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Adolf Hitler
Führer
3.erPresidente de Alemania
Reichskanzler
24.º Canciller de Alemania
Oberste SA-Führer
1930 – 1945
Precedido por Franz Pfeffer von Salomon
Datos personales
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Contenido
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• 1 Política
• 2 Primeros años
○ 2.1 Infancia
○ 2.2 Adolescencia en Viena y Múnich
○ 2.3 Primera Guerra Mundial
• 3 Inicios en el Nazismo
○ 3.1 Advenimiento a la política
○ 3.2 Putsch de Múnich
○ 3.3 Mein Kampf
○ 3.4 Reestructuración del partido
• 4 Ascenso al poder
○ 4.1 El ascenso durante la Depresión
○ 4.2 Intrigas de Schleicher y Papen
• 5 Establecimiento de la dictadura
○ 5.1 El incendio del Reichstag y la ley habilitante
○ 5.2 Gleichschaltung
○ 5.3 La purga de las "camisas pardas"
• 6 Tercer Reich
○ 6.1 Economía y cultura
○ 6.2 El rearme y nuevas alianzas
• 7 II Guerra Mundial
○ 7.1 Triunfos iniciales
○ 7.2 La caída
• 8 Últimos días
○ 8.1 Muerte de Hitler
• 9 Rasgos de su personalidad
○ 9.1 Antisemitismo
○ 9.2 Teorías sobre el origen de su antisemitismo
• 10 Legado de Hitler
○ 10.1 Higiene racial y el Holocausto
• 11 Véase también
• 12 Referencias
• 13 Bibliografía
• 14 Enlaces externos
○ 14.1 Vídeos originales
Política
Ascendió al poder durante un período de crisis económica, social y política, acentuada por
los efectos de la Gran Depresión de 1929 y el descontento y frustración popular en
Alemania consecuencia de la derrota en la Primera Guerra Mundial. A lo largo de su
mandato político utilizó la propaganda estatal y su carismáticaoratoria para persuadir a las
masas, enfatizando su oposición al Tratado de Versalles de 1919, al pueblo judío, al
pacifismo y al comunismo internacional, particularmente el soviético-bolchevique, y al
mismo tiempo resaltando el nacionalismo alemán, el militarismo, el racismo, la llamada
preservación de la raza aria, el pangermanismo y la anexión o recuperación armada de
territorios europeos perdidos luego de la Primera Guerra Mundial por el Imperio Alemán.
Después de reestructurar la industria y economía y frenar en poco tiempo la inflación y el
desempleo, Hitler se ganó el apoyo popular. Rearmó y organizó las fuerzas armadas
alemanas, estableciendo una dictaduratotalitaria personal que transformó a la sociedad
alemana y eliminó su sistema democrático. Su régimen se caracterizó por la diferenciación
racial, la supremacía aria y la persecución étnico-religiosa y política. Desde 1939, como
consecuencia de la guerra, este modelo se extendió al resto de Europa. En el plano
ideológico, Hitler asumió los planteamientos del fascismoitaliano pero con matices propios
basados en las características del nazismo y la sociedad alemana. En torno a su figura se
desarrolló un intenso culto a la personalidad.
Perseguía una agresiva política exterior expansionista para ampliar el Lebensraum ('espacio
vital') alemán al este de Europa, y combatir una presunta conspiración internacional entre el
judaísmo, la masonería, el comunismo y el capitalismo por parte de los gobiernos
estadounidense, inglés y soviético. Su política tenía como objetivo establecer un Nuevo
Orden (Neuordnung) en el que Alemania y la raza aria tendrían un papel hegemónico
mundial.
Responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa con la invasión de Polonia
en septiembre de 1939, para 1941, período de su apogeo, sus tropas y aliados del Eje
ocuparon la mayoría de Europa y partes de Asia y África, pero fueron derrotadas por las
potencias Aliadas en 1945. Hacia el final de la guerra, las violentas políticas de conquista
territorial y subyugación racial de Hitler habían causado a la muerte de entre 55 y 60
millones de personas (alrededor del 2% de la población mundial de la época) en su mayor
parte civiles, así como un considerable grado de destrucción de ciudades europeas. El
exterminio sistemático y masivo de enemigos políticos y personas consideradas racialmente
«inferiores» o «subhumanas», mediante la detención en una red de campos de
concentración y exterminio en Alemania y en los territorios conquistados, llevó a la muerte
a poco más de seis millones de judíos en lo que posteriormente en el contexto histórico se
denominó el Holocausto, como así también a homosexuales, gitanos, eslavos,
discapacitados físicos, enfermos mentales, prisioneros de guerra soviéticos y opositores
políticos a su régimen. Las estimaciones del número de personas que perdieron la vida
como consecuencia de medidas raciales adoptadas por el gobierno de Hitler, sus aliados del
Eje, estados satélite y colaboradores, según la mayoría de los historiadores serían
aproximadamente 11 ó 12 millones de personas, de las cuales la mitad corresponderían al
Holocausto.
Primeros años
Infancia
Hitler de niño.
Al cumplir diecisiete años, Hitler viajó a Viena por primera vez, quedándose en la ciudad
por dos meses, gracias a la ayuda monetaria de parientes y su madre.[12] Durante su estadía,
visitó la Academia de Bellas Artes de Viena, donde consultó los requisitos para ser
admitido, con el fin de convertirse en pintor. En octubre de 1907 regresó a Viena y se
presentó la prueba de admisión; sin embargo, no logró ser admitido al no poseer el talento
deseado, lo cual lo decepcionó mucho.[13] Al año siguiente lo intentó de nuevo, con peores
resultados. El rector de la Academia le aconsejó intentar en el campo de la arquitectura,
pero como Hitler no se había graduado del colegio, era muy difícil que fuera admitido en la
respectiva escuela.[12] Sin embargo, en esos años jóvenes con «talento excepcional» eran
admitidos en la escuela de arquitectura sin diploma de secundaria, pero se desconoce si
Hitler intentó ingresar alguna vez.[14]
A pesar de su fracaso, Hitler decidió quedarse en Viena, aunque por unos meses continuó
viviendo en Linz con su madre, quien estaba agonizando por causa del cáncer de mama.
Después de la muerte de su progenitora, el 21 de diciembre de 1908, Hitler viajó a Viena,
donde inicialmente se ganó la vida gracias a diversos trabajos como barrer la nieve, cargar
maletas en la estación de trenes y ser un obrero de construcción.[14] Sin embargo, sus
problemas económicos no terminaron, y un año después de haber llegado a Viena fue
desalojado de su apartamento y tuvo que vivir en un miserable hostal, recurriendo a
comedores de indigentes para poder aplacar el hambre.[14] No obstante, para 1910 su
situación económica era más estable, y se mantenía exclusivamente pintando cuadros.
