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La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
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divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
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divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
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proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
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La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
FABÚLA
La fábula es un texto narrativo, en ella se relata una historia ficticia, escrita en prosa o en verso, que
proporciona una enseñanza o consejo moral. Sus personajes a menudo son animales que actúan o
personifican seres humanos. Su principal propósito es dejar una enseñanza y lo hace a través de la moraleja
que a menudo suele aparecer al final del texto.
Están compuestas de las siguientes partes: inicio, nudo, desenlace y moraleja. Estos personajes son
divertidos, traviesos, amables, egoístas o valientes y generalmente están envueltos en una situación compleja
o se enfrentan a un desafío único que activa la imaginación de los niños.
Cuentan que había un perro muy pesado y
maleducado, que no desaprovechaba la
ocasión para morder a toda persona que
pasase cerca de él.
Apenado y para evitar males mayores, su
dueño optó un día por colocarle una
campanilla al cuello, que alertase a todos de la
presencia del can y lo evitasen, para no ser
mordidos.
El perro no comprendió el significado y
objetivo de la campanilla y fue a presumirla a la plaza, donde la hizo sonar con ostentación.
Cerca de él había una perra que le superaba en experiencia y conocimiento y sin pensarlo le comentó:
-¿Realmente no sé cuál es la causa de que presumas tanto? Si es por la campanilla vas listo amigo, pues
no te la han puesto por causa de tus virtudes o buenas cualidades, sino para alertar a todos de tu maldad
y malos hábitos.
Entendido esto el perro bajo la cabeza y nunca más hizo sonar su campanilla con alarde. Comprendió
que había ganado la campanilla por malo, y más que una ganancia era un castigo que debía cumplir,
para resarcir todo el daño que había hecho.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una
asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de
todos.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre
grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque
su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para
ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una
cuestión importante: ¿Quien de todos le pondrá el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy
callados, porque no podían contestar a aquella pregunta. De pronto
todos comenzaron a sentir miedo. Y todos, absolutamente todos,
corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes. Moraleja: Es más fácil
proponer ideas que llevarlas a cabo
El pavo real y la
grulla
Érase una vez un pavo real muy
engreído que tenía un plumaje
hermoso como ninguna otra
ave.
—Mira mi abanico de plumas— se jactó—, ¡cómo brillan de todos los colores del arcoíris,
mientras que las tuyas son tan pálidas! Yo estoy vestido como un rey.
—Es verdad, tus plumas son más bellas que las mías— respondió la grulla—, pero
gracias a mis plumas puedo volar hasta llegar al cielo, y ver la belleza de la tierra en todo
su esplendor, mientras que tú solo puedes caminar como cualquier pollo.
Moraleja: No menosprecies a los demás pues todos tenemos nuestras propias cualidades.
—Amigos, ¿por
qué caminan si tienen un burro que pueden montar?
—Mira a ese hombre tan egoísta, deja que su hijo camine mientras
él monta el burro.
Había una vez un cuervo sediento que voló durante mucho tiempo
en busca de agua hasta encontrar una jarra con un poco del
preciado líquido. La jarra tenía un largo y estrecho cuello y por
mucho que lo intentara, el cuervo no podía alcanzar el agua con
su pico.
Desesperado, el cuervo pensó en derribar la jarra y tomar el agua
antes de que la tierra la absorbiera, pero la jarra era tan pesada
que no se movía con los intentos del pobre cuervo.
Sin querer darse por vencida, la zorra tomó impulso y saltó con
todas sus fuerzas una y otra vez, pero las uvas seguían muy
lejos de su alcance.
Moraleja: Cuando algo es muy difícil de conseguir, lo mejor es ser honestos con nuestros
sentimientos.
La hormiga y la paloma
El caballo y el asno
Moraleja: Aquel que no ayuda a su prójimo cuando lo necesita, tarde que temprano
El pastorcito mentiroso
UN CABALLO Y UN ASNO
Un labrador tenía un
caballo y un asno. Debía
transportar dos sacos de
harina, y el asno se ofreció
a que repartieran la carga,
pero el caballo altanero se
negó. El asno, después de
cargar durante horas con
los dos sacos, se
desplomó en el suelo. Entonces tuvo el caballo que cargar con los dos
sacos y con el asno. Moraleja: Cuando no ayudas a los demás te perjudicas a ti mismo
El león y el ratón
Mientras tanto, la tortuga siguió caminando lento, pero sin pausa. Estaba decidida a
no darse por vencida. Pronto, se encontró con la liebre durmiendo plácidamente.
