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BULLYING

El bullying es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe


un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el
objetivo de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable
para los acosadores o simplemente a satisfacer la necesidad de agredir y destruir
que éstos suelen presentar.

El bullying implica una repetición continuada de las burlas o las agresiones y


puede provocar la exclusión social de la víctima.

El bullying o acoso escolar es un fenómeno que se puede dar a diferentes edades,


y es muy común en preadolescentes y adolescentes. Se trata de una situación de
abuso o de emisión de conductas negativas sobre un niño, por parte de uno o
varios compañeros. El acoso puede ser de varios tipos, que se pueden combinar
en un mismo caso: físico, donde los agresores emiten golpes, patadas, etc, a la
víctima; verbal, caracterizado por los insultos, ridiculización, menosprecio, utilizar
motes...; el psicológico consiste en crear en la víctima sentimientos de temor y en
minar su autoestima y, por último, el social consiste en intentar aislar a la víctima
del resto de grupo.

En el colegio puede haber peleas esporádicas, fruto de discusiones entre iguales.


Pero una situación constante de acoso agota física, psicológica y emocionalmente
a la víctima, además que estará asentando en los niños acosadores unas
conductas improductivas para el desarrollo psicológico y social de los agresores.

Características del Bullying

- Suele incluir conductas de diversa naturaleza (burlas, amenazas, agresiones


físicas, aislamiento sistemático, etc.).

- Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.

- Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una víctima
que se encuentra indefensa.

- Se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodean a los


agresores y a las víctimas sin intervenir directamente.

- La víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia;


pérdida de confianza en sí mismo y en los demás y disminución del rendimiento
escolar.

- Disminuye la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor,


mientras que se produce un refuerzo de un estilo violento de interacción.
- En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se
produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.

- Se reduce la calidad de vida del entorno en el que se produce: dificultad para


lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.

Tipos de Bullying

Podemos hablar de varios tipos de acoso escolar que, a menudo, aparecen de


forma simultánea:

Bullying Físico

Es el tipo de acoso más común, especialmente entre chicos. Incluye golpes,


empujones e incluso palizas entre uno o varios agresores contra una sola víctima,
En ocasiones, se produce también el robo o daño intencionado de las
pertenencias de las víctimas. Empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se
da con más frecuencia en primaria que en secundaria.

Bullying Verbal

Son acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir chismes o


rumores, realizar acciones de exclusión o bromas insultantes y repetidas del tipo
poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los otros, generar rumores
de carácter racista o sexual, etc. Es más utilizado por algunas chicas a medida
que se van acercando a la adolescencia.

Bullying Psicológico:

En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación


y amenazas al otro. Son acciones que dañan la autoestima de la víctima y
fomentan su sensación de temor, con el problema añadido que son las más
difíciles de detectar por parte de profesores o padres porque son formas de acoso
o exclusión que se llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda
advertir la situación. Frecuentemente, los agresores utilizan esta forma de acoso
con el fin de subrayar, reforzar o resaltar acciones llevadas a cabo con
anterioridad, manteniendo así latente la amenaza. Incrementan la fuerza del
maltrato, pues el acosador exhibe un poder mayor al mostrar que es capaz de
amenazar aunque esté presente una figura de autoridad. En el agredido, aumenta
el sentimiento de indefensión y vulnerabilidad, pues percibe este atrevimiento
como una amenaza que tarde o temprano se materializará de manera más
contundente. Pueden consistir, por ejemplo, en una mirada, una señal obscena,
una cara desagradable o un gesto.
Bullying Social:

Pretende aislar al niño o joven del resto del grupo, ignorándolo, aislándolo y
excluyéndolo del resto Puede ser directo: excluir, no dejar participar a la víctima
en actividades, sacarlos del grupo o indirecto: ignorar, tratar como un objeto, como
si no existiera o hacer ver que no está ahí.

Bullying sexual

Se presenta un asedio, inducción o abuso sexual o referencias malintencionadas a


partes íntimas del cuerpo de la víctima. Incluye el bullying homófobo, que es
cuando el maltrato hace referencia a la orientación sexual de la víctima por
motivos de homosexualidad real o imaginaria.

