Sei sulla pagina 1di 87

' Colección

Clásicos del Pensamiento Augusto Comte


Director
Antonio Truyol y Serra
Plan de los
.
trabajos científicos
.
necesanos para reorgamzar
la sociedad

Estudio preliminar de
DALMACIO NEGRO PAVÓN

Traducción de
CRISTINA B. NEGRO KONRAD
r
'

Tilulo onginal:
Plan da tru•'t11u sci~lttif'u¡un ~
pow ti<Ngtuús<rla soairl(l812)

DIS<ñode Mena:
Joaquln Gallq:o

fNOICE

ESTlJDJO PRJ:U\11NAR ~.. ....... ............. •................. Ptig JX


l. Comte ............. ................................................... X
11. Los tres estados dcl espiritu ................................ XIII
11 1. Losc:utltrocsc;uc!as ............................................. . XX
IV. La Ciudad del Hon1 b1~ ....................................... . XXVII
V. El consen.su.s cicntilicista .................................... XXXIII
VI. Conclu1Jión ........................................................ . XXXVIII
H e~~ervados todos los derechos. El contenido de esta obra cs.uí. prote-
a•do por la Ley. t)ue csmbleoe pcnns de prisión y/o muh~ls, además de IJJULtOGR.AFIA .................. ............................................. . XXXIX
Jos OOI'f'C:SpCutdicntcs indemnizaciones por da~ 'j pe1juicios, para
qui..:ncs rcpN.xlujer~n . plo.¡tla•-en, distr~b uyc•o.en o comunicartn póbli- PLAN DE LOS TRABAJOS CIEN'I'ffiCOS NP.CE·
can-.cnu:. en todo o t n par'e. una obra literaria. a11fstica o cietlllfica. o SA.RIOS I'ARA RWRGANIZAR 1. 11 SOCIEOi\0
su lrnn..~fol'llutción. interpretación o cj« uci6n artística fijada en c.ual-
quic,.- upo de sopúrtc: o comunicada a través de cualqujcr medio. sin Ja Introducción ............................................................ . 3
pr~"\.'t:))liv:l
.. uuturi.t:l\:ÍÓn. Exposició1l gencr<:1l ................................................... 21
Prin1era serie de trabajos ......................................... . 55

e Esrudto prclimmnr. o...LMACIO NFORO PAVÓ'i, 2000


O Traduceión, CRISTINA B. Nww KONRAO. 2000
Cl EDITORIAL TECt<OS (GRUPO A~AYA, S. A.), 2000
Juan lpa<io Luco de Tena. 15 • 28027 Madrid
ISBN: 84-309-3488-X
Depósito l.cgll: M. 5.819-2000

Pn111<d ln Spom. lrnpr60 en Espoil:l por Edigrafos. S. A.


[VIl)
'
ESTUD IO PRELlM!NAR
po( Dabnacio Negm l'avón

Comte consideraba e) presente escrito j uvenil su


<<Opúsculo fundamema l>>. Su discípulo Picrre LaJfite
explicaba que «este opúsculo fundamental es el positi-
vismo»'. Y, en efecto, el Pltm des tmveaux sciemijiques
11écessaires pour réorganiser la société (mayo de 1822),
destinado a constituir la ciencia política positiva, es
retrospectivamente el más decisivo e influyente de
todos sus escritos. Expuso nhi por primera vez las leyes
sociológicas, indicando el título -subraya Comte--, la
combinación entre el punto de vista científico y el polí-
tico, que antes sólo le babian preocupado por separado.
El Plan determinó su «dirección filosófica y social>> al
unirlos históricamente insistiendo en el carácter decisi-
vo de la organización.

0
Y p<U<ba. subraya J. M.• Petot-Sulla, que la motivac:ión úhima
de Comte y su posibwumo es polkica. Filosofta, polílkn y >Tiigió•
o•nAugurro C..mte. Acervo, Bar-celona, 1978,1, p. 24.

[IX]
X DALMACIO NCCRO PAVÓ.V
ESTUDIOPRCWIINAR XJ
Recordaba Coonte que, al reimprimir este opúsculo
en 1824, le antepuso ya el título de su gran obra poste- gismo se fundamenta en él' . Su influencia es una pnotc
rior en cuatro volúmenes, Systeme de politique positive. principa l del enorme influjo de los sansimon ianos',
Lo que prueba, escribe, <<in unidad de mi carrera», grupo :ti que pertenece.
sugiriendo que estaba impulsada por el Gran Ser, lo Son muchas las o:azones del relativamente escaso
que justificaba su pretensión posterior de ser el sumo interés por la figura y el peo\samieuto de Comtc; una de
pontífice de la nueva Religión de la Hwnanidad, «que ellas, que puede resultar chocante, aunque no es infre-
el Gran Ser le encargó fundam. cuente, es la claridad con que se expresa.
Discípulo y secretario de Henri de Saint-Sionon
( 1760-1825), otro extravagante genial, incluido por
l. COMTE Marx entre los socialistas utópicos pero que ha resulta-
Jo ser más clanvidente en muchas cosas, Comtc dcsa·
Augusto Comtc (1798-1857) ha sido el más impor- rrolló muchas de sus intuiciones'. La mayor diferencia
tante e influyente de los pensadores del siglo XIX; aun- entre ambos, a cual más atrabiliario, estriba en que.
que un tanto soterrndamente, contribuyó sobremanera a compartiendo ambos el espíritu innovador y antitradi·
dar forma a la época llamada contemporánea, cuyo ~oooud de la Gran Revolución, el mentor captó las
espíritu comprendió quizá mejor que nadie1• No ha des- •mplocaciones politicas, económicas y sociales de las
pertado grandes pasiones ni ha atra!do excesivamente ciencias de la natunoleuo y su alumno-secretario durun-
la atención de los estudiosos y del público en general a lc algún tiempo, que tenía una oran preparación cientí-
pesar del predominio del positivismo, cuya filosofía se fica, vio bastante más avanzada"ia sociedad industrial y
vulgarizó en el transcurso del siglo xx. El cientificismo se concentró en la tarea intelectual. Ambos pensadores
imperante, inaugurado en el siglo xvu por Francis tenían una visión mtls clara de la gran transformación
Bacon, <<el demagogo de la ciencia», es una consecuen- 1.!11 curso que, por ejemplo, Hegel, quien no desconocín
cia del comtismo•. Asimismo, a pesar de ser reconoci- ..:1 sansimonismo y, al parecer, leyó el presente escrito
do Comte como fundador de la sociología, tampoco se 4
le tiene muy en cuenta en este campo. pero el sociolo- Vtd. J. f'UC)'O, Estrldtw de 1eoria poliriCtJ, Instituto de EsnKho<
1\>tii<COO. Madnd. 1968, 1~ «G<ncalogia del sociologosmo• y •La
•..nc•edad como logon
' La literarura esp;lllob sobto Comtc es es<asa. Adc:más de la ' lt,a>'<k pone: como ejemplo cl gnn número de pal>b<as y
citada en ooos lugares, X. Zub<ri, Cin<v l«<kkn<S de filosofía. ,.-~presiOMS que mtroduJeroo en las lenguas europeas o a tu qut
wñas edic-iones; D. Negro, L1Nru/1Jnw y socwlumo. Lo encrvciftt~ th~ron un St":ntido e5pttlrteo: iodJVidualismo. i.ndusuml e il'ldustria·
do intelecnwl tk Stuort !t{l/1. ln)tiCuto de EstudiOS Polí1ioos Jt...u . posuivismo, orgaruzac-ión dellt<lbajo, lucha de cl:lSel>. el con·
Modrid. 1975; D. N<gro, Comre: ¡HM/MI.fmo y m'OI11ción, Cincel: rr~'"'C entre burgucsfa. y proletariado. la palabro «SS<:ialismo~ en su
Madrid, reimp., 1!}87, y bibliogl'(ofla nlll citada. )'ool.'lltldO actu.il en lugar de nsociación., ttc. Op. cu.. H, IV. 4, p. 1SJ.
J F. A. Hayek Ita estud1ado 1 1~ ru(ces de la difusa ideologia cien- . .. Según F. A. Hayek.lo eootribucióa de Comte consiste,. en con·
tilicis'a en Tite CCJlmttr•rtwolmüm ofScitJrCe. Swdies On The Abu- 111111u, ''en un descn"olv1micnto de las docrrinas. de su mae:~tro. CIUC
seOfReason. The Free f'ress. Londrcs.l%4, y otra$ ed.iciones. ..:1disclpulo llevó en cierto modo más kjos. hasta sus conclusiones
l ú~h.:n~». Op. cil., U,1U. I . p. 130.
XII OALMAOO NEGRO l"AYÓN ES'TT/DIO PRELIMINAR XLII

de Comtc'. Comte, más audaz, no le era inferior. Sin <<en mejorar lo más rápidamente posible la suerte de la
embargo, aquél atrajo más la atención de sus colegas clase más pobre>>. Por ende, decía Saint-Simon, ((toda la
intelectuales y políticos debido, entre ouas causas, a sociedad debe tmbajar en la mejora de la existencia
que la cultura y la ciencia germanas han dominado la moral y fisica de la clase más pobre; la sociedad debe
mayor parte de los siglos XIX y xx. Sin embargo, el ser organizada de la manera más conveniente para hacer
escritor francés percibió que, precisamente, la sustami- que alcance este gnm fin». La prcfetencia de Comtc por
vación del ser y la razón, principalmente por la filoso· los conservadores debíasc, pues, a que, más optimista
tia hegeliana a la moda, incapaz de aprehender la reali- que los progresistas, no consideró negativamente la nue-
dad, llevaba aparejada la bancarrota de la inteligencia. va sociedad, sino un paso necesario e inevitable hacia
Situación en la que apenas quedaba otro salida que la una humanidad mejor mediante la completa conquista
positivista. Pues, si las linicas verdades asequibles a la de la NaturaiC2a por la ciencia. Y, como sansimoniano,
razón son las positivas, lo que está allende los hechos el más agudo de todos, exhortó a los proletarios a unirse
puede ser objeto de creencia, pero no de verdadero a aquéllos, entre los que tcníu buenas relaciones con
conocimiento•. gente tan influyente e inteligente como Guizot.
Augusto Comte comprendió el gran salto cualitativo La verdad es que ni conservadores ni proletarios le
que suponía la industria al transformar formas de vida hicieron el menor caso. Pero irónicamente, aunque casi
aocestrales. Pero constituye otro causa de su preterición nadie se acordase jamás de Augusto Comte, fueron
la tacha de ser conservador. porque no esperaba grdll <onservadores como Bismarck, el padre del Esllldo de
cosa de los progresistas, como prueba el A.ppel aux coll· Bienestar - innuido por e l sansimoniano Lorcnz von
servateurs (J 855). Conne había aprendido de su maes- Stein, maestro de Lasalle, para quien el Estado era
tro que la capacidad de producción de la industria podía tlios-, y otros nuevos, después de la segunda guerra
erradicar la pobreza, mejorando sustancialmente las mundial en la Europa no sovietizada, quienes, enfrenta-
condiciones materiales de la existencia. Saint-Simon dos a la frecuente hostilidad de los progre.~istas, consi-
deducía filantrópicamente, apuntando la idea de la pos- ¡:uieroo mejorar la condición de las clases pobres e
terior ((justicia sociab>, que el fm de la nueva sociedad, impulsaron la formación de sociedades de extensas cla-
guiada por un «nuevo cristianis mo>>, condensado en la ses medias. Con la contrapartida de que, como nctua-
fórmula <dos hombres deben conducirse como herma- mn, ciertamente, bajo la presión de los progresistas,
nos unos respecto de otroS>> ~uyo olvido desde la hurocratiY.aron excesivamente las sociedades.
Reforma reprochaba a las Iglesias cristianas-, consiste

' Vid. E A. Haydc, op. cll En la primert muad del siglo XlX, 11. LOS TRES ESTADOS DEL ESPÍRITU
comc:n.tó la liranfa del método y la técnica'~ lns ciencias.
• Vid. J. Conde, Escritos y fragmemos políticos. 11, Lnstimto de
Estudios Politicos. Madrid. 1974, «El giro "po.c;ilivis:m" en la menta· El supuestO fundamental de Comte cons istía en que
Hdltd poUtiCf mode'ma: d.;. Comte a los conceplos acet~ales de siste- el homb re nunca se ha propuesto otrd cosa que cntcn-
ma social y siS"'ma politieo», t. pp. 230·231 , y 1, e). p. 236. Jcr los fenómenos natmales, de modo que toda fomta
ESTUDIO PREUMlliAJ( XV
XIV DAU.lACIONEGROPAV()V

cada estado se combinan poco a poco sus elemeotos


de conocimiento pretende, consciente o inconsciente- característicos hasta desembocar en un principio unifi-
mente, explicarlos. En su opinión, «CI principal deseo cador que los 'sintetiza en alguna de esas ideas: Dios.
de casi todos los individuos no consiste en actuar sobre Hombre y Naturnle7ll. .
el hombre, sino sobre la naturaleza>>'. Descanadas asi Si Comte sacó sus ideas de la filosofía kant1ana, es
la realidad del poder y otro~s mQtivaciones, llegó ense- una cuestión erudita. Pero las tres ideas son los noúme-
guida a una interpretación determinist~ e incluso fata- nos 0 eosas en sí de Kant - Dios, alma inmorutl y
lista de la historia, que se ve muy bien en el Plan, orde- mundo- , que constituyen el objeto (incognoscible) de
nada en grandes síntesis, que redujo a tres formas o la mewfísica y son, en la vida práctica, las ideas r.egula-
estados sucesivos. Según Comte, «por la misma natura- <loras de lu moral. Las dos primeras eran para Comtc
leza del espíritu humano, cada rama del conocimiento meros simbolos que elabora el espíritu humano al bus-
está sujeta necesariamente en s" marcha, a pasar suce- car explicaciones cuando aún no ha llegado a. la madu-
sivamente por tres estados teóricos diferentes: el estado rez. Y como, según Guénon", su punto de vtsta era el
teológico o ficticio: el estado memflsieo o ubstracto; de la Naturaleza, el estadio positivo es el de la Natura-
por último, el estado cicntifico o positivo». ic'ZB, a la que le corresponde finalmente 1~ primacía.
L<>S tres estados han coexistido siempre en la reali- Ahora bien. siendo cieno que Comte se snuó en ese
dad empírica_ Mas, al considernrloo; incompatibles entre punto de vista resulta más exacto decir en el de las
si por tener el mismo objeto y tratarlos como fases ,·,encias de la Naturaleza, por lo que ''3 más lejos, redu-
sucesivas, bajo la influencia directa o remota de las tres dcndo igualmente la Naturaleza a un sim~lismo. Su
<<dispensaciones» de Joaquín de Fiore, sugirió el polilo- mrrelativa ontologización de la soctedad hizo que la
gismo10, la hiStoricidad de la mente humana, cuya 1rilogia entera quedase absorbida en ella y superada e!l
estrucrura no seria siempre 13 misma, sino que estaria 1:1 Humanidad, el espíritu del hombre. Pues la H" mam-
sujeta a variaciones, por supuesl{), en su caso, en senti- dad es el Gran-Ser, «el conjunto de los seres pasados.
do progresivo. Los tres estados corresponden asimismo li1turos y presentes que concurren libremente a perfee-
a la triada Dios, Hombre y Natura leza ( Deus. Homo, ,·iunar el orden universal>>, idea que pudo haber tomado
Natura)", en torno a la que ha. girado el pensamiento "" Pascal. En fin, aquellos tres estados eran evidentes
por lo menos hasta Augusto Comtc. Pues, según él, en para Comte, porque todo hombre. recue.rda perfec.ta-
lllcntc que ha sido «teólogo en su infanc1a, metafíSICO
' Cornte desp1at6 así, antipolhicarncnle, el 1e:ma del poder-. El ,., su juventud y flsico en su virilidad».
pensamiento contemporánc:o asp1rn a suprimir et podet" político
mediante la organiz:lción. lil estado teológico constituye el punto de partida de
' Vid. E. Vocgelin.. From f.'nlf!ighttnment to RevolurWn. Duke
1

Uni•-.:nity Pr<ss. Dwtlam. t~S. VI. Trunbién. L. ,,., Mises. Theory la visión comteana de la historia humana en que el
and lrrstory. An l•t"'JWiation of Social mtd E"""""'ic Ew>lwti011. humbre hace al Hombre: «el sistema que la marcha de
1\ew Ha\'OO and Loodoo.. Yak Uni ..'Cfsily ~. New Havenllon·
dres, t957. ~ /.a gra~ triada, XX, pp. t61-163.
" Vid. R. Guenon, LA 8""' triada, Obehsco, BillUIOCia, 1986.
XVI DALMAC/0 NEGRO PAYON ESTVDIOPRI!.LIMJNAR XVII

la civilización nos llama a reemplazar -escribió en La matemática es la fundan1ental, al constituir la


Apreciación sumaria del pasado modemo, otro opúscu- hase del e-~piriru científico. Se divide en dos grandes
lo de 182Q-- consist[a en la combinación del poder del '~'mas: matemáticas abstractas, purameme instrumenta-
espiritual o papal y teológico, y del poder temporal o les - el cálculo--, y matemáticas concretas - la geo-
feudal y militar>>. Fue un estado «provisional>> de la metría general y la mecánica racional- , que son ya
mente, en el que se explicaban Jos fenómenos por la ,.¡"ncias naturales por apoyarse en la observación. Vie-
intervención de imaginarias fuerzas sobrenaturales, las "" después la física, que se divide en inorgánica y orgá-
llamadas «esencias>> de las cosas; en este estado se nica. La inorgánica es primero física celeste (astrono-
pasa sucesivamente del fetichismo al politeísmo y, mía) y luego física terrestre, subdividiéndose esta
finalmente, al monoteísmo. Es decir, al combinarse última en ítsica en sentido estricto y qillmica. La fisica
las fuerzas sobrenaturales aparece la idea de Dios, que orgánica se subdivide en física orgánica propiamente
el alem<l.ü Feuerbach explicó casi al núsmo tiempo de dicha, o fisiología, y fisiea social.
manera parecida. En el estado metaj'ISiCo, más que Así pues, las matemáticas organizan la enciclopedia
provisional «transito,rio», las fuerzas naturales se inter- de las ciencias, siendo las fundamentales la astrono-
pretan como causas o fuerzas naturales inherentes a mía, lafisica, la química, la biología y la}ISica social.
las cosas, resultando de su combinación la entidad 1'sta enciclopedia articula la filosofia de la historia del
Naturdleza. Este estado es eminentemente «crítico», matemático Augusto Comte, sumamente influida por
diferenciándose fundamentalmente del tercero, el «de- I!nssuet y Condorcet "·
finitivo>> estado positivo, el de plenitud de la humani- La fisica social, que posteriormente llamó <<sociolo-
dad, en que las causas se interpretan científ icamente, ;!Ía», combinando un vocablo httino y otro griego, cuyo
como leyes o relaciones constantes entre los fenóme- objeto es el estudio positivo de los fenómenos sociales,
nos. Así pues, la «marcha dogmática» del espíritu cm la ciencia que más Jc interesaba. La tarea de darle el
humano, el desarrollo del espíritu científico, sólo tiene status científico del que adolecía, constituyó el objeti-
lugar paralelamente, hasta cierto punto, a la «marcha vo principal de Augusto Comte".
histórica>> de la civilización. Desemboca en el sistema
de las ciencias, del q ue resulta el Hombre, el hombre ,, Comle prescindió d.e la psicología. al considerar imposible la
en general, en abstracto, como espíritu universal sin tlh..;crvación interior. Decfa que era una ciencia individualista, tan
l'alsa como el derecho y la economia política, puesto que no se aco-
contenido concreto, al combinarse las distintas cien- modan a las exigencias de la flsiologia.
cias, que según Comte, quien dedicó el Co11rs de Phi- "" Vid. A. Comte, Flsica social, ed de O. Kegro, AguiJa,·,
losophie Positive a demostrarlo, habían alcanzado por Madrid, 1981. Contiene las lecciones 46 y 47 del Courí de philo-
fin la madurez. -""JIIn'é posilive, donde rrata de-tenidamente de la nueva ciencia
La jerarquía científica de las ciencias es, pues, inde- :-;tiCial pedida por Sai.t~t-5imOJl . «Lo gmvc de 1a sociología de Com-
h:, decía J. Fueyo. radica. justamente., eo ser una física soc.ial. Este.
pendiente de su evolución h.istórica concreta, si bien las m~todo. en su proyt«ión sociológica, conduce siempre a. un~ imo·

l
jerárquicamente superiores incluyen a las anteriores, ~en mecánica y regular de la socied."'tc\ pero fundamentalmente abs-
por Jo que son más complicadas y más concretas. t•<tcla y por ende irreal.>> Op. cit., «La sociedad como logoS>>, Ul, 2,
XVJU tMLM•CtO NF.Ci/10 P•VóN
F.STIJD/0 PREU<IINA.R XIX
La ftSica social, ciencia del Hombre o de la organi-
zación del espíritu humano, es la ciencia suprema de su nún .por la fe, que hacia del creyente un sacerdote para
sistema. Bajo la fucne innuencia de Montesquieu, ,1 ""~~o («el sacerdocio universal de los cristianos»).
reconocida por él mismo, se ocupa de los fenómenos h <k.'Cif, frente a la c~ncepción que atribuía a la Iglesia
oluc~ntc la .nterprctactón dogmática, al ser la Biblia un
sociales y políticos, palabras equivalentes para Comte.
Sin embargo, toda su obra apunta a una séptima ciencia hhm inspirado por Dios. se consideraba capacitado
~considerando la matemática como la primera), la más 1""'" •nt.erpretar.la medtant~ su sola razón a cualquier
1mponante de todas, a las que da sentido: se trata de la lwh•r p1adoso, Ilustrado o •gnorante. Este individualis-
moral. Pues Comte estaba convencido de que «los mo radical, que anunciaba el solipsismo canesiano del
•>~¡:iro ergo sum, hizo interminables las discusiones y
hombres, a medida que se civilizan, se toman, por una
pane, más sensibles a los motivos morales y, por otra, ohu lugar a las interpretaciones más dispares con la
más dispuestos a la amigable conciliación de los in.tere- ,.,.,,;guiente prolife_ración de multitud de sectas, que
ses». Paradójicamente, este enemigo de la Ilustración y •kscansan en la opmión subjetiva de algunos indivi-
del protestantismo, absorbió su espíritu, que está en el ohu•s. Por tanto, al ser imposible ponerse de acuerdo
trasfondo del positivismo. " 'hre la doctrina, se trasladó e l interés a la moral
Efectivamente, bajo la fascinación ejerc ida por el '"!>cet.o .secundario de la religión, en el que rcsultab;
sistema de Ncwton, una de las corrientes, a la larga más n1as factl entenderse, y cuya enseñanza convenía tam·
in nuyentc, de la Tlusrración, había postulado la sustitu- hién por razones obvias a los poderes civiles. l a moral
ción públic" de la religión y la política por la moral r:ovnr~cida por la doctrina de la neutralidad rel igios~
racional, cuy as reglas se creía que cm relativamente old 1:stado, empezó a mundar todo a partir del siglo
fácil establecer; ¡>Or lo menos, aspiraba a moralizarlas ' v11, natumlmente, mucho más en el mundo protestante
según sus criterios racionales, como ocurrió con el ''~ "' en el católico, C!" e no escapó al contagio, y la rcli-
derecho natura l. la Ilustración desarrollaba así una 11'"" prop1~mentc dtcba hubo de apoyarse o refugiarse
¡>Osibilidacl del protestantismo. en d sentu111ento, como se hizo patente enseguida,
El protestantismo, al rechazar la autoridad espiritual cs¡>c~•a.lmenle en el pensamiento ing16s ". Comtc, un
de la Iglesia romana, custodia de la tradición relig io- rnmanuco, pagó su tributo al senti miento, cuya prepon-
sa, la sustituyó por el antitmdicional <dibre examen», (kranc•a, decia, es «el principio subjetivo» del positi-
coherente con la otra doctrina luterana de la justifica- v•smo y su Religión de la Humanidad -<<el único vcr-
<iadcro Gran Ser, del que somos conscientemente
p. 171. F. A. Uayek escribe. criticando la jerarquización conue.ana,
miembros necesarios>>-, hoy e;día difusament~
qut t(cJ pt0bl<"m3 de tx,plicar los prQ(le:M)S mentales sólo por la fisi· "!"nipresente - los derechos humanos atacados por
ca C8 cnter.lmente distinto de 106 problemas ck las ciencias sociales; t mute forman parte de ella- , es una religión del senti-
es un problema de psicolocía 11.sio1ógK::L Pero resuelto o oo. en lo nucnto.
que respecta a lu cícndu soctales. el punto de: partkb tienen que
pt'O"tttfs4:Jo lu cntkbdes r'nC'mates. tamo si se ha e~plicado su for-
maciÓn como si noo. Op. clt • 1, V. p 50. "' ( "fr. R. Guéooo. Lo Msrs d~l m11ndo motkr110. Obelisco~ Bar·
...-~•••· 1982. V. pp. 95-97 en 11 cd de Mo.caAzul, Lima. 1975.
XX f),(LJotACIQ NEGRO P.<>t>N ESTtiD/0 PREUMINAR XXJ

Ill. LAS CUATRO ESCUELAS 1~ funesta>>. Los mismos reyes, en su afán de perrnane-
ccr, no son menos revolucionarios que los pueblos y
Comte s intetizó en tres las direcciones principales ··uando se enfrentan a la revolución ni,nguno piensa en
del pensamiento o sistemas de ideas de la época ciar la menor participación al poder espiritual que, sin
romántica" : la escuela teológica, tradicionalista, cató· ,·tnbargo, usurpan . Hasta los papas han subordin<tdO ti
lica, contrarrevolucionaria o retrógrada, políticamente l:is conveniencias temporales, se¡,:ún Comte, la aplica-
se podría decir que la «derecha>>: la escuela mctafisi- ··ión de los principios religiosos en aspectos esenciales:
ca, critica, negativa, antitcológica, revolucionaria o h>s sacerdotes llegan n dejarse ganar <<pOr tm vano espi-
progresiV1l, poLíticamente la «tzquierda>>; y la escuela ntu de estrecha nacionalidad>>. En f'm, esta escuela con-
estacionaria, intermediaria. liberal, o ecléctica, políti- o;crva cualidades encomiablcs, como su enérgico modo
camente una especie de «cenlrO>>. Como el espíritu •k: pensar, aspecto que fascinaba a Comte, gran admi-
humano <<tiende constantemente a la unidad de méto- r.•dor de Bonald, <q>ensador enérgico>>. Sobre todo, re-
do y doctrina>>, para Comte su estado «regular y per- ··uerda la necesidad del orden en las ideas, en las cos-
manente>>, cada escuela tiene su propia política, aun- tumbres y en las instituciones, y, sin entenderlo bien, la
que esté llena de contradicciones. Pero Comte, para nnportaneia que tiene el poder espiritual para la organi-
dar cumplimiento -decía- a la obra de Bacon, Des- tación de las sociedades.
cartes y Galileo, a los que, a lo mejor, consideraba ins- La escuela metafísica tiene el indiscutible merito de
pirados también por el Grond-trre, contrapuso a todas haber derruido e l sistema teológico, que habría perpe-
ellas una escuela propia, la posit iva, como cuarta tuado indefinidamente la infancia del espiritu humano
escuela. v la sociedad. El derecho absolutO de libre examen o
La escuel.a reológictJ corrcs¡mndc al espíritu militar ;l<>gma de In libertad ilimitada de conciencia es su prin-
o feudal. Presume, decfa Comte, de coherencia; pero, ,·ipio más extendido y fundamental, que favorece el rei-
aun siendo menos inconsecuente que su rival, la metafí- nado de la opinión; derecho subjetivo aceptado dogmá-
sica, no deja de ser incongruente con sus principios al ticamente hasta por los partidarios más celosos de la
bacer detem1inadas concesiones. Así, J. de Maistre, uno "'cuela teológica, que, imbuidos por el espiritu del
de sus más brillantes rcpresentnntes, reprochó con ttcmpo. tampoco reconocen otra autOridad suprema que
razón el galicanismo al «gran Bossuct)); pero, en lugar l.t de su propia razón, «cuya irritable infalibilidad>> está
de postular el restablecimiento de la supremacia papal , icmprc dispuesm a sublevarse conaa las mismas auto-
apelando directamente al derecho divino, intentó hacer- tt..Iades que preconizan. Eminentemente crítica, la
lo con argumentOs históricos y políticos. Esta escuela , ..,wela metafisica ha preparado, ciertamente, el adve-
renuncia también a la división capital del poder en espi- nimiento de la positiva, destinada a fundar definitiva-
ril\lal y temporal, al aceptar de hecho la subo.rdinación lll<:ntc «un sistema tan progresivo como regulan>. Mas ,
del primero al segundo, «una aberración profundamen- a pesar de su meritorio trabajo histórico, puesto que sus
~lugmas tienen un carácter anárquico si se toman uno n
"' Paro {odO esto, vid. la ed. cit. de A. Cornte. Física social. unu. e~ta escuela es un peligroso aparato de destruc-
óS11/DIO PREUM/NAR XXI U
XXII IMUIACIONEGROI~IÓ'I

b;t y sus derivados: el conrrnctualismo, la edad de oro


ción. Tras haber demolido el régimen teológico y feu- ¡otunitiva, el ensalzamiento de lo grecorromano, la doc-
dal, constituye ahora, precisamente debido al espiriru 1' imt de la religión natural, la tendencia a conservar el
de anarquía que ha diftmdido por d<?<Juier, un obstáculo ,.,pirilu militar, aunque no, ciertamente, el feudal; en
a la rco(ganización de la sociedad. Uul para el progr~so 1111. la doctrina de In centralización polltica, que reco-
polftico, impide el desarrollo social al prc!cnder englf lnocnda la subord inación sistemática de los centros
en estado normal y pennancntc la struacton excepcto- -.,·cundarios a los principales.
nal y transitoria que ba provocado. Por ejemplo, pre- t ,a escuela crítica tiene empero el mérito indiscutible
senta al gobiemo como el enemigo de la sociedad, por J,· poner el acento en el progreso, en contrapunto con la
lo que tiende a despojarlo de atribuciones. El dogma ""i~tencia de In escuela retrógrada en el orden. Es
fundamental de esta escuela, en la que desempeñan un •keir. siendo el progreso para Comte aquello por lo que
papel fundamental los legistas y los literatos~ es la .oll!o viene de un estado concreto y va a otrO o a otros,
igualdad, íntimamente relacionado con el de la hbertad l.o verdadera estructura de todo estado de la reaUdad
ilimitada de conciencia. del que procede nccesanarnen- '"""'iste en la unidad entre orden y progreso, puesto
te la proclamación de la igualdad fundamental de las •tuc el espíritu humano está siempre en algún estado, en
inteligencias. Ese dogma no era menos necesario que el .tl)'.una unidad esrn•cturnda de orden y progreso, siendo
anterior para arrumbar el sistema feudal. Mas, arguye "" c•tado social la intrínseca unidad de las ideas en la
Comte sin pe~uicio del clet"CCho natural al escrupuloso ' i"C convergen los hombres de una sociedad: «No se
respet~ de los aspectos generales inherentes a la digni- l" "".lc establecer ningún orden legitimo ni, sobre todo,
dad del hombre, es evidente que los hombres no son ptto•de durar. si no es plenamente compatible con el pro-
idénticos entre sí, ni siquiera equivalentes o capaces de ¡l.n's\l : no ¡>O<Irá realizarse de manera eficaz ning(tn
poseer los mismos derechos de asociación. Además, la pm¡¡rcso, si no tiende finalm<mte a la evidente conci-
evolución de la civili zación - la división del trabajo- haciém del orden.»
desarrolla diferencias fundamentales, por lo que el dog- l .a escuela estacionttria era para Comte tma suerte
ma de la igualdad es profundamente anárquico. do· centrismo ecléctico, formado de restos de las otrns
Otros dogmas metafisicos son la soberanía popular, ""' escuelas, n cuyo descrédito debe su preponderan-
traSvase a los pueblos del derecho divino que tanto se '"" Carente de principios propios, se alimenta de los
ha reprochado a los reyes, y el dogma nacional. conse- «:tllttpáticos préstamos» que acepta de aquéllas. De ahi
cuencia asimismo del principio de la libertad ilimitada >ti carácter equívoco y ambiguo, que encubre la natura-
de conciencia en tanto, al disolver la autoridad univer- lw:t del connicto social.
sal espiritual que tenia el papado, aísla a los pueblos, al hta escuela profesa mantener lo esencial del anti-
mismo tiempo que la metafísica revolucionaria, al con- 11"" régimen, pero obstaculiza metódicamente sus coo-
sagrar el absolutismo del nacionalismo, añade OtrO gra- úicint1CS de existencia al adherirse a los principios de
ve obstáculo al trabajo de reorganizar la sociedad. Son In rovQiucionario, ul il i7~'tndolos como armas frente a la
muchas las inconsecuencias de la política de la escuela rctri>grada al mismo tiempo que obstaculiza su desano-
metafísica. Entre ellas, la doctrina del estado de natura-
ESTUDIO PREUMJNAR XJ(V

llo efectivo. Desdeñosa con las utopías, persigue la más vlnntl:o.lus principahncnte en tomo a la iglesia. susli-
quimérica de fijar la sociedad en una situa.ción contra- tui<1ns 1'"" el pm1icularísmo nacionalista, qucria acabar
dictoria entre la regresión y la regcneractón, entre el _.,,,.¡drculo vicioso que enfrentaba Jos panidarios del
orden y el progreso. Es um1 doctrina bastarda. cuyo ''"1''" n lns del progreso. En 18 19 había escrito a Vulat:
mét·ito estriba en mantener el orden matcnal md•spen- "1''"" w r¡;üenzn de los savtmts, hay que deci•· que, en
sable para realizar la tr-.utsición al estado positivo .. Do.c - ~·m·~<• l. los verdades políticas no son cultivadas por las
trina mixta es meritoria si se constdera transttona, ycul\',, más capaces». Comte echaba en falta la existen-
pues, como' definitiva, constituye un obstáculo directo ~iu de un régimen, y la escuela positiva obcdccia a la
a la reorganización social. ya que no catx: esperar nada ~cccsitlad palltica de una doctrina racional y completa
de ella constituyendo w1a grave aberractón, debtda al <•1""· de instituirlo en el tránsito de las viejas socieda·
esmdo 'de infancia de la ciencia social, su empeño en 1lcs a la sociedad industrial y se presentó en el campo
imponar el parlamentarismo . inglé~. Su méri!o princi- Jc h:ttalla armado con la filosofia positiva, consagran-
pal consiste en haber reconoctdo la •m~nancta de~?­ .~. "' vida a instituirla conforme al lema <<Saber para
ciliar el orden y el progreso para soluctonar la cuestton fl'"' ~m. imitación del «Saber es poden> del canciller
social, aunque no ha aponado nada. nuevo a su ~mdto, llnnm. el maestra de Hcbbes.
puesto que ni el parlamentaristM 01 la ~onarqma c~ns­ llay que admitir, con J. Marias. que ha sido Comte
titucional instituyen algo sóhdo. En uhtmo aoáhsts, ~1 l" '"'cro en tener ideas claras de la sociedad como
esta escuela representa, segim Comtc, la última fase de unu 1rnma de ideas que forman una unidad, aunque,
la política metafisica" . . .. ~uuvcucido del poder de las ideas, fuese un fanático de
La escuela positiva es, naturalmente, el .posmVlsmo, In tdl'ocracia, con el objetivo polemico, indepen-
la escuela de Comte un rom~nllco de la ctencta perte- dt<'lltcmente de sus exageraciones y extravios, de aca-
neciente por su ed~d y formación al Anti~uo Régi- bnc ,·un el desorden y In confusión existentes en la
men"; preocupado por la ruptu~a de la soctedad Y. la endcllud debido a lo concurrencia de sistemas de ideas
pérdida de los sentimientos untvcrsalcs comumtanos ~llllll':lplleStOS.
1 a lilosofia positiva parte, pues, de esa convicción,
n Comle. que siempre se cons1dcró n si cnismo u~ liberal. llama C.\¡>IICStll reiteradamente por SU inventor, de que <<nO se
esmciooarios o intennedJos a los lrboalr.J dOCinnanos, que afrorr ¡•u•••lc establecer ningún orden real, ni. sobre todo,
taban la imperiosa neces1dad de rcconctliar n una Franc:U. p~funda·
menle dividid> .., OO. (en puridad más de: dos). ~ cnn<2S. de dumdcro. si no es plerumeote compatible con el pro-
Comte reoogeo juicios corrienles en la f:poca con relac1on a los hbe-- 1!""'": que no se llevará a cabo ningún gran progreso si
roles, que fonnan parte de la mliSa de lu criticas ad,-.rsas al libe- "" licndc. a fin de cuentas, a la evidente consolidación
nolismo en general. Vid. L Ola del Coml. El libuali.tmo doctn· dd nrdcn»; palabro esta última que, en Comte, equivale
nario, lnstiruto de Esmcbos Pl>liljcos, Madrid. t 9~. Sobre el ~"" frcx:uencia a «comt.nidad>>. El positivismo es w1a
c:ouc:q>IO libel'&lismo, D. Negro. lA tmdiddn /i/J<,m/ y el Es!OJi;).
Unión Edilorial, Madrid. t99S. lilnsnlia cientifica desthada a orieo~ar la mareba de la
" A. Gérard, ~e positivisme drms le si~let), en VVAA, Auguste ~ucic<lad en el senrido necesario e inevi~able del pro-
Comse. Qui étet·\'OIIS?, La lr'llmufncmrc, Pari.s, 1988, p. 128. yresn consec·vando los sentimientos comunitarios. Res-

