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CESAR HERRERA
CAPÍTULO 1
EMBRIOLOGÍA DE CABEZA Y CUELLO……………………………………………… 5
CAPÍTULO 2
EXPLORACION DE CABEZA Y CUELLO...…………………………………………… 18
CAPÍTULO 3
PREOPERATORIO……………………………………………………………………….... 41
CAPÍTULO 4
CONTROL DEL PACIENTE………………………………………………………………. 56
CAPÍTULO 5
RADIOLOGIA DE CABEZA Y CUELLO………………………………………………….87
CAPÍTULO 6
INSTRUMENTAL QUIRUGICO……………………………………………………………140
CAPÍTULO 7
LESION DE TEJIDOS BLANDOS………………………………………………………..166
CAPÍTULO 8
LESION DE TEJIDOS DUROS……………………………………………………………192
CAPÍTULO 9
ARTICUALCION TEMPOROMANDIBULAR……………………………………………235
CAPÍTULO 10
LESIONES OROMAXILOFACIALES…………………………………………………….324
CAPÍTULO 11
MANIFESTACIONES ORALES DE
ENFERMEDADES SISTEMICAs………………………………………………………….345
CAPÍTULO 12
ABORDAJE QUIRURGICO………………………………………………………………..376
CAPÍTULO 13
CIRUGIA ORTOGNATICA…………………………………………………………………431
CAPÍTULO 14
FARMACOTERAPIA……………………………………………………………………….485
PRÓLOGO
CAPITULO I
Embriología de la cara.
A ambos lados de la línea media, a uno y otro lado de la notocorda, el mesoblasto del
extremo cefálico se dispone en forma de dos láminas, que confluyen por delante de la
lámina precordal. Estas dos láminas posteriormente se segmentará para formar los arcos
branquiales.
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rostrales, dan origen a las cápsulas nasales y éstas a su vez a las estructuras
papirácea del complejo interórbitonasal (hueso etmoides, únguis, cornete inferior y
vómer), así como a las estructuras cartilaginosas de la pirámide nasal Entre los cartílagos
hipofisarios discurrirá la prolongación endocraneal del intestino faríngeo o bolsa de
Rathke que dará lugar a la formación del lóbulo anterior de la hipófisis, antes de que los
cartílagos se fusionen para formar el cuerpo del esfenoides.
Los cartílagos paracordales preceden a la porción del occipital que se sitúa por delante
del conducto condíleo anterior, ya que el resto de la base occipital es de origen somítico.
Lateralmente a los cartílagos citados, se forman otras tres piezas cartilaginosas a cada
lado que se conocen como: ala orbitaria, ala temporal y cápsula periótica.
El ala orbitaria precede al ala menor del esfenoides y el ala temporal al ala mayor,
quedando entre ambas una zona que es la fisura orbitaria superior o hendidura
esfenoidal y el agujero redondo mayor.
La cápsula periótica envuelve a la vesícula auditiva y da origen al peñasco del temporal, el
cual que dará separado del ala temporal por una zona en la que se formarán los
agujeros, rasgado anterior, oval y redondo menor. De la misma manera, el agujero
rasgado posterior le separa del occipital.
Los huesos de la cara derivan en su mayor parte del primer arco branquial si bien
contribuyen a su formación el proceso nasomedial y las cápsulas nasales. La premaxila
se origina a expensas del proceso nasomedial, el complejo interórbitonasal, como ha
quedado dicho, deriva de las cápsulas nasales y el proceso maxilar da origen a la
maxilla y el malar.
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En la superficie ventral del proceso nasofrontal tiene lugar, a ambos lados de la línea
media, la diferenciación epiblástica de las placodas olfatorias y en las partes laterales de
las placodas cristalinianas. En las placodas olfatorias se produce un desarrollo diferencia!
de sus bordes con respecto a su porción central, la cual queda deprimida, y forma la fosa
nasal primitiva. La porción que se sitúa medialmente a esta fosa se conoce como proceso
nasomedial y la que se halla lateralmente proceso nasolateral.
En la cara externa del mamelón nasal interno, en su parte inferior, se desarrolla un surco
epiblástico, dirigido de delante hacia atrás que después se transforma en un conducto
que se conoce como órgano de Jacobson o vómero-nasal, que como órgano rudimentario
puede dar lugar, cuando no desaparece, a disembrioplasias.
La morfogénesis del pabellón auricular tiene lugar a finales del primer mes, a expensas
de la diferenciación de seis pequeños mamelones, procedentes tres de ellos del primer
arco branquial y tres del segundo, que se disponen en torno al extremo más posterior de
la primera hendidura branquial.
Los mamelones auriculares se enumeran del uno al seis de delante hacia atrás siguiendo
la dirección horaria, en el lado izquierdo, y al contrario en el derecho. Debido al crecimiento
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A expensas del 1° se forma el trago, de la fusión del 2.° y 3.° el hélix, el 4° dará origen al
antehélix, el 5° al antitrago y por último el 6.° contribuye a la formación de la cola del hélix y
del lóbulo de la oreja.
La proliferación del mesénquima en torno al cáliz ocular motiva que el epiblasto se abulte a
esos niveles y que se formen los dos pliegues por delante del esbozo de córnea, quedando
entre ambos una hendidura. Estos pliegues llegan a contactar y se unen entre sí en tomo
a la 9ª semana, por lo que el esbozo de la cernea pierde todo contacto con el exterior. Las
pestañas v ¡as glándulas palpebrales se diferencian a expensas de esta lámina epitelial y
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La separación de la cavidad bucal de las fosas nasales, acontece cuando se forma el'
paladar secundario a expensas de la formación de los procesos palatinos y tras su
confluencia con la pre-maxila, que como hemos visto se origina a partir de los procesos
nasomediales.
En un principio, los procesos palatinos se forman a expensas de la cara medial del proceso
maxilar, como un apéndice de éstos que se dirige hacia abajo y hacia la línea media,
interponiéndose entre ambos el esbozo lingual; ulteriormente, y coincidiendo con el descenso de
la lengua hacia el suelo bucal, ambos apéndices se horizontalizan y aproximan a la línea media
fusionándose con el septo nasal y con la pre-maxila. Esta unión, que culmina al 60 día, no se
produce al mismo tiempo, sino que se inicia en su parte media y avanza hacia adelante y hacia
atrás hasta culminar su proceso de fusión.
En la 4.a semana se inicia la formación de la lengua a expensas del primer arco branquial con la
aparición de tres eminencias epiblásticas conocidas como eminencia media y eminencias
linguales laterales. Estas formaciones darán lugar a la formación del recubrimiento epitelial
del dorso de la lengua y su inervación correrá a cargo del V par, nervio del primer arco
branquial. Las tres eminencias van a confluir en la línea media, quedando el tubérculo impar
oculto por los laterales y éstos van a quedar separados por el surco lingual medio.
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Ambos territorios, bucal y faríngeo, se hallan separados por el surco terminal de la lengua y
las papilas circunvaladas. Esto explica que esta zona esté inervada por el IX y X pares,
nervios del tercero y cuarto arcos branquiales, y que el nervio del segundo arco por su
anastomosis con el nervio lingual recoja la sensibilidad gustativa (Nervio intermediario de
Wrisberg).
En el vértice del surco terminal se produce una invaginación epitelial, que dará origen a
un cordón de cuyo extremo caudal se diferenciará ulteriormente la glándula tiroides. El
recorrido del citado cordón, que ulteriormente sufrirá su tunelización y transformación en
el conducto tirogloso de Hiss y Bochdaleck, es enormemente complejo y establece
relación con las estructuras que derivan del campo mesobranquial y especialmente con
el hueso hioides. La persistencia de este conducto es motivo de quistes cervicales
medios o de fístulas congénitas en la parte central del cuello.
La musculatura extrínseca de la lengua es de origen somítico, como lo demuestra el hecho
de estar inervada por el nervio hipogloso y, por consiguiente, relacionada con los
miotomos occipitales; sin embargo se sostiene que la musculatura intrínseca tiene' un
origen branquial. Alrededor de la 6ª semana el epitelio estomodeal se invagina en el
mesénquima subyacente dando lugar a una lámina epitelial denominada muro inmergente),
el cual se exfolia en dos láminas, una externa o vestibular y otra interna o dentaria El
destino de la lámina vestibular será dar origen al vestíbulo bucal. La citolisis desigual de la
lámina vestibular es la que condicionará la aparición de estructuras anatómicas
conocidas como frenillos, o bien a errores del desarrollo como los que se observan en
los síndromes orodigital y orofacial o síndromes de Papillon-Leage y Psaume,
respectivamente, caracterizados, entre otras malformaciones, por la aparición de
múltiples frenillos vestibulares.
De la lámina dentaria se diferencian las yemas dentales en número de cinco, para cada
uno de los esbozos maxilares. Estos primordios se introducen en el esbozo de los
huesos en formación, tomando relación con su ectomesénquima. A renglón seguido la
yema dental se invagina en la zona limítrofe con el ectomesénquima y se transforma en
una cúpula o campana. En la fase de campana se puede distinguir un epitelio externo,
que se continúa mediante un pedículo epitelial con el epitelio bucal, un epitelio interno y
un espacio entre ambos ocupado por el retículo estrellado. Éste se halla separado del
epitelio interno por el estrato intermedio.
Las células del epitelio interno se transforman en preameloblastos, tras la formación por
parte del ectomesénquima de los odontoblastos y la secreción de predentina por éstos.
Una vez formada la dentina, se inicia la formación del esmalte con la consiguiente
maduración de los preameloblastos en ameloblastos y estos en prismas del esmalte.
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El sistema de fijación del diente se origina a expensas del mesénquima que lo rodea
durante su formación y que constituye el saco folicular. Las células mesenquimales que
se hallan en contacto con la dentina, tras la desaparición de la vaina epitelial, se
diferencian como cementoblastos, las intermedias como fibroblastos y las más periféricas
como osteoblastos, dando lugar respectivamente a la formación del cemento radicular, el
ligamento periodontal y al hueso alveolar.
Los esbozos de los dientes definitivos se inician a partir del tercer mes, como apéndices
de los pedículos de los deciduos, los correspondientes a los futuros incisivos, caninos y
premolares. En cambio, los esbozos de los dos primeros molares definitivos derivan del
extremo dista! de la propia lámina dentaria, aportando el correspondiente al segundo
molar un esbozo de más que representa al del tercer molar.
De manera similar, los esbozos de las glándulas salivales se forman por la invaginación
del epiblasto estomodeal que forma un cordón celular de una longitud variable según el
lugar de ubicación de la glándula que se trate; el citado cordón celular en su extremo
distal se divide en varias ramas que sufrirán posteriormente un proceso de tunelización
dando lugar al sistema ductal excretor de la glándula. En virtud de un mecanismo de
inducción recíproca entre los elementos epiteliales y mesenquimales, se diferenciarán las
poblaciones celulares que integran el parénquima glandular. La primera glándula en
diferenciarse es la glándula submaxilar, que lo hace hacia la 6a semana; en su inicio se trata
de un pequeño surco paralingual que ulteriormente se transforma en un pequeño cordón
celular que emigra por encima de la musculatura del suelo de la boca, hasta su ubicación
definitiva en la región suprahioidea lateral.
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Cada bolsa faríngea se corresponde con una de las hendiduras que describíamos en a
superficie externa del embrión, estando separada de ella por una membrana que
independiza la luz faríngea del exterior.
EÍ epitelio que forma los límites de cada bolsa faríngea se diferencia y da lugar a diversos
órganos:
La primera bolsa faríngea dará lugar a la trompa de Eustaquio, así como a la caja timpáni-
ca.
La segunda bolsa faríngea dará origen a la amígdala palatina y a la fosa tonsilar.
De la tercera bolsa faríngea se diferenciarán el timo y las paratiroides inferiores.
De la cuarta bolsa faríngea, se originan las paratiroides superiores.
De la quinta el cuerpo último branquial o si se prefiere las células "C" del tiroides.
La noción de normalidad varía según la raza, etnia, el tipo somático etc. y desde el
punto de vista biológico es un concepto meramente estadístico.
El rostro está limitado por arriba por la línea de inserción del cabello, y por abajo por el
borde inferior de la mandíbula. Se divide en tres tercios, idealmente iguales en altura y
perfectamente equilibrados, donde cualquier actitud anómala de posición o distonía
neuromuscular del sustrato osteoartiouUir puede entrañar un desequilibrio que se
traduce en dismorfias, distopias o maloclusiones dentarias como veremos más adelante.
Por otro lado, todo trastorno, bien sea de la forma (dismorfia) o de la función (disfunción),
repercute directamente sobre la forma de la cara obedeciendo a la ley de Wolf: "Los
huesos tienen una forma esencialmente funcional, es decir, que por su morfología y su
estructura responden a la doble exigencia de la genética y de la mecánica".
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El seno maxilar aparece en el nacimiento como una pequeña cavidad que aumenta
posteriormente de volumen de forma progresiva por depósito y absorción de hueso hasta llegar a
su máximo desarrollo, tras la erupción del tercer molar permanente.
Durante el primer año de vida, el interior del maxilar está ocupado principalmente por los
gérmenes dentarios y la cavidad sinusal queda reducida a una pequeña hendidura en relación
con el meato medio.
Entre la erupción final de los dientes temporales (tercer mes) y el comienzo de la erupción de los
dientes permanentes (6 años), la cavidad se acrecienta considerablemente llegando a medir, a
los 7 años, 18 mm en su diámetro transversal, 25 mm en el vertical y 37 mm en el
anteroposterior.
Al nacer, las dos ramas del maxilar inferior son muy cortas. El desarrollo de los cóndilos es
mínimo y casi no existe la eminencia articular temporal. Por otro lado, ambos hemimaxilares se
hayan separados en la sínfisis por un tejido cartilaginoso que desaparece prácticamente al año
de vida.
Durante este período el desarrollo de la mandíbula es por aposición, si bien ésta no es uniforme
ya que se produce de manera más importante en el hueso alveolar, en el borde posterior de las
ramas ascendentes, en el hueso basal mandibular, en la superficie externa del cuerpo y en los
cóndilos.
Por contra, se producen áreas de reabsorción en el borde anterior de las ramas ascendentes y
en la superficie externa de la región sinfisaria.
Hoy día se reconoce que existen dos mecanismos en virtud de los cuales el cóndilo
interviene en estos fenómenos: el que pudiéramos conocer
como intrínseco, similar al que acontece en los huesos largos, y el extrínseco aposicional,
similar al perióstico.
Frente a la función de "marcapasos" del crecimiento mandibular que se dio en otro tiempo al
cóndilo, en la actualidad se considera que su principal misión es la de adaptar su situación a la
posición cambiante del hueso temporal, habida cuenta de que éste se desplaza con el tercio medio
de la cara, hacia abajo y hacia delante
Después del primer año de vida el crecimiento mandibular se hace más selectivo dirigiéndose
hacia adelante y hacia abajo. Se mantiene una intensa actividad en el cóndilo y en el borde
posterior de las ramas ascendentes, en el hueso alveolar y en la apófisis coronoides, a la par
que sigue la reabsorción en el borde anterior de las ramas ascendentes. Esto motiva que se
conserve la dimensión anteroposterior de la rama ascendente y se incremente la longitud y la
altura mandibulares. La dimensión vertical, a su vez, se ve aumentada por el desarrollo del
hueso alveolar. Por otra parte, el crecimiento en anchura se asegura por el desarrollo de los
bordes posteriores de las ramas ascendentes hacia atrás y hacia afuera y por la aposición ósea
en la cara externa de las apófisis coronoides, escotadura sigmoidea y cóndilo.
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La fuerza extrínseca que realizan sobre la mandíbula los músculos masticadores y en particular el
desarrollo volumétrico de la lengua,que condicionará el ensanchamiento del arco mandibular.
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CAPÍTULO 2
INTERROGATORIO Y EXPLORACION DE
CABEZA Y CUELLO
Las destrezas necesarias para realizar un interrogatorio medico y una exploración física de
cabeza y cuello son fundamentales, le toman poco tiempo al explorador y tienen tal utilidad
clínica que se les debería incluir on toda exploración general. Los trastornos sistémicos a
menudo producen síntomas y signos en cabeza y cuello. Así pues en toda valoración de
cabeza y cuello debe incluirse un interrogatorio y exploración física general.
Espejo frontal, fuente de luz y posición.- El operador debe estar sentado o de pie pero debe
encontrarse cómodo. No es posible realizar una buena exploración si necesita inclinarse y
encorvarse.
El paciente esta sentado, con la cabeza un poco mas alta que la del explorador, debe
inclinarse ligeramente hacia el frente, mantener la espalda recta con ambos pies sobre el
piso y sin cruzar las piernas.
La fuente de luz debe ser de un punto si es posible, puede ser un foco simple transparente
de 100 watts o de mayor intensidad, colocado en una lámpara de chicote sin reflector. La
luz se coloca apenas por atrás y hacia la derecha de la cabeza del paciente.
No hay sustituto adecuado para espejo frontal y fuente de luz, idóneos al explorar las
cavidades de cabeza y cuello. De hecho gran parte de la exploración no puede realizarse
de otra manera.
Al mismo tiempo éste protege a ambos ojos de la luz directa intensa. Se debe colocar lo
más cerca posible de la cara del operador, para brindar el mayor ángulo de visión.
Entonces el operador dirige el área del paciente por examinar al campo de visión y evita
tener que cambiar de posición. El espejo y fuente de luz pueden sustituirse con una fuente
de luz enfocable fija a una banda frontal.
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Ruidos en la cabeza
¿Cuál es la naturaleza del ruido? ¿Se le puede describir como campanas, un tono alto,
rugido, murmullo, siseo (sonido de vapor que escapa) ,o pulsátil?
¿Se escucha el ruido en todo momento o solo en una habitación muy silenciosa?
Mareos
No es de dudarse q la nariz y senos paranasales sean los órganos del cuerpo humano q se
enferman con mayor frecuencia, y los paciente con trastornos q dichas estructuras.
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INTERROGATORIO
Rinorrea
Obstrucción
Sangrado
¿Utiliza medicamentos?
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La rinoscopia interna permite observar los cornetes inferiores y medio, así como el tabique.
La mucosa no debe estar edematosa ni congestionada, y debe ser ligeramente rosada.
Recuerdese que el conducto nasolagrimal vierte al meato inferior.
Los senos etmoidales anteriores, maxilares y frontales drenan al meato medio. El seno
etmoidal posterior drena al meato superior y el esfenoidal a la parte alta y posterior de la
cavidad nasal.
EQUIPO DE TECNICAS.- Las posiciones del paciente, explorador y fuente de luz deben
ser las ya descritas. Al igual que en la exploración del oído, el rinoscopio se sostiene en la
mano izquierda, lo que deja libre la derecha (dominante), para mover la cabeza del paciente
y manipular instrumentos. Si el operador es zurdo puede hacer los ajustes correspondientes
para compensar.
El rinoscopio debe emplearse sin provocar molestias al paciente, a menudo tiene un resorte
duro incorporado al mango. Es preferible que el resorte sea muy suave o que no tenga,
para juzgar mejor la presión que se aplica a la nariz. La mano derecha del operador se
coloca sobre la cabeza del paciente a fin de inclinar y mover ésta. El índice izquierdo se
coloca sobre un lado de la nariz del paciente y se abre el espejo en dirección hacia arriba y
abajo dentro del vestíbulo nasal esto evita molestia y ofrece la mejor vista. El instrumento
se conserva en la misma mano al inspeccionar la otra cavidad nasal.
La exploración intranasal se inicia con la inspección del vestíbulo nasal. En esta zona
puede haber foliculitis de las vibrisas. Se explora la mucosa nasal y se observa el tabique al
tiempo que se buscan con cuidado secreción purulenta o pólipos que pueden proceder de
los senos paranasales. Un vasoconstrictor tópico, como fenilefrina al 0.5 %, aplicado en
aerosol o con algodón intranasal, descongestiona la mucosa y mejora la visión en pacientes
con edema obstructivo de la misma. Debe ser posible observar todo el piso nasal hasta el
paladar blando en su parte posterior se pide al paciente que diga "k, k, k, k", Y si no hay
obstrucción se vera el paladar el blando elevarse con cada vocalizacion.
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Interrogatorio.- Los pacientes con trastornos en boca tienen una o más de los siguientes
síntomas: dolor, sangrado, presencia de una masa o tumor, dificultad para comer o hablar,
secreción y alteraciones del gusto. Si existe cualquiera de tales síntomas, deben
investigarse en detalle sus características, como sugiere:
Las molestias faringeas mas frecuentes son el dolor agudo de garganta, secreción en la
misma, sensación de una masa, plenitud o edema, y dificultad para deglutir (disfagia).
Puede emplearse las listas siguientes como guía practica para investigar tales síntomas.
. Dolor de garganta
¿Se acompaña el dolor de fiebre, secreción, expectoración, dificultad para deglutir, tos?
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Secreción en la garganta
¿Dónde parece localizarse la obstrucción? (Se pide al paciente que señale el sitio)
Los síntomas nasofaringeos pueden incluir rinorrea posterior u obstrucción del flujo aéreo
por la nariz. El orificio de la trompa de Eustaquio puede estar obstruido, con la consecuente
hipoacusia. En todo adulto con persistencia unilateral de líquido en oído medio, debe
explorarse con cuidado la nasofaringe en busca de neoplasia.
Los pacientes con enfermedad de glándulas saliva les suelen referir uno o varios de los
siguientes síntomas: aumento de volumen en la mejilla o bajo la mandíbula, que pueden no
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relacionarse con el comer; dolor en estas aéreas relacionado o no con el comer; sequedad
de boca, y secreción anormal dentro de la misma. Al igual que con los trastornos bucales,
los síntomas de enfermedad salival deben investigarse en detalle:
¿Ha sufrido el paciente algún traumatismo o una extracción dental en fecha reciente?
Equipo y técnica
El abatalenguas se usa en primer término para retraer mejillas y labios con el fin de
examinar a conciencia la mucosa del surco gingivolabial, dientes y encías. En seguida se
revisa el piso de la boca y los conductos salivales que contienen. Si se seca la boca con un
aplicador de algodón, puede verse fluir la saliva al exprimir los conductos de stensen y
wharton.
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Palpación.- Toda área en la cavidad bucal y la faringe que tenga aspecto extraño o
produzca síntomas debe palparse. Los tumores y quistes en la profundidad de los tejidos
solo pueden encontrarse por palpación. Con frecuencia, es posible descubrir en esta forma
cálculos en los conductos submaxilares. Las glándulas salivales normalmente no son
palpables excepto las submaxilares ptosicas en los ancianos. Es fácil palpar las
articulaciones temporomandibulares si se colocan las puntas de los dedos en los conductos
auditivos externos y se pide al paciente que abre y cierre la boca.
Este se calienta, por lo común sobre un mechero de alcohol de modo que el aliento del
paciente no lo empañe y reduzca la visibilidad.
De ese modo el paladar blando bajara, y puede observarse la nasofaringe con el espejo.
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Solo puede verse una pequeña porción de la nasofaringe a la vez. El explorador debe
integrar la imagen completa en la mente mientras gira el espejo para observar la región
completa.
Por lo general es más fácil orientarse al principio hacia la margen posterior del tabique
nasal y la coana. Entonces puede girarse el espejo en dirección lateral para mostrar los
cometes superior y medio, la protuberancia y los orificios de las trompas de Eustaquio.
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Simetría: que se define como la igualdad entre el lado izquierdo y derecho de un órgano.
En medicina se describe simetría se utiliza en los órganos únicos, cuando se comparan la
parte derecha del órgano con la izquierda (e.g.= la cabeza es simétrica).
A veces, se menciona simetría para órganos pares, en donde se compara un lado de los
lados de uno de los órganos con el otro lado del mismo (e.g.= la mama derecha es simetría,
que significa que el lado derecho de la mama derecha es igual al lado izquierdo de la mama
derecha). Puede tomarse también entre los dos órganos pares (e.g.= las mamas son
simétricas, es decir la mama izquierda y la derecha son iguales).
Así, un órgano puede ser simétrico o asimétrico. Cuando la asimetría es de uno de los
órganos tenemos que especificar que la produce. Causas de asimetría pueden ser
prominencias, masas o depresiones. Cuando se describe que un órgano es asimétrico debe
considerarse su causa y describirla. e.g. = el cráneo es asimétrico por prominencia de
temporal derecho (hemangioma o quiste).
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hueso subyacente (región frontal, parietal, temporal, etc.), en el abdomen son cuadrantes
(fosa ilíaca, hipogastrio derecho, etc.). Se debe describir la región específica de la anomalía
Para examinar el cuero cabelludo se debe separar el cabello para buscar y describir
cicatrices, lesiones, abrasiones, escaras, nódulos, quistes sebáceos, etc., mencionando su
localización y tamaño (lo más aproximado posible y en mm. o cm.).
El tamaño es importante describirlo en masas, quistes, nódulos, tumores, desde su inicio
hasta que consulta, con el objetivo de conocer su evolución. En general, los procesos
malignos son de crecimiento rápido, mientras que los procesos benignos son de
crecimiento lento.
CABELLO.- Las características del cabello nos permiten muchas veces confirmar o
sospechar la presencia de una enfermedad. Se describe:
Color: negro, castaño, rojo, rubio, etc. Este aspecto no es diagnóstico en algunos casos, a
menos que tenga condiciones especiales: canicie prematura o mechones blancos son
característicos del Síndrome de Wallenburg.
Consistencia: fino, grueso o normal. La consistencia depende muchas veces de tintes, que
cambian las características del cabello, puede ser áspera por tintes previos; se debe
preguntar si el paciente se tiñe el cabello. Si el paciente no se tiñe el cabello y es grueso,
áspero y se desprende con facilidad, puede ser sospecha de hipotiroidismo (acompañado
de adinamia, somnolencia, debilidad), y si es fino, sedoso y fácilmente desprendible, puede
ser indicativo de hipertiroidismo.
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Carácter: liso, ondulado o rizado, natural o artificial, seco o grasoso. Si está seco preguntar
si recientemente se ha lavado el cabello.
OREJAS
Forma: no todas las orejas son normales. Hay una gran cantidad de patologías congénitas,
genéticas o cromosómicas que tienen anormalidad en las orejas. Tenemos que describir
que tipo de deformidad (en forma de copa, forma de coliflor), agenesia o hipoplasia (de las
orejas, lóbulos o tragos), disfunción. Describir ambos lados
Patologías: lesiones, quistes, tofos, cianosis, hemorragias, cicatrices. Describir con detalle
la localización y el tamaño. E.g. tamaño de cicatriz, tofo, etc.
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tímpanos con integridad, prominencia, color gris nacarado, brillante y cono de luz normales.
CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO (CAE).- Se explora halando la oreja hacia atrás, arriba
y afuera. Se coloca el otoscopio y visual izan la membrana timpánica a menos que se
obstaculice el cerumen. Se describe el color de la mucosa, la presencia o no de hiperemia,
rugosidades, hemorragias o lesiones. Todo hallazgo debe ser ubicado según las agujas del
reloj o en cuadrantes. También se describen con estos métodos los hallazgos en el fondo
de ojo y mamas. Las secreciones deben de ser descritas en cantidad (escasa, moderada,
abundante) y características (serosa, purulenta, sanguinolenta, sanguinopurulenta, etc.), si
hay otorraquia u otorrea. La cantidad de vello y cerumen es igualmente importante,
especialmente si llama la atención.
La percusión y auscultación no se hace en todas las regiones ni en todos los casos. Puede
haber sensibilidad dolorosa asociada a masas (dolor asociado a neoplasias) o a inflamación
superficial o profunda. Al haber visto o palpado una masa no puede dejar de hacerse la
percusión, porque la sensibilidad dolorosa sugiere la presencia de inflamación. En casos
especiales como en el Hidrocéfalo la percusión se escucha como en "chasquido de olla"
(que recuerda vasija llena de agua), dada por el aumento de LCR, en el Hiperparatiroidismo
se escucha como "melón de agua", por la cambio en la densidad de los huesos producido
por la hormona paratiroidea.
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o un soplo que se localiza en o dentro del cráneo puede deberse a placas ateroscleroticas,
fístulas arteriovenosas, malformaciones vasculares, aneurismas arteria les, meningioma
vascular, o compresión de una masa o tumor sobre una arteria grande, lo que simula un
shunt A-V. Sobretodo en un paciente con una cefalea severa o con sospecha de tumor
cerebral, no puede dejar de auscultarse el cráneo. A veces se escuchan soplos que son
sincrónicos con pulso (siempre que se escuche un soplo o un murmullo palpen el pulso
para ver si son sincrónicos) y pueden abolirse o modificarse al comprimir la arteria carótida
ipsilateral (del mismo lado) o intensificarse al hacerlo en el lado contrario (si se permite que
todo el flujo pase por el lado enfermo).
CARA.- En la cara debemos describir si es simétrica, si los movimientos son normales, las
facies, si hay anomalías en la piel y a qué nivel como edema angioneurótico o edema facial,
rash malar, acné, urticaria gigante o enfermedad el Quincke etc.
Cualquier enfermedad o anomalía debe describirse.
OJOS: PUPILAS
Forma de la pupila: Isocóricas, o si hay anisocoria o discoria, en cual de los dos lados y en
qué consiste. Por ejemplo, anisocoria con la pupila derecha normal y la izquierda miótica o
que la derecha esté miótica y la izquierda midriática, también pueden ser
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32 Oral Maxilofacaial
Ganglios preauriculares.
Ganglios retroauriculares.
Ganglios occipitales.
Ganglios submentonianos.
Ganglios submaxilares.
Ganglios supraclaviculares.
GLÁNDULA TIROIDES.- La glándula tiroides ocupa la región anterior del cuello, estando
situada por delante de la tráquea, del cartílago cricoides y parte inferior del cartílago
tiroides; sus lóbulos laterales (derecho e izquierdo) miden alrededor de 5 cm de largo y 3
cm de espesor, son irregulares y de forma cónica. La porción lateral de cada lóbulo está
cubierta por el músculo esternocleidomastoideo.
"tiroides normal", porque no se sabe, puede que no la tenga -resección quirúrgica, atrofia,
agenesia.
Tener al paciente sentado frente al paciente en una posición cómoda, palpar con los dedos
índice y pulgar a un lado y al otro.
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Recuerde que los signos de advertencia de cáncer bucal son una úlcera que no cicatriza,
una lesión roja o blanca persistente, una lesión que sangra fácilmente, dificultad para
masticar o tragar y dificultad para mover la lengua o la mandíbula. El dolor y la irritación
pueden o no estar presentes en las lesiones incipientes. Las lesiones traumáticas
desaparecen generalmente cuando se suprime el agente etiológico.
Las prótesis mal ajustadas son la causa más común de estas lesiones. Las lesiones que
persistan después de dos semanas deben ser biopsiadas para confirmar su histología. Los
pacientes con lesiones traumáticas sospechosas deben ser remitidos al especialista para
su diagnóstico.
TRÁQUEA.- Indicar su posición, si esta desplazada hacia un lado o hacia otro. Tumor en el
esófago o bocio puede desplazar a la traquea. Si no está desplazada se menciona que no
está desplazada. Describir si hay protusiones o pulsaciones palpables sincrónicas con el
pulso. Si hay tiraje se debe de describir si hay tiraje supraclavicular y si no hay tiraje
negarlo. Debe palparse la traquea con los dedos índice y pulgar para determinar su
consistencia y para detectar pulsaciones que se pudieran dar.
GANGLIOS L1NFÁTICOS.- Cuando los ganglios del cuello son patológicos, entonces se
pueden describirlos. El tamaño normal de los ganglios linfáticos del cuello, no permite que
sean ni palpables ni mucho menos visibles, pues son muy pequeños.
Cuando se palpan o son visibles son ganglios Iinfáticos patológicos, y se debe detallar: el
número (si son muchos se mencionan "múltiples" -más de 4-), tamaño (en mm. o cm.), si
están aislados o confluentes. La confluencia es importante porque hay
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isocóricas las dos pero mioticas ambas. Es de recordar que el iris limita a la pupila circular y
simétrica, de 2 a 4 mm. El diámetro aumenta en la oscuridad y visión lejana, y disminuye
con la luz y visión cercana.
CUELLO
Para completar la exploración del cuello, sitúese por detrás del paciente y utilizando ambas
manos realice la palpación de todo el cuello detectando las posibles diferencias entre las
estructuras contralaterales.
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Para ordeñar la glándula parótida coloque un dedo en el área preauricular y mueva el dedo
hacia delante siguiendo el camino del conducto.
Recuerde que los signos de advertencia de cáncer bucal son una úlcera que no cicatriza,
una lesión roja o blanca persistente, una lesión que sangra fácilmente, dificultad para
masticar o tragar y dificultad para mover la lengua o la mandíbula. El dolor y la irritación
pueden o no estar presentes en las lesiones incipientes. Las lesiones traumáticas
desaparecen generalmente cuando se suprime el agente etiológico. Las prótesis mal
ajustadas son la causa más común de estas lesiones. Las lesiones que persistan después
de dos semanas deben ser biopsiadas para confirmar su histología. Los pacientes con
lesiones traumáticas sospechosas deben ser remitidos al especialista para su diagnóstico.
TRÁQUEA.- Indicar su posición, si esta desplazada hacia un lado o hacia otro. Tumor en el
esófago o bocio puede desplazar a la traquea. Si no está desplazada se menciona que no
está desplazada. Describir si hay protusiones o pulsaciones palpables sincrónicas con el
pulso. Si hay tiraje se debe de describir si hay tiraje supraclavicular y si no hay tiraje
negarlo. Debe palparse la traquea con los dedos índice y pulgar para determinar su
consistencia y para detectar pulsaciones que se pudieran dar.
GANGLIOS L1NFÁTICOS.- Cuando los ganglios del cuello son patológicos, entonces se
pueden describirlos. El tamaño normal de los ganglios linfáticos del cuello no permite que
sean ni palpables ni mucho menos visibles, pues son muy pequeños.
Cuando se palpan o son visibles son ganglios linfáticos patológicos, y se debe detallar: el
número (si son muchos se mencionan "múltiples" -más de 4-), tamaño (en mm. o cm.), si
están aislados o confluentes. La confluencia es importante porque hay
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Ganglios preauriculares.
Ganglios retroauriculares.
Ganglios occipitales.
Ganglios submentonianos.
Ganglios submaxilares.
Ganglios supraclaviculares.
GLÁNDULA TIROIDES.- La glándula tiroides ocupa la región anterior del .~Y'~([Q, estando
situada por delante de la tráquea, del cartílago cricoides y parte inferior del cartílago
tiroides; sus lóbulos laterales (derecho e izquierdo) miden alrededor de 5 cm de largo y 3
cm de espesor, son irregulares y de forma cónica. La porción lateral de cada lóbulo está
cubierta por el músculo esternocleidomastoideo.
Tener al paciente sentado frente al paciente en una posición cómoda, palpar con los dedos
índice y pulgar a un lado y al otro.
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Luego de pie detrás del paciente, utilizando los dedos medio y anular en la línea media de
los dos lados.
La inspección y palpación digital se efectúa desde delante con los dedos índice y pulgar.
Palpación bimanual desde atrás, colocando la punta de los dedos en la línea media para
palpar sus lóbulos.
Nota: personas sin práctica confunden la glándula tiroides con los tendones del
esternocleidomastoideo. El crecimiento anormal de la tiroides se llama bocio.
Tamaño: pequeño (se palpa no visible), moderado (se mira), grande, gigante. La glándula
tiroides puede estar aumentada de tamaño en forma difusa como ocurre en la tiroiditis y en
el bocio simple; en otras circunstancias, el aumento de tamaño es localizado, y así se
observa en el bocio nodular y en otros tumores de la glándula.
En el primer paso, después de realizar una inspección general de la cara del paciente,
donde se detalla cualquier alteración de su fisonomía, se procede a examinar el labio.
LABIO.- Comenzamos la exploración del labio desde la piel hasta la mucosa, desde una a
otra comisura y la altura hasta el surco vestibular, el cual se explora conjuntamente con la
encía vestibular o labial hasta la zona canina.
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MUCOSA DEL CARRILLO.- Se comienza por el lado derecho, desde la comisura hasta el
espacio retromolar, el cual se explora minuciosamente; también el resto del surco vestibular
y la encía labial. Deben recordarse las estructuras normales como la terminación del
conducto de la arótida, la línea alba, las glándulas sebáceas ectópicas, las ocasionales
manchas oscuras de origen étnico y las otras estructuras habituales de la zona; la maniobra
se repite en el lado izquierdo.
Para la palpación bidigital del piso de la boca el dedo índice de una mano se coloca debajo
del mentón y el dedo de la otra mano palpa el piso anterior de la boca de cada lado.
Las formaciones anatómicas de estos sitios incluyen: la salida de los conductos de las
glándulas salivales, sublinguales y submandibulares, frenillo lingual, glándulas sublinguales
prominentes, torus mandibular, línea oblicua interna y apófisis genis (línea de inserción de
los músculos del suelo de la boca). En la cara ventral de la lengua pueden encontrarse las
glándulas saliva les accesorias.
Por lo difícil del examen de la base de la lengua y el resto de la bucofaringe ésta se divide
en 2 pasos, inspección y palpación.
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Para la inspección de esta región nos auxiliamos del espejo bucal o laríngeo que
previamente debe calentarse por encima de la temperatura corporal. Mientras, tirar con la
mano izquierda con una torunda o gasa del vértice lingual.
Hacia adelante y abajo, con la derecha llevamos el espejo por encima y detrás de la base
de la lengua, es de gran ayuda decir al examinado que diga ah! Para que levante el velo del
paladar y la úvula así facilitaremos la maniobra. Junto con la base lingual se examina por
visión a través del espejo las paredes laterales y parte superior del velo.
La pared posterior se visual iza por inspección directa. Debe identificar las siguientes
estructuras: amígdalas palatinas, linguales, y faringeas, vegetaciones linfoideas de la base
de la lengua y la valécula.
Glosario
Oxicefalia= malformación congénita del cráneo en la que el cierre prematuro de las suturas
coronal y sagital da lugar a un crecimiento acelerado de la cabeza hacia arriba, lo que le
confiere una apariencia alargada y estrecha, con el extremo superior en forma puntiaguda o
cónica. Índice cefálico mayor a 75.
Turricefalia = oxicefalia
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corto; a veces hay afectación neurológica. El signo más común es la extrema cortedad del
cuello, cuyos movimientos se limitan a la inclinación lateral y la rotación.
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CAPÍTULO 3
PREPARATIVOS PREOPERATORIOS DEL
PACIENTE
EL PACIENTE HOSPITALIZADO
El paciente puede ingresar en el hospital uno o mas días antes de una operación quirúrgica
programada. Para confirmar el diagnostico medico, pueden estar indicados estudios
radiológicos, endoscopios u otros estudios diagnósticos.
Las enfermedades sistémicas o crónicas, como las cardíacas y la diabetes, deben estar, en
lo posible bajo control. La situación aguda de la enfermedad o el estado general del
paciente, así como la operación quirúrgica a realizar, ayudaran a decidir si el paciente debe
ingresar en el hospital para el preoperatorio o puede llegar el mismo día en que esta
programada la operación quirúrgica. Frecuentemente denominados como “ingresos de la
mañana”, estos pacientes pueden ser preparados para la operación quirúrgica en una
unidad de admisión de estancia corta, antes de ser trasladados al departamento de
quirófano.
Se intenta que todos los pacientes alcancen la mejor condición física posible en el
preoperatorio. Cuando se considera necesario, se solicita las consultas apropiadas a otros
especialistas, a lo que se denomina “interconsulta”.
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manera rutinaria, como parte de la política del hospital, en los pacientes mayores de 40
años de edad.
b) El medico tal vez desee que el paciente ingiera cualquier medicación oral
esencial que este tomando normalmente. En tal caso puede hacerlo con una mínima
cantidad de líquido de 150ml o menos de agua, hasta una hora antes de la operación,
según prescripción.
e) Las alhajas y los objetos de valor deben dejarse en casa para asegurar que
no se extravíen. Hay que informar al paciente de que debe quitarse todas las alhajas de
metal, incluyendo el anillo de bodas y las medallas u objetos religiosos, para prevenir
posibles quemaduras si se usa electro cirugía.
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Una llamada de teléfono al paciente por parte de un enfermero perioperatorio, una semana
antes de la operación quirúrgica programada, puede evitar su cancelación. Se le recuerda
la paciente que debe hacerse algunas pruebas antes del ingreso. Se le reitera la
importancia de los preparativos y especialmente de la NPO.
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5.
El nivel de ansiedad y el miedo del paciente deben valorarse en el preoperatorio. Hay que
poner al máximo interés en conseguir medidas de apoyo capaces de minimizar los peligros
potenciales de la adversa angustia psicosocial.
Idealmente, esta evaluación debería tener lugar antes del
día de la operación, su propósito es aliviar la ansiedad y el
miedo. La información objetiva y la aclaración de posibles
malentendidos será muy útil al respecto, así como la
oportunidad de que el paciente exprese sus sentimientos.
Aunque los cuidados perioperatorios fundamentales se
realizan en el departamento de quirófano, desde el punto
de vista más amplio la enfermería perioperatoria
comprende también los cuidados preoperatorios y
postoperatorios, que dotan de continuidad al cuidado
global del paciente.
Las visitas preoperatorias a los pacientes son realizadas por enfermeros perioperatorios
que han adquirido la suficiente destreza como para entrevistar, técnica que sirve al
desarrollo de la relación paciente-enfermo. Estas entrevistas le brindan al profesional de
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enfermería la oportunidad de conocer a los pacientes y de establecer con ellos una relación
de confianza mutua antes de su traslado al quirófano.
Enfermeros entrevistadores
Las entrevistas preoperatorias a los pacientes deben ser desempeñadas por enfermeros
perioperatorios experimentados y que posean un completo conocimiento de las
operaciones quirúrgicas y de los cuidados preoperatorios y postoperatorios. Idealmente, es
el enfermero circulante que estará con el paciente durante la operación quirúrgica el que
debe hacer la visita; pero esto no siempre es factible en todas las situaciones, debido a
factores de tiempo y de personal. La entrevista al paciente requiere entrenamiento y
habilidades especiales para la recogida de datos, la valoración física y la observación. Los
enfermeros expertos en estos cometidos se sentirán cómodos visitando a los pacientes.
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4. Pregunta a cerca de piezas dentales. Si estuviera indicado, explica que algunos trabajos
dentales pueden dañarse de forma inadvertida durante la inserción del tubo del respirador.
5. Evalúa la fisonomía del paciente en previsión de las dificultades técnicas que pudieran
surgir en la administración de la anestesia.
a. Un cuello recio y corto puede ocasionar problemas respiratorios o dificultar la
intubación. Un cuello regido o una columna cervical inestable, como en la artritis reumatoide
pueden hacer la intubación difícil o peligrosa especialmente en los pacientes ancianos.
b. Las personas activas y atléticas y las obesas requieren más anestésico que las
personas inactivas.
c. Debe conocerse el peso exacto, ya que las dosis de muchas medicaciones se calcula
según el peso corporal.
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7. Le habla al paciente o le pregunta sobre la ingesta oral restringida o prohibida antes del
a anestesia y le da razones para ella. Se le explica el tratamiento intravenoso.
10. Explica los riegos de la anestesia, pero sin ocasionarle un estrés desmedido al paciente.
11. Responde a las preguntas del paciente y alivia los miedos relacionados con la
anestesia.
a. La clase I incluye a los pacientes relativamente sanos que tienen procesos patológicos
localizados. Las operaciones quirúrgicas de emergencia, denominadas E, significan un
riesgo adicional.
b. La clase II incluye a los pacientes que tienen una enfermedad sistémica leve, por
ejemplo una diabetes mellitas controlada con dieta o con agentes hipoglucemiantes orales.
c. La clase III incluye a los pacientes que tienen una enfermedad sistémica grave que
limita su actividad pero que no es totalmente incapacitante, por ejemplo una enfermedad
pulmonar obstructiva crónica o una hipertensión grave.
d. La clase IV incluye a los pacientes con enfermedades incapacitantes que resulten una
amenaza constante para la vida, por ejemplo las enfermedades renales y
cardiovadsculares.
e. La clase V incluye pacientes moribundos que no se espera que sobrevivan mas de 24
horas con o sin operación quirúrgica. Se operan en un intento de salvarles la vida, la
operación es un medida reanimadora, como es el caso de una embolia pulmonar masiva.
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f. La clase VI incluye pacientes que han sido declarados cerebralmente muertos, pero
cuyo órganos serán extraídos para donación. Se de mantener la ventilación mecánica y los
demás sistemas de apoyo para la vida hasta que se obtengan los órganos.
5. Consulta con el cirujano y otros médicos sobre cualquier paciente asignado a una
situación de clase III, IV o V. Se presta principal atención a la naturaleza crítica de la
operación en relación con los riesgos de la anestesia.
ANTES DE IR AL QUIROFANO
La situación física y emocional del paciente y sus signos vitales deben ser valorados y
registrados por e enfermero en al unidad quirúrgica o en la unidad de ingreso de corta
estancia antes que el paciente vaya al quirófano. Debe informarse al cirujano sobre
cualquier síntoma adverso o una extrema aprensión, ya que podrían afectar al curso
intraoperatorio del paciente. Se realizan los siguientes preparativos:
3. A menos que se haya ordenado lo contrario, se quitan las dentaduras y los puentes
móviles antes de la administración de la anestesia general, para salvaguardar y prevenir la
obstrucción de la respiración. Las dentaduras pueden permitirse durante la anestesia local,
especialmente si el paciente puede respirar mas fácilmente con ellas puestas. Algunos
anestesistas prefieren dejar en su lugar las dentaduras firmemente adheridas, para facilitar
la inserción del tubo del respirador. Las dentaduras son necesarias para mantener el
contorno facial en algunas operaciones de cirugía plástica.
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5. El cabello largo puede ser recogido en trenzas, o colocarse una gorra desechable de
quirófano. Las pelucas deben quitarse.
7. El paciente debe orinar para prevenir las sobre distensión de la vejiga o la incontinencia
mientras este inconsciente. Esto reviste especial importancia en las operaciones de pelvis o
abdominales en las que una vejiga grande puede interferir con la adecuada exposición del
contenido abdominal o puede lesionarse. Se debe registrar la hora de la micción.
10. El paciente, la cama y la grafica deben estar correctamente identificados, y las etiquetas
bien colocadas en su sitio. Cualquier tipo de alergia debe anotarse de forma prominente en
la grafica o en la hoja de enfermería, así como en la pulsera identificativa del paciente.
Una lista con las acciones preoperatorias a realizar ayuda a asegurarse de que el paciente
ha sido preparado adecuadamente. Si la preparación es inadecuada, la operación
quirúrgica debe ser cancelada.
PREPARACION EMOCIONAL
Se debe permitir que los miembros de la familia u otras personas relevantes permanezcan
con el paciente hasta que este sea llevado al departamento de quirófano. Algunos
hospitales permiten que los padres acompañen a los lactantes o niños. Después de dejar al
paciente, la familia debe dirigirse a la sala de espera.
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El paciente puede llevarse al departamento de quirófano unos 45 minutos antes del tiempo
programado para la operación. Para su seguridad, se le transporta por medio de una
camilla de transporte. La camilla debe empujarse desde el extremo de la cabecera, de
modo que vayan por delante de los pies del paciente. Los movimientos rápidos a través de
los pasillos y girar en las curvas pueden ocasionar vértigo y náuseas, especialmente si el
paciente ya ha sido medicado.
Idealmente, hay ascensores asignados “solo para uso de quirófano”. Esto asegura la
privacidad y minimiza la contaminación microbiana. Durante el transporte, el paciente debe
ir cómodo, caliente y seguro. Se levantan las barras laterales de la cama y se abrochan las
correas de seguridad. El paciente debe ser instruido para que guarde los brazos, manos y
dedos dentro de las barras laterales durante el transporte, para evitar lesiones al pasar por
las puertas. Las bolsas de solución intravenosa colgadas de los pies de goteo durante el
transporte deben ir firmemente aseguradas y colocadas lejos de la cabeza del paciente
para minimizar el peligro de lesión en caso de caerse el recipiente.
Algunos hospitales tienen salas de inducción de anestesia individuales donde esperan los
pacientes y donde se les administra un anestésico antes de ser llevados al quirófano.
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Preparativos de la preanestesia
Los anestesiólogos pueden realizar anestesias regionales en el área de espera. Todos los
procedimientos hechos en esta área deben documentarse en la grafica del paciente. A
pesar de las actividades que se desarrollan a su alrededor, los pacientes pueden sentirse
mas solos en un área de espera que en cualquier otra ubicación. El tiempo para
lentamente, la ansiedad puede ir en aumento. Una expresión compasiva en los ojos y en la
voz, y un ligero contacto tranquilizador de la mano, pueden transmitir una sensación de
interés y comprensión.
Si el paciente esta somnoliento, debe evitarse toda conversación innecesaria, sin embargo
el enfermero debe contestar a sus preguntas y velar por la comodidad del paciente.
Mantenga al paciente caliente o quítele la manta si el o ella tiene demasiado calor.
TRASLADO AL QUIROFANO
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Los anestesiólogos también tienen ciertas tareas que cumplir antes de la preanestesia:
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6. Preguntar al paciente cuando tomo cualquier cosa por la boca por última vez.
7. Comprobar el pulso, la respiración y la presión arterial para obtener datos basales para
la posterior evaluación de los signos vitales, una vez que el paciente este anestesiado.
8. Auscultar el corazón y los pulmones, y conectar después los electrodos de ECG.
Conectar el pulsioximetro y los demás dispositivos de control.
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CAPÍTULO 4
El desarrollo de una anestesia que pueda controlarse con éxito ha hecho posible la
moderna cirugía. Dado que la anestesia forma parte de casi todos los procedimientos
quirúrgicos, es absolutamente necesario estar familiarizado con los diferentes agentes
anestésicos, su interacción con ciertos fármacos y sus riesgos potenciales. El enfermero
informado y alerta puede detectar fácilmente la iniciación de complicaciones y ayudar a
evitar un situación de emergencia o fatal.
Trabajar con los anestesiólogos en e l quirófano ofrece al alumno una oportunidad única
de conocer las medidas reanimadoras y su eficacia, así como llegar a comprender los
cuidados al paciente inconsciente o críticamente enfermo. Por ejemplo, el alumno observa
a diario la intubación traqueal, el control de la ventilación, la inserción de cánulas venosas y
arteriales, la reposición de líquidos, un sofisticado control hemodinámico y la punción
lumbar.
Ningún procedimiento quirúrgico es pequeño. La cirugía y la anestesia suponen para el
paciente ciertos riesgos ineludibles, incluso en supuestas circunstancias ideales. Sin
embargo, en conjunto, la mortalidad quirúrgica relacionada con la anestesia es
relativamente baja. Ciertos factores preexistentes de l paciente, como la edad y/o su
situación médica y los relacionados con las circunstancias de la operación quirúrgica, como
el tipo, la duración y el procedimiento programado vs. La urgencia, son los determinantes
máximos de la mortalidad quirúrgico. El mayor peligro de la anestesia es el error humano,
Por tanto la American Society of Anesthesiologists ha establecido unas normas para el
control básico intraperatorio. La especialización en el equipo de control y la utilización de
computadoras para registrar los datos de control son aspectos de la práctica anestésica
contemporánea.
Es habitual que los anestesiólogos y los cirujanos administren muchos farmacia al paciente,
que ya bajo la influencia de diferentes productos cuando llega al quirófano. Un considerable
numero de enfermos experimentan alguna forma de reacciona adversa a los fármacos.
Algunos pacientes muy enfermos pueden recibir hasta 20 fármacos simultáneamente. Una
anestesia espinal, una técnica relativamente sencilla, suele conllevar al menos 5 fármacos.
Todos los fármacos administrados deben ser considerados como potencialmente
“interactivos” con otro agente. Un simple cambio en el pH puede producir una significativa
alteración a la acción, eficacia, distribución y excreción de los fármacos tan comunes como
las benzodiacepinas y el anestésico locales. Muchos fármacos que se utilizan en la
anestesia son ácidos débiles (barbituratos) y bases débiles (agentes locales y vasoactivos).
De forma voluntaria o inadvertidamente,
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los anestesiólogos pueden modificar estas características físico- químicas y alterar los
efectos de los fármacos.
Muchas variables, como la dosis, a alteración circulatoria, el control de la ventilación, el
efecto del tiempo, la base de la enfermedad y el procedimiento quirúrgico concomitante,
modifican la acción de los agentes anestésicos. En enfermos seleccionados, la anestesia
regional u otras técnicas pueden proporcionar mejores condiciones quirúrgicas y mayor
seguridad y comodidad que la anestesia general.
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PARÁMETROS CONTROLADOS
Pueden utilizarse métodos no invasivos para controlar algunas funciones cardiopulmonares
y neurológicas y determinar temperatura corporal y diuresis. Ambas técnicas, invasivas y no
invasivas, se aplican para controlar algunos parámetros hemodinámicos que muestren
minuto a minuto los cambios producidos en las variables fisiológicas.
Gases y pH de la sangre
La verificación de la perfusión tisular es imprescindible para evaluar el intercambio gaseoso
pulmonar y el equilibrio ácido básico. Estas medidas se consideran en relación con otros
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parámetros, como los signos vitales, la presión venosa y la presión en la aurícula izquierda.
El dióxido de carbono el oxígeno de la sangre ejercen sus propias presiones parciales (P).
Estas medidas se expresan en mm de Hg o en torr. Pueden
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
diferenciarse como presión arterial (Pa) o venosa (Pv). También se identifica el que e siendo
medido. La presión parcial de oxígeno se expresa como Po2 o específicamente el de la
sangre arterial como PaO2 y el de la sangre venosa como Pvo2 La saturación de oxígeno
(So2) en la sangre arterial (Sao se expresa en porcentajes. La presión parcial del dióxido
de carbono se especifico como Paco o PvcO2 Para conocer los rangos normales,
consúltese la tabla 19-1. Las técnicas de control pueden ser invasivas no invasivas.
Pulsioximetría
El pulsioxímetro mide la saturación de la oxihemoglobina arterial (Sao Proporciona una
lectura una lectura en pocos segundos al medir la densidad óptica de la luz que atraviesa
los tejidos. Se pinza una sonda sensora a cada lado de un lecho, vascular pulsátil. Los
dedos de la mano o del pie, el lóbulo d la oreja y el puente de la nariz son sitios adecuados.
La piel del enfermo debe estar limpia y seca. Hay que evitar las área con laca de uñas o
limpiarlas antes si las hubiera. La piel bajo el sensor sor ha de estar intacta. El sensor debe
mantenerse en contacto con la superficie de la piel y colocado de manera que la fuente de
luz y el fotodetector estén alineados directamente. El sensor se conecta a un oxímetro, que
se enchufe a una fuente 1 corriente eléctrica. Algunas fuentes de corriente eléctrica están
alimentadas por baterías. El oxímetro puede contar con un adaptador de auriculares y un
sistema de alarma.
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anestesia regional o local puede utilizarse un analizador accesorio colocando una muestra
final del tubo en la nariz o la boca del enfermo.
Casto cardíaco
El gasto cardíaco (CC) se mide mediante una técnica de termodilución para determinar los
litios de sangre bombeada por minuto por el ventrículo izquierdo a la aorta- El valor basal
normal es de 4-8 litros por minuto. Se inyecta en una luz de un catéter arterial una
determinada cantidad de liquido a una temperatura también determinada y, por medio de
una segunda luz, se mide el gradiente de temperatura en un punto del flujo más adelante.
Habitualmente, se emplea suero salino fisiológico enfriado con hielo o a temperatura
ambiente, o bien una solución de dextrosa en agua al 5% (10 mi). El flujo sanguíneo
suministra la dilución térmica; por ejemplo, el salino se mezcla con la sangre en la vena
cava superior o en la aurícula derecha, dependiendo de la ubicación del catéter, lo que
reduce la temperatura de la sangre en el corazón. El flujo sanguíneo enfriado pasa por un
termistor intravascular transistorizado en el catéter de termodilución que detecta los
cambios en la temperatura de la sangre, lo que se utiliza para calcular el CC. Cuando se
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61 Oral Maxilofacaial
El gasto cardíaco refleja la actividad mecánica del corazón y representa el flujo de sangre
total a todos los tejidos e interconexiones vasculares. Depende de la frecuencia de los
latidos, de la fuerza contráctil del músculo cardíaco (contractilidad miocárdica), la
resistencia periférica de los vasos y el retorno venoso. Los agentes inotrópicos, como la
digital ola adrenalina, a la contractilidad y el CC, excepto en pacientes que han perdido la
función del músculo ventricular, por ejemplo tras un infarto miocárdico o un aneurisma del
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
ventrículo izquierdo. Otros agentes, por ejemplo los betabloqueantes, disminuyen el trabajo
cardíaco al reducir la contractilidad y el GC. El cálculo del índice de trabajo del latido
ventricular izquierdo refleja su capacidad de bombeo. Durante la sístole, el ventrículo no ex
pulsa totalmente la sangre que recibe durante la diástole. La cantidad de sangre expulsada
con cada contracción se denomina volumen de eyección (VE). El VE normal basal es de
60-130 ml por latido. Lo que determina el volumen de eyección es la presión auricular
izquierda, la poscarga, el estado contráctil del miocardio y la presión telediastólica del
ventrículo izquierdo. La fracción de eyección (FE), un indicador de la función ventricular
utilizado habitualmente, es el valor en porcentaje del volumen de eyección. La FE normal es
del 60-70%. Los principales determinantes del volumen de eyección del gasto cardíaco son
la precarga, la contractilidad y la poscarga. Sólo en circunstancias limitadas, el ajuste de la
frecuencia cardíaca intensifica de forma terapéutica el gasto cardíaco.
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62 Oral Maxilofacaial
Índice cardíaco. El índice cardíaco (IC) valora la capacidad del corazón para abastecer las
necesidades corporales de oxígeno y otros nutrientes. Mediante un método no invasivo con
ultrasonidos, el IC mide el gasto cardíaco en relación a la superficie corporal. Un IC inferior
a 2 litros de sangre por minuto por metro cuadrado de superficie corporal indica un elevado
riesgo de efectos adversos cardiovasculares durante la anestesia o después de la misma.
La tensión arterial puede bajar; pueden aparecer latidos irregulares. Si se prevén, estos
efectos adversos se pueden prevenir o tratar.
El volumen sanguíneo es útil para determinar la cantidad total de sangre que hay que
reponer. Un método adecuado para medir el volumen sanguíneo total (VST) conlleva la
medida del plasma y del volumen de los hematíes por separado, sumando después ambos
resultados. Para medir el volumen de los hematíes, se marcan las células con cromo
radiactivo no tóxico, detectable, inyectado a continuación por vía intravenosa y efectuando
do un recuento tras un tiempo de mezcla adecuado. También se puede inyectar
seroalbúmina humana con yodo radiactivo, preparada en paquetes con una dosis estándar,
mezclada con la sangre y efectuando el recuento. Este recuento puede hacerse
rápidamente con un dispositivo electrónico.
Temperatura corporal
El cuerpo produce continuamente calor mediante sus actividades metabólicas y lo pierde
por convección, evaporación, conducción y radiación. Cuando el índice de producción es
igual al de pérdida, se mantiene el equilibrio de calor de la temperatura constante central
del cuerpo. La temperatura central es la del interior del cuerpo, a diferencia de la
temperatura de su superficie. La temperatura central normal es de 36,8-37,7 °C. bajo
anestesia, el adulto promedio pierde de 0,5 a 1,5 °C; la mayor pérdida se produce durante
la primera hora por convección a la exposición ambiente, por evaporación a través de la
respiración, mediante conducción por contacto con superficies frías y por radiación desde
los tejidos. La hipotermia intraoperatoria, temperatura central inferior a 35°C, es una
complicación habitual de los procedimientos quirúrgicos con anestesia general, sobre todo
en pacientes ancianos y pediátricos. Algunos agentes anestésicos inhiben la producción de
calor; los halogenados ocasionan vasodilatación, que contribuye al enfriamiento de la
superficie; los relajantes musculares evitan la tiritona, que es un reflejo protector
termorregulador. Otros factores también pueden modificar la temperatura central. La
hipertermia, el exceso de calor, puede deberse a la premedicación, a la ropa que cubre al
enfermo, al circuito cerrado de anestesia o a la fiebre producida por una sepsis. En el
paciente anestesiado no se observan reacciones físicas; por tanto, la temperatura corporal
debe controlarse continuamente para detectar cualquier cambio metabólico.
Diuresis
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63 Oral Maxilofacaial
La diuresis puede medirse con un catéter de Foley conectado a una bolsa calibrada de
orina. El sistema desechable estéril de recogida de la orina debe estar situado debajo del
nivel de la ve jiga para evitar la distensión y permitir una corriente sin reflujo. La diuresis es
muy útil para evaluar la eficaz administración del volumen de sangre y líquidos, excepto
cuando se está administrando un diurético. También es importante conocer el volumen,
electrólitos, osmolaridad y el pH de la orina.
Una reducción del volumen urinario puede indicar perfusión renal reducida. El estrés de la
operación quirúrgica, la antidiuresis del anestésíco, un fracaso renal inminente o la
reducción del volumen de sangre circulante pueden producir oliguría. Habitualmente, una
diuresis superior a 30-60 ml/h indica un volumen intravascular adecuado.
El sistema de recogida de la orina debe ser capaz de medir con precisión cada media hora
una diuresis de la 200 ml y proporcionar la observación de la arma producida. La
hemoglobinuria puede ser la manifestación de una transfusión de sangre incompatible.
Lesiones
Las posibles lesiones son muchas y variadas. Los anestesiólogos pueden arrancar
inadvertidamente algunos dientes o dañar trabajos dentales durante la intubación
endotraqueal. Los nervios pueden lastimarse por alguna postura defectuosa, por ejemplo la
hiperabducción o extensión del brazo. La manipulación des cuidada de un paciente
anestesiado puede provocar parálisis fracturas o dolor postoperatorio.
Los ojos pueden resultar dañados por anestésicos irritantes, mascarillas faciales o por la
sequedad de la córnea cuando los párpados no quedan bien cerrados. Esto último es
frecuente cuando se ha perdido la lubricación normal que producen los movimientos
oculares, cuando los ojos protruyen, cuando la cara del paciente se cubre con una sábana
o cuando se le coloca en decúbito prono. El empleo de un lubricante ocular protege a la
córnea frente a la sequedad.
Hipovolemia
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64 Oral Maxilofacaial
La hipovolemia es una disminución del volumen de sangre circulante por pérdida de sangre
y plasma o por déficit del volumen de líquido extracelular a la que se suele denominar
deshidratación. Cuando la pérdida de líquidos es mayor que la absorción de líquido
intersticial a la circulación, el enfermo puede entrar en shock hipovolémico.
Etiología
Entre los factores etiológicos se incluyen la ingesta reducida de líquidos; hemorragia; la
pérdida de plasma, por ejemplo a través del drenaje de heridas y quemaduras extensas, y
la des hidratación por pérdida de líquidos gastrointestinales, por ejemplo en los vómitos,
diaforesis por fiebre o diuresis intensa. La alteración de la función renal y la acidosis
metabólica son factores predisponentes. El bypass cardiopulmonar prolongado puede llegar
a ocasionar shock hipovolémico.
Síntomas
Los síntomas son sequedad de la piel y las mucosas, disminución de la tensión arterial,
pulso acelerado, oliguria, disminución de las cifras de presión venosa central y del volumen
de sangre y respiraciones rápidas y profundas.
Tratamiento
Prevención
La disminución del volumen de sangre durante el preopera tono aumenta la morbididad y el
riesgo quirúrgico. Debe tratarse y corregir también el desequilibrio electrolitico. Los líquidos,
los gases de la sangre y la pérdida de ésta deben controlarse intraoperatoriamente.
Hipervolemia
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65 Oral Maxilofacaial
Convulsiones
Etiología
Entre los factores etiológicos se incluyen hipoxia intensa y retención de dióxido de carbono,
hipernatremia, hipertermia, sobredosis de anestésicos regionales, embolia gaseosa y
epilepsia.
Síntomas
Los síntomas incluyen contracciones musculares espasmódicas, dilatación de las pupilas,
respiraciones rápidas y ruidosas, pulso acelerado, muecas faciales y cianosis.
Tratamiento
Se administra oxigeno para mantener la respiración, y diazepam un barbiturato de acción
rápida o un bloqueante neuromuscular para frenar la actividad muscular. Puede ser
necesaria ventilación mecánica para la apnea o para mantener la circulación.
Prevención
Hipertermia maligna/hiperpirexia
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66 Oral Maxilofacaial
Etiología
La causa exacta de la HM se desconoce. Se cree que ciertos enfermos son más
susceptibles y que algunos agentes anestésicos pueden provocar esta crisis.
Enfermos susceptibles son también los que presentan cualquier tipo de miopatía o de
enfermedad muscular adquirida, como ptosis, estrabismo, hernias, áreas de debilidad o
hipertrofia muscular, o con distrofia muscular. La incidencia de HM es mayor en niños que
en adultos. Los enfermos con artritis reumatoide, sobre todo los niños, son especialmente
susceptibles a la HM.
Tratamiento
El éxito depende de estar absolutamente preparados (plan previo de acción, protocolo
escrito, equipo de suministro inmediato), del diagnóstico precoz y de un enérgico
tratamiento. Las líneas generales de tratamiento que se exponen a continuación son el
protocolo sugerido por la Malignant Hyperthermia Association of the United States
(MHAUS). Los procedimientos y normativas institucionales deben estar siempre disponibles
para orientar al equipo perioperatorio ene1 cuidado de un paciente con una crisis de HM.
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67 Oral Maxilofacaial
Si se han estado administrando otras soluciones i.v., la vía debe lavarse con agua estéril
antes de inyectar el dantrolene; ello evita la formación de precipitados. La solución de
Ringer lactato no se utiliza porque aumenta el nivel de acidosis. Debe establecerse una vía
iv. adicional para infundir solución salina normal fría a razón del ml/kg cada 15 minutos
durante al menos 45 minutos.
c) Bicarbonato sódico, 1-2 mEq/kg i.v., repetidos según los datos orientadores
de la gasometría sanguínea. Una base, el bicarbonato sódico, eleva temporalmente el pH.
Combate la acidosis y antagoniza la hiperpotasemia al disminuir el nivel de potasio del
plasma. Puede provocar acidosis de rebote. Para determinar las dosis subsiguientes es
necesario controlar el pH arterial y la Pco2
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68 Oral Maxilofacaial
hiperpotasemia. Para determinar las dosis subsiguientes hay que controlar los niveles de
potasio y glucosa en sangre.
f) Manitol, 0,25 g/kg i.v., y furosemida, 1 mg/kg i.v., hasta cuatro dosis de cada
uno. Estos fármacos desalojan la mioglobina de los tubulos renales y mantienen el flujo
urinario. Hay que mantener una diuresis superior a 2
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
ml/kg/h para evitar el fracaso renal. La dosis se calcula en relación con el manitol contenido
en la solución de dantrolene.
5. Hay que controlar la presión venosa central. Puede ser necesario insertar una vía de
CVP si no hubiera ninguna.
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69 Oral Maxilofacaial
7.
Prevención
La mejor prevención es la identificación de los enfermos susceptibles. La historia
preoperatoria debería incluir rutinariamente algunas preguntas sobre experiencias
anestésicas previas del paciente, muerte o incidentes inexplicados de miembros de su
familia sometidos a anestesia y anomalías musculares conocidas o episodios previos de
golpe de calor del paciente y sus familia res. Se ha detectado predisposición hereditaria en
tres generaciones; sin embargo, es frecuente que no se conozcan antecedentes familiares.
La pista mus destacada para identificar a un enfermo susceptible a HM es un
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
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70 Oral Maxilofacaial
Complicaciones pulmonares
Durante el postoperatorio, uno de los factores más importantes es la capacidad del paciente
para movilizar las secreciones por medio de respiraciones profundas, la tos y la
deambulación. Los pacientes sometidos a cirugía torácica y abdominal son propensos a
respirar muy superficialmente a causa del dolor, por lo que no pueden expulsar
adecuadamente las secreciones acumuladas. FI desarrollo de una complicación pulmonar
suele predisponer al enfermo a la aparición de otra.
La embolia pulmonar (y. cap. 23, págs. 488-489) es una causa importante de muerte
durante la operación quirúrgica y en el postoperatorio inmediato. Algunos problemas
intraoperatorios pueden extenderse a la recuperación postoperatoria. El síndrome de
dificultad respiratoria del adulto, también conocido como in insuficiencia pulmonar
progresiva o shock pulmonar, puede desarrollarse en las 24-48 horas siguientes a la lesión
traumática.
