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Universidad abierta para adultos uapa

Nombre
Iris Mercedes Alevante Ureña

Carrera
Psicología Educativa

Matrícula
16-10121

Facilitadora
Rosa Kenya Bueno

Asignatura
Psicología del desarrollo II

Santiago de los Caballeros


República Dominicana

De 11 a 12 años

De 13 a 14 años

De 15 a 16 años

De 17 a 18 años
Estructuras cerebrales, funcionamiento descargas eléctricas del cerebro
adolescente, comparar con el cerebro adulto.

La estructura interna del electroencefalograma humano cambia durante la adolescencia.


Este estudio, dirigido por el catedrático Carlos M. Gómez, determina que sobre los 20 años
se producen cambios topográficos, de frecuencia y amplitud.

Expertos de la Universidad de Sevilla afirman que la estructura interna del


electroencefalograma humano o medición de la actividad eléctrica del cerebro en jóvenes
de entre 20-26 años, presenta una variación en parámetros de topografía, frecuencia y
amplitud. Según los estudios realizados, esta actividad eléctrica está completamente
desarrollada a los 9 ó 10, aunque presenta cambios en los parámetros antes señalados, lo
que permite a los investigadores estudiar la maduración cerebral en el niño y su relación
con su posterior desarrollo cognitivo.

La adolescencia es el periodo de transición de la infancia a la edad adulta, con etapas que


incluyen la pubertad y la maduración, y que transcurre en un equilibrio marcado por la
independencia respecto a los padres. Una transición desde la dependencia del núcleo
familiar a las relaciones interpersonales, sociales. Esto es, la maduración del llamado
cerebro social que integra lo afectivo y lo cognitivo en relación a los demás. La adolescencia
lleva consigo cambios emocionales, psicológicos, sociales, mentales y también físicos y en el
crecimiento. Tiene lugar un incremento del interés por la actividad sexual y cambios en la
motivación. Dos factores se solapan en esta época. Por una parte, el cerebro madura
paulatinamente en proporción directa a la edad cronológica.

La onda de maduración se propaga, sin alcanzar las áreas frontales hasta los primeros años
de la vida adulta, asociada a la maduración y control. Por otra, la pubertad conlleva la
liberación de las hormonas gonadales –testosterona o estrógenos y progesterona- que
contribuyen al desarrollo de los caracteres secundarios sexuales, además de influenciar las
funciones neuronales por el enlace de testosterona y estrógenos a sus receptores
cerebrales.

La inestabilidad natural de la maduración cerebral permite la enorme plasticidad que hace


posible que las personas no queden encerradas en el determinismo de los procesos
biológicos que fijan la construcción y maduración de su cerebro. Justamente, la
independencia del entorno paterno, que se acompaña por el interés de autoconocimiento y
afirmación de su propia identidad, hace posible a las personas abrirse a un amplio ámbito
de relaciones interpersonales y constituir su propia vida familiar.

Diferencias entre el cerebro adulto y el cerebro de los adolescentes.

Un adolescente es posible que parezca totalmente crecido, pero muchos cambios y


desarrollos aún se están produciendo en su cerebro, sin embargo. Al comparar un adulto y
la memoria de un adolescente, diferencias significativas son rápidamente evidentes entre
los dos. Con más tiempo, el cerebro de un adolescente finalmente alcanza a su cuerpo en la
madurez.

Redes Neuronales. Las células del cerebro se comunican mediante señales químicas.
Las sinapsis que existen entre las células del cerebro son típicamente más fuertes y más
rápidas en los niños y adolescentes que se encuentran en los cerebros adultos, de acuerdo
con Debra Bradley Ruder, escribiendo para la revista "Harvard". Estas redes neuronales
que sean más fáciles para los adolescentes aprendan idiomas y música instrumentos, en
comparación con los adultos.

Desarrollo del cerebro. La capa externa del cerebro - la corteza - se encarga de los
procesos de pensamiento y memoria, de acuerdo con "El Cerebro Adolescente: aún en
construcción", publicado por el Instituto Nacional de Salud Mental. La cantidad de
desarrollo del cerebro en los picos de la corteza durante la adolescencia temprana y luego
disminuye gradualmente a niveles adultos de los 20 años de edad. Los niveles máximos
indican que el período de funcionamiento del cerebro más alto sería durante la
adolescencia temprana. En la edad adulta, el cerebro no está funcionando en el mismo
nivel.

Poda Cerebro. Después de que el pico del desarrollo del cerebro, el siguiente paso
consiste en la poda cerebro, que moldea el cerebro del adolescente para la edad adulta.
Durante la poda, las conexiones neuronales no utilizadas desaparecen y conexiones
neuronales activos permanecen activas en el cerebro, según un artículo titulado "El
desarrollo del cerebro de los adolescentes", publicado por ACT para la Juventud. La poda
realidad refina y aumenta la eficiencia del cerebro, el fortalecimiento de las conexiones
importantes y la eliminación de las conexiones sin importancia.
La comparación con los cerebros de adultos. El cerebro de un adolescente tiene
habilidades especiales de aprendizaje que el cerebro de un adulto no tiene. La combinación
del desarrollo del cerebro y la poda crea un entorno extraordinario para el aprendizaje de
la información y las habilidades y la retención de datos, de acuerdo con un artículo titulado
"El cerebro adolescente", publicado por el Hospital de Niños de Boston DreamOnline. A
diferencia de los adultos, un adolescente incluso tiene la capacidad de controlar el
desarrollo del cerebro utilizando el cerebro de maneras específicas. Un adolescente puede
ejercitar su cerebro por el aprendizaje de conceptos específicos, desarrollo de habilidades y
ejercer el control sobre los impulsos.