-
ES111DIO PRF11111MR XX VIl
XXVI DAU.UC/0 NEGRO I'Al'O.Y
nu. una teoría de su desenvolvimiento mediante una
pondicndo al hecho de que la sociedad es un sistema de , "'"i<lcración científica del problema social adecuada
ideas, hace del sistema un objetivo capaz de establecer pura consolidar el orden público y orientar las inteli-
el consenso general. ~··nó,L< a la acción colectiva en el sentido de la \'Crda-
Un sistema de ideas es para Comte el conjunto de tkm lihcrta<l que depende. según Comte, «del dcsarro-
conceptos, de modos de pensar y de ver, de ideas gene- lln¡:r.tdual de las facultades humanas». Pues la libertad
rales acerca de las cosas y los hombres. El sistema hace nn"i'tia para él «en una estricta sumisión mcioMl a la
que los hombres de una sociedad estén en un estado l''~l"'"derancia tinica, convenientemenle comprobada,
social determinado que hace posible la convivencia, ,Jr l,ts leyes ñmdamentales de la naturaleza, al abrigo
juslamcme en la medida en que con-sienten, o sea, en ole to11lo mando personal arbi trario»; en la práctica, en la
la medida en que hay con-senso. El eslado social, cuan- lq¡.ttunación de las promesas revolucionarias accpta-
do hay consenso, maneras de sentir y pensar comunes, l•ks ~i~otíficamente. La finalidad política o social (en
conslituyc una unidad organizada, un verdadero régi- •k ttnitiva, moral, ténninos los !res prácticamente sinó-
men, que rige la sociedad en canto que esas ideas tienen '" '""" para Comtc) de la escuela cm In pt-omoción de
vigencia, al ser su sistema una arliculación de conteni- In' ~·lascs inferiores.
dos habituales. no mera yuxtaposición, acumulación o
acoplomicnco de ideas. Por ende, si el orden social es
un sistema de ideas, no puede formarse y manlenerse IV 1.1\ CIUDAD DEL HOMBRE
ninguno sociedad real y compacta sin un sistema inte-
lectunJ integmdor de las lendencias individuales, tan t \unte fue un <<completettt» de la lluslrución, época
pronunciadas en el origen, y de hacerlas concurrir «en "" '1 "~ se afinu6 con el predominio de la moml el
un orden conscant·e)) 1". ll1111lu tle pensamiento ideológico. en la medida en que
Fundada la escuela posiliva en la c iencia, reconoce rm un ideólogo". /11 memc, apl icab<t sistemáticamente
Comtc lo que debe a las demás, en realidad a las dos In olist inción sansimoniana entre épocas orgánicas y
primeras, residuos de los anteriores eslados del espíri- ~1'"''"' críticas. ÉpoctJS orgánicas son aquellas, como
tu, pero con ánimo de sustituir definitivamente a Coda~. ln b lad Media, al menos según la imaginaban los
Su principio fundamental es, obviamente, el de combt· 1\ttnitllticos, en las que existe un consenso generado
nar el orden y el progreso"; es decir, la teoría del equi- cspuntúneamcnte, asentado en un s istema de ideas fuer-
librio vital de la sociedad y de la dinámica de la histo· Ir•. ''" creenc ias finncs que regulan la vida; regida, por
lp11tu. más que dirigida, a través de ellas, por un poder
,. VKI. J. Conde, «El giro ''po5itÍ\ista-...Jot . 1, e), pp. 241 ss. u ¡•intual asentado en élitcs vigorosas. Epocas poco
• l...a 1cka de cambinar el orden y el progreso era corriente en la
q,oca. El poeta S T Cotcricl¡:e. coni1M3dor de Burlce en pOiitica,
""'"id<nbo <>l<BO'i•• fundamenoalo.'S la «petmanoneia» y la «pTT- '' ('fr. F. Pian-et, Les ülbJiopn. Essal sur l'ltisttHIT dn ulén et
arniOO.. Vid 0 ~~. J.Jbntz/asmo )1 s«ta/ismo... ; rtcieotemcn~ .¡.,, tltt'flflt"S scielltif~q~~n. p/11/.osopldqua. wltg•~~s. tiC. tlf Fm~t­
te. M. M3r1ln<l. El p<man11mto polínoo de Samuel Taylor Colerid- •••lq>t~i• 1789. o-s Olms. Htldesh<om'NIIe\'1 Yorl:. V. t972.
8"· Euns3. Pomplona, 1995.
XXVU! DALM4CJONEG/IOPAV0N Est'UD/0 P/IEUM!NA R XX IX

dinámicas, prevalecen en ellas las tradiciones, los usos, r para Augusto Comte había Uegado la hora de cons-
las costumbres, la continuidad natural de las genera- ll uir la Ciudad del Hombre barruntada por los ilustra-
ciones, siendo muy lentos los cambios, pues e l orden, •lo~n, aunque nunca lo expresó así.
lo comunitado, prevalece sobre el progreso, lo societa- l'ormaba parte del programa ilustrado reorganizar la
rio. Épocas críticas son, en cambio, aquellas, como la ·.udedad según pautas (morales) racionales. Los
Moderna ~ue CLllminó en la revolución de 1789-, ' " '·dios favoritos solian ser dos: o bien imponer poco a
en que las creencias son débiles, están menos arrai- l'""o una nueva moralidad racional, pareja al sistema
gadas, tendiendo a prevalecer lo que llamaba Ortega ,¡,. la mecánica de Newton, por supuesto <<sin el Dios de
<<ideas ocurrencia>>, alterándose continuamente la sen- N,·wtom>" , que refor mase interiormente a los hombres
s ibilidad de las generaciones. En esas épocas predomi- """liante la pedagogí" adecuada. tal como preferían Jos
na, o se tiene esa impresión, el progreso sobre el orden. dISCÍpulos de Condillac motejados por N"poleón de
Son épocas desorientadas, más o menos caóticas debi- ideólogos, o bien proceder más superficialmente, revo-
do a la falta de una autoridad espiritual. Las primeras J.,,:ionariamente, imponiendo un nuevo contrato de
suelen ser de más larga duración; las segundas, más ,,.r,ndación, no ya del Estado s ino de la sociedad.
breves, sacudidas por crisis sucesivas hasta que sobre- Ht>IISSe.au, una de las bestias negras de Comte, dio
viene el cambio histórico. Y, para Comte, la Gran , ;.,,ultáneamente la idea de ambos métodos, e l del Emi-
Revolución no había sido sólo una crisis sino un cam- "" y el de El controlo social, respectivamente. Aunque
bio histórico radical, en el que dio comienzo la emanci- h ovn alguna participación activa en la política concreta
pación definitiva de la Humanidad, con mayúscula y en ,., •mo republicano, Comte se mantuvo alejado de ella,
abstracto, puesto que «el hombre propiamente dicho no lu11 itándose a aprovechar la situación Jatentemcnte
es más que una abstracción; real es sólo la hmnanidad>>. rcvulucionaria para propagar sus ideas, en cierto modo
Idea prometeica que no era excJuSÍ\"d de Comte, pues la ru1110 en el Emilio, aunque mucho más radicalmente,
idea de la emancipación del Hombre, origen del modo puesto que no se limitaba a educar los sentimientos
de pensamiento ideológico, fue uno de los grandes individuales sino que aspiraba a inculcar colectivamen-
temas de Ja Ilustración. Es lo que quería decir al a fir- te la ciencia, que no se pierde en la retódca de las opi-
mar que la filoso fía positiva, «eotemmente desprendida niones caracteristica de las revoluciones, en forma de
de la alianza teológica y metafísica que había alterado du¡;mas de carácter religioso.
más o menos hasta entonces el carácter de las teorías El tema de la emancipación de los phi/osophes
naturales>>. tenía su origen directo en <dos preceptos de dieciochescos a¡¡itó a l romanticismo. L.a llustración
Bacon», en <das concepciones de Descartes», del que
Comte se decía expresamente <<completeum, y en «los ·· Vid. C. L. Becker. La Ciudad de Dios del siglo XYI/1, tn'ld. de
descubrimientos de Galileo». Como la acción personal ,1 e 'arn~r. Fondo de Cultura Econónlica, Mé:xico, L943. Cfr. P. Gay,
1¡,,. Hnlikhlenment. Anlnterpretalion. 1: The Rise ojl&·fodern Paga·
del hombre sobre los demás seres es «la única cuyo tfhm. Wildwood Housc., Lo11dres, l973.
modo comprende, por el sentimiento que tiene de ella», '' Vil!. P. Gay. 7'M Enlightenment. An lnferpretatlon. 2: The
lo más propio del hombre es constr uir su propia ciudad. .~ ·hwc•• ·~~{Frtedom, (((, 3. 2,pp. 140ss.
XXX DALMACIO NEGRO PAV0N
EStUDJOPRELIMINAk XXXI
pensaba en la emancipación individual como en el
Emilio. Comte, más ambicioso, no se ~onfonnó con id<:as sociali~adoras, por ser la sociedad un s istema de
colectivizada aplicándola a las nociones como la Gran 1dcas. Comte hubiera dicho que los cambios históricos
Revolución, () a las c lases, como el socialismo, sino hruscos son accidentales, pertenecen a la mera I>OIIti·
que la repensó parn la Humanidad entera. Concibió la '"· son cosa de individuos iguorantes. Pues a la histo·
emancipación como la liberación inevitable de todas " " comteana no le interesan tanto las variaciones y las
1~ trnbas no científicas de la conciencia, pues no con·
>u1uuras como la continuidad, la progresión matcmáti·
stderaba trabas las inhenentcs a la Of'8anización nece- • ·'· por decirlo así, de las nelaciones comunitarias for·
sana del nuevo estado de la sociedad acorde con la mando una cadena sin fm, cuyo portador son las gene-
'"done.~. En cUas tienen lugar las variaciones
ciencia, aunque por ello fue considerndo por muchos,
como su disclpulo Stuart Mili", un liberticida. En ,.,·nerales en las ideas y, al ser la sociedad una trama de
palabras de P. Manent, emparejando a Comte y a 1<i<:as que se van entremezclando y condensando como
Marx, para ellos, <<el orden humano satisfactorio y jus· nl.'Cncias, coda vez tienen más peso las generaciones
to es !ilenos la obra de la 1ibertad que el efecto de la p:•:-..adas: «los vivos están siempre, y cada vez. mñs,
necesidad actuando en la historia y en la sociedad>>". ¡:<>hcrnados por los muertos: tal es la ley fundamental
La hbertad co nsiste en acomodarse a la inexorabilidad okl orden humano~>.
de la lógica de la necesidad histórica. La Historia es el La madure>. alcanzada por las ciencias naturales,
¡:tan demiurgo y su instrumento la ciencia, más irresis· ··uyn sistema consideraba Comte ya prácticamente aca-
ttblc que el poder. hadn, sin perjuicio de IJrogresos secundarios, sobre
Es decir, Comte no esperaba la construcción de la t..tJ,, en fisiología, permitía la constituc ión de la socio·
Ciudad del Hombre de la libenad, s ino de la obedien· l..¡•.ia como ciencia del consens11s, que baria coincidir
cia inteligente al determini~mo de la libertad social· o 1'·""' la eternidad la <<marcha dogmática>> con la <onar-
sea~ de la comprensión científica de la naturaleza la d; cha histórica~>. Y, como solia decir que <<en cuestiones
dt· .:icncia no hay libertad de conciencia>>, sino demos-
soctedad según la historia. Bien entendido que lo que
prueba la verdad es la historia de las ciencias la «mar· tr:u·innes y pruebas, acudió a la lústoria, interpnetada
cba dogmática» del espíritu humano. que no' coincide run c'5píritu matemático, buscando el arsenal de argu-
exactamente con la «marcha histórica». Por eso la ver· lll<'lltOS que necesitaba.
dadera lústoria era paro Comtc la «historia abs;racta» <'nn ese propósito, Comte, que, efectivamente, ra.to·
l'histoire san~ nonrs, historia sin nombres propio~ oaha y escribía como un matemático criticando con
moVIda exclusl\'amentc por el dinamismo de las fuer- dnw1a «1'esprit de tlétail» (el espíritu detallista) de sus
C<lllte~npor:ineos. puso de manifiesto su capacidad y su
zas sociales: la historia social como historia de las
Vlltll'lasmo por «/ 'esprit tl'ensemble» (el espíritu de
voujnnto), concibiendo sintesis como las de Aprecie•·
a-. Vid. De Mili, AuguM(J Comte y el po.tltil·ismo. cd. de D. Negro, ¡•/liu .wmwria del pasado moderno, tan asombrosas y
Ag.udar, B uenosA i r~s. 1972.
u La r:iJé de l'homme, f~ayard, Puris, 1994.2. 11, p. 75.
pv<.lemsas que deslumbmn al lector. Volviendo a la
oompamción con Hegel, a quien se ha acusado de bis·
ESTUDIOPREU.lfLVAR XXXIII

toricista esencialista, Comtc lo es mucho más radical- • wno a ser para él, muy próximo en esto a Schelling, el
mente" . l'rl:o tn del uprisiooumjemo del espíritu humano por la
A f~n de reorganizar la sociedad, cosa que no se le N111uralc<a y de su liberación hasta ser pura historia del
ocurno a Hegel, reorganizó la historia de manera que to.,pi ritu humano.
llevase al pnnto deseado. Historiu y Sociedad son en
su SIStema parte de la misma realidad ontológica, Jo so-
Cial, s1endo la Soc1edad lo cstút ico; lo histórico la \' EL CONSENSUSCIENTfF1CISTA
Historia, lo dinámico. Y, como la religión es el ti~ de
crce~c1a dogmáti~a indispensable para el consenso, 1 Jn motivo de la ruptura de Comtc con Saint-Simon
~ns1deraba rrrebg1osas todas las religiones, al ser h:ohio consistido en que rechazaba «panicipar en la
m~paces de re~tablecerlo en el estado positivo de la l.thricación de ninguna nueva religióiD>. Era <<Una men-
socuxl~d mdusmal por penenecer a otros tiempos. Su h' ··icntilica a ultrann, tr.tbajada, al mismo tiempo, por
Rebgton de la Humanidad obedece al propÓsito de ""·' •·ocación profwtdamente mística>>" , cuya intención
supe_rar tanto el ateísmo como cualquier religión ,.,...,istía, según su gran biógrafo Heori Gouhier, en
medtante el culto al Gnm-Ser. «inmenso organismo», .. ,¡,._-,cubrir un hombre sin señales de Dios». Esmba
resultante en su connnuo devenir de la Sociedad y de "'"csionado por superar el ateísmo, que, deda en el
la Historia. ' '"'curso preliminar al Systeme de polítíque posíríve.
Se suele decir qt1c el inmanentismo moderno culmi- ·~u, ... es más que una cm~mcipación insuficiente, ya quo
na con Hegel. Pero Comtc desvinculó la Sociedad de la ll<'ll <le a prolongar indefinidamente el estadio metnfi-
Naturaleza, ootologizúndola para superdr la Gran Tría- '"'"», po1· lo que <dos ateos persistentes pueden ser
da. El voluntarismo intelectualista llegó así a su apo- «•nsiderndos como Jos mils inconsecuentes de los teó-
teOSIS, como seguramente hubiera quedado patente en ln¡•os. dado que t>crsiguen las misma.~ cuestiones re-
su proyectado Trotado de la acci6n hw11011a sobre el chazando el ünico método adecuado>>" .
planeta de haber llegado a escribirlo. <'ambió de actitud ante la religión por diversos moti-
Deslumbrado por el éxito de la industria -la ciencia ""'· entre ellos el darse cuenta de que la organi7ación
aplicada-, conSJituyc la filosofia de Comte un intento l•"itiviJ.ta de la sociedad, cuyos elementos o aspectos son
~e emancipar también al hombre de la naturaleza, puncipios intelectuales. ideas, opiniones, convicciones,
mclwda la suya propia, la naturaleza humana redu- M'ntimientos, afectos. ideas morales, costumbres, poderes
ciéndola a su espíritu. Toda la historia fáctica o ~arural ~ instimciones y. en rm, elementos materiales. exigia un
""'-'VO consenso. basado en el sentimiento, en lugar de In
k. como vínculo, a fin de establecer el orden en la nueva
. • El «holismo» de Com1e H tal, que sq.u11mente por eso O. H.
F1scbcr,só1~ Jo rnencloo~ un3 vez. tratnndo de Hegel. 't enrre los J. Fuc:yo, op. cit.. •L• sociedad como /ogOS»,Ill, 2, p. 166.
«metahtstonadorcS» que tncurren en esa falacm. 11/storlan's Falla- ' 0.11vn:s, vol. VIl, Anlhropos. Paris, 1969. Disc. Prél. 1, pp.
eles. Towards a lngic of Hi.storlcol n1ouglu, Roulledge & Kegao "'" ..as. V1d. el eorncnta.rto de H. de lubac. E:/ drama de/ humamsmo
Londres. J971. ' "''"· En<:ucntro, Madrid, t990. 2:, 1, 111, pp. 113 ss.
XXXIV I>AL \ lACIO NEGRO /'AI'Ó.V ESTtVJOI'RJ.WifNAR XXXV

Ciudad. No necesitaba una teología, concepto que recusa- 111enle positivO)>" . Es111do definitivo en el que reinaría
ba, sino integmr los espíritus, universalizarlos mediante l;t neutralidad más absoluta, prec•sarneme porque el
una religión que superase la ana!tfuia objetivando el sub- ll(~mbrc un ser altruista por su carticter abso lutamcnte
jetivismo. Rehgión que, para ser universal, tenia que ser ,ocia!, ~n la búsqueda de la verdadera «rct.igión. ~ivcr­
científica, o sea, ni natural ni sobrenatural. si bien la fe sal>>, se hace, seg(m Comte, «cada vez mas rehg.•oso~>,
posilivista tendría que descansar en el scntimicnlo. más comunitario.
Aunque la religión cientificista le fue inspirada a En la sociedad indusrrial positivista, en tanto Ciudad
Augusto Comtc, a la ve-¿ Juan Dautista y Jc;.ús, profeta del Hombre, puesto que descansa en el con¡x;imicmo
y mesías de la Humanidad. por el Gran-Ser. el descu- científico como conocimiento cxclusivame~te humano,
brimiento del amor cuando conoció a Clotrlde de Vaux una suerte de autorrevelación del Grrmd-Erre a través
hizo el resto. Com1c decretó como dogma fundamental de la conciencia colectiva -la voz de la naturaleza
de su religión «el Amor por principio, el O•·den como como mlonré générale, de Rousscau completamente
base, y el Progreso como fin>•. mundani1Á1da- desaparece hasta el ateísmo. El «nuevo
Era un gnóstico ultrarradical. al que se le puede atri- Gran-Sem escribió Comte en el S}'SJeme de plrilo.•o-
buir lo que dice 11. Blumcnbcrg frente a la 1oología polí- phie po.ritit·e. <<llO supo?e~ como el antiguo. una abs-
tica y la concepción de la secularización de C. Schmilt: tracción pummentc subJCIIva. Al contrano, su n¡x;•ón
la modernidad se caracte1iza por la mundani1.ación por resullll de una exacta apreciación objetiva; pues el hom-
medio de la escatología en vez de por la mundanización bre propiame111e dicho no existe mi\s que: en e\.ce~ebro
de la escatología segun la descripeión schmiuiana de la demasiado abstracto de nuestros mctahstcos •. En el
teología política". Es decir, aunque se reconozca la fondo, no hay real nada más que la humanidad, au.n<Jue
fihación de Joaquín de Fiorc en la filosofia comteana la complicación de su naruralC"¿a nos haya prohtb1do
de la llistoria '", esta última nlcanza un grndo tal de hasta ahora sistemut izar la noción, tCrmmo necesano
secularización, que se trnns forma en lo que el teólogo de nuest.ra iniciación científica. Esta cíhima apreciación
protesmme F. Gogarten llamó «secularismm>, pues conduce a completar la concepción sistemática del Ser-
te\'uelve los conceptos teológicos secularizados contra Supremo distinguiendo dos órdenes de funciOne• fun-
la religión. El propio Com1c mencionó como necesario damentales. unas de actividad [la política), otras de
un cuarto estado completamente rnundanizado, en el ligazón (liaison) [el conse11sus]>1. E~ Gran-~er· es,
que el espíritu se liberaría de la misma ciencia, «igual simplemente, lo uno y, por eso, l :• .l~orra comtean~ de
que se ha liberado de la ootologla y de la teología>>. Así la religión se titula «teoría postuva de la umdad
pues, comentaba H. de Lubac, el estadio científico no
es rnás que <run primer paso hacia el es1ado verdadera-
'' Vid. H.deLubac.E/druma... . 2.', l,l,p.lO l.
!"1 Die Legill'mítlit der Neuz.eit. Suhrkltlflp, FroncfOI'I de M., '1 Sobrt lo que llamó C. S. Lcwis \de. :t"?lici6n del h.ombre)>,
1988. 1, IV, p. 46. ljtulondo as\ uno de sus e;;cl'itos. en Com1c. \'Id. E. Voegc:hn, Fi_tlm
)11 H. de Lub~• c. Ltl plJSteridatl eaplriwa/ de Jooqm'n de F;ore. H. t:1¡/~igluenmtm to R f!l.'OIUIIOIJ, VI. Voegclin presenta su pcnsam•-en-
Encuentro, Madrid. 1989. to como ••1apo<:alipsos del llocnbre•.
F.STUDJOI'RoUMJNAR xxxvn
XXXVI 0.4/.MAC/ONf:ORO P.<VÓN

Mientras tamo, co.mo la historia demuestra -según


humanO>>". La verdadera religión universal fuente y un le><to del . postenor Catecismo fX'siti••isto-, que
condición del consenso universal. <<mngu~a soetedad ha podido conservarse y desarro-
En el estado de plenitud, regido por ese <<inmenso llarse sm alguna forma de sacerdocio», esta «religión
organismo» cspiritunl, los que son todavía «esclavos de fmah> necestta un ~dcr espiritual confígurddo como
Dios» serán (<servidores de la 11 umanidad>>. Tal estado uo <<saccrdoeto postltvo», «sistemático" y <<regenera-
es la Ciudad del Hombre, cuyo Centro, el Gran-Ser, doro, al qu~ dedicó otro opúsculo juvenil, las famosas
inexistente al principio, se constimye históricamente Constderactolles sobre el po<ler espirimal (1826). Tal
como emanación de la Sociedad, de la sociabilidad coll!o aparece ya en e l Plan, stempre había sentido y le
naturnl del ser humano; no de abajo arriba, sino en sen- habta preocupado la necesidad de ese «poder moral» si
tido horizontal. Pues esta Ciudad no descansa en la bten, por e l momento, únicamente como el instrwnc~to
Naturnleza ni en la trnnscendencia apoyándose en si capaz de adaptar el estado de cosas a <da marcha natu-
misma, en su propta Historia, que la va reali1ando. Es ral de la ~zón pública>>. Es decir, como un instrumento
una Ciudad que no está arriba, en el cielo. ni abajo, en de la sabtduria (sages.se) que emana de la sociedad,
la tierra, sino que se constituye desarrollándose hori- que! un? vez. positiviznda por la filoso na - la suprema
zontalmente a lo largo de la historia. sabtduna umversal permanentemente actualizada- da
Regida por el espíritn científico, hasta la culmra su ~nte~ido a. la sabiduría universal que orienta a' tos
estaría neutralizada. Pues en la Ciudad Industrial desa- espmtns tlu~trandolos a través del sacerdocio positivis-
parecen todas las oposiciones y contradicciones, al ta Y prom?vtendo la adhesión general. Poder encargado
final incluso las intelecmales, es decir, científicas, de. revt tah~.ar permanentemente el consenso, los senti-
siendo, por tanto, absolutamente neutml, realiz:l<tdose ~llent~s e tdeas com~llitari~s, cuya nalllrnleza no ex ige
el ideal moderno de la neutralidad de lo Político, tal sólo la concurrencia de mtereses. sino también el
como caracterizaron al Estndo Sodino y, sobre todo, gobie~o, la ex.istencia de suficientes sentimientos de
Hobbes, quien lo concibió como Estado de Paz. Una stmpatta, como decía Hume, y la aceptación de deter-
diferencia es que Comte lo concibe como un Estado- mmadas nociOnes fundamentales, de ideas especial-
Ciudad para toda la humanidad, es decir, no parricula· mente fuertes, dogmas soctales, «iliées-mércs>> posi-
rista, sino universal y comtmitario como la Iglesia, tivas.
transformada en un Estado Político Científico absoluta- El poder espiritual, apane de su necesidad empírica
mente objetivo, cuya clave es la Religión de la Huma- para establecer la unidad indispensable en tomo a la
nidad, descrita por Th. Huxley como «catolicismo verdad. es también un medio para evitar el recurso u la
menos cristianismo"· Una religión cientificístu, organi- fuerza . Pues Comte, que no esperaba de la libet·tad que
zada según el modelo de la Iglesia católica, en la que el organtzJtse esponláoeumente la sociedad seg(m la cien-
hombre se adora únicamente a sí mismo en el cspírino cta, tampoco pretendió jamás la util ización de la fuer-
del Hombre haciéndose cada veJ. más religioso. za. A ~ d~ cier1:1s veleidades oponunistas. pen-
sando en st nusmo como un filósofo rey platónico,
n Cfr. J. M.' Petit-SuUa. op. C'il.. VI .
XXXVlll DALMAC/0 NEGRO P.4VÓN liSTUDIO f>REL!MIIWI XXXIX \1'
confiaba exclusivamente en el poder de la inteligencia, na noción de derecho, fundado sobre la individualidad.
ilustrada en e l conocimiento del sentido de la historia y Sin embargo, a pesar de sn profundo revolucionarismo,
educada amorosamente por el poder espiritual formado Comte era conservador en dos puntos: en la sociedad
por los más capaces. Pues, a diferencia de su maestro industrial positiva, entre la Humaoidad, el organismo
Descartes, tampoco creía en la igualdad intelectual; pensante, y· el individuo, a través del cual razona la
pensaba que la mayo.r ía de los hombres son poco capa- Humanidad como especie, mediarían la familia, una
ces intelectualmente, pero están predispuestos a creer y comunidad en la que corresponde el papel principal a la
a obedecer. Para Augusto Comte, el estado normal del mujer, por ser más senti mental y, por tanto, más inte-
hombre es el dogmatismo y, por consiguiente, la orga- gradora que e l hombre, y la patria.
nización del nuevo estado social sólo requería un sacer- Comte se propuso romanticamente reorganizar
docio capaz de ganar a la mayoría mediante las demos- mediante la. ciencia la sociedad de su tiempo, en la que
traciones adecuadas para inculcarle la verdad -la fe se había roto el consenso y desaparecido la comunidad
positivista-- y mantenerla en ella" . debido a la. revolución política y la industrialización.
A este fin fundó la filosolia positiva en sustitución de
la metafisica, y con ella la nueva ciencia social, la
VI. CONCLUSIÓN sociología, destinada a eliminar a la política propia-
mente dicha en e l nuevo estado positivo de la Humani-
Una paradoja del pensamiento comteano, enemigo dad, del mismo modo que la desacralizada religión de
acérrimo del protestantismo, a l que achacaba la pérdida la humanidad sustituye a las religiones, en su opinión,
de Jos sentimientos comunitarios, pero a l que se debe, restos de u n pasado superado. Tnspirado quizá por
en último análisis, la primac ía de la moral sobre la reli- Kant, Comte intentó reducil' la metafisica a una moral
gión, consiste en que: su sociolatría subordina todo a la científica, la politica a una moral social y la religión a
moral imitando «el admirable programa de la Edad una moral formal. La moral comteana, saber relativista
Media>>. Pues la moral positiva consiste <<en hacer pre- pero formalmente absoluto, de lo social, lo político y lo
valecer de manera grddual la sociabilidad sobre la per- religioso, se manifiesta en el cientificismo política-
sonalidad», del mismo modo en que la Iglesia había mente corre cto que propugna la neutralidad total. No
civilizado aquella época mediante la religión. Por eso e l resulta dificil reconocer el espíritu del comtismo en el
moralismo positiv ista <<no reconoce otro derecho que e l Zeitgcist d<: nuestro tiempo.
de cumplir siempre con su deber [ ... ]. El pos itivismo
sólo admite deberes en todo y para con todos ( ... ]>>. Su
punto de vista, siempre social, no puede admitir ningu- BIBLIOGRAFÍA
J4 Son muy conocidos los episodios de sus carlas el ~..ár de Rusia t. DECOMt· E
y a) g.tmera1 de los jesuitas proponiéndoles aliarse con los positivis-
tas. Estaba seguro de qt•e~ si se oonvirtieseo los dirigentes. lo harían La edición Jmih; comp-leta de $ US c:;tritos C$ Oeuvres, Anth.ropos. Parí~
los pueblos. 1968-1970, rcedkión de las ediciones publicadas por el propio Comtc.
XL lW..l/AC/01/EGROPAYÓV

Pósalrn:amentc han sido publicacbs las si~1es;

- Tt.UD~W~ll d 'A-zwte Co.o.ue a\W' In dot:.vmnts qw1 s)' ruppon~nt.


piku )1411/lCGtr'ws. prlbe$ quottdU~IIM$. COnfonions OltffJie/Jes,
~ llt'ff MlllL <k l&wx, 10 rue Monsic:ur le Prince.
Plris, 1884.
c-,><Wkn« Kn.irol• t't coof-iQ.u, 8 vols. En diversas edilo-
rial<s. Paris. 1973-1990.

11. SOBIUl COMTE


Ack..'1'1'\Í.J de la ind•cad.l en el l!g:udio prehmuu.r:

AL.tM.tn', F.: Enalllistorlque t'l aitit,¡ue sur la sodoiPgie e-hez Auguste


PLAN DE LOS TRABAJOS
Cumte. Slttkanc, P,a_r(s, rcimp-. 1984. ClENTÍFlCOS NECESARTOS
AR'lAI..D. P.; U t~.Noureuu Dü•u». priJiminaifl' d la politrque positil:e,
V1·in. Par(s. 1973. PARA R.EORGANJZAR
ATS'NCIA PAr.z, t•. : PrJ,\'ttNJ.vmn. mnajisica J' filnsofla de Jo
den® en
Aug1t.WtJ CfJmUr, Univcn;itl~•d de Máhaga, Málaga, 1990. LA SOCIEDAD
F't:IUI.AI«lll 1, t'.: Uní: théQitiJ..rfe ¡KJur athiet.·, Libmirie des MCndiens,
l'uris. 1984.
fRCUNI), J.; n·Augusu• ComU•ti Mar Jl~her, Economica, Par[s. 1982. Mayo de 1822
FRJCK. J. P.: AIIJ:I,,\'te Crume et lt1 ,.;pJtb/i<¡m: positive, Presses Uni\'ersi-
uurcs de Nnncy, Nnncy, 1990.
PRVlO!). E.: /Á, Sor/()/01(/a pQ.ritivlsta de A11gusto Comte, l'n.o¡tituto
Social l..<óro XII I, Ma<lrict s.d.
OILSON, 1!.: l.ns nl(.'tumoifo\'l,t d.: fu Ciudtld de Dms, RiaJp, Madrid,
1965.
OOOHit!.lt, R.: Lcr ¡JMio..\upJu'e d'Augu.s1e Comte, Vrin, Pruis. re-imp.,
1987,
OR.ANOI!. J.: Lct pltllo.'lophil' d 'tfugu.ue Conrt~. Scitflce, polilique, rc/i.
Slon. PUP, Pa<f$, 1996.
LUOM., 11. de: Lo povtel'lcltllf tsp;ritltal de .kxiquín Je Piore. 2 vols.,
Encucnlro. Mudnd. 1989.
MUC..U.Y~I. 1.: Augu.m.t Comte, un phltO:iOplre pour ~ t~mps, Kuné,
P•rb, 1995.
NISBl:r. R.: /.u .}'onHut•ifÑI de/ ¡N!IUllllli~ttf() St>CIO/ógico, Amorrortu,
Bucno5 Ai~s. 1969.
- llutona de /u lcku de progn:to, Gedisa, Barcelona, 1980.
Ptc1.0t'IO. M.: Augu.tt' Colfltc-, a1t /tueUf!dUo/ Biogruplty. Cambridge
Uni•'<NIY Press. CarnbndF. 1993.
Tocr, P. t.. mlr«oo cM.fUi<or-.Aubier. Paris. 1989.
WOL.I.... Sh S Política ,. pns¡wt:tl•'O. ClHftinuadod y combio rlf. r/
~lf,j.QJrU4'ntD po/lrfco «:nckttTtd. Amorrortu. 8oenos Aires, 1973.
/

INfRODUCCIÓN

Un sistema social que se extingue, un nuevo sistema


•tooc ha nlcaruado MI complem madure-¿ y que ti:nde a
mnsliruirse: tal es el carácter fundamental asignado a
l.oépoca actual por la marcha general de la civilización.
' \mfonnc a estc estado de cosas, hoy ag.itan In socie-
ol.~tl dos movimientos de distinm naturaleza: el WlO, de
"' '">rgnnización; el otro, de reorganización. Mediante
1'1 primero, consrderado uisladamente, es arl'l!Stmda
hacia una profunda :marqula moral y política que pare-
,.,. :uncnozal'la con una próxima e inevitable disolución.
Mediante el segundo, es conducida hacia el estado
""' ial definitivo de la especie humana, el que más con-
vi.·nc n su natura leza, aquel en el que todos sus rnedios
•k prosperidad deben alcanzar su máximo desarrollo y
.,, aplicación más directa. La grao crisis que afec1a a
Ja, naciones más civilizadas consiste en la coexisrencia
,,,. estas dos tendencias opuestas. Para comprenderla,
ok he ser cons rderada bajo este doble aspec10.
Desde el momento en que comenzó a manifestarse
"''" crisis hasta el presente, ha dominado la tendencia a
la d~sorganización del viejo sistema o, más bien, es

(3]
4 AUWSTO COM'n PLAN Oé WS TRABAJOS CIENTIFICOS S

todavía la t\nica que se ha pronunciado claramente. Los múltiples y continuados esfuerzos hechos por
EsL1ba en la naturaleza de los cosas que la crisis lus pueblos y los reyes para reorganizar la sociedad
comenzase así, de modo que esto om útil pal'a que el pruebun que es genentlmente sentida la necesidad de
viejo sistema fuera modificado lo suficientemente ~stu reorganización. Pero sólo lo es, por una y otra
como para permitir proceder directamente ¡t la fonna- pa rte, de manera v-dga e imprecisa. Estos dos tipos de
c ión del nuevo. '11tentos, aunque opuestos, están igualmente viciados
Pero hoy en día, cuando esta condición ha sido ple- hujo las diferentes relaciones. Hasta el momento no han
namente satisfecha, de modo que el sistema feudal y nbtenido ningún resultado verdaderamente orgánico, y
teológico está tan atenuado que puede seguir existiendo "" serán nunca capaces de obtenerlo. Lejos de tender a
basta que el nuevo sistema comience a establecerse, la .lc:tbar con la cri.sis, contribuyen a prolongarla. Tal es la
preponderancia que conserva aún la tendencia crítica verdadera causa que, a pesar de tamos esfuerzos la
constiruye el obstáculo más grande para el progreso de mantiene presa de las revoluciones al retener o la SO::ie-
la civilización, e incluso para la destrucción del viejo .tad en la dirección crítica.
sistema. Ella es la causa primera de las terribles y cons- Pam establecer este aserto fundamental, basta con
tantes sacudidas que acompañan a la crisis. ··eh~~ un ojeada general sobre los intentos de reorgani-
La úrtica manera de poner término n esta s ituación tacton cmprendtdos por los reyes y por los pueblos.
tempestuosa, de detener la anarquía que invade día a El error cometido por los reyes es el más fácil de
día la sociedad, en una palabra, de reducir la crisis a tm ··aptar. La reorganización de la sociedad consiste para
simple movim iento moral. consiste en determinar a las d ios en e l restablecimiento puro y simple del s istema
naciones civilizadas a abandonar la dirección crítica a lcudal y teológico eu toda su plenitud. En su opinión,
fin de que tomen la dirección orgánica, en orient;>r "" hay otro medio de detener la anarquía rcsuhímtc do
todos sus esfuerzos hacia In formación del nuevo s iste· la decadencia de ese s istema.
ma social, objeto definitivo de la crisis, con relación al . Seria t>?co. filosófico cons iderar esta opinión como
cual todo lo que se ha realizado hasta el presente no es ,llctada pnnctpa lmeote por e l interés particular de los
mas que preparatorio. ¡•,nl>emantes. Por muy quimérica que sea, ha debido
Tal es la primera necesidad de la época actual. Tal es pt\.'SCnlárscles de fonna natural a los espírirus que bus-
también, en resumen, el fin general de mis trabajos, y '''"' de buena fe un remedio para la crisis acrual y que
el fin especial de este escrito. que tiene por objeto "cnt~n. en lodo su alcance, la necesidad de una reorga-
poner en juego las fuerzas que ban de poner a la socie- ""actón; pero como no ban considerado la marcha
dad en el camino del nuevo sistema. ¡:cncral de la civiliación, al no tener en cuenta el pre-
Como es narural, a la exposición de los medíos a ><'ll!C estado de cosas más que bajo un único aspecto.
emplear para hacer tomar a la sociedad semejante nu se aperciben de la tendencia de la sociedad a ~ta­
dirección, debe preceder un escueto examen de las cau- hlccer un nuc:vo s istema más perfecto y oo menos con-
sas que la han impedido hasta el presente, y la impideo s~<tcntc que e l antiguo. En una palabra, es naruml que
aún, adoptar francamente la clírccción orgártica. <·sta manera de entender e l asunto sea la pro¡Jin de los
6 AUGVS1V COMTE PUN DE: !..OS 1/U.!JAJOS cu;NTIFICOS... 7

gobernantes; pues, dado el punto de viSI<l en que se l'¡oru lograrlo no habría más remedio que e liminar
sitúan, sienten necesariamente y con más evidencia .el """ a uno todos los desenvolvimientos de la civíli-
estado anárquico de lu sociedad y, en consecuencta, , ' ".:iún que provocaron esas pérdidas.
experimentan con más fuerza In necesidad de ponerle 1\si, por ejemplo, supondríamos vanamente que ha
remedio. ·.~olo destruida la filosofía del s iglo xvu. causa directo,
o es éste el lugar adecuado para ins istir sobre el .1.·-.le el punto de vista espirinoal, de la calda del viejo
absurdo manifiesto de una opinoón de este tipo. Hoy en '·"t~ma. si no diésemos también por supuesta la abolí-
dia es reconocido universalmente por la masa de los "'"' de la Reforma del XVI, de la que la filosofía del
hombres ilustrados. Sin duda, los reyes. al intentar "1!'" pasado no es más que consecuencia y desarrollo.
reconSU"UÍr el viejo sistema. no comprenden en absolu- 1\·m como la reforma de Lutero no es. a su ve¿, m~•
to la naturaleza de la cnsis actual y no ban medido el •ruc el resultado necesario del progreso de las cicocias
alcance de su empresa. ,,,. nbscrvación introducid as en Europa pOr los árdbes.
La caída del sistema feudal y teológico no se debe en ''""JlOCO se habría logrado asegurar el restablecimicollo
modo alguno. según creen, a causas recientes. aisladas, •kl vtcjo sis1ema sin eliminar las ciencias positivas.
y en cierta forolla accidenta les. En lugar de ser el efec- 1'11r lo mismo, desde el pwl!o de vista temporal, se-
to. constituye, por el contrario, el principio de la crisis. ' iamos conducidos poco a poco a devolver a las cluscs
La decadencia de este sistema ha venido efectuándose uu lustl'ia lcs al estado ele ~ervidumbre, ya que la causa
progresivamente dumnte los siglos tlrecedcntes, a catosa 1" ooucm y general de la decadencia del sistema feudul
de una serie de modificaciones independientes de toda ,.,, ~n último análi sis, la liberación de las comunas. En
voluntad humana, a las que han contribuido todas las 1"'· para terminar de caracterizar semejan.te empresa,
clases de la sociedad. y cuyos primeros agentes o más 11 "' haber vencido tantas dificultades, al considerar la
ardiemes promotores han sido a menudo los mismos " "'IIOr aisladamente, se cae en la cuenta de que ésta se
reyes. Ha sido. en una palabro. la consecuencia necesa- o•u,·uentra pOr encima de todo poder humano. y, puesto
ria de la marcha de la eh ilización. 4'"' no se hn extinguido el principio de civilización pro-
J'or ende, para restablecer el SÍStema antiguo, DO bas- il""iva inherente a la naturaleza de la especie humana,
taría con bacer retroceder a lo sociedad hasta la época •1'"' no se ha logrado más que aplazar la caída definíti-
en que comenzó a manifestarse la crisis actual. Pues ' ' ' <lcl viejo sistema, obligando a la sociedad a reco-
admitiendo que se lograse, cosa completamente impo- tu•·nar la destrucción.
sible tan sólo se habría vuellll a colocar el cuerpo hvidentemente, un proyeclll tan monstruoso no ha
soci~l eo la s ituación en que hubo de estar para que 1••li(lo ser concebido en s u totalíd.,d por cabeza a lgu-
comcn1-ara la crisis. Seria, ¡¡or tanto, necesario que, al na. tanto a causa de su amplitud como por lo absurdo
remontarse siglos atr.ís, se reparasen sucesivamente '1'"' cs. Los espíritus que más creen luchar contm la
todos Jos daños que ha po·oducido el viejo sistema des- """'~ha de la civilización obedecen, sin saberlo, a su
de hace seiscientos afíos, que carecen de impOrtancia al h o~sistiblc influencia, C<>ntribuyendo por sí mismos a
lado de los de los últimos treinta años. !t'<'llndarla.
8 AUGUSTO COUTt PLAN DE LOS l~IIAJOS C/EYT(F/C()$ 9