Aspiración
Cuando el paciente está inconsciente, o consciente con la garganta anestesiada, como
sucede con las broncoscopias, puede haber aspiración del contenido gástrico a los
pulmones por abolición de los reflejos faríngeos. Los efectos residuales impiden la función
pulmonar y el intercambio sangre-gas. La aspiración de los jugos gástricos, muy ácidos,
genera una neumonitis química. Se producen edema, colapso alveolar y desequilibrio de la
relación ventilación-perfusión, que lleva a hipoxemia. La aspiración de sólidos durante el
vómito produce edema, hipoxia intensa y obstrucción respiratoria. El broncospasmo y la
atelectasia pueden desembocar en neumonitis o bronconeumonía. Casi todo el material
aspirado es irritativo, pero puede resultar infeccioso si también se aspira la flora
nasofaríngea. En ocasiones, la consecuencia es un absceso de pulmón o una neumonía
con necrosis del parénquima pulmonar.
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71 Oral Maxilofacaial
Etiología. Todo paciente con alimento en el estómago corre un alto riesgo si se le somete a
anestesia (p. ej., un enfermo con lesiones traumáticas que requiere intervención quinírgica
inmediata). El aumento de la presión intragástrica es un riesgo de aspiración y puede ser
consecuencia de procesos como el pilorospasmo, la hernia diafragmática, la hemorragia
gastrointestinal, la obstrucción intestinal ola introducción forzada de gas en el estómago al
aplicar presión de ventilación positiva sin utilizar un tubo endotraqueal con manguito.
Síntomas. Los síntomas incluyen cianosis, disnea y taquicardia, seguidos por anomalías
cardíacas, colapso y condensación pulmonar.
Tratamiento. El tratamiento más eficaz es el que se lleva a cabo durante los primeros
minutos que siguen a la aspiración. La estrategia está en eliminar la mayor cantidad de
aspirado posible y limitar la diseminación de lo que reste en el pulmón. Se baja la
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
cabecera de la mesa con un giro lateral derecho para favorecer el drenaje postural; el
bronquio tronco derecho se bifurca ligeramente más arriba que el izquierdo. Se succiona la
orofaringe y el árbol traqueobronquial. Si el paciente ha aspirado algún material con
partículas que obstruyen las vías aéreas, hay que realizar una broncoscopia para
eliminarlo. La aspiración debe interrumpirse cada 10-15 segundos para administrar
oxígeno. La eliminación del dióxido de carbono y la oxigenación son las prioridades
principales. La aspiración del contenido gástrico ácido daña la interfase capilar-alveolar, lo
que conlleva la producción de cortocircuito intrapulmonar y edema de pulmón. Los cuidados
intensivos pulmonares se dirigen a mejorar la relación ventilación-perfusión y a disminuir el
anormal intercambio gaseoso. Ello puede requerir la instauración de intubación
endotraqueal para ventilación mecánica con presión positiva continua. Es de esperar que
se produzca rápidamente una hipoxemia muy intensa en los primeros 30-60 minutos
siguientes a la aspiración. Un control cardiovascular cuidadoso y las frecuentes
determinaciones de gasometría y nivel acidobásico en sangre orientan las medidas
terapéuticas para mantener el volumen intravascular. Pueden administrarse antibióticos
profilpacticis para prevenir la infección derivada de la aspiración del líquido intestinal
contaminado, y también se puede utilizar un broncodilator para tratar el espasmo. Casi
todas las secuelas permanentes olas muertes se deben a la hipoxemia inicial,
Laringospasmo y broncospasmo.
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72 Oral Maxilofacaial
deben a un aumento significativo del tono de la musculatura lisa de las paredes de la vía
aérea. La intensa eleva cien de la resistencia de las vías aéreas altera profundamente el
flujo de aire que entra y sale de los pulmones. Los cambios asocia dos dan lugar a una
disminución de la relación ventilación-perfusión, con la subsiguiente reducción de la PaCO2
y la elevación de la Paco Existen muchos factores que pueden generar espasmo.
Etiología. Los factores etiológicos son los que provocan obstrucción mecánica de la vía
aérea, por ejemplo ciertos anestésicos y fármacos; enfermedades alérgicas, como el asma;
reflejos vagales; estimulación de la faringe y la laringe bajo anestesia no muy intensa;
tracción sobre el peritoneo, materiales extraños en el árbol traqueobronquial; movimientos
de la cabeza o del cuello o tracción sobre el seno carotídeo, y determinados estímulos
periféricos dolorosos. El grado de espasmo va desde leve a intenso.
Síntomas. Los síntomas incluyen respiración jadeante o con estridor, compliancia reducida,
cianosis y obstrucción respiratoria.
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
Tratamiento. El tratamiento depende del factor desencadenante. Entre los métodos que
suelen utilizarse se incluyen la aplicación de presión positiva de oxígeno, la intubación
traqueal y los bloqueantes neuromusculares para conseguir la relajación. Los
broncodilatadores, como aminofilina, isoetarina y sulfato de metaproterenol, se administran
con cuidado porque actúan como estimuladores cardíacos y, en presencia de hipoxia,
pueden contribuir a la arritmia y a la parada cardiaca. Los pacientes pueden ser refractarios
(sin respuesta) a los broncodilatadores debido a las anomalías acidobásicas. Su corrección
puede reducir los efectos colaterales y aumentar los efectos beneficiosos de los
broncodilatadores. Si el factor etiológico es una alergia, pueden administrarse esteroides y
antihistamínicos.
Los reflejos vagales los inhibe la atropina. Si este tipo de reflejo ha sido la causa, hay que
intensificar la anestesia. Si existe un exceso de secreciones, se administran agentes que
produzcan sequedad. Es obligado iniciar de inmediato un tratamiento eficaz para
contrarrestar la hipoxia y prevenir la parada cardiaca.
Las vías aéreas se mantienen permeables con un vía aérea oral o un tubo endotraqueal.
Sin embargo, la obstrucción de la vía aérea es la causa más frecuente de dificultad
respiratoria en el postoperatorio inmediato. El paciente puede mostrar respiración
paradójica (es decir, movimiento descendente del diafragma simultáneo con la contracción
más que con la expansión del tórax), lo que origina hipoxia y retención de dióxido de
carbono. Cuando la situación empeora, el enfermo se vuelve in quieto, diaforético, cianótico
y, finalmente, queda inconsciente. Si no se soluciona en segundos, esta grave complicación
puede conducir a la parada cardíaca.
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Etiología. Entre los factores etiológicos se incluyen el bloqueo de la vía aérea por la propia
lengua del paciente; tejidos blandos; excesivas secreciones o un cuerpo extraño;
laringospasmo o broncospasmo, o posición de la cabeza con la barbilla hacia abajo.
Síntomas. Los síntomas comprenden aumento del trabajo respiratorio, con inadecuado
intercambio respiratorio; uso visible de los músculos accesorios, y movimientos
respiratorios del tórax y del abdomen, sin movimiento perceptible de aire en la vía aérea. Si
las vías aéreas se obstruyen’totalmente, no se escucharán los sonidos respiratorios a la
auscultación; si se obstruyen parcialmente, pueden escucharse estertores. El pulso es
rápido y filiforme Tras la hipoxia, aparecen rápidamente palidez y cianosis, que se
desarrollan más lentamente si el paciente ha estado respirando una elevada concentración
de oxígeno.
Hipoventilación
Etiología. El dolor, la postura defectuosa, el cuello grueso y corto o una vejiga llena son
factores que contribuyen a la hipoventilación. La ventilación pulmonar inadecuada por la de
presión del centro respiratorio por narcóticos o anestésicos, la reducción del gasto cardíaco,
pérdida intensa de sangre, obstrucción de las vías respiratorias o anomalías de la relación
ventilación-perfusión también pueden contribuir a producir hipoxia e hipercapnia.
Síntomas. Los síntomas incluyen aumento de la frecuencia del pulso; palidez o cianosis por
la hipoxia o aspecto rubicundo o enrojecido por la hipercapnia; disminución del volumen de
las respiraciones; aumento del trabajo respiratorio o res piraciones estertóreas, s’ presencia
de sangre oscura en el campo quirúrgico. Puede afectarse el equilibrio acidobásico.
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74 Oral Maxilofacaial
Prevención. Una vía aérea permeable, oxigenación adecua da y la posición apropiada del
paciente ayudan a evitar la hipo- ventilación. La medición intraoperatoria del pH, Pco2 y
Po2, arteriales permiten al anestesiólogo evaluar la adecuada oxigenación y eliminación del
dióxido de carbono. Para evitar la hipoventilación y la hipoxia puede administrarse oxígeno
y ventilación asistida al paciente durante el traslado al área de recuperación.
Neumotórax
Aunque raro, es posible que una aguja se inserte en la caja torácica durante el bloqueo de
un nervio ola inserción de un catéter en la subclavia. El síntoma primario es la disminución
de la respiración. La confirmación se realiza por un estudio con rayos X. Si el neumotórax
es muy extenso y el pulmón no consigue reexpandirse por sí solo, hay que insertar un tubo
torácico conectado a un sello bajo agua.
Edema pulmonar
El edema pulmonar puede definirse como una acumulación anormal de agua en las zonas
extravasculares de los pulmones, incluyendo el espacio alveolar y el intersticial. En los
pacientes quirúrgicos, la causa más probable es el incremento de la permeabilidad capilar
pulmonar microvascular ola lesión del endotelio capilar. La sangre se enlentece en la
circulación pulmonar. Cierta cantidad de líquido exuda desde los capilares al interior de los
alvéolos y los espacios intersticiales. La reducción de la perfusión de la membrana capilar
conduce a hipoxia. Los síntomas, observados habitualmente durante el postoperatorio en la
UCPA o en la UCI, pueden incluir pulso rápido con re bote, estertores húmedos, disnea y
venas periféricas ingurgitadas.
Complicaciones cardiovasculares
El estrés físico y emocional que sufre un paciente quirúrgico puede generar complicaciones
cardiovasculares. El paciente que tiene miedo a morir mientras esté anestesiado corre un
riesgo mayor de parada cardiaca sobre la mesa de operaciones que los enfermos con
enfermedad cardiaca conocida. La extrema ansiedad preoperatoria predispone al enfermo a
una inducción y un intraoperatorio difíciles y a sentir malestar durante el postoperatorio. Los
pacientes con antecedentes de problemas cardiovasculares son más propensos a
desarrollar complicaciones, que pueden incluir arritmias, hipotensión, tromboembolismo y/o
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75 Oral Maxilofacaial
Los enfermos deben ser controlados estrechamente para detectar cualquier síntoma de
complicaciones cardiovasculares. La anoxia, ausencia completa o casi total de oxígeno en
los gases inspirados, en la sangre arterial o en los tejidos, es un precursor del colapso
cardiovascular. La parada cardiaca puede llevar a la muerte en el quirófano.
Hipotensión
Otras causas son la hemorragia, pérdida de sangre total o de plasma en los tejidos durante
procedimientos quirúrgicos muy amplios; las anomalías circulatorias, como el taponamiento
cardíaco, insuficiencia cardiaca, hipovolemia, embolia pulmonar o cerebral (embolia grasa a
partir de puntos de fracturas óseas, embolismo de líquido amniótico durante el parto o
embolia gaseosa por introducción de aire en la circulación durante una in fusión u otro
procedimiento); la isquemia o infarto de miocardio; los cambios en la postura del enfermo,
sobre todo si se realizan rápidamente o de forma brusca; el exceso de medicación
preanestésica (la hipotensión postural puede aparecer tras la administración de narcóticos);
los potentes fármacos que se ad ministran con fines terapéuticos (sedantes, esteroides
suprarrenales, antihipertensivos) antes de los anestésicos, o la hipoxia.
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Prevención, Los factores causales han de ser revertidos o eliminados. Por tanto, hay que
observar constantemente al paciente durante la anestesia; en individuos con antecedentes
apropiados, comprobar la respuesta cardiovascular a la posición quirúrgica deseada antes
de la inducción; evitar la sobre dosificación de cualquier premedicación y de los fármacos
anestésicos; cambiar la posición del enfermo lentamente; manipular los tejidos con
suavidad, y reemplazar la pérdida de líquidos y sangre rápidamente. El anestesiólogo
administra una mínima cantidad de anestésico y deja pasar el tiempo adecuado para inducir
y profundizar la anestesia de forma que no se eleve el nivel hemático del anestésico con
demasiada rapidez. Cualquier presión positiva a la vía aérea se aplicación prudencia
algunos narcóticos y agentes anestésicos, los traumatismos quirúrgicos, la anoxia y la
pérdida de sangre pueden generar hipotensión postoperatoria.
Hipertensión.
Puede producirse una elevación anormal de la tensión arte rial, sobre todo en un paciente
hipertenso o arteriosclerótico. Incluso los levemente hipertensos son propensos a sufrir
isquemia miocárdica (flujo inadecuado de sangre al corazón) durante la inducción y la
salida de la anestesia. La intubación estimula el sistema nervioso simpático. Otros factores
predisponentes son el dolor, la tiritona, la hipoxia, la hipercapnia, los efectos producidos por
fármacos vasopresores o la hipervolemia debida a una excesiva reposición de las pérdidas
de liquido. El tratamiento consiste en administrar oxígeno, diuréticos y fármacos
antihipertensoes betabloqueantes, si estuvieran indicados. Si no se controla, la hipertensión
puede dar lugar a un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio. También puede
originar sangrado en la zona quirúrgica o amenazar la integridad de un bypass vascular.
Shock circulatorio
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77 Oral Maxilofacaial
El shock es un fenómeno complejo, una situación amenaza dora para la vida del paciente
en la que se produce fracaso circulatorio por una o varias razones. El menor volumen de
sangre circulante, la pérdida de capacidad de bombeo del corazón o la pérdida de
resistencia periférica pueden dar lugar a un insuficiente flujo de sangre para la adecuada
perfusión u oxigenación de los tejidos. Si se prolonga, el inadecuado flujo de sangre a los
diferentes órganos, con una deficiente microcirculación, deprime profundamente los
procesos vitales. Dado que el objetivo de la circulación se logra en los capilares, el
defectivo metabolismo celular derivado del shock interfiere también en las defensas
inherentes del organismo y aparece acidosis metabólica. Los mecanismos normales de
defensa son la vasoconstricción refleja y el aumento de la frecuencia del pulso, lo que
tiende a redistribuir el flujo de sangre al corazón y al cerebro a expensas de otros órganos
vitales. Si el shock se identifica, se trata y se revierte con celeridad, se evita que se
produzca un daño permanente. Si progresa hasta hacerse irreversible, se produce la
muerte como con secuencia de la disfunción celular y la hipoperfusión orgánica.
Los múltiples tipos y causas de shock presentan problemas en las relaciones entre el
corazón, el sistema circulatorio y el volumen de sangre circulante. La insuficiencia
circulatoria puede originarse por una marcada disminución del gasto cardíaco, del retorno
venoso al corazón o de la resistencia vascular periférica. Todas las formas de shock
conllevan una elevada tasa de mortalidad. El mejor tratamiento es la prevención. El shock
se clasifica en función de las causas que originan la inadecuada perfusión tisular.
Venospasmo
Cuando está ocasionado por la infusión de líquido iv. frío, el venospasmo puede
manifestarse en forma de un flujo sanguíneo muy lento Puede ser consecuencia de una
infusión a presión o de extravasación. La procaína i.v. alivia el espasmo. El ve nospasmo
puede ir seguido de tromboflebitis.
Trombosis coronaria
La trombosis coronaria puede sobrevenir por hipoxia grave y carencia de oxígeno a las
arterias coronarias. En ocasiones, ésta es la razón por la que el paciente nunca recobra el
conocimiento tras el procedimiento quirúrgico.
Embolia gaseosa
La embolia gaseosa puede producirse intraoperatoriamente, con el paciente en posición
sentada para someterse a craneotomía u operación cervical posterior. Las venas cerebrales
diploicas no son colapsables; los senos venosos del cráneo permanecen abiertos. El aire
que penetra en una vena alcanza rápida mente el lado derecho del corazón y la circulación
pulmonar, obstruyendo el flujo ventricular. Los síntomas principales son las arritmias
cardíacas y una hipotensión inexplicada.
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Prevención.- los preparativos preoperatorios mas importantes son una óptima valoración
psicológica preparatoria para identificar el nivel de ansiedad y la realización de pruebas
adecuadas para detectar anomalias y una sensibilidad.
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
La reanimación cardiopulmonar (RCP) tiene como objetivo la rápida restauración del aporte
de oxígeno a los órganos vitales para revertir los procesos que llevan a la muerte. La RCP
como procedimiento de emergencia requiere un entrenamiento especial para identificar la
parada respiratoria o cardiaca y para llevar a cabo la ventilación y la circulación artificiales.
Para evitar un daño irreversible al cerebro, las medidas reanimadoras deben instaurarse
inmediatamente, entre 3 y 5 minutos después de la
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
Las medidas básicas de soporte para la vida (MBSV) consisten en esa fase especial de los
cuidados cardiacos de emergencia en la que se evita la parada o la insuficiencia circulatoria
o respira toña mediante una rápida identificación y actuación, ose apoya externamente la
circulación y la respiración de una víctima de parada respiratoria o cardiaca por medio de la
RCP. Las MBSV pueden y deben ser iniciadas por cualquier persona presente al producirse
la parada cardiaca. El ABC de la reanimación es:
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1. Vía aérea: permeable y sin secreciones o cuerpos extraños para obtener una
ventilación pulmonar eficaz.
2. Respiración (breathing en inglés): mantenimiento y restauración inmediata de la
oxigenación mediante ventilación artificial.
3. Circulación: aporte de oxígeno a los tejidos vitales median te masaje cardíaco
(circulación artificial).
Si el paciente está siendo controlado con ECG durante el tiempo de parada, puede darse
un rápido golpe precordial y controlar el monitor para observar el ritmo cardíaco mientras se
verifica el pulso carotídeo. Si se evidencia fibrilación ventricular o taquicardia sin pulso, se
administrará electroshock lo antes posible (CC 200-300 julios de energía en el adulto, 2
julios/kg en lactantes o niños). Si esta operación no tiene éxito, se administran
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
En lactantes y niños pequeños, se coloca una mano sobre la zona precordial para sentir el
latido apical o se registra el pulso braquial en lugar del pulso carotídeo. El pulso braquial se
loca- liza en la zona interna del brazo, a medio camino entre el codo y el hombro. Se
utilizan los dedos índice y medio. No debe darse un golpe precordial a los lactantes o los
nulos. En éstos, las bradiarritmias y el bloqueo cardíaco se traducen con más frecuencia en
parada cardiaca que en fibrilación ventricular.
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NOTA
1. Silos intentos de ventilación resultan inútiles, a pesar de la adecuada apertura de la vía
aérea, deberían hacerse intentos adicionales para eliminar cualquier obstrucción. Puede
estar indicado practicar laringoscopia, cricotirotomia O traqueotomía.
2. La aspiración traqueal sólo debe prolongarse 5 segundos cada vez, sin ventilación para
evitar la hipoxia.
3. Si se sospecha ose presenta lesión vertebral, se evita la extensión del cuello y se aplica
la técnica modificada de elevación de la mandíbula. La cabeza, el cuello y el tórax se
mantienen alineados.
4. La ventilación se evalúa al observar las elevaciones y bajadas del tórax, y por la audición
y la percepción táctil de la salida del aire durante la exhalación del paciente.
Para mantener la circulación y tensión arterial adecuadas de los pacientes sin pulso, hay
que practicar masaje cardíaco además de la ventilación para mantener la viabilidad tisular,
preservando el tono cardíaco y los reflejos, y evitando la coagulación intravascular. Puede
llevarse a cabo mediante un masaje cardiaco externo a tórax cerrado, es decir, la aplicación
rítmica de presión sobre la mitad inferior del esternón por encima del apéndice xifoides.
Dado que el corazón ocupa la mayor parte del espacio entre el esternón y la
CIRUGIA MAXILO FACIAL Control del paciente y
complicaciones potenciales relacionadas con la anestesia
La cruz indica el punto correcto para colocar las manos en el masaje cardiaco con el torax
cerrado, sobre la mitad inferior del externos y por encima del apéndice xifoides.
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82 Oral Maxilofacaial
FIGURA Masaje cardiaco con el tórax cerrado. El paciente está en decúbito supino sobre
una superficie plana y dura. El reanimador coloca el talón de una mano sobre la mitad
inferior del esternón con el talón de la otra encima. Los dedos se arquean hacia arriba para
no ejercer fuerza sobre las costillas. Los codos se mantienen rectos y bloqueados, con los
hombros directamente sobre las manos.
gativaintratorácica hace que la sangre venosa fluya de forma retrógrada al corazón desde
los sistemas circulatorios pulmonares y sistémicos. La sangre se mueve en dirección arte
rial a través de las válvulas cardíacas. Habitualmente, el flujo de sangre a la arteria carótida
que se consigue con esta técnica sólo - es un cuarto a un tercio de lo normal (TA media 40
mm Mg), aunque la tensión arterial sistólica se eleva. Puede alcanzar hasta 100 mm Hg,
pero la presión diastólica es baja. Cuando se aplica masaje cardíaco externo, se requiere
siempre ventilación artificial porque la oxigenación de la sangre circulante no es la
adecuada. El cerebro y el miocardio deben estar perfundidos de forma efectiva para su
supervivencia. El masaje cardíaco externo debe instaurarse inmediatamente después de
cesar la circulación. Cualquier interrupción en el masaje genera la interrupción del flujo
sanguíneo y la reducción de la tensión arterial.
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FIGURA La depresión manual del esternón eleva la presión intratorácica y produce gasto
cardiaco. La sangre es enviada desde el corazón a la aorta ya la arteria pulmonar.
FIGURA Al liberar la presión sobre el esternón, se permite que el corazón se rellene cíe
sangre venosa.
El masaje cardíaco debe llevarse a cabo con conocimiento y precaución. Todos los médicos
ye! personal de enfermería deben estar entrenados y acreditados en la RCP. Los principios
básicos son los mismos para lactantes y niños. Las diferencias en la técnica están
relacionadas con la posición del corazón en el tórax, el pequeño tamaño de éste y la
frecuencia cardiaca más rápida:
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Las medidas básicas de soporte vital no deben interrumpir- se durante más de 5 segundos
cada vez, salvo para la intubación endotraqueal. Si la intubación resulta difícil, el paciente
debe ser ventilado entre intentos. La RCP nunca se suspende durante más de 30
segundos. Es preferible no mover al enfermo hasta que esté estabilizado y listo para su
traslado o hasta haber tomado las medidas necesarias para efectuar una RCP
ininterrumpida durante el traslado.
La elevación de las piernas hasta un ángulo de 60 grados en relación al tronco facilita el
retorno venoso y aumenta la circulación artificial. El masaje cardíaco sólo tiene éxito si el
llenado entre compresiones y el reanimador pueden mover un volumer adecuado de sangre
oxigenada. El pulso carotídeo o femoral se controla cada pocos minutos para comprobar la
eficacia del masaje o el establecimiento de un latido efectivo espontáneo.
El masaje cardíaco externo manual produce agotamiento, que da lugar a una variación en
el gasto cardíaco; por tanto, es aconsejable tener disponible personal adicional de relevo.
Este problema se evita con los compresores mecánicos del tórax operados manualmente o
con los compresores-ventiladores auto máticos comercializados, que proporcionan
simultáneamente ventilación y masaje. Cuando se emplean estos dispositivos, el masaje
siempre debe iniciarse con el método manual. Los compresores-ventiladores sólo deben
utilizarse con un tubo endotraqueal con manguito, vía aérea o con mascarilla con obturador
esofágico, y manejados únicamente por personas experimenta das. Su utilización debe
reservarse a los adultos.
Las complicaciones del masaje externo son mínimas si se presta atención cuidadosa a los
pequeños detalles. El masaje debe realizarse con extremo cuidado para evitar las lesiones,
por ejemplo fracturas costales o del esternón, separación costocondral, embolia grasa,
laceración hepática, contusión pulmonar, neumotórax y hemotórax. Para evitar las fracturas,
nunca hay que coniprimir el apéndice xifoides en la punta del esternón ni ejercer excesiva
presión sobre las costillas.
Masaje cardíaco interno. Se instaura si el tórax del enfermo ya está abierto, como sucede
en los procedimientos cardiotorácicos. Se puede realizar toracotomía y administrar masaje
interno en las situaciones en las que el masaje externo puede resultar ineficaz, como ocurre
en las lesiones torácicas internas, por ejemplo heridas incisas del corazón, tórax batiente,
tapona miento pericárdico originado por hemorragia y en las deformidades de la columna o
del tórax. Las ventajas del masaje interno consisten en un vaciado ventricular más
completo, con mayor eyección de sangre a la circulación y rápido llenado diastólico para
una frecuencia de latido más rápida que con el masaje externo. El flujo de sangre en forma
retrógrada es menor. Las des ventajas comprenden la demora en el masaje, el potencial
traumatismo a los pulmones y el miocardio y la posible infección.
Si el tórax no está abierto, la incisión se realiza entre el quinto o sexto espacio intercostal
izquierdo. El pericardio se abre para proporcionar masaje manual directo al miocardio. Se
coloca un expansor de las costillas para evitar que éstas aprisionen las manos del operador
Acunando el corazón entre ambas manos, el operador comprime los ventrículos
entre el pulgar y los de dos de una mano, o entre los dedos de ambas manos, con un ritmo
de 80 veces por minuto. El retorno venoso es necesario para que se produzca un volumen
adecuado de latido ventricular.
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Fármacos intravenosos
El masaje cardíaco suele ir acompañado o seguido por la adecuada administración
intravenosa de fármacos para controlar las variables cardiovasculares, como la hipoxia o la
acidosis (y relación de fármacos en págs. 396-399). Estos fármacos pueden mejorar la
situación cardiopulmonar del paciente al incrementar la presión de perfusión durante el
masaje cardíaco, estimulando las contracciones miocárdicas espontáneas o más enérgicas,
acelerando la frecuencia cardiaca y suprimiendo cualquier actividad ventricular anómala.
Oxígeno, adrenalina y atropina son los pilares del tratamiento farmacológico en la RCP.
Utilizados conjuntamente con las medidas básicas de soporte vital, la lidocaina y la
desfibrilación (v págs. 392-394), corrigen la mayoría de los problemas relacionados con la
administración de oxígeno en la RCP. Cada fármaco adicional sirve como anexo vital en el
tratamiento definitivo y en los cuidados posreanirnación.
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CAPÍTULO 5
RADIOLOGÍA DE CABEZA Y CUELLO
1 ÓRBITAS
En el estudio de la patología orbitaria las pruebas de imagen útiles son la ecografía la
radiografía simple, la TC y la RM. La ecografía es útil en la exploración del globo ocular,
pero se ve limitada por la presencia de cataratas y no logra una definición óptima de las
estructuras posteriores al globo ocular. Al igual que sucede en otras regiones anatómicas la
ecografía es una modalidad dinámica que permite una mejor apreciación de la patología
durante la realización de la prueba que en imágenes aisladas.
MALFORMACIONES CONGÉNITAS
La ausencia de los globos oculares (anoftalmia) es una malformación rara. La presencia de
globos oculares de pequeño tamaño (microftalmia) se asocia a otras malformaciones
congénitas en el síndrome de la rubéola congénita o puede asociarse a la hiperplasia
primaria del vítreo retinopatía de los prematuros.
LESIONES INTRAOCULARES.
Retinoblastoma.
El retinoblastoma es la causa más importante de reflejo pupilar blanco (leucocoria) en
los niños. Estos tumores malignos son masas de tejido blando localizadas en el interior del
globo susceptibles de calificación. En un 25% de los casos son bilaterales. Su tratamiento
suele requerir la enucleación.
Melanoma
El tumor ocular más frecuente del adulto es el melanoma. Las metástasis coroides pueden
tener un aspecto similar.
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Hemangioma orbitario.
En los niños, los hemangiomas orbitarios suelen localizarse por delante del globo ocular
en el cuadrante nasal superior y se trata de hemangiomas capilares. En el adulto la lesión
mas frecuente es el hemangioma cavernoso que se localiza por detrás del globo y puede
calentarse. Los linfangiomas y los hemangiopercitomas pueden ser imposibles de distinguir
mediante pruebas de imagen.
Oftalmopatía de Graves.
La oftalmopatía de Graves se produce en pacientes con enfermedades de Graves del
tiroides aunque su actividad no se corresponde con el grado de afectación tiroidea. Existe
inflamación y edema de los músculo extraoculares que puede provocar una comprensión
del nervio óptico exoftalmos y úlcera corneal.
Seudotumor orbitario.
La causa más frecuente de masa orbitaria en el adulto es seudotumor arbitrario, que
representa un grupo heterogéneo de transforma inflamatorios. Existe una masa de tejidos
blandos que generalmente afecta la grasa retroorbitaria los músculos extraoculares el
nervio óptico la glandular lagrima o la esclerótica. Los linfomas y la granulomatosis de
Wegener pueden tener el mismo aspecto en las pruebas de imagen.
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Absceso orbitario
El absceso orbitario se produce debido a la extensión de una infección de los senos
etmoidales. Los abscesos situados por detrás del globo ocular.
MALFORMACIONES CONGENITAS
En el recién nacido los senos paranasales no se hallan neumatizados aún, si no que se
desarrollan gradual mente a lo largo de la infancia. La hipoplasia de algunos de los senos
paranasales constituye una variante habitual de la normalidad. Las mal formaciones de los
cornetes pueden predisponer a infecciones de los senos.
Atresia de coanas
La atresia de tas coanas produce dificultad de alimentación en el recién nacido, debido a la
obstrucción de la porción posterior de las fosas nasa les por un tabique óseo o
membranoso. El día se confirma inyectando contraste en la fosa nasal.
En la sinusitis aguda se observa una interfase aire-líquido (nivel hidroaéreo), salvo que el
seno se vea totalmente ocupado por líquido. La sinusitis alérgica se asocia a la presencia
de polipos de la mucosa. En algunos pacientes estas dos entidades pueden coexistir. Entre
las complicaciones de la sinusitis se incluyen los abscesos cerebrales, los empiemas
subdurales y los mucoceles, en los que se acumulan secreciones en el inferior del seño
provocando erosión del hueso.
NEOPLASIAS
Los papilomas benignos de los senos son raros. Resulta imposible distinguirlos de tumores
mediante pruebas de imagen y por tanto en la siguiente descripción se consideran juntos.
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3. PATOLOGÍA ÓSEA.
La Base del cráneo (BDC) separa y conecta territorios quirúrgicos como lo son las
estructuras intracraneanas con el oído, las cavidades nasales, los senos paranasales,
orbitas y cuello suprahioideo.
La técnica de estudio incluye tomografía computada (TC) con cortes coronales y axiales de
2-4 mm sin y con contraste intravenoso, con presentación en ventana ósea y de partes
blandas. La TC caracteriza bien los limites de destrucción ósea y mal el compromiso
intracraneano. La RM debe incluir secuencias coronales y axiales T2-TSE, T1 de alta
resolución y T1 con gadolinio y saturación grasa. En comparación con la TC aporta mayor
información respecto a la diseminación perineural, leptomeningea y el compromiso intraxial.
Objetivo
Esta presentación pretende mostrar una visión sinóptica sistematizada de la patología
tumoral de base de cráneo, haciendo referencia a la anatomía y rutas de diseminación.
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comunica hacía atrás con la fosa de Meckel y hacia adelante con la fosa pterigopalatina,
fisura orbitaria inferior y canal infraorbitario.
El foramen ovale, en la parte posterior del ala mayor, comunica verticalmente la fosa de
Meckel con el espacio masticatorio del cuello suprahioideo. Se encuentra en relación
posterolateral al foramen rotundum. El foramen espinoso es el mas lateral y posterior.
Otro foramen importante es el lacerum en la parte medial y posterior del esfenoides.
Hay varios foramenes que se identifican en forma variable. El único foramen identificado en
forma constante en el cuerpo del hueso esfenoidal es el canal vidiano, en situación
anteromedial al foramen lacerum e inferomedial al foramen rotundum, conecta el foramen
lacerum con la fosa pterigopalatina. Contiene al nervio vidiano que es la continuación del
petroso superficial mayor, rama parasimpática del facial (nVII) después de su unión con el
petroso profundo, rama simpática del plexo carotideo. También pasa a través de él, la
arteria vidiana rama de la maxilar interna.
El occipital forma el piso de la fosa craneana posterior. Lo integran: a) El basioccipucio, que
incluye el clivus y los tubérculos yugulares. b) El exoccipucio que incluye los cóndilos
occipitales. c) El supraoccipucio.
EL foramen magnum es la mayor apertura de la base y pasan por él, la medula oblongata,
las meninges, arterias vertebrales y nervios espinales accesorios.
El canal hipogloso, que contiene nXII, se ubica anteriormente al condilo occipital en ambos
lados. El temporal incluye los peñascos y mastoides
Figura 1 a,b. Anatomía normal base de cráneo vista superior (a) e inferior (b). Se demuestran los
huesos frontal (F), etmoidal (E) en el cual se identifica la lamina cribosa (LC) y la crista galli (CG),
temporal (T) y occipital (O). En el esfenoides se identifican el plano esfenoidal (PE), el sulcus
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quiasmatico (SQ) y la fosa hipofisiaria (FH). En el clivus se muestran su parte esfenoidal (Cesf) y
occipital (Cocc). Se identifican además los foramenes de mayor importancia. FR: foramen
rotundum, FO: foramen ovale, FE: foramen espinoso, FL: foramen lacerum, FM:
Lamina cribosa ubicada en la parte central de la fosa anterior contiene el nervio olfatorio (nI)
Lesiones de BDC
Pueden agruparse en: I.-Lesiones intrínsecas de BDC, II.-Lesiones que comprometen la
BDC desde abajo y III.-Lesiones que comprometen la BDC desde arriba.
Son tumores malignos derivados de restos notocordales que en la BDC se ubican a nivel
clival cráneo-vertebral. Pueden ocurrir a cualquier edad, pero tienden a concentrarse entre
los 30-50 años a diferencia del cordoma sacrococcígeo que se concentra entre los 40-60
años. Afecta mas a hombres que a mujeres. Crecen lento y no metastizan, sin embargo
tienden a recurrir localmente. Su ubicación clival y en relación con los canales carotideos
hace casi imposible su resección total.
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Suele verse en la TAC como masa destructiva de línea media, sin borde esclerótico, con
calcificaciones o restos óseos prominentes. Puede alcanzar al hueso temporal o al
troncoencefalo. Presenta áreas que no se refuerzan con contraste y también áreas
quisticas. En RM se ven brillantes en T2 lo que permite distinguir su relación con el seno
cavernoso(3).
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I c. Meningiomas: Tumores típicamente benignos que se manifiestan entre los 20-60 años.
La mayoría se concentra en la convexidad y región parasagital. El compromiso de BDC es
el menos frecuente. Cuando comprometen el ala mayor del esfenoides se dividen en 1)-
centrales que producen compromiso esfeno-cavernoso y son responsables de múltiples
neuropatías craneales y 2)-laterales que son más silentes.
Pueden originarse o seguir a los nervios a través de los forámenes.
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I f.- Displasia fibrosa: Es una alteración del desarrollo del hueso en la cual este usualmente
esta expandido con conservación del contorno original y con alteración del aspecto
medular. El clásico aspecto en TAC es de «vidrio esmerilado» (Figura 8). En RM es hipo
intenso en T1 y T2 y capta Gadolinio(.
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Paget en cráneo Una mujer de 56 años de edad consulta por primera vez en el consultorio
externo de la Sección Osteopatías del Hospital de Clínicas en julio de 1997 para
tratamiento y control de su enfermedad de Paget.
El diagnóstico de dicha enfermedad se había realizado por biopsia ósea del maxilar
superior en 1995 en Montevideo, donde residía la paciente.
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A B
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Desde la fosa pterigopalatina alcanza la fosa infratemporal o se extiende hacia la orbita por
medio de la fisura orbitaria inferior. Se nutre usualmente por la arteria faringea ascendente,
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100
rama terminal de la arteria maxilar interna, a su vez rama de la carótida externa (5,6) (Figura
11).
III a.- Tumores malignos: Pueden afectar la BDC tumores cerebrales, glioma hipotalamico-
opticoquiasmático.
III b.- Tumores benignos: Meningioma, tumor de la vaina neural, quiste dermoide, adenoma
pituitario.
100
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La variedad infraselar es extremadamente rara e implica indemnidad del piso selar con
tumor en el hueso esfenoidal
Apex orbitario
Orbita
Fosa orbitaria superior VI
Seno etmoidal
Seno cavernoso (oftálmico)
Seno frontal
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mayor y profundo
Conclusión
El cabal conocimiento de la anatomía, patología y patrón de diseminación de la patología
tumoral de BDC, es una herramienta central en la planificación de la terapia tumoral y su
seguimiento.
Granulomatosis de Wegener.
La vasculitis agresiva a denominada granulomatosis de Wegeber afecta los riñones, los
pulmones las fosas nasales y los senos paranasales donde su presentación y aspecto en
las pruebas de imagen pueden ser similar a los de un carcinoma.
Abuso de cocaína.
El abuso de cocaína puede ocasionar la destrucción del tabique nasal.
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Quistes dentales.
Los quistes dentales pueden presentarse en las porciones dotadas de dientes de la
maxilares superior o inferior. En este grupo se incluyen quistes asociados a infecciones
dentarias quiste dentígeros quistes fisultorios y queratoquistes odontogénicos.
Ameloblastomas.
Los ameloblastomas son tumores raros y localmente invasivos que en la radiográfia simple
se presentan en forma de radiotransparencia multiloculada.
TRAUMATISMOS
Los traumatismos faciales son frecuentes en las agresiones o los accidentes de circulación.
Con frecuencia con lesiones en diversas partes del esqueleto, facial puede existir además
lesión cerebral.
Lis fracturas de los huesos faciales siguen clasificándose groseramente según el sistema
de Le Fort. Las fracturas Le Fort 1 consisten en tina sepa ración de la porción dotada de
dientes del maxilar superior el resto del maxilar superior. En las fracturas Le Fort II. el
fragmento de fractura es piramidal las líneas de fractura atias tesan las paredes medial y
lateral de seno maxilar los huesos nasales. En las fracturas Le Fort III. el esqueleto facial
queda totalmente separado del resto del cráneo, es decir, las líneas de fracturas atraviesan
las paredes medial y lateral de las órbitas y los arcos cigomaticos. En la practica. cualquier
paciente puede presentar múltiples fracturas faciales y pueden coexistir diversos tipos de
fractura.
Aparte de las fracturas otros signos de lesión del esqueleto facial son la presencia de
líquidos en los senos maxilares y la presencia de gas en los tejidos blandos de la órbita
entidad que recibe el nombre de enfisema orbitario.
Fracturas orbitarias.
Las fracturas que afectan las paredes de la órbita pueden distorsionar el contenido orbitario
y provocar una rotura del globo ocular con hemorragia intraocular. La hernia del contenido
a través de una fractura del suelo de la órbita puede provocar esta complicación suele ser
el resultado de la hernia de grasa orbitaria y desarrollo de fibrosis alrededor del músculo
recto interior.
En raras ocasiones se debe a la hernia del propio muslo recto inferior.
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TRAUMATISMOS:
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MASTOIDITIS
Se sospecha en aquel paciente que ha presentado otorrea prolongada con o sin dolor que
debuta con otalgia, fiebre y sensibilidad mastoidea, que puede en algún momento hacerse
subperióstico y presentarse como una tumefacción detrás de la oreja con solevantamiento
auricular. Un examen de la cabeza puede revelar mastoiditis. Una radiografía craneal, una
TC de la cabeza o una TC del oído pueden mostrar anomalías en el hueso mastoides
Síntomas
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Se define como tal a la inflamación aguda de tipo viral o bacteriana de la mucosa del oído
medio y cavidades vecinas. Es una afección que, frecuentemente, se asocia a una infección
viral o bacteriana del tracto respiratorio superior.
Es más frecuente en niños por diversos factores que hacen que ellos tengan mayor
frecuencia de patología del anillo linfático así como, también, regurgitación, vómitos del
lactante y mayor frecuencia de cuadros respiratorios altos.
El síntoma principal es la otalgia, muy severa al principio, de tipo pulsátil. También existe
hipoacusia, tinnitus y autofonía. Los niños presentan además compromiso del estado
general y es posible encontrar fiebre. También pueden coexistir síntomas de infección del
árbol respiratorio alto, lo que también puede evidenciarse en el exámen físico.
Prevalencia
La importancia del conocimiento y estudio del tema radica en que la OMC es una
enfermedad que causa invalidez, por la hipoacusia y puede producir morbi-mortalidad
secundaria a sus complicaciones
Etiologia
La OMC puede ser producida por distintas causas complejas y lo más importante, variables
entre un paciente y otro. Sólo enumeraremos algunas:
Alteraciones de la aireación que llevan a derrames crónicos; defectos del desarrollo
(paladar hendido); alteraciones de la movilidad de los músculos de la trompa de Eustaquio
(tumores, adenoides hiperplásicos, etc.); alteraciones infecciosas crónicas de adenoides y
cavidades paranasales (por que producen ectasia linfática y mantención de gérmenes en la
zona); trastornos metabólicos (hipotiroidismo); alteraciones inmunológicas y alérgicas;
enfermedades ciliares de la mucosa.
COMPLICACIONES:
El colesteatoma congénito, está presente en el oído medio del recién nacido detrás de una
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El colesteatoma primario se asocia a OMC sin perforación, se presenta invadiendo piel del
CAE a los bolsillos de retracción de la membrana timpánica, produciendo destrucción de
ésta e invadiendo y destruyendo el oído medio.
La otitis media crónica colesteatomatosa puede cursar con dolor, otorrea fétida, poliposis
inflamatoria satélites, formación de granulomas, osteitis destructiva y por ende mayor
posibilidad de complicaciones hacia oído interno y la mastoides.
Fig.1 Estudio radiológico que muestra extensa erosión ósea por colesteatoma de OD.
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Clínicamente es un estado que parece coexistir con la otitis media secretora crónica, puede
ir o no asociada a perforación de membrana timpánica, esta última en general está retraída
de manera importante hay reabsorción de los huesecillos y depósitos de colágeno
hialinizado. Puede existir en la membrana timpánica y en la caja timpánica un proceso
anatomopatológico llamado tímpano esclerosis.
GRANULOMA DE COLESTEROL:
Es una forma de otitis media crónica en la que clínicamente se observa una membrana
timpánica azul oscura (debida a retención de líquidos) sin perforación. Al estudio
anatomopatológico se encuentra tejido de granulación con cristales de colesterol rodeados
por células gigantes (llamado granuloma de colesterol). Es una entidad inespecífica que se
debe a la ectasia, edema exudación y hemorragia que ocurre en la mucosa por el proceso
inflamatorio. Está asociada a una alteración de la ventilación el oído medio o en alguno de
sus espacios.
Es otra forma de otitis crónica, no muy frecuente, pero muy agresiva, con gran capacidad
de osteolisis y que tiende a producir complicaciones severas. Anatomopatológicamente se
caracteriza por una proliferación granulo matosa inespecífica y necrosis ósea.
GLANDULAS SALIVALES
ANATOMIA:
Parótida:
Es la mayor de las glándulas salivales. Se localiza en la fosa parotídea dependiente de la
fascia parotídea. Posee una importante relación anatómica con el nervio facial que la divide
en dos porciones, una superficial y otra más profunda. Además, se relaciona con otros
nervios y vasos importantes. La porción profunda de la glándula posee relación anatómica
importante con el espacio parafaríngeo (arteria carótida, vena yugular, IX, X, XI Y XII pares
craneanos, simpático). Existen ganglios intra y extraparotídeos por lo cual un aumento de
volumen de ellos puede confundirse con un aumento de volumen de la glándula parótida.
Su conducto excretor es el conducto parotídeo de Stensen o de Stenon.
Submandibular o submaxilar:
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Sublingual:
Está localizada por debajo de la mucosa del piso de la boca, sobre el músculo milo hioideo
y por su extremo posterior contacta con la glándula submandibular. Existen alrededor de 8 a
20 ductos que emanan de su cara superior y se abren en el piso de la boca.
Menores:
Se distribuyen preferentemente en la cara interna de los labios, mucosa yugal (mejilla) y
velo del paladar. También se encuentran en el resto de la boca, faringe, fosas nasales,
cavidades perinasales, laringe y mucosa traqueal.
Indicaciones
a) Evaluación del sistema ductal (litiasis, tapones mucosos, estenosis).
c) Tumores:
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d) Fístulas
e) Otros usos:
Sialoadenosis: los ductos semejan estar más separados que lo habitual debido al
agrandamiento difuso.
Contraindicación:
- Inflamación aguda porque la presión retrógrada ejercida puede agravar o favorecer la
expansión de la enfermedad.
Permite evaluar:
5) RNM:
Sus indicaciones son muy semejantes a las de la TAC.
Ventajas:
- Excelente resolución para tejidos blandos.
- Igual que la TAC permite evaluar la extensión (ej. compromiso espacio parafaríngeo) y
limitación del tumor.
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Desventaja:
6) Angiografía:
En general es poco indicada. Es mandatoria en el estudio de tumores del espacio
parafaríngeo (ej. quemodectoma carotídeo o paraganglioma) fundamentalmente en el
diagnóstico diferencial con tumores de la porción profunda de la parótida.
7) Cintigrama con Tc 99 (radiosialografía):
Basado en la capacidad de las células del epitelio ductal estriado de la glándula salival de
captar el Tc 99 desde los capilares. Posteriormente se identifican las emisiones gamma
emitidas del material radioactivo secretado por los ductos. La presencia de una imagen
"caliente" suele indicar la presencia de tumor de Warthin. No se usa actualmente en la
práctica porque se ha visto que los tumores malignos que generalmente muestran una
masa "fría", también pueden dar imagen "caliente". Posee falsos positivos y negativos.
8) Ultrasonografía:
Poco usado. Tiene utilidad en lesiones quísticas: ej. ránula con extensión cervical, quistes
parotídeos. Poca utilidad en tumores malignos.
PARÓTIDA:
Ante la sospecha de un tumor parotídeo la biopsia mínima es la parotidectomía suprafacial..
Es particularmente útil en tumores localizados en la porción lateral siendo a la vez
diagnóstica y curativa en todos los tumores benignos. Tiene la ventaja de exponer y
proteger el nervio facial, de remover la mayor porción de la glándula parótida preservando
el nervio y de evaluar adenopatías. En tumores de la porción profunda se indica
parotidectomía total.
PATOLOGIA
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Etiología: desconocida. Existe una extasía salival que resultaría de la obstrucción ductal o
por disminución en la producción de saliva. Los episodios de infección repetida llevan a una
metaplasia ductal con aumento de glándulas mucosas y la saliva se hace más viscosa. No
hay relación demostrada con previa parotiditis viral ni inmunodeficiencia. Las bacterias más
aisladas son: estafilococo áureos, estreptococo pneumoniae y viridans pero, no es causada
por ellos. Se discute si es congénita o adquirida.
Sialografía: dilatación y (sialectasia), incluso retención del medio de contraste por días.
Tratamiento:
a) Médico: es el tratamiento de elección. El tratamiento del episodio activo debe efectuarse
con: antibiótico, antiinflamatorios, líquido abundante, masaje de la glándula,
sialogogos: cítricos, chicle, pilocarpina 2% 10 gotas en 20cc de agua, agente que disminuya
la viscosidad de la saliva (yoduro de potasio).(eliminación de tapones).
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Histología: Se observa un reemplazo del parénquima por infiltrado linfoide conteniendo islas
"epimioepiteliales" (hiperplasia y metaplasia del epitelio ductal). El infiltrado linfoide consiste
en células plasmáticas, linfocitos e inmunoblastos. Inicialmente el compromiso es focal,
periductal pero el compromiso es progresivo infiltrando todo el parénquima.
Debe destacarse que la lesión linfoepitelial benigna se asocia frecuentemente con
neoplasias malignas (ej. carcinoma mucoepidermoide) y puede transformarse a linfoma o
carcinoma.
Tratamiento período agudo: antibiótico según el aspecto de la saliva y el cultivo, masaje
glandular, hidratación, higiene oral, colutorios con pilocarpina. Tratamiento reumatológico:
corticoides y otros inmunosupresores.
Si la sintomatología es persistente y refractaria al tratamiento médico se puede indicar la
parotidectomía, hecho que ocurre con muy poca frecuencia.
1. SIALOLITIASIS:
Estudio radiológico:
113
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114
a) radiografía simple:
Tratamiento: Pequeños cálculos pueden eliminarse con tratamiento médico consistente en:
masaje, calor local, sialogogos, líquido abundante, analgésico. Pero si esto falla o es una
litiasis más grande el tratamiento es quirúrgico.
Glándula submaxilar:
Glándula parótida:
114
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115
2. ESTENOSIS:
Se caracteriza por existir una estrechez en la vía excretora. Las etiologías descritas son:
desarrollo anómalo, infección, traumatismo, litiasis, neoplasia.
Es más frecuente en parótida (prótesis mal ajustada lo que provoca daño en la carúncula
salival).
115
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116
lll. QUISTES
RANULA:
Formación quística secundaria a la obstrucción de la glándula sublingual o glándula menor
del piso de boca.
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V. NEOPLASIAS
Las glándulas salivales son uno de los órganos capaces de producir mayor variedad de
tumores lo cual ha originado alta dificultad y controversia en la clasificación de ellos.
Incidencia: 1 - 3 por 100.000 personas. Representan el 3% de todos los tumores benignos
y malignos del cuerpo.
117
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118
El 80% de los tumores de glándulas salivales ocurren en la parótida, el 80% de los tumores
parotídeos son benignos y el 80% de los tumores benignos son tumor mixto.
El 90% de los tumores son epiteliales. En el niño existe mayor proporción de tumores vaso
formativos y cuando existe un tumor sólido es más frecuente que sea maligno que benigno.
NEOPLASIAS BENIGNAS:
Los tumores benignos más frecuentes son el adenoma pleomorfo y el cistoadenoma papilar
linfomatoso.
Adenoma pleomorfo (tumor mixto): 70 - 80% de todos los tumores benignos de glándulas
salivales.
80 - 90% de todos los tumores benignos de parótida.
La localización más frecuente: parótida (región suprafacial). Los tumores bilaterales son
extremadamente raros. El localizado en la porción profunda de la glándula debe hacerse el
diagnóstico diferencial con otros tumores del espacio parafaríngeo. La localización más
frecuente en glándula salival menor es en paladar.
Edad: se presenta con mayor frecuencia entre los 40 - 50 años. Levemente más frecuente
en mujeres.
Segundo más frecuente dentro de los tumores benignos de las glándulas salivales.
Representa el 2 - 6% de todos los tumores parotídeos. La localización más frecuente es en
parótida. La edad de mayor frecuencia es a los 55 - 60 años. Más frecuente en el sexo
masculino (7-8:1). Generalmente es unilateral pero posee mayor porcentaje de bilateralidad
que el tumor mixto (bilateral 10%), es bien circunscrito, blando, quístico.
Histología: compuesto por elementos epiteliales dispuestos en papilas que rodean espacios
quisticos y todo esto rodeado por infiltrado linfoide benigno. Se describe que es el tumor
que más frecuentemente capta el tecnecio 99.
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119
NEOPLASIAS MALIGNAS:
Existe asociación entre cáncer de mama y de glándulas salivales. Las glándulas salivales
mayores pueden constituir asiento de metástasis. La mayoría son de carcinoma escamoso
y melanoma de piel.
Historia clínica :
CARCINOMA MUCOEPIDERMOIDE:
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120
Historia clínica y examen físico completos, TAC, Rx tórax, cintigrama óseo, evaluación
dentaria.
El objetivo del tratamiento es eliminar todo el tumor con un criterio oncológico, con un
mínimo de deformidad y reconstrucción adecuada.
El tratamiento primario de los tumores malignos es quirúrgico, pudiendo asociarse
radioterapia. El tratamiento dependerá de la etapificación TNM. Generalmente el
tratamiento es combinado: cirugía más radioterapia. La radioterapia ha permitido salvar el
facial y evitar recurrencias locales.
El tratamiento de las neoplasias de glándulas salivales es complejo por:
Parótida:
Parotidectomía total (con o sin planos adyacentes), con o sin extirpación del nervio facial,
con o sin vaciamiento ganglionar cervical, con o sin radioterapia postoperatoria.
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Submaxilar:
Resección del triángulo submandibular, es decir resección amplia de la glándula (grasa
submaxilar, músculo digástrico, cola de la parótida), con o sin resección de los nervios
adyacentes, con o sin vaciamiento ganglionar cervical, con o sin radioterapia
postoperatoria.
Sublingual y menores:
Resección amplia con margen de seguridad amplio, con o sin vaciamiento ganglionar
cervical, con o sin radioterapia postoperatoria.
1. NASOFARINGE: Localizada sobre el paladar blando y se comunica por las coanas hacia
anterior con las fosas nasales. Posee estructuras anatómicas importantes como la
amígdala faríngea (adenoides), tejido linfoide peritubario y orificio faríngeo de la
desembocadura de la tuba auditiva (torus tubario).
I. TUMORES BENIGNOS
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Etiología
· Debido a tejido vascular ectópico que creció como resultado de alteraciones de la glándula
pituitaria.
· Genética: Alteraciones en los cromosomas 4q, 5q, 6q, 12q, 13q, 17p, X e Y. Se han
hallado también alteraciones en la región 8q12q22 del cromosoma 8. Alteraciones de los
genes que codifica en Factor de Crecimiento derivado de Endotelio, TGF-B. Expresión del
gen LYN y probablemente el factor de crecimiento de tumores-B1 juegue un rol en la
proliferación y angiogénesis del ANJ.
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Las radiografías simples pueden mostrar el tumor y las alteraciones óseas producidas por
éste. En TAC aparece como una masa hipodensa que muestra reforzamiento de poca
duración tras la administración de un bolo de contraste yodado intravenoso.
II.-TUMORES MALIGNOS
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RABDOMIOSARCOMA:
Incidencia
Los sarcomas del tejido blando representan cerca del 7 al 8% de los casos de
cáncer pediátrico.
El rabdomiosarcoma es el tumor de los tejidos blandos más frecuente en los niños.
La enfermedad puede presentarse durante toda la infancia, y se observan algunos
casos al momento de nacer
OROFARINGE
Neoplasias
Tumores benignos
Los quistes dermoides son tumores embrionarios de células germinales situados en la línea
media y capaces de localizarse en la región submandibular, la región sublingual o el suelo
de boca. El paciente puede hallarse en la segunda o la tercera décadas de vida en el
momento de la preparación clínica del tumor.
Otros tumores son los lipomas, que pueden también desarrollarse en el suelo de la boca
124
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Tumores malignos
Carcinoma epidermoide
El cáncer de cabeza y cuello constituye el 5% de los tumores del ser humano y el 80% está
constituido por el carcinoma epidermoide. La mayor parte de estos tumores se localizan en
la orofaringe.
La biología natural de este tipo de tumores incluye el crecimiento local invadiendo las
estructuras adyacentes en superficie y profundidad y la extensión regional a través de los
vasos linfáticos al cuello, y de forma menos frecuente de forma inicial a distancia,
preferentemente al pulmón, seguido de ganglios mediastínicos, hígado y hueso.
Linfoma
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debajo del diafragma, además de otros tejidos linfoides. Es raro encontrar un linfoma fuera
de los ganglios linfáticos, aunque ocurre en el 25% de los LNH, encontrándose en la piel, el
aparato digestivo, huesos, testículos, pulmón y sistema nervioso central.
Algunas personas con LNH tienen síntomas de una masa abdominal, y se quejan de dolor
en esa zona, fiebre y pérdida de apetito, generalmente debidos a la presión y obstrucción
que un tumor en estado avanzado puede causar en la zona. Otras personas tienen
síntomas de una masa en su pecho, y se quejan de problemas respiratorios y dificultad
para respirar, dolor, tos,
- Dolor de garganta
- Sudoración nocturna
- Fatiga
- Picores
HIPOFARINGE
Malformaciones congénitas
Quistes Tiroglosos
La mayoría de los quistes del conducto tirogloso nacen en la línea media entre el hueso
hioides y el cartílago tiroides. Se deben al desplazamiento de la glándula tiroides
Desde su origen embrionario en la base de la lengua hasta alcanzar su localización cervical
durante el desarrollo del feto. Puede persistir una fístula a lo largo de este trayecto de
descenso demostrable mediante una fistulografia.
Fistulografia de un seno
Tirogloso. El contraste
Describe un trayecto
126
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127
El higroma quístico es una malformación congénita, que consiste en uno o más espacios
linfáticos llenos de líquido, pudiéndose observar en recién nacidos sanos y con transtornos
de tipo genéticos.
Los quistes branquiales son anomalías del desarrollo del aparato branquial, siendo los más
frecuentes los de segundo arco. Los localizados en la pared faríngea, son extremadamente
raros por lo que en su diagnóstico diferencial se debe incluir aquellas lesiones tumorales
benignas y malignas localizadas en la pared de la faringe. El tratamiento debe ser la
extirpación completa del quiste vía externa cervical para evitar recidivas.
127
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TAC del cuello en el que se observa un quiste branquial derecho que nace de la segunda
hendidura branquial. El quiste esta bien definido y se localiza en un plano profundo al
músculo esternocleidomastoideo (derecho)
Neoplasias
Tumores malignos
Transtornos Diversos
Divertículo Faringeo
El divertículo faringeo (divertículo de Zenker) se debe a la existencia de un punto débil en la
pared faríngea situado entre las fibras de los músculos constructor medio e inferior de la
faringe, asociada a la presencia de un tono anormal del músculo cricofaringeo. Debido al
espasmo del músculo cricofaringeo aumenta la presión en la porción superior de las vías
aerodigestivas, lo que contribuye a la formación del divertículo.
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Malformaciones congénitas
Enfermedades inflamatorias
Enfermedad de Graves
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Tiroidismo de Hashimoto
Tiroiditis de DeQuervain
Tiroiditis de Riedel
La tiroiditis de Riedel es rara. Produce fibrosis del tiroides, es capaz de alcanzar estructuras
adyacentes. La RM permite distinguir esta enfermedad de otras formas de tiroides.
Neoplasias
Tumores benignos
Bocio multinodular
Los pacientes con bocio multinoduilar suelen ser hipotiroideos. En la ecografía se observan
múltiples quistes y áreas sólidas y en la gammagrafia se objetivan múltiples áreas calientes
y frías en unas glándulas cuyo tamaño es mayor del normal.
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131
Adenoma tiroideo
Ecografía del lóbulo derecho del tiroides; se observa un quiste (cruces) dotado de un
pequeño componente sólido en su pared posterior.
Quistes Tiroideos
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TAC cervical, Quiste tiroideo de gran tamaño, que ocupa todo el lóbulo tiroideo izquierdo,
comprime la traquea y el esófago (que introduce en la pared posterior de la traquea), su
prolongación inferior se introducía en mediastino, preciso hemitiroidectomia izquierda.
Cualquier aumento palpable de tamaño de la glándula tiroides nos hace plantearnos las
siguientes situaciones, un aumento acusado y homogéneo con o sin captación en la
ganmagrafía es habitual en mujeres jóvenes y no es considerado patológico. Sin embargo
una captación ganmagráfica acusada y difusa en una glándula no quistita. Debemos
completar la exploración con una punción aspiración con aguja fina, que nos informara de
células epiteliales cuboideas características de la pared del quiste, y la tomografía axial
computarizada que nos definirá sus relaciones y la presencia de adenopatías
acompañantes nos orienta hacia un hipertiroidismo tipo Graves. Si nos encontramos un
nódulo fijo duro e hipocaptante pensaremos en neoplasia tiroidea, si este nódulo es
hipercaptante, y con características místicas en la ecografía, las posibilidades de lesión
maligna son mas bajas apuntando a un adenoma toxico, y por ultimo la presencia de
múltiples lesiones hipercaptantes o zonas captantes y zonas frías ( antiguas hemorragias
intraquísticas) traduce la presencia de un tiroides multiquístico, en estos casos la frecuencia
de malignidad es menor, y la indicación quirúrgica surgen por motivos compresivos o
estéticos. La cirugía tiroidea dependerá del quiste pudiendo realizarse desde una
enucleación, una hemitiroidectomía, una tiroidectomía subtotal o total.
Quistes Paratiroideos
Constituyen una rareza, y se caracterizan por ser clínicamente como los nódulos tiroideos,
sin embargo al realizar una punción aspiración, es frecuente obtener en el liquido del quiste
niveles elevados de hormona paratiroidea, esto añadido a que al realizar una TAC se
aprecia su independencia de la glándula tiroides, en algunos casos presenta
hiperparatiroidismo, pero este cuadro es mas frecuente en los adenomas y cistadenomas.
El tratamiento es quirúrgico y rigen las mismas consideraciones que en la cirugía tiroidea.
Imagen TAC, caso inusual, quiste paratiroideo, se trataba de una paciente adolescente con
una lesión quística supraesternal inferior con relación al lóbulo tiroideo, sobre la carótida
primitiva y que se continuaba hacia el mediastino superior.
Quistes broncogénicos cutáneos: Los quistes broncogenicos cutáneos son muy raros. se
desarrollan a partir de células ectópicas del tracto respiratorio, y se localizan a nivel de la
fosa supraesternal. Son de crecimiento lento y asintomático. Histológicamente están
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133
constituidos por una cápsula cubierta de epitelio ciliar columelar seudoestratificado que
contiene células mucosas.
Tumores malignos
Carcinoma tiroideo
Carcinoma medular
El carcinoma medular nace de las células C y pueden presentarse como entidad aislada o
como paste de un síndrome de adenopatía endocrina múltiple. Estos tumores pueden
calcificarse.
Linfoma tiroideo
Los pacientes son linfomas tiroideos suelen tener antecedentes de tiroiditis de Hashimoto.
El tumor corresponde a un nódulo “frió” en la gammagrafia con yodo y a un nódulo
“caliente” con galio.
Carcinoma paratifoideo
El carcinoma paratifoideo es raro y suele producir hiperparatiroidismo. Sin embargo, solo un
1-2% de los pacientes con hipertiroidismo presentan un carcinoma. Estas lesiones tienen
un aspecto inespecífico en las pruebas de imágenes y su diagnostico solo puede
confirmarse mediante una biopsia u objetivando la invasión de estructuras adyacentes.
Hipertiroidismo
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Hiperparatiroidismo
CUELLO
La descripción de los “espacios” del cuello facilita la comprensión del contenido de cada
uno de estos compartimientos y de la extensión de los procesos patológicos en su interior.
Espacio parafaringeo
El espacio parafaringeo (EPF) se extiende desde la base del cráneo hasta el asta mayor del
hueso hioides y se localiza en un plano profundo a la mandíbula y a la glándula parotida. Se
sitúa en un plano medial a los espacios carotideo y masticatorio, anterior a los músculos
paravertebrales y laterales a la fosa amigdalina y el músculo constrictor superior de la
faringe.
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135
Las infecciones del EPF pueden surgir de los dientes, las amígdalas, las fosas nasales, los
senos paranasales, el oído externo y las mastoides.
Entre los tumores benignos se encuentran los neurofibromas y los tumores de las glándulas
salivales menores. La mayoría de los tumores localizados en el EPF son metástasis de
neoplasias orales y orofaringeas. La RM constituye el método de elección para evaluar la
extensión linfática de estos tumores.
135
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Espacio carotideo
El espacio carotideo se extiende desde la base del cráneo hasta el arco aortico. Se localiza
por detrás del EPF, por dentro del espacio parotideo, por detrás del espacio prevertebral y
por fuera del espacio retrofaringeo.
El espacio carotideo contiene la arteria carótida, la vena yugular interna, los nervios
craneales, el plexo simpático y ganglios y vasos sanguíneos.
Los tumores benignos que afectan el espacio carotideo, como los schwannomas y los
neurofibromas, nacen del tejido nervioso. Los paragangliomascomo el tumor glomico y el
tumor del cuerpo carotideo, nacen de la cresta neural.
Espacio masticatorio
Espacio prevertebral
El espacio prevertebral se extiende desde el cuello hasta el cóccix y contiene los músculos
prevertebrales y paraspinales. En el cuello, esta rodeado por la hoja profunda de la fascia
cervical profunda.
Espacio retrofaringeo
136
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137
El espacio retrofaringeo se extiende desde la base del cráneo hasta la tercera vértebra
dorsal y contiene exclusivamente grasa y ganglios retrofaringeos. La fascia visceral se
localiza por delante de este espacio y la fascia profunda por detrás del mismo.
El espacio cervical posterior se localiza por detrás del espacio carotideo y entre las dos
hojas de la fascia cervical. Contiene grasa, ganglios linfáticos, vasos y el plexo branquial.
Adenopatías cervicales
Las adenopatías cervicales son frecuentes en la práctica clínica. Sus causas fundamentales
son carcinomas metastáticos, linfomas y transtornos inflamatorios.
LARINGE
Malformaciones congénitas
Traumatismos
137
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138
Las lesiones directas de la laringe pueden ser de tipo abierto, como las que producen
objetos punzantes, o cerrado, como las que se producen en los accidentes de tráfico o la
estrangulación. Con frecuencia producen hemorragia, que se puede llegar a ser fatal.
Tambien la intubación endotraqueal prolongada puede producir lesiones de la faringe y la
porción superior de la traquea, con inflamación, edema y fibrosis. La TC constituye el mejor
método de evaluación de la anatomía laringea y sus posibles lesiones.
TAC axial a travez de la laringe de un paciente de pick boeing tras sufrir un traumatismo; se
observa una fractura del cartílago tiroides (flecha) con tumefacción de la cuerda vocal
izquierda.
Neoplasias
Tumores benignos
En comparación con las lesiones malignas, los tumores benignos de la laringe son
infrecuentes. Los niños pueden presentar papilomas laringeos de origen vírico. Los
papilomas del adulto pueden constituir una entidad premaligna.
Tumores malignos
Son tumores frecuentes entre los varones de entre 50 y 70 años. No obstante se lo puede
llegar a ver en mujeres y también en edades inferiores a las citadas. En general ocurren en
familias de cancerosos. El factor desencadenante es el tabaquismo. También ocurren en
pacientes con laringitis crónica.
Síntomas:
Los supraglóticos presentan síntomas iniciales como parestesias faringolaringeas,
sensación de cuerpo extraño, carraspeo. Posteriormente aparece dolor de oído reflejo del
138
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139
mismo lado del tumor y dolor a la deglución. Finalmente hay dolor a nivel de laringe
espontáneo y a la palpación, dolor al tragar, dificultad para tragar, mal aliento, salivación
permanente, expectoración sanguinolenta, disnea (dificultad como falta de aire), disfonía.
Muy tardíamente aparecen ganglios regionales en cuello, pero también suelen aparecer en
etapas tempranas. El ataque ganglionar es un signo de avance tumoral importante.
Los glóticos en cambio reconocen a la disfonía como síntoma temprano ya que son las
mismas cuerdas vocales las afectadas. La disfonía suele ser el único síntoma inicial, es
permanente y progresiva.
Los subgloticos, no dan síntomas tempranos, ya que asientan en estructuras de poca
expresión sintomatológica por lo que su hallazgo casi siempre se hace tardíamente. El
paciente experimenta tos, disfonía, disnea o adenopatías cervicales.
En la laringe existen dos variedades de tumores malignos según el tipo celular que le da
origen: epiteliomas (los más frecuentes) y sarcomas.
Ambas clases según su apariencia pueden ser vegetantes, ulcerados, infiltrantes o mixtos.
Según su tipología celular, pueden ser diferenciados, semidiferenciados o indiferenciados
de acuerdo con el mayor o menor parecido con el tejido original donde asienta.
Estos dos factores tienen una gran repercusión en el tipo de tratamiento y en el pronóstico
del paciente.
CAPÍTULO 6
139
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140
INSTRUMENTAL QUIRURGICO
INTRODUCCION
Aunque algunos instrumentos quirúrgicos se fabrican con titanio, aleación con base de
cobalto o de otros metales, la mayoría están hechos de acero inoxidable. Las aleaciones
empleadas deben poseer propiedades específicas que les haga resistentes a la corrosión al
ser expuestas a la sangre y otros líquidos corporales, soluciones de limpieza, a la
esterilización y al aire atmosférico. El fabricante elige la aleación en función de su
durabilidad, capacidad funcional y facilidad de fabricación para el propósito deseado.
Acero inoxidable
El acero inoxidable es una aleación de hierro, cromo y carbono. También puede contener
níquel, manganeso, silicio, molibdeno, azufre y otros elementos para prevenir la corrosión o
añadir fuerza de tensión. La fórmula del acero,. más el tratamiento con calor y el proceso de
finalización, determinan la calidad del instrumento. El cromo hace al acero resistente a la
corrosión, en tanto que el carbono le aporta dureza sin embargo, el carbono reduce el
efecto de resistencia a la corrosión del cromo. Las aleaciones de hierro en la serie 400, baja
en croma y alta en carbono, son las más usadas en la fabricación de instrumentos
quirúrgicos. El acero se fabrica en tanques en los que se fragua, se trace girar, sé extrae,
se separa del molde y se moldea en diferentes componentes en cuanto a formas y
tamaños. Estos componentes se ensamblan a mano y después se endurecen con calor (se
templan) y se bruñen. Se usan técnicas de rayos X y/o fluoroscopia para detectar cualquier
defecto que pueda producirse en el proceso de fraguado o en las operaciones de
manufacturación. El estrés y la tensión deben estar equilibrados. El templado del acero
determina su equilibrio, que es la flexibilidad a la resistencia que se produce con una
utilización normal.