Viena, una ciudad cosmopolita, con mucha vitalidad intelectual y multicultural, le fue por
completo incomprensible. Aunque en posteriores discursos Hitler afirmaría que Viena era
«una perla ante mis ojos», Baldur von Schirach lo contradiría:
Hitler nunca amó a Viena. Odiaba a su gente.[15]
Después de menos de tres meses de entrenamiento, Hitler fue enviado al frente occidental.
Sirvió en Francia y Bélgica, como mensajero de la 1ª Compañía del 16° Regimiento de
Infantería Bávaro de Reserva, siendo expuesto al fuego enemigo. Participó en la Primera
batalla de Ypres, donde su unidad fue diezmada en cuatro días. Al finalizar la batalla, de los
3.500 soldados iniciales, solamente 600 podían seguir combatiendo.[19]
Posteriormente, sus oponentes políticos lo acusarían de ser un cobarde, pero la evidencia
los contradice.[19] En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue herido en la pierna,
regresando al frente en marzo de 1917, ascendido al rango de cabo. Sin embargo, no fue
promovido más allá de este grado, al considerarse en ese momento que Hitler no poseía
dotes de mando. Hitler fue condecorado dos veces: recibió la Cruz de Hierro de 2ª clase el 2
de diciembre de 1914, y la Cruz de Hierro de 1ª clase el 4 de agosto de 1918. Este honor era
raras veces otorgado a un soldado de tan baja graduación.[19] De acuerdo a diversos
testimonios, Hitler ganó su última Cruz de Hierro al haber capturado sin ayuda a quince
soldados enemigos, aunque los registros militares no especifican la razón de esta
condecoración.[19]
Hitler era considerado como un soldado «correcto», pero, según se informa, era impopular
entre sus compañeros debido a una actitud poco crítica hacia los superiores. «Respetar al
superior, no contradecir a nadie, obedecer a ciegas», dijo, describiendo su actitud mientras
era enjuiciado por el putsch de Múnich en 1923. Uno de sus camaradas comentó:
Lo maldecíamos y lo encontrábamos intolerable. Había un cuervo blanco entre nosotros que no
quería seguirnos la corriente cuando maldecíamos la guerra.[19]
En efecto, Hitler nunca se quejaba sobre la suciedad del frente y jamás pidió un permiso
para abandonarlo,[19] aunque pudo salir cuando estuvo recuperándose de la herida en su
pierna en un hospital en Berlín. Cuando regresó, empezó a pronosticar repetidamente que
Alemania perdería la guerra por causa de los judíos y los marxistas, a quienes acusó de
robar a la nación y no prestar servicio militar.[20] En el aspecto personal, Hitler nunca
recibía cartas o presentes de amigos o familiares, y no acompañaba a los soldados cuando
hablaban de mujeres.[19] Durante la guerra, también aprovechó la oportunidad para dibujar
algunas historietas y dibujos de instrucción para el periódico del ejército.
Para el verano de 1921, Hitler era el líder del partido;[27] no sólo era el principal orador y
propagandista, sino que también era la principal fuente de ingresos de ese movimiento
revolucionario. No obstante, los fundadores se encontraban resentidos debido a la conducta
dictatorial de Hitler, y aprovechando que se encontraba de viaje en el norte de Alemania,
planificaron la fusión de su partido con otros grupos políticos; de esta manera, pensaban
reducir la importancia de Hitler y cuestionar su liderazgo. Hitler se enteró de estos planes y
regresó a Múnich, solicitando poderes dictatoriales en el partido, de lo contrario
renunciaría. Drexler respondió publicando una carta en un periódico, denunciado los abusos
autoritarios de Hitler, pero éste presentó una demanda legal en su contra, y Drexler se tuvo
que retractar. Derrotado, Drexler fue removido de su cargo de presidente y Hitler lo
sucedió, convirtiéndose en el líder indiscutible del Partido Nazi. De esta manera, se
estableció el «principio del líderazgo», que formó el sistema de gobierno político de la
Alemania Nazi.[28]
En estos años Hitler conoció a Rudolf Hess, Hermann Göring,a Ernst Hanfstaengl y Alfred
Rosenberg, quienes junto con Eckart, lo introdujeron a círculos sociales más altos, de los
cuales pudo obtener generosas donaciones para el naciente partido.
Alentado por el rápido crecimiento, Hitler empezó a idear la toma del poder. Sin embargo,
su partido no era todavía la principal fuerza política en Baviera, y era desconocido fuera de
este estado; por lo que Hitler concluyó que necesitaba el apoyo de las fuerzas políticas y las
guarniciones militares bávaras para lograr este objetivo.[29] Influenciado por la marcha sobre
Roma de Benito Mussolini, Hitler ideó realizar una marcha similar hacia Berlín, con la que
doblegaría al gobierno nacional fácilmente.[29]
A finales de 1922, contaba ya con una pequeña y creciente banda de seguidores fanáticos,
inspirada por la «Marcha sobre Roma» de Mussolini, que empezó a ver en él el deseo de un
líder nacional heroico. En este sentido, un libro publicado ese año se refería a Hitler
explicando que
el secreto de su personalidad reside en el hecho de que lo que yacía dormido en lo más profundo del
alma del pueblo alemán ha cobrado vida en él [...]. Y eso es lo que ha aparecido en Adolf Hitler: la
viva encarnación del anhelo de la nación.[30]
Putsch de Múnich
Artículo principal:Putsch de Múnich
Hitler junto a los demás acusados por el Putsch de Múnich durante su juicio.
En enero de 1923, luego de que el gobierno alemán se retrasase en el pago de las
reparaciones de guerra a Francia, esta nación procedió a ocupar la región industrial del
Ruhr, devastando la economía germana. El gobierno llamó entonces a la resistencia no
violenta contra Francia, pero en septiembre era obvio que esta estrategia no estaba
generando resultados. El 26 de septiembre, el Canciller alemán Gustav Stresemann decidió
reiniciar los pagos a Francia, y cancelar la estrategia de resistencia. Stresemann previó que
los nacionalistas y los comunistas iniciarían toda clase de protestas y disturbios ante estas
impopulares medidas, por lo que declaró el estado de emergencia ese mismo día.[31] De esta
manera, el comandante del Ejército, General Hans von Seeckt, se convirtió en la principal
autoridad de la República.[31] Hitler vio este período de inestabilidad política como la
oportunidad para realizar su propia versión de la "marcha sobre Roma".[29]
No obstante, el tradicionalmente autónomo estado bávaro no estaba dispuesto a aceptar la
autoridad central del General von Seeckt. Ese mismo día, el gobierno regional proclamó su
propio estado de emergencia y colocó a Gustav von Kahr al mando de Baviera. El gobierno
nacional reaccionó exigiendo el arresto de varios líderes nacionalistas, y además reclamó la
supresión del principal periódico nazi, el Völkischer Beobachter. Cuando el Ejército bávaro
se rehusó a obedecer a su comandante en Jefe, el General von Seeckt amenazó con utilizar
la fuerza contra Baviera. Hitler se percató entonces que la situación regional solamente
podría empeorar para él, y que probablemente el gobierno de Stresemann lograría
estabilizar la situación. Cuando Kahr se rehusó a discutir la situación con Hitler y sus
aliados, éste último sospechó que el gobierno de Baviera iba a capitular ante el gobierno de
Berlín, o peor aún, iba a declarar la independencia de Baviera.[32] Hitler decidió entonces
realizar una maniobra arriesgada: iba a secuestrar a Kahr, al comandante del Ejército en
Baviera y al jefe de la policía regional; una vez en su poder, los iba a convencer de que se
uniesen a su bando, y luego, juntos, iban a marchar hacia Berlín para derrocar a
Stresemann. Para ganarse el apoyo del Ejército, Hitler decidió usar al General Erich
Ludendorff, como figura respetada en su golpe de estado. El anciano general había sido
atraído al movimiento nazi unas semanas atrás.
