones laborales contraídas con sus trabajadores. Parágrafo Primero: Se
considerará que existe un grupo de empresas cuando éstas se encontraren sometidas a una administración o control
común y constituyan una unidad económica de carácter permanente, con independencia de las diversas personas
naturales o jurídicas que tuvieren a su cargo la explotación de las mismas. Parágrafo Segundo: Se presumirá, salvo prueba
en contrario, la existencia de un grupo de empresas cuando: a) Existiere relación de dominio accionario de unas personas
jurídicas sobre otras, o cuando los accionistas con poder decisorio fueren comunes; b) Las juntas administradoras u
órganos de dirección involucrados estuvieren conformados, en proporción significativa, por las mismas personas; c)
Utilizaren una idéntica denominación, marca o emblema; o d) Desarrollen en conjunto actividades que evidenciaren su
integración.”
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Tercera etapa:
A partir de finales de los años noventa, se producen una serie de normas que profundizan
el proceso de fomentar la igualdad entre trabajadores y trabajadoras. Estas normas, por
una parte, amplían la prohibición de toda forma de discriminación por razones de sexo y
por la otra, no sólo amplían la protección a la maternidad, sino que promueven la
protección de la paternidad, la familia y de los trabajadores masculinos con
responsabilidades familiares. Ellas nos permiten distinguir una tercera etapa, en la cual
ubicamos a la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer del 26 de octubre de
1999 (LIOM), la Constitución de 1999, al Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de
2006, la Resolución de fecha 22-09-2006 dictada por el Ministerio del Trabajo y
Seguridad Social y por el Ministerio de Salud (hoy denominados Ministerio del Poder
Popular para el Trabajo y Seguridad Social y Ministerio del Poder Popular para la Salud),
la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo
(LOPCYMAT) de 2006, la Ley para la Protección de las Familias, la Maternidad y la
Paternidad, publicada en Gaceta Oficial el 20 de septiembre de 2007, la Ley Orgánica
sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del 17 de septiembre de
2007 y a la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNA),
publica en Gaceta Oficial el 10 de diciembre de 2007.
En esta etapa encontramos normas que establecen los principios y bases de la familia, que
refieren el tema de las responsabilidades familiares compartidas, la protección al trabajo,
del hogar y la igualdad de condiciones de trabajo para hombres y mujeres. Así mismo, tal
como se señaló encontramos normas que consagran una protección especial a la
maternidad y a la paternidad. Todas estas normas son especialmente importantes por
cuanto suponen un redimensionamiento de la tutela legal, que se orienta en proteger a la
familia, sobre la base de la igualdad entre sus miembros y en proteger no solamente a la
madre sino también al padre. Si a esta nueva orientación legal se uniese un cambio real y
cultural de hombres y mujeres, podría garantizarse que las responsabilidades familiares
sean verdaderamente compartidas, que las familias estén mejor formadas y constituidas y
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que las mujeres tengan mayores espacios en el mundo laboral, eliminándose, de una vez
por todas, la discriminación laboral de que han sido objeto a lo largo de la historia.
La Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer establece una serie de normas con
el objeto de lograr la igualdad de oportunidades para las mujeres (Art. 142). Dice la ley
que esta igualdad implica la eliminación de obstáculos y prohibiciones que se originan
por su condición femenina (Art.543). El artículo 6 establece que la discriminación
contra la mujer supone la existencia de: (i) instrumentos normativos cuyo espíritu,
contenido o efectos privilegien al hombre; (ii) situaciones de hecho que desmejoren su
condición y (iii) falta o inadecuada regulación de un determinado sector en donde
intervenga la mujer, que, una vez más, obstaculice o niegue sus derechos (Art. 6 44).
Pensamos que esta amplia norma puede ser muy útil para fundamentar la existencia de
discriminación en el ámbito de las relaciones laborales; pueden hacer uso de ellas las
trabajadoras que se consideren discriminadas por: (i) cláusulas establecidas en el
contrato individual de trabajo, la convención colectiva de trabajo o el reglamento
interno de la empresa, entre otros; (ii) hechos concretos del patrono o sus
representantes y del personal que tenga a su cargo a trabajadores y trabajadoras y (iii)
falta de normativa en cuanto, por ejemplo, políticas de remuneración o ascensos en
áreas de la empresa en las cuales se desempeñen mujeres, etc.
fines de garantizar tal igualdad el artículo 21 de la Ley establece que: “En los
directorios, juntas directivas o administradoras, o consejos de administración de los
institutos autónomos y organismos de desarrollo económico o social del sector público
y de las empresas en que el Estado u otra persona de Derecho Público sea titular de
más de cincuenta por ciento (50%) del capital, se incluirá por lo menos a una mujer.” y
que: “El Ejecutivo Nacional dictará por vía de reglamentación normas que tiendan a
concretar la participación de la mujer, establecida en el artículo anterior, en armonía
con las leyes laborales, para las empresas del sector privado.” (Artículo 22).
49
Artículo 1 (Ley de Protección a la familia, la maternidad y la paternidad): “La presente Ley tiene por objeto establecer los
mecanismos de desarrollo de políticas para la protección integral a las familiar, la maternidad y la paternidad así como promover
prácticas responsables ante las mismas, y determinar las medidas para prevenir los conflictos y violencia intrafamiliar, educando
para la igualdad, la tolerancia y el respecto mutuo en el seno familiar, asegurándole a todas y todos sus integrantes una vida
digna y su pleno desarrollo en el marco de una sociedad democrática, participativa, solidaria e igualitaria”.
50
Artículo 76 (Constitución de 1999): “La maternidad y la paternidad son protegidas integralmente, sea cual fuere el estado civil
de la madre o del padre. Las parejas tienen derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos e hijas que deseen
concebir y a disponer de la información y de los medios que les aseguren el ejercicio de este derecho. El Estado garantizará
asistencia y protección integral a la maternidad, en general a partir del momento de la concepción, durante el embarazo, el parto
y el puerperio, y asegurará servicios de planificación familiar integral basados en valores éticos y científicos. El padre y la madre
tienen el deber compartido e irrenunciable de criar, formar, educar, mantener y asistir a sus hijos e hijas, y éstos tienen el deber
de asistirlos cuando aquellos o aquellas no puedan hacerlo por sí mismos. La ley establecerá las medidas necesarias y adecuadas
para garantizar la efectividad de la obligación alimentaria.”
28
A nuestro juicio, tales normas son las más importantes de esta tercera etapa, que sin
duda marcan una pauta en cuanto al establecimiento de las condiciones familiares
necesarias para el logro de la igualdad, pues consagran, a cargo de padre y madre, los
deberes y responsabilidades familiares, asumidos en la práctica por la madre en un alto
porcentaje y en una forma más dedicada, lo cual la ha hecho menos atractiva para el
mercado de trabajo. Dichas normas comportan elementos igualadores entre
trabajadores y trabajadoras, pues en el aspecto familiar, equiparan a los hombres con
las mujeres.
