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Temas de nuestra américa

ISSN 0259-2339

Magda Zavala:
Centromérica, una
región entre mareas

Suplemento Cultural n.o 89;


agosto-setiembre 2010

Magda Zavala publica en el primer El aplazamiento en la publicación


semestre del 2010 su primer poema- de este libro tiene varias razones. En
rio, Tríptico de las mareas, que es realidad, la primera es mi lucha de
casi una antología de su inspiración resistencia frente a la poesía. Em-
poética de más de veinte años. El Su- pecé a escribir poesía cuando in-
plemento Cultural la entrevista con gresé a la universidad. Me animé
esta ocasión. incluso un día a pedirle a Laurea-
no Albán que viera alguno de esos
Rafael Cuevas (RC): Magda, pu-
textos. Él los evaluó y me hizo re-
blicás tu primer poemario cuando
comendaciones, tomando muy en
ya sos una poeta conocida y reco-
serio mi trabajo, cosa que le agra-
nocida. ¿A qué se debe que no
dezco hasta hoy. Sin embargo, sen-
publicaras antes?
tía entonces que mi relación con la
Magda Zavala (MZ): Antes poesía iba en dirección a la ruptura,
de responderte, agradezco más que al ajuste. No quería hacer
esta entrevista y tu lectura poesía en ninguna de las direcciones
acuciosa de Tríptico de previstas, particularmente, me sentía
las mareas. muy distante de las estéticas vanguar-
distas y del trascendentalismo, y aunque
más cerca del exteriorismo y del realismo
poético español, tampoco satisfecha de se-
guirlos. Me hacía falta en ellos la vena lúdica,
el humor. En consecuencia, no tenía modelos

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para producir, aunque sí muchos te- vinieron después: a pesar de que, en


mas. En particular, me atraía en ese 1978, había hecho la promesa de que
momento la desmitificación de la no escribiría más poesía, mis días y
muerte. Y, por supuesto, el asunto mis noches se poblaban de textos
amoroso. Pero preferí dejar de escri- que no alcanzaban la escritura y me
bir poesía, si no tenía un lenguaje atormentaban con saña y no es exa-
alternativo, si no había ganado la gerar. Entonces decidí dejarlos salir,
tensión con el estilo. pero no publicarlos. Y así empecé a
llenar fólderes de poemas silencia-
Escribí entonces cuentos. Publiqué dos. Y como soy bastante disconfor-
en 1976 en la revista Oruga el pri- me con lo que produzco (mi lema es
mero, mientras pertenecía al gru- alcanzar lo mejor de lo posible, en
po literario que llevaba ese mismo todos los órdenes), algunos poemas
nombre. Cuando Carmen Naranjo tienen hasta veinte versiones. Escri-
lo leyó, me buscó para invitarme a su bí mucho, pero no pensé en libros.
taller literario, con una generosidad Ni en concursos. Me sumé al Taller
y disposición de apoyo que sigue en del Lunes. Pero ahí no encontré afi-
el presente como el primer día. Car- nidad, porque no andaba yo por los
men ha sido una de mis principales caminos previstos (ni los oficializa-
hadas madrinas. Entonces continué dos, ni los marginales), y mi voz en
escribiendo narrativa. femenino provocaba cierto rechazo.
Salí del taller y seguí escribiendo,
Debo decirte que mi contacto inicial participando en recitales y forjando
con la literatura fue el cuento, dicho mi voz. En realidad, no quería publi-
en voz alta para mis amigas de in- car poesía antes de dar por termina-
fancia. Y hablo de la primera infan- da la etapa de formación. Creo que
cia, mis cinco años. Luego el ensayo, hay muchos poetas prematuros. Lue-
pues cuando cursaba el sexto grado go me di cuenta de que la búsqueda
participé en un concurso nacional de edición puede ser un camino tor-
que organizaba el MEP, si recuerdo tuoso en Costa Rica y, además, esta-
bien, sobre el tema de la educación ba enfrascada en otros proyectos.
costarricense y, para mi gran sorpre-
sa, lo gané. Escribí cuentos durante RC: Leyendo tu poemario uno se
mi etapa de secundaria que cono- encuentra con múltiples temas que
cían únicamente mis profesores de se agrupan en partes que pare-
español. Ellos me alentaron a seguir cen libros dentro de otro libro. ¿Se
el camino de las letras. Otras razones

