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Wilhelm Wundt

(Neckarau, actual Alemania, 1832 - Grossboten, id., 1920) Filósofo y psicólogo


alemán, considerado el fundador de la psicología experimental. Hijo de un
pastor protestante, vivió una juventud entregada al recogimiento y al estudio.
Frecuentó la Universidad de Tubinga, y luego, al cabo de un año, pasó a la de
Heidelberg.

Allí se doctoró en Medicina en 1875, obtuvo la habilitación para la enseñanza


libre el año siguiente, y fue auxiliar del famoso Helmholtz, encargado de las
prácticas de Fisiología. No parece haberse establecido entre ambos intimidad o
amistad. Inclinado cada vez más a los estudios filosóficos y psicológicos, en
1874 fue llamado a Zurich, de donde al cabo de un año pasó a Leipzig para
ocupar la cátedra de Psicología en la Facultad de Filosofía.

Esta ciudad se convirtió en la segunda patria de Wundt y en el baluarte de la


nueva ciencia (la psicología experimental), que, precisamente gracias a la
actuación de Wilhelm, nació en el Instituto de Psicología Experimental creado
por él en 1879, incorporado primeramente a la Universidad, y más tarde, en
1897, con sede propia. En tal institución trabajó infatigablemente Wundt hasta
su muerte a una edad muy avanzada. Allí se formaron los discípulos que luego
difundirían por todo el mundo la psicología como ciencia independiente; entre
ellos resultaron particularmente célebres los alemanes Külpe y Lehmann, y los
norteamericanos Cattell y Titchener. El ejemplo de Leipzig fue imitado por
doquier; numerosas universidades fundaron la cátedra de psicología
experimental y prepararon los laboratorios correspondientes.

Wundt desarrolló una gran actividad; compuso no menos de cincuenta mil


páginas, pertenecientes a libros y artículos, en su mayor parte aparecidos en la
revista Philosophische Studien, órgano del Instituto de Leipzig, convertido luego
en Archiv für die gesamte Psychologie. El maestro gustaba invitar
frecuentemente a su propia casa-hospital a discípulos y auxiliares, a todos los
cuales facilitaba abundantes consejos y sugerencias referentes a la labor
científica, al par que aceptaba asimismo de ellos sus objeciones.

Se hizo famoso el debate que mantuvo con uno de sus alumnos más
inteligentes, Külpe. Por encargo del mismo Wundt, Külpe había preparado un
manual de psicología que apareció en 1893 con el título Grundriss der
Psychologie. Quizás influido por el empirocriticismo de Mach y Avenarius,
Külpe rechazaba en la obra una de las tesis fundamentales del maestro, la de
la distinción entre las causalidades psíquica y física, principio que, como puede
comprenderse, condicionaba la autonomía de la psicología a la fisiología. A
cansa de ello, el anciano Wundt quiso escribir él mismo su propio manual, y dio
a la luz, en 1896, el Grundriss der Psychologie, que alcanzó inmediatamente
numerosas ediciones y traducciones. La fama del ilustre psicólogo era ya
entonces muy grande, admitida por todo el mundo, y casi única.
Wundt fue un gran sistematizador e hizo de la introspección el principal método
del laboratorio de psicología. Afirmó que la psicología es la ciencia de la
experiencia y que ésta debe desarrollarse sin recurrir a la metafísica. Para
Wundt no es posible distinguir entre la experiencia interna y la externa, puesto
que ambas se producen de igual manera. La primera a través del sentimiento,
que es subjetivo, y la segunda por medio de la percepción. Sólo llega a
distinguir la psicología de la física por los distintos puntos de vista que adoptan,
pero no por la experiencia que observan. La psicología, según Wundt, pretende
el análisis de los elementos de los procesos conscientes, el estudio de la
conexión entre dichos elementos y la determinación de las leyes de tales
conexiones.

A su espíritu científico se deben los más brillantes logros de la psicología


moderna. De hecho, a la prolífica curiosidad de Wundt le debe la psicología su
rango de ciencia independiente de la filosofía, por un lado, y de las ciencias de
la naturaleza por el otro. Como hecho singular cabe hacer notar que Wundt no
abandonó jamás las investigaciones filosóficas y, junto a la gran cantidad de
sus estudios analíticos y experimentales, escribió obras de lógica, ética y
metafísica, mediante las cuales (singularmente con el Sistema de filosofía,
1889) ejerció una influencia notable en los estudios filosóficos de la época.

Sus libros más importantes son, indudablemente, los de psicología. Entre ellos
alcanzaron la categoría de textos clásicos Fundamentos de psicología
fisiológica y Psicología de los pueblos. La primera de estas dos obras,
aparecida en 1874, puede considerarse versión definitiva y compendiada de
una larga serie de trabajos iniciada con Beiträge zur Theorie der
Sinneswahrnehmung, en 1858. La segunda, a cuya composición se dedicó
Wundt durante los últimos veinte y tantos años de su existencia, extiende el
método y la investigación psicológica a las manifestaciones permanentes de la
vida social, como por ejemplo, la lengua, el arte y la religión; no quedó
completada hasta 1920, poco antes de que la muerte truncara su prolongada e
intensa actividad.
EDWARD TITCHENER

Edward Titchener (1867-1927) de origen inglés y discípulo de Wundt, se le


atribuye el mérito de haber introducido la psicología científica en Estados
Unidos. Allí dio a conocer las ideas de Wundt se convirtió en el líder del
movimiento conocido como estructuralismo. Este hecho tuvo gran importancia
ya que fue en aquel país, y justamente como oposición al estructuralismo,
donde más tarde se desarrollaron el funcionalismo y el conductismo, corrientes
básicas en la historia de la psicología.

