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PANORAMA DE LAS NARRATIVAS

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

“Mientras más grande sea el lago, más delgado es el hielo” – una regla de mucha
ayuda para los patinadores de hielo que principian. Si el hielo tiene que cubrir
un área más grande, tiende a ser más delgado.
En este capítulo vamos a estar patinando sobre hielo muy delgado. Vamos a
investigar rápidamente todos los libros principales del Antiguo Testamento
consistentes principalmente en narrativas. Debido a que esta presentación es
muy amplia, debe permanecer superficial. Nuestro objetivo en este capítulo es
meramente sugerir orientaciones básicas para la investigación postrera. Más
información y puntos de vista alternativos pueden ser fundamentales en
introducciones estándares y comentarios.
La mayoría de los libros narrativos caen en grupos de familias literarias,
aunque cada libro retiene sus propios rasgos y propósitos. Cuatro familias
sobresalen:

1. La historia Mosaica (Génesis, Éxodo, Números y Deuteronomio)


2. La historia Deuteronomística (Josué, Jueces, Samuel y Reyes)
3. La historia Cronista (Crónicas, Esdras y Nehemías)
4. Otros libros (Rut, Ester y Jonás)

En esta investigación comenzaremos con algunas observaciones en cada


Cuerpo y después veremos brevemente los libros individuales.

La historia Mosaica
Las narrativas del Antiguo Testamento primero aparecieron en Historia
Mosaica (Génesis, Éxodo, Números y Deuteronomio). Los judíos y los cristianos
intérpretes tienen grandes conexiones significativas reconocidas entre estos
libros. Génesis comienza con la historia, Éxodo se construye sobre los eventos
de Génesis, Números extiende la historia más allá, y los eventos de
Deuteronomio siguen los incidentes de Números. Como tal, la historia Mosaica
se extiende desde la creación hasta la muerte de Moisés.
Sin embargo, la historia Mosaica no es un sólo trabajo unificado. Los libros
exhiben rasgos que fueron composiciones relativamente independientes.
Después de que termina Génesis con la muerte de José (Génesis 50:22-26),
Éxodo brevemente recapitula la historia de José (Éxodo 1:1-7). Éxodo cierra
con una referencia a las tribus “durante sus viajes” (Éxodo 40:38), y Números
abre en SINAB (Números 1:1). Números traza la marcha de Israel hacia la
tierra prometida y discute numerosos eventos en los planos de Moab (Números
21:10-36:13); Deuteronomio presenta los discursos Mosaicos dados en Moab y
algunos eventos siguientes a los discursos. En tanto que debemos de mantener
en mente la unidad total de la historia Mosaica, no debemos de pasar por alto
la diversidad reflejada en los libros individuales.
Los evangélicos afirman la autoridad Mosaica del Pentateuco al referirse al
testimonio Bíblico. Los intérpretes críticos hace mucho que descontaron este
punto de vista tradicional a favor de la bien documentada hipótesis (J,E,D,P).
Parece ser que Moisés hizo uso de recursos y empleó amanuenses;
Deuteronomio da evidencia de publicación póstuma. Sin embargo, no podemos
negar el papel autoritativo formativo de Moisés sin cuestionar la autoridad de
las Escrituras y las palabras de Jesús mismo.
La mayoría de los evangélicos afirma la paternidad literaria del Pentateuco,
pero rara vez aplican consistentemente este marco de referencia extrínseco
en la interpretación. En su mayoría, la interpretación está desconectada del
ministerio de Moisés. Sin embargo, en esta investigación, examinaremos cómo
cada libro encaja en los tiempos de Moisés. ¿Por qué compuso estas historias?
¿Qué mensajes les transmitió a sus lectores? Este acercamiento dará luz al
significado original de la historia Mosaica.

Génesis
El libro de Génesis registra eventos seleccionados que ocurrieron desde la
creación hasta la muerte de José. Todos estos eventos fueron antes de
Moisés. Sin embargo, la influencia de la mamá de Moisés (Éxodo 2:8-9), su
educación en la corte Egipcia (Éxodo 2:10), y la revelación especial de Dios lo
preparó a dar esta historia a Israel.
Algunos pasajes revelan actividad editorial menor. La ortografía del libro de
texto Hebreo también sugiere que el idioma del libro ha sido actualizado. Pero
no hay evidencia que indique que Génesis alcanzó su forma final después de
Moisés. Sin embargo, no podemos estar seguros precisamente cuando Moisés
compuso Génesis. El pudo haber escrito en Egipto, durante el tiempo en el
desierto o en los llanos de Moab. De hecho, el libro pudo haberse desarrollado
durante estas circunstancias. Moisés pudo haber compuesto este libro en
cualquier momento desde su llamamiento (Éxodo 3:1-4:31) hasta su muerte
(Deuteronomio 34:5) (ver figura 50).
Muchos intérpretes han sugerido que Génesis es estructurado por la fórmula
de “generaciones” (twldwt) (Génesis 2:4; 5:1; 6:9; 10:1; 11.10; 11:27; 25:12;
25:19; 36:1; 37:2). Pero esta perspectiva atribuye demasiada prominencia a las
generaciones de Ismael (Génesis 25:12-18) y a Esaú (Génesis 36:1-43), que
juega un papel menor en este libro. Parece mejor tratar estas fórmulas como
fuentes indicadoras, designaciones de género, o funciones de pasajes,
particulares. En su lugar, Génesis se divide más fácilmente en tres partes
principales:

1. Época primitiva (1:1-11:9)


2. Época de los primeros patriarcas (11:10-37:1)
3. Época de José (37:2-50:26)

Moisés escribió el libro de Génesis para enseñar a sus lectores que salir de
Egipto y poseer Canaán era el designio de Dios para Israel. Los hechos
primitivos de hacer la creación del caos hasta llegar al descanso del sabbath,
creando el mundo caído por medio de aguas de juicio, escogiendo a los
descendientes de Sem para desposeer Canaán, y derrotar la ciudad de Babel
explicó lo que Dios estaba haciendo para Israel en el éxodo desde Egipto (I).
Las vidas de Abraham, Isaac, y Jacob anticiparon el interés de Israel en su
expansión numérica, posesión de la tierra prometida, y relaciones con naciones
circunvecinas (II). La interacción de José establecieron relaciones apropiadas
entre las tribus en los días de Moisés y aseguraron a Israel de su destino en
Canaán (III). Las observaciones de Moisés acerca de las épocas pasadas
animaron a sus lectores a alejarse de Egipto y proseguir con la conquista de
Canaán con plena confianza. Las palabras finales de José revelan claramente el
propósito de Moisés: “... mas Dios os visitará, y os hará subir de esta tierra a la
tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob” (Génesis 50:24).
Este tema principal encaja bien dentro del rango entero de fechas probables
para la composición final. Si Génesis alcanzó su forma final en Egipto, Moisés
escribió para exhortar a los Israelitas a dejar Egipto por la tierra prometida.
Porque 1) Dios trabajaría por ellos como lo había hecho en la historia primitiva
(I); 2) Dios prometió a los patriarcas que bendeciría ricamente a sus
descendientes (II); 3) Dios formará las tribus de Israel en una nación y los
traerá a Canaán como lo demostró en los días de José (III).
Sin embargo, si Génesis fue escrito en el desierto o en los llanos de Moab,
Moisés animó a la gente a seguir hacia delante con relación a la conquista.
Israel podía estar confiado en la conquista porque: 1) las acciones de Dios en la
historia primitiva revelan Su plan de darles en posesión Canaán (I); 2) Dios
prometió, dirigió y protegió a los patriarcas, y Él hará lo mismo por la nación en
tanto se mueven hacia Canaán (II); 3) Dios ordenó las doce tribus en los días
de José con el fin de traerlos a la tierra (III).
El libro de Génesis reporta historia desde el principio del tiempo hasta la
muerte de José. Pero esta historia tuvo implicaciones significativas para los
lectores de Moisés. En tanto escuchaban estas historias, ellos aprendían el
significado de sus experiencias, sus responsabilidades, y sus esperanzas para
el futuro.