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podría decir que este es un poema- RC: Hay varios temas recurrentes
rio un poco antológico? en este poemario: el amor, la rela-
ción de pareja, la mujer y su deseo
MZ: Tríptico de las mareas es un li- de autonomía. ¿Creés que haya al-
bro de libros, tres libros en uno, pero guno dominante sobre los demás o
no puedo decir que sea antológico. que sirva de hilo a todo el poemario?
Ni agota, ni incluye, todo lo que
he escrito en estos treinta años de MZ: Ese conjunto o eje temático
trabajo poético, es solo una parte que mencionás es uno de los más im-
importante. Me di cuenta de que portantes. La necesidad de construir
todo ese material podía organizarse una nueva relación amorosa, donde
en tres libros, por su temática y por los sujetos estén en paridad, sin vio-
su disposición emocional y estética. lencia, sobre la base de mucho respe-
Sin embargo, pertenecían a una uni- to y búsqueda del placer. Pero creo
dad mayor, se podían integrar en un que otros ejes atraviesan también
solo libro. El primero es más lírico, el libro: el político es igualmente
aunque también atravesado por otro importante, también el ecológico,
tipo de poemas, tiene como centro la dimensión feminista, la crítica a
la Tierra; el segundo es manifiesta- la cultura y a la literatura misma…
mente epigramático, el más grande, No sé si hay uno dominante, pero
está dedicado al sol y el tercero con- puedo decirte que hay un aspecto
tiene aspectos de los dos primeros, común: la utopía de la construcción
aunque minoritariamente, para dar de una nueva especie humana, que
paso a una poesía más utópica. Se lo para mí se ha metido en un calle-
dediqué a la luna. Todo el libro se jón sin salida al haberse construido
estructura en torno a las tensiones sobre la base de relaciones sociales
que relacionan estos tres astros y las depredadoras, verticales, violentas
mareas que provocan, vistas en di- (la guerra es su expresión más absur-
mensión simbólica. Por supuesto, no da), centralistas, etnoexcluyentes,
solo se habla de mareas relativas a sexo y homofóbicas, creyentes en
los mares, sino a todo tipo de atrac- castas y dinastías, especialistas en la
ción entre cuerpos relacionados gra- manipulación y el uso de fachadas y
vitacionalmente. Por eso el símbolo fingimientos para «dar existencia»
de los tres planetas alineados, que a lo que no es real, pero se impone
pueden traer las más altas mareas. como tal, por ejemplo el mito de la
Ciertos temas permanecen y anudan democracia, atribuido a sociedades
los tres libros. manejadas por grupos, familias y

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organizaciones ocultas tras prácticas jóvenes poetas asumieran esa nece-