También los reyes caen en constantes contrndiccio- Continuando la serie de observaciones que HCaban
nc:, al proponerse reconstruir el 9istema feuda l y teoló--
gico. contribuyendo, con sus propios actos, bien a com-
de = indir.llrl••. r.un !quiera puede añadir nuevos hechos
que se multiplican a diario. Por decirlo asi, los reyes no
pletar la desorganill!ción de este siStema, o bi~n a realizan ningún acto, no dan ningún paso tendente al
acelerar la formación del que debe reemplazarle. El restablecimiento del viejo siStema, que no vaya seguido
observador puede encontrar muchos ejemplos a este de inmediato por un acto de sentido contrario; y, a
respecto. menudo, la misma receta tiene tanto un sentido como
Indicando aquí sólo los más notables, vemos que los el otro.
reyes consideran un honor fomenmr el perfecciona- Esta radical incoherencia es lo más apropiado para
miento y la propagación de las ciencias y las bellas sacar a la luz lo absurdo de un plan que no comprenden
artes, y excitar e l desarrollo de la industria; les vemos en absoluto ni tan s iquiera Jos que persiguen ardiente-
crear para ello numerosas y útiles instituciones, a pesar mente Sil ejecución. M ucstra claramente cuán completa
de que es al progreso de las ciencias. de las bellas artes e irrevocable es la ruina del viejo sistema. Es inútil
y de la industria, a lo que se debe. a fin de cuentas, la entrar aquí en mayores detalles al respecto.
decadencia del viejo sistema. No es menos viciosa que la de los reyes, aunque
Asimismo, los reyes, con el Tratado de la Santa desde otro punto de vista, la manera en que los pueblos
Alianza, han degmdado el poder teológico, que es la han concebido hasta el presente la reorganización de la
base fundamental del antib'llO sistema, al formar un sociedad. La diferencia consiste en que su error es más
consejo europeo supremo en el que este poder no tiene excusable, puesto que se equivocan en la bú,u¡ueda del
ni tan sjquiera un voto con~uhivt'. nuevo si~"tema hacia el que les arrastra la marcha de la
En fin, la manera en que se dividen hoy las opiniones civilización, pero cuya naturaleza no ha sido aún deter-
acerca de la lucha emprendida por Jos griegos ofrece un minada de manern suficientemente clara; mientras que
ejemplo todavio más claro de este espíritu de inconse- los reyes persiguen una empresa, que un csmdio atento
cuencia. En este caso' vemos a los hombres que preten- del pasado demuestra con plena evidencia, que es total-
den devolvcr su antigua influencia a las ideas teológi- mente absurda. En una palabra, los reyes contradicen
cas, comprobar involun~;~riamente ellos mismos, la los hechos y los pueblos contradicen los principios, que
decadencia de esas ideas en su propio espíritu, al no son siempre más fáciles de perder de vista. Pero es
temer pronunciarse a favor del mahometismo; actitud mucho más imp01tante desarraigar el error de los pue-
(meu) que hubiera atraído sobre ellos Ja acusación de blos que el de los reyes, porque supone un obstáculo
sacrilegio en los tiempos de esplendor del viejo sistema. esencial en la marcha de la civilill!ción, y porque. por
otra parte, sólo el primero da cicna consistencia al
segundo.
' Para perc1bir el peso de este hecho, es necesa1·io recordar que La opinión dominante eo el espíritu de los pueblos
el mismo Papa se ha pronunciado en este sentido, nc¡ó.ndoles for-
malmente .a los jóve-nes de la noblet.a romana el permiso p~ro auxi- sobre la manera en que debe ser reorganizada la socie-
liar a los gri~p.. dad, tiene como rasgo característico la ignorancia com-
10 Al/GUSTO CO.IffE

pleta ~crea de ~as c~ndiciones fundame01ales que debe do. penuaneciendo frente a él en un estado permanente
cumphr cualqmer SISiema social para poder ser vetda- de desconfianza y hostilidad defensiva. dispuesta a
d~~nentc c?nsis1en1c. Rcdúccse a presentar como prin- estallar al primer slntorna de aoaque. .
CIPIOS orgámcos los principios crílicos que han servido El mismo espíritu se presenta aun m:ls claramente SI
para destruir el sis1ema feudal y teológico, o, en otras pasamos del conjumo n los detalles. Baste aquí mostrar
palabras, a tomar Simples rnodific.'lciones de este siste- los aspectos principales de lo espiritual y lo temporal.
ma como las bases del que es necesario establecer. Desde el punto de vista espiritual. el 11rincipio de
~n efecto, cxornínen$C at·encumcmc las dOctrinas a esta doctrina es el dogma de la libertad ilioroitatla d<: 1•
las que dan hoy crédi1o los pueblos, según los discursos conciencia. Este dogma, examinado en el mismo senti-
de sus parlidarios más capaces y los escritos que ofre- do en que fue concebido primili\"<tmente, es dec1r,
cen la exposició~ mlís metódica al respecto; y, después corno teniendo un destino cril ico, no es otra cosa que la
de babc1·las cons1dcrado en si mismas, obsérvese bisló· 1roducci6n de un gran hecho general. la decadencia de
ncamcnlc su formación sucesiva, y se las encontrará las creencias teológica~.
concebidas con un espíritu pur.omente crítico que no Siendo un o'CSultado de es la dccndcncia por una reac-
11uede scrv1r de base para una reorganización. ción necesaria, ha conll'ibu ido poderosamente a acele·
El ¡¡obiemo. que es la cabe7.il de la sociedad, el guia rarla y a propagada; pero, dada la naturaleza de l(tS cosas,
Yel agente de ln acción genera l en todo eslado de cosas por eso mismo, su inf'lueJ•cia fue limi111da. Se encuenrra
normal, es despojado sistemáricamenle por estas doc- en la linea que sigueo los p1·ogresos del espíritu huma-
tnn~s. de tocio . principio de actividad. Privado de toda no en tanto que nos lim ilemos n considerarlo como
partoc1pac16n unponanre en la vida de conjunto del modio de lucha contra el sislema teológico. En cuanto
cuerpo soc1al, se ~e re~ucido a un papel absolutamente se quiere ver en él una de las bases de la gran reorgani-
ncgnt1vo. Se CMS1dcra oneluso que toda la acción que el zación social reservada a la época aclual, se sale de esa
cue~po socml CJCrce sobre sus miembros ha de limitarse línea y pierde 1oclo su valor; se vuelve ~ntonces inc~uso
e~t,clamcnte al ~an1enirnicmo de la tranquilidad tan perjudicial como fue ulil, pues dev1ene un obslncu-
publica: lo que Jamas ha podido ser, en ninguna socie- lo para es1a reorganización.
dad ~ctovn,_ más que un objeto subaherno, cuya impor- En efecto, su esencia consiste en impedir, procla-
tancia ha s~do ~tcnuada singularmcme por el desarrollo mando la soberanía de cada ra7ón individual. el esta-
de la CIVoli7.3CIÓn, haciéndose muy fiícil mantener el blecimiento uniforme de un cierto sis1ema de ideas
orden. generales sin el que, uo obsmnte, no_ hay ~iedad.
':'a no se concibe el ~obierno como el jefe de la Pues. independientemente del gmdo de mstnocctón que
SOC1cd~d._ desunado a unir en conjunto y a dirigir todas alcance algun día la masa de los hombres, es cvi~enre
las ncuvodadcs mdividuales hacia un fin común. Se que éstos sólo admittr.ln la '!>ayor pane ~e las odeas
rcpresema ~mo un enemigo natural, acampado en generales destinada~ a devcmr usuales. " confían en
me<ho del soslema social, comra el que debe fortificar- ellas. y no según demostraciones. Así. debido a su natu·
se In sociedad mediante las garamias que ha conquista- raleza. un dogma de es1e tipo no es aplicable más que a
las ideas que deben desaparecer, puesto que devienen
indiferentes: y, de hecho. no se ba aplicado más que a natural de su carrera. El primero oo puede co.nstituir ya
ellas en el momento en que comenzaban a decaer, y fa base política de fa reorganización social, no el ~n­
para acelerar su caída. do su base moral. acidos ambos para desuurr. son
Apli~rlo tanto al nuevo sistema como al antiguo, y ig<talmente incapaces de crear.
'-eren el, con rnás razón, un principio orgánico, es caer Mientras uno, al quererse ver en él ~~ pn~c.'p1o
en la contmdicción más elltraria: de modo que, si per- orgánico, no presenta nada. más q~e ~a. infalibihdad
durase un error de este tipo, la reorganización de la papal sustituida por la infahbihdad. tndMdual, el otro
sociedad seria por siempre imposible. 00 hace más que reemplazar del mJSTno modo la arbl-

En la astronomía. en la fisica, en la química y en la tmriedad de los reyes por la arbitrariedad de los pue-
fisiología no hay libertad de conciencia, en el sentido blos o, más bien, por la de los individuo~; tiende al des-
de que todos encuentran absurdo no creer en los princi· membramiento general del cuerpo po~1t1~, y ll~va a
pios establecidos por Jos hombres competentes en estas situar el poder en las clases menos .c1v1h~as, 1gual
ciencias. Que en política sea otro el caso. déhesc a que, que el primero tiende al completo alsla"':teoto de los
h~~lundo con propiedad, al haher caído los viejos prin- espíritus, al investir a los hombre~ menos •lustrados de
CipiOs y no estar establecidos aún los nuevos en este un derecho de control absoluto sobre el Sistema de 1deas
interva lo de tiempo no hay prmcipios establecidos. generales, fijado por los espíritus superiores para scrv~r
Pero convertir este hccbo pnsajero en dogma absoluto y de guía a la sociedad.
etern~ es hacer de 61 una mállima fimdamental; equiva- Resulta fácil trasladar el examen que acaba de ser
le, evidentemente, n proclamar que la sociedad debe esbozado con respecto a los dos ilogmas fundamenta-
permanecer por siempre sin doctrinas ge1\crales. Es les, a cada una de fas ideas más particulares de que se
preciso admitir que un dogma así merece, en efecto, Jos compone la doctrina de los pueblos. Encontrorlamos
reproches de nnarc¡uía que fe hacen los mejores defen- siempre un resultado ¡>arecido. Veriasc que todas ellas,
sores del sistema teológico. igual que las dos principales, no son otra cosa que el
El dogma de In soberanía del pueblo es el que corres- enunciado dogmático de un hc~ho h1stóroco correspon-
ponde, desde el pumo de vista temporal, al dogma que diente rclarivo a la decadencia del SIStema feudal Y
nca.ba ~e ser cxan~ú1ado, y del que no es más que su teolóÍico. Se reconocería ig11almente q.ue todas t1enen
aphcnc16n en poht1ca. Fue creado para combatir el un destino puramente crítico, que.es lo unteo que les da
p~~cipio del derecho divino, base politica general del valor y fas hace completamente tnaphcables a la reor-
VICJO Slstem:l, poco después de que fuese formulado el
ganización de la sociedad. .
dogma de la libenad de conciencia para destruir !as Así pues, el examen en profundidad de la doctnna de
ideas teológicas en las que se fundó este principio. Jos pueblos confirma lo que. de~iera haber previsto la
Lo que se ha dicho sobre uno es, por tanto, aplicable mitada filosófica: que las maqumas d~ guerra no pue-
al ot.ro_. Tamo el dogma antifeudaJ como el dogma ami- den convertirse súbiramentc, por mcdto de una ex~­
teologlco han cumphdo con su destino crítico, tennino ña mcramoñosis, en instrumentos de ~damen!l'c16n.
Esta doctrina, puramente critica, ha stdo muy unpor-
r

14 AUGL'$10CO.\mi
PLA" ()E LOS TIWIAJOS CtEllrlFICOS . 1S

lr.nte. tanto en su conjunto como en sus detalles, pano Por un lado, Jos intentos de Jos reyes de reconstruir el
secundar la marcha namraJ de la civilización, mientras sistema feudal y teológico provocan necesanamente.en
1~ acción principal tuvo que ser la lucha contrJ el viejo los pueblos la explosión de los p~ncipios de la docmna
sosoema. Pero es absolutamente insuficiente si se conci- critica con toda su temible energoa. Es mcluso ev1dcnte
be para presidir la reorganización social. Coloca forzo- que, sin estos intentos, la doct~ina habría perdid~ ya Sl~
sa~ente a la sociedad en un estado de anarquía consti- mayor eficacia, como s• no tuv•era ya objeto: desde q ue
tu•da, tanto en lo o.empora 1como en lo espiritual. la adhesión solemne de los reyes a su p~mcop•o funda·
Re~ultaba, sin duda, conforme a la debilidad humana. mental (el dogma de la libertad de conc•encta) Y a sus
QLe comen7.asen los pueblos a adoptar corno orgánicos principales consecuen~ia~ ha probado cl~eote. por
101_ pri~~ipios ~riticos que les eran familiares por su el hecho mismo, la ruma ~rrevocable del VJeJO s•stcrna.
apl1cac•on contlllllada. Pero In prolongación de ral error Pues los esfuerzos po1· resucitar el derecho ~1vmo des-
no es menos el mayor obstiiculo pam la reorgani7.ación pierwn la soberanía del pueblo y la hacen mas a~t~al..
de la socieclnd. Por otro lado. por el hecho mismo de que el VICJO s•s·
Tras haber considerado separod:uneote las dos rnane- tema fue modificado más que suficientemente _como
r:l.! diferentes en que conciben esta reorgani1.ación los paro permitir trabajar d~rectamcnte en la for~ctón de
pueblos y los reyes. si se las compara entre sí, se ve que lo nuevo, la preponderancia otorgada_ todav1a por los
cada mJa de ella~, a causa de los vicios que le son pro- pueblos a los principios críticos empuJa a los reyes. de
p•os, es •gua! de 1mpo1ente paro colocar a la sociedad en forma natural, a intentar acabar, por med~odel restable-
una dirección verdaderamente orgánica. así como para cimiento del viejo sistema, con una c~s1s ~ue. tal Y
prevenir en el futuro el retomo de las tempestades que como se presenta, no parece ofrecer rnas salida que la
ha_r. acompañado ~onstantemcnte hasta hoy a la gron disolución del orden sociaL Lo único que da fucna a la
cr•Hs que caroctcnza la épocll actual. Ambas son anár- opinión de los reyes es esta prolongación del reino ~e l_a
qui~as en el mi$mO grado: u.nu por su natumlc7.a intima doctrina critica en una época en ~uc la ~c•e_dad neceso-
In otra por sus consecuencias necesarias. ' ta una doctrina orgánica. Pues, SJ esta opm10n no es, en
La 6nica di fercncia existente entre ellas a este rcs- rea!Jdad, más orgánica que la de los pueblos, en cuanto
pec;o consiste en_ que, en opinión de los reyes, el al efecto y a causa de la imposibilidad absoluta de ser
gobi~mo se consti tuye adrede en oposición directa y realizada, lo es al menos en teoría; lo que le proporciO-
coonnuada a la sociedad: mientras que, en opinión de na una relación incompleta con las nece~1dades de la
los pueblos, es la sociedad quien se instala sistemática- sociedad, absolutamente ne<;esitada de algun St~tcma.
mente en un estado permanente de hostilidad contra el Lnclúyanse en este cuadro exacto la inlluencm de las
gobierno. diversas facciones. a cuyos proyectos ofrece uo tal esta-
Dada la naturaleza de las cosas, estas dos opiniones do de cosas un campo tan vasto y tan favorable: exa-
opuesras e igua lmente viciosas tienden a fortalecerse mínense sus esñ1erzos por impedir que se ¡¡ciare la
rnutuamenrc y, en consecuencia, a alimentar indefini- cuestión, por disuadir a los reyes y a los pueblos de
dam:nre la fuente de las revoluciones. entenderse y reconocer mutuamente sus errores, Y
16 AUGUSTO COMTE: PLAN DE LOS T!I.A8AJOS CIENTIFICOS... 17

o.~tendremos una idea exacta acerca de la triste situa- Observando con precisión el estado actual de las
Cton en que se encuentra hoy la sociedad. naciones más avanzadas, es imposible no asombrarse
Todas las consideraciones anterionnente expuestas de este hecho singular y casi contradicto•1o: a pesar de
pruc~an que d . medto para salir por fin de este deplora- no existir todavia OtrdS ideas políticas, aparte de las
ble cttculo vtc~oso, que constituye una fuente inagota- relacionadas con la doctrina retrógrada o con la doctri-
ble d~ revoluctOnes, no consiste ni en el tl'iunfo de la na crítica, ninguna de las dos es todavía verdademmen-
opmton actual de Jos reyes ni en el de la opinión actual te preponderante, tanto entre los reyes como entre los
de los pueblos. No queda más solución que la forma- pueblos; ninguna ejerce una acción Jo suficientemente
ción Y adopción general por parte de Jos pueblos y de poderosa como para dirigir a la sociedad. Estas dos
los reyes de la doctrma orgánica, que es la única caoaz doctrinas, que, en teoría, y tal y corno lo hemos estable-
de sacar a los reyes de la dirección retrógrada y a 'tos cido más arriba, se alimentan la una de la otta, no obs·
pue.blos de la dirección crítica que han tornt>do. tante, ya no son empleadas realmente más que para
Umcamente esta doctrina puede acabar con la ~risis limitarse o para anularse entre sí en la conducta general.
mrasttando a la SC'.:iedad entera al camino del nu~v~ El gran movimiento político determinado hace trein-
SIStema, cuyo .e~tabl~imiento fue preparado por la ta años por la puesta en marcha de las ideas criticas les
marcha de la c1v1hzac1on desde sus orígenes, y que es ha hecho perder su principal influencia. Por una parte
llaroado hoy a reemplazar ~~ sistema feudal y teológico. h<J cerrado su carrera namral al darle el último empujón
Lo razonable en las op~mones actuales de los pue- al viejo sistema: ha destn.ido casi por entero el motivo
blos Y de los reyes quedara sansfecho con la adopción general por el que habían ganado el favor popular. Por
unámme de est~ doctrma; lo que contienen de vicioso y otta parte, la aplicación de las nuevas opiniones a la
d tscordante sera supmmdo. DISipada Ja justa alanna de reorganización de la sociedad ha puesto en perfecta
l~s ~yes e~ relación con la disolución de la sociedad, evidencia su carácter anárquico. A panir de esta expe-
runguo mot1vo legítimo les llevan\ ya a oponerse a Ja riencia decisiva, ya no existe en los pueblos wta verda-
expans1ón del e~pfn tu huma~?· Los pueblos, dirigiendo dera pasión crítica. Consecuentemente, y sean cuales
sus deseos. hacta la formac10n del nuevo sistema, no sean las apa•·iencias, ya no puede haber en los reyes una
volverán a m~tarse.a ca~sa del sistema feudai y teológi- verdadera pasión retrógrada, pues la decadencia del sis-
co, Y le deJanm extmgmrse trauquilamente siguiendo el tema feudal y teológico y la necesidad de sal ir de él son
c urso oatur~l de las cosas . reconocidas afirmativamente por ellos.
. Comprobada la necesidad de adoptar una nueva doc- la actividad real, sea en una u otra dirección, se
tr.ma verdaderamente orgánica si se examinan las posi- encuentrd ahora a la vez fuera del poder y fuera de la
bJitdades que ttene de establecerse, bastan las siguien- sociedad. Ambos se s irven, en la práctica, de la opinión
tes constderactOnes para demostrar que ha llegado por retrógrada o de la opinión crítica de manera esencial-
fi n el momento de empezar inmediatamente. esta gran mente pasiva, es decir, como instrumentos defensivos.
opernc1ón. Cada uno de ellos emplea una u otra por ntrno y casi en
la misma medida, con la única diferencia namral de que
18 AI.IGUSTV COJITF PLAND/iWSTR.<BAJOSCJF;NT}F/COS... 19

los pueblos permanecen aún atados a la doctrina crítica tanto en un sentido como en otro, según que la marcha
como medio de rnzonamicnto. porque sienten más natural de los acontecimientos manifieste especialmen-
fuertemente la necesidad de un orden social cualquiera. te, o bien lo absurdo del viejo sistema o bien el peligro
Esta observación puede ser fácilmente verificada y de la anarqu la. Tal es, en este momento, el mecanismo
acl;1rada tan sólo por el hecho de la existencia y el cré- de la politica práctica; y seguirá s iendo inevitablemente
dito dados a una suerte de opinión bastarda. que no es asi. mientras no estén fijadas las ideas sobre la manera
más que una mezcla de ideas retrógradas y críticas. Es de reorganizar la sociedad; micntrns no haya sido ela·
evidente que esm opinión, sin haber tenido ninguna borada una opinión capaz de cumplir simultáneamente
influencia en el origen de la crisis, se ha convertido las dos grandes condiciones que prescribe nuestra épo-
hoy en dominame, tanto entre los gobernados como ca y que parcelan contradictorias hasw e l presente: el
entre los gobernantes. Las dos partes activas nx:ooocen abandono del viejo sistema y el establecimiento de un
inequívocamente su dominio debido a la estricta nece- orden regular y estable.
sidad de una y otra, de adoptar su lenguaje. Esta anulación reciproca de ambas doctrinas opucs·
1:!1éxito de scmejanre opinión prueba c laramente dos las, que se advierte incluso en las opiniones, es indiscu·
hechos muy esenciales para el conocimiento exacto de
la epoca actual. Prueba, en primer lugar. que la insu-
ficiencia de la doctrina critica parn responder a las ttH:~, puestO que no uene nada que le SC'3 propio. y no se compone
grandes necesidades actuales de la sociedad es experi· ;ruis que de m3ximas opuesms que: se anulan recíproc~mcnte. SegUn
lu1 c<,nfirtnado la cx.perieocia, no l)ll<.'<lc conduci•· yn a oua cosa que
mentada de manern tan fuert.: y tan universal como lo a hac.:cr vacilar l¡amarcha en la.\ rclnc1ooes enfft lu tendencia crluc:;a
es la incompatibilidad del sistema teológico y feudal y 1.3 rendenc:ia rttrócmda. sin impnmtrle nunca un carácter defini·
con el presente cst:tdo de la civilización. En segundo do. ERa C'Qnducta mdoc:isa scri c.enament.r tndispensable en 111
lugar. g.1rantiza que ni la opinión crítica ni la opinión suuactón políltca ae1ual, hasta que se e-slablezc:a una doer:rina ''erda·
retrógrada puedan obtener ya un ascendiente real. Pues. der:uuenle orgánica que pi'C'\•engo los desórdenes violentos a lo:; que
se ve expuesta ra sociedad a e<~ uso de la prepondc•·o.ncia de la JXI.I'tc.
cuando una de ellas parece adquirir preponderancia. In retróg_rud:l o de la p.arte crítica. En este sentido deben apresurarse a
disposición general de los espirims favorece de inme- secundarla toOOs los hombres stnSIIOi. f\!ro. .si una políc-Q scme·
diato a la otra: hasta que ésta, engañada por esa aproba- ja:nte Mee que sea menos (otmentosa la epoca re\olucionaria. no~
ción aparente, ha retomado la actividad suficiente menos indlSC'Ulible que ue1lde de forma directa a prolongar su dura·
como para dar lugar a las mismas inquict11des, y. en ~ i 6n. ('ucs una upi11i6n que erige lo inconse<::uem.:in en sistema y t¡ue
condbcc • irnpcdir cuidadosamente la extinción iOinl de las dos doc·
consecuencia, experimenta. llegado su turno, la mismn tnnas tx.ln:mas. a fin de poder oponcrlas continuamente 1a una :a la
decepción'. Estas oscilaciones sucesivas se efectúan otra. obslawliza necesañamenle que e:l c:uerpo soc•al pueda alean·
zar nunea un estado rijo. En una palabra. esta política tos hoy razo--
nable y (nil en ronco que simplemente provisional: pero se vuelve
absurd!l y peligro~~¡ se quiere <.'On ~ iderar como definitiva.
1
Fl méñto de la opinión interrncdwtia, o más bien conuadictcr Tales son los motivos por Jos que no be h«ho oquf nrñba men ~
ria. consiste precisaiTIC'nte en servir de ~~no a t'l3 dtSpOSic1óo. ción alguna de esta m3nera de entender el anál&sd de las opllUODeS
Adcmis. es f:\.idc:ntc: que:. por su naruralt1'.3.. oo c::s m abso.Juto orP· c:~JWn1e$ acerca de la reorganizac~n social.
20 • IIGUSIV CO.\ITE

tibie sobre todo en los actos. Examinemos, en efecto,


todos los acontecimientos de ciena imponar.cia que
bao tenido lugar en los últimos die-¿ años. ~ con la
tendencia critica, sea con la tendencia retrógrada: se
encontrará que rúnguno de ellos prm•ocó jamás un pro-
greso real del sistema correspondiente y que el resulta-
do consistió siempre, exclusivamente, en iinpedir la
preponderancia del sistema opuesto.
Asi pues, en resumen, ni la opinión de los reyes ni la EXPOSICIÓN GENERAL
opinión de los pueblos pueden sat isfacer de manera
alguna In fundamental necesidad de reorganización que
caract.cri¿a In época actual: lo que hace necesario el Habiendo demostrndo que está lleno de vicios el
establecimiento de una nueva doctrina general. Sin espíritu con el que fue concebida hasta hoy la reorgani-
embat·go, el triunfo de una u otra opinión es hoy impo- zación de la sociedad por los pueblos y por los reyes, ha
sible en igual medida; e incluso ni la una ni la otra pue- de concluirse. necesariamente, que unos y otros hao
den tener ya una verdadern actividad: de lo que resulta procedido mal en orden a la lbrmación del plan de reor-
que los cspit·itus estim suficientemente prepara.jos para ganización: constituye la (tnicn manera de poder expli-
recibir la doct rina orgánica. car un hecho de este tipo; es i1nportantc, empero, esta-
El dest ino de la sociedad, llegada a su madure:t., oo blecer este aserio de manera directa. especia l y precisa.
consiste, como piensan Jos reyes, en habitar por siem- la irH;u fici~nc ia de lu opinión de la; reyc~ y de lo~
pt·e jamás la vieja y enclenque covacha que constn tyó pueblos ha demostrado que es necesaria una nueva doc-
en su infancia; ni. tms salir de el1a~ en vlvir eternamen- tnna verdaderamente orgánica, la única capaz de acabar
te sin refugio, como piensan los pueblos; sino en cons- con la terrible crisis que atormenta a ll sociedad. Asi-
truirse, con todos Jos materiales que acumuló y con mismo, el exam~n tle la manera de proceder que ha
ayuda de la experiencia que ha adquirido, el edificio conducido, por una y otra parte, a e-;os imperfectos
más apropiado a sus necesidades y goces. Tal es la resultados, mostrará qué marcha debe ser adoptada para
grande y noble empresa reservada a la generación la formación y el establecimiento de In nueva doctrina,
actual. y cuáles son las fuerza.• sociales llamadas a dirigir este
gran trabajo.
El vicio general en la marcha seguida por los pueblos
y los reyes en la búsqueda del plan de reorganización
consiste en que unos y otros se han h«:ho hasta ahora

[21]
22 AUGUSIV CO.WTE PLAN DE LOS TRABAJOS CIE/Ir/FtCOS... 23

una idea extremadamente falsa de la naturaleza de un tos aniculos muy detallados. sin contar las leyes orgá-
trabajo de este tipo, y, por ende, han confiado esta nicas relacionadas con ellas. Semejante verborrea seria
imponaote misión a hombres necesariamente incompe- la vergüenza del esp[ritu humano en política, si no
tcntes. Tal es la causa pl"i mern de las aberraciones fun· hubiese una transición inevitable hacia la verdadera
damentales hechas constar en el capíntlo precedente. doctrina final, en el progreso natural de las ideas.
Sin embargo. aunque esta causa sea ran real para los Asi, la sociedad no avan7.a ni puede avanzar en abso-
reyes como pam los pueblos, es inútil considerarla. luto. La pretensión de construir a la primera, en unos
sobre todo. en relación con los primeros; yn que, al no meses, o incluso en algunos años, toda la econom!a de
tnventar los reyes nada y limitarse a reproducir en el un sistemu social integml y definitivamente desar•'Qlla-
nuevo estado social la doctrina del antiguo, de esa do, constituye una quimera extravagllntC. absolutamen-
manera tan sólo se ha comprobado su impotencia pam te incompatible con la debilidad del espiritu humano.
concebir suficientemente una verdadero reorganiza- Observemos, en efecto. de qué manero procede este
ción. Por otro lado, y por el mismo motivo, su marcha. último en casos análogos pero infinitamente más sim-
aunque tan absurda al principio como la de tos pueblos. ples. Cuando se reconstruye cualquier ciencia confor-
ha tenido que ser, naturalmente, más metódica, como si me a unu nueva teoriu lo suficientemcnte 1neparada, en
hubiera sido trazada antes con e l mayor detalle. primer lugar se produce. discute y esroblece e l principio
Habiendo producido sólo los pueblos una especie de general: mediante un largo encadenamiento de trabajos.
nueva doctrina. se hace preciso examinar principalmen- se llega luego a fonnar. en todos los can1pos de la cien-
te su manera de proceder. con el fío de descubrir la cia. una coordinación que, en el origen, nadie, ni t.an
fuente de los vicios de esta doctri na. Por otra parte, des- siquiem el que inventó el pri ncipio, habl'ia sido capaz
pués resultan\ fáci l que cadu uno traspase u los reyes las de concebir. Asi, por ejemplo, despu~s de que Newton
observaciones generales hechas con respecto a los pue- descubriera la ley de la gravitación universal, hizo falta
blos con las modificaciones pertinentes. casi un siglo de traba¡os muy dificiles por panc de
Desde el comienzo de la crisis, la~ m(•ltiples y pre- todos los gcómetras de Europa, a fin de darle a la astro-
tendidas constituciones que dieron a lu:.o; tos pueblos y nomia fisica la constitución que debla derivarse de esta
la excesiva minuciosidad en la redacción de casi tod~s ley. En las artes sucede lo mismo. Para no citar más que
serian suficientes para mostrur con total evidencia ~ Ull solo ejemplo, cuando se concibió la fuerta elásticn
todo espirito capaz de juzgarlas. en qué medida fue;on del vapor de agua corno un nuevo motor aplicable a las
desconocidas hasta hoy la narurnleza y la dificultad de máquinas, hizo igualmente falta casi un siglo paro desa-
la formación de un plan de t-corganización. Constituirá rrollar las consecuencias más directas de este descubri-
un profundo ObJeto de asombro para nuestros sobrinos, miemo. que fueron una serie de reformas industriales.
cuando la sociedad esté realmente reorganizada, la pro- Si tal es, evidentemente. la marcha necesaria e invaria-
ducción, en un iruervalo de treinta años. de diez consti- ble del cspiritu humano en las revoluciones que. a pesar
tuciones, proclamadas cada vez eternas e irre•ocables de su importancia y dificultad son. sin embargo. pani-
una trns otra, y cuya mayoria contiene más de doscien- culares, ¡qué frivola debe parecer la marcha presuntuo-
24 •UOUS7'0 COMTE PLAN DE. LOS TRAIJAJOS Cti/NTIFtCOS... 25

sa que tire seguida hasta el prcseme en la revolución doctrina no es. evidentemente, m:\s que el desarrollo
más general, más importante y m~s dificil de todas!: ¡la general y la aplicación completa del derecho individual
que tiene por objeto la refundición completa del siste- de examen, establecido. en principio, por el protestall-
ma social! tismo. Ahora bien, después del establecimiento de este
Se obtiene el mismo resultado al pasar de estas com- principio, fueron necesarios casi dos siglos para que
paraciones, indirectas pero decisivas, a las comparacio- hayan sido deducidas todas las consecuencias impor-
nes directas. Estúdiese la fundación del sistema feudal tantes y se haya formado la tcorin. Resulta indiscutible
y teológico, revolución absolutamente de iguai natura- que la resistencia del s istema feudal y teológico ha
leza a la de la epoca actual. Lejos de haber sido llevada influido mucho en la lentitud de esta mar-cha; pero no es
a cabo n la primera la constitución <le este sistema . no m..nos evidente que no ha podido ser· la única causa, y
tomó su lbnna propia y definitiva hasta el s iglo xt, esto que esta lentitud ha sido debida, en gran medida, a la
es, más de cinco s iglos después del triunfo general de la naturaleza misma del trab~o. Ahora bien, lo que es
doctrina cristiana en la Europa occidenrnl, y después cierto de una doctrina puramente crítica debe serlo, y
del completo establecimiento de los pueblos del norte con más razón, de la doctrina realmente orgánica.
en el Imperio de Occidente. Seria inconcebible que, en l:s necesario concluir, de esta prímcrn clase de con-
el siglo Y, ningún hombre de talento estuviera en con- srdcmciones. que los pueblos no han comprendido
diciones de tra7.ar en detalle el plan de esta constitu- hasta el presente el gran esfucr-lo que supone la reorga-
ción, aunque el principio fundamental, cuyo desarrollo nización social.
necesario fue esta constitución, estuviese sólidamente Al intentar precisar por qué fue ignorada la naturale-
establecido desde entonces, tanto desde e l punto de za de este trabajo, se encuentra que es debida a haber
vista temporal como desde el punto de vista espiritual. entendido como puramente práctica una empresa esen-
Sin duda, la organización total del ; istcma a establecer cialmente teórica.
hoy en dla debe llevarse a cabo de manera mucho más La formación de cualquier plan de organización
rápida a causa del progreso de las luces y por ser este social se compone nece;ariameotc de dos series de tra-
sistema esencialmente más natural y simple. Sin baJOS totalmente distintos en cuanto a Sil objeto y al
embafliO. como la marcha de la .ocicdad es más o género de capacidad que exigen. Una. teórica y espiri-
menos nipida, pero, en el fondo. necesariamente siem- tual, tiene como fm el desarrollo de la idea-madre del
pre la misma, porque depende de la naturale:za pcnna- plan, esto es, del nuevo principio, conforme al que
nente de la constitución humana, esta gran experiencia deben ser coordinadas las relaciones sociales y la for-
prueba, en relación con él, que es absurdo querer mación del sistema de las ideas generales destinada a
improvisar algún detalle del plan completo de la reor- servirle de guía a la sociedad. La otra, práctica o tem-
ganización social, por más nimio que sea. poral, determina el modo de distribución del poder y
Si tuviera que ser confirmada esta conclusión, podria del conjunto de las instituciones administrativas más
hacerse observando de qué manera se estableció a sí acordes con el espirim del sistema, tal como fue f ijada
misma la doctrina crítica adoptada por los pueblos. Esta por los trabajos teóricos. Al fund=e la segunda serie
26 AUGUSTo COMTE
PJ.AN DF.l.OS TRABA.IOS C/ENTIFICOS 27
sobre la primera, de la que no es más que su conse-
cuencia y realización, el trabajo general debe comenzar Por otro lado, para una sociedad, sea.. como sea. de
necesariamente por cstn últ ima. Ella es el alma, la parte uumerosn no hay más que dos posibles f mes d~ acnvt-
más impo11ante y más dillciJ, aunque sea tan sólo pre- dad, al ig~al que para un individuo aislado. Trutase de
liminar. In acción violenta ejercida sobre el re~to de 1~ especoe
L{)s pueblos han sido conducidos oatur-dlmcote a humana o de su conquista, y de la accton eJercida sobre
concebir la reorgani?.ación social, según la viciosa doc- la naturaleza para modificarla en beneficiO del hombre
trina examinada en el capilulo precedente, por no haber 0 de la producción. Toda sociedad que no eS1Uvtcrn cla-
adoptado esta división fundamenllll. o, con otras pala- ramente organiada para uoo u otro de ~tos fines "!>
bras, por haber fijado su atención exclusivamente eo la sería más que una asociación bastarda Y sm personah-
parte práctica. Todos sus errores constituyen la conse- dad (caractere). El fin del viejo sistema era mthlar Y el
cuencia de esta gran desviación primitiva. Cabe esta- fin del nuevo es industrial. . .
blecer fácilmente esta filiación. El primer paso a dar en orden a la r~~gamzactón
En primer lugar, de esra infracción de la ley natural social consistía, pues. en la proelamacton de este
del espíritu humano resultó, que los pueblos, creyendo nuevo fin. Por no haberlo hecho, en absoluto se ha sa.h-
consrruir un nuevo sistema social, se quedaron encerra· do aún del viejo sistema, aunque se crea haberse aleJa-
dos en el viejo sistema. Usto era inevitable, puesto que do al máxi mo de éL Ahora bien, está claro q ue. esta
no estaban determinados el fin y el espíritu del nuevo. extraña laguna en nuestras pretendidas co~slltuc1?nes
Será siempre así, hasta que se haya cumplido previa- se relaciona con que se haya quendo orgalllzar detalla-
mente esra condición indispensable. damente antes de que fuera concebido todo el sostema.
Cualquier sistema de sociedad, elaborado para un En otros términos, constituye el .resultado de que .se
puñado de hombres o para varios millones, tiene como haya dirigido exclusivamente hacta la parte re¡¡~amcn­
objeto definitivo dirigir todas las fuerzas particulares laria de la reorganización, sin haber estad~ fiJada la
hacia un fin de actividad general. Pues una sodedad no parte teórica y sin que se haya pensado s1qu1era en
existe más que allí donde se ejerce una acción general establecerla. .
y combinada. En cualquier otra hipótesi~ !!pa!·ece tan Como una consecuencia necesaria d~ este pnmer
sólo la aglomeración de un cieno no·omero de individuos error, se han adoptado simples modtficac1ones para un
que se encuentran S{)brc un mismo suelo. Esto es lo que cambio total del viejo sistema. El fond~ ha quedado
distingue a la sociedad humana de la de los demás ani- esencialmente iomcto; todas las alterac.lo~es no han
males que viven en manada. pasado de la fonna. os hemos ocupado untcamcnt.e d~
Síguese de esta consideración que la determinación fraccionar los viejos poderes y de or:oner entre. SI las
clara y precisa del fin de la actividad constituye la con- di rcrentes ramas. Las discusiones dmg1das hac~a este
dición primera y In más importante de un verdadero objeto han sido vistas, Yaún lo s?"· como lo sublunc de
orden social, ya que fija el sentido en que debe ser con- la politica, de la que no son m~ que ~n detalle mu>:
cebido todo el sistema. subalterno. La doreccoón de la soc•cdad, l.t naturaleza de
los poderes. ha sido siempre la misma.
28 Al.lGUST() COMTli P'..A!>IDF:LOSTRABAJOSCJENTfF!COS •• 29