Ciber-bullying o bullying cibernético

Con la penetración de las nuevas tecnologías, cada vez es más frecuente este tipo
de actos. Es un tipo de acoso muy grave y preocupante por la gran visibilidad y
alcance que se logra de los actos de humillación contra la víctima y
el anonimato en que pueden permanecer los acosadores. Los canales son muy
variados: mensajes de texto en móviles, tablets y ordenadores, páginas web y
blogs, juegos on line, correos electrónicos, chats, encuestas on line de mal
gusto, redes sociales, suplantación de identidad para poner mensajes, etc. El
contenido del acoso va desde los típicos insultos a montajes fotográficos o de
vídeo de mal gusto, imágenes inadecuadas de la víctima tomadas sin su permito,
críticas respecto al origen, religión, el nivel socioeconómico de la víctima o de sus
familiares y amigos, etc. Todo vale con el fin de humillarla. Con independencia del
tipo de bullying, el perfil del acosador suele ser el de una persona físicamente
fuerte, impulsiva, dominante, con conductas antisociales y con una ausencia total
de empatía con sus víctimas.

Causas del acoso escolar

Las causas del bullying residen en los modelos educativos de los niños

En general, las causas o factores que provocan el educativos suelen ser


personales, familiares y escolares. En lo personal, el acosador se ve superior, bien
porque cuenta con el apoyo de otros atacantes, o porque el acosado es alguien
con muy poca capacidad de responder a las agresiones. En la mayoría de las
ocasiones, el acosador lo que quiere es ver que el acosado lo está pasando mal.
Te contamos cuáles son las principales causas de acoso escolar.
Desencadenantes del bullying en el colegio

El bullying puede darse en cualquier tipo de colegio, público o privado, pero según
algunos expertos, cuanto más grande es el centro escolar más riesgo existe de
que haya acoso escolar. A esta característica, hay que añadir la falta de control
físico y de vigilancia en los centros educativos. Sería recomendable que en los
pasillos hubiera siempre alguien, profesores o cuidadores, para atender e
inspeccionar a los alumnos.

Aparte de eso, el tratamiento que se da a los alumnos es muy importante. La falta


de respeto, la humillación, las amenazas o la exclusión entre el personal docente y
los alumnos llevan a un clima de violencia y a situaciones de agresión. El colegio
no debe limitarse sólo a enseñar, pero debe funcionar como generador de
comportamientos sociales.

Causas familiares del acoso escolar

En el terreno familiar, el origen de la violencia en los chavales puede residir en la


ausencia de un padre o en la presencia de un padre violento. Esa situación puede
generar un comportamiento agresivo en los niños y llevarles a la violencia cuando
sean adolescentes. Además de eso, las tensiones matrimoniales, la situación
socioeconómica o la mala organización en el hogar, también pueden contribuir a
que los niños tengan una conducta agresiva.

En resumen, las causas del bullying pueden residir en los modelos educativos que
son un referente para los niños, en la ausencia de valores, de límites y de reglas
de convivencia; en recibir castigos a través de la violencia o la intimidación y en
aprender a resolver los problemas y las dificultades con la violencia.

Cuando un niño está expuesto constantemente a esas situaciones, acaba por


registrar automáticamente todo en su memoria, pasando a exteriorizarlo cuando lo
vea oportuno. Para el niño que practica el bullying, la violencia es sólo un
instrumento de intimidación. Para él, su actuación es correcta y, por lo tanto, no se
auto condena, lo que no quiere decir que no sufra por ello.

Consecuencias del acoso escolar

Las consecuencias del bullying son nocivas para la víctima y el agresor

El bullying o acoso escolar no hace distinciones sociales o de sexo. A pesar de la


creencia extendida de que los centros escolares situados en zonas menos
favorecidas son, por definición, más conflictivos, lo cierto es que el bullying está
presente en casi cualquier contexto social.
Respecto al sexo, tampoco se aprecian diferencias, al menos en lo que respecta a
las víctimas. En cambio, en el perfil del agresor sí se aprecia predominancia de los
varones.

Te contamos cuáles son las consecuencias del acoso escolar para los niños.

