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Las Emociones
INTRODUCCION
Cuando alguna persona reconoce a Jesús como su Señor y Salvador personal, viene a ser un hijo
de Dios, lavado con su sangre, y que si muere, irá directo al cielo.
Pero esto no significa que el creyente es totalmente libre y que todos sus problemas hayan
terminado. Existen creyentes que poseen muchas ataduras del pasado, tales como: heridas del
alma, amarguras y complejos.
La primera pregunta que se nos puede venir a la mente es, ¿por qué si somos creyentes aún
arrastramos con cosas del pasado?
La razón de esto es, que lo que nació de nuevo fue nuestro espíritu, pero nuestra alma debe ser
renovada y transformada; por lo tanto, es en esta área donde necesitamos liberación y sanidad
interior.
LA BIBILIA DICE:
Juan 16:33. Les he dicho todo esto para que, unidos a mí, encuentren paz. En el
mundo tendrán sufrimientos; pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo.
Nuestra vida cristiana es superar los obstáculos continuamente, sobreponerse a todas las
circunstancias y no dejar que la adversidad nos hunda, sino dar lugar a Jesús, por medio de la
transformación y la renovación que obra en nuestro entendimiento, dejar que sea Cristo quién
resuelva nuestras dificultades y neutralice su efecto en nuestra vida.
(Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.”
DIMPORTANTE!!! Dios considera que cada uno de nosotros es responsable de las reacciones ante
cualquier situación en la que nos vemos afectados. Ha dado a cada una de las persona libre
albedrío, libre determinación. Nos pide que constantemente tomemos decisiones las cuales sean
acertadas y que procedamos rectamente. Y cuando lo hacemos, él nos ayuda a salir adelante.
Las heridas del alma son traumas que las personas sufren a medida que van pasando por
ciertas experiencias que marcan su historia.
Todas las experiencias van conformando lo que eres ahora, algunas veces te sentirás feliz y en
otras profundamente decepcionado. En estos momentos que sientes un profundo desanimo,
decepción y tristeza; nuestras heridas suelen irse abriendo.
Las heridas del alma son causadas por un daño bien sea por un dolor, una traición, hasta una
humillación, cada dolor que sufrimos en nuestras vidas nos van haciendo heridas profundas en
nuestra alma, las cuales el enemigo usa para traer a nosotros un sinfín de espíritus inmundos que
se apoderen de nuestras emociones.
Las heridas del alma producen incapacidad de disfrutar mi nueva vida en la paz de
Cristo.
Producen emociones negativas en el corazón que logran perturbar la mente de las personas,
trayendo estados de depresión, ansiedad, ira, tendencia al suicidio, violencia, rechazo y
pensamientos muy destructivos.
Muchos creyentes viven atados a las heridas del alma que son arrastradas del pasado, lo cual no
los deja crecer espiritualmente, ni vivir una vida de victoria, entonces vemos a Dios como que
no cumple sus promesas descritas en los libros de la biblia, en nuestra vida; pero la razón de no
cumplirse son las ataduras que poseemos en el alma.
Algunos personas suelen guardar estás heridas en sus corazones como cicatrices, estos son
recuerdos del pasado que hacen dudar del presente y tener miedo del futuro.
Vivimos vidas miserables con recordando el pasado, dudando del presente y temiendo
el futuro
Pero la biblia dice: Nahúm 1:7
7¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que
en él se refugian.
Cuando nos ponemos confiadamente en las manos de Dios, él comienza su obra en nosotros de
una forma progresiva para sanarnos.
(Filipenses 1:6)”Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
La obra de Cristo en nuestro espíritu es perfecta, cuando nacemos de nuevo. Somos hijos de Dios,
por lo tanto vamos al cielo, en el libro de la vida está escrito nuestro nombre, pero nuestra alma no
es cambiada. Bien ahora, como el alma (voluntad, emociones y mente) no nació de nuevo, surge
una interrogante y es: ¿Qué hacemos con el alma?
2.- Cosas necesarias:
ser renovada y ser transformada.
(Romanos 12.1-3) «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la
gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí
que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno».
Por esta razón, existen muchos creyentes que todavía tienen heridas emocionales, malos
pensamientos y deseos de no hacer la voluntad de Dios; esta última viene siendo rebeldía.
Muchas personas suelen confundirse porque no saben si han nacido de nuevo, porque aún
arrastran cosas del pasado, las cuales no han podido vencer. Y lo que realmente necesitan
es renovar su alma, y esto se puede lograr a través de la Palabra de Dios, la sanidad interior
y la liberación.
La mayor parte de los problemas de todos los cristianos están en su alma, es decir, en su
voluntad, en sus emociones y en su mente.
