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A REA JURIDICA
Derecho A dministrativo Especial
1. INTRODUCCIÓN
La figura del Escolta Privado, tal como la conocemos hoy día, tiene su origen en la
anterior Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada, que vino a dar fundamento
legal a una figura que, no reconocida explícitamente, en aquel momento se encontraba
presente en numerosos casos y circunstancias. Esto hizo que aquella Ley justificase su
existencia y estableciese los requisitos para su desarrollo:
"La existencia en nuestro país de los servicios de protección personal es una realidad
que no cabe desconocer. Estos servicios son prestados, en la mayoría de los casos, por
vigilantes al servicio de algunas empresas de seguridad inscritas y, en otros casos, por
personal propio de las entidades a las que pertenece el protegido.
Según el artículo 1 LSP, esta Ley tiene por objeto regular la realización y la prestación
por personas privadas, físicas o jurídicas, de actividades y servicios de seguridad
privada que, desarrollados por éstos, son contratados, voluntaria u
obligatoriamente, por personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, para la
protección de personas y bienes. Igualmente regula las investigaciones privadas
que se efectúen sobre aquéllas o éstos. Todas estas actividades tienen la considera
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ción de complementarias y subordinadas respecto de la seguridad pública.
Este precepto, al establecer que “solo” puede ejercer funciones de seguridad privada el
personal de seguridad privada, refuerza el carácter de exclusividad que tiene este
sector privado para desarrollar la función seguridad, por tanto, ningún otro sector
privado podrá ejercer las funciones específicas que la LSP encomienda al Escolta
privado, de las que trataremos en el siguiente tema.
Junto a lo anterior, hay que decir que, a diferencia del régimen recogido en la anterior
Ley, el Escolta Privado ya no constituye una especialidad del Vigilante de Seguridad a
efectos de formación y habilitación, cosa que no sucede con el Vigilante de Explosivos:
“Para habilitarse como Vigilante de Explosivos será necesario haber obtenido
previamente la habilitación como Vigilante de seguridad”.
A este respecto, el artículo 5.1 LSP establece que constituyen, entre otras,
actividades de seguridad privada las siguientes:
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Una de las novedades de la nueva Ley consiste en ampliar el objeto de protección del
Escolta privado a personas que ostenten la condición legal de autoridad, dejando atrás
la anterior concepción que restringía la protección a ciudadanos que no tuviesen dicho
carácter.
Artículo 17 anterior LSP: "1. Son funciones de los escoltas privados, con carácter exclusivo y
excluyente, el acompañamiento, defensa y protección de personas determinadas, que no tengan
la condición de autoridades públicas, impidiendo que sean objeto de agresiones o actos
delictivos.
A continuación, el apartado 2 del mismo artículo añade que “Los servicios sobre las
actividades relacionadas en los párrafos a) a g) del apartado anterior (por tanto, se
incluye la actividad indicada anteriormente) únicamente podrán prestarse por
Empresas de Seguridad Privada, sin perjuicio de las competencias de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad.
- Principio de legalidad
- Prohibiciones legales
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matizado o no, de datos relacionados con la ideología, afiliación sindical, religión o
creencias.
a) Legalidad
b) Integridad
c) Dignidad en el ejercicio de sus funciones
d) Corrección en el trato con los ciudadanos
e) Congruencia, aplicando medidas de seguridad y de investigación proporcionadas y
adecuadas a los riesgos
f) Proporcionalidad en el uso de las técnicas y medios de defensa y de investigación
g) Reserva profesional sobre los hechos que conozca en el ejercicio de sus funciones
h) Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. El personal de
seguridad privada estará obligado a auxiliar y colaborar especialmente con las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad, a facilitarles la información que resulte necesaria para el
ejercicio de sus funciones, y a seguir sus instrucciones en relación con el servicio de
seguridad privada que estuvieren prestando.