Además, es esencial destacar QUe, a causa de otra r>crfcccionada, lo que no es más que el viejo sistem~,
consecuencia de la desviación pri mitiva, las discusio- despojado por la doctrina crítica de todo lo que consti-
nes acerca de la división de poderes, las ímicas de las tuía su vigor y reducido al miserable estado de un
que nos hemos ocupado. han sido todo lo superficiales esqueleto desca rnado. Tal es la verdadera gcnemción
posible. Pues se ha perdido de visw la gran división de los e•·rores capitales señalados en el capit11lo prece-
entre el poder espiritual y el poder temporal, que cons- dente.
tituye el peúeccionamiento principal que introdujo el Como siempre se deja sentir la necesidad de una ver-
antiguo sistema en la política general. Al dirigirse toda dadera reorganizací:m, lo que ocurrirá inevitablemente
la atención !obre la parte práctica de la reorgaoización hasta que haya sido satisfecha, los espirirus de los pue-
social, fuimos conducidos de manera natural hacia esta blos se agitan y se agotan buscando nuevas combina-
monstruosidad de una constitución sin poder espiritual, ciones. Pero, reteniéos, a causa de un destino inflexible,
que, si pudiese liCr duradera, supondría un verdadero e en el círculo estn.'dlo en el que les colocó primitiva-
inmenso retroceso hacia la barbarie. Todo se ha produ- mente su marcha v:ciosa, y del que la civilización les
cido en lo te:nporal. No se ha visto más que la división empuja vanamente • salir, creen encontrar el fin de sus
entre el poder lcgtslat•vo y el poder ejecutivo, que, evi- esfuer.oos en nuevas modificaciones del viejo sistema,
dentemente, no es más que una subdivisión. esto es, en aplicaciones de la doctrina critica aún más
Los pueblos, por dirigir su espíritu hacia las modifi- completas. Así, los pueblos marchan a grandes pasos,
caciones del sistema feudal y teológico desde la época de modificación en modificación, esto es, destruyendo
en que empezó a percibirse su decadencia y que, por cada vez mi\s el sistema feudal y teológico sin reem-
eso mismo, estaban destinados a modific;u·, han sido plazarlo jamás, hacia una complel<l anarquía. única sali-
arrastrados necesariamente a concebir como orgánicos da nawrol de semejante camino.
los principios críticos que sirvieron para luchar contra Una conclusión tal comprueba, evidentemente, In
el viejo sistema. En esto, no hay que perder de vista que necesidad urge nte e inevitable de adoptar. en orden al
Jos pueblos, desconociendo completamente la división gran trabajo de la •~organización social, la marcha tan
entre serie teórica y serie práctica en el trabajo general claramente dictada por la naturaleza del espíritu huma-
de la reorganización, h:m comprobado involuntaria- no. Constituye el único medio de escapar a las desas-
mente la necesidad de esta ley dictada por la imperiosa trosas consecuenciE-~ que amenazan a los pueblos por
naturaleza de las cosas, obedt:ciéndola ellos mismos en haber seguido una marcha diferente.
sus empresas de modificación del viejo sistema. Como este aseno es fundamental, puesto que deter-
Tal es el riguroso enc.'\denamicmo de consecuencias mina la verdaderd dirección de los grandes trabajos
derivado del error fundamcnml de haber considerado políticos que deben ser emprendidos hoy, no sabríamos
como puramente práctica la obra esencialmente teórica rodearla de demasiada luz. Así pues, resulta útil recor-
de la reorganización social. 8s así como los pueblos dar sumariamente las consideraciones filosóficas direc-
ban llegado a considero•· gradua lmente como un verda- tas en las que se funda, aunque se la pueda considerar
dero sistema social nuevo. producto de la civilización suficientemente demostrada mediaotc el examen de la
30 AUGUSTrJ CO.IfTE PLAN DE LOS TRAUJOS CICNT1FICQS • 31

viciosa marcha, que acaba de ser esbozada, seguida por En la primera infancia del espíritu humano, los tra-
los pueblos hasta el prcsent~. bajos teóricos y los trabajos prácticos son ejecutados
Es poco honroso pam la razón hu mana que se vea por el mismo individuo en todas las operaciones; lo que
obhgada a probar metódicamente la necesidad de una no impide que, incluso entonces, su distinción, aunque
?ivisión que es reconocidH hoy universalmente como menos sobresaliente, no sea muy real. Pronto empiezan
mdtspensable en casos toen os complicados, en relación a separarse estos dos órdenes de trabajos, como exi·
con la tarea general y m~s dificil. Se admite como una gicodo capacidades y culnrras diferentes, y, en cierto
verdad elemental que In c.'plotación de cualquier modo, opuestas. A medida que se desarrolla la inteli-
manufactu~, la construcción de una ruta, de un puente, gencia colectiva e individual de la especie humana, esta
la nav~c•on de un navío, ele., debe ser dirigida Jl()r división se hace más pronunciada. se generaliza siem-
cooocurue.nto~ teóricos preUminares: l:f se quiere que pre más y se conviene en la fuente de nuevos progresos.
la ~rgantzac16o de la sociedad sea un asunto de pura A decir verdad. desde el punto de vista filosófico se
pracuca que pueda confiársele al que riene ya mucha puede medir el grado de civili2ación de un pueblo por
cxpencncta en el aswno? el grado al que se ha visto empujada la división entre la
Toda operación humana completa, desde la más sim- teoria y la práctica, combinada con el grado de armonía
ple hasta la más compleja. ejecutada por un único indi- existente entre ellas. Pues el gran medio de civili.cación
viduo o por un número cualquiera de individuos se estriba en la separación de los trabajos y la combina-
compone inevilablemenrc de dos partes o, con o~ ción de los csfuerws.
pa!abras, da Jugar a do$ tipos de considemciones: una, La división entre la teoría y la práctica en los acto~
t~onca.; Ja otro, práctica; una, de concepción; Ja otra, de generales de la sociedad se constituyó de una manera
CJccuctón. La primera precede necesariamente a la •·cgular y completa, como lo era ya en todas las opera-
se~unda, a l_a que eslll destinada n dirigir. En otros tér- ciones particular<:.~. mediante el establecimiento defini-
mtnos, ¡runas hay acción sin especulación preliminar. tivo del cristianismo. Fue avivada y consol idada por la
Pued~ observarse este ~nálisis en la operación que pare- creación de un poder espiritual distinto e indepcndien-
ce mas puramente rutmuna, pues no se diferencia al rc del poder temporal. y que tenia con él las relaciones
respecto sino en que la teoría esté bien o mal concebi- naturales de una autoridad teórica con una autoridad
da. Como es sabido, el hombre que pretende evitar en prácúca, modificadas conforme al carácter especial del
c~alquier ~unto que su cspíriru sea conducido por tea- viejo sistema. Esta concepción grande y bella ha cons-
nas, se llimta a no admitir el progreso teórico llevado a tituido la causa principal del vigor y la consislencia
cabo por sus contemporáneos, conservando teorias que admirables, que distinguieron el sistema feudal y teoló-
se hao con,·enido en anticuadas después de haber sido gico en sus tiempos de esplendor. la inevitable caída de
reemplazadas. Así, por ejemplo, aquellos que simulan este sistema ha hecho perder de vista momentáneamen-
arrogantemente no creer en la medicina se entregan por te esta importante división. La filosofia superficial y
lo general, con una avidez estétpida, a la charlataneria crítica del siglo pasado ha desconocido su valor. Es evi-
más grosera. dente, empero, que debe ser conservada con afectación,
32 AUOUSTQ COMTE:
PIAN DE WS TRABA.IOS C/eNT/FICOS... 33
juu~o. con todas las demás conquistas que ha hecho el
espmtu humano baJo la mfluencia del antiguo sistema ~cerca del espíritu de este s istema, llevados a cabo
que no podrán perecer con él. Debe figurar en primen: durante los siglos precedentes, y que datan de la época
lmea entre los p~deres espiritual y temporal, de otra en que fue elaborado el cristianismo por la Escuela de
n~turaleza en el ~IStem~ que ha de ser establecido hoy. Alejandría. El establecimiento del poder pontificio
Sm duda, la soc1edad no podrá estar organizada en el como autoridad europea suprema constituía la conse-
Siglo XJX de manera menos completa que como estaba cuencia necesaria de este desarrollo anterior de la doc-
orgaruzada en el s1glo XI '. trina cristiana. Igualmente, la institución general de la
Si hay que reconocer la necesidad de la división de feudalidad, fundada sobre la recíproca obediencia y
las operaciones políticas diarias y comunes en trabajos la protección del débil. por e l fuerte, no era más que la
teóncos Y práchcos, ¿en qué medida no es indispensa- aplicación de esta doctrina a la reglamentación de las
ble, con más raz?~l, esta divisjón, motivada principal. relaciones sociales en el estado de c i,<ilización de
mente por la deb1hdad del espíritu humano, en la vasta entonces. ¿Quién no ve que no habrían podido tener
operac1ón de la . reorganización total de la sociedad'/ Jugar una y otra fundación s in el desarrollo preliminar
Consnruye la. pnmera c.ondición para tratar esta gran de la teoría cristiana?
cuest1ón del umco modo posible proporcionado a su La segunda experiencia, todavía más palpable ya que
1mportaocm. se encuentra casi a la vista, se refiere a la marcha
Lo que indica la observación filosófica está confir- misma de las modificaciones aportadas por los pueblos
~I_~ado por la experiencia directa. Jamás ha sido introdu- al viejo sistema, desde el principio de la crisis actual.
Cida nmguna Innovación importante en el orden socia l Está claro que se fi.mdaron enteramente sobre el desa-
sm que los trabajos relativos a su couc.epción hayan pre: rrollo y la adaptación sistemática que les dio la filoso-
ce~1do. a aquellos cuyo objeto i.tunediato era su puesta fía del siglo xvm a los principios críticos. Estos traba-
~n acctón, y les hayan servtdo al mtsmo tiempo de guia jos, aunque, en tanto críticos, eran una especie de teoría
Y de apoyo. La h1stona o frece dos experiencias decisi- subalterna, tenian asimismo carácter teórico: eran tan
vas a este respecto. distintos de los trabajos prácticos subsiguientes, que
La primera se refiere a la formación del sistema ninguno de Jos hombres que ha competido en e llos se
teológtco y feudal, acontecimiento que debe constin1ir figuró de manera algo clara y amplia las modificacio-
b?y para nosotros una fuente inagotable de instruc- nes que habían de producir en la s iguieme generación.
CIÓn .. El conJunto de instituciones, por el que se cons- Esta reflexión debe haber asombrado a quienquiera que
ttruyo por completo este sistema en e l s iglo XJ, fue haya comparado atentamente sus obras con las modifi-
preparado, evtdentemente, por los trabajos teóricos caciones prácticas que le siguieron; pero se verá lo que
queda de ello, aunque se intente suprimir las ideas
tomadas a los filósofos del siglo xvm, en los escritos y
Esta gran c~estióo.de la división del poderespiritual y el poder
1

ten!~ será ~bjeto ~nas larde de un trabajo especial. [Se refiere al discursos de los hombres más capaces de entre aquellos
opuscuJo Constdemcwnes sobre el poder espirilual. (N. de/1:)] que dirigieron las tareas de nuestras pretendidas consti-
tuciones.
34 AUGUSTO COMT'E PLA.Y DE U)S TR.<IUIOS CIEN1Ú'ICOS... 35

Examinando _la c~~~tión que nos ocupa desde el ciones, el obstáculo que es necesario destruir antes de
punto de v1sta b1st6nco, puede ser decidida fácilmente todo, parn que pueda realizarse, por fio, su deseo de ver
por las cons!derdciones siguientes, que aquí nos limita- a la sociedad reorganizada de manera proporcionada al
remos a JndJcar, antes de desa rrollarlas en otra parte. eswdo presente de lns luces.
La socJedad está _hoy desorganizada, tanto desde el l labiendo establecido la naturaleza de Jos trabajos
punto de VISta esplfltual como desde el pumo de vista preliminares que deben ser ejecutados a fin de fundar
temporal. La anarquía espiritunl ha precedido y engen- sobre bases sólidas la organización del nuevo sistema
dra?o la anarquía temporal. Hoy en día, el malestar social, resulta fácil determinar qué fuerzas sociales
soctal depende más de la primera causa que de la están destinadas a cumplir esta importante misión. Esto
segunda. Por otro lado, el esrudio atento de la marcha es lo que queda por precisar antes de exponer el plan de
de la civilización prueba que la reorganización espiri- trabajos a efectuar.
ruaJ_de ~~sociedad eslá hoy más preparada que su reor- Puesto que ya ha sido demostrado que está radical-
gantzacJon . temporal. Así pues, la primera serie de mente viciada la manera en que bao procedido has1a
e;;fuerzos duectos para tennirulr la época revoluciona- ahora los pueblos en orden a la formación del plan de
na d~be tener por objeto la reorganización del poder reorgani7ÁICi6n, resultaría sin duda superfluo insiS1ir
esplfltual; maemras que, hasta el presente, no se ha mucho en mostrar que Jos hombres a los que fue con·
prestado Jamas atención más que a la ree.s1ructuración fiado este gran trabajo eran completamente incompe-
del poder temporal. tentes. Esta claro que, en efecto, Jo uoo es la conse-
Ev!deotemeote, hay que concluir, de todas las coosi- cuencia inevitable de lo otro. Habiendo ignorado los
deractOnes ~reced;1~tcs, la absoluta necesidad de sepa- pueblos la naturaleza del trabajo, oo podlan dejar de
r~ los tr_abaJos tconcos, concernicntcs a la reorganiza- equivocarse en la elección de los hombres llamados a
c•~n socml prescrita en la época ac_tual, de los trabajos realizarlo. Por la misma razón que estos hombres han
practrcos, es dec1r, c?~ceb~r y II'Ctlhzar aquellos que se sido los adecuados para llevar a cabo este trabajo, tal
relac1onan con el espiiitu del nuevo orden social, con el como lo concebian los pueblos, no pueden ser capaces
~IStema de ideas generales que debe corresponderle, de dirigirlo de la manera en que debe ser concebido. La
mdependientemente de aquellos que tienen por objeto incapacidad de estos mandatarios, o más bien su
<:' Sistema de relaciones sociales y el modo administra- incompetencia, ha sido, por tanto, la que debía ser, ya
uvo que_r~lta de ello. No se puede hacer nada esen- que no hay nada que sea adecuado a dos cosas nbsolu-
CI~I y solido en lo que se refiere a la pane práctica, tameote opuestas.
m1entras la pane teórica no esté establecida o, al Es principalmente la clase de tos legistas la que ha
m!nos, muy avanzada. Proceder de otro modo equival- proporcionado Jos hombres llamados a dirigir los traba-
drm a constrmr sm base, aplicar la forma antes del jos de las pretendidas constituciones establecidas por
fondo; en una palabra, cquivaldrla a prolongar el error los pueblos desde hace treinta años. La naturdleza de las
fundamental cometido por los pueblos, que acaba de ser cosas, de la manera en que fue concebida hasw hoy,
presentado como la fuente primcr-d de todas sus aberra- les ha conferido necesariamente estJ función.
36 AUGUSTO CO!m: PLAN OC LOS ntAMIOS CIENTfFI{'OS. 31

En efecto, como, para los pueblos, no se lrntó hasta cuados soo para coordinar una teoría según sus verda-
ahora más que de modificar el viejo sistema y de que deros principios.
fueran plenamente establecidos los principios criticos Así pues, no se trata aquí de una vana cuestión de
destinados a dirigir estas modificaciones, ba tenido que amor propio, sino que todo se reduce a la relación nece-
ser la elocuencia la facultad puesta eSpecialmente en saria y eJ<clusiva existente entre cada especie de capa-
juego en este trabajo, de modo que ba sido cultivada cidad y cada Indole de trabajo. Los legistas dirigieron la
habitualmente sobre todo por los legistas. Aunque no formación del plan de reorganiaci6n cuando fue con·
sea más que subalterna, por proponerse únicamente cebido, con un espíritu absolutamente viciado. Han
hacer triunfar tal opinión dada sio participar en su for- hecho lo que debían hacer. Llamados a modificar y a
mación y en su examen, es, por esto mismo, eminente- criticar, han modificado y criticado. Seria injusto repro-
m~nte apropiada a la propagación. No son los legistas charles los defectos de una dirección que no eligieron
qmencs han combinado los pri ncipios de la doctrina ellos, y que no constituye su tarea recti ficar. Mientras
critica, sino los metaflsicos, quienes forman por lo esta dirección fue útil e incluso indispensable, lo fue
deméts, de~dc el punto de vista espiritual, la clase también su influencia. Pero. al mismo tiempo, es preci-
correspoodtentc a la de los legistas desde el punto de so o·econoccr que debe cesar esta in fluencia cuando ha
vosta temporal. Pero es por los legistas por quienes han de prevalecer una direce i6n opuesta. Sería, sin duda,
sido extendidos estos principios. La escena política ha muy absurdo preteude•· operar In reorganización de la
sido ocupada principa lmente por ellos durante toda la sociedad concibiéndolu como un asunto puramente
durnción de la lucha directa contra el sistema feudal y práctico, y sin que haya sido previamente ejecutlldo
teológico. Se les debe, por tanto, que venciera la direc- ninguno de los trabajos teóricos necesarios. Mas cons-
ción de las modi ficacioncs que debían ser introducidas tituirla un absurdo todavLn mayor In sing1dar esperanza
en este sistema según la doctrina crítica, que sólo ellos de ver efectuarse una yerdadera reorganización por
estaban habituados a manejar de manera natural. parte de una asamblea de oradores extraños a toda idea
Evidentemente, no podria ser de otra manera en el teórica positiva, y elegidos sin ning1ma condición de
caso ~e los trabajos vcrdademmente orgánicos, cuya capacidad determinada. por hombres, que. en su mayo·
neccsodad acaba de ser demostrada. No es ya la el~ ria, son aún más incompetentes'.
cuencia, esto es, la facultad de persuasión, la que debe
1 Me encuentro muy leJOS de concluir, de las consideraciones
ser especialmente activa, sino el=.onamiento, esto es,
la facultad de examen y coordinación. Por esto mismo, anteriores, que la clase de los lcgiscas no deba renc:r ya acdvidad
polltica. Tao sólo he querido e-crnblcc:cr que su accióo debe camb&ar
los legistas son generalmente, desde el primer punto de de clti'tcter.
vista y por lo general, los hombres más capaces y, Según los llllOOOmJeooos que aeabo do upooer, el esl3do pre-
desde el segundo, los más incapaces. Profesando abier- seoo: do 1.1 soc:icdod exige que la dli<CCión suprtma do loo espírirus
tamente ci>lar buscando los medios para persuadir cual- deje do p<n<n«:<r o los lqisoas. pero co noAn menoo tbm>dos, poc
su nantralcza. a secuodar. dbde: punlos de \ 'I.Sta muy importantes. la
quier opinión, cuanta más habilidad adquieren en este
011<''3 dirección ""'""'' que scri mlrodUCldn por OITOS. En primer
tipo de trabajo, mediante la experiencia, más inade- tu~, en rui>n de SU> me<hos de pcr$1Wi6o y del hibito que: aúo rie·
38 AUGUSTO COMTE
PLAN DE LOS 11/AliAJOS Clf.NTIFICOS... 39
La naturaleza de los trabajos que han de ser ejecuta·
dos indica por sí misma, de la manerd más c lara posi- necesita la sociedad trabajos teóricos en una dirección
ble, a qué clase le corresponde emprenderlos. Está claro particular cualquiera, se reconoce que debe d ~r~gorsc a
que, al ser teóricos estos tmbajos, los hombres que tie- In clase de sabios correspondiente: es, por tanto, cl.coo~­
nen la profesión de formar combinaciones teóricas junto del cuerpo científico el que está llamado a dmgor
metódicamente, esto es, los sabios ocupados en el estu- los trabajos teóricos generales, cuya necesodad acaba de
dio de las ciencias de observación. son los únicos cuyo ser compo·obada'.
tipo de capacidad y cultura intelectual cumple con las Por lo demás, la naturaleza de las co.sas, C?nvc-
condiciones necesarias. Seria evidentemente monstruo- nientcmente interrogada, previene toda dovagacoón a
so que, cuando la necesi<L'd más urgente de la sociedad este respecto; pues prohíbe absolutamente la hbcna~ de
dé lugar a un trabajo general de primer orden en impor- elección. mostrando, desde distintos puntos de ~osta,
tancia y dificultad, no esté dirigido por las mayores ser la clase de los sabios la única apropiada para CJCCU·
fuerzas intelectuales existentes, por aqueUas cuya tar el tmbajo teórico de la reorganización social.
manera de proceder es universalmente reconocida
como la mejor. En las demás partes de la sociedad se 1 Comprendemos aquí, e-ntre: los sabios.~ ronform~ al uso o~din.a~

encuentran, sin duda, hombres de una capacidad teóri- no. 3 los hombf"C8 que, sin consagrar su vtda ~~ c uh~vo cspceutl de
ca igual e incluso superior a la del mayor número de ali tllla c 1cncia de observación. poSeen la ca.p.actdad C tent1~ca, 't h3n
hecho del conjunto de conocimientos pOstttvos un estudto 1o ,ba!l·
sabios, pues la clnsificación real de los individuos se t·uuc profundo como t>ara haber sido penetrados por su elll>lruu '/
encuentra lejos de estar en todo de acuerdo con la cla- l;abeN~e fh.miliari1..ado con las leyes principales de loi> fenómenos
sificac ión natural o fisiológica. Pero, en un Lrdbajo tan mnuralcs. .
esencial, han de tenerse en cuenw las clases y no los Est&. sin duda. reservada a esta clase de sabtos, poco numer~SII
individuos. Por otra panc, para estos mismos, la educa- aún la actividad esencial en la fonnación de. la nueva doctnna
soci'at L..os otros .sabios están demasiado absorb1dos por sus ~J)I·
ción, es decir, el sistema de hábitos intelectuales resul- cionC:S p11111CUiate~ t incJúSO demasiado afectados aún por CIC!1r
tante del estudio de las ciencias de observación, es lo vicioso! h.íbno!l intdoctuales, que re~tan hoy de esu. ~~~ •·
único que puede desarrollar de manera conveniente su zación. para que puedan k'r ' tT<bderamer!t: at'ti\OS ton el establece·
capacidad teórica natural. En una palabra, siempre que micmo de la cimcla poUttca.. Pero oo cump1itán ~· e-n t'$18 gran
rundoc>Cin. una IUn<m muy imponarnc, aunque posova: la de JUC<eS
narurolos de los tr.lbajoo. Los mullados obocnidos por ~ hombres
oen. más que ninguna ooa clmse. de siluarx en el punto de visaa que seauido la n~-a dlrecx:ióo filosófica no te~ran ''i'llor e
político. deben COtJtribuir podc:I'OSa.meme a l.a adopción de la doctri· influencia, en tanto que oo sean adop(ados por los sabt~ especanlcs
na orgánica. En segundo lugar, lo-5 legistas. y~ todo aquellos <.'0010 si t\.1\'ieran el rrusmo carácter de sus trabaJOS habituales.
que han realizado un estudiO profundo del dcrecbo positivo, poscc::n He creido deber dar estat explicación a fin de prevemr una obJe..
exclusivamente. la capacidad regJamentarín, que es una de las gran- ción que se pre~~;cnta de un modo n.a(urul al espíriru de.la. m~yoria de
des Cápaddad-es necesarias pam 13 formac ión dcJ nuevo sistema los lcc:tores. Pero, por lo demás, es evidente q~e esta dtr.1m..:aón entre
social. y que será puesta en jucco um pronto como la parte pum- la pnne de la c:lm¡c científica que dclx: ;;cr ttehva y ht. parte CLU ~ debe
meiHc espiritual del trabajo genero! de rcorJJani4mción haya sido lle- ser simplcmeoto pasiv.t en la elaborncton de la doctnn:t or~mco, es
vada a su ténniuo, o haya twnnzado suflcic:ntcmcrue. completamome secundaria, y no afecta en nada a la afmnac16n fun·
clamemal establecida en el texto.
40 AUCiUSTO COMIIi PUN DE UJS TRABAJOS CIENTfFICOS... 41

En el sistema a constiruir, estar.í el poder espiritual becho el poder reconocido de ser autoridad. Sin esta
en man~s de los sabios, y el poder temporal penenece- condición, su tmbajo, sometido al control arbitrario y
rá a los ¡efes de los trabajos industriales. Ambos pode- vanidoso de una politic.a de inspiración, jamás será
res deben proceder, pues, de manera narural en orden a adoptado unifonnemente. Ahora bien. si se echa un vis-
la ~ormación de este sistema, como procederán, cuando tazo a la sociedad, se reconocerá enseguida que esta
este establectdo en su aplicación diaria sin tener en influencia espiritual se encuentra hoy exclusivan1ente
cuenta la .importancia superior del trabaj~ que es nece- en manos de los sabios. Únicamente ellos ejercen una
sano realizar hoy. Hay en este trabajo una parte espiri- autoridad indiscutida en materia de teoria. Así pues,
tual que debe ser tratada en primer lugar, y una pane independientemente de que sean los únicos compe-
temporal que debe ser tratada consecutivamente. Así tentes para formar la nue'oa doctrina orgánica, exclusi-
pues, la t~rea de los s~bios consiste en emprender la pri- vamente ellos están investidos de la fuerza moral nece-
mera scrte de traba¡os, y la de los industriales más saria para determinar su aceptación (admission). Los
importantes, en organi?~r el sistema adm inistrativo obstáculos que ofrece a esto el prejuicio critico de la
según las bases que haya establecido. Tal es la marcha soberanía moral, concebida como un derecho innato de
simple indicada por la naturaleza de las cosas que todo individuo, son insuperables para todos menos para
enseña que las mismas clases son los elementos de los ellos. La única palanca que puede volcat· este prejuicio
poderes de un nuevo sistema, y deben situarse un día a se encuentra en sus manos. Es el hábito contraído poco
su cabeza. puesto que son las únicas que pueden cons- a poco por la sociedad, desde la fundación de las cien-
tituirlo, dado que sólo ellas son capaces de captar cias positivas, de someterse a las decisiones de los
correctamente su espíriru, y sólo ellas están empujadas sabios en lo que concierne a todas las ideas teóricas
en este r.cntido por el impulso combinado ele sus hábi- particulares, hábito que extenderán fácilmente l?s
tos y sus intereses. sabios a las ideas teóricas generales, cuando esten
Otra consideración hace todavía más palpable la encargados de coordinarlas.
necestdad de confiar a los sabios positivos el trdbajo Así pues, los sabios, con exclusión de toda otra clase,
teórico de la reorganización social. poseen hoy los dos elementos fundamentales para el
En el capíntlo precedente se ha observado que la doc- gobierno mora l, la capacidad y la autoridad teórica.
trina critica ha producido en la mayor parte de las cal» También merece ser indicado un último rasgo esen·
zas el hábito de erigirse en juez supremo de las ideas cial, no menos propio de la fuerza científica que los
políticas generales, tendiendo a fonalecerlo cada vez prooedenres.
más. Erigido en principio fundamental este eslfldo amlr- La crisis acntal es evidentemente común a todos los
quico de las inteligencias, constituye un obstáculo evi- pueblos de Europa occidental, aunque no todos partici-
dente a la reorganización de la sociedad. Las capacidades pan en ella en el mismo grado. No obstante, es tratada
realmeme competentes formarían en vano la \'Crdadera por cada uno de ellos como si fuera simplemente
docnina orgánica desti nada a acabar con la crisis actual, nacional. Pero, evidentemente, a una crisis europea es
st, a C11usa de su anterior situación, no poseyeran de necesario darle un tratamiento europeo.
42 AU<iUS1V CO/I!'rli PI.AN Dli WS TR.<BAJOS CIENT/FICOS... 43

Este ais lamiento de los pueblos constituye una con- donde resulta la utilidad imnediata de su cooperación.
secuencia necesaria de la caída del sistema teológico y Ahora bien, síguese de eso que estos pueblos deben tra-
feud~, por la que se han enc<:mtrado disueltos los lazos bajar igualmente en común en orden al establecimiento
espmruales que había establecido este sistema entre Jos del nuevo sistema.
pueblos de Europa, y que se han intentado vanamente Considerando desde este punto de vista la nueva doc-
reemplazar p~r 1ut estado de recíproca oposición hosti l, trina orgánica, resulta claro que, al tener que satisfacer
dtsfrazada baJO el nombre de equilibrio europeo. La la condición de determinar la combinación de diferentes
docmn.a crítica es incapaz de restablecer la armonla que pueblos civilizados, la therza destinada a formarla y
ha destrUidO en ~u viejo princ ipio fundamental; y, por el establecerla debe ser una fuerza europea. Ahora bien, tal
comrano, la aJe~a. En primer lugar, tiende por su natu- es también la propiedad específica de la fuerza cientifi-
raleza ~ atslam1ento; y, en segundo Jugar, Jos pueblos ca, no menos exclusiva qu.e todas las antetionnente enu-
no sabr1an entenderse completamente fundándose en meradas. Es notorio que sólo Jos sabios forman una ver·
tos mismos principios de esta doctrina, porque, según dadera coalición, compacta, activa, cuyos miembros se
e!la, cada uno de ellos pretende modificar el anti<>uo entienden y corresponden todos fácilmente y de manera
s1stema en distintos grados. o continua desde una punta a otra de E uropa. Esto se debe
Sólo la verdadera doctrina orgánica puede producir a que hoy son ellos los únicos que tienen ideas comunes,
esta umón_ tan •.mperiosamente reclamada por el estado un lenguaje uniforme, un fin de actividad general y per-
de la CIV1hzac1on europea. Debe determinarla forzosa- manente. Ninguna otra clase posee esta poderosa venta·
me~te, ofrecié":dotes a todos los pueblos de Europa ja, porque ninguna otra cumple fntegramente estas con-
occ1dcntal el Ststema de organización social al que diciones. Los mismos industriales, llevados de manera
todos _están llamados actualmente, y del que cada uno tan eminente a unirse a causa de la naturaleza de sus tra-
gozara de manera completa, en una época más o menos bajos y sus hábitos, también se dejan dominar demasia-
cercana, según el estado especial de sus luces. Por otra do por las inspiraciones hostiles de un patriotismo sal·
parte, es preciso observar que esta unión será más per- vaje, para que pueda establecerse desde hoy, entre ellos,
~ecta 9ue la producida por el ' ' iejo sistema, que no exis- una verdadera combinación europea. Está reservada a la
tía mas que desde el punto de vista espiritual; mientras acción de los sabios el producirla.
que hoy en día debe tener lugar igualmente desde el Sin duda, resulta superfluo demostrar que la actual
punto de vista temporal, de modo que estos pueblos wtión de Jos sabios tomará una intensidad mucho más
están llamados a formar una verdadera sociedad gene- fuerte cuando dirij an sus fuerzas generales hacia la for-
ral, completa y pemtanente. Y, en efecto, si fuese éste el mación de la nueva doctrina social. Esta consecuencia
lug~r de llevar a cabo un examen de este tipo, resultaría es evidente, ya que la fuerza de un tazo social es nece-
fáct_I mostrar que cada \1110 de Jos pueblos de Europa sariamente proporcional a la importancia del fin de la
occodental se encuentra, según. el matiz particular de su asociación.
estado de civilización, en la situación más favorable A fin de apreciar en toda su extensión el valor de esta
para negociar tal o cual. parte del sistema general; de fuerza europea particular de los sabios en toda su
44 AIJ"CIJSTO COJITE PI.AN DE LOS TIWIAJOS CJF,N71FICOS... 45

amplirud, hay que comparar la conducta de los reyes Por lo demás se ve que esta idea cñtica, aunque
desde el punto de vista que nos ocupa, con la de lo; fuera cierta no ~canza en absoluto su fin e incluso la
pueblos. ya
:.leja de él, que tiende a impedir que se unan los pue-
Se ha observado. más arriba, que los reyes. rigiéndo- hlos. Como una fuerza sólo puede ser comer11da por
s~ por. un plan absurdo en su principio, proceden a su 11tra, desde el punto de vista europeo, l~ p~cblos esta-
eJecUCIÓn de una manera mucho más metódica que los rán, evidentemente, en un estado de 111fenondad ~n
pueblos. porque la línea que siguen est:í descrita por respecto a los reyes, mientras la fuer:u de los. sabros,
completo en el pasado de la manera más detallada. Así única fuerza europea, no presida el gran trabajO de la
pues, desde el punto de vista que estamos considenm- reorganización social. Para los pueblos, sólo ella puede
d~, los reyes combinan sus esfuerzos en toda Europa, ser el equivalente real de la Santa Alran~ c:ercana .e~
m1enrras los pueblos se aislan. Por este único hecho eso a la superioridad necesaria de una coaliCIÓn espln-
tienen los reyes una .ventaja relativa sobre Jos pueblos: rual sobre una coalición puramente temporal.
contra la que estos ulttmos no pueden luchar con nin- Así pues, en últim.o an~li~is, la n~esidad de confi~r
gém. otro medio, lo que le da una extremada impor- a Jos sabios Jos traba¡os tcóncos preltm.mares rec~nocr­
tancia. dos como indispensables para reorgamzar la soc~edad,
Los jefes de la opinión de los pueblos no tienen otro se encuentra sólidamente fundada en cuatro consrderd-
recurso que el de manifestar su indignación contra tal ciones distintas, de las que una sola bastaría J)3l<! eSta-
superioridad de posición, que no deja de existir por blecerla: \.0 , Jos s.abios, por el género de su capac1dad Y
ello. Proclaman, como tesis general, que los di ferentcs culrum intelecruales, son los únicos competentes pa':'
Estados no tienen ningún derecho a intervenir en las ejecutar estos trabajos; 2.•, esta función les está dCSII·
reformas socia les de los demás. Ahora bien, este prin- nada por la naruraleza de las cosas, como si fu~en el
Clpto, que no es otra cosa que la aplicación de la doc- poder espiritual del sistema que ha de ser orgamzad~;
trina critica en las relaciones exteriores es absoluta- 3.", poseen exclusivamente la autondad moral ncccsn.n a
mente fulso, igual que todos los restan!~ dogmas que boy para determinar la adopción de la nueva doctnna
1~ componen; como ellos, no es más que la generali?.a- orgánica cuando se haya formado.; 4.", en fin, de rodas
Ción vrc•osa de un hecho transitorio, In disolución de las fuerzas sociales existentes, la unrca europea es la ~e
los lazos que e~istian entre las naciones europeas cuan- los sabios. Semejante conjunto de pruebas del><:, sm
do estaban bajO la mlluencia del viejo sistema. Está duda, poner la gran misión teórica de los. sabiOS a
claro que los pueblos de Europa occidental debido a la cubien.o de toda incertidumbre y de toda polem•c~.
equivalencia y coordinación de su civiliz;ción, consi- Resulta de todo lo anterior que Jos errores cap1tales
derada, sea en su desarrollo sucesivo, sea en su est;~do cometidos por los pueblos en su manera de concebtr la
actual, forman una gran nación, cuyos miembros tienen reorganización d.: la sociedad tienen como P~''!"era
derechos recíprocos. sin duda menos extendidos, pero causa la marcha viciosa según la que han proced•do a
de la !1llS11la naruraleza que los de las diferentes partes esta reorganización; que. el vici~ de esm mard1a conSJS-
de un Estado único. re en que la reorganización socral ha SidO m~tada como
46 AUG(/STO COMTE PI.AN DE LOS TRAIJAJOS CJENTIFtC()S. .. 47

una operación puramente práctica, mientras que es porcionar los medios de ir más lejos, permitiendo hacer
esencialmente teórica; que la naturaleza de las cosas y más rápido el pensamiento. .
las experiencias históricas más convincentes prueban la Por la misma naturaleza del esplntu h?mano, cad~
absoluta necesidad de dividir el trabajo tota l de la reor- rama de nuestros conocimientos necesanamente esta
ganización en dos series, una teórica y la otra práctica, sujeta en su marcha a pasar succsiva~ente por tr.e~ eta-
debiendo ser ejecutada previamente la primera, por pas teóricas diferemes: el estado tealog.co o ficttcto, el
estar destinada a servir de base a la segunda; que la eje- es1ado metafísico o abstracto y, por fm, el estado Cien-
cución preliminar de los trabajos teóricos exige activar tíf ico o positivo. .
una nueva fue rza social distinta de aquellas que, hasta En el p1i mero, las ideas sobrenaturales s1rven para
hoy, han ocupado el escenario, y que son completa- ligar el pequeño número de ob5':rvn~10nes a1sladas de
mente incompetentes; finalmente, que esta nueva fuer- las que se compone entonces la c1en~ta. Con OUllS pal.a-
za debe ser, por muchas razones muy decisivas, la de bras,los hechos observados son explrcado~, esto es, vrs-
los sabios consagrados al estu dio de las ciencias de tos a priori, según los hecbos in~entados. Este es, nece-
observación. sariamente, el estado de toda c1enc1a que se encu~n.tra
E l conjunto de cst:~s ideas puede ser entendido como en sus orígenes. Por imperf-ecto que se:'• es el uruco
teniendo por objeto conducir gradualmente el csplritu modo de unión (/iarson) pos1ble en esta epoca. Provee,
de los hombres meditativos hasta llegar al punto de por consiguiente, al único instrumento por cuya medta-
vista más elevado desde el que se puedan ver, echando ción se puede razonar acerca de los hech~s, sosteruen-
un mero vistam, los vicios de la marcha seguida hasta do la actividad del espíritu, que, por enclllla .~e todo,
el presente para reorganizar la sociedad y el carácter de tiene necesidad de encontrar un punto de rcumon ctta!-
la que debe ser adoptada hoy. Todo se reduce, en último quiera. En una palabra, es indispensable para poder tr
término, a que se cstublezca, por parte de lns fuerzas más lejos. , .
combinadas de los sabios europeos, w1a teoria positiva El segundo estado se halla destinado umcamentc a
para la política distinta de la práctica, que tenga por servir de medio de transición del pnmero al tercero. Su
objeto la concepción del nuevo sistema social corres- carácter bastardo une los hechos según ideas que ya no
pondiente el estado presente de las luces. Abora bien, son del todo sobren a rurales, y que no son aún por com-
reflexionando sobre ello, se verá que esa conclusión se pleto naturales. En una palabra, estas i~cas son abstrac-
resume en esta (mica idea: los s(lbios deben elevar lzoy ciones personificadas en las que el espl!ltu puede ver a
la política al rango de las ciencias de obsen•acló11. capricho el nombre místico de una causa so.brcna~J.
Tal es el punto de vista culminante y definitivo en el 0 el enunciado abstracto de una s1mple .st-nc de feno-
que es necesario situarse. Según este punto de vista, menos, según esté más cerca del estado teológico o del.
resulta fácil encerrar en una serie de consideraciones estado cientlfico. Este estado metafíSICO supon~ que los
muy simples la sustancia de todo lo que ha sido dicho hechos, al mismo tiempo que se han vuelto mas nu~e­
desde el comienzo de este opúsculo. Queda por hacer rosos, se han unificado de acuerdo con las analog¡as
esta irnponante generalización, la única que puede pro- más amplias.
48 AUGUSTO COMT!i PLAN DE: LOS TRABAJOS C/EN11FTCOS... 49

