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I EDNA HEIDBREDER
J A I M E BERNSTEIN
Ex profesor de las universidades
de Buenos Aires y del Litoral
CARLOS A . DUVAL
K. GAVRILOV
Universidad de Tucumán
GINO GERMANI
Universidad de Buenos Aires
L. M. RAVACNAN
Universidad de La Piata
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EDITORIAL PAIDOS
BUENOS AIRES
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CAPÍTULO X I
en suma, todo lo que estructura el mundo histórico-social, el ámbito de sus primeras fuentes en la mística". Pero esta mística a que se refiere
cultura propio del hombre. Y esta psicología de nuevo rumbo y de tarea Spranger, posee un.acento peculiar: "es una mística de la experiencia in-
múltiple se situaba asimismo en una línea de máxima concreción, de con- terna".1 Para mejor aclaración: "esta experiencia ya no se enciende más
ceptualización particularizadora en su afán de acercarse al núcleo de lo en poderes sobrenaturales sino en todo aquello que en este mundo se ofrece ~
que tradicionalmente era lo menos susceptible de ciencia: el inefable al alma humana teniendo una significación"/ ~ ~
individuo, "el hombre en su circunstancia" y, mejor aún, "este hombre Se comprueba, pues, que en el caso de Dilthey, no es el interés unila-
en esta circunstancia". Sus objetivos se diversificaban y frente al estudio teral por la filosofía el que lo determina a ahondarla, sino más bien que
generalizador de las funciones psíquicas de un hipotético sujeto universal, la inmersión en graves cuestiones humanas lo predispone, naturalmente,
ahora se concentraba la atención en un conocimiento del hombre en tanto a la reflexión filosófica explícita. Y hay más. Es desde el ámbito de la
que condicionado por su clase o su profesión o por sus actitudes valorati- historia como arriba al "problema" (a "su" problema). Así nos dice en
vas dominantes, el hombre de una cultura y época riadas, o bien, el el discurso con ocasión de su 70 aniversario, del año 1903, dirigido a sus
hombre en el curso psicológico de su vida, en sus edades, etc. discípulos: "Cuando llegué a Berlín, allá por él año cinbuenta del pasado
La psicología así entendida, nos aleja del sujeto psicológico abstracto siglo—¡cuánto tiempo hace de esto y qué pocos los que lo han vivido!—
— e l que fuera pensado sinj esos determinantes particularizadores— y las se hallaba en su cénit el gran movimiento en el cual se ha realizado la
mayores dificultades, la problemática apasionante, se centra en el camino constitución definitiva de la ciencia histórica y, por medio de ella, de las
de rodeo que hay que transitar para alcanzar aquellas metas. Conocer al ciencias del espíritu".8
hombre por sus acciones, por sus gestos y actitudes, por sus creaciones
Tenia entonces 17 años, y las grandes figuras de la denominada "es- j
espirituales, por sus ideales, por los valores y normas a que ajusta su
cuela histórica", que surge con el incremento y predominio de la inves- [Jr
conducta, exige la indagación, ante todo, de nuevos métodos, conecta-
tigación filológica e histórica, le produjeron una conmoción extraordina-
dos con una determinada concepción del objeto de la psicología, y, sobre-
ria. Se daha, por una parte, la acentuación del aspecto histórico de las
manera, el afinamiento de; los instrumentos conceptuales que conduzcan
distintas formas culturales —lenguaje, derecho, mito y religiosidad, poesía,
a conclusiones que, de la interpretación de lo humano objetivado remitan
filosofía—, que aportaron Hegel y Schleiermacher, unida a la investi-
a lo humano subjetivo, y a la inversa, en una complementación de lo uno
gación efectiva en tal sentido, realizada por Savigny (el derecho) y
por lo otro. En el campo que delimita ese círculo, se sitúa la problemática
Humboldt y Grimm (las lenguas), así como la obra de Bopp, el fun-
de la denominada psicología comprensiva, cuyos representantes de mayor
dador de la filología comparada, y la enseñanza histórico-filosófica de
relieve —prescindiendo de figuras menores— son Guillermo Dilthey
Trendelenburg. Por otra, se difundía el vivo sentimiento de lo nacional,
(1833-1911), Eduardo Spranger (1882-1963) y Carlos Jaspers (n. 1883).
el fervor por las peculiaridades de los pueblos, acentuado por la escuela
Es dentro de ese orden como iremos examinando sus distintas contribu-
romántica y "por la lucha contra el imperialismo napoleónico".4 Nombres
ciones. .
no menos ilustres que los anteriores hay que citar aquí: Niebuhr, Bockh,
Mommsen, Ritter y Ranke —sobre todo este último, que se le aparecía
GUILLERMO DILTHEY
"como la encarnación misma de la virtud histórica".5
Aun cuando Dilthey fue un apasionado de la vida, no se posee aún Si por las propias palabras de Dilthey nos enteramos que "había /
a su respecto una biogi que, como la que él escribiera de Schieier- crecido con un afán insaciable por encontrar en el mundo histórico la ^
macher, aporte a la vez el adentramiento en la comprensión de un hombre, expresión de esta , vida misma en su diversidad multiforme y en su hon-
de una época y en el j >el que a su generación le corresponde en ella. dura",® no cabe duda que en esas situaciones que lo condicionaron halló
L o que se sabe de su vida es insuficiente; de esa insuficiencia extraemos apropiado cauce para sus preferencias espirituales. Y entre las modalida-
estos datos. Nace en 1833 y es hijo de un pastor protestante. Sus pri- des que luego perdurarían, se consolida una casi veneración por la vida
meros estudios universitarios tuvieron por norte la teología. Aunque, en individual a la vez que una aguda percepción de sus insuficiencias y de
definitiva, abandonó su inquietud inicial, atraído por un clima de ideas
en el que la preocupación por la historia fue un hecho decisivo, ese 1
Ob. cit., pág. 17.
2
acontecimiento, y su formación religiosa, tuvieron incalculables consecuen- Ob. cit., pág. 17.
cias. A juzgar por la interpretación qué da Spranger,1 de ahí nace su 3
W I L H E L M D I L T H E Y : Introducción a las ciencias del espíritu, trad. E. IMAZ.
filosofía que, "como ocurre con mucha frecuencia en Alemania.-. ., tiene Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1944. Cfr. El sueño de Dilthey, pág. 17.
4
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 18.
1 6
Cfr. prólogo de E . SPRANGER a JOAN ROURA PARELLA : El mundo histórico W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 19.
E
social. Ed. Universidad Naci México, 1947, pág. 17.. W-. D I L T H E Y : o b . c i t . , p á g . 21.
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45Ó EDNA HEIDBREDER PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX
la necesidad de superarlas por el entronque con factores supraindividua- tica, y aspira a un empirismo radical; mas por el método que aplica a
les, de naturaleza socio-cultural e histórica. los temas que encaran las ciencias del espíritu —la moral, el derecho,
El "problema" de Dilthey —que le permite trascender el horizonte ||j el estado, la política, la literatura, etc.—, no coincide ni con los positi-
de la escuela histórica— nace por el ahondamiento en la conciencia histó- f® vistas alemanes, ni con el positivismo francés e inglés, aunque tenga en
rica y en el choque con "una contradicción al parecer insuperable", que j| común con ellos una actitud de rechazo de las especulaciones metafísicas?
nace de la misma: de una parte, "la relatividad de todo género de con- ï Si por los filósofos del romanticismo alemán aprende a conceder digni-
cepción-' humana de la conexión de las cosas", verbigracia "una religión dad científica a los hechos espirituales, la inspiración gnoseológica la en-
o un ideal o un sistema filosófico"; pues el cambio es ley en ellas. De cuentra en Kant. Ambiciosamente, y desde un comienzo, preocupado por
otra, "la necesidad del pensamiento y el afán de la filosofía por un los problemas de fundamentación de la ciencia histórica y de las ciencias
conocimiento de validez universal".1 del espíritu, postula una "crítica de la razón histórica", con lo que se
advierten los alcances de su postura: hay que precisar la índole y las
Cuando pronunció esas palabras —al final de su vida— "veía- la
categorías de esa razón que quiere hacerse cargo de la historia y de lo
meta" que era la de "superar la anarquía de las convicciones"; pero
humano en su peculiaridad. Se comprende, pues, el acierto de Alejandro
temeroso de quedarse a mitad de camino, confiaba a sus discípulos la
Korn al interpretar a Dilthey:'"lo separa del siglo XIX su preferencia por
terminación de su faena.5
las ciencias del espíritu y del siglo xx su negación de la metafísica".1
Dilthey y su tiempo
El punto de partida
Si con el auxilio inestimable de Bernard Groethuysen 3 indicamos
Dando por supuesto el trasfondo ideológico que esbozamos a gran-
en forma esquemática los acontecimientos culturales en que se encuadra
des trazos,'veamos ahora cómo se conecta con él aquel primario afán
la generación de Dilthey, se extraen conclusiones que nos ayudarán a com-
—de raíz religiosa— señalado por Spranger, eso que denomina "una mís-
prender mejor sus modalidades. Esos hombres eran herederos de las tra-
tica de la experiencia interna".