1. Una terminación especular que brilla y refleja la luz. El brillo puede distraer al cirujano o
dificulta la visibilidad. Este pulido suele ser muy resistente a la corrosión.
2. Una terminación anodizada, que es mate y a prueba de reflejos. Las capas protectoras
de cromo y níquel, depositadas electrolíticamente, reducen, los reflejos este deposito se
denomina a veces terminación satinada. Es algo mas susceptible a la corrosión superficial
que la superficie muy pulimentada, aunque la corrosión suele eliminar fácilmente.
3. Una terminación en ébano, que es negra: Esta terminación elimina los reflejos. La
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141
Titanio
Las propiedades metalúrgicas del titanio son excelentes para 1 fabricante de instrumentos
micro quirúrgicos, sise las compra con las del acero inoxidable. El titanio es amagnético e
inerte la aleación de titanio es más dura, fuerte, ligera y resistente a la corrosión que e!
acero inoxidable. Una terminación anodizada en azul del óxido de titanio reduce los reflejos.
Vitallium
Otros metales,
Instrumentos chapados
Existen ciertas maniobras básicas que son comunes a todos los procedimientos
quirúrgicos. El cirujano diseca, reseca o alteré los. tejidos y/o los órganos para restaurar o
reparar las funciones corporales o una parte de las mismas. En estos procesos se debe
controlar la hemorragia. Los instrumentos quirúrgicos están diseñados para ofrecer al
cirujano las herramientas necesarias para cada maniobra. Ya sean pequeños o grandes,
cortos o largos, rectos o curvos, punzantes o romos, lados los instrumentos deben
141
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142
Corte y disección
Los bordes de los instrumentos de corte son afilados. Se utilizan para disecar, incidir,
separar o escindir tejidos. Los bordes afilados deben protegerse durante la limpieza,
esterilización y almacenamiento. Estos instrumentos deben guardarse separados de otros
instrumentos. Exigen siempre una manipulación cuidado la lesión de quien los manipula y la
posibilidad de dañar los bordes afilados.
Bisturíes
El tipo de bisturí mas usado es un mango reutilizable con una hoja desechable. La mayoría
de los mangos son de latón; las cuchillas pueden ser de acero carbono. La hoja se acopla
al mango deslizando la hendidura de la misma por los surcos del mango (V. Fig.,. 20-5). Se
usa un instrumento, nunca los dedos, para colocar y retirar la hoja. El instrumento por lo
general un porta agujas, nunca debe tocar el borde cortante. Las cuchillas varían en
tamaño y forma (fig. 14-1); los mangos, en función de la anchura y la longitud.
142
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143
Se utilizan también una serie de cuchillas con angulaciones y configuraciones para empleos
específicos, como la hoja de rinoplastia de Beaver. Estas cuchillas se acoplan a un mango
universal, específicamente diseñado para estas pequeñas hojas.
Cuchillos
Los cuchillos se comercializan en diferentes tamaños y configuraciones. Suelen tener una )
hoja en una de sus terminaciones, como los cuchillos de cocina. La hoja puede tener uno u
dos filos cortantes, Estos cuchillos están diseñados con fines muy específicos, como el
cuchillo para cataratas. Otros tipos tienen hojas que se pueden quitar y reemplazar, como
es el caso de los adenotomos y dermatomos. En algunos instrumentos desechables puede
incorporarse una hoja de cuchillo, corto es el caso de una rapadora que corta el tejido y
después la grapa.
Tijeras
Las hojas de las tijeras pueden ser rectas, anguladas o curvas y con terminaciones en
punta o romas (fig. 14-2). Los mangos pueden( ser largos o corpus. Algunas tijeras sólo se
emplean para cortar o diseccionar tejidos; otras sólo para cortar materiales.
Para mantener afilados los bordes y las hojas adecuadamente alineadas, las tijeras silo
deben emplearse para el fin para el que fueron diseñadas.
1. Las tijeras de tejidos/quirúrgicas deben tener hojas afiladas. Sin embargo, el tipo y la
localización del tejido a cortar determinará qué tipo de tijeras debe utilizar el cirujano. Las
hojas para cortar tejidos duros son más pesadas que las que cortan estructuras finas y
delicadas. Para llegar por debajo o alrededor de las estructuras se requieren hojas
curvadas o anguladas. Lo mangos para llegar a cavidades corporales profundas son más
largos que los necesarios para los tejidos superficiales.
143
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144
2. Las tijeras de sutura tienen puntas romas para no cortar estructuras cercanas a la
estructura en cuestión. El instrumentista puede utilizar tijeras para cortar suturas durante la
preparación, si fuera necesario.
3. Las tijeras de alambres tienen hojas cortas y pesadas. Se utilizan en vez de las tijeras
para suturas cuando hay que cortar suturas de acero inoxidable. Para cortar los alambres
de fijación ósea se emplean cizallas.
4. Las tijeras para compresas/vendajes se utilizan para cortar drenajes y ropas y para abrir
otros materiales, por ejemplo las bolsas de plástico.
Son muchos los instrumentos con filos cortantes adecuados para cortar hueso. Entre ellos
se incluyen escoplos, osteotomos, gubias, escofinas y limas. (v. fig. 32-5). Algunos tienen
partes móviles, como los rongeurs y los instrumentos para cortar costillas, mientras que
otros llevan un motor eléctrico o neumático, por ejemplo los taladros, las sierras y las
fresas.
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La disección con el propósito de seccionar tejidos o separarlos puede realizarse con otros
tipos de instrumentos punzantes.
Legras. El legrado del tejido o el hueso se realiza merced al filo del lazo, anillo o cuchara
situado al final de la legra.
Los tejidos friables o los planos pueden separarse mediante disección roma. El mango del
bisturí, los bordes romos de los mangos de las tijeras y las esponjas de disección pueden
utilizarse con este propósito.
Agarrar y sostener
tejidos se deben agarrar y sostener en una posición que permita al cirujano realizar la
maniobra deseada, por ejemplo la disección o la sutura, sin lesionar los tejidos circun-
dantes.
Pinzas de tejidos
Las pinzas se suelen utilizar por pares para levantar o sujetar Tejidos blandos y vasos (fig.
14-3).
Pinzas lisas. También denominadas pinzas de pulgar o levantadores las pinzas lisas se
parecen a unas bruselas. Son más estrechas hacia el final y tienen una serie de estrías en
la punta. Las pinzas lisas no lesionan las estructuras delicadas. Pueden ser rectas o en
bayoneta (anguladas), cortas o largas y delicadas o fuertes.
Pinzas dentadas. Las pinzas dentadas se diferencian de las lisas en la punta. Más que ser
serradas, tienen un único diente en uno de los lados que se acopla perfectamente entre los
dos dientes del lado opuesto, ó bien una fila con varios dientes. Las . pinzas dentadas
consiguen sujetar firmemente los tejidos duros, incluida la piel.
Pinzas de Allis. Las pinzas de Allis funcionan como tijeras. Cada ratea se curva ligeramente
hacia dentro y posee una fila de dientes en la punta. Los dientes sujetan suavemente los
tejidos; pero con seguridad.
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146
Las pinzas que se utilizan pala agarrar y sujetarlos, tejidos blandos y los órganos son
demasiado numerosas para describirlas con detalle. La col figuración de cada una de ellas
está diseñada para prevenir la lesión de los tejidos.
Tenáculo
Las punas curvadas o anguladas de las terminaciones de las ramas penetran en los tejidos
y los sujetan firmemente, como cuando se utiliza un tenáculo uterino para manipular el
útero. Los tenáculos pueden tener uno ovarios dientes.
FIGURA 14-3 Pinzas de tejidos. A, las pinzas lisas de pulgar pueden ser rectas, en
bayoneta o cortas y finas. B, Puntas de las pinzas dentadas. C, Pinzas de Allis. D, Pinzas
de Bahcock.
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La mayoría de los clamps para ocluir los vasos sanguíneos tienen dos ramas serradas
opuestas que se estabilizan en un cierre cruzado .y se controlan mediante asas en anillo.
Cuando se cierran, las asas quedan bloqueadas por medio del sistema dentado (fig. 14-4),
Hemostato. Los hemostatos son los instrumentos quirúrgicos más utilizados. Disponen de
unas ramas delgadas que pueden ser. rectas o curvas y que se van afilando hasta acabar
en punta. Las ramas están serradas. Los hemostatos se utilizan sobre todo para clampar
vasos sanguíneos.
Clamps de compresión. Para comprimir los tejidos o clampar los vasos sanguíneos se
utilizan muchos tipos de pinzas de hemostasia. Las ramas pueden ser rectas, curvas o
anguladas. La estriación de las ramas es horizontal, diagonal o longitudinal. La terminación
puede ser en punta o redondeada, o tener un diente (fig. 14-5). La longitud de las ramas y
de las asas varía.
Muchas pinzas se conocen por el nombre del cirujano que las diseñó, como las de Kocher o
las de Ochsner. Algunas están diseñadas para utilizarlas en órganos específicos, como las
de intestino o las de riñón. Las características del instrumento determinarán su utilización.
Para pequeños vasos y estructuras se requieren puntas muy finas. En los vasos más
grandes, estructuras densas y tejidos gruesos se necesitan ramas más largas y robustas.
Cuando se quiere alcanzar estructuras profundas en el interior de. cavidades corporales, se
utilizan asas ) mas largas.
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Exposición y retracción.
Los tejidos blandos, los músculos y otras estructuras deben desplazarse para dejar
expuesto el campo quirúrgico.
Retractor portátil
La mayoría de los retractores tienen una hoja en una de las asas (fig. 146). Las hojas
varían en anchura y longitud en función del tamaño y la profundidad de la incisión. La hoja
curvada o angulada puede ser sólida o con tres puntas como un rastrillo. Estas hojas
suelen ser romas, aunque algunas también son' afiladas. Algunos retractores disponen de
hojas en ambas terminaciones. Los portátiles suelen utilizarse por pares; sujetándolos el
primer o el segundo ayudante.
Retractor maleable. Consiste en una lámina de acero inoxidable bajo en carbono, plata o
cobre chapado en plata que puede doblarse hasta conseguir el ángulo y la profundidad
deseados para la retracción.
Ganchos. Los ganchos únicos y muy delgados acabados en punta son los que se utilizan
para retraer estructuras delicadas
FIGURA 14-5. Clamps de compresión. Las ramas son rectas o curvas. Las terminaciones
pueden ser en punta, redondeadas o tener un diente (en el recuadro). Las estriaciones son
horizontales o longitudinales. Las ramas y los mangos pueden ser largos o cortos.
Son dispositivos de sujeción con dos o más hojas que se pueden insertar para abrirlos
bordes de la incisión y mantenerlos¡ separados (fig. 14-7). Por ejemplo un separador de
costilla mantiene el tórax abierto durante las intervenciones torácicas 61. cardíacas. El
retractor con autorretención puede tener hojas superficiales o profundas. Algunos disponen
de un trinquete o resorte para mantener abierto el dispositivo; otros tienen unas
paratomillas para asegurar las hojas. Los hay que tienen hojas intercambiables de
diferentes tamaños. Algunos retractores de auto retención pueden acoplarse a la mesa de
operaciones para estabilizarlos
Sutura o grapas
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Los materiales de sutura, las agujas quirúrgicas y las grapas quirúrgicas se comentan con
detallé en el capítulo 24. En este capitulo sólo se mencionan los instrumentos necesarios
para su manejo
Porta agujas
El porta agujas se utiliza para agarrar y sujetar las agujas quirúrgicas curvadas. La mayoría
de los portaagujas se parecen a las pinzas de hemostasia; la diferencia básica está en las
ramas (fig. 14-8). El portaagujas tiene ramas cortas y fuertes para sujetar la aguja sin
dañarla ni afectar el material de sutura. Su tamaño se establecerá en función del de la
aguja, es decir, las ramas mas más fuertes para las agujas más largas y las ramas más fi-
nas para las agujas más pequeñas. Las ramas suelen ser rectas, pero pueden ser curvas o
anguladas y las asas pueden ser alargadas para facilitarla colocación de la aguja en
determinados campos quirúrgicos, como pueden ser la pelvis o el tórax. La superficie
interna de las ramas puede ser diferente.
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FIGURA 14-8 Porta agujas. A, Estriaciones cruzadas en las ramas. B, Ramas lisas.
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Ramas de carburo de tungsteno. Son ramas con una incrustación de carburo sólido de
tungsteno, que cuentan con un diente con una precisión de corte como la del diamante y que
están diseñadas específicamente para eliminar el balanceo y el giro de la aguja en el
portaagujas (Fig. 14-9). El carburo de tungsteno es un metal duro, Los portaagujas con ramas
de diamante pueden identificarse por el color dorado de sus asas.
Estriación cruzada. La superficie interna serrada de las ramas tiene una disposición cruzada y
no estriada, como la del hemostato. Se consigue así una superficie más lisa y se evita dañar la
aguja.
Ramas lisas. Algunos cirujanos prefieren los portaagujas con ramas no aserradas. Estos
portaagujas se emplean con agujas pequeñas, como las que se utilizan en cirugía plástica.
NOTA Las ramas finas de los portaagujas utilizados en cirugía oftálmica y microcirugía pueden
ser de corte de diamante o de estriación cruzada. Sin embargo, la configuración de las asas es
diferente.. Las asas se juntan mediante una acción de ballesta (v fig. 15-9).
Grapadoras
Las grapadoras reutilizables tienen partes móviles. Estas grapadoras pueden desarticularse
para limpiarlas y se pueden ensamblar en el campo estéril antes de usarlas. Son instrumentos
voluminosos y pesados. Las grapadoras estériles de un solo uso, desechables, que están
completamente ensambladas evitan muchos de los problemas que se asocian al empleo de
instrumentos reutilizables.
FIGURA 14-9 El carburo de tungsteno que se inserta en las ramas del portaagujas, con clientes
de corte de diamante, está diseñado para evitar que la aguja se mueva y se gire.
Instrumentos división
Los cirujanos pueden examinar el interior de las cavidades corporales, órganos huecos o
determinadas estructuras con instrumentos de visión y pueden intervenir a través de algunos de
ellos.
Especulo
Las hojas romas y con bisagra de un espéculo agrandan y . mantienen abierto un canal, como la
vagina, o una cavidad, por, ejemplo la nariz. Un espéculo de oído es como un embudo.
Endoscopios
La vaina de sección circular u oval de un endoscopio se introduce por un orificio corporal o a
través de una pequeña incisión en la piel.
Cada endoscopio está diseñado para visionar una localización anatómica específica. En el
capítulo 15 se comentan detalladamente los endoscopios. A través de los endoscopios se
pueden utilizar muchos instrumentos accesorios. Las intervenciones endoscópicas se comentan
en las especialidades quirúrgicas,
Endoscopios huecos, Las vainas rígidas, metálicas, fabricadas con latón o acero inoxidable,
permiten la visión en línea recta a través del endoscopio. Una lámpara portátil aporta la
iluminación.
Succión y aspiración
La sangre, los líquidos corporales y las soluciones de irrigación pueden extraerse por succión
mecánica o por aspiración manual Las cánulas de succión reutilizables y los aspiradores son
dispositivos huecos difíciles de limpiar y esterilizar. Mochos son desechables.
Succión
La succión es la aplicación depresión (menor que la presión atmosférica) para aspirar la sangre
u otros líquidos y mejorar la visibilidad del campo quirúrgico. Al tubo estéril se suele conectar
una cánula adecuada; existen muchos tipos de cánula. El tipo de cánula de succión dependerá
del lugar donde se vaya a utilizar y de las preferencias del cirujano (fig. 14-10).
Cánula abdominal de Poole. La cánula abdominal de Poole es un tubo hueco recto con una tapa
de filtro perforada al exterior. Se utiliza durante la laparatomía abdominal o dentro de una
cavidad en la que existe mucho líquido o pus. El filtro
exterior evita que los tejidos adyacentes sean succionados por el aparato.
Tubo de aspiración. Un tubo de aspiración es un tubo recto y alargado que se utiliza a través de
un endoscopio.
Autotransfusión. Para extraer la sangre para una autotransfusión se utiliza una cánula de
succión de doble luz (v. cap. 23).
Aspiración
La sangre, los líquidos corporales o los tejidos pueden aspirarse manualmente con el fin de
obtener una muestra para el estudio de laboratorio o de obtener médula ósea para trasplante.
Esto suele realizarse con una aguja y una jeringa.
Trocar. Puede ser necesario un trocar para atravesar los tejidos y acceder a ciertos líquidos o a
una cavidad corporal. El trocar posee bordes punzantes al final de un tubo hueco. En su interior,
se coloca una cánula con punta roma para que no se escape el líquido o el gas hasta haber
retirado la cánula. Los instrumentos endoscópicos pueden manipularse a través de trocares
especiales dotados con lámparas.
Cánula. Se puede utilizar. una cánula con terminación roma y perforada en su perímetro para
aspirar líquidos sin necesidad de cortar los tejidos. Las cánulas se emplean también para abrir
vasos taponados o conductos para el drenaje o para producir un shunt sanguíneo desde el
campo quirúrgico.
Dilatación y sondaje,
El dilatador se utiliza para agrandar los orificios y conductos. La sonda se emplea para explorar
una estructura o para localizar una obstrucción.
Instrumentos accesorios
Aparte de los instrumentos básicos antes mencionados, se emplean otros muchos accesorios.
Por ejemplo, para dirigir un instrumento cortante dentro de un hueso, se puede necesitar un
mazo. Los atornilladores se emplean, como su nombre indica, para fijar tornillos al hueso. Cada
especialidad quirúrgica requiere sus propios accesorios. Muchos de ellos se describen en los
capítulos dedicados a las especialidades.
De los miles de instrumentos disponibles, los cirujanos eligen los que cubren mejor sus
necesidades. Las diferencias en cuanto a tamaño, curvatura o angulación de las ramas u hojas,
longitud de los mangos y peso mejoran e incluso acortan el tiempo de la intervención, lo que
beneficia al paciente. Sin embargo, los instrumentos deben reservarse para la función específica
para la que fueron diseñados.
MANIPULACIÓN DE
LOS INSTRUMENTOS
Los instrumentos quirúrgicos son costosos y representan una gran inversión. El hecho de que
los procedimientos quirúrgicos sean cada vez más complicados e intrincados ha obligado a di-
señar instrumentos quirúrgicos más complejos, precisos y delicados. Cuando se emplean
erróneamente, se mal utilizan o se les somete a una limpieza inadecuada o a una manipulación
tosca, se reduce su expectativa de vida, incluso en los instrumentos más duraderos. La
reparación o el recambio suponen un elevado costo. Con unos cuidados adecuados, un
instrumento debe durar 10 años o más. Los instrumentos se deterioran con el uso normal;.si
bien el mayor deterioro y la reducción de vida suelen deberse a una limpieza, procesamiento y
manipulación inadecuados.
El cirujano puede preferir algunos instrumentos específicos, que se envolverán por separado o.
se añadirán al set instrumental
Los instrumentos se suelen preparar, envolver y esterizar horas antes de la intervención para
que estén secos y fríos puedan manipularse con seguridad. Sin embargo, los instrumentos
deben en ocasiones esterilizarse por vaporización inmediatamente antes de usarlos. Hay que
guardarlos en un contenedor rígido cerrado o pueden esterilizarse en una harte deja sin
envolver. Nunca se deben transportar por pasillos instrumentos descubiertos y expuestos. El
esterilizador debe estar localizado en la sala subestéril o en el quirófano. El instrumentista o el
auxiliar pueden sacar la bandeja del esterilizador dependiendo de su localización física en
relación con el quirófano instrumentista no debería salir de la habitación, pero eso sólo es
posible en algunas instalaciones en las que el esterilizador encuentra inmediatamente
adyacente a la puerta de la sala sub: estéril. Al sacar la. bandeja del esterilizador, el
instrumentista no debe rozar sus mangas o la parte delantera de su bata con el aparato. El
auxiliar no debe situarse por encima de los instrumentos estériles cuando saque la bandeja o
por encina de la mesa estéril cuando los coloque. Estos instrumentos esteta calientes. La
condensación no debe contaminar la cobertura de la mesa estéril. La bandeja puede colocarse
en la batea grande'' de la mesa circular.
El instrumentista debe contar todos los instrumentos, incluidos los punzantes, junto con el
auxiliar antes de componerla mesa de Mayo y la mesa del instrumental. Entre los puntos clave
para la manipulación de instrumentos se incluyen'! los siguientes:
1. Manipular los instrumentos sueltos por separado con él fin de que no se enganchen o se
golpe en:
a) Nunca se debe apilar un instrumento encima de otro en la mesa de instrumental, sino
dejarlos uno al lado del otro.
b) Los instrumentos de microcirugía, oftálmicos y otros delicados son muy susceptibles a
dañarse cuando son manipulados toscamente.
c) Hay que evitar o' minimizar el contacto metal-metal.
3. Depositar en la mano del cirujano o del ayudante el instrumento correcto para cada tarea.
Debe recordarse el principio: ¡inutilícelo sólo para el propósito para el que fue diseñado!
a) No colocar los dedos en las asas de los instrumentos al pasarlos. El instrumento puede
rozar o engancharse ,en la ropa, causando una lesión al paciente o a algún miembro del equipo,
o bien caer al suelo, dañándose y contaminándose.
b) Muchos cirujanos emplean señales con la mano para indicar el tipo de instrumento que
necesitan. Una mirada al campo quirúrgico para ver qué está pasando hará que estas señales
tengan sentido.
c) seleccionar los instrumentos apropiados para el campo quirúrgico; los instrumentos
cortos se utilizarán en el trabajo superficial y los largos cuando se trabaja en profundidad en una
cavidad corporal. La experiencia facilitará la selección del instrumental de acuerdo con las
preferencias y necesidades del cirujano.
d) Muchos instrumentos se utilizan por pares o en secuencia. Cuando el cirujano clampa
y/o corta el tejido, suele necesitar sutura. Después de utilizar la sutura, el cirujano o el ayudante
necesitarán unas tijeras para cortar o un hemostato para sujetar el final del cabo.
4. Pasar los instrumentos con decisión y firmeza. Cuando el cirujano extiende su mano, el
instrumento debe dejarse firmemente en su palma en la posición adecuada para su utilización.
Por lo general, cuando se pasa un instrumento curvado, la curva del instrumento debe estar
alineada con la curva de la mano del cirujano. Al pasar un instrumento al cirujano:
a) Si el cirujano está al otro lado de la mesa, hay que pasarlo con la mano derecha a su
mano derecha o con la mano izquierda a su mano izquierda.
b) Si el cirujano o el ayudante están al mismo lado de la mesa y a la derecha, hay que
pasarlo con la mano izquierda; si se encuentran a la izquierda, pasarlo con la mano derecha.
c) Las pinzas de hemostasia se cuelgan cerca de la caja y se pasan girando la muñeca en
el sentido horario para colocar el' asa directamente en la mano del cirujano (fig. 14-11).
d) Los instrumentos punzantes y delicados deben colocarse en una superficie plana para
que el cirujano pueda cogerlos. Esta técnica evita el posible contacto con cuchillas, puntas
afiladas y agujas en el paso de mano a mano. Las manos deben protegerse cuando se mani-
pulen instrumentos punzantes.
Nota: Algunos cirujanos prefieren tener todos los instrumentos colocados en una almohadilla
magnética o sobre otra superficie para evitar las transferencias de mano a mano (es decir, tina
técnica sin manos).
5. Controlar el campo estéril en busca de instrumentos sueltos. Deben retirarse pronto después
de usarlos a la mesa de Mayo o a la mesa de instrumental. El peso de los instrumentos puede
lesionar al paciente o provocar molestias postoperatorias. El hecho de mantener los instrumen-
tos alejados del campo reduce también la posibilidad de que caigan al suelo.
6. La sangre y los residuos de tejidos se retiran precozmente de los instrumentos después de
usarlos con una esponja humedecida
a) Para limpiar los instrumentos hay que emplear agua destilada desmineralizada estéril.
Las soluciones salinas u otros tipos de solución pueden dañar la superficie, provocando en
última instancia la corrosión y el picado de los instrumentos.
b) La sangre y los restos de tejidos que se dejan secar en las superficies, cierres y grietas
aumentarán la biocarga que puede transportarse al campo quirúrgico.
c) Debe utilizarse una esponja no fibrosa para limpiar los instrumentos delicados, por
ejemplo los de microcirugía y los oftálmicos. Este tipo de esponjas previene los enganchones y
las roturas de las puntas delicadas. Se comercializan paños para limpiar los instrumentos de
microcirugía.
FIGURA 14-11 Entrega de un instrumento. La punta debe ser visible; la mano está libre. Se
pasa el mango directamente a la mano que está esperando.
7. Instilar periódicamente la cánula de succión y los tubos con agua destilada para mantener
las luces abiertas. Sólo deben utilizarse unos pocos mililitros-de solución si se están empleando
líquidos de irrigación desde el campo quirúrgico. La cantidad empleada para limpiar la línea de
succión se controlará y se descontará del total utilizado para irrigar el campo quirúrgico. Cuando
se quiere determinar la pérdida sanguínea secundaria a la intervención quirúrgica, hay que
llevar un registro adecuado del volumen de solución utilizado para irrigar al paciente.
8. Retirar los restos de tejidos de las puntas electro quirúrgicas, asegurando así el contacto
eléctrico. Los limpiadores abrasivos de las puntas ayudan a mantener la conductividad y la
efectividad de la superficie de la punta. No deben utilizarse hojas de bisturí para limpiar las
puntas electro quirúrgicas, ya que los restos de tejidos pueden contaminar el campo quirúrgico.
9. Colocar los instrumentos usados que ya no vayan a ser necesarios (exceptuando los
cortantes, delicados o a motor) en una bandeja o batea durante la intervención o al final de la
misma.
a) La sangre y los restos groseros son los primeros que hay que retirar.
b) Está absolutamente prohibido dejar caer, tirar o lanzar sin cuidado los instrumentos a la
batea.
c) Los instrumentos con sangre no deben sumergirse en una batea con una solución
durante un período prolongado de tiempo. La sangre puede dañar las superficies. Los
instrumentos que se han limpiado ya se pueden sumergir en una batea con agua destilada des-
mineralizada estéril, no en una solución salina. El cloruro sódico en la solución salina y la sangre
es corrosivo.
d) Los instrumentos pesados, por ejemplo los retractores, no deben colocarse encima de
las pinzas de tejido y de hemostasia ni sobre otro tipo de clamps, sino en una bandeja
separada.
e) Dejarlos instrumentos accesibles para el recuento final
Todos los instrumentos de la mesa del instrumental, los utilizados y los no utilizados, se
consideran contaminados. Se deben descontaminar/limpiar, inspeccionar, esterilizar y preparar
lo antes posible y de forma-adecuada para el siguiente uso. El instrumentista debe utilizar
guantes, bata, mascarilla y gafas de protección, cuando prepara los instrumentos para el
proceso de limpieza. Los instrumentos se limpian en un área designada para el procesado del
instrumental, no en el quirófano,
1. Comprobar los paños, las toallas y las coberturas de l mesa, asegurándose de que ningún
instrumento Ya a la lavandería o a la basura. Una garantía para ello es realizar un rápido
recuento final.
2. Recoger los instrumentos de la mesa de Mayo y de cualquier otra pequeña mesa, y los que
se hayan caído, o se hayan traspasado al campo estéril
3. Separar los instrumentos delicados y pequeños y los, que tienen bordes afilados o
semiafilados para una manipulación especial.
4. Desarmar todos los instrumentos con partes desmontables; y exponer todas las superficies
al proceso de limpieza.
5. Abrir todos los instrumentos bisagrados para exponer los cierres y las terminaciones
aserradas.
6. Separarlos instrumentos, que estén hechos de diferentes metales. Los instrumentos del
mismo tipo de metal deber limpiarse por separado. para prevenir el depósito electrolítico de
otros metales.
7. Instilar agua destilada fría en los instrumentos huecos en las partes acanaladas, por ejemplo
en las cánulas de succión o los endoscopios, para evitar que se sequen lo; residuos orgánicos.
8. Enjuagar la sangre y los residuos con agua destilada des. mineralizada o con una solución
detergente enzimático.
9. Seguir con el proceso para preparar todos los instrumentos de cara a la descontaminación o
la esterilización final.
LASER EN CIRUGIA BUCAL
El láser de diodo está constituido por un medio activo sólido, formado por un semiconductor que
frecuentemente usa una combinación de galio, arsénico y otros elementos como el aluminio o el
indio para transformar la energía eléctrica en energía luminosa. La longitud de onda de estos
láseres para su utilización en Odontología comprende un rango desde 800nm hasta 980nm 1.
Pueden emitir en modo continuo o en pulsos y, debido a su longitud de onda, la energía es
fácilmente transportable a través de fibra óptica. Las fibras ópticas pueden variar entre 200, 300
y 600µm según el fabricante. La fibra se pone en contacto con los tejidos blandos para los
procedimientos de ablación, incisión y excisión. Estas fibras ópticas deben de ser preparadas
antes del primer uso y varias veces intraoperatoriamente para garantizar la eficacia del láser.
Este proceso, llamado iniciación, consiste en depositar un fino pigmento oscuro al final de la
fibra, produciendo el efecto de «hot tip» (estado en el que se encuentra el tip o fibra óptica del
láser preparado para su uso tras la aplicación del pigmento oscuro). El láser de diodo emite en
el infrarrojo cercano con una potencia comprendida entre 0,5W y 15W2.
La ventaja de los láseres de diodo es su pequeño tamaño. Algunas unidades son compactas y
fáciles de transportar dentro de la clínica dental en un mínimo tiempo, aunque podemos
encontrar equipos de hasta 30 Kg. de peso. Estos láseres quirúrgicos son actualmente los de
menor coste económico2.
En España los equipos de láser de diodo que podemos encontrar en el mercado son muy
diferentes y sus características técnicas varían en función del fabricante.
En función de la potencia los láseres de diodo pueden clasificarse en dos grandes grupos: de
baja potencia y de alta potencia.
1. Los de baja potencia, también llamados láseres blandos (Low Level Láser Theraphy), son de
baja energía y emiten en la región del espectro infrarrojo cercano ó del rojo (632,8, 670 y
830nm), con una potencia media de 1-100mW. Sus aplicaciones básicas en ciencias de la salud
están basadas en sus efectos de bioestimulación de los tejidos y en su acción analgésica
antiinflamatoria.
2. Los de alta potencia son aquellos láseres con potencias de 1W hasta 15W o más y con una
longitud de onda comprendida entre 810nm y 980nm. Son láseres relativamente nuevos en su
aplicación en el campo de la Medicina y de la Odontología2.
En este artículo solamente vamos a tratar del láser de diodo de alta potencia.
Cirugía bucal
El láser de diodo es absorbido en menor medida por el agua, y se absorbe más en profundidad
que los láseres de Er: YAG, Er: Cr: YSGG y de CO 2. Esto permite que la cirugía de los tejidos
blandos se pueda realizar en la proximidad de los dientes. El uso del láser quirúrgico de diodo
sobre el hueso no está indicado, y por consiguiente se deben tomar todas las precauciones
posibles cuando se usa este láser en la proximidad del tejido óseo. El láser de diodo puede ser
utilizado en la cirugía de los tejidos blandos, y está indicado para el corte de la encía y de la
mucosa bucal, para obtener coagulación en los procedimientos quirúrgicos con excesivo
sangrado y para hacer el curetaje de tejidos blandos. Se deben tomar algunas precauciones
cuando se emplea el modo de emisión continuo porque genera un rápido aumento de la
temperatura en los tejidos sobre los que se trabaja. Las intervenciones quirúrgicas que se
pueden hacer con el láser de diodo son: gingivectomía, exéresisbiopsia de tejidos blandos,
frenectomías y vestibuloplastias, etc.13 (figs. 2 y 3). Se puede conseguir una adecuada
hemostasia en las lesiones superficiales de la mucosa bucal al desfocalizar el láser, aunque la
hemostasia no es tan rápida como la que se consigue con el láser de Argón. Su efecto
hemostático es mucho menor en comparación con el láser de CO2, por lo que solo nos será útil
para realizar la exéresis de lesiones superficiales y no será recomendable para efectuar la
exéresis de lesiones angiomatosas ni para hacer intervenciones quirúrgicas en las que se prevé
que se producirá un sangrado profuso14.
IMPORTANCIA DEL CUIDADO DEL INSTRUMENTAL
Creemos que el instrumental quirúrgico que están hechos de acero inoxidable no
necesitan cuidados y muchos nos olvidamos de la manutención.
• Muchos instrumentales quirúrgicos llevan aceros especiales, aluminio anodizado,
metales no férricos, cromados, plásticos y tungsteno, los cuales les hacen vulnerables al
deterioro por manipulación defectuosa tanto en el proceso de conservacion, uso, limpieza y
esterilización. De ahí la necesidad de establecer un plan de cuidados.
Una inadecuada limpieza y manejo del instrumental puede provocar la ruptura de esta
capa, llegando finalmente a ser causa de la corrosión, principalmente las cremalleras, caja de
trabas, mandíbulas.
• El acero inoxidable sólo resiste parcialmente los iones de cloruro que pueden provocar
agujeros de corrosión (picaduras) y también fisuras de tensión. Por ello actualmente
disponemos de una gama de productos que nos pueden ayudar conservalos.
Por el alto costo del instrumental quirúrgico, como también su reparación o reposición ya
que el acero inoxidable no garantiza una eterna indemnidad frente a ataques químicos, físicos y
térmicos, es que debemos preocuparnos de un manejo correcto, manutención apropiada con
procesos de preparación y tratamientos óptimos. Por ello es necesario el cuidado del
instrumental quirúrgico.
Para los instrumentos que tienen diseños intrincados, debe existir un protocolo escrito donde se
explique claramente los pasos a seguir.
1) DETERGENTE ENZIMATICO
Compuestos enzimáticos (1ra parte y 2da parte) ( proteasas, amilasas, lipasas, carbohidrasas)
surfactantes y tensoactivos (catalizadores) que tienen el poder de acelerar reacciones químicas
en bajas concentraciones y limpiar por medio de la tensión superficial del agua.
• Los detergentes enzimáticos neutros evitan el daño y la corrosión del material; los de pH
ácidos sirven para remover incrustaciones calcáreas, sarro y óxido; mientras los de pH alcalinos
solo remueven grasas y aceites.
No deben utilizarse aceites minerales o de silicona, ni aceite de máquinas, pues los agentes
esterilizantes no penetran debidamente y por lo tanto los microorganismos no serían destruidos.
3) AGUA
• El agua que contiene minerales disueltos como sales de calcio, cloro, magnesio y
fosfatos se denomina agua dura.
• La corrosión se forma cuando el agua tiene pH bajo 7 ( excesiva sustancia cautisca)
presentándose en el instrumental como un desgaste de metal en una extensa área.
SOLUCIONES DESCONTAMINANTES
1) LEJIA
Cual sea de la concentración que sea, se puede usar cualquier lejía líquida para preparar una
solución de 0,5% de cloro recurriéndose a la fórmula siguiente:
Para preparar una solución de 0,5% de cloro usando un concentrado de 3,5% de cloro, hay que
usar 1 parte de cloro y 6 partes de agua.
2) FORMALDEHIDO
Después de 20 – 30 minutos de contacto los materiales deberán ser lavados con abundante
agua
• Luego llevar la bandeja bajo el chorro de agua para eliminar el máximo de biocarga .
• •Proceder al escobillado del mismo, enfatizando especialmente las cremalleras y los
espacios internos de las pinzas.
• Enjuagar con abundante agua, eliminando así todo residuo de la solución del detergente.
Realizar un último enjuague.
• Secar los materiales con un paño limpio.
ESTERILIZACIÓN DEL INSTRUMENTAL QUIRÚRGICO
Proceso físico o químico por medio del cual se logra eliminar los microorganismos de formas
vegetativas en objetos inanimados, sin que se asegure la eliminación de esporas bacterianas.
La modalidad de los niveles de desinfección química se opta de acuerdo al tipo de
microorganismos a que esta expuesto el instrumental quirurgico
CAPÍTULO 7
LESIONES DE TEJIDO BLANDO
La piel y mucosa bucal
Esquema de la piel
A diferencia con la piel, la mucosa bucal no posee anexos, pero sin embargo contiene glándulas
salivales accesorias que segregan moco en la superficie de la mucosa para así mantenerlas
húmedas. Esta segregación contribuye a que las mucosas tengan un periodo más rápido de
cicatrización, permitiendo su periodo de regeneración más efectivo que en la piel.
La mucosa bucal se compone en tres zonas: Las encías y el revestimiento del paladar duro,
denominados las zonas masticatorias; el dorso de la lengua, el cual se encuentra cubierto de
una mucosa especializada y el resto de la mucosa que cubre la cavidad bucal.
1. Lesiones según su aparición. Las lesiones elementales en piel y mucosa bucal pueden
dividirse en dos tipos: Primarias y Secundarias.
1.1. Lesiones de aparición primaria se definen como una alteración física considerando que esta
pueda ser causa de una enfermedad característica, aparece en la piel y la mucosa bucal sanas,
teniendo diversas causas. En este estadio se puede encontrar lesiones sólidas, líquidas y
aquellas que están destinadas a eliminarse
Mácula.
De aparición primaria sólida y plana. Área
circunscrita de piel, de menos de 1 cm de
diámetro, plana y no palpable de un color
diferente que la piel que la rodea. Simple
cambio de coloración, no presenta bordes
ni alteraciones en superficie. Su origen puede
ser vascular (eritema), extravasación
sanguínea, e origen pigmentario y por
pigmentos extraños (tatuajes)
Mancha.
De aparición primaria sólida y plana. Area
de la piel que muestra una coloración
diferente del resto, plana, no palpable, de
más de 1 cm.
Tumor.
De aparición primaria sólida y elevada. Masa más o menos esférica, de más de 2 cm de
diámetro, superficial, que se traduce en una elevación firme, con o sin límites definidos y de un
color igual o diferente de la piel. Neoformación de origen desconocido, no inflamatoria, con
tendencia a crecer y persistir, con aspectos de
los más variados.
Pápula.
De aparición primaria sólida y elevada. Lesión
cutánea elevada, sólida, pequeña, de menos
de 1 cm de diámetro de varios colores, sólida,
circunscripta, que se resuelve
espontáneamente sin dejar cicatriz. Puede
originarse en la epidermis, dermis.
Nódulo.
De aparición primaria sólida y elevada. Estructura esférica, de 1 a 2 cm de diámetro anclado en
profundamente en la dermis que ocasiona una elevación de la piel firme, circunscrita y palpable.
Es una lesión profunda en la piel, que se palpa pero es difícil de ver. Bulto sólido y elevado. Es
una lesión sólida, circunscrita, consistente y compacta, prominente, redondeada, invade los
planos profundos es de evolución lenta y cicatricial. Su consistencia es gelatinosa, se le
denomina también tubérculo, pueden ulcerarse y dejar cicatriz aunque no se ulcere, debido a
una destrucción dérmica. Son de tamaño variable y pueden aparecer aisladas.
Petequias.
De aparición primaria sólida y elevada. Pequeñas manchas (< 0.5 cm) de color rojo o púrpura
por extravasación local de sangre.
Placa.
De aparición primaria sólida y elevada. Lesión grande (>1 cm) elevada, de superficie plana, de
bordes netos (Ej. psoriasis) o confundirse gradualmente con la piel adyacente. (dermatitis
eccematosa).
Eritema.
De aparición primaria sólida y plana. Manchas de
tamaño variable debidas a una vasodilatación
generalizada de los capilares).
Atrofia
De aparición primaria deprimida.
Adelgazamiento de la piel con pérdida de las marcas cutáneas. Adelgazamiento parcial o total
de la piel por disminución en el número y/o tamaño de las células que lo constituyen. La piel se
observa lisa, brillante, no hay vello. disminución del espesor, consistencia y elasticidad cutánea,
de fácil plegado.
Angioma
De aparición primaria Sólida y elevada. Tumor
caracterizado por la hiperplasia del tejido vascular
sanguíneo.
Roncha.
De aparición primaria sólida y elevada. Área edematosa, elevada, de forma irregular y de
diámetro variable. De color rosado con el centro más claro, Levantamiento firme de la piel, que
dura minutos u horas, debido a un edema vasomotor localizado y transitorio de la dermis.
Vesícula.
De aparición primaria líquida y elevada. Es una elevación circunscrita de la epidermis, llena de
líquido seroso transparente, puede ser hemorrágico y enturbiarse y transformarse así en
pústulas. Su tamaño es variable y si se deseca forman costras redondeadas en su base. La
causa puede ser por edema intercelular cutánea elevada de paredes finas.
Ampolla.
De aparición primaria líquida y elevada. Vesícula
de más de 1 cm de diámetro rellena de un fluido
claro. Levantamiento circunscrito que mide
mas de 3 mm de contenido líquido seroso,
serosanguinolento o seropurulento.
Pústula.
De aparición primaria líquida y elevada. Es una
elevación circunscrita de la epidermis pero de
contenido purulento, su tamaño,
evolución y desecación es igual al de las vesículas y ampollas, suele asentarse sobre poros
cutáneos y también en cualquier punto de la piel.
Quiste.
De aparición primaria líquida y elevada. Saco
cerrado en o debajo de la piel revestido de
epitelio y que contiene un material fluido o
semisólido, Elevado, circunscrito y palpable.
Cavidad formada por una pared conjuntiva,
tapizada por epitelio. El contenido puede ser
líquido, pastoso o sólido. Su origen puede ser de
restos embrionarios, de glándulas o de vasos.
1.2. Las lesiones de aparición secundaria son todas aquellas, que son consecuencia de la
evolución o transformación de las lesiones primarias, es decir que están previamente lesionadas
por: traumatismo, espontáneas, infección o hemorragias, factores externos como arañazos,
cambios de curas mal realizados.
Escama.
De aparición Secundaria, elevada y destinadas a
eliminarse. Capa plana y delgada, fácilmente
exfoliable debida a la acumulación de células
queratinizadas. Son pérdidas epidérmicas
laminares, algunas veces están adheridas a la
superficie cutánea. Su tamaño, color y
adherencia son muy variables en las distintas
patologías que se pueden presentar.
Escara.
De aparición
Secundaria, elevada y destinadas a eliminarse.
Son tejidos mortificados, necrosados. Costra seca
resultante de una quemadura térmica o química, infección o
enfermedad cutánea escoriativa. Desprendimiento en
bloque de tejido muerto o necrótico, deja ulceración.
Costra.
De aparición Secundaria, elevada y
destinadas a eliminarse. Son masas sólidas
de consistencia variable formadas por la
desecación de exudados mezclados también
con detritos epidérmicos. Placa rugosa seca
más o menos gruesa, de color marrón, rojo o
negro, formado por sangre y exudados secos.
Exudado que se seca al aire
(concreción de un exudado).
Erosión.
De aparición Secundaria, de
soluciones de continuidad, deprimida. Pérdida
de epidermis formando una
excavación húmeda, lisa y brillante,
secundaria a la rotura de una
vesícula, área denudada epidérmica, que al
regresar no deja cicatriz.
Excoriación
De aparición Secundaria, de soluciones de
continuidad, deprimida. Solución de continuidad de
origen traumático; pérdida de epidermis con la
dermis expuesta.
Fisura.
De aparición Secundaria, de soluciones de
continuidad, deprimida. Llesión de la piel en forma de
surco, pequeña y profunda, de color rojo, hendidura
lineal, sin pérdida de sustancia
Úlcera.
De aparición Secundaria, de soluciones de continuidad, deprimida. Pérdida de sustancia
profunda, que interesa a la epidermis, dermis o más, presenta bordes y deja cicatriz. Son
pérdidas de sustancia y de continuidad de la piel. Pueden ser superficiales, profundas e incluso
llegar a tejido muscular y óseo.
Cicatriz.
De aparición Secundaria, de procesos reparadores,
elevada. Proceso reparativo dermoepidérmico,
posterior a una inflamación destructiva o a una
solución de continuidad, con aspecto final variado.
Es la sustitución por tejido conjuntivo, de una
destrucción dérmica o hipodérmica. Son atróficas,
sin brillo, secas, poco resistentes, su tamaño y
dimensiones dependerá de la lesión que han
restituido.
Queloide.
De aparición Secundaria, de procesos reparadores, elevada.
Excrescencia de tejido colágeno cicatrizal en el lugar de una
herida en la piel. El tejido nuevo es elevado, redondeado, duro
y tiene bordes irregulares dentados.
Liquenificación.
De aparición Secundaria, de procesos reparadores, elevada. Son planas y de extensión
variable. Son más oscuras que la piel; a la palpación hay infiltración dérmica, son pruriginosos.
Consiste en un engrosamiento difuso de la piel, con un aumento exagerado de los surcos
normales de la piel, dando un aspecto romboidal.
LAS HERIDAS
Es toda pérdida de continuidad (ruptura) en la piel, ocasionada por factores externos o internos.
Como consecuencia de la agresión de este tejido existe riesgo de infección y posibilidad de
lesiones en órganos o tejidos adyacentes: músculos, nervios, vasos sanguíneos, etc.
1.1. Dolor. Como consecuencia de la irritación ejercida sobre las terminaciones nerviosas
sensitivas, por el propio traumatismo y por su exposición al medio ambiente.
1.2. Hemorragia. Demos analizar sus características para determinar su origen: arterial, venoso
o capilar.
El agente causal.
La forma de los bordes.
Sus características.
Según sus complicaciones.
2.1. Según el agente causal, éstas pueden ser:
Este tipo de herida usualmente no sangra en exceso y puede parecer que se cierra. Igualmente,
estas heridas penetrantes son propensas a las infecciones y deben ser tratadas de manera
apropiada. Por ningún motivo debe intentarse extraer el objeto causante de la herida, cuando
éste haya penetrado profundamente en nuestro cuerpo.
2.1.3. Heridas contusas o por contusión: Producidas por piedras, palos, golpes de puño o con
objetos duros y por aplastamiento de la piel y todas aquellas estructuras debajo de ella, entre el
objeto y algún hueso de nuestro esqueleto que se le contraponga. Por lo general se presenta
dolor y hematoma en la piel y lesión de la misma, con bordes irregulares o incluso sin bordes,
por lo que son difíciles de suturar por lo que es mas conveniente dejar granular la herida por
segunda intención. Su fondo es irregular con tejidos triturados y hay compromiso de su
nutrición.
2.1.4. Heridas laceradas: Producidas por objeto de bordes dentados (serruchos o latas). Hay
desgarramiento de tejidos y los bordes de las heridas son irregulares.
2.1.5. Heridas por armas de fuego: Producidas por proyectiles; generalmente el orificio de
entrada es pequeño, redondeado limpio y el de salida es de mayor tamaño, la hemorragia
depende del vaso sanguíneo lesionado; puede haber fractura o perforación visceral, según la
localización de la lesión.
» Heridas punzo-cortantes. Son producidas por objetos agudos y afilados, como tijeras, puñales,
cuchillos, o un hueso fracturado. Es una combinación de las dos tipo de heridas anteriormente
nombradas
» Heridas contuso-cortantes.
2.2. Según la forma de los bordes, las podemos clasificar en:
De bordes regulares.
De bordes irregulares.
2.3.1. Abiertas: En este tipo de heridas se observa la separación de los tejidos blandos. Son las
más susceptibles a la contaminación.
Incisa o cortante.
Punzante.
Lacerante (desgarro): Un desgarro es una herida producida por la ruptura del tejido
blando del cuerpo y a menudo es irregular y con apariencia mellada. Asímismo, un desgarro con
frecuencia está contaminado con bacterias y residuos de cualquiera que sea el objeto que haya
causado el corte.
Abrasión.
2.3.2. Cerradas:
Contusiones: Son aquellas en las que no se observa la separación de los tejidos,
generalmente son producidas por golpes; la hemorragia se acumula debajo de la piel
(hematoma), en cavidades o en viseras. Deben tratarse rápidamente porque pueden
comprometer la función de un órgano o la circulación sanguínea.
Magulladuras: Son heridas cerradas producidas por golpes. Se presenta como una
mancha de color morado.
2.4.2. Complicadas:
Son heridas extensas y profundas con hemorragia abundante.
Con fractura.
Con perforación de cavidades: Cráneo, tórax o abdomen. (Penetrante)
Con lesión de órganos o estructuras adyacentes: vísceras, tendones, músculos, nervios
articulaciones.
Con sección de vasos sanguíneos: Arterias o venas.
Tienen mayor intensidad de reacción inflamatoria.
Contaminadas o infectadas.
Asociadas a trastornos de la coagulación sanguínea.
Pueden producir necrosis.
2.5.2. Herida limpia – contaminada: Herida quirúrgica en la cual se penetra el tracto respiratorio,
digestivo, genital o urinario bajo condiciones controladas y sin contaminación inusual.
Específicamente, operaciones que comprometen el tracto biliar, el apéndice, la vagina y la
orofaringe, se incluyen en esta categoría, teniendo en cuenta que no haya evidencia de
infección o mayor rotura de la técnica quirúrgica.
2.5.3. Herida contaminada: Heridas abiertas, frescas y accidentales. En adición, cirugías con
falla mayor de la técnica quirúrgica estéril. Aquellas heridas en las cuales se encuentran signos
de inflamación aguda no purulenta, se deben incluir en esta categoría.
2.5.4. Herida sucia o infectada: Heridas traumáticas viejas con retención de tejido desvitalizado
o aquéllas que tienen infección clínica o víscera perforada. Esta definición sugiere que los
organismos causantes de la infección postoperatoria estaban presentes en el campo operatorio
antes de la cirugía.
Catéteres invasores.
Fumadores.
Hospitalización prolongada.
Vestido quirúrgico.
Duración de la cirugía.
Ventilación.
Instrumental.
Técnica quirúrgica.
Hemostasia deficiente.
Espacio muerto.
Trauma.
Antisepsia de la piel.
Preparación de la piel.
Antibióticos profilácticos.
Esterilización.
Cuerpo extraño.
Microflora exógena.
Evaluar la situación.
Detener la hemorragia en lo posible y prevenir la aparición del shock.
No debe olvidarse:
Detener la hemorragia.
Limpieza de la herida y la zona circunvecina.
Colocar una cura compresiva sobre la herida.
Trasladar urgente a un centro asistencial.
Si la separación de bordes es importante, la herida necesitará sutura por un facultativo.
Si no es así, pincelar con un antiséptico y dejar al aire. Si sangra, colocar un vendaje
compresivo (gasas sujetas con venda no muy apretada).
QUEMADURAS FACIALES
Introducción
Causas:
Térmica: húmedas como agua hirviendo o vapor de agua y secas, como una llama, un
botellón de agua caliente, metales calientes , grasa caliente , etc.
Químicas : ácidos fuertes como sulfúrico o nítrico , álcalis fuertes como sosa cáustica,
sustancias químicas fuertes que incluyen fósforo, gas mostaza y otras sustancias
Radiación : puede ser casas por rayos ultravioletas , rayos x ; las quemaduras por luz
solar y por lámparas de rayos ultravioletas suelen ser superficiales y producen efecto de
breve duración , las quemaduras por rayos x se manifiestan de manera lenta y que durante
años solo se muestre como ligeras ulceras
La duración de la exposición
El grosor y la extensión de la zona afectada.
Valoración inicial
Las quemaduras faciales epidérmicas y dérmicas superficiales, podrán ser tratadas en régimen
ambulatorio. Dichas quemaduras requerirán curas diarias con povidona yodada, o sulfadiacina
argéntica y cuando se consiga un aspecto seco, se aplicará crema hidratante y protección solar
durante al menos 6 meses.
Quemaduras con profundidad y extensión mayor y todas aquellas en las que además se añade
afectación cervical y/o sospecha de inhalación de humos, deben ser valoradas en medio
hospitalario requiriendo observación durante al menos 24 horas. En este periodo es muy útil la
realización de laringoscopias seriadas. Ante la aparición de dificultad respiratoria o de edema
importante, debe considerarse la intubación electiva precoz, antes de que se produzca la
obliteración de la vía aérea.
El objetivo ideal es mantener una aceptable apariencia (simetría), movilidad y expresión facial.
En un intento de disminuir las distorsiones faciales y cervicales por la contractura propia del
injerto, se han utilizado análogos sintéticos de dermis colocados en unidades estéticas, que
posteriormente son cubiertos con autoinjertos laminares muy finos, con resultados aceptables,
mayor elasticidad, y menor morbilidad en la zona donante.
En casos de quemaduras que afecten a estructuras faciales profundas, con exposición ósea o
cartilaginosa (pabellón auricular), se requiere el uso de colgajos regionales o incluso colgajos
libres.
El uso de férulas desde el inicio del tratamiento, para evitar microstomías y contracturas
comisurales, y de ortesis cervicales en ligera extensión, reduce la necesidad de correcciones
quirúrgicas tardías. Al igual que en otras localizaciones, la presoterapia continuada 6 -12 meses,
previene la cicatrización patológica.
CIRUGIA RECONSTRUCTIVA
DERMATOLOGICA Y PLASTICA
Es posible hacer injertos y transplantes óseos, para corregir deformidades y la falta de unión.
Puede hacerse transplante de músculos reconstruirse y anastomosarse nervios y reponerse
cartílago. La reconstrucción de la piel del cuello y la cara suele recibir el nombre de cirugía
cosmética.
El tejido vivo puede ser llevado de una zona a otra, o ser obtenido de una persona para emplear
en otra. Un injerto es un fragmento de tejido separado por completo de un lugar normal u
original, y llevado a distancia en una o mas etapas, para corregir un defecto.
En la cirugía plástica se han usado desde hace mucho substancias inertes. Estos materiales no
deben irritar los tejidos del receptor ni alterar su forma y consistencia. La sustancia debe ser
igual en carácter a la zona por sustituir y proporcionar funcion adecuada y buen aspecto.
Cierre de la herida
El tipo ideal de cierre de la herida es la aproximación primaria de la piel y el tejido subcutáneo.
Si las líneas de incisión son paralelas a las líneas de la piel de mínima tensión, como las
arrugas o líneas de expresión facial, pueden obtenerse cicatrices finas apenas visibles.
Si no es posible seguir las líneas de incisión,
estas seguirán la unión de tejidos diferentes. Si es necesario extirpar una lesión, el mejor
resultado se obtendrá con una incisión elíptica paralela a las líneas de la piel en donde la
tensión sea mínima. Si no se cuenta con tejido suficiente pueden lograrse los mejores
resultados estéticos por el empleo de injertos de piel o colgajos pediculados.
INJERTOS DE PIEL
Antes de tomar un injerto de la piel, se prepara la zona donadora, por eliminación del vello, por
medio de rasurado y limpieza minuciosa y cabal con un detergente germicida. Para que prenda
el injerto la zona por cubrir no debe tener singo alguno de infección o esfacelo, pues los injertos
“prenden” o crecen en una superficie de “granulación” limpia. La microcirugía utiliza un colgajo
libre que se toma de su sitio donador y se fija al receptor por anastomosis de arterias y venas.
Tipos de injertos
Los injertos suelen clasificarse en libres y pediculados.
Los injertos libres están completamente separados de los sitios donadores, lo cual significa que
se ha interrumpido por completo su irrigación sanguínea.
Su supervivencia dependerá de la vascularización del lecho en el sitio receptor.
Suelen ser de espesor parcial o total.
Los injertos de espesor parcial pueden ser:
Delgados de 0.025 a 0.03 cm.
Intermedio de 0.04 a 0.045 cm.
Grueso de 0.05 a 0.06 cm.
Los injertos pediculados están unidos al sitio donador o a un sitio intermedio de transferencia.
Llevan su propio riego sanguíneo. No dependen le los sitios receptores para su supervivencia.
Suelen ser de espesor total.
4. Injertos pediculados
En la punta de la nariz.
En heridas con avulsión con descubrimientos de nervios y tendones.
son satisfactorios en sitios avasculares como el hueso cortical o cartílago descubiertos o
bien en una herida por quemadura profunda por rayos X.
La reparación exige mayor cantidad de piel que los injertos de espesor parcial o total,
además de riego sanguíneo adicional. Los injertos libres no sobreviven en superficies
avasculares.
Muy poca contracción, buena sensibilidad, buena resistencia a l traumatismo. A menudo
son útiles desde el punto de vista estético.
Necesita un alto grado de pericia técnica. A menudo necesitan varios métodos
quirúrgicos.
5. Colgajo libre
El injerto se obtiene con diversos instrumentos: bisturí para injertos de piel o dermátomos
manuales o accionados por aire y con hojas de rasurar. La piel se obtiene por aspiración y se
adhiere a un tambor.
La pericia del operador, las características del sitio donador, y el ajuste fino del instrumento son
factores que participan en la obtención del injerto planeado, para una necesidad particular.
Si hay infección de la herida antes de colocar el injerto, la aplicación de compresas con solución
salina, antibióticos locales y generales y el desbridamiento cuidadoso, pueden hacer que la
zona receptora sea adecuada y tenga tejido de granulación limpio.
Si se cumplen los puntos señalados, pueden dejarse los injertos de piel durante 5 a 7 días. En
caso contrario se cambia el apósito en término de 24 ó 48 horas y se inspecciona el injerto.
Es necesario evacuar con suavidad líquido, pus, sangre o suero que se hayan reunido y
desbridar con cuidado el tejido necrótico, antes de colocar de nuevo el apósito.
Sitio donador
Criterios de selección. El sitio donador se selecciona con base en varios criterios:
1) Obtener el igualamiento del color hasta donde sea posible, que concuerde con la
cantidad de injerto cutáneo necesario.
2) Igualar la textura y las características pilosas.
3) Obtener el injerto cutáneo más grueso que no ponga en peligro el proceso de
cicatrización en el sitio donador.
4) Considerar los efectos estéticos en el sitio donador a cicatrizar, para que queden en un
sitio poco manifiesto.
Cuidado del sitio donador. Por lo regular se coloca directamente sobre el una sola capa de gasa
fina no adherible, después por encima de ella se colocan apósitos de gasa absorbente que se
fijan por medio de una venda a presión.
Los apósitos se inspeccionan en 24 horas, para ver si la sangre que se ha rezumado de la zona
se ha absorbido. Si ha cesado la hemorragia capilar se dejan los apósitos sobre la capa no
adherible. Si continúan la salida de sangre capilar, se aplican para otras 24 horas, apósitos
estériles nuevos.
Con la epitelización, el apósito no adherible se separa y poco a poco el cirujano lo desprende en
su revisión diaria de la cicatrización.
Colgajos pediculados
Se hace un colgajo pediculado al elevar
parte de la piel o tejido subcutáneo en un
sito y cambiarlo a otro; sin embargo, siempre
quedará fijado al sitio donador un
segmento de la piel. Los colgajos
pediculados incluyen una capa de tejido
adiposo subcutáneo junto con vasos
nutricios que deben quedar unidos a través
de la base del pedículo para permitir su
nutrición. El pedículo es demasiado grueso
para recibir su nutrimento por
ósmosis desde la superficie de la herida,
lo cual está en contraste con el
proceso que ocurre en los injertos de
espesor parcial o total.
Complicaciones
CIRUGIA COSMETICA
Se hace para mejorara la imagen de la persona y con ello se modifica la salud mental
importante para la salud física. La cirugía cosmética puede hacerse para corregir deformidades
o cicatrices visibles o mejorar zonas cutáneas que han cambiado su aspecto con el
envejecimiento.
1. Rinoplastia (nariz)
4. Otolastía
6. Blefaroplastía
Para eliminar arrugas y prominencias causadas por la edad, o hereditaria.
Son dos incisiones una en el parpado superior y otra en el párpado inferior.
Dura de 60 a 90 minutos.
La hinchazón y la equimosis ceden en 10 días aproximadamente.
CAPÍTULO 8
LESIONES DE TEJIDO DURO
FRACTURAS FACIALES
Una fractura es una solución de continuidad en un hueso, y puede ser provocada por agentes
traumáticos u ocurrir espontáneamente, en función de circunstancias intrínsecas debilitantes, o
por con tracciones musculares violentas.
Los traumatismos maxilofaciales afectan a tres areas anatomicas bien definidas:
1.- Tercio superior de la cara que incluye el hueso frontal, el etmoides, la orbita, el malar, los
parpados y la via lacrimal.
2.- Tercio medio de la cara que abarca el maxilar superior, el el malar, la nariz y los parpados.
3.- Tercio inferior de la cara que incluye el maxilar inferior, los labios, la lengua y los dientes.
FRACTURAS MANDIBULARES
Las fracturas de la mandíbula representan entre el 10 y 25% de las fracturas faciales, los
traumatismos mandibulares pueden ser aislados o acompañarse de fracturas del maxilar
superior o se la orbita.
A pesar de su elevada resistencia intrínseca, el maxilar inferior sucumbre con frecuencia en el
curso de los traumatismos faciales, debido a su situación prominente, que lo convierte en un
auténtico “para golpes” facial. Constituye el único hueso móvil facial, y desempeña un papel
destacado en funciones esenciales para la supervivencia del individuo, como la masticación y la
respiración.
7.1. Etiopatogenia:
Las fracturas de mandíbula generalmente son de origen traumático, destacando como primera
causa los accidentes de tráfico; le siguen en orden de frecuencia las caídas, las agresiones, los
accidentes deportivos y las yatrogénicas.
Las afecciones generales (Paget, osteopetrosis, osteogénesis imperfecta, osteomielitis,
enfermedad metastásica etc.) o locales (quistes, tumores, infecciones, etc.) que involucran a la
mandíbula, pueden ser causa de fracturas patológicas de la misma.
La mandíbula no posee un espesor y una estructura uniforme en todos sus segmentos. Hay
zonas que por su naturaleza son mas débiles que las otras, como son el segmento donde
asienta el agujero mentoniano, el ángulo de la mandíbula o el cuello del cóndilo; o bien, se
hallan debilitadas por alguna otra causa como es la ausencia de dientes o la presencia en su
espesor de un diente retenido etc. y que por tanto son más vulnerables a la acción de los
agentes traumáticos.
Los mecanismos por los cuales un agente vulnerante puede vencer la resistencia ósea hasta el
extremo de interrumpir la continuidad del hueso son:
1. Impacto directo. La fractura asienta en el lugar del hueso sobre el que actúa el agente
traumatizante.
2. Mecanismo indirecto. Una fuerza externa aplicada sobre un hueso tiende a deformarlo. Si la
magnitud de la misma supera el límite de resistencia elástica de éste, ocasiona una fractura
única o múltiple, que puede localizarse en un lugar del hueso distante del punto de incidencia de
la fuerza. Debido a su peculiar curvatura, el maxilar inferior constituye un terreno fecundo para
la aparición de fracturas por un mecanismo indirecto. Una situación clásicamente evocadora de
tal evento la constituye la fractura de uno o ambos cóndilos mandibulares, tras un impacto sobre
el mentón.
3. Acción muscular: Una contracción muscular enérgica puede provocar una fractura por
“arrancamiento” de la zona ósea de inserción muscular, así como de las coronas dentarias, por
apretamiento oclusal excesivo. Además, las fuerzas generadas por los músculos motores del
maxilar inferior durante la masticación pueden fracturar un hueso fragilizado por un proceso
patológico subyacente (quistes, neoplasias, osteorradionecrosis, osteomielitis, osteogénesis
imperfecta, hiperparatiroidismo, displasia fibrosa, enfermedad de Paget, etc.).
Sea cual fuere el mecanismo patogénico involucrado en la génesis de la fractura, si ésta es
completa, los fragmentos óseos resultantes suelen sufrir desplazamientos espaciales, cuya
magnitud y dirección dependen del concurso de diversos factores:
a) Intensidad y dirección con que actúa el agente traumatizante.
b) Dirección espacial y forma del trazo o trazos fracturarios.
c) Región anatómica en la que asienta la fractura.
d) Acción de los músculos masticadores.
e) Presencia, ausencia, estado de salud y posición de los dientes inferiores y de sus
antagonistas.
Cuando el tratamiento de las fracturas de los maxilares se efectuaba casi exclusivamente
mediante bloqueos intermaxilares, la adecuación de los distintos morfotipos dentarios a su
utilidad terapéutica, hizo que fuesen clasificados en: inadecuados (dientes deciduos y terceros
motares definitivos), útiles (incisivos) y muy útiles (premolares y molares). Tal distinción guarda
relación con el desarrollo radicular, la amplitud cervical y el contorno coronario de los dientes
precitados, factores en función de los cuales es posible lograr un diferente grado de eficacia en
la adaptación y retención de los alambres de sujeción de las férulas.
7.2. Clasificación
Las fracturas del maxilar inferior pueden ser clasificadas
desde diversas perspectivas. Así, según la dirección y el
bisel de la línea de fractura, Fry, She pherd, McLeod y
Parfitt (1942) clasificaron las fracturas en favorables o
desfavorables (figura 7.2), según que la acción de los
músculos insertados en los fragmentos cause aposición o
distracción de los mismos. Serán “favorables” (figura
7.2a) las fracturas dirigidas de arriba a abajo y de atrás
hacia adelante, y en las que el bisel esté tallado a
expensas de la cara Interna del fragmento proximal. En
estas circunstancias, las siguientes acciones musculares
estabilizarán la línea de fractura:
a) Los músculos temporal, masetero y pterigoideo interno
elevan el fragmento proximal. Los músculos digástrico,
genihioideo y milohioideotraccionan del distal hacia abajo
y atrás, aponiéndose ambos fragmentos a nivel de la
línea de fractura.
b) El músculo pterigoideo externo ipsilateral desplaza el fragmento proximal medialmente,
mientras que el contralateral desplaza el resto del maxilar hacia el
FRACTURAS MANDIBULARES
Clasificación anatómica
7.3. Clínica
En la historia del paciente existe un antecedente de traumatismo facial, actuación quirúrgica o
bien de afección general o local de la mandíbula. En la mayoría de los casos, la piel está
contundida, erosionada o lacerada. A veces se ven equímosis intra orales, en la cara o en la
parte superior del cuello.
La fractura, aunque generalmente se corresponde con la lesión cutánea, puede estar distante
de ella.
En las fracturas en las que se producen grandes desplazamientos, como son las
multisegmentarias, existe una deformidad externa muy manifiesta (hundimiento del mentón,
depresión, etc.), motivada por el desplazamiento de los fragmentos el edema y el hematoma.
Existe dolor espontáneo que se agrava al hablar, masticar y deglutir. La contractura muscular
antiálgica es causa del trismus y de la impotencia funcional, lo que ocurre especialmente en las
fracturas del ángulo.
Cuando hay una contusión, estiramiento o sección el nervio alveolodentario inferior, existe una
anestesia del labio inferior y de la región alveolo- dentaria correspondiente. Esto ocurre
especialmente en las fracturas del cuerpo de la mandíbula.
La inspección de la boca permite observar equímosis, edemas y hematomas que son muy
evocadores del lugar de asiento de la fractura.
La maloclusión dentaria es común a todas las fracturas de la mandíbula. Es importante
interrogar al paciente acerca de cómo ocluía antes del accidente, para poder valorar
adecuadamente si la maloclusión observada es motivada por el traumatismo; a veces hay que
recurrir a detalles como el facetado de los d para poder colegir el tipo de oclusión premórbida.
La palpación intraoral revela irregularidad dolor local y movilidad anormal a nivel del foco de
fractura, así como crepitación por el roce de los segmentos si el paciente o el explorador intenta
moverla.
La salivación excesiva que tienen estos pacientes se debe, por un lado, a que existe un
incremento de la secreción salival de tipo reflejo y, por otro, a que evitan deglutirla
produciéndose babeo por rebosamiento.
Debido a la necrosis tisular y acumulo de secreciones aparece una halitosis o fetor oris muy
característico.
7.4. Formas anatomoclínicas
Las lesiones que afectan a la mandíbula pueden ser segmentarias o totales. Las primeras
involucran una parte del hueso sin que se vea afectada la continuidad del mismo. Estas son las
que afectan al reborde alveolar, a la porción basal, los septos interradiculares o la apófisis
coronoides.
Por el contrario, las fracturas totales son interruptoras y se pueden clasificar en: fracturas de la
región sinfisaria, del cuerpo, del ángulo, de la rama ascendente, de la región condilea y fracturas
combinadas.
RESUMEN DE LA CLÍNICA
Las fracturas mandibulares cursan con:
1. Dolor espontáneo, que se intensifica con los movimientos y lo compresión del foco
fracturario.
