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Sin embargo, con el devenir de la explicación mágica del mundo y todo lo que en él
se encontraba, la Medicina se vincula con el mundo sobrenatural y el arte médico
(inicialmente de dominio grupal) pasará a manos de elegidos que llamaron “shamanes”
revestidos de privilegios sociales (superioridad ante el grupo, segregación social,
impunidad, autoridad y beneficios materiales) naciendo con ellos, entonces, la figura
arquetípica del médico.
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Este documento es una parte de la Tesis presentada para optar al Título de Doctor en Ciencias Médicas,
titulada “Orientaciones valorativas y sistema de valores en los estudiantes y docentes de la Escuela de
Medicina”. Febrero, 2006. LUZ – Maracaibo, Venezuela.
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Esta situación se mantendrá por muchos siglos, hasta que los griegos en el siglo V a.
C. le imprimen a la práctica profesional de la Medicina un rumbo diferente, más cercano a
lo racional; de hecho en adición al arte médico ancestral surge la Técnica médica (para
integrar desde ese momento un todo orgánico inseparable) al incorporar según Barquin
(1994 : 117) “la discusión, la especulación y la proyección de un pensamiento
independiente de dogmas” empírico-mágicos.
Más aún, Hipócrates refuerza la idea de que los médicos constituyen un sector
especial de la sociedad (una casta con una tradición patrilineal indiscutible) pero no en
función de privilegios sino con base en rasgos comportamentales particulares y distintivos
traducidos en términos de conocimientos, habilidades, destrezas, valores y actitudes de
ayuda conjugados en la atención directa e integral del enfermo, la defensa de la vida y el
respeto al paciente.
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sus profesionales, que vuelven a caer en creencias e ideologías dogmáticas, ahora dentro de
un marco teológico cristiano (Leal en Leal y Mendoza, 1997).
Situación que comienza a cambiar, a partir del cuatrocientos, toda vez que el
pensamiento humanista se va imponiendo y con ello la entrada a la Edad Moderna. La
tradición hipocrática, desestimada por largo tiempo, comienza a despertar interés y define
por tanto el marco referencial para la conceptualización y praxis profesional, sin embargo
con el avance de la tesis mecanicista comienza un nuevo período en la evolución de la
Técnica, en general, y de la Medicina en particular.
De hecho con ésta tesis, el ser humano pasa a ser simplemente una macro-unidad
física susceptible de ser estudiada y fragmentada objetivamente como cualquier máquina y
que en el campo de la Medicina va adquiriendo cuerpo progresivamente a partir del siglo
XV, cuando la Iglesia Católica levanta la prohibición de realizar disecciones anatómicas en
seres humanos hasta alcanzar su tope con los postulados Cartesianos que reducen al
universo y al ser humano a la concepción de objeto mecánico, susceptible de armarse y
desarmarse a capricho (Leal en Leal y Mendoza Vega, 1997) y que aunado a la visión
impuesta por el positivismo imperante desde el siglo XIX terminarán por reducir al ser
humano a la condición de fragmento u objeto acentuadamente disociado, como lo plantea
Malherbe (1993).
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medida que la ciencia produce las herramientas para ello. En la psique del colectivo se
opera una suerte de conflicto toda vez que exigen un médico competente, en términos
laborales, pero anhelan su médico de familia, amigo y confidente.
Curiosamente hasta el siglo XVIII la educación médica se mantuvo regida por los
intereses y la tradición de las corporaciones profesionales conforme a las enseñanzas
hipocráticas y a una férrea ética profesional, centrada en valores morales; sin embargo, en
la medida que el capitalismo y la burguesía se fortalecían, el pensamiento y dinámica del
libre mercado comenzó a penetrar las Escuelas de Medicina y con ello a imponerse la
diversidad de opciones en la formación médica según las teorías del laissez faire y la libre
competencia (Sánchez, 1998: 128).
Tal situación no sería causa de preocupación por sí misma, tal vez hasta sería lo
esperado y deseado, pero asociado a éstas teorías el pragmatismo se transformó en la
ideología dominante de la ciencia moderna y contemporánea, incluida la Medicina que
dejó de ser una práctica centrada en el médico de familia –no, el especialista en Medicina
Familiar-, suerte de consejero y amigo, por un profesional que encuentra en los hospitales
la fuente del conocimiento médico y de oportunidades para aprender y demostrar su
maestría, así como para el ascenso y el reconocimiento social.