políticas simuladoras. La necesidad sidad, creo que habría mucho menos
de ese salto cualitativo hacia una libros improvisados y más poetas só-
nueva especie humana es el mayor lidos haciendo su camino.
anhelo en este libro.
RC: Si hubiera que ubicarte en al-
RC: La tuya es una poesía clara, guna corriente de la poesía costa-
sin recovecos del lenguaje, ¿respon- rricense contemporánea, ¿en dónde
de este estilo a una búsqueda cons- creés que calzarías mejor?
ciente o simplemente tu poesía te
«sale» de esa forma? MZ: Creo que definitivamente estoy
muy lejos de las vanguardias y más
MZ: Creo que algo contesté sobre cerca de los realismos poéticos, pero
esto en la primera pregunta. Llegar a tampoco me ajusto a ninguno. Por
cada poema en la versión que tiene ejemplo, no soy exteriorista, ni en-
en el libro supone haber desechado teramente conversacional. Trabajo
varias antes, en algunos casos, mu- con algunas dosis de poesía neocon-
chos borradores. Hacer parecer pala- ceptual y concreta (no puedo dejar de
bra cotidiana un artefacto lingüísti- ver la poesía en dimensión gráfica) y
co poético que debe ser cargado con con algo de antipoesía; además, me
intenciones y sonoridades precisas encanta el humor sin estridencias, la
es un ejercicio muy arduo, aunque sutileza humorística, el juego (algo de
en varias ocasiones el texto inicial le postmodernidad), sobre todo cuan-
llega a uno como dictado. Cierto, no do supone el papel activo de quienes
me gusta la palabra poética alambi- leen. Me gusta mucho asumirme en
cada ni la que sigue de manera obe- diálogo con esa persona tan impor-
diente una fórmula prevista o estilo. tante que llega al libro, por distintos
Eso no quiere decir que menosprecie motivos, a compartir con él. La rela-
otros trabajos, en absoluto, los apre- ción entre el libro y el lector o lecto-
cio en lo que aportan, sobre todo ra, me parece a mí, teje una historia
cuando desafían lo comúnmente hecha de proximidad íntima, afecto,
aceptado, para dar versiones inéditas aprendizajes, disfrutes…
de la realidad. Sin embargo, para mí,
el mayor reto está en el logro de una Quiero comentarte que en un país
voz propia, una manera específica tan conservador desde el punto
de hacer poesía que es la tuya, algo de vista del trabajo literario como
así como tu idiolecto poético. Si los Costa Rica, los que se atreven a

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experimentos sufren el peligro de escenografía…), además del trabajo


ser invisibilizados, cuando no sutil- con el lenguaje dramático, para lo-
mente puestos en los márgenes de grar algo que valga y se sostenga.
la literatura. Aquí, el modernismo
duró mucho tiempo vigente, luego Entonces, seguiré escribiendo los gé-
pasó lo mismo con las vanguardias, neros a que me sienta convocada, y
ni que se diga de las expresiones que sea el lector el que juzgue.
costumbristas. Es más, hay corrien-
tes estéticas que se «oficializan», es RC: Además de tu trabajo litera-
decir, se transforman en la estética rio, te has dedicado a la labor de
que se valora y reconoce por medio promoción cultural y académica.
de premios y publicaciones. Es el ¿Se complementan o se obstruyen
modelo estético que se enseña, a tal mutuamente estas diversas facetas?
punto que a los más jóvenes hasta les MZ: Para mí, la gestión y promoción
parece que quien no sigue ese mode- de proyectos culturales ha sido una
lo no es poeta o escritor. responsabilidad ética. Se trata de
RC: Tenés publicada una novela y va- abrir espacios para que otros, menos
rios cuentos en periódicos y revistas. favorecidos o con requerimientos
A pesar de ello, yo te veo más como sin alternativas, tengan opciones, o
poeta que como novelista o cuentista, para llenar necesidades que mejoren
¿estás de acuerdo con esto? la calidad de vida. Por eso, por ejem-
plo, consideré siempre, en lo perso-
MZ: No sabría decirte. Me siento nal, que no solamente se trataba de
narradora cuando escribo narrativa. alcanzar un doctorado académico
El disfrute y los retos del trabajo na- como el que colaboré a fundar en la
rrativo, lo sabés, tienen sus particula- Universidad Nacional, sino de de-
ridades, frente al poético. No podría sarrollar la investigación sobre cul-
conformarme solo con uno de esos tura en Centroamérica, procurando
campos. Hay asuntos que, según sien- que muchas más personas pudieran
to, debo tratar en forma de relatos lograrlo, sin salir del país. De ese
y, otros, en poesía de distintos tipos. modo, la región tendría expertos en
A veces, se me mezclan. También estudios de cultura, formados por no-
he estado muy tentada por la dra- sotros mismos. Lo común había sido
mática, pero sé que debería conocer que vinieran a estudiarnos o que los
mucho más de los distintos sujetos y estudiantes de postgrado se formaran
oficios teatrales (actores, dirección, fuera del país. Esa es la motivación