2. Anestesio del territorio inervado por el nervio mentoniano, si la fracturo acontece entre el
orificio de entrado al conducto dentario y el agujero mentoniano.
3. Hematoma en los tejidos que cubren el foco de fracturo, lo que ocasiono uno tumefacción de
los mismos, y la aparición de uno equimosis en la piel y mucoso.
4. Maloclusión dentaria.
5. Movilidad anormal de los fragmentos.
6. Crepitación.
7. Impotencia hincionaly trismus.
8. Siolorrea.
9. Halitosis.
Como ha sido referido en el apartado anterior, las fracturas mandibulares pueden localizarse en
diferentes partes del hueso. Describiremos las formas más características de fracturas aisladas,
teniendo en cuenta que es posible cualquier combinación de las mismas, así como la afectación
simultánea de regiones anatómicas adyacentes.
7.4.1. Fracturas de la región sinfisiaria
Pueden producirse por un mecanismo directo o indirecto (figura 6.10). En el primero de ellos, el
agente vulnerante actúa sobre la prominencia mentoniana, transmitiéndole una fuerza que trata
de rectificar la curvatura natural del hueso, provocando una fractura que se inicia en la vertiente
cortical interna y finaliza en la externa. En las fracturas provocadas por un mecanismo indirecto,
un impacto que incida sobre la región del cuerpo o del ángulo tiende a acentuar la curvatura
maxilar, provocando una fractura sinfisaria iniciada en la cortical ósea externa.
La línea de fractura sinfisiana puede ser mediana o paramediana. La primera es más frecuente
en niños, por ser ésta una zona de relativa debilidad. En el nacimiento, los puntos de osificación
mentonianos están unidos entre sí por una sinfibrosis, la cual se transforma en sinostosis hacia
los dos años de edad. A diferencia de lo que ocurre en el niño, en el adulto la sínfisis mandibular
es una zona dotada de gran resistencia mecánica, por lo que la línea de fractura suele discurrir
entre el incisivo central y el canino, siguiendo una dirección vertical u oblicua.
Desplazamientos fragmentarios: si la fractura es vertical, estrictamente mediana, y no se halla
bisela da a expensas de ninguna de ambas corticales, el desplazamiento es prácticamente nulo
(figura 7.5a), a menos que el agente vulnerante se lo imponga. La razón de ello es que las
fuerzas musculares que actúan sobre ambos fragmentos son de magnitud semejante y los
músculos milohioideos tienden a mantenerlos apuestos. Si el trazo es biselado, los milohioideos
provocarán un acabalgamiento de los mismos.
Cuando el trazo es paramediano, como ocurre habitualmente, el desigual tamaño de los
fragmentos provoca una tracción muscular asimétrica sobre ambos, lo que da lugar a
desplazamientos que dependen de los músculos involucrados, en función de la forma y
dirección del trazo (figura 7.5b).
Cuando hay dos trazos fracturarios o uno solo, pero bifurcado, puede aislarse un fragmento
intermedio, susceptible de ser desplazado por los músculos a los que presta inserción. El vientre
anterior del digástrico lo hace en el borde inferior del hueso, y los músculos genihioideos y
genioglosos en su cara interna. Si el trazo o trazos fracturados segregan un fragmento inferior,
éste puede desplazarse hacia abajo y atrás por la tracción ejercida sobre el mismo por el
músculo digástrico. Si el fragmento intermedio incluye las apófisis geni, se desplazará hacia el
suelo bucal.
DESFAVORABLE FAVORABLE
DEFAVORABLE
DESFAVORABLE FAVORABLE
DESFAVORABLE FAVORABLE
7.4.5. Fracturas de la rama ascendente
Son lesiones poco frecuentes, pues la disposición del músculo masetero sobre esta región
ejerce un efecto amortiguador ante los posibles traumatismos de la misma. Por tratarse de
fracturas de la porción no dentada del maxilar, la comunicación con la cavidad oral es poco
frecuente, lo que reduce el riesgo de complicaciones sépticas.
Existen dos mecanismos de producción de las mismas:
a) Impacto latera! sobre la región masetérica.
b) Impacto vertical sobre el borde basal del ángulo mandibular, en sentido ascendente.
Según el mecanismo causal, variará la dirección de la línea de fractura. Así, en el primer
supuesto, la rama mandibular ascendente tiende a plegarse transversalmente entre dos zonas
resistentes limítrofes: el cóndilo, articulado con el temporal, y el ángulo, unido al resto del hueso.
De ello resulta un trazo horizontal extendido entre los bordes anterior y posterior de la rama
ascendente. Los desplazamientos fragmentarios son inconstantes y de magnitud y dirección
variables, en función de la dirección, violencia y amplitud superficial del agente vulnerante.
Habitualmente, el fragmento superior se desplaza hacia arriba, adelante y adentro, por la
tracción que sobre el mismo ejercen los músculos temporal y pterígoideo externo. El fragmento
inferior asciende, pues lo arrastran en este sentido los músculos mase tero y pterigoideo interno.
Ambos fragmentos prestan inserción a músculos potentes de acción prioritariamente elevadora,
por lo que las fracturas que exhiben el comportamiento precitado han sido denominadas
“fracturas interelevadores”.
Cuando el agente vulnerante actúa según el Otro mecanismo citado, a saber, impacto en
sentido ascendente sobre el borde basal del ángulo, la línea de fractura resultante puede ser
oblicua hacia delante y arriba, o bien vertical, extendida entre el lugar del impacto y la
escotadura sigmoidea. En este último caso, el fragmento anterior es desplazado hacia arriba por
acción de los músculos elevadores, especialmente del temporal; mientras que el fragmento
posterior se desvía hacia fuera en su parte inferior, basculando el cóndilo hacia dentro por
acción del músculo ptengoideo externo.
7.4.6. Fracturas de lo apófisis coronoides
Durante la mayor parte del ciclo de apertura y cierre mandibular, la apófisis coronoides se
encuentra en el interior del agujero cigomático, cubierta superficialmente por el malar y la
apófisis cigomática del temporal. En el transcurso de la apertura bucal, partiendo de una
situación de contacto entre ambas arcadas dentarias, y a medida que la mandíbula desciende,
la apófisis coronoides se va liberando progresivamente de su envoltura cigomática hasta que,
en la máxima apertura, su vértice se ubica a nivel del borde anterior del músculo masetero, por
debajo del borde posteroinferior del malar. Estas relaciones anatómicas permiten diferenciar
entre:
Fracturas de la apófisis coronoides asociadas a fracturas del malar, y
Fracturas coronoideas aisladas.
Las primeras acontecen en el seno de traumatismos mediofaciales laterales, encontrándose el
maxilar inferior en una posición elevada. Las fracturas aisladas pueden producirse, a su vez, por
dos mecanismos. El primero de ellos, más teórico que real, fue postulado por Ombrédanne y
Hruska, quienes sostienen que puede producirse un “arrancamiento” de la apófisis coronoides
por una contracción enérgica del músculo temporal. A este mecanismo se le oponen razones
anatómicas importantes. La apófisis coronoides constituye un apéndice óseo de gran solidez, y
el músculo temporal no muestra una inserción puntual en su vértice. El tendón de inserción de
este músculo se fija en el borde posterior y cara interna de la apófisis, así como en su cara
externa cranealmente a la inserción del fascículo profundo del músculo masetero. El músculo
temporal se inserta también en el borde anterior de la apófisis, y las fibras más anteriores del
mismo, originadas en el tubérculo esfenoidal, el cual desciende a lo largo de la cresta temporal,
pudiendo llegar su inserción hasta el trígono retromolar. La robustez de la apófisis y la extensa
zona de inserción muscular, se oponen a la producción de fracturas por el mecanismo citado.
Las raras fracturas de esta porción de la mandíbula pueden ser ocasionadas por un impacto
lateral o anterolateral sobre la región maseterina, en posición de apertura bucal; o por un
impacto lateral sobre la región sinfisaria o la rama horizontal, que ocasione una deducción
mandibular forzada y un impacto de la apófisis coronoides contralateral contra la cara interna del
complejo cigomático-malar.
Cuando se fractura la apófisis coronoides, el fragmento liberado se desplaza hacia arriba y
atrás, por acción del músculo temporal (figura 7.9).
7.4.7. Fracturas de la apófisis condílea
Bercher diferencia en esta región tres tipos de fracturas:
1. Subcondfieas bajas.
2. Subcondfieas altas.
3. Capitales.
Las capitales afectan a la cabeza condilar, las subcondileas altas involucran al cuello anatómico
del cóndilo y las bajas se sitúan en una zona extendida desde un punto intermedio entre la
cabeza condilar y el punto más declive de la escotadura sigmoidea, por arriba, y una línea que
prolonga hacia abajo y atrás el borde posterior de la apófisis coronoides, por debajo. Las
capitales y subcondíleas altas son intra articulares, mientras que en las bajas la línea de fractura
es extraarticular. Por ello, si bien estudiamos las fracturas de la apófisis condílea en su conjunto,
las capitales y subcondíleas altas presentan implicaciones evolutivas y terapéuticas diferentes
de las mostradas por las subcondíleas bajas.
DESFAVORABLE FAVORABLE
Las fracturas subcondíleas bajas pueden ser provocadas por un traumatismo directo, si bien con
más frecuencia son ocasionadas por un mecanismo indirecto que habitualmente consiste en un
impacto sobre c mentón. El trazo fracturario suele mostrar una dirteción oblicua hacia abajo y
atrás, en el plano sagital, y hacia abajo y afuera, en el plano frontal. Esta disposición hace que
con frecuencia el fragmento condilar no experimente desplazamientos. Ello es debido a las
acciones antagónicas estabilizantes de diversos músculos. En el plano sagital, el fragmento
condilar es desplazado hacia delante por acción del músculo prerigoideo externo, oponiéndose
ambos fragmentos a nivel del foco fracturario, cuando el fragmento inferiores arrastrado hacia
arriba y atrás, como resultante de la acción combinada de los músculos masetero, pterigoideo
interno, temporal, mi lohioideo, genihioideo y digástrico. En el plano frontal, el fragmento
condilar es llevado hacia adentro por el músculo pterigoideo externo insertado en él, mientras
que el fragmento inferior, formado por el resto de la mandíbula, es desplazado hacia fuera por
acción del músculo pterigoideo externo contralateral. Por hallarse el fragmento superior biselado
a expensas de su cara interna, y el inferior de forma Inversa (figura 7.11), la acción combinada
de ambos músculos pterigoideos externos opone los fragmentos entre sí, estabilizándolos.
La génesis de las fracturas subcondíleas altas puede tener lugar por dos mecanismos:
a) Apertura bucal: Cuando un agente vulneran te incide sobre el mentón con una dirección
anteroposterior y descendente, provoca una apertura oral brusca y excesiva, impactando el
cóndilo mandibular contra la raíz transversa del arco cigomático, produciéndose una fractura a
nivel de la inserción del ligamento lateral externo. La razón de que la línea de fractura se
localice a este nivel, es que es precisamente el ligamento temporomandibular el que limita la
fase de rotación capitular del movimiento de apertura oral.
b) Retrusión mandibular: cuando el traumatismo mentoniano tiene lugar en sentido antero
posterior yen dirección ascendente, el cóndilo se ve impulsado contra el límite posterior de la
cavidad glenoidea (hueso timpánico), lo que tiende a curvar su cuello hacia delante,
fracturándolo. Este mecanismo explica la posible asociación con una fractura de la pared
anterior del conducto auditivo externo.
El trazo de fractura suele mostrar una dirección horizontal, tanto en el plano sagital como en el
frontal.
El fragmento condilar se desplaza hacia delante y adentro, por acción del músculo pterigoideo
externo (figura 7.12). Por acción combinada de los músculos temporal, masetero y pterigoideo
interno, el fragmento inferior sufre un ascenso y una retropulsión, lo que ocasiona un
acortamiento de la altura mandibular posterior, con aparición de contactos prematuros molares y
mordida abierta anterior.
Las fracturas capitales pueden ser de tres tipos:
a) Fracturas parciales. En ellas una porción de la cabeza, generalmente el polo condileo
interno, es segregada del resto, desplazándose habitualmente hacia adelante, abajo y adentro
(figura 7.13).
b) Fracturas totales. El cóndilo se separa de la rama ascendente en el punto de unión con su
cuello (figura 7.13). La línea de fractura suele ser horizontal y la cabeza condilar se desplaza
hacia delante, abajo y adentro. El desplaza miento medial de la cabeza conlleva un des censo
de la misma, por la inclinación mostrada por la cavidad glenoidea en el plano frontal. El
fragmento inferior asciende, pero de forma más moderada que en las fracturas subcondíleas.
c) Fracturas conminutas. Ante traumatismos muy violentos, el cóndilo puede verse aplastado
contra la cavidad glenoidea, fragmentándose en numerosos pedazos, siendo los trazos
fracturarios inclasificables y los desplazamientos fragmentarios anárquicos; En estos casos, el
riesgo de anquilosis postraumática es mayor que en los casos precedentes. En ocasiones, el
cóndilo, o fragmentos del mismo, pueden penetrar en la fosa craneal media.
Fracturas bilaterales del cuerpo y del ángulo
Ambos fragmentos proximales ascienden, por acción de los músculos temporal, masetero y
pterigoideo interno; mientras que el fragmento distal sufre un descenso y retropulsión, por la
acción que sobre el mismo ejercen los músculos digástrico, genihioideo y milohioideo.
7.5. Diagnóstico
Se efectúa mediante los siguientes pasos:
1. inspección. Permite objetivar la existencia de contusiones, heridas, actitud antiálgica del
paciente, deformidad y maloclusión.
2. Palpación mandibular, en busca de irregularidades. La crepitación no debe ser evocada
mediante manipulación intencional, pues en caso de que no existan lesiones vasculares o
nerviosas asociadas pueden ser provocadas en el curso de la misma.
3. Estudio de la sensibilidad del nervio mentoniano.
4. Exploración radiográfica.
7.6. Tratamiento
Tiene por objetivo restaurar la forma y la función. Para ello es preciso efectuar:
1. Una reducción de los fragmentos, guiada por la oclusión habitual, que puede ser incruenta o
cruenta, es decir, sin exposición del foco de fractura o con exposición del mismo.
2. Inmovilización. Puede llevarse a cabo mediante:
a) Fijación intermaxilar mantenida durante seis semanas, o
b) Fijación interna rígida, mediante la colocación de miniplacas en la banda de tracción, en
caso de fracturas transversas simples, o mediante la combinación
c) de placas en ambas bandas (compresión y tracción) o, ante fracturas conminutas o con
pérdida de sustancia, placas de reconstrucción.
Estas técnicas son mutuamente competitivas, y es el tipo de fractura y la experiencia del
cirujano lo que permite elegir una u Otra.
Las indicaciones de la fijación interna incluyen las siguientes:
Edentulismo.
Fracturas en la porción dentada de la mandí bula, asociadas a fractura condilar.
Fracturas desplazadas que requieren una reducción abierta.
Situaciones en las que está contraindicada la fijación intermaxilar: epilepsia, hiperemesis,
trastornos respiratorios.
Fracturas con pérdida de sustancia.
Suelen afectar a varios huesos, pudiendo hallar- se involucrados los siguientes: maxilares
superiores, malares, arcos cigomáticos, huesos propios nasales, unguis, etmoides, vómer,
palatinos, cornetes inferiores y apófisis pterigoides esfenoidales. De ellos, el maxilar superior
constituye la pieza clave del macizo óseo mediofacial. Los pilares de resistencia medio- faciales
referidos en el apartado de biomecánica (figu ra 6.9) están diseñados para transmitir fuerzas en
sentido ascendente, si bien sucumben ante impactos de dirección transversal u oblicua. Como
se recordará, la base del cráneo y el plano oclusal forman un ángulo de 45° abierto hacia
delante. Por ello, según la dirección con que incide la fuerza traumática, la cara puede
deslizarse sobre la base craneal hacia abajo y atrás (figura 8.1). o aplastarse contra ella. El
macizo óseo mediofacial se estructura en torno a diversas cavidades (fosa nasal, senos
paranasales y órbitas), mediante pilares y arbotantes de dirección vertical u horizontal. Los
principales son los pilares nasomaxi lar, cigomáticomaxilar y pterigomaxilar (figura 6.9), por
medio de los cuales se mantiene la posición del maxilar superior en relación con la base craneal
y la mandíbula.
Los clásicos patrones fracturarios localizados a nivel de las “líneas de debilidad” descritas por
René le Fort rara vez ocurren. Lo habitual es que existan combinaciones diversas entre estos
patrones, así como Otros atípicos y fragmentos maxilares conminutados en el curso de
traumatismos de gran violencia.
8.1. Etiopatogenia
Cuando sobre el tercio medio facial actúa una fuerza en sentido lateral (figura 8.2), las lesiones
resultantes están directamente relacionadas con la intensidad del impacto. Si actúa a un nivel
elevado, y sobre un área reducida, puede ocasionar una fractura cigomática o nasal. Si lo hace
por debajo del complejo cigomático-malar, provocará una fractura dentoalveolar del maxilar
superior, localizada en el sector premolar-molar.
Si el agente traumatizante actúa en sentido anteroposterior (figura 8.3), el patrón fracturario
dependerá de la dirección con que actúa, y de la posición de la cara.
Si la fuerza incide sobre la base de los huesos propios, yen sentido descendente, puede
ocasionar una fractura de Le Fort II o III, desplazando todo el tercio medio facial o parte del
mismo sobre la base craneal. Si el agente vulnerante actúa en sentido ante roposterior sobre los
huesos propios nasales, puede dar lugar a una fractura nasal o nasoetmoidal.
Si el impacto acontece sobre la espina nasal anterior, podrá generar una fractura de Le Fort I,
pero si el agente traumatizante posee una pequeña superficie, o es punzante, ocasionará una
separación o disyunción intermaxilar (fractura de Lannelongue). Esta misma puede también
producirse si el traumatismo ocasiona una hiperflexión de la cabeza, impactando la mandíbula
contra el tórax. En este caso, debido a que la arcada superior circunscribe a la inferior, la
sobreimpactación mandibular puede originar una disyunción intermaxilar.
Si el impacto se produce a un nivel inferior, el resultado será una fractura dentoalveolar anterior,
la cual también puede desarrollarse ante un impacto posteroanterior, como el acontecido en el
cierre oral violento, anteriormente referido.
Si la fuerza traumática incide, con una dirección anteroposterior, sobre la porción central del
macizo mediofacial, puede segregar del resto del mismo una porción ósea con forma de
corazón de naipe, dando lugar a la llamada fractura de Huet. Si el impacto estuviese
lateralizado, en la porción superior del tercio medio facial, podría dar lugar a una fractura
cigomático-maxilar, y en el inferior, a la fractura de un solo maxilar superior (fractura de Richet).
8.2. Clasificación
De todas las recogidas en la literatura, a continuación se refiere la de Schwenzer (1967), que se
acepta con modificaciones:
A) Centrales:
Fracturas alveolares superiores.
Fractura sagital del maxilar superior: mediana (Lannelongue) o paramediana.
Fracturas de Le Fort lo Guérin.
Fractura piramidal:
Sin afectación del hueso nasal: Wassmund 1.
Con afectación del hueso nasal: Le Fort II o Wassmund II.
Fracturas nasales y nasoetmoidales.
Fracturas del seno frontal.
B) Centrolaterales:
Sin afectación de los huesos nasales:
Wassmund III.
Con afectación de los huesos nasales: Le Fort III o Wassmund IV.
Combinación de fracturas dentales y laterales y patrones atípicos.
C) Laterales:
Fracturas cigomáticas.
Fracturas orbitarias.
8.3. Clínica
Las fracturas mediofaciales presentan unos rasgos clínicos generales y unas peculiaridades
diferenciadas.
Clínica general:
1. Tumefacción, debida a los hematomas y/o edemas de los tejidos blandos (figura 8.4).
2. Deformidad, aparente tras la recuperación de la tumefacción precedente.
3. Equímosis, particularmente evidente en la región periorbitaria, acontecida en el curso de las
fracturas que afectan a alguna de las paredes orbitarias o a la base craneal.
4. Hemorragia, a través de heridas, o en el seno de cavidades:
Retroocular, responsable de la aparición de una proptosis.
Nasal, por lesión de las arterias esfenopa latina y etmoidales.
Oral, por lesiones de las paredes o contenido de la cavidad oral o faríngea.
5. Enfisema subcutáneo, en las fracturas que involucran a las fosas nasales y senos para-
nasales.
6. Diplopia, observable en las fracturas medio- faciales centrales y centrolaterales.
7. Hipoestesia infraorbitaria. Se encuentra en las fracturas de Le Fort II y III, así como en las
fracturas mediofaciales laterales.
8. Movilidad anormal.
9. Maloclusión, apreciable en las fracturas que involucran al maxilar superior.
8.4. Formas anatomoclinicas
Se consideran aquellas fracturas que se caracte izan por su repercusión en la oclusión dentaria
y por consiguiente en la función masticatoria.
8.4.1. Fracturas dentoalveolares
Pueden ser yatrogénicas, ocasionadas general mente por extracciones dentarias brutales o
traumáticas (figura 8.5). Se manifiestan clínicamente por movilidad y malposición de dientes,
laceraciones y equímosis gingivales.
8.4.2. Fracturo de Lannelongue o disyunción intermaxilar
El trazo puede ser estrictamente mediano, es decir intermaxilar. o paramediano, segregando
junto con un maxilar, parte del opuesto (figura 8.5). Se acompaña de una herida anteroposterior
de la mucosa pala tina. El desplazamiento suele ser discreto.
8.4.3. Fracturo de Le Fort l o de Guérin
Los patrones fracturarios recién descritos rara vez se presentan de forma pura. Habitualmente
se observan fracturas mediofaciales inclasificables, o que combinan algunos de los trazos
mentados. Entre ellas destacan las fracturas de:
Richer. Se combina un trazo de Le Fort III y una disyunción intermaxilar.
Waither. Se mezclan trazos propios de las fracturas de Le Fort III, Le Fort 1 y disyunción
intermaxilar.
Bassereau. En ella se aísla del resto del esqueleto mediofacial un fragmento de hueso que
incluye los huesos propios, las apófisis maxilares ascendentes y la premaxilla.
Huet. Un trazo fracturario más periférico que en la forma anterior segrega un fragmento óseo
con forma de corazón, en el que se incluyen los huesos propios. las apófisis ascendentes
maxilares y el fragmento incisivo-canino maxilar.
Las fracturas nasales, nasoetmoidales, cigomático-malares y sinusofrontales serán tratadas en
capítulos posteriores, de forma individualizada.
8.5. DiagnósticO
Se efectúa mediante la exploración física y radio gráfica referida en el capítulo general.
8.6. Tratamiento
Vías de abordaje craneofaciales más frecuentes
del esqueleto óseo y cartilaginoso, tratando de evocar: dolor selectivo, movi lidad de
fragmentos óseos o cartilaginosos, crepitación e irregularidades del contorno nasal. Para valorar
el estado del entramado osteo-cartilaginoso podemos recurrir al test de Brown-Gruss,
consistente en presionar con un instrumento (Brown) o con un dedo (Gruss) sobre el dorso, a
nivel de los tres tercios de la pirámide nasal: a) Compresión del tercio inferior (Brown-Gruss III
cuando existe una fractura de la porción inferior del cartílago septal, especialmente de su ángulo
anterior, ante una presión digital en sentido posterior, se produce un colapso de la punta. b)
Compresión del tercio medio (Bmwn-Grtsss II): cuan do existen fracturas en la porción media de
la nariz —lesión de los cartílagos triangulares y del septum subyacente—, la concavidad
resultante del dorso se incrementa ante la presión digital. c) Compresión del tercio superior
(Brown 1): el colapso del mismo se produce cuando la fractura afecta a los huesos propios
nasales y, ocasionalmente, a las apófisis maxilares ascendentes. El test de Brown-Gruss,
practica- do en los tres niveles referidos, permite valorar preoperatoriamente la integridad
estructural de la nariz y. preoperatoriamente el éxito de la reparación.
El área más angosta de la porción nasal de la vía aérea está representada por la válvula nasal,
cuyos límites se hallan determinados por diferentes estructuras interrelacionadas: septum,
apertura piriforme, cabeza del comete inferior, músculos alares y cartílago lateral superior
(ángulo formado por la unión de su borde anterior con el cartílago septal). La dificultad
respiratoria generada por una constricción de la válvula nasal puede ser evaluada mediante la
maniobra de Cottle, consistente en pedirle al paciente que inspire, al tiempo que tracciona
lateralmente de la piel de la mejilla. Con ello se desplaza hacia fuera el ala nasal, y si al hacerlo
mejora el paso de aire a través de la nariz (resultado positivo del test) significa que la causa de
la obstrucción respiratoria radica en una estenosis de la válvula nasal, indican do un resultado
negativo, una etiología diferente. Esta maniobra no es infalible. Así, un colapso de las alas
nasales puede dar lugar a un resultado falsamente positivo, mientras que un falso negativo
puede encontrarse cuando un traumatismo que ocasiona una este nosis de la válvula nasal se
asocia a otro que provoca una dilatación compensatoria de la misma, como ocurre en los casos
de fracturas maxilares que involucran el contorno de la apertura piriforme, con desplazamiento
medial de los fragmentos.
3. Rinoscopia anterior, previa eliminación de los coágulos sanguíneos contenidos en las fosas
nasales y anestesia de la mucosa nasal. La rinoscopia nos permite precisar la existencia de
desviaciones o deformidades del tabique nasal, que traducirán la presencia de fracturas
septales o hematomas subpericondrales (abombamiento septal con una mucosa de color
azulado); el estado de los cometes y de los tabiques inter sinusonasales, así como la detección
y localización de zonas de sangrado. El 40% de los adultos muestran deformidades septales
consecutivas a traumatismos previos, por lo que ante la constatación de las mismas, es preciso
movilizar el tabique en busca 1 sensibilidad o movilidad anormal que permitan descartar o
confirmar la presencia de un trauma reciente.
4. Una vez concluido el examen clínico, debe realizarse una exploración radiográfica. Las
técnicas más comúnmente empleadas incluyen:
a) Proyección lateral de los huesos propios. Permite apreciar desplazamientos
fragmentarios anteroposteriores.
b) Proyección de Waters: permite comprobar la existencia de desplazamientos laterales o
mediales de los huesos propios, así como de fracturas asociadas a nivel del tercio medio facial.
El valor de las radiografías en la evaluación diagnóstica y planificación terapéutica es dudoso y
discutible. Clayton y Lesse observaron un desacuerdo entre los hallazgos radiográficos y
clínicos en el 25% de los casos.
Cuando sospechemos la existencia de trazos fracturarios propagados a la órbita, deberán
practicarse tomografías o tomografías computadorizadas frontales o axiales.
9. 1.5. Tratamiento
El tratamiento de las fracturas nasales persigue un doble objetivo: recuperación estética y
funcional. La nariz asume un gran protagonismo en la armonía facial, por lo que cambios en su
forma o simetría provocan repercusiones estéticas destacables, cuya corrección exige una
restauración de la apariencia nasal premórbida. Además, las fracturas nasales interfieren con la
función respiratoria, siendo preciso tratar aquéllas para mejorar ésta. Las fracturas abiertas, y
las acompañadas de hematomas septales requieren un tratamiento urgente. En los demás
casos, éste puede ser demorado hasta 5-7 días si se trata de niños, y 7-10 días si se presentan
en adultos. No hay razón alguna para diferir el tratamiento de una fractura nasal cuando es vista
poco después del accidente, sin embargo, si ha transcurrido el tiempo suficiente para que se
instaure un edema (que cede usualmente entre 3 y 5 días) capaz de enmascarar la magnitud de
los desplazamientos fragmentarios, así como limitar la eficacia de los medios de inmovilización
de la fractura tras su reducción, el tratamiento de la misma debe ser demorado.
Debemos diferenciar entre el tratamiento propio de las fracturas y el de sus manifestaciones o
complicaciones. Entre ellas destacan dos: la epistaxis y el hematoma septal.
La epistaxis es un signo común de las fracturas nasales. Habitualmente autocontenida, puede
exigir un tratamiento específico. En la inmensa mayoría de los casos un taponamiento nasal
anterior efectuado con una tira de gasa impregnada en una solución antiséptica y con cobertura
antibiótica antiestafilocócica para prevenir la aparición de complicaciones sépticas locales o
sistémicas suele ser suficiente, siendo preciso recurrir en casos extremos a la ligadura de la
arteria maxilar interna.
El hematoma septal submucopericondral, en los casos en que se presente, debe ser evacuado
de forma inmediata. Habitualmente unilateral, puede ser bilateral, cuando una fractura del
cartílago cuadrangular permite el paso de sangre hacia el lado opuesto del tabique. Puesto que
el cartílago recibe su nutrición a partir del pericondrio, la separación de ambos impuesta por el
hematoma interrumpe la circulación sanguínea local, pudiendo producirse una necrosis
avascular del cartílago, a los 3 o 4 días de haberse formado el hematoma.
Un hematoma no tratado puede infectarse, transformándose en un absceso, puede dar lugar a
una intensa fibrosis residual, o provocar una destrucción cartilaginosa, con la consiguiente
pérdida de sopor te del dorso nasal.
Por todo ello, debe ser evacuado precozmente. Con el paciente sentado, o en decúbito, se
extraen los coágulos contenidos en la fosa nasal. Posterior mente se anestesia la mucosa y, con
la ayuda de una buena iluminación y un rinoscopio, se visualiza el hematoma y se practica una
incisión mucosa en la parte más declive del mismo. Tras ello, mediante aspiración, compresión
o una combinación de ambas se evacua su contenido. Una vez logrado este objetivo, es preciso
adaptar el mucopericondrio al cartílago septal. A tal fin, puede practicarse un tapona miento
nasal anterior o una sutura de colchonero atravesando el tabique nasal.
El tratamiento de las fracturas nasales exige su reducción e inmovilización. En algunos casos
(por ejemplo, desplazamientos del dorso nasal en el plano frontal), las fracturas pueden ser
reducidas manualmente bajo anestesia local, o incluso sin ella, en la fase de estupor
postraumático inicial, reposicionando la pirámide nasal desplazada con los pulgares (figura 9.2),
si bien, habitualmente requieren el empleo de instrumentos. Estos consisten en elevadores
rectos o pinzas, como la de Walsham o la de Ash. La primera se utiliza para reducir fracturas de
los huesos propios o de la apófisis ascendente del maxilar superior, mientras que se recurre a la
segunda para reducir las fracturas del septum nasal.
En fracturas nasales muy complejas (fracturas del plano 3 de Stranc y Robertson),
habitualmente asociadas a Otras del complejo interórbitonasal, cuando existen lesiones
asociadas de los tejidos blandos, o cuando fracasa la reducción cerrada, se hace preciso
practicar una reducción abierta seguida de una fijación interna rígida (mediante microplacas)
que garantice el mantenimiento de la forma y proyección nasal.
Tras lograr la reducción fracturaria, es preciso inmovilizar los fragmentos. Para ello,
tradicionalmente se han combinado una inmovilización interna y otra externa.
La primera puede ser efectuada mediante un taponamiento nasal anterior usando una tira de
gasa impregnada en una solución antiséptica y bajo cobertura antibiótica. El uso de esta técnica
es debatido, afirmando sus detractores que mediante la misma es posible desplazar los
fragmentos óseos hacia fuera, aumentando el volumen de la pirámide nasal y modificando su
contorno. El taponamiento nasal debe ser evitado cuando exista una rinolicuorrea, por el riesgo
importante de aparición de complicaciones sépticas meningoencefálicas.
La contención externa se efectúa con una férula de yeso (recortada a partir de una venda
enyesada de 10 cm de anchura que ha sido plegada sobre sí misma cinco o seis veces) o
metálica, separada de la piel de la nariz por una capa formada con Steristrip o cinta adhesiva. El
taponamiento nasal debe ser conservado durante seis días y la férula durante unos ocho o diez.
Para autores como lIlum, el 90% de las fracturas tratadas mediante reducción cerrada ofrecen
un buen resultado, mientras que Otros, corno Murray y Maran, afirman encontrar hasta un 42%
de fracasos.
9.2. Fracturas nasoetmoiclales (FNE)
9.2.1. Efiopatogenia
Estas fracturas obedecen a traumatismos frontales generalmente debidos a accidentes de
tráfico.
9.2.2. Formas anatomoclíriicas
Markowitz y cols. (1991) diferencian tres patrones fracturarios
Tipo I. En ella se aísla solamente la porción del reborde orbitario medial en la que se inserta
el tendón cantal. Puede ser unilateral, bilateral, completa o incompleta (en tallo verde). La
fractura incompleta suele estar desplazada en su parte inferior, a nivel del reborde orbitario y de
la apertura piriforme. pero permanece unida a la apófisis orbitaria interna del frontal.
Tipo II. Fractura conminuta del fragmento central, uni o bilateral, no extendida por detrás de
la inserción del tendón cantal medial.
Tipo III. A la conminución del fragmento central se le unen fracturas extendidas por debajo
de la inserción del tendón cantal (figura
9.2.3. Clínica
Existe un antecedente traumático que produce un gran hundimiento de la porción central de la
cara, con desmoronamiento de la arquitectura mediofacial y por consiguiente importante
deformidad enmascarada en parte por el edema de los tejidos blandos que se instaura en las
horas que siguen al accidente, y obstrucción nasal, uni o bilateral. Hemorragia nasal profusa y
equímosis cantal interna así como alteración de la evacuación de las lágrimas y disfopia ocular.
9.2.4. Diagnóstico
Se basa en una combinación de examen físico (que debe contrastado con fotografías
pretraumáticas) y radiográfico.
1. Inspección:
Equímosis y edema nasal y periorbitario, junto con equímosis subconjuntival.
Desplazamiento posterior de la pirámide nasal. Esta parece “empujada entre los ojos”, por
pérdida de su proyección.
Telecanto. La distancia entre los cantos internos palpebrales debe ser aproximadamente la
mitad de la distancia interpupilar, es decir, de aproximadamente unos 33 mm (incluyendo los
tejidos blandos. La distancia intercantal ósea es de lOa 14 mm menos). Cuando esta distancia
se incrementa tras un traumatismo (figura 9.3) a más de 35 mm es sugestiva de una FN’E. y
cuando supera los 40 mm. es diagnóstica.
Enoftalmos. Su patogenia se describe en el capítulo de fracturas orbitarias.
Acortamiento de la hendidura palpebral. debido a la aproximación del canto interno al
externo, por des lateral de aquél.
Distopia ocular.
Las FNE frecuentemente se propagan a la porción medial del techo orbitario, involucrando
a la polea de reflexión del músculo oblicuo mayor. Estas fracturas, o la lesión de las arterias
etmoidales anterior o posterior, pueden ocasionar un hematoma orbitario.
Rinolicuorrea. Las brechas meníngeas con fístulas y emisión de líquido cefalorraquídeo a
través de las fosas nasales, están presentes entre el 10 y el 30% de las fracturas de la base
craneal (FNE, seno frontal, techo orbitario, Le Fort III), y entre el 4 y el 10% de tales fístulas se
complican con meningitis. Cuando se sospecha esta situación, es preciso confirmar que el
líquido emitido es líquido cefalorra quídeo. Para ello debe tomarse una muestra y analizarla en
busca de la presencia de glucosa, lo que permitirá diferenciarlo de secreción mucosa nasal
fluida. En caso de hallarse mezclado con sangre, la utilidad de la prueba decaerá. En tales
casos es útil practicar una sencilla prueba clínica, consistente en dejar caer unas gotas de
líquido sobre una produciéndose una difusión radial del mismo, pero diferenciada: el líquido
cefalorraquídeo avanzará más que la sangre, formando un cerco excéntrico y periférico al
coágulo constituido por aquélla (“test del halo”).
Obstrucción de las vías lagrimales. La distopia cantal ocasiona lagoftalmos y epífora. A ello
se une con frecuencia una obstrucción de las vías lagrimales por compresión o sección,
ocasionada por los fragmentos óseos desplazados.
Lesiones oculares.
2. Palpación
Del reborde orbitario interno. Permite evocar crepitación y movilidad de fragmentos.
Test de tracción palpebral. Si el fragmento óseo en que se inserta el ligamento cantal
interno (“fragmento central” del complejo nasoetmoidal: representa los dos tercios inferiores del
reborde orbitario medial) se h aislado de su entorno, al traccionar lateral mente de los párpados,
el canto se desplaza en la misma dirección.
Palpación “bimanual”. Mediante una pinza hemostática (“mosquito”) colocada contra la
cara intranasal del reborde orbitario, en el lugar en que se inserta el tendón cantal medial, y el
dedo índice en apoyado en la cara externa, a nivel de la inserción cantal, es posible determinar
si el fragmento en que se inserta el mentado tendón está aislado y móvil o, por el contrario, se
halla firmemente unido al resto del contorno orbitario.
3. Exploración radiográfica
a) Radiografías simples. Usualmente de escasa ayuda.
b) Tomografía computadorizada axial y coronal, con imágenes espaciadas a 1,5 mm. Permite
conocer el patrón fracturario y la presencia de lesiones asociadas.
9.2.5. Tratamiento
Las fracturas nasoetmoidales dan lugar, como ya se ha dicho, a repercusiones funcionales y
estéticas. Las segundas son altamente estigmatizantes, y su c exige una técnica quirúrgica
rigurosa e irreprochable. Las FNE se tratan mediante reducción abierta y fijación interna,
efectuadas según la siguiente secuencia:
1. Exposición del foco de fractura a través de heridas existentes, incisiones locales o abordaje
coronal, Esta última es la vía preferida, pues satisface las exigencias de la finalidad estética con
que es practicada la intervención. A su través se pueden exponer el techo de la órbita, la
pirámide nasal y la pared orbitaria interna, descendiendo gradualmente hasta alcanzar el tendón
cantal interno. Para exponer la parte inferior de la fractura, especialmente cuando se propaga al
reborde infraorbitario, puede emplearse de forma subsidiaria una incisión palpebral inferior
subciliar.
2. Identificar el tendón cantal medial y el fragmento óseo en que se inserta.
3. Reducción, y si es preciso reconstrucción, del reborde orbitario interno. Si la apófisis
ascendente del maxilar superior ha sido fracturada y desplazada en bloque (lesión de tipo O,
debe ser reducida y fijada, preferentemente con microplacas, a las regiones óseas vecinas
preservadas: apófisis orbitaria interna del frontal y maxilar superior (reborde infraorbitario y/o
pilar canino). Si existe una severa conminución (lesiones de tipos II y más aún III). incluso con
desinserción del tendón cantal, debe practicarse una reducción transnasal de los fragmentos
centrales, o una cantopexia transnasal, mediante un alambre colocado de tal forma que
prevenga la luxación lateral del fragmento óseo en que se halla insertado el tendón cantal
(cuando lo está), pues además de restaurar la estática y dinámica palpebral, se pretende
reponer la distancia intercantal premórbida. Si se efectúa una hipocorrección, resultará de ello
un telecanto permanente.
4. Reconstrucción de la pared orbitaria interna, mediante injertos óseos autólogos (bóveda
craneal o costilla), unidos al reborde orbitario mediante tomillos de compresión, microplacas o
incluso alambres.
5. Reducción de las fracturas del septum nasal.
6. Aumento del dorso nasal mediante injertos óseos, cuando se precise (aproximadamente en
un 40% de los casos).
7. Readaptación de los tejidos blandos al esqueleto subyacente, previniendo su engrosamiento
cicatrizal. Para ello se emplea una férula nasal correctamente adaptada.
9.3. Fracturas del seno frontal
El seno frontal forma junto con los restantes senos paranasales un sistema aéreo compresible,
con capacidad para absorber, amortiguar y disipar la energía transmitida en los traumatismos
craneofaciales, protegiendo los órganos alojados en las cavidades y fosas faciales, así como en
la cavidad craneal. Limita posteriormente con la fosa craneal anterior, con la raíz nasal
anteroinferiormente, con el etmoides poste roinferiormente, y con ambas órbitas
inferolateralmente.
9.3.1. Etiopatogenia
Las fracturas del seno frontal, terceras en frecuencia entre las fracturas faciales, son
características de hombres jóvenes, conductores de vehículos motorizados. La edad media de
presentación varía, según las series, entre los 28 y los 32 años, con un amplio rango extendido
entre los 3 y los 85. Sus causas son: accidentes de tráfico (61-71%), agresiones (9-11%),
accidentes laborales (7-12%), accidentes deportivos (5,5-8%), heridas por armas (5,5%), y otros
menos frecuentes: caídas, etc. El seno frontal se halla afectado entre el 5 y el 12% de las
fracturas faciales.
9.3.2. Clínica
La elevada resistencia mecánica de la pared anterior del seno frontal (experimentalmente para
fracturarle se requieren fuerzas de 362 a 998 kg, 2 o 3 veces la tolerancia de cualquier otro
hueso facial) le permite soportar traumatismos de escasa y mediana intensidad. Por ello, las
fracturas del seno frontal suelen asociarse a otras, generalmente complejas y potencialmente
graves, en función de la situación anatómica que ocupa.
Sus fracturas se acompañan en el 65% de los casos de otras fracturas craneofaciales: nasales
(64%), malares (28%), maxilares superiores (25%), orbitarias (17%) y mandibulares (11%).
En una revisión de 78 fracturas del seno frontal, Luce encuentra que la mitad tienen fracturas
medio faciales acompañantes, tratándose en el 41% de fracturas nasoetmoidales, y hallándose
en el 28% de los casos dos o más fracturas asociadas. Donald, en una serie de 72 casos de
fracturas sinusofrontales, da las siguientes proporciones de fracturas asociadas: maxilla (32%),
malar (16%), nasofrontoetmoidales (12%), nasales (10%), bóveda craneal (10%), base craneal
(10%) y mandíbula (10%). De la intensidad de los traumatismos que habitualmente causan
estas fracturas da buena cuenta el hecho de que el 10% de los pacientes sufren la pérdida de
un ojo o una severa limitación visual, el 70% padecen una pérdida de conciencia tras el
accidente, observándose una inconsciencia de al menos 4 horas de duración en el 47% y un
coma prolongado en el 23% restante, falleciendo el 9% como consecuencia de las lesiones
sufridas. Sorprendentemente, sólo se observan fracturas en la bóveda craneal en el 10% de los
casos.
Los signos más característicos de fractura del seno frontal incluyen: edema, hematoma y
equímosis en el área supraorbitaria, heridas en la frente (85%), reborde supraorbitario o
glabella, anestesia del nervio supraorbitario, crepitación y enfisema subcutá neo, así como
depresiones o irregularidades palpables en la región del seno frontal, enmascaradas por el
edema y los hematomas en el período postraumático inicial (menos de la mitad de las fracturas
del seno frontal son identificadas en el área de urgencias). Con menor frecuencia se observan:
rinorrea cerebroespinal, equimosis periorbitaria y subconjuntival, enfisema intra y periorbitario y
neumoencéfalo. En los días siguientes al traumatismo puede desarrollarse una sinusitis frontal,
capaz de originar complicaciones sépticas intracraneales a través de una fractura de la pared
sinusal posterior o, en su defecto, de los agujeros de Breschet.
9.3.3. Diagnóstico
La sospecha clínica fundamentada en los hallazgos semiológicos referidos se ve confirmada
con los obtenidos en el curso de una exploración radiográfica. Esta se encuentra condicionada
por el estado físico del paciente, en especial por la coexistencia de lesiones del raquis cervical
que impidan adoptar a la cabeza las posiciones más idóneas.
La exploración suele iniciarse con radiografías convencionales, a partir de cuyos hallazgos se
seleccionarán pruebas más específicas. Las proyecciones de Caldwell, Waters y lateral de
cráneo y cara permiten valorar la presencia de signos directos e indirectos de fractura del seno
frontal: líneas fracturarias y fragmentos (las fracturas desplazadas de la pared anterior son
habitualmente evidentes en las proyecciones laterales, en las que también es posible detectar
una fractura del conducto nasofrontal, representado por una Constricción en forma de embudo
entre la glabella y las celdillas etmoidales anteriores), pero también opacidades globales o
parciales (niveles hidroaéreos, que traducen una dificultad de drenaje sinusal o un acúmulo de
sangre en su interior) así como aeroceles intracraneales (neumoencéfalo) que atestiguan la
existencia de fracturas de la pared sinusal posterior. Cualquiera de estos hallazgos debe ser
posteriormente investigado mediante una tomografía computadorizada, tanto en proyección
axial como coronal, en cortes seriados de 1,5 mm. Con ello puede delimitarse la localización y
extensión de la fractura del seno frontal, pero también investigar la existencia de traumatismos
craneofaciales y encefálicos concomitantes, afectación ocular o presencia de cuerpos extraños.
La tomografía computadorizada no es capaz de mostrar imágenes directas de lesiones de los
ostia o de los conductos nasofrontales, pero permite discernir detalles acerca de las fracturas de
las paredes anterior, posterior y suelo del seno frontal, así como fracturas asociadas del
complejo nasoet moidal y de la órbita. Noyek y Donald consideran que la tomografía
computadorizada es la técnica menos invasiva, rápida y simple para obtener información sobre
las fracturas del seno y de las estructuras adyacentes. A pesar de ello, Adkins asevera que los
radiólogos tienden a infravalorar los hallazgos radiográficos, de modo que la amplitud de las
lesiones, observada durante la cirugía, es mayor que la predicha por la exploración radiográfica.
9.3.4. Tratamiento.
El tratamiento de las fracturas del seno frontal constituye un tema complejo y controvertido.
Existe, sin embargo, unanimidad en cuanto a los objetivos terapéuticos y datos derivados de la
investigación experimental y clínica, en los que apoyar las discusiones.
1. Eliminar los factores que favorezcan la aparición de infecciones (tístulas de líquido
cefalorraquídeo, aislamiento del espacio subaracnoideo del seno frontal, etc.).
2. Restaurar la normalidad funcional sinusal, o si ello no es posible, anular el seno como
unidad funcional, impidiendo la recolonización mucosa de la cavidad sinusal, fuente potencial de
complicaciones graves, y
3. Preservar el contorno frontal, corrigiendo el defecto estético residual al traumatismo.
El tratamiento de las fracturas del seno frontal puede ser esquematizado como sigue:
1. Las fracturas no desplazadas de la pared sinusal anterior no requieren tratamiento
quirúrgico.
2. Las fracturas desplazadas de la pared anterior requieren una reducción e inmovilización
fragmentaria, junto con la extirpación de la mucosa adyacente, para evitar su atrapamiento en el
foco de fractura. Si no son tratadas, una vez reabsorbido el hematoma y el edema pos-
traumático, se observará una deformidad residual permanente. Si existe una pérdida ósea
significativa, debe ser reparada mediante injertos óseos autólogos.
3. Las fracturas del conducto nasofrontal deben ser tratadas mediante extirpación completa de
la mucosa sinusal, seguida de obstrucción del conducto y obliteración sinusal. La osteoneo
génesis y los injertos libres de grasa abdominal son procedimientos de elección,
seleccionándose uno u Otro en función de las preferencias del cirujano.
4. Las fracturas de la pared posterior sin desplazamiento o con desplazamiento mínimo, sin
fístula de líquido cefalorraquídeo, no precisan tratamiento. Si existe una fístula, debe esperarse
su resolución espontánea entre 4 y 7 días. En caso de no producirse, debe procederse a una
reparación de la herida dural, seguida de una reducción de los fragmentos. Si el conducto
nasofrontal se halla afectado, debe pro cederse a una extirpación completa de la mucosa,
seguida de obliteración sinusal. Si existe una pérdida ósea superior al 25% de la pared sinusal
posterior, la técnica de elección es la cranealización.
5. En las fracturas through-and-through el tratamiento de elección es la cranealización.
9.3.5. Complicaciones
Debidas principalmente a una obstrucción del conducto nasofrontal y/o a una comunicación con
la fosa craneal anterior son clasificadas por Rohrich y Hollier en precoces y tardías. Son
consideradas como precoces o tempranas las acontecidas en los 6 primeros meses tras la
producción de la fractura, y destacan entre ellas la sinusitis frontal y la meningitis. En un 5% de
pacientes se observan dolor pos toperatorio y cefalea frontal, sin una causa aparente. La
prevalencia de meningitis llega a ser del 6 al 9%. Una infección del seno frontal puede
diseminarse al interior de la cavidad craneal tan rápidamente que con frecuencia la situación
clínica llega a ser avanzada antes de que la complicación haya podido ser diagnosticada. La
patogenia de las complicaciones sépticas intracraneales de las sinusitis frontales es la siguiente:
el drenaje venoso de la mucosa sinusal se efectúa por pequeñas venas diploi cas que discurren
a través de las paredes óseas para desembocar en venas durales (pared posterior),
periorbitarias (suelo sinusal) y periostales frontales (pared anterior). Las venas durales
desembocan en el seno sagital, al igual que las venas corticales cerebrales. Una sinusitis frontal
puede ocasionar una tromboflebitis séptica retrógrada, por medio de la cual se produce un paso
de microorganismos al espacio subdural. Por embolízación séptica retrógrada, o por invasión
directa (a través de una fístula óseo dural, en los casos en que existe una fractura de la pared
posterior), puede originarse un absceso cerebral. Además, una osteitis de la pared sinusal
posterior puede ocasionar, por extensión directa, un absceso epidural, colección supurada
situada entre el hueso y la duramadre. Si se rompe su límite pro fundo, el pus se sitúa entre la
duramadre y la aracnoides, dando lugar a un empiema subdural. Análogamente, una osteitis del
suelo o de la pared sinusal anterior puede dar lugar a la formación de un absceso periorbitario o
pericraneal (tumor de Pott). La sinusitis frontal se manifiesta por dolor y sensibilidad en la frente.
Debe ser tratada median te antibióticos y descongestivos nasales, pero si la situación persiste,
debe ser sometida a un tratamiento quirúrgico que, habitualmente, consistirá en una obliteración
sinusal. Las manifestaciones clínicas del absceso epidural suelen ser discretas, y habitualmente
se suman imperceptiblemente a las de la sinusitis frontal. La distensión dural provoca
sensibilidad e incrementa la cefalea. El empiema subdural ocasiona una inflamación de las
leptomeninges y de la parte superficial del córtex cerebral. El pus se dísemina en sentido
posterior, siguiendo un curso progravitatorio, facilitado por la postura del paciente encamado,
extendiéndose a lo largo de la cara orbitaria del lóbulo frontal, y acumulándose en la cisura
interhemisférica. Se manifiesta clínica mente por: 1. Fiebre y leucocitosis, 2. Signos de in tación
meníngea, 3. Signos de hipertensión intra craneal (cefalea generalizada, hipertensión,
bradicardia, náuseas, vómitos, disminución del nivel de conciencia), y 4. Signos y síntomas
neurológicos focales evocadores de una masa supratentorial expansiva, comparables a los
exhibidos por una neo plasia o un hematoma subdural. Cuando resulta com primido el córtex
motor pueden aparecer convulsiones, así como debilidad en las extremidades que progresa
hacia una hemiplejía, eventualmente acompañada de una parálisis facial supranuclear. Puede
producirse una parálisis de la abducción ocular y en fases posteriores una midriasis, evocadora
de una heriación transtentorial. Cuando se desarrolla un absceso cerebral, los signos sistémicos
de infección suele ser mínimos, con fiebre discreta o inexistente. El abs subsecuente a una
Sinusitis frontal se localiza en el lóbulo cerebral homónimo, el cual es un área neurológicamente
silente, por lo que su traducción clínica suele verse limitada a cambios Sutiles de la conducta.
La porción cerebral que circunda al absceso puede mostrar un edema severo, lo que ocasiona
signos de hipertensión intracraneal. En función de la localización del mismo, pueden observarse
convulsiones y signos neurológicos deficitarios. Añadida a los abscesos precitados, puede
presentarse una trombosis del seno sagital, que ocasiona una afectación del córtex parasagital,
traducida en convulsiones o debilidad de las extremidades inferiores.
Entre las complicaciones tardías, aparecidas pasa dos 6 meses, se encuentran: el mucocele, el
mucopiocele y las complicaciones sépticas intracraneales de este último, superponibles a las
enunciadas en el período anterior. Los mucoceles pueden desarrollarse en los 6 primeros
meses, o pueden hacerlo tan tardíamente como 40 años tras el traumatismo. En este grupo se
incluía anteriormente el defecto frontal estético subsiguiente a la fractura, cuya prevalecia era de
un 5%. Ello podía ser debido a una ausencia de tratamiento o, en los casos tratados, a la
endeblez de los alambres empleados en las osteo síntesis. Actualmente, con los medios de
fijación interna rígida disponibles, esta complicación posee un mero carácter testimonial. En
relación con el traumatismo frontal o con la cirugía, especialmente cuando el seno es abordado
mediante una incisión ciliar, puede observarse una anestesio o disestesia en el territorio
inervado por el nervio supraorbitario, presente en el 8% de los casos, al menos un año después
del traumatismo.
FRACTURAS DEL CIGOMÁTICAS Y ORBITARIAS
10.1. Fractura del cigoma
Afectan al complejo formado por el malar y el arco cigomático. Por su posición prominente en la
cara, el cigoma se halla muy expuesto a los traumatismos, lo que justifica que sus fracturas
sean las más frecuentes del macizo mediofacial (49%). Involucran a la órbita, y con frecuencia
se propagan al maxilar superior.
Las fracturas del hueso malar (fracturas cigomáticas, fracturas cigomáticomaxiI o fracturas cigo
máticoorbitarias) han sido frecuentemente califica das como fracturas tripódicas, en atención al
hecho de que en ocasiones se ven involucradas las articulaciones de este hueso con el frontal,
el temporal y el maxilar superior. No obstante, ello pasa por alto la articulación que también
existe con el ala mayor del esfenoides, por lo que algunas fracturas del malar son más
propiamente retrapódicas. Las fracturas de este hueso son, por definición, fracturas del suelo y
de la pared externa de la órbita (figura 10.1). Ello condiciona, junto con las repercusiones
estéticas derivadas de su desplazamiento, la exigencia de lograr una rigurosa reducción del
fragmento o fragmentos desplazados que permita la restauración no sólo de la apariencia facial,
sino de la estática y dinámica ocular potencialmente alteradas.
10.1.1. Etiopatogenia
En una revisión de 48 casos de fracturas mala res seleccionadas por la completa información y
seguimiento registrados sobre ellas, Ellis y dumkerng observaron que II casos (23%) se
presentaron en mujeres y los 37 restantes (77%) en varones. La edad media de presentación
fue de 34 años (DE 8,4; rango: 12 a 62) y las causas registradas en la muestra global fueron:
agresiones (54%), accidentes relacionados con vehículos de motor (38%), caídas casuales (6%)
y accidentes deportivos (2%). Entre las mujeres la causa más frecuente fueron los accidentes
de tráfico, mientras, que en los varones la causa principal fueron las agresiones. Según la
energía liberada por el agente vulnerante, su superficie y la dirección en que actúa se
producirán lesiones y desplazamientos de magnitud variable. Cuando las fuerzas actúan
lateralmente, el cigoma, o los fragmentos resultantes de su fractura, se desplazan medialmente,
intruyéndose en la órbita y seno maxilar, con grados variables de rotación. Si el agente
vulnerante actúa específicamente sobre el arco cigomático, y es capaz de vencer su resistencia,
lo fractura, hundiéndolo en la temporal y estenosando el orificio cigomático (fractura en varo de
Vaillant) (figura lO.2a). Cuando la fuerza de impacto actúa frontalmente, el malar se desplaza
dorsalmente, y el arco cigomático, suele dividirse en dos fragmentos, susceptibles de
experimentar un desplazamiento lateral (fractura en valgo de Vaillant) (figura 10.2b). Si la fuerza
traumática actúa oblicua o tangencialmente sobre el malar, desde un acceso craneal, el hueso
se desplaza caudalmente, Oponiéndose a este movimiento, la aponeurosis temporal, insertada
en el arco cigomático. Según el desplazamiento experimentado por el cigoma, la cavidad
orbitaria se verá agrandada o empequeñecida, lo que junto con la interferencia funcional, lesión
o desplazamiento de estructuras adyacentes dará lugar al cuadro clínico propio de estas
lesiones.
10.1.2. Clasificación
Knight y North (1961) revisaron 120 casos de fracturas malares y las clasificaron en seis grupos:
Grupo I (6%): fracturas no desplazadas del malar.
Grupo II (10%): fracturas del arco cigomático.
Grupo III (33%): fractura del malar, con desplazamiento del mismo hacia atrás, abajo y
adentro; sin rotación.
Grupo IV (11%): fractura malar, con rotación medial del hueso fracturado. En este grupo,
distinguen dos tipos:
Tipo A: el reborde infraorbitano se ve desplazado hacia abajo.
Tipo B: a nivel de la sutura frontomalar, el hueso se desplaza hacia dentro.
Grupo V (22%): fractura del cigoma, con rotación lateral. Incluye nuevamente dos tipos:
Tipo A: desplazamiento superior del reborde infraorbitario.
Tipo B: desplazamiento lateral de la apófisis frontal.
Grupo VI (18%): fracturas complejas del malar.
Zingg y cols. (1992) clasifican las fracturas cigomáticas, tras una revisión retrospectiva de 1025
fracturas consecutivas, en tres patrones:
Tipo A: fractura cigomática incompleta (figura 10.2) Los traumatismos de baja energía
causan con frecuencia fracturas parcelares del malar, distinguiéndose tres subtipos:
Fractura aislada del arco cigomático.
Fractura de la pared orbitaria externa.
Fractura del reborde infraorbitario.
Salvo el fragmento involucrado, el resto del malar no se desplaza, debido a que sus
articulaciones permanecen intactas.
Tipo B: fracturo cigomática completa monofragmentaria (fractura tetrapódica) (figura 10.2).
La fractura involucra a la articulación del malar con el maxilar superior, temporal, esfenoides y
frontal, desplazándose en bloque.
Tipo C: fractura cigomática multifragmentaria (figura 10.2). Semejante al tipo B, pero
hallándose el cigoma fragmentado en numerosas porciones.
Las proporciones relativas, referidas por los auto res proponentes de la presente clasificación,
son: tipo A, 8% tipo B, 57% y tipo C, 35%.
10.1.3. Clínica
Los signos y síntomas que pueden ser encontrados en las fracturas del cigoma son los
siguientes:
Aplanamiento del relieve del pómulo.
Equimosis periorbitaria y subconjuntival (localizada en los cuadrantes externos). Persiste
durante 4 a 6 semanas, desaparece gradual mente y conserva hasta el final su color rojo, pues
la hemoglobina de los hematíes extravasados puede oxigenarse directamente a través de la
conjuntiva.
“Escalón” palpable y sensibilidad en el reborde orbitario inferior o externo.
Enfisema en los tejidos blandos adyacentes especialmente en el párpado inferior.
Diplopia (figura 10.3).
Enoftalmos. Cuando el desplazamiento del malar provoca un aumento del volumen orbi
tuno, o cuando la grasa situada por detrás del ecuador del globo ocular se desplaza hacia el
seno maxilar, se produce un enoftalmos.
Exoftalmos. Cuando el cigoma se desplaza medialmente, reduce el volumen orbitario,
ocasionando un exorbitismo potencialmente magnificado por el hematoma fracturario.
Alteración de la estática palpebral. Si el malar fracturado y desplazado engloba la apófisis
frontal, el descenso del hueso arrastrará con sigo al ligamento palpebral externo (figura 10.3) y,
por consiguiente, al párpado superior hacia abajo y afuera (oblicuidad antimongoloide),
provocando una falsa ptosis.
Anestesia en el territorio inervado por el nervio infraorbitario.
Epistaxis unilateral. Puesto que el ostium sinusal se encuentra en el meato medio, la sangre
acumulada en el seno maxilar necesita alcanzar su nivel para rebosar hacia la fosa nasal, por lo
que la epistaxis acontece de forma diferida, tras un período de latencia después del
traumatismo.
Trismus, equímosis vestibular superior ipsilateral e irregularidad palpable en el arbotante
maxilo – malar. Un desplazamiento medial del malar. Un desplazamiento medial del malar
fracturado reduce el diámetro transversal del agujero cigomático, interfiriendo con los
movimientos de la apófisis coronoides, que también puede hallarse fracturada (fractura
cigomáticomandibular), limitando la amplitud de la apertura oral y la laterodesviación mandibular
ipsilateral Si el paciente tenía la boca abierta en el momento de producirse el traumatismo, y el
desplazamiento medial del malar es importante, puede existir una imposibilidad manifiesta para
cerrar la boca.
La fisiopatología de algunos de estos signos será detallada en relación con las fracturas del
suelo orbitario.
10.1.4. Diagnóstico
Anamnesis Debe prestarse una atención especial al mecanismo que ha ocasionado la fractura.
Cuando éste es de baja velocidad, las fracturas resultantes suelen ser parciales o, al menos,
escasamente desplazadas Si, por el contrario, es de elevada velocidad, su gran energía cinética
le permite ocasionar destrozos importantes en el hueso (fracturas conminutas, grandes
desplazamientos) y en los tejidos o estructuras adyacentes (piel, globo ocular) o próximas (cara,
raquis cervical).
2. Exploración física. Debe incluir los siguientes aspectos:
Inspección y palpación del hueso malar y del reborde orbitario, en busca de signos
fracturarios. Si no se efectúa inmediatamente después del accidente, será preciso esperar
varios días para poder apreciar la magnitud de la fractura y de los desplazamientos producidos,
pues en el ínterin se hallarán enmascarados por el edema que se instaura rápidamente.
Examen oftalmológico.
Exploración de la sensibilidad cutánea en los territorios inervados por los nervios
infraorbitario y témporomalar
Medición de fa amplitud de la apertura oral y examen de la oclusión dentaria.
3. Exploración radiográfica. Se comienza con un examen guiado por la exploración física,
median te proyecciones convencionales:
Caldwell: permite estudiar la sutura cigomáticofrontal.
Waters: ofrece una buena proyección frontal de la totalidad del malar, permitiendo analizar
con detalle el reborde infraorbitario y el arbotante maxilo-malar (figura 10.4).
Hirtz o submento- vertex: ofrece una proyección completa del arco cigomático (figura 10.5).
Si la exploración física y el análisis radiográfico referido no muestran fracturas, el proceso
diagnóstico ha tocado a su fin. Igualmente si se detecta una fractura aislada del arco cigomático.
Pero si se evidencia una fractura cigomaticoorbítaría, debe practicarse una tomografía
computadorizada (TC) axial y coronal, para determinar:
a) La magnitud del desplazamiento del hueso fracturado.
b) La posible existencia de fracturas orbitarias asociadas.
El enoftalmos postraumático es atribuido habitualmente a un incremento del volumen orbitario.
En las fracturas del malar ello es debido usualmente a un desplazamiento lateral del hueso
fracturado, o también a fracturas concomitantes del suelo o la pared medial de la órbita. Si bien
el edema postraumático puede enmascarar el problema, la existencia de un enoftatmos
prequirúrgico exige descartar la existencia de fracturas orbitarias asociadas, subsidiarias de
reconstrucción simultánea al tratamiento de la fractura malar. La TC se configura así como la
técnica clave (figura 6.4) que permite estudiar preoperatoriamente, con total validez, la
indicación de extender la cirugía a la órbita. Gracias a ella, la necesidad de explorar
quirúrgicamente la órbita, en busca de fracturas no diagnosticadas, ha descendido de un 90 a
un 30%, en un período de cinco años (Covington).
10.1.5. Tratamiento
Cuando el estudio preoperatorio mediante TC descarta la existencia de una fractura asociada de
la pared orbitaria interna, los pasos recomendados son los siguientes:
1. Reducción. Si la fractura es estable: fin del tratamiento (figura 10.6).
2. Si la reducción es inestable, se expone el arbotante maxilo-malar por vía intraoral, y se
coloca en él una placa ósea (Ellis refiere estabilizar el 31% de las fracturas cigomáticas, y
Covington entre el 30 y el 40% de ellas, mediante un solo punto de fijación). Si es esta ble se
detiene el proceso, pero si no lo es...
3. Se expone la región frontocigomática y se coloca en ella una placa (figura 10.7). Si en este
punto persiste la inestabilidad, o no existe seguridad de haber logrado una adecuada reducción,
se efectúa una...
4. Exposición del reborde infraorbitario y/o del arco cigomático, con osteosíntesis dé los
mismos.
10.2. Fracturas orbitarias
10.2.1. Clasificación
Tessier y Rougier clasifican las fracturas orbitarias en los siguientes grupos:
1. Fronto-orbitarias. Involucran al reborde supraorbitario, al techo de la órbita, al seno
frontal, ya veces al etmoides o al ala mayor del esfenoides.
2. Maxilomalares. Afectan al malar y se propagan al maxilar superior. Son, por definición,
fracturas del suelo orbitario.
3. Nasoetmoidomaxilares (o dislocaciones orbitonasales). Afectan al complejo óseo nasoet
moidal.
4. Fracturas o disyunciones cranaofaciales. Corresponden a las fracturas de Le Fort III y II,
en las que se halla involucrada la órbita.
5. Fracturas aisladas de un reborde o una pared.
Converse distingue dos tipos de fracturas orbitarias en función de su mecanismo de producción:
a) Fracturas por impacto directo. En ellas un traumatismo, ejercido sobre el malar o algún Otro
punto del reborde orbitario, se irradia a una o más paredes orbitarias.
b) Fracturas por blow. En su forma usual, un impacto propiciado por un objeto romo (por
ejemplo, puño, pelota de tenis, etc.) sobre el reborde orbitario y el polo anterior del globo ocular,
deforma este último, generando una hiperpresión en la órbita, que transmitida a sus paredes es
capaz de ocasionar la fractura de una o más de ellas, habitualmente la inferior y/o la interna,
provocando un desplazamiento centrífugo de los fragmentos (fractura blow out de Converse y
Smith o fractura deprimida de Dingman y Natvig). Este mecanismo es denominado también blow
puro, para diferenciarlo del impuro, en el que a la fractura precedente se le asocia otra del
reborde orbitario, causada por un mecanismo directo. En ocasiones el traumatismo facial
provoca una hiperpresión perior bitada, por ejemplo en el seno maxilar, fractuándose el suelo
orbitario y desplazándo los fragmentos resultantes hacia el interior de la órbita, situación
conocida como fractura blow in de Converse y Smith o fractura elevada de Dingman y Natvig.
En las fracturas tipo blow out, se bernia parte del con tenido orbitario a través del defecto creado
(figura 10.8). En algunas ocasiones, tras producirse la fractura, los fragmentos desplaza dos
reducen espontáneamente su desplaza miento, lo que provoca un atrapamiento de los tejidos
herniados en el foco de fractura. Estas fracturas, denominadas en rrap-door por Soil y Polley,
requieren un tratamiento urgente para evitar la isquemia de los músculos y anexos
extraoculares que daría lugar a la formación de cicatrices fibrosas capaces de ocasionar un
déficit funcional permanente (síndrome de retracción de Rougier).
10.2.2. Clínica
Las manifestaciones clínicas de las fracturas orbi tarjas dependen de las paredes involucradas.
a) Fracturas fronto-orbitarias
Meningoencefalocele orbitario.
Lesiones meníngeas con salida de líquido cefalorraquídeo.
Neumatocele.
Anosmia.
Ceguera, si la fractura se propaga al conducto óptico y lesiona el nervio óptico. Además
cursará con abolición del reflejo fotomocor y conservación del reflejo consensual.
Si la fractura afecta a la hendidura esfenoidal puede dar lugar a las siguientes
manifestaciones (síndrome de la hendidura esftnoidal de HIRSCHFELD) (tiguralo.9):
Anestesia comeal y palpebrofrontal, y dolor retro-orbitario, por afectación de las
ramas lagrimal y frontal del nervio oftálmico. El reflejo comeal puede hallarse abolido.
Oftalmoplejia extrínseca y ptosis (figura 10.10), por afectación de los nervios
oculomotores. La ptosis palpebral es debida también a una hipotonia del músculo de Müller.
Protrusión del globo ocular y midriasis. La proptosis se debe a una hipotonia de los
músculos extraoculares, pudiendo participar también en su génesis un hematoma retrobulbar,
una compresión de la vena oftálmica o una fractura tipo blow-in. La lesión de los nervios ciliares
y de las fibras parasimpáticas englobadas en el III par ocasionan una oftalmoplejia intrínseca y
una midriasis. Cuando al cuadro descrito se le asocia una lesión del nervio óptico se habla de
síndrome del apex orbitario.
Diplopia, por desinserción o colapso de la polea del músculo oblicuo mayor.
Ptosis, por lesión del elevador palpebral.
Síntomas vinculados con una fractura del seno frontal.
En las fracturas del techo orbitario también se ha descrito la presencia de exoftalmos
pulsátil.
b) Fracturas maxilomalares y fracturas del suelo orbitario aisladas (blow out. blow ja, trap-door)
Se caracterizan por las siguientes repercusiones anatómicas y clínicas:
Solución de continuidad del suelo orbitario.
