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ARBONÍES
Segunda Edición
© Ángel Luis Arbonies, 2006 (Libro en papel)
© Ángel Luis Arbonies, 2013 (Libro electrónico)
“No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la
transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por
registro u otros métodos sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright”
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Llevo cuatro años intensos dedicados a trabajar la gestión de conocimiento en MIK, Mondragon
Innovation and Knowledge 1, desde que dejé el Cluster del Conocimiento allá por octubre del 2001.
Mi trabajo en MIK como investigador principal me ha permitido pasar de observar el fenómeno de la
gestión del conocimiento como una tendencia de gestión a analizarlo y estudiarlo teóricamente y en la
práctica. Dos importantes proyectos han jalonado esta trayectoria, CONEX y KFACTS.
En el caso de CONEX 2 hemos sido capaces de crear un marco de organización basada en el
conocimiento con sus constituyentes asociados tales como: i) el intercambio y la creación de
conocimiento; ii) las tecnologías de la información; iii) el trabajador del conocimiento; iv) el capital
social; y v) la estrategia para la empresa basada en el conocimiento. En el proyecto Kfacts 3 se ha
articulado una investigación empírica en 24 empresas vascas para determinar si estas empresas
comienzan a incorporar formas organizativas en las que es posible crear e intercambiar
conocimiento.
En la primera edición de Como evitar la miopía en la Gestión del Conocimiento la tesis fue
establecer qué es el conocimiento, ubicarlo dentro del mundo de la gestión, y relacionar el
movimiento con la nueva economía. Ahora, una vez que el discurso formal ya ha sido repetido, hacía
falta construir un modelo de GC que trate de articular la incorporación de la GC en las
organizaciones.
Para articular un modelo de GC hemos recurrido a dos elementos que fijan nuestra posición:
1. La idea de las tres generaciones de gestión de conocimiento como un conjunto sistémico, donde
la tercera generación engloba a las otras dos, y la segunda a la primera. De esta forma las
prácticas aisladas de GC tienen un marco común en el que referenciarse.
2. La formulación de una metáfora evolutiva donde puedan convivir distintas acciones
relacionadas con la GC, dejando claro que este sentido evolutivo culmina con la idea de la GC
como un problema organizativo. La evolución nos describe una forma de entender la GC como
un conjunto de iniciativas, no solo un proyecto, que van desde la transferencia de documentos en
el primer nivel, a la creación de Comunidades de Práctica en el tercer nivel.
Estos dos elementos nos permiten reconciliar una paradoja en donde nos debatímos entre la
necesidad de ser académicamente consecuentes con una visión del conocimiento que no se quedara
solo en la gestión de la información, pero a su vez tratar de que las empresas y organizaciones incien
un viaje hacia la empresa basada en el conocimiento teniendo un mapa de ruta definido, y donde una
práctica aislada no se convierta en «toda» la GC.
De esta manera la GC trata de trascender de lo que es una suma de prácticas que «recuerdan» a la
GC como son formación, aprendizaje, buenas prácticas, gestión por competencias, etc, para situarlas
en un marco referencial nuevo, que tiene sentido en sí mismo, y no como suma de ingredientes.
Este es el propósito del modelo que aquí presentamos.
Ángel L. Arboníes
www.angelarbonies.com
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COMPLEJIDAD Y EVOLUCIÓN
Steven Pinker, profesor de Psicología y director del Centro de Neurociencia Cognoscitiva del
Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) pronostica que en las próximas décadas el avance
más importante en el estudio de la mente será una creciente ruptura de las divisiones del pasado, de
manera que se producirá el encuentro de biología y cultura, naturaleza y sociedad, matemáticas y
mente, ciencias naturales y artes, humanidades y ciencias sociales.
Algunos libros de gestión plantean tambien una revolución.
En Leading the Revolution, Hamel (2000) aboga por la construcción de una disciplina de la
innovación para superar la noción actual del llamado progreso que nos ha dejado llenos de
ansiedades. Entramos en un nuevo orden industrial que va poniendo fin al incrementalismo, y donde
sólo las ideas no lineales pueden hacer frente a la complejidad, de manera que se propone establecer
una revolución en la forma de crear riqueza. Alfonso Vázquez (2000), en su Imaginación
Estratégica, y Pascale (2000) en Surfing the edge of Chaos, hablan de nuevas leyes para las
empresas, leyes relacionadas con las leyes de la naturaleza.
La base de todos estos trabajos, aunque muy diferentes entre sí, es la aceptación de la complejidad
y del no equilibrio en las organizaciones, como un hecho creativo. Frente a la pretensión del orden y
del equilibrio mecánico, la complejidad libera energía suficiente para el progreso de organizaciones
vivas como son las empresas.
Escohotado, premio nacional de ensayo 1999, también apuesta por esta postura de aceptar la
complejidad en su libro Caos y orden.
«Caos y orden no son dimensiones antitéticas. Los procesos impredecibles crean un orden
comparable o mayor que los espectros que presenta cualquier sistema simplificado. Esto implica
acercarnos a los fenómenos y a las cosas dotadas de complejidad intrínseca, y por lo tanto
autónomas, no con el ánimo del controlador, siempre frustrado, sino con el asombro y la
curiosidad del conocimiento. Frente a los intentos de condicionar los procesos, técnicas, nunca se
agotará el proyecto de conocer. De esta manera lo que no admite comprensión también es
conocimiento. Ciencia no es sólo el control que proporciona calcular sistemas idealizados, sino
que aplicarse a investigar dinámicas caóticas se hace por afán de verdadero conocimiento.
Tras siglos de asociar estructura con equilibrio y desorden con desequilibrio, la turbulencia se
muestra como un fenómeno altamente estructurado, que inserta un número enorme de partículas
en movimientos coherentes. El hecho nuevo, e inaceptable para la concepción clásica, es que el
universo del no-equilibrio sea un universo coherente, que la inestabilidad sea compatible con
duración y evolución. Donde muchas veces se ha visto mero «azar» se nos sugiere un orden más
profundo o menos aparente, que tiene más conexiones con el mundo físico.
El pavoroso caos que dio lugar a tanta cohesión y cesión de libertad, es el orden natural de las
cosas, su lado económico y gestionado desde sí. Caos creativo es cualquier espontaneidad de los
individuos implicados en un proceso».
«La época que comienza tiene la responsabilidad de hacer real a nivel colectivo, y político, lo que
cada vida singular cumple por simple transcurso del tiempo: pasar de la heterodeterminación a la
autodeterminación, de la minoría a la mayoría de edad, de que nos gobiernen a autogobernarnos
y de que el pueblo cobre existencia efectiva. Esto tropieza con el miedo a nosotros mismos, con los
intereses de dominio en curso, que presentan este proceso como la inmersión en el caos, y por el
contrario entonan las alabanzas del control».
Es igualmente un mensaje, sin duda, para los que trabajamos en, con o para organizaciones
empresariales.
Las empresas vivas, y ciertamente la empresa del conocimiento no es sino un organismo vivo y
complejo, como otros sistemas vivos (el sistema nervioso, endocrino o el inmunológico) sugieren
una red cognitiva, tanto expresa como pensante, donde ser y hacer resultan inseparables. Ese es el
modo específico de organización en los seres vivos.
Lo natural para la mente humana es lo complejo, y lo natural a la empresa es la complejidad. Sólo
la trayectoria de los individuos indicará si un sujeto en un campo determinado, en este caso en el
estudio de las organizaciones empresariales, eligió buscar conocimiento o impartir catequesis. Yo
quiero pertenecer a aquellos que hacen de su vida una búsqueda, nunca acabada, del conocimiento.
Este libro no es sino una continuación de esta búsqueda.
1
M iopía en la Gestión del Conocimiento
Cuadro 1
TEORÍA DEL EQUILIBRIO INTERRUMPIDO
(…) y se requiere empezar de nuevo basándose en los viejos sistemas como tan
frecuentemente ha hecho la propia vida, en un modo maravillosamente
impredecible, después de episodios de destrucción masiva».
Gracias a mi ocupación como director del Cluster del Conocimiento he leído muchos de los
artículos, libros y ponencias que al respecto se están elaborando. Personas e instituciones de alto
nivel académico y profesional están en ello, lo que no deja de ser significativo. En todo caso,
últimamente seguir el ritmo de las publicaciones sobre gestión de conocimiento es una tarea casi
imposible, y a ello hay que sumar los sitios de internet, y los «metasitios» establecidos para buscar
contenidos sobre este asunto. De hecho, una búsqueda en internet con la palabra knowledge entre las
claves de acceso, dará lugar a un número inmanejable de referencias. El conocimiento está sin duda
en la agenda de universidades, empresas, consultorías, es el concepto estrella de la gestión
empresarial para el comienzo del nuevo milenio.
¿Pero cuál es la dimensión de la Gestión del Conocimiento? ¿Qué premisas encierra? ¿Es un
movimiento? ¿Un modelo? ¿Una etiqueta? Pero, sobre todo, ¿qué significa para la productividad y
competitividad de las empresas?
El mundo de la empresa y su organización siempre será una fuente inagotable de estudio. Como
todo sistema vivo, no clausura la cuestión de su eficacia y eficiencia con una solución, o un método,
sino que por el contrario es campo de trabajo fértil para el que se acerca con la curiosidad del
conocimiento, de ahí que el proyecto de la empresa sea inagotable, difícil de encapsular.
Afortunadamente, están alejándose los tiempos en los que la empresa y las organizaciones de todo
tipo descansaban su actividad en una concepción mecánica de la organización, dejando para algunas
personas un papel físico poco decisivo y transcendente, lo que sin duda contrasta con todo sistema
organizativo vivo que no desprecia la capacidad «cognitiva» de sus elementos.
La empresa es un ente vivo donde hacer y ser son inseparables, que genera espirales virtuosas de
desarrollo y competitividad; de forma impresionante en algunos casos y momentos, mientras que los
mismos agentes o empresas competidoras desarrollan proyectos poco atractivos y, en algunos casos,
círculos viciosos que conducen al fracaso. A veces una misma firma experimenta en distintos
momentos las dos situaciones.
Estas pueden ser las premisas de partida para responder a las demás preguntas.
Para estudiar la empresa y su dinamismo existen, como en casi todos los órdenes de la vida, la
postura del conocedor y la postura del catequista. En la esfera de las organizaciones empresariales,
la postura del conocedor estudia la empresa como un biólogo, que primero admite la ignorancia
implícita en el conocimiento de los sistemas complejos, y trata de buscar, sin solución de
continuidad, atractores, en la medida en que, persona, empresa, entorno y sociedad interactúan,
conteniendo estos ámbitos sus propias trayectorias y bifurcaciones. La segunda postura busca
soluciones y trata de clausurar, cada vez, el proceso con un método. El método no es malo salvo si se
defiende a capa y espada, y se muestra y enseña como completo, admitiendo sólo pequeñas
recapitulaciones y nunca admite mecanismos de autotransformación o superación. La gestión del
conocimiento, sin embargo, se está viviendo con mucha ansiedad. Algunos reclaman la solución o el
modelo definitivo, y los más atrevidos la ofrecen. Está ansiedad, nace quizás porque las premisas de
partida son aceptadas, al menos desde la visión de «lo correcto» o incluso de lo obvio, ¿cómo hemos
podido ignorarlo durante tanto tiempo? También porque los resultados de quienes han iniciado
experiencias en este campo son espectaculares, en todos los términos, incluidos los beneficios.
El dinamismo empresarial siempre es un diálogo entre eficacia y eficiencia. La empresa, y por
ende toda organización que quiera lograr unos objetivos con dosis mínimas de eficacia y
permanencia, está en equilibrio inestable entre el corto y el largo plazo, la eficacia de la actividad
actual y la preparación de actividades futuras. A ello añádasele una necesidad de responder de forma
integrada para terminar de dibujar un orden caótico y autodestructivo, como señaló Shumpeter,
inherente a la gestión empresarial. Aquí aplica el hecho nuevo, como dice Escohotado (1999), de que
el mundo del no-equilibrio es un universo coherente compatible con la continuidad y duración. Se
diría que en este desequilibrio constante existe un orden más profundo, a veces no perceptible desde
la proximidad. Lo nuevo es sólo el punto de mira, el lugar desde el que observamos (Cuadro 2).
En el estudio de las organizaciones cada vez más nos movemos como observadores involucrados.
Este trabajo trata de llevar al lector a cambiar su posición en la observación del fenómeno del
dinamismo empresarial, advirtiéndole, que levante la vista, que mire a lo lejos.
La miopía dio título al famoso artículo de T. Levitt (1) Marketing myopia («Miopia en el
Marketing»). Allí T. Levitt argumentaba con brillantez que el ojo del planificador de marketing no
debe ponerse en los productos sino en las necesidades a las que sirve, de manera que las estrategias
empresariales deben siempre articularse de acuerdo a este criterio. Esto transformaba la propia
función del marketing, que de ser un conjunto de técnicas que venden lo que los productores
producen, pasa a ser una técnica de planificación basada en la percepción del producto por parte del
consumidor o usuario. La miopía consistía en que muchas empresas, orgullosas y seguras de sí
mismas y de sus «inimitables» productos, se vieron desbordadas por otras que sin tener el mismo
producto cubrían la misma necesidad en mejores condiciones, de forma innovadora. El desprecio
arrogante de muchas empresas, de sus directivos,
Cuadro 2
PERCEPCIONES EN TRANSFORMACION. MUSEO GUGGENHEIM
fue la causa de su fracaso. Ahora parece obvio pero ha llevado dos décadas poner la satisfacción del
cliente como criterio de éxito. Incluso estos errores de enfoque se siguen cometiendo. ¿No es un error
creer que internet apenas afectará a los negocios de productos físicos? Internet jamás podrá
transportar bienes físicos, afirman rotundos algunos dirigentes, pero ¿no es ésta la postura del
productor que olvida la percepción del cliente y sus necesidades? ¿No es ésta la postura de quien ve
trenes y autobuses, y no necesidad de transporte, cine o TV, y no necesidades de ocio como bien
apuntó Levitt?
El paralelismo me sirve para titular este libro y para expresar lo que pretendo con el mismo.
Desde luego que hoy la miopía alcanza a la gestión del conocimiento y a la innovación. Existe una
miopía en la manera de entender la gestión del conocimiento, y en la comprensión de su alcance. De
ahí que en honor a este artículo de Levitt, que tanto marcó el devenir del marketing, el título de este
libro se dedique a dibujar un panorama que evite la miopía en la gestión del conocimiento. Si no
capturamos la esencia de la gestión del conocimiento en las acciones de cambio, bienintencionadas
muchas veces, serán engullidas en la fuerte tradición de la organización paternalista y el recorrido de
este movimiento será muy corto, desperdiciando el gran potencial que encierra.
Para evitar la miopía hay que moverse como observadores. La gestión del conocimiento es una
transformación en la percepción de lo que son las empresas. Si las empresas son lo que hacen, y
hacen lo que son, la gestión del conocimiento es una buena oportunidad para un hacer y ser diferente.
También es un cambio de percepción del observador y del analista de organizaciones empresariales.
De hecho, la investigación sobre la empresa innovadora de las dos décadas anteriores ha centrado
su interés en los procesos innovadores, investigación y desarrollo, diseño y desarrollo de productos;
para analizar el talante de una empresa, y diagnosticar su comportamiento innovador nos hemos
preguntado por las cosas nuevas que hace, los productos que lanza y los procesos, procedimientos
que utiliza, etc. Sin embargo, el análisis de los productos de una empresa, enseguida nos lleva a
preguntarnos por la forma en que fueron creados, el proceso de diseño, y casi de inmediato nos lleva
a analizar los comportamientos, situaciones, y relaciones mantenidas en el proceso (Arboníes (2)).
Rothwell y Nonaka, entre otros autores, vienen de estudiar el proceso de desarrollo y diseño de
nuevos productos en profundidad durante muchos años y llegan a la gestión de la innovación, y a las
condiciones para crear innovaciones.
Poco a poco todo lo analizado ha ido descubriendo una nueva capa de interés a medida que nos
hemos dado cuenta de que por encima de procedimientos, por encima de la tecnología intrínseca,
existe un proceso de acumulación de conocimientos de mercado, tecnológicos y productivos que
determina en buena medida el éxito de la innovación. Esto ha dado lugar a un nuevo estadio de
investigación centrada en la forma en la que las personas de las empresas son capaces de crear
nuevos productos y procesos, compartiendo conocimientos, algo que apuntó Rotwell con su célebre
frase «Innovation is a people process» (La innovación es un proceso de personas) y que Nonaka ha
llevado a categoría de teoría con su libro acerca de las empresas que crean conocimiento, semilla de
la mayoría de trabajos sobre la empresa del conocimiento.
La base de la innovación es el conocimiento compartido, y la empresa innovadora es la que crea el
espacio adecuado para compartirlo. Este es un proceso muy difícil de imitar que forma parte del
ADN de la empresa innovadora. La empresa innovadora es la que tiene un comportamiento
innovador, no necesariamente la que posee alta tecnología. Mario Zubía* lo expresa muy bien: «Lo
que realmente limita o multiplica la productividad de forma significativa es la gestión
empresarial, no la capacidad productiva».
Este sencillo planteamiento va a encontrarse con una concepción clásica de la empresa donde la
capacidad personal está despilfarrada de acuerdo a la pretensión de que sólo unos pocos son capaces
de organizarla. Por ello habrá en la corriente de la gestión del conocimiento lo que podemos llamar
«obstáculos y vientos a favor», estos últimos fuertes y constantes, que destacarán con resultados
excepcionales, también económicos, a las empresas que tengan su organización preparada, sus velas
desplegadas. Los que intenten ganar tiempo con operaciones dilatorias, pueden perder el rumbo de
forma irremisible y sin duda, en el catálogo de obstáculos, la toma de conciencia primero, la
asimilación, la entrada tímida, y en definitiva, la dilación en una respuesta transformadora, será el
principal problema de empresas, organizaciones y países.
Pero la resistencia habitual de las organizaciones clásicas puede ser un mal menor comparado con
el proyecto maquillador de gestión del conocimiento. La miopía hará que muchas empresas clausuren
rápidamente el proyecto de gestión del conocimiento con un programa de software, centrando todo el
esfuerzo en la gestión eficiente de la información, persiguiendo el sueño de la automatización de
operaciones, incluida la conectividad y el intercambio de conocimientos. Otros proyectos en el área
de recursos humanos centrados en la formación formal de empleados, la capacitación técnica
individual, gestión de las competencias (no del conocimiento) más o menos sofisticada, más o menos
cercana a la acción, son pasos importantes pero, por sí solos, lejos del gran proyecto de cambio que
sugiere la gestión del conocimiento.
Por eso, y ante mejores perspectivas que nos permitan ir viendo el paisaje completo, es bueno
contemplar la gestión del conocimiento como un cambio de paradigma en la gestión empresarial, y
por lo tanto, más que desarrollar más teoría sobre la gestión clásica, debemos establecer
fundamentos que nos permitan «inventar la empresa del siglo XXI».
Inventar la empresa del siglo XXI es abrir la investigación sobre la teoría de la empresa. Y
debemos hacerlo con la actitud abierta del conocedor que va conociendo. Esto debe evitarnos
respuestas rápidas, que cierran la puerta a más conocimiento, que producen sosiego pero que nos
conducen a caminos sin salida, sin efecto a la larga. Inventar la empresa del siglo XXI es plantearse
la organización con la hoja en blanco, sin hipotecas del pasado. Estudiar la creación de valor en la
empresa, que ahora reside en aspectos intangibles, el papel de las personas en las organizaciones, la
creación de conocimiento a nivel organizacional, las relaciones empleador-empleado, el uso de las
tecnologías de la información, las redes organizacionales, el papel de los directivos y las
habilidades que requieren, constituyen la agenda de la investigación en gestión empresarial para los
próximos años.
La forma de hacer gestión en el futuro será inventar una nueva empresa, tal y como señala el grupo
«Inventing the 21st Century Organizations» del célebre MIT (Massachussets Institute of Technology)
en cooperación con la Sloan Business School (Cuadro 3).