¡La tortuga estaba ganando la carrera!
Cuando la tortuga se acercó a la meta, todos los animales del bosque comenzaron a
gritar de emoción. Los gritos despertaron a la liebre, quien no podía dar crédito a sus
ojos: la tortuga estaba cruzando la meta y ella había perdido la carrera.
Moraleja: Ten una buena actitud y no te burles de los demás; puedes ser más exitoso haciendo las
cosas con constancia y disciplina que actuando rápida y descuidadamente.
La lechera y su cántaro
Había una vez una joven lechera que caminaba con un cántaro de leche
para vender en el mercado del pueblo. Mientras caminaba pensaba en
todas las cosas que haría con el dinero de la venta:
—Cuando me paguen —se dijo—,
compraré de inmediato unas
gallinas, estas gallinas pondrán
muchísimos huevos y los venderé
en el mercado. Con el dinero de los
huevos me compraré un vestido y
zapatos muy elegantes. Luego, iré a
la feria y como luciré tan hermosa,
todos los chicos querrán acercarse
a hablar conmigo.
Por andar distraída con sus pensamientos, la lechera tropezó con una
piedra y el cántaro se rompió derramando toda la leche. Con el cántaro
destrozado se fueron las gallinas y los huevos, también el vestido y los
zapatos. Moraleja: Nuestros sueños y planes no deben apartarnos de la realidad.
El zorro y el cuervo
Una brillante mañana, el zorro seguía su
agudo olfato en búsqueda un bocadillo. De
repente, vio a un cuervo en la copa de un
árbol. Este no era, de manera alguna, el
primer cuervo que el zorro había visto. Pero
lo que llamó su atención e hizo que se
detuviera, fue el enorme trozo de queso
que el cuervo llevaba en su pico.
—No tengo necesidad de buscar más —
pensó el astuto zorro— Ese delicioso queso será mi bocadillo.
Entonces, se dirigió hacia el árbol donde reposaba el cuervo, y mirando con admiración,
exclamó:
—¡Buenos días, majestuosa criatura!
El cuervo miró al zorro con desconfianza. Pero mantuvo su pico bien cerrado con el queso y no
devolvió el saludo.
—¡Qué criatura tan encantadora eres! —dijo el zorro—¡Cómo brillan tus plumas! ¡Qué
hermosa es tu figura y qué alas tan espléndidas tienes! Un ave tan espectacular como tú debe
poseer la más hermosa voz. ¿Puedes cantarme solo una canción? Mi deseo es nombrarte el rey
de todas las aves.
Al escuchar estas palabras tan halagadoras, el cuervo olvidó todas sus sospechas y también su
queso. Su mayor deseo era ser nombrado el rey de todas las aves. De modo que abrió su pico
de par en par para pronunciar su graznido más fuerte, y dejó caer el queso justamente en la
boca del zorro. —Gracias por el queso— dijo el zorro, mientras se alejaba. Moraleja: Quien te alaba
sin conocerte, solo desea tu suerte.
El águila y los gallos
Dos gallos reñían a diario por el dominio del gallinero. Un
día, uno de los gallos venció al otro y lo obligó a
esconderse en un matorral.
No contento con haber desterrado a su rival, el gallo
vencedor se subió a lo alto del gallinero extendiendo sus
alas mientras cantaba con todas sus fuerzas para contarle
al mundo su victoria. Un águila que volaba cerca escuchó
al jactancioso gallo y se abalanzó sobre él, atrapándolo con
sus garras.
El gallo derrotado vio todo desde el matorral, regresó al
gallinero y se quedó con todas las gallinas.
Moraleja: No presumas de tu éxito, pues alguien querrá arrebatártelo.
El honrado leñador
Érase una vez, un leñador que a diario cortaba leña en el bosque para sostener a su
familia.
Un atardecer, mientras cortaba un árbol en la orilla del río, el hacha resbaló de sus
manos y cayó al agua. Desesperado, el leñador se sentó a llorar por su hacha perdida.
En ese instante, apareció una ninfa frente a él y le preguntó por qué lloraba. Cuando
escuchó lo sucedido sintió mucha lástima por el leñador.
—Espérame aquí buen hombre, creo que puedo ayudarte —dijo la ninfa.
Entonces, se zambulló en el río y sacó del agua un hacha de oro, se la mostró al
leñador y le preguntó:
—¿Es esta tu hacha?