51
Artículo 3 (Ley para protección de las familias, la maternidad y la paternidad): “A los efectos de esta Ley, se entiende por
familia, la asociación natural de la sociedad y espacio fundamental para el desarrollo de sus integrantes, constituida por
personas relacionadas por vínculos, jurídicos o de hecho, que fundan su existencia en el amor, respeto, solidaridad, comprensión
mutua, participación, cooperación, esfuerzo común, igualdad de deberes y derechos, y la responsabilidad compartida de las
tareas que implican la vida familiar. En tal sentido, el padre, la madre, los hijos e hijas u otros integrantes de las familias se
regirán por los principios aquí establecidos.”
52
Artículo 5 (LOPNA): “La familia es responsable, de forma prioritaria, inmediata e indeclinable, de asegurar a los niños y
adolescentes el ejercicio y disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El padre y la madre tienen responsabilidades y
obligaciones comunes e iguales en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de sus hijos. El Estado debe
asegurar políticas, programas y asistencia apropiada para que la familia pueda asumir adecuadamente esta responsabilidad, y
para que los padres y las madres asuman, en igualdad de condiciones, sus responsabilidades y obligaciones.
53
Artículo 42 (LOPNA): “Los padres, representantes o responsables son los garantes inmediatos de la salud de los niños y
adolescentes que se encuentren bajo su patria potestad, representación o responsabilidad. En consecuencia, están obligados a
cumplir las instrucciones y controles médicos que se prescriban con el fin de velar por la salud de los niños y adolescentes.”
29
54
Artículo 56 (LOPCYMAT 1995): “Son deberes de los empleadores y empleadoras, adoptar las medidas necesarias para
garantizar a los trabajadores y trabajadoras condiciones de salud, higiene, seguridad y bienestar en el trabajo, así como
programas de recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social e infraestructura para su desarrollo en los
términos previstos en la presente Ley y en los tratados internacionales suscritos por la República, en las disposiciones legales y
reglamentarias que se establecieren, así como en los contratos individuales de trabajo y en las convenciones colectivas.(…)
55
Artículo 88 (Constitución 1999): “El Estado garantizará la igualdad y equidad de hombres y mujeres en el ejercicio del derecho
al trabajo. El Estado reconocerá el trabajo del hogar como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y
bienestar social. Las amas de casa tienen derecho a la seguridad social de conformidad con la ley.”
30
ya que hace referencia a las “amas” de casa, dejando por fuera de la novedosa
protección a los varones “amos” de casa que realizan actividades domésticas.
f) Protección a la maternidad:
56
Artículo 6 (Resolución número de fecha 22-09-2006): “(…)Estas medidas deberán adoptarse entre otras, cuando la madre
desempeñe actividades propias de los cuerpos armados, organismos de protección civil y servicios de bomberos o, cuando
realice actividades en las cuales existan riesgos de exposición a metales pesados: intoxicación por plomo, tales como fábricas y
uso de calas, industrias de cerámicas, textileras, fabricación de municiones y artículos pirotécnicos; personal expuesto a
derivados del petróleo, como operadoras de isla, operarias de máquina de asfalto, operarias de fábricas de pinturas, cauchos;
intoxicación por mercurio, entre otras como servicios odontológicos y joyerías, intoxicación por cromo, como actividades en
textileras, curtidoras de pieles, industrias de colorantes, explosivos; intoxicación por arsénico como industrias farmacéuticas e
industrias para tratamientos de maderas; intoxicación por cadmio tales como industrias dedicadas a aleaciones, joyerías,
plásticos, cerámicas, papeles y textiles; por radiaciones ionizantes, entre ellas las actividades de radiología y radioterapia;
personal responsable de la preparación de medicamentos quimioterápicos u oncológicos; por fabricación de productos
alimenticios diversos, exposición a insecticidas y plaguicidas; y los demás que sean establecidos en las normas técnicas que se
dicten al efecto. En caso de contravención a la presente disposición, el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales dictará de forma inmediata los ordenamientos donde se instruya al patrono o patrona las medidas que debe adoptar
para la protección de la vida, salud, o seguridad de la mujer trabajadora o la de su hijo o hija. El incumplimiento de estos
ordenamientos se considerará una desmejora de sus condiciones de trabajo, sin perjuicio de las responsabilidades y sanciones a
que hubiere lugar.”
31
57
Artículo 100 (RLOT 2006): “El período de lactancia, a que se refiere el artículo 393 de la Ley Orgánica del Trabajo, no será
inferior a seis (6) meses contado desde la fecha del parto, sin perjuicio de que los Ministerios del Trabajo y Salud puedan
extender este período mediante Resolución conjunta. La mujer trabajadora, finalizado el período de lactancia postnatal,
notificará al patrono o patrona la oportunidad en que disfrutará los descansos diarios para la lactancia. El patrono o patrona solo
podrá imponer modificaciones a lo planteado por la trabajadora, cuando a su juicio ello afecte el normal desenvolvimiento de la
unidad productiva y lo acredite fehacientemente. En caso de desacuerdo entre las partes, el Inspector o Inspectora del Trabajo
decidirá si existe o no desmejora de conformidad con el procedimiento previsto en el artículo 454 de la Ley Orgánica del
Trabajo.”
58
Artículo 454 (LOT 1997). Cuando un trabajador que goce de fuero sindical sea despedido, trasladado o desmejorado sin llenar
las formalidades establecidas en el artículo anterior, podrá, dentro de los treinta (30) días continuos siguientes, solicitar ante el
Inspector del Trabajo el reenganche o la reposición a su situación anterior. El Inspector, dentro de los tres (3) días hábiles
siguientes, notificará al patrono que debe comparecer al segundo día hábil, por sí o por medio de representante. En este acto el
Inspector procederá a interrogarlo sobre: a) Si el solicitante presta servicio en su empresa; b) Si reconoce la inamovilidad; y c) Si
se efectuó el despido, el traslado o la desmejora invocada por el solicitante. Si el resultado del interrogatorio fuere positivo o si
quedaren reconocidos la condición de trabajador y el despido, el traslado o la desmejora, el Inspector verificará si procede la
inamovilidad, y si así fuere, ordenará la reposición a su situación anterior y el pago de los salarios caídos.”
32
La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
prevé una serie de delitos y normas protectoras de la mujer que de seguidas
veremos. Establece que es un agravante la comisión de estos delitos en perjuicio
59
Artículo 1 (Resolución 475-1 y 271 del 22/09/2006 – Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y Ministerio de Salud) : “Se
extiende el período de lactancia al que se refiere el artículo 393 de la Ley Orgánica del Trabajo, en concordancia con el artículo
100 de su Reglamento, a nueve (9) meses contados desde la fe4cha del parto.”