\ diciones que surgieron de una nueva vida alemana en el período que va
V v> de Leibniz a Goethe, "una tradición impregnada de un cierto espíritu Traducida a lo inmanente, mundanizada, por así decir, esa mística
y j filosófico". En los políticos, en los juristas, en los historiadores, en los se convierte en el "impulso dominante" de "comprender la vida por sí
X1 i poetas, hay una tendencia general hacia la filosofía. Poesía, religiosidad misma". Claro está que, sin renunciar a los nexos con la naturaleza, la
4 B y filosofía, convergen en la gran cuestión que agita los espíritus acerca vida a la cual se refiere Dilthey es, primordialmente, la biográfica, lá huma-
Y t^ del sentido del universo y de la vida. Y en el final de ese período apa- na, en su condición temporal, histórica. El pensamiento tiene en ella
/ y* recen los grandes sistemas de Fichte, Schelling y Hegel. sü límite: "no puede ir más allá de la vida misma". Pero la vida es
j
v En contraposición con los exponentes del pensamiento metafísico, se un dato último de nuestra experiencia y sería contradictorio considerarla
"como apariencia":^ "porque en el curso de la vida, en el crecimiento
afirman aquellos pensadores que reivindican los derechos de la experien-
desde el pasado y en la proyección hacia el futuro radican las realidades
cia y que tienen por punto de partida las conquistas de las ciencias natu-
que constituyen el nexo efectivo, y el valor de nuestra vida".2 Admitir
rales; pero les toca combatir con una corriente especulativa de poderosas
algo intemporal como "condición del curso de la vida en toda su conexión
raíces en la cultura alemana y que dominaba en ella sin discusión, .
sería mentar aquello precisamente que no vivimos y, por lo tanto, un
presentándose como el signo de una nueva época.
reino de sombras". 3
En la tensión espiritual de la lucha entre ambas corrientes filosófico-
culturales, más la circunstancia de "la constitución definitiva de la cien- , En su concentrarse en el problema de la vida, Dilthey destaca un
cia histórica, y por medio de ella, de las ciencias del espíritu", crece la hecho de enorme importancia: la vida nunca está despojada de un "escla-
generación de Dilthey ; perspectiva de motivaciones qué éste acoge en recimiento por la objetivación del pensamiento"; en ella, el pensamiento
su filosofía. se da ya con la percepción: "se trata de una fundación". El pensamiento
—sus contenidos— nos remite siempre a la "percepción y a la vivencia".4
Por su sólida formación en la ciencia histórica, Dilthey no acepta
"las construcciones históricas" de Hegel, ni su "metafísica, ni su dialéc- Con esa reflexión sobre "la realidad de la vivencia'J presupuesta por
1
1
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 20.
Citado por EUGENIO PUCCIARELLI : Introducción a la filosofía de Dilthey. Bue-
2
W. DILTHEY: o b . cit., p á g . 20.
nos Aires, 1944, pág. 10.
s
Cf. para todo lo que sigue en este apartado: BERNAHD GROETHUYSEN: Dilthey
2
W. D I L T H E Y : Introducción a las ciencias del espíritu, pág. XXII.
S "W. D I L T H E Y : ob. cit., pág. XXII.
et son école, en el volumen colectivo: La Philosophie Allemande au XIXe. siècle, 4
W . D I L T H E Y : ob. cit., pág. XXII.
Ed. Félix Alean. París, 1912.
454 ' E:DNA H E XD B R E D E R PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX 455
811 actividad lógica, se advierte que, si para Dilthey la vida es, en: "sus consciente de las limitaciones que encierra una "explicación de todos los
fundamentos, insondable, I de naturaleza irracional, ello no obsta "a que fenómenos del alma a base de la» leyes cor; arreglo a las cuales se
s e la pueda racionalizar, aunque estcTliitimo no se lo realice "sin residuo. comportan entre sí las representaciones dentro del alma", señala "el con-
Igualmente, con "la realidad de la vivencia y su captación objetiva", tenido íntimo de las aspiraciones que, a pesar de las divergencias existen-
s e logra el acceso a la realidad del mundo exterior, de la que tenemos tes entre sus órbitas de ideas, movían por igual a hombres geniales como
que responder desde nuestra conciencia, porque independientemente de Schléiermacher, Hegel y Schopenhauer".1 Detrás de los esfuerzos espe-
ella no sabemos qué cosa ¡sea. Es la resistencia a nuestros impulsos la que culativos de los idealistas alemanes y He la imagen del hombre que se.
denuncia "el fuera" del mundo externo respecto de nosotros, y, de ese forjan, no obstante las imperfecciones del método en que se apoyaban,
modo, condiciona "nuestra voluntad y su adopción de fines".1 Dilthey entrevé una conciencia alerta de la totalidad humana y entronca
En esa objetividad del mundo externo, que concluimos de nuestra con ellos di proyecto de constituir esa "psicología real®5 o antropología,
vivencia, se funda también el mundo espiritual y la posibilidad de su como la denominara Novalis. Aun cuando su obtención quedó entre los
conocimiento. Pero con el valor concedido a la-vivencia y la subsecuente deseos de Novalis, procura bosquejar su probable contenido: "¿qué es
negación de un introspeccionismo que quisiera despojarse del pasado la psicología real? Una psicología que se propone ordenar el contr«líelo",
1
humano para entender al hombre, tenemos expedito el camino que nos ¿;. n'.'>.Vü-a l¡;:u< .^''W:-.. ( ¡ prender gn "m" • * añt
2
conduce a captar este principio rector de la filosofía de Dilthey: "Sólo ello sea posible". Cuando se reconoce que la voluntad y el sentimiento
su historia nos dice lo que es el hombre"; y con su conocimiento, descu- no pueden subordinarse o derivar de las relaciones de las representaciones,
brimos que es "la entrega a los grandes poderes objetivos" que la histo- se está en vías de lograr una explicación más amplia de lo psíquico por
ria ha engendrado^ lo que libera "'del tormento del momento y de la la insistencia en la unidad espiritual y el anhelo de "penetrar ei las co-
fugacidad de toda alegría", por donde se abre un horizonte de reconcilia- nexiones internas -mismas, sobreponiéndose, a;-las separaciones artificiales -
ción "de la personalidad soberana con el curso cósmico".2 y a la tradición «alagada con ellas".® Pero, además, Dilthey anticipa ya,,
Pues bien, en ese enfrentamiento a los hechos espirituales, a las obje- con extraordinaria perspicacia, la posibilidad de derivar de esa "psicolo-
! tividades que integran el i mundo históríco-social, la cultura, tenemos el gía real" consecuencias fructíferas para la comprensión de la historia, así
punto de.arranque de su psicología descriptiva y analítica que es uno de como un punto de vista unificador de disciplina que, dé otro modo, apare-
los descubrimientos de mayor significación que ha hecho Dilthey, aunque cían dispersas: ética, filosofía de la religión, estética, filosofía de la histo-
n o surgiera de su cabeza toda armada y se continúe en nuestros días ria. Porque el primer paso es, para él, un adentramiento en la totalidad
la tarea de estructurarle iSi toda su filosofía se ciñe al objetiyo capitel humana, un acceso intuitivo a la unidad estructural del espíritu y a la
de encontrar al fundamento gnoseoiógico de las ciencias del espíritu; ; riqueza vivirte "ele" sus formas que es el "geraa'én típico Je' un mundo
núcl< • • la raz^ '.'." y n ~ a a su se ve : convicio- inmensúráTíTi^ 3eT ísaj; )>';-Tz"l.""¿q:r" ' 3a ie;i7FÍ >lo¿
I de ¡esiaUw™una nueva psicología" que se adestrara' a le lavgo ¿e ja m s t o m versal, en tanto" ¿cB<ipw. un ii.'tío >310,
en el conocimiento del hombre,báse de á q u é ^ ciénciak" él cual no : absolutamente explicable".^^Venios, pues, que lt¡ lectura de ese mun3o 1
puede lograrse jpor la psicología de c&rté cientifico-natüral. í ív 'íieb hemos" ae hacerla m nuestro propio espíritu, órgano del que
parte y al que confluye toda comprensión histórica.