—No lo es —dijo el leñador.
Por segunda vez se sumergió la ninfa en el río, para reaparecer con un hacha de
plata.
—¿Es esta tu hacha? —preguntó la ninfa.
—No lo es —dijo el leñador nuevamente.
Entonces, la ninfa entró por tercera vez en el agua trayendo el hacha perdida.
—¿Es esta tu hacha?
—¡Oh, gracias! ¡Esa es mi hacha! —dijo el leñador llorando de alegría.
La ninfa estaba tan complacida con la honestidad del leñador que le regaló las hachas
de oro y plata.
Moraleja: Aquel que prefiere la honradez a la mentira, siempre será ganador.
El Cazador y el pescador
Un cazador regresaba a casa cargado con sus productos, cuando de repente se topó con un
pescador que igualmente, llevaba sus cestas llenas de pescado.
Entonces, el cazador quiso tener los peces del pescador, y éste quiso también tener las carnes del
cazador. Sin mucha dilación, los dos hombres intercambiaron el fruto de su trabajo y tan satisfechos
quedaron con el trato que lo repitieron una y otra vez durante varias semanas.
Sin embargo, un anciano que los observaba desde el primer día se les acercó una tarde y les dijo:
“Tal intercambio, pronto dejará de serlo, y no tardará el momento en que ustedes dos deseen
quedarse con lo que obtuvieron”. Moraleja: Alterna tus gozos y los vivirás mejor.
El pastor mentiroso
“¡Viene el lobo! ¡Viene el lobo!”, gritaba el pastorcillo bajando la colina a toda velocidad. Enseguida,
los habitantes del pueblo se armaron con hachas y mazos para enfrentar al animal, pero pronto
quedaron indignados al ver que el pastor se deshacía entre risas y burlas. Al día siguiente, el joven
decidió repetir la broma. Nuevamente, los habitantes del pueblo se armaron hasta los dientes, y
nuevamente quedaron en ridículo al ver al pastor ahogado en risas. Sin embargo, un buen día, el
lobo sí apareció, y aunque el pastorcillo gritaba espantado con la bestia a sus espaldas, nadie se
inmutó ni salió a defenderlo.
Moraleja: Después de muchas mentiras, la verdad ya no es válida.
La tortuga y la liebre
Todos los animales se congregaron para la gran carrera. En la línea de partida, se colocaron la
tortuga y la liebre, pero esta última apenas se movió cuando dieron la señal. La tortuga sin embargo,
avanzaba todo lo rápido que le permitían sus piernas, y la liebre continuaba deshaciéndose en risas
sin prestar atención a la carrera. Al cabo de las horas, la tortuga casi arribaba a la meta, y cuando la
liebre se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Aunque corrió como un torbellino, poco pudo hacer la
engreída. Moraleja: A los vanidosos, no los salva ni su propio talento.
El caballo y el soldado
El soldado había alimentado a su caballo durante la guerra con abundante cebada,
pero acabada la contienda, el animal fue reservado a las labores del campo. Durante
todo este tiempo, el caballo solo fue alimentado con paja, mientras tenía que
transportar enormes bultos de un lugar a otro cada día.
Al cabo de los años, una nueva guerra fue iniciada, y el joven soldado salió en busca
de su caballo para partir hacia el combate. Sin embargo, el desdichado animal no era
el mismo de antes, y con gran desánimo le dijo: “Bien poco te serviré ahora convertido
en asno. ¿Y cómo podrías hacer de un asno el caballo que una vez fui?”.
Moraleja: Conserva y guarda tus tesoros con el paso del tiempo.
El buen león rey
Existió una vez un león rey que era justo, amable y atento con todas las criaturas de la
selva. Durante su reinado, el león convocó a una reunión de animales para lograr la
paz y la convivencia entre todos.
De esta manera, el lobo se disculpó con el cervatillo, el tigre con la cebra, la pantera
con la liebre, y todos los animales quedaron reconciliados de una vez.
Al finalizar, la liebre dijo: “Pensé que jamás llegaría este día, pero me alegra que por
fin los más débiles de la selva podamos contar con el respeto de todos”, y dicho
aquello se alejó del lugar con toda la fuerza de sus patas.
Moraleja: En un gobierno justo los más necesitados hallan satisfacción, pero no deben bajar la
guardia.