60
Artículo 2 (Resolución 475-1 y 271 del 22/09/2006 – Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y Ministerio de Salud): “Se
extiende el período de lactancia a doce (12) meses contados desde la fecha del parto, sólo y exclusivamente, en los siguientes
términos: 1. Cuando el patrono o patrona no mantenga una guardería infantil o un servicio de educación inicial, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 391 de la Ley Orgánica del Trabajo. 2. Cuando se trate de un parto múltiple o la madre, su hijo o
hija presente alguna de las condiciones de salud que se indican a continuación: prematuridad, trastornos de alimentación;
síndrome de mala absorción intestinal; déficit nutricional en cualquiera de los estadios; retardo de crecimiento intrauterino; bajo
peso al nacer; síndrome diarreico; síndrome de Down; errores innatos de metabolismo; fibrosis quística: síndrome Pierre Robín;
labio y paladar fisurado (Labio leporino y paladar hendido); cardiopatías congénitas; espina bífida; mielomeningocele; trastornos
convulsivos; hidrocefalia; parálisis cerebral; trastornos hemorrágicos del recién nacido por déficit de vitamina K; madre diabética
con trastorno de hipoglucemia; enfermedades infecciosas tales como enterocolitis necrotizante, varicela congénita, síndrome de
TORCHS (toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus – virus Epstein Barr, hepatitis, herpes, sífilis), sepsis; hemofilia, y, rehabilitación
post-hospitalaria / por enfermedad.”.
61
Artículo 44 (LOPNA): El Estado debe proteger la maternidad. A tal efecto, debe garantizar a todas las mujeres servicios y
programas de atención, gratuitos y de la más alta calidad, durante el embarazo, el parto y la fase post natal. Adicionalmente,
debe asegurar programas de atención dirigidos específicamente a la orientación y protección del vínculo materno-filial de todas
las niñas y adolescentes embarazadas o madres.”.
Artículo 46 (LOPNA): El Estado, las instituciones privadas y los empleadores proporcionarán condiciones adecuadas que
permitan la lactancia materna, incluso para aquellos hijos cuyas madres estén sometidas a medidas privativas de libertad.”.
33
de una mujer embarazada (Art. 6562) e impone una sanción para la persona que
someta a la mujer a exámenes médicos para descartar estado de embarazo,
“obstaculice o condicione el acceso, ascenso o la estabilidad en el empleo de las
mujeres” (Art. 4963).
Por su parte, la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer establece que las
ofertas de empleo no deben establecer discriminación por sexo ni por edad 64 y
prohíbe la publicación de anuncios no sólo de empleo, si no también de
capacitación, con elementos de discriminación entre hombres y mujeres 65.
Reconoce el embarazo como hecho natural de la mujer y dispone que el mismo no
puede dar lugar a discriminación en el empleo ni a la permanencia en el mismo66.
62
Artículo 65 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia). “ Serán circunstancias agravantes de
los delitos previstos en esta Ley, las que se detallan a continuación, dando lugar a un incremento de la pena de un tercio a la
mitad: (…) 4. Ejecutarlo en perjuicio de una mujer embarazada. (…).”.
63
Artículo 49 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia) : “La persona que mediante el
establecimiento de requisitos referidos a sexo, edad, apariencia física, estado civil, condición de madre o no, sometimiento a
exámenes de laboratorio o de otra índole para descartar estado de embarazo, obstaculice o condicione el acceso, ascenso o la
estabilidad en el empleo de las mujeres, será sancionado con multa de cien (100 U.T.) a mil unidades tributarias (1.000 U.T.),
según la gravedad del hecho. Si se trata de una política de empleo de una institución pública o empresa del Estado, la sanción se
impondrá a la máxima autoridad de la misma. En el supuesto de empresas privadas, franquicias o empresas transnacionales, la
sanción se impondrá a quien ejerza la máxima representación en el país. La misma sanción se aplicará cuando mediante
prácticas administrativas, engañosas o fraudulentas se afecte el derecho al salario legal y justo de la trabajadora o el derecho a
igual salario por igual trabajo.”
64
Artículo 16 (Ley de igualdad de oportunidades para la mujer): “Las ofertas de empleo originadas en instituciones públicas o
privadas no harán discriminaciones en perjuicio de una persona por sexo o edad y los empleadores no rehusarán aceptarla por
estos motivos.”
65
Artículo 17 (Ley de igualdad de oportunidades para la mujer): “Se prohíbe la publicación de anuncios ofreciendo empleo y
programas de capacitación vocacional-profesional en términos discriminatorios entre hombres y mujeres, de acuerdo a lo
previsto en esta Ley.”
66
Artículo 24 (Ley de igualdad de oportunidades para la mujer): “El embarazo es una condición natural de la mujer y como tal
no puede ser motivo de discriminación. Por lo tanto, las empresas se abstendrán de exigir o de practicar a las solicitantes de
empleo o a las trabajadoras ya incorporadas en una empresa, exámenes médicos para descartar o comprobar un posible
embarazo, con fines de aprobar o rechazar su ingreso o permanencia en dicha empresa. Tal acción será considerada como lesiva
a los derechos laborales de la mujer, y en tal sentido, dará lugar a la solicitud del Recurso de Amparo correspondiente.”
67
Artículo 15 (Ley de igualdad de oportunidades para la mujer): “Se prohíbe despedir o presionar a la mujer trabajadora o
menoscabar sus derechos con ocasión de su estado de gravidez o por motivo de embarazo. Las trabajadoras que vean afectados
sus derechos por estos motivos podrán recurrir al amparo constitucional para que le sean restituidos los derechos violentados.
34
En dicho texto normativo se consagra a favor del padre la inamovilidad laboral hasta
un año después del parto o sentencia de adopción. Esta protección asemeja en sus
condiciones al hombre y a la mujer trabajadora que tienen hijos, lo cual aleja la
discriminación a que está expuesta la mujer amparada por fuero maternal, pues el
traslado despido y desmejora esta vedado también para hombres por nacimiento o
adopción de hijos.
Otra norma que asemeja la protección del hombre con la mujer es la que concede al
padre licencia paternal. La ausencia del hombre en el trabajo a causa del nacimiento
del niño, obviamente no se equipara al período pre y post natal, lo cual sería un
absurdo, pero en todo caso, supone y garantiza con la debida protección al empleo, la
posibilidad de la presencia del padre en el hogar para el cuidado del niño los primeros
68
Artículo 86 (Constitución 1999): Toda persona tiene derecho a la seguridad social como servicio público de carácter no
lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en contingencias de maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez,
enfermedades catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida de empleo, desempleo, vejez,
viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social. (…)
69
Artículo 18 (Ley para protección de las familias, la maternidad y la paternidad): “El Estado desarrollará programas dirigidos a
garantizar asistencia y protección integral a la maternidad y a la paternidad, de conformidad con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y la ley.”
