Lo primero es dar la batalla desde el terreno de Dios y entender que el ya venció a

nuestros enemigos y está en nosotros reclamar la autoridad y el territorio que nos dio.
Lo segundo que nuestra guerra no es contra sangre ni carne sino espiritual. No es contra
las personas sino contra la influencia que la tiene sometida.
Nos cubrimos con la sangre de cristo y nos colocamos la armadura. Entendiendo que
entramos en batalla y no podemos bajar la guardia

Día 1: Nos colocamos bajo la protección de Dios y llevamos a nuestras familias a la

ciudad fortificada que es el reino de Dios.
Atamos, encadenamos y enmudecemos a l hombre fuerte sobre esta situación, a Jezabel
y a todo espíritu de control, manipulación, intimidación, engaño y retaliación y le
recordamos que no puede entrar en Donde habita Dios.
Salmos 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Salmos 91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.

Día 2 Autoridad. Nos sometemos a la autoridad de Dios y a las que él puso sobre
nosotros. Romanos 14:11 NTV
Pues dicen las Escrituras: «Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor, toda rodilla se
doblará ante mí, y toda lengua confesará a Dios y le dará alabanza ».
Le prohibimos a Jezabel q trate de socavar la autoridad q Cristo nos dio. Y que use las
autoridades en contra nuestra. Padres, jefes, jueces, líderes etc.
Y le recordamos que Cristo la venció en la cruz y su nombre es sobretodo nombre y lo
llevamos sobre nosotros

Día 3 Fe: Ponemos nuestra confianza en Dios sabiendo que el dispone todas las cosas
para nuestro bien. Nuestra fe está en Jesucristo quién nos ha justificado frente al padre
haciéndonos dignos de estar en su presencia. No por nuestras obras sino por su gracia.
Por eso nos presentamos ante él como hijos. Y entramos tranquilamente al trono de la
gracia.
Reprendemos todo espíritu de temor, intimidación, duda, acusación e incriminación.
Jezabel no puede acusarnos ni intimidarnos muchos menos juzgarnos por que Dios nos
hizo justos y libres en Cristo

Día 4. Santidad: 1 Pedro 1:16 NTV

Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo». Presentamos nuestro
cuerpo como sacrificio vivo. Morimos a la carne sabiendo que nuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo.

Somos santos apartados para Dios, revistiéndonos de su luz. Conociendo que Cristo nos
lavó y nos colocó nuevas vestiduras. Fue él quien nos buscó y apartó para su Reino.
Reprendemos toda malicia, tentación y deseo pecaminoso que quiera apartarnos y
separarnos de la presencia de Dios. Jezabel no puede venir con su seducción a
manipularnos. Ni puede influenciar a otros para que sean piedra de tropiezo.

Día 5 Bajamos el cielo a la tierra. Traemos el reino de los cielos a nuestra casa.
Hacemos de nuestro lugar un pedazo del reino de Dios. Somos la morada del espíritu y
colocamos a Jesucristo como amo y señor de nuestro hogar, de nuestras familias y
nuestro trabajo.
Juan 14:23 NTV

Jesús contestó: —Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y
vendremos para vivir con cada uno de ellos.
Dios hace su morada en nosotros y donde habita la luz no puede estar la oscuridad.
Reprendemos todo espíritu de ocultismo, todo lo que se hace a escondidas y todo lo q se
quiere hacer adorar. Echamos fuera toda idolatría porque solo adoramos a Dios
Dios es luz y el habita en nosotros, por eso somos luz

Día 6 hágase tu voluntad. Renunciamos a hacer las cosas siempre nuestra manera y
nos sometemos a la voluntad de Dios que es buena perfecta y agradable. Renunciamos
a nuestro yo, a nuestro ego para que el espíritu de Dios gobierne en nuestras vidas.
Juan 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
Reprendemos todo espíritu de egoísmo, de envidia, de autosuficiencia, toda influencia
que pretenda estar por encima de la voluntad de Dios y que se quiera. Tomar la autoridad
por su propia mano.

Día 7 . Como es arriba es abajo. Mateo 16:19 NVI

Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el
cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
Dios nos ha dado la autoridad para prohibir y permitir. Para atar y desatar. Y lo que
hagamos en el mundo espiritual se manifestará en el mundo natural y viceversa.
Somos ciudadanos del cielo y como hijos del cielo actuamos de acuerdo a su voluntad.
Juan 17:16 NVI

Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo.

Como en el cielo fue expulsado el mal, la rebelión, la mentira, la duda, la malicia, la
división. Así nosotros expulsamos de nuestro reino a todo enviado de Satanás a toda
rebelión, división, maldad, orgullo y todo lo que se levante contra nuestra autoridad en
Cristo Jesús.
Atamos enmudecemos y encadenamos a Jezabel y a todo hombre fuerte en esta
situación. Y desatamos bendición sobre nuestras vidas
Declaramos cielos abiertos.

Día 8 verdad.

Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Seguimos el camino de verdad q es Jesucristo. Caminamos sabiendo que en él somos
libres. Conocerán la verdad y la verdad los hará libres.
Cimentamos nuestra armadura en esta verdad y la vivimos. Jesús es la verdad y Satanás
el padre de la mentira. Por eso nos colocamos bajo la autoridad de Jesús y cimentemos la
mentira bajo nuestros pies
Rechazamos toda mentira, engaño, hipocresía, falsedad. Reprendemos toda lengua que
se levante en contra nuestra y atamos y enmudecemos todo demonio de acusación y
falsedad.
Día 9 El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.

Juan 6:35 NTV

Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca volverá a tener
hambre; el que cree en mí no tendrá sed jamás.

Cristo es la voz de Dios, su palabra es el pan de vida y la espada del espíritu.

Pedimos al padre todos los días por nuestra necesidad diaria, creyendo que en Cristo
todo nos es dado.

Juan 14:13-14 NTV

Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al
Padre. Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!

Reclamamos la palabra de Dios y sus promesas.

Le recordamos a Jezabel lo que está escrito sobre ella. Que ha sido juzgada
y sentenciada por el señor y le prohibimos cualquier manifestación y retaliación.