Para Sánchez (1998 : 129) en el siglo XIX, y desde entonces, la Medicina comenzó
a experimentar el enfrentamiento entre los científicos y los clínicos:
Así entonces se aprecia como tras el siglo XVI, el médico cada vez más
influenciado por los productos de la ciencia y la técnica comenzó a centrar su interés en
aspectos distintos al alivio del sufrimiento y dolor o el evitar la muerte, desde entonces y
hasta el siglo XVIII el alivio de la enfermedad y/o la prevención de la misma ocuparon la
mente y esfuerzo del profesional de la Medicina que comenzó en el siglo XX a obtener sus
primeros y decisivos éxitos; por primera vez se adquiría realmente el poder de curar y de
promover salud –sobre todo a partir de la década de los cincuenta y sesenta-.
Hoy día, cruzado el umbral del siglo XXI, los sucesores de Hipócrates –cada vez
menos convencidos de ello- se preguntan ¿cuál es su significado? y ¿cuál es su puesto en
una sociedad consumista? que le exige el apego a valores ético-morales tradicionales y
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Visto así resulta fácil comprender el por qué a la Medicina actual, a pesar de
experimentar un cambio vertiginoso en términos de su poder resolutivo y de cobertura, no
logra conectarse afectivamente con su usuario que la considera como una nueva forma de
comercio y a los médicos, como nuevos mercaderes. Situación que rompe abiertamente con
la tradición profesional, cuyos postulados siguen reconociéndose como la base moral de la
ética y el derecho médicos.
Ortiz (2001) plantea que la Medicina del siglo XXI se encuentra expuesta al
enfrentamiento con dos tendencias importantes, en lo atinente al pensamiento médico: el
mecanicismo y la biología molecular, ambas igualmente reduccionistas. El primero,
derivado de los postulados cartesianos se transformó en eje de la revolución científica
moderna y de la práctica médica, que se expresa en la actualidad en el desarrollo de una
amplia gama de productos tecnológicos que incluyen robots cada vez más sofisticados, al
punto de hablarse hoy de cirugía realizada por robots y de Telemedicina que se avizoran
como posibles substitutos del médico.
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Logros que le facilitan al profesional de hoy adentrarse más y más en el interior del
ser humano como materia, al tiempo que se aleja de manera directa y proporcional de él
como unidad bio-psico-socio-espiritual total y única. De allí el porque en los últimos
cincuenta años diversas organizaciones internacionales y nacionales plantearan una voz de
alerta ante el avance de la tecnociencia médica, dejando en claro su posición ético-legal con
relación al tema de la Medicina, su concepción y praxis.
Tanto es así que el Derecho Médico internacional establece en ésta materia, que la
educación médica representa un continuo que se inicia en el hogar y concluye con el final
del ejercicio profesional particular; del mismo modo, contempla que tal proceso supone el
centrarse en la capacitación científico-técnica sin descuidar el desarrollo moral del
educando, al tiempo que concibe a las Escuelas de Medicina como instituciones
responsables de tal formación, tarea en la que se encontrarán acompañadas de los ya
médicos quienes asumen la educación como un deber moral.
En todo este asunto resulta recurrente toparse con la noción de vida y persona
humanas como ejes axiológicos que requieren para su desarrollo o expresión de otra serie
de valores secundarios, entre los que destacan: totalidad corporal, socialidad y
subsidiariedad, libertad y responsabilidad, beneficencia, autonomía y justicia.
Figura 5
Sinopsis de los Principios de la Bioética según Andorno.
Principio Definición
Respeto a la vida como valor fundamental, del cual depende la
realización de todos los demás..."Es la base obligada sobre la
Respeto a la vida humana. cual se construye la personalidad de cada cual". De ella depende
el despliegue de las potencialidades humanas.
Respeto a la persona humana. Respeto a la dignidad humana, a su individualidad.
..."La corporeidad humana es un todo unitario y orgánico"...
De totalidad. Donde el bien de la parte está subordinado al bien del todo.
