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Rodríguez Domínguez Cristian Abraham.

Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé.

Los primeros 3 o 5 meses de la vida


Posición esquizoparanoide.

Al nacer el bebé experimenta ansiedad proveniente de fuentes internas y


externas: las internas son producto del instinto de muerte que genera ansiedad
persecutoria y las externas son la experiencia del nacimiento ya que se pierde el
estado del nirvana intrauterino y al perderse se traduce como persecución para el
bebé.
El bebé tiene una relación objetal con la madre vía el alimento del pecho.
Esta relación es inicialmente con un objeto parcial ya que las pulsiones agresivas y
libidinales están dirigidas al pecho de la madre. Se puede suponer que en los
periodos libres de tensiones orgánicas existe un equilibrio de pulsiones agresivas y
libidinales. Este estado se altera con necesidades externas, las cuales derivan en
la “voracidad” que es de naturaleza oral y fortalece las pulsiones agresivas. Si el
componente agresivo es mucho también lo es la ansiedad persecutoria, la
frustración y la voracidad. Así, el bebé se le dificulta manejar la ansiedad y tolerar
la frustración.
La gratificación y frustración estimula las pulsiones libidinales y destructivas.
La idealización se genera al suprimir la frustración y la ansiedad generando la
sensación de tener un pecho ideal en el interior. También se añora el estado
prenatal. Así, la voracidad queda satisfecha momentáneamente. De esta forma se
generan algunos mecanismos como el control omnipotente ya que el yo asume la
posesión total del pecho interno y externo.
Posteriormente se van generando más mecanismos de defensa como la
escisión que se relacionan con la forma en la que se presenta la represión como la
interacción entre lo inconsciente y lo consiente. Al introyectarse la parte buena y la
mala también se va generando un Superyó arcaico. La parte buena fortalece la
capacidad de amar y fomentan la tolerancia a la frustración. Por el contrario si
predominan las circunstancias frustrantes se genera ansiedad persecutoria. La
identificación proyectiva es la forma en la que el bebé puede liberarse de las
emociones frustrantes y persecutorias. Al integrarse el yo conforme crece el niño
aumentan dichas ansiedades y se desarrolla la posición depresiva que genera
angustia depresiva que se centra en la madre.
Como puede observarse el desarrollo del yo Según Melanie Klein es muy
previo a lo concebido por Freud ya que hay un Yo temprano que se va formulando
en base a las emociones de amor y persecutorias.
Posterior a este desarrollo se genera la posición depresiva en la que el infante
puede aumentar la posibilidad de relacionarse con el mundo exterior. Al enfrentarse
a situaciones frustrantes el Yo del infante puede aplicar mecanismos de defensa
que no impliquen la desintegración del Yo.

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