Consecuencias del acoso escolar para la víctima

Las consecuencias del acoso escolar son muchas y profundas. Para la víctima de
acoso escolar, las consecuencias se notan con una evidente baja autoestima,
actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión,
ansiedad o pensamientos suicidas. También se suman a esta lista, la pérdida de
interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo que puede desencadenar una
situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil
resolución.

Consejos para detectar el bullying

Señales que hay que prestar atención en los niños:

Los padres deben estar atentos a ciertos indicios de que su hijo está siendo
víctima del acoso escolar:

Cambios en el comportamiento del niño: de humor, tristeza, llantos o irritabilidad.


Pesadillas, cambios en el sueño y/o apetito.
Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos...
Pierde o se deterioran de forma frecuente sus pertenencias escolares o
personales, como anteojos, loncheras, mochilas, etc.
Aparece con golpes, hematomas o rasguños y dice que se ha caído.
No quiere salir ni se relaciona con sus compañeros.
No acude a excursiones, visitas, etc. del colegio.
Quiere ir acompañado a la entrada y la salida.
Se niega o protesta a la hora de ir al colegio.

Es normal que cuando el padre o la madre se da cuenta o descubre que su hijo/a


es víctima de un bullying, trate desesperadamente de remediar la situación al
decirle a su hijo que se defienda, por sí mismo, pero lo que el padre o la madre no
sabe es que ese consejo no le ayudara al niño pues no sabe cómo defenderse por
sí mismo/a.

El programa “A prueba de bullies” de Gracie, tiene como meta aumentar la


conciencia de los niños acerca del hostigamiento de los bullyings y construir su
confianza con técnicas de Jiu-Jitsu para que puedan defenderse, sin utilizar la
violencia.

¿Cómo detectar a una víctima de acoso escolar?

Las víctimas de acoso escolar suelen caracterizarse por presentar un


constante aspecto contrariado, triste, deprimido o afligido, por faltar
frecuentemente y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento
escolar. En el apartado físico, estas víctimas suelen somatizar en su cuerpo su
problema, presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el estómago,
el pecho, de cabeza, náuseas y vómitos, así como llanto constante. Sin embargo,
esto no quiere decir que todos los niños que presenten este cuadro estén
sufriendo un acoso escolar. Antes de dar un diagnóstico al problema, es necesario
investigar y observar más al niño.
Efectos del acoso escolar en el agresor

En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios
indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas
delictivas. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros
que, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia de la que son
testigos, se sienten afectados, pudiendo provocar cierta sensación de que
ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.

Para el agresor, el bullying le dificulta la convivencia con los demás niños, le hace
actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en
un delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma
irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del
poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el material del
compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad
exagerada.

Secuelas del Bullyng

Denominado bullying o acoso escolar, consiste en “cualquier forma de maltrato


psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo
de un tiempo determinado”. A pesar de que siempre se ha vinculado al ataque
físico, lo cierto es que en su mayor parte las secuelas importantes que deja en el
futuro adulto damnificado son emocionales. De ahí que en un pasado fuera tan
difícil atribuir esta etiqueta a alguien. Y es que, ¿qué niño no había sufrido algún
que otro insulto o, incluso, le habían pegado? En la actualidad la tolerancia cero se
ha impuesto a este tipo de conductas por las graves secuelas del bullying en la
edad adulta. Los niños que padecen acoso escolar lo sufren como si se tratase de
una tortura y, además, con el agravante que la situación se da cuando su madurez
emocional apenas está empezando a perfilarse. Ningún niño de 10 años tiene los
recursos psicológicos como para enfrentarse a un maltrato reiterado por parte de
sus compañeros.