Socialidad y subsidiariedad. Deber de contribuir voluntariamente con el bienestar social y de
los conciudadanos.
Libertad y responsabilidad. Concibe al médico y al paciente como seres dignos, únicos,
capaces de decidir lo que es mejor para sí mismo, sin que ello se
traduzca en un renunciar a la obligación de responder por los
actos libremente realizados.
Fuente: Andorno, R. (1998). Bioética y dignidad de la persona. Pp. 35-40.
Para Colombero (1993) el encuentro con el ser humano, dentro de una relación
profesional como la médica, impone al profesional de la Medicina un conjunto de actitudes
entre las que destacan: a) el respeto incondicional al ser humano como fin; b) la aceptación
de la persona en su totalidad, aquí y ahora; c) la escucha atenta al ser humano que requiere
el servicio profesional; y d) la empatía, como modo particular de colocarse en la posición
del otro y comprender así su sufrimiento y necesidades.
Figura 6
Principios, normas morales y obligaciones en Medicina.
Principio Norma moral Obligación
AUTONOMIA No coartar la libertad Consentimiento válido.
Respetar decisiones.
Dignidad
humana
Es tan importante la dimensión ética, que Blum (citado por Taylor, 2002) ante el
incremento significativo en el número de litigios por malpraxis médica en los Estados
Unidos, a partir de 1950, comenzó un estudio orientado a conocer las razones de ellos
centrando su atención en aquellos casos discrecionales, es decir donde el litigante hubiera
podido o no entablar la demanda, y encontró: 1) cierto número de médicos eran objeto de
mayor número de litigios; 2) éstos profesionales exhibían un comportamiento distante con
el paciente e inhumano quizás, al ser descritos como insensibles, indiferentes al dolor del
paciente, emocionalmente apáticos, despreocupados y despectivos; 3) éstos médicos
carecían de aptitudes emocionales y sociales, evidentes; y 4) los juicios planteados se
constituían en una suerte de venganza del paciente ante la insatisfacción que sentía por el
tratamiento recibido.
Más aún, según ciertos estudios llevados a cabo entre 1987 y 1990 en el Reino
Unido (Sinclair, 1997) el 31,2% de los estudiantes del segundo año clínico presentaban
alteraciones emocionales, un 28% se encontraban deprimidos en un nivel tal que la
medicación con antidepresivos debería estar indicada. Asimismo para los investigadores
resulta preocupante el número significativamente alto de estudiantes de Medicina que
refieren una alta y consuetudinaria ingesta alcohólica. Sin contar que en los ya médicos la
incidencia de enfermedad mental (depresión y alcoholismo) se incrementa en la medida
que ascienden en la pendiente de calificación profesional.
Por si todo ello fuera poco, la Medicina actual se enfrenta con un contexto para la
toma de decisiones ambiguo desde el punto de vista moral, al tener que decidir entre lo que
es posible hacer según los criterios científico-técnicos y lo que se debe hacer según el
ordenamiento ético-jurídico. Este ordenamiento, curiosamente, resulta frecuentemente
desfasado de la realidad que lo supera con creces; así mismo la incorporación a ultranza de
la ciencia y la técnica plantea una constante preocupación en los niveles de toma de
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Figura 7
Características de la relación médico-paciente
DE ANTAÑO ACTUAL
Conocimiento y tecnología médicos Progreso científico técnico avasallador.
rudimentario.
Ejercicio médico individual, frecuentemente Ejercicio en equipo interdisciplinario y
acompañado con la enfermera. multiprofesional, en grandes instituciones.
Limitada intervención de los medios de Información constante y actualizada en
comunicación. materia de salud en el ámbito de los medios
de comunicación.
Paciente pasivo, sumiso ante las órdenes Paciente activo, beligerante, informado.
médicas, desinformado.
Escasas barreras en la relación médico- Múltiples barreras en la relación médico-
paciente. paciente.
Coste limitado. Coste elevado.
Mercantilismo médico limitado y muy Mercantilismo médico cada vez más
cuestionado. frecuente y tolerado.
Medicina impregnada de un elevado sentido Medicina fría, impersonal y deshumanizada.
de humanitarismo.
Fuente: León, A. En Universidad Central de Venezuela y otros modificado por Santeliz, J.