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originaria que me llevó a proponer Lyra, hasta Carmen Naranjo y Ju-


el Doctorado Interdisciplinario en lieta Pinto, entre otros.
Letras y Artes en América Central,
DILAAC. Me ha dado mucho gusto RC: Te has dedicado en los últimos
ver ya a un buen grupo de graduados, años a promover la literatura feme-
con importantes tesis sobre la cultu- nina. ¿Considerás que esta tiene
ra centroamericana. calidades distintas a las de los va-
rones? ¿Cuáles?
Algunos proyectos se han quedado a
la espera, por ejemplo, el que promo- MZ: Cierto, le he dedicado casi ocho
ví desde la Maestría en Estudios de años a este campo de estudios, por la
Cultura Centroamericana en 1997, misma razón por la que estudié antes
con el propósito de lograr un Centro la literatura centroamericana, que
Cultural y un Museo de la Educación era un ámbito sin identidad propia,
en Heredia, cuya sede, según propuse luego la literatura indígena centroa-
entonces, fuera la Escuela República mericana y ahora escribo sobre lite-
Argentina, por su belleza arquitectó- ratura de mujeres afrodescendientes
nica y ubicación. Presenté a la UNA y literatura de minorías sexuales. En
y al Concejo Municipal una propues- realidad, me doy cuenta de que he
ta precisa. Ahora me doy cuenta de hecho un camino hacia el reconoci-
que se ha aprobado en la Asamblea miento de las marginalidades litera-
Legislativa un proyecto en este mis- rias, en busca de su visibilización. Es
mo sentido, que es hoy una realidad. una forma de procurar justicia en el
plano simbólico.
En estos momentos, puedo decirte
que si hubiera estado dedicada con Después de este tiempo de reflexión
exclusividad a la escritura de libros, sobre la literatura de las mujeres en
posiblemente tendría muchos más Centroamérica, creo que existen
publicados, pero no me sentiría predilecciones de las escritoras, dis-
bien conmigo misma. Me asombra tintas a los escritores, en cuanto a
el narcisismo de muchos de los es- elección de géneros literarios, temas
critores e intelectuales, que viven y particularidades en su tratamien-
en autocontemplación permanen- to, así como formas enunciativas e
te. Yo prefiero la lección de solidari- intenciones. Por cierto, todas esas
dad social que nos enseñó un grupo «marcas» eran disimuladas, hasta
importante de antecesores, desde donde ellas podían, por las escritoras
Joaquín García Monge y Carmen de antaño (recordemos que algunas

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hasta se refugiaban tras un nombre porque están viviendo otra historia