El niño que sufrió bullying se hizo mayor

Imagínate un niño cualquiera (pongamos que se llama Marcos) que empieza sus
clases de secundaria. Tiene 11 años y hasta entonces todo iba bien. Era un niño
normal. Un poco tímido pero lo justo y necesario. Hoy es su segundo mes en el
colegio y le dice a su madre que le duele el estómago. “¿Otra vez?” dice su madre
con sorna y le comenta que se vista. No ve nada raro porque, al fin y al cabo, ¿a
qué niño le gusta ir al colegio? Marcos llega al colegio. Está bastante alterado pero
nada fuera de lo común. Por eso su madre ni se entera de que, por dentro, Marcos
está aterrorizado. Es como si a un adulto le llevará a un campo de concentración;
un espacio cerrado en el que tiene que compartir varias horas al día con sus
verdugos.
Este es el inicio de una historia que se repite todos los días, en miles de colegios
de secundaria de todo el mundo. ¿Y sabes qué? Por primera vez en la historia se
toma en serio, ya tratamos bastantes casos de acoso escolar en los Centros de
Psicología. Cuando muchos de nosotros éramos niños, el bullying no existía y si
eras el marginado o el apaleado de la clase no pasaba nada. Pues bien, ese niño
creció y ahora padece trastorno límite de personalidad o tiene trabajos precarios
que no duran o es incapaz de mantener una relación de pareja o confiar en un
amigo. Completamente inofensivo, ¿verdad? Según un estudio realizado en
Carolina del Norte a lo largo de 10 años, se llegó a la conclusión de que los niños
que habían sufrido bullying (entre más de 2.200 monitorizados), padecían una
serie de secuelas que dificultaban su etapa adulta o que, incluso, les había llevado
a padecer trastornos psiquiátricos.

Las secuelas del niño que sufrió bullying en la edad adulta

Además de la mayor probabilidad de trastornos psiquiátricos, hay numerosas


secuelas que sufren durante toda su vida los niños que padecieron bullying.

Depresión: La personalidad depresiva es una de las consecuencias que antes se


manifiestan. Los menores que padecieron bullying desarrollarán una tendencia a
la depresión muy superior a la que viven el resto de niños. Los niveles bajos de
autoestima que le llevan, en muchos casos, a padecer bullying de niño se
refuerzan en la edad adulta. El caso más extremo de este maltrato psicológico
lleva al futuro adulto al suicidio.

Ansiedad generalizada: Es la secuela más común en los adultos que fueron


niños acosados. De hecho, se trata de la secuela más difícil de eliminar y, en
muchos casos, lleva directamente al siguiente punto: el abuso de sustancias. Es
habitual que el abuso de alcohol o de cocaína tenga como causa subyacente el
acoso escolar durante la infancia.
Mayor propensión a padecer enfermedades: Pues sí. El cáncer y la diabetes
están vinculadas al bullying (aunque también se ha desvelado que esto tiene su
origen en que los hábitos son poco saludables con gran cantidad de adultos
víctimas del bullying con sobrepeso).

Si has sufrido acoso escolar de pequeño y, por desgracia, ves que tienes algunos
de estos síntomas quizás tenga relación con lo que te sucedió; en cualquier caso
coméntaselo a un profesional, podrá ayudarte a superarlo.

Como prevenir el bullyng

Es necesario de la cooperación de padres, profesores y alumnos para crear un


ambiente seguro y enriquecedor en el que todo el mundo se sienta bien mientras
aprende. Por ello, si eres padre:

Evita comportamientos agresivos y palabras malsonantes en presencia de tu hijo


Foméntale valores como responsabilidad, cooperación, solidaridad, humildad.
Enséñale a controlar sus emociones e impulsos
Ponle límites a su conducta siempre que sea necesario
Conoce a sus amigos y la relación que tiene con ellos
Enseña a tu hijo a pedir disculpas y a reconocer sus errores

Si eres profesor:

Crea un ambiente sano donde los alumnos se sientan seguros de ser ellos
mismos.
Penaliza los malos comportamientos y refuerza los buenos.
Da charlas sobre el bullying.
Promueve que tus alumnos tengan más y mejor autoestima.
Fomenta la cooperación y las actividades en grupo.
Fíjate más en aquellos alumnos más indefensos y habla con ellos personalmente
si has visto cosas sospechosas.
Si sospechas de algún caso de bullying contacta con el responsable
inmediatamente.

Si eres alumno:

No juzgues a tus compañeros por su apariencia.


No emplees nunca la violencia como solución de los problemas.
Comunica inmediatamente al profesor si has presenciado algún caso de bullying.
No trates a tus compañeros como no te gustaría que te trataran a ti.
Relacionate con los compañeros que veas que están más solos en clase.
Rechaza la violencia y el maltrato como forma de relacionarse con los demás.