35
Es de observar que todas estas normas son expresión de la nueva visión que el
Derecho tiene con relación a las responsabilidades familiares compartidas, lo que ha
hecho que normas que tradicionalmente tenían como sujeto de aplicación a la mujer,
tengan ahora también al hombre. Ello es una manifestación de la igualdad de
oportunidades y trato entre hombres y mujeres, que el Derecho del Trabajo tiene como
objetivo y perspectiva.
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
amplía la protección que establecía a la mujer la Ley sobre la Violencia contra La
Mujer y la Familia promulgada el 19 de agosto de 1998. El objeto de esta Ley es
“garantizar y promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia creando
condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones
36
En dicha Ley se establece la protección de una serie de derechos (Art 370) y de normas
protectoras de la mujer ante la violencia basada en género. El artículo 4, numeral 8,
establece que “La trabajadora en situación de violencia de género tendrá derecho a la
reducción o a la reordenación de su tiempo de trabajo, a ser movilizada
geográficamente o al cambio de su centro de trabajo”. En estos casos, se establece la
posibilidad de que se suspenda la relación de trabajo a través de una orden de
protección del juez o de la jueza, previo informe y solicitud del Ministerio Público,
bastando la acreditación de indicios. Por otra parte, en el numeral 9 del mismo
artículo71 se establece que el Estado desarrollará políticas públicas a los fines de
insertar en el campo de trabajo a las mujeres víctimas de violencia que se encuentren
desempleadas, tomando en consideración su situación personal de salud a los fines de
su inserción laboral y capacitación.
70
Artículo 3 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia): “Esta Ley abarca la protección de los
siguientes derechos: 1. El derecho a la vida. 2. La protección a la dignidad e integridad física, psicológica, sexual, patrimonial y
jurídica de las mujeres víctimas de violencia, en los ámbitos público y privado. 3. La igualdad de derechos entre el hombre y la
mujer. 4. La protección de las mujeres particularmente vulnerables a la violencia basada en género. 5. El derecho de las mujeres
víctimas de violencia a recibir plena información y asesoramiento adecuado a su situación personal, a través de los servicios,
organismos u oficinas que están obligadas a crear la Administración Pública Nacional, Estadal y Municipal. Dicha información
comprenderá las medidas contempladas en esta Ley relativas a su protección y seguridad, y los derechos y ayudas previstos en la
misma, así como lo referente al lugar de prestación de los servicios de atención, emergencia, apoyo y recuperación integral. 6.
Los demás consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en todos los convenios y tratados
internacionales en la materia, suscritos por la República Bolivariana de Venezuela, tales como la Ley Aprobatoria de la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Pará).”
71
Artículo 4, Numeral 9 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia): “El Estado desarrollará
políticas públicas dirigidas a las mujeres víctimas de violencia que carezcan de trabajo, pudiendo ser insertadas en los programas,
misiones y proyectos de capacitación para el empleo, según lo permitan las condiciones físicas y psicológicas en las cuales se
encuentre. Si la mujer agredida tuviera una discapacidad reconocida oficialmente que le impida u obstaculice el acceso al
empleo, recibirá una atención especial que permita su inserción laboral y su capacitación. Para ello se establecerán programas,
proyectos y misiones. El Estado creará exenciones tributarias a las empresas, cooperativas y otros entes que promuevan el
empleo, la inserción y reinserción en el mercado laboral y productivo de las mujeres víctimas de violencia de género.”.
37
Tal protección se reitera en el artículo 3472 de la Ley, el cual establece que las
ausencias al trabajo por parte de la trabajadora víctima de violencia de género se
considerarán justificadas, previa acreditación médica.
En esta ley se define al “acoso sexual” y a “la violencia laboral” y se les califica como
delito contra la mujer. En el artículo 48 se dice que comete acoso sexual: “El que
solicitare a una mujer un acto o comportamiento de contenido sexual para sí o para un
tercero o procurare un acercamiento sexual no deseado, prevaliéndose de una situación
de superioridad laboral o docente o con ocasión de relaciones derivadas del ejercicio
profesional, con la amenaza de causarle un daño relacionado con las legítimas
expectativas que pueda tener en el ámbito de dicha relación” y se establece una sanción
de prisión de uno a tres años para el acosador. En el artículo 6373 se prevé una
indemnización pecuniaria a favor de la mujer acosada sexualmente.
Por su parte, el artículo 4974 de la Ley dispone que comete el delito de violencia laboral
“La persona que mediante el establecimiento de requisitos referidos a sexo, edad,
apariencia física, estado civil, condición de madre o no, sometimiento a exámenes de
laboratorio o de otra índole para descartar estado de embarazo, obstaculice o
72
Artículo 34 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia): “Las trabajadoras o funcionarias
víctimas de violencia tendrán derecho, en los términos previstos en las leyes respectivas, a la reducción o a la reordenación de su
tiempo de trabajo, a la movilidad geográfica, al cambio de centro de trabajo, a la suspensión de la relación laboral con reserva de
puesto de trabajo y a la excedencia en los términos que se determinen. Parágrafo Único. Las ausencias totales o parciales al
trabajo motivadas por la condición física o psicológica derivada de la violencia de género sufridas por las trabajadoras o
funcionarias, se considerarán justificadas cuando así lo determinen los centros de atención
de salud públicos o privados, en los términos previstos en la legislación respectiva.”
73
Artículo 63 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia): “ Quien resultare responsable de
acoso sexual deberá indemnizar a la mujer víctima de violencia en los términos siguientes: 1. Por una suma igual al doble del
monto de los daños que el acto haya causado a la persona acosada en su acceso al empleo o posición que aspire, ascenso o
desempeño de sus actividades. 2. Por una suma no menor de cien (100 U.T.) ni mayor de quinientas unidades tributarias (500
U.T.), en aquellos casos en que no se puedan determinar daños pecuniarios. Cuando la indemnización no pudiere ser satisfecha
por el condenado motivado por estado de insolvencia debidamente acreditada, el tribunal de ejecución competente podrá hacer
la conversión en trabajo comunitario a razón de un día de trabajo por cada unidad tributaria.”