Cuadro 3
MANIFIESTO DEL GRUPO MIT-SLOAN «INVENTANDO LA
ORGANIZACIÓN DEL SIGLO XXI»*
Cuadro 4
HOMBRES-MÁQUINA: ROBOCOPS
hay muy buenas noticias. Si hacer cosas útiles para los demás es el eje del éxito del emprendedor,
una bendición para la sociedad, se diga lo que se diga, ahora hay más posibilidades para más
personas de participar en el intercambio de algo útil con ánimo de lucro o sin él. No hay mejor receta
para la economía de mercado que ofrecer cosas, ahora ideas, o «virtualidades» a personas que
aprecian el valor que hay en ello, siempre que esta oferta y demanda sea accesible para todos. Es la
vuelta a la civilidad y el alejamiento del paternalismo de quienes no consideran posible que las
personas sean lo suficientemente maduras para autoorganizarse y decidir su futuro.
La sociedad industrial instauró para los llegados de la economía agrícola, un contrato de
seguridad, y protección para el trabajador y su familia a cambio de capacidad física y renuncia al
desarrollo personal, donde los proyectos vitales y trascendentes se iniciaban, para muchos, una vez
finalizada la jornada laboral. Por contra, la sociedad del conocimiento enfatiza la capacidad
intelectual de las personas, y éstas establecerán con las organizaciones nuevos contratos sociales, un
nuevo diálogo entre emprendedores, entre el proyecto, sus objetivos y atractivos, y el trabajador del
conocimiento y sus aspiraciones.
¿Qué ofrece una determinada organización a mi desarrollo personal y profesional? ¿Seguiré
aprendiendo y formándome? ¿Merece la pena aportar todo mi conocimiento a este proyecto?, se
preguntarán los trabajadores del conocimiento.
Las empresas se convierten en una visión con un conjunto de proyectos en los que se establece un
nuevo diálogo entre iguales, entre una fuerza centrípeta, como dice Ignacio Ciarsolo*, que hace que
se permita y se potencie el desarrollo de los potenciales de las personas hasta el punto de ser
altamente apetecibles por otras empresas que desearán atraerlos para sí, y una fuerza centrífuga que
implica que la organización sabe que tiene proyectos tan motivadores que las personas desearán
permanecer y contribuir a los mismos.
Es importante inaugurar una corriente de pensamiento e investigación sobre la empresa del
conocimiento. Circunscribiendo el campo a la gestión de la empresa, evitamos el debate en términos
ideológicos, procurando darle un sentido profesional para decidir en términos de éxito, de
productividad y de riqueza, que hacer productos útiles a los demás es hoy un proyecto que no exige
las renuncias personales (no pensar, no contribuir, no participar) de la empresa industrial clásica. De
esta manera demostraremos que la empresa que considera que los empleados son una prolongación
de la máquina están, en términos de gestión, despilfarrando un valor que les impedirá alcanzar las
cuotas de éxito de las que no lo hagan.
La buena noticia es que además de éticamente irreprochable, aprovechar el capital intelectual de
todas las personas produce grandes cuotas de progreso y éxito. Por el sitio más inesperado, la
empresa puede llegar a la conciencia de un cambio para todos. Muchas empresas vascas (4) son
ejemplos vivos de este cambio.
Lo importante es que las espirales de cambio se retroalimenten, si no ni siquiera los buenos y
pioneros subsistirán. La gestión de la empresa es un conocimiento con fuerte componente
sociológico, de manera que una empresa de éxito marca el ser y hacer de muchas otras empresas e
instituciones no necesariamente empresariales. No hay cosa más sólida para muchos dirigentes que
estudiar las buenas prácticas de otras empresas de éxito.
Desde la empresa está naciendo un nuevo estilo de gestión, con resultados extraordinarios, que
están mereciendo el aplauso con una aceptación social importante (5).
Ahora se trata de que analicemos lo que está pasando para que los nuevos estilos de gestión se
extiendan, desde una investigación profunda de estos y otros casos, empezando por la consideración
misma de qué es el éxito. Quizá desde la gestión de la empresa, sometida a una alta exigencia
competitiva, por vivir en la urna de cristal de la globalización donde nada ni nadie puede ocultarse,
obligada a manejar sistemas complejos, de hombres, tecnologías y entornos cambiantes, se promueva
un nuevo referente social que contagie a todo el entramado económico de la necesidad de legitimar
una nueva forma de hacer empresa, y que ésta sea asumida por otras instituciones sociales. Cuadro 5
Cuadro 5
HACIA UN NUEVO CONCEPTO DE LAS ORGANIZACIONES
El nuevo trabajador
…emerge un nuevo tipo de trabajador denominado en algunas aproximaciones
como el trabajador del conocimiento. Información y conocimiento permiten a la
persona interpretar hechos y datos, dotarles de un significado propio y, en
consecuencia, elegir, decidir en suma, con un criterio sumamente formado… La
emergencia del trabajador del conocimiento cuestiona en nuestras organizaciones
la base conceptual del ejercicio del poder… Conocimiento y elección son
categorías esencialmente personales, del individuo… La persona, así, emerge
como la base y el centro del devenir empresarial, enfocando las organizaciones
desde la diversidad de su composición y de su evolución.
Sin embargo, mi postura es que este cambio de paradigma hacia la empresa del conocimiento se
desarrollará en la Sociedad del Conocimiento. Promover una y otra es promover el cambio. Los
éxitos parciales son importantes pero no tienen trascendencia, de ahí que señalemos que el cambio
sólo se producirá en un contexto determinado, no nacerá sólo de la contemplación del éxito de otros.
La Sociedad del Conocimiento necesita instituciones adaptadas a su tiempo, el Cluster del
Conocimiento es una de ellas, entre otras que están naciendo en la nueva economía. Las instituciones
y agentes sociales que nacieron para responder a los problemas y oportunidades de la sociedad
industrial, deben reconsiderar su posición y repensarse a sí mismas. En el entramado institucional de
la Sociedad Industrial vamos a encontrar muchas de las inercias que impiden el desarrollo de la
Sociedad del Conocimiento. Sólo un movimiento en la perspectiva de observación permitirá dar
pasos decisivos. La miopía de las personas es la ruina de algunas instituciones que recuerdan a los
pingüinos que siguen con la vista a los helicópteros que pasan por encima de ellos, hasta que se caen
de espaldas sólo por no moverse. Cuadro 6. Los obstáculos artificiales sólo confunden y retrasan el
cambio que se extiende y penetra en el tejido social de forma constante e inevitable. Lo preocupante,
como sociedad o empresa, es llegar al cambio demasiado tarde, porque llegar tarde significa casi
siempre hacerlo traumáticamente.
La Sociedad del Conocimiento premiará a los agentes, a los países que la sirvan y, de una u otra
manera, lo importante es darle la bienvenida. La virtualidad se va a extender a las relaciones
humanas, a la propia identidad de las personas; las comunidades, las organizaciones, el trabajo, y el
aprendizaje están en revisión. Todo el sistema social está de alguna manera involucrado y debe tomar
su papel, y como dice Leif Edvinson (6), el futuro no se puede parar, es mejor abrazarlo. Si somos
ignorantes, más motivos para trabajar y estudiar las consecuencias de estos fenómenos, para formar
parte del mismo cambio, sin que nos venga dado.
La duda, el paternalismo, y sobre todo la miopía, serán los principales obstáculos para mejorar
como personas, organizaciones y sociedades. Hay que cambiar de postura para ver lo que nos esta
pasando. Cuadro 6.
Cuadro 6
CAMBIAR DE POSICIÓN PARA VER LA TRAYECTORIA COMPLETA
«Los pingüinos siempre miran a los helicópteros que les sobrevuelan, los
siguen con la vista hasta que se caen de espaldas». Stuart Matthews, director de
operaciones de British HMS Endurance, describiendo un fenómeno que ha
llevado a un equipo de científicos británicos a las Islas Malvinas para investigar
lo que ha sido considerado como un mito «urbano».
Cuadro 7
LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ
Durante algunos años siendo niño leí el cuento del «Hombre Feliz».
Se trataba de un rey al que sus sabios cortesanos le aconsejaban que para ser
feliz, algo que le costaba al pequeño rey, le bastaría con ponerse la camisa de un
hombre feliz. Por todo el reino, todos trataron de buscar un hombre feliz. Tras
muchos años de intentos vanos, un día encontraron un hombre feliz, sin duda
feliz, en un recóndito rincón del reino, en plena naturaleza.
Pero el hombre feliz no tenía camisa.
¿Nos puede decir exactamente que es la gestión del conocimiento? ¿Nos
puede, por favor, señalar un camino, un método para aplicarla? se nos pide
constantemente. Pero hemos buscado entre las empresas y no hemos encontrado
la camisa.
No hay método, al menos no un único método, no un modelo. Usar el
conocimiento de todas las personas es, por encima de todo, una forma de hacer
empresa, se puede empezar con una nueva herramienta o un nuevo modelo, de
hecho, en el futuro veremos muchos métodos y herramientas relacionados con la
gestión del conocimiento. Ninguno por sí solo es gestión del conocimiento.
Todos, sin embargo, lo son.
Pero …. quien de verdad quiera adentrarse en construir la empresa del
conocimiento, sólo tiene un camino: recorrer el nuevo paisaje e inventar y crear
su nueva organización.
Sin embargo, digamos que nosotros también hemos evolucionado, y ahora hemos encontrado un
artilugio que nos permite entendernos con aquellos que se sienten defraudados frente a la falta de
consistencia académica y frente aquellos que se sienten defraudados ante la falta de método.
Para lidiar parcialmente con la responsabilidad académica es preciso establecer los siguientes
puntos de partida que repetimos en el capítulo 10.
De la gestión de conocimiento a la creación de conocimiento. Si trabajamos la dinámica de
creación de conocimiento disolvemos muchos de los problemas asociados a la naturaleza elusiva del
concepto. El estudio del conocimiento sirve para analizar cómo suceden las dinámicas de creación
de nuevo conocimiento para innovar. Nos interesa estudiar la creación de conocimiento y su
articulación en una propuesta de valor lo que no es otra cosa que profundizar en los factores
microsociológicos que hacen posible la innovación. Es abrir la «caja negra» de la innovación más
allá de la descripción del proceso.
Conocimiento como acto. El conocimiento no es tanto algo que tienes como algo que haces. Nunca
abandona al conocedor que puede manifestar parcialmente su conocimiento, existiendo siempre una
dimensión tácita. El conocimiento se manifiesta en la acción y surge de las relaciones entre personas
que trabajan desde su perspectiva en un contexto determinado.
Conocimiento como acto complejo. El conocimiento es un bien de segundo orden que no puede
ser planificado, ni demandado a voluntad. Es emergente y surge en determinadas condiciones,
mientras que no lo hace en otras, sin que de momento podamos controlar y manipular el infinito
abanico de interacciones y condiciones que lo promueven.
Comunidades como tiempo – espacio para la creación de conocimiento. La creación de
conocimiento y la circulación del mismo suceden en comunidades que comparten un mismo sistema
interpretativo. La interpretación es dar significado y valor a la información, algo que sucede con más
facilidad entre comunidades que comparten una determinada práctica.
Si analizamos estos principios, podemos marcar el terreno académico de investigación, de otra
manera será inalcanzable e inabordable, y centrarlo en algo que hemos empezado a llamar
«Conocimiento Organizacional» o «Empresa Extendida Basada en el Conocimiento», donde la clave
es estudiar cómo se produce la creación de conocimiento y la innovación y cuáles son las dinámicas
y condiciones que las promueven.
Desde el terreno práctico, que no significa renunciar a los conceptos académicos que hemos
establecido, la idea es analizar como la GC es capaz de resolver problemas determinados en las
organizaciones. Desde nuestro punto de vista, resuelve uno muy especial, que es la regeneración de
capacidad en las organizaciones. En estos casos podemos seguir llamando a estas prácticas GC, pero
como se ha dicho el término crea demasiadas expectativas. Karl Erik Sveiby recomienda que en vez
de hablar del concepto hablemos de los problemas que soluciona.
O sea, que con Marcus Spech (2000) (7) nos quedamos con el nombre y podemos pensar que la
Gestión del Conocimiento ayuda a ganar las voluntades de quienes intuyen que existe una nueva
forma de gestionar las organizaciones rompiendo alguno de los principios clásicos del management.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Levitt, T.: Marketing myopia, Harvard Business Review (1960).
2. Arboníes, A. L.: Nuevos enfoques en la innovación de productos para la empresa industrial,
Díaz de Santos, Madrid (1993).
3. Carrillo, J.: The knowledge management movement: Current drivers and future scenarios,
Work in Progress, Centros Sistemas del Conocimiento, ITESM, México (1999).
4. Vázquez, A.: Retando al futuro: Un modelo de transformación empresarial, Díaz de Santos,
Madrid (2001).
5. Casos de Empresas Avanzadas en Gestión: Cluster del Conocimiento, Ediciones PMP, Bilbao
(1997, 1998, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005).
6. Edvinsson, L.: Conferencia celebrada en KM 2000, Bruselas (2000).
7. Marcus Spech: «The future of KM», Knowledge Management, vol. 4, Issue 3, noviembre 2000
(2000).
«findefiesta.com». La caída de los valores tecnológicos que cotizan en Wall Street provoca el cierre
de un centenar de empresas en la Red. El País 19, noviembre 2000.
Exposición de Ignacio Ciarsolo en el Grupo de Trabajo del Cluster del Conocimiento llamado
«Empresa Vasca Participativa».
2
La Sociedad del Conocimiento
Cuadro 8
EL PROGRESO DE LAS NACIONES
Más personas y entidades entrarán en los flujos de intercambio de bienes intangibles, lo que en
otros términos significa crecimiento. Estamos ante un salto de escalón, la posibilidad de iniciar
espirales virtuosas, en las que empresas y regiones vuelven a tener nuevas oportunidades. Muchas
áreas geográficas, no tanto las naciones políticamente constituidas, señala acertadamente Ion Azúa
(2), se están reposicionando ante estas nuevas oportunidades de expansión, están apareciendo nuevos
jugadores, nuevos protagonistas y líderes. Y todos estos nuevos protagonistas tienen claras
estrategias de desarrollo basadas en el sistema de aprendizaje y conocimiento, lo que nos permite
aventurar que los países y empresas que utilicen mejor el conocimiento serán los nuevos líderes del
futuro.
La Sociedad del Conocimiento es un concepto no asentado, perceptible pero no cerrado. Todavía
no la podemos definir, no podemos establecer categorías, mediciones, quizás lo máximo a lo que se
está llegando es a establecer algunas comparaciones. En todo caso, hay rasgos inequívocos que nos
ayudarán a reconocerla y que se van a ir manifestando en tres esferas de la vida social y económica:
Las empresas, y en general todo tipo de organizaciones, están apelando al conocimiento de todos
sus empleados para mejorar su productividad, su acoplamiento con el mercado y con los cambios del
entorno. Lo que sucede es que pedir el conocimiento de los colaboradores no es posible desde la
empresa y organización tradicional sino que esto supone un cambio trascendental en la forma de
gestionar y organizar la empresa. Los principios clásicos de la gestión se tambalean.
La gestión del conocimiento, tan en boga en el mundo del «management», es un cambio sobre todo
cultural que exige nuevos roles de los directivos y de las personas. Las tecnologías de la información
y comunicaciones (TIC) facilitan el proceso de intercambio y creación de conocimiento entre
personas, pero las dificultades ante las que se enfrenta la empresa son más de tipo cultural que de
tipo tecnológico. Y hablar de dificultades de tipo cultural no deja de ser un eufemismo, los que
debemos cambiar somos las personas y nuestros talantes, es decir, nuestra manera de hacer empresa.
La gestión del conocimiento no es un proyecto, o mejor dicho, no es un solo proyecto sino la
concatenación de proyectos que conducen a una transformación de la empresa, hacia la empresa del
conocimiento. Y es que la utilización del conocimiento de todas las personas en la empresa exige un
proceso experimental (es necesario probar), y de adaptación que puede articularse en torno a estos
puntos:
1. Nueva medición del éxito, eficacia y eficiencia. Utilización de nuevos indicadores de los
llamados intangibles y medición del capital intelectual de la empresa.
2. Adaptación tecnológica para conectar personas. Uso de las tecnologías de la información para
la gestión y la conexión con cadenas de valor, y de otras entidades relacionadas con la empresa,
como la administración o la red de investigación.
3. Rediseño de procesos intensivos en conocimiento. Cobran especial significación el uso de TI
para la gestión del conocimiento en los campos del Diseño e I+D, Logística, y Marketing y para
el trabajo compartido entre distintos entes de la empresa.
4. Cambio organizativo explícito, nuevos roles, nuevos puestos, nuevos nombres. Nuevas
estructuras organizativas alejadas de los principios jerárquicos, estilos organizativos más
próximos a organizaciones en red, flexibles, y basadas en criterios de confianza.
5. Ampliación del campo de juego o globalización. Utilización de las TIC para salvar barreras de
espacio y tiempo en un entorno globalizado.
6. Nuevos contratos sociales. Nuevas formas de participación de los trabajadores en la empresa.
Los empleados ceden el conocimiento a la empresa y esta debe establecer formas participativas
adecuadas para que el empleado no entienda que extiende cheques en blanco al ceder su
conocimiento a la empresa sin recibir nada a cambio.
7. Sistemas de reconocimiento. Íntimamente ligado con los nuevos contratos sociales está la
exploración de nuevos sistemas de remuneración basados en el conocimiento y en la aportación
de valor.
8. Potenciación del desarrollo de la persona. La empresa como lugar de aprendizaje y desarrollo
personal.
Los cambios en la empresa exigirán que el nuevo directivo amplíe como cualquier profesional sus
conocimientos, pero además, la labor directiva exige el desarrollo de habilidades y actitudes
directivas muy diferentes a las tradicionales. Este énfasis en las nuevas habilidades de liderazgo será
clave para el desarrollo de empresas y para cualquier tipo de organizaciones. Cuadro 9
Las materias formativas de Universidades y Escuelas de Negocios deben incorporar estos
aspectos, introduciendo nuevos contenidos, pero
Cuadro 9
CURRÍCULO PARA FOMENTAR LAS HABILIDADES Y ACTITUDES
DIRECTIVAS *
EFICIENCIA DIRECTIVA
Claves del directivo eficiente.
Habilidades ligadas a la experiencia.
Renovación permanente del directivo.
APERTURA Y FLEXIBILIDAD
Autopercepción y dominio personal.
Control del estrés ocupacional.
Análisis sistémico de la cultura organizacional.
COMUNICACIÓN
Interacción.
Negociación y consenso.
Comunicación para la orientación.
LIDERAZGO
Dimensiones del liderazgo.
Desarrollo de personas y equipos de trabajo.
Organización de la tarea.
Gestión de valores y organizacion.
El uso de las TIC puede ser más o menos opcional pero los competidores se mueven en una
economía abierta, una auténtica urna de cristal donde no es posible esconderse, lo que hará que sin
duda muchas estructuras sectoriales vayan a conocer la entrada de innovaciones importantes en
procesos, productos y servicios y, sobre todo, un flujo constante de nuevos entrantes, en principio
«ajenos» al sector.
Los productos y servicios que puedan ofrecer ventajas de coste, uso, tiempo, información, van a
transformar las cadenas de valor. No importa si se trata de bien físico o no, se trata de que la
propuesta de producto o servicio va a cambiar radicalmente. Conviene evitar la miopía y no tratar de
poner puertas al campo, como pretendía una gran cadena de librerías al señalar que Amazon.com
hacía publicidad engañosa cuando se anunciaba como la mayor librería del mundo. Internet y la
posibilidad de comercio electrónico hace que los productos cambien. ¿Qué es un libro?, ¿qué es una
librería? y, sobre todo, ¿qué es lo que valora el cliente al comprar un libro? Cuadro 10.