Prevenir el bullying está en manos de todos y cada uno de nosotros y si todos


aportamos nuestro grano de arena conseguiremos que este grave problema por
fin desaparezca.

Cómo ayudar a una persona que sufreBullying

El bullying es muy dificil de identificar, ya que las victimas del mismo no hablan
sobre eso.
Como ya he mencionado, las victimas de bullying suelen encerrarse en ellos
mismos y sufren en silencio. Ya sea por miedo a lo que pueda ocurrir o
verguenza. Se sienten inferiores y no quieren hablar sobre eso.

Si no has estado presente cuando una persona está siendo hostigada, algunos
indicios de que está siendo acosada son:

* Falta de motivación;
* Imprecisión (especialmente cuando está hablando de ciertos temas);
* Comportamiento poco usual
* Lesiones físicas.
* Auto-lesión.
No descartemos el hecho de que la persona que presente estos indicios este
sufriendo a causa del acoso escolar. En otro caso, se requiere una ayuda
psicologica para que el acosado pueda decir lo que esta pasando
independientemente de la verguenza y/o miedo que sienta por estos actos.

¿Qué hacer si piensas que alguien es víctima de acoso escolar?

Habla con la posible víctima. Hazle saber que todos somos humanos y que estas
cosas pueden pasar. Demuéstrale que estas para apoyarlo y ayudarlo en el caso
de que esté sufriendo de acoso escolar. Es importante no juzgar a la persona y no
comparar situaciones. Ej: “Yo en tu lugar, le hubiese dado una lección al que te
acosa”

Demuéstrale que puede confiar en ti. Una persona que sufre de acoso escolar
generalmente se vuelve desconfiado, y deja de sentirse apoyado por los demás.
Se necesita suma paciencia y afecto para encarar tal situación. Las personas que
sufren de acoso escolar pueden tener reacciones bruscas y tratan de alejar a las
personas por el mismo miedo a ser lastimado. Inclúyela en tus planes y grupos,
sal más con esa persona. Ayúdalo a recuperar la confianza que perdió. Es una
tarea difícil, pero no imposible. Trata de acompañarlo a los lugares que suele
asistir, tanto como lugares sociales, la escuela, etc. También tratar de reconocer al
agresor y así tener una charla con sus padres y/o tutores. No creo que solo se
deba ayudar al acosado sino también al acosador. Siempre hay algo que te
impulsa a hacer una maldad. Siempre hay un dolor interno que te impulsa a ser
cruel. Por eso mismo, tratar de localizar a la persona que está agrediendo a los
demás.
En el caso de que ya hayas confirmado que esa persona sufre de acoso escolar,
tienes que acudir a la escuela lo más pronto posible e identificar al agresor, para
luego acusarlo y tratar de solucionar el problema con los directivos de dicha
escuela a la que concurra el acosado. Y no dude en consultar con un psicólogo
para poder ayudar más a la persona en cuestión.

Agresor de bullyng

Los niños acosadores

El perfil medio del niño acosador, aunque no el único, es el de un niño impulsivo,


al que le cuesta controlar su ira (lo cual no quiere decir que sus reacciones tengan
que ser violentas), tiene baja tolerancia al fracaso, habla con desprecio de sus
compañeros de clase, se refiere a ellos por sus motes o mediante insultos, disfruta
riéndose de los demás, le cuesta ponerse en el lugar del otro, es decir, tiene una
capacidad de empatía muy baja, no sabe resolver los conflictos y reacciona ante
ellos con gritos y frustración.

También tienden a evadir la responsabilidad de sus actos culpando a los demás


("es que me pone malo", "es tonto", "no hay quien le aguante"). En general,
aunque no lo parezca, los niños agresores son inseguros y tienen una baja
autoestima, por eso no toleran fracasar o no estar por encima de los demás, y por
eso intentan sentirse mejor haciendo a otros sentirse mal.

