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II.

NATURALEZA JURÍDICA

 La diferenciación terminológica de este contrato, respecto del


mero "alquiler" obedece, entre otras razones, a su naturaleza mercantil.

 Ante la ausencia de definición del ámbito de lo mercantil en el Código de


Comercio, se ha de acudir a la doctrina, que establece que el contrato de
renting es mercantil.

 Y lo es por ser empleado por empresarios y profesionales para la


adquisición de bienes destinados a ser aplicados en su proceso productivo;
siendo por regla general empresarios tanto el cedente como el cesionario.

III. CARACTERES
 El contrato de renting es consensual, al perfeccionarse por el mero
consentimiento y no formal; en la práctica se documenta mediante
formularios de adhesión redactados por el cedente, en documento privado,
pero también en escritura o póliza intervenida por Notario, que constituye
título ejecutivo en caso de impago, y facilita la prueba del dominio para la
recuperación del bien, en caso de verse sujeto a procedimiento de apremio
seguido contra el cesionario.
 Es bilateral o sinalagmático, estableciendo obligaciones recíprocas entre los
contratantes, lo cual queda plasmado en el artículo 1556 del Código Civil,
precepto específico que trae la condición resolutoria tácita general de las
obligaciones, establecida en el artículo 1124 del Código Civil, al ámbito del
arrendamiento en general, y del contrato de renting en particular. Señalar
que por imprecisión terminológica el precepto llama "rescisión" al modo de
extinción que describe que evidentemente constituye resolución. No
obstante, su aplicación será subsidiaria para el caso de inaplicabilidad de la
cláusula contractual que regule los supuestos de incumplimiento.
 Es oneroso, al establecer la cesión de uso a cambio de contraprestación
pecuniaria de tracto sucesivo.
 Está regido por la autonomía de la voluntad, pues su regulación, es
supletoria respecto de lo pactado, no contando con más regulación
imperativa que la de aquellos aspectos fiscales o relativos a las arrendadoras
de determinados bienes; tratándose en lo demás de una regulación dispersa
respecto de la normativa general de los contratos y del arrendamiento.
IV. RÉGIMEN JURÍDICO

El renting es una cesión temporal de uso de un bien mueble, que se completa, en


la misma operación y con la misma parte y causa del contrato, con un contrato de
prestación de servicios, que incluye no sólo los derivados de las obligaciones
propias de todo arrendatario (entrega, saneamiento y evicción de la cosa
arrendada, mantenimiento en su goce pacífico y su reparación), sino además de
otros complementarios tales como la contratación de un seguro.

El contrato de renting es un contrato atípico de grado mínimo:


Los contratos atípicos son aquellos en que las partes, en uso de la autonomía de la
voluntad, regulan de forma novedosa y desconocida por el ordenamiento jurídico,
sus relaciones jurídicas, no ciñéndose, por tanto, a ningún modelo de contrato
preestablecido.

Por ello, su régimen jurídico-privado será en primer lugar el que corresponda a lo


pactado por las partes en el contrato, siempre que no sea contrario a la ley, a la
moral o al orden público. En defecto de pacto expreso, y dada la tipicidad social
del contrato, deben aplicarse las cláusulas que de ordinario se apliquen a los
contratos típicos, como contenido implícito de los contratos de renting siempre
que las partes no incluyan cláusulas que lo contradigan.

El que sea un contrato de adhesión permite la aplicación de la Ley de Condiciones


Generales de contratación, en especial en cuanto a su interpretación,82 si bien no
entendemos que sea aplicable el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de
noviembre, que aprueba el texto refundido de la Ley para la Defensa de los
Consumidores y Usuario, ni siquiera en materia de nulidad de cláusulas abusivas,
ya que los arrendatarios son empresarios cuyo consumo es industrial, por lo que
quedan fuera de la cobertura de esta norma.

La protección del empresario arrendatario se conseguirá por vía de los artículos


1256 y 1258 del Código Civil (pues suelen ser cláusulas que dejan el contenido del
contrato a merced del arrendador predisponerte o bien contrarias a la buena fe
contractual por desequilibrio de las prestaciones).

Para ello, y a falta de normas jurídicas que explícitamente regulen el contrato de


renting, debemos atender no sólo a la denominación que las partes han dado al
contrato, sino, sobre todo, al significado jurídico-económico que las partes
pretenden darle, amparadas en el principio de autonomía de la voluntad,
atendiendo al clausulado socialmente típico del mismo, así como a las decisiones
judiciales que han resuelto conflictos referentes a los contratos de leasing
operativo, de renting, y al contrato de leasing financiero, dada la frecuente
existencia de contratos en los que es difícil distinguir entre una u otra naturaleza.
Así, según las condiciones que se pacten en el contrato, pueden llegar a ser una
simple réplica del leasing financiero. Con estos materiales interpretativos podemos
afirmar que el contrato de renting es un contrato mixto de arrendamiento de
bienes muebles entre empresarios junto con la prestación de servicios de
mantenimiento.