74
Artículo 49 (Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia): “ La persona que mediante el
establecimiento de requisitos referidos a sexo, edad, apariencia física, estado civil, condición de madre o no, sometimiento a
exámenes de laboratorio o de otra índole para descartar estado de embarazo, obstaculice o condicione el acceso, ascenso o la
estabilidad en el empleo de las mujeres, será sancionado con multa de cien (100 U.T.) a mil unidades tributarias (1.000 U.T.),
según la gravedad del hecho. Si se trata de una política de empleo de una institución pública o empresa del Estado, la sanción se
impondrá a la máxima autoridad de la misma. En el supuesto de empresas privadas, franquicias o empresas transnacionales, la
sanción se impondrá a quien ejerza la máxima representación en el país. La misma sanción se aplicará cuando mediante
prácticas administrativas, engañosas o fraudulentas se afecte el derecho al salario legal y justo de la trabajadora o el derecho a
igual salario por igual trabajo.”
38
75
Artículo 12 (RLOT): “Se considerará como expresión de discriminación arbitraria por razón de género, al acoso u
hostigamiento sexual. Incurrirá en acoso u hostigamiento sexual quien solicitare favores o respuestas sexuales para sí o para un
tercero, o procurare cualquier tipo de acercamiento sexual no deseado, prevaliéndose de
una situación de superioridad y con la amenaza expresa o tácita de afectar el empleo o
condiciones de trabajo de la víctima.”
39
sanción por un hecho idéntico en forma desigual entre hombres y mujeres. El hecho es
que el acoso sexual en el caso de las mujeres es considerado delito y penado con
prisión por la ley y en el caso de los hombres no es así.
Tal circunstancia se explica por el hecho de que las normas que prevén el acoso sexual
y lo sancionan son recientes y se han dado especialmente en instrumentos normativos
protectores de los derechos de las mujeres. Ello ha sido así porque en la práctica las
principales víctimas del acoso sexual son las mujeres y han sido éstas las que han
reclamado que éste se prevea, se prohíba y se sancione.
El profesor Oscar Hernández Alvarez enseña que: “En nuestra región la regulación del
acoso sexual en general y de su vertiente laboral es más bien reciente. Los Códigos
penales tradicionalmente tipificaban una serie de delitos sexuales, entre los cuales no
figuraba el acoso u hostigamiento. Tres factores influyeron en un cambio de
orientación que llevó a que las legislaciones se ocuparan del tema. El impacto de la
jurisprudencia que en relación al mismo desarrollaron los tribunales de los Estados
Unidos, la influencia de los movimientos feministas y la firma de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer,
conocida como Convención de Belém do Pará, (1994).”76/77
4. Jurisprudencia:
Jurisprudencia Nacional:
Hemos considerado importante revisar las tendencias de la doctrina de la Sala
Constitucional de nuestro máximo tribunal (Tribunal Supremo de Justicia) en torno al tema que
nos ocupa. En el presente capítulo mostraremos algunas sentencias que hemos considerado
importantes para el presente trabajo y que se encuentran recopiladas en la obra de la Magistrada
76
XI CONGRESO CENTRO AMERICANO Y DEL CARIBE DE DERECHO DEL TRABAJO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL.
Panamá, Octubre 2008. “Consideraciones sobre el acoso sexual en el trabajo en Centro América y el Caribe Latino”.
77
La Comisión Para Igualdad de Oportunidades en el Empleo (E.E.O.C) registraba 12.205 denuncias de casos de
acoso sexual (el 84,6% intentadas por mujeres) en relación a alrededor de 6.000 anuales que se recibían a finales de
los años 80.
40
del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) Carmen Zuleta de Merchán: “Visión de género en la
doctrina de la Sala Constitucional”.
(i) Sentencia Nº 259 del veintiuno de febrero de 2001. Acción de amparo constitucional
intentada contra acto administrativo de efectos particulares dictado por el Ministro de
Finanzas. Parte actora: Carlos Manuel Díaz Reyes.
En este caso la parte actora, un gerente de aduana, fue removida de su cargo. Éste
sostuvo que para el momento de la remoción su esposa se encontraba en estado de
gravidez y que por tal virtud gozaba de “un fuero especial equiparable en cuanto a sus
efectos al fuero maternal”. Alegó una violación a la norma constitucional que protege
la maternidad. La SC TSJ declaró improcedente la acción de amparo constitucional y
estableció que el fuero maternal no es extensible al trabajador. Sostuvo:
“(…) Ahora bien, aun cuando es cierto que nuestra Constitución establece la
igualdad y la prohibición de todo tipo de discriminación por razones de
política, edad, raza, sexo o credo, o por cualquier otra condición, el
accionante no puede pretender una protección laboral que corresponde a la
categoría de género para el que ha sido legalmente instituida (…)
Seis años más tarde, fue publicada en Gaceta Oficial la Ley para la Protección de las
Familias, la Maternidad y la Paternidad, que como hemos dicho, consagra a favor del
trabajador inamovilidad laboral por un año desde el nacimiento del niño o sentencia de
adopción.
41
(ii) Sentencia Nº 742 del cinco de abril de 2006. Acción de amparo constitucional contra
acto administrativo de efectos particulares dictado por la Dirección Ejecutiva de la
Magistratura. Parte actora: Wendy Coromoto García Vergara.
En este caso la parte actora, una secretaria de un Tribunal de Protección del Niño y del
Adolescente, fue removida de su cargo. Ésta sostuvo que para el momento de la
remoción gozaba de inamovilidad laboral pues era madre de una niña de diez (10)
meses de edad. Alegó una violación a la norma constitucional que protege la
maternidad. La SC TSJ declaró inadmisible la acción de amparo constitucional por
cuanto existía la posibilidad de que la parte actora intentara la acción prevista en vía
ordinaria. Sostuvo:
“(…) Al respecto, ha sido criterio de esta Sala que para toda remoción a
cualquier cargo o puesto de trabajo, se debe esperar que culmine el estado de
gravidez o embarazo y se hayan extinguido los correspondientes permisos
pre y postnatal. En otras palabras, la desvinculación del servicio debe
posponerse por el lapso que falte del embarazo, y una vez verificado el
agotamiento de los permisos que la legislación especial prevé (vid sentencia
Nº 64/2002). (…)” “(…) es evidente en el caso de autos la violación al fuero
maternal de la accionante, su situación jurídica se hace irreparable por vía
42
“(…) Ahora bien, dado que … la solicitante del presente amparo, para el
momento de la interposición de la acción, tenía motivos suficientes para que
procediera ésta, pues en realidad se encontraba amparada por el fuero
maternal, considera necesario esta Sala la reapertura del lapso para la
interposición del recurso contencioso funcionarial y, de esta manera, pueda
la accionante argumentar lo necesario respecto de su despido. Así se decide.”
(iii) Sentencia Nº 1.457 del veintisiete de julio de 2006. Nulidad por inconstitucionalidad
de los artículos 27 y 31 de la Ley del Seguro Social , y artículo 3 literal “a” de la Ley
de Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la Administración Pública Nacional
de los Estados y los Municipios. Parte actora: Pedro José Martínez Yánez.