En la noche del 8 de noviembre de 1923, Hitler y los camisas pardas irrumpieron en una
reunión pública liderada por Kahr en el Bürgerbräukeller, una cervecería a las afueras de
Múnich. Hitler proclamó una revolución y anunció sus intenciones de formar un nuevo
gobierno, junto a Ludendorff, quien no estaba enterado del golpe,[33] Antes de iniciar su
"Marcha sobre Berlín", que derrocaría al gobierno nacional, Hitler reclamó la ayuda de
Kahr y de las fuerzas militares locales. Éste último fingió ayudar a Hitler, pero, gracias a la
ingenuidad de Lundendorff, escapó en cuanto pudo y retomó el control regional.[34] Al
amanecer del 9 de noviembre, el Ejército y la policía bávara estaba tomando posiciones
contra los golpistas; Ernst Röhm y sus tropas nazis se encontraban rodeados en Ministerio
de Guerra bávaro, y Hitler decidió marchar junto con Ludendorff para liberarlos. El anciano
comandante alemán había convencido a Hitler de que los soldados y la policía no
dispararían contra él, y que se unirían a su causa.[33] No obstante, la policía no se replegó
ante Ludendorff y se inició un tiroteo. Dieciséis miembros del NSDAP murieron durante la
refriega, pero Hitler escapó únicamente con un hombro dislocado.
Hitler saludando a las tumbas de los dieciséis nazis que murieron durante el golpe de 1923.
Hitler se escondió en la casa de Ernst Hanfstaengl, y pensó en el suicidio.[cita requerida] Fue
arrestado dos días después, acusado de alta traición. Alfred Rosenberg se convirtió
temporalmente en el líder del partido. Su juicio, atrajo atención internacional, y le
proporcionó una plataforma política para anunciar su movimiento. Durante su juicio, que se
inició el 26 de febrero de 1924, Hitler recibió tiempo casi ilimitado para hablar,[35] lo que
hizo que su popularidad creciera debido a su poderoso y convincente discurso nacionalista.
A diferencia de los participantes del golpe de Kapp, Hitler asumió la responsabilidad de la
intentona golpista, pero negó haber cometido un crimen:
Solamente yo cargo la responsabilidad. Pero no soy un criminal por eso. Si hoy me presento aquí
como un revolucionario, es como un revolucionario en contra de la revolución. No existe la alta
traición contra los traidores de 1918.[36]
Durante su juicio en 1924.
Hitler considera que la conquista de Rusia será relativamente fácil, ya que los bolcheviques
la controlan, y por lo tanto los judíos.[41]
En cuanto a la política interior del Tercer Reich, Hitler claramente define que el sistema de
gobierno será una dictadura:[40] Además, el Estado tendrá muy poco que ver con la
economía, ya que en realidad será un "organismo racial".[41] Después de establecer que la
raza aria es superior sobre el resto, asegura que la misma debe subyugar a las demás para
poder "preservar e incrementar la cultura".[42] Concluye que los alemanes se encuentran en
el estado actual debido a que no preservaron su raza pura, y "gradualmente perdieron su
creatividad cultural".[42] Después de escribir esto, no es sorprendente que determine que el
principal propósito del Estado nazi sea:
...la preservación de los elementos raciales originales que confieren cultura y crean la belleza y la
dignidad de una humanidad superior.[43]
Acerca del propósito del Estado.
Gregor Strasser, líder nazi que en varias ocasiones cuestionó el liderazgo de Hitler.
Sin poder utilizar sus dones de oratoria, Hitler empezó entonces a trabajar como
propagandista y organizador. Fue en estos años que organizó el Partido Nazi a nivel
nacional, y empezó a crear agrupaciones de todo tipo dentro del mismo. Pronto se crearon
las Juventudes Hitlerianas y la Liga de Muchachas Alemanas, y se establecieron
organizaciones en Austria, Checoslovaquia, el Sarre y la Ciudad Libre de Danzig. Se
establecieron las SS como una subdivisión de las SA; sus miembros debían realizar un
juramento de lealtad especial hacia Hitler y pronto se distinguieron por ser más confiables
que los rudos "camisas pardas". Hitler se colocó a la cabeza de la jerarquía nazi, bajo el
título de "Supremo Líder del Partido y de las SA, Presidente de la Organización
Nacionalsocialista Alemana de los Trabajadores". Además, creó al "Directorado del Reich",
compuesto por los principales jerarcas nazis. Uno de los objetivos de crear esta estructura
tan vasta y compleja era la formación de "un Estado dentro de un Estado";[52] de esta
manera, cuando los nazis finalmente llegasen al poder, Hitler podría destruir la estructura
republicana en poco tiempo, y la reemplazaría por la estructura de su Partido.[52]
Decidido a convertir a su partido en una fuerza nacional relevante, Hitler llamó a Gregor
Strasser y le propuso la organización del movimiento en el norte de Alemania.[53] La
personalidad de Strasser competía con la de Hitler, y la idea de trabajar con independencia
en Prusia, Sajonia, Hanóver y la Renania le agradó, por lo que se dedicó a esta tarea junto
con su hermano Otto Strasser y un joven secretario llamado Joseph Goebbels. Sin embargo,
la personalidad independiente de Strasser y su firme creencia en el elemento socialista del
programa nacionalsocialista le ganaron la animosidad de Hitler;[54][53] en poco tiempo,
Strasser se convertiría en la amenaza más seria al liderazgo del último, y esto
eventualmente le costaría la vida.