. El lercer estado es el modo defmitivo de cualquier <1ue ha pasado ya por los dos primeros estados, y que
Ciencia; los dos pl1.meros sólo han estado destinados a hoy está preparada para alca1:zar el tercero.
prepararlo ?radualmemc. Entonces, los hechos están La doctrina de Jos reyes representa el estado teológi-
hgados segun Ideas o leyes generales de uo orden ente- co de la poHtica. En último análisis está fundada, efec·
ral~lente posmvo, sugeridas o confirmadas por los tivamente, sobre ideas teológicas. Muestra las relacio-
hechos nusmos, Y que, a menudo, no S•) n más que s im- nes sociales como basadas sobre la idea sobrenatural
ples ~echos lo . suficientemente generale.s como para del derecho divino. Explica los cambios políticos suce-
devemr ~nllCipiOS .. ~*'!! trata de reductrlos ~icmpre aJ ~ivos de la es-pe.cie hurnana gracias a una dirccc16n
menor numero posible, pero s in insrituir ninguna hipó- sobrenatural inmediata, ejercida de una manera conti-
tesis. que no sea verifi~ble un día, de forma natural, nua desde el primer hombre hasta el presente. Es así
med•ame la obser~ac¡on, y enrendiéndolas, en todo como se concibió exclusivamente la política, hasta que
caso, como un mediO de expresión general de los t· 6- el viejo s istema comenzó a declinar.
menos. en La doctrina de los pueblos expresa el estado metafi-
d Los hombres a quienes les resulta familiar la marcha sico de la política. Se funda en su totalidad sobre la
_e las Ciencias pueden verificar cómodameme la exac- suposición abstracta y metafisica de un contrato social
titud det es re· resumen
1 . . histórico general , en reJa c1on
.. con primitivo, anterior a todo desarrollo de las facultades
ascua ro c~enclas fundamentales boy ~· d'· .. humanas llevado a cabo por la civilización. los medios
1 • . · · ~ '" pos•t•vas:
.a astronomla, la fislca, la quhuica Y la fisiología, así habituales de razonamiento que emplea son Jos dere-
corno con las CienciaS que se relacionaJI con estas últi- chos, considerJdos como naturales y comunes a todos
, lncluso qmenes
mas. . no han con•t"de~cto
~ ~"
1as Clenctas
. . los hombres en el mismo grado, que garantiza median-
mas ~u e en su esrado presente pueden realizar esta veri- te este co1l!rato. Tal es la doctrina primirívarnente crí.tí·
ficación en la fi~lologia, que, aunqtle se ha vuelto final- ca, extraída, en su origen, de la teología, para Juchar
mente tan )X>SI!Jva como las otras n-es existe , b . C·Ontra el viejo sistema, y que enseguida ha sido consi-
las tres ~. ' d J · • aun SJO derada como orgánica. Es pdncipalmente Rousseau
. ' ormas e as diferentes clases de espíritu. des-
lg~al~ente contemporáneas. Este hecho es sobre lodo quien la ha resumido de manera sistemática, en una
man•fJesto en la porción de esta ciencia que considera obra que ha servido y que s irve aún de base a las con·
especwlmente Jos fenómenos llamados moro/es, conce~ sideraciones vnlgares sobre b organización social.
hul?s por unos como el resultado de- una C-ontinua Finahneute, la Uo...:·U Íml cit:Htificil de:: lt~ pulít il:t~ wu-
accló~ sobrenatural, por otros como Jos efectos incom- s idera el estado social en que los observadores encon-
preus tbles de la actividad de un ser abstracto y f tr<~ron s iempre a la especie humana, como Ja conse·
por otr~s como dependientes de condiciones' o;g~~ic~ cuencia necesaria de su organización. Concibe el fin de
suscepttbles de ser demostradas, más allá de las cuales este estado social como determinado por el rango que
no cabe remontal'Se. ocupa el hombre en el sistema natural, tal y como está
Considerando la política como una ciencia, y apli- fijado por los hechos, y s in considerarlo susceptible de
cándole las observaciones precedentes, se encuentra explicación. En efecto, ve que de esta relación funda·
PL~ Df. LOS TIUB..UOS CIENI'IFICOS... S1

mental resulta la constante tendencia del hombre a Las ciencias se han hecho positivas, una tras Otra, en
actuar sobre la namraleza a fin de modificarla en su el orden en que era natural que se operase esta revolu·
beneficio. Considera luego el orden SI)Cia l como si ción. Es te orden es el del grado de complicación mas o
tuviera por objeto final el desarrollo colectivo de esta menos grande de sus fenómenos, o, con otras palabras,
tendencia natural, el regularizarla y concertarla, a fin de el de su relación más o menos intima con el hombre.
que la acción útil sea lo más grande posi>le. Estableci- Así pues, han sido tnducidos a ~rias positivas: en pri·
do esto, intenta relacionar a través de observaciones mer lugar los fenómenos asrrononucos, como st fueran
directas acerca del desenvolvimiento c::>lcctivo de la los más simples, y a continuación, sucesivamente, los
especie, la marcha que ba seguido y los estados inter- fisicos, los químicos y los fisiológicos; estos úlumos en
mediarios por los que se ha visto obligadl a pasar antes una época muy reciente. En lo concerniente a los fenó-
de llegar a c~tc estado dennltl\'0, con la-; leyes funda- menos politicos, que son los más complicados, ya q~e
mentales de la organización humana. Rigiéndose por dependen de los restantes, la núsma rcfonna no podta
esta serie de observaciones, contempla los perfecciona- efectuarse más que en último término. Pero, evtdente·
mientos reservados a cada época como dictados, al mente, es um necesario que se efectúe ahora, como
abrigo de toda hipótesis, por el punto de este desarrollo hubiese sido imposible que se efectuara antes.
al que ha llegado la especie humana. Concibe a conti- En segundo lugar. resultaba necesario que llegara a
nuación las posibilidades politicas de cada grodo de su última época el sistema social prep':""torio, e~ el qu.c
civilización como s i únicamente tuvieran por obj eco la acción sobre la nan•ralcza no era mas que el f m mdt·
facilitar Jos pasos que tiendan a darse después de haber l'ecto de la sociedad.
s ido determinadas con precisión. En efecto. por l1ll4 parte, la tcoria no podía ser esta-
Tal es el espíritu de la doctrina positiva que se trata blecida basta cnton=. porque hubiese estado demas13·
de establecer boy, proponiendo como fm aplicarlo al do por delante de la práctica. Al estar destinada a diri-
estado preseme de la especie humana ci·.•ilizada, y s in girla, no podria adelantarla has_ta el puntO de perderla
considerar los estados anteriores más que como necesa- de v ista. Por otra parte, no habna tcn•do antes una base
rios de observar a fin de establecer las leyes fundamen- experimentul suficiente. Era preciso el establecimiento
L..'\Ics de la ciencio. de un sistema de orden soctal ad.mludo por una pobla-
Resulta fácil explicarse de una \<CZ por qué la políti· ción muy numerosa y compuesta por varias grand_e s
ca no ha podido devenir antes una ciencia positiva, y naciones, así como toda la dumción posible de este stS·
por qué está hoy llamada a serlo. tema, a fin de que pudiera fundarse una teoría sobre
Para ello fuc•'On ind ispensables dos condiciones fun- esta vasw experiencia.
damentales, distintas pero insepar.Jbles. Esta segtmda condición ha sido satisfecha hoy en la
En primer lugar, fue necesario que tO<hs las ciencias mistll3 medida en que lo fue la primero. F.l sistema teo-
paniculares deviniesen positivas sucesi•amcnte; pues ló•ico destinado a preparar al espiritu humano para el
no podía serlo el conjunto, al no serlo ningun elemen- si~ema científico ha llegodo al término de su carrero.
to. Hoy se ha cumplido esta condición. Esto es indiscutible, puesto que el s istema metaflsico,
52 AUOUSTO CO\ITE Pt.<N Dt: LOS TRAMJOS Clf\'TIFICOS... 53

cuyo ~ico objeto es h'liStrocar el siste~a teológico, ha moth'ada. en relación con el cuadro general de los tra-
obtemdo, en general, la preponderancia enJre los pue- hajos orgánicos que les someto.
blos. La políttca científica debe establecerse, por tanto, Este prospecto se compone de tres series de trabajos.
de forma natural, pues, vista la imposibilidad absoluta La primera tiene por objeto la formación del sistema
de prescindtr de u~a teoría, sería necesario suponer, si <le observaciones históricas sobre la marcha general del
esto no hubtera tentdo lugar, que se ha reconstituido la ~-spíritu humano, destitl3do a ser la base positiva de la
polhica teológica; hablando con propiedad, por no ser ¡lOiitica, de manera que le baga pe!der tntemmcme el
la política metaftSica una verdadera teoría, sino una carácter teológico y el carácter metafisieo, para impri-
doctrina critica, buena solamente para una h'liOSición. mirle carácter científico.
En resumen, nunca ha habido, por tanto, una revo- La segunda tiende a fundar el sistema completo de
lución moral a la ve¿ rn:ls inevitable, más madura y educación positiva que conviene a la sociedad regcne·
más urgente, que la que debe e levar hoy la política al rada, constintyéudosc para actuar sobre la naturnleza; o,
rango de las ciencias de observación de la maoo de los con otras palabras, se propone perfeccionar esta acción
sabios europeos combi nados. Sólo esta revolución en tanto que depende de las facultades del agente.
puede hacer intervenir en la gran cris is actual una En fin, la tercera consiste en la exposición general de
fuer1a verdadcmmente preponderante, la única capaz la acción colectiva quo pueden ejercer sobre la natum-
de rcgu larla y do prcserv-Jr a la sociedad de las cxplo- leza los hombres civilizados en el estado actual de
sionos terribles y anárquicas por las que se ve amena- todos sus conocimientos para modificarla en su boncfi-
zada, colocándola en la. verdadera ruta del s istema cio, dirigiendo todas sus fuerzas hacia este fin y consi-
social perfeccionAdo, que reclama imperiosamente el derando las combinaciones sociales solamente como
estado de sus luces. medios para alcanzarlo.
A fin de poner en acción lo más pronto posible las
fuerzas cicmíficns destinadas a cumplir esta saludable
misión, resultaba preciso presentar el prospecto general
de los trnbajos teóricos a ejecutar para reorganizar la
sociedad, elevando In polít ica al rango de las ciencias de
observación. Me he atrevido a concebir este plan, y se
lo propongo solemnemente a los sabios de Europa.
Profundamente convencido de que, cuando se enta-
ble esta discusión, mi plan, adoptado o rechazado, con-
ducirá necesariamente a la formación del plan definiti-
vo, no temo conminar n todos los sabios europeos, en
nombre de In sociedad amena7.ada por una larga y terri-
ble agonía, de la que únicamente su intervención puede
preservarla, a emitir pública y libremente su opinión
PRlMERA SERIE DE TRABAJOS

La condición fundamenml que hay que cumplir para


U'3tar la política de una manera positiva consiste en
determinar con precisión los limites dentro de los que
están contenjdas, a cauba de ln naturaleza de las cosas,
las combinaciones del orden social. En otros tén11inos,
es preciso que se haga una distinción c:ara en la políti-
ca, igual que en otras ciencias, entre el papel de la
observación y el de la imaginación, y que la segunda
esté subordinada a la primera.
Para presentar esta idea capital con toda elaridac~ es
necesario compamr el cspiri tu genen~ de la política
positiva con el de la pollt ica teológica y el de la políti-
ca metafisica. A rin de simpliJicar este paralelismo, de-
ben englobarse estos dos en tma mismn consideración;
lo que no altemria los resultados, ya que, según el capi-
tulo precedente, la segunda no es, en el fondo, más que
un matiz de la primera, de la que no di ficre esencial-
mente sino por tener un carácter menos pronunciado.
El estado teológico y el cstndo mctafisico de una
ciencia cualquiem tienen como rasgo común el predo-
minio de la imaginación ~bre In obser.ación. Bajo este

(SS]
56 AUGUSTO CQ.I /Tii PUN DE WS 7'/UBAJOS CfENTIF/COS .. 57

punto de vista, la única diferencia existente entre ellos Así pues, en astronomía, el hombre empezó conside-
consiste en que la imaginación se ejerce, en el primero, rando los fenómenos celestes, s1 no como somet 1dos a
sobre seres sobrenaturales y, en el segundo, sobre abs- su in nucncia, al menos como si tuvieran relaciones
tracciones personificadas. <li1-ectas e íntimas con todos los detalles de su e)(istcn-
La consecuencia necesaria y constante de un estado cia: ha sido necesaria toda la potencia de las demos-
tal del espiritu humano consiste en persuadir al hombre !raciones más fuertes y más corrientes para que se
de que es él el ccnrro del sistema naturdl desde todos resignase a no ocupar más que un sitio subalterno e
los puntos de vista, y. por ende, está dotado de una imperceptible en el sistema general del \!Diverso. Del
potencia de acción indefinida sobre los fenómenos. mismo modo, en química, ha creído al principio poder
Evidentemente, esta persuasión resulta, de manera modificar la naturaleza intima de los cuerpos al gusto
directa, de la supremacia ejercida por la imaginación, de sus deseos, antes de limitarse a observar los efectos
que se combina con la inclinación O!llánica por cny:o de l_a acción recíprocn entre las diferentt'S SliSHmris.-.
virtud está predispuesto el hombre a formarse, en gene- terrestres. Parcjnmente, en medicina. sólo ha reconoci·
ral, ideas exageradas de su importancia y su poder. Una do que su acción era nula cuando no coincidía con la de
ilusión de este tipo configura el rasgo característico la organi7.ación, y, con mayor razón. cuando se le opo-
más notorio de esta infancia de la razón humana. nía, después de esperar durante largo tiempo rectificar
Consideradas desde el punto de vista filosófico, las a capricho los trastornos de su organización, y hasta de
revoluciones que han hecho pnsnr las diferentes cien- resistir indefinidamente las causas de destruCCIÓn.
cias al estado positivo han t~nido como efecto general La política no ha escapado mas que las otras ciencias
el estable<:imiento, en sen! ido inverso, de este orden a esta ley fundada en la naturaleza de las cosas. El esta-
primitivo de nuestms ideas. do en el que se ha encontrado siempre hasta el presen-
El carictcr fundamcntu1 de estas revoluciones ha te y en el que se encuentra aún, corresponde con una
c.ousistido en pasar a la observación la prepondemncia a~alogía perfecta a lo que era la astrología para la asll'o·
ejercida hasta entonces por la imaginación. Por consi· nomia, la alquimia para la química, y la búsqueda de la
guieme, las consecuencias han sido igualmente invert,i- panacea universal para la medicina.
das. El hombre ha sido desplazado desde el centro de la Según el capítulo precedente, en primer lugar. es evt-
naturaleza hasta el rango que realmente ocupa alli. De dcnte que la política teológica y la política metaftSica,
la misma manera, su acción hn sido circunscrita a sus considcrddas en cuanto a su manern de proceder, con-
límites reales, reduciéndosela a modificar más o vienen en hacer que predomine la imaginación sobre In
menos, unos por medio de otrOS, un cieno número de observación. Sin duda, no se puede pretender que, basta
fenómenos que está destinado a observar. abora, no ha sido empleada la obsef''ación en la pollti-
Basta con indicar la perspectiva histórica precedente ca teórica; pero no lo ha sido más que de manera suba!·
para que, a la vista de las ciencias hoy positivas, sea tema, siempre a las órdenes de la imaginación, como lo
inmediatamente verificada por todos aquellos que tie- estaba, por ejemplo, en la química, en la época de la
nen nociones claras de ello. alquimia.
58 Al/GUSTO COMTE P/..AN DE LOS TIUBA.JOS CIENTIFICOS 59

Eo politica. esta preponderancia de la imaginación en las distintas épocas de la civilización: únicamente


necesariamente ba tenido que tener consecuencias aná- según su mayor o menor conformidad u opo~ición al
logas a las arriba descritas en las otras ciencias. Se tipo invariable de perfección que han establ~~~- Asl,
puede verificar fácilmente a través de las obsen'llciones para no citar más que un ejempl? rec1ente y v_mb~e. los
direcms_ ~bre el esp_íritu común de la política teológica partidarios de la política teológtca y Jos parudanos de
Y la pol~ll:ca mctafísoca, consideradas desde el punto de la política metafisica proclamaron, por tumo y con muy
v1sta teonco. poco inten'lllo, que la organización social de España
Hasta el presente, el hombre ha creído en la ilimita- era superior a la de las naciones europeas más a\l'~lua­
da potencia de sus combinaciones políticas para perfec- das, sin que ni unos ni otrOs se dieran cuenta d~ la
cionar el orden social. Con otms palabras, la especie inferioridad actua 1de los españoles, en lo que concier-
humana ha sido considernda hasta ahora, en política, ne a su gn!CIO de civilización, coo o-e$pecto a los f~ance­
c~mo carente de impulso propio, pudiendo recibir ses e ingleses, por encima d e tos qt~e. se lesh~ s otuado
s1empre pasivamente cualquier cosa que quisiera darle en lo concerniente al rég1men polmeo . .1 u1coos La les,
ellegos lador, armado con una autoridad su ficiente. c1uc seria fácil multiplicar, muestran con evidcncin en
Por una consecuencia necesaria. lo absoluto ha rei- qué medida pertenece al espíritu de la política teológi-
nado s iempre y reina aún en la política teórica, ya sea ca y la política metafísica hacer abstracción total del
teológ1ca o metaf1sica. El fin común que se proponen estado de civilización.
cons1ste en establecer. cada una a su manera, el tipo Es importante señalar a este respecto, para acabar <1;e
eterno más perfecto de orden social, sin tener a la vista caracteriarlas, que, por lo general y por mottvos di-
mngún estado de Civilización determinado. Una y otra ferentes. se ponen de acuerdo en hacer coincidtr la
pretenden haber encontrado en exclusiva un sistema de perfección de la organización social con un estado de
~ituciones que alcanza ese lin. Lo único que las dis- civilización muy imperfecto. Se ve incluso que los par-
tmgue a este respecto estriba en que la primera prohíbe tidarios más consecuentes de la política metafisica,
formalmente toda modificación importante del plan tales como Rousscau, quien la ha coordinado, han sido
que ha tra7.ado, m1cntras la segunda permite su examen conducidos hasta entender el estado social como una
s1empre que se dirija en el mismo sentido. Aparte d~ degeneración de un estado de naturaleza compuesto Jl<!r
esto, su carácter es igual de absoluto. su imaginación; lo que no ~s o~-a cosa que la analo~1a
~sta absolutez es a(on más visible (sensible) en sus metailsica de la idea teológtca relat1va a la degmdac1ón
apUcac1ooes a la política pn\cticu. Cada una de e llas ve de la especie humana por el pecado origi nal. .
en su sistema institucional una especie de panacea uni- Este resumen exacto confirma que la pre1xmderanc1a
versal aplicable, con una seguridad infali ble, a todos Jos de la imaginación sobre la observación ha producido en
males políticos, de la nutumlcza que sean, y sea cual política resultados perfectamente semejantes a los que
sea, el g~do actual de ~ivililtlción del pueblo al que le habla cngendrodo en las demás ciencias antes que ~e­
este desnnado el remedoo. Ambos juzgan wmbién de la viniesen positivas. La búsqueda absoluta del meJor
m1sma manera los rcgimencs de los diferentes pueblos gobierno posible, hecha abstracción del estado de la
60 AUGUS1V IXJMTE PLAN PF. /.OS TFWJAJOS CIENTfFICOS... 61

civilización, evidentemente pertenece por completo al no pudr:\ pone~e por encima de la ~aginación J~i~n­
m1smo orden que el de un tmtamiento general aplicable tras no se hayan cumplido estas dos ultunas condtc•o·
;1 todas las enfe•mcdades y n todos los temperamentos. nes. Pero. rccírrocamente, está claro que si se han ctun-
Buscando reducir e l espíritu general de la política plido, si la teoría de la poi[tica ha sido establecida por
teológica y metafísica a la expresión más s imple, se ve, completo con este espíritu, la imaginación se encontra-
a tenor de lo que ba precedido, que se reduce a dos con- rá. por este hocho, subordinada a la ob;;e~vación, y.In
sideraciones esenciales. En relación c~n la manera de política será ¡»Sitiva. Es así como, en últ1m0 an:ihs1s.
proceder. consiste en el predominio de la imaginación se reduce todo a estas dos condiciones.
sobre la observación. En lo concerniente a las ideas Tales son, pues, las dos ideas capitales que deben
generales destinadas a c.irigir los trabajos, consiste, por presidir los trnbajos positivos acerca de la política teó-
una panc, en considerar la organización social de una rica. En vista ce su extrema importancia, es indispensa-
manera abstracta, e~ro <-S, como independiente del esta- ble considerarlos más detalladamente. En absoluto «"
do de la civilización; y, por otra parte, en mirar la mar- trata aquí de establecer la demosrrnción, que será preci·
cha de la civilización como s i no estuviera sujeta a nin- samente el resultado de Jos trabajos a realizar. Tan sólo
guna ley. es cuestión oo presentar un enunciado lo suficien-
Tomando esic espíritu en sentido inverso, ha de temente completo al respecto para que los espíritus
encontrarse necesa.riamente el de la ¡>O lítica positiva, ya capaces de juzgarlo puedan hacer tma especie de veri-
que se obse':"a la .mist~a opos ición. según lo que ha fic:tción anticipada, comparándolos con los hechos
s1do establec1do mas arr~ba. entre e l estado conjetural y generalmente conocidos; verificación suficiente para
el estado posttwo de todas las demás c iencias. Median- convencerse ele la posibilidad de tratar la política de la
te esta operación intelectual, no se hace más que exten- misma manera que las ciencias de observación. Si hace-
der hacia el futuro la amlogía observada en el pasado. mos nacer esta convicción, se alcan7.ará nuestro f in
Al efectuar la operación, se ha llegado a los resultados principal.
siguientes. Hablando con propiedad, la civilización consiste, por
En primer lugar, para hacer positiva la ciencia políti- una parte, en el desarrollo del espiritu humano y. por
ca, es necesario introducir. igual que en las demás cien- otra. en el desarrollo de la acción del hombre sobre la
cias, la preponderancia de la observación sobre la ima- naturalea qLe constituye sn consecuencia. Con otras
ginación. En segundo lugar. para que pueda cwnplirse palabras, l~s elementos de los que se compone la idea
esta condición fundamental, es necesario concebir, por de civilización son: las ciencias, las bellas artes y la
un lado, la organización social como íntimamente liga- industria; torr.ando esta última expresión en el sentido
da al estado de 1~ civiliu:ción y detem1inada por él; por más amplio, el que le he dado siempre. .
otro, es necesano con~1derar la marcha de la civili- Considerando la civ ilización bajo este punto de v1sta
zación como somet ida a una ley invariable fundada en preciso y elemental, 1-esulta fácil advertir que el cMado
la naturaleza de las cosas. La polhie>l nn pntlr;\ devenir d< la OfSM i·ar.iñn snci"l depende esenctalmcnte del de
positiva o, lo que viene a ser lo mismo, la observación la c ivi lizaciór., y debe ser vtsto como Unll consecuencw,
62 AUGUSTO COJITE PIAN Dt: WS T/WlA.KJS CIENTÍFICOS... 63

mientras que In política de la imaginación lo cousidera ~rnplcando los estimulantes más enérgicos que agitan al
como si cSluviera aislado, e incluso como si fuese com- hombre la necesidad de ejercitar sus facultades y la de
pletamente independiente. vivir. E.~uí igual de claro que el estado 'ec:'lógicoen el
El estado de la civilización dcccrmina, necesaria- que se encontraban entonces eodas _las teona~ pamcula-
menee y desde los dos puntos de vista mits importantes, res imprimió forzosamente el m_1smo c_araccer a las
e l estado de la organización social, sea espiritual. sea ideas generales destinadas a serv11· de v mculo soc1al.
temporal. Primero determina su naturnleza, pues f ija el Predominaba entonces el tercer elemento de CIVth-
objeto de la actividad de la sociedad; además, prescribe :wción, las bellas artes; y, en efecto, es principalmente
la forma esencial, ya que crea y desarrolla las fuerzas este itltimo el que ha fundado de ~n~ man~ra r~gular
sociales ccmporales y espirituales destinadas a dirigir c~ta primera organización. Rcsultana tmP?stble tmagl-
esta accividad generaL En efecto. escá claro que al no nar cómo habría podido organizarse la soctedad s1 no se
ser la actividad colectiva del cuerpo :.ocinl más que la hubiese desarrollado.
resuharne de las actividades individuales de todos sus Si se observan a continu.1ción las modificaciones
miembros, dirigidas hacia un fin comitn, no puede tener succsh•ds por las que ha pasado este sistema primitivo
otra naturaleza que la de sus elementos, que. evidente- hasta nuestros días, y que ban sido adaptadas por lo~
meme, están detenninados por el estado más o menos mccafisicos para tantos sistemas dife rentes, se obtendra
avanzado de las ciencias, de las bellas artes y de la el mismo resultado. Se verán en todas ellas los efectos
industria. Resulta todavía más pe1·ccp1 ible que sería inevitables de la extensión constantemente creciente,
imposible concebir la existencia prolongada de un sis- adquirida por el elemenco científico y el elemento
tema político que no invistiera coo el poder supremo las induscrial casi nulos en el origen. Es así como el paso
fuerzas sociales preponderantes, cuya nantraleza está del polit~ismo al teísmo, 't· más. ta~dc, la Reforma
prescrita invariablemente por el estado de la ci,'ili- protestante, han sido productdos pnnc1palmente J?O'- los
zación. La experiencia confirma lo que indica el razo- progresos, continuos aunque lentos. de los conoctmte?-
namiento. tos positivos, o, con otras palabras, a causa de la acc1on
Las vanedades de organización social que hasta el ejercida sobre las viejas 1dcas gc~erale~ por las 1deas
presente han existido no han sido todas ellas otra cosa particulares que, poco a poco, hablan deJado de ser del
que modificaciones, más o menos extensas, de un s is- mismo orden que ellas. Asumsmo, desde el pumo de
tema (mico. el sistema mili lar y teológico. La forma- visea temporal, el paso del E~tado rom~no al Est~d?
ción primitiva de este s istema ha constitUido una con- feudal. y aún más claramente l¡¡ decadcncta de este ulll-
secuencia evidente y necesaria del estado imperfecto de mo a causa de la liberación de las comunas Y sus con-
la civilización en esta época. Al estar la industria en la secuencias, han de ser referidos esencialmente a la
infancia, la sociedad hubo de comar naturalmente la importancia progresiva del elemento industrial. En una
guerrJ como el fin de su actividad, sobre todo si se con- palabra, todos los hechos generales prueban la ~ha
sidera que un tal estado de cosas facilitaba los medios dependencia de la organización SOCial en rclactoo con
al respecto, al mismo tiempo que 1mponia en él la ley la civilización.
64 AUGUSTV ro11n:
PUl\' De LOS Tlt<B.<JOS CI!NTIFICOS... 65
Los mejores espirirus, aquellos que están más cerca
del estado positivo de la polilica, comienzan hoy a si mplemente provisional, y jamás debe perder de vis ta
entrever este principio fundamental. Sienten que es la subordinación establecida por la na.turaleza de las
absurdo concebir aisladamente el sistema político y cosas. . 1
hacer derivar de él las fuerzas de la sociedad, de las que, La segunda idea fundamental constste en. que os
por el contrario, recibe las suyas, so pena de nulidad. progresos de la civilización se desenvuelven stgmcndo
Eu una palabra, admiten ya que el orden político uo es una ley necesaria. •
ni puede ser más que la expresión del orden civil, lo que La experiencia del pasado prueba de la manera más
significa, en otros ténninos, que las fuer.cas sociales decisiva que la civilización está suJc.ta, en su desarr? llo
preponderantes acaban siendo necesariamente las diri- progresivo. a una marcha ~·~1 e trfC\'OCable, dcnva-
gentes. Desde ahi, no hay más que un paso para llegar da de las leyes de la orgamzacton hut~tana. Y qu~ ~s. a
a reconocer la subordinación del sistema político res- su vez, In ley suprema de todos los fcnomenos poht.tc.os.
JlCcto a la civilización. Pues, si está claro que el orden Evidentemente, no cabe expo~er a9u1con prec~stón
político constituye la expresión del orden civil, es al las características de esta ley, m venficarla ~te<hante
menos igualmente evidente que el mismo orden civil no becbos históricos, ni siquiera medmntc los mas some-
es sino la ex¡>resión del estado de la civilización. ros.. o se trata ahora más que de ofrecer algunas con-
La organización social reactúa sin duda, a su vez, de sideraciones acerca de esta idea fundamental._
lllla manera inevitable y más o menos enérgica sobre la Una primera cons idel'ación debe hnccr sentir la nece-
civilización. Pero esta influencia. que no es mas que sidad de suponer una ley de este tipo pam exphcar los
secundaria a pesar de su gran imponancia. no debe fenómenos políticos. . . .
hacer que se invicna el orden muural de dependencia. Todos los hombres que tienen un cteno conoctmtcn-
La prueba de que este orden es realmente tal como to acerca de los hechos históricos más notables, sean
acaba de ser indicado puede deducirse de esta misma cuales sean por otra parte sus opinion.es especula~tv.1s,
reacción, adecuadamente considerada. Pues se experi- estarán de acuerdo en que, si se const~et:a el conjunto
menta constantemente que, si la organización social de la especie humana civilizada, esta ultima ha h~.h~
está constituida en sentido contmrio a la civilización, la progresos ininterrumpidos. en ~o_que se.refierc a ctvlh·
segunda acaba siempre apoderándose de la primera. zación, desde los tiempos btstoncos mas leJanos ~n~t.n
1lay, pues, que admitir, como una de las dos ideas nuestros días. En esta proposición, !a palabra «ctvJh·
fundamentales que fijan e l espíritu de la política posiri- zaciórm es entendida ta1 y como ha Stdo cxphcada nqui
va, que la organización social no debe ser considerada, arriba, comprendiéndose además en ella, como su con-
sea en el presente, sea en el pasado, aisladamente del secuencia, la orgaoi7..act6n socral.
estado de la civiliLación, del que debe ser entendida No cabe suscitar ninguna duda ra7onable acerca de
como una derivaciónQccesaria, Si se j uzga a veces útil este gran hecho en lo que concierne a la época que se
exanú narlas por separado a fin de facilitar e l estudio, extiende desde el siglo XI hasta el presente, esto .es,
esta abstracción siempre debe ser concebida como desde lu introducción de las ciencias de obscrvacrón
por los 6rabes en Europa y la liberación de las comunas.
PUN Dli I.OS TRAilAJOS Clt:NrfFICOS .. 6?

Pero no es menos indiscutible en la época precNI<"nte. , 1b,soluto la marcha de la civilizació~ de la que. por el
Los sabios han reconocido hoy, sin reservas, que care- .;ontrario, es el producto. .
cen de todo ftoldmnento real las pretensiones de los La frecuente cumción de las cnfermedad~s baJO la
en•ditos acerca del asunto de los conocimientos cientí- mfluencia de tratamientos evidentemente VICIOSOS ha
ficos muy avanzados de los antiguos. Está probado que llevado a que los médicos reconozcan la podcr~sa
lo~ árabes les superaron. Lo mismo ha sucedido, y aún :tctión que ejerce espontáneamen_te todo cuerpo vtvo
mas clara':"ente con la industria, al menos en todo aque- para restablecer los traSIOfT!OS acct_~entalcs ~e su orga-
llo que exJge una verdadera capacidad, y no es efecto de ni>ación. El avance de la Clvth:ZHCIOn a u-aves de com-
ci rcunstancias puramente accidentales . Aunque se bir.acioncs politicas desfavorables p':"eba tamb1én cla-
exceptúen las bellas artes. esta exclusión, que se expli- ramente que la civilización está suJeta. a una marcb~
c~ de un modo tnteramente natural, dejaría a la propo- na1ura1. independiente de todas lns comb~~·a_cJOncs, a la,
SICIÓn una gcnemlidad suficiente. En fin, en cuanto a la qu~ domina. Si no se admitiese este pnnc1p1o, no hnbna
orga~ción ~ial, es mcridianameote evidente que, otra posibilidad para exphcar tal h":"l~o, esto es, _par:'
en_ el nusmo penodo, esta última ha hecho progresos de coo1prender cómo se aprovechó cas1 SICmprc la CIVIh-
pn mer orden, gmc1as al establecimiento del cristianis- 7.ación de los errores comendos en lt~gar de ser_dete_~­
mo y a la formación del régimen feudal, bastante supe- da por los mismos, que la de recurnr a ~na d•r_ecc•on
rior a las organizaciones griegas y romanas. sobrcn"tural inmediata y continuada, segun el CJCmplo
Es, pues, cierro, desde todos los puntos de vista, que de la política teológica.
la civilización ha marchado continu:unente. ror Jo demás, conviene observar~ este respecto que,
l'<>r. otro lado, sin adoprar, en relación con el pasado, demasiado a menudo. se han constderndo desfavora-
e l cspm tu de derugración tan ciego como injusto intro- bles a la marcha de la civilización causas ~ue no lo
ducido por la mctafisica, no se puede dejar de !\."COno- eran más que en apariencia. La razón estnba sobr:
cer que, a consecuencia del esrado de infancia en <1ue se todo en que incluso los mejores intelectuales no han
ha encontrado hasta ahora la poHrica, las combinaci<>- tenido en cuenta basta el presente una de las le:fes
nes práct1cas que fueron dirigidas a la civilización no esenciales de los cuerpos organizados, que se ap~tcn
resultaron s iempre las más apropiadas para hacerla igua l de bien a la especie humana actuando colecuva-
marchar, e incluso tendían a menudo, en gran medida mente, que a un individuo aislado. Est~ ley cons1ste en
por si mismas, mis que a favorecer su marcha a obs- la lecesidad de resistencias hasta un cterto grado, a fin
taculizarla. Hubo épocas en que toda acción ~olítica de que puedan desarrollarse plenamente todas lus fuer·
esencta l csl'uvo combinada en un sentido cmeramcnte zas Pero esta observación no afecta en nada a la con-
estacionario; son, en general, las de la decadencia de sic~ración precedente. Pues, si los obStáculos son
los sistemas. por ejemplo las del emperador Juliano, de necesarios para que se desplieguen las fuerzas, no las
Fchpe 11 y de los jesuitas, y, en último lugar, la de B<>- producen. . .
naparte. Observes: por lo demás, según la discusión La conclusión deducida de esta pnmera constdert·
precedente, que la organización social no regula en ción se vería enormemente reforzada s i se tuviese c11
68 AIJGUST'O COMTE PUN DE LOS TRABAJOS CIEN1iFICOS... 69

Ct~enta la notable identidad observada en el desenvolvi- brcs de espíritu, pensando en la ley de lu gravitación
m•ento de la civilización de diferentes pueblos entre los universal rcveladi a Newton mediante la caída de una
que oc:> fX:ldemos, suponer razonablemente ninguna manzana.
comur.~cac•ón pohttca. Esta identidad no ha podido Es hoy generalmente admitido, por todos los ho~­
produCirse más que por la in fluencin de una marcha bres sensatos, que el azar no participa en los descubn-
natura! de la civilización uniforme pnm todos los pue- ruicntos cientiticos e induscriales más que en una por-
blos, porque deriva de las leyes fundamentales de la ción inrmitamen:c pequeña; que sólo desempeña un
organización humana, que son comunes a codos. Así, papel esencial ro Jos descubrimiencos <:"rentes de
por eJemplo••es evtdcme que no pueden explicarse más importancia. Pero este error ha s1do segtudo de otro
que ~esta un1ca manera las coscumbrcs de los prime- que, mucho más razonable en sí mismo, no . obstante
ros ttempos de Grecia, redescubiertas en nuestros días ofrece en su efecto casi los mismos inconvementes: el
tal Y como Homero las describió, y con una similitud papel del azar ha sido extrapolado al genio con .un
enorme con las de las naciones salvajes de la América caráccer casi igml. Esta extrapolactón apenas explica
septentnonal, o e l feudalismo obscrVBdo en los mala- mejor los actos del espíritu humano.
yos, con el mismo caráclcr esencial que tuvo en Europa La historia de los conocimientos humanos prueba,
en e l stglo xr, cte. em1x:ro, de In manera más sensible, que, e~ las cienclus
. '!na segunda .consideración puede hacer sentir más y en las artes, se encadenan todos los trabaJos, ya sea en
fac•lmente la cx1stencia de una ley natural que preside la misma generación o de una generación a otra, y los
el desenvolv1m1ento de lu civilización. mejores espíritus lo han reconocido ya; de ·suerte que
Si se admite, conforme al resumen ofrecido arriba los descubrimientos de una generación preparan los de
que el estado del régimen social constituye una deriva: la siguiente, igual que aquéllos fueron preparados por
CIÓD n~~esana del de la civilización, cabe extraer este los de la anterior. Se ha comprobado que el poder del
comphcado elemento de la observación de la marcha genio aislado es mucho menor de lo que se babia
de m~o que lo que sea visto en relación con los demás: supuesto, Precisamente, el hombre más 1lustrado por
le sera, en consecuencia, igualmente aplicable. · grandes descuhr,mientos debe casi siempre a sus pre-
Al reducir asi la cuestión a lo mlnimo resulta lacil decesores la ma)Or pane de sus éxicos en la carrera que
percibir que la civilización está sujeta a' una marcha recorre. En una palabra, el espíritu humano sigue una
determinada e in\•Jriable. marcha determioada, en el desarrollo de las ciencias y
Una !ilosofia superficial que hace de este mundo de las arres suPCrior a las mayores fuerzas intelec-
un escen~rio de milagros ha cxagerndo prodigiosa- tuales, que ~o aparecen, por así decirlo, más que como
mente la mfluenc1a del azar, es decir, de causas aisla- instrumentos destinados a produc1r en un tiempo deter-
das, en las cosas humanas. Esta exageración se mani- minado los sucesivos descubrimientos.
fiesta, ~obre todo, en las ciencias y en las artes. Entre Limitándonos a cons iderar las ciencia.~ que cabe
otros CJemplos notables, todos conocen la s ingular seguir más ft\cilmente desde tiempos remotos, se ve, en
adnurac¡ón por la que fueron afcccndos varios bom- efecto, que están rigurosamente detcrmmadas las gran-
70 AUGUSI'O COMTE PUN DE LOS TRABAJOS Clt:NTiFICOS .. 71

des épocas históricas de cada una de ellas esto es su reorganización que tan imperiosamente reclama el esta-
paso del estado te_ológico al estado metaflsico, y, 'por .Jo actual del cuerpo social. . .
fin. al estado posmvo. Estos tres estados se suceden Para eso es necesario precisar ante todo los hrrutcs
necesariamente siguiendo este orden. fundado sobre la entre los que se encuentra encerrada toda acción politi-
naturaleza del espíritu humano. La transición de un ca real.
ordet~ a otro se rc~liza según una marcha, cuyos pasos La ley fundamental que rige la marcha natural de la
prmcr~nle.s son analogos en todas las ciencias, y de los civilización prescribe rigurosamente todos los estados
qu~ nongun hombre de genio podría sobrepasar un sucesivos por los que está sujeta a pasar 1<• cspecre
ur~rco pulll~ mlermcdio esencial. Se observa aún la humana en su desenvolvimiento general. Por otro l~d~,
mr~n~a ley SI se pasa de esta división general a las sub- esta ley resulta necesariamente d? la.tcndenc1a rnstmu-
dtvrsroncs del estado ci<:ntffico o definitivo. Así. por va do la especie humana a perfcccronars~. Por ende,
eJemplo, el. gran deseubnllllento de la gravitación uni- est:l tan por encima de nuestra dependencia como los
versal ba s1do preparado por los trabajos de los astró- instintos individuales. cuya combinación produce esta
nomos y gcómetms de los siglos xvr y xvn. principal- tendencia permanemc. . .
~u, por !os de Kepler y Huygens, sin los que habría Puesto que ningún fenómeno conocrdo au~onza a
srdo rmposrble. y que tenían que producirlo tarde 0 tem- pensar que la organización humana esté. someu.~a a al-
prano. gún cambio capital, la march~ de la ctvrhzacron que
Por tanto, sc~ún lo ~~terior, no cabe dudar de que la deriva de ella e.s, pues, esenc1almcme maherable en
marcha de In C1v1hzacron, considerada en sus elemen- cuanto al fondo. En términos más precisos, no pu~de
tos, .está so melida a una ley natural y constante que ser sobrepasado ninguno de los grados 111termed•os
do'?ma todas las drvergencias human:ts particulares. que fija, ni se puede dar ningún verdadero paso retró-
~~ pues. co~1o el estado de la organización social grado. . . . .. ·
Sl~e necesarr~'!'emc al_ de. la civilización. se aplica Ja La velocidad de la marcha de la crvtbzacron sola·
1111sma co~clusron a la cl\'llrzación. considerada a la vez mente es más o menos modificable, dentro de ciertos
eo su COnJunto y en sus elementos. llmttes, por varias causas fisicas y morales susceptibl~s
Las dos consideraciones arriba enunciadas no bastan de estimación. Se cuentan entre estas causas las combr;
para demostrar por completo la marcha necesaria de naciones políticas. Tal es el único senudo en que le esta
l~ civilización, sino sólo para hacer sentir su existen- dada al hombre la posibilidad de innuir en la marcha de
era? para mostrar la posibilidad de determinar con pre- su propia civilización. .
crston todos sus atrrbutos, esttldiándola mediante la Esta acción relativa a la espccre es enteramente aná-
prof•.mda ob~crvación del pasado, y parn crear así la loga a la que nos está permitida en _relación con el !ndr-
pohllca positiVa. viduo, analogía que resulta de la tdenudad de orrgen.
Trátasc ahora de fijar con exactitud el fin práctico de Cabe acelerar o retardar. con los medros convemente~ Y
esta crcncra, sus puntos generales de contacto con las hasta un cierro límite. el desenvolvimiento de un insun-
necesicbdes de la sociedad y, sobre todo. con )a gran to individual; pero no es posible destruirlo ni desnatu-
72 AUGUSTO COMTE PLAN DE LOS TRABAJOS CIENTfFICOS... 73