En este caso se solicitó la nulidad de los señalados artículos por cuanto se consideró
que los mismos proponían una discriminación y un trato desigual para mujeres y
hombres, en cuanto a las condiciones de edad para hacerse acreedor del derecho a la
pensión de vejez, puesto que el hombre requiere haber cumplido sesenta años de edad
y la mujer cincuenta y cinco, es decir, cinco años menos.
“(…) la igualdad jurídica no implica un trato igual en todos los casos con
abstracción de los elementos diferenciadores. Se prohíbe la discriminación,
pero no toda desigualdad es una discriminación. Se prohíben las
normaciones ‘no justificadas’ (es decir arbitrarias o discriminatorias), pero
no las normaciones diferenciadas, si corresponden a supuestos de hechos
diferentes (molas, IB. Cit., p. 301)”
(iv) Sentencia Nº 1.617 del diez de agosto de 2006. Acción de amparo constitucional
contra oficio suscrito por el Presidente de la Comisión Judicial del Tribunal Supremo
de Justicia. Parte actora: Gabriela Mercedes Patiño.
En este caso, la SC TSJ cambió el criterio establecido en sentencia Nº 742 del cinco
de abril de 2006 estudiada en punto (ii) del presente capítulo, en la cual declaró
inadmisible la acción de amparo constitucional por cuanto existía la posibilidad de que
la parte actora intentara la acción prevista en vía ordinaria. Veamos:
(v) Sentencia Nº 1.742 del nueve de agosto de 2007. Acción de amparo constitucional
contra oficio suscrito por el Presidente de la Comisión Judicial del Tribunal Supremo
de Justicia. Parte actora: Gabriela Mercedes Patiño.
En esta sentencia se incurre una contradicción con el criterio que la propia Sala empleó
en el mismo procedimiento para admitir la acción de amparo constitucional. En nuestra
opinión, la circunstancia de que exista o no un procedimiento diferente al amparo para
restituir la situación jurídica infringida, es un hecho sobre el cual debe pronunciarse la
Sala en el auto de admisión del amparo y que no tendría porque ser considerado en la
sentencia definitiva, en la cual la Sala debe pronunciarse sobre el fondo del asunto que
se sometió a su consideración.
“Sin embargo, visto el carácter de orden público del fuero maternal alegado,
y en protección al mismo, esta Sala abre nuevamente los lapsos a partir del
presente fallo para que la accionante, si así lo estima conveniente, intente el
recurso de reconsideración ante la Comisión Judicial del Tribunal Supremo
de Justicia o el recurso de nulidad ante la jurisdicción contenciosa
administrativa. Continúa vigente la medida cautelar acordada hasta la fecha
en que culmine el período de inamovilidad laboral. (…)”.
El Magistrado Pedro Rondón Haaz también salvó su voto y entre otras opiniones de
derecho sustantivo, tocó el tema procesal y expresó:
47
Jurisprudencia Extranjera:
El caso se trata de una taquígrafa, la Sra. Audrey d’Costa, que una vez finalizada su
relación de trabajo alegó ante los tribunales de la India que el sistema retributivo
aplicado en la empresa discriminaba a las mujeres respecto de los hombres. La
empresa sostuvo que la actora había ocupado un puesto “de confianza” que
determinaba y justificaba el monto de su remuneración. Y no obstante que en la
empresa demandada no había ningún hombre que hubiera ocupado ese mismo puesto,
ni uno similar, se observó que un taquígrafo hubiera percibido un sueldo superior por el
mismo trabajo.
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“En un caso en que una mujer reclamaba la misma remuneración salarial que
su predecesor en el cargo, un trabajador masculino, el Tribunal Europeo
consideró que el concepto de igualdad de remuneración en el Tratado CEE
no se limitaba a los casos en que un hombre y una mujer ocupaban un puesto
similar de forma simultánea, sino también cuando una mujer percibía una
retribución inferior a un hombre que previamente había ocupado un puesto
de igual valor.”
El Convenio 100 de la OIT establece que debe llevarse a cabo una evaluación objetiva
de los distintos puestos de trabajo en el seno de la empresa, a los fines de que se fijen
los niveles de remuneración dentro de la misma. Esta evaluación comprende la
medición del “valor” que tiene cada uno de estos puestos de trabajo.
En este caso se discutió acerca de un convenio colectivo que, a decir de la parte actora,
establecía una diferencia de remuneración entre los hombres y las mujeres, siendo que
éstas percibían un salario inferior aún cuando gozaban de la misma cualificación. La
empresa sostuvo que la diferencia se justificada por la diferencia de productividad.
El Tribunal de apelación consideró que esta diferencia era discriminatoria por cuanto
se fundamentaba en el sexo y estableció:
El tribunal de la causa hizo uso de del Derecho Internacional para dictar la sentencia,
en la cual estableció que la demandante tenía derecho a percibir igual remuneración
que los trabajadores de sexo masculino, razón por la que condenó a la empresa a
pagarle la diferencia de salario correspondiente a todo el tiempo que prestó sus
servicios para ésta. Para cumplir con los preceptos del principio de igualdad que hemos
tratado en el presente trabajo, se debe establecer un salario y fijar una tasa de
remuneración conforme las funciones que comporte el cargo, independientemente de
que el mismo vaya a ser ocupado por mujeres u hombres.
Una trabajadora denunció al gerente de la cooperativa para la cual laboraba por acoso
sexual. Las autoridades de la cooperativa consideraron que la denuncia era infundada.
La trabajadora renunció a su puesto de trabajo y demandó judicialmente el pago de
varios conceptos.
En este caso, al igual que en algunos de los anteriores, frente a una laguna del derecho
interno se hizo uso de las normas internacionales para dictar la sentencia. Vale la pena
destacar que en la definición planteada de acoso sexual, se le concibe al mismo como
una forma de discriminar a la mujer.
Si nos preguntásemos ¿Cuál es la perspectiva y objetivo actual del Derecho del Trabajo
respecto de las mujeres? La respuesta sería la siguiente: lograr la igualdad de oportunidades y
trato, de empleo y ocupación, entre la mano de obra femenina y la masculina. Tal igualdad ya se
había establecido como objetivo de los convenios fundamentales de la OIT ya referidos (número
100 sobre igualdad de remuneración y número 111 sobre la discriminación (empleo y
ocupación)).
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Para lograr la igualdad que se pretende hay que eliminar todos los obstáculos que sigan
marcando una diferencia con respecto a los hombres. En el punto segundo de este trabajo se hizo
referencia a algunos de los motivos que determinaron la discriminación de la mujer, entre ellos
mencionamos razones sociológicas, culturales, religiosas, biológicas y económicas. Algunos de
estos motivos o razones aún persisten, pues es claro que todavía existe discriminación por sexo.