masculino) y ahora se tiende a rei- desde milenios. Y por supuesto, algu-
vindicarlas. Eso no quiere decir que nas escritoras buscan formas nuevas
un hombre no pueda escribir lite- para las novedades temáticas... Por
ratura femenina y hasta feminista. ejemplo, Ana Istarú propone un esti-
Y que una mujer no pueda hacer lo lo neobarroco conversacional para su
contrario. Se puede, se ha podido a poesía de tema erótico.
lo largo de la historia de la literatura,
tanto como escritores no indígenas Quisiera mencionar que existe toda
han escrito sobre temas y persona- una polémica, bastante irresuelta
jes indígenas. O actores blancos todavía, sobre cómo identificar la
interpretan a afrodescendientes en producción literaria de las mujeres.
el cine. La maestría en el logro está En mi caso, prefiero no llamarla «fe-
en el grado en que puedan manejar menina», para evitar la alusión al es-
las «marcas» de género y convencer tereotipo de género. En realidad, la
al lector. Eso supone una captación literatura femenina o creyente en lo
profunda de la psicología y de la cul- femenino existe, aunque escrita tan-
tura del género opuesto. Y una libe- to por hombres como por mujeres.
ración de los prejuicios. Prefiero un concepto más abarcador:
literatura escrita por mujeres y, en ese
Sobre las características privativas de marco, partir de que hay una varie-
la literatura de mujeres, eso depende dad. Tenemos la que asume y con-
de cada cultura, época, grupo social sume el estereotipo femenino (en
y étnico, y hasta etario. Esas carac- distintos grados), la feminista y la
terísticas no son fijas y universales, postfeminista. Sobre sus diferencias
sino relativas, pero sí distintivas. Por se podría hablar mucho.
ejemplo, te puedo decir que en la
poesía de las mujeres centroameri- RC: Conociendo que lo centroame-
canas de los años ochenta y noventa ricano ha estado bajo tu atención
existen temáticas muy específicas: se por muchos años, ¿podrías darnos
reivindica el propio cuerpo, la dig- tu opinión sobre si considerás que
nidad gozosa de sus partes ocultas, existe hoy una literatura centroa-
el disfrute sexual sin ataduras (para mericana o si solamente existen li-
los hombres no podía ser una reivin- teraturas nacionales?
dicación), el derecho a disponer del
cuerpo, a disfrutar de él. Nada simi- MZ: Yo parto de la hipótesis de que
lar ocurre en la poesía de los varones, existe una comunidad interliteraria

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en Centroamérica, con denomi- centroamericano, que es una necesi-


nadores comunes, afines a nuestra dad evidente desde el siglo XIX.
condición geocultural ístmica, aun-
que no seamos conscientes de este Existen, sí, particularidades propias
hecho, e incluso contra los dicta- de cada campo literario nacional,
dos políticos que la han disminuido algunas de ellas vienen de la diver-
al mínimo en algunos períodos. Es sidad que hay en el interior de cada
decir, compartimos e intercambia- una de las literaturas nacionales. Por
mos condiciones de producción y ejemplo, Guatemala tiene un movi-
de consumo literarios en Centroa- miento de nuevos escritores indíge-
mérica, como compartimos proce- nas, con representantes prestigiosos
sos de colonización en el pasado y dentro y fuera de la región. No su-
de neocolonización en el presente, cede lo mismo en Costa Rica, donde
debido a que las metrópolis diseñan la literatura indígena de autor care-
para nosotros estrategias comunes ce de expresiones conocidas, pero si
en los distintos ámbitos y las clases existe una literatura afrodescendien-
dirigentes han respondido de mane- te con representantes notables. En
ra muy próxima, con excepciones resumen, tenemos tanto denomina-
que hoy se pierden. Hemos tenido y dores comunes en nuestras literatu-
tenemos, además, redes intelectua- ras, como particularidades.
les intercomunicadas, que han ido
intercambiando saberes y respuestas RC: ¿Considerás que la literatu-
ante las limitaciones. Y ha habido, ra centroamericana tiene algu-
y hay, agrupaciones regionales de es- na característica distintiva con
critoras y escritores mediante las que relación al resto de la literatura
unos aprendemos de los otros, sea latinoamericana?
a distancia o de manera presencial, MZ: Si partimos de que la literatura
mediante encuentros de todo tipo. está constituida no solo por los tex-
Sé que conocés muy bien esa reali- tos, sino que es un complejo engra-
dad. Seguir asumiendo que las litera- naje que reúne instituciones, pro-
turas nacionales están aisladas en la ductores, consumidores y medios de
época de la Internet me parece cada difusión y valoración, puedo decirte
vez más un efecto de percepción, sin dudas que sí hay características
justificado en el pasado más que en distintivas. Como señalaba ante-
el presente. Para mí, los aislamientos riormente, en Centroamérica cada
fueron reales y parte de alguna estra- literatura nacional es diversa en su
tegia. Por eso no tenemos un tren