La psicología descriptiva y analítica En el ensayo Acerca del estudio de la historia de las ciencias del
Los primeros atisbos de su planteo del problema los adelanta en un hombre, de 1875, han de subrayarse algunos conceptos que atañen a nues-
estudio sobre Novalis 3 de 1865. Prolongando reflexiones de éste, se inter- tro tema y que se vinculan con la imposibilidad de conocer al individuo
na en los dominios de una psicología novísima, a la que se le asigna un humano prescindiendo de sus relaciones con "el gran todo", esto es, con
cometido mayúsculo: resolver el problema del mundo a través de "la el mundo histórico, en el que se generan "las formaciones psíquicas suPe~
visión de nuestro propio yo". Develar el misterio que el hombre és para riores"-5 Expresión terminante deese criterio son estos fragmentos: 1)
sí mismo, resulta ser, según Novalis, "el contenido supremo de la his- •hay alagarta psicología exacta .que, .puecGT" fundar,.- con - los m¿9i*oa de
toria".4 que disponemos, una suposición de tanto alcance que, sobrepasando eT
Dilthey, por su parte, interpretando el alcance de esos enunciados,
1 W . DILTHEY: o b . c i t , p á g . 304.
1
V . D I L T H E Y : ob. cit, pág. XXIIL 2 W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 371.
» W . DILTHEY: o b . c i t . , p á g . X X I X . 3 W. DILTHEY: o b . c i t . , p á g . 372.
4
Cfr. W. D I L T H E Y : Vida, y Poesía, traducción de Wenceslao Roces, Ed. Fondo W . DILTHEY : o b . c i t . , p á g . 374.
de Cultura Económica, México, 1945. 6
"W. D I L T H E Y : Psicología
y teoría del conocimiento, traducción de Eugenio
4
W. DILTHEY : ' o b . cit., p á g . 371. Irnaz, ,'Ed. Fondo de Cultura Económica. México. 1945. pág. 437,
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campo de nuestras experiencias, pretenda construir la constitución final otros, sean cualesquiera sus determinaciones especiales) ; por tanto, se nos
de un individuo aislado que no existe en ninguna parte". 2) "Todos los da como vida y , no como mera representación".1
\l hechos en ella (la sociedad) nos son comprensibles; sobre la base de la"
percepción interior de nuestros propios estados los podemos reproducir
en nuestra representación hasta un cierto punto, acompañarlos de odio
Retengamos, pues, el resultado: "con nuestra propia unidad de vida
se nos da al mismo tiempo un mundo exterior; se hallan presentes otras
unidades de vida".2 En consecuencia, si se procura obtener un conoci-
y de amor, de alegría apasionada y de todo el juego de nuestros senti- miento seguro en el dominio de la historia y de la sociedad, en suma',
mientos, mientras contemplamos ese mundo en que nos percibimos a nos- si se quiere otorgar a las ciencias del espíritu, una base inconmovible,
otros mismos como elementos que actúan entre otros elementos. Porque hay que dilucidar previamente el "todo vivo" del espíritu humano j u e es
este mundo nuestro es la sociedad y no la naturaleza".1. su fuente nutricia, lo cual nos encamina ál tema de la psicologíd* pero
En las citas que anteceden se da por descontado que hay una "per- de una psicología cuyo método y cuyas categorías no existían aun. De
cepción interior" por la que captamos nuestros propios estados; pero esa modo equivalente a la actitud que luego le tocaría asumir a Husserl
fuente de observación interna es, justamente, la que ponía en duda o, frente a la lógica de su tiempo, Dilthey niega resueltamente que la psico-
mejor, la que ha sido cuestionada en su validez científica por Augusto logía calificada por él de "explicativa", "constructiva" y "atomística" y en
Comte quien considera que no hay otro estudio del espíritu humano que la que se engloban todas las corrientes del asociacionismo, del materia-
el llevado a cabo por la ciencia fisiológica, atento al paralelismo existente lismo y de la psicología experimental en las variadas formas que enton-
entre los estados espirituales y los estados del cuerpo, pues aquéllos care- ces adoptaban, fuera esa ciencia fundamentadora que él buscaba. Sus^
cen de legalidad propia. Ahora bien, Dilthey ve en la raíz de esa actitud objeciones se sustentan en una concepción de la vida psíquica que muestra ,
el intento de "someter el espíritu humano al conocimiento natural" y afinidad con la que para esas mismas fechas formulaban James, Bergson y
rechaza —por indemostrables— los dos supuestos en que se asienta: l 9 ) que Brentano.8 A diferencia de ellos y vinculado con el problema de la fun-
los fenómenos fisiológicos condicionan de un modo exclusivo los fenó- damentación de las ciencias del espíritu, exhibe una gran profundidad
menos psíquicos; 2 ' j que la percepción interna es imposible y estéril. gnoseológica en el examen de los supuestos naturalistas que dieron origen
Cuando en 1883 publica el primero —y único— tomo de su Introduc- a aquella psicología. En sus Ideas para una psicología descriptiva y gagr
ción a las ciencias del espíritu, el problema de una fundamentación filosó- litica (1894) 4 cree Pegada la hora de denunciar la ilegitimidad deicsegmr
fica de las ciencias del espíritu ocupaba ya, con mayor claridad que construyendo la psico ogia a imagen y semejanza de la física y de los~
ai principio, el centro de su meditación. Desde el prólogo nos dice que "sólo procedimientos de las ciencias naturales. En lo esencial, el elemento básico
en la experiencia interna, en los hechos de conciencia" halló el punto de su argumentación reside en el distingo <yie establece entre dos tipos de
seguro para anclar su pensamiento. Si las conclusiones se limitaran a psicología: una explicativa y otra descriptiva. La primera subordina Ios-
eso, se confundirían con las muchas extraídas en igual sentido por los hechos psíquicos a una conexión causal por medio de un número limitado
idealistas. Mas la aclaración viene pronto; que toda ciencia lo sea de la de elementos (que son partes "3T esa conexión), determinados de una ma-
experiencia y que ésta encuentre "su nexo original y la validez que éste nera unívoca. Idea ósaaa, que supondría alcanzar un sistema riguroso de
le presta en las condiciones de nuestra conciencia", quiere decir que ha conocimiento causai en el ammto de Jas ciencias del espíritu; más aún,
ft de fundársela en "la totalidad de nuestra naturaleza".2 Y para que no "se lograría (así) un conocimiento completo y transparente", sin residuo;
queden dudas, esa proposición se completa con otra en que Ies_objeta que Lorenzo Giusso califica con acierto como "una combinatoria psí-
tanto a los empiristas cuanto al idealismo kantiano, trabajar en teoría quica"." - "
del conocimiento con un sujeto cognoscente por cuyas venas "no circula
Los objetivos de esa psicología sólo pueden cumplirse mediante hipó-
sangre verdadera sino la delgada savia de la razón como mera actividad
tesis; y no se trata aquí de rechazar el uso de las hipótesis en la ciencia,
intelectual".8 Por lo demás, el mejor ejemplo de la distancia que lo
separa de ellos es proporcionado por el ensayo en torno al "origen y sino de tener en cuenta que, en este caso, ese carácter es esencial:
legitimidad de nuestra convicción acerca de la realidad del mundo exte- sólo a base exclusiva de hipótesis se erige la psicología explicativa.|Tal
rior". Mientras que, para la mera representación, el mundo externo no uso de la hipótesis tiene su sentido cabal en las ciencias de la naturaleza,
es más que fenómeno, "para nuestro entero ser volitivo, afectivo y repre-
1
sentativo se nos da al mismo tiempo que nuestro yo y con tanta seguridad W . DILTHEY: ob. cit., p á g . 7.
2
W . DILTHEY: ob. cit., p á g . 7.
como éste, la realidad exterior (es decir otra cosa independiente de nos- 3
Cfr. Labor de los Centros de Estudios, Sección I I , EUGENIO PUCCIARELLI: La_
psicología de Dilthey, Universidad Nacional de La Plata, 193íL_í .
1
W . DILTHEY: ob. cit., págs. 462-463. 4
W . D I L T H E Y : Psicologia y teoría del conocimiento, págs. 223 a 328. |
2
W . DILTHEY: Introducción a las ciencias del espíritu, pág. 5. 5
LORENZO GIUSSO: Lo storicismo tedesco, Ed. Fratelli Bocca, Milano, 1 9 4 4 ,
3
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 6. página 25.