Las características del alma son comparadas a las del asno. El asno es: testarudo, desobediente,
egoísta, voluntarioso, ególatra, jactancioso, rudo, inseguro, rebelde, arrogante y orgulloso.
Esta naturaleza necesita ser transformada y renovada. Existen dos tipos de vida:
La vida del Espíritu, que en el griego original es la palabra “zoe” y la vida del alma que es “psuke”.
Es necesario que el alma sea cambiada o no vamos a poder disfrutar de la vida abundante de Dios.
La Voluntad.
Es la faceta de las persona donde reside la capacidad de decidir. El ser humano es el representante
moral, libre de escoger entre el bien o el mal.
La Voluntad es la fuerza que cierra o abre todo acto de elección en nuestras vidas, incluyendo
nuestros pensamientos, las emociones y las pasiones. Esta área trabaja conjuntamente con nuestra
mente y emociones. Es donde se nos da la capacidad de decidir lo que queremos ser y hacer. El
ser salvos no depende de Dios, sino de la elección que el hombre haga a través de la voluntad.
Pues el hombre posee soberanamente la voluntad de escoger servir al diablo o a Dios.
Por ejemplo, la desobediencia es un acto que surge de nuestra propia voluntad. La palabra de Dios
dice: “el alma que pecare ciertamente morirá”.
Desde hoy, Usted debe empezar a renunciar a la amargura, a la ira, al pasado y a todos los deseos
de la carne. Cuando el ser humano toma la determinación y la decisión de hacer la voluntad perfecta
de Dios, todas sus promesas serán un sí y amén.
Como por ejemplo, una mujer que fue abusada por su pareja estará siempre a la defensiva en
cualquier otra relación. Otro es el de una persona que posee una raíz de rechazo, esta le impide
manifestar sus emociones y, como consecuencia, crea una baja estima.
2. Serán un obstáculo para nuestra fe.
Si nos dejamos guiar por nuestras emociones, será muy difícil creer en la palabra de Dios. Esto nos
hará querer ver primero para después creer. Todos los creyentes hijos de Dios tenemos que caminar
por convicción y no por emoción.
Las heridas emocionales nos impiden entregarnos al cuerpo de Cristo para convivir en amor y sin
temor a ser rechazado. Las heridas del alma por causa del pasado dañan su presente y su felicidad.
Proyectar rechazo: En este caso, la persona siente y muestra un rechazo al reconocer que
ha sido herida, entonces prefiere negarlo (rechazar la idea) antes que enfrentarse a ella y
hacer algo para sanarse.
Auto justificación: Este es un mecanismo de defensa, el cual es utilizado por las personas
heridas cuando se sienten incapaces de aceptar la responsabilidad sobre sus actos que le
corresponde. Prefiere poner cualquier excusa, por más inverosímil que sea, antes de
reconocer que algo no está bien en su vida.
Aislamiento: Esto suele suceder cuando las personas heridas deciden apartarse del resto,
rechazando toda posibilidad de ser ayudados, y prefirieren de esta manera, permanecer
aferrado a sus heridas.
7. ¿Cómo lidiar con las heridas del alma y sanar
nuestras emociones?
1. Debemos enfrentar la verdad.
Muchas veces, confrontar la verdad es algo muy doloroso; pero debemos tener en cuenta que la
puerta por donde entró el dolor, es la misma puerta por donde tiene que salir.
Muchas veces, percibimos el mal olor y no sabemos de dónde proviene; pero luego, nos
encontramos que existe algo podrido en el refrigerador que lo está contaminando todo.
Cuando nos ocultamos detrás de una puerta de dolor, debemos que regresar por la misma puerta
para ser libres; tenemos que enfrentarnos a la verdad. Ejemplo el hijo prodigo.
(Santiago 5:16) «Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis
sanados. La oración eficaz del justo puede mucho».
Gálatas 5:16 «Digo, pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne».
Galatas.2:20.
14Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la
tierra de alrededor.
15
Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
16Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar
17
El perdón no es un sentimiento que debemos manifestar, es una decisión QUE TENEMOS QUE
REALIZAR. Tenemos que aprender a perdonar a todas aquellas personas que alguna vez nos han
ofendido.
(Marcos 11:25) «Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también
vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas»
Todos nos hemos sentido heridos en algún momento de nuestra vida. Tengas la edad que
tengas, alguna vez has experimentado algún dolor emocional.
Culpar a otros por nuestro dolor es lo que la mayoría de nosotros hacemos en un principio. Alguien nos hizo algo
malo, o nos ofendieron de alguna manera que nos importaba. Queremos que se disculpen. Queremos que ellos
reconozcan que lo que hicieron estuvo mal.
PERO, Y NOSOTROS….
de tus pecados.
Es constante. Mateo.18:21-22.
Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi
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