Herniación del contenido orbitario (grasa, expansiones fasciales de las vainas de los
músculos recto inferior y oblicuo menor) en el seno maxilar.
Incarceración de los elementos extravasados y adyacentes, en el foco de fractura y en la
fibrosis resultante del edema y hematoma intraorbitarios.
Lesión del nervio infraorbitario.
Cambios en la estática del globo ocular. La posición que ocupa el globo ocular en la
órbita, en sentido anteroposterior, depende de los siguientes factores:
Grasa retroocular,
Balance entre el tono de los músculos rectos, que efectúan una tracción posterior
sobre el globo ocular, y de los oblicuos, que son antagonistas de los precedentes, mediante una
tracción anterior.
Integridad de los ligamentos formados por expansiones de las vainas de los
músculos rectos externo e interno.
Presión atmosférica e hidratación tisular.
La anomalía estática ocular más frecuentemente encontrada en las fracturas orbitarias es el
enoflalmos. Clásicamente se le consideraba debido a una solución de continuidad en una de las
paredes orbitarias, habitualmente la inferior, con bernia de la grasa orbitaria hacia el seno
maxilar. Actualmente se sabe que si bien la razón precitada puede ser importante, la causa
principal del enoftalmos es el aumento del volumen orbitario provocado por una fractura no
tratada o tratada de forma subóptima. El ecuador del globo icular se extiende desde el reborde
orbitario externo hasta el hueso lagrimal, inmediatamente por delante de la lámina papirácea del
etmoides. Las dos terceras partes de la grasa orbitaria son anteriores al ecuador ocular, de
modo que aunque se hernie hacia el seno maxilar, no provocará un hundimiento del globo
dentro de la órbita. Sin embargo, toda la pared externa de la órbita, la porción etmoidal de la
interna y la parte posterior del suelo están por detrás del ecuador ocular. El desplazamiento
hacia fuera de estas estructuras aumenta el volumen orbitario Ocasionando un enOftalmos Por
ejemplo, una fractura blaw out, con un desplazamiento medial de la lámina papirácea del
etmoides o un desplazamiento caudal del suelo orbitario, de 3 mm, provoca un aumento de un
5% del volumen orbitario, ocasionando un enoftalmos de 1 a 1,5 mm. En las fracturas del suelo
orbitario, raras veces puede verse un exofialmos en lugar del referido enoftalmos y, cuando se
aprecia es debido a un hematoma orbitario o a un desplazamiento ocular por un fragmento
óseo.
Cambios en la dinámica ocular. La incarceración de las expansiones fasciales de los
músculos recto inferior y oblicuo menor, provoca una limitación del movimiento de ascenso
ocular, con la consiguiente diplopia vertical. Esta situación puede evidenciarse mediante el tes
de rracciónfor Consistente en aprehender con una pinza el músculo recto inferior a través de la
conjuntiva —7 mm por debajo del limbo esclerocorneal y traccionar de él, para elevar
pasivamente el globo ocular. Si el músculo está atrapado en un foco de fractura o parte de él se
halla sustituido por tejido conectivo, el recorrido del globo ocular se verá disminuido.
Hipo o anestesio infraorbitaria
Equímosis periorbitarja y subconjuntjval.
c) Las fracturas nasoetmojdomaxilares y las fracturas transfaciales
Han sido analizadas en los capítulos 8 y 9, por lo que no haremos aquí una descripción
redundante de su clínica. Las fracturas aisladas de una parte del reborde orbitario cursan con
una deformidad visible y palpable, así como con los habituales edema y equímosis.
Mención especial merecen las lesiones Oculares que se presentan entre el 15 y el 40% de los
traumatismos orbitarios y exhiben una gravedad y topografía variables en función de las
estructuras involucradas y de la severidad lesional:
Músculos extraoculares: edema, contusión, hematoma, herida, lesión de sus pedículos
nerviosos, incarceración en un foco de fractura.
Conjuntiva:
Hemorragia
Quemosis (edema)
Córnea: abrasión o laceración.
Contusión del segmento ocular anterior. El hipema es una hemorragia Ubicada en la
cámara anterior del globo ocular. Aparece aproximadamente en el 10% de los pacientes con un
traumatismo óculo-orbitario. La sangre puede llenar la cámara ocular anterior o colecciona tan
sólo en su parte inferior. Suele reabsorberse en 5 o 6 días, si bien se produce un resangrado
sin trauma concomitante en hasta un 38% de los pacientes. El hipema puede dar lugar a dos
complicaciones: 1º. Aumento de la presión intraocular, temporal o, en casos graves,
permanente, ocasionando entonces un glaucoma y atrofia óptica. 2. Pigmentacj corneal que, en
casos severos, llega a opacificar la córnea.
Modificaciones del diámetro pupilar (midriasis, miosis) por inflamación del iris y del
cuerpo ciliar o por rotura del esfínter del iris.
Recesión del ángulo iridocorneal El humor acuoso es drenado de la cámara anterior del
globo ocular mediante filtración a nivel del endotelio del ángulo iridocorneal, pasando
posteriormente a los espacios de Fontana, y finalmente al conducto venoso de Schlemm. Un
traumatismo puede afectar al ángulo iridocorneal, interfiriendo con el drenaje del humor acuoso,
dando lugar a un glaucoma, incluso una década o más tras el accidente.
Si se rompe más del 25% de las fibras zonulares que rodean al cristalino, anclándolo al
cuerpo ciliar, puede subluxarse hacia la cámara anterior o posterior del globo ocular. En caso de
que resulte incarcerado en la pupila, impedirá el drenaje del humor acuoso, ocasionando un
glaucoma.
Catarata
Roturo escleral. Ocasiona una hemorragia en la cámara ocular anterior con quemosis y
ojo de consistencia blanda.
Contusión del segmento ocular posterior, acompañada de hemorragia vítrea.
Commitio retinae. Un traumatismo puede ocasionar edema y hemorragia retiniana,
susceptible de recuperarse o seguirse de atrofia y necrosis de las zonas involucradas. Como
secuelas pueden persistir quistes u hoyos maculares, que provocan una reducción de la
agudeza visual y un escotoma central.
Entre el 3 y el 5% de los casos se produce un desprendimiento de retina,
frecuentemente diferido.
Oclusión de la arteria central de la retina. Provoca una pérdida de agudeza visual. A la
exploración del fundus se aprecia una palidez del nervio óptico, con arteriolas estrechas y
palidez retiniana difusa.
Lesión del nervio óptico. Su lesión puede producirse a nivel intraorbitario, intracraneal o
en el conducto óptico, y puede ser debida a: 1º Hemorragia intraneural, 2.° Sección nerviosa,
parcial o completa, particularmente frecuente en fracturas de la pared orbitaria externa, 3.°
Compresión nerviosa por fragmentos óseos, y 4.° Necrosis neural contusiva. Asimismo, la lesión
nerviosa puede ser latro génica, ocasionada en el intento de reparación fracturaria.
10.2.3. Diagnóstico
1. Inspección y palpación del reborde orbitario.
2. Exploración del globo ocular: párpados, pupilas, forma, tamaño, reflejos: test de Marcus-
Gunn, agudeza visual, cámaras anterior y posterior del globo ocular, motilidad ocular.
3. Exploración radiográfica de la órbita:
a) Radio grafios convencionales: Waters y lateral de cráneo y cara. En ellas pueden
observarse:
Signos directos: línea de fractura única o múltiple, así como fragmentos desplaza
dos.
Signos indirectos:
Agrandamiento orbitario.
Fractura malar.
Diastasis frontomalar.
Fractura frontal.
Fractura nasoetmoidal.
Deformidad del reborde orbitario inferior.
Signo de la gota colgante: imagen vinculada con el suelo de la órbita,
caracterizada por la presencia de una opacidad suspendida desde el mismo.
b) Tomografía computadorizada axial y coronal. Es recomendable practicarla
rutinariamente para determinar la extensión de las fracturas, así como la posible existencia de
fracturas aso ciadas. Por ejemplo, el 50% de las fracturas blow out del suelo orbitario tienen
asociada una fractura de la pared orbitaria interna.
c) Ecografía. Útil para detectar fracturas orbitarias, se muestra muy eficaz en la
exploración del globo ocular (profundidad de la cámara anterior, luxación del cristalino, cuerpos
extraños, hemorragia vítrea, desprendimiento retiniano...).
d) Resonancia Magnética.
Imaginá que estas de guardia y el traumatólogo te muestra la placa de un paciente y como única
referencia te cuenta que estaba caminando y al ser asaltado recibió un balazo en la cabeza.
¿Qué podés decir de la placa radiográfica? ¿Dónde se encuentra el proyectil?
Articulaciones
Concepto Clásico De Articulación Temporomandibular (Atm)
Un disco articular o menisco con dos caras , una anterosuperior y otra posteroinferior;
dos extremidades, una medial y otra lateral; dos bordes, uno anterior y otro posterior; y
un área bilaminar retrodiscal
Una cápsula unida al disco, que divide el espacio articular en dos: espacio articular
superior y espacio arti cular inferior. En la parte anterior, la cápsula es atravesada y
sustituida por la presencia del vientre supe rior del músculo pterigoideo lateral que
viene a insertarse en el borde anterior del disco.
Tres ejes instantáneos de movimiento: uno transversal, otro sagital y otro vertical que
atraviesan el cóndi lo mandibular. Según algunas descripciones clásicas, la mandíbula
se comporta funcionalmente como
una palanca de tercer género (como una pinza), donde el punto de fulcro y, por lo tanto
la fuerza, estaría localizado en la propia ATM, la potencia en el centro (vendría
representada por la fuerza de los músculos elevadores) y la resistencia en el extremo la
ofrecería el alimento interpuesto entre los dientes.
Los conceptos clásicos entrañan seis paradigmas aceptados universalmente, que
en realidad son paradojas:
La ATM es una articulación atípica. Sólo ella y ninguna otra puede ser definida
como una articulación "condílea con un característico desplazamiento anterior".
La cápsula articular se halla atravesada en la parte anterior por el vientre
superior del músculo pterigoi deo lateral. Como caso excepcional, en el aparato
locomotor humano, un músculo atraviesa una cápsula o sustituye una de sus partes.
El área retrodiscal posee vasos, nervios y tejido conjuntivo, en situación
intracapsular, también como caso excepcional.
Cada ATM tiene tres ejes de movimiento que se desplazan cada vez que el cóndilo se
desplaza, y por ello se denominan "ejes instantáneos de movimiento". Es decir, pueden
ser considerados como infinitos ejes de movimiento, algo excepcional en una
articulación.
Los movimientos en masa de la mandíbula son producto de los movimientos
condilares, de manera que el incisivo inferior, extremo de uno de los dos miembros
articulares, es capaz de barrer un volumen (la bana na de Posselt), algo que resulta
paradójico porque no sucede ni tan siquiera en el hombro, la articulación sinovial de
más alto grado de movimiento dentro del aparato locomotor humano.
La mandíbula es una palanca de tercer género. Esto implica que por el punto de
fulcro, es decir, por la arti culación temporomandibular, tendrían que pasar
necesariamente una serie de fuerzas para las que las estruc turas articulares no se hayan
preparadas.
Por parte del hueso temporal : el tubérculo articular del mismo, con forma en silla cíe
montar cóncava lateromedialmente y con vexa anteroposterior. La vertiente posterior de
esta silla de montar forma parte de la fosa mandibular.
Por parte del disco articular: la cara antero-superior del mismo con forma de silla de
montar, y en sentido contrario a la del tu bérculo articular del temporal, cóncava ante-
roposteriormente y convexa laterome dialmente (fotografías 7.2 y 7.3).
Las dos superficies articulares en situación de normalidad se hallan cubiertas por
tejido fibroso.
B) Cápsula
Está constituida por un manguito fibroso con tinuo que se inserta del lado temporal por
fuera de todo el borde de la superficie articular en silla de montar del temporal y del
lado meniscal por fue ra de todo el borde de la superficie articular de la cara
anterosuperior del disco. La zona posterior de la cápsula corresponde a la lámina
superior de la zona bilaminar de Rees. Esta cápsula tiene la par ticularidad de que las
inserciones de sus bordes lateral y medial en el lado meniscal se confunden con las
inserciones de los bordes lateral y medial de la cápsula discocondilar justo donde las
fibras se insertan en los polos lateral y medial del cón dilo respectivamente
C) Sinovial
Aparece recubriendo internamente la cápsula, adaptándose a la morfología de ésta.
D) Ejes de movimiento
Dado que nos encontramos ante una articula ción típica en encaje recíproco, como la
trapecio-metacarpiana, existen dos ejes de movimiento. En el plano lateral, un eje
lateromedial de flexión/ex tensión, que pasa por el tubérculo articular del tem poral,
entendiendo por flexión la aproximación del disco a las estructuras más rostrales, y por
extensión el alejamiento de tales estructuras. En el pla no frontal existe un eje
anteroposterior localizado en el cóndilo, un poco por encima del eje antero posterior de
la articulación discondilar, a través del cual el disco con respecto al temporal, realiza
movimientos de aproximación y separación, entendien do por aproximación cuando la
porción distal de un eje vertical al disco se aproxima a la línea media, y por
separación, lo contrario (figura 7.2)
FIGURA 7.2. Esquema de un CATM en corte longitudinal y corte frontal. Se hallan representados ejes de
movimiento A. Eje lateromedial de la articulacion temporodiscal (movimientos de flexión-extensión). B.
Eje anteroposterior de la articulación temporodiscal (movimientos de aproximacion-separacion ) C. Eje
lateromedial de la articulación discocondilar (movimientos de flexión- extensión). D. Eje anteroposterior
de la articulación discocondilar (movimientos de aproximación-separacion)
A) Superficies articulares
Son dos, una por parte del disco articular y otra por parte de la mandíbula:
— Por parte del disco articular, ¡a cara poste-roinferior del mismo. Es una verdadera cavidad glenoidea
donde articula el cóndilo mandibular y que se adapta a la forma y dirección de éste. La parte
articular de esta cara posteroinferior del disco es aproximadamente la mitad que la cara anterosuperior,
que es toda ella articular (figura 7.2).
B) Cápsula
Está constituida por un manguito fibros.o continuo que se inserta del lado discal por fuera de
todo el borde de la superficie articular de la cara posteroinferior del disco, y del lado mandibular, en el
cuello del cóndilo, descendiendo más por su parte posterior, y terminando su porción más interna, por fuera
de todo el borde de la superficie articular del cóndilo.
Los bordes lateral y medial del disco están íntimamente unidos respectivamente a los polos lateral y medial
del cóndilo, de manera que la cápsula a este nivel está integrada por verdaderas bridas muy cortas y fuertes que
mantienen unido el disco al cóndilo de manera íntima. En cambio, la cápsula en sus zonas anterior y posterior
es laxa (figura 7.1 y fotografía 7.4). En realidad, la zona posterior de la cápsula corresponde a la lámina
inferior de la zona bila-minar de Rees. Las bridas lateral y medial que unen el disco al cóndilo hacen que
aquél siga a éste en sus excursiones como la sombra sigue ai cuerpo. La disposición morfológica de la
cápsula permite que se produzcan fácilmente movimientos de flexión y extensión entre las dos superficies
articulares, según un eje Íateromedial que pasa aproximadamente por los polos condilares, lugar de
inserción de las bridas laterales y mediales (fiaura 7.1).
cóndilo a las estructuras más rostrales, y por extensión, lo contrario. En el plano frontal, un eje ante-ro-
posterior de aproximación/separación que pasa también por el cóndilo mandibular, entendiendo por
aproximación el acercamiento a la línea media de la porción inferior del cuello del cóndilo, y por separación,
lo contrario. Además, existe un eje vertical, con respecto al plano horizontal, que permite un ligero
movimiento de rotación del cóndilo dentro de su cavidad glenoidea (cara inferior del disco) (figura 7.2).
Según nuestros hallazgos, los movimientos mandibulares, es decir, condilares, serán la resultante de la
suma de los movimientos que se producen en la articulación en encaje-recíproco y en la articulación
condílea. Esto explica la imposibilidad de localizar ejes de giro condilar con respecto a la base del cráneo,
tanto en cuanto que por en medio tenemos dos articulaciones distintas.
Por otro lado, entendemos que la mandíbula no funciona como una palanca de tercer género. Durante la
masticación, las fuerzas pasan directamente desde las coronas de los dientes mandibulares a las coronas de
los dientes) maxilares, de modo parecido a como hace un martillo sobre un yunque. Las articulaciones
actúan, en condiciones de normalidad, controlando y limitando el movimiento mandibular a modo de
soporte de función, pero no se comportan como punto de fulcro de una palanca, dado que ello exigiría el paso
de unas fuerzas para las que morfológicamente no se encuentran preparadas. Existe de hecho un paso de
fuerzas en el sentido cóndilo-disco-tubérculo anicular (las trabéculas óseas tienen la orientación corres-
pondiente) durante los movimientos mandibulares o diducción, pero son fuerzas leves y no corresponden a
las leyes de punto de fulcro de una palanca de tercer género.
El disco o menisco articular es, por lo tanto, una elipse de tejido conectivo colágeno denso intercalado
entre tubérculo articular y cóndilo con una dirección oblicua. Posee una cara anterosuperior cóncava-
convexa, y una posteroinferior cóncava en todos los sentidos. Se comporta como una verdadera pieza
intermedia, ya que forma parte de dos articulaciones distintas. Su cara superior es una silla de montar que
pertenece a la articulación en encaje recíproco temporodiscal, y su cara inferior es una verdadera cavidad
glenoidea que pertenece a la articulación condílea discocondilar. Periféricamente a sus respectivas
superficies articulares se insertan sendas cápsulas, y sus extremidades o polos lateral y medial se hallan
íntimamente unidos a los polos del cóndilo mediante cortos y densos fascículos fibrosos. El estrato superior
y el estrato inferior de la zona bilaminar ya hemos indicado que no son más que las porciones posteriores de
las cápsulas temporodiscal y discocondilar respectivamente.
En su conjunto, el disco sobre el cóndilo toma la apariencia de un gorro de gaucho. La superficie
articular anterosuperior es aproximadamente el doble que la superficie articular posteroinferior, y la parte
anterior de esta cara posteroinferior recibe las inserciones de la mayor parte de las fibras del vientre
superior del músculo pterigoideo lateral (fotografía 7.6). El disco tiene distintos espesores, y así podemos
observar dos bandas gruesas, una banda Íateromedial anterior y una banda Íateromedial posterior algo más
gruesa que la anterior, con una zona intermedia fina entre ambas (figura 7.1).
Las pequeñas deformaciones discales que se precisan para que se puedan combinar los distintos
movimientos en las cuatro articulaciones, que han de actuar de manera sinérgica, determinan que este disco
en situación de normalidad esté constituido única y exclusivamente por tejido fibroso denso organizado en
fascículos orientados según los tres ejes del espacio.
2.2.-Ligamentos extrínsecos
No son verdaderos ligamentos articulares, dado que no tienen una relación directa con
ninguna de
las dos cápsulas articulares del CATM. Estos liga mentos extrínsecos contribuyen a
limitar ios movi mientos mandibulares. En algún caso se trata de restos embrionarios.
Son los siguientes:
-Ligamento pterigomandibular o rafe bucci-natofaríngeo.
-Ligamento esfenomandibular. Constituye la porción posterior de la aponeurosis inter-
pterigoidea y se continúa hasta el hueso mar tillo mediante un fascículo a través de la
fisura petrotimpánica.
-Ligamento estilomandibular. Va desde el borde externo de la apófisis estiloides has ta
el borde posterior del ángulo mandibular.
7.3.
3 .-Vascularización del CATM
Las articulaciones temporomandibulares reci ben abastecimiento sanguíneo
procedente de la carótida interna a través de sus ramas auricular posterior, faríngea
ascendente y temporal superfi cial; y de la maxilar interna a través de sus ramas
meníngea media, temporal profunda media y tim pánica.
7.-Movimientos de la mandíbula
Los movimientos de cada cóndilo son la resul tante de la suma de los movimientos que
se producen en la articulación en encaje recíproco y en la articulación condílea. Entre
tales movimientos se halla el movimiento de Bennet, que consiste en un ligero
movimiento de desplazamiento lateral con respecto a la base del cráneo.
Los movimientos en masa de la mandíbula representan el componente final de la acción
sinér-gica de las cuatro articulaciones que componen la cadena cinemática
craneomandibular: descenso y ascenso, propulsión y retropulsión, lateropulsión o
diducción (cuadro 7.2).
El mínimo descenso normal considerado en el varón es de 35 mm y, en la mujer, de 30
mm. La mínima lateropulsión considerada normal para ambos sexos es de 7 mm.
8.-Musculos de la masticación
Los músculos de la masticación, pares, actúan en otras funciones, además de en
la masticación, por ejemplo, en la pronunciación de cada palabra. Casi todos están
inervados por nervios de la raíz motora del trigémino. Aunque ninguno de los músculos
que intervienen en los movimientos man dibulares posee una acción pura y todos tienen
algún tipo de sinergismo con otros, podemos clasificarlos según la función
predominante en tres grupos:
Elevadores de la mandíbula: temporal (iner vado por ramas temporales del nervio
mandibular), masetero (inervado por la rama maseterina del nervio mandibular) y pteri -
goideo medial (inervado por ramas pteri-goideas del nervio mandibular).
Depresores de la mandíbula (actúan cuan do el hueso hioides queda fijo por la
acción de los músculos infrahioideos): milohioideo (inervado por el nervio
milohioideo), vien tre anterior del músculo digástrico (inerva do por el nervio
milohioideo) y genihioideo (inervado por el nervio hipogloso).
por ramas pterigoideas del nervio mandi bular). Algunas fibras del vientre superior
buscan inserción común con las del vientre inferior.
En una situación de normalidad, los músculos masetero y temporal alcanzan su máxima
potencia en posición mandibular de máxima intercus-pidación oclusal. En posiciones
oclusales fuera de la máxima intercuspidación, cuando existe guía anterior y guías
caninas, la fuerza de todos estos músculos disminuye, excepto en situación de retro-
pulsión forzada para la porción posterior del tem poral. Cuando existen contactos
oclusales en el lado de no trabajo, los elevadores se activan por encima de la
normalidad, y un incremento del número de contactos excéntricos aumenta la acti vidad
muscular, tanto durante la masticación como durante el cierre.
La acción del músculo pterigoideo medial es ele vadora, pero su actividad aumenta
también en un desplazamiento mandibular de lateropulsión con-tralateral, siendo en
este momento sinérgico con el vientre inferior del músculo pterigoideo lateral de su
propio lado.
El músculo pterigoideo lateral, descrito como lateralizador, posee dos vientres, el
superior y el inferior que en realidad actúan como dos múscu los distintos con acciones
antagónicas. El vientre superior, actúa durante el cierre de la boca, mien tras que el
vientre inferior actúa en el descenso man dibular. Según los clásicos, el vientre superior
atraviesa la porción anterior de la cápsula articular de la ATM para buscar el borde
anterior del disco. En realidad, este vientre no se inserta en el borde ante rior, sino que
lo hace en la mitad anterior de la cara posteroinferior del disco. Además, no atraviesa
la cápsula de la ATM, ya que según hemos demostrado existen dos cápsulas en ei
CATM que en el área discal se insertan una por encima y otra por debajo y detrás de las
inserciones del vientre supe rior del músculo, en el disco.
En el disco existen además en ocasiones inser ciones de fibras de los músculos masetero
y tem poral. También se han descrito uniones de la por ción profunda del músculo
masetero con la parte posterior del músculo temporal y el vientre supe rior del músculo
pterigoideo lateral.
9.-Conclusiones
El concepto clásico postula que la mandíbula se une al cráneo a través de dos
articulaciones temporomandibulares, una derecha y otra izquierda, cada una de tipo
condíleo, pero atípicas, puesto que posee un característico desplazamiento ante rior. El
nuevo concepto desarrollado por nuestro equipo de investigación de complejo articular
temporomandibular (CATM) muestra que la mandí bula se relaciona con el cráneo a
través de cuatro articulaciones, dos derechas y dos izquierdas.
Cada par, que denominamos CATM, está formado por una articulación en encaje
recíproco temporodiscal y una articulación condílea discocon-dilar. Cada una de las
cuatro articulaciones tiene superficies articulares, cápsula, membrana sino-vial y ejes
de movimiento propios. Las cuatro con forman la cadena cinemática craneomandibular
(CCC), de carácter cerrado. Los movimientos man dibulares (descenso y ascenso,
propulsión y retru sión, y lateropulsión) representan el componente final de la acción
sinérgica de toda la CCC.
El nuevo concepto de CATM, compuesto de dos articulaciones, viene corroborado por
su ori gen en dos blastemas embrionarios distintos. Nues tros trabajos en animales
demuestran que en los distintos tipos de mamíferos estudiados la mandí bula se une al
cráneo a través de cuatro articula ciones agrupadas en un CATM derecho y un CATM
izquierdo. Con el nuevo concepto ya no es preciso considerar las articulaciones
temporo-mandibulares como dos condíleas atípicas. Son cuatro articulaciones y se
hallan dentro de los
modelos de articulaciones sinoviales conocidos (dos son en encaje recíproco y dos son
condíleas), y están sometidas a sus leyes físicas. Con el con cepto de CATM desaparece
la antigua idea de que la mandíbula se mueve según tres ejes que cruzan cada cóndilo y
que se desplazan cuando éste lo hace ("ejes instantáneos de movimiento'^ infini tos).
Ahora resulta lógico que cualquier punto de la mandíbula sea capaz de barrer un
volumen (banana de Posselt) en relación con el cráneo, ya que de por medio existen
cuatro articulaciones. Por otro lado, ya no tenemos que considerar que el vientre
superior del músculo pterigoideo late ral atraviesa la considerada clásicamente "cápsu la
articular", dado que cada CATM posee dos cáp sulas, una para cada articulación, y el
músculo lo que hace es buscar la inserción en la pieza inter media, el disco. Finalmente,
de este modo queda demostrado que los abundantes vasos y nervios retrodiscales son
única y exclusivamente extraarticulares, y no intraarticulares (intracapsulares), como
se venía postulando.
HISTORIA CLÍNICA Y EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
EN LOS DESORDENES TEMPOROMANDIBULARES
INTRODUCCIÓN
La realización de la historia clínica basada en una anamnesis meticulosa y una exploración
completa tiene por objeto recoger los datos clínicos (síntomas y signos) de manera ordenada y
sistematizada. Anamnesis y exploración nos llevarán a un juicio clínico de presunción que
permitirá seleccionar los exámenes complementarios que conduzcan a realizar el diagnóstico.
La visión directa de las estructuras articulares mediante artroscopia o cirugía abierta es en
muchas ocasiones el único procedimiento de confirmación diagnóstica definitivo.Tales métodos
son invasivos y, por lo tanto, deben ser evitados en la fase de diagnóstico si no son
estrictamente precisos. Hoy conocemos que el nivel de correlación que puede existir entre el
juicio clínico basado en una buena anamnesis y exploración y los hallazgos por visión directa es
mejor que el que existe entre este último procedimiento y cualquier otro método de exploración
complementaria.
En definitiva, la historia clínica específicamente diseñada para el análisis de los desórdenes
temporomandibulares (DTM) tiene por objeto:
1. Confirmar el diagnóstico de DTM realizando el diagnóstico diferencial con otras
enfermedades y desórdenes paratemporomandibulares.
2. Verificar si se trata de una miopatía, de una artropatia o de ambas.
3. Llegar al diagnóstico concreto de la entidad nosológica específica dentro de los desórdenes
témpora-mandibulares míogénicos o artrogénicos correspondientes.
- Exploración
2.1. Inspección
Debemos hacer constar las deformaciones faciales y las asimetrías. Al enfermo se le
inspecciona de pie, en posición anatómica, para determinar la posición de la cabeza con
respecto al tronco, las desviaciones del cuello y columna dorsal y lumbar y las posibles
diferencias de altura de los hombros y de las crestas ilíacas. Es interesante realizar registros
fotográficos.
2.2. Palpación
En primer lugar palparemos músculos tanto derechos como izquierdos en reposo mandibular y
movimiento, comenzando por ambas inserciones y acabando por el vientre, en el siguiente
orden: masetero (M) en sus porciones superficial y profunda, temporal (Te), digástrico (D).
esternocleidomastoideo (E), trapecio (Tr) y finalmente, de modo intraoral, pterigoideo medial
(Pm) en sus inserciones mandibulares, y pterigoideo lateral (Pl), tratando de acercarnos a las
inserciones próximas a la región posterior de la tuberosidad maxilar manteniendo la boca
ligeramente cerrada
En situación de normalidad, con el paciente relajado, el músculo se deja amasar con facilidad,
no presenta bandas fibrosas, no duele y no aparece sensible bajo presiones relativamente
intensas de los dedos.
Las pruebas musculares contrarresistencia pueden realizarse al descenso mandibular, al
ascenso, a la anteropulsión y retropulsión y la lateropulsión. Suelen ser útiles para localizar un
posible dolor.
En segundo lugar palparemos lateralmente las articulaciones temporomandibulares derechas y
las izquierdas, tanto en reposo como en movimiento. La palpación de ambos lados puede
hacerse simultáneamente, colocando una mano a cada lado.
A continuación se realiza la palpación posterior de las articulaciones, introduciendo el dedo
meñique en el conducto auditivo externo con el pulpejo dirigido hacia la zona articular, primero
en el lado derecho y luego en el izquierdo, en reposo y en movimiento (fotografía 8.5).
2.3. Auscultación
Se realiza mediante un fonendoscopio aplicado en el área preauricular (fotografía 8.6). Los soni-
dos o ruidos articulares van a ser fundamentalmente de tres tipos: tipo chasquido agudo ("clic"),
tipo chasquido sordo ("pop") y crepitación ("chirrido"). Se registra en qué tipo de movimiento
mandibular y en qué momento suceden. Es un procedimiento extremadamente útil para el
diagnóstico y no invasivo, en grado importante de correlación con exámenes complementarios
más sofisticados.
2.6. Oclusión
Mediante la exploración directa se analizan interferencias y prematuridades
2.7. Mucosa
Sistematizadamente se explora el estado de la mucosa de las paredes de la cavidad bucal.
2.8. Dientes y situación protética
Con especial referencia a facetas y pérdida de dientes.
2.9. Periodonto
Se analizan movilidad, pérdida de inserción, profundidad y sangrado al sondar.
CATM
No por ello hemos de dejar de diferenciar ambas patologías para, teniendo en cuenta los
factores etiológicos que pueden afectarlas, comprender la patogénesis de cada enfermedad y
poder en consecuencia adoptar unas pautas terapéuticas y preventivas adecuadas.
9.1. Concepto y epidemiología de los desórdenes temporomandibulares (DTM)
Entendemos por desórdenes temporomandibulares (DTM) aquel/as entidades nosológicas orgá-
nicas o funcionales que afectan al sistema de relación craneomandibular bien sean musculares
o articulares. Como términos sinónimos podemos considerar, en primer lugar, el de desórdenes
craneomandibulares, y en segundo lugar, el de trastornos temporomandibulares o
craneomandibula-res. Como términos imprecisos consideramos el denominado "síndrome de
Costen", el todavía
actualmente llamado "síndrome de dolor disfunción de la ATM" y los términos "trastornos
internos" y "trastornos externos de la ATM". En los años treinta y cuarenta, Costen publicó una
serie de artículos, que terminaron popularizando el término "síndrome de Costen". Este autor
pensaba que la pérdida de dientes posteriores distalizabu el cóndilo, produciendo la disfunción
mandibular, el dolor periauri-cular, los ruidos articulares y una serie de síntomas
otorrinolaringológicos originados en la irritación de la cuerda del tímpano. El término síndrome
de dolor-disfunción de la articulación temporomandihiilar fue utilizado por Schwartz en 1955.
Este autor ya diferenció los problemas articulares de los pura-
mente referidos a los músculos de la masticación. Consideramos con Reynold, que la utilización
de este término ha originado confusiones y, por otro lado, nos parece inespecífico y limitado. El
término desórdenes temporomandibulares aparece como mucho más amplio y es el utilizado
por la Academia Americana de Dolor Orofacial (AAOP).
La academia considera el término "desórdenes temporomandibulares" como un término genéri-
co que abarca un número de problemas clínicos de la musculatura masticatoria de las
articulaciones temporomandibulares y estructuras asociadas o de ambas.
En 1969 Laskin utilizó el término "síndrome de dolor-disfunción miofascial".
También ha sido muy utilizado y todavía se usa el término "trastornos internos y trastornos
externos de la articulación temporomandibuiar". Estos últimos conceptos sirven para diferenciar
problemas relacionados con elementos constituyentes de la propia articulación, en especial los
vinculados con alteraciones de posición del disco (trastornos internos), <Je los problemas
extraarticulares (extracapsulares) como los referidos propiamente a los músculos de la
masticación (trastornos externos). Teniendo en cuenta que según hemos demostrado en cada
CATM existen dos cápsulas y no una sola, no tiene sentido seguir utilizando ya los términos
"desórdenes internos" y "desórdenes externos". Entendemos que esta diversidad terminológica
se produjo en un tiempo en el que no era posible hacer diagnósticos precisos debido a que en
muchas ocasiones los síntomas y signos son comunes a distintas entidades. Las nuevas
técnicas de diagnóstico y los nuevos conocimientos permiten hoy establecer la entidad nosoló-
gica responsable del proceso morboso.
Por desórdenes paratemporomandibulares (DPTM) entendemos aquellos disturbios de estruc-
turas próximas al área temporomandihular que alteran la función mandibular y, por lo tanto, pue-
den mimetizar un DTM propiamente dicho.
Epidemiología
Se calcula que entre el 40% y el 75% de la población presenta o ha presentado algún signo de
DTM. Concretamente, los ruidos, en las áreas aniculares o periarticulares, han sido padecidos
por el 50% de las personas encuestadas. El 339c de la población al menos ha presentado un
síntoma relacionado con los DTM. Aunque estas cifras son relevantes, se considera que
solamente el 3,6%-7% de la población necesita algún tipo de tratamiento. También conocemos
por diversos estudios que pueden existir importantes alteraciones morfológicas de algunos
componentes temporomandibulares en ausencia de signos y síntomas. Por lo tanto, las cifras de
prevalencia, aunque difieren de unos autores a otros dependiendo de los criterios de evaluación,
son, en cualquier caso, llamativamente altas.
La mayoría de los encuestados refieren que no han buscado atención médica porque sus signos
o síntomas se hallan dentro de parámetros que les permiten una calidad de vida considerada
como normal o aceptable.
Los enfermos que buscan asistencia lo hacen generalmente por presentar dolor orofacial.
Hemos de tener en cuenta que los DTM representan el origen principal del dolor orofacial
después del dolor dental.
Aunque entre el porcentaje de población genera! que presenta algún signo o síntoma de DTM
no existen diferencias significativas de sexo, entre las personas que buscan tratamiento sí existe
una diferencia muy importante entre sexos. Estos desórdenes afectan más a las mujeres en una
proporción 3:1 hasta 9:1 según autores.
En cuanto a la edad, los estudios de grandes series indican que los signos y síntomas de DTM
son más frecuentes e importantes entre los 15 y los 45 años.
9.2. Clasificación de los DTM: miopatias y artropatias
Existen múltiples clasificaciones. Prácticamente cada autor utiliza la propia, y eso sólo
contribuye a introducir más confusión en el tema de los desórdenes temporomandibulares. Cada
desorden tendría que ser tipificado como una entidad nosológica siguiendo el ordenamiento
natural de las enfermedades de cualquier otro territorio orgánico, y no debera establecerse
ningún tratamiento sin antes alcanzar un diagnóstico concreto. Según esto, nosotros hemos
clasificado los desórdenes tem-poromandibulares en dos grandes grupos: miopa-tías y
artropatías. Ambos tipos de desorden pueden coexistir en un mismo enfermo. Cada uno de
estos dos grupos a su vez lo hemos subclasificado siguiendo la estrategia de ordenamiento de
enfermedades para cualquier otro sistema, teniendo en cuenta que las artropatías del complejo
articular temporomandibular (CATM) deben ser a su vez divididas en dos subgrupos: aquéllas
que corresponden a la articulación temporodiscal y las propias de la articulación discocondilar
(cuadro 9.1).
La clasificación que actualmente hace la AAOP (1996) se fundamenta en la de los desórdenes
dolorosos de la cabeza, neuralgias craneales y dolor facial que en 1988 realizó la Sociedad
Internacional de Cefalea (IHS).
La AAOP incorpora todos los desórdenes tem-poromandibulares dentro de la categoría 11 de la
citada clasificación, donde se incluye el dolor de cabeza o dolor facial asociado con trastornos
del cráneo, cuello, ojos, oídos, nariz, senos, dientes, boca y otras estructuras craneanas o
faciales. La AAOP recomienda clasificar esta categoría 11 en ocho subcategorías y, dentro de
ellas, aquellas que nos conciemen: la 11.1 en relación con huesos craneales, que incluyen la
mandíbula; la 11.7 en relación con desórdenes de la articulación temporomandibular; y la 11.8
con desórdenes de los músculos de la masticación (cuadro 9.2).
Consideramos que la clasificación de la AAOP se halla en excesiva dependencia de la clasifica-
ción de la Sociedad Internacional de Cefaleas, si tenemos en cuenta que parte de los
desórdenes tem-poromandibulares cursan sin dolor. Nosotros desarrollaremos los capítulos que
vienen a continuación y las entidades nosológicas correspondientes a los distintos tipos de
patología basándonos en nuestra propia clasificación desarrollada en 1995. Sin embargo, en
gran parte seguimos las descripciones que realiza la AAOP de cada entidad noso-lógica y de los
respectivos criterios diagnósticos
CUADRO 9.1 Clasificación de los DTM
en cuanto que tales criterios son claros y precisos ' a la hora de realizar el diagnóstico y el
pronóstico
de cada enfermedad, para posteriormente establecer una pauta de tratamiento.
Sin duda, los desórdenes temporomandibulares que más frecuentemente van a ser observados
en la clínica son aquéllos derivados de determinados trastornos musculares (en su mayoría
funcionales), los distintos tipos de luxación discocondilar (leve, moderada o severa) y las
artrosis. Para algunos autores se produciría un proceso evolutivo iniciado en una alteración
muscular funcional, seguido de una luxación discocondilar y en ocasiones terminando en una
degeneración artrósica.
En el cuadro 9.3 queda reflejado lo que hemos dado en llamar proceso "miopatía funcional-luxa-
ción discocondilar", considerando como grado I la miopatía funcional; como grado 2, la luxación
discocondilar y, como grado 3, la artrosis. Podría aceptarse que estos tres grados se suceden
en determinados casos dentro de un mismo proceso evolutivo morboso s¡ también aceptamos
los siguientes considerandos:
1. Como consecuencia de una o varias noxas puede producirse directamente una alteración de
los ligamentos discocondilares con luxación (grado 2).
2. Los grados 2 y 3 pueden ir asociados o no con signos y síntomas característicos del grado I
(desórdenes musculares funcionales).
3. Ante la agresión siempre existe un intento de adaptación, cuyo resultado dependerá de las
características de la propia noxa y de la capacidad individual de adaptación de las estructuras.
De acuerdo con esto, el proceso puede o no estabilizarse en cualquiera de los tres grados.
CUADRO 9.3 Proceso "miopatia funcionol-luxación discocondilar"
GRADO 1 GRADO 2 GRADO 3
Miopafía _____ Luxación —>- Artrosis funciona!
discocondilar
• Dolor miosfacial. • Leve. • Inicial.
• Mioespasmo. • Moderada. • Intermedia.
• Rigidez refleja. • Severa. • Terminal.
——————————————————————-—————————____
9.3. Etiopatogénesls de los DTM
Dentro de los factores etiopatogenéticos que pueden originar cualquier desorden tempero-
mandibular miopático o artropático, debemos considerar los siguientes:
9.3.1: Terreno heredado o adquirido
Condiciona el establecimiento de una susceptibilidad individual fundamentalmente del sistema
neuromuscular y del aparato ligamentoso. La condición femenina es un exponente claro de lo
que el terreno significa, así como determinadas enfermedades del tejido conectivo (síndrome de
hiper-movilidad articular, por ejemplo) u otras enfermedades sistémicas.
9.3.2. Factores primarios
Denominamos factores primarios a aquellas injurias directas que como factor etiológico van a
desencadenar un desorden en el músculo o en las articulaciones. Sin la presencia de un factor
primario no podrían desarrollarse tal tipo de desórdenes.
a) Factores mecánicos
— Agudos (fractura, desgarro, hemorragia, etc.).
— Crónicos, con cambios de posición del cóndilo, fenómenos de compresión o distracción de
las distintas estructuras musculares o articulares, y alteración en la distribución de las cargas.
Estos factores mecánicos crónicos suelen producirse por fenómenos de parafunción mandibular
y/o malos hábitos. Las alteraciones oclusales con inestabilidad por pérdida de dientes o por pre-
maturidades o interferencias van a influir directamente en los cambios de posición condilar, en
especial cuando existe parafunción, y a su vez estos cambios condilares producirán fenómenos
de compresión y distracción de las distintas estructuras.
Los factores mecánicos crónicos son sin duda los de mayor trascendencia en el proceso
"miopatía funcionai-luxación discocondilar".
b) Factores físicos. Como radiaciones.
c) Factores químicos. Como infiltraciones o intoxicaciones.
d) Factores infecciosos. Es el caso de las mio-MÚS infecciosas o de las artritis infecciosas.
e) Factores inflamatorios y degenerativos de base autoiumnne. Son ejemplos las
dermatomiositis y distintos tipos de artropatías como la artritis reumatoide.
f) Factores endocrinos y metabólicos.
9.3.3. Factores secundarios
Son aquéllos que actúan de manera indirecta a través de la acción de un factor primario. Ellos
por sí mismos no pueden, en principio, originar patología. Entre estos factores hemos de citar el
estrés, los trastornos del sueño, la ansiedad, y determinadas alteraciones del sistema nervioso.
El estrés, por ejemplo, es capaz de producir alteraciones musculares y parafunción mandibular,
ambas consideradas factores primarios.
Para que se establezca y perpetúe un DTM suele ser necesario que exista un terreno adecuado,
siempre al menos un factor primario y en muchas ocasiones un tactor secundario como el
estrés. El apretar o rechinar los dientes (bruxismo) puede producir alteraciones sobre la
estructura mineral del diente, desórdenes del periodonto, alteraciones sobre la musculatura y
desórdenes articulares. El estrés, la ansiedad, el alcohol y determinados trastornos del sueño
pueden contribuir a exacerbar la intensidad y la frecuencia de la parafunción.
Parece que el factor oclusal, aunque importante, no desempeña un papel tan trascendente
como el factor hormonal, las enfermedades del tejido conectivo, los hábitos parafuncionales o
los traumatismos, en contra de lo que se pensaba en otras épocas.
En el proceso "miopatía funcionai-luxación discocondilar", citado en el apartado anterior, podrían
considerarse menos factores etiopatogené-
ticos de los que acabamos de enumerar. En este proceso la etiopatogénesis podría venir bien
representada por tres círculos concéntricos dependiendo de la importancia de cada factor. El pri-
mer círculo central vendría representado por el terreno y, dentro de éste, el factor hormonal en
la mujer, las enfermedades del colágeno y el síndrome de hipermovilidad articular. El segundo
círculo estaría representado por los cambios condilares que se producirían bien por fenómenos
de inestabilidad oclusal, bien por alteraciones musculares, en especial desórdenes de sincronía
entre los dos vientres del músculo pterigoideo lateral. El tercer círculo vendría representado por
los fenómenos de parafunción mandibular y asimetrías funcionales. Los enfermos estarían más
o menos próximos al límite externo del último círculo (límite de tolerancia), dependiendo de la
cantidad y calidad de los factores implicados. La salida de este círculo implicaría una pérdida del
equilibrio entre noxa y capacidad de adaptación y, por lo tanto, una entrada en el campo de la
patología. Por ejemplo, un enfermo que sólo tuviera el factor terreno, sería un paciente de bajo
riesgo, al igual que si sólo existe inestabilidad oclusal o solamente parafunción. Un paciente con
terreno adecuado y cambios condilares sería un enfermo de mediano riesgo, al igual que un
paciente con terreno adecuado y parafunción o sólo con parafunción e inestabilidad oclusal.
Finalmente, un paciente con terreno adecuado, inestabilidad oclusal que provocara cambios
condilares y parafunción con asimetrías sería un paciente de alto riesgo. Esto nos permitiría
emitir un pronóstico antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento odontológico, como una
ortodoncia o una rehabilitación oclusal. Podemos concluir que un desorden oclusal sin estrés ni
parafunción difícilmente provocará un desorden muscular o articular, especialmente si se trata
de un varón. Por el contrario, si se trata de una mujer con hipermovilidad articular y estrés, que
haga parafunción. si además posee alteraciones oclusales que puedan originar cambios
condilares tendrá probabilidad de desarrollar un desorden tem-poromandibular del tipo
"desorden muscular funcionai-luxación discocondilar".
9.4. Clínica general de los DTM
Todas las enfermedades que hemos enumerado y que pueden ser consideradas como
desórdenes temporomandibulares tienen múltiples signos y síntomas comunes en relación con
el sistema masticatorio, por ejemplo dolor mandibular, dolor de oídos, dolor de cabeza, dolor
facial, movimientos mandibulares limitados o asimétricos y sonidos articulares, además de,
algunas veces, síntomas y signos otorrinolaringológicos. Debido a esto, hasta épocas recientes
en que se han mejorado y perfeccionado los procedimientos de diagnóstico, los desórdenes
temporomandibulares eran todos ellos englobados en síndromes poco específicos, donde
tenían cabida entidades nosológicas muy diferentes. En la actualidad, cuando a un enfermo se
le atribuye un desorden temporomandibular, a continuación debe definirse si tal desorden es
una miopatía o una artro-patía y, después de esto, diagnosticarse la entidad nosológica
correspondiente dentro de las distintas enfermedades miopáticas y artropáticas. En el resumen,
aparece una tabla de 10 puntos que facilita el diagnóstico diferencial entre una miopatía funcio-
nal y una artropatía tipo luxación discocondilar y artrosis. A lo largo de los capítulos siguientes
iremos completando las diferencias entre cada una de las distintas enfermedades específicas.
9.5. Objetivos generales
del tratamiento de los DTM
Dado que generalmente los pacientes que acuden a consulta lo hacen por dolor, tendremos
que, en primer lugar, tratar de eliminarlo controlando la actividad inflamatoria y los factores
etiológicos cuando ello sea posible. Difícil será actuar sobre el terreno cuando existe una
hipermovilidad articular o sobre la actividad hormonal. Sin embargo, podremos valemos de las
modificaciones oclu-sales para lograr cambios condilares, y tampoco será difícil actuar sobre la
parafunción mandibular y las asimetrías funcionales de distinto tipo.
En segundo lugar, tendremos que conseguir armonía entre un equilibrio psíquico aceptable y
una simetría morfológica compatible con situa-
ciones clínicas asintomáticas. Todo ello tiene por objeto conseguir ortofunción, que nos llevará a
que el paciente cure de su enfermedad, o al menos alcance un nivel de signos y síntomas
compatibles con una buena calidad de vida.
9.6. Conclusiones
Las distintas enfermedades de los músculos de la masticación, y aquéllas que involucran a una
o a más de las cuatro articulaciones que componen la cadena cinemática craneomandibular
(organizadas en un CATM derecho y otro izquierdo), constituyen los denominados "desórdenes
temporomandibulares".
De toda esta amplia gama de enfermedades, las más frecuentes, sin duda, son las miopatías
funcionales y las artropatías tipo luxación discocondilar y artrosis. Algunas veces se superponen
o son consecuencia unas de otras.
Factores mecánicos, físicos, químicos, infecciosos, inflamatorios, degenerativos, endocrinos o
metabólicos pueden estar involucrados. Sin embargo, en los desórdenes más frecuentes, ya
citados, nos encontramos con tres tipos de factores etiopa-togenéticos a destacar:
1. Factoress que condicionan un terreno adecuado (sexo femenino y desórdenes del colágeno,
como el síndrome de hipermovilidad articular).
2. Inestabilidad oclusal (falta de molares, interferencias, etc.).
3. La parafunción mandibular por estrés u otras alteraciones y las asimetrías funcionales son los
factores sin los cuales el cuadro probablemente no podría precipitarse.
Estos tres tipos de factores determinan cambios condilares y musculares (microtraumatismos
repetidos) con fenómenos de compresión/distracción de las distintas estructuras, induciendo la
patología muscular o articular correspondiente.
Aunque la clínica (dolor, ruido, disfunción mandibular, etc.) suele ser parecida, antes de
establecer un plan de tratamiento es preciso alcanzar un diagnóstico con nombre y apellidos del
desorden o desór-denes temporomandibulares que padece el enfermo v conocer de la forma
más exacta posible la red de factores causales para que puedan ser reconducidos. Tal
tratamiento ha de basarse en controlar los factores que desencadenan el dolor y en conseguir la
armo-nía entre el equilibrio psíquico y la simetría morfológica para, de ese modo, modificando
los hábitos anómalos del paciente, alcanzar la ortofunción (las estructuras musculares y
aniculares deben trabajar simétricamente y justo durante el tiempo adecuado).
Articulaciones
Concepto Clásico De Articulación Temporomandibular (Atm)
Una cápsula unida al disco, que divide el espacio articular en dos: espacio
articular superior y espacio arti cular inferior. En la parte anterior, la cápsula es
atravesada y sustituida por la presencia del vientre supe rior del músculo
pterigoideo lateral que viene a insertarse en el borde anterior del disco.
una palanca de tercer género (como una pinza), donde el punto de fulcro y, por
lo tanto la fuerza, estaría localizado en la propia ATM, la potencia en el centro
(vendría representada por la fuerza de los músculos elevadores) y la resistencia
en el extremo la ofrecería el alimento interpuesto entre los dientes.
Los conceptos clásicos entrañan seis paradigmas aceptados universalmente,
que en realidad son paradojas:
La ATM es una articulación atípica. Sólo ella y ninguna otra puede ser definida
como una articulación "condílea con un característico desplazamiento anterior".
La cápsula articular se halla atravesada en la parte anterior por el vientre
superior del músculo pterigoi deo lateral. Como caso excepcional, en el aparato
locomotor humano, un músculo atraviesa una cápsula o sustituye una de sus
partes.
El área retrodiscal posee vasos, nervios y tejido conjuntivo, en situación
intracapsular, también como caso excepcional.
Cada ATM tiene tres ejes de movimiento que se desplazan cada vez que el
cóndilo se desplaza, y por ello se denominan "ejes instantáneos de movimiento".
Es decir, pueden ser considerados como infinitos ejes de movimiento, algo
excepcional en una articulación.
Los movimientos en masa de la mandíbula son producto de los movimientos
condilares, de manera que el incisivo inferior, extremo de uno de los dos
miembros articulares, es capaz de barrer un volumen (la bana na de Posselt),
algo que resulta paradójico porque no sucede ni tan siquiera en el hombro, la
articulación sinovial de más alto grado de movimiento dentro del aparato
locomotor humano.
La mandíbula es una palanca de tercer género. Esto implica que por el punto de
fulcro, es decir, por la arti culación temporomandibular, tendrían que pasar
necesariamente una serie de fuerzas para las que las estruc turas articulares no
se hayan preparadas.
Por parte del hueso temporal: el tubérculo articular del mismo, con forma en
silla cíe montar cóncava lateromedialmente y con vexa anteroposterior. La
vertiente posterior de esta silla de montar forma parte de la fosa mandibular.
Por parte del disco articular: la cara antero-superior del mismo con forma de
silla de montar, y en sentido contrario a la del tu bérculo articular del temporal,
cóncava ante-roposteriormente y convexa laterome dialmente (fotografías 7.2 y
7.3).
Las dos superficies articulares en situación de normalidad se hallan cubiertas
por tejido fibroso.
B) Cápsula
Está constituida por un manguito fibroso con tinuo que se inserta del lado
temporal por fuera de todo el borde de la superficie articular en silla de montar
del temporal y del lado meniscal por fue ra de todo el borde de la superficie
articular de la cara anterosuperior del disco. La zona posterior de la cápsula
corresponde a la lámina superior de la zona bilaminar de Rees. Esta cápsula
tiene la par ticularidad de que las inserciones de sus bordes lateral y medial en
el lado meniscal se confunden con las inserciones de los bordes lateral y medial
de la cápsula discocondilar justo donde las fibras se insertan en los polos
lateral y medial del cón dilo respectivamente
C) Sinovial
Aparece recubriendo internamente la cápsula, adaptándose a la morfología de
ésta.
D) Ejes de movimiento
Dado que nos encontramos ante una articula ción típica en encaje recíproco,
como la trapecio- metacarpiana, existen dos ejes de movimiento. En el plano
lateral, un eje lateromedial de flexión/ex tensión, que pasa por el tubérculo
articular del tem poral, entendiendo por flexión la aproximación del disco a las
estructuras más rostrales, y por exten sión el alejamiento de tales estructuras.
En el pla no frontal existe un eje anteroposterior localizado en el cóndilo, un
poco por encima del eje antero posterior de la articulación discondilar, a través
del cual el disco con respecto al temporal, realiza movimientos de aproximación
y separación, entendien do por aproximación cuando la porción distal de un eje
vertical al disco se aproxima a la línea media, y por separación, lo contrario
(figura 7.2)
FIGURA 7.2. Esquema de un CATM en corte longitudinal y corte frontal. Se hallan representados
ejes de movimiento A. Eje lateromedial de la articulacion temporodiscal (movimientos de flexión-
extensión). B. Eje anteroposterior de la articulación temporodiscal (movimientos de
aproximacion-separacion ) C. Eje lateromedial de la articulación discocondilar (movimientos de
flexión- extensión). D. Eje anteroposterior de la articulación discocondilar (movimientos de
aproximación-separacion)
A) Superficies articulares
Son dos, una por parte del disco articular y otra por parte de la mandíbula:
— Por parte del disco articular, ¡a cara poste-roinferior del mismo. Es una verdadera cavidad
glenoidea donde articula el cóndilo mandibular y que se adapta a la forma y dirección de éste.
La parte articular de esta cara posteroinferior del disco es aproximadamente la mitad que la cara
anterosuperior, que es toda ella articular (figura 7.2).
B) Cápsula
Está constituida por un manguito fibros.o continuo que se inserta del lado discal por fuera de
todo el borde de la superficie articular de la cara posteroinferior del disco, y del lado mandibular,
en el cuello del cóndilo, descendiendo más por su parte posterior, y terminando su porción más
interna, por fuera de todo el borde de la superficie articular del cóndilo.
Los bordes lateral y medial del disco están íntimamente unidos respectivamente a los polos late-
ral y medial del cóndilo, de manera que la cápsula a este nivel está integrada por verdaderas
bridas muy cortas y fuertes que mantienen unido el disco al cóndilo de manera íntima. En cambio, la
cápsula en sus zonas anterior y posterior es laxa (figura 7.1 y fotografía 7.4). En realidad, la zona
posterior de la cápsula corresponde a la lámina inferior de la zona bila-minar de Rees. Las bridas
lateral y medial que unen el disco al cóndilo hacen que aquél siga a éste en sus excursiones
como la sombra sigue ai cuerpo. La disposición morfológica de la cápsula permite que se
produzcan fácilmente movimientos de flexión y extensión entre las dos superficies articulares,
según un eje Íateromedial que pasa aproximadamente por los polos condilares, lugar de
inserción de las bridas laterales y mediales (fiaura 7.1).
cóndilo a las estructuras más rostrales, y por extensión, lo contrario. En el plano frontal, un eje
ante-ro-posterior de aproximación/separación que pasa también por el cóndilo mandibular,
entendiendo por aproximación el acercamiento a la línea media de la porción inferior del cuello
del cóndilo, y por separación, lo contrario. Además, existe un eje vertical, con respecto al plano
horizontal, que permite un ligero movimiento de rotación del cóndilo dentro de su cavidad
glenoidea (cara inferior del disco) (figura 7.2).
Según nuestros hallazgos, los movimientos mandibulares, es decir, condilares, serán la resul-
tante de la suma de los movimientos que se producen en la articulación en encaje-recíproco y
en la articulación condílea. Esto explica la imposibilidad de localizar ejes de giro condilar con
respecto a la base del cráneo, tanto en cuanto que por en medio tenemos dos articulaciones
distintas.
Por otro lado, entendemos que la mandíbula no funciona como una palanca de tercer género.
Durante la masticación, las fuerzas pasan directamente desde las coronas de los dientes
mandibulares a las coronas de los dientes) maxilares, de modo parecido a como hace un
martillo sobre un yunque. Las articulaciones actúan, en condiciones de normalidad, controlando
y limitando el movimiento mandibular a modo de soporte de función, pero no se comportan como
punto de fulcro de una palanca, dado que ello exigiría el paso de unas fuerzas para las que
morfológicamente no se encuentran preparadas. Existe de hecho un paso de fuerzas en el
sentido cóndilo-disco-tubérculo anicular (las trabéculas óseas tienen la orientación corres-
pondiente) durante los movimientos mandibulares o diducción, pero son fuerzas leves y no
corresponden a las leyes de punto de fulcro de una palanca de tercer género.
El disco o menisco articular es, por lo tanto, una elipse de tejido conectivo colágeno denso inter-
calado entre tubérculo articular y cóndilo con una dirección oblicua. Posee una cara
anterosuperior cóncava-convexa, y una posteroinferior cóncava en todos los sentidos. Se
comporta como una verdadera pieza intermedia, ya que forma parte de dos articulaciones
distintas. Su cara superior es una silla de montar que pertenece a la articulación en encaje
recíproco temporodiscal, y su cara inferior es una verdadera cavidad glenoidea que pertenece a
la articulación condílea discocondilar. Periféricamente a sus respectivas superficies articulares
se insertan sendas cápsulas, y sus extremidades o polos lateral y medial se hallan íntimamente
unidos a los polos del cóndilo mediante cortos y densos fascículos fibrosos. El estrato superior y
el estrato inferior de la zona bilaminar ya hemos indicado que no son más que las porciones
posteriores de las cápsulas temporodiscal y discocondilar respectivamente.
En su conjunto, el disco sobre el cóndilo toma la apariencia de un gorro de gaucho. La superficie
articular anterosuperior es aproximadamente el doble que la superficie articular posteroinferior, y
la parte anterior de esta cara posteroinferior recibe las inserciones de la mayor parte de las fibras
del vientre superior del músculo pterigoideo lateral (fotografía 7.6). El disco tiene distintos
espesores, y así podemos observar dos bandas gruesas, una banda Íateromedial anterior y una
banda Íateromedial posterior algo más gruesa que la anterior, con una zona intermedia fina entre
ambas (figura 7.1).
Las pequeñas deformaciones discales que se precisan para que se puedan combinar los distin-
tos movimientos en las cuatro articulaciones, que han de actuar de manera sinérgica, determinan
que este disco en situación de normalidad esté constituido única y exclusivamente por tejido
fibroso denso organizado en fascículos orientados según los tres ejes del espacio.
2.2.-Ligamentos extrínsecos
No son verdaderos ligamentos articulares, dado que no tienen una relación
directa con ninguna de
las dos cápsulas articulares del CATM. Estos liga mentos extrínsecos
contribuyen a limitar ios movi mientos mandibulares. En algún caso se trata de
restos embrionarios. Son los siguientes:
-Ligamento pterigomandibular o rafe bucci-natofaríngeo.
-Ligamento esfenomandibular. Constituye la porción posterior de la aponeurosis
inter-pterigoidea y se continúa hasta el hueso mar tillo mediante un fascículo a
través de la fisura petrotimpánica.
-Ligamento estilomandibular. Va desde el borde externo de la apófisis estiloides
hasta el borde posterior del ángulo mandibular.
7.3.
7.-Movimientos de la mandíbula
Los movimientos de cada cóndilo son la resul tante de la suma de los
movimientos que se pro ducen en la articulación en encaje recíproco y en la
articulación condílea. Entre tales movimientos se halla el movimiento de Bennet,
que consiste en un ligero movimiento de desplazamiento lateral con respecto a
la base del cráneo.
Los movimientos en masa de la mandíbula representan el componente final de
la acción sinér- gica de las cuatro articulaciones que componen la cadena
cinemática craneomandibular: descenso y ascenso, propulsión y retropulsión,
lateropulsión o diducción (cuadro 7.2).
El mínimo descenso normal considerado en el varón es de 35 mm y, en la mujer,
de 30 mm. La mínima lateropulsión considerada normal para ambos sexos es de
7 mm.
8.-Musculos de la masticación
Los músculos de la masticación, pares, actúan en otras funciones, además de
en la masticación, por ejemplo, en la pronunciación de cada palabra. Casi todos
están inervados por nervios de la raíz motora del trigémino. Aunque ninguno de
los músculos que intervienen en los movimientos man dibulares posee una
acción pura y todos tienen algún tipo de sinergismo con otros, podemos
clasificarlos según la función predominante en tres grupos:
Elevadores de la mandíbula: temporal (iner vado por ramas temporales del
nervio mandibular), masetero (inervado por la rama maseterina del nervio
mandibular) y pteri goideo medial (inervado por ramas pteri-goideas del nervio
mandibular).
Depresores de la mandíbula (actúan cuan do el hueso hioides queda fijo por la
acción de los músculos infrahioideos): milohioideo (inervado por el nervio
milohioideo), vien tre anterior del músculo digástrico (inerva do por el nervio
milohioideo) y genihioideo (inervado por el nervio hipogloso).
Las miopatías funcionales son aquellas relacionadas con una función excesiva o anormal de los
músculos, en donde una vez desaparecida la causa generalmente desaparece la disfunción. Y
las secuelas son mínimas o no se observan.
Concepto y epidemiología
El dolor miofascial ha sido también conocido con otros términos, como síndrome doloroso
miofascial, miofascitis, miofibrositis, miogelosis, mialgia, dolor de puntos gatillo y síndrome de
dolor disfunción miofascial.
Afecta sobre todo a mujeres entre 25 y 45 años y, con su génesis, se han relacionado trastornos
genéticos como determinados rasgos de la personalidad, trastornos del sueño, determinados
hábitos posturales o parafuncionales y alteraciones de los mecanismos de transmisión nerviosa
del dolor.
Etiopatogénesis
La etiopatogenia del dolor miofascial no esta totalmente aclarada. Algunos autores opinan que
es superponible a la de la fibromialgia.
Existen dos grandes grupos de factores etiopatogénicos: los factores predisponentes y los
factores iniciadores y/o perpetuadotes.
- Generales: situaciones de estrés y ansiedad, alteraciones del sueño o desordenes del sistema
nervioso central o periférico.
- Locales: asimetrías funcionales o morfológicas, posiciones inadecuadas al sentarse en el
puesta de trabajo, inflamaciones localizadas, alteraciones oclusales (falta de dientes
posteriores, interferencias oclusales), alteraciones del complejo articular temporomandibular.
Las disarmonías oclusales no provocan por si mismas un dolor miofascial, pero podrían
contribuir a perpetuar el cuadro una ves establecido.
Tengamos en cuenta:
Cuando se obtiene disoclusión posterior la existir unas apropiadas guías anteriores se reduce la
actividad de los músculos elevadores como son los temporales y los maseteros.
Por lo tanto, una oclusión donde falten dientes posteriores o donde existan contactos
prematuros e interferencias podría conducir a cambios posiciónales de la mandíbula, que a su
vez producirían cambios posicionales de la mandíbula, que a su vez producirían palancas
responsables de efectos de acortamiento o alargamiento muscular, perpetuadotes de la
hiperactividad muscular.
Clínica
El paciente prototipo es un adulto joven, de sexo femenino, que presenta un dolor crónico de
cabeza y cuello y que siempre usa analgésicos. Alguna vez acude al medico, pero sus molestias
le permiten tener una calidad de vida aceptable.
a) Síntomas
El síntoma principal es el dolor espontáneo bilateral o unilateral, dolor difuso de los músculos
afectados, moderado y sordo, continuo y funcional, crónico (mayor de 6 mese). Las áreas de
localización de este dolor de mayor a menor frecuencia son estas. Región parotideo-maseterina,
región temporal, región auricular, región frontal, región posterior del cuello, región occipital,
región orbitaria y región parietal.
Se han descrito síntomas neurológicos como hormigueo, entumecimiento y prurito, síntomas
neurovegetativos como destilación nasal unilateral o lagrimeo, síntomas gastrointestinales como
nauseas, otros síntomas músculoesqueléticos como fatiga y síntomas otorrinolaringológicos
como otalgia y tinnitus.
b) Signos
El signo más importante a la palpación es la hipersensibilidad localizada en bandas musculares,
tendones o fascias. Es característico encontrar a la palpación los denominados puntos
desencadenantes.
Con la presión o palpación profunda puede localizarse en un músculo una banda dura y dentro
de ella una región circunscrita de 2 a 5 mm de diámetro, hipersensibilidad. Su manipulación
produce dos efectos: el denominado “signo de salto” por que el paciente se retira o queja
inmediatamente al ser palpado, y el “signo de irradiación”.
El músculo afectado puede presentar dolorimiento, fagatibilidad, debilidad subjetiva, rigidez,
espasmos de postura. Todo esto contribuye a perpetuar el cuadro y favorecer que aparezcan
nuevos Puntos desencadenantes.
El resultado de todas estas circunstancias se traduce en una limitación del descenso mandibular
con fenómenos de incoordinación muscular.
Otro signo asociado con esta entidad nosológica es el fenómeno de hipertrofia maseterina que
puede ser bilateral.
c) Exámenes complementarios
3.- Los dermotemogramas sobre los puntos desencadenantes activos han demostrado un
aumento de la temperatura de la piel en áreas de 5 – 10 cm. de diámetro.
A través de la electromiografía se
mide y analiza la actividad
muscular en reposo.
Diagnostico
El diagnostico diferencial debe realizarse con aquellos trastornos irritativos capaces de originar
dolor oro facial, tanto somático como neurogénico, así como la osteoartritis, miositis, mialgias no
clasificadas.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento consiste en eliminar la isquemia provocada por la actividad contráctil
sostenida del músculo. Pretendemos que los músculos de la masticación trabajen justo el
tiempo adecuado y de la forma adecuada. Es decir que la masticación y todas las funciones
mandibulares se realicen simétricamente y dentro de los grados de movimiento y tiempo de
actividad fisiológicos.
Instaurar el tratamiento precozmente con el fin de evitar que el proceso pase de sus etapas
iniciales.
El paciente debe ser participe del plan de tratamiento.
El tratamiento se establece en tres niveles:
Se define el cuadro de hiperactividad muscular como una entidad nosologica diferenciada. Esta
entidad tiene factores etiopatogeneticos idénticas a los del dolor miofascial. El enfermo presenta
dolor de cabeza y dolor en los músculos de la masticación o sensibilidad a la palpación en
dependencia de los niveles de estrés y parafuncion. Podemos encontrar hipersensibilidad
localizada en bandas con signo del salto, en cambio no encontramos signo de irradiación, es
decir no existen puntos gatillo o desencadenantes.
Consideramos que el cuadro de hiperactividad muscular masticatoria debe ser tenido en cuenta
porque de hecho en muchos casos de dolor muscular no es posible encontrar puntos gatillo con
patrones específicos de dolor referido.
Mioespasmo
Concepto
Es una contracción muscular tónica, repentina e involuntaria que cursa con dolor agudo, se
considera un desorden funcional porque se halla en relación con la función muscular excesiva o
anormal. Puede aparecer en el curso de un dolor miofascial o de un cuadro de hiperactividad
muscular masticatoria, pero se resuelve fácilmente y aunque puede recidivar, si se eliminan las
causas también con ello conseguiremos eliminar las recidivas.
Etiopatogenia
Los signos y síntomas suelen establecerse bruscamente. El músculo afectado presenta una
condición aguda que limita la función mandibular con dolor agudo muy intenso en reposo y en
función, a la palpación y al estiramiento pasivo.
Se trata de un dolor somático que se describe como profundo, sordo, permanente, constante y
muy intenso. Suele afectar un solo músculo.
Se producen recidivas en especial cuando existen situaciones de estrés mantenido y se hacen
más frecuentes en los momentos en que el cuadro emocional empeora.
Diagnostico
a) Dolor agudo.
b) Contracción muscular continúa con fasciculación.
c) Limitación de la función mandibular y posible maloclusion aguda.
d) Incremento de la actividad electromiografica.
El pronóstico es bueno pero la repetición y perpetuación del cuadro puede provocar contractura
miofibrotica irreversible.
Tratamiento
El enfermo debe realizar una función moderada porque ello ayuda a relajar el músculo. Pueden
utilizarse analgésicos y relajantes musculares, así como la aplicación de frió y calor. Es
importante eliminar las causas que hayan intervenido en la instauración del cuadro para evitar
las recidivas.