Cuadro 10
LA IMAGINACIÓN VIRTUAL
Un artículo del ilustre semiólogo Umberto Eco nos da pistas acerca de cómo
las cosas no cambian del todo pero cambian profundamente. Tomemos algunos
pasajes de este artículo:
«Hoy en día existen dos tipos de libros: aquellos que se leen y aquellos que
se consultan. Con los libros para leer el autor empieza en la página 1. (…) Las
enciclopedias no están por supuesto para leerse de corrido. Las computadoras
están empezando a cambiar el proceso de lectura (…) harán que las
enciclopedias impresas queden obsoletas (…) Pero las computadoras (…) no
tienen la capacidad para satisfacer las necesidades intelectuales que
estimulan».
El autor a continuación se refiere a las posibilidades que van apareciendo,
como la posibilidad de solicitar ediciones de libros a medida vía PC, o el libro
electrónico.
«Los libros sobrevivirán por su valor utilitario, pero puede que el proceso
creativo en el que nacen, no (…) muchos programas de Internet sugieren que
un relato se puede enriquecer con contribuciones sucesivas (…) pero la
belleza trágica de Waterloo de Hugo es que las cosas suceden
independientemente de los deseos del lector. El encanto de la literatura
trágica es que sentimos que los héroes pudieron haberse librado de su destino,
pero no lo hicieron, por debilidad, orgullo o ceguera.
Hay libros que no podemos reescribir porque su función es enseñarnos
acerca de la necesidad, y sólo si se les respeta podrán darnos esta sabiduría ».
Cuadro 11
VIEJAS ACTIVIDADES NUEVOS NEGOCIOS
metalsite.com
Compra venta de Subastas directas e
fair-market.com
materias primas inversas
fastparts.com
Compra de e-steel.com
bienes y Información del sector e-chemicals.com
oferta y demanda e-chemicalonlinee.com
servicios plasticnet.com
Librería.
Librería Suscripciones por amazon.com
temas
CDs. Oferta
CDs tradicional x 10. cdworld.com
Ofertas a medida
Seguimiento de
Paquetería paquetes por parte del fedex.com
cliente
Pedidos, consultas y
Volvo Construction
Concesionarios gestiones con Volvo
Equipement
matriz
Ordenadores sobre
Ordenadores pedido directo a dell.com
fabricante
Gestión de Outsourcing de la
Recursos gestión de empleados, Simpata
Humanos nóminas, seguros
lanbila.com
masempleo.com
Selección Mercado de oferta-
infojobs.com
personal demanda on-line
workingcity.com
monster.com
Sistemas de
Información información on-line de robotiker.es
interna y externa desarrollo de clusterconocimiento.com
proyectos
Elaborado a partir del informe: «E-brújula. Cómo iniciarse en proyectos de «e-business». Cluster
del Conocimiento».
➢ Teletrabajo
Han crecido enormemente las posibilidades de huir del espacio común como única manera de
coordinar actividades e intercambiar conocimiento dentro de una empresa. El teletrabajo no es una
aplicación de las TIC sino que es un campo de exploración muy importante con consecuencias en
distintos frentes:
Para facilitar el desarrollo orgánico de empresas que puedan tener empleados alejados
físicamente entre sí construyendo constelaciones y redes de valor. El espacio físico está muy
lejos de explicar la empresa y su organización.
Facilita la internacionalización de empresas y su conexión.
Da nuevas posibilidades a colectivos marginados por sus «handicaps» físicos.
Incluso el concepto de «teletrabajo» en su utilización más común se queda corto, ya que sugiere
«sólo» trabajo a distancia. Pero el hecho de que se puedan establecer intercambios profesionales,
temáticos, dentro y fuera de la empresa, abre un mundo de posibilidades. Las comunidades virtuales
o los portales profesionales son lugares de intercambio que permiten abordar problemas cotidianos
desde una óptica múltiple y abierta.
Ya no se trata de resolver todo en la soledad del puesto de trabajo, sino que hay personas al otro
lado dispuestas a intercambiar ayudas, hoy por ti, mañana por mí, y deseosas de trasmitir lo que
conocen o han experimentado. Los sitios de internet construidos con voluntad de intercambio crecen
solos, se autoorganizan, y muchos de ellos son útiles para nuestro trabajo.
Y en cuanto a los estadios primarios de la educación, los aspectos más destacados serían:
Potenciar la curiosidad. Debe fomentarse el uso de internet, rompiendo barreras culturales y
prejuicios desde el principio de la educación de niños y adolescentes, fomentando el saber
aprender, la búsqueda de información y la selección de fuentes adecuadas (véase Cuadro 12).
Ser ejemplares. Los profesores deben ser ejemplares en este proceso, siendo los primeros
usuarios.
Ampliar la base de alfabetización tecnológica. Desde la educación básica se puede fomentar la
cohesión social que evite grupos marginales no alfabetizados en las nuevas tecnologías.
Cuadro 12
LA FORMA DE ESTAR VIVO DE LOS ORDENADORES
Además del efecto sensibilización es importante esta declaración, porque una red de conexiones es
tanto mejor cuanto más integrantes tiene y cuanto mayor es la calidad de los contenidos. Se necesita
un paso al frente de todo el entramado social. Cuadro 13.
Cuadro 13
ECUACIÓN DE METCALFE
En el año 2000 el Gobierno Vasco lanza distintas iniciativas para hacer frente
a las sociedad de la información. Destacan dos acciones:
Premia. Busca la introducción de ordenadores en el mundo de la educación
infantil, haciendo que el ratio de ordenador por alumno sea de 1 cada 10
alumnos, superando el de partida, que es de 1 ordenador por cada 20 alumnos.
Konekta Zaitez (Conéctate). Busca que el número de hogares con ordenador
en el País Vasco pase de 200.000 a 400.000 y que las conexiones a internet se
quintupliquen. Para ello ofrecen una subvención de 25.000 ptas, y en
colaboración con las entidades de ahorro, una financiación reducida en 20.000
ptas.
Cuadro 14
CUADRO DE MANDO DEL CONOCIMIENTO
Carl Dhalman, Director del World Develpoment Report 1998/1999 del Banco
Mundial, ha dirigido del desarrollo de una metodología para realizar
evaluaciones sobre la situación de las economías y la utilización del
conocimiento para su desarrollo.
Para ofrecer una aproximación a los datos que pueden obtenerse de las
comparaciones entre países se elabora un cuadro de mando del conocimiento.
Este cuadro se compone de doce variables que reflejan los parámetros
esenciales del sistema de conocimiento de una economía:
Indice de globalización.
Derechos aduaneros y barreras no arancelarias.
Importaciones de tecnología.
Científicos e ingenieros por millón.
Enseñanza secundaria y terciaria.
Teléfonos por cada mil habitantes.
Ordenadores por cada mil habitantes.
Periódicos por cada mil habitantes.
Libertad de prensa.
Calidad del Gobierno.
Crecimiento anual del PIB.
Indice de desarrollo humano.
Cuadro 15
ACTITUDES Y VALORES EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: UN
MODELO CONCEPTUAL PARA COMPARAR DISTINTOS PAISES *
Véase la Tabla.
Los autores de este ranking anual de competitividad analizan 47 países industrializados y valoran
288 aspectos agrupados en ocho factores de competitividad en un modelo de equilibrio ciertamente
interesante.
Los inputs de competitividad son:
Cuadro 17
FINLANDIA: SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y SERVICIOS PARA EL
CIUDADANO
Desde el punto de vista de la empresa los factores competitivos, señala el plan finlandés, son y
seguirán siendo la información, la gestión del conocimiento, la aplicación rápida de nuevas
tecnologías, la gestión estratégica, sistemas flexibles de fabricación, y creación de redes en la cadena
de valor. Las tecnologías de la información traen «nuevas oportunidades para los negocios y la
industria» pero a su vez provocarán la entrada de nuevas empresas que rompan las reglas de juego
tradicionales y amenacen a las tradicionales. Lo que hace Finlandia es fomentar la competencia entre
empresas en la nueva economía. No se trata sólo de hacer negocios sencillos de comercio
electrónico, sino que el plan finlandés apunta a la utilización de las oportunidades y a la inversión en
el «desarrollo, transferencia y gestión del conocimiento» entre individuos, comunidades y sociedad
en general.
Intercambiar conocimiento entre instituciones es un desencadenante de progreso. Para empezar, los
proyectos de conexión e intercambio son estimulantes y tractores.
Para ello aboga por la cooperación público-privada para anticipar métodos que afronten los retos
de las nuevas organizaciones empresariales, ayudando a las empresas e instituciones a responder
mejor a los retos del siglo XXI. En este sentido aboga por la conexión de universidades,
politécnicas, centros de investigación, clusters, y otras entidades dedicadas a la innovación.
Igualmente, aboga por potenciar la medición de capital humano en la empresa, la aparición de nuevos
sistemas contables y el apoyo fiscal para la creación de conocimiento.
Uno de los aspectos claves es el desarrollo de habilidades para usar las nuevas tecnologías, por lo
que propone que el sistema educativo haga uso intensivo de las mismas. Igualmente, apuesta por la
creación de espacios de aprendizaje individual, el desarrollo de métodos de formación a distancia.
Para ello está trabajando a nivel legislativo en los aspectos relacionados con la publicación
electrónica, los materiales de aprendizaje, y el desarrollo de esquemas que no supongan barreras a la
creación y comercialización de estos materiales.
En realidad, Finlandia aboga por una «economía conectada», facilitando los grupos de
cooperación y la inclusión de las PYME en los mismos, fomentando la creación de empresas nuevas
y nuevas formas de trabajo. Cuadro 18.
Cuadro 18
FINLANDIA: PROYECTOS DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO EN
EDUCACIÓN, EMPRESAS Y SECTOR PÚBLICO
Nuevos espacios de aprendizaje. Se trata de complementar el sistema
tradicional de formación con servicios basados en las nuevas tecnologías, a
la vez que se desarrollan contenidos adaptados al medio. Se abordarán
inicialmente los estadios educativos de educación primaria y secundaria,
para luego extenderse a la educación en politécnicas, universidad y
formación especializada.
Modelos organizativos intensivos en conocimiento. Se trata de promover
y estudiar modelos organizativos para empresas intensivas en conocimiento,
desarrollando métodos de transferencia e interacción, así como
herramientas y sistemas de valoración del bienestar físico y psicológico de
las personas.
Redes de empresas y teletrabajo. Fomentando el intercambio de buenas
prácticas, creación de nuevas empresas, y la colaboración entre PYMEs.
Mejora de los sistemas de reclutamiento de personal facilitando el
acercamiento de oferta y demanda.
El sector público. Tiene ante sí igualmente importantes retos, señalando
que su papel es el de reforzar la democracia y mejorar el acceso de los
ciudadanos a la información y el conocimiento. La protección de la
información, la libertad de acceso, la regulación de los contenidos, la
protección de la intimidad y el estatuto del consumidor son la agenda
legislativa del gobierno finlandés en relación con la sociedad del
conocimiento.
La cooperación y coordinación entre cuerpos administrativos, educativos,
industriales, regiones, etc., es una oportunidad para la ciudadanía, la
sanidad, las escuelas, la promoción de negocios, etc.; sin olvidar la
cooperación internacional, que será igualmente reforzada con el uso de las
tecnologías de la información.
Cuadro 19
MODELO DE NAVEGACIÓN Y MEDICIÓN CAPITAL INTELECTUAL
ISRAEL
Capital Intelectual de Israel es muy relevante. Esto es, ¿proporcionan los indicadores económicos
convencionales una completa y precisa valoración del activo del país? y, sobre todo, ¿proporcionan
una indicación de su potencial de crecimiento futuro?
En abril de 1997, el Fondo Monetario Internacional añadió Israel a su lista de naciones
industrializadas. Esta decisión se basó en el rápido desarrollo global de la economía israelí y en el
significante crecimiento de los ingresos per cápita. Con solo cincuenta y un años de existencia, Israel
es uno de los países más ricos del mundo, donde la economía ha crecido veintiún veces desde 1950.
Otros países también han crecido en tasas similares, pero Israel es el único país cuya población ha
aumentado el 330% manteniendo a su vez periodos de guerra. Este crecimiento ha estrechado de
manera espectacular la diferencia entre Israel y las naciones occidentales desarrolladas.
Los activos que han dado a Israel una relativa ventaja en comparación con otros países han sido,
según los autores, los llamados «bienes intelectuales ocultos». Aunque Israel es un país joven, posee
muchos activos intelectuales, llegando a ser un invernáculo de algunas de las más brillantes y más
rentables industrias tecnológicas. En el país se localizan un importante número de centros de
investigación
Cuadro 20
PROCESO E INDICADORES DE MEDICIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL
y desarrollo para compañías internacionales, así como centros de alta tecnología. En realidad, y
aunque menos conocido, es el país que más nuevas empresas tecnológicas ha creado, después de
Silicon Valley de California. Desde 1982, el número de compañías de alta tecnología que se fundan
en Israel ha crecido aproximadamente desde 50 a más de 2.000.
Hasta ahora nadie había analizado las capacidades básicas de Israel, factores claves de éxito y
activos intangibles, que proporcionan ventajas comparativas y un alto potencial de crecimiento.
Israel es el segundo o tercer país en el mundo, después de Suecia, capaz de publicar un Balance de
Capital Intelectual basándose en un modelo desarrollado y aplicado por Leif Edvinsson,
vicepresidente responsable de la división de Gestión del Capital Intelectual de Skandia, una
consultoría financiera sueca. Cuadros 19, y 20.
Cuadro 21
SEÑAS DE IDENTIDAD DEL CLUSTER DEL CONOCIMIENTO
clusterconocimiento.com/
Cuadro 22
HABLANDO DE ÁFRICA*
se trata, por encima de todo, de incorporar las ventajas de las tecnologías a las actividades sociales
y económicas.
El diálogo entre gobernantes y las poblaciones a las que sirven debe utilizarse constantemente,
preguntando al administrado lo que solicita, mientras que a su vez se aprende de iniciativas
realizadas en otros lugares. La cooperación con los ciudadanos es hoy posible y deja de ser
anecdótica para integrar interesados, expertos, y usuarios, por ejemplo en problemas urbanísticos y
otros de mayor calado, como la creación de comunidades virtuales para la asistencia médica o la
resolución de problemas del medio ambiente, etc. Los recursos educacionales descentralizados, el
teletrabajo, los servicios de información públicos, deben ser recogidos como una oportunidad y no
como una amenaza. Los dirigentes deben tener la visión de establecer nuevas pautas para estas
nuevas formas, no permitiendo el anquilosamiento social y cultural nacido de la inercia y el
corporativismo conservador. La infraestructura técnica estará disponible, pero sólo triunfarán
aquellos países que hayan realizado una verdadera incorporación de las TIC a las actividades
sociales y económicas.
La esperanza para los países del Tercer Mundo proviene del hecho de que las comunicaciones han
evolucionado hacia sistemas fiables con infraestructuras de coste de inversión infinitamente menores
que en el pasado. Por ejemplo, algunos países pueden ahorrarse el paso intermedio de cablear su
país para teléfonos gracias a la telefonía móvil. Si los contenidos se pueden difundir sin hilos, los
atajos de algunos países subdesarrollados pueden ser evidentes. Sus problemas más acuciantes ya no
son las infraestructuras sino el analfabetismo y la falta de instituciones democráticas.
Amartya Sen (13), economista y pensador, sostiene que el alivio de la pobreza de un país requiere
algo más que la defensa del libre mercado, incorporando un concepto amplio de libertad individual
en los campos económico, político y social. Sólo si se es libre con plenitud, lo que significa políticas
educativas y salud que no socaven las libertades nominales, se podrá ejercer la elección y el libre
intercambio de bienes. Esta es la extensión de la democracia del siglo XXI, frente al estilo
democrático siglo XX. En esta democracia siglo XXI, fines y medios no están en conflicto, la
democracia no es sólo la forma aceptada de un gobierno aceptable sino también la forma aceptada de
gobierno.
Para un país en desarrollo en varias áreas, el informe UNCSTD cifra los esfuerzos de adaptación a
la Sociedad del Conocimiento en varias áreas:
La creación de capacidades: creación de redes de intercambio de conocimientos, nuevas
capacidades sociales entre las que destaca la capacidad de comunicación. Fomento de la
aparición de instituciones de aprendizaje y difusión, en la educación formal e informal, centros
de investigación, agencias, etc.
Creación de infraestructura: equipos, software y contenidos son la infraestructura necesaria.
Muchos países deben plantearse si adquirir los equipos y el software, mientras dedican no
pocos recursos a fomentar contenidos propios.
La explosión mundial de los conocimientos es un hecho que representa para todos una amenaza y
una oportunidad. Si las diferencias aumentan el mundo quedará todavía más dividido, no sólo en lo
que atañe a capital y recursos, sino también en conocimiento. Lo mismo puede suceder dentro de una
nación.
Por ello, la labor de los responsables de política económica es determinante para el futuro de un
país; ahora su principal reto es determinar su actuación y su papel en la sociedad del conocimiento.
Artícular la sociedad para conocer es el reto frente a una política que descansaba en proyectos
filosóficos e ideológicos que ha constituido la base de la política económica del siglo XXI y que
apenas se adapta a las necesidades del día a día. La respuesta del funcionariado a las necesidades
sociales y económicas no es lo suficientemente rápida, por lo que el Estado, más que intervenir debe
encauzar las oportunidades que se le presentan a una determinada sociedad, creando el entramado
institucional privado y público necesario.
En estos momentos, todos los países desarrollados o en vías de desarrollo, tienen una nueva
oportunidad, una oportunidad de reducir sus diferencias con respecto al conocimiento. Los pobres
son los que más pueden ganar, afirma el Banco Mundial, con estrategias de desarrollo que tengan en
cuenta el conocimiento para mejorar sus vidas. Mientras tanto el «gurú» del «management», Prahalad
(14), rebate la idea de que en los países del tercer mundo no hay un mercado, como se ha dicho
repetidamente, porque no hay capacidad de compra. Prahalad señala lo contrario y anima a las
multinacionales a invertir en estos países con productos que hoy pueden ser producidos a bajos
costes.
El Banco Mundial afirma en su informe anual, 1998/1999, que la causa del retraso de muchos
países esta en el conocimiento:
Conocimientos «tecnológicos» sobre nutrición, control de natalidad, programas informáticos,
contabilidad, etc.
Conocimientos sobre «atributos», calidad, gestión, eficacia, eficiencia, etc.
Cuadro 23
DECLARACIÓN DEL BANCO MUNDIAL: GLOBAL DEVELOMENT FORUM
(Foro de Desarrollo Global)
Hace más por el desarrollo la resolución de conflictos en forma rápida y no fraudulenta, con
garantía contractual, el enjuiciamiento rápido y eficaz contra fraudes y «pelotazos», que cualquier
otra caridad, ya que sobre todo incentiva comportamientos adecuados. El gran error de las ayudas es
el olvido del receptor. Por ello, el mejor camino es el establecimiento de las necesidades a través de
la consulta, sin presuponer que se conoce lo que se necesita, adaptando productos y servicios a la
cultura del país, involucrando a los usuarios en las decisiones.
Las instituciones internacionales, también las instituciones locales y gubernamentales en general,
deben reconsiderar su papel. Muchas de ellas manejan un importante acervo de conocimiento que no
está disponible para los ciudadanos, con el despilfarro que ello supone. El Banco Mundial se ha
embarcado en un proyecto interno de gestión del conocimiento que permitirá aflorar todos los
conocimientos disponibles, en distintas áreas de su propia organización, para transmitirlos entre
distintos países en desarrollo, y utilizarlos, de manera que se genere un proceso de aprendizaje e
intercambio en el que el Banco puede jugar un papel decisivo.
Cuadro 24
EL MAYOR ORDENADOR DEL MUNDO NO ES UN ORDENADOR
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Lundvall, B.: National systems of innovation: Towards a theory of innovation and interactive
learning, Pinter Publishers, Londres (1992).
2. Azúa, I.: Alianza cooperativa para la nueva economía, McGraw-Hill, Madrid (2000).
3. Virilio, P.: El cibermundo, política de lo peor, Cátedra, Madrid (1996).
4. Baudrillard, J.: El paroxista indiferente, Anagrama, Barcelona (1998).
5. Sartori, G.: «En defensa de la representación política», Claves de la razón práctica, 91, abril
(1999).
