LECTIO DIVINA
HEBREOS 12, 4 - 7. 11 - 15
I. INVOCACIÓN AL ESPÍRITU
SANTO
Oh, Espíritu Santo, dame un corazón
grande, abierto a tu silenciosa y fuerte
palabra inspiradora, cerrado a toda
ambición mezquina, ajena a cualquier
despreciable competencia humana,
compenetrado del sentido de la Santa
Iglesia.
Un corazón grande, deseoso de
hacerse semejante al Corazón del
Señor Jesús. Un corazón grande y
fuerte para amar a todos, servir a
todos, sufrir por todos. Un corazón
grande y fuerte para superar todas las
pruebas, todo tedio, todo cansancio,
toda desilusión y toda ofensa. Un
corazón grande, fuerte y constante
hasta el sacrificio, cuando sea
necesario. Un corazón cuya felicidad
sea palpitar con el Corazón de Cristo
y cumplir, fiel y virilmente, la voluntad
divina.
Amén.
II. LECTURA
DE LA CARTA A LOS HEBREOS
12, 4 - 7. 11 - 15
Todavía no han llegado a la sangre en
su pelea contra el pecado, y han
olvidado la exhortación paternal que
les dijeron: “Hijo mío, no rechaces la
corrección del Señor, ni te desanimes
por su reprensión; porque el Señor
reprende a los que ama y castiga a sus
hijos preferidos”
Ustedes soportan la prueba para su
corrección, porque Dios los trata como
a hijos, pues ¿qué padre no corrige a
sus hijos? Ninguna corrección resulta
agradable, en el momento, sino que
duele; pero luego produce fruto
apacible de justicia a los ejercitados en
ella.
Por eso, fortalezcan las manos débiles,
robustezcan las rodillas vacilantes, y
caminen por una senda llana: así el pie
cojo, no se retuerce, sino que se cura.
Busquen la paz con todos y la
santificación, sin la cual nadie vera al
Señor. Procuren que nadie se quede sin
la gracia de Dios, y que ninguna raíz
amarga rebrote y haga daño,
contaminando a muchos.
a. ¿QUÉ DICE EL TEXTO?*
La pericopa presenta dos grandes
temáticas:
1. Una sabiduría educativa
divina (v. 4-11)
La comunidad de la carta a los Hebreos
parece rehuir al sufrimiento y
considerando “sencillo” el ser
cristiano. Es necesario que, como
Cristo aprendan, padeciendo, la
obediencia. (cf. 5, 8).
La prueba no puede ni debe entenderse III. MEDITACIÓN
como señal de cólera divina, sino como
A la luz de la Palabra, preguntémonos
prueba del amor y solicitud paternal de
qué le dice esta porción de la Escritura
Dios por sus hijos, ya que quiere sacar
a mi vida, qué frase llamó más mi
lo mejor de ellos.
atención.
Así, las “molestias” de la vida deben
¿Soy capaz de asociar las correcciones
dejarse de entender, como en el AT (cf.
de mis superiores, con la corrección
Dt 8, 5; Jer 2, 30; Job 5, 17-18),
patenal de Cristo? ¿Cómo lo hago?
consecuencias de la caída de los
primeros padres. ¿Qué situación de corrección, según la
Palabra, me ha marcado? ¿Cuáles
2. Una corresponsabilidad
fueron sus frutos?
pastoral (v. 12-15)
¿Cómo puedo calificar mi corrección
La fe y la santidad no son asuntos de
fraterna? ¿Se podría decir que es o ha
alcance netamente particular sino
sido un instrumento de Dios Padre
comunitario: todos cuidan de la salud
hacia sus hijos?
espiritual de sus miembros, estando
alertas a sanar y santificar al miembro ¿Me preocupa la salud espiritual de mis
enfermo, evitando así posibles hermanos en la fe?
“contagios”.
IV. ORACIÓN
Dos actitudes de especial atención que
Reconociéndome hijo amado de Dios,
demanda el Autor:
le entrego aquellas cosas, sentimientos,
• Nadie puede estar privado de la personas o situaciones particulares que,
gracia de Dios, nadie puede en su amor, necesitan ser corregidas
quedarse atrás, nadie puede desde su pedagogía paternal.
excluirse de la gracias accesible
Pido también por aquellas personas que
con Cristo.
necesitan fortalecer su fe en Dios, por
• Ninguna raíz amarga (cf. Dt 29, 17) aquellas que se han alejado de la Iglesia
pueda dañar la comunidad: la raíz y por quienes considere necesitan en
del descontento, la murmuración o este momento de mi oración.
el comportamiento indecoroso que
escandaliza y puede inducir a otros
al pecado.

*
Schierse, F. (1970) Carta a los Hebreos. Barcelona. Herder.