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En su libro Frankl narra como la reclusión, los malos tratos, las condiciones
de vivencia (supervivencia, quizá) fueron quitando interés, motivación, esperanza e
incluso sentido a la vida, y como éstas personas intentaban desarrollar estrategias
con el fin de mantenerse con vida a pesar de las adversidades, viendo que en la
medida que transcurrían los días, las posibilidades que ellos tenían de salir o de
sobrevivir a las condiciones eran mínimas, y que a pesar que muchos lograron salir
con vida y sobrevivir, no le encontraban sentido a su vida.
Por un lado, se encuentran diferentes tipos de personas, las primeras son las
personas enfermas cuya condición tiene cura y su condición tiene poca probabilidad
de repetirse, personas enfermas cuya condición tiene cura pero su condición tiene
alta probabilidad de repetirse y las personas que no tienen cura en su condición
clínica.
Finalmente, el tercer tipo de casos, son las personas cuya condición clínica
por algún motivo no tiene solución. En este tipo de personas también existe una
dualidad, solo que la distribución será completamente diferente, es decir, en este
caso, la mayoría de las personas no intentaran hacer un cambio en su vida, porque
son conscientes que su destino es la muerte y que la condición de salud lo único
que hace es acercarlo aún más a ese fin último, en el caso de Frankl, esto es
asemejable a lo que él denomina en su libro “musulmanes”, es decir, aquellas
personas que por su condición de salud eran condenadas a las cámaras de gas. En
este tipo de personas, quizá no se de una condena por parte de aquellos que le
rodean, pero la persona en si misma se condena a una cámara de gas por el hecho
de saber que va a morir y deja que su vida termine lentamente.
Pero por otra parte, en este tercer tipo de personas se incluyen aquellas que
a pesar de su condición clínica, que se denominan terminales, para hacer más
simple la expresión, continúan una lucha cotidiana buscando que la condición
cambie en algún momento de su vida, o simplemente con el hecho de “morir
tranquilamente” por saber que hizo y disfrutó hasta el último momento de su vida.