6. Negroponte, N.: Being digital, Knopf, N. Y. (1995).
7. Fukuyama, F.: La confianza, Ediciones B, Barcelona (1998).
8. Toffler, A.: La creación de una nueva civilización: la política de la tercera ola, Plaza y Janés,
Barcelona (1995).
9. Spencer, D.: Predicciones: 31 grandes figuras pronostican el futuro, Santillana Ediciones,
Madrid (2000).
10. Turkle, S.: Predicciones: 31 grandes figuras pronostican el futuro, Santillana Ediciones,
Madrid (2000).
11. Pasher, E.: Las sociedades del conocimiento, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao
(1999).
12. Mansell, R.; Wehn, U.: Knowedge societies, University Press, Oxford (1998).
13. Sen, A.: Predicciones: 31 grandes figuras pronostican el futuro, Santillana Ediciones,
Madrid (2000).
14. Prahalad, J. K.: SMS 20Th Annual International Conference, octubre, Vancouver (2000).
15. Knowledge for Development, World Development Report, Oxford University Press (1998-
1999).
16. Baggio, R.: «Las nuevas tecnologías y el Tercer Mundo: ¿una oportunidad?», en La Sociedad
del conocimiento, Nueva revista, núm. 70, julioagosto 2000 (2000).
Cuadro 25
LOS CUATRO COMPONENTES DEL CONOCIMIENTO
Un tesoro Setas
Calendario de recogida de
Texto y plano del
INFORMACIÓN setas (por ejemplo el
tesoro.
editado por BBK).
Para nosotros, y esto es lo verdaderamente interesante desde el punto de vista del «management»,
es que todo el movimiento de la gestión del conocimiento conduce a una manera diferente de ver la
gestión empresarial, admitiendo que el conocimiento no se puede gestionar como otros recursos. El
énfasis no está en tratar de gestionar un nuevo recurso, sino en cambiar las formas de gestión. La
empresa del conocimiento es la que gestiona, alienta o promueve los procesos de creación e
intercambio y creación, es decir, articula sistemas organizativos que aprovechan la capacidad y el
conocimiento de todas las personas frente a la vieja organización jerárquica, que lo despilfarra de
forma poco inteligente.
La gestión del conocimiento puede considerarse un movimiento si atendemos a las múltiples
manifestaciones e interacciones que nos hacen presumir de que no hablamos de un sistema, método,
modelo puramente empresarial.
Es cierto que en el ámbito de la empresa el «movimiento» de la gestión del conocimiento converge
con las modernas teorías que buscan la explotación de competencias esenciales en la empresa, la
flexibilidad y la capacidad de respuesta. Pero como ya se ha comentado en el Capítulo 2, también
países y regiones están intentando establecer sistemas institucionales basados en la captación y
difusión de conocimientos. Por lo tanto, la esfera microeconómica se complementa con la
importancia que para países y regiones tiene el conocimiento y su gestión; en realidad una y otra se
retroalimentan. Las tecnologías de la información y de las comunicaciones han abierto la puerta a la
socialización del conocimiento, y por ello, los países y regiones se plantean como tales la forma en
que es posible adquirir conocimientos y distribuirlos de forma efectiva. Lograr tener o atraer
conocimientos y extenderlos de forma adecuada para el desarrollo es el eje de cuaquier programa
público de gestión del conocimiento. Por ello, los países y regiones deben mejorar la base de
conocimientos a través de la educación y los programas de investigación y desarrollo, pero además
deben comprobar si cuentan con las instituciones adecuadas para la utilización y difusión de los
mismos.
Existe una necesidad de volver a ordenar el rol de muchos organismos de la sociedad industrial.
Las viejas instituciones deben reinventarse para la tarea de adquirir, difundir y aplicar conocimiento
a la vida de las personas. La anclada idea de que existen unas instituciones que son primeramente
responsables de la creación del conocimiento, por ejemplo, la Universidad, y que otras son
receptoras, la empresa, por ejemplo, ya no responde enteramente a la realidad. La visión clásica de
un proceso secuencial y en cascada de creación, adaptación y utilización de conocimientos, desde la
Universidad a la vida empresarial y social, ya no explica la realidad. Aprehender este cambio es
vital para actuar.
Nacen nuevas instituciones, como el propio Cluster del Conocimiento, mientras que otras cambian
su papel o se adaptan a una relación virtual y temporal. De hecho, cada vez con más frecuencia se
observa la creación de redes institucionales nacidas para un propósito determinado abordando
problemas cruzados y creando campos de juego nuevos, con nuevas alianzas. Este tipo de
instituciones donde se produce la cooperación pública y privada, como por ejemplo las asociaciones
para recuperar urbanística y económicamente ciudades industriales, portuarias, etc., es la que ha
permitido resultados excelentes en procesos de regeneración económica y apunta a que sea la
fórmula para migrar de la sociedad industrial a la creación de la sociedad del conocimiento.
Los nuevos problemas y las nuevas oportunidades no pueden resolverse sólo desde la experiencia.
Ya no se trata de formular de forma diferente los problemas ante nuevas situaciones, a veces es
necesario saltar del esquema habitual y esto sólo se consigue desde la visualización de lo que
queremos, y desde la conjunción de voluntades diversas. Porque además las cuestiones son cada vez
menos posibles de encasillar en una disciplina, especialidad o en un departamento, por lo que sólo
pueden afrontarse desde una óptica integrada y multidisciplinar. Por ello, la interacción en redes y
comunidades virtuales de interés es el campo de juego de la creación y difusión de conocimientos en
todas las áreas del saber. De hecho, la presencia de estas configuraciones «neuronales», la presencia
de muchas redes de intercambio de conocimientos dentro de un país, será uno de los principales
síntomas de que se transita hacia la «sociedad del conocimiento».
Sólo estamos empezando y por ello creemos que en un futuro no muy lejano el conocimiento de la
propia gestión del conocimiento, todavía escaso, nos llevará a la formulación de una disciplina que,
de entrada, recupere todo lo que sabemos sobre el conocimiento humano a lo largo de los siglos.
EL CONOCIMIENTO EN LA GESTIÓN
El conocimiento es un término filosófico que, si estamos de acuerdo con la tradición occidental,
señalaría que «es la creencia de una verdad que se justifica». P es la verdad, A sujeto cree que P es
verdad, y esta creencia de A sobre la verdad P es además justificada.
Las dos grandes tradiciones de la filosofía occidental han sido el racionalismo y el empirismo. La
primera corriente argumenta que el verdadero conocimiento es un proceso mental, y no una
experiencia sensorial, de manera que existe un conocimiento a priori que no necesita ser justificado.
La verdad absoluta es deducida por un razonamiento basado en axiomas. La segunda línea reclama lo
contrario y, frente a lo apriorístico, señala que la única fuente de conocimiento es la experiencia
sensorial. Existe un antagonismo entre estas dos corrientes respecto a las fuentes del conocimiento.
Mientras el racionalismo señala que el conocimiento se obtiene por métodos deductivos, el
empirismo argumenta que se obtiene por el método inductivo.
Estas dos corrientes de pensamiento se oponen a lo largo del tiempo. Aristóteles enfatizó la
importancia de la observación y de la verificación de la percepción individual. Descartes,
representante máximo del racionalismo, propuso el método de la duda, mientras Locke rechazó la
idea de que la mente humana contiene de forma innata ideas o conceptos; para él sólo la experiencia,
compuesta por sensaciones y reflexiones, es la fuente de nuevas ideas. En otro plano, Kant, Hegel y
Marx, intentaron con su pensamiento moverse sintetizando e integrando las dos grandes corrientes.
El cartesianismo y su dualismo entre objeto y mente ha sido muy criticado, ya que no es aceptable
para sus críticos la separación radical entre el objeto conocido y el conocedor, sino que es necesario
dar un espacio a la interacción entre el conocedor y lo conocido. El pragmatismo lleva incluso está
crítica al extremo, señalando que la relación entre conocimiento y acción es tan determinante que las
ideas sólo son importantes si están ligadas a la acción y éstas cambian el mundo.
Nonaka, autor del libro seminal, The knowledge creating company, de donde están entresacadas
estas reflexiones, señala que la tradición filosófica oriental y japonesa en particular no admite la
separación de objeto conocido y conocedor. La tradición cultural japonesa, según expone este autor,
se basa en la indivisibilidad de naturaleza y humanidad, cuerpo y mente, el yo y el otro. Sin entrar en
ello, esta tradición intelectual da pie al pensamiento visual y al lenguaje caracterizado por ser
igualmente gráfico y dependiente del contexto en tiempo y espacio. El conocimiento no puede ser
obtenido a través del pensamiento teórico, sino a través de la unidad cuerpo y mente, de forma que lo
conocido no puede ser expresado totalmente en palabras. De ahí, el modo de aprendizaje budista que
enfatiza la exploración de asuntos a través de tratar la paradoja, el uso de las metáforas,
promoviendo el pensamiento inductivo. Esta forma de entender el conocimiento se completa con una
visión colectiva y orgánica del yo. Por ello, desde esta tradición cultural se admite la inteligencia
intuitiva, el conocimiento tácito, y explica la dificultad que tienen los japoneses para expresar
pensamientos que no se refieran al colectivo, y que se refieran a uno mismo como individuo, al
menos de forma muy directa.
Estas reflexiones son importantes para entender a Nonaka, porque éste argumenta que el
cartesianismo es el que ha dominado el conocimiento científico, y por extensión domina el mundo de
la gestión y organización de empresas, y esto hay que tenerlo muy en cuenta. En oposición a una
visión «mecanicista» de occidente, Nonaka construye su teoría siguiendo esta tradición intelectual
japonesa, y por ello no diferencia o no ve dicotomía sino complementariedad entre sujeto y objeto,
mente y cuerpo.
De esta forma, Nonaka recoge en su libro una diferencia fundamental frente a autores clásicos
como Simon (3) y Taylor (4) : frente a la existencia de un solo tipo de conocimiento, explícito,
expresado en palabras, números, datos fórmulas, códigos, símbolos, o principios, existe un
conocimiento tácito, no visible, personal y mucho más difícil de comunicar y formalizar,
indivisiblemente unido a la persona y a su sistema de creencias y valores.
El conocimiento tácito, descuidado de forma considerable en la gestión empresarial, incluye un
conocimiento informal, que puede ser técnico y se puede denominar «saber hacer», y que no puede
articularse en palabras, planos o fórmulas. Pero no es sólo esto, sino que el conocimiento tácito
incluye percepciones, modelos mentales, creencias y percepciones que muchas veces son tan
arraigadas que las admitimos de hecho. No sólo es un «saber hacer» difícil de explicar, sino que es
un conocimiento que incluye un talante y una forma de entender lo que hay que hacer, y por ello
incluye las actitudes y los valores.
Esta diferenciación entre conocimiento tácito y explícito es básica, entendemos nosotros, en el
tratamiento de la gestión del conocimiento a nivel empresarial. Nos interesa sobremanera destacar
que el hecho de olvidar la importancia del conocimiento tácito y de que éste está compuesto de saber
hacer, emociones, percepciones, creencias, y valores, es clave para entender el paisaje de la
aplicación del conocimiento en la gestión empresarial.
De hecho, es muy común confundir competencia con conocimiento, y sin embargo, atendiendo a la
forma de entender el conocimiento según Nonaka, la destreza no es sino una parte del conocimiento.
De hecho, el conocimiento adquirido en un curso de capacitación, y validado por ejemplo a través de
un título que supone aprovechamiento, no es sino un ingrediente del conocimiento.
Igualmente, el contexto es consustancial, de manera que no es posible sustraerse al mismo, es la
importancia de «lo cultural». El contexto cuenta de forma decisiva, de forma que los valores,
creencias, y percepciones son parte fundamental del mismo. Esto tiene suma importancia a la hora de
considerar la transmisión y el intercambio de conocimiento (no existe una sustancia objetiva llamada
conocimiento que se transmite) sino que este va unido a la persona, y ésta sin duda está en un
contexto cultural y organizacional dado. De ahí que para gestionar procesos de intercambio y
generación de conocimiento sea necesario enfatizar la importancia del contexto y no parece posible
sustraerse a trabajar desde el plano de la creación de valores y actitudes que promuevan este
intercambio. Es muy ingenuo, aunque se hace repetidamente, que sin cambiar nada, de la noche a la
mañana, podamos pedir, como programa-proyecto, que se produzca en una empresa u organización un
cambio radical de comportamiento y se pueda pedir por lógico un intercambio de conocimientos
entre individuos para convertirlo en «conocimiento organizacional».
No se trata tampoco en la Gestión del Conocimiento de usar a los más inteligentes, competentes o
habilidosos, se trata de un problema de organización colectiva. Tampoco es sólo formación, sino de
crear espacios para el intercambio y la creación de conocimiento que conduzcan a la generación de
valor.
¿De qué estamos hablando entonces cuando hablamos de gestión del conocimiento en la empresa?
En la conferencia que dio Nonaka en el Museo Guggenheim Bilbao, en septiembre de 1999, fueron
expuestos estos principios de forma brillante y sintética* y que nosotros recogimos de la siguiente
forma:
Nos interesa saber cómo las empresas y organizaciones son capaces de crear nuevos productos,
nuevos métodos y nuevas formas organizativas. De hecho, esto nos lleva a preguntarnos por la
forma en la que las empresas «crean» conocimiento, o dicho de otra manera, qué conocimiento
hace posible esta creación de lo nuevo.
Nos importa el conocimiento de todas las personas. No sólo nos preocupan los empleados,
operarios, o trabajadores llamados números 1, también los números 2, y 3, porque aportan
mucho más de lo que parece, y porque si no nunca sabríamos distinguir a los llamados números
1.
Todas las personas sin excepción conciben su desarrollo personal ligado en parte a la
capacidad de crear y contribuir a crear cosas nuevas, por ello si se les solicita de forma
adecuada, todas las personas sin excepción están dispuestas a contribuir con su conocimiento en
los proyectos en los que creen. Por encima de formalismos y posiciones, la capacidad de
contribución de las personas es sorprendente e ilimitada.
El conocimiento reside fundamentalmente en las personas y no en las máquinas o bases de datos,
ya que buena parte del conocimiento es tácito. Este conocimiento tácito encierra la actitud de las
personas en un contexto dado.
Muchas veces se habla de gestión de conocimiento y se confunde con gestión de la información.
El conocimiento crece cuando se comparte.
No se trata sólo de formar personas y mejorar sus competencias (conocimientos explícitos y
formales) sino de crear contextos de creación de conocimiento, que busquen la mejora continua
y la innovación.
El conocimiento no puede ser gestionado como si fuera un recurso convencional. No se tiene
cuando se desea, surge de la duda, el cuestionamiento, la incertidumbre, la redundancia y la
experimentación autónoma. ¿Están las organizaciones preparadas para esta forma de actuar?
¿Están las organizaciones preparadas para solicitar adecuadamente el conocimiento de las
personas?
El conocimiento, por tanto, no se puede gestionar en sí mismo, lo que sí se puede gestionar es el
proceso de creación de conocimiento.
Incluso la buena noticia para las empresas, según estas formulaciones de Nonaka, es que lo
importante está por llegar, no hay que cambiar el pasado, sino prepararse para el futuro. Lo realmente
potente, lo que produce resultados espectaculares en las empresas no es tanto gestionar «lo
conocido» hasta el presente, almacenar información, datos, modelos, y procedimientos, sino que lo
decisivo es compartir lo que vamos conociendo, y que este «conociendo» se socialice en la empresa
de manera que ésta, como un todo, lo aproveche para adaptarse, mejorar e innovar.
La clave es sobre todo organizacional, no es tecnológica y está en crear un clima que permita que
lo que se va conociendo, lo que como individuo ha aprendido después de un proyecto, o una acción,
lo que volvería hacer, lo que no haría, etc., se comparta. Se trata de conectar para dialogar. Se trata
de «crear un clima para ir conociendo cada vez más» y de hacer que lo que conozco genere valor. Un
ejercicio muy saludable en esta línea es reflejar las «lecciones aprendidas», lo que volvería a hacer
y lo que no haría de nuevo una vez finalizado un proyecto. La gestión del conocimiento no es sólo
recoger el stock de lo conocido, sino ampliar y socializar lo que se va aprendiendo.
Todavía no existe una teoría construida y cerrada sobre el conocimiento. El conocimiento de la
gestión del conocimiento todavía es un bien escaso, pero vamos poco a poco construyendo e
intuyendo que lo que importa desde el plano empresarial realmente no es innovar, sino tener
organizaciones innovadoras.
Cuadro 26
LA METÁFORA DEL SURF EN LA GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN*
«el todo» y otros sólo siguen procedimientos de tareas parciales, el cambio empieza necesariamente
por los propios directivos, que deben asumir que el conocimiento está muchas veces cerca de la
tarea, y que todos, no sólo una parte, son capaces de reflexionar y comprender la relación parte y
conjunto. Sólo creyendo en la capacidad de todas las personas y promoviendo esta cultura es posible
pensar en descentralizar la iniciativa para generar focos de creación de conocimiento
autoorganizados.
Esta forma de ser y actuar supone un cambio drástico que nos lleva por un camino de
incertidumbres y ambigüedades, y que sobre todo produce vértigo a los directivos. No hay nada
tangible a lo que agarrarse de manera que aunque mentalmente muchos directivos tengan la creencia
de que estos comportamientos son más productivos a la larga, pocos, de momento, están dispuesto a
correr los riesgos de la transformación. Además, exige más que creer porque el directivo tiene que
cambiar personalmente para ser ejemplar, ser capaz de comunicar su visión a distintos colectivos,
incluído su Consejo de Administración, órgano rector y accionistas, y perseverar a pesar de las
dificultades.
Pero no sólo los directivos, sino todos los estamentos empresariales, van a encontrar dificultades
para desaprender lo aprendido durante años. Si hasta ahora ha sido mejor guardarse el conocimiento
como garantía de la posición, status o prestigio ¿por qué dar el conocimiento abiertamente a los
demás? Se podría argumentar que curiosamente es el conocimiento el único recurso que crece cuando
se usa y la reciprocidad es lo que nos hace crecer. Esta reciprocidad sólo puede generarse en un
clima de confianza. La confianza será la parte fundamental del ADN de las organizaciones
innovadoras.
Las empresas que quieren gestionar el conocimiento deben primero comprender que lo que deben
hacer es generar un clima adecuado, hagan lo que hagan en sentido práctico e inmediato, como puede
ser instalar una intranet para intercambio de información, pero lo que nunca debe perderse es la
visión global, ya que en el proyecto de corto plazo no está la esencia de la gestión del conocimiento.
Si del énfasis tradicional en la gestión de activos materiales, infraestructura, se va a pasar al énfasis
en los gestión de los activos intangibles, y si además se trata de manejar activos emocionales como
confianza, empatía y relaciones personales, necesitamos sin duda construir una nueva teoría de la
gestión empresarial.
Según Richard Bienfield (8), una empresa excelente hoy en día es la suma de sus capacidades de
relación especialmente con sus clientes, más su capacidad de crear redes de valor, multiplicada por
su agilidad para adaptarse, todo ello elevado a la confianza que genera entre sus empleados y con el
exterior.
Cuadro 27
LA NUEVA FÓRMULA DE LA COMPETITIVIDAD
Una fusión, un proyecto en joint-venture, o una alianza estratégica son situaciones en las que es
necesario intercambiar conocimiento en clima de confianza para crear cosas nuevas, sinergias que
suman más que las partes. Un programa de gestión del conocimiento bien enfocado es una bendición
en estas situaciones.
En definitiva, el gran reto de la gestión del conocimiento es que éste no se puede gestionar como
tal. No se puede al menos controlar en el sentido clásico. La nueva gestión será en todo caso hacer
que las personas tengan iniciativa y colaboren entre sí. Lo que sí es posible, es gestionar el proceso y
el espacio de la creación de conocimiento para devolver a las personas la capacidad de pensar y
autoorganizarse. Será el gran paso, creyendo a pie juntillas que las personas llevan dentro,
intrínsecamente, la capacidad de mejorar y crear cosas nuevas, y que además les gusta hacerlo. La
empresa del conocimiento es una empresa repensada donde existe liderazgo, confianza en las
personas, reflejada en sistemas avanzados de formación, motivación y remuneración, y también,
desde luego, un uso, creativo de las tecnologías de la información.