El 22 de noviembre de 1925, Strasser realizó una conferencia en Hanóver, donde apoyó la
expropiación de bienes de la nobleza depuesta, medida que pronto iba a ser consultada en
un plebiscito. De esta manera, la organización nazi del norte, la Arbeitsgemeinschaft der
Gauleiter Nord-West, se unió junto a los marxistas en la campaña electoral.[55] Hitler
contraatacó el 14 de febrero de 1926, organizando una conferencia en Bamberg, donde
obligó a Strasser y a Goebbels a retractarse de su programa. Para complicar la posición de
Strasser, Goebbels abandonó su causa unos días después y se unió a Hitler. Sin embargo,
este no sería el fin de la enemistad entre Hitler y Strasser.
Después de este encuentro, el partido de Hitler quedo aún más centralizado, y el llamado
Führerprinzip ("Principio del líder") quedó finalmente arraigado en la organización
partidaria. Bajo este sistema, los dirigentes no serían elegidos por su grupo, sino más bien
designados por sus superiores, siéndoles delegada la completa responsabilidad ante ellos, al
tiempo que exigirían la misma obediencia incondicional a sus subordinados. De acuerdo a
Hitler, todo el poder y la autoridad debía ser delegada de arriba hacia abajo.
Ascenso al poder
El ascenso durante la Depresión
Reunión del partido nazi en 1930.
La Gran Depresión trajo nuevos tiempos para el revolucionario alemán. Durante años Hitler
había predicho que llegaría, y mientras varios bancos se declaraban en quiebra y millones
perdían sus empleos, él declaró su satisfacción, porque entendió que el momento era
oportuno para su discurso revolucionario:
Nunca en mi vida he estado más dispuesto e interiormente presto a la lucha que en estos días.
Porque la dura realidad ha abierto los ojos de millones de alemanes a las estafas, mentiras y
traiciones sin precedentes de los marxistas engañadores del pueblo.[56]
Acerca de la Gran Depresión.
El 7 de enero de 1932, Brüning se reunió de nuevo con Hitler, e intentó persuadirlo de que
aprobase la postergación de las elecciones presidenciales de 1932.[63] El anciano
Hindenburg no quería postularse a la reelección, y todo parecía indicar que Hitler se
convertiría en Presidente ante la carencia de otros candidatos de peso; si Hitler aceptaba la
postergación de las elecciones hasta la muerte natural de Hindenburg, el Canciller Brüning
luego solicitaría el restablecimiento de la monarquía alemana, aunque bajo un sistema de
gobierno similar al británico.[64] Hitler se dio cuenta que esta medida no lo beneficiaría, y
después de realizar una serie de demandas que fueron rechazadas de inmediato por
Hindenburg, se rehusó a apoyar el plan de Brüning. De esta manera, Hindenburg fue
forzado a aspirar a un segundo período para evitar un triunfo hitleriano.
El 25 de febrero, Hitler finalmente decidió convertirse en ciudadano alemán, y de
inmediato presentó su candidatura, en contraposición a la de Hindenburg. A pesar de que
Hitler realizó una impresionante campaña electoral,[65] Hindenburg ganó con holgura estas
elecciones, aventajándolo con más de 16 puntos porcentuales. El candidato austríaco había
duplicado los votos de su partido en dos años, pero parecía incapaz de acceder el poder a
través de los votos sin comprometerse políticamente con Hindenburg. Fue en este año que
la animosidad entre Strasser y Hitler se acentuó de nuevo; a pesar de su derrota en Bamberg
en 1926, Gregor Strasser había continuado siendo un importante líder del Partido Nazi, y
era más aceptado por el Parlamento y el Presidente que Hitler. Debido a su talento político,
Hitler lo mantenía en su círculo de asesores más cercano, y junto con Goebbels, Göring,
Frick y Röhm, ocupaba el escalafón más alto del Partido en 1932. Sin embargo, Strasser
empezó a criticar la postura intolerante de Hitler, quien se rehúsaba a compartir un
gobierno con los hombres de Hindenburg.
Después de esta derrota electoral, las «camisas pardas», que ya superaban al Ejército en
número, fueron prohibidas. Fue en este momento que el General Kurt von Schleicher,
artífice del ascenso de Brüning, empezó a conspirar para provocar su caída. Schleicher
contactó a Hitler a través de Röhm; a este último le ofreció legalizar las SA de nuevo, con
planes de anexarlas posteriormente al Ejército.[66] Por otro lado, le ofreció a Hitler la
convocación de nuevas elecciones parlamentarias, a cambio de apoyar a un nuevo gobierno.
Como antiguo amigo de Hindenburg, Schleicher logró convencerlo de forzar la renuncia de
Brüning, y luego lo persuadió de que nombrase Canciller a Franz von Papen. En las nuevas
elecciones parlamentarias de 1932, el Partido Nazi se convirtió en la primera fuerza política
del Parlamento, pero no alcanzó la mayoría necesaria para gobernar. Con estos resultados,
Hitler se negó a apoyar a Papen, y reclamó la Cancillería para él, rehusándose de nuevo a
compartir el poder con la facción de Hindenburg y Schleicher. Con este nuevo fracaso, la
corriente de Strasser en el Partido Nazi se fortaleció, y la dirección política de Hitler
empezó a ser criticada públicamente por este.
Al igual que su predecesor, el nuevo Canciller, resultó ser incapaz de conseguir la mayoría
parlamentaria, y Papen llamó entonces a nuevas elecciones, las terceras en 1932. Aunque
en estas elecciones los nazis continuaron siendo la primera fuerza política, perdieron votos,
y Hitler quedó aún más lejos de alcanzar la mayoría en el Parlamento. No obstante, por esto
no cambió su estrategia, ya que el político austríaco continuó demandando la Cancillería
para él, rechazando el ofrecimiento de la Vice-cancillería que le extendió Hindenburg. Por
su parte, Schleicher empezó a planificar la caída de Papen, y convenció a Hindenburg que
si lo nombraba Canciller lograría dividir el Partido Nazi separando a Strasser. Hindenburg
accedió el 2 de diciembre de 1932, sin embargo, el gobierno de Schleicher fue breve, ya
que Hitler lo sucedería en menos de dos meses.
En este punto era claro que aún antes del ascenso de los nazis al poder, el poder ya no
residía en el pueblo ni el Parlamento democráticamente electo, sino en el Presidente
Hindenburg, quien era muy anciano y propenso a ser manipulado por la camarilla que lo
rodeaba.[67] Esto era obvio para Hitler, y por eso, cuando Papen se le acercó unos días
después de haber salido de la Cancillería, decidió hacer un trato con él, ya que el ex-
Canciller todavía contaba con la confianza del Presidente. Esta alianza llegó en el momento
oportuno para Hitler, ya que el Partido Nazi se encontraba en quiebra, y los seguidores más
radicales estaban abandonando las filas para ingresar al Partido Comunista. Para complicar
la situación, Schleicher había puesto en marcha su plan de dividir a los nazis, ofreciendo la
Vicecancillería a Strasser, y aunque este no había aceptado, sí tuvo una calurosa discusión
con Hitler, después de la cual renunció a todos sus cargos y envió su versión de la historia a
los periódicos, amenazando acabar con el Partido. Esta era la amenaza más grave contra el
movimiento nazi desde 1925, y Hitler amenazó con suicidarse:
Si el partido llegara a caerse a pedazos, le pondré fin a todo en tres minutos con un disparo.