ralizarlo. Lo mismo sucede con el instinto de la especie esta idea supersticiosa en Jos espíritus que esturian dis-
c?rnparado con el del individuo, ¡¡uardada la propor- puestos a rechazarla si no pareciese apoyada en In
Ctón en cuanto a los límites de la vida y de la especie. observación. Este desagradable efecto resulta de que,
Por taoto, la marcha natural de la civilíatción deter- en estos grandes acontecimientos, no se ve más que a
min~ en cada época, al :obrigo de toda hipótesis, los per- los hombres, y nunca las cosas que les empujan con Ut~a
fecctonamtcotos que debe so-penar el estado social, ya fuerza irresistible. En lugar de reconocer la mOueocm
sea en todos sus elementos o en su conjunto. Sólo estos preponderante de la civilización, se miran los esfuerzos
úlrimos pueden ejecutarse y se ejecutan, necesariamen- de estos hombres previsores como las verdaderas cau-
te, con ayuda de las combinaciones elaboradas por Jos sas de Jos pcñeccionamientos que han sido l~cvados a
filósofos y los hombres de Estado, o a pesar de estas cabo y que, sin su intervención, habrian temdo lugar
combinaciones. igualmente algo más tarde. No nos inquietamos por la
Todos los hombres que han ejercido una acción real enom1e desproporción de la pretendida causa con el
y duradera sobre la especie humana, sea en Jo temporal, efecto, desproporción que baria la explicación mucho
sea en lo espiritual, han sido guindos y respaldados por más ininteligible que el hecho mismo. Nos apegamos a
esta verdad fundamental, que el instinto ordinario del las apariencias y se descuida Jo real, que est6 detrás. En
genio les hizo entrever, aunque no esté establecida una palabra, según la ingeniosa expresión de madrunc
todavia sobre una dcmostmción metódica. 1-lan percibi- de Stocl, se toma a los actores por la obra. .
do en cada época cuáles eran los cambios que tendían a Un error de este tipo es absolutamente de la rntsma
efectuarse según el estado de la civi1ización, y Jos han naturaleza que el de los indios, atribuyéndole a Cristó-
proclamado proponiéndoles a sus contemporáneos las bal Colón el ecl ipse que habia previsto.
doctrinas o las instituciones co rrespondientes. Cuando (>Qr Jo general, cuando el hombre par:ece ejercer una
su percepción estuvo muy acorde con el verdadero esta- gran acción, éstO no se debe a sus proptas fuerzas. que
do de cosas, Jos cambios se produjeron o consolidaron son extremadamente pequeñas. Son las fuerzas exteno-
casi de inmediato. Las nuevas fuerzas sociales, que res las que actúan siempre por él, según leyes sobre las
venían desenvolviéndose en si Jencio desde hacia tiem- que nada puede. Todn su poder reside en su inteligen-
po, aparecieron de repente con sus voces en la escena cia. que le permite conocer estas leyes a través de .la
política con todo el vigor de la juventud. observación, prever sus efectos, y, como consceue~~ta,
La historia de tales coincidencias, de efectos tan sor- hacerlos contribuir al fin que se propone, a condtctón
prendentes, al no haber sido escrita y estudiada hasta de que emplee estas fuerlllS de acuerdo con su na~ura­
el presente más que con un es píriru superficial, en Ju- leza. Una vez llevada a cabo la acción, la ignomncm de
gar de insuuir a los hombres. como sería natural supo- las leyes naturales conduce al espectador, y a veces al
ner, no ha hecho más que asombrarles. Estos hechos actor mismo, a atribuirle al poder del hombre lo que no
mal entendidos contribuyen incluso a mantener aún la se debe más que a su capacidad previsora.
creencia teológica y mctaflsica del poder indefinido y Estas observaciones gencra.les se aplican a una
creador de los legtstas sobre la civilización. Mantienen acción filosófica, de la misma manera y por las mismos
74 AliGUSTOCO.<ITE PI.AN DI! WSTIWUIOS CIENTIFICO$ 15

razones que se aplican a una acción fisica, química y miento debe poner en evidencia la ley natural de esla
f isiológica. Toda acción polll ica es seguida por un efec- marcha, apreciando seguidamente la intluencia de las
to real y duradero si se ejerce en el mismo sentido que diversas causas que pueden modificar su velocidad.
la fuerza de la civ ilización, cuando se propone opcrdr Ahora cabe 11rccisar con facilidad, la utilidad pa·ácti-
cambios que manda estll fuerza actualmente. La acción ··a de es1a política de observación.
es nula o, al menos, efimcm en cualquier otra hipótesis. La política sana no es capaz de tener por objeto hacer
El caso más vicioso es, sin retiatación posible, aquel marchar la especie humana, que se mueve por un
en que el legislador, ya sea tempoml o espiritual, actúa, tonpulso propio, siguiendo una ley tan necesaria como
a propósito o no. en un sentido retrógrado; pues enton- la de la gravitación, aunque más modificable. En cam-
ces se sitúa en oposición a lo íanico que puede hacer su hio 1ieoe por fin facilitar su marcha alumbrándola.
fuerza. Pero esta marcha es en la! medida el regulador Existe una gran diferencia entre obedecer a la mar-
exacto de la acción política, que esta acción es nula, cha de la civilización sin darse cuenta, y obedecerla con
incluso cuando quiere avan1.ar más de lo de1erminado, conocimiento de causa. Los cambios que ordena no se
a pesar de que la 1endencia progresiva esté a su fa,•or. .Jan menos en el primer caso que en el segundo. pero
Efectivamente, la experiencia prueba que el legislador, tardan más licmpo, y, sobre todo, no se realian sino
suponiéndole revestido del poder que sea, fracasa nece- después de haber producido sacudidas fw1estas en la
sariamente si emprende perfeccionamientos que se sociedad, m6s o menos graves, según la nalurnlcz.a y la
encuentran en la línea de los progresos naturales de la importancia de estos cambios. Ahora bien, las distor-
civilización, pero están deanasindo por encima de su siones de lodo tipo que resultan de e llo para el cuerpo
estado actual. Así, por ejemplo, lus grandes tentativas social, se pueden evitar, en gran parte, con medios fu n-
por parte de José 11 para civil izar Austria más de lo que dados en el conocimiemo exacto de los camb1os que
lo estaba se han visto tan completmneme frustradas tienden a efectuarse.
como los inmensos esfuerzos de Bonaparte para retro- Estos medios consisten en hacer que los perfeccio-
traer a Francia al régimen feudal, aunque ambos estu- namientos. una vez previstos, se decidan de manera
vieran armados con los mas vastos poderes arbitrarios. directa. en lugar de esperar a que se hayan abier1o paso.
Siguese de las consideraciones precedentes que la por la sola fuc!7.a de las cosas, a trav~ de todos los ob~­
verdadera política, la politica positiva, no debe preleo- táculos engendrados por la ignorancaa. En otros ténm-
der ya gobernar sus fenómenos m:ís de lo que gobier- nos, el fin esencial de la poUtica práctica consiste. pro-
nan las demás los suyos respectivos. 1lan renunciado a piamente, en evitar las revolucio~es viol~ntas que
esta ambiciosa quimera que caracteriza su infancia. nacen de las trabas mal enrendadas anrroducadas en la
para limitarse a observar sus fenómenos y unirlos. La marcba de la civilización, y reducirlas lo más rápid:t-
política debe baoer lo mismo. Debe ocuparse única- mcnte ¡¡osablc a un simple movinüento moral, lan regu-
menle de coordinar todos los hechos paniculares relati- lar como el que agita suavemente la sociedad en las
vos a la marcha de la c ivilización, reducirlos al menor épocas trnnquilas, aunque más vivo. Ahora bien. para
número posible de hechos generales cuyo encadena- alcanzar eslc fin, resulw evidentemente indispensable
76 AI/GIIS1V CC.IfTE PJ.A,VDE LOS TIWIAJOS CJE.vrlFICOS... 77

conocer la tendencia actual de la c ivilización con la .-1 ejemplo más notable, es ú nicamente el poder de las
mayor precisión posible, a fin de adecuar a ella la ac· olcmostmciones pOsitivas lo que ha llevado a adoptar la
ción polhica. 1~-oóa del movimiento de la Tierra, que tenia que vencer
Sin duda, seria quimérico esperar que los mO\•imien· uo sólo lo resistencia del poder teológico, tan vigoroso
tos que comprometen más o menos las ambiciones y Jos 1udavia en esta época, sino, sobre todo, el org~llo de la
mterescs de clases Cltteras, puedan operarse de ruta especie humana entera, apoyada en los. monvos más
manera completamente sosegada. Pero no es menos verosímiles que ninguna idea falsa ha temdo nunca a su
ciert.o que, hasta aquí, hemos dado demasiada impor· tliVor. Experiencias tan decisivas debieran tlustrarnos
tanela a esta causa en la explicación de revoluciones •1cerca de la fuerza preponderante que resulta de las
turbulemas, cuya violencia ha dependido en gran parte 11emostraciones verdaderas. Principalmente, porque
de la ignorancia de las leyes naturales que regulan la nunca han tenido lugar todavia en politica, los hombres
marcha de la civilización. ,Je Estado se han dejado arrastrar por aberraciOnes
Es demasiado común ver atribuir al egoísmo lo que prácticas tan grandes. En cuanto aparezcan las demos·
depende esencialmente de la ignorancia; y este error !raciones, cesarán las aberractoncs. .
funesto contribuye a mamener la irritación Ctllre los Pero, por lo demás, s i sólo consi~lcramos tos mtere·
hombres, en sus relaciones pri vadas y generales. Pero, ses, resulta fácil sentir que la pohuca pos~nva debe
e u el caso ncrual, ¿no es evidente que los bombn:s acos- suministrar los medios de evitar las revoluctones vto-
twnbrados basta el presente a situarse de hecho en opo- lentas. .
sición a la marcha de la civilización no lo habrían inten· En efecto, si los perfeccionamientos neces1~ados por
tado s i hubiera s ido sólidamente demostruda esta la marcha de la civilizació n han de combat~~ c1ertas
oposición? Nadie está lo suficientemente loco como ambiciones y ciertos int~reses, existen tnmb1en otros
para sublevarse a sabiendas contra la naturaleza de las que les son favorables. Además, precisamente porque
cosas. A nadie le gusta ejercitar una acción que es cla- esos perfeccionamientos hao ttcgado a su madurez, las
ramente eflmera. Asi pues, las demostraciones de la fuerzas reales que están a su favM so~ supen.ores a las
política de observación son susceptibles de a ctuar sobre fuer-¿as opuestas, aunque la apanencta no s1empre lo
las clases. cuyos prejuicios e intereses podrían llevar a indique así. Abor.l bien, sin perjuicio ? e. que se ~?~·
luchar contra la marcha de la civilización. respecto a estas últimas, que el conoctm~e~to postn' o
Sin duda, no debe exagerarse la influenci:1 que tiene de la murcha de la civilización pueda ser uttl para. com·
la inteligencia sobre la conducta de los hombres. Pero prometerlas a sufrir con res ignación una le~ incvttable,
la fuerza de la demostración tiene, ciertamente, una evidentemente no puede ser cuestionada su 1mportanc1a
importancia muy superior a la que se le ha supuesto en relación con las otras fuerzas. Las clases ascenden·
basta ahora. La historio del espíritu humano prueba que tes, guiadas por este conocimiento y pen:ibicndo clara·
esta fuera, a menudo y por si sola, ha determinado mente el fin que estan llamadas a alcanzar, podrán mar·
cambios en los que tenía que luchar contra las más char hacia él de mane>J directa, en lugar de faugarse
grandes fuerzas humanas reunidas. Por citar solamente con tanteos y desviaciones.. Combinarán con segundad
78 AUGUSTO COMT1i PLAN D~ LOS TMBAJQS CIENT/FICOS... 79

los medios ele anular por adelantado todas las resisten- de la civilización cksde sus oríge1\CS, y que basta COl\
cias y de lacilitarles a sus adversarios la trans ición considerarla en su estado presente. Esta idea es natural,
hacia el nuevo orden de cosas. En una pa labra el triun- en vista de la ma.nera limitada en que ha sido entendida
fo de la civili7~1ci6n tendrá lugar 1.1n rápida y ~segada­ la polílica hasta nuestros días. Pero resulta fácil demos-
mente como lo permita la naturaleza de las cosas. trar que es falsa.
En resumen, hablando con propiedad. la marcha de la La experiencia ha demostrado que, mientras el espí-
civilización no se realiza siguiendo una 1inea recta. Se ritu del hombre se mantiene comprometido en una
compone de una secuencia de oscilaciones progresivas dirección positiva, se obtienen muchas ventajas y nin-
más o menos extensas y más o menos lentas, a este lado gún inconveniente s i asciende al m(IS alto grado de
y al otro de una linea intermedia, comparables a las que generalidad posible, J)Orque es infiniwmcntc rnl•s fácil
presenta el mecanismo de la locomoción. Ahora bien descender que ascender. En la infancia de la fisiología
~ oscilaciones pueden acortarse y ser más rápidas: positiva, se empe7.6 creyendo que, pam conocer la orga-
gractas a combinaciones políticas fundadas sobre el nización humana, bastaba con estudiar únicamente al
conocimiento del movimiento medio. que tiende siem- hombre, lo que era un error completamente análogo al
pre a predominar. Tal es la permanente uti hdad prácti- que nos estamos refiriendo aquí. Se ba reconocido que
ca d.e este conoeimicmo. Que tiene. evidentemente es indispensable, pam poder formarse ideas bien claras
t~tta más i~pol·wncia cuanto mAs la tcng~m Jos cam~ y convenientemente amplias acerca de la organización
btos neccsanos a In marcha de la civi li1.ación. Hoy humana, entender al hombre como un término de la
tic~e., pues, esta uti lidad en el más a lto grado. ya que lo serie animal; e incluso, desde \m punto de vista aún más
umco que puede acabar con la crisis actual es la más general, como formando parte del conjunto de los cuer-
completa de todas las revolucione~ que la especie pos organizados. La fisiología no se con~tituyó defini-
humana haya experimentado. tivamente más que d•":.pués de haber sido ampliamente
El hecho fundamental de la política pr~cticn general, establecida la comparación entre las diferentes clases
su punto de pa11ida positivo, consiste, por tanto en la de seres vivientes, y comenzar a ser empleada regular-
determinación de la tendencia de la civilización' a fin mente para el estudio del hombre.
de poner!~ d e. ac~crdo con la acción poHtica, hacery' En polílica, hay diversos estados de civilización,
que las crtsts mcvllables a las que está sujeta la especie igual que hay también diversas organizaciones en fisio-
humana. que pasa succsiv;•mente por diferentes estados logía. Únicamente son aún más directos los molivos
de civilización, sean lo más suaves y cortas posible. que obligan a considerar las diferentes épocM de civili-
Buenos espíritus, poco familiarizados con la manera Lación, que los que han Uevado a los fisiólogos a esta-
de proceder que conviene al espíritu humano. aun reco- blecer la comparación entre todas las organizaciones.
nociendo la necesidad de determinar esta tendencia de Un estudio del estado presente de In civilización,
la civilización a fin de dar una base sólida y positiva a con>iderado en si mismo, independientemente de los
las combinaciones JlOiíticas, podrían J:>ensar que no es que le han precedido, es s in duda apropiado para pro-
indispensable, para fij arla, estudiar la marcha general porcionar materiales muy útiles en orden a la formación
80 AUGusro COMTE PLAN DE LOS TI<ABA.JOS CIENTIFFCOS... 81

de la política positiva, siempre que los hechos sean Pero ¿qué puede enseñar la observación aislada de
obse!vados de modo filosófico. Es cierto, incluso, que un único estado, en el que todo está confundido, las
grac1as a estudios de este género los verdadems hom- doctrinas, las instituciones, las clases que descienden y
bres de Estado han podido modificar basta hoy las doc- las doctrinas, las instituciones, las clases que ascien-
trmas conJeturales que dirigian su espíritu, de manera den, sin contar la acción cfimera que no se atiene más
que. d1scordasen menos de las necesidades reales de la 4ue a la rutina del momento? En un ensamblaje tan
soc1edad. Pero no es menos evidente que un estu dio tal heterogéneo, ¿qué sagacidad humana puede evitar
resulta totalmente insuficiente para e teaa· unn verdade- t•.xponerse a tomar unos e lem eo.l os por S\1$ opnes1·m:?
ra polftica. positiva. Es imposible ver en ello otra cosa ¡,Cómo discernir las realidades que hacen tan poco
que matenales. En una palabra, la observación del esta- ruido, entre los fantasmas que se agitan sobre el esce-
do actua l de la civilización, considerada a 1sladamente, nati o'l Esta claro que, en un desorden así, el observador
no puede determinar la tendencia actual de la sociedad, sólo es capaz de marchar ciegamente s i no está guiado
en mayor grado de lo que podria hacerlo el estudio de por el pasado, que es lo único que puede enseñarle a
cualquier otr.t época aislada. dirigir su mirada de manera que vea las cosas como son
L~ razón es que, para establecer una ley, no basta con en el fondo.
un termmo, pues son necesarios al menos tres a fin de El orden cronológico de las épocas no equivale en
que la .ligazón, descubierta por la compar&ciÓn de los absoluto el orden filosófico. En lugar de decir: el pasa-
dos pnmeros y veri ficada por e l tercero, pueda servir do, e l presente y e l futuro, hay que decir: e l pasado, e l
pant encontrar el siguiente, lo que constituye el fin de futuro y el presente. En efecto, sólo cuaudo se ha con-
toda ley. cebido el futuro mediante el pasado, es posible volver-
. Cuand~ a l seguir una institución y una idea socia l 0 se úti lmente sobre el presente, que no es más que un
bten un Sistema de instituciones y una doctrina ent~ra punto, a fin de comprender s u verdadero carácter.
desde su nacimiento hasta la época actnal se encuentra Estas consideraciones, aplicables a cualquier época,
que, a partir de cierto momento, su im¡x;rio ha estado lo son, con más razón, a la época actual. Coexisten b.oy
Siempre en <hsminución o siemp1-e en auge. cabe prever tres sistemas diferentes en el seno de la sociedad: el sis-
c?n uoa completa certeza, según esta serie de observa- tema teológico y feudal, el sistema científico e indus-
Clones, la suerte que le está reservada. En e l primer trial y, por último, el sistema transitorio y bastardo de
caso, se comprobará que van en sentido cor.trario al de los metafísicos y legistas. Sin iluminarlo con la antor-
la civilización, de donde resulta que están destinadas a cha del pasado, está absolutamente por encima de las
desaparecer. Por el comrario, concluiremos, en el fuerzas del espi.riru humano el establecer, en medio de
segundo, que deben acabar por dominar. Incluso casi una confusión asi, un análisis claro y exacto, mta esta-
podrán ser calculadas la época de la caída o la del iriun- dística real y precisa del cuerpo social. Se podría
fo por la extensión y rapidez de las variaciones obser- demostrar fácilmente, que espíritus excelentes, hechos
vadas. Un estudio de este tipo es pues, evidememente, por su capacidad, para elevarse a una política verdade-
una fuente fecunda de la instrucción positiva. ramente positiva si sus facultades hubieran sido mejor
82 AliG!!ST() COMT1i PLAN OE LOS TM8JIJOS CIENTIFJC'OS .. 83

dirigidas, se quedaron sumergidos en la metatisic.1 por zación, con la condición absoluta de que sea el mejor de
ha()er cons iderado aisladamente el estado preseote de los posibles: la política positiva lo determina media_ute
cosas, o incluso tan sólo por no haberse elevado lo sufi- la observación, únicamente como teniendo que ser el
ciente en la serie de las observaciones. que tiende a produ.c ir la marcha de la civili7.ación.
Así pues. el estudio. y el csrudio tan profundo, tan Según esta diferente manera de proceder, resultará
completo como sea posible, de todos los estados por los igualmente imposible tanto que la política de imagina-
que ha pasado la civilización desde sus origenes hasta ción encuentre la verdadera reorganización social,
el presente: su coordinación. su encadenamiento suce- como que no la cocucntre la politica de observación:
sivo. su composición en hechos generales apropiados una hace los esfuerzos más grandes por inventar el
para devenir principios. poniendo en evidencia las leyes remedio sin considerar la enfcm1edad; la orra, persua-
natura les del desenvolvimiento de la civilización, el dida de que la causa principal de curación es la fuerla
cuadro filosófico del porvenir social, tal y como se vital del enfermo, se limita a pre\•er, a través de la
deriva del pasado, esto es, la detenninación del plan observación, la salida natmal de la crisis. a fin de faci-
general de reorganización destinado a la época actual; Litarla deseartand<> los obStáculos suscitados por el
en fin. la aplicación de estos resultados al presente esta- empirismo.
do de cosas. de manera que se determine la dirección En segundo lugar. la política científica es la únic.1
que debe imprimírsele a la acción política para facilitar que puede ofrecerles a los hombres una teoría en tomo
la transición def initiva hacia el nuevo estado socinl: tal a la que puedan entenderse, lo que constituye, en un
es el conjunto de los tnlbajos propios para establecer sentido determinado, la condición más importM te.
una teoría positiva de la política, que pueda l'esponder a Lu politica teológica y la politica metaflsica, buscan-
las inmensas y urgentes necesidades de la sociedad. do el mejor gobierno posible. llevan a discusiones inter·
Tal es la primera serie de investigaciones teóricas minables, pues esta c ucstió11 no es susceptible de ser
que me atrevo a pl'Oponerlcs a las fuerzas combinadas juLgada. lil régimen político debe estar y e~1á necesa-
de Jos sabios europeos. riamente en relación con el estado de la civilización; el
Habiendo indicado suficientemente el espíritu de la mejor en cada época es el que ll]Cjor ~ le adecua. Por
política posiliva en todas las consideracionc< expuestas tanto, no hay ni habrá un régime11 político absoluta·
hasm aquí. la polit ica teológica y la metalisica pueden mente preferible a todos los demás: tan sólo hay esw-
ser compamdas con mayor precisión. dos de civilización más perfectos que otros. Las institu-
Comparándolas, en primer lugar, desde el pu nto de ciones que son buenas en tma época pueden ser y son
vista más importante, relacionado con las necesidades incluso casi siempre malas en otra época, y viceversa.
actuales de la sociedad, cabe explicar fácilmente la Así, por ejemplo, la esclavitud, que es hoy una mons-
superi01idad de la política positiva. Esta superioridad truosidad, en sus orígenes era. ciertamente, una buena
resulta de que descubl'e lo que los demás inwmtan. La inStitución, ya que tenía por objeto impedi r que el fuer-
política teológica y la política metafisica imaginan e l te liquidara al débil ; fUtc una intennediaria inevitable en
s istema que conviene al estado presente de la civili- el dcsem·olvimiento general de la civili7Jición. Asimis-
86 AUGUSTO COAITE PUN DE LOSTTUB.4JOS OEN71FICOS. • 87

en el sentido real y filosófico mribuido a esta expresión osas uniones definitivas suJjan directamente de los mis-
por el ilustre lvlontcsquieu. Sea cual fi.oere la forma de mos hechos. lo que hay que tener siempre ¡>rcscntc.
gobierno, lo arbitrario no puede reaparecer en detaUe, 12ste emple<1 de la imaginación no debe versar mils que
al menos en cuanto al fondo. En polltica, todo está fija- sobre hechos secundarios, sin lo que, evidentemente,
do según una ley verdaderamente soberana reconocida resultada vicioso. En segundo lugar, la determinación
como superior a todas las fuerzas humanas, ya que deri- del sistema por el (¡uc está llamada hoy la sociedad a
va, en últiono anál isis. de la naturaleza de nuestra orga- reorganizarse debe deducirse casi en su totalidad de la
nización, sobre la que no cabe ejercer acción alguna. En observación del pasado. Este estudio no sólo determi-
una palabra, esta ley excluye con la misma eficacia lo nará el conjunto de este sistema, sino tambien las par-
arbitrario teológico o el derecho divino de los reyes, y tes más importantes, hasta un grado de precisión que
lo arbitrario metafisico o la soberanía del pueblo. >Orprenderá a los sabios cuando éstos se pongan manos
Si algunos espiritus pudieran ver, en el supremo a la obra. No obstante, es cieno que la precisión oblc-
imperio de una ley tal, una transfonnación de la arbi- nida por este método no descenderá por completo hasta
trariedad existente, babrla que invitarles a quejarse ram- ol punto en el que pueda confiarse el sistema a los
bitn del despotismo inflexible ejercido por la ley de la ondu~tnales, a fin de que lo pongan en acción mediante
graviración sobre toda la naturale..a. y del despotismo 'tll. combinaciones prácticas, según el plan indicado en
no menos real, pero aún más análogo y más modifica- el capítulo precedente. A si pues, desde este segundo
ble, ejercido por las leyes de lu organización humana, punto de vista. la imaginación también debe cumplir en
de las que la civilización no es m~s que el resultado. la política cient ifica una función sccundaria1 consisten·
Lo que precede conduce, naruralmcntc, a asignar re en llevar el bosquejo del nuevo sistema al grado
con exactitud los respectivos dominios de la observa- necesario de precisión, bosquej o cuyo plan general y
ción y la imaginación en la política. Esta determinación rasgos curactcrísticos habrán sido determinados por In
acabará de bosquejar el espíritu general de 1<1 nueva observación.
política. Pero se trata de otro género de trabajos, s i bien
A este efecto. hay que distinguio· dos órdenes de tra- subordinados a los precedentes, igualmente indisp.:nsa-
bajos: aquellos que componen propiamente la ciencia blt-s para el éxito definitivo de la gran empresa de reor-
política, relativos a la fonnación del sistema que con- gani?ación. en los que reencuentr:a la imaginación su
viene a la epoca actual. y los que se refieren a su pro- pleno y entero ejercicio.
pagación. A lin de detenninar el nueYo siStema. es necesario
Está claro que la imaginacoón no debe desempeñar abstraer las ventajas o los inconvenientes de tal sistema.
en los primeros más que un papel completamente La cuestión principal, la única cuestión, debe ser: tras
subalterno, siempre a las órdenes de la observación, haber observado e l pasado, ¿cuál es el sistema social
igual que en las demás ciencias. F.n cuamo al estudio destinado a establecerse hoy dada la marcha de la civi-
del pasado, puede y debe ser empleado para inventar lización? Equivaldría a embarullar todo e incluso a I>Cr-
medios provisionales para unir los hechos. hasta que d~r de vistu e l fin. ocuparse seriameme de la bondad de
88 AUGUSTO CO.,rrR PLAN DE WS TRAIJMO$ CIENTIFIC:OS... 89

este sistema. Habrá que limitarse u concebir, como tesis llhre y plenamente en Sll nuevo cm.pleo. Sería contra-
general, que, confundiéndose en sus orígenes la idea ·lictorio que una necesidad de este upo, que s1emprc se
positiva de bondad y la de confonnidad con el estado de muestra en los casos menos complicados, no se diera en
la civilización, se estará seguro de tener el mejor siste- lus cambios más completos e importantes, en aqueUos
ma practicable actualmente. buscando el más conforme •1ue deben modificar la ex.istenc1a ~um~na de !a mane-
con el estado de la civilización. A1 no ser positiva en si o;om:\s profunda. También toda la h•stona atesngua esta
misma la idea de bondad, y no dcviniéndolo más que verdad.
por medio de su relación con la segunda. es, pues, úni- Plunlendo esto, resulta claro que la manera en que e)
camente a esta última a la que es necesario adherirse nncvo sistema podrá y deberá ser conocido y presenta-
como fin directo de las investigaciones, sin lo que la do por la política científica no es en absoluto la du~~­
política no dcvendda positiva. La indicación de las ven- lamcnte apropiada para cumpli r con esta cond1cton
tajas del nuevo sistema, de su superioridad sobre los uodispensable. . , . .
precedentes desde este punto de vista, no debe ser más La masa de los hombres no se apns1onara Jamas por
que algo completamente secundario, sin influencia un sistema cualquiera, probándole que es aquel cuyo
alguna sobre la dirección de los trabajos. ,.,ublccimiento ha ido preparando la marcha de la eivi-
Indiscutiblemente, al proceder de tal manera, se esta- lia~ción desde sus orígenes, y que hoy le llama a dirigir
rá seguro de fundar una política verdaderamente positi- la sociedad. Una verdad de este tipo está al alcance de
'"' y en armonía con las grandes necesidades de la 11 n número demasiado pequeño de espíritus, e incluso
sociedad. Pero, si el nuevo sistema ha de ser dct:erm.i- ~,.:xigc, por su p\ute, una sucesión de operaciones inte·
nado con un espíritu de este tipo, está claro que no se le lcctua les demasiado larga p:u11 que pueda nunca apa-
debe presentar a la sociedad para provocar su adopción siol1ar. Sólo producirá en los subíos esta convicción
definitiva en esta forma, pues e~tá muy lejos de ser la profunda y obstinada que constituye el resultado nece-
más apropiada para provocar esa adhesión. sario de las demostraciones positiws, y que ofrece más
A fin de que pueda establecerse un nuevo sistema, no resistencia. pero tambien, por esto mismo, menos acti-
es suficiente que haya sido concebido convenientemen- vidad que la persuasión viva y caut.ivadora producida
te, sino también que la masa de la SOCiedad se apasione por las ideas que conmueven las ~s1.ones. .
en constituirlo. Esta condición no es sólo indispensable El único medio de obtener este ulumo efecto consls-
para vencer las resistencias, más o menos fuenes, que 1e en presentarles a Jos hombres el cuadro animado de
ba de encontrar ese sistema en las cla>eS en decadencia. las mejoras que aportará a la condición hun~at~a el
Lo es, sobre Lodo, para satisfacer esta necesidad moral nuevo sistema, considerado bajo todos los d¡stmtos
de exaltación, inherente al hombre cuando entra en un puntos de vista y haciendo ab~tntceión de su necesidad
nuevo curso d e la vida; sin esta exaltación. no podrá y oportunidad. Esta perspectivJ es la únic~ que puede
vencer su inercia natural ni sacudir el yugo tan podero- inducir a los hombres a llevnr a cabo en s1 m1smos la
so de los antiguos hábitos, lo que es necesario, no obs- revolución moral necesaria pam que pueda establecerse
tante, para dejarles a todas sus facultades desarrollarse el nuevo sistema. Sólo ella puede expulsar el egoismo.
90 AUGUSTO COMTE PI.AN DE LOS TRABAJOS CIEl'TiFICOS... 91

devenido predominante a causa de la disolución del l'ero al mismo tiempo, le confia a la imaginación un
viejo s istema, y que constituirá el único gran obstáculo uue:o papel, muy superior hoy al que tiene en la políti-
para e l triunfo del nuevo, cuando estén aclarddas las <:a teológica y metafisica, en la que, desde q~e se ha
ideas por los trabajos científicos. En definitiva, sólo aproximado la especie humana al estado postttvo, aun-
ella puede sacar a la sociedad de la apatía, e imprimir- que soberana, languidece en un círculo de ideas gasta-
le a su conjunto esta actividad, que debe hacerse per- das y cuadros monótonos. . . ..
manente, en un estado social que tendrá todas las facul- Uoa vez bosquej ado el espmtu general de la pohttca
tades del hombre en continua acción. positiva, resultará útil echar un vistazo sumario a los
He ahí, pues, un orden de trabajos en que la imagi- pti ncipales intentos llevados a cabo hasta este momen-
nación debe desempeñar un papel preponderante. Su to con el fin de elevar la política al rango de las cten-
acción no supondrá ningún inconveniente, ya que se das de observación. Resultará de ello la doble ventaja
ejercerá en la dirección establecida por los trabajos de comprobar, de hecho, la madurez de una em~~esa, Y
científicos, puesto que 110 se propondrá como fin la de aclarar algo más el espíritu de la nueva poltttca, al
invención del s istema que ha de ser constituido, s ino la presentarla desde varios puntos de vista distintos de los
adopción del que deberá ser determinado por la políti- indicados anteriormente.
ca positiva. Dicho así, la imaginación debe ser entrega- El primer esfuerzo directo por tratar la política como
da enteramente a s i misma. Cuanto más franca y libre un ciencia de hechos y no de dogmas, lo llevó a cabo
parc7.ca, más completa y saludable será la acción indis- Montesquieu. Evidentemente, a los ojos de quie;n haya
pensable que debe ejercer. entendido la obra, tal es el verdadero fin del Espmtu de
Tal es la parte especial reservada a las bellas artes en las leyes. P<ua comprobar tal designio, basta merame~­
la empresa general de la reorganización social. Concu- tc el admirable comienzo, en el que se presenta por pn -
rrirán así, en esta vasta empresa, todas las fuerzas posi- mera vez la idea general de ley de una manera verdade-
tivas: las de los sabios, en orden a determinar e l plan del ramente filosófica. Es claro que Montesquieu se
nuevo sistema; las de los artistas, para provocat la propuso esencialmente, reunir, en la m7dida de. lo. posi-
adopción tmiversal de este plan; las de los industriales, ble, Jos hechos políticos de los que tcnta conocmuento,
para poner e l sistema en una actividad inmediata a tra- bajo un ci.erto número de objetos principales, y poner
vés del establecimiento de las instituciones prácticas en evidencia las leyes de su encadenamiento.
necesarias. Estas tres grandes fu erzas se cornbinatán Si se tratase aqu í de apreciar el mérito de un trabaj o
entonces entre si para constituir el nuevo sistema, tal y así, seria necesario j uzgarlo según la época en que fue
como Jo harán en su aplicación diaria, cuando esté for- llevado a cabo. Entonces se vería que prueba de la
mado. manera más formal la superioridad filosófica de Mon-
Así pues, e n último análisis, la política positiva invis- tesquicu sobre todos sus contemporáneos. Las pruebas
te a la observación de la supremacía acordada a la ima- decisivas de esta superioridad consisten en haberse
ginación por la política conjetural, en orden a determi- liberado del espíritu crítico en un tiempo en e l que ejer-
nar el sistema social que conviene a la época actua l. cía el imperio más despótico hasta en las cabezas más
~2 A(.IGU$70 COMTG PLAN oe LOS TltAfJMOS Cft'N1'iFJCOS.. . 93

capaces (Jorfes), en haber sentido profwtdamcnte la positiva. Sólo han sido aproximados tmos a otros, casi
vaciedad de la política mctafisica y absoluta y en haber siempre como puntos de vista hipotéticos, a menudo
experimentado la necesidad de sali rse de ella en el conu-arios a sus relaciones reales.
mismo momento en el que tomaba su forma definitiva La única parte importante de los trabajos teóricos de
de la mano de Rousscau. Montesquieu que toma una dirección verdaderamente
Mas. a pesar de la capacidad de primer orden que ha positiva es la que tiene por objeto determinar la in-
demostrado tener Montesquieu, y que cada vez se per- fluencia política de las circunstancias fisicas locales
cibirá más, es evidente que sus trabajos están muy lejos actuando de manera continuada, pero cuyo conjunto no
de haber e levado la política al rango de las ciencias puede ser nombmdo con la palabra clima. Sin embargo,
positivas. No han satisfecho en absoluto las condicio- resulta fitcil ver que, incluso bajo esta perspectiva, las
nes fundamentales indispensables para poder alcanzar ideas producidas por Montesquieu no se pueden em-
este fin, que han sido expuestas aquí arriba. plear, a consecuencia del vicio geneml que caractenza
Montesquieu no ha percibido el gran hecho general su manem de proceder, más que después de haber sido
que domina todos los fenómenos políticos, de los que totalmente refundidas.
es el verdadero regulador: el desenvolvimiento natural En efecto, hoy se reconoce, por todos los observado-
de la civilización. Resulta de esto c¡uc sus investigacio- res, que Montcsquieu ha exagerado mucho, desde
nes no pueden ser empleadas en la formación de la polí- v~rios puntos de vista, la influencia de los c limas. Esto
tica positiva sino como materiales. como compilación es inevitable.
de obserwciones y de resúmenes. Pues no son en abso- El clima ejerce s in duda una acción muy real y muy
luto positivas las ideas generales que le han servido importante. sobre los fenómenos políticos, que es prcci-
para ligar los hechos. sv conocer. Pero esta acción no es más que indirecta y
A pesar de Jos evidentes e.s fuerzos de Montesquieu secundaria. Se limita a acelerar o retrasar, hasta un cier-
por librarse de la metatisica, no lo ha logrado, e, indis- to punto, la marcha natural de la civilización, que no
cutiblemente, h<l deducido de ella su concepción princi- puede ser desnaturalizada en absoluto por estas modifi-
pal. Esta concepción tiene el defecto doble de ser dog- c~ciooes. Efectivamente, en el fondo, y en todos los eh-
mática en lugar de histórica, esto es, el de no tener en mas. esta marcha. con excepción de la velocidad, s igue
cuenta la sucesión necesaria de los diversos estados siendo la misma, porque depende de leyes más genera-
políticos; y, en segundo lugar, e l de darle una impor- les, las de la organización humana, que son esencial-
tancia exagerada a uo hecho secundario, a la forma del mente uniformes en las distintas localidades. Por tanto,
gobierno. El preponderante papel que le ha dado Mon· es c laro que la influencia del clima sobre tos fenómenos
tesquieu a esta idea es también puramente imaginativo, políticos no es más que modi flcadora en lo que respec-
estando en contradicción con el conjunto de las obser- ta a la marcha natural de la civilización, que conserva
vaciones más conocidas. En una palabra, los hechos su carácter de ley suprema. y no puede ser estudiada
políticos no han s ido verdaderamente enlazados por con fruto ni convenientemente apreciada, si no es de
Montesquieu, tal como deben serlo en toda ciencia acuerdo con lo que determine esta ley. Si se quisiem
94 AUGUSTO CO.IITE I'I.A~' DF. WSTIWJAJOSOF.'fffi.1COS 95