Llamémosle gestión del conocimiento, ya que el término está extendido y acuñado, pero pensemos
en todo el significado del concepto tanto para investigar, como para aplicarlo en la empresa.
Entremos a la gestión del conocimiento paso a paso pero sabiendo que estamos hablando de la idea
fuerza de las empresas innovadoras del nuevo milenio.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Drucker, P. F.: Post-capitalist society, Oxford, Butterworth Heineman (1993).
2. Nonaka, I.; Takeuchi, H.: The knowledge creating company, Oxford University Press (1995).
3. Simon, H. A.: Administrative behaviour, McMillan, N. Y. (1945).
4. Taylor, F. W.: The principles of scientific management, Harper and Brothers, N. Y. (1911).
5. Porter, M.: Competitive strategy: Technique for analyzing industries and competitors, Free
Press, N. Y. (1980).
6. Senge, P. M.: The fifth discipline: The age and practice of the learning organization, Century
Business, Londres (1990).
7. Hoebeke, L.: Hacia la democratización de la empresa como reto del siglo XXI, Hacia la
Empresa del Conocimiento I, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1997).
8. Bienfield, R.: Una nueva fórmula para la competitividad, Hacia la Empresa del Conocimiento
I, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1998).
Extraído de la conferencia del Profesor Ikujiro Nonaka en «Las Sociedades del Conocimiento »,
organizada por el Cluster del Conocimiento en el Museo Guggenheim Bilbao (1999).
4
Información, conocimiento e intercambio
de conocimiento
Cuadro 28
INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO
Un sencillo ejemplo nos puede dar la primera pista para lograr entender la
diferencia. Los datos de una dirección son John Smith, Sunset Boulevard,
48500 Londres. La información sería: John Smith, Sunset Boulevard, 48500
Londres, cerca de Picadilly Circus, hacia Trafalgar Square. Un plano es
información (Datos elaborados con el propósito de facilitar la búsqueda de
direcciones). El conocimiento sería: He estado allí, sé donde es, y conozco la
dirección de John con detalles visuales, la calle que es, los comercios de
alrededor, el tipo de edificio, la gente que pasea por allí me sugiere un tipo de
vida vecinal, etc., etc.
Otro ejemplo: Los ingredientes de una receta de cocina son los datos, la
estructura de los datos en una receta es información, y el conocimiento surge
cuando un cocinero hace uso de la información articulando su experiencia. En un
concurso de cocina donde todos los cocineros tienen los mismos ingredientes,
gana el que consigue más valor con los mismos ingredientes a través del
conocimiento.
El gran problema que están teniendo las empresas es utilizar la diferencia en términos prácticos.
No nos interesa la distinción semántica sino los problemas que causa a la gestión confundir una cosa
con otra. En realidad tratamos de solventar un problema de miopía que lleve a tomar decisiones
equivocadas, y lo que es peor, que nos lleve en dirección contraria a la deseada. Una concepción
miope lleva a decisiones equivocadas. Cuadro 29.
Claro que también podemos intuir que es mejor mirar para otro lado.
Cuadro 29
SISTEMA INFORMÁTICO MASTER COACH PARA GANAR PARTIDOS DE
FUTBOL.
Como es más habitual y sencillo, menos rupturista en una palabra, gestionar información que
conocimiento, existe sin duda una especie de reparo en adentrarse en estos terrenos menos trillados.
Apoyándonos en Keith Devlin (1), trataremos de aportar sentido práctico a la diferencia entre
información y conocimiento. Este autor parte de algunas premisas:
El conocimiento, al contrario que la información, contiene creencias, valores y compromisos.
El conocimiento es la información que una persona posee de manera utilizable para un
propósito.
Es importante tratar la información de manera eficaz y segura, pero debemos saber que lo que
utilizamos no es la información sino el conocimiento como resultado de tratar la información.
La información es «una sustancia», un objeto que existe independientemente de la persona.
El conocimiento, por el contrario, no es un objeto, sino que requiere un conocedor, por lo que es
una actividad intrínsecamente humana.
Cuadro 30
SISTEMAS DE TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN PARA LA GESTIÓN
DEL CONOCIMIENTO*
Conectividad sin
Networks, LAN, WAN, Internet, Intranets, etc.
límites
Gestión y
Gestión documental, gestión de bases de datos,
almacén de
servidores, páginas amarillas.
información
puede ser un espejismo. Las «soluciones de Gestión del Conocimiento» resultan de entrada muy
sugerentes y desde luego lo que se expone para argumentar estos sistemas de tratamietno de la
información es sólido, pero no definitivo. Muchos de estos programas y sistemas avalados por
experiencias que producen ahorros importantes en el tratamiento de la información hacen que muchos
directivos se adhieran a estas soluciones confundiendo parte y todo, quizás interesadamente en
algunos casos.
La gran cuestión es que toda esta corriente de trabajo, importante y complementaria, trata por lo
general el conocimiento como un contenido
Cuadro 31
INVESTIGACIÓN TECNOLÓGICA E INVESTIGACIÓN
SOCIOECONÓMICA*
LENGUAJE Y DIÁLOGOS
El lenguaje, aunque no es la única representación de la información, a veces ni siquiera es la
mejor, es la representación de la información más importante en la vida del hombre actual. Una
conversación puede transportar información para ser convertida en conocimiento, de ahí la
importancia del diálogo en la creación de conocimiento.
Contrariamente a lo que cabe esperar, el lenguaje nunca se usa literalmente. Algunos lingüistas
argumentan que ni siquiera existe ese significado o literalidad en absoluto. De hecho, los principales
problemas de comunicación en el mundo de la empresa, y en general, están relacionados con la
naturaleza de la información contenida en el lenguaje.
El lenguaje es una representación construida por los hombres, produciendo una codificación de
«regularidades», es decir, asociaciones establecidas (humo y fuego es una regularidad natural), que
siempre dependen del contexto cultural. La dependencia cultural, es la clave de la información. Aquí
radica el meollo del manejo de la información porque la información se codifica en términos
relativos al contexto o entorno, de manera que para entenderla es necesario primero entender el
contexto. Contexto son las situaciones que los seres humanos tipificamos. Por ejemplo, pensemos en
el sonido de un timbre en la escuela. Depende de lo establecido, se puede indicar el fin de una clase,
el fin del recreo, o del día según los tipos preestablecidos. Las palabras igualmente no son sonidos o
letras, son tipos establecidos, y lo más importante, están asociadas a objetos, acciones, etc.
Recompensa, éxito, error, innovación, no son tipificaciones iguales en distintas empresas, no
significan lo mismo. En un análisis correcto de los flujos de información debe siempre contemplarse
el contexto, la situación y los tipos asociados, de manera que en cómo saben los expertos nos
concentramos en lo importante, en el mensaje enviado y recibido, no en las palabras habladas.
Además, las conversaciones no siguen, aunque lo parezca, un guión escrito como en las obras de
teatro o las películas, sino que son un conjunto de expresiones verbales, gestuales, inicios de
expresiones, palabras no terminadas, donde «el interlocutor» actúa. Puede haber una simple
exposición de hechos, pero la mayoría de las veces hay detrás una información, una intención y un
contexto. Una conversación cara a cara es un intercambio de detalles sobre el contexto que evita las
faltas de entendimiento. Estas nunca pueden ser del todo eliminadas, cosa que no se tiene en cuenta
en la mayoría de diseños de software de colaboración. Pocas veces por ejemplo se tiene en cuenta
que la recapitulación de lo acordado, los sumarios, y otras formas de construir contextos que ayudan
claramente al entendimiento.
Lo que ahora nos importa tratar son las conversaciones que buscan la colaboración, en las que los
interlocutores tratan de contribuir en positivo. Existen muchas contribuciones que son señales que
hacen posible la conversación y la colaboración (en su ausencia lo contrario) tales como muestras de
atención, confirmaciones, expresiones faciales, contribuciones del interlocutor o demostraciones de
interés o de haber entendido. Estos complementos son decisivos en las conversaciones que buscan la
colaboración. Colaborar es como construir algo entre dos partes. De hecho, se trata de entablar lo
que podemos llamar «pequeñas negociaciones». Para empezar, debe haber una intención y un campo
de juego que se entiende es común, a veces sobreentendido pero que muchas veces es bueno
recordarlo y reconstruirlo durante la conversación. Una vez invertido tiempo en la delimitación del
espacio de colaboración, se espera de la otra parte que haya contribuciones relevantes para construir.
Con las contribuciones relevantes nace el interés hasta el punto de que podemos afirmar que hacer
contribuciones relevantes para el interlocutor es la clave para comunicarse.
Devlin (1) nos ilustra con algunos principios de una «conversación cooperativa»:
Cantidad de aportaciones justa. (Aportar información requerida y no más).
Calidad de lo que se dice: 1) información cierta; 2) no decir lo que sabemos es falso; 3) y no
decir aquello de lo que carecemos de evidencia.
Relación y contexto: «Ser relevantes». Es el asunto central y neurálgico de la cooperación.
Maneras: 1) perspicacia; 2) no oscuridad en las expresiones; 3) evitar la ambigüedad; 4) ser
breves; 5) ser ordenados.
En muchas ocasiones nos enfrentamos a los llamados grandes momentos de la verdad, donde con
frecuencia tenemos pocos minutos para establecer nuestro argumento o pensamiento. Para ello es
bueno hacer una revisión de los hechos importantes, el contexto, situar el enfoque, decidir los
resultados deseados, y sobre todo, cómo construir un lugar de juego común con el interlocutor.
La construcción de un campo de juego es acumulativa, de manera que está más establecida en la
medida en que haya habido conversaciones cooperativas anteriores. No existe, por cierto, una
conversación genuina con un ordenador, y conviene no olvidarlo nunca, de manera que si se usan
ordenadores para hacer cooperación, debe pensarse que siempre hay alguien al otro lado, nunca se
debe olvidar decir quién habla, cuál es su posición, establecer contextos, etc.
REUNIONES
La paradoja es que varias cabezas piensan mejor, pero cuando se trata de tener una conversación
entre varias personas, es mucho más difícil establecer el campo de juego común.
El trabajo en equipo, y las reuniones que se establecen, requieren un tratamiento especial porque
aunque haya varias personas en una sala hablando esto no describe necesariamente a un equipo. De
hecho, existen muchas dificultades en la forma de trabajo de equipo debido a que se ignoran algunas
reglas básicas o convenciones. Por ejemplo, mucha gente no escucha, o no llega a las introducciones
ni de personas ni de objetivos de la reunión, pensando que lo importante llega en un momento
posterior. Sin embargo, esta es la causa de muchos problemas de entendimiento, ya que la ausencia
en la parte inicial de algunas personas impide establecer un contexto común. La falta de uso de
pizarras para anotar, y resumir y ver constantemente lo acordado lleva a confusión.
De hecho, la facilitación de la labor de equipos de trabajo es tan importante y compleja que
debería tener mucha más consideración en la vida de la empresa moderna. También en la
capacitación de personas.
Desde la literatura del «management», sí se ha hablado mucho de la preparación de reuniones, del
lugar, la composición del equipo y los roles de las personas, pero no se ha trabajado tanto el
comportamiento conversacional. Si profundizamos un poco en las relaciones de un equipo podemos
sacar a la luz algunas prácticas en las que el remedio ha sido peor que la enfermedad y en las que el
trabajo de equipo ha quedado totalmente desvirtuado.
La clave del éxito está, como venimos diciendo, en crear un campo de juego común, pero en
ocasiones encontramos comportamientos poco colaboradores de las personas, lo que dificulta
avanzar. ¿Porqué?
Muchas veces una reunión es interesante para los asistentes si ofrece nueva información. El
principal atractivo de una reunión es aprender, ver opciones, oír lo que es nuevo, pero curiosamente,
y como gran contradicción, la mayoría de las conversaciones giran sobre lo ya conocido,
defraudando expectativas. Existen muchas fuerzas para que esto suceda. Lo primero a tener en cuenta
es que siempre es un sobreesfuerzo hablar de algo nuevo, pero todavía más difícil es simplemente
involucrar al resto del equipo para que hable de lo nuevo y no vuelva sobre lo conocido. Es difícil
hablar de algo que no se ha interiorizado mínimamente. Por otro lado, muchas personas defienden
posturas establecidas antes de la reunión y lo nuevo es sólo defendido por quien lo introduce, que
apenas cuenta con aliados, lo que muchas veces le hace desistir. Por esto la mayoría de las reuniones
son después criticadas por ser una «pérdida de tiempo» incluso por quienes se han mostrado menos
proclives a avanzar.
También influyen sobremanera nuestros modelos mentales. El modelo de pensamiento mental
occidental, según Kodama (3), tiende a no tener la paciencia necesaria para colaborar, tensiona mucho
las reuniones buscando resultados de cada uno de los encuentros, y mide con detalle el grado de
avance sobre el anterior. Una especie de esquizofrenia innecesaria. Desde el pensamiento secuencial,
lo que implica es que cada reunión debe permitir un avance determinado como si nos moviéramos de
izquierda a derecha sobre un eje temporal. Sin embargo, los orientales, dice Kodama, utilizan otro
tipo de pensamiento más acumulativo, como si se trabajara en planos. Cada reunión es un plano del
problema similar a la construcción de un mapa geográfico. En la primera reunión tratamos los ríos, y
las montañas, en la segunda se colocan las ciudades y pueblos, en la tercera carreteras, en la cuarta
monumentos, y lugares reseñables, en la quinta todo es más fácil, se ve el conjunto y las soluciones
salen rápidamente. En este esquema mental la construcción de contexto prima sobre los contenidos,
sobre todo al principio.
Sin embargo, todos somos testigos de que con mucha frecuencia la idea de eficacia pasa por
obtener algo rápidamente, generando la ansiedad, que convierte el equipo en un problema. No es
extraño que algunas personas crean que una reunión en grupo es absolutamente improductiva. La
ansiedad no permite ser cooperativos a los miembros del equipo. El mejor consejo, por tanto, es que
nunca debe ahorrarse tiempo en describir los contextos. Tampoco debe olvidarse que son las
personas comprometidas las que hacen interesante una reunión por lo que la clave está muchas veces
en reclutar personas interesadas, no expertos. Meredith Belbin (4) ha hecho importantes aportaciones
en el sentido de que un equipo no es una acumulación de talento sino una distribución de papeles.
Otro capítulo de errores en las reuniones es la falta de concentración en los objetivos y la excesiva
atención a las personas. «Quién dice qué» es más importante que lo que dice. Por ello, en los equipos
de trabajo es fundamental poner a la luz la experiencia personal de lo contribuyentes y sus intereses.
Conocer el contexto en el que se mueven las personas y desde que posición-experiencia provienen
sus aportaciones es totalmente necesario aunque esto no tiene que ver con la representación que tiene
en la reunión, es decir, con la supuesta importancia de la organización o departamento al que
representan.
Algunas reglas de oro para no hacer reuniones improductivas y hacerlas interesantes son:
1. Pedir a los miembros de la reunión un avance de los puntos que quieren tratar. Los que
introducen temas nuevos no deben utilizarlo como una baza para ganar prestigio personal.
2. Pedir a cada persona que contribuya con algo «nuevo» sobre lo que propuesto.
3. Listar los temas en la pizarra.
4. Recordar constantemente que se trata de hablar de lo nuevo, tanto en información como en ideas.
5. Examinar las cuestiones cooperativamente y evitar los juicios prematuros.
6. Recordar cada vez que sea necesario desde qué punto de vista se habla (área de experiencia,
etc.). No hay otra objetividad salvo en el color del cristal con el que se ven las cosas.
7. Construir un espíritu de equipo que valore la diversidad, y comprenda que todos tienen puntos
fuertes y débiles.
El uso de la técnica de los sombreros para pensar puede ayudar. Cuadro 32.
Cuadro 32
SEIS SOMBREROS PARA PENSAR
EQUIPOS Y PROYECTOS
Hoy en día los proyectos constituyen la columna vertebral del trabajo de muchas empresas. Los
proyectos de la empresa se realizan con equipos compuestos por personal interno, pero también es
cada día más habitual la presencia de personas externas, tales como proveedores, clientes,
representantes de centros de investigación, que traerán al equipo algunas habilidades y experiencias
nuevas, pero también, no olvidarlo, diferente cultura y forma de entender las cosas.
Cada vez más estos equipos se parecen a algo autoorganizado y no controlado o planificado de
antemano, sino que descansan más en una suerte de gestión autónoma. Cada vez se parece más a la
convocatoria de esfuerzos y conocimientos con un objetivo. Como en la filmación de una película,
existen especialistas en campos muy diferentes que trabajan en equipo; una vez acabado el proyecto
el equipo como tal desaparece. Para el futuro intuímos que la capacidad de una organización de
generar y ser fértil en la creación de equipos autoorganizados será una capacidad determinante.
Pero hacer que espontáneamente se generen equipos de resolución de problemas y
aprovechamiento de oportunidades exige transformaciones importantes sobre los modelos
organizativos convencionales.
Cuadro 33
EQUIPOS COMO SISTEMA DE TRABAJO
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Devlin, K.: Infosense: Turning information into knowledge, W. H. Freeman and Co., N. Y.
(1999).
2. Carrillo, J.: The knowledge management movement: Current drivers and future scenarios,
Work in Progress, Centros Sistemas del Conocimiento, ITESM, México (1999).
3. Kodama, F.: Emerging patterns of innovation, Harvard Business School Press, Boston, Mass
(1995).
4. Belbin, M.: Estrategias para crear y gestionar equipos, Hacia la Empresa del Conocimiento I,
Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1997).
5. De Bono, E.: Seis sombreros para pensar, Granica, Barcelona (1999).
CONOCIMIENTO Y APRENDIZAJE
Kolb, desde una perspectiva individual, planteó el aprendizaje estableciendo una categorización
de las formas de aprender. Según este autor, existen cuatro formas de aprender que son más o menos
reconocibles en todos nosotros y que pueden ser descritas de la siguiente manera:
1. La experiencia, que es la reflexión sobre lo acontecido y las consecuencias que tuvieron unas
determinadas acciones y omisiones. En el campo de la gestión empresarial es la determinación
de lo que funciona y no funciona.
2. La observación, que es la reflexión sobre las circunstancias externas, la observación de nuevas
circunstancias y la conciencia de que las mismas acciones, con distintas circunstancias, pueden
producir diferente resultado. En el campo de la gestión empresarial, es la observación de que lo
que funcionó no funciona en todos los contextos.
3. La conceptualización, que es la reflexión abstracta que plantea respuestas a las nuevas
situaciones. Se sitúa en el plano del razonamiento teórico. En gestión empresarial es la
adopción de nuevos estilos, comportamientos, modelos de gestión, herramientas, etc.
4. La experimentación, que es la nueva prueba que justifica la creencia de lo razonado a través de
la prueba y el error, muchas veces en situaciones controladas. En gestión empresarial son los
proyectos piloto de cambio.
Este proceso se repite sin solución de continuidad como una rueda. Cada persona enfatiza una
forma u otra mayor de aprendizaje, y seguramente tiene una especial propensión a destacar una sobre
otra en función de su entrenamiento previo. La educación de la persona en todas sus etapas y las
querencias personales van configurando estas inclinaciones.
Muchos autores, como refleja muy bien en su tesis doctoral Nekane Aramburu (1), han estudiado,
sin embargo, el aprendizaje no de individuos dentro de la organización, sino del llamado aprendizaje
organizacional, por encima incluso del aprendizaje de grupos o individuos específicos. Para
Dodgson (2), el aprendizaje colectivo es sólo una metáfora, y señala que son los individuos los que
aprenden. Sin embargo, desde los años ochenta muchos autores han considerado el aprendizaje
organizativo independiente del individual y grupal, acercándose a metáforas organizativas como la
de los sistemas biológicos.