Sobre la amenaza de Strasser.
Strasser tenía control sobre una parte importante de la estructura nazi, pero en el momento
crítico decidió viajar a Italia a tomar unas vacaciones, con la esperanza de que Hitler lo
llamase de regreso. El futuro dictador no sólo no lo llamó, sino que aprovechó su ausencia
para destituir a todos sus simpatizantes de los cargos de importancia en el partido, y en su
lugar nombró a partidarios más fieles. Luego, convocó a todos los líderes nazis a Berlín,
donde les tomó un juramento de fidelidad personal. Cuatro días después de la partida de
Strasser, Hitler había tomado finalmente el control de toda la estructura política del Partido.
El incendio del Reichstag permitió a Hitler acelerar sus planes de persecución contra sus
opositores, acusándolos de ser golpistas.
El 27 de febrero de 1933, una semana antes de las elecciones el edificio del Reichstagfue
incendiado. Si bien todavía existe dudas sobre la autoría del incendio, es claro que Hitler se
benefició ampliamente de este crimen.[77] Después de que la policía atrapara a un comunista
neerlandés de nombre Marinus van der Lubbe en la escena del crimen, Göring empezó a
acusar a los comunistas de querer ejecutar un golpe de Estado, y la prensa nazi pronto copió
su discurso. Al día siguiente, Hitler no perdió tiempo en presentar un decreto de emergencia
de seis artículos, redactados por Göring, donde solicitaba la suspensión de varios artículos
de la Constitución de Weimar con el objetivo de "proteger los documentos culturales
alemanes".[78] En realidad, el llamado Decreto del incendio del Reichstag acababa con todos
los derechos que suelen defender las naciones democráticas: la libertad de expresión; el
respeto a la propiedad privada; la libertad de prensa; la inviolabilidad del domicilio, de la
correspondencia y de las conversaciones telefónicas; así como la libertad de reunión y de
asociación.[78] Además, permitía al gobierno nacional intervenir cualquier gobierno regional
que considerase incapaz de mantener el orden en su estado.[79] Luego de que Papen y
Meissner apoyaran el decreto, el anciano Presidente lo firmó.[78]
Con estos poderes, la persecución nazi se intensificó, los dirigentes comunistas fueron
arrestados y enviados a campos de concentración; además, desde los medios del Estado se
inició una campaña de alerta contra el "terror comunista", tratando de convencer al
ciudadano alemán de que, a menos que no votasen por los nazis, el país entraría en una
guerra civil.[79][80] Por otro lado, Hitler moderó su discurso, aseguró que sólo necesitaba
cuatro años en el poder y minimizó su antisemitismo en público, como dejó constancia el
futuro Presidente de Alemania de la post-guerra, Theodor Heuss:
Vocifera mucho menos. Ha dejado de vomitar fuego contra los judíos y en estos días es capaz de
pronunciar un discurso de cuatro horas sin mencionar la palabra "judío".[81]
Theodor Heuss, sobre el discurso hitleriano antes de las elecciones parlamentarias de Alemania de
1933.
Hitler desfila en el Estadio Olímpico de Berlín junto a miembros del Comité Olímpico
Internacional.
El gobierno de Hitler auspicio la arquitectura en una escala inmensa, junto con Albert Speer
que pasaría a ser el famoso «Arquitecto del Reich». Si bien como arquitecto fue importante
en la aplicación clasicista y la re interpretación de la cultura alemana, Speer demostró ser
mucho más eficaz como ministro de armamento en los últimos años de la Segunda Guerra
Mundial. Todos estos avances fueron ampliamente explotados por el Ministerio de
propaganda dirigido por Goebbles.
En 1936, Berlín fue sede de los Juegos Olímpicos de verano, que fueron inaugurados y
dirigidos por Hitler como una forma de demostrar la superioridad aria alemana sobre todas
las demás razas. Olympia, la película sobre los juegos y otras películas documentales de
propaganda para el partido nazi fueron dirigidas por la cineasta personal de Hitler, Leni
Riefenstahl.
Aunque Hitler hizo planes para una Breitspurbahn (una red de ferrocarriles de amplio
calibre) estos fueron cancelados tras el inicio de la II Guerra Mundial. De haber sido
construido el ferrocarril, su calibre habría sido de tres metros, siendo incluso más amplio
que el ferrocarril Great Western de Gran Bretaña.
Hitler también contribuyó al diseño de un automóvil accesible y practico para el pueblo,
automóvil que más tarde se convertiría en el Volkswagen Tipo 1, cuyo diseño y
construcción le fue encomendado al ingeniero Ferdinand Porsche. La producción de este
también fue aplazada a causa de la guerra.
Hitler consideró a la antigua Esparta como el primer estado nacional socialista, y alabó su
tratamiento eugenésico de los niños deformes.
También otorgó la Orden del Águila Alemana, una de las más altas distinciones del Tercer
Reich, al industrial Emil Kirdorf en abril de 1937, en recompensa por su apoyo financiero
durante su ascenso al poder. Al año siguiente, cuando murió, también le organizó un
funeral de estado.
El rearme y nuevas alianzas
Artículos principales:Potencias del Eje y Pacto Tripartito
Hitler y Mussolini.
Si bien se especula que desde 1919, se mantenía un programa secreto para volver a armar
un ejército por parte del gobierno Alemán, es en marzo de 1934, cuando Hitler anuncia
públicamente que el ejército alemán se ampliaría a 600.000 hombres (seis veces el número
estipulado en el Tratado de Versalles), así como la introducción de una Fuerza Aérea
(Luftwaffe) y el incremento del tamaño de la Marina (Kriegsmarine). Gran Bretaña, Francia
e Italia, así como la Sociedad de Naciones rápidamente condenaron estas acciones. Sin
embargo, dado que Alemania nuevamente explicó que sólo estaba interesada en la paz,
ningún país tomó medida alguna para detener este desarrollo y se permitió que el programa
armamentista alemán continuara. Además, el Reino Unido no compartía la visión pesimista
de Francia sobre Alemania, y en 1935 firmó un acuerdo naval con Alemania, lo que
permitió aumentar el tonelaje alemán hasta un 35% del de la armada británica. Este acuerdo
que se firmó sin consultar ni a Francia ni a Italia, debilitó directamente la Sociedad de
Naciones y puso al Tratado de Versalles en camino hacia la irrelevancia.
Caricatura aparecida en la prensa francesa en 1937. Franco, Mussolini y Hitler sostienen un
niño desfalleciente, que representa la Segunda República Española.
