Sei sulla pagina 1di 2

0+21 espiral divina

Obra de Margarita Chávez Alcázar

Buenas noches, es un placer para mi presentar esta noche el libro-catálogo 0+21 Espiral
Divina, el cual muestra una serie compuesta de 22 pinturas, todas ellas obra de Margarita
Chávez Alcázar y prologadas por la misma autora.

Escribí este pequeño texto a modo de presentación.

¿Cuántas páginas se han escrito entorno a la lucha entre el pintor y el lienzo en blanco?

Se habla de que el artista se enfrenta al vacío, al silencio, a ese abismo que supone la
creación. Pareciera una pelea ganada fácilmente porque cualquier cosa anula a la nada;
un pequeño sonido cancela el silencio, un trazo del lápiz hace una cicatriz en el blanco
impío del papel, pareciera que hay posibilidades infinitas, y las hay.

También se habla del conflicto y sufrimiento que tiene el creador para llenar ese lienzo en
blanco. Y entonces hay personas que hacen libros o escriben ensayos (como este) sobre
el vértigo de la página en blanco. Con esto realmente no vemos por qué alguien querría
llenar un lienzo blanco, a un lienzo en blanco no le hace falta nada.

Uno podría enfrentar tranquilamente un lienzo vacío y no se correría el riesgo de quedar


atrapado en ese conflicto de llenarlo. Cuando se tiene algo que pintar, o escribir, no hay
que creer que se debe de estar angustiado frente al lienzo virgen. Es hasta que una
segunda persona nos observa y nos pregunta “¿oh, no has pintado nada aun?”

¿Cuál sería entonces la diferencia entre la cabeza revuelta del pintor y el lienzo en
blanco? A mi modo de ver no hay ninguna diferencia, ya hay un montón de cosas, de
ideas, hay demasiadas cosas sobre el lienzo; no hay como tal lienzo en blanco, está
atestado, y ese es el verdadero problema, el lienzo esta tan atestado que ya no se puede
añadir nada.

De modo que pintar es esencialmente borrar, suprimir, ¿Qué hay sobre el lienzo antes de
pintar? El mundo infinito.

Uno no pinta sin nada en la cabeza, se tiene demasiado en la cabeza, pero en la cabeza
todo es igual; es decir, lo que hay de bueno en una idea y lo que hay de fácil en otra está
en el mismo plano. Es solo cuando pasan por el acto de pintar que se hace esta extraña
selección de lo que se debe plasmar en la pintura.

Cuando se tiene algo en la cabeza, antes de pintar, hay un montón de cosas, de ideas,
pero todo es igual, solo a través del acto de pintar se hace una depuración, de otro modo
nuestro lienzo está lleno.
Una tela no es una superficie blanca, vacía; antes de que se comience a pintar ya está
llena. Si al pintor le cuesta trabajo empezar es justamente porque su tela está llena. El
verdadero problema va a ser el de quitar que ya no le son necesarias.

En este sentido, la pintura de Margarita parece haberse ido pintando con bastante
antelación, me atrevo a decir que han sido años. El trabajo pictórico no solo está en el
hecho de enfrentarse al nuevo mundo de la pintura, al realizar bastidores, marcos,
escoger paleta y pinceles, esta desde el momento en el cual se decide pintar, de utilizar a
la pintura como medio de expresión, desde que se entrevé el tema de la obra; bajo esta
vista, los cuadros comenzaron a gestarse desde el momento mismo en que Margarita leyó
sus primeras líneas acerca del tarot, de la espiral áurea, y por supuesto, la cosmogonía
pre-kuauhtémica.

En el caso de esta serie, las pinturas pueden leídas desde tres ángulos distintos, el
primero es que son pinturas basadas en cuanto a composición en la proporción aurea, el
segundo es el tema, son los 22 arcanos mayores del tarot y tercero es que estos
veintidós arcanos están representados bajo una visión simbolista, tomando como punto
de partida elementos del mundo pre-kuauhtémica.

Estas tres grandes vertientes adquieren cause y sentido dentro de la pintura, donde cada
elemento recibe su importancia y dista mucho de ser innecesario dentro de la estructura
narrativa del cuadro.

El gran trabajo de Margarita ha sido engarzar estos tres grandes temas, donde la
complejidad del pensamiento queda sutilmente representada por la pintura, esta síntesis
del pensamiento es la parte medular de la serie.

Cuando Margarita decidió que tenía que pintar esta primera serie, ya llevaba un gran
camino recorrido con la pintura, sin darse cuenta ya tenía casi formulados los cuadros; por
eso tal vez los cuadros fluyeron tan rápidamente, al enfrentarse al lienzo en blanco ya
tenía la batalla ganada.

Daniel Toscano Simbrón Cuautla a 7 de noviembre del 2015.

Potrebbero piacerti anche