Éxodo
El libro de Éxodo cubre eventos desde el nacimiento de Moisés hasta la llegada
de la nación a los llanos de Moab. Se enfoca especialmente en la liberación de
Israel de Egipto bajo el liderazgo de Moisés, y el orden legal y cúltico que él
medió en el pacto del Sinaí.
El rango de datos probables para la composición final de Éxodo es muy angosto.
El texto reporta que Israel comió maná “hasta que llegaron a los límites de la
tierra de Canaán” (Éxodo 16:35, énfasis agregado). Cierra con la observación
que el pilar de nube y fuego estaba “a la vista de toda la casa de Israel, en
todas sus jornadas” (Éxodo 40:38, énfasis agregado). Estos pasajes respaldan
la fecha más temprana de composición final a los llanos de Moab.
También sabemos que Éxodo alcanzó su forma final antes de la muerte de
Moisés. Algunos pasajes pueden revelar adiciones posteriores, pero no parece
viable un marco más grande y trabajo después de la muerte de Moisés. Por lo
tanto, la fecha más razonable de composición final es poco después de la
muerte de Moisés (ver figura 50).
Éxodo se divide en tres partes básicas:

1. Liberación bajo Moisés (1:1-18:27)


2. Pacto bajo Moisés (19:1-24:18)
3. Adoración bajo Moisés (25:1-40:38)

Éxodo contiene muchos temas importantes para la audiencia original,


pero su preocupación más dominante es la autorización divina del pacto de
Moisés ordenado para la nación. Mientras que los hechos poderosos de Dios a
favor de Su pueblo se repiten por todo el libro, no debemos de pasar por alto
el papel central que juega el liderazgo de Moisés. La liberación milagrosa de
Moisés como niño, su preocupación por sus compañeros Israelitas, su llamado
de Dios, los milagros en Egipto, y las maravillas que realizó en el desierto
demostraron que Dios había establecido a Moisés como el líder de Israel (I).
La autorización de Moisés también se extendió a la Ley que él medió a la
nación. La ley tenía un origen divino, y únicamente a Moisés se le había
permitido entrar a la presencia santa en el Sinaí para recibirla (II). De igual
manera, el tabernáculo no era invento de Moisés; él recibió instrucciones de la
adoración de Dios mismo en el monte (III).
De muchas maneras Éxodo explica y aprueba el ministerio de Moisés de forma
muy parecida en que los Evangelios apoyan el trabajo de Cristo. En su primer
encuentro como adulto con un Israelita, se le hizo a Moisés una pregunta vital:
“¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros?” (Éxodo 2:14). El
libro de Éxodo contesta que Dios ordenó a Moisés como líder de Israel.
La inquietud de la autoridad de Moisés encaja bien con el tiempo de la
composición final. Los Israelitas frecuentemente cuestionaron el liderazgo de
Moisés (Éxodo 5:19-21; 14:10-12; 16:1-3; 32:1; Números 12:1-16). Su liderazgo
se encontró con quejas y rebelión, su nuevo orden parecía duro y con ataduras,
y tanto las leyes sociales como cúlticas fueron violadas incluso en tanto eran
dadas.
En respuesta a las preguntas que se levantaban en contra de su ministerio,
Moisés escribió Éxodo como una defensa de su liderazgo. El libro demostró que
Moisés había sacado a Israel de Egipto bajo dirección divina (I), que la Ley
Mosaica era de Dios mismo y debía de ser estrictamente observada (II), y que
las regulaciones de Moisés de la adoración del tabernáculo descansaban sobre
la autorización divina (III).
El libro de Éxodo cubre muchos eventos desde las penalidades de la esclavitud
hasta los viajes de Israel a las fronteras de Canaán. La autoridad de Moisés
era un asunto vital en tanto se acercaba a la muerte y la gente se preparaba
para entrar a la tierra prometida. Éxodo se enfocó especialmente en el
liderazgo de Moisés y legitimó todo lo que había hecho bajo la dirección de
Dios.

Números
El libro de Números se enfoca en los eventos que ocurrieron en tanto Israel se
avanzaba del Sinaí a los llanos de Moab. Trata de sus viajes en varias etapas y
reporta tiempos de obediencia que guiaba a bendiciones, y tiempos de rebelión
que guiaba a juicio.
La composición final de Números ocurrió en los llanos de Moab. Con excepación
de algunos versículos, hay muy poca evidencia de edición después de la muerte
de Moisés. Los últimos eventos históricos registrados en el libro sitúan las
tribus en Moab “frente a Jericó” (Números 22:1; 26:3; 26:63; 31:12; 33:48,
50; 34:15; 35:1; 36:13). Repetidas referencias a Jericó sugieren que el libro
pudo haber sido escrito al final de la vida de Moisés en tanto Israel miraba
hacia delante a la conquista de la tierra (ver figura 50).
El libro de Números se divide en tres secciones principales:

1. Constituyendo el primer ejército (1:1-10:10)


2. Fracasos en la marcha (10:11-25:18)
3. Constituyendo el segundo ejército (26:1-36:13)

Moisés compuso el libro de Números para llamar a la segunda generación


de Israel a las armas como el ejército santo de Dios. El libro comienza con la
formación del ejército de la primera generación y las regulaciones de santidad
que debe observar (I). Después se mueve a la marcha de la primera generación
de Sinaí a los llanos de Moab. A lo largo del camino, el ejército se rebela y se
desanima. Dios protege a Su pueblo pero ultimadamente rechaza a la primera
generación (II). La sección principal describe la constitución de la siguiente
generación en un ejército santo. La nueva generación es organizada, probada y
se le dan regulaciones (III).
Números habló directamente a las necesidades de la audiencia original. Estas
historias hicieron un llamado a Israel, en los llanos de Moab, para verse a ellos
mismos como el ejército santo de Dios. Ellos se enfocaron en 1) qué tan
maravillosamente había formado Dios a la primera generación en un ejército
santo (I); 2) las bendiciones de Dios en el primer ejército, sus fracasos, y la
corrección de Dios (II); y 3) la reorganización misericordiosa de la segunda
generación en un poderoso ejército con instrucciones para la guerra y vivir en
la tierra después de la victoria (III).
El libro de Números enseñó a la audiencia de Moisés que Dios los había llamado
a ser un ejército santo. La primera generación falló en su marcha. Pronto la
gente de la segunda generación tenía que marchar hacia adelante a Canaán.
¿Qué harían ellos?

Deuteronomio
Deuteronomio reporta una secuencia breve de eventos que se llevaron a cabo
en los llanos de Moab. Se enfoca en la despedida de Moisés a la nación y en la
transferencia de autoridad a Josué, y cierra con la muerte de Moisés. Dentro
de este pequeño escenario histórico, los discursos de Moisés reflejan la
historia de todo el Éxodo y anticipa los eventos en la tierra prometida.
El tiempo de la composición final de Deuteronomio es difícil de establecer. La
mayoría del libro vino de Moisés mismo; allí no hay razón para dudar de su papel
como el autor substancial del libro. Sin embargo el libro mismo sugiere que
Deuteronomio alcanzó su forma final poco después de Moisés. La evidencia más
fuerte para este punto de vista es el registro de la muerte de Moisés
(Deuteronomio 34:1-12). Este registro substancial no es adición editorial menor
sino forma un marco interpretativo para el libro completo. Deuteronomio
presenta las instrucciones Mosaicas a una audiencia después de su muerte.
Las afinidades de Deuteronomio con los tratados internacionales del segundo
milenio sugieren que Deuteronomio alcanzó su forma final en los días de Josué.
Deuteronomio se enfoca en Josué como el cumplidor fiel de la Ley Mosaica
(Deuteronomio 1:38; 31:7-8; 34:9), y tiene que ver con la necesidad de la nación
de apropiarse del libro al entrar a Canaán (Deuteronomio 11:29-32). Un pasaje
largo contiene instrucciones detalladas de cómo el pacto Mosaico tenía que ser
renovado en el Monte Ebal y Gerizim (Deuteronomio 27:1-26). Como lo reporta
el libro de Josué, estas directivas eran guardadas de manera meticulosa
(Josué 8:30-35). Parece ser que el libro tomó su forma final por lo menos en el
tiempo de esta renovación del pacto bajo Josué (ver figura 50).
Deuteronomio consiste de varios discursos principales de Moisés y un registro
de los eventos finales de su vida. Estos materiales fueron arreglados en una
estructura tópica que hacían paralelo bruscamente al orden de los tratados de
pacto del antiguo Cercano Oriente.