En marzo de 1936, las disposiciones del gobierno alemán, violaron nuevamente el tratado
al introducir tropas y ocupar nuevamente la zona desmilitarizada en Renania. Ante la
inacción de los gobiernos de Gran Bretaña y Francia, el afán expansionista de Alemania se
extendió. En julio de 1936, comenzó la guerra civil española cuando el ejército, dirigido
por el General Francisco Franco, se sublevó contra el gobierno de la República. Tras recibir
una petición de ayuda del General Franco en julio de 1936, Hitler envió tropas en apoyo de
Franco, y España sirvió como banco de pruebas para las nuevas fuerzas alemanas y sus
métodos, incluyendo el bombardeo de ciudades, como el de Guernica, en abril de 1937,
primer bombardeo contra blancos civiles de la historia,[25] y que, posteriormente, el célebre
pintor Pablo Picasso plasmó en su célebre cuadro.
El conde Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores del dictador DuceBenito
Mussolini, declaró el 25 de octubre de 1936 una alianza entre Berlín y Roma, a la que
denominó «El Eje». El 25 de noviembre del mismo año, Alemania firmó el Pacto Anti-
Comintern con Japón. Para fortalecer la relación con esta nación, Hitler se reunió en 1937
en Núremberg con el príncipe Chichibu, hermano del emperador Hirohito.
El Pacto Tripartito fue firmado por Saburo Kurusu en representación del Imperio Japonés,
Adolf Hitler por Alemania y el Conde Galeazzo Ciano, el 27 de septiembre de 1940. Más
tarde se amplió para incluir a Hungría, Rumanía y Bulgaria. Este grupo se conoció como
las Potencias del Eje. Más tarde, el 5 de noviembre de 1937, en la Cancillería del Reich,
Adolf Hitler celebró una reunión secreta con los ministros de Guerra y Exteriores, más los
tres jefes de servicios, registrada en el Memorándum Hossbach y reveló sus planes para la
apropiación de «espacio vital» (Lebensraum) para el pueblo alemán.
II Guerra Mundial
Triunfos iniciales
El 12 de marzo de 1938, Hitler presionó a Austria para la unificación con Alemania (el
Anschluss) e hizo una entrada triunfal en Viena el 14 de marzo. A ello le siguió la
intensificación de la Crisis de los Sudetes, en la zona de habla alemana de Checoslovaquia
conocida como Sudetes; Esto condujo al Acuerdo de Munich de septiembre de 1938, que
autorizó a la anexión y ocupación militar inmediata de estos distritos por parte de
Alemania. Como resultado de la cumbre, la revista TIME proclamó a Hitler Hombre del
Año de 1938. El Primer Ministro británico, Neville Chamberlain, saludó este acuerdo como
la «paz en nuestro tiempo», pero al dar forma a las exigencias militares de Hitler, Gran
Bretaña Y Francia también abandonaron Checoslovaquia a Hitler. Hitler ordenó al ejército
alemán entrar en Praga el 15 de marzo de 1939, tomando el Castillo de Praga y de Bohemia
y proclamando un protectorado alemán en Moravia.
Portada del diario militar norteamericano The Stars and Stripes con fecha del 3 de mayo de
1945.
Fotografía de Hitler manipulada por el ejército de los EE.UU. para facilitar una posible
identificación de un Hitler con su apariencia física modificada.
La versión oficial de los aliados —que concuerda con la versión dada por su secretaria
personal, Traudl Junge, en el libro Hasta la última hora: la secretaria de Hitler cuenta su
vida (Bis zur letzten Stunde: Hitlers Sekretärin erzählt ihr Leben), con la versión de
Joachim C. Fest, historiador y biógrafo, en El hundimiento (Der Untergang) así como la
biografía del General Freytag von Loringhoven— indica que Hitler renunció a intentar huir
de Berlín y se suicidó con un tiro de pistola y, al mismo tiempo, ingiriendo una cápsula de
cianuro en su Führerbunker, a 15 m de profundidad en el subsuelo del edificio de la
Cancillería en Berlín, junto a su nueva esposa Eva Braun y rodeado de unos pocos
incondicionales, el 30 de abril de 1945, cuando el Ejército Rojo, dirigido por el mariscal
Georgi Zhúkov, tomaba Berlín y se encontraba a menos de 300 m del búnker.
Aquel día, Hitler almorzó en compañía de sus secretarias en un silencioso ambiente y
después del almuerzo, el cual fue servido por Constanze Manziarly, hizo matar a su perra
Blondie. Luego dio a su ayudante Otto Günsche instrucciones estrictas sobre la cremación
de su cuerpo y el de su esposa, probablemente para evitar que fueran exhibidos como
«trofeos de guerra», recordando el ultraje del cadáver de su amigo Benito Mussolini, que
fue colgado desnudo boca abajo junto con el de su amante en una gasolinera de Milán,
donde fue golpeado, escupido y despreciado durante días. El siguiente relato procede del
testimonio de Günsche: Hitler se retiró a eso de las 16 horas junto con Eva Braun a su
despacho privado contiguo a la sala de mapas y Otto Günsche se paró frente al despacho
esperando el momento de entrar; le acompañaba Linge. Se sintió un disparo ahogado y
Günsche esperó unos 15 minutos de acuerdo a instrucciones; posteriormente Linge ingresó
a la habitación de dos ambientes. Hitler estaba recostado a un extremo del sofá con un tiro
en la sien, con salida de proyectil, de la cual aún manaba sangre, su boca tenía una grotesca
mueca.
Según Günsche y Linge, Eva Braun estaba recostada al otro extremo con los ojos abiertos y
una mueca de dolor en su rostro, una pistola estaba en la mesa a su disposición, pero no
alcanzó a usarla, pues el cianuro suministrado por el médico personal de Hitler, Ludwig
Stumpfegger, había sido rápido.
En efecto, Linge siguió a Günsche al entrar al compartimiento de Hitler, y una vez
confirmada su muerte, levantó los cuerpos envueltos en una alfombra y los sacó al patio
trasero de la Cancillería, en unos momentos en que llovían obuses rusos por doquier.
Günsche depositó ambos cuerpos en un orificio de obús, los roció con unos 200 l de
gasolina y les prendió fuego. Mientras se consumían, unos cuantos testigos, entre ellos
Martin Bormann, Goebbels, realizaron un nervioso y acongojado saludo militar, mas un
obús que estalló cerca les obligó a volver al búnker sin verificar la total consumación de la
incineración.
Su muerte se puso en duda durante mucho tiempo, creándose toda suerte de mitos.
Recientes versiones surgidas en los años 1990 del lado ruso, confirman que los soviéticos
(NKVD), después de una infructuosa búsqueda en la que incluso hallaron a un doble de
Hitler suicidado en una habitación de la Cancillería como una forma de despistar, por fin
dieron con los restos irreconocibles en parte de Hitler, Braun y la familia Goebbels y que
estos, secretamente aún para el mismo general Zhúkov, fueron transportados en cajas
especiales a la frontera, a un cuartel militar que luego pasaría a ser territorio de la
República Democrática Alemana.
