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Participante:
Ing. Emmelice J. Sarmiento Gil
CI:V- N° 14950118
Facilitador:
Dra. Ana Ysolina Soto
En la etapa adulta, el individuo ha tenido que vivir muchos cambios de manera acelerada
esto gracias a la evolución y desarrollo de la ciencia. Por eso la educación en adultos es una
necesidad de ambición, interés que brinda oportunidades en el desarrollo personal y profesional.
Según la concepción de Aristóteles, la palabra adulto está ligada a los conceptos de crecimiento y
madurez. La madurez del griego “acme”, significa la flor de la edad, en cuanto a la palabra
adulto, del latín adultus, es entendida como: “el que ha cesado de crecer”.
Andragogía
Las personas adultas están en un universo que progresa todo los días, donde su ambiente
sufre muchos cambios tanto en lo cultural, social, tecnológico y religioso. Esto estimula cambios
personales que lo ayudan enfrentar retos, estos sujetos indagan el aprendizaje de una manera
desigual debido a su nivel de madurez. Los que hace que obtengan un aprendizaje por un proceso
andragógico y se enfoquen en facilitar los recursos y procedimiento para que el adulto pueda
adquirir los conocimientos y habilidades por su cuenta y tomando en consideración sus aspectos
contextuales y de discernimiento. Por esto un aprendizaje andragógico busca agrandar, fortalecer
y certificar los logros de las personas adultas para darles a conocer nuevas perspectivas a cerca de
todos los ámbitos, y crear una orientación de interés productivo a la realidad y metas de cada
persona.
Participante Adulto
El adulto tiene conciencia lógica y dialéctica, sabe por qué estudia y puede fácilmente
apreciar en forma inductiva o deductiva de las consecuencias del acto educativo. El adulto
promueve su educación, la planifica y la realiza en función de necesidades e intereses inmediatos
con vista a fortalecer su porvenir. Así, el alumno o aprendiente adulto presenta una autonomía,
una capacidad de reflexión, un nivel de experiencias previas muchos mayores que los que se dan
en la etapa infanto-juvenil.
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diversifica las motivaciones y vivencias que mueven la voluntad del adulto. Knowles, nos
presenta algunas dimensiones de la madurez como guías que dejan ver el proceso de
conocimiento de la persona. Mientras el proceso de maduración del individuo, el concepto de sí
mismo camina desde una posición dependiente a una posición auto-dirigida. El adulto es capaz
de establecer sus propias necesidades de aprendizaje y de encontrar los medios para alcanzarlas.
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El poder social incluye métodos interpersonales en el conjunto del aprendizaje que esta
normalmente, bajo la designación del liderazgo y autoridad. La influencia social determina el
comportamiento del individuo, las bases del poder social que son características son la
recompensa, coerción, referencia, pericia, legitimidad. De esta manera la estructura social genera
influencia sobre uno u otro participante. Se sabe que la aprobación social puede crear un
ambiente socio –emotivo positivo con el facilitador andragogo y los participantes, sin embargo
esta tarea es acompañada con todas las personas implicadas en el aprendizaje.
Formación a la Medida
En los contenidos del aprendizaje los participantes adultos constituyen una relación entre
el conocimiento adquirido y el que están por adquirir. El contenido es muy importante para los
facilitadores andragogos, ya que es considerado un instrumento para el proceso de aprendizaje.
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Los cambios que se generan en la sociedad, como la economía y la cultura han forjado
consecuencias en el ámbito educativo de manera significativa. Por ello el docente debe ofrecer
situaciones ajustadas donde los partícipes adquieran un aprendizaje productivo.
La Motivación
La necesidad del adulto en situación de aprendizaje busca desarrollarse más como ser
humano, aunque no siempre logre obtener las metas trazadas, posee ciertos beneficios que
implican constantes esfuerzo en esta etapa de su vida. La característica de un adulto que aprende
según (Trueman y Hartley, 1996) el aprendizaje en edad adulta posee altamente desarrollada la
competencia de planificación del tiempo y autogestión.; El rol de alumno hace que su capacidad
se desarrolle mejor en ambientes democráticos, participativos y de colaboración; necesitan
aplicar su conocimiento teóricos en la práctica para así abrir paso a su autonomía en su
aprendizaje.
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Aprendizaje en Adulto
Según, ( Knowles, 1975), “ el proceso por el cual, los individuos toman la iniciativa, con
o sin la ayuda de otros, en el diagnóstico de su aprendizaje, formulación de objetivos,
identificación de los recursos humanos y materiales para la formación, la elección y aplicación de
estrategias de aprendizaje apropiadas y la evaluación de los resultados del aprendizaje” (p.18)
El Aprendizaje esta auto-dirigido a un proceso en que las personas toman la decisión, con
o sin la ayuda de otros, sus necesidades de aprendizaje lo hacen formular metas, que efectúan
tácticas apropiadas para evaluar resultados a la hora de aprender.
La Andragogía suministra la ocasión para que el adulto que decide educarse, anuncie
ágilmente su propio aprendizaje e intermedie en la organización, programación, elaboración y
evaluación de las actividades educativas en circunstancias de equivalencia con sus compañeros
participantes y con el facilitador. Los principios andragógico le permiten al adulto la oportunidad
que decida aprender, ya que el adulto decide tener autonomía de originar su propio aprendizaje.
El principio de horizontalidad hace que el participante y el facilitador tengan la condición de
igualdad, el principio de participación es un dar y recibir, donde el participante y el facilitador se
involucran en un fin en común. El principio de Flexibilidad es donde el facilitador y el
participante deben permitir en el tiempo y en el espacio de la educación actividades de
aprendizaje donde sus intereses y necesidades sean adaptados al participante.
Es estar al tanto de las oportunidades que día a día se puede conseguir cuando se tiene una
visión nueva de las cosas, de desconocer lo aprendido y asimilar lo novedoso. Coexisten
herramientas intelectuales que nos ayudan a desarrollar nuestras particularidades.
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aceptar situaciones de fracaso, sin embrago también nos enseña a que podemos utilizar nuestras
fortalezas para lograr nuestros objetivos. Finalmente el querer aprender algo nuevo nos enseña a
enfocarnos en lo positivo, y en lo que conquistaremos para que el aprendizaje nos incite a
desarrollar nuestro cometido.
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BIBLIOGRAFÍA