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pues en ellas percibimos por vía sensible "relaciones de coexistencia y del espíritu sin acudir a 1a psicología puede conducir a un resultado
de sucesión, sin ninguna conexión causal de lo que se presenta simultánea útil".1
o sucesivamente"; el vínculo causal se instituye cuando completamos esa. Pero la salida del dilema señala ei designio a que nuestro autor
captación de la naturaleza mediante nuestra actividad intelectual. Ahora entregó . sii vida: buscar una ciencia fapdainág^dd^^gto' cicndaT'lIeP
bien, ese nexo entre los! fenómenos, que hay que construir y precisar • espíritu. : ¿ f e . ser una nueyg. psicología .
mediante el "uso del experimento y de la matemática en el control de las "o psicOt-ogía c w y i ^ y a , liberacfa del carácter esencia tmsnte átpoükie0
hipótesis que se van formulando, en el orden psicológico se da como un j j j a j ^ c o ^ ^ C i e ñ n n c o ^ ^ u H r y capaz tfe- oírecer a tcc?a~ü';~"Hseu •*. íña»
hecho trabado con otros, r.o aislado sino en estructura, A esto se debe que presuponen la conexión psíquica para sus conocimientos, un funda-
que, sin eliminar el uso de la hipótesis, sea menos necesario en el ámbito menta.jssguro j sistemático, .priacimos y jpeto3g3 _que
de la psicología descriptiva o analítica o psicología comprensiva, pues, mves^sdor esa piofolog?a concreta a e l a vida que sólo en los raros artis-
si "la conexión de la vida anímica m sigo originariamente dado", enton- tas y pensadores geniales y en sus obras, se nos muestra realizada. : ü.1
ces, "la hipótesis no constituye su base imprescindible"; 1 observación nuevo camino que se abre para la psicología "parte del hombre civilizado
que, asimismo, pone de relieve la necesidad de establecer un criterio y desarrollado", del que han de describirse "la conexión de su vida psí-
metódico de importantes consecuencias: antes que "explicar" el nexo entre quica" y mostrarse "las manifestaciones principales de la misma valién-
los fenómenos psíquicos hay que describirlo y comprenderlo; portjue si dose de iodos los recursos de la actualización artística, analizando del
la naturaleza la "explicamos"« la I vida anímica la "comprendemos".; I ; De mejor modo posible las diversas conexiones singulares contenidas en esta
tal modo, en la experiencia interna se nos dan también los procesos conexión abarcadora". El análisis se lo ha de llevar hasta sus últimos
de causación, de los enlaces de las funciones, como miembros especia- ¡imites; pero lo que se resiste a él, ha de ser dejado tal como es. Se
les de la vida psíquica en un todo: "la conexión vivida es lo primario y harán explicaciones genéticas de los procesos cuya conexión es dable
lo secundario la distinción de los diversos miembros de la misma".2 observar más hondamente, sin perder de vista el grado de seguridad que
Los haces de hipótesis diferentes que se proponen en la psicología le corresponda. Este tipo de psicología debe, en opinión de Dilthey re- j
explicativa, se le aparecen a Dilthey como "lucha de todos contra todos, currir "a la psicología comparada, a la historia evolutiva, al experi-
no menos violenta que la que reina en el campo de la metafísica".® Como mento, ai análisis de los productos históricos"; así. es como habrá de
todas ellas penden de la "insolubilidad del problema metafísico de la rela- convertirse "en él instrumento del historiador, del economista, del polí-
ción entre el mundo espiritual y el corporal", tampoco es posible, por tico, y del teólogo; así podrá también dirigir y guiar al observador de
dicha razón, "un conocimiento causal seguro": paralelismo psicofisico, los hombres y al hombre práctico".2 *—
atomismo, reducción de todos los fenómenos psíquicos a combinación de Como un modo de hacer patentela diferencia entre uno y otro tipo
sensaciones y sentimientos (con lo que la voluntad se reduce a una de psicología, Dilthey destaca que en la psicología naturalista se/lia dea-
"apariencia secundaria"), etc.; he ahí algunas de las hipótesis cuestio- conocido c se le ha concedido escasa importancia a una fuente~ái" ¿a3er-
nadas. 4 vácioíi sin Ta cual no es posible^ h a Ü ^ u n auténtico3o n o c i m íj™ t o del faon?--
En su actitud crítica frente a la psicología explicativa, Dilthey debe breTTa~percepcioa ;aierñi~"o' la percatación íntima, el Vivir. que se da
arrostrar este dilema: "o bien las ciencias del espíritu se sirven de los cía uE modc uimealatG.:- Por otra parte, no se trata sólo le un puro mo-
fundamentos que les ofrece la psicología, y cobran así un carácter hipo-, mento intuitivo: esta percépción se presenta siempre penetrada de pro-
tético", o bien se apoyan en una "equívoca psicología de la vida", pres- cesos lógicos elementales: diferenciar, igualar, determinar grados de dife-
cindiendo de toda sistematicidad científica en los hechos psíquicos.6 Adop- rencia, unir, separar, abstraer, trabar varias conexiones en una, lograr
tar la primera solución, es internarse en una selva de opiniones contra- de diversos hechos una uniformidad. Con esto tenemos "una primera cuali-
puestas que no confieren más que incertidumbre a lo que se quisiera fun- dad dé la captación de ¡los estados internos que condiciona la investiga-
dar en ellas; propender a la segunda, es exponerse a caer en un empiris- ción psicológica: la intelectualidad de la percepción interna".3 Pero, a
mo seco, superficial, estéril — que omite partir de la conexión compren- su vez, la captación de los estados psíquicos "surge de la vivencia y se
dida de la vida espiritual. En este campo, Dilthey se halla firmemente mantiene vinculada a ello".4 Se da aquí aña cooperación de todas las"
convencido de que "ningún intento de establecer una ciencia empírica
1
W . D I L T H E Y : ob. cit» pág. 2 3 1 . El subrayado en éste, como en todas las "citas
1 W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 228. que siguen, responde a la finalidad expositiva, y es nuestro. En los casos de subra-
2
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 228. yados de los autores —muy escasos— nos ha parecido innecesario aclararlo.
8
W . DILTHEY: o b . cit., pág. 2 2 6 .
2
W. D I L T H E Y : ob. cit., págs. 242-43.
* W . D I L T H E Y : ob. cit., págs. 226-227.
3
"W. D I L T H E Y : ob. cit, págs. 2 5 8 - 5 9 .
5 4
W . DILTHEY : o b . c i t . , p á g . 230. W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 259.
45Ó EDNA HEIDBREDER PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX 461
fuerzas del ánimo, en "omnímoda conexión", al decir de Ortega y Ga- denominado "espíritu objetivo", que es como la otra cara del conoci-
s s e t , 1 que determina las características de la comprensión de nosotros mis- miento psicológico y permite verificar "el origen, las formas y la acción
mos y de los demás: no son procesos puramente intelectuales sino que de la conexión psíquica en el hombre". A este respecto es muy suges-
ponen en fuego la totalidad del espíritu. Aquí el todo es antes que las tiva la cautela con que Dilthey estima :'«f*^mSíoHo' nvffüspecüv«, al que
partes, lo cual nos permite "comprender una proposición singular, un sólo le otorga validez si se lo Coordina con los___datQS- históricos: "Lo
gesto o una acción determinada". 2 Así, la empresa de "una reconstruc- que el hombre es no se conoce mediante la cavilación sobre uno mismo
ción de la general naturaleza humana por la psicología" tendrá que cimen- ni tampoco mediante experimentos psicológicos sino mediante la His^"
tarse en el método de la comprensión: "la experimentada conexión de la toria"; y, además, si se estatuye una relación entre la "percepción y
vida psíquica tendrá que constituir el fundamento firme, vivido e inme- observación de nosotros mismos, la captación"cfe"otras personas, el metoHo"
diatamente seguro de la psicología, por mucho que penetre en la inves- comparado, el experimento, el estudio de los fenómenos anormales^'.1
tigación experimental de detalle".3
Dejando de lado los esbozos de Dilthey, ilustrativos de los diversos
En la idea de esa nueva psicología a que Dilthey aspiró, el método
capítulos de una psicología descriptiva y analítica, para tener una idea
descriptivo —aplicado tradicionalmente en las ciencias de la naturaleza—
amplia de lo que entiende por comprensión de los fenómenos psíquicos,
adquiere una gran significación. En la vivencia, el nexo entre las fun-
es obligado recurrir a los desarrollos que exhibe en su obra El mundo
ciones se da por dentro, lo cual hace que todo conocimiento particular
histórico (con trabajos realizados entre 1900 y 1910).