I. Preámbulo (1:1-4) Primer Discurso (1:5-4:43)


II. Prólogo Histórico (1:5-4:43) Segundo Discurso (4:44-28:68)
III. Estipulaciones
IV. Bendiciones, Maldiciones y
Ratificaciones (27:1-30:20) Tercer Discurso (29:1-30:20)
V. Sucesión (31:1-34:12)

El libro describe los eventos en los tiempos de Moisés para guiar a la


nación en la renovación del pacto bajo Josué. Establece los orígenes de la
relación de pacto (I); ensaya el antecedente histórico de la misericordia de
Dios (II); bosqueja las expectativas de la vida de pacto (III); presenta
bendiciones, maldiciones y ratificaciones del pacto (IV); proporciona la
continuación de la administración del pacto (V).
En tanto que la nación se movía hacia la tierra de Canaán, enfrentó
muchas dificultades y tentaciones. Deuteronomio puso en ella la necesidad de
recordar: 1) al Dios que había establecido un pacto con ella por medio de
Moisés (I); 2) lo que Dios había hecho por ellos a través de la historia (II); 3)
Sus requisitos para la vida (III); 4) las bendiciones, maldiciones, y ratificación
De la relación de pacto (IV); y 5) la necesidad de seguir a Josué como ellider
de la nación del pacto (V). De esta manera Deuteronomio habló directamente a
las necesidades de la audiencia original.
La historia Mosaica forma el primer cuerpo de materiales narrativos en la
Escritura. Trata de asuntos que abordaban las necesidades de Israel en las
primeras décadas de su vida como nación. Explicaba y justificaba el programa
de éxodo (Génesis), estableció la autoridad de Moisés y la legitimidad de su
orden nacional (Éxodo), dirigió a la nación a moverse hacia delante como un
ejército santo (Números), y enseñó la necesidad para mantenerse fieles al
pacto en la tierra (Deuteronomio). La historia Mosaica formó un documento
fundamental para todas las historias que Dios daría a Su pueblo en el futuro.

LA HISTORIA DEUTERONOMÍSTICA
La segunda división mayor del Canon Hebreo tradicional son los profetas
(nby`ym). El material profético se divide en dos grupos: los “profetas
anteriores”, (Josué, Jueces, Samuel, Reyes) y los restantes o “últimos
profetas”. Hasta este punto investigaremos los profetas anteriores, o Historia
Deuteronomística, como ha sido llamada en los años recientes. Esta división del
Canon da una evaluación profética a la historia de Israel desde la conquista de
Canaán al exilio en Babilonia.
Las aproximaciones críticas a la paternidad literaria de los profetas
anteriores han tomado muchas direcciones, pero dos perspectivas han
dominado el campo. Por un lado, intérpretes críticos más grandes continuaron
la investigación de las fuentes documentales del Pentateuco en algunos de
estos libros. Sin embargo, aunque global, este aproximamiento no ha recibido
gran apoyo.
Por otro lado, Martin Noth propuso un punto de vista que ha ganado gran
Aceptación. El argumentaba que la forma final desde Deuteronomio hasta
Reyes, excluyendo a Rut, era el trabajo de un editor exílico a quien él llamó el
Deuteronomista. Noth reconoció que los libros individuales en esta historia
eran diferentes uno de otro. Él explicó estas diferencias en estilo y contenido
como variaciones en las fuentes en las que confiaba el Deuteronomista. Lo que
es más, desde la perspectiva de Noth una perspectiva teológica principal
corría por todos estos libros; que Israel había violado las leyes de
Deuteronomio a tal grado que la nación había sido condenada al exilio
justamente.
En tanto que von Rad estaba de acuerdo que estos libros reflejan una
unidad básica, modificó la valoración negativa de Norh del propósito de la
historia. Él se enfocó en la esperanza mesiánica, especialmente en Samuel y
Reyes, y argumentó que el Deuteronomista enfatizó esperanza para la
continuación del linaje de David. A pesar del pecado y juicio, la promesa
Davídica no se perdió.
En años recientes la tendencia ha sido en dar a ambos temas igualdad en
fundamento. Cross argumenta que el juicio y la esperanza reflejan diferentes
nieveles de redacción. La esperanza positiva en la línea Davídica proviene de un
editor (Dtr1) que escribió durante la época de las reformas de Josías (2 Reyes
22:1-23:30). El tema negativo de condenación fue agregado por un editor
exílico (Dtr2).
Wolf se acerca a los elementos negativo y positivo de la historia en una
manera más útil. En su perspectiva la justicia del exilio y la esperanza en la
línea Davídica encuentra una conexión en el tema de arrepentimiento. Si los
exilios pudieran hacer arrepentir a la gente completamente de sus violaciones
del pacto, entonces su regreso del exilio ocurriría.
Los evangelistas modernos han tomado diferentes posturas de la fecha y el
propósito de los profetas anteriores. Dos asuntos han sido de particular
preocupación: el lugar de Deuteronomio y la unidad de la historia.

El lugar de Deuteronomio
Los intérpretes críticos típicamente tratan la forma final de Deuteronomio
como una parte de la Historia Deuteronomística. Como ya hemos visto, los
evangélicos afirman la paternidad literaria de Deuteronomio fundamentalmente
a Moisés, dejando fuera toda fecha posterior del libro.
Aún así, no se puede negar que Deuteronomio jugó un papel importante en los
libros de Josué a Reyes, aunque la Historia Deuteronomística se apoyaba en
otros libros del Pentateuco también. La terminología teológica, las estructuras
de pacto, y muchos otros motivos teológicos provienen principalmente de
Deuteronomio. Desde esta perspectiva Deuteronomio sirvió para la doble
función de cerrar la Historia Mosáica y proporcional un fundamente teológico
para la Historia Deuteronomística.
La Unidad de la Historia
Una segunda preocupación principal ha sido las características distintivas de
cada libro. A pesar de sus intentos para demostrar lo contrario, los conceptos
de Noth de una edición exílica de la historia tendió a minimizar las diferencias
entre los libros. Sin embargo, como veremos, Josué, Jueces, Samuel y Reyes
reflejan diversidad significativa. Para entender estos libros apropiadamente,
debemos de tratar con ellos individualmente.
A la luz de la evidencia de diversidad y unidad entre estos libros, parece
mejor asumir que la Historia Deuteronomística representa el trabajo de
diferentes escritores dentro de una sola familia teológica. La armonía de la
historia proviene principalmente de su dependencia extensiva en Deuteronomio.
Sin embargo, los libros reflejan perspectivas diferentes que surgieron de la
diversidad de situaciones que cada escritor abordó.