La jurisprudencia así lo está entendiendo y, partiendo de la autonomía de la


voluntad como fuente creadora de nuevos contratos, ha definido el contrato
atípico de renting, configurando progresivamente un régimen jurídico propio,
interpretando y fijando los términos y las cláusulas utilizados en las condiciones
generales y particulares de dichos contratos y determinando los intereses en juego
a partir de la voluntad declarada por las partes, en consonancia con la práctica usual
del mercado.

El contrato de renting viene usualmente referido a vehículos de motor; en este


sentido destacar que el arrendador viene sujeto a una normativa específica para
este objeto, en concreto, la Ley 16/87 de 30 de julio sobre Ordenación de
Transportes Terrestres.

Se ha de tener en cuenta lo dispuesto en la regulación del Impuesto sobre la Renta,


en cuanto a la tributación de rendimientos procedentes de actividades
empresariales o profesionales, siendo deducibles la cuota como gasto, así como en
el ámbito del Impuesto de Sociedades, en el Impuesto sobre el Valor Añadido.
V. CONTENIDO

1. Obligaciones del cedente


a) La puesta a disposición del cesionario del bien objeto del contrato
Esta puesta a disposición puede tener lugar mediante la entrega material, si se trata
de un vehículo o bien de equipo que posea en su haber el cedente, o bien mediante
la cesión del acceso al mismo, cuando ha sido adquirido expresamente para el
cesionario. El cedente no ha de ostentar un título dominical sobre el bien cedido,
bastando con que cuente con un derecho real sobre el mismo que le habilite para
su cesión en arriendo.

b) El mantenimiento del bien en condiciones óptimas de uso


Esta obligación del arrendador es por lo general más amplia que la dispuesta en
el artículo 1554 del Código Civil, si se ha pactado el mantenimiento a cargo del
arrendador. En este caso, el arrendador asume el coste de las reparaciones
teniendo incluidas piezas y mano de obra, tanto de las ordinarias por revisión
periódica como por avería, si bien el arrendatario debe procurar dicho
mantenimiento de conformidad con lo pactado.

c) Mantener al arrendatario en el goce pacífico del bien por todo el tiempo que
dure el contrato
Esta disposición prevista en el artículo 1554 cobra vigencia en su relación con el
artículo 1553 en referencia al saneamiento por evicción, en particular si
consideramos que el arrendador puede ostentar la posesión en virtud de un
contrato de leasing, con reserva de dominio a favor de su cedente; si bien al
transferirse sólo el uso del bien al arrendatario, la cuestión quedaría solucionada
mediante el reemplazo del mismo con otro de su misma especie y calidad, o bien
mediante la resolución del contrato con abono de daños y perjuicios, si lo otro no
fuera posible.

En virtud de pacto, la parte arrendadora puede asumir a su cargo impuestos y


aseguramiento del bien, ya se trate de vehículos o de bienes de equipo o
maquinaria, suministro de carburante, asistencia, etc.

d) Obligaciones administrativas en el ámbito del contrato de renting de vehículos


Conforme al Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre modificado por Real
Decreto 919/2010, de 16 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley de
Ordenación de los Transportes Terrestres, para el ejercicio de la actividad de
arrendamiento sin conductor de vehículos automóviles de más de tres ruedas será
necesaria la obtención de autorización administrativa, la cual se otorgará referida
a la empresa arrendadora sin condicionar el volumen de actividad permitida ni los
vehículos concretos con que la misma haya de llevarse a cabo debiendo otorgarse
en favor de todas las empresas que lo soliciten y que cumplan los requisitos
exigibles.

2. Obligaciones del cesionario


a) Pagar el precio del arriendo
El mismo puede pactarse por precio, o por uso del bien, ya sea kilometraje en el
caso de vehículos, ya otras modalidades de uso en el caso de bienes de equipo o
maquinaria. En caso de impago, dará lugar a la resolución con restitución del bien
y abono de daños y perjuicios; esto es, las rentas que se devenguen hasta la
expiración del plazo pactado; si bien será frecuente el establecimiento de una
cláusula penal que regule los efectos del incumplimiento.

b) Usar diligentemente de la cosa cedida destinándola al uso pactado


Asumiendo por regla general a su cargo: la custodia del bien, la pérdida y los daños,
ya sean fortuitos o imputables a tercero; sin perjuicio de su facultad de repetir
contra el responsable del aseguramiento del turismo o maquinaria
correspondiente. Asimismo, es frecuente la prohibición de ceder a tercero el uso
del bien, salvo autorización del cedente.

c) En el caso de vehículos, contar con autorización administrativa para su utilización


A este requisito se refiere el artículo 178 del Reglamento antes referido, y suele
imponerse en forma de cláusula al arrendatario.

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