derive de un análisis de este hecho. Es a partir de la estructura psíquica,
con su trabazón peculiar, que la descripción conquista "un fundamento La psicología comprensiva quiere captar al hombre en todos los ras-
indudable de validez universal". Toda forma de pensar psicológica surge gos diferenciales, típicos, que lo definen frente a la naturaleza y sus
d e esta "conexión dada", no construida, y la desarticula y distingue. Las productos; antes que englobarlo cómo una parte del universo, procura
operaciones lógicas —como hemos visto— se ejercitan ya en la actividad mostrar su autonomía, no obstante cualquier condicionalidad en la que
descriptiva. La vida psíquica es una conexión de funciones en las que fuera puesta como base la conexión de los prócésos físicos para derivaí de
pueden mostrarse otros tipos especiales de conexión que imponen a la psi- ella los hechos psíquicos. Asimismo, s u c o m e t i d o j e orienta en la bús-
cología nuevas tareas. Además, la descripción se completa por el análisis: queda de las intenciones fiñes^IjBág bien quej^en l a de ^las
"desarticulación de una dada realidad compleja". 4 Pero en la realidad causas. Parte dé~la conexión efectiva, vivida, entre los distintos fenóme-
psíquica, el análisis cuenta —"sin interposición de hipótesis"— con un n o s p s í g u i c o s ^ q u e posibilita la comprensión. ÁsI7 "medí ante ~ "Ia~co ópera -
trasfondo que le otorga efectividad a todas sus operaciones: "la totalidad, ción de todas las fuerzas del ánimo", contando con "la conexión que se
viva de la conciencia en la conexión de sus f u n c i o n e s . . . , la visión de las da en el «vivir» propio y que se ha experimentado en innumerables casos",
formas y uniones válidas de esta conexión obtenida por abstracción". 5 se ha de hallar "una conexión de vida en lo dado".2 Resulta evidente,
Sin abandonar la fidelidad a lo intuitivo, a lo captado en la vivencia, pues, tal como lo precisa Dilthey, que "conexión y comprensión se corres-
l a psicología descriptiva y analítica "puede someter a discusión las hipóte- ponden mutuamente".® Se arranca del "vivir" o experiencia de nosotros
sis amplias de la psicología explicativa", consciente de su carácter proble- mismos y se retorna a él en un proceso en que se transfiere "el propio yo
mático. Aquí se perfila una nota diferencial de las más relevantes entre a un complejo dado de manifestaciones de vida".* ü.n e¡sa operacion se f
uno y otro tipo de" psicología: una, la descriptiva y analítica, arriba~a" funda "el rgodo—supremo" de hacei intervenir en él comprender, "la \
hipótesis que completan sus indagaciones; "la otra, la explicativa, comienza' totalidad de la vida anímica", esto es,' ""la' reproducción" ~o" "reviven-
con ellas".6 cia",, proceso en el cual, "paftíeñ3ó"~3e ~"si'gnos_-j|uet_SFI_ nos dan por fuera
Las categorías psicológicas básicas a utilizar, en el nuevo punto de sensiblemente, conocemos una interioridad". 6 Toda "manifestación exte- "
partida, conciernen a la estructura, al carácter teleológico y causal a la rior_de_vi<ja^ es el pirnto de apoyo de una posible captación "de «lo inte-
vez, de la conexión psíquica, al desarrollo, el cambio y la actuación de rior» que la produce" -M camino que se recorre'se iniciaren lo "dado
l a conexión psíquica adquirida. sensiblemente y concluye en lo que "no cae nunca bajo los sentidos y que,*
Un complemento insustituible lo ofrecen todos los exponentes del sin embargo, opera y se expresa exteriormente". Ocurre, pues, afirma
Dilthey, "un retroceso del curso sensible exterior del acontecer humano a historia y i sólo porque somos lo primero podemos ser lo segundo"^ Es en
algo qué no cae bajo los sentidos para captar, para comprender aquello el mundo histórico, lleno de significado para nuestras vidas, en el que
que se manifiesta en el curso exterior".1 Y tal contraposición de externo acontecen I las referencias a valores, la adopción "de fines y el estableci-
e interno la juzga fundada en tanto que designa el nexo existente en la miento de ideales, donde; la psicología comprensiva sitúa ^sus problemas.
comprensión "entre la manifestación sensible exterior de la vida y lo que INo postula un sujeto psicológico descarnado, para uso de los laboratorios
se produjo, lo que se manifestó en ella".¿- "llemvestigación experimental, sino el hombre real, histérico, dentro de un
No seria el caso de decir que con el método de la comprensión tene- determinado contexto socio-cultural :y que en su padecer, obrar y crear,
mos una variante de la antigua y vilipendiada introspección, pues es algo no puede ser desgajado de las condiciones generales en que se asienta
más complejo. Frente a los positivistas^ Dilthey vuelve por los fueros de su época.
una percepción' interna contrapuesta a ta externa, por cuyo intermedio"
noa cemoríam»3, nos \>.- , de nuestros propios estáSíF-^ero no le EDUARDO SPRANGER
atribuye más significado que ése y, desde otra perspectiva, podría consi-~
derárselo un detractor de las virtudes conferidas al método introspectivo." Entre los discípulos de Dilthey, nadie como Spranger se ha situado
fen efecto, no se c4nsa. de jepetir, tiue los que^ansían conocer al hombre" tan en la línea de su maestro, y no para ofrecernos una mera prolongación
por buceo interior, emprenjaen un * mino equivocado y, a la subjetividad de sus ideas, antes bien para probar la fecundidad de muchas de ellas y
de ja yiyesncia, les opone la objetividad de la vidá^en que nuestro yo esta —sobremanera— para poner precisión y desarrollo acabado en algunos
indisolublemente coñedtádo cori er"mundo exterÍ0r, 'C0IR~K5"0tras personas^ problemas, allí donde el maestro presenta puntos de partida, incitaciones,
y con las objetivaciones ¿él espirita; por otra parte, sabe enrostrarles la - ésbozos que no alcanzó a formular con total sistematicidad o con visión
inau üj j .íc iento.de nosotros mos 1 j¡3j amplia de sus consecuencias. Su labor teórica se ha volcado en la peda-
Ta~comparación con eTprójWos^^en suma, que excluyera el rodeo de fa. gogía, en la investigación psicológica y en los problemas de método y fun-
comúreásión". que es, como dice béllamente, "un encontrarse del'yó en el damentación de la psicología como ciencia del espíritu, aspectos de una
tú^.^Es dentro de feos lincamientos, llevados"! "Sus"últimas consecuencias, filosofía cuyo exponente más organizado lo representa su obra Formas de
que ha de concluirse que la historia provee el más auténtico conocimiento Vida (1914), donde elabora los principios en que debe encuadrarse toda
del hombre y donde verificamos por antonomasia el nexo-- indestruc-tiSIe" comprensión y formula su teoría de los tipos de personalidad, relacionados
entre vida, expresión y comprensión, que se opera en el vivir lo humano, en con una psicología que quiere obtener la mayor concreción en sus obje-
_fil manifestarse la vida expresivamente y en el comprender esas expresiones. tivos, concibiendo al hombre en nexo con las direcciones de valor, esto es,
El ámbito a que se extiende ese proceso es vastísimo, abarca no sólo "los en cuanto ser histórico y cultural; psicología de la estructura, compren-
ademanes, los gestos y las palabras, con los cuales se comunican los hom- siva, evolutiva y tipológica, de la que nos ha dado una muestra en gran
bres, o las creaciones espirituales perdurables, en las que se abren a la com- estilo con su Psicología de la edad juvenil (1924).
prensión las honduras del creador^ o las objetivaciones constantes del Ya desde su tesis doctoral: Los fundamentos psicológicos y gnoseo-
espíritu en formaciones sociales, mediante las cuales se transparente lo lógicos de la ciencia histórica (1905), y en numerosos cursos universitarios
común del ser humano y se nos ofrece con intuitiva certeza, sino que tam- •y comunicaciones a academias científicas y congresos de psicología que
bién la misma unidad vital psicofísica se conoce a sí misma por esta se extienden con el correr de los años hasta el presente, se advierte en
relación doble entre vivencia y comprensión",4 pero en todos los casos Spranger una preocupación central por proseguir la revisión crítica de los
comprendemos en la medida "que vamos colocando nuestra propia vida postulados I de la psicología naturalista, iniciada por Dilthey, a la vez que
V_«vivida» por nosotros en toda clase de expresión de vida propia y ajena".® por aportar nuevos argumentos que justifiquen los derechos de existencia
de una psicología científico-espiritual. Se suceden durante ese lapso escri-
Enunciando el objeto de la psicología comprensiva, Dilthey lo caracte- tos y lecciones donde se abordan sus fundamentos, sus métodos, sus rela-
riza de este modo: "es ún buscar al hombre en lo vivido y comprendij¿7 ciones con las ciencias del espíritu y en especial con la teoría pedagógica,
en las expresiones y actuaciones", definición que se corrobora cumplida- sin descuidar el análisis crítico del dualismo, psicología como ciencia natu-
mente al precisar el máximo supuesto en que descansa la ciencia histórica: ral y psicología como ciencia del espíritu, y entreviendo la posibilidad
"somos en primer lugar seres históricos antes de ser contempladores de la de unificarlas.2
1
W. DILTHEY: ob. cit., págs. 103-104.
1
2
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 104. W. DILTHEY: ob. cit., pág. 304.
2
8
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 215. Cfr. J U A N ROUHA PARELLA: Spranger y las ciencias del espíritu. Centro de
4
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 107. Estudios Filosóficos de la Universidad Nacional de México, Ed. Minerva, México,
5
W . DILTHEY: o b . cit., p á g . 107. D. F., 1944. Cap. I, en especial 6; cap. V; Caj>. VI, 23.