Cómo actuar ante un hijo agresor

Lo primero que tenemos que hacer ante la noticia de que nuestros hijos hacen
bullying, es intentar evitar a toda costa que se vuelva a repetir una agresión hacia
la víctima. Pondremos en alerta a los profesores y padres de los alumnos para
que, entre todos, evitemos que la situación continúe. Le dejaremos muy claro a
nuestro hijo que desaprobamos esa conducta, pero no por medio de gritos, peleas,
insultos, ni discusiones, tiene que entender que le queremos ayudar para mejorar
un problema, pero que tiene todo el apoyo de sus padres, que le quieren y
siempre estarán ahí.

¿Le has dado un buen ejemplo a tu hijo de comportamiento?

Nosotros mismos tendremos que poner en marcha un ejercicio de reflexión sobre


nuestra relación con el niño. ¿Le hemos dado un buen ejemplo de cómo tratar a
los demás? A veces, estos niños ven en personas de su entorno (que no
necesariamente tiene que ser la familia) que su manera de conseguir las cosas, o
intentarlo, es mediante gritos o peleas. Es por ello que nosotros no adoptaremos
esas conductas a la hora de hablar con él, porque si no le estaremos
transmitiendo que nosotros también queremos conseguir nuestro objetivo
de manera agresiva, y nos estaremos contradiciendo.

Otra de las preguntas a respondernos es si le hemos estado prestando la


suficiente atención y no se siente desatendido emocionalmente. Los hijos tienen
que saber que sus padres están ahí, y eso lo conseguimos escuchándoles cuando
nos necesitan, y apoyándoles. Pero esto no ha de confundirse con la permisividad
o la pasividad ante sus exigencias, ni tampoco elogiar todo lo que hacen, porque
también hay que enseñarles lo que está bien y lo que está mal.

¿Has educado a tu hijo para que sepa tratar al resto?

Muchas veces se suele tratar de niños con una autosuficiencia mayor a la que
deberían tener, tienen pocos límites y obligaciones, y no aprenden a respetar las
reglas. Estableceremos, sin autoritarismos, unos límites bien claros y definidos
donde reduciremos los privilegios que puedan tener. Por ejemplo, regularemos las
horas de estudio y de ocio, o la de llegar a casa si son adolescentes. También
podemos encomendarles algunas tareas de la casa, y les elogiaremos si cumplen
estas nuevas normas. Se sentirán responsables y aceptados.

Uno de los puntos fuertes a mejorar en el niño que hace bullying es la baja
tolerancia a la frustración y el escaso control de la ira. Puede canalizar ese estrés
realizando una actividad deportiva, además aprenderá a trabajar en equipo con
otros chicos de su edad y a establecer relaciones de igualdad. También haremos
nosotros un esfuerzo por resolver los conflictos del hogar de una manera más
comunicativa y sin iniciar discusiones a la mínima, ni con insultos ni peleas
verbales, será un claro ejemplo de que la resolución de los mismos será mucho
más relajada y positiva emocionalmente para todos. Le enseñaremos a hacerlo de
la misma manera, poniéndole ejemplos o enseñándole técnicas para no perder los
nervios, como el clásico "contar hasta 10".

Haríamos lo mismo con el otro gran punto débil de nuestro hijo, que es la falta de
empatía. Le enseñaremos a aprender a identificar las emociones ajenas, y a
comprender sus sentimientos, por ejemplo, haciendo referencia a otras ocasiones
en las que el mismo niño las haya sufrido ("¿te acuerdas de lo que sentiste aquel
día que te pegó ese niño? Así se siente él, ¿entiendes por qué no debes
hacerlo?"). Se trata de un trabajo para hacer a diario y aprovechando todas las
oportunidad de enseñarle a interpretar las situaciones de manera que se ponga en
el lugar de otro.

Detecta si tu hijo es un maltratador

Es, sin duda, una tarea muy complicada, que además se vería complementada
con el trabajo por parte del colegio. Si no vemos resultados positivos en nuestro
trabajo, necesitaremos de la ayuda de un psicólogo clínico, que le ayude a
desarrollar todas estas conductas positivas que normalmente las personas
desarrollan de manera natural con el paso de los años.