Los rusos confirmaron inicialmente en 1955 la muerte de Hitler, pero no se mostraron
evidencias muy sustanciales, salvo algunos detalles odontológicos, lo que confirmaba a
pesar de todo que los rusos tenían los cuerpos.
Estos restos permanecieron secretamente enterrados bajo un jardín de dicho cuartel en la
ciudad de Magdeburgo y sólo algunas autoridades de la NKVD sabían dónde estaban, hasta
que en 1970 fueron exhumados, se extrajo el cráneo a Hitler y el resto de los cadáveres fue
incinerado para evitar que su tumba fuera objeto de veneración, y las cenizas fueron
lanzadas al río.[95]
No se ha podido dar con el cráneo de Hitler, pero una parte signada como de Hitler, el
hueso parietal de su caja craneana, está en un Museosoviético. Sin embargo, en septiembre
del 2009, el arqueólogo Nick Bellantoni anunció que, luego de un análisis de ADN
practicado a los restos, se determinó que el fragmento del cráneo correspondería a una
mujer de entre 20 y 40 años de edad.[96]
Rasgos de su personalidad
Hitler, de perfil.
Antisemitismo
El primer testimonio de Hitler sobre la cuestión judía se encuentra en una carta escrita en
septiembre de 1919:
utilizando la terminología biológica que frecuentemente desplegaría, declaró que las actividades de
los judíos producían «una tuberculosis racial en las naciones». Afirmó categóricamente que los
judíos eran una raza, no una religión. El antisemitismo como movimiento político, declaró, debería
basarse en la «razón», no en la emoción, y debería conducir a la eliminación sistemática de los
derechos de los judíos. Sin embargo, concluía, el «objetivo final», que sólo podía alcanzarse con un
gobierno de «fortaleza nacional» tenía que ser la «eliminación completa de los judíos».[101]
En este sentido, Hitler se veía como el agente necesario para la salvación de Alemania y
veía la destrucción del poder de los judíos como el medio indispensable para lograrla.
Con su ascenso al poder el 30 de enero de 1933, su Weltanschauung, ante todo un conjunto
de objetivos visionarios, sirvió para integrar las fuerzas centífugas del nazismo, para
movilizar a sus activistas y para legitimar determinadas iniciativas políticas llevadas a cabo
siguiendo, de una forma u otra, su voluntad. Entre tales objetivos estaba la eliminación de
los judíos, idea que supo manejar con criterio táctico a lo largo de su carrera. Así,
Hitler intervenía para canalizar los ataques en forma de una legislación antijudía tremendamente
discriminatoria, aplacando en cada fase a los radicales y progresando en la radicalización de las
medidas adoptadas. Existía, por lo tanto, una «dialéctica» continua entre acciones «salvajes» desde
abajo y discriminación orquestada desde arriba. Cada fase de radicalización era más intensa que la
que la precedía. De esta manera, la inercia no se desvanecía nunca.[105]
El escarabajo, diseñado a petición de Hitler, fue uno de sus mayores legados al mundo.
Otro de los legados de Hitler es el automóvil y actual nombre de la firma constructora
Volkswagen (auto del pueblo). El diseño original del auto fue realizado por el ingeniero
Ferdinand Porsche, aunque los detalles finales de los acabados de la carrocería y su nombre
fueron dados por el mismo Hitler. Durante el gobierno nazi la construcción del Kdf-Wagen
(Kraft durch Freude, fuerza a través de la alegría) se limito a prototipos, aunque el
Volkswagen como fuese mayormente conocido el automóvil, trascendería en los diversos
modelos posteriores a la guerra (escarabajo).[110]
Higiene racial y el Holocausto
Artículo principal:Holocausto
Uno de los fundamentos de Hitler y el NSDAP de las políticas sociales es el concepto de
«higiene racial». Se basó en las ideas de Arthur de Gobineau, la eugenesia, y darwinismo
social. Aplicado a los seres humanos, «la supervivencia de los más aptos» fue interpretado
como una exigencia de la pureza racial y la matanza fuera de la «vida indigna de ser
vivida». Las primeras víctimas fueron mutilados y niños con retraso en un programa
denominado Acción T4. Después de una protesta pública, Hitler hizo un amago de poner
fin a este programa, pero, de hecho, los asesinatos continuaron.
Entre 1939 y 1945, las SS, con la ayuda de gobiernos colaboracionistas y reclutas de los
países ocupados, sistemáticamente asesinaron entre 11 y 14 millones de personas, incluidos
cerca de seis millones de judíos, en los campos de concentración, los guetos y las
ejecuciones en masa y a través de otros métodos como los experimentos médicos. Además
de ser gaseados hasta la muerte y muchos de ellos murieron como consecuencia de la
hambruna y la enfermedad mientras trabajaban como esclavos (a veces en beneficio de las
empresas privadas alemanas en el proceso, debido al bajo costo de esa mano de obra). Junto
con los judíos fueron asesinados polacos no judíos (más de tres millones de víctimas), los
comunistas o supuesta oposición política, miembros de grupos de resistencia, católicos y
protestante opositores, los homosexuales, los gitanos, los minusválidos físicos y retrasados
mentales, prisioneros de guerra soviéticos (posiblemente el mayor número, cercano a los
tres millones), testigos de Jehová, clero anti-nazi, sindicalistas, y pacientes psiquiátricos.
Uno de los mayores centros de asesinato en masa fue el complejo-campo de exterminio de
Auschwitz-Birkenau. Hitler nunca visitó los campos de concentración y no habló en
público sobre las muertes en términos precisos.