I
predominantes y sobreentendido que la totalidad del espíritu respalda a cuales data de 1948, con reelaboraciones considerables.1 A pesar de que
cada una de ellas. Nos limitamos a la enumeración de tales tipos: l 9 ) el los supuestos en que se asienta este tratado denuncian ya una segura con-
hombre teórico; 2?) el hombre económico; 3*?) el hombre estético; ciencia filosófica, su decidida transición a la filosofía está marcada por
4"?) el hombre teorético; 5°) el hombre político o del poder; 6?) el hom- Psicología de las concepciones del mundo, de 1919, que en opinión de
bre religioso. Hannah Arendt debe ser estimado, cronológicamente, eí'primer libro de
la escuela existencialista. En él se ofrece una nítida "ruptura con la filo-
Sin pasar al examen de la fundamentación que da Spranger en For- sofía tradicional", al mostrar que todos los sistemas filosóficos son "cons-
mas de vida (parte II), de su teoría de los tipos básicos de la individuali- trucciones mitológicas" que no pueden pretender un valor absoluto, por
dad, no ha de olvidarse que son tipos puros, nunca realizables por entero cuanto consisten en "edificios en los cuales el hombre se refugia en la
en los sujetos empíricamente considerados; pero que se constituyen en ver- búsqueda de un amparo frente a las verdaderas cuestiones de su existen-
daderas categorías de la comprensión personal.. Si la investigación se fija cia". Asumiendo un puesto en la rebelión de los filósofos contra la filoso-
en los condicionantes históricos, sociales y culturales, se obtienen tipos fía, allí se intenta "reducir la filosofía al filosofar" y, no obstante exhibir
medios en que el trabajo inductivo complementa y le otorga concreción a "resultados", se les niega su carácter de tales, en sentido estricto, al des-
aquellos tipos ideales a priori. pojarlos de toda pretensión de constituir algo definitivo. 2
Los que sostuvieron que los i tipos de Spranger no existen, han enun- A lo largo de una nutrida producción, dos son las obras filosóficas
ciado una objeción a la cual, como el propio autor lo dice, no se le puede capitales de Jaspers hasta ahora publicadas: Philosophie (Filosofía), en
poner remedio. Y bien se ve por qué: sería absurdo querer ver realizado tres volúmenes, de 1932, y Von der Warheit (Sobre la verdad), de 1948,
en los hombres concretos aquello que se vislumbra en la lejanía del ideal. Fué privado de su cátedra por el nazismo en 1937 y reintegrado a
A su vez, sin esos esquematismos —todo lo descarnados que se quiera— ella en 1945; pasó luego a la Universidad de Basilea en 1948. En Ginebra,
se carecería de un instrumento imprescindible para enfocar la abigarrada en reuniones de la que participaron intelectuales de varios países, ex-
multiplicidad de lo humano. puso en 1946 sus ideas sobre el "espíritu europeo" y en 1949 acerca
En la medida en que aborda- el problema de los cambios en la estruc- de las "condiciones de posibilidad de un nuevo humanismo".® Otro testi-
tura psíquica, según los grados de maduración y desarrollo, contribuyendo monio de su dedicación a problemas del presente lo proporciona su tra-
al mismo de un modo relevante con su obra Psicología de la edad juvenil, bajo La culpabilidad alemana, de 1946.
debe mencionarse un último rasgo que distingue a la labor psicológica de Con su traslado a Basilea, se confía que, en el ambiente propicio
Spranger, y es esta preocupación por el estudio evolutivo de la vida de Suiza, Jaspers redacte los libros que tiene anunciados sobre teoría de
anímica. las categorías, teoría de los métodos, teoría de la ciencia e historia gene-
ral de la filosofía. De ocurrir así, "la obra de Jaspers se presentará como
KARL JASPERS el sistema más completo de la investigación filosófica de estos años".4
Antes de considerar sólo por vía exclusivamente metodológica la exis- maduración y plenitud en su permanente vínculo con los otros, en las
tencia de los dos grandes tipos de psicologías, Jaspers procede a un examen situaciones de la vida. El ideal de un ser que encerrado en sí se bastara
minucioso de sus diferencias y de su complementa ción, a propósito de a sí mismo, la autosuficiencia, carece de fundamento y más bien cabría
cada uno de los aspectos particulares del inmenso orden de fenómenos mostrar la casi total dependencia del individuo en relación con lo que
comprendidos por la psicopatología general.1 Ve esa dualidad abonada por no es él: "Tiene como ser vital necesidades que sólo pueden satisfacerse
la condición misma del hombre que "entre espíritu y naturaleza, es al desde fuera. Tiene que vivir en sociedad y actuar para participar de los
mismo tiempo ambas cosas". Desde el punto de vista somático, "apenas bienes necesarios a la vida. Tiene que vivir con otros seres humanos eje-
difiere del animal"; en psicopatología, sin embargo, su posición se singu- cutando y tomando, entregándose y manteniéndose, amando y odiando,
lariza con toda nitidez, pues se carece de auténticas pruebas concluyentes para no volverse vacío e insignificante en su soledad. Tiene que vivir
de la existencia "de una verdadera enfermedad mental «funcional» en los en intercambio, aprendiendo, escuchando, comprendiendo y produciendo
animales", por lo cual es lícito concluir que este fenómeno natural, antes algo nuevo de lo apropiado, para participar en el espíritu, que no alcan-
que general, es específicamente humano. Por otra parte, aun cuando el zaría nunca sin la comunidad".1
hombre integra la serie zoológica, su constitución somática —que repre- Las situaciones de la vida a través de las cuales el individuo cumple
senta más posibilidades y una menor especialización que las otras for- su desenvolvimiento, se bifurcan. En lo cotidiano se enfrenta a situaciones
mas de vida— lo destaca de los animales. Enfocado desde otra perspec- típicas donde actividades, ejecuciones y vivencias son desatadas o incita-
tiva, la diferencia se hace más abrupta: sólo en él hallamos libertad, das. De ellas se ocupa la psicología comprensiva, que hace presente cómo
reflexión, espíritu. A la manera pascaliana, Jaspers propone asentir a la "el azar, la ocasión, el destino son llevados a los hombres por la situación
idea que el hombre no es ni ángel ni bestia.
y aprovechados o descuidados por ellos". Pero el hombre no se agota en
De esa ambigüedad o ambivalencia característica de lo humano, se su comportamiento en la situaciones típicas. Sostiene Jaspers que lo que
engendran los planteos que remiten a la psicología comprensiva, y con- el hombre es y lo que puede llegar a ser, depende del modo en que expe-
dicionan la nota peculiar que la enfermedad mental posee en el cuadro de rimente, se apropie y supere las que denomina situaciones fronterizas o
las enfermedades que estudia la medicina. Es por esto que aclara Jaspers: límites, cuyo signo es la muerte, la culpa, la lucha con lo ineludible y
"La psiquiatría se distingue del resto de la medicina . . .por el hecho de decisivo.8
que el alma humana recibe su sello entero de la circunstancia que el
hombre no es sólo una criatura natural, sino un ser cultural. Los proce- La psicología comprensiva
sos psíquicos morbosos dependen, en su contenido y en su forma, del
círculo cultural y repercuten en él".2 El acento marcadamente especulativo de esos juicios, del mismo modo
Entre las categorías básicas que, a modo de trasfondo filosófico, que la insistencia con que vuelve a cada paso sobre los aspectos meto-
presiden sus teorizaciones psicológicas, cuenta la de la vida como existen- dológicos, ponen de relieve que la psicología de Jaspers se acuerda con las
cia en su mundo. El vivir en su mundo es característico de toda vida, (von bases de su filosofía y-, a la recíproca, ésta muestra su fecundidad en la
Uexhüll) ; con todo, adquiere en la humanidad un significado que la dis- investigación psicológica. En el existir en su mundo del hombre, la psico-
tingue, puesto que no es sólo un dato, es igualmente el producto de una logía comprensiva no podría arrancar unilateralmente ni de una perspec-
estructuración y elaboración consciente a lo que se une un saber acerca tiva objetivista, v. gr. la de cierto tipo de conductismo, que intenta hacer
del universo en general. En la inescindible relación del individuo con su caso omiso del ámbito de las vivencias y sólo estudia aquello que en el
mundo, se engendra su finitud, pues, si bien tiene un ser independiente y hombre es captado por la percepción exterior y registrado por la experi-
dispone de posibilidades de actuación, está siempre circundado por fron- mentación científico-natural; ni tampoco de una pura observación de viven-
teras que lo limitan: "La vida es una polémica con el mundo, que llama- cias que se limitara al momento descriptivo sin considerar los objetos con
mos realidad, es lucha, acción, formación —es frustración en él—, es los que ellas se enlazan y las objetivaciones en que se fijan y expresan
adajpltción a él, es aprehensión y saber acerca de él".3 (psicología de conciencia o introspeccionista). Su tema es vasto: " lo
También para Jaspers la psicología no puede restringirse a la consi- que el hombre hace, sabe, quiere, produce, es la manera como se compren-
deración del sujeto individual, pues éste se realiza y alcanza su propia de en el mundo. Lo que llamamos psicología comprensiva es así una
1
comprensión de esa comprensión".8 Mas la manera en que el hombre se
Todas nuestras citas corresponden a K . JASPEBS: Psicopatología general, trad.
del Dr. Roberto CX. Saubidet y de Diego A. de Santillán, Ed. Beta, Buenos Aires)
1950. Vols. I y IL * K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 382.
2
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 65.