con;iderar la causa indirecta y subordinada antes que la Como no había vinculado los hechos politicos según
causa directa y principal, semejante violación de la una tcoria apropiada que pusiera en evidencia la nece-
naturale1..a del espiritu humano dará como resultado sidad de un sistema nuevo en el estado que habia ulcan-
inevitable una idea absolutamen1e falsa de la influencia t.ado la sociedad, y que determinase al mismo tiempo el
de la primera, al confundirla con la de In segunda. Es Jo ~arácter general de este sistema, hubo de limita1·se, y se
que le ocunió a Montesquieu. limité, en Jo concerniente a la práctica, a indicar me-
Evidememente, la reflexión precedente acerca de la jaros de detalle, conformes con la experiencia, que no
influencia del clima es aplicable a la de toda otra causa eran :n:is que simples modificaciones, más o menos
que pueda modificor la velocidad de la rnarclla de la omportantes, del SIStema teológJco y feudal.
civilización sin alterarla esencialmente. Esta inOuencia MQntesquieu ha mostrado así, sin duda, una cuerda
no podrá ser determinada con exactitud más que cuan- moderncíón, circunscribiendo sus ideas prácticas den-
do estén establecidas las leyes nan1rales de la civili- tro de los límites que le imponían los becbos en la
7.aco)n, previa abstracción en ellas de todas estas modi- manero imperfecta en que los babia estudiado, cuando,
ficaciones. Los astrónomos comenzaron estudiando las por el contrario. le hubiera sido tan fácil inventar uto-
leyes de los movimientos planetarios, con abstracción t>ías. Pero ha reconocido al mismo tiempo, de manera
de las per1urbaciones. Cuando fueron descubiertas decisiva, la insuficiencia de una teoría que no era sus-
estas leyes, pudieron determinarse las modificaciones y ceptible de corresponder a las necesidades más esen-
ser reducidas incluso al principio que, inicialmente, no ciales de la práctica.
había sido establecido más que sobre el movimiento Así pues, en resumen, Momesquieu ha sentido la
principal. Si se hubiese querido tener en cuenta estas necesidad de tratar la pol!tica a la manera de las cien-
irregularidades desde el origen, es clnro que no hubiese cias de observación; pero no ha concebido el trabajo
podido fommrse ninguna tcoda exacto. Sucede absolu- goncml que debe impri mirle este carácter. Sus inve~ti­
tamente lo mismo en el presente caso. gacioncs no han dejado por eso de tener la mayor 101·
La insuficiencia de la politica de Montesquieu puede por1ancin. Le han facilitado al espíritu burnano los me-
ser verificada clarameme en sus aplicaciones a las dios de combinar las ideas políticas, al presentar una
nece.;idades de la sociedad. enorme masa de hechos, comparados según una teoría
Lt necesidad de una reorganización social en los paí- que estando aún muy alejada del estado positi\'0, se
ses más civilizados era tan real en la época de Mootes- hall~ba. no obstante, rnucbo más cerca de este último
quieu como lo es hoy. Pues el sistema feudal y teológi- que las producidas anteriormente.
co eStaba ya destruido en sus bases fundamentales. Los La concepción general del trabajo apropiado para
acontecimientos que después se desarrollaron no han elevar la política al rango de ciencia de observación ha
hecho más que hacer mas perceptible y urgente esta sido descubier1a por Condorcet. Ha sido el primero en
necesidad, completando la destrucción del viejo siste- ver claramente que la civilización está sujeta a una mar-
ma. Aún así, Montesquicu no le dio como fin práctico cha progresiva, cuyos pasos están rigorosan1ente en-
a sus trabajos la concepción de un nuevo sistema social. cader.ados unos con otros, según leyes naturales que
96 •UGusro CO)rTE t'L<N DE WS t/IAIIAJOS CJF;NTIFICOS... 97

puede desvelar la observación filosófica del pasado, y los que tiene que dar lugar In formación de la I)Otitica
que determinan en cada época. de una manera entera- positiva. Ha creído poder coordinar convenientemente
mente positiva, los perfeccionamientos que está llama- los hechos, tomando casi al azar como origen de cada
do a experimentar el estado social, ya sea en sus partes época un acontecimiento notable, tan pronto industrial
o en su conjunto. Condorcct no sólo concibió así el como cicnti fico o político. Procediendo de esto manera
medio de darle a la política una verdadera teoría positi- no salía del circulo de los historiadores literarios. Le cm
va, sino que intentó establecer esta teoría ejecutando la imposible formar una verdadera teoría. es decir, esta-
obra titulada Bosquejo de 1111 c11adro lristórico de los blecer un encadenamiento real entre los hechos. ya que
progresos del espíritu humnJI(), cit-1 que b..'lstari:lt1 el títu- aquciiOi: que dcbi:tn servir para unir todos lo~ dt"tnl\~l
lo y la introducción para asegurarle a su autor d honor estab.1n ya aislados entre sí.
eterno de haber creado esta gran idea filosófica. 1:.1 método general de las clasificaciones hubo de
Si este descubrimiento capital ha permanecido hasta hacer sus mayores progresos en manos de los naturalis·
ahora enteramente estéril, si no ha causado aún casi tas. al ser de todos los sabios los que tienen que formar
ninguna sensación, si nadie ha marchado en la linea las cla;ificaciones más extensas y diliciles. El principio
indicada por Condorcet; en una palabra. si la J)OEtica no fundamental de este método está establecido desde que
se ha hecho positiva, es necesario atribuirlo, en gran existen clasificaciones filosóficas eo bor.~nica y zoolo-
pane, a que el bosquejo trazado por Condorcct fue lle- gla, esto es, fundadas sobre relaciones reales. y no
vado a cabo con un espíritu absolutamente contrario al sobre aproximaciones ficticias. Consiste en que el
fin de este trabajo. Ha desconocido por completo las orden de generalidad de los diferentes grados de divi-
condiciones más esenciales del mismo. de suerte que la sión se conforme exactamente, en lo posible, al de las
obra ha de ser refundida en su totalidad. Es esto lo que relaciones observadas entre los fenómenos a clasilicar.
importa establecer. De esm manera, la jcrarquia de las familias. de los
En primer lugar, en un trabajo de esta naturaleza, la géneros, etc., no es otro cosa que el enunciado de una
distribución de las épocas constituye la parte más serie coordinada de hechos generales, dividida en dife-
imponante del plan o, mejor dicho, constiroye por sí rentes órdenes de sucesión, cada \'CZ más particulares.
sola el plan mismo considerado en su más grande gene- En una palabra, la clasificación no es entonces mi> que
ralidad, pues fija el modo principal de coordinar los la expresión filosófica de la ciencia, cuyos progresos
hechos observados. Ahora bien, la distribución adopta- sigue. Conocer la clasilicación equivale a conocer la
da por Condorcet es absolutamente viciosa, ya que no ciencia, al menos en su parte más importante.
satisface siquiera la más palpable de las condiciones, la Este principio es aplicable a cualquier ciencia. Así. al
de presentar una serie homogénea. Se ve que Cor.dorcet const ituirse In ciencia politica en la época en que fue
no ha sentido en absoluto la im.portancia de una dispo- descubierta, empleada y sólidamente verificada, debe
sición filosófica de las épocas d~ la civilización. No ha aprovecharse de esta idea filosófica encontrada 1)0r
visto que esta disposición debe ser objeto ella misma de otras ciencins y tomarla como guia, en orden a la dist l'i·
un primer trab<tio general, el más dificil de aqu~llos a bución de las distintas edades de la civilización. Los
98 AUGUSTO CO.IITE PUN DE LOS TIU&UOS OóNTIFICOS... 99

motivos para ordenar las diferentes épocas de civili- más que un trabaj o puramente provisional, que sola-
zación en la historia general de la especie humana mente tiene un valor de materiales, s in perjuicio de la
según sus relaciones naturales, son ltbsolut<tmente simi- perfección con que fue ejecutado. _
lares a las que tienen los naturo liSUlS para ordenar según Baste con decir que una división de este l'Jpo no puede
la misma ley las organizaciones animales y vegetales. ser inventada, y que, incluso en su más alto grado de
Sólo que tienen aún más fuerza. gencmlidad, sólo puede constimir el resultado de un pri-
Pues, si es muy importante una buena coordinación mer esbozo del cuadro, de un primer vistazo sobre la
de los hechos en cua.lquier ciencia, lo es todo en la cien- historia general de la civilización. Por muy importante y
cia poUtica, a la que, sin esta condición, le faltaría eme- muy indispensable que s~a esta manera de proceder en
r•mente su fin práctico. E:ste fin consiste, como se orden a la fonnación la política positiva, este trabajo
sabe, en determinar por la observación del pasado el resultaría. sin duda, impracticable si no estuviera ya
sistema social que tiende a producir hoy la marcha de la suficientemente acabado. y seria necesario resignarse a
civilización. Ahora bien, esta detemtinación no puede no reah>:ar en primer lugar más que un trabajo simplc:-
resultar más que de una buena coordinación de los esta- mente provisional. Sin embargo, las historias escritas
dos anteriores, que destaque la ley de esta marcha. basta hoy, y sobre todo las producidas desde aproxi~a­
Según ~Sto, está claro que los hechos políticos, por damente medio siglo, aunque están lejos de haber stdo
tmportantes que puedan ser, no tienen valor práctico concebidas con el espíritu conveniente, ofrecen poco
real más que por su coordinación, mientras, en las más o menos el equivalente de esta colección preliminar
demás ciencias, el conocimien to de los hechos tiene de materiales. Es posible, pues, ocuparse directamente
más a menudo una primera utilidad por si mismo inde- de una coordinación definitiva.
pendiente del modo de su encadenamiento. ' En el cnpitulo precedente he ofrecido, pero sola-
Asi pues, las diversas épocas do la civilización, en mente desde e l punto de vista espiritual, un bosquejo
lugar de estar distribuidas sin orden, según los aconte- general que me parece cumplir e:on. las co~diciones
cimientos más o menos importantes, como hizo Con- expuestas aquí arriba sobre la prmc tpal dtvtstón del
dorcet, deben ser ordenadas según el principio filosófi- pas<tdo. Constituye el resultado de u n primer estudio
co, reconocido ya por todos los sabios como aquel que filosófico acerca del conjunto de la historia de la civi-
ha de prestdir toda clasificación. La división principal li>:ación.
de las épocas debe presentar la perspectiva más general Creo que esta historia se puede dividir en tres gran·
de la historia de la civilización. Las divisiones SC!Cun- des épocas o estados de ch'ilización, cuyo carácter es
darias, en cualquier grado que se juzgue conveniente perfectamente distinto en lo temporal y en lo espiritual.
establecer!~, debe_n ofrecer sucesivamente bosquejos, Abarcan la civilización considerándola a la ve:¡; en sus
cada vez mas prectsos, de esta misma historia. En una elementos y en su conjunto, lo que, evidentemente,
palabra, el cuadro de las épocas debe ser ajustado de constituye una condición indispensable, de acuerdo con
manera que ofrezca por s i solo la expresión abreviada las ideas indicadas más arriba.
del conjunto del trabajo. S in esto, no se habda hecho La primera es la época teológica y militar.
100 AUGUSTO COMTE PUN DI!. LOS 11VIIl,<JOS CIF.NTiFICOS... 10l

En este estado de la sociedad, todas las ideas teóri- guiente, la sociedad ya no es exclusivamente tnilitar, y
cas, tanto generales como particulares, son de un orden tampoco es aún francamente industrial, 11i en sus ele-
puramente sobrenatural. La imaginación domina fran- mentos ni en conjunto. Se han modificado las relacio-
camente y por completo a la observación, a la que le nes sociales particulares. La esclavi tud individual no es
está prohibido todo derecho de examen. ya directa ; el productor, aún esclavo, comienza a obte-
. Asimismo, todas las relaciones sociales, sean par- ner c iertos derechos en el aspecto militar. La industria
ticulares o generales, son franca y complctamen~e mili- hace nuevos progresos, que deSl'mbocan, por fin, en la
tares. La sociedad tiene como fin único y permanente abolición total de la esclavitud individual. Tras esta
de .su .actividad la conquista. No hay más industria que liberación, los productores permanecen aún sometidos
la mdtspensable para la extsteocia de la especie huma- a la arbitrariedad colectiva. Entretanto. pronto comien-
na. La principal institución es la esclavitud pura y s im- zan también a modificarse las relaciones sociales gene-
ple de los productores. rales. Los dos fines de la activida(~ la conquista y la
Tal es el primer gnm sistemn social producido por la producción, son llevados a cabo simultáneamente. La
marcha natural de la civilización. Existió en sus ele- industria es, en principio, respetadla y protegida como
mentos, a partir de la primera formación de sociedades medio militar. Más tarde aumenta su lmportancia y la
regulares y permanentes. No se estableció por comple- guerra acaba por ser concebida a su vez, sistemática·
to en su totalidad, hasta después de una larga sucesión mente, como medio de favorecer la industria, lo que
de generaciones. constituye el último estado de este régimen interme-
~a segunda época es la época metafísica y legista. Su diario.
caracter general cons•ste en no haber zanj ado clara- Por fin, la tercent época es la época cientí rica e
mente nada. Es intermediaria y bastarda, lleva a cabo industrial. Todas las ideas teóricas patt iculares se han
una transición. vuelto positivas , y las ideas genera les tienden a volver-
Fue cardctetizada ya en el capítulo anterior, desde el se positivas. En cuanto a las prime ras, ha dominado la
punto de vista espiritual. La observación está siempre observación a la imaginación y, en cuanto a las segun-
dorrunada por la imaginación, pero es capaz de modifi- das, la ha destronado sin haber tomado aún hoy el lugar
carla dentro de ciettos límites. Estos límites theron retrO- que le corresponde.
cediendo sucesivamente, hasta que la observación con- En Jo temporal, la industria ha devenido preponde-
quistó ~or fin d derecho de examinar todos los puntos. rante. Todas las relaciones pan iculares se han estableci-
~ obllene pnmero sobre todas las ideas teóricas par- do poco a poco sobre bases industriales. La sociedad,
uculares, y, poco~ poco, debido al uso que hace de ellas, tomada colectivamente, tiende ¡, organizarse de la
acaba por adqutnrlo tambtén sobre las ideas teóricas misma manera, dándose como fi11<le la actividad única
generales, lo que constituye el término natural de la tran· y permanente la producción.
sición. Este tiempo es el de la crítica y la argumemación. En una palabm, esta última época ha pasado ya en
Desde e l punto de vista temporal, se ha extend ido la cuanto a los e lementos, y está preparada a comenzar
industria, s in llegar todavía a predominar. Por consi- en cuanto al conjunto. Su punto de partida directo data
102 AUGUSTO COMTE: PLAN Dli LOS TIUBA.IOS C!ENTiFICOS... 103

de la introducción de las ciencias positivas en Europa rio considerarlo e n relación con el espíritu que ha pre-
por los árabes, y de la liberaci6n de la.~ comunas es s idido su ejecución.
decir, de alrededor del s iglo XI. ' Coodorect no vio que el primer efecto directo de un
Para evitar toda o~curidad en la aplicación de este trabajo ordenado a la formación de la política positiva
resumen general, es necesario oo perder nunca de vista debe consistir, necesariamente, en hacer desaparecer
que la civilización ha tenido que marcltar en lo concer- irrevocablemente la filosofía critica del siglo XVIII,
niente a los elementos espiriruales y temporales del haciendo gimr todas las fuerzas de los pensadores bacía
esta~o s_ocial, antes de marchar según el conjunto. Por la reorgani7.ación de la sociedad, fin práctico de un trn•
consoguoentc, las tres grandes épocas sucesivas han bajo de este tipo. En consecuencia., no sintió que la con-
comenzado necesariamente más pronto por los elemen- dición prelimonar a cumplir, más indispensable para
tos que en el conjunto, lo que podría ocasionar cierta quien quiera llevar a cabo esta importante empresa,
confusión, si no se cayese previamente en la cuenra de consistía en despojarse, en lo posible, de los prejuicios
esta diferencia inevitable. críticos inlrodueidos por esta filosofía en todas las
Tales S()n, pues, las característ icas principales de las cabezas. En lugar de esto, se dejó dominar c iegamente
tres épocas en las que cabe dividir 1oda la historia de la por esos prej uicios, condenó el pasado en lugar de
civilización, desde el tiem1>0 en que comenzó a ser ver- observarlo; de modo que, por ende, s u obra no ha sido
daderamente cons istente el estado social, hasta ahora. mils que una larga y fatigosa declamación de la que no
l-¿e atrevo a pr.oponerles a los sabios esta primera divi- resulta realmente ninguna instrucción positiva.
soón del pasado, que me parece cumplir con las grandes L;~ udmimción y desaprobación de los fenómenos
condiCIOnes de una buena cla.~i ficación del conjunto de deben ser desterradas con igual seve ridad de todas las
los hechos políticos. ciencias positivas, porque cualquier preocupación de
En el caS() de ser adoptada, habrá que encontrar al este género tiene como efecto directo e inevitable impe-
menos una subdivisión, u lin de que sea posible llevar a dir o alterar su examen. Ni los astrónomos, ni los físi-
cabo, del modo conveniente, un primer esbozo de este cos, ni los químicos, ni los fisiólogos admiran o conde-
gran cuadro histórico. La división principal facilitará el nao sus respectivos fenómenos, de lo que pueden darse
descubrimiento de las que debenln succdcrla, suminis- muchos ejemplos, sino que los obser"an, aw1quc estos
trando los medios de considerar los fenómenos de una fenómenos puedan dar un amplio material para consi-
manera general y posiliVll a la vez.. Es1á claro también, deraciones de w1o u o1ro género. Los sabios dejan con
según el principio fundamental de las clasificaciones razón tales efectos a los artistas, en cuyo dominio caen
que estas distintas subdivisiones deberán ser concebí: realmenle aquéllos.
das enteramente con el mismo cspiriru con el que fue Desde es1e pun1o de vista debe ser asi, tanto en la
concebida la división principal, y no presentar más que política como en las demás ciencias. Sólo que esta
un s imple desarrollo. reserva es en aquélla mucho más necesariu, p¡·ecisu-
Tras haber exam inado cltrdbajo de Condorcer en lo mentc porque en ella resulta más dificil y altera más
concemieme a ta distribución de las épocas, es necesa- profttndamentc e 1examen, si se tiene en cuenta que, en
104 AUGUSTO COMTE PLAN DE !..OS TRABAJOS CJENTIFJCOS... 105

esta c iencia, los fenómenos afectan más de cerca a las Este absurdo, nacido de la impotencia de percibir en
pasiones que en cu.a lqnier otra. Así pues, bajo este todas sus partes principales el encadenatniento natural
exclusivo pun~o de VISta, el espíritu crítico del que Con- de los progresos de la civilización, hace evidentemente
dorcet se deJO lleva.· es directamente contrario al que imposible la explicación. También el trabajo de Con·
debe remar en la política científica, incluso aw1que dorcet presenta una contradicción general y perma·
est~n perfectameme fundados todos los reproches que neote.
d1n1a al pasado. Pero hay más. Por un lado, proclama abiertamente que el estado de
Siguiendo u na observación hecha ya en este capítu· la civilización en el siglo xvtu es infinitamente superior
lo, sm duda, las combinaciOl:tes prácticas de los hom- a lo que fue en sus orígenes, bajo una multitud de pnn·
bres de Estado no fueron siempre concebidas de la tos de vista. Este progreso total no puede ser, empero,
manera más conveniente, e incluso fueron dirigidas a más que la suma de los progresos parciales llevados a
menudo en el senrido contrarío al de la civilización. Si cabo por la civilización en todos los estados intenne-
se precisa esta observación, se ve que se limit.1. en diarios anteriores. Ahora bien, por otro lado, examman-
todos los casos, a que los hombres de Estado han inten- do sucesivamente estos diversos estados, Condorcet los
tado prolongar, más allá de su término natmal doctri- presenta c.asi siempre como si bubieran sido, bajo los
nas e instituciones que no estaban ya en am1onfa con el pnntos de vista esenciales, tiempos de retroceso. llay,
estado de la civilización; y, ciertamente, parecerá muy por tamo, un milagro perpetuo, dado que la marcha
excusable un error de este Wpo, si se considera que, progresiva de la civilización deviene un efecto s m
hasta ahora, no ha habido a l respecto ningún medio causa.
positivo para reconocerla. Pero transportar a sistemas En la verdadera política positiva debe dominar un
enteros de instituciones e ideas lo que sólo concierne a espíritu absolutamente o)luesto. .
hechos secundarios; mostrar. por ejemplo, el s istema Las instituciones y las doctrinas deben ser conside-
fe~tdal y teológico, como si no hubiera s ido siempre radas como habiendo sido siempre, en todas las épocas,
~as que u~ obstáculo a la civilización, a pesar de que tan perfectas como lo implique el estado presente de la
su establccmu.ento ba s1do, po~ e l contrdrio, el mayor civilización; lo que no puede ser de otro modo, al
progreso prov¡sJOnal de la soc1edad, y bajo cuya feliz menos después de un cierto tiempo, ya que están deter-
mflucncta ha hecho tantas co1tquistas definitivas; repre- minadas necesariamente por él. Además, en su periodo
s~ntar, durante una larga sucesión de siglos, a las clases de pleno vigor, han tenido siempre un carácter progre·
Situadas a la cabeza del movimiento general, como ocu- sivo, y en ningún caso han tenido carácter retrógrado,
padas en una cons~i ración permanente contra la espe- pues no hubiesen sido capaces de aguantar contra la
Cie humana: un espmtu tal, tan absurdo eo su principio, marcha de la civilización, de la que tornan rodas sus
que. al chocar con sus consecuencias, constituye un fuerz.~s. Solamente han tetúdo un carácter estacionario
resultado de la filosofia del sig lo pasado carente de sen- en sus épocas de decadencia, lo que se explica por sí
tido. a cuyo imperio es deplorable que no haya podido mismo, en parte por la repugnancia ala destntcci?n, tan
sustraerse un hombre como Condorcet. natural en los s istemas políticos como en los md1Vt·
106 Al/GIJ'STVCO.IITE PLAI< D6 WST1WWOS CJE:.'rlt7COS 107

duos, y, en parte, por el estado de infancia en el que ha l'cro huy la Íllconmensurable di ~crencia de un hecho
estado hasta <~lora la política. ¡tcneral otbservado en una idea lupotéuca y completa-
Es preciso considerar de la misma manera las pasio- mente invrentada. La distancia es aún más percepuble en
nes desarrolladas en las diversas épocas por las clases . -us conse<cuencias.
dirigentes. En los tiempos de su viril idad, las fuerzas Proclam1ando el dogma teológico y metaflsico, de una
sociales preponderantes son necesariamente generosas, 1nanera atbsoluta que todo está tan bien como puede
pues no tienen nada más que adquirir y tampoco remen ,·starlo. tit~:nde a hacer estacionaria a la especie hurn~na,
aún perder. Es únicamente al maní fcstarse su decaden- .¡uit:\ndol<e 1oda perspectiva oo mejora ~1. La 1dea
cia cuando se vuelven egoístas, porque todos sus positivn ó:le que, durante un hempo co~s1derable, la
esfuerzos tienen como objeto conservar un poder cuyas Mgani.zaciión social es siempre tan perlecl.a .como _le
bases están destruidas. mrrespoo11de en cada época al_estado de C1Vohzac10n.
Estos diversos bosquejos están de acuerdo, evidente- lejos de cketeoer.el d~seo de m~JOra, no h~ec: por e} con·
mente, con las leyes de la naturdle7.a hlllll3rul, permi- 1rario, má1s que 1mpmmrle un Impulso practiCO mas e.li-
tiendo explicar de manera satisfactoria los fenómenos caz, dirigiiéndose hacia su fin verdadero. el perfe~clo­
políticos. Así, en último análisis, en lugar de ver en el uamicnto . de la civil ización; es fuerzos que hub1escn
pasado un tej ido de monstruosidades, se debe estar pre· , 1uedado 1sin efecto si se les hubiera dirigido inmed~a­
dispuesto, como tesis general, a ver la sociedad como si rarnente !hacia la organización soci.al. Por lo de"?~·
hubiera sido casi siempre tan bien dirigida, bajo todos ¡>uesto quoe una idea de eSte tipo no nene nada de nusu·
los puntos de vista, como lo permitía la naturaleza de ''" ni de absoluto. obliga al hombre a restablecer l.a
las cosas. armonia ll!ntre el régimen político y el estado d~ la CIVt-
Si algunos hechos particulares parecen contradecir li,ación, 1en el caso previsto en que esta relac1on nece·
en principio este hecho general, es siempre más fílosó- .;aria estlé momcntilneamente perturbada. Solamente
lico intentar restablecer el vinculo que disculparse pro- ..tia alumlbra esta operación, avisando de no tomar en
clamando, después del primer vistazo, la realidad de una relnciión de este tipo el efecto por la causa. .
esta oposición. Pues hacer que rija el hecho más impor- Tiene tutilidad observar. acerca de esta. aualogta, q~e
tante y el más a menudo verificado por un hecbo Se<lun- "''es la {única ve> que la filosolia posiuva se apropm
dario y menos frecuente seria dar de lado por completO .le una icdea general primitivamente inventada por la
toda subordinación cientílica bien e11tendida. l'ilosolia teológica y metafísica, median_tc una trans·
Por lo demás, resuha evidente que hay que guardar- l'nrmnciótn conveniente. Las verdaderas 1deas genera·
se lo más posible de toda exageración en el empleo de ~e, no pirerden nuncro su valor como medio de razona·
esta idea general, igual que en el de cualquier otm. miento. p>Or muy vicioso que sea el circulo ~n el que se
Encontraremos, sin duda, alguna similitud entre el <'llcucnman. La marcha ordinaria del espintu humano
espiritu de la política positiva, considerada bajo este 1·nnsistc en apropiárselas en sus diferentes estados,
punto de vis1a, y el famoso dognu1 teológico y metafi· 1mnsfonmando su carácter. Es lo que se puede venfo·
sico del optimismo. La analogía es, en el fondo. real. <':" en 10t<Jas las revoluciones que han hecho pasar al
108 Al/GUSTO COM!E PUN DE LOS TRA8.<.10S CIENTIFICOS... 109

estado positivo las diversas ramas de nuestros conoci- estudio acerca del pasado estaba absolutamente viciado
mientos. por Jos motivos anteriormente indicados. Al haber coor-
Así, por ejemplo, la doctrina mística de la influencia dinado mal Condorcer e l pasado, no se deducía de él el
de los números, nacida en la escuela pitagórica. fue redu- porvenir. l!s1a insuficiencia de la observación ~e ha
cida por los geómetras a esta i~ simple y positiva: los reducido a componer el futuro, esenctalmentc segun su
fenómenos poco complicados son susceptibles de ser imaginación; y, por una secuencia n~esaria. lo conci-
reducidos a leyes matemáticas. Igualmente, la docuina bió equivocadamente. Pero este rcves. cuya causa ~s
de las causas fmales ha sido convenida por Jos fisiólogos notoria, no prueba, en efecto, que no se pueda dcte~•­
en el principio de las condiciones de exislencia. Las dos nar con segundad el aspecto general del futuro soctal
ideas positivas difieren, sin duda, exlremadameme de las con ayuda de un pasado bien coordinado.
dos idea~ teológicas y melafisicas. Pero éslas no son Una idea de este tipo parece extraña porque no esta-
menos el germen evidente de las primeras. Una opera- mos aún acostumbrados a entender la política como una
ción lilosófica bien dirigida ha bastado para dar e l carác- verdadera ciencia. Pues, por el contrario, si la considc-
ler positivo a estos dos resúmenes hipoléticos, productos mse asl, la delcrminación del futuro por medio de la
del genio en la infancia de la ral.ón humana. Por lo observación filosófica del pasado parecerla una tdca
demás, es1a transformación no ha alterado su valor como muy natural con la que están familiarizados todos los
medio de razonamiento. e incluso lo ha aumemado. hombres por otra c lase de fenómenos .
Las mismas reflexiones se aplican exactamente a las Toda c iencia tiene como fin la previs ión. Pues el uso
d?s ideas políticas generales, una posiliva, la otra ficti- general de las leyes establecidas por la ob~ervación d_e
cta, comparadas aquí arriba. Jos fenómenos consiste en prever su suces10n. En rcah·
Antes de abandonar el examen del trabajo de Con- dad, todos los hombres, por muy poco avanzados que se
dorcet, conviene deducir de él 11n 1ercer pun1o de vista les suponga, hacen 'erdaderas predicciones. ~undadas
bajo el_ que puede ser prcsen1ado el espíritu de la políti- siempre sobre el mismo principio, el conocmuento del
ca posttlva. fuiUro por el del pasado. Por ejemplo, todos predicen
Se le ha reprochado enomlC~mente a Condorcet el Jos efectos generales de la gravitación terrestre y una
haberse atrevido a terminar su obra con un cuadro del mullitud de fenómenos diferentes, lo suficientemente
futuro. Esta concepción atrevida es, por el contrario la simples y fTCeucmes para que su orden de sucesión
única mirada filosófica de alta impor1ancia imroducida devenga sensible al espectador menos cap~z. y m~oos
por Condorcet en la ejecución de su trabajo, y deberá atento. La facultad de previsión de cada mdtvtduo uenc
ser conservada con afectación en la nueva historia de la su ciencia po1· medida. La previsión del astr6nom~ que
civilización, cuya conclusión natural es, evidentemente predict: e l estado del s istema solar con una prccts tón
un cuadro histórico de este tipo. ' perlcctu con muchos años de anticipación es. absolutn-
lo que a Condorcet se le ¡>Odria reprochar, y con meote de la misma natumlcza que la del salvaJe que
~zón, no es el haber querido determinar el porvenir, prcdic~ In próxima salida del sol. Sólo hay diferencia en
smo haberlo determinado mal. Esto se debió a que su la extensión de sus conocimientos.
110 AUGUSTO CO!rTE PUN DE:LOSTIUB..fJOSCIENrfHCDS... 111

Por tamo, es, cvidemcmenre, muy con forme con la intentado llegar a ese fin tratando la política como una
natumleza del espíri tu humano, que la observación del aplicación de otras ciencias ya positivas, en cuyo ?oml-
pa.~ado pueda desvelar e l futuro en política, igual a nio han creído poder hacerla entfar. Como estos mten•
como lo hace en astronomía, en fisica en química y en tos eran irrealizables debido a su naturaleza, han s1d0
fisiología. • proyectados, más bien que llevados a cabo. Baslará,
Una determinncióu de este tipo debe jncluso ser enten- pues, considerarlos desde el pwno de vista más general.
dida como el fin directo de la ciencia política. siguien- El primero ha conSIStido en los esfuerzos hechos
do el eJemplo de otras ciencias positivas. Efectivamen- para aplicar a la ciencia social el análisis matemático en
!•
te, está claro que fi~aci6n del s istema social al que la s~ncral, y, especialmente, el d e sus ramas relac~ona~as
n~archa de la ~~.v11~zac16n llama hoy a la elite de la espe- con el cálculo de probabilidades. Esta direcc1ón file
Cie hwuana, fiJaCIÓn que constituye e l verdadero obje- abierta por Condorcct ' y seguida princip!llmente P?r él.
to práctico de la. politica positiva, no es otro cosa que Otros geómetras siguieron sus huellas y compart1eron
una detemunac1on general del próximo futuro social sus esperanzas sin añadir nada vcrdademmen.t e esenc1~l
tal y como resulta del pasado. ' a sus trabajos, al menos desde el punto de v1S1a füoso-
En resumen, Condorcct ha sido el primero en conce- lico. Todos se pusieron de acuerdo en entender esta
birla verdadera naturaleza del trabajo general que debe manera de proceder como la única que puede imprimir-
elevar la polítiCil al rango de las ciencias de observa- le a la política un carácter positivo.
ción; pero lo ha ejecutado con tul espíritu completa- Me parece que las consideraciones expuestas en este
mente VICiado, en lo que afecta a los puntos de vista capítulo establecen suficientemente que no es en abso-
más esenciales. Se ha faltado por completo al fin pri- luto necesaria una condición de este tipo para que se
mero en cnamo a 1a teona ' y, como consecuencia, ' en coo,~erta la política en una ciencia positiva. Pero hay
cuanto a la prácrica. Asf pues, este t:rabajo ha de ser más: como es fácil reconocer, eS13 manem de entender
conceb1do de nuevo en su totalidad con perspectivas la ciencia social es puramente quimérica y. por consi-
verdaderamente filosóficas, sin tener en cuenta el guiente, por completo viciosa. . . .
intento de Condorcet más que como si éste marcase Si fuera aquf cuestión de: hacer un JUICIO detallado
el objeto real de la polít ica científica. acerca de los trabajos de este género 1'e:1lizados hasta
A fin de completar el examen sumario de los esfuer- ahora, se comprobada enseguida que no han añadido
zos hechos h~sta ahor_a para elevar la polftica al rango realmente 11inguna noción d e c ierta importancia a la
de las c1enc1as posmvas. falta considerar otros dos masa de las ideas adquiridas. Se veria, por ejemplo, que
intentos, que no están, como los dos precedentes. en la
verdadera linea de los progresos del espíritu humano en • S.:mcjanle proy«:~o poc pQrte de Condon:cl pruebo que, roo-
política, que, no obstante, es útil señalar. forme al el<llnlen precedente. csti muy lejos de h.'ber c:oo<ebido de
una mancr..t clara la Importancia capital de la historia de 135 civili-
La necesidad de hacer positiva la ciencia social es ~m::iones; pues, si hubiese visto c::lanunente en l~l obserV'.teiÓD filo-
tan real hoy, esta gran empresa ha alcanZAdo hasta tal sófica del pasado e1 medio de positi\•iz;:¡r la ciencia 'ocial, no lo
punto su madurez, que ' 'arios espírims superiores han b:•bria buscado é ll otro lado.
112 AIJGUSTO COiffE PLAN Ob LOS TR.<BUOS Ct&VTIFICO$... 113

los esfue~~s de los geómetras paro ensalzar el cálculo de todos llnra servir de modelo en las comparaciones de
de probab•lidades por encima de sus aplicaciones natu- este género.
rales ~~n llevado. únicamente en su parte más esencial Sentado esto. se concibe fácilmente que, al depender
Y pos1t1va. a ofrecer, en relación con la teoria de la ccr- esta p<:rperua ...-ariabilidad de efectos de la excesiva
tem, como conclusión de _u~ largo y dificil trabajo alge- complic:.~ción de las causas que concurren a producir-
bnuco, . ~lgunas proposiCiones casi triviales, cuya los, debe ser la mayor posible para los fenómenos
correcc10n es pcrc1b1da a primera vista con una eviden- morales y políticos de la especie humana, que forman
CIO perfec~~ ~r todo hombre con sentido corním. Pero la clase más complicada de los fenómenos fisiológicos.
debemos linutarnos a e>.aminar la empresa en sí misma En efecto. de todos aquellos cuyos grados de cantidad
Y en su mayor generalidad. ' presentan las variaciones más extensas. son los más
En prim_e,r lu¡¡ar. la; considcrocione.< [>01' l•s 'l"e múlUp1icados y los mú::; i11egulan;$.
muchos fis10logos, y scbrc todo Oichat, han demostra- Si se sopesan convenientemente esltls consideracio-
do, en general._lu imposibil idad rodical de llev¡ll' a cabo nes, creo que no se dudará en afirmar, sin temor de
alg~na aphcac1ón real e importante del análisis mate- tener una idea demasiado débil de la capacidad del
má~ICO a los fenómenos de los cuerpos organit.ados, se espíritu humano, que toda gran aplicaci_ón del cálculo a
aphcan de man~m d1rocta Y especial a los fenómenos la ciencia social es y seguirá siendo necesariamente
·~orales Y polit •cos. que no son má.~ que un caso par- imposible, no sólo en el estado presente de nuestros
ucular de los primeros. conocimientos, sino también en el más alto grado de
Estas considcracione; están fundadas sobre el hecbo perfeccionamiento que sean susceptibles de alcanzar.
de que 1~ condición indispensable y preliminar para que En segundo lugar, suponiendo que una esperanza tal
los fcnornenos sean susceptibles de ser reducidos a no pueda ser nunca reali7ada, seguiria siendo indiscUii-
leyes mate~_át icas consiste en que sus grados de canti- ble que, en principio, la ciencia política, incluso paro
d~~ sea~ fJJOS. /\hora bien, en todos los fenómenos llegar a ello, debe ser estudiada de una manera directa.
f1slol6g1cos, cada efecto, pm·cial o total, está sometido esto e!, ocupándose únicamente de coordinar la serie de
a vanac10nes inmensas de cantidad. que se suceden de los fenómenos políticos.
la manera más nl~ida y de una manera completameme En efecto, por muy imponante que sea el análisis
" .regular, baJo la mflueJcia de una multitud de causas matemático considerado en sus verdaderas aplicacio-
d 1ve~sas que no son _susceptibles de ninguna estimación nes, no hay que perder de vista que no es mas que una
prec1sa. Esta var.ab•hdad extrema es una de las cspecf- cienci~ puramente instrumental o de método. Por sí
ftcas caracterí~ticas de los . fenómenos propios de los mismo. no enseña nada real; no deviene una fuente
cuerpos orgamzados; conslttuye una de las diferencias fecunda de descubrimientos positivos, más que si se
que los S<>par:lll más de los cuerpos brutos. Prohíbe, cvi· aplica a los fenómenos obsen'ados.
dcntemente, toda espermza de someterlas algún día a En In esfera de los fenómenos que soportan esta apli-
verdaderos cálculos, tales, por ejemplo, como los de Jos cación. jamás tendrú lugar de inmediato. Siempre pre-
fenómenos astronómicvs, que son los más apropiados supone en la ciencia correspondiente un grado prelimi-
114 AUGUSTO COMTF. l'l.<N DE LOS TRABAJOS CIF:NTÍPICOS... 115

nar de cultura y perfeccionamiento, cuyo término natu- tamente convencidos de que sólo una larga serie de
rdl es el conocimiento de las leyes exactas desvela<las investigaciones, de observaciones y de experiencias
por la observación en relación con la cantidad de Jos podría desvelar las leyes numéricas sobre las que debe
fenómenos. El análisis matemático deviene aplicable en fundarse esta aplicación, para tener parecido a la rea-
cuanto se descubren estas leyes, por muy imperfectas lidad.
que ~ean. Desde ese momento, gracias a los poderosos Resulta más dificil de cumplir la condición indispen·
me<!Jos de d~ducc1ón que ofrece, pemlite reducir esas sable que acaba de ser indicada, pues exige un grado
leyes a un numero muy pequeño. a menudo a una sola preliminar de cultura y de perfeccionamiento, tanto
ley, Y hacer entrar en él, de la manera más precisa, una más grande en la ciencia correspondiente, cuanto más
multitud de fenómenos que en principio no parecía complicados son los fenómenos. Es así como la astro·
poder comprender. En una palabra, establece en la cien- nomía se ha vuelto, al menos en su parte geométr1ca,
Cia una coordinación perfecta que no podría obtenerse nna especialidad de las matemáticas aplicadas antes
en e! m1smo grado por ningnna otra vía. Es evidente que la óptica, esta última antes que la acústica, y final-
que. ~csultará,_empero, absolutamente ilusoria toda apli- mente la teoría del calor. Por eso, la química está aún
ca.cion dél anahs1s matemático intentada antes de cum- muy lejos de este estado, si es que debe llegar a él
ph.rse esta condición prel iminar del descubrimiento de algún día.
cie~s leyes calculables. Muy lejos de poder hacer Juzgando según estos principios indiscutibles la apli-
postti~ algtula rama de nuestros conocimientos, no cación del cálculo a los fenómenos fisiológicos en
abocara más que a sumergir el estudio de la naturaleza general y a los fenómenos sociales de la especie huma-
en el dominio de la metafísica, transportando a las abs- na en particular, en principio se ve que, incluso si se
tracctones el papel exclusivo de !as observaciones. admite la posibilidad de esta aplicación, eUo no eximi-
Así se concibe, por ejemplo, que haya sido aplica<lo ría en absoluto del estudio directo de los fenómenos
con grao éxito el amílisis matemático a la astrononúa que, por el contrario, prescribe como condición preli-
ya sea geométrica o mecánica, a la óptica, a la acústic~ minar. Aún más, s i se considera atentamente la namra-
y, muy recientememe, a la teoría del calor, una vez que leza de esta condición, se sentirá que exige un grado de
1~ progresos de la observación condujeron a estas perfeccionamiento en la fisica de los cuerpos organiza·
d1ve:--as partes de la física a establecer algunas leyes dos en general, y, sobre todo, en la flsic.a social, que,
prec1sas de cant1dad entre los fenómenos; mientras que, incluso no siendo quimérico, evidentemente no podría
antes de estos descubrimientos, una aplicación de este ser alcanzado más que tras siglos de cul mra. El descu-
t1po no hub1ese. tenido . ba.se real alguna, ningún pun to brimiento de las leyes precisas y calculables represen-
d~ partida pos1t1vo. Aslln1smo, los químicos que toda- taría en fisiología un grado de avance muy superior
vta l~oy creen férreamenre en la posibilidad de aplicar hasta al que imaginan aqueUos fisiólogos que conciben
un dta, de .u.na manera amplia y al mismo tiempo posi- las esperanzas más amplias acerca de los futuros desti-
tiva, el analls1s matemático a los fenómenos químicos nos de esta ciencia. En realidad, por los motivos indica-
no dejan por ello de estudiarlos directamente, comple: dos más arriba, un estado tal de perfección debe ser
116 AIJGUSTQ CO.I/TE PLAN DE LOS 11/ABAJOS CIENtlnCOS... ll?