"De conformidad con el apartado tercero del artículo 1 de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de
Seguridad Privada, y el artículo 67 de su Reglamento, son principios básicos de actuación del
personal de seguridad privada los siguientes:
4. Protección, que implica desarrollar efectivamente sus responsabilidades para conseguir los
niveles de seguridad establecidos, sin permitirse ninguna forma de inhibición en su función de
evitar hechos ilícitos o peligrosos.
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6. Congruencia, por cuyo principio se aplicarán medidas de seguridad proporcionadas y
adecuadas a los riesgos que se trata de proteger.
8. Colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, debiendo observar siempre las
instrucciones policiales concretas sobre el objeto de su protección o investigación, en función de
los medios de que disponga.
10. El personal de seguridad privada guardará rigurosa reserva profesional sobre los hechos
que conozca en el ejercicio de sus funciones, especialmente de las informaciones que reciba en
materia de seguridad y de los datos de carácter personal que deba tratar, investigar o
custodiar, y no podrá facilitar datos sobre dichos hechos más que a las personas que les hayan
contratado y a los órganos judiciales y policiales competentes para el ejercicio de sus funciones
1. No podrá prestarse ningún tipo de servicio de seguridad privada que no haya sido
previamente contratado y, en su caso, autorizado.
Junto con las prohibiciones a las que se refiere el artículo 8 que hemos examinado, se
establecen las siguientes con carácter general:
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disposición a los presuntos delincuentes, así como los instrumentos, efectos y
pruebas relacionadas con los mismos.
Las armas adecuadas para realizar los servicios de seguridad sólo se podrán portar
estando de servicio, con las salvedades que se establezcan reglamentariamente.
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3. La prestación de estos servicios sólo podrá realizarse previa autorización
del Ministerio del Interior o del órgano autonómico competente, conforme se
disponga reglamentariamente.
5. El acceso por los órganos que tengan atribuida la competencia de control se limitará
a los datos necesarios para la realización de la misma.
l) Régimen sancionador
Consecuente con los objetivos marcados por la propia Ley, se establecen, con carácter
general, los criterios para la prestación de tales servicios, criterios que en síntesis
constarían de los siguientes pasos:
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2. Los servicios de protección deberán ser solicitados, directamente por la persona
interesada o a través de la empresa de seguridad que vaya a prestarlos, ya sean en favor
del propio interesado o de las personas que tengan bajo su guarda o custodia o de cuya
seguridad fuera responsable.
Funciones
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condición de autoridades públicas, impidiendo que sean objeto de agresiones o actos
delictivos (artículo 17.1 de la L.S.P.).
2. Portarán las armas con discreción y sin hacer ostentación de ellas, pudiendo usarlas
solamente en caso de agresión a la vida, integridad física o libertad, y atendiendo a
criterios de proporcionalidad con el medio utilizado para el ataque.
3. Los escoltas privados podrán portar sus armas solamente cuando se encuentren en
el ejercicio de sus funciones debiendo depositarlas, a la finalización de cada servicio,
en el armero de la empresa a la que pertenezcan, o en el del lugar de trabajo o
residencia de la persona protegida.
5. Los escoltas privados deberán realizar ejercicios obligatorios de tiro, una vez cada
trimestre, y les será de aplicación lo dispuesto en este Reglamento para los vigilantes
de seguridad, sobre número de disparos, conservación y mantenimiento de las armas
que tuvieren asignadas, así como lo establecido respecto a la autorización para su
traslado con ocasión de los ejercicios obligatorios de tiro.
Régimen general
A los escoltas privados les será de aplicación lo establecido para los vigilantes de
seguridad sobre:
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Diligencia en la prestación del servicio
Los vigilantes habrán de actuar con la iniciativa y resolución que las circunstancias
requieran, evitando la inhibición o pasividad en el servicio y no pudiendo negarse, sin
causa que lo justifique, a prestar aquellos que se ajusten a las funciones propias del
cargo, de acuerdo con las disposiciones reguladoras de la seguridad privada.