2
K . JASPERS: ob. cit., I , págs. 3 8 0 - 3 8 1 .
3
3
K . JASPERS: ob. cit., I, págs 27 y 380. K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 4 0 5 .
45Ó EDNA HEIDBREDER
PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX 475
de las manifestaciones somáticas concomitantes, las expresiones y las obras, ciones causales que sólo son vistas desde fuera".1 Ahora bien, en el mo-
relacionándolos entre sí y refiriendo sus resultados a "totalidades abar- mento fenomenológico de la comprensión, puede prescindirse de los nexos
cativas": la constitución, la unidad nosológica (en psicopatología), la to- causales; pero en el corte longitudinal de lo psíquico que impone la com-
talidad biográfica del individuo. 1 Lo subjetivo y lo objetivo se conjugan prensión genética, no basta con "la comprensión de lo psíquico por lo
para darnos un conocimiento acabado del hombre. Es por ello que con psíquico", sino que ha de darse una explicación causal, como objeto cien-
vistas a una precisión terminológica muy necesaria, Jaspers caracteriza tífico-natural al que, en oposición a lo psicológico, no se lo ve "desde
los posibles sentidos que esa pareja de conceptos pueden tener. De un dentro" sino sólo "desde fuera". Así y todo, ha de mantenerse firme la
modo escueto los resumimos en el cuadro que sigue: nítida oposición entre el comprender estático y los meros datos de la
percepción sensible exterior considerados por sí, y el comprender genético
y la explicación causal estricta. Sostiene Jaspers que de ello depende "la
OBJ ETIVO SUBJETIVO
posibilidad de un estudio ordenado y de una clara exploración en psico-
1.—Todo lo perceptible por los senti- 1.—Todo lo captado por el situarse patología" —y en psicología agregamos nosotros—, pues se trata "de
dos, todo lo mensurable; esfuerzo en lo psíquico: asumir el papel últimas fuentes del conocimiento totalmente distintas".2
de trabajo, operación de la me- de otro, representación inmedia-
moria. Los aspectos parciales que se destaquen han de ser referidos al todo
ta de lo psíquico.
y por éste se han de comprender aquéllos; esto es lo que denomina Jas-
2.—Los contenidos racionales del pen- 2.—Lo propiamente psíquico captado pers el círculo hermenéutico en el proceso de la comprensión. Su posición
samiento, comprendidos por sim- por interpretación, viviendo lo que enfrenta por igual al mecanismo (intento de derivar el todo de los elemen-
ple reflexión, de un modo por vive el individuo, v. gr. la expe-
completo lógico, v. gr. ideas de-
tos) y al hegelianismo (intento de .derivar los elementos del todo). Y
riencia delirante inicial.
lirantes. como una advertencia para la investigación, hay que. tener siempre pre-
sente que el todo que constituye un ser humano es infinito y no se
3.—Una parte de lo que acaba de ser 3.—Lo que se sabe mediatamente por agota en lo empírico: "Nuéstro trabajo de investigación tiene finalmente
subjetivo-, lo psíquico captado en declaración del sujeto, v. gr. el que conservar como horizonte último la conciencia de la amplitud del
la introyeccion directa en los mo- que no revela objetivamente mie-
vimientos de expresión, v. gr. el
ser humano, en el cual lo empíricamente explorable en los hombres no es
do y nos dice que tiene miedo.
miedo de un enfermo. más que parte, aspecto, relativo, aunque sea la totalidad empírica más
abarcativa. Qué es propiamente el hombre, ése es el gran problema en la
4.—Experiencias psíquicas que se 4.—Experiencias psíquicas vividas por frontera de todos los conocimientos acerca de él".3
comprueban objetivamente, sin ser el sujeto, v. gr. inhibiciones, sin
advertidas por vía subjetiva, v. verificación objetiva; experiencia La comprensión genética ostenta dos modalidades: a) racional, que se
gr. inhibiciones, fuga objetiva de subjetiva de "una presión del pen- fija en el contenido de los pensamientos y establece relaciones raciona-
• ideas. samiento". les: comprender de lo hablado; b) empática, que accede a los contenidos
mentales, a los estados de ánimo, a los deseos, temores, etc., a compren-
5.—Lo demostrable, lo discutible. 5.—Lo no demostrable, lo no discuti- sión del que habla. En un caso tenemos un eficaz auxiliar; en el otro
ble; cosas vagas, caprichosas.
nos ceñimos al punto de vista de la psicología. 4
La psicopatología —como toda psicología comprensiva— se escinde
El comprender equivale a una visión de lo psíquico obtenida desde - en dos direcciones: la subjetiva y la objetiva. Por una parte se aplica a
dentro, por una actividad reproductiva de vivencias ajenas que, según se los datos subjetivos de la vida psíquica, realmente vividos, supone una
verá luego, no ha de interpretarse de un modo realista como un llegar a "penetración de lo psíquico", una comprensión en que "lo psíquico surge
captar lo imposible —la vivencia de otro sujeto— sino como un situarse de lo psíquico"; por otra, se atiene a los rendimientos, a los síntomas
en lo psíquico con el control de los datos objetivos. Según sabemos, corporales de lo psíquico, a los hechos típicos significativos en la expre-
puede ser: 1) estático o fenomenológico, y se traduce en una psicología sión, el mundo y la obra, en la búsqueda de la "anudación objetiva" del
descriptiva de la expresión, que ejercita el imaginar estados psíquicos, el conjunto, con miras a "establecer regularidades" que se fundan en expe-
conocer cualidades psíquicas; 2) genético o por empatia, atendiendo a las riencias reiteradas o, lo que es equivalente, se tiende a la explicación causal.
conexiones psíquicas, al tamizar y al manifestarse psíquicamente. Pero en tanto la ciencia natural sólo conoce una especie de relaciones, las
Una explicación que apoyándose en lo objetivo procurara acceder a lo
psíquico por la vivencia, sería una explicación psicológica; a ella se le 1
K . JASPERS: ob. cit., I , pág. 4 2 y sigts.
opone la explicación objetiva o verdadera explicación, que establece "rela- 2
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 4 5 .
3
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 48.
4
1 K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 355.
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 48.
45Ó EDNA HEIDBREDER PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX 479
causales, y la observación, la experimentación y la inducción se coordi- cial: la libertad. Así nos dice: "El objeto de la comprensión psicológica
nan en ella para determinar reglas de los procesos estudiados y, en iin está también... en el centro entre todos los hechos objetivos, los fenó-
nivel más elevado, leyes que, en ciertos campos (en los de la física y 'la menos vivenciados, los mecanismos extraconscientes... y la existencia
química) se enuncian con precisión matemática. En la psicopatología (y libre".1 Además, de esa posición deriva este corolario: la psicología com-
por extensión en la psicología comprensiva) tenemos el mismo procedi- prensiva no se basta a sí misma, no es autosuficiente, y remite en sus
miento y objetivo con esta variante: que difícilmente se alcanzan leyes y proyecciones a la explicación causal o al esclarecimiento filosófico de
en ningún caso se puede aspirar a "ecuaciones causales", pues exigirían la existencia.