Josué
El libro de Josué reporta los eventos de la conquista inicial de Israel de
Canaán: la división de la tierra, los primeros días en Canaán, y la muerte de
Josué. El hecho que muchos pasajes tienen rasgos de reportes de testigos
oculares (Josué 2:21; 5:1, 6; 7:21; 8:26; 14:6-12; 15:16-19; 17:14-18) indica que
porciones del libro fueron escritas cerca o durante esta época. Se dice que
Rahab vivió “entre los Israelitas hasta hoy” (Josué 6:25). La ciudad de Sidón
fue reportada como la ciudad principal de Fenicia (Josué 19:28). Los jebuseos
todavía ocuparon Jerusalén (Josué 15:8; ver 2 Samuel 5:6ff), y los gabaonitas
fueron siervos en el santuario (Josué 9:27; ver 2 Samuel 21:1-6). Pero a la luz
de otras porciones del libro, estas referencias parecen reflejar fuentes
usadas por el recopilador final.
Un número de pasajes indica que la fecha de composición final fue mucho
después que la mayoría de los eventos en el libro. En varias ocasiones el
escritor pensó necesario dar los equivalentes modernos para nombres de los
lugares antiguos (Josué 15:9, 49, 54). Varios incidentes nombrados en el libro
ocurrieron después de la época de Josué. Por ejemplo, el escritor menciona la
conquista de Hebrón por Caleb (Josué 15:13; Jueces 1:8-10), de Debir por
Otoniel (Josué 15:15-17; Jueces 1:11-13) y la migración de los Danitas al
extremo norte de Israel (Josué 19:47; Jueces 18:27-29). El último capítulo
registra la muerte de Josué (24:29-30) y Eleazar (Josué 24:33). El libro
incluso da una evaluación retrospectiva acerca de los ancianos que
sobrevivieron a Josué (Josué 24:31). A la luz de estas evidencias, podemos
concluir que el libro de Josué llegó a su forma final no antes de una o dos
generaciones después de la muerte de Josué.
La mejor indicación de la última fecha probable se encuentra en el libro de
Reyes. Primero de Reyes 16:34 alude a la maldición de Josué a cualquiera que
reconstruyera Jericó (Josué 6:26). El libro de Reyes puede ser fechado entre
la liberación de Joaquín (561 A.C.) y el edicto de Ciro (538 A.C.).
consecuentemente, la última fecha más probable para la composición final de
Josué es durante el exilio (ver figura 51).
Josué se divide en tres partes princiales.

I. Conquista de la tierra (1:1-12:24)


II. Herencia de la tierra (13:1-22:34)
III. Vida de Pacto en la tierra (23:1-24:33)

El libro de Josué se enfoca en los días de la conquista para enseñar a sus


lectores cómo vivir en la tierra que Dios les ha dado. Los éxitos y fracasos
de la guerra de Josué demostraron cómo tenía que continuar peleando
Israel por la tierra (I). El establecimiento de distribución de la tierra y las
relaciones entre las tribus enseñó a Israel cómo manejar la herencia de la
tierra (II). La renovación de la ceremonia del pacto al final de la vida de
Josué mostró la necesidad de vivid en fidelidad ante Dios al comprometerse
con el pacto (III).
Estos motivos principales encajan bien dentro del rango de fechas para la
composición final. Si el libro fue escrito antes de la monarquía, exhortaba a la
audiencia: 1) a continuar la guerra santa como Josué lo había hecho (I); 2) a
respetar las posesiones de las tribus así como la unidad (II); 3) y a continuar la
renovación del pacto y la fidelidad (III).
Si el libro fue compuesto finalmente en el exilio, 1) ofrecía a los exiliados la
esperanza de victoria sobre sus enemigos (I); 2) les recordaba de su herencia
nacional en la tierra prometida (II); 3) y los llamaba a hacer una renovación del
pacto y de fidelidad (III).
El libro de Josué da un vistazo a los días cuando Israel tomó por primera
vez la tierra para enseñarles acerca de sus propios tiempos, bosquejando las
maneras de obtener la victoria, seguridad y fidelidad al pacto en la tierra de
Canaán.

Jueces
El libro de Jueces reporta eventos entre la conquista y el surgimiento de la
monarquía en Israel. Como en Josué, un número de pasajes fueron escritos muy
cerca de los eventos que se reportan. Se dice que los jebuseos vivían en
Jerusalén “hasta hoy” (Jueces 1:21); se trata a Sidón como la ciudad principal
de Fenicia (Jueces 18:28). Estos pasajes probablemente reflejan fuentes
usadas por el recopilador final.
Varios pasajes indican que la fecha más remota para la composición final es el
período monárquico. Cuatro veces contrasta el escritor sus propios días con los
eventos históricos del libro diciendo, “En aquellos días no había rey en
Israel” (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). Jueces 18:30 puede sugerir que el
exilio de Israel había ocurrido. Pero la expresión “el día del cautiverio de la
tierra” (h´rs)” (Jueces 18:30), puede ser una corrupción de “hasta el día del
cautiverio del arca (h´rwn). La evidencia de este versículo es incierto, pero por
lo menos apunta a los primeros años de monarquía en Israel (1 Samuel 4:1b-11).
Algunas claves sugieren la última fecha probable para Jueces. El libro de
Samuel retoma la secuencia histórica de Jueces. De hecho, modela el registro
del nacimiento de Samuel después del nacimiento de Sansón. Esta evidencia
sugiere que Jueces fue escrito por lo menos por el tiempo que Samuel fue
compuesto finalmente. El carácter promonárquico del libro puede sugerir una
fecha anterior a los grandes fracasos del reinado en Israel, pero la nación puso
grandes esperanzas en sus reyes aún después de que David y sus descendientes
les trajeron problemas. La presencia aparente de los reyes en los días del
escritor (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25) puede sugerir que la composición final
ocurrió antes del exilio. Pero el mantenimiento de esperanzas reales durante el
exilio pudo explicar estos pasajes también. En tanto que un tiempo anterior a la
monarquía parece más probable, no podemos desechar la posibilidad de una
fecha posterior (ver figura 51).
El libro presenta su material en tres secciones principales:

I. Vacilación en la conquista (1:1-2:4)


II. Ciclos bajo los Jueces (2:5-16:31)
III. Anarquía bajo los Levitas (17:1-21:25)

El libro de Jueces es una apologética para la monarquía de Israel. ¿Por qué


necesita Israel un rey piadoso? El libro da tres respuestas: sin un rey las
tribus vacilan en la conquista (I); el oficio de juez puede traer únicamente
alivio esporádico de los ciclos de apostasía (II); y cuando no había rey, los
Levitas fallaban en proporcionar estabilidad en el culto y la vida social de
Israel (III).
Estos temas prominentes encajan bien dentro del rango para la composición
final. Si Jueces fue escrito desde el tiempo en que David subió al poder,
hablaba de la necesidad de un líder de Judá que guiara a la gente a la batalla
(I), un rey que proporcionara paz y seguridad (II), y un rey que reforzara los
estándares cúlticos y sociales de la Ley Mosaica (III).
Si el libro fue compuesto finalmente durante el exilio, instruía a la gente de su
necesidad de un rey Davídico que guiara a la gente (I), la insuficiencia de
regresar al liderazgo de tribus que se llevaba antes de la monarquía (II), la
necesidad de un rey Davídico nuevo que guardara a Israel de caer en la
anarquía cúltica y social (III).
El libro de Jueces cubre un período oscuro en la historia de Israel.
Fracasos y problemas aparecen en casi cada página. El escritor reportó estas
dificultades para demostrar la necesidad de un rey piadoso. Desde los
primeros días de David hasta los últimos días del exilio este mensaje habló
directamente a las experiencias del pueblo de Dios.