Aunque a partir de los 18 años somos (supuestamente) adultos en muchos países, o a


partir de los 21 años en otros, nuestro cerebro no tiene por qué serlo.
El punto final del cerebro adulto, es decir, cuándo el cerebro termina realmente su
desarrollo es algo polémico. De hecho, ese mismo tema lo expulso recientemente la
neurocientífica de Harvard Leah H. Somerville, en la prestigiosa revista, NEURON.
Se trata de un dilema que interesa bastante a los políticos, ya que es importante saber a
partir de qué edad sería conveniente permitir el voto a los jóvenes. Por desgracia, como la
propia Somerville sostiene, la respuesta a la duda de “cuándo poseemos un cerebro
adulto” es bastante poco satisfactoria.
Esencialmente, el cerebro humano alcanza su volumen total alrededor de los 10 años de
edad. Sin embargo, nuestras neuronas siguen desarrollándose y cambiando durante
años, y las conexiones entre ellas también. Posteriormente, esta formación va
desacelerándose poco a poco, un signo inequívoco de que el cerebro adulto está
madurando. Pero este proceso ocurre a diferentes velocidades en cada parte del cerebro.
Por ejemplo, en el lóbulo occipital (zona posterior del cerebro, en la nuca), madura
alrededor de los 20 años de edad; por su parte, el lóbulo frontal (en la zona anterior del
cerebro), sigue creando nuevos enlaces hasta los 30 años e incluso más allá.
Esencialmente, el cerebro humano alcanza su volumen total alrededor de los 10
años de edad. Sin embargo, nuestras neuronas siguen desarrollándose y cambiando
durante años, y las conexiones entre ellas también. Posteriormente, esta formación va
desacelerándose poco a poco, un signo inequívoco de que el cerebro adulto está
madurando. Pero este proceso ocurre a diferentes velocidades en cada parte del cerebro.
Por ejemplo, en el lóbulo occipital (zona posterior del cerebro, en la nuca), madura
alrededor de los 20 años de edad; por su parte, el lóbulo frontal (en la zona anterior del
cerebro), sigue creando nuevos enlaces hasta los 30 años e incluso más allá.
Por su parte, el cerebro adolescente es capaz de llevar a cabo pruebas de cognición tan
bien como el cerebro adulto. Asimismo, las emociones de un adolescente son demasiado
intensas, y pueden conllevar una caída en dichas pruebas. El problema, sugieren los
investigadores, es que el cerebro adolescente aún no posee un sistema cerebral fuerte
para mantener las emociones a raya.
Pero eso no es todo, y es que se sabe que existen adultos jóvenes (entre 18 y 25 años) que
siguen sin poseer un sistema cerebral propio del cerebro adulto capaz de mantener las
emociones a raya, lo que les convierte en “adolescentes” a nivel cerebral.
El crecimiento del cerebro a los seis años el cerebro alcanza el 90% de su tamaño
definitivo, y a partir de esa edad el crecimiento de la cabeza se debe casi exclusivamente al
aumento del cráneo.

Pero durante la adolescencia el cerebro sufre una remodelación interna total. Para
empezar, los axones del cerebro (las fibras nerviosas largas que las neuronas utilizan
para enviarse señales entre sí) mejoran gradualmente su aislamiento con una sustancia
grasa llamada mielina (la materia blanca del cerebro), la cual puede multiplicar por cien
la velocidad de transmisión de los axones. Mientras tanto, las dendritas, las extensiones
ramificadas a través de las cuales las neuronas reciben las señales de los axones cercanos,
se ramifican aún más, y las sinapsis (los puentes químicos por donde se comunican los
axones y las dendritas) se fortalecen y mejoran. Al mismo tiempo, las sinapsis menos
utilizadas empiezan a atrofiarse.

Esa poda sináptica, como se conoce el proceso de reducción de sinapsis, hace que la corteza
cerebral (la delgada capa de materia gris donde se produce la mayor parte de nuestro
pensamiento complejo y consciente) se torne más fina y a la vez más eficiente.

La combinación de esos cambios hace del cerebro adolescente un órgano mucho más
rápido y sofisticado.

El proceso de maduración cerebral que hace unos años se pensaba terminado a los siete
años, prosigue a lo largo de toda la adolescencia. Los escáneres realizados muestran que
esos cambios físicos avanzan lentamente como una oleada desde la parte posterior del
cerebro hacía la frontal, desde áreas próximas al tronco cerebral que controlan funciones
más primitivas y básicas, como la visión, el movimiento y el procesamiento fundamental de
datos, hacía las áreas pensantes del lóbulo frontal, evolutivamente más nuevas y complejas.

El cuerpo calloso, que conecta los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro y transporta
información esencial para muchas funciones esenciales y avanzadas, se engrosan
progresivamente. También se fortalecen los vínculos entre el hipocampo, una especie de
directorio de la memoria, y las áreas frontales que establecen los objetivos y comparan
diferentes planes de acción. Como resultado, el cerebro adulto mejora la capacidad de
integrar la memoria y la experiencia en nuestras decisiones. Al mismo tiempo, las áreas
frontales desarrollan más conexiones y más rápidas, lo que permite al cerebro una vez
desarrollado, generar y sopesar muchas más variables y líneas de acción que durante la
adolescencia.

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