Nonaka y Takeuchi (3) son quienes promueven y relacionan aprendizaje y conocimiento, y
relacionan el aprendizaje de individuos, grupos y organización a través de un modelo muy imitado en
nuestros días (Cuadro 34).
Cuadro 34
INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTOS
A tácito A explícito
Partiendo del conocimiento individual se produce un proceso de interacción que va del individuo
al grupo (combinación/socialización) y del grupo al individuo (externalización/internalización) sin
solución de continuidad. Según Nonaka y Takeuchi, el modelo de conversión de conocimientos sigue
un esquema de socialización (compartir experiencia) –> externalización (formular conceptos) –>
combinación (conocimiento sistémico) –> interiorización (traducción a comportamiento diario y
operaciones).
En todo caso, y como describe Eduardo Bueno (4), durante esta década se ha hablado
indistintamente de conocimiento, intelecto, aprendizaje, etc., creándose una terminología difusa que
contribuye al «todo vale» más que a otra cosa. Apoyamos sin duda el intento de Bueno de sentar las
bases de una terminología, y por ello mencionamos aquí y usaremos la forma en la que este autor
relaciona estos tres conceptos.
En primer lugar, diremos que una empresa, según Bueno, estaría preocupada por crear
conocimiento «esencial» o competencias esenciales que la diferenciarán de los competidores, y estas
competencias esenciales pueden ser personales, tecnológicas u organizativas.
Pues bien, si el fin es aumentar las competencias esenciales, esto se consigue a través de la
incorporación de conocimiento externo, no creado en la empresa, más el que se crea internamente, y
a su vez incorporar estos conocimientos en rutinas organizativas o procesos de acción
(internalización). Todas estas incorporaciones son flujos que se transforman en conocimiento creado
a través del aprendizaje, que es «la capacidad de la organización a nivel individual, grupal o de
equipo de asimilar nuevos saberes y competencias en las personas y en los procedimientos que
desarrollan y aplican».
La Gestión del Conocimiento es la función que planifica, coordina y controla los flujos de
conocimientos que se producen en la empresa en relación con sus actividades y con su entorno, con
el fin de crear unas competencias esenciales. La gestión, o mejor dicho, organización de estos flujos
de conocimiento, tácito y explícito, es una dinámica y se produce a través de un proceso de
intercambio y diálogo en el sentido amplio de la expresión.
El Capital Intelectual será la medición estática y valorativa de los resultados de esta gestión del
conocimiento, de forma que las competencias esenciales de una organización se medirían dentro del
llamado «capital intelectual de una empresa». El apartado de competencias personales serían
medidas en forma de Capital Humano, y las competencias organizativas y tecnológicas que se
materializan en sistemas, procedimientos y tecnología se miden en el Capital Estructural, mientras
la relación con el entorno en forma de clientes, proveedores y colaboradores, se mide en el Capital
Relacional. Cuadro 35.
La tentación de convertir la Gestión del Conocimiento en un proceso, similar al proceso de
producción, administración o ventas de una empresa choca con dos importantes barreras. La
imposibilidad de predecir la aparición
Cuadro 35
EL SISTEMA BASADO EN EL CONOCIMIENTO *
La diferencia de los teóricos del aprendizaje con la teoría de la creación del conocimiento radica,
según Nonaka, en que los teóricos del aprendizaje no entienden el proceso de creación como una
forma más de aprendizaje, no desarrollan el concepto de aprendizaje organizacional, que para ellos
es sólo una metáfora. Descansan su teoría básicamente en el aprendizaje adaptativo basado en la
experiencia y en la modificación de rutinas, y entienden que el aprendizaje de las formas de
aprendizaje necesita de un impulso externo o programa, lo que exige saber exactamente cuándo se
requiere este impulso.
1. Método basado en el retorno sobre activos. Si la empresa compara el ratio con el dato medio
del sector y existe una diferencia positiva, se asume que esta diferencia de valor reside en los
activos intangibles. Si se multiplica esta diferencia por la media de activos físicos en un
determinado periodo, el resultado será el exceso de valor en un determinado periodo.
Dividiendo esta cantidad por el coste de capital se puede estimar el valor de los intangibles.
2. Un método muy recurrido es el que utiliza el concepto de capitalización bursátil. Si el valor de
mercado sobre el valor contable es superior, se atribuye a los activos intangibles de la
compañía. Los cálculos con este método deben tener en cuenta series históricas y el efecto
inflacción.
Un caso claro es el de algunas compañías cuyo valor de mercado supera con creces el valor de sus
activos netos, según Roos y Lissak (8). De ahí la importancia del desarrollo de nuevas herramientas y
modelos para identificar, estructurar y valorar los activos hasta ahora invisibles de las empresas,
dice la consultora KPMG y su experto en medición de capital intelectual y Director de Consultoría
de KPMG Recursos, Sabin Azúa (9).
Cuadro 36
AUMENTO PROGRESIVO DE LA DIFERENCIA ENTRE «VALOR DE
MERCADO» Y «VALOR CONTABLE»
3. Un método seguido en los últimos tiempos por la escuela del Capital Intelectual ha sido la de
medir los intangibles identificando y desagregando su composición. Una vez identificados estos
activos intangibles, se trata de medirlos a través de indicadores.
Aquí surge toda una variedad de aproximaciones que hacen de la escuela de Capital Intelectual una
escuela todavía en fase incipiente, aunque con importantes contribuciones. El intento de trabajar en
un método de medición de intangibles es bienvenido y conecta con las teorías de creación de valor
hasta fundirse. La constatación de que los «creadores de valor» empresarial no son los activos
físicos sino otros intangibles, conduce a su identificación y medición, lo que abre nuevas
perspectivas a la dirección de empresas.
¿La medición de estos activos intangibles a quién le interesa?
En primer lugar, esta medición interesa a los propios directivos, que buscan, cada día, las claves
de la ventaja competitiva, y ésta reside cada vez más en la gestión de estos intangibles que marcan la
diferencia entre empresas. La información sobre el valor de los intangibles y, todavía más
importante, sobre su evolución son aspectos clave de la nueva gestión. Algunas empresas, a
iniciativa propia, ya ofrecen esta información a nivel público como una demostración de que están
comprometidos con la mejora de estos indicadores. Zurich, Bankinter, BBVA, son ejemplos de
entidades involucradas en la medición de estos intangibles.
Las grandes firmas de auditoría y los institutos contables internacionales, AICPA (American
Institute of Certified Public Accountants), la CICA (Canadian Institute of Chartered Accountants) y la
propia OECD, están estudiando el desarrollo de modelos contables que tengan en cuenta valores
intangibles de la empresa. A nivel europeo, el proyecto MERITUM está estudiando la situación de la
medición de intangibles, para proponer cursos de acción futuros.
Los activos intangibles comprenden un abanico muy amplio, pero viene siendo aceptada una
clasificación tipo que agrupa estos activos en tres categorías:
Capital humano, referido al personal y sus capacidades, incluyendo su satisfacción y sentido de
pertenencia a la empresa.
Capital Estructural, que hace referencia a las habilidades organizativas y de innovación de la
empresa, es decir, los procesos de innovación, reflexión estratégica. En este apartado deben
incluirse las marcas, patentes y derechos de propiedad intelectual. Según Edvinsson, uno de los
pioneros en el estudio y desarrollo del concepto de Capital Intelectual, el Capital Estructural es
el conocimiento que queda en la empresa cuando se apagan las luces y los empleados se van a
casa. Son los procedimientos y todo lo que está explicitado y documentado.
Capital Relacional, es el que hace referencia a la capacidad de la organización de relacionarse
con el entorno. En este sentido destacan sobre todo los clientes, y sus índices de satisfacción,
fidelidad, servicios de apoyo. Otros activos o indicadores serían las alianzas estratégicas, la
relación con proveedores, centros tecnológicos, etc.
Los indicadores de Capital Intelectual son diferentes según los modelos, de manera que estamos
lejos de tener indicadores estandarizados para un uso común y comparable. No obstante, se trabaja
sobre la idea, cada vez más extendida entre los expertos y estudiosos, de que en un corto plazo se
podrá llegar a contar con tres niveles de indicadores: 1) unos indicadores universales; 2) una batería
amplia de indicadores sectoriales, a los que se añadirán; 3) un conjunto de indicadores propios de
cada empresa.
No debemos perder de vista que cualquier batería de indicadores de Capital Intelectual debe estar
alineada con la estrategia de la empresa. Los indicadores no se pueden seleccionar de otra manera
que no sea estableciendo relaciones con los factores de éxito y generación de valor en cada caso.
Esto significa que si se define la estrategia de la empresa y las claves del éxito para su futuro,
conviene inmediatamente «alinear» los indicadores que contribuyen a estos objetivos. De ahí que la
empresa deba seleccionar los indicadores, o construir-adaptar, aquellos que supuestamente tienen
una relación causa-efecto con el éxito buscado.
Es en este diálogo acerca de lo que son estrategias básicas, acerca de las claves del éxito y acerca
de los indicadores de Capital Intelectual, cómo se descubre dónde poner el acento en la línea de
construir competencias esenciales para la competitividad. Para los directivos de empresas que han
adoptado modelos de Capital Intelectual, el hecho de llegar a un consenso sobre cuáles son claves
del éxito —la estrategia que se va a desarrollar y los indicadores que conducen a generar valor—, es
sumamente enriquecedor, y un más que saludable ejercicio de gestión empresarial.
Siguiendo esta óptica de alinear indicadores y estrategia, presentamos aquí un abanico de posibles
indicadores seleccionados por el grupo de trabajo del Cluster del Conocimiento para las PYME que
quieran iniciarse en procesos de medición.
Los indicadores han sido seleccionados de acuerdo a criterios de validez, accesibilidad y
universalidad, sobre una larga lista de indicadores posibles. Validez es la pertinencia del indicador
respecto al concepto de capital intelectual, mientras que la accesibilidad es la facilidad de obtener
datos para calcularlo (en caso contrario se dejará de utilizar), y universalidad es la posibilidad de
que estos indicadores se obtengan de forma generalizada en cualquier tipo de empresa y sector.
Cuadro 37
PASOS PARA INICIAR PROYECTOS DE MEDICIÓN DEL CAPITAL
INTELECTUAL
PASOS A DAR
Relacionar los factores críticos de éxito en un negocio con la estrategia y la
adopción de indicadores de capital intelectual.
Decidir cómo encajan los indicadores con otros enfoques de gestión.
Establecer un cuadro de partida de indicadores.
Seleccionar.
Decidir sobre si es posible y oportuno publicar estos indicadores en la
memoria de la empresa.
2. ESTABLECER UNA PARRILLA DE INDICADORES*
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Aramburu, N.: Un estudio del aprendizaje organizativo desde la perspectiva del cambio:
Implicaciones estratégicas y organizativas, Tesis doctoral, Universidad de Deusto, ESTE, San
Sebastián (2000).
2. Dodgson: Technology strategy and the firm: Management and public policy, Longman,
Londres (1989).
3. Nonaka, I., y Takeuchi, H.: The knowledge creating company, Oxford University Press (1995).
4. Bueno, E.: Gestión del conocimiento, aprendizaje y capital intelectual, en Club Intelect,
Boletín de Información, Madrid (1999).
5. Davenport, T., y Prusak, L.: Working knowledge, Cambridge, MA. Harvard University Press
(1998).
6. Senge, P. M.: The fifh discipline: The age and practice of the learning organization, Century
Business, Londres (1990).
7. Edmonson, A., y Moingeon, B.: From organizational learning to the learning organization,
Management Learning (1998).
8. Ross, J., y Lissack, M.: The next common sense, Nicholas Brealey Publishing, Londres (1999).
9. Azúa, S.: La capacidad de aprendizaje de las organizaciones, Hacia la Empresa del
Conocimiento I, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1997).
10. Arrieta, Olatz y otros: El ABC Capital Intelectual para PYMEs, Custer del Conocimiento, Ed.
PMP, Bilbao (2000).
11. Brooking, A.: Intellectual capital, Thompson Business Press (1996).
CONOCIMIENTO Y ECONOMÍA
El conocimiento apenas si fue considerado en sus modelos por los economistas clásicos. Fue
Alfred Marshal (1) quien señaló la importancia del conocimiento en la esfera económica, señalando
que es el conocimiento en gestión el más poderoso motor de la producción. Sin embargo, los
economistas neoclásicos consideraron el conocimiento como fijo y estable, de manera que en
condiciones de mercado transparente todas las empresas tienen disponible el mismo conocimiento
para maximizar el beneficio.
La escuela austríaca, representada sobre todo por Shumpeter (2) y Fredrick Hayek (3), fue la que
puso mayor atención al conocimiento en los asuntos económicos. En contraste con los economistas
neoclásicos, estudiaron las dinámicas de cambio basados en el conocimiento de cada individuo.
Hayek clasificó el conocimiento en tres categorías: científico, reglas generales y circunstancial o de
las situaciones concretas. Shumpeter desarrolló la teoría del cambio económico, un modelo dinámico
y evolucionario de desarrollo, señalando que la combinación y fusión de conocimientos técnicos es
la que produce nuevos productos, nuevos procesos, nuevos materiales y nuevos esquemas
organizativos.
Edith Penrose (4) fue el pionero de la idea de la empresa individual como una suma de recursos
materiales y humanos. De la correcta administración de estos recursos depende el éxito de la
empresa. Para Penrose el proceso de planificación estratégica es un determinante central en el
crecimiento de las empresas, enfatizando la importancia de la experiencia y el conocimiento
acumulado como decisivo en la continuidad de la empresa.
Nelson y Winter (5) son los más genuinos representantes de la innovación como una mutación
aplicada a las rutinas empresariales, que es la forma en que el conocimiento en gestión se va
concretando. Estos autores desarrollan el concepto de «trayectoria tecnológica» como un desarrollo
en una dirección dentro de un determinado «régimen tecnológico», definido en general como una
serie de creencias acerca de lo que es factible y posible realizar según las limitaciones o
«imperativos» tecnológicos.
En general, los economistas han centrado su interés en el conocimiento en gestión o tecnológico,
pero lo han tratado como algo estático, y generalmente han olvidado al sujeto que posee el
conocimiento, lo que ha etiquetado estas tendencias como de aproximación científica. Existe en
contraste otro grupo de teorías más orientadas hacia el aspecto humanístico de las organizaciones,
que proviene no tanto de economistas como de investigadores en el campo del «management», más
interesados en la construcción de «prácticas de gestión» que en la orientación económica hacia los
modelos abstractos.
CONOCIMIENTO Y GESTIÓN
Dentro del plano de investigación en gestión, la línea más científica está representada por Taylor y
Simon, mientras la línea más humanista nace fundamentalmente con Mayo.
Taylor (6) sentó las bases de la gestión científica, prescribiendo métodos científicos para
incrementar la productividad. Los métodos son responsabilidad de los directivos, mientras que los
«trabajadores» trabajan dentro de estos métodos. Los directivos de la gestión taylorista deben
reducir todo a procedimientos. Henry Ford llevó la teoría al extremo y estableció los principios de la
cadena de producción en masa.
La rápida difusión de estos principios obtuvo réplica en los trabajos de Elton Mayo (7), donde los
factores humanos, tales como la motivación, el sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, fueron
rescatados como factores que incrementan la productividad de las organizaciones. Basado en una
serie de experimentos, Mayo desarrolló la teoría de las relaciones humanas y de la mejora
continua. Sus teorías fueron poco a poco integradas en el pensamiento dominante. Barnard (8)
enfatizó la importancia del comportamiento en la gestión. La esencia es la organización que hace que
actores que tienen intereses diferentes funcionen como un sistema de cooperación, responsabilidad
que descansa en los directivos de la empresa. Simon, construyendo sobre los principios de Barnard,
planteó la empresa como una gran máquina que procesa información, y argumentó que los principios
organizativos en realidad se basan en las formas y modelos mentales de los humanos para resolver
problemas. De estos autores nació una fuerte corriente de pensamiento agrupada bajo el nombre de
Teorías de la Organización.
Más recientemente, en los años 80, nació una corriente de trabajo basada en la racionalización de
la decisión estratégica. Esta corriente ha sido muy popular en los últimos tiempos y tiene ejemplos en
modelos y herramientas muy divulgados en el mundo de la gestión, tales como los modelos de ciclo
de vida, la curva de la experiencia y las conocidas matrices del Boston Consulting Group, así como
las diferentes versiones del Portafolio de Productos. El cenit de este movimiento lo alcanzaron las
propuestas de Michael Porter con sus modelos de ventaja competitiva y su propuesta de las cinco
fuerzas competitivas para establecer el posicionamiento de la empresa, la cadena de valor, que son
auténticos clásicos en la literatura de la gestión. Estas teorías ponen el énfasis en un modelo de
decisión de arriba abajo basado en sistemas lógicos y analíticos relacionados con el entorno más que
con las capacidades internas, u otros aspectos tales como valores y cultura de la organización.
Esta exclusión produce, como sucede con mucha frecuencia, un movimiento contrario, donde se
enfatiza la cultura empresarial. Autores como Peters and Waterman (9) y Shein (10), representan
adecuadamente esta corriente de contraposición a la llamada «estrategia científica».
También se producen en medio de estas dos corrientes algunos intentos de síntesis, que tendrían
importantes representantes con Peter Drucker y su Sociedad del Conocimiento, donde enfatiza la
importancia de la renovación de las organizaciones y la autotransformación. Esta transformación
constante es lo que se produce a través del llamado «aprendizaje organizacional», campo este que
trabajan especialmente Argyris y Shön (11) con sus modelos de aprendizaje. Siguiendo esta tradición,
Peter Senge populariza estos términos con su libro La quinta disciplina, que contempla el «análisis
sistémico» como el modo de integrar intuición y razón. Una organización que aprende es un espacio
donde las personas descubren cómo crear nuevas realidades y sobre todo aprenden acerca del propio
proceso de aprendizaje.
Las organizaciones crean nuevo conocimiento reinventándose a sí mismas, reconstruyendo
constantemente las premisas de partida y los esquemas organizativos establecidos.
El cambio constante lleva a los teóricos a formular la idea de que es necesario ayudar a las
empresas a ser flexibles, lo que vuelve la vista hacia las competencias básicas y a las habilidades de
todo tipo como fuente de ventaja competitiva. Esta fuerte corriente de pensamiento es opuesta en
alguna medida a la de la «estrategia científica» representada por las matrices y modelos de Porter, en
la medida en que pone el énfasis en las capacidades internas y no en el análisis del entorno, que de
todas maneras cambia rápidamente. La competitividad es una guerra en movimiento, y la esencia no
es la estructura de la empresa sino su dinámica y comportamiento. Los términos competencias,
capacidades y habilidades son muy resbaladizos, de manera que algunos ponen el acento en
capacidades tecnológicas y productivas, como Prahalad y Hamel (12), mientras otros se centran en los
procesos.
Dentro de esta visión basada en los «recursos internos», recientemente se ha planteado que el
conocimiento es la única fuente de ventaja competitiva. Por ello se ha desatado una importante
literatura al respecto que trata de desarrollar la idea de gestionar el conocimiento. Nonaka puede ser
considerado uno de los autores clave en este desarrollo, aunque este autor pone todo el acento en la
línea de la creación de conocimiento como dinámica organizacional más que en cualquier tipo de
procesamiento de información.
La gestión del conocimiento y su creación da lugar a importantes corrientes de trabajo en el campo
de los recursos humanos, las tecnologías de la información que facilitan el intercambio de
conocimientos y la medición de los activos intangibles de la empresa. Estas líneas de trabajo todavía
son dispersas, aunque todas utilizan el término ya popularizado de gestión del conocimiento, aunque
a nuestro entender todavía existe pendiente mucho trabajo de investigación y experimentación.
CREACIÓN DE CONOCIMIENTO
La pregunta elemental con respecto al conocimiento es, ¿para qué? La respuesta es una respuesta
dinámica, ya que lo que importa en una gestión avanzada es establecer las condiciones para crear
conocimiento e innovar en todos los aspectos de la empresa.