Samuel
El libro de Samuel dice los eventos en la historia de Israel desde el período de
los jueces hasta los últimos años de David, usando un número de fuentes que
fueron cercanas a los eventos mismos. Los intérpretes críticos han
reconstruido muchas fuentes hipotéticas. La probabilidad de estas
reconstrucciones varían, pero podemos estar seguros que muchos registros
proféticos y reales pudieron haber estado accesibles al escritor.
La fecha probable más remota para la composición final se basa en dos
consideraciones principales. El libro habla de los días de problemas en la casa
de David (2 Samuel 11-20). También echa un vistazo a las “últimas palabras” de
David (2 Samuel 23:1). Samuel no pudo haber sido escrito antes de estos
eventos. La fecha más remota se remonta más allá por el comentario de que
“Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy” (1 Samuel 27:6, énfasis
agregado). Este pasaje sugiere que la composición final ocurrió por lo menos
después de la división de la nación.
La última fecha probable para la composición final depende principalmente de
evidencias de otros libros. Por ejemplo, el Cronista usó Samuel como uno de sus
principales recursos. Su dependencia en el libro sugiere que Samuel alcanzó su
forma final antes de o durante del exilio. Sin embargo, lo que es más, el libro
de Reyes también depende de Samuel. Por ejemplo, tomó la historia de la
monarquía de Israel donde Samuel la dejó (2 Samuel 23:1-7; 1 Reyes 1:1).
También se refirió al cumplimiento de la promesa dada en Samuel (1 Reyes
2:27; ver 1 Samuel 2:27-36). Ya que sabemos que Reyes fue escrito durante los
últimos años del exilio, podemos poner esta fecha como un parámetro para la
última fecha probable de composición final para Samuel también (ver figura
51).
El libro de Samuel se puede bosquejar como sigue:

I. Fundamento del reino (1 Samuel 1:1-7:17)


II. El reino de Saúl (1 Samuel 8:1-15:35)
III. El reino de David (1 Samuel 16:1- 2 Samuel 8:18)
IV. El futuro del reino (2 Samuel 21:1-24:25)

El centro de este libro es el tema que Israel debe esperar en el linaje


Davídico, a pesar del problema causado por las faltas de David. La bendición de
Dios sobre Samuel estableció la legitimidad de la línea de David porque él ungió
a David como rey (I). Saúl y su familia rindieron la realeza porque se alejaron
de Dios (II). Dios bendijo a David en tanto que permanecía fiel pero lo maldijo
con problemas cuando falló (III). Sin embargo, los últimos capítulos
demostraron que la casa de David era todavía la dinastía legítima en la que
Israel debería poner su esperanza por todas las generaciones (IV).
En la monarquía dividida, estos temas debieron haber hablado directamente a
las necesidades de la nación. La familia de David había sido la causa principal de
la división de Israel (1 Reyes 11:9-13) y había guiado a la gente extraviada
muchas veces. Sin embargo, a pesar de estas faltas, la línea Davídica todavía
era la dinastía legítima porque: 1) Samuel la estableció (I); 2) el reinado de
Saúl fue rechazado (II); 3) la casa de David fue fundada como la dinastía
permanente de Israel (III); 4) Dios eligió la casa de David para beneficia a la
nación de muchas formas (IV). En un período cuando las objeciones fuerte se
pudieron haber levantado en contra de la casa de David, este libro habló de un
sobrio pero desesperado mensaje de esperanza.
En el exilio, los mismos temas debieron haber hablado de la necesidad de
mantener la esperanza en la línea de David. A pesar del hecho que culpaba a la
casa de David por el exilio (2 Reyes 21:10-15), la esperanza de la nación estaba
todavía en la simiente de David que se levantaría y dirigiría el reino a su
gloriosa restauración.

Reyes
El libro de Reyes trata con la historia de Israel desde la muerte de David a la
liberación de Joaquín de la prisión en Babilonia. En muchas ocasiones el
escritor se refiere explícitamente a los recursos específicos que vienen desde
los días de los eventos mismos. El menciona “el libro de los hechos de Salomón”
(1 Reyes 11:41), “las crónicas de los reyes de Judá” (1 Reyes 14:29; 15:7, 23), y
“el libro de las historias de los reyes de Israel” (1 Reyes 14:19; 15:31). En
algunas ocasiones el escritor mencionó la fórmula “hasta hoy” para referirse al
tiempo de su fuente de material, pero ocasionalmente tenía en perspectiva sus
propios días.
El rango de agentes extrínsecos para este libro es relativamente angosto. La
fecha más remota probable para la composición final es la liberación de
Joaquín (2 Reyes 25:27-30) (561/2 A.C.). La expresión “todos los días de su
vida” (2 Reyes 25:29) es ambigua. Puede o no puede indicar que Joaquín estaba
muerto en el tiempo de composición. Debido a que el escritor de Reyes no
mencionó a Ciro, la última fecha probable es justamente antes del edicto de
Ciro (538 A.C.) cuando los Israelitas recibieron permiso de regresar a la tierra
(ver figura 51).
El bosquejo de Reyes es directo:
I. Fracaso y esperanza en los años de Salomón (1 Reyes 1:1-12:24)
II. Fracaso y esperanza en los años divididos (1 Reyes 12:25-2 Reyes 17:41)
III. Fracaso y esperanza en los años finales de Judá (2 Reyes 18:1-27:30)

El libro de Reyes demostró que la nación merecía el exilio, pero la restauración


era posible a través del arrepentimiento completo. El escritor comunicó su
mensaje al enfocarse en la gloria de Salomón cuando fue fiel y en la división y
ruina que su rebelión trajo a la nación (I). Luego él se dirige a los ejemplos de
fidelidad y apostasía en el período dividido, enfatizando especialmente el
fracaso de Israel y la justicia de su exilio (II). Finalmente, se dirige a la
desobediencia que guió a Judá al exilio y cerró con un rayo de esperanza en la
liberación de Joaquín (III).
Si Reyes fue escrito antes de la muerte de Joaquín, animaba a la gente a
comprometerse ellos mismos a un arrepentimiento completo porque: cuando
Salomón sirvió a Dios, su reino fue glorioso, pero su sincretismo trajo
maldiciones al reino (I); en el reino dividido la obediencia trajo ricas
bendiciones; pero la infidelidad resultó en maldiciones y exilio (II); y en el
reino de Judá restante, el mismo principio de bendición y maldición se aplicó
(III). La liberación de Joaquín fue tomada como una señal de que las
bendiciones pudieran estar viniendo. Quizá ahora Dios removería la maldición si
la gente se arrepentía.
Si el libro de Reyes fue escrito después de la muerte de Joaquín, se dirigió a
los desengaños que surgieron con su fallecimiento. Demostró que Dios fue justo
en guardar a Su pueblo en el exilio y que el retorno dependía de un
arrepentimiento completo y fe.
La historia Deuteronomística representa el segundo cuerpo principal de
narrativas del Antiguo Testamento. Sus libros varios tomaron la ley Mosaica,
especialmente Deuteronomio, y evaluaron diferentes segmentos de la historia
de Israel desde la conquista hasta la liberación de Joaquín en Babilonia.
Tomados juntos estos libros forman una perspectiva con conexión. Sin
embargo, no debemos de perder de vista la perspectiva única que presentaba
cada libro. Enseñaban lineamientos básicos para vivir en la tierra prometida
(Josué), la necesidad de un rey (Jueces), la continuación legítima de la línea
Davídica (Samuel), y la causa y remedio del exilio (Reyes).