No es momento de lamentarnos ni pensar que hemos sido malos padres, las


razones por las que se producen estas conductas son muchas y bastante
complejas, especialmente en adolescentes, que pueden haber encontrado
ejemplos a seguir fuera de casa. Llegó el momento de actuar, esta situación tiene
remedio, podemos ayudar a nuestros hijos y, a su vez, estaremos ayudando a
otros niños que están sufriendo en su colegio.

El agresor de bullying

Normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación


permanente. Posee un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presenta
dificultad para ponerse en el lugar del otro, vive una relación familiar poco afectiva,
y tiene muy poca empatía. Según los expertos criminalistas y psicólogos, un niño
puede ser autor de bullying cuando solo espera y quiere que hagan siempre su
voluntad, cuando le gusta probar la sensación de poder, cuando no se siente bien
o no disfruta con otros niños.

El bullying escolar se lleva a cabo cuando el agresor sufre intimidaciones o algún


tipo de abuso en casa, en la escuela o en la familia, o cuando es frecuentemente
humillado por los adultos, o cuando vive bajo constante presión para que tenga
éxito en sus actividades. Los agresores ejercen su acción contra su víctima de
diversas formas: les golpean, molestan, provocan, acosan con empujones y
golpes, les nombran de una forma desagradable o despectiva, les generan
rumores, mentiras o bulos, les aíslan del grupo, les ofenden y les anulan.
La víctima de bullying

Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para


reaccionar, son poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo, y
no saben reaccionar por vergüenza o conformismo, siendo muy perjudicados por
las amenazas y agresiones.

HISTÓRICO DEL BULLYING

Desde hace varios años el bullying ha dado de qué hablar en las sociedades del
mundo, siendo un fenómeno al que no se le ha dado la importancia que se merece
y que la necesita debido a su gravedad.

El bullying ocurre cuando los niños o adolescentes son atormentados


continuamente por otro u otros con más poder, ya sea por su fortaleza física o por
su nivel social.

Este nombre lo creó en 1993 el psicólogo escandinavo Dan Olweus, de la


Universidad de Bergen (Noruega), a partir de estudios sistemáticos realizados en
los años 70' del pasado siglo XX sobre el suicidio de algunos adolescentes. Este
autor halló que los jóvenes habían sido víctimas de agresión física y emocional de
parte de sus compañeros de escuela.

La primera publicación de Dan Olweus fue en 1978 bajo el título de "La agresión
en las escuelas: Los bullyies y niños agresivos" y señala tres características
básicas: "es intencional, es repetitivo y existe un desbalance de poder."

La escuela es el escenario en donde se aprende a convivir entre diversos sujetos


con diversas personalidades, y por esto, es el lugar donde más se resalta esta
problemática, pero no es el único escenario donde se manifiesta este fenómeno
social. Por ello, el reconocimiento del ser social e histórico manifiesta una realidad
importante en este sentido.

Dan Olweus es el psicólogo que lleva más años estudiando el


fenómeno bullying. Eligió esta palabra por su parecido con "Mobbing", término que
se utiliza para describir el fenómeno en que un grupo de pájaros ataca a un
individuo de otra especie. Bullying viene del vocablo inglés "bull" que significa toro.
En este sentido, bullying es la actitud de actuar como un toro en el sentido de
pasar por sobre otro u otros sin contemplaciones. Las traducciones más comunes
del bullying al español son matonaje, acoso, hostigamiento.

Hay bullying cuando:

• Hay violencia intencional: de uno/a o varios/as compañeros/as hacia otro/a para


causar dolor y sufrimiento.
• Hay relación desigual o desequilibrio de poder: la víctima se percibe vulnerable y
desprotegida, es decir, la persona agredida puede ser herida o recibir alguna
lesión física o moralmente.

• Hay violencia repetida y continuamente: no es un episodio aislado.


• Hay violencia en relación de pares o iguales: entre estudiantes.