La creación de conocimiento es la expresión usada por Nonaka y Takeuchi, que no usan,
significativamente, la expresión «gestión del conocimiento». Bajo esta denominación se trata de
explicar que el conocimiento no se puede gestionar en términos convencionales, pero lo que sí es
posible es trabajar en la dinámica organizacional que permite la interacción y conversión de
conocimientos individuales para alcanzar innovaciones. Se trata de ver, desde una postura dinámica,
lo que voy aprendiendo, frente a una posición de inventariar lo que conozco. Y desde luego es una
respuesta que enfatiza el clima de interacción y de intercambio de conocimientos sobre otros
aspectos menos decisivos, como la gestión que controla los flujos de conocimiento.
El conocimiento, como ya hemos hecho mención anteriormente, no es sólo racional, sino que
incluye ideales, valores, emociones, imágenes y símbolos. Es una mezcla de razón y emoción, de lo
que se puede explicitar y de lo que permanece tácito, de lo que se sabe que se sabe y también de lo
que no se sabe que se sabe y que surge por interacción enfrentándose a los retos de la
competitividad. En todo caso, es una creación directamente ligada a la aplicación, para obtener
ventaja competitiva. El eje central de la creación de conocimientos es la interacción individuo-
grupo, y un intercambio de conocimientos tácitos y explícitos, hasta crear una espiral que permite la
innovación. El conocimiento tácito es la base del conocimiento y la que crea la principal dinámica de
innovación. Cuadro 38.
Esta espiral de intercambio, que pasa del individuo al grupo, y de éste a toda la organización, es la
que produce la innovación, a la larga, a través de la creación de nuevos conocimientos. Para
gestionar este proceso se destacan algunos aspectos muy novedosos en relación a la gestión
empresarial convencional. Dice Philip Boysiere (13):
La creación de conocimiento es un proceso de intercambio de conocimientos, y es importante
crear espacios y tiempo para compartirlos.
Cuadro 38
PROCESO DE CREACIÓN DE CONOCIMIENTO
Estas son palabras mayores para los directivos clásicos, sobre todo si pertenecen a una
organización que descansa su cultura principalmente en los procedimientos. La organización basada
en la autonomía de las personas es muy difícil de asimilar en culturas que dividen el trabajo al límite,
controlan su ejecución, tratan las excepciones (aquello que se sale del procedimiento) en las
instancias jerárquicas superiores (sólo el superior trata la excepción), y sobre todo consideran a la
empresa una máquina basada en procedimientos repetitivos. La excepción es un problema para la
empresa mecánica; para la empresa del conocimiento es una oportunidad.
Las organizaciones tradicionales fracasan cuando las excepciones son muchas. Hoy en día la
excepción es la regla y ya nada permite pensar en producciones o servicios que no estén
prácticamente hechos a medida de la necesidad de cada cliente. A ello hay que añadir cambios
tecnológicos rápidos, y respuestas de competidores y nuevos entrantes, de manera que, en muchos
sectores, la dinámica de cambio es tal que la organización no preparada para percibirlos, asimilarlos
y responder de forma integrada, se mantendrá, si se mantiene, en una continua crisis. Pero para los
apóstoles de la organización caótica, en el extremo opuesto, la paradoja, surge cuando se comprueba
que la organización procedimentada es la más eficaz en la ejecución de las actividades rutinarias.
¿Cómo dotar a una empresa de la productividad de las actividades y productos actuales, mientras
se piensa y se preparan las estrategias y productos del futuro?
La clave está en combinar las dos fortalezas, la fortaleza del método y del sistema, junto con la
posibilidad de aprender a mejorarlo, pero sobre todo, en los tiempos actuales, aprender a cambiarlo.
Sin embargo, en la práctica de la gestión empresarial, mientras que la mejora de la productividad ha
contado con mucha dedicación de expertos e investigadores, la innovación está en el territorio de lo
anecdótico, lejos de constituir un cuerpo disciplinar con principios de gestión aceptados, Hamel (14).
Cuadro 39
INVENTANDO LA ORGANIZACIÓN DEL SIGLO XXI
en un todo coherente, y volver de forma adaptativa y constante a recorrer este bucle, que por otra
parte se bifurca y se disipa. Se trata de trabajar sobre un sistema de interacciones y autonomías
alejadas del modelo causa-efecto convencional, y donde las partes son el todo, y el todo no es
necesariamente la suma de las partes.
Los seis errores del pasado, según estos autores, son:
Creer que las empresas están en un campo de batalla donde vences o pierdes. Sin embargo, y
como dice Luc Hoebeke (16), hoy el problema es la captura de oportunidades a tiempo, no la
derrota del contricante.
Ver la empresa como una máquina donde todo está previsto desde arriba, suponiendo que las
entidades y colectivos no son capaces de autoorganizarse.
Practicar la gestión como un control. Esto supone un despilfarro de recursos para comprobar el
cumplimiento de lo previsto/ordenado.
Tratar a los empleados como personas poco maduras que no saben interpretar lo que les
conviene a ellos mismos y lo que conviene a la empresa.
Usar el miedo para motivar.
Mantener la idea de que los cambios siempre son un problema.
Nuestra percepción y experiencia es que, sin embargo, es desde el mundo empresarial donde están
surgiendo modelos organizativos que buscan la productividad y la adaptación a través de compartir y
generar nuevos conocimientos. Sería igualmente saludable que las instituciones de todo tipo
repiensen su forma de ser haciendo del trabajo un lugar para que el desarrollo personal no quede
aparcado.
Alfonso Vázquez (17) recoge empresas que han realizado transformaciones decisivas en su gestión,
una revolución conceptual y organizativa, dice Julián Arrillaga*, de largo alcance.
Los casos del Cluster del Conocimiento han tratado como primer objetivo cubrir el importante
déficit que existe en la formación en gestión empresarial respecto al uso de casos, y además hacerlo
contribuyendo con unos casos de empresas cercanas. La idea de seleccionar empresas de éxito social
(creación de empleo) y económico (facturación, estableciendo un eje temático, de gestión, como
primera explicación de este éxito) ha permitido a los autores encontrar rasgos de gestión avanzada
que poco a poco dibujan una nueva empresa.
Ahora debemos cambiar nuestra posición de observadores preparando nuestra mente para lo nuevo
y tratar de extraer de estas empresas factores comunes de éxito. Algunos factores estarán
relacionados con los ya clásicos factores externos, o con aciertos concretos en una adquisición
tecnológica, una fusión, una inversión o la captura de un cliente, pero si miramos un poco más allá
empezaremos a ver nuevos ingredientes de la forma de hacer gestión, con un vocabulario diferente
que contiene términos como confianza, respeto, metas comunes, armonía, excelencia, perspectiva y
acción.
Kodama, del estudio de empresas japonesas, también obtiene conclusiones acerca de nuevos
modelos mentales sobre la innovación. Es francamente interesante observar cómo este autor enfatiza
que las empresas japonesas, muchas occidentales también, ya no son tanto empresas de fabricación,
sino creadoras de conocimiento, incluso últimamente invierten más en generar conocimiento que en
adquirir tecnologías, máquinas o activos físicos. ¿Qué es lo que realmente crea valor en la
producción de elementos de transporte, o estructuras metálicas, o latas de conserva? ¿Qué parte o
qué de su empresa salvaría Vd. de un incendio para sobrevivir? ¿Las naves, las máquinas de forja,
los ordenadores del departamento de diseño, …?
Las dimensiones del nuevo modo de innovación son seis, según Kodama (19):
1. De la fabricación a la creación de conocimiento. Las inversiones en I+D superan en muchas
empresas las inversiones de fabricación.
2. Diversificación de negocios, en la que los japoneses han sido maestros. Del desarrollo
secuencial se pasó hace mucho tiempo a la ingeniería concurrente y de aquí a la espiral de
desarrollo de productos. El desarrollo de producto se hace en paralelo con la inversión en
producción, se entra en mercados emergentes y se desarrolla el producto en paralelo al
crecimiento del mercado. Por ejemplo, el desarrollo de la fibra de carbono entró por los
productos deportivos, para luego pasar a sectores de alta tecnología, como el aeronáutico. Lo
mismo sucedió con las pantallas de cristal líquido, que inicialmente se utilizaban en relojes
digitales (muy pequeña superficie de pantalla) y ahora están fuertemente introducidas en el
mundo de las pantallas para PCs portátiles.
3. Competitividad y productividad de la I+D, lo que exige sofisticados métodos de interacción y
de asignación de recursos. No sirve la regla de cuanto más mejor.
4. Desarrollo de productos de acuerdo a la articulación de la demanda, lo que significa convertir
vagos deseos de los consumidores en un mercado atractivo.
5. Fusión de diferentes tecnologías como principio de actuación, más que rupturas tecnológicas en
un campo determinado.
6. Una importante aceptación social de la nueva tecnología.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Marshal, A.: Principles of economics, McMillan, Londres (1965).
2. Shumpeter, J. A.: The theory of economic development, Harvard University Press, Cambridge
MA (1951).
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núm. 6 (1982).
6. Taylor, F. W.: The principles of scientific management, Harper and Brothers, N. Y. (1911).
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8. Barnard, C. I.: The functions of the executive, Harvard University Prees, Cambridge MA
(1938).
9. Peters, T., y Waterman, R. H.: In search of excelence, Harper & Row, N. Y. (1982).
10. Shein, E. H.: Organizational culture and leadership, CA; Jossey Bass, San Francisco (1985).
11. Argyris, C., y Shon, D. A.: Organizational learning, Addison-Wesley, Reading MA (1978).
12. Prahaland, C. K., y Hamel, G.: The core competence of the corporation, Harvard Business
Review, mayo-junio (1990).
13. Boysiere, P.: «Fusión y difusión de las esferas de conocimiento en el ámbito regional», en Las
sociedades del conocimiento, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1999).
14. Hamel, G.: Leading the revolution, Harvard University School Press, Boston, MA (2000).
15. Roos, J., y Lissak, M.: The next common sense, Nicholas Brealey Publishing, Londres (1999).
16. Hoebeke, L.: Hacia la democratización de la empresa como reto del siglo XXI, Hacia la
Empresa del Conocimiento I, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1997).
17. Vázquez, A.: Retando al futuro: Un modelo de transformación empresarial, Díaz de Santos,
Madrid (2001).
18. Quinn, J. B.; Baruch, J., y Zien, A. Z.: Innovation explotion, Free Press, N. Y. (1997).
19. Kodama, F.: Emerging patterns of innovation, Harvard Business School Press, Boston, MA
(1995).
Para lograr que los trabajadores del conocimiento sean más productivos hacen
falta cambios en las actitudes básicas, mientras que para conseguir que los
trabajadores manuales sean más productivos únicamente hace falta decirles
cómo hacer el trabajo.
En general, tendremos que volver a definir el propósito de la organización
empleadora.
* Drucker, Peter F.: «La productividad del trabajador del conocimiento: máximo
desafío». Harvard Deusto Business Review, sep/oct. 2000.
EL TRABAJO BASADO EN EL CONOCIMIENTO
Para gestionar el trabajo basado en el conocimiento aparecen importantes obstáculos a salvar, y
desde una posición reflexiva es imprescindible analizar en profundidad las relaciones laborales que
se establecen en una empresa que reclama el conocimiento de todas las personas.
Desde el punto de vista de las relaciones laborales, Joel Cutcher (2) señaló que si se analizan y se
trata de entender cómo se crea conocimiento y cómo éste se utiliza para satisfacer necesidades, se
van a remover las raíces de las relaciones de trabajo establecidas en la cultura industrial. Cambiarán
de forma significativa las relaciones que han sido manejadas, y aceptadas universalmente durante
mucho tiempo.
Basta pensar en una organización donde se considera que todos los empleados tienen habilidades,
competencias y, sobre todo, autonomía para trasladar a su trabajo diario sus conocimientos, dentro de
la visión y objetivos de la empresa. Esto exige, a nivel organizativo, la creación de nuevos vehículos
para lograr la participación del empleado, no como una técnica de recursos humanos, sino
incorporando realmente la voz de los empleados a las decisiones y articulando un nuevo «contrato
social» que involucre a trabajador y empresa en una serie de mutuas obligaciones, mucho más allá
del intercambio de trabajo físico y tiempo por salario.
Idealmente, las personas no trabajarán ya tanto físicamente, y ahora su tiempo de trabajo incluye
que se dedica a mejorarlo, además de intervenir en los procesos en los que se inscribe este puesto de
trabajo. El conocimiento es la nueva fuerza que permite mejorar y adaptar el trabajo individual,
canalizando los esfuerzos en relación a los objetivos de la empresa. Los individuos crean para
mejorar flujos de intercambio de información y conocimiento acerca de lo que funciona mejor y es
más productivo.
Según Cutcher, rápidamente aparecen una serie de conflictos en las organizaciones de corte
industrial clásico que, sin cambiar las raíces, trata de incorporar el comportamiento de los
trabajadores del conocimiento a su actividad diaria y a su gestión (Cuadro 41).
Joel Cutcher y otros autores apuestan claramente por unas relaciones de trabajo estables frente a la
precariedad de los contratos. Las empresas de trabajo basado en el conocimiento «deben garantizar
la seguridad en el trabajo» y establecer relaciones estables con sus empleados. Esta seguridad debe
ser basada en un contrato de intercambio recíproco de confianza. Sólo una relación a largo plazo,
basada en un nuevo contrato social, permite la perspectiva, el crecimiento personal, la distribución
justa de beneficios y el aprovechamiento de nuevas oportunidades para empresa y empleado.
Idealmente, en una relación estable es más fácil hablar de trabajadores del conocimiento. En este
clima los individuos comparten con la empresa todo lo que saben, lo intercambian con otros
compañeros para mejorar individualmente y contribuir a los objetivos de la empresa con los que se
sienten plenamente identificados. La selección y planificación de personal persigue este tipo de
perfiles colaboradores, a la vez que se preocupa por el desarrollo del individuo a través de la
formación y prácticas de aprendizaje. Las firmas basadas en el conocimiento que desean establecer
este tipo de relaciones no pueden pensar sino en las relaciones a largo plazo, de otro modo no existe
espacio para esta manera de entender la relación laboral. Si «la empresa invierte en las personas»,
se establecen nuevas relaciones empleador-empleado y se produce una revitalización del trabajo y
de las relaciones en el mismo. La función de recursos humanos pasa de ser un mero filtro de
selección a ser el nexo de aprendizaje, motivación y creatividad.
Cuadro 41
CONFLICTOS EN LA TRANSICIÓN DE UNA ORGANIZACIÓN CLÁSICA A
UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL CONOCIMIENTO
PARTICIPACIÓN DE TRABAJADORES
La participación de trabajadores en la empresa pasa a ser un requisito en la empresa del
conocimiento. Un grupo de trabajo del Cluster del Conocimiento ha elaborado una parrilla que
explica cómo la participación de los trabajadores se establece en distintos niveles,
independientemente de la forma jurídica de la empresa. No importa si estamos hablando de
sociedades anónimas, cooperativas, sociedades anónimas laborales o de otro tipo; desde la mejora
del propio puesto de trabajo, a la participación en la gestión, a la autonomía plena, existen diferentes
comportamientos a través de los cuales se puede graduar el grado de participación de los
trabajadores en la empresa.
Las implicaciones del trabajo de investigación de Cutcher son muy importantes para los directivos
y para su faceta de liderazgo, ya que deben pensar en mejorar las habilidades del grupo y no
exclusivamente las propias, como ha sucedido hasta ahora. Estas implicaciones son resumidas en el
Cuadro 42.
Cuadro 42
DIRECTIVOS Y TRABAJO BASADO EN EL CONOCIMIENTO
Los directivos deben crear sistemas organizativos para transferir e
intercambiar conocimiento. Los ingredientes de estos sistemas deben
enfatizar la lealtad, el aprendizaje, la confianza y otros aspectos intangibles.
Todos los miembros de la empresa generan conocimiento, y esto hace que
deba existir autonomía y confianza para que las personas mejoren su trabajo
y las situaciones que lo rodean. Confianza e interdependencia basada en
experiencia y objetivos compartidos.
Dar poder e influencia a todas las instancias y no sólo a la relación
jerárquica y de posición funcional.
Cuadro 43
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO
CAPITAL HUMANO
COMUNIDADES VIRTUALES
Una de las palabras mágicas dentro de las organizaciones será «comunidad virtual». El concepto
puede extenderse a ámbitos de colaboración entre empresas, como luego veremos. Una comunidad es
una red, es la colaboración voluntaria de personas alrededor de un determinado tema o problema.
Las comunidades de interés son la estructura que permite el intercambio de conocimiento entre
distintas personas para, de forma natural, establecer vínculos que llevan a la colaboración, la
solución de problemas y la generación de conocimiento. Por ejemplo, una comunidad virtual se
puede establecer entre todos los técnicos de un determinado servicio post-venta en una empresa. A
primera vista, si se comparten conocimientos los beneficios serán muy visibles.
Estas comunidades deben ser consideradas organismos vivos, como unidades con capacidad de
decisión y autonomía. Muchas veces los intentos de construirlas desde arriba o controlarlas son la
principal causa de su fracaso. Es necesario que la comunidad sea primero comunidad y luego virtual;
no por tener disponible la tecnología se va a lograr crear una comunidad. Muchos intentos son tan
vanos como regar repetidamente una planta para que crezca antes de su tiempo.
Como ya se ha dicho, el principal problema radica precisamente en la sencillez tecnológica con la
que se construye hoy en día una red olvidando lo complejo, que es construir una comunidad. Y
además otra de las posibilidades de desviar el tiro y fracasar es poner el acento en el contenido
(información) y no en el intercambio (conexión). Existen algunas experiencias en empresas que, a
través de intranets, han construido redes de información (muchas veces sobreinformación) con
depósitos de datos y contenidos, con conexiones y automatización de procesos, pero que cuando
echamos una mirada detenida nos indica que están a años luz de lo que significa construir una
comunidad de intercambio de conocimiento. Son depósitos de información pero las personas no se
conectan.
Y es que la tentación que nos lleva por la vía del almacenamiento de información es cuando
miramos hacia atrás y no hacia el futuro. Cuando las empresas pretenden digitalizar todo lo que saben
centrándose en el pasado, nacen los depósitos de información, frente a una aproximación más
práctica e inteligente, que es almacenar lecciones aprendidas del presente y compartirlas para
usarlas en el futuro, que son la base de las comunidades virtuales. Otro obstáculo, y muy importante,
es la tentación de la dirección del control, siempre presente, tratando de construir una red
jerarquizada donde existen centros o lugares de paso, con el pretexto de validar lo que se introduce
en la red. Si los miembros de la comunidad entienden que se pretende algo en este sentido, no
contribuirán. Lo que importa a un miembro de una comunidad virtual es la reciprocidad, y por ello es
más importante realmente la conexión más que el lugar por donde pasan las informaciones.
Lo que realmente debemos aprender en estas experiencias de creación de comunidades es ver qué
motiva a las personas a compartir conocimiento, qué obstaculiza esta pretensión, cómo es posible
generar tráfico en la red, cómo se formaliza conocimiento, qué tecnologías ayudan a explicitarlo, qué
tecnologías nos ayudan al intercambio de conocimiento (realidad virtual, sistemas de distribución
inteligente, data mining, multimedia), y también qué métricas podemos usar para medir y saber que
la red funciona.
El Cluster del Conocimiento inició una experiencia de creación de una red de intercambio de
conocimientos, en este caso entre distintas organizaciones. En la experiencia participaron distintas
entidades que pretenden intercambiar conocimiento en distintos campos. Estas entidades son
organizaciones representativas en la Comunidad Autónoma del País Vasco, comprometidas con la
mejora de la competitividad a través de la Gestión de Conocimiento, e interesadas en aprender
conjuntamente (Cuadro 44).
Cuadro 44
RED ESTRUCTURADA DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO. RETEL
Las personas respecto a los asuntos tienen distinto grado de habilidad y ésta crece en relación al
dominio del contexto no del asunto central.
Un principiante es alguien que sigue al pie de la letra las reglas.