cons iderado como absolutamente quimérico, incompa- mático nunca podrá extender su dominio más allá de la
ttblc con la naturaleza de los fenómenos, y completa- física de los cuerpos brutos, cuyos fenómenos son los
me~!~ desproporciOnado a la verdadero capacidad del únicos que ofrecen el grado de simplicidad y, por ende.
e..c;pmlu humano. de fijeza, necesario para poder ser uaduc1dos a leyes
. Evidentemente, se aplican n la ciencia polltica las numéricas.
mtSmas razones, y con más fuerta todavía, en vista del Si se considera en qué medida deviene embarazosa la
grado más grunde de complicación de sus fenómenos. marcha del análisis matemático, incluso en las aplica-
lmagmar que será posible un día descubrir algunas ciones más simples, cuando quiere aproximar sufi·
ley~s de ~midad emre los fenómenos de esta ciencia cientemcme el estado abstracto al estado concreto,
eqlll~aldria a suponerla en un grado tal de perfección cuánto aumenta este embrollo a medida que se compli-
que, oncluso antes de llegar a este punto, se bablia ohte- can Jos fenómenos se sentirá que lo esfera de sus atri-
rudo por completo todo lo que es verdaderamente inte- buciones reales cs;á más bien exagerada que limitada
resante encontrar, en una proporción que sobrepasaría por el principio precedente. .
en !nucho todos los deseos razonables que quepa tener. El proyecto de tratar la ciencia social como. ~a ~ph­
Ast pues, ~1 análisis matemático no sería aplicable más cación de las matemáticas a fin de hacerla posttiVa uene
que en la epoca e.n que su aplicación no pudiese tener su fuente en el prejuicio metaflSico de que no p~cde
ya una 1mportanc1a ren l. existir verdadera certeza, salvo en las matemáucas.
Resulta de las con~ideracioncs precedentes que, por Este prejuicio resultaba naturJI en la época c~1 9-ue todo
un lado, la naruraleza de los fenómenos politicos prohi- lo que era positivo se encontraba en el dommto de las
be absol utam~ntc toda esperanza de poder aplicarles matemáticas aplicadas, y, por consiguiente, todo lo que
n~ca el aná~tSIS matemático, y, por otro lado, s upo- no abarcaban era vago y conjetural. Pero un prejuicio
ruendolo postble, esta aplicación no podría servir en semejante resulta absolutamente inexcusable desde que
absol ~110 par.a. elevar la política al rango que tienen las se han formado dos grandes ciencias posith'llS, la quí-
c1cnc1as pos11Jvas. pues exige que, para poder ser lleva- mica y, sobre todo, la fisiología, en las que no desem-
da a cabo, esté hecha la ciencia. peña ningún papel el análisis matemático, y que no son
Los geómctras, al estudiar los cuerpos brutos y los menos reconocidas por ello taO cienas como las otras.
c~erpos OJ~antzados, no han prestado hasta hoy la aten- La astronomía, la óptica, etc., sin ser aplicacion.es del
c•ón sufictente a la gran división fundamental de nues- análisis matemático son ciencias positivas Y c1crtas.
rro~ ~onocimientos positivos. Es ta división, que debe el Este carácter procede de ellas mismas; resulta de que
espmtu humano a los fisiólogos, está hoy establecida están fundadas sobre hechos observados y no puede
so~re b~ mquebrantables, y se confirma cada vez resultar sino de esto, pues el análisis matemáliC?, aisla·
mas a medtd.1 que es más meditada. Delimita de una do de la observación de la naturaleza, sólo nene un
manera precisa e .i~revocable las verdaderas aplicacio- carácter metafísico. Lo único cieno es que, en las cien-
nes de las matcmaucas en su mayor extensión posible. cias en las que no son aplicables las matemáticas, se
Se puede establecer, en principio. que el análisis mate- debe perder de vista mucho menos la estricta observa-
118 AUGUSTO COMTE pJ¿jN l>F. LOS TIWJAJOS CJENTIPJCOS... 119

ción directa; las deducciones no pueden ser prolonga- Dado que la superioridad del hon:'bre sobre los
das con tanta seguridat\ porque los medios de razona- demás animales no puede tener, y no llene, en. efe~to,
miento son mucho menos perfectos. Con excepción de otra causa que la perfección relativa de su orgamzacaón,
esto, circunscribiéndose a los limites convenientes, la evidentemente, todo lo que hace y puede bacer la espe-
certeza es igual de completa. Se obtiene, s in duda, una cie humana debe ser mirado, en úlúrno análisis, como
peor coordinación, pero resulta suficiente para las una consecuencia necesaria de su organización, modifi-
necesidades reales de las aplicaciones de la ciencia. cada en sus efectos por el estado de lo exterior. En este
La búsqueda quimérica de una peñecctón imposible sentido, la fisica social, es decir, el estudio del desen-
no tendria otro resultado que el de retardar necesaria- volvimiento colectivo de la especie humana, es real-
mente los progresos del espiriru humano, con.~umiendo mente una rama de la fisiología, estO es, del estudio del
en pura pérdida grandes fucl7il5 intelectuales, y des- hombre, concebido en toda su e.xtensión. En otros tér-
viando los esfuerzos de los ~abios de su verdadera direc- minos la historia de la civili2acióu no es más que la
ción de eficacia positiva. Tal es el juicio definitivo que contin~ación y el complemento indispensable de la his-
creo poder aponar de los ensayos hechos o por hacer en toria natural del hombre.
orden a aplicar el análisis matemático a la física social. Pero, igual que importa concebir ~orre~t~m~nte Y no
l!n segundo intento infinitameme menos vicioso, perder jamils de vista esta indiscuttble fahaetón, tam-
debtdo a su naturaleza, que el precedente, pero parale- bién sería un mal entendido concluir de ello que no. es
lamente irnpracücablc, es el que tuvo por objeto hacer preciso establecer una división tajante entre ha fistca
positiva la ciencia social, reduciéndola a ser esencial- social y la fisiología propiame~te dicha. .
mente u na simple consecuencia directa de la fis ioln&>ia. Los fisiólogos, cuando estud1an la h1stona natural de
Cabams es el autor de esta concepción, debiéndosele una especie animal dotada de sociabilidad, pnr eJe~plo,
sobre todo a él que haya sido seguida. Constituye el la de los castores, incluyen con razón en ella, .la lusto-
verdadero objeto filosófico de su célebre obra sobre la ria de la acción colectiva ejercida por la comumdad. No
Relación enrre la física y la moral del hombre, a los juzgan necesario establecer una linea de demarcaci~n
ojos de cualquiera que haya constderado corno orgáni- entre el csmdio de los fenómenos soctales de la espectc
ca y no como puramente critica la doctrina general y el de los fenómenos relativos al individuo aislado. "!n
expuesta en ella. defecto tal de precisión no tiene en este caso ntngun
Lil$ consideraciones ofrecidas en este capírulo sobre el inconvcnicme real aunque los dos órdenes de fenóme-
espiriru de la política positiva pntcban que, tanto en Jo nos sean distintos. 'Pues, encontrándose detenida casi en
referente a este tratado como en lo que concierne al pre- sus orígenes la civili2ación de las especies.sociales n:'ás
cedente, esruvo necesariamente mal concebido. Pero, en inteligentes, principalmente a causa de la unperfccctón
este momento, se ll".1ta de indicar con precisión su vicio. de su organización, y, en segundo lugar~ ~or la prei>Ot~­
Consiste en que una manera tal de proceder anula la dcrancia de la especie humana, el espmtu no expert-
observación directa del pasado socia l, que debe servir mcnta ninguna dificultad, en un encadenam1ent~ tan
de base fundamental a la política positiva. poco prolongado, en Lmir directamente todos los fen6·
120 AUGUSTO COIITE PLAN Dli LOS TRAIMJOS CIC.vrlf"JCOS 121

menos colectivos a los fenómenos individuales. Así diver.;os fenómenos de las edades sucesivas son única-
pues. no existe entonces en absoluto, el motivo general mente la consecuencia y el desarrollo necesario de la
que hace est<ablcccr las divisiones para facil itar el estu- organización primit iva, se esforzase en deducir la Jústo-
dio, a saber, la imposibilidad de la inteligencia humana ria de una época cualquiera de la vada, del estado del
de seguir wta cadena de deducción demas iado larga. individuo en su nacimiento determinado con una gran
Por el contrario. s i se supone que la especie de los precisión, creyéndose así dispensado de examinar
castores se ha vueho más inteligente. que su civili- directamente las diversas edades para CQnocer con
zación puede desarTOIIarse librememe, de suene que exactitud el desarrollo total. El error es, incluso. mucho
haya en ella un encadenamiento continuo de progreso mayor, en relación con la especie, de lo que lo sería
de una generación a otra, pronto se scntir(lla necesidad respecto al individuo, s i se tiene en cuenta que, en el
de tratar por separado la Jústoria de los fenómenos primer caso, los términos sucesivos a coordinar son a su
sociales de la especie. Aún se podrá incluso. en lo que vez más complicados y más numerosos que en el
concierne a las primeros generaciones, re lucionar este segundo. . .
estudio con los fenómenos del individuo: pero se hará Obstinándose en seguir esta marcha ampracttcable,
m:l~ dificil .establecer esta deducciótt a medida que se adem:ls de que en absoluto sería posible estudiar la Jús-
aleJe del ongen, y, finalmente, será totalmente imposi- tona de la civilizacaón de una manera satisfactoria, se
ble proseguirla. Es precisamente Jo que ocurre, en el estaría inevitablemente conducido a caer en errores
más alto grado, en relación con el hombre. capitales. Pues, ante la absoluta imposibil idad de unir
Los fenómenos colectivos de la especie humana, así directamente los diversos estados de civilización en el
como los fenómenos individuales, reconocen s in duda punto de partida primitivo y general establecido por la
con!o últi ma causa, la especial naturaleza de su organi: especial naturale1.1 del hombre, pronto se estaría impe-
zacton. Pero, en cada gcncrac•ón, el estado de la civili- lido a bacer depender inmediatamente de circunstancias
zación humana no depende de inmediato más que del orgánicas secundarias lo que es una consec:uenc.ia ale-
de la generación precedente, y no produce dire<:tamen- jada de las leyes fund~entales de la org_aruzac•on. .
te m:ls que el de la siguiente. Cabe seguir este encade- Es asi como han s1do llevados, por eJemplo. vanos
namiento, con toda la precisión suficiente, a partir del fisiólogos encomíables a suponerles n los caracteres
origen, s in unir de manera directa cada térm ino más nacionales una importancia evidentemen te exagerada
que ~on e l precedente y el siguiente. Por el contrario, en la explicación de los fenómenos polltkcos. Les han.
cstana completamente por encima de las fuerzas de atribuido diferencias de pueblo a pueblo que dependen,
nuestro espíritu relacionar un término cua !quiera de la en casi todos los casos, de épocas de civilización des-
serie con el punto de panida primitivo, suprimiendo iguales. Resultó de esto el desagradable . efecto de
todas las relaciones intermediarias. entender como invariable, lo que no es. ctenameote,
La temeridad de una empresa de este tipo, al estudiar más que momentáneo. Tales derivaciones, de las que
la especie, podría ser comparada, en el estudio del indi- seria fácil multiplicar los ejemplos, ':1 que derivan todas
viduo, a la de un fisiólogo que, considerando que Jos del mismo vicio primitivo en la manera de proceder,
122 AUGUS'IV COMTE PI.A N DE WSTRAIJ.<JOS Clli!ITIPICOS... 123

confimran clammente la necesidad de separar el esru- modo alguno al alcance el conocer de manera positiva
dro de los feJómenos sociales del de los fenómenos a qué distancia de este estado se encuentra actualmente
fisrológrcos ordinarios. la especie humana, ni la marcha que debe segurr par:•
.. L<~s geómctras que se han elevado hasta lus ideas llegar a él. ni, por último, el plan general de la orgam-
h losoficas conciben como tesis general todos los fenó- zación social correspondiente. Evidentemente, estas
menos del universo, tanto los de los cuerpos organiza- determinaciones indispensables no pueden resultar más
dos como los de los cuerpos brutos como referidos a que de un estudio directo de la historia de la civili-
un pequ.eño númew de leyes comune~, inquebrantables. zación.
Lo~ fisrólogos obsetvan a este respecto, con toda la A pesar de eso, si se quisiera esforzarse e~ darle una
razon, que, aunque todas estas leyes ser.ín uo día per- existencia práctica a este resumen especulatiVO y nece·
fect~enlc conocidas, la imposibilidad de deducir sin sariamente incompleto, no se podría evitar caer de
soluc~ón de continuidad, obligaría a conservar, cntl'e el inmediato en lo absoluto; ya que, entonces, se hace
cstudro de los cuerpos vivos y el de los cuerpos inertes consistir toda la aplicación real de la ciencia en la for·
l~ misma división que se funda hoy en dla en la diver: maci6n de un tipo invariable de perfección vaga, sin
srdad d~ leyes. Un motivo exactamente parecido se ninguna distinción de épocas, a la manera de la política
aplt~a dtreetarr.ente a la división enlrc la fisica social y conjetural. Las condiciones según las que se encuentra
la ~IS!ologfa propiamente dicha, esto es, entre la fisi(}- fijada In excelencia de este tipo son, ciertamente, de r:n
loe,. de lu c•pwie y lu del indiv iduo. La distaucia es orden mucho más positivo que las que te strven de gura
sin du~,. mucho menor. ya que no se trata más que d~ a la política teológica y metafisica. Pero, u:<ítesc en. uno
una d~ts1ón secun~ria, mientras que la otr:a es princi- u otrO sentido, esta modrlicacrón no cambia el caracter
pal. Sm embargo, extste paralelamente la imposibilidad absoluto inherente a una cuestión así. La polltíca, pues,
de deductr,.n~mq~e no sea en el mismo grado. jamás podrá llegar a ser verdaderamente positiva pro-
~·. msufrcrencra total de esta manera de proceder se cediendo de esta manera.
venfrca filcrlmente si, en lugar de considerarla sola- Así pues, sea desde el punto de vista teórico, sea
mente en relacion con la teoría de la política positiva. se desde el punto de vista práctico, resulta i¡:ualmente
la cons•dr:m en relación con el fin práctico acrual de vicioso concebir la ciencia social como una simple con-
esta cteoc1a, ~· saber, la determinación del sistema según secuencia de la fisiología.
!•
el que socredad debe ser hoy organizada. La verdadera relación directa entre el conocimiento
Segun. las leyes f'lsiológícas, cabe establecer, sin de la organización humana y la ciencia polftica, tal y
duda, cuál es, ca general, el es1ado de civilización más como la ha caracterizado este capítulo, oonsisre en que
ade~uado a la naturaleza de la especie humana. Pero, la primera debe proporcionarle a la segwtda su punto de
sc~un lo que precede, está claro que no se podrfa ir más partida.
leJOS por este medio. Ahora bien, una noción asf, aisla- Le pertenece exclusivamente a la fisiología estable-
~· es p~a _cspeeulación, y no puede llevar, en la prác- cer de una manera positiv11 las causas que hacen a la
tica, a rungun resultado real y positivo. Pues no pone en especie susceptible de una civilización en constante
124 MIGU$TOCO.Im;

progreso•. en tanto que el estado del planeta que habita de verificación y de razonamiento pa~a el de la especie,
no cotlSIItuye .en absoluto un obstáculo insuperable. distintos de los que acaban de ser md•ca.dos, Yque, aun-
Sól.o ella perm•te trdZar el verdadero carácter y la nece- que menos importantes, tienen la ventaJa de extcnderse
sana marcha general de esta civilización. En fin, sólo a todas las épocas. .
ella penn.te esclarecer la fonnacióo de las primeras En resumen, aunque la fisiología de la especte Y la
?Srup~c•ones de hombres, y trazar la historia de la del individuo sean dos ciencias absot.ummente del
111 fanc•a de nuestra especie hasta la época en que llegó mismo orden, o más bien dos porc10nes diStintas de una
a alzar el vuelo de su civili7..aci6n mediante la creación ciencia única no es menos indispensable concebJrlas Y
de un lenguaje. tratarlas por s'.,parado. Es necesario que la primera tome
En este punto es donde ~ detiene naturalmente el su base y su punto de partida en la segu~~a, para ser
papel de las consideraciones fisiológicas directas de la verdaderamente positiva. Pero, a conununcton, debe ser
~s~ca soc1al, que debe fundarse, a partir de entonces, estudiada de una manem aislada, apoyándose sobre la
umcamente sobre la observació11 imnediata de los pro- observación directa de los fenómenos soc•ales.
gresos de la espec•e humana. Más adelante la dificul- Era natural que se quisiera hacer entrar por comple-
tad de deducir de• endrá inmcdiotamen!e n:uy grande, to la fisica social en el dominio de la fisiologta cuand_o
porque, a. pan•~ de esta é¡:oca, adquiere de pronto no se veía otro medio de •mprirnklc el carácter pos•tt-
mucha mas rap•de-z la marcha de la civilización de vo. Pero este error no tendría excusa hoy, ~m~ndo es
forma que se multiplican bruscameme los térm i n~s a fácil convencerse de la posibilidad de posl~v,;wr la
coordinar. Por otro lado~ las funciones que debe cumplir ciencia politica fundándola sobre la observac•on nlmc-
la fistOiogla en el CS1udio del pasado social ya no serán diata del pasado social. .•
entonc~s necesarias; no tendría ya por objeto la milidad En segundo Jugar, en el momento en que sal•? del
de SUJ)lir la falta de.observaciones directas. Puesto que, dominio de la metaft.Sica el estudio de las func•?ncs
a part1r del establccumenro de untt lengua, existen datos intelectuales y atecnvas para entTaJ e" el de '". fi••olo-
dorectos sobre el desenvolvimiento de la civilización gía, resultó tnll)' dificil evitar toda exa.gerac•on en la
no hay ninguna laguna en el conjunto de las considera~ fijación de la verdadera esfera fls10lóg•ca, Y n? com-
ciones positivas. prender también en ella el examen de los fenomenos
Para tener una perspectiva completa del verdadero sociales. La época de las conquistas no puede ser la de
p~pel de la fisiología en la física social, es preciso aña- Jos limites precisos. También es paniculannentc. excu-
dor a lo que precede que, tal y como lo advirt ió Con- sable que se hiciera ilusiones al respecto Cabanos, que
dorcct, no siendo el desarrollo de la especie más que Jo fue uno de los principales cooperadores a esta gran
resultante de los desarrollos individuales, que se enca- re-.•olución. Pero hoy, cuando puede y debe su~er un
denan de una generación a otra, debe ofrecer necesaria- análisis severo al arrebato del primer impulso, runguna
mente rasgos generales de conformidad con la historia causa puede impedir desconocer la neces•dad d~ . una
nmurnl del indivi~uo. A través de esta analogía, el estu- división exigida indispensablemente por la deb1l1dad
d•o del hombre a1slado proporciomt aún cienos medios del esph'itu humano.
126 AUGUSTVCOMT'E PIAN DR /.OS TRABAJOS CIEN71FICOS... 127

Eo el estudio del individuo, ningitn motivo real como objeto la coordinación del pasado social,~· como
p~tede llevar ya a aislar los fenómenos llamados espe- resultado, la determinación d~l siste!na que hende a
cmlmente morales de otros fenómenos. La revolución producir hoy la marcha de la ctvthzacJÓIL ..
que los ha enlazado a todos entre sf debe ser entendida Evidentemente esta fisica social es tan poSitiVa
como el paso más esencial que ha dado hasta ahora la como ninguna ot;a ciencia de obsc.rvación. Su certeza
fisiología, desde el punto de vista filosófico. intrínseca es igualmente real'. Las leyes que descubre
. Por el contrario, consideraciones del primer orden de satisfacen al conjunto de los fenómenos observados; su
tmponancta, demuestran la absoluta necesidad de sepa- aplicación merece una confi~za plena.
rar el estudio de los fenómenos colectivos de la especie Esta ciencia posee ademas, como todas 1~ ntr.JS,
h~mana, del de los fenómenos individuales, esrable- medios generales de verificación, incluso ·~depe!'­
ctendo.~r lo demás, entre esms dos grandes secciones dientemente de su necesaria relación con la fiStologta.
de la ftSJOlogia total, su relación natural. Esforzarse en Estos medios se fundan en que, en el estad~ presente ~e
hacer desaparecer esta división indispensable seria caer la especie bu mana consider~da- COf?? totahdad, ~x•s­
en un error análogo, aunque iltfcrior, al tan justamente ten todos los niveles de ctvthzaeiOn en los d•s~ntos
combatido por los verdaderos fisiólogos, que presenta puntos del globo tern\queo, desde el de los salvaJes de
el estudto de los cuerpos vivos como una consecuencia Nueva Zelanda hasta el de los franceses e ingleses. ~si
y un apéndice del de los cue1·pos inertes. pues el encadenamiento establecido según la suces!ón
Tales son los cuatro intentos principales hechos hasta de 1ds tiempos ¡¡ucde ser verificado por la comparación
el pre~ente con el fin de elevar la política al rango de las entre los !usares. .
ctenctas de observación, cuyo conjunto reconoce de ta En principio, esta nuev;t ciencia parece reductda a la
manera más decisiva la necesidad y la madure?: de esta simple observación, y totalmente. p~rvada de l.a a~da. de
gran empresa. El examen especial de cada una de ellas experiencias. lo que no le tmpedira ser posmva •. test1~0
conf~. bajo un punto de vista distinto, los principios de ello es la astronomia. Sin embargo, en fiSI.ologta.
antenormente expuestos en este capínalo acerca del ver- independientemente de las experiencias en ammales.
dadero medio de darle a la politica un carácter positivo los casos patológicos son realmente un equtvalcnte de
y, en consecuencia, de determinar con seguridad la experiencias directas con el bombre, porqu~ alteran el
concepctón general del nuevo sistema social, el único orden habitual de los fenómenos. Por lo m•smo. Y por
que puede acabar con la crisis actual de la Europa civi- un moth o semejante, las múltiples épocas en que las
lizada.
Se puede, pues, considerar como establecido, a priori 1 s.s. sin duda. superfluo pararse a refutar las objeciones infini~
y a posteriori, sobre. demostraciones reales, que, para tamenlc exagcmd;ts., ofrecidas por varios autOres. y !Klbrc todo po
alcanzar este fin cap1tal, es necesario mirar la ciencia Volncy. contro ta certeza de los bC(;bos_ históricos. Aunque se 1e~
política como una fisica ]>articular, fundada sobre la ob- concediera" eS1:.1s objeciones toda ht 1autud que les htm dndo CC!'\Os
escritores, no o.fccwl·ían de ninglln modo a los h~c~os con un cierto
servación directa de los fenómenos relativos al desen-
volvimiento colectivo de la especie humana, teniendo
r
grOtiOde irnpOt1UI\CiO gencral~d.~~ q~~ SOl\ (OS Ut'HCOS QUChay que
considerar en el e!Uu<ho de la Cl\'lhzacton.
I'LAN DE LOS TRABAJOS CIENT/FICOS. 129
128 AUGUSlV COMTE
generales. Si fuese violada esta regla, seria necesario
combinaciones politicas ha.n tendido, más 0 menos a renunciar por completo a obtener una noción nltida.
detener el desarrollo de la civilización, deben ser c~n­ En cuanto a la posibi lidad de proceder así, ésta resul-
Sideradas como proporcionándole a la flsica social ver- ta de que hoy hay un número lo bastante grande de pun-
daderas experiencias, aún más apropiadas que la obser- tos particulares bien aclarados, como para poder ocu-
vac1on pura, para desvelar o confirmar las leyes parse directamente de una coordinación general. Los
naturales que presiden la marcha colectiva de la especie fisiólogos no han esperado, para formarse una idea del
hwnana. conjunto de la organización, a que fueran conocidas
Si,_ como me atrevo a esperar, las consideraciones todas las funciones especiales. Debe suceder lo mismo
ofrec1das en este capi!Uio les hacen sentir a los sabios la en la fis1ca social.
1mpo_rtanc1a y la posibilidad de establecer una politica Precisando más las consideraciones precedentes. se
pos1t1va con el espíritu antes in<hcado, entonces ofrece- ''e que tienden a establecer que, en la fommción de la
ré coo más detalle mi opinión aceren de la manera de ciencia política, es necesario ir de lo geoerJI a lo par-
e¡ecurar esta primera serie de trabajos. l'cro creo útil tictalar. Ahora bien, si se examina este precepto de
recordar, al t.erm~nar, la necesidad de dividirla, aote manera directa, resulta fácil reconocer su exactitud.
todo, en dos ordenes: uno, el de los trabajos generales· Desde el punto de vista que nos ocupa, of1·ece una
otro, el de los trabajos pa1t iculares. ' importancia diferente la marcha que sigue el espíritu
El pnmer orden debe tener por objeto establecer la humano en la búsqueda de las leyes que rigen los fe116-
marcha general de la especie humana, abstracción menos naturales, según que estudie la flsica de los cuer-
hecha de toda causa cualquiera que pueda modificar la pos brutos o la de los cuerpos organizados.
v~loc1dad de su civilización, y. por ende, de todas las .En la primem, encontrándose el hombre formando
diVersidades observadas pueblo a pueblo. por muy uno parte impcrCCl>tible de una serie inmensa de fenó-
gm_ndes q~e puedan ser. El segundo orden se propondrá menos, cuya totalidad no puede esperar percibir nunca
est1mar la influencia de estas causas modificantes y, por sin una presunción loca, en cuanto comienza a estu-
cons1gmcnte, formar el cuadro definitivo en el que cada diarlos con un espíritu positivo, está obligado a consi-
pueblo ocupará el lug:u especial correspondiente a su derar, en primer lugar, los hechos más particulares, para
propto desenvolvimiento. elevarse a continuación, gradualmente, hasta el descu-
Por lo. d~más, una y otra clase de trabajos, y sobre brimiento de algunas leyes generales, que se convierten
todo la uhlUla, son su~ptibles, en su ejecución, de más tarde en el punto de partida de ~us investigaciones.
vanos grados de generalidad. cuya necesidad se hará Por el contrario, en la fisica de los cuerpos organiados,
sentlf verosímilmente a Jos sabios. al ser el mismo hombre el tipo más completo del con-
La obligación de tratar el primer orden de trabajos junto de los fenómenos, sus descubrimientos posi tivos
ames que _el segundo,_ ~e fw~da en este principio evi- comienzan necesariamente por los hechos más genera-
den_te_, apltcable a la f1s1ologm de la especie y a la del les. que le dan, seguidamente, una luz indispensable
md1v1duo, de que las idiosincrasias no deben ser estu- para iluminar el estudio de un gi:nero de dewllcs cuyo
diadas smo después del establecimiento de las leyes
130 AUGUSTO COAn'/1 PLAN DF. LOS T!Wl..UOS CU:NTfFICQS... 131

conocimiento preciso, debido o su naturaleza, le está ciones de la llsica terrestre. incluso se puede decir que,
prohibido para siemp1·e. En unu palabra, en ambos en astro11omla, la marcha primitiva no ha s ido alterada
casos, el espúi tu humano va de lo conoc:do a Jo desco- por la ley de la gravitación universal, más que desde un
nocido; pero, en el pri mero, se eleva en principio de Jo punto de vista realmente secundario en cuanto al cor.-
particular a lo general, porque le resulta :nás inmediato junto de los fenómenos, aunque principal, en cuanto a
el conocimiento de Jos detalles que el de las masas; nosotros. Pues esta ley no abarca todavía en absoluto en
mientras que, en el segundo, comienza por descender sus aplicaciones. e incluso probablemente no los abar-
de lo general a Jo particular, porque conoce más direc- cará jamás, los hechos astronómicos más gencrale1.
tamente el conjunto que las panes. Bajo el punto de consistentes en las relaciones de los diferentes sistemas
vista ftlosófico, el peñeccionamiento d:: cada una de solares, de los que no tenemos, hasta ahora, conoci-
las dos ciencias consiste, esencialmente, en permitirle miento alguno. Esta observación, llevándonos a la mma
adoptar a cada una el método de la otra, sin que este más perfecta de la fisica inorgánica, ofrece una verifi-
último llegue nunca a serie, no obstante, tan propio cación notable del principio que expongo.
como su método pri mitivo. Si se examina ahora la parte de este principio reltt-
Después de haber considerado esta ley desde el c ionada con el estudio de los cuerpos vivos, la confir-
punto de vista más e levado de la filosofla positiva, cabe mación es igualmente notable. En primer lugar, el enca-
veri ficarla fácilmente observando la marcha que ha denamiento general de las funciones de que .se
seguido hasta hoy el desarrollo de las c:encias natura- compone una organi1.ución es, ciertamenle, meJOr
les, desde el momcn1o en que cndn uno de ellos dejó conocido h<>y qu~ la acción parcial de c~rln Org.'lno: e
dcrtnitivameote de tener el carácter tco.ógico o meta- igualmente, desde un punto de vista más extenso, el
fisico. estudio de las relaciones generales existentes entre las
En efecto, en el estudio de los cuerpos brutos, exa- diversas organi.taeiones, sean animales, sean vegetales,
minándolo, en principio, en cuanto a sus divisiones esui, sin duda, más avanzado que el de cada organiza-
principales, se ve comcn¿ar la astronomla, la fisica y la ción particular. En segundo lugar, las principa:es
quimica aislándose por completo unas de otras, y acer- ramas de que se compone hoy la fisica orgánica han
carse tanto a continuación, bajo relaciones cada vez estado inictalmente confundidas, y sólo en virtud de
más mwtiples, que, por fin, hoy en dia !e puede perci- los progresos de la fisiología positiva se ha llegado a
bir en ellas uoa tendencia manifiesta a no formar más analizar con precisión los diferentes puntos de vuta
que un único cuerpo doctrinal. lgualmenle, consideran- generales bajo los que puede ser examinado un cuerpo
do por separado algunas de ellas, se las ve nacer del vivo, de modo que pueda fundamentarse sobre sus dts-
estudio de los hechos, primero incoherentes, y llegar tinciones una división racional de la ciencia. Esto es
gradualmente a las generalidades uctualmcntc conoci- incluso tan exacto que, dado el poco tiempo que hace
das. El espíritu humano solamente ha logrado llegar a que se ha bccho verdttderamente positiva la fisica de
seguir hasta aqui la marcha opuesta, bajo estos concep- los cuerpos organizados, la distribución de sus partes
tos ftUldamentales, en la astronomía y en algunas sec- princi¡Jalcs todavía no está fij ada de manera perfecta-
132 f PUJ{ Dli ws T'IWIAJOS ac.vrtncos... 133
l
AUGUSTQ CO.\ITE

mente nítida. El hecho es aún m5s notable si se pasa de Todas las obras históricas escritas h:tsta hoy, incluso
la ciencia a los sabios, pues estos últimos están, evi- las más recomendables, no han tenido esencialmente, y
dentemente, mucho menos especializados en su orden no han tenido que tener por al'téntica necesidad, más
de trabajos que los sabios entrcg,1.dos al estudio de los que el carácter de moa/es, es d~cir, de descripción y dis-
cuerpos brutos. posición cronológica de una ciena sucesión de hechos
Se puede, pues, considerar, como establecido por la particulares, más o menos imponantes y más o menos
observación y el razonamiento, que el espíritu humano exactos, pero siempre aislados entre sí. Sin duda, no
procede principalmente de lo particular a lo general en han sido completamente descuidadas las considemcio-
la física inorg{mica, y, al contrario, de lo general a lo nes relativas a la coordinación y ftliación de los fenó-
particular en la fisica orgánica: al menos, es indiscutible menos polfticos, sobre todo desde hace medio siglo.
que es, según esm marcha, cómo se llev-an a cabo duran- Pero está claro que estn mezcla no ha reestructurado
te mucho tiempo los progresos de la ciencia, a partir del aún el carácter de este género de composición, que no
momento en que adopta el carácter positivo. ha dejado de ser literario~. No ex.istc h?~ta aho~ ?na
Si ha sido mal conocida hasta el presente la segunda ,•erdadera hi.ftoria conceboda con un esptrttu coenttfoco,
pane de esta ley, si se ha creldo que el espiriru bwnano esto es teniendo como rtn la investigación de las leyes
procede siempre necesariamente de lo panicular a lo que p~siden el desenvolvimiento social de la e.-pecie
general en cualquier orden de investigaciones, este humana, lo que constituye precisamente el objeto de la
cn·or se ex.plicn de una manera muy natlJral. conside- serie de trabajos considerado en este capitulo.
rando que, habiendo tenido que desarrollarse co primer La distinción precedente basta pano explicar por qué
lugar la fisica de los cuerpos brutos, los preceptos de la se ha creído casi univei'S(IImente hasta ahom que, en la
filosofia positiva han tenido que fundamenta.-.e primi- historia, era necesario ir de lo particular a lo general y.
tivamente sobre la observación de la marcha que le es al contrario, por qué hay que proceder hoy de lo gene·
propia. Pero hoy, cuando In observación filosófica ral a lo particular, bajo pena de no obtener ningún resul-
puede sustentar los dos órdenes de ciencias naturales tado.
es injustificable In prolongación de semejante error. ' Pues. cuando se trJta solamente de construir con
Aplicado el principio que acabo de establecer a la exactitud a11ales generales de la especie hnmana, evi-
fisica social, que no es más que una especialidad de la dentemente, bay que comenzar formando tos de los
fisiologfa, demuestra evidentemente la necesidad de diferctttes pueblos, y estos últimos no pueden funda-
comenzar el estudio del desenvolvimiento de la especie
humana, por la cooo'dinación de los hechos más genera- ' Aqui no se trata más que de establecer un bocho, no de juz~
les, para descender luego, gradualmente. a un encade- prlo. JU •lo demás. esto)' completamente convencido de la utilidad
namiento cada Ve2 más preciso. Pero. a fin de no dejar t in<IU>O d< la absoluta n«nldld d< CSI3 clase d< escrito.s como 1111·
bajo prehmlnat. No se me c:onsider.mi sospccholo de pe~ que
ninguna incertidumbre sobre este punto esencial, con- pudiese h~ btr una historia su1 anales. Pero es i¡ua.lmente c1eno que
viene verificar el principio, en este caso particular, de los anales no son historia. ig,unl c1ue uo son llsiea las colecciones de
una manera directa. observactoncs mcleorológicas.
134 Al/GUSTO COVTE PL<N DE LOS TRABAJOS CJENJ1FJCOS.. 135

rnentarse sino sobre crónicas de provincias y de ciuda- 1 la misma precisión en todas las demás, lo que es un
des, o incluso sobre sirrples biografias. Paralelamenlc, ' absurdo n:anificsto.
desde Otro punto de vista, para formar los anales com- Al contrario, en primer término, hay que proponerse
pletos de una fta~ción de población cualquiera, es concebir eu su más grande generalidad el fenómeno del
mdispcn~able reurur una serie de documentos separa- desenvolvimiento de la especie humana, es decir, obser-
dos relat1vos a cada uno de los puntos de vista bajo los var y encadenar entre si los progresos más importantes
que debe ser considerada. Es asl como debemos proce- que ha hecho sucesivamente en los principulcs direc-
der necesariamente paro llegar a componer los hechos ciones di,.crentes. A continuación habrá que dar gra-
genera les que constituyen los materiales de la ciencia dualmente a este cuadro una precisión cada ve? mayor.
política o. mejor. el objeto de sus combin.,cioncs. Pero, subdividiendo siempre más los intervalos de observa-
en cuanto se llega a la l'ormación directa de la ciencia ción y 1~ clases de fen6oueuvs a observar. lgunlmente,
esto es, al estudio del encadenamiento de los fenóm.; desde el punto de vista práctico, el aspecto del l\1turo
nos, se hace indispensable seguir w1 camino completa- social, determinado al principio de una manera general,
mente opuesto. como resultado de un primer estudio del pasado, llega-
En efecto, por su misma naturaleza, todas las clases rá a ser cada vez más detallado a medida que se desa-
de fenómenos sociales ;e desarroUan simultáneamente rrolle más el conocimiento de la marcha anterior de la
y bajo la innucncia mw1a, de suerte que es absoluta- especie hwnana. La íaltima perfección de la ciencia,
mente imposible explicarse la marcha seguida por algu- que, probablemente, jamás se lograrít por completo,
na de ellas sin haber concebido previamente, de mane- consistirá, desde el punto de vista teól'ico, en concebir
ra general, la progresión del conjunto. con exactitud, desde sos ori¡¡cnes, la filiación de los
Por ejemplo, hoy reconoce todo el mundo que la progresos de una generación a la otra, bien respecto al
acción. reciproca de los diversos Estados europeos es conjunto del cuerpo social, bie11 respecto a cada cien-
demas1ado Importante como para que sus historias pue- cia, a cada ane, y a cada parte de la organización polí-
dan estar verdaderamente separadas. f>ci'O no es menos tica; y oonsistirá, desde el punto de vista práctico, en
notoria la misma imposibilidad en relación con los determinar rigurosamente. en lodos sus detalles esen-
diversos óndenes de hechos políticos que se obserwn en ciales. d sistema que la marcha natural de la civi li-
una sociedad íanica. Los progresos de una ciencia o de zación debe hacer predominar.
un arte ¿no están en COJexión evidente con los de otras Tal es el método estTictamenle dictado por la namro-
ciencias u otras arres? El perfeccionamiento del estudio lcza de a fisica social.
<le la natumleza y el de la acción sobre la natura leza ¿no
dependen el uno del oro? ¿No están ambos estrecba-
me?te ligados con el estado de la organización social, y
rec1procamcnte? Así pues, para conocer con precisión
las leyes reales del desarrollo especial de la rama más
simple del cuerpo social, será ncx:esario obtener a la vez
'1

l AuGuSTO COMTB (J?g8-1857), aunqu~ no h;~ s-ido muy


leído. si es, sin duda, d pens~dor más decisivo del siglo
XIX y probablemente del XX. Este «demente genialt~-.
como le llamó Or-tega, fundó el positivismo, la
sociologia , la religión de la h umanidad y dio forma
definiti'<a al historicismo y al cientificismo. Sin su obra,
que refleja fielmente el espiritu de s-·u época , no
~suharia fácil entender esos dos siglos que configuran
1.- Ed.a.d Contemporánea.

DALMACJO N!Cll.O e$ catedrático de Historia de la.t Ideas


y Formas Politicu en la Universidad Complutense
(Mad.rid). Entre sus public..,donea destacan Los libros
LiberiÚismo y socialismo: la encrucij~da intelectual de
Stusrt Mili, El libtr#li&mo español: un.ll anrologfa,
Comte: positivismo y revolt~c.i6n y La tradición L'be(·al
y •1 E.u sdo.

Potrebbero piacerti anche