La arquitectura es una forma de vida complicada y necesaria pues con su poder influyente sobre la política, la sociedad, el arte; ayuda a comunicar de una realidad contextual, filosofía pura, utópica. Es caos colorido por formas profundas de movimientos exactos y brutales, que comunican en ciertas veces sentimientos juguetones, alegres, gloriosidad triste en algunos casos. Su construcción y diseño provocan puntos de vista optimistas que dan paso a su progreso resaltante, la arquitectura persevera atreves de naciones, sin embargo, sigue siendo tradicionalista y contextual. Llega a ser en cierta parte paradójica pues es experta en combinar miles de emociones, manifestar memorias muertas. De tintes melancólicos y fantásticos, pues su bella y estricta practica realza la imaginación más atrevida pues en verdad, dice todo y nada a la vez. La arquitectura es responsable de innovar, seleccionar entre estilos y combinarlos, tiene que ser empática y critica, de coloridas expresiones románticas, llevan al exportador a un clímax donde con los pensamientos más sacros pueda equilibrar y admirar su diseño.