La historia Cronística
La historia Cronística, la tercera familia principal de las narrativas del Antiguo
Testamento, consiste en Crónicas, Esdras, y Nehemías. Estos libros aparecen
en la Septuaginta y nuestras Biblias en Inglés inmediatamente después de los
libros de Reyes. Sin embargo, en el canon Hebreo, aparecen en diferente orden
(Esdras, Nehemías, Crónicas) al final de “los escritos” (ktbym).
Las tradiciones judías asignan al escriba Esdras un papel dominante en la
paternidad literaria de todos estos tres libros. Los intérpretes y críticos han
interactuado con esta perspectiva tradicional de diferentes maneras. La
posibilidad de que Esdras estuvo involucrado con la composición final de este
material no puede reinar enteramente, pero hay poca evidencia positiva. De
hecho las memorias de Esdras (Esdras 7:1-10:44) son autobiográficas, pero
estas secciones pudieron ser simplemente una de muchas fuentes.
A parte de la pregunta del involucramiento de Esdras, la suposición con que
trabajan la mayoría de los intérpretes en siglos recientes ha sido que una sola
persona fue responsable de la composición final de todos los tres libros.
Similar al concepto de Noth del Deuteronomista, se suponía que “el Cronista”
compuso Crónicas, Esdras y Nehemías.
No es de asombrarse que los intérpretes han sido propensos en ver una misma
mano detrás de esta historia. Los libros tienen interconexiones significativas.
Por ejemplo, Esdras duplica y elabora en los registros del Edicto de Ciro en
Crónicas (2 Crónicas 36:22-23; Esdras 1:1-4). Todos los libros fueron escritos
en Palestina dentro de un espacio de tiempo muy corto. Ellos comparten un
profundo interés en el templo y la pureza del pueblo de Dios. Los libros
exhiben un grado significativo de unidad. Aunque esta unidad no debe
obscurecer sus diferencias.
En su mayoría, la investigación reciente continúa en apuntar a la unidad original
de Esdras y Nehemías. Algunos intérpretes han argüido que Esdras y Nehemías
fueron libros separados originalmente, pero la mayoría estaría de acuerdo con
Williamson que “hay una buena razón para acercarse a Esdras y Nehemías como
dos partes de un solo trabajo”.
Sin embargo, al mismo tiempo, estudios recientes han tendido a hacer una cuña
entre Crónicas y Esdras-Nehemías. Un número de diferencias ideológicas
sugieren fuertemente que vinieron de diferentes autores. Por ejemplo, el libro
de Crónicas enfatiza la doctrina de retribución divina y el pacto Davídico;
estos temas están grandemente ausentes en Esdras-Nehemías. El libro de
Crónicas es más conciliador hacia los del norte que Esdras-Nehemías. Crónicas
sustenta la esperanza para la reunificación del Norte y Sur; Esdras-Nehemías
no tiene lugar para la participación de los del norte. Sin embargo, la diferencia
más impresionante, es el tratamiento de las esposas extranjeras de Salomón.
Crónicas omite 1 de Reyes 11:9-13), donde la división del reino se atribuye a los
matrimonios mixtos de Salomón. Esta omisión es notable a la luz de los
problemas con matrimonios mixtos durante y después de los ministerios de
Esdras y Nehemías (Esdras 10:1-44). Lo que es más, Nehemías 13:26
desacredita explícitamente a Salomón debido a su matrimonios mixtos. Estas
diferencias ideológicas ofrecen fuertes evidencias para suponer una
paternidad literaria separada para Crónicas y Esdras-Nehemías.
En muchos aspectos la Historia Cronística exhibe unidad y diversidad similar a
la de la Historia Deuteronomística. Las similitudes nos permiten hablar de un
cuerpo Cronístico, una familia de libros que se sustentan uno en el otro y
representan puntos de vista similares. Pero Crónicas y Esdras-Nehemías
fueron probablemente trabajos separados que trataban diferentes asuntos.

Crónicas
Crónicas cubre una rango amplio de historia comenzando con Adán (1 Crónicas
1:1) y terminando con el Edicto de Ciro (2 Crónicas 36:22-23). El Cronista
examinó rápidamente los eventos anteriores a David a manera de genealogías,
listas, y pequeñas narraciones (1 Crónicas 1:1-9:44) pero trató con la historia
desde David hasta el Edicto de Ciro en gran detalle.
El Cronista usó muchos recursos, principalmente Samuel y Reyes. Aún se
refirió a un número de otros recursos.
- porciones del Pentateuco, Jueces, Rut, Salmos, Isaías, Jeremías y
Zacarías;
- varias fuentes reales desconocidas: “el registro de las crónicas del Rey
David” (1 Crónicas 27:24), “el libro de los reyes” (2Crónicas 24:27), “el libro de
los reyes de Israel” (1 Crónicas 9:1; 2 Crónicas 20:34), “el libro de los reyes de
Israel y de Judá” (2 Crónicas 27:7; 35:27; 36:8);
- varias fuentes proféticas: los escritos de Samuel (1 Crónicas 29:29), Natán (1
Crónicas 29:29; 2 Crónicas 9:29), Gad (1 Crónicas 29:29), Ahías (2 Crónicas
9:29), Iddo (2 Crónicas 9:29; 12:15; 13:22), Semanas (2 Crónicas 12:15), Isaías
(2 Crónicas 26:22), y “videntes” anónimos (2 Crónicas 33:19);
otras fuentes no especificadas.

La posible fecha más remota para la composición final de Crónicas es difícil de


determinar. El Edicto de Ciro es el último evento registrado. Pero, ¿qué tan
pronto después del edicto escribió el Cronista? En años recientes un número
creciente de intérpretes han argumentado una fecha anterior cercana al
esfuerzo de Zorobabel de reconstruir el templo (c.520-515). Fechar
tempranamente encuentra varios problemas. Por ejemplo, la genealogía real en
1 Crónicas 3:17-24 parece extenderse por lo menos dos generaciones más allá
de Zorobabel. Sin embargo, como hemos visto, la posibilidad de expansión
editorial en este pasaje no puede ser desechada.
Varias consideraciones apuntan positivamente a una fecha Zorobabeliana.
Primero, la omisión de los matrimonios mixtos de Salomón (1 Reyes 11:9-13)
sugiere que el libro fue escrito antes de los problemas del crecimiento del
sincretismo en la comunidad post-exílica. Segundo, el cierre del libro describe
a Ciro explícitamente diciendo que Dios lo había designado “para edificarle
casa en Jerusalén, que está en Judá” (2 Crónicas 36:23), un tema vital para los
primeros esfuerzos de reconstrucción. Tercero, el Cronista combinó interese
programados en el reino y el templo de una manera apropiada para los días de
Zorobabel. Por medios de su registro las bendiciones de Israel dependían en
tener al rey Davídico y el templo de Jerusalén en el orden apropiado. Estos
motivos encajaron perfectamente en los días antes que Zorobabel se hubiera
desvanecido de la escena. Por estas razones asignaremos la más remota fecha
posible para la composición final a la época de la reconstrucción del templo.
La última fecha es muy difícil de determinar. La falta de influencias
Helenísticas sugiere que el libro fue compuesto antes de los años obscuros del
período intertestamentario. Si la genealogía completa de 1 Crónicas 3:17-24 se
acepta como original, sugiere una fecha alrededor del 400 A.C. Por lo tanto,
pondremos el límite de los agentes extrínsecos más probables al principio del
siglo cuarto (ver figura 52).
El Cronista escribió su historia para dirigir la restauración del reino durante el
período post-exílico. Su registro se divide en cuatro partes principales:

I. Genealogías del pueblo de Dios (1 Crónicas 1:1-9:44)


II. Reino unido (1 Crónicas 10:1-2 Crónicas 9:31)
III. Reino dividido (2 Crónicas 10:1-28:26)
IV. Reino re-unido (2 Crónicas 29:1-36:23)

El Cronista comienza su historia con un registro del pueblo que pertenecía a la


nación restaurada, trazando el antecedente de Israel y el entendimiento de
todas las tribus y las familias entre los primeros que retornaron (I). Después,
presenta un registro idealizado de los reinos de David y Salomón, que rigieron
sobre todas las tribus y se dedicaron ellos mismos a la construcción del templo
(II). El Cronista continuó mostrando cómo la prosperidad y los problemas de
Judá dependieron de la confianza de la nación en Dios, obediencia y
compromiso al templo (III). Finalmente, trazó el reino re-unido bajo Exequias
en tanto que se dirigía hacia el exilio y finalmente regresó a la tierra de Israel
(IV).
Si Crónicas fue escrito en los días de Zorobabel, presentó un caso convincente
para el programa de reconstrucción: 1) todas la tribus, especialmente el rey y
los sacerdotes, debían estar en orden apropiado en la comunidad post-exílica
(I); 2) los reinos ideales de David y Salomón fueron modelos para el nuevo
reino (II); 3) los efectos de descuidar o servir al templo en el reino de Judá
nunca debería de ser olvidados (III); 4) el remanente del reino re-unido (2
Crónicas 36:20) debe de continuar en devoción al nuevo programa del templo
(IV).
Si el libro fue escrito durante o después de los ministerios de Esdras y
Nehemías, demostró la necesidad de continuar el programa de restauración
comenzado por Zorobabel y más adelante por Esdras y Nehemías: 1) el orden
antiguo de la gente debe de observarse (I); 2) las dimensiones ideales de la
monarquía debe de imitarse (II); 3) la gente deben de evadir los fracasos del
período dividido (III); 4) los que regresaban deberían de continuar con el
programa de restauración (IV). Únicamente por estos medios la comunidad
post-exílica podía esperar recibir las bendiciones de Dios.