El bullying o acoso escolar se ha considerado como algo de niños, algo pasajero


que permanecía oculto, se consideraba como peleas, regañizas o escarmientos
entre los menores; sin embargo y dado que vivimos en un mundo relacionado por
las comunicaciones, este fenómeno a partir de la década de los 70, comenzó a
preocupar a diversas personas que pusieron de manifiesto que estos hechos
repercutían gravemente en el desarrollo del menor, como se menciona en la
Declaración de los Derechos del Niño (DDN) proclamada por las Naciones
Unidas. 5 En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear
pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias
propias del hostigamiento hacia las personas sin límite de edad. En los países
más avanzados de Europa el acoso escolar comenzó a generar preocupación y a
generar la reacción de las autoridades desde finales de la década de los 80 del
pasado siglo. En los Estados Unidos, desde finales de los años de los 90 una
elevada frecuencia de incidentes de violencia escolar ha dirigido la atención hacia
este problema.

Desgraciadamente es un término que está de moda debido a los innumerables


casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y
colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones
verdaderamente aterradoras. El tema del bullying no es nuevo, este fenómeno ha
estado construyéndose a través del tiempo. Por lo que los incidentes que se
consideraban como de acoso en los años 70, no necesariamente son los que se
consideran hoy en día. Por tanto, se cree que los criterios de bullying escolar,
puedan estar siendo más elaborados día a día.

Inicialmente, la violencia escolar asumía la forma de actos vandálicos leves, como


la rotura de cristales o las pintadas en paredes; sin embargo, los estudios actuales
vienen a confirmar que la violencia escolar tiende hacia patrones de conducta más
graves, relacionados con la violencia física y verbal.

Se han descrito hasta 8 modalidades de acoso escolar:

Bloqueo social
Hostigamiento
Manipulación
Coacciones
Exclusión social
Intimidación
Agresiones
Amenazas
La agresividad es considerada una conducta común a las especies animales,
entre ellos los humanos. Estudios realizados muestran que la agresividad surge
cuando el individuo siente que su supervivencia está amenazada, y por lo tanto
actúa para asegurar su vida de manera defensiva. Esto es fácilmente observable
en los animales, pero calificar conductas de estudiantes como de supervivencia es
difícil. Aquí es importante considerar los aportes de la psicología del desarrollo, y
especialmente aquellos elementos que resultan centrales en las distintas etapas
del ciclo vital. El énfasis y la importancia de las relaciones de pares y de la
integración y aceptación social son desafíos crecientes en la experiencia escolar.

¿Por qué se produce el bullying?

Se han agrupado en tres paradigmas las posibles causas del Bullying:

Factores individuales

Los modelos individuales plantean que existirían características individuales


asociadas al bullying (por ejemplo, niños/as que disfrutarían dominando a otros) y
que incluso algunas de estas serían de carácter genético. Algunos niños/as serían
más proclives a ser parte de dinámicas agresivas dado el carácter que han
desarrollado. En este sentido, incluye también la dimensión afectiva de los
niños/as y el impacto de esta en sus conductas, como por ejemplo la hipótesis de
que niños que han sido víctimas de matonaje reaccionan violentamente, incluso
llegando a casos extremos como los tiroteos en distintas instituciones
educacionales en los Estados Unidos, conocidos muy ampliamente.

Factores interpersonales y grupales

Desde este enfoque, la agresividad entre pares surgiría en relación a la necesidad


de establecer jerarquías sociales, y asociada a la tensión entre ser aceptado por el
grupo de pares y al mismo tiempo individualizarse. Estos procesos cobran
centralidad cuando los niños empiezan a relacionarse con otros y a "afirmarse" o
definirse en función de los otros. Desde esta perspectiva, el bullying surge en
torno de la disputa y/o defensa de la posesión de objetos y/o bienes que son
considerados valiosos en el contexto, como por ejemplo el estatus social.

Factores sociales y culturales

Desde esta perspectiva el bullying estaría asociado a la existencia de grupos con


diferencias en términos de poder y estatus, principalmente basadas en
antecedentes históricos y culturales (raza, género, nivel socioeconómico, minorías
en general). Especialmente interesante aquí es la agresividad inter-género,
respecto de la cual se especula que hombres han aprendido del contexto socio
cultural a relacionarse con mujeres de una manera abusiva (lo que se ha
conceptualizado como la construcción de una masculinidad hegemónica), tanto
contra niñas como contra niños que no presentan las cualidades típicamente
adscritas a dicha masculinidad.

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