Edward B. Titchener llevo las ideas de Wundt siguiendo con el nombre de


estructuralismo porque se referían a la estructura de la vida mental. En general
los estructuralistas confiaban en analizar la experiencia y dividirla en sus
“estructuras básicas”

Titchener consideraba que el papel de la psicología era identificar esos


elementos y demostrar cómo podían combinarse e integrarse, un enfoque
conocido como estructuralismo.

Edward Bradford Titchener opinaba que la nueva psicología debía analizar la


conciencia reduciéndola a sus unidades elementales. Para él, la estructura de
la mente humana consistía en más de 30.000 sensaciones, sentimientos e
imágenes separadas.

Los estructuralistas creían que los psicólogos debían estudiar la mente humana
y, concretamente, descifrar los elementos que componen nuestra experiencia
consciente mediante el estudio de la experiencia sensorial. Realizaban sus
trabajos en el laboratorio, en condiciones perfectamente controladas y
controlaban la introspección como método de trabajo. Esta técnica de
observación consistía en entrar a los sujetos para que comunicara con detalles
precisos sus experiencias subjetivas cuando se les presentaba algún estímulo,
por ejemplo, un color o un sonido.

Edward Bradford Titchener descompuso la conciencia en tres elementos


básicos: sensaciones físicas (lo que vemos), sentimientos (lo que nos llegara a
gustar o a desagradar), e imágenes (recuerdos a corto plazo y lago plazo).
Afirmaba que incluso los pensamientos y sentimientos más complejos podían
reducirse a esos elementos simples.
La psicología experimental de Wundt y Titchener tiene el merito histórico de
haber dado el paso definitivo hacia la creación de la psicología como ciencia
autónoma; sin embargo, se le atribuye varias limitaciones: en primer lugar,
reducir la psicología al estudio de la conciencia y al laboratorio, es decir, no
completar los temas más complejos del comportamiento humano y más
relacionados con la vida real, como el pensamiento, el lenguaje o la conducta
anormal; en segundo lugar, el hecho de que sus métodos de trabajo, la
introspección, no dejaba de ser subjetivo, lo cual entraba en contradicción con
la objetividad de la ciencia. Además, excluía a los niños y animales como
sujetos de estudio, ya que estos no podían ser entrenados para la
introspección. Estas limitaciones llevarían a las nuevas corrientes a ampliar el
campo de la psicología y a intentar un método más objetivo.

Pronto se descubrió que la introspección no era un medio adecuado para


contestar muchas preguntas, las introspecciones todavía usa estudios de
hipnosis, meditación, resolución de problemas estados de ánimo y muchos
otros temas.
John Broadus Watson

(Greenville, EE UU, 1878-Nueva York, 1958) Psicólogo estadounidense,


fundador del conductismo. Se trasladó a Chicago para estudiar filosofía, atraído
por Dewey y el pragmatismo, pero pronto comenzó a interesarse por la
psicología. Se doctoró en 1903 y empezó a trabajar como asistente instructor
en psicología animal. En 1907 ingresó en el plantel académico de la
Universidad Johns Hopkins, en la que permanecería hasta 1920, e inició sus
estudios sobre los procesos sensoriales en los animales.

Su convencimiento de que las referencias a los contenidos de la mente y a la


conciencia no podían someterse a ningún criterio objetivo y suscitaban una
problemática seudocientífica le llevó a la utilización de los únicos datos
objetivos existentes en el análisis psicológico, es decir, aquellos que
proporcionaba la conducta exterior. Watson adquirió gran notoriedad gracias a
la publicación en la Psychological Review de su artículo Psychology as a
Behaviorist Views It (La psicología según la concibe un conductista, 1913), en
el que por primera vez se establecían de manera radical los principios
característicos del conductismo: rechazo tanto a la noción de conciencia como
al método introspectivo, y explicación de la conducta únicamente en términos
de estímulos (proporcionados por el ambiente) y de respuestas «de naturaleza
por entero fisicoquímica», cuyo estudio debía llevarse a cabo en el laboratorio.

En 1914 publicó Behavior: An Introduction to Comparative Psychology


(Conducta: una introducción a la psicología comparada), donde postulaba la
observación directa de la conducta con el objetivo de hallar conexiones entre
ella y la fisiología subyacente. Las tesis de Watson, ampliadas mediante
estudios comparados de psicología animal y humana en Psychology from the
Standpoint of a Behaviorist (La psicología desde una perspectiva conductista,
1919), hallaron su más acabada formulación en Behaviorism (Conductismo,
1925), que incluía una compleja teoría acerca del desarrollo del aprendizaje a
través del condicionamiento. Aunque Watson abandonó en los años 20 el
ejercicio de la psicología para centrarse en sus negocios, su influencia
perduraría en destacados especialistas norteamericanos.

En un primer momento, Watson reconoció la importancia de las tendencias


innatas de la conducta, postura que modificaría, no obstante, en posteriores
trabajos, en que dio más importancia al ambiente en la formación de la
conducta. Cuando nace un nuevo ser, su repertorio de conductas es limitado; ni
siquiera posee instintos. A partir de su reducido bagaje, el niño irá adquiriendo
normas de conducta debido al aprendizaje o condicionamiento, y también
gracias a su desarrollo motor. En este elaborado proceso, que culminará en la
maduración de la edad adulta, el ambiente social desempeña un destacado
papel, y el período infantil tiene crucial importancia.

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