Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé.
Los primeros 3 o 5 meses de la vida
Posición esquizoparanoide.
Al nacer el bebé experimenta ansiedad proveniente de fuentes internas y
externas: las internas son producto del instinto de muerte que genera ansiedad persecutoria y las externas son la experiencia del nacimiento ya que se pierde el estado del nirvana intrauterino y al perderse se traduce como persecución para el bebé. El bebé tiene una relación objetal con la madre vía el alimento del pecho. Esta relación es inicialmente con un objeto parcial ya que las pulsiones agresivas y libidinales están dirigidas al pecho de la madre. Se puede suponer que en los periodos libres de tensiones orgánicas existe un equilibrio de pulsiones agresivas y libidinales. Este estado se altera con necesidades externas, las cuales derivan en la “voracidad” que es de naturaleza oral y fortalece las pulsiones agresivas. Si el componente agresivo es mucho también lo es la ansiedad persecutoria, la frustración y la voracidad. Así, el bebé se le dificulta manejar la ansiedad y tolerar la frustración. La gratificación y frustración estimula las pulsiones libidinales y destructivas. La idealización se genera al suprimir la frustración y la ansiedad generando la sensación de tener un pecho ideal en el interior. También se añora el estado prenatal. Así, la voracidad queda satisfecha momentáneamente. De esta forma se generan algunos mecanismos como el control omnipotente ya que el yo asume la posesión total del pecho interno y externo. Posteriormente se van generando más mecanismos de defensa como la escisión que se relacionan con la forma en la que se presenta la represión como la interacción entre lo inconsciente y lo consiente. Al introyectarse la parte buena y la mala también se va generando un Superyó arcaico. La parte buena fortalece la capacidad de amar y fomentan la tolerancia a la frustración. Por el contrario si predominan las circunstancias frustrantes se genera ansiedad persecutoria. La identificación proyectiva es la forma en la que el bebé puede liberarse de las emociones frustrantes y persecutorias. Al integrarse el yo conforme crece el niño aumentan dichas ansiedades y se desarrolla la posición depresiva que genera angustia depresiva que se centra en la madre. Como puede observarse el desarrollo del yo Según Melanie Klein es muy previo a lo concebido por Freud ya que hay un Yo temprano que se va formulando en base a las emociones de amor y persecutorias. Posterior a este desarrollo se genera la posición depresiva en la que el infante puede aumentar la posibilidad de relacionarse con el mundo exterior. Al enfrentarse a situaciones frustrantes el Yo del infante puede aplicar mecanismos de defensa que no impliquen la desintegración del Yo.