La lechera
Andaba la lechera con paso alegre, mientras pensaba y pensaba camino al pueblo:
“Cuando venda esta leche, me compraré tres docenas de huevo. Los huevos me
darán hermosos pollos, los venderé y me haré con un cerdo. ¡Ah! Pero mi cerdo
crecerá sano y fuerte, y así podré venderlo para comprar una vaca, con la vaca tendré
leche para vender y comprarme más vacas, luego toros, y…”. Tras un brinquito
descuidado, la desdichada mujer dejó caer el cántaro de leche en el suelo, y allí
quedó, viendo desvanecerse sus ilusiones como la misma leche que se perdía en la
tierra. Moraleja: Sueña con la cabeza en el cielo, pero los pies en la tierra .
El león y el delfín
Dicen que un día un león caminaba tranquilamente por la costa y vio como asomaba
en el agua un bello y vigoroso delfín.
El león sabía que este era el rey de los animales acuáticos, por lo que pensó que él,
rey de la selva, haría bien en aliarse con el ágil mamífero.
Así, le propuso al delfín sellar un pacto de alianza, mediante el que se defenderían
entre ellos dado el caso. El delfín aceptó gustoso, pues también apreciaba la fuerza y
destreza del león en la tierra y también creyó que esto podría serle útil.
Sin embargo, un día el león estaba batiéndose con un toro salvaje que le estaba
costando más trabajo de lo habitual y hacía peligrar su integridad. La pelea se tornaba
más fiera por segundo y se fue trasladando a la costa, donde el león llamó a su aliado
y le pidió ayuda.
El delfín trató de cumplir su pacto y defender, pero por mucho que saltó se vio
imposibilitado de intervenir en la pelea que estaba teniendo lugar en la orilla. En
definitiva, era un delfín y sus dominios no iban más allá del agua.
Molesto, el león exclamó:
-Vaya pacto más tonto he hecho contigo, que a la primera que te necesito no puedas
ayudarme.
Esto incomodó mucho al delfín, que más inteligentemente que el león analizó y dijo:
-No debemos culparnos el uno al otro, pues la culpa es de la naturaleza, que nos hizo
a uno para el agua y a otro para la tierra. Luego de esto, somos culpables los dos por
pretender ser más de los que nos corresponde.
De esta forma, tanto el león como el delfín comprendieron su error estratégico y no
olvidaron nunca más que lo mejor es hacer amigos y alianzas con aquellas personas
que realmente podrán estar a nuestro lado cuando les necesitemos.
El molinero, el hijo y el asno
Un molinero y su hijo caminaban juntos en compañía de su única posesión: un burro.
Al pasar junto a un río, las mujeres que lavaban en el agua comentaron entre risas.
“Mira qué tontos. Tienen un asno y caminan junto a él en vez de usarlo”.
Entonces, el molinero decidió subir a su hijo al lomo del burro, pero tiempo después
pasaron cerca de una posada y el posadero exclamó: “¡Qué barbaridad! Ese pobre
anciano caminando, y su hijo tan lozano descansando sobre el burro”.
No tardó mucho el muchacho en bajarse del burro y subir a su padre, pero al toparse
con un caminante, este profirió indignado: “¡Lo que hay que ver en este mundo! El
tonto del chico camina junto al burro, en lugar de sentarse junto a su padre y disfrutar
de igual descanso”.
Ante aquellas palabras, el muchacho se subió en el burro con su padre y no
caminaron por mucho tiempo cuando pasaron junto a un convento. Las monjas, al
verlos, no pudieron más que decir: “¡Qué aprovechados! Mira que explotar a tan noble
animal con el peso de los dos. ¿No les parece abusivos?”.
Sin saber qué hacer, el molinero y el hijo decidieron finalmente llevar al burro cargado
sobre sus hombros.
Moraleja: Quien se deja llevar por las opiniones de los demás, termina sin la suya propia.
Caballo y el burro
Un largo tramo habían recorrido el caballo y el burro, cuando este último sintió sus
piernas flaquear ante tanto esfuerzo.
“Por favor, toma mi carga. Estoy muy cansado y siento que puedo morir”. Pero el
caballo no le hizo caso y continuó la marcha sin percances. De repente, el burro cayó
moribundo en la tierra, y el amo no tuvo otro remedio entonces que echar encima del
caballo no sólo la carga del burro, sino también su piel.
“¡Vaya destino tan fatal el que me ha tocado! No he querido ayudar al burro y ahora
debo llevar su carga y su piel”.
Moraleja: Si no ayudamos de buena fe a los que nos rodean, tarde o temprano acabaremos en peor
desgracia.