No obstante ello, en la actualidad la presencia en el mundo de la mujer es mucho mas intensa. La
mujer ha luchado y ha logrado ocupar espacios importantes en la sociedad y entre otros sectores,
se ha hecho presente en el campo laboral, en la política y en la academia.
Por ello pensamos que el tema de la formación, que estaba comprendido dentro de las
razones sociológicas de discriminación a la mujer, ya no es obstáculo. Las concepciones
machistas han disminuido considerablemente (razones culturales). Las mujeres han combatido el
machismo que caracterizaba y aún caracteriza al hombre en algunas sociedades. El machismo aún
existe y es curioso pero cierto que, hoy por hoy, en muchas ocasiones las concepciones
machistas vienen desde las propias mujeres, comenzando por las madres que en el hogar,
exoneran a los varones de la colaboración en las actividades domésticas. No obstante ello,
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creemos que no es el machismo el principal obstáculo que encuentran las mujeres en el problema
que se plantea, pues cada vez más las ideas que lo sustentan han cedido frente a las grandes
manifestaciones de las mujeres de sus capacidades y logros.
Pensamos que el tema de la religión tampoco es el principal obstáculo, aún cuando sigue
siendo causa de alta discriminación, especialmente en algunas religiones. En otras se han
producido avances en materia de igualdad. Por ejemplo, en la Iglesia Católica, hoy las mujeres
pueden dirigir la celebración de la palabra y a través del Ministerio de la Eucaristía, repartir la
comunión; participan en actividades de formación religiosa, imparten dirección espiritual,
coordinan centros religiosos, preparan a los feligreses para el recibimiento de los sacramentos,
entre otras, actividades que anteriormente estaban reservadas a los hombres.
Hechas estas consideraciones pareciera que los principales obstáculos que tiene la mujer
en el mundo de trabajo obedecen a dos razones fundamentales, las biológicas, especialmente a
causa de la maternidad y las sociológicas, en cuanto se refiere a las responsabilidades familiares y
la atribución de las mismas primordialmente a cargo de las mujeres.
En el caso que nos ocupa, el motivo determinante es la diferencia de trato por sexo o
género, la cual, como hemos dicho, a nuestro juicio obedece hoy día a dos causas fundamentales:
la maternidad y las responsabilidades familiares.
El Convenio 111 señala los ámbitos en los cuales se debe garantizar la igualdad de la
mujer para lograr el objetivo final: la igualdad de trato y oportunidades para hombres y mujeres:
(i) acceso a la formación y a la orientación profesional; (ii) admisión en el empleo y en las
diferentes ocupaciones y (iii) condiciones de empleo.
Por ejemplo: Se ofrece un curso de capacitación del interés de todos los trabajadores y
trabajadoras, en un horario fuera de la jornada de trabajo, en el cual el patrono sabe, las
78
Oficina Internacional del Trabajo. Igualdad en el empleo y la ocupación. Cit. 83. A sesión 1996, pagína13.
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mujeres no van a poder a asistir porque coincide con la salida de sus hijos de las
actividades escolares.
Otro tema que tiene que ver con el acceso al empleo, que a su vez da lugar a la
denominada “discriminación estadística”, es la creencia de que existen diferencias en el
nivel de productividad entre mujeres y hombres o de que determinadas actividades están
destinadas a ser cumplidas únicamente por hombres, sobre todo aquellas que impliquen
esfuerzos físicos. Pensamos que las condiciones humanas, psíquicas, físicas y espirituales,
de hombres y mujeres no son iguales. Tal igualdad ni se pretende ni es posible alcanzarla.
De lo que se trata es de establecer las condiciones objetivas del puesto de trabajo, brindar
58
(iv) Otro aspecto importante que se debe tomar en cuenta para que el principio de igualdad
rija las relaciones laborales y las oportunidades para hombres y mujeres, es el tema del
ascenso. Si bien es cierto que la presencia de la mano de obra femenina se ha
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incrementado en grandísimas escalas, también es cierto que aún existe el llamado “techo
de cristal”, es decir, un nivel dentro de las jerarquías del empleo, por encima del cual
difícilmente acceden las mujeres, lo cual constituye una limitación discriminatoria para el
ascenso de la mujer en el empleo. La existencia del referido “techo de cristal” podemos
apreciarlo, por ejemplo, en los cargos directivos de las empresas, los cuales siguen siendo
ocupados en un alto porcentaje por hombres. Generalmente mientras el cargo es más alto,
el nivel de compromiso y de responsabilidad también lo es. En la actualidad los
empleadores suelen ver en los hombres, en desmedro de las mujeres, a los trabajadores
que tienen menos compromisos familiares y más disponibilidad de tiempo para ocupar los
altos cargos, que ameritan, en muchos de los casos, largas jornadas y ausencias de la
ciudad y del país en donde se ejerce el puesto de trabajo.
Ya hemos identificado cuales son las razones fundamentales que, a nuestro juicio,
dificultan la igualdad de oportunidad y trato en el mundo del trabajo entre hombres y mujeres:
las circunstancias que se producen con ocasión de la maternidad y las responsabilidades
familiares que la sociedad tradicionalmente ha atribuido a las mujeres.
Es cierto que la condición de madre supone una muy especial atención y disponibilidad
hacia el hijo, mucho más intensa que aquellas que socialmente suelen atribuirse al hombre. Pero
el papel de la mujer en la sociedad no se limita a su labor de madre, sino que se manifiesta en
todos los espacios que la integran, incluyendo en el mundo laboral. De allí que las mujeres no
pueden conformarse con el ingreso al empleo, ni con arribar al “techo de cristal”. Es necesario
superar los límites discriminatorios y siendo madres y formadoras de hombres, ganar todos los
espacios que aún le son vedados.
No cabe duda de que para superar el llamado “techo de cristal”, se requieren unas
exigencias de dedicación que hacen dificultoso armonizar no sólo la maternidad, sino la vida
familiar en general y la vida laboral. El reto de las trabajadoras es demostrar todas sus
capacidades para vencer los límites discriminatorios en el empleo y dentro de éste, en el ascenso.
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Por su parte, el Estado, no sólo a través de su Poder Legislativo, pues ya hay un conjunto
importante de normas que fomentan y declaran la igualdad entre mujeres y hombres, sino a través
de políticas públicas y educativas, debe promover la igualdad de trato y oportunidades de las
mujeres respecto de los hombres en la formación, el ingreso al empleo, el ascenso y en el
establecimiento de las condiciones laborales.