Rigidez refleja
Concepto
Etiopatogenia
El origen puede estar, bien en una lesión del propio músculo, bien en una alteración articular
propiamente dicha, bien en una lesión de tejidos mucosos próximos a los músculos afectados.
El trastorno puede producirse después de un traumatismo quirúrgico, como la estación de
terceros molares inferiores. También puede producirse por algún otro tipo de agresión regional,
como una inyección de anestesia o simplemente después de unas horas de bruxismo intenso.
Los propioceptores periféricos alterados estimulan el sistema nervioso central con resultado de
aumento del nivel de actividad y del número de unidades motoras resultando un tono exagerado
mantenido de músculos agonistas y antagonistas simultáneamente.
Clínica
Diagnostico
Tratamiento
Miositis
Columna cervical vista frontal: se observan calcificaciones a nivel de partes blandas que
se extienden por todo el trayecto de los músculos esternocleidomastoideos y trapecios (flecha)
Contractura miofibrotica
También se conoce como un trismo crónico, fibrosis muscular o cicatriz muscular. Consiste en
un trastorno degenerativo del músculo que determina una fibrosis de tendones, de ligamentos o
incluso de fibras musculares. Puede tener como origen una de las enfermedades funcionales
expuestas anteriormente, perpetuadas en el tiempo o recidivantes. También se origina en
traumatismos, infecciones o situaciones de hipomobilidad, así como por cáncer de cabeza y
cuello. Las consecuencias clínicas son una limitación de la movilidad mandibular y una
resistencia del músculo al estiramiento pasivo. No suele haber dolor.
Luxación discocondilar
Entendemos por luxación discocondilar la perdida de la relación normal entre las dos
superficies articulares que componen la articulación discocondilar. En máxima
intercuspidacion (MI) el disco se halla desplazado habitualmente a una posición anteromedial
con respecto al condilo. El desplazamiento mediolateral, y sobre todo posterior del disco con
respecto al condilo ,es menos frecuente .Esta luxación suele ser cerrada y es, con gran
diferencia, la mas frecuente alteración dentro de los distintos tipos de artropatías del articular
temporomandibular(CATM).
Etiopatogenesis
Los factores hormonales y las enfermedades del tejido conectivo constituyen unos factores de
riesgo importantes en el desarrollo de un desorden temporomandibular.
3. Determinantes anatómicos.-
a) Morfología articular
-La articulación condilea discocondilar es mas labil que el encaje reciproco temporodiscal.
Estos factores son capaces de provocar cambios de posición del condilo como consecuencia
de fenómenos de comprensión/distracción del complejo articular temporomandibular.
1.- Cambios crónicos de la posición del condilo .pueden producirse por distintas razones:
a) Hiperactividad muscular.-
Factor determinante en la consecución de una luxación discocondilar, la hiperactividad
muscular generalmente se produce se produce con bruxismo pero también puede aparecer sin
el. Puede estar relacionado a factores genéticos, estrés, alteraciones de la personalidad,
alteraciones neurológicas y alteraciones del sueño.
b) Los malos hábitos ,como masticar de un solo lado, dormir con la cabeza en una posición
inadecuada, permanecer sentado por horas en forma anómala y la creación de palancas
(morder uñas , lapiceros, tocar un instrumento de viento, morder la pipa etc.),pueden producir
cambios crónicos de la posición del condilo.
2.- Cambios agudos de la posición del condilo.-Suelen estar provocados por factores
mecánicos agudos .Son denominados por algunos autores “macrotraumatismos” como
traumatismos mandibulares ,aperturas bruscas de boca en un bostezo, un choque de
automóvil o una intervención quirúrgica iatrogénica.
A.- luxación discocondilar leve.-Es aquella luxación que se reduce fácilmente con poco o
ninguna sintomatología
C.- luxación discocondilar severa.-Es una luxación perpetua sin posibilidad de reducción .La
boca queda bloqueada en cierre.
Clínica
Las tres formas clínicas de luxación discocondilar, leve, moderada, severa o permanente,
pueden o no ser consecutivas, y el proceso se puede estabilizar en un determinado momento
según las características de la injuria y en especial dependiendo de que los factores
mecánicos se perpetúen o no.
2.-Anamnesis.-Suele ser una mujer en edad fértil presenta pocos síntomas, especialmente en
los primeros estadios del trastorno .descubierto por examen de rutina .No suele existir dolor .El
paciente percibe sonidos articulares cuando abre la boca o durante la masticación.
4.-Exámenes complementarios.-
La radiografía transoblicuocraneal (TOC) puede detectar en algunos casos un desplazamiento
posterior del condilo.
Concepto
Anamnesis.-El paciente se refiere a una historia previa de ruidos articulares. Desde hace poco
aprecia dolor preauricular, sobre todo cuando toma alimentos duros.
Puede existir dolor muscular ocasional y cefalea Los ruidos articulares se han acentuado y de
ves en cuando nota la mandíbula como atascada o trabada en posición de cierre.
Exploración.- Puede existir hipertrofia maseterina simétrica o asimétrica, dependiendo del tipo
y grado de bruxismo .La palpación muscular es mas o menos positiva, dependiendo del grado
de afección muscular. La palpación articular puede ser positiva.
A la auscultacion, el clic de apertura no ocurre en las primeras fases del descenso
mandibular, sino en fases avanzadas.
Concepto
En este tipo de luxación no existe reducción .La boca queda bloqueada en cierre. Puede existir
adaptación y remodelación de las estructuras blanda s consiguiéndose con el tiempo mayor
apertura de la boca
2.-Tardía o crónica
Tratamiento
a) generalidades.
1. Control del factor terreno. Será preciso valorar hasta que punto
puede ser tratada una enfermedad sistémica concomitante. Si existe un síndrome de
hipermovilidad articular es interesante adiestrar al paciente para que no realice movimientos
mandibulares exagerados que contribuyan a distender mas los ligamentos y perpetuar la
situación de luxación.
1. Ante un clic de apertura muy temprano sin dolor ni otros síntomas articulares sin
componente muscular ni hiperactividad muscular, seguimos una actividad expectante y
sometemos al paciente a reviciones periódicas.
2. Ante una luxación disco condilar leve de clic temprano con importante
componente muscular se puede comenzar por utilizar una férula plana de relajación y la
prevención de la hiperactividad muscular mediante la relajación y consejos higienicos caseros.
1.- si se logra la reducción se coloca una férula de reposición mandibular anterior en una
posición condilea que permita mantener la reducción. Se llevara 24 horas al día durante 10 días.
Y luego se procede como si se tratara de una luxación discocondilar moderada.
2.- s no se logra la reducción se confecciona una férula estabilizadora para conseguir relajación
muscular, al tiempo que se modifican hábitos, se administra dieta blanda y se inician sesiones
de fisioterapia
Luxación temporodiscal
Concepto
Etiopatogenesis
Probablemente, el factor mas importante para que se produzca esta situación es el morfológico,
la vertiente posterior de la eminencia articular de estos enfermos suele ser empinada
coincidiendo con una sobremordida dental profunda. Puede existir una hipermovilidad articular y
se ha relacionado este tipo de luxación con el síndrome de Ehlers-Danlos.
Clínica
Criterios diagnósticos
La luxación se reduce presionando con los pulgares en el área de los molares inferiores y
desplazando la mandíbula hacia abajo y luego hacia atrás. Puede ser necesaria la anestesia
local para desbloquear la articulación y eliminar el dolor. Ocasionalmente se precisa sedición
intravenosa con relajantes musculares.
Es interesante hacer que el paciente aprenda a mover la mandíbula dentro de unos límites que
no le originen la residiva.
Cuando fracasan los métodos anteriores y la luxación residiva comprometiendo la cavidad de
vida del paciente puede recurrirse a la cirugía.
DESÓRDENES TRAUMÁTICOS INFLAMATORIOS Y DEGENERATIVOS DEL COMPLEJO
ARTICULAR TEMPOROMANDIBULAR
INTRODUCCIÓN
Desórdenes traumáticos
Ante un traumatismo siempre existe un intento de absorción de las fuerzas, así como una
adaptación con remodelado de estructuras blandas y duras, especialmente ante traumatismos
crónicos de baja intensidad. Pueden conducir a fenómenos inflamatorios de sinovitis y capsulitis;
hablamos entonces de artritis traumática. También pueden llegar a producir desórdenes
degenerativos y en este caso hablamos de artrosis traumática.
microfraumatismos y macrofraumatismos
Los macrotraumatismos o traumatismos agudos son aquéllos de gran intensidad que actúan
generalmente una sola vez, es decir, se producen como un hecho aislado por un impacto, una
caída, un choque, un movimiento brusco mandibular o una apertura violenta de la boca.
Pueden originar lesiones de estructuras duras y blandas. Las lesiones de las estructuras
duras (hueso) siempre conllevan alteraciones de las estructuras blandas.
Las lesiones de los tejidos duros y de los tejidos blandos producidas por traumatismos pueden
originar lesiones residuales como alteraciones del crecimiento, alteraciones o desviaciones de la
morfología normal articular y, finalmente, desórdenes degenerativos como artrosis y anquilosis.
1. Traumatismos de los tejidos duros A)
Fracturas del cóndilo
Estas fracturas son menos frecuentes que las condilares. Cuando se producen, el origen se
halla, bien en un traumatismo directo, bien en un golpe recibido en el mentón a través de una
fuerza de reacción. El tratamiento consiste en la reposición y sutura del fragmento roto con
fijación intermaxilar y fisioterapia postquinírgica.
A) Hemartrosis
El derrame de sangre intraarticular puede producirse ante cualquier tipo de traumatismo, exista
o no fractura ósea, pero es especialmente frecuente en el caso de fractura. El fenómeno de
hemartrosis puede darse en una o en varias articulaciones. La clínica se caracteriza por una
limitación de la movilidad mandibular ipsolateral. Además, si la hemartrosis es aguda, al
aumentar la presión intraarticular se desvía la línea media mandibular hacia el lado contralateral
con pérdida de contactos dentarios en el lado ipsolateral.
La hemartrosis puede dejar como secuela adherencias del espacio articular afectado.
C) Lesiones meniscales
a. Los macrotraumatismos y los microtraumatismos continuados pueden provocar lesiones
importantes en el disco articular, por ejemplo, fracturas de márgenes o perforaciones, así como
luxaciones discocondilares y deformaciones.
Lesiones residuales
Un traumatismo puede modificar el abastecimiento vascular del cóndilo lo que explicaría un de-
terminado cese del crecimiento del mismo o un defecto de tal crecimiento. Esto da lugar clínica-
mente a un desarrollo asimétrico con la consiguiente expresión clínica
C) Desórdenes degenerativos
Las artritis son enfermedades inflamatorias de las articulaciones que cursan a brotes de
actividad destructiva. Los brotes pueden ser agudos o suba-gudos y únicos o repetitivos.
Pueden afectar a una sola articulación o a varias. En este último caso hablamos de
poliartritismo, y es el supuesto en el que se afectan estructuras articulares temporomandibulares
junto con una poliartritis generalizada. En estos casos encontramos también alteraciones
sistémicas y serológicas.
Las artritis pueden afectar a una o más de las cuatro articulaciones que relacionan el cráneo con
la mandíbula, y según afecten a unos tejidos u otros se denominan sinovitis, capsulitis,
retrodiscitis u osteoartritis.
Cuando se inflaman los tejidos óseos subyacentes a las superficies articulares podemos hablar
de osteoartritis, que es una entidad degenerativa articular acompañada de sinovitis, lentamente
progresiva, con períodos de remisión y regeneración de cartílago, deterioro del cartílago y
formación secundaria de nuevo hueso. La osteoartrosis puede formar parte de una entidad
generalizada o no y estar originada en un macro o en un microtrau-matismo, así como en una
infección. Para algunos autores el término osteoartritis se asimila al de osteoartrosis o
enfermedad articular degenerativa, Nosotros hablaremos de artritis para referimos a enfermedad
con crisis de actividad inflamatoria aguda o subaguda. Los cambios artrósicos podrán tener
origen en un proceso evolutivo salpicado de fenómenos artríticos o en fenómenos lentos de
remodelación.
Los síntomas y signos comunes de una artritis del CATM vienen expresados en el cuadro 2.
1. Artritis traumáticas.
2. Artritis infecciosas.
3. Artritis de base
autoinmune:
A. Artritis reumatoide.
C. Artritis psoriásica.
Las artritis traumáticas pueden producirse por macro o microtraumatismos y pueden ser agudas
o subagudas. En general, hablamos de artritis traumáticas ante cualquier inflamación articular
de origen traumático extrínseco. Podemos encontrar desde sinovitis con o sin hemartrosis hasta
lesiones de las cápsulas articulares, de los discos, de los ligamentos articulares o del hueso
(osteoartritis).
El paciente refiere una artralgia constante que aumenta con el movimiento. La apertura
mandibular está limitada secundariamente por el dolor, con desviación hacia el lado enfermo.
Puede existir maloclusión o no. En ocasiones conducen a lesiones residuales de fibrosis
capsular y a cambios artrósicos.
La sinovitis y capsulitis de origen traumático en general causan dolor localizado en reposo, que
se exacerba con la función, por lo que se producen amplitudes de la movilidad mandibular
limitadas. Ya hemos indicado que el curso de una luxación discocondilar suele estar salpicado
de fenómenos de sinovitis y capsulitis cuando se perpetúan los factores traumáticos crónicos.
Artritis infecciosas
Son artritis producidas por una reacción inflamatoria de la membrana sinovial originada en una
infección, con tendencia a la supuración y a la destrucción tisular. En el CATM son poco
frecuentes.
A) Artritis reumatoide
Para el diagnóstico de artritis reumatoide se precisan cuatro de los siguientes siete criterios:
5. Nódulos reumatoides.
C) Artritis psoriásica
La colitis ulcerosa se puede asociar a artritis. La afección condilar (erosiones) da una clínica de
dolor y limitación del movimiento mandibular.
A) Hiperuricemia y gota
La gota se caracteriza por ataques recidivantes de inflamación articular violenta, provocados por
la liberación de microcristales de urato monosódico y monohidratado en la cavidad articular, así
como por el depósito de urato sódico (tofos) alrededor de las articulaciones y en los ríñones.
Cuando se afectan los CATM se producen fenómenos degenerativos del hueso cortical del
cóndilo con exóstosis bizarras y exhudado inflamatorio.
Es una artritis producida por microcristales de pirofosfato calcico. Cuando los cristales se
depositan en las superficies discales aparece dolor, crepitación y limitación funcional
mandibular. Los cristales dan a las superficies articulares apariencia de cartílago calcificado y de
ahí procede el término condrocalcinosis. Las crisis de actividad inflamatoria se parecen a las de
la gota y por ello esta enfermedad recibe el nombre de pseudogota.
Los desórdenes degenerativos y anquilosantes del CATM son los siguientes (cuadro 12.4):
Condilosis
El cóndilo, sin razón aparente, comienza de repente un proceso degenerativo, involutivo, que
puede llevar incluso a su desaparición. Se han descrito casos en adolescentes y es más
prevalente en las mujeres. Se ha asociado con enfermedades inflamatorias del tejido conectivo.
Condromalacia
Artrosis u osteoartrosis
A) Concepto y epidemiología
1. Condilolisis. 2. Condromalacia. 3.
Artrosis u osteoartrosis (osteoortritis).
Estadios: inicial, intermedio y terminal. 4.
Desórdenes anquilosantes. 4.1. Anquilosis
falsas: A. Musculares. Rigidez refleja.
Contractura miofi-brótica. B. De
interferencia mecánica (pseudoanquilosis).
Alteración de la tuberosidad maxilar o del
arco cigomático. Alteración de la
coronoides por hipertrofia, fibro-sis o
adherencias. Alteraciones de la cabeza
2. Remodelación ósea con fenómenos de neoformación (ebumización y osteofitos) y de
rarefacción ósea (geodas o quistes de detritos).
3. Sinovitis secundaria.
La prevalencia de la artrosis aumenta con la edad, y a partir de los 65 años es universal para la
mayoría de las articulaciones; sin embargo, en los CATM es posible observarla en edades
tempranas.
Las cuatro articulaciones que componen la cadena cinemática craneomandibular (CCC) se ven
frecuentemente afectadas por esta enfermedad. Basándose en criterios radiológicos, se han
citado cifras de incidencia del 14%-41% de las articulaciones temporomandibulares estudiadas.
Es una enfermedad más prevalente en la mujer, en una proporción de 6 a 1. Pueden afectarse
uno o los dos complejos temporomandibulares simultáneamente.
No es raro que una luxación discocondilar termine desarrollando una osteoartrosis temporo-
mandibular, como ya hemos indicado anteriormente.
Etiopatogénesis
— Factores genéticos.
— Estilo de vida.
— Sobrecargas.
— Envejecimiento.
Las articulaciones más afectadas son aquellas que reciben más carga. En los CATM se han
señalado como implicados los siguientes factores etiopatogenéticos:
3. Luxación discocondilar.
4. Macrotraumatismos y microtraumatismos.
De todos estos factores, la hipermovilidad, los micro y los macrotraumatismos y los factores hor-
monales parecen ser los más importantes.
3. Estadio terminal con exposición del hueso, quistes osteolíticos, lesión ósea abrasiva y picos
osteofíticos (figura 12.2 y fotografía 12.4).
C) Clínica
Los cambios radiológicos tienen gran importancia y pueden ser detectados tanto por
radiografías transoblicuocraneanas (TOC) como con tomografía multidireccional o tomografía
computarizada (TC). Pueden hallarse evidencias de alteraciones estructurales del hueso
subarticular, del cóndilo y de la eminencia articular. Entre estas alteraciones se observan
fenómenos de aplanamiento, erosiones, osteofítos, esclerosis, pseudoquistes subcondrales,
concavidades, aplanamientos, cavitaciones, etc. Hay que destacar el hecho de que en muchas
ocasiones no existe correlación entre las grandes alteraciones morfológicas óseas que pueden
ser halladas y los síntomas como el dolor o la incapacidad funcional. Generalmente, tales
síntomas son mucho menores en cantidad y en calidad que las alteraciones radiológicas
objetivables, probablemente debido a la lentitud del proceso evolutivo y a la capacidad de
adaptación de las estructuras blandas.
D) Diagnóstico
E) Tratamiento
Desórdenes anquilosantes
Las anquilosis verdaderas o propiamente dichas pueden ser intracapsulares, por adherencias o
bridas fibrosas; capsulares o ligamentosas, debidas a fibrosis del tejido conectivo que compone
las cápsulas o los ligamentos temporomandibulares, u óseas, que consisten en la unión anormal
de las superficies óseas del CATM. La AAOP (1996) agrupa a las anquilosis intracapsulares (por
adherencias o bridas) y a las anquilosis capsulares en un solo apartado, y las denomina
anquilosis fibrosas.
Cuando una anquilosis propiamente dicha se produce en una de las dos articulaciones del
complejo articular
temporomandibular (en el encaje recíproco o
en la condiloartrosis) aquélla sólo podrá ser
intracapsular o capsular, pero nunca ósea,
dado que una de las dos superficies
en posición normal del disco no tiene
estructura ósea subyacente.
1. Concepto. La adherencia es una unión de fibrina entre dos superficies u órganos próximos
como resultado generalmente de inflamación o hemartrosis. Cuando la adherencia se organiza
forma una brida de tejido conectivo entre las dos superficies enfrentadas. En el caso del
complejo articular temporomandibular las adherencias y las bridas son fijaciones que se
producen entre las superficies de la articulación discocondilar, de la articulación temporodiscal o
de ambas.
2. Etiopatogénesis. Las adherencias y bridas o pueden tener lugar después de un largo período
de inmovilidad entre las superficies articulares opuestas. Se pueden producir después de un
traumatismo, en el curso de una artrosis o como consecuencia de un desorden del disco
articular. En general, cualquier proceso que implique actividad inflamatoria intracapsular puede
originarlas.
4. Criterios diagnósticos
— Rangos limitados de apertura con marcada desviación hacia el lado afectado (deflexión).
5. Tratamiento.
1. Concepto. Consiste en una retracción fibrótica del tejido conectivo que compone las cápsulas
articulares y/o los ligamentos.
4. Criterios diagnósticos
Las anquilosis óseas suelen ser unilaterales, y los casos bilaterales están relacionados con
antecedentes de fractura en ambos cóndilos.
Clínica. La clínica es simple. Una vez producido el episodio traumático o infeccioso en el CATM,
aparece una progresiva incapacidad funcional mandibular. El paciente presenta una apertura
entre incisivos que no va más allá de los 10-15 mm con ligera desviación hacia el lado afectado,
teniendo mínimos o nulos movimientos de lateralidad. No existe dolor a no ser que en el
momento de la exploración haya actividad inflamatoria en los tejidos blandos periarticulares.
— Anquilosis ósea de tipo I. Con poca o moderada formación de nuevo hueso entre la superficie
temporal y el cóndilo. Con la TC se reconoce bien el cóndilo y la 1: superficie temporal, aunque
presenten tí ligeras deformaciones. Este tipo de anquilosis se relaciona con traumatismos.
— Anquilosis ósea de tipo II. Existe una gran masa de hueso nuevo entre temporal y cóndilo y
no es posible reconocer cada una de las estructuras primitivas mediante TC.
4. Criterios diagnósticos
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otras entidades que produzcan anquilosis, como la
fibrosis capsular, las adherencias o las pseudoanquilosis.
El pronóstico del caso depende del tiempo de duración de la anquilosis y del grado de atrofia
muscular. Las complicaciones más importantes en pacientes jóvenes y niños son la falta de
desarrollo de la rama mandibular ipsolateral con la consiguiente deformación y asimetría facial,
así como la disoclusión con aparición de clase II de Angle y mordida abierta anterior. "'.
5. Tratamiento. El tratamiento es quirúrgico y los tres métodos que se utilizan son éstos:
Junto con la artroplastía es frecuente actuar sobre la apófisis coronoides, sobre el masetero y
sobre el pterigoideo medial, debido a la contractura miofibrótica concomitante de los músculos
masticadores.
INTRODUCCIÓN
Los desórdenes del desarrollo (malformaciones, lesiones reactivas y neoplasias) pueden afectar
las estructuras de uno o de ambos complejos articulares temporomandibulares (CATM). Tales
desórdenes suelen deberse a lesiones óseas que afectan al cóndilo mandibular y suelen ser
asimétricos, es decir, afectan a un solo CATM. Pueden ser generalizados (mieloma múltiple) o
circunscritos (malformación); de origen odontogénico (ameloblastoma, mixoma) o no
odontogénico (condroma).
Hipoplasias y aplasias
La etiopatogénesis de los síndromes del primer arco no está totalmente aclarada. En menos de
la mitad de los casos se ha hallado una transmisión autosómica dominante. Se han relacionado
estos defectos del desarrollo con problemas vasculares, hemorragias y defectos migratorios de
células procedentes de la cresta neural. Así, el ectomesénquima alterado en las primeras
semanas del desarrollo embrionario daría lugar a un desarrollo anormal de las estructuras.
Mas frecuentes son las hipoplasias del cóndilo de origen adquirido por factor mecánico (fórceps
en el parto, traumatismos externos), físico (radioterapia en la infancia para tratar hemangiomas
de la piel), biológico (alteraciones del abastecimiento sanguíneo condilar), infeccioso o
metabólico (alteraciones endocrinas o metabólicas).
Las noxas suelen actuar antes de la pubertad, pero también pueden hacerlo después.
Tengamos en cuenta que el potencial de crecimiento del cóndilo se mantiene hasta la edad
adulta.
Los hallazgos clínicos pueden ser muy variados dependiendo del grado de anormogénesis.
Desde formas severas, como ya hemos indicado, donde llegan a faltar el cóndilo, la eminencia
articular el oído medio y el arco cigomático, hasta formas leves con retrognatia, cóndilo y rama
pequeños e hipoplasia del disco y de la eminencia articular.
Hiperplasias
Aunque la displasia fibrosa puede ser asimétrica si se afecta toda la mandíbula da lugar a una
forma de hiperplasia con crecimiento mandibular lento y generalmente asintomático. Como ya
vimos en el capítulo 1, la displasia es un trastorno del desarrollo de origen mesenquimal,
caracterizado en una primera fase por la presencia de tejido conectivo fibroso que reemplaza al
hueso normal, y en una segunda fase, por la metaplasia ósea en el interior del tejido fibroso
(imagen histológica en "escritura china"). Las imágenes radiológicas de la displasia fibrosa que
pueden hallarse depende momento evolutivo de la enfermedad ("vidrio esmerilado" en la fase
mixta). Suele afectar a niños y jóvenes, y detenerse o volverse inactiva en el momento en que el
esqueleto alcanza la madurez A pesar de la hiperplasia mandibular, el hueso cortical permanece
intacto, la oclusión no suele alterarse y los dientes no se desplazan aunque ocasionalmente se
asocia a displasia dentinal o a sarcoma óseo. Si el crecimiento mandibular es rápido y crea
problemas estéticos, puede estar indicada la cirugía, aunque ya hemos indicado que el proceso
suele detenerse después de la pubertad.
Neoplasias
Cualquier tejido, por lo tanto, puede originar un tumor benigno o maligno, aunque todos ellos
son raros. Se han descrito algunos casos de tumores metastásicos en el CATM.
A) Tumores benignos
Pueden proceder de distintas poblaciones celulares, pero la gran mayoría se origina en el tejido
óseo. Se han descrito osteomas, osteoblastomas, condromas, fibromas osificantes, etc. Suelen
tener crecimiento lento, dando una clínica parecida a la que se produce en la hiperplasia
condilar unilateral. En ocasiones se observa extensión al cóndilo mandibular de tumores
odontogénicos como ameloblastomas y mixomas originados en el cuerpo de la mandíbula.
La condromatosis sinovial es una lesión benigna y rara que afecta al espacio articular, pero no
es un tumor propiamente dicho. Se caracteriza por múltiples nódulos cartilaginosos que parecen
condromas y cuerpos flotantes dentro del espacio articular, formados por metaplasias del tejido
conectivo fibroso de la sinovia. El cuadro clínico puede parecerse al de una luxación
discocondilar. En la resonancia magnética se aprecia una cápsula articular engrosada y
distendida. Radiológicamente los pequeños nódulos pueden simular calcificaciones de mediana
intensidad. El tratamiento es la remoción
quirúrgica de los cuerpos flotante y del tejido
sinovial engrosado.
B) Tumores malignos
Concepto y clasificación
Al igual que las miopatías y las artropatías, estos desórdenes paratemporomandibulares pueden
ser clasificados en cinco grupos: funcionales, traumáticos, inflamatorios, degenerativos y del
desarrollo
A su vez, estos grupos de patologías pueden originarse en cualquiera de los tejidos del área
orofacial (epitelial, conectivo, óseo, cartilaginoso, adiposo, nervioso, etc.) que den lugar a dolor
orofacial o alteraciones de la función mandibular. Ello quiere decir que nos podemos encontrar
con una variadísima patología capaz de dar síntomas o signos que simulen un DTM. El
diagnóstico diferencial de estos desórdenes puede ser delicado, y ocasionalmente se ha llegado
a confundir una neoplasia maligna de tejidos próximos (carcinomas escamosos faríngeos y
sarcomas) con un DTM.
Por ello, hay que insistir en la importancia que tiene la metodología del proceso de diagnóstico,
Debemos resaltar la trascendencia que las técnicas realizadas por el especialista en radiología
(ortopantomografía, radiografía tronsoblicuocraneal, tomografía computarizada, resonancia
magnética) tienen en el diagnóstico de tales casos.
Se han descrito distintos tipos de desórdenes del proceso coronoideo que pueden llevar a una
alteración de los movimientos mandibulares, generalmente, a una disminución de la función.
Entre tales procesos tenemos la hiperplasia del proceso coronoideo, la fusión del proceso
coronoideo al arco cigomático o el proceso coronoideo bífido. Son entidades a tener en cuenta,
ya que se ha demostrado que son responsables del 5% de casos de severa limitación de los
movimientos mandibulares.
La alteración más frecuente es la hiperplasia de este proceso Suele ser unilateral, congénito o
desarrollado después del nacimiento. Su origen no está aclarado, y en algunos casos tal vez
tenga que ver con alteraciones inflamatorias o desórdenes y acortamiento del músculo temporal
y su tendón. Se ha descrito algún caso de hiperplasia coronoidea bilateral en varios miembros
de una misma familia.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otros desórdenes que produzcan una
interferencia en el movimiento de un proceso normal, como es el caso de una hiperplasia de la
tuberosidad maxilar, una malposición del tercer molar superior, una deformación por
traumatismo o malformación del arco cigomático, un desorden degenerativo del músculo
temporal o su tendón de inserción en la coronoides, o tumoraciones y otros desórdenes de
tejidos del espacio infratemporal, del seno maxilar o de otras regiones próximas. En este sentido
diremos que la TC y la RM constituyen exámenes complementarios importantes.
Desórdenes de la cadena
estilohioidea
A) Concepto, clasificación y
epidemiología
Denominamos desórdenes
estilohioideos a aquellos cuadros que
originan síntomas y signos derivados de
algún tipo de trastorno de la cadena
estilohioidea.
— Ligamentos estiiohioideos.
Eagle (1937 a 1958) dividió a estos desórdenes, generalmente asociados a una historia de
amigdalectomía, en dos grupos:
1. Elongación del proceso estiloideo con dolor de garganta, disfagia y otalgia ipsolateral.
2. Calcificación del ligamento estiloideo con dolor en el territorio de distribución de las arterias
carótidas externa e interna.
En los últimos años se han descrito casos de sintomatología parecida al síndrome clásico sin
calcificación estilohioidea.
3. Seudosíndrome estilohioideo. Clínica similar a la de los dos cuadros anteriores pero sin
calcificación estilohioidea y sin antecedentes de amigdalectomía o traumatismo. Aparece en
sujetos de 40 años o más.
Langlais (1986) clasifica los distintos grados de mineralización de la cadena estilohioidea en tipo
I o proceso estiloideo elongado. tipo II o proceso estiloideo seudoarticulado (dos tramos
mineralizados) y tipo III o proceso estiloideo segmentado (más de dos tramos mineralizados).
Hemos de tener en cuenta que la elongación del proceso estiloideo se produce de manera
natural por mineralización del ligamento estilohioideo, a medida que aumenta la edad (4ª-8ª
décadas). Se considera patológico si el proceso sobrepasa los 30-35 mm de longitud. El cuadro
suele ser bilateral, pero también puede ser unilateral, y el que exista elongación anormal no
tiene necesariamente que acompañarse de clínica. De hecho, sólo un pequeño porcentaje de
casos de mineralización anormal de ligamento estilohioideo o prolongación del proceso
estiloideo, que se descubre en los estudios radiológicos, se acompaña de clínica (4%-8%).
B) Etiopatogénesis
Los orígenes de los desórdenes estilohioideos no son del todo conocidos. Se postulan distintas
causas para la mineralización anormal de la cadena estilohioidea:
I. Metaplásica. Osificación reactiva a una injuria. Explicaría e! síndrome de Eagle clásico una
amigdalectomía o traumatismo originaría cicatrices y adherencias que desencadenarían el
cuadro).
2. Congénita. Por la persistencia de una porción o porciones del cartílago de Reichert que
terminarían osificando. Explicaría el denominado "síndrome estiiohioideo".
3. Degenerativa. Por mineralización anómala del ligamento estiiohioideo, como proceso
degenerativo relacionado con la edad.
El que aparezcan o no síntomas y la variedad de los mismos vendría explicada por la riqueza de
elementos anatómicos que se relacionan con el ramillete de Riolano (músculos estilogloso,
estilofaríngeo y estilohioideo) o con los ligamentos estilomandibular y estilohioideo, y que
ocupan los espacios preestileo y retroestileo. Entre las causas patogenéticas de los variados y
diferentes signos y síntomas que pueden presentarse, citaremos: alteraciones musculares,
alteraciones vasculares (carótida interna o externa), desórdenes neurológicos (plexo simpático
periarterial, compresión del glosofaríngeo y trigémino), estímulos irritativos mecánicos sobre la
pared faríngea, etc.
C) Clínica
2. Otalgia y/o sensación de taponamiento de oído que mejora al deglutir o mover la cabeza o la
mandíbula.
D) Diagnóstico
E) Tratamiento
Si existen síntomas asociados a la elongación del proceso estiloideo y/o mineralización del
ligamento estilohioideo la indicación es quirúrgica. La extirpación intraoral transfaríngea evita
cicatrices visibles y tiene buen postoperatorio. Se realiza cuando el proceso estiloideo elongado
se palpa en la fosa amigdalina. La vía quirúrgica extraerá! permite mejor visualización de las
diferentes estructuras anatómicas.
Síndrome de Ernest
En la polea de reflexión del tendón intermedio del músculo digástrico puede producirse un
fenómeno de bursitis y tendinitis que a veces simula los síntomas de un desorden estiiohioideo
con estilalgia muy parecida a lo que se observa en el síndrome de Eagle clásico. La presión en
el extremo posterior del vientre anterior del digástrico es dolo-rosa y las técnicas de imagen no
revelan un proceso estiloideo elongado. .
El músculo tensor del velo del paladar o músculo periestafilino lateral converge desde la base
del cráneo hacia un tendón que pasa alrededor del hamulus de la lámina medial del proceso
pterigoideo. Este tendón está cubierto por una vaina sinovial que cuando se inflama,
generalmente por pequeños traumatismos reiterados o malfunción muscular, produce dolor
crónico en el paladar, que puede irradiarse al área auricular y se confunde en ocasiones con
desórdenes temporomandibulares. El tratamiento consiste en infiltraciones de corticoides o en
cirugía.
Ya se ha mencionado que los tumores malignos del CATM son raros y más todavía lo son los
tumores metastásicos. Sin embargo, se observan con relativa frecuencia defunciones
mandibulares provocadas por extensión de neoplasias malignas desde regiones próximas
(mucosa oral, epifarin-ge, glándula parótida, espacio infratemporal, etc.).
Los tumores malignos que con más frecuencia afectan por extensión a las articulaciones tempo-
romandibulares son carcinomas de células escamosas, pero también se han descrito otros tipos
de cánceres, como cilindroma de parótida, carcinoma mucoepidermoide de parótida,
carcinomas indiferenciados, schwanoma maligno, cilindroma, carcinoma transicional,
histiocitoma fibroso maligno, sarcoma de células redondas, leiomiosarcoma, etc.
Por ello nunca debemos establecer el diagnóstico definitivo de desorden temporomandibular sin
haber realizado una sistemática exploración. Si existe sospechado tumor, los exámenes
complementarios como la TC, la RM y la biopsia permiten descartar una neoplasia maligna no
articular que pueda estar interfiriendo con la función mandibular.
Las miopatías funcionales son aquellas relacionadas con una función excesiva o anormal de los
músculos, en donde una vez desaparecida la causa generalmente desaparece la disfunción. Y
las secuelas son mínimas o no se observan.
Concepto y epidemiología
El dolor miofascial ha sido también conocido con otros términos, como síndrome doloroso
miofascial, miofascitis, miofibrositis, miogelosis, mialgia, dolor de puntos gatillo y síndrome de
dolor disfunción miofascial.
Afecta sobre todo a mujeres entre 25 y 45 años y, con su génesis, se han relacionado trastornos
genéticos como determinados rasgos de la personalidad, trastornos del sueño, determinados
hábitos posturales o parafuncionales y alteraciones de los mecanismos de transmisión nerviosa
del dolor.
Etiopatogénesis
La etiopatogenia del dolor miofascial no esta totalmente aclarada. Algunos autores opinan que
es superponible a la de la fibromialgia.
Existen dos grandes grupos de factores etiopatogénicos: los factores predisponentes y los
factores iniciadores y/o perpetuadotes.
- Generales: situaciones de estrés y ansiedad, alteraciones del sueño o desordenes del sistema
nervioso central o periférico.
- Locales: asimetrías funcionales o morfológicas, posiciones inadecuadas al sentarse en el
puesta de trabajo, inflamaciones localizadas, alteraciones oclusales (falta de dientes
posteriores, interferencias oclusales), alteraciones del complejo articular temporomandibular.
Las disarmonías oclusales no provocan por si mismas un dolor miofascial, pero podrían
contribuir a perpetuar el cuadro una ves establecido.
Tengamos en cuenta:
Cuando se obtiene disoclusión posterior la existir unas apropiadas guías anteriores se reduce la
actividad de los músculos elevadores como son los temporales y los maseteros.
Por lo tanto, una oclusión donde falten dientes posteriores o donde existan contactos
prematuros e interferencias podría conducir a cambios posiciónales de la mandíbula, que a su
vez producirían cambios posicionales de la mandíbula, que a su vez producirían palancas
responsables de efectos de acortamiento o alargamiento muscular, perpetuadotes de la
hiperactividad muscular.
Clínica
El paciente prototipo es un adulto joven, de sexo femenino, que presenta un dolor crónico de
cabeza y cuello y que siempre usa analgésicos. Alguna vez acude al medico, pero sus molestias
le permiten tener una calidad de vida aceptable.
d) Síntomas
e) Signos
f) Exámenes complementarios
3.- Los dermotemogramas sobre los puntos desencadenantes activos han demostrado un
aumento de la temperatura de la piel en áreas de 5 – 10 cm. de diámetro.
Diagnostico
El diagnostico diferencial debe realizarse con aquellos trastornos irritativos capaces de originar
dolor oro facial, tanto somático como neurogénico, así como la osteoartritis, miositis, mialgias no
clasificadas.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento consiste en eliminar la isquemia provocada por la actividad contráctil
sostenida del músculo. Pretendemos que los músculos de la masticación trabajen justo el
tiempo adecuado y de la forma adecuada. Es decir que la masticación y todas las funciones
mandibulares se realicen simétricamente y dentro de los grados de movimiento y tiempo de
actividad fisiológicos.
Instaurar el tratamiento precozmente con el fin de evitar que el proceso pase de sus etapas
iniciales.
El paciente debe ser participe del plan de tratamiento.
El tratamiento se establece en tres niveles:
Se define el cuadro de hiperactividad muscular como una entidad nosologica diferenciada. Esta
entidad tiene factores etiopatogeneticos idénticas a los del dolor miofascial. El enfermo presenta
dolor de cabeza y dolor en los músculos de la masticación o sensibilidad a la palpación en
dependencia de los niveles de estrés y parafuncion. Podemos encontrar hipersensibilidad
localizada en bandas con signo del salto, en cambio no encontramos signo de irradiación, es
decir no existen puntos gatillo o desencadenantes.
Consideramos que el cuadro de hiperactividad muscular masticatoria debe ser tenido en cuenta
porque de hecho en muchos casos de dolor muscular no es posible encontrar puntos gatillo con
patrones específicos de dolor referido.
Mioespasmo
Concepto
Es una contracción muscular tónica, repentina e involuntaria que cursa con dolor agudo, se
considera un desorden funcional porque se halla en relación con la función muscular excesiva o
anormal. Puede aparecer en el curso de un dolor miofascial o de un cuadro de hiperactividad
muscular masticatoria, pero se resuelve fácilmente y aunque puede recidivar, si se eliminan las
causas también con ello conseguiremos eliminar las recidivas.
Etiopatogenia
Los signos y síntomas suelen establecerse bruscamente. El músculo afectado presenta una
condición aguda que limita la función mandibular con dolor agudo muy intenso en reposo y en
función, a la palpación y al estiramiento pasivo.
Se trata de un dolor somático que se describe como profundo, sordo, permanente, constante y
muy intenso. Suele afectar un solo músculo.
Se producen recidivas en especial cuando existen situaciones de estrés mantenido y se hacen
más frecuentes en los momentos en que el cuadro emocional empeora.
Diagnostico
e) dolor agudo.
f) Contracción muscular continúa con fasciculación.
g) Limitación de la función mandibular y posible maloclusion aguda.
h) Incremento de la actividad electromiografica.
El pronóstico es bueno pero la repetición y perpetuación del cuadro puede provocar contractura
miofibrotica irreversible.
Tratamiento
El enfermo debe realizar una función moderada porque ello ayuda a relajar el músculo. Pueden
utilizarse analgésicos y relajantes musculares, así como la aplicación de frió y calor. Es
importante eliminar las causas que hayan intervenido en la instauración del cuadro para evitar
las recidivas.
Rigidez refleja
Concepto
Etiopatogenia
El origen puede estar, bien en una lesión del propio músculo, bien en una alteración articular
propiamente dicha, bien en una lesión de tejidos mucosos próximos a los músculos afectados.
El trastorno puede producirse después de un traumatismo quirúrgico, como la estación de
terceros molares inferiores. También puede producirse por algún otro tipo de agresión regional,
como una inyección de anestesia o simplemente después de unas horas de bruxismo intenso.
Los propioceptores periféricos alterados estimulan el sistema nervioso central con resultado de
aumento del nivel de actividad y del número de unidades motoras resultando un tono exagerado
mantenido de músculos agonistas y antagonistas simultáneamente.
Clínica
Diagnostico
Tratamiento
Miositis
Contractura miofibrotica
También se conoce como un trismo crónico, fibrosis muscular o cicatriz muscular. Consiste en
un trastorno degenerativo del músculo que determina una fibrosis de tendones, de ligamentos o
incluso de fibras musculares. Puede tener como origen una de las enfermedades funcionales
expuestas anteriormente, perpetuadas en el tiempo o recidivantes. También se origina en
traumatismos, infecciones o situaciones de hipomobilidad, así como por cáncer de cabeza y
cuello. Las consecuencias clínicas son una limitación de la movilidad mandibular y una
resistencia del músculo al estiramiento pasivo. No suele haber dolor.
Luxación discocondilar
Entendemos por luxación discocondilar la perdida de la relación normal entre las dos
superficies articulares que componen la articulación discocondilar. En máxima
intercuspidacion (MI) el disco se halla desplazado habitualmente a una posición anteromedial
con respecto al condilo. El desplazamiento mediolateral, y sobre todo posterior del disco con
respecto al condilo ,es menos frecuente .Esta luxación suele ser cerrada y es, con gran
diferencia, la mas frecuente alteración dentro de los distintos tipos de artropatías del articular
temporomandibular(CATM).
Etiopatogenesis
Los factores hormonales y las enfermedades del tejido conectivo constituyen unos factores de
riesgo importantes en el desarrollo de un desorden temporomandibular.
6. Determinantes anatómicos.-
a) Morfología articular
Estos factores son capaces de provocar cambios de posición del condilo como
consecuencia de fenómenos de comprensión/distracción del complejo articular
temporomandibular.
1.- Cambios crónicos de la posición del condilo .pueden producirse por distintas razones:
a) Hiperactividad muscular.-
Factor determinante en la consecución de una luxación discocondilar, la
hiperactividad muscular generalmente se produce se produce con bruxismo pero
también puede aparecer sin el. Puede estar relacionado a factores genéticos, estrés,
alteraciones de la personalidad, alteraciones neurológicas y alteraciones del sueño.
b) Los malos hábitos ,como masticar de un solo lado, dormir con la cabeza en una
posición inadecuada, permanecer sentado por horas en forma anómala y la creación
de palancas (morder uñas , lapiceros, tocar un instrumento de viento, morder la pipa
etc.),pueden producir cambios crónicos de la posición del condilo.
2.- Cambios agudos de la posición del condilo.-Suelen estar provocados por factores
mecánicos agudos .Son denominados por algunos autores “macrotraumatismos” como
traumatismos mandibulares ,aperturas bruscas de boca en un bostezo, un choque de
automóvil o una intervención quirúrgica iatrogénica.
A.- luxación discocondilar leve.-Es aquella luxación que se reduce fácilmente con poco o
ninguna sintomatología
Clínica
Las tres formas clínicas de luxación discocondilar, leve, moderada, severa o permanente,
pueden o no ser consecutivas, y el proceso se puede estabilizar en un determinado momento
según las características de la injuria y en especial dependiendo de que los factores
mecánicos se perpetúen o no.
1.- concepto.- Es una luxación que se reduce espontánea y fácilmente, con poca o ninguna
sintomatología.
2.-Anamnesis.-Suele ser una mujer en edad fértil presenta pocos síntomas, especialmente
en los primeros estadios del trastorno .descubierto por examen de rutina .No suele existir
dolor .El paciente percibe sonidos articulares cuando abre la boca o durante la
masticación.
4.-Exámenes complementarios.-
La radiografía transoblicuocraneal (TOC) puede detectar en algunos casos un
desplazamiento posterior del condilo.
B.-Luxación discocondilar moderada.-
Concepto
Anamnesis.-El paciente se refiere a una historia previa de ruidos articulares. Desde hace
poco aprecia dolor preauricular, sobre todo cuando toma alimentos duros.
Puede existir dolor muscular ocasional y cefalea Los ruidos articulares se han acentuado y
de ves en cuando nota la mandíbula como atascada o trabada en posición de cierre.
Concepto
En este tipo de luxación no existe reducción .La boca queda bloqueada en cierre. Puede
existir adaptación y remodelación de las estructuras blanda s consiguiéndose con el
tiempo mayor apertura de la boca
2.-Tardía o crónica
Tratamiento
b) generalidades.
1. Control del factor terreno. Será preciso valorar hasta que punto
puede ser tratada una enfermedad sistémica concomitante. Si existe un síndrome
de hipermovilidad articular es interesante adiestrar al paciente para que no
realice movimientos mandibulares exagerados que contribuyan a distender mas
los ligamentos y perpetuar la situación de luxación.
2. Control del factor mecánico. El control de la hiperactivad
muscular es presisa si queremos obtener resultados a largo plazo, al paciente se
le adiestrara en los consejos higiénicos caseros y métodos específicos
(entrenamiento autógeno)
5. Ante un clic de apertura muy temprano sin dolor ni otros síntomas articulares sin
componente muscular ni hiperactividad muscular, seguimos una actividad
expectante y sometemos al paciente a reviciones periódicas.
6. Ante una luxación disco condilar leve de clic temprano con importante
componente muscular se puede comenzar por utilizar una férula plana de
relajación y la prevención de la hiperactividad muscular mediante la relajación y
consejos higienicos caseros.
1.- si se logra la reducción se coloca una férula de reposición mandibular anterior en una
posición condilea que permita mantener la reducción. Se llevara 24 horas al día durante 10
días. Y luego se procede como si se tratara de una luxación discocondilar moderada.
Luxación temporodiscal
Concepto
Etiopatogenesis
Probablemente, el factor mas importante para que se produzca esta situación es el morfológico,
la vertiente posterior de la eminencia articular de estos enfermos suele ser empinada
coincidiendo con una sobremordida dental profunda. Puede existir una hipermovilidad articular y
se ha relacionado este tipo de luxación con el síndrome de Ehlers-Danlos.
Clínica
Criterios diagnósticos
La luxación se reduce presionando con los pulgares en clarea de los molares inferiores y
desplazando la mandíbula hacia abajo y luego hacia atrás. Puede ser necesaria la anestesia
local para desbloquear la articulación y eliminar el dolor. Ocasionalmente se precisa sedacion
intravenosa con ralajantes musculares.
Es interesante hacer que el paciente aprenda a mover la mandíbula dentro de unos límites que
no le originen la residiva.
Cuando fracasan los métodos anteriores y la luxación residiva comprometiendo la cavidad de
vida del paciente puede recurrirse a la cirugía.
CAPÍTULO 10
LESIONES OROMAXILOFACIALES
LABIO LEPORINO
INTRODUCCIÓN
Etiología
En innumerables estudios clínicos, los factores etiológicos en el labio leporino, con paladar
hendido o sin él, no se pueden determinar con exactitud, por lo que nos limitamos a clasificarlos
como de tipo “hereditario multifactorial” dependiente de múltiples genes menores con tendencia
familiar establecida, sin seguir ningún patrón mendeliano en el 90% de los casos. Estos
representan el resultado de interacciones complejas entre un número variable de genes
menores y factores ambientales, por lo general desconocidos. Dichos genes predisponentes,
cuya acción y número son difícilmente identificables, actúan según la teoría de la predisposición
genética (poligenia). Los criterios para interpretar este tipo de herencia son:
La frecuencia de la malformación genética varía en las diferentes poblaciones de
acuerdo con su carga genética propia.
La malformación es más frecuente en los parientes de los sujetos afectados, cuanto más
rara es en la población general.
Existe una gran gama clínica de variedad de estas malformaciones.
El riesgo de presentar una malformación un familiar es mayor cuanto más grave es la
malformación y aumenta a medida que lo hace el número de sujetos afectado de la familia. Las
madres que hayan tenido un hijo afecto tienen 2 ó 3 veces mayor riesgo de tener otro hijo
malformado.
El coeficiente de consanguinidad media de la familia de los individuos afectados es
superior al de la población general.
Existe predisposición en cuanto al sexo; es más frecuente hallarse afectados los varones
en el labio y paladar hendido, mientras corresponde a la mujer el presentar con más frecuencia
el paladar hendido.
Determinadas malformaciones tienen una predisposición estacional.
En el restante 10% de los casos, el factor puede ser determinado con relativa seguridad. En
estas categorías entran algunos síndromes con aberraciones cromosómicas que se asocian al
labio hendido. Estos son:
Dentro de los factores ambientales se incluyen la hipoxia (tabaco, altitud), alcohol,
talidomida, etc.
Dentro de los sindrómicos (sólo un 3% de las fisuras palatinas forman parte de un
síndromes):
Se incluyen las trisomías del 13 y 21.
Sde. de Waardenburg (sordera, hipoplasia del ala nasal, piebaldismo,
heterocromía del iris, telecanto) de carácter autosómico dominante.
Sde. Van Der Woude (labio hendido bilateral con paladar hendido y quistes o
trayectos fistulosos en el labio inferior) con carácter autosómico dominante.
Las malformaciones asociadas a labio y paladar hendido son más frecuentes faciales y/o
locales, frente a las sistémicas (esqueléticas, cardiovasculares,...). La edad de los progenitores
se ha relacionado con mayor índice de afectación, y dentro de ellos particularmente la edad del
padre.
Epidemiología
Según las estimaciones, la frecuencia del labio hendido, con paladar hendido o sin él, varía de
0,8 a 1,6 casos por cada 1000 nacimientos (valor medio de 1/1000). Las variantes de este
margen se deben a diferentes condiciones raciales y geográficas:
La fisura del labio y paladar se producen 1/1300.
La fisura del labio por sí sola 1/1000.
La fisura del paladar por sí sola 1/2500.
Incidencia:
La forma de presentación, es más frecuente la afectación del labio con o sin afectación
palatina que el paladar exclusivamente:
21% de labio leporino aislado.
33% de fisura palatina aislada.
46% de ambas malformaciones congénitas simultaneas.
Es más frecuente el labio hendido unilateral sobre el bilateral, y con mayor frecuencia el
lado izquierdo es el afectado. El labio leporino bilateral se asocia con más frecuencia a paladar
hendido, mayor relación con la herencia y sdes. malformativos que el labio leporino unilateral.
Es más frecuente la afectación del labio en el hombre, frente a la presentación palatina
exclusiva más frecuente en las mujeres.
Relación al sexo: del 60-80% de los afectados son varones (relación de 7:3).
Lado afecto el lado izquierdo sobre todo en varones. Cuando es bilateral se asocia a
fisura palatina en el 86% y cuando es unilateral, la asociación es del 68%.
La edad de los padres: Al parecer es la edad paterna la que interviene.
Incidencia estacional: Mayor incidencia en los meses de enero y febrero.
Orden de nacimiento: no es significativo.
Figuras 1, 2 y 3.
TRATAMIENTO
Planificación del tratamiento
En su consulta inicial, le explicaremos con detalle el procedimiento, incluyendo donde se hará la
cirugía, el tipo de anestesia, los posibles riesgos y complicaciones, recuperación, costes, y los
resultados que puede esperar. También le daremos respuestas sobre cuestiones tales como la
alimentación del niño, antes y después de la cirugía.
Momento de la intervención
Hay diferencias de opinión considerables en cuanto a la edad óptima para la operación. Aunque
la reparación puede hacerse ya al primer día de vida, la edad más temprana razonable es a los
10 a 14 días después del nacimiento, siempre que el bebé haya comenzado a ganar peso y
tenga todos los demás signos normales, en especial el recuento sanguíneo; pero la intervención
a edades muy temprana ha demostrado que no mejora el resultado, además, el manejo de las
estructuras tan pequeñas dificulta la cirugía. La “regla de los más de 10” es una buena guía.
Otros piensan que a los tres meses de edad es el momento oportuno (Tabla 1).
Tabla 1. Organigrama de tratamiento en fisuras labiales (Adaptado de Stal S.)
Debemos recordar que pueden existir otras anomalías, siendo las más comunes las
malformaciones del sistema nervioso central, pies deformes y enfermedad cardíaca congénita.
Es imprescindible un examen físico completo y radiografía de tórax.
En una fisura completa con marcada deformidad del premaxilar se recomienda un
procedimiento de adhesión labial a las 2 ó 3 semanas de edad aproximadamente. Esta medida
provisoria tenderá a realinear el premaxilar y ayuda al cierre del defecto alveolar. La reparación
definitiva se pospone hasta los 6 meses de edad. Cuando el labio fisurado se acompaña de
fisura palatina, se aconseja que en el mismo momento de la queiloplastia se realice el cierre del
paladar primario cuya finalidad es el crear un suelo hermético en la fosa nasal anterior, de forma
que evite o minimice la existencia de fístulas oronasales anteriores, con colgajos vomerianos y
un colgajo mucoperióstico para la fisura alveolar, que prepare el terreno en una nueva
intervención para un injerto óseo y el cierre del paladar secundario a los 18 meses.
Tradicionalmente se ha pensado que la intervención quirúrgica debía hacerse lo más
precozmente posible, y luego utilizar en la alimentación medidas protectoras de la reparación
(catéteres, etc.). Sin embargo, la operación realizada precozmente (primera semana)
incrementa la aparición de complicaciones (fiebre sobre todo), mientras que no se obtiene
ventaja en la reparación. Proponen la realización en la tercera semana; además con la
alimentación postoperatoria no aparecen complicaciones debidas a la lactancia materna,
mientras que la ganancia ponderal fue mejor y la estancia hospitalaria más corta.
La alimentación preoperatoria en el labio fisurado, aunque resulta más dificultosa, se resuelve
con paciencia, debe colocarse al bebé a 45-60º de la horizontal para minimizar el riesgo de
aspiración.
La mayoría de los autores señalan que el momento de la intervención se debe valorar la
existencia de un buen estado de salud, y un recuento hemático adecuado, a modo orientativo se
sigue “la regla de los diez”:
Más de 10 semanas de vida.
Más de 10 g Hb.
Más de 10 libras de peso (4,5 Kg de peso).
Más de 10.000 leucocitos/ mm3.
Algunos autores sugieren el tratamiento quirúrgico intraútero basados en que la cirugía sobre el
ectodermo del feto no produce cicatriz. No es del todo conocida la causa, pero parece estar en
relación con la ausencia de células inflamatorias en el feto, que lleva consigo la ausencia de
depósito de colágeno; además no se produce contracción de la cicatriz, de forma que el
mecanismo reparativo es la regeneración; pero en cambio, implican un importante riesgo de
lesión fetal, por lo que la cirugía intraútero se reserva para malformaciones vitales en las que la
intervención postnatal no dé, generalmente, buen resultado.
Millard ha esbozado las líneas de tratamiento basadas en los principios biológicos, de forma que
favorezcan la migración embriogénica alterada. El autor propone iniciar el tratamiento colocando
los segmentos alveolares, disecando el mucoperiostio por fuera de la fisura y realiza la unión del
mismo, creando un túnel perióstico que permita la unión ósea e incluso la erupción dental en el
área fisurada. El cierre labial por adhesión reduce la tensión y permite la formación de un
“molde” adecuado para que se produzca la “solidificación”. De esta forma una fisura completa se
convierte en incompleta. Con una plataforma maxilar compensada y estabilizada, la corrección
del labio y la nariz, puede realizarse, de forma completa, en los 2-4 años de vida iniciales. Ello
evita la persistencia de fisuras, fístulas, malposición de segmentos alveolares y, probablemente,
la necesidad de injertos óseos. La única cuestión no totalmente aclarada es el efecto del
tratamiento sobre el crecimiento final.
Técnicas quirúrgicas
El primer caso reportado fue desarrollado en el año 390 a.C por un médico Chino desconocido.
El gran auge vino a finales del s. XIX y principios del s. XX con los aportes de LeMesurier,
Tennison y Millard, este último diseñó la técnica más comunmente usada en la reparación de
fisura unilateral. Los resultados son cirujano-dependiente.
Figuras 4 y 5.
Si la diferencia excede de 1 a 2 mm, se recurrirá a la reparación mediante la técnica rotación-
avance de Millard. La corrección nasal ligera es aplazada posterior-mente mediante una
rinoplastia en la adolescencia cuando la corrección labial se realice con cierre en línea recta;
pero en casos de deformación nasal moderadas o con una deformidad mínima que requieran
una corrección labial con rotación-avance, la deformidad nasal es realizada en el mismo
momento de la reparación labial.
Figura 6.
Técnica de colgajos triangulares de Tennison-Randall: Esta técnica de Z-plastia
inferior, preserva el arco y sigue vigente en la actualidad. Su finalidad es descender la línea
cutáneomucosa interna del labio fisurado y colocar el arco de Cupido en posición normal,
mediante un colgajo triangular inferior desde el lado externo de la fisura interdigitado (Figura 7).
Los resultados son buenos si las medidas son cuidadas y las cicatrices son perfectas, pero la
corrección secundaria de esta técnica es más difícil incluso que en la del colgajo cuadrangular.
Tiene la desventaja de interrumpir la columna de filtrum, desvía la atención hacia la parte inferior
del labio, altera la fosa y fuerza la escisión de tejidos que impiden corregir el amplio defecto
nasal. Está indicada en todo tipo de fisura unilateral, especialmente para fisuras amplias con
grandes deficiencias de tejidos, dada la exactitud de sus medidas, requiere escasa experiencia.
Figura 7.
Figura 8.
Es adaptable a todas las fisuras unilaterales, con la ventaja de desechar poco tejido, preservar
el arco de Cupido, la columna y el surco del filtrum; tensión llevada hacia el tercio superior del
labio, las cicatrices quedan cubiertas por las líneas naturales y presenta mejor corrección nasal.
Tiene la desventaja de cálculos subjetivos, cicatriz a veces retráctil, deforma la ventana nasal y
al no abrir el borde externo del labio, a veces queda engrosado.
Los criterios de elección entre la técnica de Tennison-Randall y Millard suele ser orientativo a los
gustos del cirujano, se puede determinar en función de la cuantificación del tamaño o altura del
prolabio medial en relación con el lado sano; así pues, si resulta ser >50% del lado sano se
recurre a la técnica de Millard, mientras que de serlo <50% se emplea la técnica de Tennison-
Randall. Esto es orientativo y la técnica de Millard suele ser aplicable en todos los casos.
La técnica de Millard tiene 2 variantes en fisura unilateral: Millard I correspondería a la técnica
inicial descrita y Millard II se aplica en labios fisurados unilaterales completos. Se diferencia en
el desprendimiento que debe practicarse en el ala enferma, con objeto de movilizarlo y
redondearlo, además el corte pronunciado en el suelo nasal y la unión de la sutura a la columela
permite un alargamiento de ésta).
Figura 9.
Todavía no se ha encontrado la solución perfecta para la fisura bilateral de labio, la mayor
deficiencia de tejidos en el elemento central contribuye a hacer más difícil la reconstrucción. En
este tipo de fisura, además de la ausencia de restos del arco de Cupido, muestra una
disminución, en sentido vertical, de distinta intensidad desde la punta nasal al punto más inferior
del prolabio; bien en el prolabio, la columela o en ambos, incorporar el prolabio al labio tiene
ciertas ventajas evidentes, pero hace descender la punta de la nariz. Una de las normas
principales en el tratamiento de la fisura bilateral es que el prolabio ha de constituir la totalidad
de la altura del nuevo labio en su parte central. Cuando este sea muy hipoplásico, habrá de ser
alargado mediante procedimiento plástico.
En el tratamiento del labio fisurado bilateral deben seguirse los principios propuestos por Cronin
en 1957:
El prolabio será usado para conseguir la longitud vertical completa del labio.
El bermellón del prolabio es volteado hacia abajo para revestimiento mucoso.
Reconstrucción del bermellón central con colgajos miocutáneos de avance laterales.
El reborde del bermellón desde segmentos laterales.
Ninguna piel labial lateral sería usada bajo el prolabio.
Reposición de premaxila, vía quirúrgica u ortodóncica.
Corrección ortopédica del colapso de segmentos maxilares laterales.
Injerto óseo para estabilizar la premaxila si está suelta.
En el labio fisurado bilateral la premaxila se encuentra mantenida únicamente por el septo nasal,
no estando anclada lateralmente y se proyecta hacia delante. En apariencia no existe columela
y el prolabio arranca directamente de la punta nasal y carece de musculatura. Las alas nasales
están ensanchadas y proyectadas lateralmente. La premaxila se encuentra desarrollada en
grado variable conteniendo, generalmente los cuatro incisivos. Es preciso tener en cuenta en el
tratamiento del labio leporino bilateral:
Si la fisura labial y palatina es completa.
Tamaño y posición de la premaxila y prolabio.
Longitud de la columela.
En las fisuras bilaterales completas, hay que observar si existe espacio interalveolar
suficiente para albergar la premaxila.
La premaxila se proyecta tanto por el desarrollo del septo nasal como por efecto de las
tuberosidades maxilares laterales. En función del grado de protrusión:
Si es pequeño, puede realizarse la reparación del labio con poca tensión.
Si es mayor, precisa métodos de corrección:
a) Cinchas elásticas que realizan tracción externa hacia atrás: (ortopedia maxilar)
preferentemente más usada, precisa colaboración de la madre Se corrige en 2 ó 3 meses desde
el nacimiento. Si falla está indicada la adhesión labial o el retroceso quirúrgico.
b) Adhesión labial: Indicado en premaxila poco protuyente, fallo de los métodos conservadores o
poca colaboración materna.
c) Dispositivos de tracción intraoral.
d) Retroceso quirúrgico de la premaxila: Sólo indicada cuando otros métodos fracasan incluida
la adhesión labial, también en niños de mayor edad sin premaxila corregida.
e) Cierre de la fisura en un lado: se cierra primero la fisura en su lado más amplio y el segundo
lado es cerrado a los 2ó 3 meses cuando los tejidos del primer cierre están blandos.
Métodos de reparación labial en el labio leporino bilateral
Actualmente, las aplicaciones del prolabio consisten en prever la total dimensión vertical del
labio central; la porción lateral puede usarse para alargar la columela. Las técnicas actuales
varían en su aplicación en cuanto a los pasos para la reparación (1 ó 2 tiempos), mejor
aplicación en función al tipo de fisura bilateral que podemos encontrar (completa,
incompleta/completa o incompleta) y la filosofía en el tipo de cierre; así pues:
Método de Veau III o cierre en línea recta: Método más simple y más
frecuentemente usado (método en un tiempo); ofrece buenos resultados salvo en prolabio
pequeño, en el cual tiene mejor resultado el método de Millard para fisuras bilaterales
incompletas. Se realiza un cierre directo del prolabio y los procesos labiales laterales, utilizando
dos colgajos mucosos laterales que se cruzan para formar el bermellón central, y se cierra la
fisura palatina primaria con colgajos vomerianos (Figura 10). El alargamiento de la columela
puede hacerse en cualquier momento a partir de los 2 ó 3 años de edad mediante múltiples
técnicas: Cronin avanza piel del suelo y base ala nasal. Converse, Millard y otros sugieren
colgajos en horquilla desde prolabio. Bauer emplea el principio de V-Y en zona de la punta
ancha. Cuando la premaxila está bien colocada y alineada, si existe inestabilidad en las fisuras,
puede estabilizarse en la edad de 4 ó 5 años o con la dentición mixta 9 ó 11 años, con injertos
óseos medular ilíaco o de calota. Esta técnica tiene la desventaja de dejar un filtro deprimido y
una defectuosa conformación del suelo nasal debido a que ese nivel termina la sutura vertical,
aplicable en prolabio largos.
Figura 10.
Método de Barsky (1950) o Veau II (1931): De interés histórico, también se basa en el
cierre directo, recuerda a la técnica de Le Mesurier cerrándose en la línea media los colgajos
laterales (Figura 11). No se usará nunca ya que dan un labio alargado verticalmente,
abultamiento inferior del prolabio y tenso horizontalmente al utilizar piel lateral, falta de efecto de
arco de Cupido.
Figura 11.
Colgajo de Abbè primario: Actualmente sólo se utiliza secundariamente para labios
tensos. Se empleó primariamente para cerrar fisuras bilaterales amplias al mes de edad, y como
complemento de la técnica de Barsky para eliminar tensión.
Método de Tennison adaptado: Técnica en dos tiempos. Esta reconstrucción es la
adaptación del método para cierre del labio fisurado unilateral. Utiliza Z-plastia en la porción
inferior, deja cicatrices en “zigzag”, más visible que en el unilateral, con prolabio protruido al
alargarse el labio. Hay pocos partidarios de esta técnica pues la corrección posterior de las
cicatrices son difíciles. El método de Bauer, Trusler y Tondra es similar al anterior, pero
realizando colgajos mucosos que se entrecruzan, primero en un lado y luego en el otro,
controlando la protrusión de la premaxila.
Método de Millard para fisuras incompletas y completas: Puede ser aplicado para LFB
incompleto o completo. Z-plastia en la porción superior en dos tiempos, adaptación de su
técnica en labios fisurados unilaterales.
El uso de Millard en fisuras bilaterales incompletas se divide en:
a) En fisuras bilaterales incompletas simétricas, el prolabio es pequeño y la columela es de
longitud adecuada. Esta técnica moviliza el prolabio corto desde la nariz en la posición normal
del filtrum, se libera un lado del prolabio lateral debajo del ala nasal y se avanza un colgajo
triangular hacia línea media que lleva borde rojo y blanco. Se realiza un lado y a los 2 ó 3 meses
el otro.
b) En fisuras bilaterales incompletas en un lado y completa en el otro, se empieza operando la
completa, utilizando un colgajo de base columelar para alargamiento de la misma, el lado
incompleto mantendrá mientras la vascularización del prolabio.
El uso de Millard en fisuras bilaterales completas se realiza el cierre en un tiempo. Un requisito
inicial es que el prolabio sea largo; si es pequeño se realizará un Veau III. Se eleva un colgajo
central de filtrum prolabial y dos laterales en horquilla que se trasponen al suelo nasal, el
bermellón prolabial se voltea y los colgajos laterales se avanzan hacia la línea media suturando
los músculos. En una segunda fase, a los 5 años se alarga la columela sin tocar el labio
reparado mediante el tejido redundante del colgajo en horquilla conservado en el suelo nasal
con incisiones V-Y avances de suelo y alas.
Método de Manchester: Se trata también de un método que propugna la corrección en
un estadio de labio y paladar anterior a los 5 meses después de ortopedia, enfatiza la
construcción de tubérculo con bermellón de prolabio retenido; no diseca ni levanta el prolabio,
creando su bermellón con el bermellón prolabial unido al prolabio centralmente pero con dos
zonas laterales sueltas. Las zonas laterales del bermellón prolabial se desepidermizan y se
rotan hacia atrás para conformar el tubérculo. Se aproximan los colgajos laterales a la línea
media, no sutura músculo con músculo y no hay provisión para alargamiento de la columela
como en el Millard. Se cierra el paladar primario y a los 9 meses de edad se completa.
Método de Skoog: Método en dos estadios, con doble Z-plastia superior e inferior,
primero un lado y a los tres meses el otro. Emplea 1/3 del prolabio para reconstruir la columela
con un colgajo triangular de base superior rotado en 90º mediante una incisión en base
columelar. Se alarga el prolabio con dos colgajos triangulares laterales rompiendo la cicatriz
recta y dando algo de protrusión al labio. Suele precisar un segundo tiempo para mejorar el
bermellón que queda delgado mediante colgajos mucosos de volteo.
Método de Wynn (1960): Técnica en dos estadios. No usar si el prolabio es largo, útil si
es corto. Consiste en la inclusión de un colgajo triangular de base superior tomado de la porción
lateral de la fisura, que se incluye en la base del prolabio, aumentando la altura del prolabio y
columela. Tiene la desventaja de no aumentar el grosor ni la altura del bermellón, aunque se
puede utilizar un colgajo mucoso lateral para este fin. Si se quiere alargar la columela deben
plantearse otras técnicas distintas al Millard, pues los colgajos en horquilla de Millard no puede
usarse por la incisión en la base columelar.
