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Nuestros Clasicos 67 Cotesia digi por ‘Angus Monten ‘Nueva época 37-4) 6t-F2 +121 ‘COORDINACION DE HUMANIDADES DIRECCION GENERAL DE.PUBLICACIONES Manuel Gutiérrez Najera CuEntTOos FRAGILES Edicién, prélogo y notas de ‘ALIA Bustos TREO Advertencia editorial de ‘Axa Euma Diaz ALBIO UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO México 1993 LA BALADA DE ARO NUEVO! nla alcoba muclle, acolchonada y sileneiosa, apenas se oye la blandarespracin del enfermito. Las comtinas estin echa- as; la veladoraesparce en derredor su luz discrta, y la ben- dita imagen dela Virgen vela ala cabecora de la cama. Bebs csté malo, muy malo... Bebé se muere. doctor ha auscutado el blanco pecho del enfermo; con sus manos gruesas toma las manecitas diminutas del pobre Angel, y frunciendo el ceo, ve con tisteza al nito y alos pa- Ares Pide un pedazo de papel; se acerca a la mesilla veladora, ¥ con su pluma de oro escribe... escribe, Solo se oye en lt alco, como cl pesado revoloteo de un moscardén, el rido de la pluma, correndo sobre el pape, blanco y poroso. El nil duerme; no tiene fuerzas para abrir os ojos. Su era, antes tan halagieia y sonrosada, eté mds blanca y trasparente que la cor: en su sienes se perfla la red azulosé de las venas. Sus labios estin pidos, marchitos, despellejados por la enfer ‘edad, Sus manectas estin fias como dos témpanos de Tilo... Bebé esti malo... Bebé esti muy malo... Bebé se Clara no Ulora; ya no tiene Lagrimas. ¥ luego, si Horar, despertarie a su pobre nifio, ,Qué escribir el doctor? jE la receta! (Ah, si Clara super, lo aliviria enn solo instante! Pues qu, gna se puede contra el mal?,jno ey medios para " M. Guiérez Nijera, "La balda de ABo Norv" en I Nacional, eiico Domini a it, nim. 67(1" Beene 1882), pp. 13,9 El Daquelob "Cucnoshonrados Labaladede AfoNueo",eaLe Libertad 30 239(19 de cenbrede 1882) p.2 Poseonnente a Cueno figles ‘Manat Goria Niven salvar una existencia gue se apaga? jAbl, silos hay, si debe hhaberlos; Dios es bueno, Dios no quiere el suplicio de las ma- ‘res; Ios médicos son torpes, son desamorados, poco les impor- talahondaafliceién de losamantes padres; poreso Bebéno esté aliviado ain; por eso Bebé sigue muy malo; por eso Bebé, el pobre Bebé, se vaa morir! ¥ Clara ee con el Ilantoenlos ojos: —iAh!, isi yo supiera! La calma insoportable del doctor Ia irrta,

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