Debe fomentarse un cambio cultural que propicie que los hombres compartan las
responsabilidades familiares que hoy tienen las mujeres casi en exclusivo. Es de señalar que
algunos pasos se han dado en este sentido. Actualmente puede observarse un incremento de la
participación del hombre en las tareas domésticas, especialmente en las familias jóvenes. Esta
participación ha sido si se quiere ocasionada por el cambio de mentalidad de las sociedades.
También ha contribuido a ello la cantidad de hombres que se encuentran en situación de
desempleo. En la medida en que hombres y mujeres tengan iguales responsabilidades en el
hogar, más fácilmente se les respetará a ambos los tiempos para que puedan cumplir
adecuadamente no sólo con su papel familiar, sino también con su papel en la sociedad y por
ende en el mundo laboral. De producirse tal cambio, se requeriría el desarrollo de un apoyo
normativo que facilite, tanto para mujeres como para hombres, la atención de tales
responsabilidades familiares sin desmedro de su actividad profesional. En este sentido en
Venezuela se han producido algunos avances, como lo son las normas contenidas en la Ley
Orgánica de Protección al Menor y al Adolescente y en la Ley para la Protección de la
Maternidad, la Paternidad y la Familia, en las cuales se estimula la paternidad responsable.
Esta propuesta tiene una importante limitación. Un elevado número de madres carece en
su hogar de un padre con quien compartir sus responsabilidades familiares. En muchos de estos
casos la ausencia del padre se debe a circunstancias que no pueden ser controladas por la mujer:
violación, abandono del hogar, divorcio, viudez. Pero en otros casos, la maternidad se produce
voluntariamente fuera del contexto y del apoyo de un hogar solidamente constituido. Son estos
casos los que pueden y deben ser evitados. La mujer debe actuar con mayor consciencia del
significado y de los alcances de la maternidad y del valor de la familia. En este sentido se
impone un reclamo no sólo a la paternidad responsable, sino también a la maternidad
responsable, lo cual comporta igualmente un cambio cultural.
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Entre los mecanismos que pueden emplearse en contra de la discriminación por sexo,
podemos mencionar las denominadas “acciones positivas”, que son medidas concretas destinadas
a hacer efectivos, en un ámbito determinado, los principios antidiscriminatorios establecidos en
las normas generales. La acción positiva se encuentra prevista en nuestra Constitución en el
artículo 21, numeral 2 que establece que: “La ley garantizará las condiciones jurídicas y
administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y efectiva; adoptará medidas positivas a
favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o vulnerables; protegerá
especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas, se
encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que
contra ellas se cometa.” Algunos ejemplos de este tipo de medidas son: (i) imposición de
porcentajes mínimos de mujeres trabajadoras en las nóminas de las empresas, así como en sus
altos cargos; (ii) revisión periódica de las condiciones laborales de las mujeres y su respectiva
comparación con las condiciones de los hombres, para así detectar posibles discriminaciones;
(iii) apertura obligatoria de procesos de ascensos, con efectiva participación de las mujeres, entre
otros.
A nuestro juicio, si bien las normas que establecen la igualdad de la mujer y aquellas que
desarrollan acciones positivas para el logro de este objetivo, son instrumentos importantes para
su consecución y para la lucha contra la discriminación de la mujer, tal meta no será conseguida
sino mediante la participación activa de las mujeres en relación a este tema y mediante la
demostración que ellas hagan de sus propias capacidades.
Lo ideal es que mujer ocupe los espacios del mercado de trabajo por mérito propio y no
por imposición de normas. Ella puede hacerlo. Lo que necesita esencialmente es que se
garanticen las oportunidades y que se establezcan criterios objetivos para el empleo en todos los
ámbitos antes mencionados en los cuales se debe garantizar la igualdad: (i) acceso a la formación
y a la orientación profesional; (ii) admisión en el empleo y en las diferentes ocupaciones, (iii)
condiciones de empleo y (iv) ascenso.
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Por último, queremos expresar que la negociación colectiva puede ser una herramienta
importante en la lucha para alcanzar la igualdad de trato y oportunidades entre hombre y mujeres,
sobre todo para llegar a aquellos niveles de regulación a los cuales la Ley, por su carácter general,
no suele abarcar. Lamentablemente, en la práctica ha sido muy escaso el aporte que la
negociación colectiva ha dado en esta materia. Para redimensionar el papel de la negociación
colectiva en el proceso de fomento de la igualdad, se requeriría, por una parte, una mayor
presencia de las mujeres en la actividad sindical y, por la otra, que el tema de la igualdad sea
incorporado como un punto importante de la agenda sindical.
7. Conclusiones
a. La regulación del trabajo femenino ha sido un tema fundamental para el Derecho del
Trabajo, debido a que históricamente la mujer ha sido objeto de discriminación laboral.
79
Gorelli Hernández, J.: “Mercado de Trabajo y políticas activas y pasivas de empleo en España.”Material del Curso avanzado en
Derecho del Trabajo para postgraduados (universidad de Sevilla e Instituto Europeo de Relaciones Industriales). Edición 2009.
64
Las primeras normas laborales que se dictaron a nivel internacional tutelaron el trabajo
de la mujer. En el ejercicio de la acción normativa de la OIT podemos señalar tres
etapas.
i. Las acciones positivas y las políticas activas de empleo también pueden contribuir a la
lucha contra la discriminación. Estos instrumentos deben ser empleados con sumo
cuidado para que no se conviertan en elementos de discriminación contra la población
trabajadora masculina, ni en factores que favorezcan privilegios laborales no
justificados.
j. La negociación colectiva es una herramienta que puede ser muy útil para el
establecimiento, no sólo de normas cuyos principios y contenidos establezcan la
igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, sino de mecanismos de
revisión y supervisión permanentes. Lamentablemente, sido muy pobre el aporte de la
negociación colectiva a este objetivo.
k. Las propias mujeres deben ser el motor principal del cambio reclamado. Dicho cambio
debe venir desde adentro. La mujer debe rescatar y ganar espacios en la sociedad, en
el mundo empresarial, en los parlamentos, en los partidos políticos, en la iglesia, en la
academia. De nosotras depende el destino de nuestros derechos civiles y laborales.
BIBLIOGRAFIA
67
Gorelli, Juan “Mercado de Trabajo y Políticas Activas de Empleo en España”. Curso Avanzado
en Derecho del Trabajo para Postgraduados. Universidad de Sevilla. Instituto Europeo de
Relaciones Industriales, 2009.
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Seguridad Social. Octubre, 2008.
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1986.
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de 1973. Venezuela.
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo de 1999. Gaceta Oficial N° 5.292 del 25 de enero
de 1.999. Venezuela.
69
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de abril de 2006. Venezuela
Resolución N°. 475-1 del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y N°. 271 del Ministerio
de Salud. Venezuela.