Esdras-Nehemías
El libro de Esdras-Nehemías trata con los eventos desde el Edicto de Ciro
hasta los ministerios de Esdras y Nehemías. Reporta el primer regreso y
construcción del templo bajo Zorobabel y da un registro de reformas y
proyectos de construcción años después bajo Esdras y Nehemías.
Varias fuentes de los libros vienen desde el tiempo de los eventos. Las
memorias de Esdras y Nehemías provienen del período. Los documentos tales
como el Edicto de Ciro (Esdras 6:3-5), cartas entre Tatnai y Darío (Esdras
5:6-17; 6:3-12), correspondencia desde Artajerjes (Esdras 7:12-26), y cartas
a Artajerjes (Esdras 4:8-22) reflejan fuentes primeras. Listas de varios tipos
entre los libros pudieron haber sido fuentes independientes.
El rango de fechas probables para la composición final es bastante angosto.
Cuando establecemos la fecha más remota probable, debemos de notar que la
genealogía de Nehemías 12:1-26) se extiende hasta por lo menos 400 A.C. y
quizá al período Helenístico. Aunque, como hemos visto, la posibilidad de
expansión editorial no puede excluirse. Sin embargo, a parte de esta
genealogía, la fecha más remota es después de los últimos eventos del libro
durante los últimos años del gobierno de Nehemías.
Dos consideraciones apoyan una fecha postrera más allá del tiempo de vida de
Nehemías. Primero, en dos ocasiones el escritor mira retrospectivamente a los
eventos que ocurrieron “en los días del gobernador Nehemías” (Nehemías
12:26,47). Segundo, como ya hemos mencionado, el material genealógico
sugiere una fecha más allá de él (ver figura 52).
El libro de Esdras-Nehemías se divide en cinco partes:

I. Lucha y Éxito para Zorobabel (Edras 1:1-6:22)


II. Lucha y Éxito para Esdras (Esdras 7:1-10:44)
III. Lucha y Éxito par Nehemías (Nehemías 1:1-7:7)
IV. Celebración del Éxito (Nehemías 8:1-12:47)
V. Lucha continua para la Restauración (Nehemías 13:1-31)

El libro de Esdras-Nehemías fue diseñado para defender la legitimidad del


programa de Esdras-Nehemías y la necesidad de continuarlo. Cada porción
principal del libro contiene una cualidad apologética. Comienza con la
autorización divina de la reconstrucción del templo de Zorobabel, traza una
oposición que ocurrió, y recuenta el apoyo profético y real que hizo de la
reconstrucción un éxito de grande celebración (I). Después la atención se
dirige hacia la autorización divina de las reformas de Esdras, la oposición que
él recibió, y su éxito en desafiar los matrimonios mixtos (II). La misión de
Nehemías de reconstruir y volver a poblar Jerusalén también recibió
autorización divina, enfrentó oposición humana, y fue finalmente exitoso (III).
Estos éxitos hacen el clímax en un servicio de confesión y celebración (IV).
Pero al final, el libro enfatiza la necesidad de continuar el programa de
restauración al reportar además las reformas de Nehemías (IV)
Si situamos al libro de Esdras-Nehemías en los ultimos días del ministerio de
Nehemías, indica la necesidad de: 1) apoyo para el nuevo templo y su orden (I);
2) restricciones en los matrimonios mixtos (II); 3) repoblación y fortificación
de Jerusalén (III); 4) celebración gozosa de este nuevo orden comunitario
(IV); y 5) continuar las reformas religiosas y sociales en Judá (V). Debido a que
el nuevo orden no había traído la prosperidad que muchos esperaban, este libro
defendía la continuación del programa de restauración.
Si el libro fue compuesto finalmente un tiempo después de la muerte de
Nehemías, su mensaje era una necesidad desesperada. A pesar de los años de
continuos problemas e injusticias, la comunidad restaurada debe: 1) centrarse
en el nuevo templo (I); 2) afirmar las restricciones con relación a los
matrimonios mixtos (II); 3) apoyar la ciudad e Jerusalén (III); 4) celebrar lo
bueno de la restauración (IV); y 5) continuar estas reformas aún cuando se
enfrenten decepciones (V).
La Historia Cronística representa un cuerpo unificado erpo diverso de material
proviniendo de y respondiendo a las experiencias de Israel durante la
restauración. Crónicas y Esdras-Nehemías proporcionaron instrucción esencial
para la restauración y reforma de la nación en el período post-exílico.

Otros Libros
Un número de libros narrativos del Antiguo Testamento no pertenecieron a una
tradición teológica particular. En el canon Hebreo, aparecen ambos dentro de
“los escritores” y “los profetas”. No comentaremos de Jeremías, Ezequiel y
Daniel; aunque contienen grandes secciones de narrativa, los asuntos
interpretativos involucrados con estos libros proféticos están más allá del
alcance de este estudio. Nos enfocaremos solamente con tres libros del
Antiguo Testamento: Rut, Ester y Jonás.

Rut
El libro de Rut trata con eventos históricos que se llevaron a cabo durante el
período de los jueces. Rut ha sido bien caracterizado como una novela. No
existe evidencia para una confianza extensiva en una diversidad de fuentes
escritas. Es posible que el recopilador final confió en traducciones orales, pero
no es probable que el libro haya tenido mucho desarrollo de redacción con
excepción de la nota genealógica en Rut 4:17b y la genealogía completa al final
de libro (Rut 4:18-22), la historia se mueve de una manera franca.
El rango de agentes extrínsecos no es muy amplio. La primera fecha más
probable para la composición final es al mero principio del reinado de David. En
tanto que los eventos se llevaron a cabo mucho antes, las genealogías al final
del libro trazan los ancestros de Rut a David (Rut 4:17b, 22).
La última fecha más probable es menos incierta. Algunos intérpretes críticos
han puesto el libro en el período post-exílico en base a un análisis lingüístico y
teológico, pero estas evidencias son cuestinables. Más bien parece que las
genealogías en Rut se extienden hasta el rey que gobernó en el tiempo de la
composición final. Si es así, el libro llegó a su forma final antes de que se
sentara Salomón en el trono (ver figura 53).
El libro de Rut tiene muchos temas importantes: la introducción de una moabita
en Israel, la providencia de Dios, la práctica de matrimonio levirato, calamidad
y bendición. Pero todos estos temas trabajan juntos como parte de un solo
interés. Como lo sugiere la genealogía final, el libro estableció la legitimidad del
reino de David a pesar de su ancestro moabita. La ley de Moisés enseñó
explícitamente que el rey de Israel debía de ser “de entre tus hermanos”
(Deuteronomio 17:15). El libro de Rut admite que David tuvo una moabita en su
línea. Pero ella era convertida (Rut 1:16). Llegó a Israel por la providencia de
Dios (Rut 1:1-7), y la práctica legal del matrimonio levirato (Rut 3:1-8). Lo que
es más, ella fue aprobada con la bendición de Dios (Rut 4:13-17).
El libro sigue un bosquejo simple formando una narrativa de cinco partes de
resolución y un apéndice:

I. La amargura de Noemí (1:1-22)


Rut descurbre a un pariente redentor en potencia (2:1-23)
Booz está de acuerdo en ser el pariente redentor (3:1-18)
Booz adquiere el derecho de ser el pariente redentor (4:1-12)
La bendición de Noemí (4:13-17)
Apéndice genealógico (4:18-21)

El libro de Rut pudo haqber servido a la causa de David tarde o temprano en su


reinado. Si ya estaba completamente terminado cuando David subió al poder, lo
apoyó en contra de aquellos que se opusieron a su liderazgo. Si fue escrito
después de su establecimiento, defendió su derecho de continuar su reinado en
contra de aquellos que buscaban desacreditarlo.