Las matanzas que llevaron al Holocausto (la «Solución Final de la Cuestión Judía» o
Endlösung der Judenfrage) fueron planificadas y ordenadas por líderes nazis, con Himmler
jugando un papel clave. Si bien no se ha hallado la orden concreta de Hitler autorizando el
asesinato en masa de los judíos, existe documentación que demuestra que aprobó los
Einsatzgruppen, escuadrones de muerte que siguieron al ejército alemán a través de Polonia
y Rusia, y que se le mantuvo bien informado acerca de sus actividades. La evidencia
también sugiere que en el otoño de 1941, Hitler y Himmler decidieron el exterminio en
masa por medio de gases. Durante los interrogatorios por oficiales de inteligencia
soviéticos, desclasificados más de cincuenta años después, el valet Heinz Linge y el
ayudante militar Otto Gunsche oyeron decir a Hitler que había «poros de más en los
primeros planos de las cámaras de gas».[cita requerida]
Para avanzar en la aplicación de esta «Solución Final», se celebró la conferencia de
Wannsee, cerca de Berlín, el 20 de enero de 1942, con quince altos funcionarios
participantes, dirigido por Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann. Las actas de esta reunión
proporcionarían la prueba más clara de la planificación para el Holocausto. El 22 de
febrero, Hitler fue grabado diciendo a sus socios, «vamos a recuperar nuestra salud sólo con
la eliminación de los judíos».[cita requerida]
Führer de Alemania
Predecesor: Sucesor:
1934 – 1945
Paul von Hindenburg Karl Dönitz
Presidente de Alemania Presidente de Alemania
1925 – 1934 1945
Predecesor: Sucesor:
Canciller de Alemania
Kurt von Schleicher Joseph Goebbels
1933 – 1945
1932 – 1933 1945
Predecesor:
Líder del NSDAP Sucesor:
Anton Drexler
1921 - 1945 —
1919 – 1921
Predecesor:
Franz Pfeffer von Oberste SA-Führer Sucesor:
Salomon 1930 – 1945 Ninguno
1926 – 1930
Véase también
• Holocausto
• Mein Kampf
• Nacionalsocialismo
• Alemania Nazi
Referencias
1. ↑ Cf. Ian Kershaw, «Hitler y la singularidad del nazismo», en Hitler, los alemanes y
la Solución Final, págs. 564-565.
2. ↑ Bullock, A. Hitler: A Study in Tyranny (Penguin Books 1962), 23.
3. ↑ ab Bullock, A. Hitler: A Study in Tyranny, 25.
4. ↑ Franz Jetzinger: Hitlers Jugend. Europa-Verlag, Viena 1956, pág. 11 (en alemán)
5. ↑ Por ejemplo en: Hitler. Eine Biographie, de Joachim Fest. 2ª edición, Ullstein,
Berlín 1999, pág. 43 (en alemán)
6. ↑ Ian Kershaw: Hitler 1889–1936. DVA, Stuttgart 1998, pág. 34, en especial la nota
la pie nº19; compárese con Brigitte Hamann: Hitlers Wien. Piper, Múnich 1997,
pág. 64 (ambos en alemán).
7. ↑Origin and Popularity of the Name "Adolph", thinkbabynames.com
8. ↑ Walter C. Langer, The Mind of Adolf Hitler, p. 246 (Basic Books: New York,
1972)
9. ↑John Toland, Adolph Hitler, pp. 12-13.
10. ↑ Shirer, ibid., pág. 14.
11. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 15.
12. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 16.
13. ↑ Adolf Hitler, Mi lucha: Las experiencias de mi vida en Viena.
14. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 18.
15. ↑ Shirer, ibid., pág. 348.
16. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 27.
17. ↑ Shirer, ibid., pág. 21.
18. ↑ Shirer, ibid., pág. 28.
19. ↑ abcdefg Shirer, ibid., pág. 30.
20. ↑ Shirer, ibid., pág. 31.
21. ↑ Shirer, ibid., pág. 33.
22. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 35.
23. ↑ Ian Kershaw, «Hitler y la singularidad del nazismo», en Hitler, los alemanes y la
Solución Final, pág. 561.
24. ↑ Shirer, ibid., pág. 42.
25. ↑ abc Benegas, José María, págs. 255-257.
26. ↑ Shirer, ibid., pág. 43.
27. ↑ Shirer, ibid., pág. 44.
28. ↑ Shirer, ibid., pág. 46.
29. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 63.
30. ↑ Ápud Ian Kershaw, «Hitler y la singularidad del nazismo», en Hitler, los
alemanes y la Solución Final, pág. 562.
31. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 64.
32. ↑ Shirer, ibid., pág. 66.
33. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 70.
34. ↑ Shirer, ibid., pág. 71.
35. ↑ Shirer, ibid., pág. 75.
36. ↑ Shirer, ibid., pág. 76.
37. ↑ Shirer, ibid., pág. 78.
38. ↑ Shirer, ibid., pág. 79.
39. ↑ Shirer, ibid., pág. 80.
40. ↑ abcde Shirer, ibid., pág. 82.
41. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 84.
42. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 87.
43. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 89.
44. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 81.
45. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 112.
46. ↑ Heiden, ibid., pág. 251.
47. ↑ Heiden, ibid., pág. 255.
48. ↑ Shirer, ibid., pág. 118.
49. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 119.
50. ↑ Shirer, ibid., pág. 129.
51. ↑ Shirer, ibid., pág. 130.
52. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 121.
53. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 123.
54. ↑ Shirer, ibid., pág. 122.
55. ↑ Shirer, ibid., pág. 127.
56. ↑ Shirer, ibid., pág. 136.
57. ↑ Shirer, ibid., pág. 138.
58. ↑ Shirer, ibid., pág. 137.
59. ↑ Shirer, ibid., pág. 144.
60. ↑ Shirer, ibid., pág. 172.
61. ↑ Heiden, ibid., pág. 433.
62. ↑ Shirer, ibid., pág. 154.
63. ↑ Heiden, ibid., pág. 434.
64. ↑ Shirer, ibid., pág. 153.
65. ↑ Shirer, ibid., pág. 158.
66. ↑ Shirer, ibid., pág. 161.
67. ↑ Showalter, Dennis; Astore, William J. (27-04-2005). Hindenburg: Icon of
German Militarism (Hindenburg: Icono del militarismo alemán). Potomac Books
Inc.. pp. 89. ISBN1574886541. (en inglés)
68. ↑ Shirer, ibid., pág. 188.
69. ↑ abc Toland, ibid., pág. 440.
70. ↑ Toland, ibid., pág. 441.
71. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 189.
72. ↑ Toland, ibid., pág. 455.
73. ↑ Toland, ibid., pág. 442.
74. ↑ Toland, ibid., pág. 443.
75. ↑ Shirer, ibid., pág. 191.
76. ↑ Toland, ibid., pág. 445.
77. ↑ Toland, ibid., pág. 483.
78. ↑ abc Toland, ibid., pág. 451.
79. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 194.
80. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 195.
81. ↑ Toland, ibid., pág. 456.
82. ↑ Shirer, ibid., pág. 196.
83. ↑ abc Toland, ibid., pág. 459.
84. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 198.
85. ↑ Toland, ibid., pág. 460.
86. ↑ Shirer, ibid., pág. 199.
87. ↑ Según Shirer fueron 84 los diputados socialdemócratas.
88. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 200.
89. ↑ abc Shirer, ibid., pág. 202.
90. ↑ ab Shirer, ibid., pág. 203.
91. ↑ abcdef Shirer, ibid., pág. 201.
92. ↑ ab Toland, ibid., pág. 470.
93. ↑ ab Toland, ibid., pág. 464.
94. ↑ abc Toland, ibid., pág. 466.
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102.↑ Cf. Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los
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103.↑ Cf. Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los
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104.↑ Ian Kershaw, «El papel de Hitler en la Solución Final», en Hitler, los alemanes y
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