Sustituciones
3. Del extravío, robo o sustracción de las armas, así como, en todo caso, de su
ausencia del armero cuando deban estar depositadas en el mismo se deberá dar
cuenta inmediata a las dependencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Los Vigilantes que presten o puedan prestar servicio con armas deben superar con una
periodicidad de cinco años las pruebas psicotécnicas que determine el Ministerio del
Interior, periodicidad que será bienal a partir de los 55 años de edad, cuyo resultado
se comunicará a la intervención con armas. En caso de no realización o superación de
las pruebas, los interesados no podrán desempeñar servicios con armas, debiendo
hacer entrega de la correspondiente licencia, para su anulación, a la Intervención de
Armas.
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2. A quienes soliciten la habilitación, previa comprobación de que reúnen los requisitos
necesarios, se les expedirá la Tarjeta de Identidad Profesional, que incluirá todas
las habilitaciones de las que el titular disponga.
f) No haber sido sancionado en los dos o cuatro años anteriores por infracción grave o
muy grave, respectivamente, en materia de seguridad privada.
g) No haber sido separado del servicio en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o en las
Fuerzas Armadas españolas o del país de su nacionalidad o procedencia en los dos
años anteriores.
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que reglamentariamente se determinen en atención a las funciones que haya de
desempeñar.
Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán ejercer funciones propias
del personal de seguridad privada cuando pasen a una situación administrativa distinta
a la de servicio activo, siempre que en los dos años anteriores no hayan desempeñado
funciones de control de las entidades, servicios o actuaciones de seguridad, vigilancia o
investigación privadas, ni de su personal o medios.
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Certificación acreditativa correspondiente, expedida por un Centro de formación
de personal de seguridad privada que haya presentado la declaración responsable ante
el Ministerio del Interior o el órgano autonómico competente, o de los correspondientes
Certificados de Profesionalidad de vigilancia y seguridad privada y guarderío rural y
marítimo, que establezca el Gobierno a propuesta del Ministerio de Empleo y Seguridad
Social, o del Título de Formación Profesional que establezca el Gobierno a
propuesta del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. En estos dos últimos casos
no se exigirá la prueba de comprobación de conocimientos y capacidad a que se refiere
el artículo 28.1.i).………
Como requisito previo para concurrir a las pruebas de acceso a la condición de Escolta
privado, la Orden INT/318/2011, de 1 de Febrero, establece que el personal de
seguridad de seguridad privada habrán de superar los módulos que determina la
Secretaría de Estado de Seguridad en su Resolución de 12 de Noviembre de 2012 y
que para los Escoltas privados de seguridad conforman el programa que nos ocupa,
según dispone esta Orden en su artículo 4.2: "Los aspirantes a las especialidades de
Escolta privado y de Vigilante de explosivos, además de los Módulos generales a que se
refiere el apartado anterior, deberán superar módulos específicos, asimismo
determinados por la Secretaría de Estado de Seguridad, de sesenta horas lectivas o
de treinta horas lectivas, respectivamente".
En el caso concreto del Curso de Escolta, las sesenta horas lectivas han de
desarrollarse, como mínimo, en dos semanas lectivas.
Asimismo dispone el citado artículo 4, apartado 5: "A quienes hayan superado los
módulos de formación y las pruebas físicas, los Centros de formación autorizados les
expedirán el correspondiente Diploma o Certificado acreditativo."
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La Tarjeta de Identidad Profesional recogerá los siguientes datos de su titular:
En el anverso:
- Fotografía
- Fecha límite de validez
En el reverso:
Las Tarjetas de Identidad Profesional, una vez superadas las pruebas, serán
expedidas por el Director General de la Policía
e) Pérdida de la habilitación
"El personal de seguridad privada perderá tal condición por alguna de las siguientes
causas:
a) A petición propia.
b) Por pérdida de alguno de los requisitos generales o específicos exigidos en este
reglamento para el otorgamiento de la habilitación o reconocimiento.
c) Por jubilación.
d) Por ejecución de la sanción de retirada definitiva de la habilitación o reconocimiento.
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