Ester
El libro de Ester recuenta los eventos que ocurrieron durante el período post-
exílico. Sin embargo, diferente de Esdras-Nehemías, la historia no se ubica en
Palestina, sino en Persia. En tanto que algunos de los exiliados regresaban,
muchos permanecieron fuera de la tierra prometida. El libro de Ester trata de
lo que le pasó a algunas de esas personas.
En varias ocasiones el escritor de Ester se refirió a fuentes escritas que
vinieron desde los tiempos de los eventos. El empleó registros Persas oficiales
(Ester 2:23; 8:8; 9.32; 10.2) y se refirieron a los escritos de Mardoqueo (Ester
9:20). Sin embargo, el recopilador dio forma a sus fuentes para dar una novela
bien hecha.
El libro forma una narrativa de cinco partes de resolución:

I. Ester y Mardoqueo en la Corte Persa (1:1-2:23)


II. Problemas para los Judíos (3:1-4:17)
III. La intervención de Ester (5:1-7:10)
IV. Victoria para los Judíos (8:1-9:17)
V. Ester y Mardoqueo en la Corte Persa (9:18-10:3)

El rango de la composición final para Ester no puede ser establecida con mucha
certeza. El libro fue escrito por lo menos después de la muerte de Artajerjes
(c. 465A.C.) debido a que el escritor se refiere a la historia oficial del estado
de Artajerjes (Ester 10:2). El interés del autor en los detalles de la cultura
Persa sugiere que él vivió en el distrito y pudo haber escrito cerca del tiempo
de los eventos. Sin embargo, la explicación del Purim (Ester 9:18-32), la
discusión del término “pur” (Ester 9:24), y el énfasis en la necesidad de
continuar la celebración (Ester 9:28) sugiere que un tiempo considerable pudo
haber pasado entre los eventos y la composición final. Por falta de influencias
helenísticas extensas en el libro, signaremos la última fecha probable anterior
a Alejandro el Magno (c. 330 B.C.).
Los intérpretes han sugerido varios temas principales para le libro. Muchos han
visto al libro como una explicación de la Fiesta del Purim. Otros han sugerido la
providencia de Dios para los Israelitas que permanecieron en el exilio. Estos
motivos están ciertamente cerca al corazón del libro, pero el tema principal
parece estar en una dirección diferente.
Una forma útil de acercarse a Ester es en términos de las similitudes entre
Ester, la historia de José en Egipto, y los primeros capítulos de Daniel. Todos
estos registros tratan con figuras Israelitas en tierras extranjeras que se
sobreponen a las pruebas por medio del apoyo divino. De una u otra manera,
vienen en contacto con la corte real extranjera y se elevan a posiciones de
autoridad que le permite influir las políticas nacionales. Este patrón sugiere
que el libro de Ester ofreció a la audiencia original un modelo para vivir en
fidelidad a Dios fuera de la tierra.
Este tema encaja bien con el rango de los agentes extrínsecos probables. Ya
sea cerca de la muerte de Artajerjes, la época de Alejandro, o una época en
medio, el pueblo de Dios fuera de la teocracia necesitaba dirección de cómo
vivir fielmente, exitosamente, y con influencia en tierra extranjeras. El libro
de Ester les proporcionó tal instrucción.

Jonás
Los eventos en el libro de Jonás ocurrieron en algún tiempo a mediados del
siglo ocho A.C. Jonás, hijo de Amitai, ministró durante el reinado de Jeroboam
II (783-743 A.C.) (2 Reyes 14:25).
El libro de Jonás da poca evidencia de historia de redacción extensiva y
algunas claves para el tiempo de su composición final. La primera fecha más
probables un poco después de los eventos del libro. Frecuentemente los
evangélicos asignan la paternidad literaria a Jonás mismo. En tanto que esta
posibilidad no puede ser descartar, el libro ofrece un poco de apoyo positivo
para tal punto de vista.
Una sugerencia de distancia temporal entre el escritor y los eventos aparecen
en Jonás 3:3 donde él comenta: “Y era Nínive ciudad grande en extremo, de
tres días de camino”. El tiempo pasado sugiere que al tiempo de escribir Nínive
ya no era una gran ciudad. Si es correcto, podemos fechar la composición final
después de la caída de Nínive ante el emperador Babilónico Nabopolasar (612
A.C.). La ambigüedad de la evidencia interna para fechar este libro ha hecho
virtualmente imposible identificar la última fecha más probable.
Por lo tanto, debemos de reconocer un rango amplio de posibilidades (ver
figura 53).
Jonás se enfoca en el tema del papel profético de Israel a las naciones. El libro
se burla de Jonás por su auto-justicia e hipocresía. Demuestra que Dios recibe
otras naciones, aún las de Asiria, y espera que el pueblo Judío sirva como
mediadores para ellos. La universalidad de la misericordia de Dios y el papel
mediador de Israel son los temas centrales del libro.
El libro de Jonás se divide en dos partes principales:

Parte Uno

1. La primera comisión y la reacción de Jonás (1:1-16)


2. La respuesta de Dios a Jonás (1:17-2:10)

Parte Dos

1. La segunda comisión y reacción de Jonás (3:1-10)


2. La respuesta de Dios a Jonás (4:1-11)

En tanto que el libro de Jonás implícitamente se interesa por todas las


naciones gentiles, es de mucha ayuda leer Jonás en términos de su enfoque
particular en las relaciones Judío-Asiria. Antes de la destrucción de Nínive, los
Asirios perturbaron a Israel y alimentaron odio en su contra. Si el libro fue
escrito en este período, habló claramente a la necesidad de los Israelitas de
reconocer: 1) el llamado de Dios para Israel para ministrar a los Asirios (I); 2)
la necesidad de arrepentirse de negar este llamamiento (II); 3) el poder del
ministerio profético entre los asirios (III); y 4) la necesidad de tener
compasión aún como Dios tuvo compasión (IV).
Si el libro fue escrito después de la destrucción de Nínive, habló a la actitud
que los Israelitas deberían tener hacia la nación dividida. Ellos tenían que: 1)
aceptar su llamamiento a ministrar a los Asirios (I); 2) arrepentirse de
actitudes pasadas (II); 3) buscar traer arrepentimiento entre los Asirios
(III); y 4) regocijarse en la compasión de Dios hacia sus enemigos anteriores
(IV).
Conclusiones
Los libros narrativos del Antiguo Testamento cubren muchos períodos en la
historia y hablan una variedad de mensajes al pueblo de Israel. La Historia
Mosaica, la Historia Deuteronomística, la Historia Cronística y otros libros
narrativos fueron escritos para enseñar a sus lectores cómo servir a Dios.
Apenas hemos arañado la superficie de estos textos sagrados, pero esta
investigación de su significado original nos da intuiciones que nos permiten
aplicar estas historias del Antiguo Testamento a nuestras propias vidas.

Preguntas de Repaso

1. ¿Qué factores unifican la Historia Mosaica? Compara y contrasta la


fecha y propósito de cada libro.
2. ¿Qué factores unifican la Historia Deuteronomística? Compara y
contrasta la fecha y propósito de cada libro.
3. ¿Qué factores unifican la Historia Cronística? Compara y contrasta la
fecha y propósito de cada libro.
4. Resume la fecha y propósito de Rut, Ester, y Jonás.

Guía de Estudio
Escoge un episodio fuera de cada libro cubierto en esta investigación. ¿Cómo
encaja en el bosquejo principal presentado aquí? ¿Cómo contribuyó el episodio
a los propósitos presentados para el libro?

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