(2004). Título original “El carácter mítico actual de la relación médico-paciente. Pp.89-90.
Con relación a las familias de los afectados (médico y persona enferma), la del
paciente debe soportar la carga emocional y material que supone el tener a uno de sus
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integrantes enfermo, más el peso adicional que le impone un sistema de atención médica
deshumanizado (horarios de visita inhumanos, largas colas, maltrato, desinformación,
vejaciones, etc.). La familia del médico también se resiente ya que no cuenta con él o ella
para el cumplimiento de roles claves, no cuentan con el esposo o esposa, con el padre o la
madre, con el hermano, el amigo, en fin no cuentan con el ser humano, que adicionalmente
es médico.
Con todo ello, la sociedad como un todo sufre en la medida que pacientes,
médicos, estudiantes y familias lo hacen, viéndose además obligada a buscar alternativas
dentro del Sistema Moral Justificado y del Derecho Positivo para garantizarle al individuo
y al colectivo un mínimo de protección a sus derechos fundamentales ante una Medicina y
médicos que lucen “agresivos e insensibles”.
Ahora bien ¿por qué toda esta situación? Lima (en Universidad de Carabobo,
1993 : 144-145) afirma:
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Realidad que incluso permea al interior de las Escuelas de Medicina, donde una
creciente e indetenible deshumanización institucional les caracteriza al punto de
considerarse como un escenario formativo físicamente negligente y emocionalmente
abusivo, donde el estudiante va desarrollando expectativas irreales en torno a la profesión,
conductas de negación, patrones no operativos de comunicación, rigidez, aislacionismo,
baja autoestima y un perfeccionismo patológico (Owen, 1995).
Figura 8
Deshumanización médica: causas, indicadores y consecuencias
5. Impericia médica.
6. Intrusismo.
7. Indolencia.
8. Maltrato.
9. Síndrome de conveniencia médica.
10. Imagen social negativa.
Ideario Realidad
Prevención. Curación, rehabilitación.
Atención ambulatoria y en el hogar. Hospitalización.
(Comunidad)
Ejercicio público. Ejercicio privado.
Equipo de salud y delegación de funciones. Auto-suficiencia.
Medicina general.
Alta especialización.
Por todo ello, urge retomar la senda perdida que facilite el transitar la ruta del
humanismo médico ya que se hace perentorio e impostergable aceptar y reconocer que la
ciencia y la tecnología no son solo conocimientos, métodos y medios sino también valores
y normas autoconferidas, en un complejo sistema de resonancia afectiva (Ortiz, 2002) e
igualmente se debe aceptar y reconocer que la Medicina va más allá de la curación en el
plano físico de la persona enferma y que incluye en su práctica una dimensión ética y
noética (espiritual) de innegable valor, al momento de las decisiones o de establecer el
vínculo con la persona enferma: principal centro de interés del profesional de la Medicina.
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Referencias
Centro Nacional de Bioética y otros. (1999). Ética en Medicina: Muerte asistida. (Módulo
V). Caracas: Autores.
Colombero G. (1993). La enfermedad tiempo para la valentía. (J. Beltrán Trad.). Bogotá:
San Pablo.
Junkerman C. (1997). Has modern medicine room for healing. [En red]. Disponible en
http://www.uwc.educ/fonddulac/faculty/ritgeri/biomed.htm . Fecha de consulta: 15/11/97.
Leal F., y Mendoza J. (Coordinadores). Hacia una medicina más humana. Bogotá:
Interamericana.
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Malherbe J. (1993). Hacia una ética de la Medicina. (J. Gómez Trad.). Bogotá: San Pablo.
Sinclair, S. (1997). Making Doctors. Berg Publishers, Oxford, GBR. [disponible en la red]
http://site.ebrary.com/lib/bibliotecaserbiluz/Doc?id=10006742&ppg=9 Fecha de consulta:
15/05/2005.
Taboada P. (1998). Ética clínica: principios básicos y modelo de análisis. [En red].
http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/Boletin/html/Etica/Etica02.html . Fecha de
consulta: 02/04/04.
Taylor Sh. (2002). Lazos vitales. (C. Martínez Trad.). (Serie Pensamiento). España: Taurus.