Método de Mulliken: Técnica en dos estadios. Se inicia ortodoncia prequirúrgica para
corregir el colapso de los segmentos laterales con retrusión y rotación premaxilar. El primer
estadios a los 3-5 meses con colgajo en tridente prolabial, dos laterales en horquilla y uno
central de 2 mm de base y 4-5 mm en el pico del arco de Cupido, con elevación radical del
prolabio y disección amplia de la base alar. Se sutura el plano muscular y se realiza la cobertura
del suelo nasal con los colgajos en horquilla previa medialización del cartílago alar y recreación
del bermellón con colgajos mucosos laterales. El segundo estadio a los 8-9 meses, se realiza
incisiones en punta nasal para aposición del domo y cartílagos laterales, incisión de la base alar
para avance media. Los colgajos en horquilla almacenados en base nasal son transpuestos
dentro de incisiones intercartilaginosas.
Otras técnicas: Método de Verdeja: para labio leporino bilateral simple. Método de
Black: ortodoncia seguido de cirugía a los 3 meses, en un estadio, con cierre en línea recta.
Utiliza pequeños colgajos en horquilla para el suelo nasal y la elevación de un colgajo de
prolabio con su bermellón; se cierra el vestíbulo con dos colgajos volteados de elementos
laterales y avance hacia línea media desde prolabio lateral para superficie de premaxila. Unico
que reconstruye el surco gingivolabial anterior. Método de Noordhoff: bandas de presión, cirugía
a los 3 meses, en un estadio, colgajo en horquilla para el suelo nasal y cierre en línea recta del
prolabio bajo el cual se sutura el músculo, el bermellón prolabial se reconstruye con colgajos
laterales.
Técnicas en un estadio: Veau III, Veau II, Millard LFB completo, Manchester, Black y Noordhoff.
Técnica en dos estadios: Tennison, Bauer, Millard LFB incompleto, Skoog, Wynn, Abbè,
Mulliken.
Complicaciones
Infección de la herida (limpieza con agua oxigenada, retirar puntos incluidos, no
antibióticos).
Dehiscencia o cicatriz ancha (por aumento de tensión, pero la infección la complica o
inicia).
Retrusión de la premaxila (se previene evitando tracción excesiva, no resecar el vómer).
Deformidad en silbido (se evita usando colgajos mocomusculares laterales para
aumentar el grosor del prolabio).
Labio largo (se evita no usando piel lateral).
Colapso de los segmentos laterales (usar férulas acrílicas).
Evaluación
Hay que tener en cuenta tanto el labio como la nariz. Para el labio hay que examinar la cicatriz,
el estado del músculo orbicular, la orientación del bermellón, el arco de Cupido y la mucosa.
Para la nariz hay que examinar las bases alares y la forma de las narinas, longitud de la
columela, y cualquier otra deficincia del revestimiento nasal. Una vez que ha sido diagnosticada
la deformidad, hay que intentar encontrar la causa subyacente.
Figura 12.
DÉFICIT DE BERMELLÓN: Suele presentarse como muesca con el silbido. Se beneficia
de la readaptación de la zona con colgajos locales de avance V-Y, aumentando el bermellón con
injertos dermograsos colocados en un bolsillo creado bajo el área deficiente o con inyección de
diferentes sustancias (tejido graso centrifugado (Coleman), nuevos materiales de relleno con
colágeno y ácido hialurónico). Para las severas se aporta tejido sano con un Abbé.
DEFORMIDAD DEL ARCO DE CUPIDO: Es una estructura de muy difícil recreación
quirúrgica. Una opción de reconstrucción del arco de Cupido es la excisión de piel el semiluna
con avance del bermellón, aunque el resultado es bastante artificial.
LABIO CORTO: Se considera como labio corto cuando el filtrum del labio fisurado es al
menos 3 mm menor que el filtrum no fisurado contralateral. Usualmente está originado por una
rotación inadecuada del labio , y es más frecuente en reparaciones de rotación-avance mal
diseñadas. Se puede mejorar con con una exéresis en rombo (aumenta 2 mm) o con una Z-
plastia sobre la cicatriz previa (aumenta 3 o más mm).
LABIO LARGO: Es más frecuente tras la técnica de Tannison-Randall, y rara después de
la reparación del labio mediante rotación-avance. Para su reparación hay que excindir tejidos y
reducir el labio en sentido vertical y transversal.
LABIO ESTRECHO: Más frecuente en fisuras bilaterales. En los unilaterales suele ser
debido a una fisura ancha no tratada con ortopedia maxilar preoperatoria.
LABIO ANCHO: Esta secuela es casi exclusiva de fisuras bilaterales y siempre causado
por el diseño del filtrum demasiado ancho en el momento de la reparación inicial. Para
corregirlo, se extirpa el exceso de filtrum sobre la cicatriz previa, o se utiliza este exceso para
introducirlo en el suelo nasal y conseguir un estrechamiento de las narinas y a la vez elevar la
punta nasal (Figura 13).
Figura 13
Para reparar el labio hendido, se hace una incisión en cada lado de la fisura desde la boca a la
nariz. El diseño de la incisión permite unir el bermellón, la musculatura de la boca y la piel en su
posición correcta. Se reconstruye de ese modo la función muscular normal y la forma del "arco
de cupido". La deformidad de los agujeros nasales asociada con el labio hendido puede ser
mejorada al mismo tiempo que el labio, o precisar una intervención posterior
Ambos lados del labio se suturan para conformar un "arco de cupido" normal y una forma labial
correcta.
Las suturas se retiran a los 7 días. Le daremos instrucciones acerca de como s debe alimentar
al paciente la primera semana de postoperatorio.
Es normal que la cicatriz se ponga dura y roja tras la intervención. Ira gradualmente
atenuándose, aunque no desaparecerá del todo. No obstante la mayoría de los pacientes
suelen requerir retoques cuando son adultos.
En algunos pacientes, el paladar hendido palatina puede afectar solo a una pequeña porción de
la parte posterior del paladar; en otros, puede aparecer una separación completa que se
extienda de delante a atrás. Como con el labio hendido, la fisura palatina puede afectar a uno o
a los dos lados del techo de la boca.
La reparación del defecto palatino suele ser una cirugía un poco mayor que la del labio, y se
realiza generalmente entre los nueve y los dieciocho meses de edad, de esta forma el niño es
ya un poco mayor y tolera mejor la intervención
Cuando los dos lados del paladar y el septum nasal no crecen normalmente, el resultado se
denomina paladar hendido.
Para repararlo, es preciso hacer una incisión a ambos lados del defecto.
Para reparar el paladar, se hace una incisión a ambos lados de la separación, moviendo el tejido
de ambos lados de la fisura hacia el centro o línea media del paladar. Esto reconstruye el
paladar, juntando los músculos y aportando suficiente longitud en el paladar para que el niño
coma y aprenda a hablar correctamente.
Durante un día o dos, el niño puede sentir molestias, que serán controladas con medicación.
Durante este periodo el niño no comerá ni beberá tanto como normalmente, por lo que es
conveniente mantener la vía intravenosa para hidratarle. Le diremos lo que debe comer las
primeras semanas de postoperatorio. Es importante seguir los consejos que le daremos para
permitir la cicatrización correcta del paladar.
Los niños con paladar hendido son particularmente proclives a infecciones de oído, ya que la
fisura puede interferir con la función del oído medio. Para permitir el drenaje y la ventilación
adecuada, es recomendable colocar un pequeño tubo de ventilación en el tímpano.
No es infrecuente que el crecimiento del niño alterado por la fisura de lugar a problemas en el
desarrollo del maxilar superior y los dientes y en la nariz. Por ello es preciso vigilar su desarrollo
y controlar la erupción de su dentición. Con el paso de los años suelen necesitar ortodoncia y al
final del crecimiento ajustes en la forma de la nariz, la oclusión y la cicatriz labial.
Tal vez lo más importante, es tener en mente que la cirugía para reparar labio y paladar es solo
el comienzo del proceso. El soporte familiar es crítico para el niño. La comprensión y el cariño
familiar le ayudaran a crecer, y afianzar su autoestima por encima de su defecto físico.
CAPÍTULO 11
MANIFESTACIONES ORALES DE LAS
ENFERMEDADES SISTEMICAS
MANIFESTACIONES ORALES DE LAS ENFERMEDADES HEMATOLOGICAS
ANEMIA
La anemia es una disminución del número de hematíes en la sangre, lo que produce una
disminución de la cantidad de hemoglobina circulante.
Puesto que el grupo hemo precisa para su constitución hierro, existe también una disminución
del mismo en sangre. Todo lo anterior conlleva una disminución de la capacidad de transportar
el oxigeno y como consecuencia, una hipoxia tisular.
Etiopatogenia
La anemia es la consecuencia bien de una pérdida hemática, de una disminución del aporte de
sustancias precursoras (carencial), de una disminución de la síntesis de eritrocitos o bien de un
aumento del catabolismo de lo eritrocitos circulantes.
Clínica
Todas las anemias tienen características comunes:
- Palidez de la piel
- Disnea
- Fatiga
- Palpitaciones
Según la forma clínica, tenemos síntomas y signos mas o menos específicos
A) Anemia ferropénica
Es la más frecuente y aparece en cualquier ocasión, aunque es predominante en mujeres de
edad media y avanzada. Generalmente, se debe a una pérdida de
sangre crónica y oculta que a la larga gasta los depósitos de reserva de hierro del organismo.
También puede aparecer en caso de necesidades aumentadas, por ejemplo, en el embarazo, y
por la falta de absorción de hierro secundaria a una aclorhidria. Se acompaña de tendencia a la
fractura de uñas.
A nivel oral podemos encontrar
- Glosodinia.
- Queilitis comisura! (rágades).
- Depapilación lingual
- Palidez de mucosas
B) Anemia megaloblástica
1. Anemia perniciosa
El cuadro clásico, también llamado anemia de Addison, se caracteriza por el déficit de
producción de factor intrínseco de Castle la cual es una sustancia producida en las células
parietales del estómago, necesaria para la absorción digestiva de la vitamina B12 que a su vez
es un cofactor esencial para la maduración de los eritrocitos, así como de otras estructuras
orgánicas.
También pueden suceder estas carencias en cuadros de mala absorción intestinal y embarazos.
Cursa con estos síntomas:
- Episodios de diarrea/estreñimiento.
-Alteraciones neurológicas, por desmielinización de lo cordones laterales y
posteriores de la médula, del tipo siguiente:
Hormigueo en pies y manos.
Disminución de la sensibilidad
Debilidad muscular, fatiga, palidez, alteraciones gustativas
A nivel oral, lo más característico es la alteración lingual glositis de Hunter, Consiste en una
glosodinia muy intensa, sobre todo con alimentos calientes y salados, lo que dificulta la
deglución. Se acompaña de una lengua en la cual se pueden distinguir dos estadios
consecutivos:
- Estadio atrófico :Se puede ver cuando el cuadro está mucho tiempo establecido. La
lengua presenta un aspecto liso, con una depapilación total y una coloración rojiza oscura
La patología lingual puede preceder en meses o incluso en años al establecimiento del resto del
cuadro clínico, o bien aparecer casi a la vez que el síndrome neurológico.
2. Otro cuadro muy parecido se da por deficiencia de ácido fólico, que suele deberse a
problemas de malnutrición y a falta de ingesta de verduras y legumbres frescas. También puede
aparecer en casos de mala absorción intestinal o de requerimientos metabólicos aumentados,
por ejemplo, durante el embarazo.
La clínica es similar a la de la anemia de Addison y a nivel bucal puede existir también
:Estomatitis, faringitis y queilitis comisura!.
C) Anemias hemolíticas
Son un grupo heterogéneo de entidades clínicas con un factor común, que es la elevada
destrucción de los glóbulos rojos antes del fin de su ciclo vital, que normalmente es de 120 días.
Presentan también unos rasgos clínicos comunes de
palidez intensa de piel y mucosas, acompañada de un tinte ictérico de Ia esclerótica, conjuntiva
y lechos ungueales, secundaria a un aumento de la bilirrubina.
Alteraciones de la serie blanca
Las tasas normales de leucocitos oscilan entre 4.000 y 11.000 por mm3 las
proporciones son:
LEUCEMIA
Son cuadros de origen desconocido caracterizados por la proliferación de células blancas de
forma incordinada e independiente, que invaden la medula ósea la sangre periférica y los
órganos vitales.
Las características de estas células son la inmadurez, la atipia y la falta de diferenciación, así
como su nula funcionalidad como células defensivas, puede ocurrir en todas las razas, en todas
las edades.
Es algo mas frecuente en hombres que en mujeres del orden de 3:2 en leucemias agudas y 2:1
en leucemias crónicas, las hemorragias y las infecciones suelen ser las principales causas de
muerte.
Son muy comunes las manifestaciones orales (70%) y en determinados casos puede ser el
primer signo de la enfermedad
Todas las leucemias dan lugar a manifestaciones orales, pero las más frecuentes son las
leucemias promielocitica, leucemia mielomonocitica y leucemia monocitica.
Se puede clasificar según su curso en agudas y crónicas, según la estirpe en en mieloides y
linfoides
El concepto de agudas y crónicas viene dado por la supervivencia al cuadro si este no recibe el
tratamiento ,que es menor de 6 meses en las agudas y mas de un año en las crónicas .Sin
embargo se suele utilizar una clasificación que abarca amos conceptos
En adultos son más frecuentes las mieloides mientras que en niños predominan las linfoides o
linfoblásticas. Las leucemias agudas son más comunes en niños y adultos jóvenes, mientras
que las crónicas son más comunes en personas de más edad y ancianos. Entre los menores de
5 años, la más frecuente es la leucemia linfocitica aguda (80%). Dentro de las leucemias
mieloides agudas, el 50% corresponde a leucemias mieloblásticas (M2) y el 35% a leucemias
mielomonocíticas (M4).
Etiopatogenesis
Su etiología es desconocida, y se ha intentado relacionar con distintos factores: secundarias a
infecciones por oncornavirus (ARN), herencia (oncogenes), anomalías cromosómicas,
radiaciones ionizantes, productos químicos del tipo de solventes
orgánicos y algunos fármacos.
A. Factores ambientales
1. Radiaciones ionizantes
Radioterapia, exposiciones ocupa-
cionales, exposición en conflictos
2. Substancias químicas
Benceno,Cloranfenicol,Fenilbutazona
3. Agentes virales (retrovirus)
HTLV-I:Leucemia de células T
HTVL-II :Leucemia de células pelu-
das atípica
Hoy en día se piensa que lo que existe es una conjunción de factores y la presencia de alguno
o de varios de ellos sobre un terreno predispuesto, si actúan el tiempo suficiente, pueden dar
origen a la neoplasia. También se conoce que determinadas anomalías cromosómicas pueden
hacer que exista mayor incidencia de una neoplasia específica.
Clinica
En este apartado, nos vamos a referir sobre todo, a la clínica de las formas agudas, que
además de ser las que más frecuentemente dan manifestaciones orales son de peor pronóstico
por tener un curso evolutivo más rápido
Pérdida dentaria
SINTOMAS Absceso pulpo-periodontal
Disnea
Palpitaciones Periodontitls
Fiebre de rápida evolución.
Escalofríos Hepafo-esplenomegalia
Infecciones recurrentes.
Hemorragias espontáneas.
Pérdida de peso.
Molestias articulares.
Dolor corporal.
Halitosis
SIGNOS
Palidez
Linfadenopatias
Petequias y/o equimosis
Tumefacción gingival
y/o amigdalar
Hemorragia gingival espontánea.
Úlceras orales
Diagnóstico y Pronóstico
El diagnóstico viene dado por las pruebas complementarias, como la analítica
sanguínea, la punción aspiración medular y la biopsia de las zonas sospechosas, por
ejemplo, de las adenopatías.
La analítica sanguínea da leucocitosis con valores entre 50.000 y 100 000células por mm3
en las leucemias agudas por el contrario, en las leucemias crónicas pueden existir unos
valores de leucocitos entre 100.000 Y 500.000 células por mm3. También vamos a
encontrar una anemia normocítica y normocromica y una trombopenia. Siesta
trombocitopenia presenta un número de plaquetas menor de 25.000 pueden existir
hemorragias espontáneas
LINFOMAS
CONCEPTO Y CLASIFICACION
Los linfomas son tumores malignos ocasionados por la proliferación de células del tejido
linfoide, sus precursores o sus derivados.
Se puede encontrar en este tipo de neoplasias, síntomas y signos mas o menos comunes,
como fiebre, perdida de peso, sudoración, prurito y fatiga existiendo linfadenopatía e
infiltración tumoral de tejidos blandos blandos.
Se describen 2 grandes grupos con características bien diferenciadas, tal como se muestra
como son los linfoma son los linfomas no Hodgkin (LNH) y los linfomas de Hodgkin (LH).
Para clasificarlos, se puede utilizar la clasificación por estadios de Ann Harbor, existiendo
una correlación entre el pronóstico y los distintos estadios que van del I al IV). El estadio I
indica la afección de un ganglio linfático regional. el II indica afección múltiple de ganglios de
un mismo lado del diafragma y el III si los ganglios esta a ambos lados del diafragma y el IV
si la afección es generalizada
Clasificación de Rye
- Linfomas de predominio linfocítico.
- Linfomas de celularidad mixta.
- Linfomas de depleción linfocítica.
- Linfomas de esclerosis nodular:
Cursan con fiebre, perdida de peso, sudoración fría ,fatiga e induración elástica de las
adenopatías ,entre 50%-60% de los pacientes presentan adenopatías mediastinicas ,el
aumento del tamaño de ganglios linfáticos da origen a una comprensión de órganos que
produce cuadros de obstrucción intestinal, disfagia y también la invasión de estructuras
vecinas como hígado, pulmones, huesos, médula osea,etc
GLANDULA TIROIDES
La función fundamental de la glándula tiroides es acumular yodo con el fin de sintetizar dos
hormonas: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3).El yodo proviene de los alimentos y el
agua.
El funcionamiento normal de la glándula tiroides requiere del estímulo de la hormona
hipofisaria tirotrofina (TSH). Sin ella la tiroides es sólo capaz de mantener menos del 10% de
su .actividad normal.
.
Hipofunción de la glándula tiroides: hipotiroidismo
l. Hipotiroidismo congénito
. Es el resultado de la hipofunción tiroidea iniciada durante la vida fetal. Se puede presentar,
según los diferentes .estudios estadísticos, un caso cada 5.000/7.000 nacimientos. El
cretinismo se caracteriza por presentar el síndrome mixedematoso, al que se le agregan
trastornos en el desarrollo madurativo psicofísico con déficit mental y enanismo.
2. Hipotiroidismo infanto-juvenil.
Se manifiesta frecuentemente después de los 5 años de edad; tiene sintomatología
semejante, a la del adulto, pero se le agregan trastornos del desarrollo, del crecimiento y de
maduración esquelética y mental, más destacadas cuanto más tempranamente se presente.
En el hipotiroidismo prepuberal hay retraso de la menarquia e infantilismo genital.
HIperparotidismo
Se caracteriza por la hipersecreción de la paratormona.
Se caracterisa el hiperparatiroidismo primario por ser asintomático, se diagnostica por hallar
una hipercalcemia en un examen de rutina .La forma sintomatica puede tener un comienzo
con fatiga, nausea, poliuria, depresión, anorexia, cefalea y dolores óseos.
Este síndrome se manifiesta por presentar lesiones renales, esqueléticas, gastrointestinales,
sistema nervioso.
El hueso mandibular y maxillare puede presentar lesiones osteoliticas, uniloculares o
multiloculares
GLÁNDULAS SUPRARRENALES
Las glándulas suprarrenales son órganos pares de forma piramidal que se encuentran
ubicados en el polo cefálico de ambos riñones. Al corte pueden observarse claramente en
ellas dos zonas: la corteza y la médula.
La corteza suprarrenal, de cuyas alteraciones nos vamos a ocupar especialmente, ocupa del
80% al 90% del volumen de la glándula. Está constituida por tres capas:
- glomerular: secretora de mineralocorticoides
- facicular:: productora de glucocorticoides
- reticular: segrega esteroides sexuales
Enfermedad de Addison
La insuficiencia suprarenal crónica es la mas frecuente de todas las alteraciones
corticosuprarenales. Existen una imposibilidad de las glándulas para secretas sus hormonas
por compromisos primarios de la misma o por una infección secundaria los signos o
síntomas están en relación con la deficiencia hormonal que se produce en estos enfermos se
produce hiperpigmentacion cutánea, de los pliegues de las manos y de las mucosas.
El paciente manifiesta cansancio, anorexia, nauseas, vómitos y perdida de peso, hipotensión
con taquicardia, sufre el deseo imperioso de comer sal, en las mujeres se produce caída del
vello pubico axilar.
Diabetes mellitus
La diabetes mellitus (DM) constituye una enfermedad ocasionada por la alteración del
metabolismo de la glucosa, que se caracteriza por una hiperglucemia debida a una
deficiencia de la secreción de insulina, a la reducción de su actividad biológica o a ambas.
Origina un cuadro clínico sindrómico.
A) Tipos de diabetes.
Distinguimos una DM tipo I y una DM tipo II.
- Diabetes mellitus insulino-dependiente tipo I (DMID). Es la forma más grave de la
enfermedad. Se caracteriza por producir la cetoacidosis diabética. Afecta frecuentemente a
los niños y adolescentes. Solo el 5% de este grupo son adultos no obesos. Los niveles de
insulina circulante son muy bajos y las células no responden a los estímulos insulinófenos.
Estos enfermos deben recibir insulina exógena para controlar la hiperglucemia y revertir el
estado catabólico.
- Diabetes mellitus no insulino-dependiente tipo II (DMNID). Es la forma más leve de la
enfermedad y no produce cetoacidosis. Los niveles de insulina son bajos y los tejidos del
paciente muestran una cierta insensibilidad a la insulina. Afecta principalmente a adultos,
obesos y no obesos. Estos pacientes pueden ser controlados con regímenes dietéticos e
hipoglucemiantes orales.
Concepto y clasificación
Las vitaminas son sustancias orgánicas que mantienen la integridad metabólica celular y
tisular. No aportan materia ni energía y deben ser obtenidas en la dieta, ya que no son
sintetizadas, al menos en la cantidad adecuada, por el organismo humano. Muchas de ellas
peden ser inactivadas por el calor y la oxidación.
La clasificación de las vitaminas se basa en su solubilidad en lípidos o en agua. Se dividen
en hidrosolubles y liposoluble.
Las liposolubles constituyen un grupo de cuatro vitaminas: A, D, E y K. Las hidrosolubles
forman un grupo con las vitaminas B y C; éstas participan en general como coenzimas en
procesos ligados al metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
Vitamina A (retinol)
Fue la primera vitamina en ser descrita (1913). Es denominada también vitamina
antiinfecciosa o antixeroftálmica.
Las manifestaciones bucales más importantes, que pueden presentarse son éstas:
1. Queratinización de los epitelios (cofactor etiopatogénico de las leucoplasias y otras
queratosis bucales).
2. Metaplasia queratinizante de las glándulas salivales mayores y menores.
3. Xerostomía.
B) Hipervitaminosis A
Dosis de vitamina A superiores al millón de UI, equivalente a 300 g de retinol pueden
producir reacciones agudas que se manifiestan con cefalea, vómitos, debilidad, sequedad de
piel y ocasionalmente muerte.
VITAMINA D (CALCIFEROL)
La vitamina D (vitamina D) es considerada antiraquítica. Muchas sustancias tienen esta
actividad, pero las dos más importantes son las vitaminas D2 (vitamina D2 o ergocalciferol) y
la vitamina D3 (vitamina D3 o colecalciferol).
La vitamina D interviene en el metabolismo del calcio y fósforo, ejerciendo sus efectos
fisiológicos sobre el intestino, riñón y tejido esquelético. Si aumenta la ingesta del calcio sin
que aumente la vitamina D, se eleva el calco y el fósforo fecal como consecuencia de la
formación de folatos de calcio insolubles en el intestino.
La vitamina D se utiliza para prevenir el raquitismo, pero hay que tener presente que las
manifestaciones de esta patología en el esqueleto también pueden originarse por una
deficiencia de calcio o fósforo. Esta vitamina puede sintetizarse en el organismo y sólo debe
aportarse a la dieta cuando hay insuficiente exposición a la luz solar. Los alimentos que
aportan vitamina D son todos de origen animal, lácteos y huevos. Los aceites de hígado de
peces constituyen una fuente importante.
Los requerimientos diarios (como calciferol) son, para lactantes, niños y adultos, 400 UI,
equivalentes a 10 mg. Durante, la gestación, 15 mg.
A) Hipovitaminosis D
Las manifestaciones clínicas son consecuencia de las alteraciones en la mineralización del
tejido óseo. En el niño produce un cuadro que se denomina raquitismo. En el adulto
ocasiona la osteomalacia. Ninguno de estos cuadros es frecuente en nuestro entorno.
En el raquitismo se pueden presentar hipoplasia adamantina y alteraciones estructurales de
la dentina. En la enfermedad del adulto suele diagnosticarse osteoporosis de los maxilares.
B) Hipervitaminosis D
La ingesta de dosis diez veces superiores a las requeridas pueden dar síntomas de
toxicidad.
La vitamina D interviene en la formación (mineralización) y la reabsorción del hueso. En la
intoxicación aumenta la reabsorción en los estadios tempranos seguida por aposición en la
fase crónica con deformación ósea. Se puede presentar también anorexia, hipercalcemia,
nefrocalcinosis, etc.
VITAMINA E
La vitamina E es un nutriente esencial que funciona como un antioxidante en el organismo,
protegiendo las membranas celulares de la acción tóxica de los productos de oxidación de
los lípidos.
Las manifestaciones clínicas de la hipovitaminosis E son éstas:
1. Detención del crecimiento.
2. Degeneración del músculo estriado y cardíaco.
3. Aumento de la oxidación de las grasas.
4. Aumento de la susceptibilidad de los glóbulos rojos a la hemólisis (anemias
hemolíticas).
5. Relación con la actividad reductora del ácido ascórbico, fólico y vitamina B12 (anemia
hipocrómica macrocítica).
6. Aumento del riesgo de enfermedades cardíacas.
7. Aumento del riesgo de contraer cáncer de colon y pulmón.
VITAMINA K
Es un factor nutricional necesario para la normal coagulación de la sangre (su nombre deriva
del término danés koagulation).
Es producida por la microflora intestinal. Tal producción como K2 (filoquinona) cubre una
buena parte de los requerimientos de esta vitamina. Está presente en la mayoría de los
vegetales como K1 (farnoquinona).
La vitamina K interviene en la síntesis hepática de protrombina y de los factores de la
coagulación V, VII, IX y X, y está ligada al metabolismo del calcio (coagulación,
mineralización) y al transporte de electrones de la cadena respiratoria.
Los pacientes con hipovitaminosis K padecen tendencia a las hemorragias.
En pacientes con niveles sanguíneos de protrombina inferiores al 35% de lo normal, se
producen gingivorragias. Con niveles inferiores al 20% de lo normal puede observarse un
leve sangrado espontáneo de los márgenes gingivales.
Conducta para el tratamiento odontológico.
En pacientes con alteraciones hepáticas (ictericia obstructiva o esteatorrea) se debe solicitar
tiempo de protrombina (TP) y posponer cualquier cirugía si este tiempo es inferior al 50% del
control.
La vitamina K se administra por vía intramuscular.
COMPLEJO VITAMÍNICO B
Las deficiencias vitamínicas del complejo B producen variadas manifestaciones en los tejidos
blandos bucales: lengua, encías, labios y mucosas en general. Las hipovitaminosis B, puede
incluir una o varias del grupo y son relativamente frecuentes en los países donde existe
pobreza, debido a una ingesta inadecuada (como la desnutrición, que se relaciona con el
alcoholismo, inanición, etc.).
Las deficiencias se pueden presentar por alteraciones de la absorción en enfermedades
gastrointestinales (como los síndromes de malabsorción) o cuando aumenta su utilización
por incremento de la demanda (por ejemplo, hiperparatiroidismo).
A) Tiamina o vitamina B1
Participa en el metabolismo de los hidratos de carbono y en el funcionamiento del sistema
nervioso central.
El déficit de esta vitamina produce el beri-beri, que se caracteriza por alteraciones en los
aparatos digestivo, cardiovascular y en el sistema nervioso. Lista enfermedad suele ser de
comienzo insidioso y de curso crónico. Produce también polineuritis, la encefalopatía de
Wernicke y el síndrome de Korsakoff.
La encefalopatía de Wernicke es una enfermedad de evolución aguda que se manifiesta con
apatía, delirio, confusión, ataxia cerebral y nistagmo (alteración de los movimientos
oculares). El paciente con síndrome de Korsakoff presenta pérdida de memoria y fabulación.
En general, son pacientes alcohólicos crónicos. La administración parenteral de tiamina lleva
a la recuperación total. En caso contrario, la mortalidad es muy elevada.
Las principales manifestaciones clínicas de la hipovitaminosis B1 son éstas:
1. Neuritis múltiples.
2. Cardiopatías congestivas.
3. Diarreas copiosas.
4. Anorexia.
5. Síndrome de mala absorción.
6. Edema generalizado y muerte súbita.
Las manifestaciones bucales más frecuentes en las hipovitaminosis B1 son las siguientes:
1. Boca urente y quemante (estomatopirosis) debido a un aumento de la sensibilidad
tisular.
2. Neuralgias y neuritis, trigeminales.
3. Lesiones vesiculares en lengua, mucosa yugal y paladar.
B) Riboflavina o vitamina B2
La riboflavina es un pigmento hidrosoluble de color amarillo intenso que se descompone con
la luz. Es absorbida con facilidad en el tubo digestivo y fosforilada en las paredes del
intestino, así como en otros tejidos del organismo.
La hipovitaminosis B2 es común en niños que no consumen leche y en dietas a base de
cereales y legumbres.
Las manifestaciones clínicas constituyen el síndrome oro-óculo-genital, que se caracteriza
por presentar:
1. Queilitis angular.
2. Queilosis.
3. Dermatitis seborreica naso-labial.
4. Atrofia de las papilas linguales.
5. Dermatitis escrotal.
6. Alteraciones de la vascularización de la córnea y fotofobia.
C) Piridoxina o Vitamina B6
Las funciones de la vitamina B6 (vitamina B6) son actuar como coenzima en la degradación
no oxidativa de los aminoácidos e intervenir en el metabolismo de las proteínas, de los
hidratos de carbono, de los ácidos grasos, triptofano y en la síntesis del grupo hemo.
El déficit de vitamina B6 suele manifestarse durante el embarazo, uso de anticonceptivos,
paciente en tratamientos por tuberculosis con isoniacida, alcohólicos crónicos y lactantes
alimentados con fórmulas deficientes en vitamina B6.
Las manifestaciones clínicas más importantes son éstas:
1. Anemia microcítica.
2. Convulsiones epilépticas debidas al descenso de la formación del ácido amino butírico
(GABA).
3. Depresión.
4. Confusión mental.
5. Albuminuria.
6. Leucopenia.
F) Ácido fólico
El ácido fólico interviene en la biosíntesis de la purina y la timina, componentes del ADN,
cumpliendo un papel fundamental en el crecimiento y reproducción celular. El déficit de folato
impide que se completen las mitosis.
Las manifestaciones clínicas de la hipovitaminosis de ácido fólico consisten en lo siguiente:
1. Anemias megaloblásticas-macrocíticas.
2. Diarreas.
A nivel oral se observa depapilación lingual. Las papilas filiformes son las primeras en
desaparecer y las fungiformes quedan como puntos protuberantes. Luego éstas también se
aplanan, dejando la lengua lisa, de color pálido o rojo intenso.
G) Biotina
Se sintetiza en el intestino y se almacena en pequeñas cantidades en el riñón, el hígado y el
cerebro. La ingesta de grandes cantidades de clara de huevo crudo puede provocar déficit
de esta vitamina porque en ella se encuentra la avidina, glucoproteína que impide que la
biotina pueda ser absorbida en el tracto gastrointestinal.
Los alimentos que aportan biotina son: vísceras, yema de huevo, leguminosas y nueces.
Las manifestaciones clínicas provocadas por hipovitaminosis de biotina más destacables son
palidez y descamación de la piel; anorexia y vómitos: mialgias e hiperestesias; anemia e
hipercolesterolemia.
Las manifestaciones bucales no son patognomónicas. Pueden presentar estos pacientes
palidez inespecífica de las mucosas.
H) Ácido pantoténico
En el organismo se encuentra en la forma de coenzima A.
Si bien no han sido observados los síntomas característicos del déficit de esta vitamina en
estudios hechos con dietas pobres en ella, se encontró pérdida de apetito, dolor abdominal,
depresión mental, neuritis periférica, insomnio y pérdida de pelo.
Las manifestaciones bucales del ácido pantoténico son glositis y queilosis.
En la actualidad son raros los casos de escorbuto, con todas sus manifestaciones clínicas,
ya que el conocimiento que existe sobre el tema aumentó la ingesta de productos y
alimentos que contienen vitamina C (cítricos, tomates, melones, jugos de frutas y verduras
frescas, etc.).
Las manifestaciones clínicas son: hemorragias, petequias (síndrome purpúrico) y deficiencia
en la cicatrización de las heridas.
En los niños aparecen: laxitud, anemias y agrandamiento epifisario doloroso. Se puede
observar aumento del tamaño de las articulaciones endocostales (rosario costal).
Las principales alteraciones en la boca se producen en las encías y el periodonto, y son
éstos:
- Gingivitis: las encías se tornan rojas, brillantes con superficie lisa, tumefactas. Se pueden
ulcerar o presentarse hipertróficas, cubriendo las coronas dentales. Sangran fácilmente y de
forma espontánea.
- Periodontitis: con movilidad dental y pérdida ósea.
Conclusiones
La boca es el espejo donde se reflejan la mayoría de las enfermedades sistémicas que
afectan al ser humano.
En este capítulo tratamos de resumir en forma concisa y actualizada todos los cambios que
se pueden observar cuando se producen desórdenes en el sistema endocrino, en el
metabolismo de los glúcidos, de las proteínas, los minerales las vitaminas.
El odontólogo y el estomatólogo deben desempeñar un importante papel: pueden se quienes
detecten o sospechen antes que el propio paciente o su médico los cambios que producen
estas patologías y ayuden así al diagnóstico más temprano, lo que indudablemente mejorará
las posibilidades terapéuticas y el pronóstico de muchas de ellas.
Otra función que tienen es la de brindar la mejor opción para el tratamiento de los pacientes
con patologías ya diagnosticadas. Para ello debe conocer las enfermedades, reconocer los
signos y síntomas que las caracterizan y, que se detallan a lo largo de este capítulo y las
conductas adoptar para ofrecer la mejor atención odontoestomatológico
Estadio precoz
Desde el primer momento, el virus se disemina e invade diferentes tejidos y órganos, en
especial el tejido linfoide.
Esta primoinfección puede pasar desapercibida para el sujeto (30%-70%) o, por el contrario,
manifestarse como una infección aguda sintomática parecida a un cuadro de mononucleosis,
que dura unos 5-14 días con
Fiebre
Sudoración
dolor musculoesquelético
linfadenopatías
odinofagia fundamentalmente.
La carga viral es alta y aparecen muchos linfocitos T4 infectados. Aunque el número de
éstos puede sufrir un poco de descenso, las cifras suelen recuperarse al poco tiempo. Una
infección sintomática suele implicar una evolución más rápida de la enfermedad.
Estos niveles permanecen altos durante 2-6 semanas y a partir de entonces descienden
hasta niveles muy bajos que suelen permanecer así durante años y en ningún momento
llegan a desaparecer.
Al mismo tiempo que esto sucede, van apareciendo paulatinamente, generalmente a partir
del primer mes de la infección, los distintos tipos de anticuerpos desarrollados por el sujeto
contra el virus y quedan bien establecidos y con niveles altos en sangre durante el tercer
mes (IgG anticore p24). El período, de ventana, constituido por las semanas que transcurren
desde la infección hasta que pueden ser detectados en sangre anticuerpos anti GAG (anti
p24, p17) o anti ENV (anti gp 120, gp 41) varía de unos enfermos a otros. Durante este
período, el sujeto no refleja seropositividad pero hemos de remarcar que resulta infectante.
ESTADIO INTERMEDIO
En este estadio intermedio o crónico, que puede durar años, la fase asintomática es muy
variable de unos enfermos a otros. Desde el punto de vista clínico, podría hablarse de una
etapa de latencia. Sin embargo, bacteriológicamente hablando, en ningún momento existe
latencia, ya que continuamente se producen nuevos viriones y en cualquier momento es
posible cultivar el VIH. Por ello, el sujeto infectado en todo momento resulta infectante. Lo
que sucede es que en este estadio se alcanza un equilibrio dinámico entre la actividad
replicativa vital y las defensas específicas e inespecíficas del huésped
A lo largo de todo el estadio intermedio la evolución espontánea de la enfermedad conlleva
un descenso más o menos lento de las cifras de linfocitos T4. Al final de este período pueden
aparecer adenopatías (enfermedad constitucional), plaquetopenia, algunas infecciones
oportunistas menores, algunos trastornos neurológicos menores como neuropatía periférica
e incluso algunos tumores.
ESTADIO FINAL
Este estadio final o de crisis se produce porque existe una ruptura del delicado equilibrio
entre actividad proliferativa viral y respuesta del huésped. El sistema inmunológico, sometido
durante años a una situación de permanente estrés, termina por agotarse. Los linfocitos T4
sufren un importante descenso y la concentración de virus circulantes aumenta
considerablemente (aumento de la antigenemia). Tal vez sea este último dato el mejor
marcador de progresión de la enfermedad. A los 7-10 años de haberse producido la
infección, la probabilidad actuarial de que la infección progrese hacia el estadio final
sobrepasa en los niños el 80% y; en los adultos el 50%.
La manifestación clínica final es una alteración importante del estado general. Suelen
aparecer
infecciones oportunistas importantes,
tumores,
encefalopatía y
síndrome caquéctico.
.
La probabilidad de sobrevivir a los 3 años del diagnóstico de SIDA no suele ser superior al
15%-30%. Por debajo de los 50 T4 por mm3, la media de supervivencia es de 1,3 años.
Los nuevos tratamientos hacen pensar que será posible mejorar estos pronósticos en un
futuro inmediato.
CANDIDIASIS ORAL
La candidiasis oral es la infección oportunista más frecuente entre los infectados por VIH,
tanto en adultos como en niños. Es común en el síndrome agudo de la primoinfección
sintomática, ocasional mientras los linfocitos T4 se mantienen por encima de 500 por mm 3,
frecuente cuando las cifras de tales linfocitos se hallan entre 200 y 500 y muy común si bajan
de 200.
El agente causal predominante es la especie Candida albicans, pero también se observa
ocasionalmente la presencia de C. tropicalis, C. glabrata y C. krusei. La razón por la que el
hongo pasa de comensal a patógeno puede que sea multifactorial. Entre los factores
implicados se halla el aumento de la adherencia y la invasión, la adquisición de cepas
virulentas y determinados cambios fenotípicos.
Se presentan cuatro tipos clínicos principalmente de candidiasis en estos enfermos:
la eritematosa,
la pseudomembranosa,
la hiperplásica y
la queilitis angular.
Pueden hallarse al mismo tiempo diferentes tipos y las lesiones suelen ser bilaterales, pero
pueden ser unilaterales.
La forma eritematosa se presenta en áreas rojas sin placas o máculas blancas removibles, a
menudo localizadas en el dorso de la lengua (con parches más o menos grandes,
depapilados), en el paladar (imágenes en espejo con respecto a las de la lengua), en las
mucosas yugales.
La forma pseudomembranosa aparece en forma de placas o depósitos blanquecinos o
amarillentos (como copos de nieve o leche coagulada) que saltan al raspado y que pueden
localizarse en cualquier área de la cavidad bucal. Al eliminar los depósitos con una gasa
quedan áreas eritematosas.
La forma hiperplásica se presenta como placas blancas adheridas y firmes o como nódulos
blanquecinos del tamaño de una cabeza de alfiler, sobre un fondo eritematoso, que no
pueden ser atribuidos a ninguna otra lesión diagnosticable. El lugar de aparición más
frecuente es la mucosa yugal.
La forma de queilitis angular se expresa con fisuras y costras en las comisuras labiales sobre
una base eritematosa.
En general, todas estas formas de candidiasis son poco sintomáticas, y a lo sumo aparece
sensación de quemazón o escozor, alteraciones del gusto y ardor en las comisuras labiales.
Tres signos que diferencian las formas de candidiasis del sujeto VIH+ del VIH-:
- El enfermo es joven.
- No suele existir relación con prótesis dentales.
- Hay tendencia a la cronicidad y a la recidiva.
El VHS en estos enfermos pudre ser resistente al aciclovir Estos casos suelen responder al
foscarnet.
En la infección por virus varicela-zóster (VHH3) puede existir dolor dental que precede al
brote de vesículas orales y cutáneas en el trayecto de una o dos ramas del trigémino. La
varicela en el niño infectado por VIH suele ser más diseminada, dura semanas y predispone
a infecciones bacterianas secundarias.
El zóster en el adulto VIH tiene una mayor prevalencia que en el sujeto seronegativo se
caracteriza por afectar a menores de 40 años, tener un curso severo y largo con posible
diseminación, ocasionando a veces lesiones cutáneas atípicas, y puede además originar
neuralgia trigeminal y parálisis facial. Es indicativo de alto grado e inmunodepresión y
próximo desarrollo de SIDA. Pueden aparecer resistencias al aciclovir.
Las lesiones por virus del papiloma humano (VPH) se manifiestan de manera exuberante en
cualquier sujeto inmunodeprimido. Pueden originar papilomas escamosos (VPH 6, 11),
verrugas .
En la enfermedad por VIH se presenta como lesiones múltiples en forma de pequeños
nódulos umbilicados que pueden persistir durante años. Son lesiones frecuentes en la piel
de la cara y en el cuello pero infrecuentes en la mucosa. Tiendan a recidivar tras la excisión.
SARCOMA DE KAPOSI
El sarcoma de Kaposi (SK), tumor de células endoteliales, ha siego relacionado con el
muevo virus del herpes humano VHH8. Parece que en la actualidad existe base científica
suficiente para pensar que el VHH8 puede estar relacionado con el SK bien como factor
etiológico, bien como cofactor. Este virus también se ha implicado en la patogénesis del
carcinoma de células escamosas y en el linfoma de células B.
El diagnóstico de SK implica SIDA). Es frecuente en la infección por VIH y común en
homosexuales. Las lesiones orales pueden constituir la primera manifestación de la
enfermedad.
Es multicéntrico y puede aparecer en cualquier localización oral pero es más frecuente en
paladar y encía, con o sin localización dermatológica concomitante.
Cada lesión aparece primero como una mancha o placa color vino tino.
Poco a poco se convierte en una tumoración que puede ulcerarse causando entonces dolor.
Pueden llegar a adquirir un tamaño que interfiera las funciones orales normales.
SARCOMA DE KAPOSI
LINFOMA NO HODGKINIANO
Este tumor maligno, quede aparecer en la boca, en el curso de la enfermedad por VIH o
constituir la primera manifestación. La forma de expresión clínica puede ser variada. Aparece
como una masa de tejido excrecente firme y elástica, de color rojo o púrpura o simplemente
como una úlcera única o múltiple de carácter crónico que puede confundirse con un afta
major. Los lugares de localización más frecuentes son la encía, la mucosa del paladar y la
mucosa facial. Es precisa la biopsia para confirmar el diagnostico.
ÚLCERAS AFTOSAS
No se ha demostrado que la estomatitis aftosa recidivante (EAR) sea las prevalente en los
sujetos con infección por VIH. Lo que sí conocemos es que cuando estos enfermos hacen
lesiones aftosas, las úlceras son más grandes, más dolorosas y duran más tiempo que en el
individuo inmunocompetente (afta major). Pueden aparecer también lesiones de menos de 1
cm. (forma minor) y formas herpetiformes.
Pueden hallarse en cualquier localización pero afectan más a la mucosa no queratinizada
(labial, yugal y cara ventral de la lengua). Las lesiones grandes, que pueden llegar a durar
meses, duelen mucho y dificultan el habla y la ingesta. Son indicativas de alto deterioro
inmunitario y señalan mal pronóstico.
* Laserterapia.
POX-VIRUS * Crioterapia.
* Cirugía.
SARCOMA DE KAPOSI.
* Ac. tricloracético (peeling).
Meses 1 2 3
Transmisión Primoinfección Latencia
1. Parenteral -Subclínica clínica. Sistema de clasificación revisada CDC
2. Sexual 50% Sigue la 1992
3. Vertical -Clínica replicación Categorías clínicas
INCUBACIÓN Síndr. agudo. viral. Categorías (A) (B) (C)
AÑOS 2-9 10-13 cel. CD4+ Asintom. Asintom. E.
Enf. Constitucional 26 Enfermedades LGP LGP indic.
-Infecciones. indicativas de
Tumores Infec. oport. –Tumores SIDA
-Neuropatía -Encefalopat. Síndrome (1) >A1 B1 C1
periférica. caq. 500/mm3 A2 B2 C2
(2) A3 B3 C3
200.499/mm3
(3) <
199/mm3
3. CLÍNICA ORAL
Candidiasis Enfermedades Leucoplasia Virus Sarcoma deÚlceras
Periodontales Vellosa Oral Herpes Kaposi Aftosas
Etiología Cándida A yFlora VEF VHH1 VHH8 Desorden
otros. inespecífica. (VHH5) inm.
Formas C. hiperplásica Eritem GL Placa Labial Placa Minor
clínicas C. eritematosa GN blanca Intraoral vinosa Major
C. psudomen PN -corrugada Mixto multicéntrica Herpetiforme
Queilitis -vellosa Crece a
angular -plana tumor
LocalizaciónLengua, Papilas, tejidoLengua, Labio, Paladar, Lengua, m,
paladar, periodontal. margos. encía, encía, yug. m.
comidura paladar. lengua. labial.
Diagnóstico Clínico. Citolo.Clínico Rx.Clínico. Clínico. Clínico. Clínico
Cultivo. Bacteriolo. Patolo. Citolo. Patolo.
Hibridación. Cultivo. ME.
IFD.
Tratamiento Nistatina/Micon Convencional Aciclovir Aciclovir Radiotera. Terramicina.
Ketoconazol Antibióticos 1g/d/2 sem. i.v. 5Vinblastina. Corticoides.
Fluconazol mg/k/8h/2 Talidomida.
sem.
Evolución Recidivas Recidiva Recidivas + Extenso Persiste yRecidivan
Cronicidad. Rápida Se + crece
progresión. extiende. Dramático
Valor La c.La PN indicaPrecursor Más de 1Indica SIDA La E.A.
pronóstico pseudomem. mal de SIDA m. Major es
Es precursorapronóstico. Indica marcador de
de SIDA. SIDA progresión.
4. DIAGNÓSTICO 5. TRATAMIENTO
4.1. Pruebas convencionales: ELISA. 5.1. Cuidados generales y régimen de vida
Western Blot. Nutrición. Descanso. Ejercicio moderado.
4.2. Pruebas alternativas. Odontología preventiva.
- Examen por inmunoflorescencia. 5.2. Drogas específicas: Combina
- Examen por radioinmunoprecipitación AZT+3TC+Indinavir.
- Reacción en cadena de la polimerasa. A) Inhibidores de la transcriptasa inversa:
- Aislamiento del VIH mediante cultivo. AZT, ddl, ddC, d4T, 3TC (epivir), no
nucleósidos (mesilato de delavirdine)
B) Inhibidores de la proteasa: Saquinavir,
Ritonavir, Indinavir.
5.3. Tratamiento precoz de las lesiones y
profilaxis de las infecciones.
CAPÍTULO 12
Abordaje Quirúrgico.
Principios de la cirugía.
-Historia de la cirugía.
-Personal de sala.
-Anestesia.
-Acto quirúrgico.
-Materiales de sutura.
-Infecciones en cirugía.
-Transfusión.
-Shock.
-Reanimación cardiopulmonar.
Los hematomas pueden durar desde días hasta meses, y el hematoma perióstico es el más
grave y doloroso.
Causas Los hematomas a menudo son causados por caídas, lesiones deportivas,
accidentes automovilísticos o golpes recibidos de otras personas u objetos.
Si la persona toma anticoagulantes, como aspirina o warfarina (Coumadin) es probable que
presente hematomas más
1. Se debe aplicar hielo sobre el hematoma para ayudarlo a sanar más fácilmente y
reducir la inflamación. El hielo se debe aplicar envuelto en un trozo de tela y NO aplicarlo
directamente sobre la piel. Se recomienda mantener el hielo sobre la piel durante
aproximadamente 15 minutos por hora.
2. Se debe mantener el área del hematoma levantada por encima del nivel del corazón,
si se puede. Esto puede ayudar a evitar que la sangre se estanque en el tejido afectado.
3. Se recomienda tratar de descansar la parte del cuerpo que presenta el hematoma,
evitando sobrecargar de trabajo los músculos en dicha área.
4. Si es necesario, se puede usar acetaminofén para ayudar a reducir el dolor del
hematoma.
5. NO SE DEBE intentar drenar el hematoma con una aguja.
6. NO SE DEBE continuar corriendo, jugando ni realizando cualquier otra actividad
utilizando la parte del cuerpo que presenta el dolor y el hematoma.
7. NO SE DEBE ignorar el dolor ni la inflamación.
Edema. Es la acumulación de líquido en el espacio tisular intercelular o intersticial y también
en las cavidades del organismo.
El edema es apreciable, aparte de por la hinchazón, porque al apretar fuerte con el dedo y
soltar el hundimiento permanece un tiempo, puede ser muy pocos segundos o varios
minutos.
Inflamación . Respuesta protectora de los tejidos del organismo ante una irritación o lesión.
La inflamación puede ser aguda o crónica. La histamina, las quininas y otras diversas
sustancias median en el proceso inflamatorio.
La inflamación como signo semiológico de lesión elemental primaria, se caracteriza con los
signos y síntomas cardinales de Celso: rubor, calor, tumor y dolor que significan un eritema
activo, infiltrado y sensible, respectivamente. Desde el punto de vista clínico la inflamación
se presenta como un eritema inflamatorio o como una tumefacción o tumor inflamatorio.
La inflamación más común en la boca es la gingivitis, luego le siguen las celulitis y los
abscesos de origen dentario
Gingivitis
Celulitis
Absceso
Absceso - Flemón
Infección que forma una tumoración dentro de la piel u otro órgano.
Aparece como consecuencia de la lucha entre nuestras células
defensivas y las bacterias causantes de la infección.
Cuando esta infección no contiene pus se denomina flemón;
el flemón se convierte en absceso cuando éste empieza a
producir pus, líquido blanquecino que se compone de células defensivas y bacterias
muertas.
Esta infección puede suceder a cualquier nivel (absceso hepático, absceso cerebral, etc.), si
bien, la localización más frecuente es la piel.
Al inicio de la infección la zona circundante al absceso se encuentra roja y
caliente, posteriormente el absceso se reblandece y, al final, si no se trata, el pus puede
acabar saliendo al exterior (o al interior) mediante una fístula (trayecto que comunica al
absceso con el exterior).
Flemón es una inflamación purulenta que se propaga por los tejidos subcutaneos, partes
blandas.
Absceso. Cavidad que contiene pus y esta rodeado por tejido inflamado, se forman como
consecuencia de las supuración en una infección localizada. generalmente se produce la
curación cuando el absceso drena o esta formado por o es sometido a una incisión.
Los abscesos aparecen cuando se infecta un área de tejido y el cuerpo es capaz de "aislar"
la infección y evitar que se extienda. Los glóbulos blancos, que son la defensa del organismo
contra algunos tipos de infección, migran a través de las paredes de los vasos sanguíneos al
área de la infección y se acumulan dentro del tejido dañado. Durante este proceso, se forma
el "pus", que es una acumulación de líquidos, glóbulos blancos vivos y muertos, tejido
muerto y bacterias o cualquier otro material o invasor extraño.
Los abscesos pueden formarse en casi cualquier parte del organismo y pueden ser
causados por organismos infecciosos, parásitos y materiales extraños. Los abscesos en la
piel son fácilmente visibles, de color rojo, elevados y dolorosos; mientras que los abscesos
que se forman en otras áreas del cuerpo pueden no ser tan obvios, pero pueden causar
mucho daño si comprometen órganos vitales.
Este tipo de infecciones puede poner en peligro la vida bien por el compromiso mecánico de
la vía aérea, por la producción de toxinas o por la diseminación a órganos distantes tanto por
contigüidad como por la propagación hematógena. Desde la introducción de los antibióticos,
las infecciones que comprometen la vida son inusuales y se asocian con unos índices de
mortalidad menores. Sin embargo, estas infecciones siguen siendo frecuentes en pacientes
alcohólicos, debilitados o inmunodeprimidos.1-3
Dentro de las infecciones del área maxilofacial, las de origen dentario son las más comunes.
La mayoría evolucionan favorablemente con complicaciones mínimas, pero también pueden
acarrear una grave morbilidad y hasta ser letales. Otros cuadros como el síndrome de
Lemierre, la angina de Ludwig o el absceso peritonsilar son menos frecuentes pero de
extrema gravedad.
Como se ha visto, todos estos procesos infecciosos pueden comprometer seriamente las
vías aéreas superiores y requieren un diagnóstico y tratamiento precoz. Se aceptan diversas
pautas de tratamiento antibiótico empírico, tanto combinado como en monoterapia. La
piperacilina- tazobactam es un betalactámico de amplio espectro de la familia de las
ureidopenicilinas al que se le ha asociado un inhibidor de las betalactamasas, tazobactam,
para mejorar su acción frente a enterobacterias productoras de estas betalactamasas. 9 Este
compuesto es muy activo frente a microorganismos grampositivos, incluyendo cepas que
producen betalactamasas (entre otras S. aureus meticilín sensibles, S. epidermidis,
estreptococos y enterococos).10 Además, piperacilina-tazobactam muestra una gran actividad
frente a los bacilos Gram negativos (BGN) incluida Pseudomonas aeruginosa.11 El espectro
se completa con su actividad frente a microorganismos anaerobios.12
En nuestro conocimiento no se han realizado hasta la fecha estudios que evalúen la utilidad
de piperacilina-tazobactam en infecciones del área maxilofacial. Por ello el objetivo de este
estudio es valorar la eficacia y seguridad de un antibiótico de amplio espectro como
piperacilinatazobactam en pacientes con infecciones graves del área maxilofacial.
** En los abscesos se debe hacer un drenaje de los mismos junto con la endodoncia de la
pieza afectada.
Traumatismo. Lesión física causada por una acción violenta o disruptiva o por la introducción
en el cuerpo de una sustancia toxica.
Traumatismo oclusivo. Lesión de un diente y de las estructuras que lo rodean causada por la
tensión ocasionada por un traumatismo, la disfunción temporomandibular o por bruxismo.
Traumatismo potencial Cambios en el tejido que se pueden producir como consecuencia de
la existencia de la maloclusión o flan de armonía dental
Traumatofilia. Estado psicológico en el que el individuo siente placer inconsciente con las
lesiones e intervenciones quirúrgicas
Se refiere a los accidentes que ocasionan lesiones en esta región, las causas más
frecuente de traumas en la cara son: Automovilismo, Violencia social, Accidentes en el
hogar, todos éstos pueden determinar heridas en la cara, la boca, la lengua y
frecuentemente la fractura de la mandíbula y de los maxilares, la atención de estas
emergencias deberá ser inmediata.
Desde que el ser humano está dentro del útero materno existe la posibilidad de que la
boca y cara no se conformen de manera normal, tal es el caso de los niños que nacen con
Labio y Paladar Fisurados, que es la malformación facial congénita más conocida en
nuestro medio.
Cirugía Ortognática:
Articulación Cráneo-mandibular:
Glándulas Salivales:
Hemorragias
Las hemorragias suelen producirse como consecuencia de una herida o contusión. Aunque
la mayoría no supone riesgo alguno para la vida, la primera medida que debe tomarse es
detenerlas y, después, tratar adecuadamente las heridas y contusiones que las produjeron, a
fin de evitar infecciones y otras complicaciones posibles.
Los distintos tipos de hemorragia se suelen clasificar en tres grandes grupos: las
hemorragias capilares, las venosas y las arteriales.
Hemorragia capilar. Los capilares son los vasos sanguíneos más numerosos y más
pequeños del organismo. Cuando una herida o un rasguño lacera o destruye algunos de
estos capilares, suele producirse un sangrado escaso y lento. En estos casos, el propio
sistema de coagulación lo detendrá en cuestión de minutos.
Hemorragia venosa. Los cortes profundos suelen seccionar venas, por las que corre
la sangre en su camino de regreso al corazón. Dicha sangre, que presenta un color rojo
oscuro por haber dejado ya el oxígeno en las células, fluye de forma lenta pero persistente, y
la presión sobre la herida suele detener la hemorragia en poco tiempo.
Hemorragia arterial. Es la menos frecuente, pero también la que reviste mayor
gravedad. La sangre es de color rojo brillante y mana a chorros intermitentes que coinciden
con las contracciones del corazón.
Cuando se produce una ruptura en una arteria principal y no se trata a tiempo, es posible
desangrarse en menos de un minuto hasta morir. No obstante, la presión directa sobre la
herida detiene la mayoría de las hemorragias arteriales.
Al decidir el tratamiento más adecuado en este caso, hay que tener en cuenta no sólo las
características generales sino también la localización de la herida y su naturaleza.
No obstante, todas las heridas deben ser atendidas de forma apropiada para evitar las
posibles infecciones, de diversa gravedad, que pueden aparecer posteriormente.
Cortes. Cuando el corte es pequeño y apenas sangra, bastará con lavarlo con agua y
jabón, secarlo con cuidado y cubrirlo con una venda o una tirita adhesiva.
Si es grande, profundo o tiene los bordes desgarrados, hay que acudir con rapidez a un
servicio de urgencias y, mientras tanto, ejercer presión sobre la herida con una gasa estéril o
un paño limpio para intentar detener el sangrado.
Para mover al herido, hay que colocarlo primero en posición horizontal, boca arriba; y si no
asoma por la herida ningún órgano, se presiona sobre ella hasta que deje de sangrar. En
caso contrario, no hay que tocarla; sólo se cubrirá con vendas o gasa estéril.
Para detener el sangrado abundante de una herida, deben tomarse las siguientes medidas:
Acostar al afectado, si es posible, con la cabeza ligeramente por debajo del nivel del
tronco o con las piernas elevadas, para que fluya sangre al cerebro y evitar que se desmaye.
Alzar también la parte del cuerpo donde se haya producido la herida, para reducir la
pérdida de sangre.
Eliminar la tierra, arena o cualquier otra suciedad de la herida, pero sin tocar lo que
se halle incrustado.
Aplicación presión directa sobre la herida con una gasa estéril, un paño limpio o
incluso con la mano, si fuera preciso.
Mantener la presión hasta que la hemorragia se detenga. Cubrir entonces la herida
con una venda y sujetarla con esparadrapo.
Si la hemorragia continúa y traspasa la gasa o el paño con que se presiona la herida,
añadir más gasas o paños sobre los anteriores sin quitarlos y seguir presionando.
Cuando la hemorragia se haya detenido, inmovilizar la parte del cuerpo herida, sin
quitar las vendas.
Trasladar de inmediato al herido al servicio de urgencias.
Hemorragias internas
Una herida en apariencia superficial, como la producida por un golpe en la cabeza, puede
causar una hemorragia interna, siempre muy peligrosa. En ciertos casos, una herida interna
puede no producir un sangrado externo; en otros, el sangrado se produce por la boca, el
ano, la vagina o el pene.
En particular, una hemorragia interna es de gravedad extrema y puede ser mortal cuando se
localiza en el abdomen, en la cabeza o en el tórax. La pérdida de sangre puede ser
abundante, aunque no haya signos externos.
Cuando se hay producido una herida traumática -por caídas, accidentes de coche o actos
violentos-, siempre debe sospecharse la existencia de una hemorragia interna.
Entre las posibles causas figuran la infección bronquial o pulmonar, las heridas en el tórax y
el cáncer de pulmón. Si la sangre es abundante, acudir con urgencia a un centro
hospitalario.
Mientras tanto, poner al paciente en posición horizontal, con la cabeza ligeramente levantada
y sostenida con almohadas o cojines, aflojarle todas las prendas ajustadas y mantenerlo
caliente, tranquilo y lo más cómodo posible. Si tiene sed, darle trocitos de hielo o pequeños
sorbos de agua fría.
Hemorragia rectal. Las causas de este tipo de hemorragia pueden ser varias; por
ejemplo, las hemorroides, en cuyo caso se encontrarán manchas de sangre roja, brillante, en
la taza del inodoro o en el papel higiénico. Debe consultar con el médico.
La hemorragia también puede provenir del tracto gastrointestinal, y en este caso puede ser
más abundante, y la deposición negruzca o salpicada de sangre de color rojo brillante (las
heces negruzcas también pueden obedecer a la indigestión de medicamentos con
compuestos de bismuto o hierro).
Ante una hemorragia entre moderada e intensa, llamar o acudir al servicio de urgencias.
Hemorragia vaginal. Aunque este tipo de sangrado es normal durante la
menstruación, fuere de ésta puede ser síntoma de diversos trastornos ginecológicos.
Cuando el sangrado vaginal es inusual y, en particular, si se trata de una mujer embarazada,
hay que consultar con el médico de inmediato.
Sangre en la orina. Esta hemorragia, conocida también como hematuria, puede ser
impactante, porque una cantidad de sangre relativamente pequeña mezclada con la orina da
la sensación de que la taza del inodoro esté llena de sangre.
En todo, caso siempre hay que acudir al médico, ya que puede ser debida a un tumor, una
infección, un trastorno renal u otra enfermedad grave.
Cuando la sangre precede a la orina, es probable que provenga de la uretra, pero si está
muy mezclada con aquélla, el origen del trastorno puede encontrarse en la vejiga o en los
riñones.
Una hemorragia interna puede conducir, con bastante probabilidad, a un estado de shock,
con lo cual el afectado presentará los siguientes síntomas: debilidad, sed, ansiedad, piel fría,
respiración superficial y acelerada, pulso débil y temblores. También es posible que sienta
mareos y vaya a desmayarse, pero se recupera al acostarlo con las piernas en alto.
Ante estos síntomas, se impone pedir una ambulancia con toda urgencia. Mientras tanto, si
hay indicios de shock, es conveniente mantener a la víctima inmovilizada en posición
horizontal y cubrirla con una manta para que conserve el calor.
Puede estar provocada por un traumatismo, por el aire seco, por una alergia o por causas
imprecisas. Lo más común es que provenga de los vasos sanguíneos que rodean el
cartílago que separa las fosas nasales, en cuyo caso es fácil detenerla. Lo menos frecuente
es que proceda de una zona más profunda, y entonces suele ser más difícil detenerla.
Muy probablemente se logrará cortar una hemorragia nasal con los pasos que se indican a
continuación:
Urgencias maxilofaciales
Dentro de las urgencias odontológicas, destacamos las infecciosas como las más relevantes
ya que son muy frecuentes, son potencialmente graves y continúan siendo poco conocidas.
Se definen como aquellos procesos infecciosos que tienen como punto de partida el aparato
dentario.
- asintomático
En el caso de los traumatismos faciales, los principales mecanismos de producción son: los
accidentes de tráfico, las agresiones, accidentes domésticos, deportivos o lesiones de
carácter especial: armas de fuego, arma blanca, asta de toro, etc.
Lesiones de partes blandas. Como características diferenciales con las heridas en otra
localización, subrayamos su gran importancia estética, ya que en muchas ocasiones no
representan una urgencia vital en comparación con las heridas traumáticas de otra
localización. La región maxilofacial tiene una muy buena vascularización, por lo que suelen
cursar con hemorragias profusas y tienen bajo riesgo de infección.
*** Fracturas de mandíbula. Se clasifican en sinfisarias, del cuerpo, del ángulo, de la rama
ascendente, condílea o de la coronoides. Clínicamente se manifiesta por dolor, tumefacción,
maloclusión dentaria e incluso mordida abierta.
*** Fracturas malares, destaca la presencia de un hematoma en la zona con anestesia del
labio superior por lesión del nervio infraorbitario y dificultad para la apertura bucal.
- El tratamiento de las fracturas depende del tipo, pero en líneas generales consiste en la
estabilización del paciente al igual que en las lesiones de partes blandas y posteriormente la
reducción y fijación de las fracturas.
ANTECEDENTES
Antecedentes personales, obtenidos en la evaluación secundaria, son de vital ayuda.
Enfermedades preexistentes o pasadas, pueden agravar o enmascarar las lesiones.
Determinar el mecanismo del trauma orienta el examen a buscar lesiones que pueden pasar
desapercibidas. La presencia de una lesión facial implica que una fuerza ha sido
completamente repartida en la cabeza y el cuello.
MANEJO DE EMERGENCIA
Existen 3 consideraciones de emergencia en el tratamiento de pacientes con trauma facial
(5):
Obstrucción de la vía aérea
Ocurre en lesiones con edema de piso de boca, faringe, cuello o fracturas dentales o
mandibulares que pueden bloquear la vía aérea. Amerita intubación o traqueotomía o
cricotiroidotomía. Las indicaciones son:
Fracturas simultáneas del tercio medio facial
Fracturas conminutas múltiples de mandíbula asociada a edema de piso de boca o
del cuello, así como por haber perdido el soporte mandibular de la lengua, permitiendo
obstrucción de vía aérea por ésta.
Fijación de mandíbula que impida reintubación
Edema masivo de tejidos blandos que impida reintubación
Quemaduras considerables de cabeza y cuello que se acompañen de fracturas
faciales
Trauma laríngeo o traqueal
Fijación intermaxilar en comatosos o con lesiones torácicas que requieran ventilación
mecánica como soporte
Hemorragia
Ocurre por 2 mecanismos:
Sangrado de las laceraciones faciales
Hemorragia significativa de lesiones maxilofaciales cerradas, provenientes de ramas
de la arteria maxilar interna o laceraciones de arterias y venas adyacentes a los senos
paranasales
El tratamiento de la hemorragia nasofaríngea severa proveniente de los senos paranasales
se consigue por:
taponamiento nasal anterior, teniendo precaución de no entrar en órbita o base del
cráneo con fracturas extensas
fijación intermaxilar en fracturas tipo LeFort
vendaje externo compresivo (vendaje de Barton)
angiografía y embolización selectiva
la ligadura arterial selectiva se reserva para sangrado persistente a pesar de las
medidas anteriores. Generalmente responde a la ligadura de la carótida externa y la
temporal superficial del lado afecto, o de la maxilar interna (mas selectiva).
Aspiración
El trauma maxilofacial se acompaña frecuentemente de aspiración de secreciones orales,
contenido gástrico, sangre o cuerpos extraños, especialmente si existe lesión concomitante.
Se aprecia respiración ruidosa, baja saturación de oxígeno y disminución de la elasticidad
pulmonar. Los Rayos x revelan infiltrados blandos. Está indicada la aspiración del árbol
traqueobronquial.
EVALUACIÓN
Una vez estabilizado el paciente, se procede a realizar el examen físico detallado en la
evaluación secundaria. El examen facial debe hacerse ordenadamente, ya sea de arriba
abajo o viceversa. Para hacerlo mas fácil puede hacerse dividiendo la cara en 3 sectores:
superior (o craneofacial), medio (nasoorbitario) e inferior (dentario). Debe haber una buena
fuente de luz. Se busca en las 3 zonas la presencia de asimetría o deformidad.
Tercio superior
Inspección: Debe hacerse desde distintos ángulos (tangencial desde arriba,
tangencial desde abajo y de frente). Lesiones en la cabeza pueden corresponder a fracturas
de la pared anterior del seno frontal. Asimetrías o deformidades en el cuerpo de la ceja a
fracturas de techo de órbita. Lesiones en la cola de la ceja a fracturas de base de cráneo. Es
axiomático excluir fracturas en pacientes con laceraciones, excoriaciones o hematomas
faciales
Palpación: Se deben palpar las superficies y rebordes óseos, como el reborde
orbitario superior. Si la lesión cutánea que acompaña al escalón óseo tiene forma estrellada
y desgarrada debe pensarse que existe un compromiso craneal, necesitando evaluación
neuroquirúrgica. Si se evidencia la cara alargada con gran edema, y al fijar el cráneo con
una mano se mueven delante atrás los incisivos, resultando en movilización de todo el
segmento facial, puede ser indicio de fractura LeFort II o “disrupción craneofacial”(no hay
LeFort sin signo de pinza positivo).
Resonancia magnética
Para lesiones de partes blandas principalmente.
Arteriografía
Para diagnóstico y terapéutica por embolizaciones de zonas con hemorragia no controlable.
Las más comunes son las exodoncias múltiples, exodoncias de caninos o cordales incluidos,
resección de quistes odontogénicos, germectomías. Todas estas intervenciones pueden
realizarse con anestesia local, anestesia local más sedación o anestesia general. La cirugía
odontológica se presta para ser realizada como cirugía mayor ambulatoria a condición de
respetar los imperativos inherentes a esta técnica. Son intervenciones por lo general con un
sangrado reducido y con fácil control del dolor postoperatorio. Debe realizarse la
hospitalización en los casos de un sangrado excesivo, en la cirugía preortodóntica,
reconstructora o cuando es necesario un bloqueo intermaxilar.
