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¿Por qué un católico debe conocer la Doctrina Social de la Iglesia?

Noticia que fue emitida por la academia de lideres catolicos en la ciudad de chile donde
se comentan sobre los grandes desafios del siglo 21, y abordar los grandes prbemas y
desafios politicos, sociale economicos y culturales de la actualidad desde ua mirada
antropologico del magisterio de la iglesia papa framcisco. el curso se conformó por
católicos provenientes de 14 diócesis chilenas y países como Argentina, México, Perú,
Ecuador y Puerto Rico.

El diplomado consta de seis módulos. Los tres primeros abordarán el marco conceptual e
histórico de la Doctrina Social de la Iglesia, la antropología Cristiana y la Bioética desde la mirada
del humanismo cristiano.

Las siguientes temáticas desarrollarán el “Pensamiento político y social de Jorge Bergoglio” y los
desafíos actuales y futuros de los líderes de Latinoamérica a partir de experiencias concretas.

“Esta instancia de formación busca dar las herramientas para responder mejor a lo que
Dios pide a cada uno (...) que es en sí, entender mejor nuestra realidad y poder discernir
los tiempos en los que nos ha tocado vivir y así estar en sintonía con el camino que lleva
la Iglesia hoy”, dijo el Director Ejecutivo de la ALC, José Antonio Rosas

La Iglesia es ante todo servidora que, invita al hombre a descubrir cómo ser trascendental, en
todas las dimensiones de su vida, dentro de los ámbitos sociales y a servir, cumpliendo así un
paso marcado por el vivir para los demás.

Como San Agustín afirmo que, el hombre está muerto a si mismo cuando se sirve a sí mismo.
en el corazón de cada ser humano, obliga a nuestra conciencia a honrarla y seguirla, miramos
todas las realidades humanas como camino de perfección y salvación y procuramos que en ellos
se den las necesarias condiciones para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo tengan
una vida digna, humana y justa, que dé a cada uno lo que le corresponde, apoyados en la clásica
definición del Bien Común, que es aquella adecuada forma de relación entre los seres humanos
que permite que todos y cada uno alcance su más pleno desarrollo material y espiritual.

Quienes quisieran ver a una Iglesia alejada de las realidades humanas, distantes de los
problemas de los hombres, dedicada solo a lo cultural, encuentra en este Compendio de Doctrina
Social que hoy presentamos a toda la comunidad a una Iglesia “experta en humanidad, en una
espera confiada y al mismo tiempo laboriosa”, que “continua mirando hacia los “nuevos cielos” y
la “nueva tierra” e indicándoselo a cada hombre, para ayudarle a vivir en la dimensión del sentido
autentico.

La enseñanza social, que es fruto de la sabia reflexión magisterial y expresión del constante
compromiso de la Iglesia, fiel a la Gracia de la salvación de Cristo y a la amorosa solicitud por la
suerte de la humanidad. Los aspectos teológicos, filosóficos, morales, culturales y pastorales
más relevantes de esta enseñanza se presentan aquí orgánicamente en relación a las cuestiones
sociales. De este modo se atestigua la fecundidad del encuentro entre el Evangelio y los
problemas que el hombre afronta en su camino histórico”

Es decir, la Doctrina Social de la Iglesia, contribuye a que quienes deben decidir acerca de las
diversas acciones que en el campo social, o cultural se llevan adelante, purifiquen su razón y
adquieran la formación ética, de manera que sus decisiones sean conforme a la justicia y al bien
común. El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien
propio de los fieles laicos.

Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública.
Por tanto, no pueden eximirse de la « multiforme y variada acción económica, social, legislativa,
administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común ». La
misión de los fieles es, por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima
autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo
su propia responsabilidad. Aunque las manifestaciones de la caridad eclesial nunca pueden
confundirse con la actividad del Estado, sigue siendo verdad que la caridad debe animar toda la
existencia de los fieles laicos y, por tanto, su actividad política, vivida como «caridad social ».

En un mundo cambiante, donde hay tantos hermanos desorientados, que buscan una luz segura
y una guía en medio de una relativización acelerada. En un mundo en que “los tesoros de la
tierra ya no están al servicio del cultivo del jardín de Dios, en el que todos puedan vivir, sino
subyugados al poder de la explotación y la destrucción” (Homilía de Benedicto XVI en la Misa de
inicio del Pontificado, 24 de abril de 2005), la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia se
erige en un camino seguro, probado y eficaz para enfrentar los problemas del hombre moderno.
Mirada por un sector con cierta distancia y resquemor y por otro como caballo de batalla para
lides políticas, la Doctrina Social de Iglesia se sitúa por encima de cualquier
contingencia, sobrepasa con su mirada fijada en el hombre bajo la luz de la razón natural, todo
sectarismo o ideología, y se establece como una luz que alumbra poderosamente las
oscuridades de nuestro mundo.

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