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interior y, al mismo tiempo, inte- por fusión de distintas corrientes,


ractúa y tiene reciprocidades con como sucedió con el modernismo y
las otras que conforman la región el exteriorismo.
ístmica. Por ejemplo, ha empezado
ya un intercambio entre los escri- Por lo demás, se comparten las con-
tores indígenas y afrodescendientes diciones de la pobreza: las ediciones
del istmo. Ya existía una dinámica son muy limitadas, mil ejemplares es
entre las escritoras desde los años ya un número abultado, nadie puede
ochenta. No sucede así en ninguna vivir del trabajo literario, salvo que
otra parte de América Latina, que sea promovido excepcionalmente
yo sepa. Tal vez en el Caribe anti- por una empresa transnacional del
llano se produzca algo similar, lo libro y que sus textos se incluyan
que dudo por la diversidad de len- como texto para la enseñanza. Y por
guas y las distancias culturales. supuesto, la literatura sufre los em-
bates de la vida sociopolítica espe-
Por otra parte, a esta región llegan cífica, de ahí la existencia de temas
tarde las novedades literarias de los particulares. Por ejemplo, existe una
centros metropolitanos de Latinoa- literatura de la guerra centroameri-
mérica, hay una asimilación tardía. cana en el siglo XX, e incluso, una
Otra característica es la tendencia estética de la guerra (y de la posgue-
enfática al desarrollo de formas lite- rra, como se puede ver en la obra
rarias transculturadoras o híbridas, narrativa de Franz Galich), muy evi-
pero incorporando los tres compo- dente en la poesía, en este caso, de
nentes básicos: indígena, europeo y los escritores, principalmente.
afrodescendiente, aunque de distin-
tas maneras. Esta tendencia es bas- RC: ¿Qué estás trabajando ahora,
tante dominante. Y finalmente, en alguna nueva publicación, nuevos
nuestro terreno literario se asimilan planes o proyectos?
al mismo tiempo las tendencias del
norte, como las del sur y, a veces, las MZ: Como los libros me acompañan,
caribeñas, además de las europeas, en gestación, durante años, empecé
en distintos grados por supuesto. hace seis un libro dedicado a las mu-
Esta condición de crisol es lo que jeres que se llama Oh, varia, para ce-
ha permitido a Nicaragua, especial- lebrar nuestra particularidad. Ya he
mente distinguida por su producción leído varios poemas de este libro en
de movimientos estéticos, la posibi- recitales. Es algo que hago siempre.
lidad de crear tendencias nuevas, Pruebo los poemas ante distintos

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públicos. Hace cuatro años, tengo historia de la literatura de mujeres


entre manos también otro titulado en América Central y otras iniciati-
Agridulce, sobre el componente sádi- vas por la cultura centroamericana.
co en el amor. Empecé otro más hace En fin, no dejo de soñar y de buscar
varios años, se llama Río en Filadelfia. realizaciones.
Espero tener listos los dos primeros
el año próximo. Además, estoy es- Agradezco mucho esta entrevista y
cribiendo una novela y varios libros la profundidad de las preguntas que
de crítica literaria. Algo que tengo me han llevado más allá de Tríptico,
pendiente es recoger en un libro los pues este libro, que tanto significa
cuentos dispersos. En fin, muchos para mí, es solo un participante cul-
proyectos de escritura en realiza- tural más, aparecido en Costa Rica,
ción. Y, por supuesto, continúo mis dentro del escenario mayor que es
labores de investigación y gestión nuestra maravillosa región, lamida
cultural. Participo en un equipo re- por el Atlántico y el Pacífico y, por
gional que se propone escribir una tanto, entre mareas permanentes.

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