Podemos hacer una clasificación muy general en cuatro grupos de las deformidades
craneomaxilofaciales y malformaciones.
Microsomia hemifacial
Microsomia bilateral
Síndrome de Crouzon
Fisura labiopalatina
Síndrorme de Goldenhar
Síndrome de Treacher-Collins
Síndrome de Apert
Hiperplasia hemifacial
Síndrome de Nager
Otros Síndromes
Microsomía hemifacial: La deformidad ósea más característica es la hipoplasia de una rama
ascendente mandibular hasta la ausencia de esta.
Existen formas de craneoestenosis, cierre precoz de las suturas de los huesos del cráneo,
familiares, llamadas disóstosis craneofaciales en las que no solo esta afectada la bóveda
craneal si no también las suturas de la base del cráneo y las del esqueleto facial (S. de
Crouzon y S. de Apert).
La cirugía ortognática trata los síndromes y malformaciones dentarias que pueden producir
mala oclusión dental, alteraciones de las coronas dentarias o en la articulación
temporomandibular. Se realizan: En el maxilar superior, raramente, osteotomías parciales
segmentarias del maxilar superior (Operación de Wasmund) y más frecuentemente
osteotomías totales de avance del maxilar superior tipo Le Fort I (Figura 27); En la
mandíbula, osteotomías de alargamiento de la mandíbula, como la osteotomía de Hinds, que
necesita cerclaje, osteotomía sagital de Obwegeser que es fijada con osteosíntesis y no
necesita cerclaje, todas ellas en casos de retrognatia. Sobre la mandíbula se realizan
también osteotomías de acortamiento en casos de prognatismo.
En cuanto al manejo intraoperatorio, este tipo de cirugía se caracteriza por ser de gran
duración (8-12 horas), con una importante pérdida de calor y líquidos. Debido a la duración
de la cirugía se recomienda hacer profilaxis con heparinas de bajo peso molecular incluso en
pacientes jóvenes, sanos y sin ningún factor de riesgo. Hay tendencia a la hipotermia
durante estas intervenciones debido a: La duración de la cirugía, la temperatura del
quirófano, pacientes pobremente cubiertos, los paños mojados, utilización de sustancias
antisépticas frías y a las grandes áreas corporales expuestas. La hipovolemia unida a la
hipotermia desarrolla vasoconstricción periférica que produce disminución del flujo
sanguíneo al injerto y ponen en peligro su viabilidad. Debemos evitar tanto la hiperventilación
como la hipoventilación. La hiperventilación produce vasoconstricción periférica (54). La
presión venosa central debe mantenerse por encima de 1 ó 2 puntos de la basal del
paciente. Debe optimizarse el flujo sanguíneo al injerto y para ello se utilizan distintos
mecanismos: Circulación hiperdinámica, adecuada fluidoterapia y normotermia. Hacer
hemodilución moderada, manteniendo un hematocrito entre el 30 y 35 %. Recordar que no
todos los pacientes tienen la misma tolerancia a la isquemia. La hemodilución aumenta el
flujo de sangre al tejido normal y probablemente también al injerto. La disminución de
resistencias vasculares periféricas se puede conseguir mediante la utilización de droperidol,
clorpromacina o nifedipina para aumentar el flujo sanguíneo al injerto. Las drogas inotrópicas
raramente son necesarias en cirugía microvascular. La hipotermia es un problema muy
frecuente durante las cirugías prolongadas. Manteniendo la temperatura corporal normal
prevenimos la vasoconstricción periférica. No debe permitirse que la temperatura central
baje más de 0,5 a 1º C de la basal. La disminución de la temperatura corporal resulta de la
exposición y de la interferencia de los agentes anestésicos con los mecanismos normales de
termoregulación. La ventilación con bajos flujos y los intercambiadores de calor y humedad
minimizan la pérdida de calor por el sistema respiratorio.
Hay que tener especial atención en el manejo de los líquidos en este tipo de cirugía. Para la
hemodilución se emplean coloides (Hidroxietilalmidón al 6 %) 10-15 ml/kg durante 30-60 min.
Las pérdidas insensibles de fluidos se reemplazan con cristaloides RS/RL 4-8 ml/kg/h. Las
pérdidas sanguíneas, con hemoglobina de 10 mg/dl o hematocrito del 30 %, se sustituyen
con coloides. Hemoglobina menor de 10 mg/dl o hematocrito menor del 30% se sustituyen
con coloides más concentrados de hematies Las pérdidas mayores con plasma fresco
congelado más concentrados de hematies (55).
Conclusiones
CASOS CLÍNICOS.
Caso I
Paciente mujer de 51 años de edad que acude a urgencias por un cuadro de seis meses de
evolución de obstrucción nasal.
Se incide el fondo de vestíbulo superior desde primer molar superior derecho al izquierdo y
se expone, subperiósticamente, el maxilar superior procediendo a marcar el trazo de la
osteotomía del Le Fort I. Se preforman cuatro miniplacas de titanio y se colocan a ambos
lados del reborde piriforme y en los arbotantes máxilo-malares, asegurando con ello la
correcta reposición de los fragmentos al acabar la intervención. Se retiran las miniplacas y se
procede a realizar una osteotomía de Le Fort I según técnica habitual, finalizando con la
realización de la «down-fracture» del maxilar superior.
En este momento procedemos al abordaje del osteoma, que estaba anclado al etmoides por
un pedículo óseo, invadía fosa nasal derecha y cerraba el orificio de drenaje del seno maxilar
(Fig. 4). Se extirpa el mucocele que ocupa seno maxilar derecho y liberamos el osteoma con
un escoplo fino y lo extraemos con ligeros movimientos de rotación a derecha e izquierda. La
pieza extirpada medía aproximadamente 3 cm. de longitud y 4 cm. de altura (Fig. 5). Una vez
retirado el osteoma exploramos el lecho quirúrgico observando que no quedan restos de
tumor y realizamos hemostasia. Se deja drenaje desde seno maxilar a orificio nasal derecho.
Discusión
Los osteomas son tumores osteogénicos benignos, encapsulados, de crecimiento lento, que
asientan en huesos de cráneo y de cara, apareciendo como una lesión redondeada,
lobulada y adaptada a la cavidad que lo contiene anclándose a estructuras subyacentes por
un pedículo óseo.
Histológicamente está formado tanto por hueso compacto como trabecular así como
componentes vasculares y conectivos con ausencia de células malignas.
Son tumores usualmente asintomáticos, que pueden tardar años en hacerse sintomáticos,
siendo en un 1% identificado en radiografía simple y en un 3% en TC como hallazgo casual.
Cuando dan clínica lo suelen hacer antes los de localización etmoidal que los frontales, dado
que los primeros tienen menos espacio para la expansión del osteoma. Su tamaño es muy
variable llegando incluso a grandes proporciones, habiéndose descrito en la literatura
osteomas de 4 cm. de longitud por 3,5 cm. de altura. La clínica se suele presentar como
complicación del crecimiento del mismo, pudiendo dar cuadros dramáticos como en el caso
del asiento en el canal auditivo interno, o cuando invaden órbita o la fosa craneal. En el caso
de los etmoidales pueden crecer hacia arriba invadiendo fosa craneal, lateralmente hacia la
orbita, medialmente hacia fosas nasales, caudalmente hacia seno maxilar y la sintomatología
derivaría de la afectación de dichas estructuras. Aparecen síntomas del tipo de anosmia,
licuorrea, cefaleas, obstrucción del conducto nasolacrimal con epífora, proptosis, diplopia,
amaurosis fugaz, ceguera transitoria, celulitis orbitarias, obstrucción nasal, sinusitis, dolor,
deformidad estética, etc. en función de las zonas afectas. La afectación craneal y oftálmica
es poco frecuente. Se ha descrito su asociación con mucoceles secundarios a obstrucciones
de ostium de drenaje de senos paranasales. La asociación de múltiples osteomas faciales
junto a poliposis intestinal de origen familiar y carcinomas epidermoides en la piel se
corresponde con el Síndrome de Gardner.
En este caso se descartó esta vía por imposibilidad técnica dado el tamaño tumoral.
Viene dada por la localización del osteoma. Se plantean tres vías de abordaje, una
transcraneal, una transfacial y una intraoral, cada una con unas ventajas y desventajas así
como una morbilidad asociada. Los abordajes transfaciales pueden ser combinados entre sí
o con abordajes intracraneales, de forma simultánea o diferida, existiendo por lo tanto
múltiples posibilidades. Podemos establecer unos principios básicos para la elección del
abordaje más adecuado.
• Elegir el camino más corto hacia el objetivo, sorteando las estructuras nobles,
considerando siempre la posibilidad de una futura cirugía.
• Realizar las osteotomías craneofaciales necesarias para evitar una excesiva retracción
cerebral y conseguir una adecuada exposición de la lesión que permita una resección lo más
completa posible. Las osteotomías deben procurar fragmentos óseos lo más amplios
posibles y se debe practicar con la osteosíntesis preformada para asegurar una correcta
reposición anatómica.
Transcraneal
La incisión coronal es la más ampliamente empleada, siguiendo un trayecto festoneado de
oreja a oreja lo que permite que se cubra posteriormente por pelo.
Osteotomía transfrontal
Osteotomía subcraneal
Transfacial
Abordaje transetmoidal
Abordaje transnasomaxilar
Incisión de Weber-Ferguson y sus modificaciones para practicar una osteotomía tipo Le Fort
II.
Intraoral
De elección en nuestro caso dado los requerimientos estéticos del paciente y la accesibilidad
de la lesión.
Entre las posibles opciones tenemos el abordaje transpalatino que se descarta por la
inaccesibilidad desde ahí a la lesión.
El abordaje vía Cadwell-Luc del seno maxilar dadas las dimensiones del osteoma se
presumía insuficiente.
En el caso en cuestión, se prefirió usar una maxilotomía con osteotomía tipo Le Fort I según
la técnica convencional, ya que es una técnica especialmente útil en grandes tumores
centrofaciales de localización precribal. Esta osteotomía conseguía un buen campo, lograba
buena visibilidad y permitía su ampliación realizando en caso necesario una segmentación
sagital del maxilar superior. La curación tras la intervención es relativamente rápida, con
escasas complicaciones y unos resultados estéticos y funcionales excelentes. La posible
maloclusión posterior se evitaba con el uso de las miniplacas preformadas. Las otras
complicaciones descritas en la literatura son la hemorragia nasal, enfisema cervical o la más
infrecuente isquemia maxilar.16
Caso clínico II
Resumen:
Actualmente la reducción abierta de las fracturas mandibulares y la fijación y estabilización
de los segmentos óseos por medio de la fijación interna rígida es considerado el tratamiento
de elección versus técnicas más conservadores como lo son la reducción cerrada y el
bloqueo maxilo-mandibular o el uso de osteosíntesis por medio de alambre de acero. La
fijación interna rígida es una técnica que brinda la suficiente estabilidad para propiciar un
correcto reparo óseo así como brindar al paciente un postoperatorio más confortable y una
reincorporación mas temprana a su vida normal, sin limitar notablemente sus actividades
fisiológicas y sociales, en comparación con las técnicas antes mencionadas.
Introducción
Con el desarrollo de los antibióticos comienza a utilizarse con mayor frecuencia la reducción
abierta, y por ende, comienza el debate entre el uso o no da fijación abierta versus las
técnicas mas conservadoras.3
Basados en los estudios de Key, realizados en 1932 sobre la "Presión Positiva" (compresión)
entre segmentos óseos, Luhr, en 1968, publica reporte acerca del uso de placas y tornillos
en el tratamiento de las fracturas mandibulares sin la utilización de BMM, realizando estudios
en canes y posteriormente en seres humanos.
Entre los años 1968 y principios de los 70, Spiessl comienza a aplicar os principios del grupo
AO/ASIF, adaptando las técnicas y el instrumental en el tratamiento de las fracturas
mandibulares.5
Para finales de los años 70, gracias a los estudios de Michelet en 1973 e posteriormente
Champy7 en 1978, ocurre una revolución con respecto a la técnica de fijación rígida en las
fracturas mandibulares, con la publicación de el uso de mini-placas en "zonas ideales de
osteosíntesis"7, por medio de abordajes intraorales y con el uso de tornillos mono-corticales,
evitando la utilización de grandes placas compresivas y abordajes extraorales, propios del
grupo AO/ASIF, siendo los principios actuales en el tratamiento de las fracturas mandibulares
una combinación de ambas.
Pacientes y Método:
Fueron atendidos dos pacientes masculinos, de 19 y 18 anos respectivamente, los cuales
presentaban fractura mandibular, siendo el tratamiento indicado la reducción abierta de las
fracturas y FIR por medio de placas y tornillos de titanio según los principios actuales para el
tratamiento de las fracturas mandibulares postulados por la AO/ASIF.
Caso 1:
Paciente masculino de 17 años de edad, atendido en la emergencia del Hospital Santa Casa
de la Misericordia de Río Claro - SP, el cual fue victima de agresión física con una patada,
presentado traumatismo facial, siendo el diagnóstico inicial posterior a la evaluación clínica y
radiográfica de fractura de parasínfisis izquierda y de ángulo mandibular derecho, con
dislocamiento de los segmentos y evidente alteración de la oclusión (Fig. 1 y 2), presentando
adicionalmente laceraciones en el mentón y múltiples abrasiones en el rostro, las cuales
fueron atendidas en la emergencia, además de realizarse una contención en la arcada
mandibular para brindar una mejor estabilidad, en espera de la reducción abierta de las
fracturas (Fig. 3).
Bajo anestesia general e intubación nasotraqueal fueron colocados arcos de Erich para
restablecer la oclusión original del paciente por medio de un BMM intraoperatorio.3
Posteriormente, por medio de un abordaje intraoral a nivel de fondo de vestíbulo, según la
técnica descrita por Ellis y Zide 11, se logró una exposición directa del foco de fractura según
los principios de la AO/ASIF, realizándose la reducción anatómica de las fracturas y el BMM
del paciente. Posteriormente se realizo fijación de los segmentos óseos correspondientes a
la fractura de parasínsifis por medio de dos mini placas 8,10 de 2,0 mm de 4 agujeros,
utilizándose 2 tornillos bicorticales de 14 mm e 2 tornillos de 8 mm en la placa inferior por
encima del borde inferior de la mandíbula y tornillos monocorticales de 6 mm en la placa
superior, respetando foramen mentoniano y la integridad del paquete vasculo-nervioso 10 (Fig.
4). La fractura a nivel del ángulo mandibular fue fijada por medio de una única mini placa del
sistema 2.0 mm de 4 agujeros, con la utilización de 4 tornillos monocorticales de 8 mm
según la técnica descrita por Champy7, 8 (Fig. 5). El paciente no permaneció con BMM
postoperatorio. Fue dado de alta al día siguiente de la intervención y 8 días después estaba
de vuelta a sus actividades cotidianas manteniendo un control post-operatorio semanal y una
dieta blanda por 6 semanas (Fig. 6).
Caso 2:
Paciente masculino de 26 anos quien ingresó a la emergencia del Hospital de la Hermandad
de la Santa Casa de la Misericordia de Limeira - SP presentando dolor agudo, limitación de
abertura bucal y alteración de la oclusión con 7 días de evolución a consecuencia de un
accidente ciclístico, Al examen clínico y radiográfico se evidencio la presencia de una
fractura de sínfisis mandibular con leve dislocamiento (Fig. 7 y 8), siendo programada la
intervención quirúrgica para la reducción abierta y FIR de la fractura para dos días después
de su ingreso a la emergencia. Bajo anestesia general con intubación nasotraqueal se
realizo un abordaje a nivel del fondo de vestíbulo para exponer la línea de fractura. 11 Se
realizo la reducción manual de la fractura y posterior BMM restableciendo la oclusión original
del paciente. Fueron fijados los segmentos por medio de dos mini placas 8,10 del sistema de
2,0 mm, siendo la placa inferior de 6 agujeros, utilizando 6 tornillos bicorticales de 14 mm por
encima del borde inferior de la mandíbula y una placa superior de 4 agujeros con tornillos
monocorticales de 6 mm. (Fig. 9 y 10) El paciente fue dado de alta a las 24 horas siguientes
con una adecuada abertura bucal y una oclusión estable y sin quejas de dolor al realizar los
diferentes movimientos mandibulares. Manteniéndose bajo control semanal y dieta blanda
por 6 semanas.
Discusión:
El tratamiento actual de las fracturas mandibulares basados en los principios de Michelet y
Champy, citados por Ellis,12 así como los actuales lineamentos del grupo AO-ASIF, basados
en la exposición amplia del foco de fractura, la reducción anatómica y la fijación estable de
los segmentos óseos, ofrece la mejor opción de tratamiento versus las técnicas
conservadoras.1,2,3,9,10 En los casos clínicos presentados pudimos observar la secuencia de
tratamiento contemporáneo de las fracturas mandibulares por medio de FIR, evidenciándose
la posibilidad no solo de restablecer casi inmediatamente la función en el paciente, así como
un post-operatorio mas confortable, sin grandes limitaciones en cuanto a la higiene, función,
alimentación y fonación. Adicionalmente, el paciente atendido por medio de FIR no precisa
de grande periodos de hospitalización siendo dado de alta en la mayoría de los casos, a las
24 horas siguientes del tratamiento quirúrgico, lo cual se traduce en ahorro de costos
operativos y de hospitalización, al igual que se logra una reincorporación a sus actividades
socio-económicas en un periodo post-operatorio mucho menor en comparación con las 6
semanas de BMM en las cuales se basa el tratamiento conservador.
Conclusiones:
El uso de la FIR en el tratamiento de las fracturas mandibulares ofrece una mayor estabilidad
de los segmentos óseos, propiciando un reparo primario, disminuye el tiempo y costos de
hospitalización y con un menor tiempo de rehabilitación post-operatoria en comparación con
las técnicas conservadoras basadas en el uso de alambre de acero y reducción cerrada con
bloqueo maxilo-mandibular.
Resumen: El tiroides lingual es una rara anomalía congénita del desarrollo tiroideo
resultante de la ausencia de descenso del mismo desde el foramen caecum hasta la
localización prelaríngea habitual.
Presentamos el caso de una paciente en edad postmenopáusica con diagnóstico
anatomopatológico de tiroides lingual de gran tamaño y localización profunda en la base
de la lengua que producía disfagia y dificultad respiratoria crecientes. Asimismo,
planteamos un nuevo abordaje quirúrgico para la resección combinando cervicotomía
media, pull-through lingual y glosotomía media.
Se discuten las distintas pruebas complementarias para llegar a su diagnóstico y se
revisan las diferentes técnicas quirúrgicas habitualmente empleadas en su tratamiento
concluyendo con las ventajas del abordaje empleado en este caso.
Introducción
El fallo total en la migración embrionaria produce clínicamente el tiroides lingual sin tejido
tiroideo funcional en su posición cervical normal en la mayoría de los casos.
La presencia de tejido tiroideo ectópico (90% de los casos en la lengua) también ha sido
descrito en otras localizaciones como la línea media del cuello cerca del hueso hioides, la
tráquea, el esófago e incluso a distancia como la porta hepática, corazón y diafragma.
Su tamaño varía desde unos milímetros hasta varios centímetros y los síntomas y signos
se relacionan directamente con el tamaño del mismo. La mayoría de pacientes se
encuentran asintomáticos y su hallazgo se produce en un examen oral rutinario. Las
lesiones sintomáticas pueden aparecer en cualquier momento desde el nacimiento hasta
la edad adulta. En aquellos presentes al nacimiento es muy probable que todo o casi todo
el tejido tiroideo se encuentre en la lengua. Este es el lugar más frecuente de localización
de ectopias tiroideas totales. La mayoría del tiroides lingual sintomático surge durante la
pubertad, el embarazo o la menstruación. La media de edad de aparición de
manifestaciones clínicas es de 40 años, con dos picos de mayor incidencia a los 12 y 40
años.3
Como hemos visto, signos y síntomas se relacionan directamente con el tamaño lesional y
consisten en disfagia, disfonía, disnea, sensación de cuerpo extraño y ocasionalmente
hemorragia. Un 10% de los pacientes jóvenes presenta mixedema juvenil o cretinismo.
Aproximadamente, el 70% de los pacientes presenta hipotiroidismo y entre 2/3 y 3/4 de
los pacientes sintomáticos no tienen otro tejido tiroideo funcional. Se ha descrito una alta
incidencia de patología tiroidea en miembros de la familia de pacientes con tiroides
lingual.
Puede estar circunscrito pero la mayoría de los casos es encontrado tejido tiroideo
interdigitándose con músculo esquelético y glándulas salivares menores en la base de la
lengua. Generalmente presenta tejido tiroideo embrionario, tejido tiroideo maduro o una
combinación de ambos. El tejido tiroideo ectópico no presenta mayor riesgo de
degeneración maligna en comparación con la glándula tiroides. La presencia de
carcinoma en tejido tiroideo ectópico es extremadamente rara siendo aproximadamente
del 1%. La mayoría de casos descritos son carcinomas foliculares, presentándose con
más frecuencia en la tercera década de la vida. El tiroides lingual no se asocia con las
glándulas paratiroides, normalmente situadas en su porción posterior, ya que éstas se
originan del ala dorsal de la tercera y cuarta bolsas faríngeas (presentan un origen
embriológico diferente).
Caso clínico
Una mujer caucásica de 56 años fue remitida a la consulta de cirugía oral y maxilofacial
presentando disfagia progresiva de 6 meses de evolución. Asimismo refiere sensación de
cuerpo extraño acentuada en el momento de la deglución. Entre sus antecedentes
personales destacan retraso psicomotor con situación límite del cociente intelectual y
limitación funcional en miembro inferior derecho. Presenta talla baja e hipotiroidismo
nunca valorado.
Es seguida en revisiones periódicas por nuestra parte y por el endocrinólogo con control
de su hipotiroidismo basal.
Discusión
El tiroides lingual es una rara anomalía congénita del desarrollo tiroideo resultante de la
ausencia de descenso del mismo desde el foramen caecum hasta su localización
prelaríngea. Usualmente se presenta como un nódulo submucoso en la base de la
lengua.
La evaluación inicial del tiroides lingual está basada en los síntomas clínicos: disfagia,
disfonía, disnea, hemorragia. El estridor puede aparecer en cualquier momento pero es
más común en neonatos.
El tiroides lingual se presenta generalmente bajo uno de los siguientes cuadros clínicos:
niños o adultos jóvenes cuyo tiroides lingual es detectado en un screening rutinario. Estos
pacientes a menudo presentan retraso del crecimiento y retraso mental. En el segundo
grupo, el inicio de los síntomas coincide con situaciones en las que existe incremento en
la demanda metabólica de hormonas tiroideas (pubertad, embarazo o menopausia). El
incremento de los niveles de TSH provoca aumento del tamaño glandular.
El examen clínico intraoral revela la presencia de una masa suave, irregular y muy
vascularizada en la línea media de la base de la lengua tras las papilas circunvaladas. En
ocasiones se encuentra ulcerado dando lugar a hemorragias frecuentes. Una exploración
con endoscopio rígido o flexible de la vía aérea superior determina el tamaño glandular y
la permeabilidad aérea. Es imperativo una cuidadosa palpación cervical pretraqueal en el
lugar habitualmente normal de la glándula.
Los primeros estudios de laboratorio precisos son los test de función tiroidea. A menudo
demuestran situaciones de eutiroidismo o hipotiroidismo con niveles normales o bajos de
T3 y T4 y niveles altos de TSH y tiroglobulina. El hipertiroidismo, aunque infrecuente, ha
sido descrito. El estudio mas específico para el diagnóstico del tiroides lingual es la
gammagrafía con Tc o. Muestra actividad o captación del radionucleótido en la base de la
lengua y no aparente actividad en la posición normal de la glándula en el cuello. Este
método evita la necesidad de realizar una biopsia diagnóstica, la cual implica riesgo de
hemorragia incoercible o tirotoxicosis aguda.
El diagnóstico diferencial debe incluir quistes del conducto tirogloso, teratomas, quistes
dermoides, linfadenitis, linfangiomas, lipomas, fibromas, carcinomas de células
escamosas, tumores de glándulas salivares menores y linfomas.
No existe un consenso real en la literatura sobre el adecuado manejo del tiroides lingual
debido a la rareza de esta condición y a las escasas y cortas series publicadas. Sin
embargo, parece claro que los objetivos básicos a cubrir son la exéresis completa que
elimine la presencia de síntomas obstructivos que en ocasiones puedan poner en peligro
la vida del paciente y el control de la función tiroidea.
El tratamiento quirúrgico debe ser considerado en aquellos casos que por su tamaño
provocan síntomas obstructivos y/o hemorrágicos, cuando existe sospecha de malignidad
y en casos en los que los síntomas iniciales empeoran tras la terapia supresiva. Sin
embargo, en pacientes sintomáticos, el tratamiento conservador con hormona tiroidea
debe ser administrado previamente al tratamiento quirúrgico con el objetivo de reducir el
tamaño tumoral. La intubación de pacientes con tiroides lingual puede tener serias
complicaciones desde el punto de vista hemorrágico. Además, el edema postoperatorio
puede causar compromiso de la vía aérea, de ahí la necesidad de considerar la
traqueostomía como procedimiento quirúrgico inicial. Así, la traqueostomía profiláctica ha
sido defendida por algunos autores, mientras otros prefieren su realización en aquellos
pacientes que muestran compromiso de vía aérea precoz en el postoperatorio inmediato.
La excisión quirúrgica del tiroides lingual puede ser realizada transoralmente o a través de
una cervicotomía media o faringotomía lateral.
Puede realizarse a través de una faringotomía media trans, supra o infrahioidea o a través
de una faringotomía lateral.
El autotrasplante del tiroides lingual tras su exéresis está indicado en pacientes con
ausencia de tejido tiroideo normal funcionante fuera de la línea media lingual. El tejido es
colocado como un injerto libre bajo la fascia del músculo recto anterior del abdomen o en
la región submandibular tras ser seccionado en láminas de 4-5 mm de espesor. El
tratamiento con tiroxina no es administrado en el postoperatorio inmediato para prevenir la
supresión del injerto. Un 30% de los pacientes permanecen eutiroideos sin la terapia con
tiroxina.
Conclusiones
CIRUGIA PLASTICA.
► Blefaroplastia. Es una cirugía que tiene la finalidad de rejuvenecer la apariencia del rostro
a través de la intervención de los párpados. Es una cirugía ambulatoria (también llamada
cirugía de día) porque no es necesario que el paciente permanezca hospitalizado. La
recuperación es rápida. Es muy frecuente que cuando las personas llegan a los 40 años los
párpados se caigan por el exceso de piel en ellos. Esto ocurre tanto en los de arriba como
los de abajo. A esto debe agregarse la presencia de bolsas en los párpados (sobre todo en
los inferiores) y hasta "olanes" en muchas ocasiones. De hecho, el problema de las bolsitas
(que es grasa acumulada en los párpados) puede encontrarse desde edades muy
tempranas, ya que puede ser de carácter hereditario. En algunos casos graves los párpados
pueden caer tanto que incluso obstruyen la visión.
Otoplastia. Es una cirugía en la cual se resuelven las deformidades de la oreja; estas pueden
ser muy variadas desde la ausencia total de la oreja (microtia) a simplemente una proyección
muy notable de la misma por la ausencia del antehelix o el helix. Este procedimiento
quirúrgico no mejora la audición del paciente, pero si su autoestima. En los casos de microtia
en ocasiones es necesaria la reconstrucción de la misma, la Cirugía Estética ofrece muchas
alternativas, una de ellas es la técnica de Brent que consiste en cuatro tiempos quirúrgicos y
reconstruye la oreja en un periodo de 2 años tras un gran trabajo quirúrgico y artesanal. Hay
otras técnicas que han ofrecido su reconstrucción en un solo tiempo quirúrgico sin los
mismos resultados. En casos menos graves es posible reconstruir la oreja usando los
mismos principios que Brent usa para reconstruir la microtia con excelentes resultados. En
los casos de hiperproyección de la oreja por la ausencia del helix o el antehelix se logra su
corrección con cirugías en las cuales se busca reconstruir este. Es ideal realizar estos
procedimientos durante la infancia porque las posibilidades de que la oreja regrese a su
estado previo son menores. Este fenómeno es provocado debido a la memoria del cartílago
auricular. Sin contar claro que evita que el niño (y los padres) pasen por constantes
comentarios por parte de otros niños y adultos. Aunque en el caso de la microtia es mejor
esperar a que hayan cumplido de 8 a 11 años según diferentes autores hasta que la oreja
sana haya alcanzado el tamaño adulto y el cartílago costal sea suficiente para poder realizar
el injerto de cartílago que se realiza en el 1º tiempo de Brent.
CAPÍTULO 13
CIRUGÍA ORTOGNATICA.
1. INTRODUCCION.
El factor estético es la causa mas frecuente por la que el paciente recurre a la consulta, al
notar alterado su aspecto en relación con sus pacientes, como consecuencia de su anormal
posición dentaria o dentoalveolar y de los maxilares. Los cambios que produce esta cirugía
hacen que estos pacientes superen sus complejos, traduciéndose en una mejor adaptación
en la sociedad.
La cara humana
La cara es la superficie de la cabeza con la cual el hombre se enfrenta al mundo. Es un
original de diseño particular. En general hay dos tipos extremos en la forma de la cara: la
larga y estrecha (dolicofacial) y la corta y ancha (braquifacial).
Los rasgos de la cara humana son muy diferentes en el hombre y en la mujer así como en
los niños.
La Cara
El término latino original «faz», describe las superficies visibles de las cosas. En el caso del
ser humano es la parte anterior de la cabeza desde el principio de la frente hasta la punta de
la barba inclusive, superficie con la cual se enfrenta al mundo. Se dice incluso que «la cara
es el espejo del alma».
Tiene un gran valor para el conocimiento
del individuo y puede ser considerado el órgano de la expresión, pues es la pantalla donde
mejor se reflejan los sentimientos y las emociones,
incluso constituye un revelador mapa descriptivo del carácter, personalidad y temperamento
de una persona. Indudablemente, constituye la mejor tarjeta
de visita del ser humano.
Es el reflejo inconfundible de su propia identidad y el principal rasgo
físico de reconocimiento social, gracias al cual se es conocido, apreciado o repudiado.
Estas deformidades pueden ser congénitas, aparecer durante el desarrollo o ser secundarias
a traumatismos o tumores. Un aspecto relevante dentro del tratamiento de las deformidades
maxilofaciales es el manejo del paciente desdentado mediante implantes dentales.
La cirugía de las deformidades maxilofaciales está constituida por tanto por todos aquellos
aquellos procedimientos quirúrgicos que pretenden conseguir una armonía facial equilibrada,
tanto desde el punto de vista estético como funcional.
Las situaciones que conllevan a realizar este tipo de cirugía son amplias, y pueden
corresponder a problemas:
Los huesos de la cara y especialmente los maxilares pueden sufrir alteraciones en su forma
tamaño o posición, que causen problemas funcionales o estéticos a nuestros pacientes.
Entre los problemas funcionales figuran trastornos de la masticación, deglución, habla,
respiración bucal y problemas de la ATM. Un defecto físico evidente en la cara puede alterar
las relaciones personales, sociales o laborales del paciente y es con frecuencia su motivo de
consulta. Las deformidades dentofaciales tributarias de tratamiento con cirugía ortognática
incluyen problemas anteroposteriores (prognatismo o retrognatia), verticales (mordida
abierta) o transversales (colapso maxilar).
RESUMEN
INTRODUCCION
El problema que nos plantea el diagnóstico en ortodoncia, es difícil de resolver. Por otra
parte, un enfoque simplista permite su rápida aceptación en la práctica, pero tiene el grave
inconveniente de darnos sólo una visión parcial de lo que intentamos resolver, que se
traduce en fracasos en el tratamiento. Por otra parte, un enfoque amplio del problema corre
el riesgo de extenderse excesivamente en disquisiciones teóricas que pueden no tener clara
aplicación clínica, por lo que el especialista lo rechaza.1
La clasificación de las anomalías dentofaciales debe abarcar todos los territorios orgánicos
que forman el aparato masticatorio humano, por lo que dividimos las anomalías
dentofaciales según el lugar que ocupan en 5 grupos: anomalías de los tejidos blandos, de
los maxilares, de los dientes, de las articulaciones temporomaxilares y de la oclusión. Estas
últimas son secundarias, consecutivas a los 4 primeros grupos. En realidad, las anomalías
de la oclusión no son una entidad; lo que observamos son irregularidades de los tejidos
blandos, de los maxilares, de los dientes y de las articulaciones temporomandibula-res.
Como dice Izard: "La maloclusión no es más que un síntoma y su diagnóstico, a pesar de su
importancia, no constituyó más que una parte del diagnóstico general". El plan de
tratamiento es el lazo de unión indispensable entre el diagnóstico y el tratamiento
propiamente dicho; debe ser, por lo tanto, el resultado de un diagnóstico cuidadoso que
incluya todas las anomalías que presenta el paciente. El tratamiento es a la vez el objetivo
esencial de la ortodoncia; al estudiar el diagnóstico se persigue prescribir y ejecutar un
tratamiento adecuado.1
Casi siempre los objetivos del tratamiento de ortodoncia para un caso ortognático son muy
distintos de los que podrían aplicarse si se tratara mediante los métodos ortodónticos
convencionales.2
En casi todos los casos resulta virtualmente imposible intentar corregir los problemas del
paciente sólo mediante la ortodoncia y si se fracasa, remitirlo al cirujano. La razón de los
anterior es: "la mecánica del tratamiento ortodóntico" por emplear en un caso ortognático es
con frecuencia exactamente opuesto en las 3 dimensiones del espacio a la que podría
utilizarse si el caso se tratara mediante recursos ortodónticos convencionales.3
Durante los últimos 20 años surgió el tratamiento quirúrgico ortodóntico del adulto,
desarrollado a partir de un "arte" inexacto, no refinado e imprevisible y llevado a ser una
terapéutica precisa, refinada y científica. Estos cambios ocurren principalmente por avances
en 3 áreas.
Primero: un mayor conocimiento del diagnóstico de las estructuras esqueletales, así como
de los tejidos blandos y el perfil facial, más que sólo concentrarse en los dientes y su
oclusión.
De aquí el interés expresado en la confección de este trabajo. Para esto se plantearon los
siguientes objetivos:
MATERIAL Y METODO
Los datos del diagnóstico de cada paciente fueron extraídos del libro control de cirugía
ortognática, a los cuales se llegó tras un estudio exhaustivo de los pacientes por parte del
personal capacitado al efecto.
RESULTADOS
Se analizaron 40 pacientes que acudieron al servicio multidisciplinario por alteraciones
dentoesqueletales durante el año 1994. De ellos 22 correspondían al sexo femenino (55 %)
y 18 al sexo masculino (45 %).
En la tabla 1 se observa que el mayor número de pacientes que solicitaron el servicio (17
pacientes), tenían entre 16 y 20 años de edad. Ocho tenían menos de 16 años, y
presentaban un desarrollo físico adecuado para las exigencias de una cirugía ortognática,
según nuestro criterio de trabajo. Otros 8 pacientes tenían entre 21 y 25 años. Se observó
una disminución en el número de pacientes mayores de 26 años.
Edad No. %
(en años)
Menor de 16 8 21
De 16-20 17 43
De 21-25 8 21
De 26-30 3 8
De 31-35 2 5
Mayor de 36 1 2
Total 40 100
Fuente: Libro control.
Diagnóstico No. %
Prognatismo maxilar 1 2
Prognatismo mandibular 10 25
Retrognatismo mandibular 1 2
Mordida abierta esqueletal 4 11
Asimetría facial 4 11
Desproporción facial por 3 7
aumento del tercio inferior de
la cara
Combinación de anomalías 16 40
Total 40 100
Fuente: Libro control.
CONCLUSIONES
Los requisitos para poder abordar la corrección se han analizado en el congreso mundial de
odontología para discapacitados, que se ha celebrado en Madrid.
Función y estética
Los expertos han puntualizado que la cirugia ortognática siempre es imprescindible: en
pacientes adultos, porque no es posible llevar a cabo un tratamiento ortodóncico puro, y en
los niños, en los que el crecimiento no ha concluido, porque la ortodoncia por sí sola no
alcanza los fines. "Pretendemos corregir los déficits que padecen estos individuos en todas
las funciones orofaciales -fonación, deglución, masticación y respiración- y mejorar el
aspecto estético".
Hueso nuevo
Fisioterapia oral
Otra de las novedades que se han presentado en el congreso es la colocación de sensores
en el paladar que, conectados a un ordenador, permiten al paciente realizar una serie de
funciones para las que está incapacitado. Es un instrumento, en fase experimental, del que
podrían beneficiarse los paralíticos cerebrales, ya que les permitiría, apuntando con la
lengua, ejecutar funciones sencillas.
También se han presentado diversas comunicaciones sobre fisioterapia oral, con la que será
posible mejorar determinadas funciones antes de que surjan los problemas, como son los
individuos con macroglosia, a los que se puede enseñar a retrotraer la lengua de forma que
el sellado labial sea mejor y, en consecuencia, la fonación. No han faltado comunicaciones
sobre las nuevas pautas para la sedación de pacientes especiales, con las que se evita la
anestesia general.
Especialización
En este contexto, Silvestre ha subrayado que la atención a estos pacientes especiales "pone
en contacto la odontología con la medicina interna y otras especialidades". El presidente ha
reiterado la necesidad de que exista una comunicación fluida entre el médico y el odontólogo
para favorecer el tratamiento de esos sujetos especiales.
ETIOLOGÍA
Estas anomalías pueden tener distinta etiología : de desarrollo, hereditarias, congénitas, por
hábitos, por degluciones defectuosas, fonéticas o respiratorias.
Pasado el periodo de crecimiento estas situaciones pueden presentarse como secuelas de
traumatismos(fractura de huesos craneofaciales o lesiones de tejido blando), actos
quirúrgicos, anomalías de origen endocrino y causas tumorales.
RELACIÓN QUIRÚRGICO-ORTODONCICA EN EL TRATAMIENTO DE LAS ANOMALÍAS
BUCOMAXILOFACIALES
Las correcciones ortodóncicas previas harían que, una vez logrado mediante cirugía, una
interrelación correcta de las bases óseas.
Los movimientos quirúrgicos de las bases esqueléticas se determinan mediante:
- Estudios Cefalométricos: Mediante los planos, ángulos y puntos anatómicos se
determinarán las posiciones óseas necesarias para el estudio prequirúrgico, donde el
cirujano y el ortodoncista planificaran su tratamiento.
En esta también se simulan los movimientos deseados y se comprueban los efectos sobre
las relaciones dento esqueléticas de los mismos.
Se realiza nuevos estudios cefalométricos para comprobar que las relaciones de las arcadas
dentarias con sus bases esqueléticas tras el tratamiento ortodóncico son las pretendidas, o
si es necesario algún reajuste.
Concluida esta fase, se está en condiciones de calcular los cambios quirúrgicos necesarios
sobre la cefalometría y sobre los registros fotográficos, y los idoneidad de la repercusión de
los mismos sobre el perfil facial.
Análisis Cefalométrico
El análisis del mentón se debe efectuar tras haber determinado los cambios dento
esqueléticos necesarios, y hecha la predicción quirúrgica de las bases óseas.
Una vez establecido el objetivo terapéutico final se debe estar en condiciones de precisar la
dirección y magnitud exacta de los cambios que se va a realizar en el paciente, recurriendo
para ello a la simulación de la cirugía sobre los modelos de estudio.
-Cirugía de Modelos
Con los modelos de escayola montados en el articulador, el cirujano efectúa sobre ellos la
cirugía planificada cortándolos y recolocándolos en la posición deseada.
Entonces se confecciona una férula de mordida de acrílico que reproduce fielmente las
relaciones oclusales en la nueva posición. Esta férula debe ser muy delgada para que no
introduzca errores en la dimensión vertical, pero lo suficientemente consistente como para
que soporte las fuerzas oclusales a las que invariablemente se verá sometida . La férula se
fabrica en acrílico auto o termopolimerizable y aunque es un procedimiento de laboratorio, es
imprescindible que sea el propio cirujano el que la realice, pues con ella se pretende
reproducir las relaciones interdentarias que se quieren conseguir con el acto quirúrgico., y
por tanto es la guía y el control de la exactitud del acto operatorio. La férula oclusal, que se
dejará colocada durante todo el tiempo que dure el bloqueo intermaxilar, si lo precisa,
contribuye también a la estabilización del mismo y puede servir, además, como elemento de
soporte de alambres suspensote circuncigomáticos, circunmaxilares, etc.
En la cirugía bimaxilar se parte de un montaje en la relación céntrica de los modelos, a
continuación realizamos el corte y reposicionamos en la posición idónea la mandíbula
confeccionando la férula definitiva.
Tras la retirada de la fijación quirúrgico-ortodóncico utilizada durante el postoperatorio
inmediato, los dientes y las bases esqueléticas tienden a recuperar la posición inicial
preoperatorio prediciéndose lo que se conoce como recidiva postoperatoria inmediata.
Para evitar los efectos indeseables que se esta recidiva puede producir sobre los objetivos
finales del tratamiento, la oclusión conseguida mediante la ortodoncia prequirúrgica y la
cirugía debe ser lo mas estable posible. Por otra parte el ortodoncista debe conseguir en
este periodo postoperatorio, balancear las fuerzas que tienden a la recidiva mediante
diferente aparatología (bandas elásticas intermaxilares, etc).
Confección de férulas
Deficiencia
Maxilar
PROCEDIMIENTOS QUIRURGICOS
ORTOGNATICOS
LeFORTE I OSTEOTOMY
OPEN BITE
LONG-FACE PROBLEMS
SHORT-FACE PROBLEMS
HORIZONTAL MAXILLARY DEFICIENCY {UNDERBITE}
HORIZONTAL MAXILLARY PROTRUSION {OVERBITE}
OSTEOTOMIA LeFORT I
ANTES DESPUES
ANTES
MORDID
A
ABIERT
A
DESPUE
S
TRATAMIEN
TO DE
CARAS
LARGAS Y
SONRISA
GINGIVAL
TRATAMIEN
TO DE
CARAS
CORTAS
HORIZONTAL
DEL MAXILAR
(UNDERBITE)
GENIOPLASTIA
Para lograr óptimos resultados la colaboración y cooperación entre el Dr. Sarver, su dentista,
cirujano oral y maxilofacial y el cirujano plástico puede ser facilitada a través de la imagen
gráfica y el planeamiento interdisciplinario. El Dr. Sarver y sus colegas han sido los pioneros
en emplear este tipo de tratamiento en Birmingham. El libro del Dr. Sarver: ORTODONCIA
ESTETICA Y CIRUGIA ORTOGNATICA, es usado en varias disciplinas médicas y dentales
en sus enseñanzas como en la práctica clínica.
Este enfoque es más que “dientes” es un enfoque comprensivo del tratamiento para captar
los resultados deseados por el paciente. El uso de imágenes digitales y computadoras
provee una excelente interacción con usted que es el paciente, para diseñar el tipo correcto
y la cantidad necesaria de tratamiento que cada paciente podría desear.
El caso graficado abajo es un ejemplo excelente del trabajo en equipo, este paciente utilizo
tratamiento ortodóncico y cuando estuvo listo para la cirugía su plan quirúrgico fue
determinado a través de un una imagen gráfica computarizada. Esto fue seguido de un
avance mandibular y barbilla, simultáneamente con una rinoplastía para mejorar su tercio
medio. Cuando los brackets fueron retirados el dentista le realizo un blanqueamiento para
lograr el color ideal y natural, se colocaron carillas de porcelana y se realizaron diversas
restauraciones cosméticas en varios dientes ausentes para dar el toque final de su sonrisa.
A B A B
RINOPLASTIA
ANESTESIA GENERAL
INTUBACION
INCISION INTRAORAL
POSTQUIRURGICO
INFLAMACION
5. CASOS CLINICOS.
Caso Clínico : Paciente femenino de 29 años acude a consulta con deformidad dentofacial
Clase III, asociada a retrognatismo del maxilar superior y prognatismo asimétrico mandibular.
Existe un aumento de la altura facial inferior, respecto a la altura facial total, y una apariencia
facial cóncava con depresión del tercio medio de la cara. En el examen clínico intraoral,
presenta recesiones gingivales relacionadas a un tratamiento ortodóncico anterior, ausencia
de un primer molar inferior derecho y preocupación de la paciente por el color oscuro de sus
dientes antero-superiores y antero-inferiores.
Plan de Tratamiento :
1. Control periodontal antes,durante y después de la ortodoncia.
3. Fase quirúrgica : avance del maxilar superior, corrección del canteo del
plano oclusal, retrusión (set-back) mandibular asimétrico.
Los objetivos generales del tratamiento es un cirugía ortognática son lograr una mejor
oclusión y mejorar la deficiencia estética que caracteriza frecuentemente a las deformidades
dento-esqueléticas severas. El objetivo de la cirugía ortognática en la Apnea Obstructiva del
Sueño es absolutamente directamente a mejorar la saturación de oxígeno del paciente. Por
lo tanto, consideraciones funcionales se imponen a las consideraciones estéticas en estos
casos; la fase del tratamiento ortodóncico pre-quirúrgico debe ser dirigida a maximizar los
movimientos hacia delante de los maxilares.
Nosotros hemos encontrado que la diferencia más significativa para los ortodoncistas en
casos de avance maxilo mandibular (MMA) son los siguientes:
AVANCE MANDIBULAR.
El papel del ortodoncistas para preparar los pacientes para MA involucra preparación
ortodóncica de la dentición para maximizar la distancia de la mandíbula que se avanzará.
Debido a que los objetivos del MA es mover el borde inferior de la mandíbula y el tubérculo
geniano lo más adelante posible, el ortodoncista frecuentemente es llamado para maximizar
la cantidad de sobremordida horizontal en la fase preoperatoria de la terapia ortodóncica, la
cual se puede realizar por diferentes formas:
4.
5.
6.
Figura 1.
Aumento en la inclinacion axial de los incisivos superiores se puede lograr con aparatos
edgewise, auxiliares de torque o una combinacion de ambos como se ilustra. El auxiliar de
torque es el alambre superior de los brackets.
Figura 2.
El resultado de la descompensacion, es un aumento significativo de la sobremodida
horizontal.
Figura 3.
En casos en los cuales los premolares se han extraido los incisivos superiores pueden
avanzarse y verticalizarse abriendo el espacio de extraccion. En estos casos se coloca un
resorte abierto comprimido para abrir el espacio.
Los auxiliares de torque en el arco mandibular se usan para verticalizar los incisivos
inferiores. Este procedimiento tiene poco o ningún efecto en la retracción de los incisivos
mandibulares.
Caso ilustrativo de avance mandibular. Esta mujer de 45 años de edad (fig. 4) fue evaluada
por un problema OSAS moderado. Su principal queja consistía en roncar y presentar OSAS
media. Su estudio del sueño reveló 77 eventos apnéicos, 28 de los cuales fueron
obstructivos. Esqueléticamente presentaba una Clase II por deficiencia mandibular que
había sido camuflajeada estéticamente con un implante de menton. La angulación de sus
Incisivos maxilares estaba caracterizada por la verticalización de los maxilares y ligera
proinclinación de los Incisivos inferiores (figuras 5 y 6). La oclusión posterior era casi una
Clase I (figuras 7 y 8), pero la compensación dental era bastante marcada. El equipo del
sueño recomendó a la paciente considerar una cirugía de avance mandibular, remover el
implante del mentón y avanzarlo mediante una osteotomía del borde inferior para avanzar
tuberculos genianos.
Fig. 4.
Figura 5.
La cefalometría pretratamiento mostraba la compensación dental caracterizada por la
verticalización de los incisivos maxilares y la proinclinación de los incisivos inferiores.
Fig.5
Figura 6. La alineación dental era buena, pero con moderada verticalización de los incisivos
superiores.
Figs. 7 y 8.
Figura 11. La
oclusion posterior derecha ha progresado a Class II
AVANCE MAXILOMANDIBULAR.
Las metas ortodóncicas de pacientes MMA son generalmente las mismas de los pacientes
MA. Hay que recordar que el objetivo de la ortodoncia prequirúrgica en paciente OSAS es
siempre maximizar la cantidad MA, aún cuando el maxilar sea necesario. Por supuesto el
juicio clínico siempre se realiza en cada individuo, con el objetivo principal de maximizar la
sobremordida vertical prequirúrgica.
Un hombre de 30 años de edad se presentó con problemas severos de apnea del sueño.
Esqueléticamente presentaba una marcada deficiencia mandibular (figura 17) con una
compensación dental severa, incisivos maxilares bastante verticalizados (Figura 18) y 100%
de mordida profunda. Dentalmente el presentaba una oclusión posterior Clase I (Figura 19),
con un apiñamiento significativo en ambos arcos. La compensación dental caracterizada
cefalométricamente por marcada verticalización y retroinclinación de los incisivos maxilares.
(Figura 20.).
Figura 17.
Paciente severamente afectado con OSAS presentó un perfil bastante retrognático.
Figura 18. La dentición fue marcadamente compensada con los Incisivos torqueados.
El plan de tratamiento ortodóncico fue diseñado para verticalizar y avanzar los incisivos
maxilares, descompensar los incisivos mandibulares, desapiñar los arcos y crear una
sobremordida horizontal aumentada. El tratamiento ortodóncico prequirúrgico incluyó torque
aumentado de los incisivos y colocación progresiva de alambres de grosor completo (Figura
21). El plan de tratamiento quirúrgico fue un avance maxilomandibular. Sobreimposiciones
de las radiografías cefalometrícas pretratamiento y prequirúrgico (figura 22) ilustran los
movimientos ortodóncicos logrados en la fase ortodóncica prequirúrgica del tratamiento con
los incisivos maxilares y mandibulares adelantados.
Figura 21.
Insicisvos maxilares descompensados con aparatos edgewise y alambres de grosor
completo
Figura 22. Sobreimposición de las cefalometrías pretratamiento y prequirúrgica mostrando
los movimientos ortodóncicos para aumentar la sobremordida horizontal echando los
incisivos superiores hacia delante.
Figura 23.
Sobreimposición cefalométrica de los procedimientos quirúrgicos realizados en el avance
maxilomandibular y el avance de la genioplastía
fig.24 fig.25
fig.26 fig.27
Figura 27.
La vía aérea posterior pretratamiento. posttramiento refleja un aumento en la distancia entre
la pared posterior faríngea y la lengua.
Detallado Ortodóncico.
Conclusión.
Para conseguir efectos terapéuticos se admiten que las concentraciones plasmáticas deben
ser clasificadas de la siguiente manera:
-Vía oral en tratamientos ambulatorio, para pacientes con ulcera gastrointestinal prescribir
medicamentos con protección gástrica, La vía oral además de se la mas fisiológica es la que
proporciona menos reacciones adveras.
Dosificación. El ajuste de la posología no debe de hacerse, en el caso concreto de los
antibióticos, atendiendo a su tiempo de semivida tal como se hace con la mayoría de los
fármacos. Aquí debe halagarse el tiempo debido al efecto postantibiótico “tiempo expresado
en horas que tarda una bacteria en recuperar su metabolismo normal después de haber sido
expuesta a la acción de los antibióticos”.
Parece amas razonable la postura de efectuar varias pequeñas tomas al día que no una sola
gran dosis diaria puesto que las concentraciones plasmáticas y titulares estarán mantenidas
a niveles terapéuticos no exagerados pero eficaces, con lo que el riesgo de que puedan
presentarse fenómenos tóxicos o de intolerancia será bajo; la única crítica es que favorece al
régimen ambulatorio, el incumplimiento del paciente.
Lactancia.
Al principio todo antibiótico utilizado por vía sistémica se excreta con la leche materna
aunque su concentración es baja.
2. Automedicación
Conscientes de la dificultad de simplificar la gran variedad de cuadros que existen
Detrás de lo que hemos denominado “problemas odontológicos”, consideraremos que
Los pacientes demandan antibiótico como consecuencia de padecer una de las siguientes
Situaciones:
- Dolor
- Inflamación
- Intervenciones de cirugía oral
Antibióticos.
PENICILINAS
Efectos adversos. Afecta al 1-10% de los pacientes. Alergia, fiebre farmacológica, eosinofilia,
nefritis intersticial, contracciones mióclónicas.
Amoxicilina
Acción Terapéutica:
Es la asociación de un antibiótico bactericida de amplio espectro: AMOXICILINA con un
inhibidor de las betalactamasas: SULBACTAM.
La combinación se justifica en base a datos de sensibilidad bacteriana.
Responden a esta asociación los siguientes microorganismos: Cocos Gram positivos:
Streptococcus pneumoniae, Streptococcus pyogenes, Enterococos, Staphylococcus aureus
(de origen extrahospitalario), Staphylococcus epidermidis, Staphylococcus saprophyticus.
Cocos Gram negativos: Neisseria gonorrhoeae, Moraxella catarrhalis, Acinetobacter spp.
Bacilos Gram negativos: Haemophilus influenzae, Escherichia coli, Proteus mirabillis,
Klebsiella pneumoniae.
Posología:
Como posología media de orientación se aconseja:
Comprimidos:
Adultos y niños mayores de 12 años: 1 comprimido de CONTEX IBL NOVO cada 12 horas
durante 7-10 días. La dosis se adecuará según criterio médico. Pacientes con insuficiencia
renal deberán ampliar el intervalo entre dosis.
Suspensión:
La dosificación varía según la gravedad del cuadro clínico y el criterio médico.
Teniendo en cuenta el elevado contenido de Amoxicilina del CONTEX IBL NOVO, el rango
de dosificación habitual se modifica según la gravedad y la etiología del cuadro infeccioso,
oscilando entre 40 y 100 mg./kg. de peso/ día divididas en 2 tomas diarias (cada 12 horas)
hasta 3 días posteriores a la remisión del cuadro infeccioso.
En aquellos casos en que el agente infeccioso sea del grupo beta-hemolítico de los
estreptococos, se aconseja 10 días de tratamiento mínimo, para prevenir complicaciones
renales (glomerulonefritis).
Solamente en casos de insuficiencia renal severa se aconseja reducir la dosis.
Acciones Colaterales:
A las dosis recomendadas el medicamento es generalmente bien tolerado y no provoca
efectos colaterales ni secundarios. Pueden aparecer en algunos casos rash cutáneo,
vómitos, diarrea, reacciones anafilácticas, que desaparecen al discontinuar el tratamiento.
Contraindicaciones:
Antecedentes de alergia a las penicilinas y/o cefalosporina. Embarazo. Colitis ulcerosa.
Enteritis. Mononucleósis infecciosa.
Presentación:
CONTEX IBL NOVO COMPRIMIDOS: Envase x 14 compr. recubiertos.
CONTEX IBL NOVO SUSPENSIÓN: Envase con polvo para preparar 60 ml.
Indicaciones:
Infecciones de vías respiratorias altas y bajas: Sinusitis, amigdalitis, faringitis mastoiditis,
otitis, neumonías, etc.
Infecciones urinarias: cistitis, uretritis, nefritis, pielonefritis, prostatitis, gonorrea.
Infecciones de piel y tejidos blandos, infecciones odontológicas, colecistitis, enterocolitis, etc.
Infecciones post-quirúrgicos.
Amoxicilina+ácido clavulánico.
Espectro:
Cefalosporinas.
Nombres comerciales. Areuzolin, Brizolina, Camil. Carices, Cefa- Resan, Cefabiot. Cefacene,
Cefaderx, Cefakes, Cefamesin, Cefamusel, Cezolina, Cilicef, Dacovo, Fazoplex, Filoklin,
Gencefal, Karidina, Kefol, Kurgan. Neofazol, Prinderin, Tasep, Tecfazolina, Zolival.
Dosificacion.ig/6h i.v.
Indicaciones.
Espectro. Más activa frente BGN y bacterias anaerobias. De las cefalosporinas disponibles
es la más eficaz frente a los anaerobios orales.
Dosificaron. 1g/4h i. v.
Espectro. Más activa frente BGN, pero menos activas frente a cocos grampositivos,
Cefalosporina con vida media larga.
b) Celulitis orbitarias.
Impinem
Espectro. Antibiótico beta –lacatámico de amplio espectro, inhibe el 90% de las bacterias con
relevancia clínica,.
Macrólidos. Eritromicina
Otros.
Metronidazol
Clindamicina.
Ácido acetilsalicílico
Indometacina
Nombres comerciales. Aliviosin, Artrinovo, Butidil, Flogoter, Inacid, Indo-Framan, Indocaf,
Indolgina, Indometacina, Mederreumol, Neo.Decabutin, Reumo-Roger, Reusin.
Ibuprofén
Efectos indeseables. Menos frecuentes que con otros preparados; también menor eficacia
antiinflamatoria.
Naproxén
Otros.
Piroxicam
Analgésicos
OPIÁCEOS
Morfina.
Dosificación. 8-20 mg p.o., s.c., i.v. o i.m. según la intensidad del dolor.
Indicaciones. Dolor severo; dolor crónico de origen tumoral.
Codeína.
Meperidina. (Petidina)
NO NARCÓTICOS.
Acetilsalicilato de lisina.
Paracetamol (acetaminofeno)
Nombres comerciales. Acertol, Actron, Akindol, Alginina, Antidol, Apiretal, Aspac, Asplin,
Calmanticold, Desfebre, Dolefin Paracetamol, Dolgesic. Dolostop, Drazin, Duorol, Efferalgan,
Febrectal, Gelocatil, Hedex, Melabon, Nofedol, Panadol, Panrectal, Paracetamol, Pediapirin,
Prontita, Temperal, Termalgin, Tylenol, Zatinol, Zolben.
Pentazocina.
Metamizol.
CODEINA
Codipron MACK
Codeisan ABELLÓ
Fludan Codeina LASA
Histaverín ESTEDI
Bisoltus FHER
Perduretas de Codeina MEDEA
DIHIDROCODEINA
CODEINA/PARACETAMOL
POSFOSAL CODEINA
PROPIFENAZONA/CODEINA
Supra-Leodin LEO
Dolodens BOOTS PHARMACEUTICALS
TRAMADOL
Adolonta ANDRÓMACO
Tralgiol BOEHRINGER MANNHEIM
DEXTROPROPOXIFENO
Deprancol PARKE-DAVIS
Darvon-65 LILLY
PENTAZOCINA
Pentazocina FIDES-ROTTAPHARM
Sosegón SANOFI
BUPRENORFINA
Buprex ESTEVE
FENTANILO
Oblioser SEROND
MST Continus ASTA MEDICA
Cloruro Mórfico Braun 1% BRAUN
Sevredol ASTA MEDICA
ANALGÉSICOS ANTIINFLAMATORIOS
NAPROXENO
Aliviomas ALACAN
Naproxeno Radiopharm RADIOPHARM
Antalgin SYNTEX-LATINO
Naprosyn SYNTEX-LATINO
Denaxpren SMALLER
Lundiran VIR
INDOMETACINA
MADAUS CERAFARM,
Fiacin
BIOSARTO
Aliviosin ALACAN
Reusin ALFARMA
Flogoter ESTEDI
Naprosyn SYNTEX-LATINO
Indonilo SIGMA-TAN
Indoftol MERCK SHARP-DOHME
Inacid MERCK SHARP-DOHME
Indocaf REIG-JOFRE
Reumo Roger ROGER
Artrinovo LLORENS
DICLOFENACO
ACELOFENACO
Airtal PRODES
Gerbin SANOFI
Falcol BAYER
PIROXICAM
Sasulen ANDREU
Piroxicam Radiopharm RADIOPHARM
Feldene PFIZER
Improntal FIDES-ROTTAPHARM
Doblexan ORGANON
Vitaxicam ROBERT
Salvacam S.A.L.V.A.T.
Cycladol WASSERMANN
KETOPROFENO
BUTIBUFENO
Mijal JUSTE
ETOFENAMATO
Flogoprofen WASSERMANN
TENOXICAM
Reutenox KALIFARMA
Artriunic GRUPO FERRER
Tilcotil ROCHE
FENBUFEN
ETIDRONATO SODICO
Osteum VIÑAS
DEXKETOPROFENO
Enantyum MENARINI
FINILBUTAZONA
FOSFOSAL
NABUMETONA
Listran URIACH-BIOHORM
Refil SMITH KLINE FRENCH
Dolsinal GRUPO FERRER
PROPIFENAZONA
Cibalgina CIBA
Calmoplex BOOTS
Dolodens BOOTS
Hubergrip ICN IBERICA
Meloka LACER
Optalidon SANDOZ PHARMA
Saridon GRUPO ROCHE
Sulmetin-Papaverina SEMAR
Tonopan
Adiro BAYER
Aspirina BAYER
MADAUS CERAFARM,
Dolosarto
BIOSARTO
AAS SANOFI
Desenfriol SHERING PLOUGH
Sedergine UPSAMEDICA
Tromalyt MADAUS
Asasantin BOEHRINGER INGELHEIM
Dolmen URIACH BIOHORM
Fiorinal SANDOZ PHARMA
Inyesprin ANDRÓMACO
Solusprin BOOTS PHARMACEUTICAL
Aspegic CANTABRIA
A.S.L.Normon NORMON
CLONIXILATO DE LISINA
Doalgial SANOFI
IBUPROFENO
Dalsy BOOTS PHARMACEUTICALS
Neobrufen BOOTS PHARMACEUTICALS
Algiasdin ISDIN
Espedifen ZAMBON
FLURBIPROFENO
DIFLUNISAL
ACIDO MIFLÚMICO
Actol UPSAMEDICA
METAMIZOL
Nolotil EUROPHARMA
Buscapina Compositum BOEHRINGER INGELHEIM
KETOROLACO
Tonum FUNK
Toradol SYNTEX LATION
Droal VITA
ANALGÉSICOS ANTITÉRMICOS NO ANTIINFLAMATORIOS
PARACETAMOL
Dolostop BAYER
Duorol PHARMACIA
Apiretal ERN
Febrectal FUNK
Melabon LACER
Saldeva ROCHE NICOLAS
Adalgur HOECHST MARION ROUSSEL
Termalgin NOVARTIS
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Dolgesic GRUPO FERRER
Gelocatil GELOS
PARACETAMOL / METACARBAMOL
Robaxisal LASA
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Neurontin PARKE-DAVIS
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AMITRIPTILINA
AMITRIPTILINA /MENDEZEPAM
Nobritol ROCHE
AMITRIPTILINA + PERFENACINA
Depredio ESTEDI
Mutabase SCHERING PLOUGH
CLORPROMACINA
Rivotril ROCHE
CLOMIPRAMINA
Anafranil NOVARTIS
IMIPRAMINA
Tofranil NOVARTIS
LEVOMEPROMACINA
TRAZODONA
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ANESTÉSICOS LOCALES
MEXILETINA
CLORURO DE ETILO
Citanest INIBSA
MEPIVACAINA
Scandinibsa INIBSA
Mepivacaina Kin 3% KIN
BUPIVACAINA
Svedocain INIBSA
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CLODRONATO
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DIHIDROERGOTAMINA
Tonopan NOVARTIS
CAPSAICINA
Capsidol VIÑAS
CALCITONINA
CALCITONINA
Arcoiran ALTER
Novelian PRODES
Imigran GLAXO WELCOME
Caries
Esmalte Dentina Cemento
Actinomyces
Actinomyces naeslundii Actinomyces sp.
naeslundii
Actinomyces
Actinomyces viscosus Bifidobacterium sp.
viscosus
Lactobacillus acidophilus Eubacterium sp. Rothia dentocariosa
Lactobacillus casei
Streptococcus anginosus Lactobacillus sp.
Streptococcus mitis Propionibacterium sp.
Streptococcus mutans (S. Streptococcus mutans (S.
sobrinus) sobrinus)
Streptococcus salivarius
Streptococcus sanguinis
Patologías pulpares
Necrosis pulpar Absceso periapical
Fusobacterium nucleatum Actinomyces naeslundii
Peptostreptococcus
Actinomyces viscosus
anaerobius
Porphyromonas endodontalis Bacteroides ureolyticus
Porphyromonas gingivalis Entérobactéries
Prevotella intermedia Enterococcus sp.
Actinomyces sp. Eubacterium yurii
Campylobacter sp. Fusobacterium mortiferum
Eikenella corrodens sp. Fusobacterium nucleatum
Eubacterium sp. Micromonas micros
Peptostreptococcus
Lactobacillus sp.
anaerobius
Prevotella buccae Peptostreptococcus megnus
Prevotella dentalis Peptostreptococcus prevotii
Prevotella melaninogenica Porphyromonas endodontalis
Propionibacterium sp. Porphyromonas gingivalis
Selenomonas sp. Prevotella buccae
Veillonella párvula Prevotella intermedia
Otros Prevotella melaninogenica
Prevotella oralis
Staphylococcus aureus
Streptococcus anginosus
Streptococcus constellatus
Streptococcus intermedius
Streptococcus mitis
Streptococcus salivarius
Streptococcus sanguinis
Otros
Gingivitis úlcero-
Gingivitis crónica Pericoronitis
necrosante
Streptococcus mitis Fusobacterium sp. Actinomyces naeslundii
Spirochetes (treponema
Streptococcus sanguinis Actinomyces viscosus
sp.)
Actinomyces naeslundii Prevotella intermedia Bifidobacterium sp.
Selenomonas sp.
Actinomyces viscosus Campylobacter rectus Eubacterium sp
Veillonella sp.
Capnocytophaga sp Fusobacterium nucleatum
Eikenella corrodens Micromonas micros
Peptostreptococcus
Lactobacillus acidophilus
anaerobius
Lactobacillus casei Prevotella intermedia
Spirochétes (Treponema sp.) Prevotella melaninogenica
Campylobacter rectus Prevotella oralis
Fusobacterium nucleatum Streptococcus mitis
Neisseria sp. Streptococcus sanguinis
Prevotella intermedia Veillonella sp.
Veillonella sp.
Periodontitis juvenil Periodontitis de progresión
Periodontitis prepuberal
generalizada rápida
Actinobacillus actinomycetem-
Porphyromonas gingivalis Porphyromonas gingivalis
comitans
Eikenella corrodens
Actinobacillus
Fusobacterium nucleatum Prevotella intermedia
actinomycetem- comitans
Actinobacillus
Porphyromonas gingivalis
actinomycetem- comitans
Prevotella intermedia Capnocytophaga sp.
Eikenella corrodens Bacteroides forsythus
Eikenella corrodens
Spirochetes (Treponema
sp.)
Periodontitis crónica
Actinobacillus
Prevotella intermedia
actinomycetemcomitans
Prevotella
Bacteroides forsythus
melaninogenica
Spirochetes (Treponema
Campylobacter rectus
sp.)
Eikenella corrodens Eubacterium sp.
Fusobacterium nucleatum Lactobacillus minutus
Micromonas micros Propionibacterium acnes
Mycoplasma salivarium Selenomonas sputigena
Mycoplasma faucium Veillonella sp.
Porphyromonas gingivalis
Anestesiología.
Estados de la anestesia.
Anestesia general.
Indicaciones de la anestesia general:
Anestesia local.
Los anestésicos locales contienen tres componentes principales, que son: un centro hidrófilo,
un centro hidrófobo separados por una cadena alquílica intermedia. El centro hidrófobo suele
ser un grupo aromático, y la unión con este grupo determina algunas de las propiedades
farmacológicas de éstos. Los grupos intermedios más prevalentes, y con ello las dos clases
principales de anestésicos locales son ésteres y amidas. De tal manera, de acuerdo al tipo
de grupo químico los anestésicos locales se clasifican
Aminoésteres: cocaína, procaína, novocaína, cloroprocaína y tetracaína.
Aminoamidas: lidocaína, mepivacaína, prilocaína, bupivacaína, etidocaína y
ropivacaina.
Los anestésicos locales inyectados a la gestante pueden cruzar la barrera placentaria, sin
embargo la lidocaína parece ser segura en la paciente embarazada, ya que las dosis
pequeñas de lidocaína empleados en odontología, probablemente no afectaran al feto
independientemente del trimestre del embarazo.
1. Paciente sano que responde a las técnicas de manejo, aún cuando requiera un
tratamiento extenso.
4. Pacientes que muestran marcada susceptibilidad por la adrenalina del anestésico local.
http://www.uam.es/departamento/maxilo.htm
http://www.The Orthodontics Cyberjournal.com
http://www.academia.cat/societats/ciroral/fr_index_w.htm
www.secom.com.es
Ries Centeno Guillermo, Cirugía bucal, editorial “El Ateneo”,8ª edición
Raspall Guillermo, Cirugía oral, editorial panamericana, 8ª edición.
Cosme Gay Esconda-Berini Leonardo, Cirugía bucal, editorial océano, 2ª edición
http://www.boletinfarmacos.org/
http://www.anestesia.com.mx/art-19.html