"una completa cuantificación de los procesos examinados", y lo psíquico Al par que en lo que atañe a su análisis de los varios aspectos del
es lo cualitativo por esencia. Aquí el propósito cuantificador supone la complejo problema del comprender, Jaspers evidencia una gran lucidez
pérdida del "verdadero objeto de la investigación".1 en su actitud metodológica, que le permite establecer una serie de valiosas
La psicología coniprensiva, sin excluir por principio el estudio de las reflexiones críticas. Anotemos que no pierde la ocasión de enunciar el
relaciones causales, apela a una especie muy distinta de relaciones, aque- principio de la multiplicidad de los métodos como el recurso apto para
llas en que "lo psíquico surge de lo psíquico" de una manera comprensible prevenir "la generalización absoluta de conocimientos parciales", que acon-
para nosotros. La evidencia subjetiva de la comprensión genética es para tece cuando se estatuye la bondad de un método en "el punto de vista
Jaspers algo último, en que se asienta la psicología comprensiva, al igual central", al que los otros métodos y procedimientos deben subordinarse.
que la ciencia natural se construye "sobre el reconocimiento de la realidad Se da aquí una curiosa transferencia que él denuncia en términos felices:
de la percepción y la causalidad". Empero, sería errado pensar que en la "Se cree echar mano a la realidad' misma, no ya moverse explorando en
comprensión genética se diera oportunidad para lo imaginativo aun cuando perspectiva en una diversidad de métodos".2 0 bien, tal como lo expresa
la imaginación tiene su papel, pues sólo es posible, en todos los casos de en otro pasáje: "Mucho más fácil parece una estructuración de nuestro
comprensión del prójimo y de uno mismo, con el apoyo del material saber allí donde domina una teoría del ser. Pocos principios y elementos
objetivo: contenidos lingüísticos, creaciones intelectuales, actos, modos llevan a la posesión del todo".8
de vida, movimientos expresivos. Y aquí hay que hacer una distinción de Es en ese contexto que ha de interpretarse su aclaración de que sólo
gran importancia: a menor número de datos objetivos en que basarse, por un equívoco se pudo sostener que su Psicopatología General constituía,
disminuye la posibilidad de la comprensión y aumenta la interpretación. en la literatura afín, la "obra principal de la tendencia fenomenológica".4
Por eso afirma Jaspers que, ante el carácter incompleto de las objetivi- Antes que la elección dogmática de ningún método procura hacer concurrir
dades, en la mayoría dé los casos, acontece que "todo comprender de en cada caso, el más indicado para cumplir con su propósito: el de un
procesos reales particulares... es más o menos un interpretar".8 esclarecimiento, lo más completo posible, de lo normal y anormal, desde
Previendo críticas infundadas, es oportuno destacar que el método una perspectiva biopsicológica y espiritual. Con lúcida ecuanimidad afir-
de la comprensión, tal como lo entiende Jaspers, no es el medio de "creer ma: "...importa posesionarse de todos los métodos y puntos de vista,
lo que uno quiere, en psicología", según la conocida sentencia de William no para hacerlos jugar, a unos contra otros, no la biología contra la
James relacionada con el abuso del concepto de inconsciente. Y la mejor ciencia del espíritu o a la inversa, no el alma contra el cerebro, no la
prueba es su insistir en el carácter interminable de la comprensión y en nosología contra la fenomenología. De la generalización absoluta surgen
los límites con que tropieza a cada paso y que sirven de estímulo para los prejuicios".6
"la interrogación causal" que, ésta sí, "no encuentra jamás sus límites".8 En lo referente a las peculiaridades de la comprensión y de la expli-
La psicología comprensiva se mantiene en el terreno de "lo realmente cación, sus observaciones son certeras y hay que calificar de esclarecedora
existente en la conciencia", de lo que sé puede entender "en su existencia a la que aproxima ambos métodos de conocimiento. Aunque, al parecer,
real", de lo que se puede "distinguir y describir". Pero eso le fija sus entrara en contradicción consigo mismo al enunciar: "El pensamiento
límites: por una parte, lo inconsciente, no lo actualmente inadvertido, pero ... .de que lo psíquico es el dominio de la comprensión, lo físico el domi-
que puede entrar en el dominio de la conciencia, sino lo inconsciente en nio de la explicación causal, es falso",6 sus palabras han de ser inter-
cuanto no susceptible de ser advertido en ningún caso, lo extraconscien- pretadas como apuntando al hecho de que las relaciones comprensibles
te: el cuerpo (impulsos, hechos biológicos) y los mecanismos extraconscientes
1
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 3 6 2 .
(fisiológicos). Por otra, lo incomprensible que Jaspers denomina existen- 2
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 5 2 .
3
K. JASPERS: ob. cit., I, pág. 62.
1
K . JASPERS: ob. cit., I, págs. 351-352. 4
K. JASPERS: ob. cit., I, pág. 68.
2
K . JASPERS: ob. cit., I, págs. 353-354. 6
K. JASPERS: ob. cit., I, p á g . 52.
3 0
K . JASPERS: o b . c i t . , I , p á g . 355. K. JASPERS: ob. cit., I, pág. 355.
45Ó EDNA HEIDBREDER
PSICOLOGÍAS DEL SIGLO XX 481
Karl Jaspers
24. KARL JASPERS: Psicopatologia general, trad. por el Dr. Roberto O . Saubídet y
Diego A. de Santillán, Vols. I y II, Ed. Beta, Buenos Aires, 1950.
Obra de significación esencial para los estudios psicopatológicos : penetrante,
honda, con extraordinaria visión crítica de su campo, en un vasto análisis
de teorías y aportaciones. De manera muy aguda enfoca los problemas gnoseoló-
gicos de una psicología comprensiva; podría decirse que más que en Dilthey y en CAPÍTULO XII
Spranger hay en Jaspers una voluntad de hacer .explícitos. los supuestos meto-
dológicos de la psicología comprensiva y de llevar el análisis racional hasta
L A P S I C O L O G I A F E N O M E N O L O G I C A : M. P O N T Y
la conciencia de sus límites, estableciendo sus correlaciones y oposiciones 1 con
la ciencia natural. Es un leit motiv la consideración de las modalidades \ del
comprender, del explicar y del interpretar.
25. KARL JASPERS: Psicologia delle visione del mondo, trad. de V. Loriga, Ed. 'As- Brentano (1838-1917). Husserl (1859-1938). Jaspers (n. 1883). Heidegger
trolabio, Roma, 1950. (n. 1889). Jean Paul Sartre (n. 1905).
Una aplicación de la psicologia comprensiva al examen de las concepciones del
mundo. En su primera parte se prolongan las reflexiones metodológicas en el
terreno filosófico y científico. Es evidente una ruptura con la filosofía tradi- La comprensión de las corrientes psicológicas contemporáneas más
cional y, para H. Arendt, es el primer libro que documenta la posición existen-
cialista dentro de las filosofías de este siglo. importantes, y por ende, todo intento de ubicar el problema psíquico
dentro de claras y ordenadas perspectivas, no habrá de lograrse sin el
1 conocimiento de la fenomenología tal como ha brotado de la mente de
' • ' ' • !
* Husserl. Esta afirmación, formulada con patente énfasis en nuestro tiempo,
26. HANNAH ARENDT: La philosophie de l'existence, en Deucalión, N ' 2 , Ed. de ia
quieré ser el punto de partida para llegar a esbozar una psicología autén-
Revue Fontaine, Paris, 1 9 4 7 , págs. 2 1 7 - 2 4 5 . tica que procure, ante todo, la descripción ajustada de los fenómenos en
Exposición histórica del existencialismo, con especial valoración del aporte de su concreta realidad.
Jaspers. Se concede gran importancia a la Psicologia de las concepciones del La estructura esencial de la vida psíquica, la especialidad de sus
mundo, como punto de partida de la actitud existencial en nuestro siglo.
hechos, la multiplicidad de sus matices y la índole de las motivaciones
27. F. H . HEINEMAN: LO vivo y la muerto del existencialismo, Revista Sur, N° 213-14; individuales, parecerían haber diluido sus perfiles en el turbio enfoque
julio-agosto de 1952, págs. 1 a 14.
cumplido por iina buená parte, y sin duda la mayor, de los psicólogos
Una valoración de Jaspers en contraposición con Heidegger, en la misma line
que el artículo anteriormente citado. que integran lo que podríamos denominar psicología tradicional. Ellos
han descrito hechos, pero no han precisado su significación; pues, las con-
28. GERHARD F U N K E : Recensión de Von der Wahrheit, de JASPERS, en Notas y Es-
tudios de Filosofía, año I, N 9 2, Tucumán, abril-junio de 1949. cepciones formuladas a partir de esos hechos, estaban determinadas por
Con oportunas indicaciones sobre la evolución filosófica de Jaspers y el papel prematuros intentos de construcción o reducciones arbitrarias que descui-
que juegan en ella sus estudios psicopatológicos. daban la situación más primordial del sentido y originalidad de la con-
29. D . LACACHE y J. ROUART: La psychopatologie genérale de Jaspers, en Journal
ducta. Tal ha sido la herejía suma y tal el propósito restaurador, que
de Psychologie, Normale et Pathologique, XXXVUe. Année, 1935, Paris, Ed. ha promovido una nueva crisis que se acrecienta en lo que va de este
F. Alean. siglo como renovada crisis de constitución. Concepciones objetivistas ex-
Recensión de la Psicopatologia général, donde se desarrollan sus principales te- tremas o posiciones que partían de una conciencia entidad, aprisionada
sis en forma esquemática, pero útil, a los fines de formarse una idea global en un ámbito de límites precarios, tornaban ininteligible la relación entre
del libro. Se lo considera "una obra capital" . . . "en la historia de la psico-
patologia"... el hombre y su mundo. En consecuencia, ni dicha conciencia jerárquica
y sustantiva ni las formulaciones de cualquier interpretación unilateral
NORBERTO RODRÍGUEZ BUSTAMANTE
podían dar cuenta de la multiplicidad de direcciones manifiestas en la con-
ducta humana y de los diversos modos intencionales, en cuya virtud, la
conciencia abraza a su objetó;