Un veterano o principiante avanzado es aquel que sabe modificar las reglas respecto al
contexto.
El competente es aquel que tiene una comprensión global de las reglas, sabiendo en esencia lo
que pretenden.
El avanzado es aquella persona que hace conjeturas y comparaciones con otras situaciones
similares y traslada cursos de acción anteriores a estas situaciones nuevas. Maneja un instinto
basado en circunstancias anteriores pero no necesariamente iguales.
El experto no es consciente de seguir reglas, pero las ejecuta de forma fácil y sin esfuerzo. Hace
que las cosas funcionen que, es mucho más que seguir reglas, o solucionar problemas, o que
siquiera tomar decisiones.
Por encima de los títulos otorgados, un experto es aquel que, como dice muy ilustrativamente
Gasalla*, pasa por los siguientes estadios: De inconscientemente incompetente a conscientemente
incompetente, para luego ser conscientemente competente y terminar siendo un experto o, lo que es lo
mismo, inconscientemente competente.
Los expertos con mayúsculas, los verdaderos, los que tienen madera de líderes, no tienen reparos
en intercambiar información en las comunidades de interés, porque saben que el poder no está en
guardar el conocimiento sino en compartirlo. El verdadero compromiso del experto-líder es ayudar a
otros, de manera que tiene una natural inclinación a ayudar a otros. Quizás cuando esto sucede es
cuando entramos en el llamado liderazgo facilitador, los verdaderos líderes, que en la definición más
simple, pero más contundente, dice que líder es aquél que tiene seguidores. Los expertos-líderes dan
la bienvenida a los novatos en sus grupos de trabajo, porque tienen los «ojos limpios» y su interés, si
es real, provoca cuestiones interesantes, a veces tan simples que ponen el dedo en la llaga de los
asuntos y problemas. Los no expertos traen consigo nuevas informaciones acerca del contexto, lo que
evita el ensimismamiento y pueden iniciar diálogos cooperativos.
De nada sirve contar con expertos si el diálogo no se establece en términos de colaboración. Es
muy importante distinguir los expertos-líderes de los expertos «endiosados», porque en la gestión del
conocimiento se trata de despertar el potencial intelectual y creativo de todas las personas, no de
rendir pleitesía a los expertos y talentos. Siguiendo esta disquisición rápidamente nos damos cuenta
de que no se trata de gestionar un grupo de personas muy inteligentes o muy expertas. Imagínese un
equipo de fútbol lleno de figuras. No se trata tanto de gestionar grandes caudales de talento, no se
trata de gestionar talento, sino de compartir conocimientos, de manera que se conecten «los que
saben con los que necesitan saber, siempre y cuando los primeros estén dispuestos a desaprender y
los segundos a aprender». Los que saben se darán cuenta, quizás antes que los demás, de lo que no
saben, y los que no saben, de que pueden aportar más de lo que creían. Para empezar aportarán su
curiosidad.
Lo que importa realmente no es que hagamos clasificaciones de las personas. No importan tanto
los individuos como los equipos y el papel que los individuos juegan en los mismos. Destapando la
creatividad podemos hacer crecer de forma exponencial la empresa.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Miller, R.: Por qué medir el capital humano, Hacia la Empresa del Conocimiento I, Cluster del
Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao (1999).
2. Cutcher-Gershenfeld, J.: Trabajo impulsado por el conocimiento: los frágiles cimientos de la
economía global, Hacia la Empresa del Conocimiento I, Cluster del Conocimiento, Ed. PMP, Bilbao
(1999).
Jose María Gasalla en la Conferencia de presentación del Informe: ABC del Capital Intelectual para
PYMEs, Palacio Miramar, mayo 2000, Donostia.
8
¿Hasta dónde ha llegado la Gestión del
Conocimiento?
Estos resultados parecen estar lejos de la etapa de profesionalización que llegaría segun Javier
Carrillo de la mano de una comunidad de practicantes, investigadores y académicos alrededor de la
GC. Asociaciones, cursos estandarizados, sistema competencial de los Gestores de Conocimiento,
servicios profesionales, revistas especializadas serían los aspectos visibles de esta
profesionalización.
La fase de consolidación sería, como su nombre indica, la culminación del movimiento como una
teoría de la firma explicando la creación de valor basada en el conocimiento, que sería seguida de un
reconocimiento – legitimación de la comunidad profesional que habría venido naciendo y creciendo
en la etapa de profesionalización. Teniendo en cuenta estas incógnitas y fases, los escenarios
posibles serían o bien la desaparición progresiva del fenómeno, frente a otra hipótesis más optimista
como la institucionalización o la llamada fase de trascendencia que vendría a significar la
contribución de la Gestión del Conocimiento a la posibilidad de alcanzar organizaciones sostenibles,
promoviendo la coevolución y creando organizaciones alineadas a su identidad y sistema de valores
propios.
1. La tentación de simplificar y desde una perspectiva superficial llamar GC a cualquier parte del
conjunto, bien sea una técnica de Recursos Humanos, bien una herramientas informática, bien
una determinada actuación en un proceso, estrategia, o actividad.
2. Debe dialogar con otras disciplinas que están buscando igualmente una alternativa a los
modelos convencionales de organización y gestión, y adquirir con estos nuevos amigos una
proyección en el tiempo que permitan la construcción de un cuerpo teórico y práctico propio.
Los falsos amigos del conocimiento son todas aquellas técnicas relacionadas con el uso intuitivo
de llamativas etiquetas que tratan de representar una parte de lo que estamos tratando de dilucidar.
Pero esta representación es falsa en la medida en que la GC que queremos alcanzar es un todo
integrado, no una miscelánea de técnicas tradicionales agrupadas en torno a un nuevo nombre. Si la
composición final solo es la suma de técnicas no habremos alcanzado la trascendencia que libera
toda la energía del concepto.
Así comprobamos que en el mundo del management y sin cambiar el viejo sistema técnico, se han
incorporado al acerbo de técnicas y herramientas, una importante cantidad de aproximaciones
conceptuales como la inteligencia emocional, las competencias conversacionales, la gestión del
talento, la gestión por competencias, el aprendizaje en el puesto de trabajo, gestión del
desempeño, gestión de equipos de alto rendimiento, compensaciones etc, que se han unido a un
amplio abanico de modelos más clásicos de los RR HH, tales como delegación, motivación,
negociación, clima de trabajo, comunicación, valores, dirección de reuniones, formación,
creatividad, liderazgo, desarrollo directivo, etc.
La cuestión es que no salimos de una dialéctica entre sistema técnico y sistema sociológico y nos
encerramos en un ciclo recurrente donde ponemos primero organización y luego a los individuos, en
la mayoría de los casos, o viceversa. Nuestra propuesta es integradora y trata de fundir las visiones
microeconómica y microsociológica de las organizaciones.
La gran pregunta nueva es cómo convertimos el talento individual, cualquier talento, en
inteligencia colectiva, algo que parece no es simplemente acumular talento o distribuir información.
Parece que necesitaremos algo más.
Lo peor para la GC es colocarla en una lucha dialéctica entre los recursos humanos y la
tecnología. Mejor dicho, lo peor es cómo, en un juicio salomónico, hacerla perder todo su sentido
dividiéndola como hace actualmente el modelo EFQM* entre los criterios Personas y Recursos. De
alguna manera la GC está desvirtuada en el modelo EFQM porque tener dedicados muchos sistemas
informáticos, y tener muchas actividades relacionadas con la formación y capacitación individual,
son solo ingredientes del modelo general, pero no dicen nada de la arquitectura que convierte
capacidad individual en respuesta colectiva, tal como veremos en nuestro modelo.
La aportación del modelo que aquí presentamos es precisamente convertir talento individual en
inteligencia colectiva, algo que las organizaciones pocas veces consiguen.
Para ir construyendo un dominio propio la GC necesita nuevos compañeros de viaje como la
Economía Evolutiva que también lleva tiempo buscando su consolidación y trascendencia. La
descripción evolutiva de los fenómenos económicos en función de las situaciones de cambio,
sistemas e innovación, es una escuela de pensamiento que parece absolutamente complementaria a
nuestras intenciones y que se sitúa en el cruce de caminos entre la economía, la sociología y las
ciencias de la complejidad, buscando igualmente jugar un rol integrador entre los estudios
tecnológicos, de innovación y comunitarios.
La economía evolutiva trata, no de reemplazar lo teoría económica existente, sino de construir
puentes entre las perspectivas micro y macroeconómicas, ligando los aspectos técnicos con la
sociología, antropología y sicología, mientras busca modelizar. Su futuro pasa por demostrar que los
modelos económicos standard sólo son un caso particular dentro del marco evolutivo en palabras de
Nelson y Winter(10). En este sentido aparece el concepto de capacidades dinámicas como una
extensión de la teoría de los recursos, donde desde un plano microeconómico, estas capacidades
dinámicas se convierten en el recurso por excelencia en la medida en que esta es una megacapacidad:
la capacidad de cambiar y adaptarse.
Existe la oportunidad histórica de construir en la intersección de la microsociología y la
microeconomía, aproximando acción y reflexión, recuperando la importancia de la teoría de las
organizaciones. La teoría de la organización ha sido olvidada por la abrumadora utilización y
popularidad de la estrategia científica del posicionamiento. Esta estrategia tiene su base en los
trabajos de Porter(11) que siguió al pie de la letra la máxima de Chandler(12) «Structure Follows
Strategy» (la estructura sigue a la estrategia) y sacó del cuadro del pensamiento directivo cualquier
consideración sobre la forma de organizarse. Parece un buen momento para retomar la organización,
no como algo estructural sino que siguiendo a Silverman(13), la idea de organización es más un acto
de construcción social que promueve el estudio de la actividad de organizarse (organising). Con ello
entran en juego otros autores como Weick(14), Sveiby(15), y Stacey(16).
La perspectiva de la construcción social es adecuada para plantear organizaciones basadas en
relaciones como un proceso continuo de interacciones locales, quizás basadas en el conocimiento,
añadimos nosotros. Esta es una perspectiva de las ciencias de la complejidad segun Stacey, que nos
descubre que las organizaciones sociales son organismos vivos, sistemas adaptativos complejos con
agentes locales que actúan de forma emergente e impredecible.
La interdependencia que se produce en el acto de conocer se parece mucho a este comportamiento,
por lo que desde la lente de los Sistemas Adaptativos Complejos podemos acoger un nuevo estilo de
pensamiento que ayude a que el conocimiento fluya y cree nuevo conocimiento.
El nuevo marco relacional de la GC con otras disciplinas adquiere una nueva dimensión para
conducir la investigación y la práctica del futuro. No hablamos de una «organización tipo» sino de un
marco conceptual NO TRADICIONAL que se manifiesta en muchas y diversas formas organizativas.
Lo que deberemos saber es si estas nuevas formas organizativas forman parte de un conjunto
coherente, y no prácticas aisladas o maquillajes organizativos; para ser tenidas en cuenta como
objeto de estudio e investigación
Ya introducimos aquí la idea de una convivencia entre Organizaciones Tradicionales y No
Tradicionales, algo que en realidad es un continuo que evoluciona, de organizaciones tradicionales a
no tradicionales, y aunque no existe modelo, las pautas para reconocer la organización no tradicional
las encontraremos en tres grandes principios:
Una dinámica estratégica basada en capacidades y competencias esenciales y en su constante
regeneración para crear valor económico y social.
Una organización basada en relaciones intra e inter organizacionales, donde las personas son
parte integral de las actividades estratégicas e innovadoras.
Una dinámica organizativa que busca la producción de conocimiento como generadora de un
amplio espacio de posibilidades.
Los fundamentos teóricos sobre los que se acomoda este modelo mental están en la intersección de
las bases teóricas de la economía evolutiva y la innovación, las capacidades dinámicas, la
organización basada en relaciones, bajo el prisma de los sistemas adaptativos complejos, y la
empresa basada en el conocimiento.
Cuadro 45
DISCIPLINAS RELACIONADAS CON EL ESTUDIO DEL CONOCIMIENTO
Los constituyentes y los ejes de actuación se combinarán para darnos idea de los retos de
investigación a los que nos enfrentamos, y se reflejan en el Cuadro 46.
Cuadro 46
CONSTITUYENTES DEL CONOCIMIENTO
Personas Tecnologías
Cuadro 47
CONSTITUYENTES DEL CONOCIMIENTO (1)
La combinación de estos constituyentes y los ejes de actuación nos da una idea del campo de
investigación-acción en el que nos deberemos mover en los próximos años. Desde el centro, que es
el cambio en la esencia del trabajo manual al trabajo del conocimiento y la forma de crear valor, la
clave del desarrollo estará en cómo las organizaciones y el territorio que las acoge se convierten en
ecologías innovadoras. Para ello es necesario trabajar en los tres ejes mencionados en el Cuadro 47.
Cuadro 48
RETOS DE LA GC
Tratamiento avanzado de la
Tecnologías
imagen, tecnologías para la
para movilidad,
movilidad, identificación,
seguridad,
reconocimiento voz, software
formación y
para la creatividad, traducción
conectividad
simultánea.
Personas
Medición éxito Indicadores de capital humano.
Interoperabilidad, TV interactiva,
audiovídeo-internet, banda ancha,
Tecnologías
wi-fi, open source software, e-
administración, e-inclusión.
Indicadores de innovación,
Territorio
Medición éxito sostenibilidad, inclusión y capital
social.
Comportamiento Sistemas de innovación, ecología
innovadora, análisis de redes
sociales.
Cuadro 49
APROXIMACIONES AL CAMBIO
Aproximación
Cognitiva Comportamental
al cambio
Los problemas de
comportamiento El conocimiento, actitudes y
Asunción de son función del creencias individuales están
partida conocimiento de conformados por modelos
los individuos, sus repetitivos de comportamiento.
actitudes y
creencias.
Cambiar el
Foco del «contenido» de
Cambiar el comportamiento.
programa actitudes y
creencias.
nas dentro de una organización. Esta escritora de «best sellers» lo primero que pregunta a quién
quiere su asesoramiento es cuánto está dispuesto a cambiar su organización. No es posible poner a la
empresa en el camino de la gestión del conocimiento sin establecer profundos cambios en la
organización del trabajo.
Para hacer algo nuevo, dice Edward de Bono, necesitamos mirar hacia atrás para ver en qué
hemos basado nuestras acciones, cuáles son nuestros presupuestos de partida, si no siempre
construiremos en la misma dirección. Por eso, la trascendencia del movimiento de la gestión del
conocimiento necesita de fundamentos sólidos, y acotados tanto como de formulaciones arriesgadas
para cambiar de dirección. Una buena base de partida y una formulación atrevida necesitan el
acompañamiento de las teorías de gestión y organización que ahora mismo están retando el
pensamiento convencional del management.
Pero primero vamos a construir la base de partida revisando brevemente las líneas que delimitan
el fenómeno. Por razones de espacio solo hacemos pequeñas referencias a este campo de juego
conceptual dejando claros los conocidos autores pioneros y que desde luego trazaron sus ideas con
una perspectiva de ruptura, que en alguna medida proponemos recuperar. De cada autor recogemos lo
que nos parece más significativo y más olvidado, en la fundación de construir una nueva arquitectura
teórica y práctica.
De la gestión de conocimiento a la creación de conocimiento. Si trabajamos la dinámica de
creación de conocimiento disolvemos muchos de los problemas asociados a la naturaleza elusiva del
concepto. El estudio del conocimiento sirve para analizar cómo suceden las dinámicas de creación
de nuevo conocimiento para innovar. Nos interesa estudiar la creación de conocimiento y su
articulación en una propuesta de valor lo que no es otra cosa que profundizar en los factores
microsociológicos que hacen posible la innovación. Es abrir la «caja negra» de la innovación más
allá de la descripción del proceso.
Conocimiento como acto. El conocimiento no es tanto algo que tienes como algo que haces.
Nunca abandona al conocedor que puede manifestar parcialmente su conocimiento, existiendo
siempre una dimensión tácita. El conocimiento se manifiesta en la acción y surge de las relaciones
entre personas que trabajan desde su perspectiva en un contexto determinado.
Conocimiento como acto complejo. El conocimiento es un bien de segundo orden que no puede
ser planificado, ni demandado a voluntad. Es emergente y surge en determinadas condiciones,
mientras que no lo hace en otras, sin que de momento podamos controlar y manipular el infinito
abanico de interacciones que Snowden(19) y condiciones que lo promueven.
Comunidades como tiempo – espacio para la creación de conocimiento. La creación de
conocimiento y la circulación del mismo sucede en comunidades que comparten un mismo sistema
interpretativo. La interpretación es dar significado y valor a la información, algo que sucede con más
facilidad entre comunidades que comparten una determinada práctica, señalan Seeely y Duguid(20).
Si analizamos estos principios, podemos marcar el terreno de investigación y centrarlo en algo que
hemos empezado a llamar «conocimiento organizacional o empresa extendida basada en el
conocimiento», donde la clave es estudiar cómo se produce la creación de conocimiento y la
innovación, además de cuáles son las dinámicas y condiciones que las promueven.
La investigación futura debe abandonar definitivamente la idea de estudiar el conocimiento sólo
como contenido, porque ahí no hay más que casos y más casos de praxis que conviene ir observando
y en su caso adoptando, pero no hay una trascendencia, no hay una nueva teoría. La trascendencia se
logrará cuando hayamos formulado modelos organizativos nuevos que demuestren fehacientemente
que son más útiles que los modelos convencionales para crear conocimiento e innovar.
Para realizar la evolución el principal cambio debe darse en el modelo mental de funcionamiento
de una empresa partiendo de una nueva forma de creación de valor, donde la manufactura es sólo un
caso de las múltiples formas de creación de valor. Cualquiera que sea la actividad de una empresa,
manufactura o servicios, e incluso en la administración de bienes públicos, para transitar la sociedad
del conocimiento las organizaciones necesitan incorporar un modelo mental nuevo que contemple un
sistema de creación de valor ampliado por encima de la producción del bien o servicio.
La actividad de ejecutar el bien o servicio seguirá siendo básica, produciendo los imprescindibles
flujos financieros en los actos de compra-venta, pero esta actividad básica de comprar y vender debe
estar soportada en un sistema de creación de valor más amplio que contemple la identidad de la
empresa (misión e imagen), su relación con el entorno, ya que la creación de valor se extiende al
propietario–accionistas, clientes y para los empleados, mientras mantiene un valor relacional y de
imagen que le permita como organización seguir formando parte de las redes de valor en las que se
mueve. Dicho de otra forma, hacer las cosas eficientemente solo es garantía de éxito a corto (hacer
las cosas bien), mientras que la supervivencia cuelga de un sistema más amplio de creación de valor.
En un sentido evolutivo la empresa debe pasar de ser una empresa que produce eficientemente y
con calidad, a una empresa que aprende, de ahí a una empresa que es consciente (y gestiona) cómo
aprende, para llegar a una empresa sumamente integrada en su ecología-entorno, con el que
evoluciona de forma no traumática.
A la gestión convencional pensada y centrada en las operaciones actuales se le añade una gestión,
que cada vez cobra más importancia y que se superpone a la actividad operacional: la actividad de
mantenerse acoplado al entorno a través del aprendizaje y que permite reconsiderar nuevas formas de
creación de valor sobre las operaciones actuales.
Si los entornos son muy dinámicos, la capacidad de aprender se convierte en una capacidad
distintiva y, por tanto, se convierte en una megacapacidad asociada a la habilidad de aprender a
aprender, haciendo posibles nuevas formas de creación de valor. Incorporar el aprendizaje y sobre la
forma de aprender gestionarlo es lo que hacen los sistemas de Intercambio y Creación de
Conocimiento, bajo la hipótesis de que son las personas las que interactúan interna y externamente en
redes relacionales que producen y crean nuevo conocimiento.
Estos flujos relacionales, si logramos que sean espontáneos, naturales, emergentes,
autoorganizados, conseguiremos llevar la organización a un estadio evolutivo superior donde la
empresa coevoluciona con su entorno de forma natural. Los procesos captación, intercambio y
explotación de conocimiento son la suma de infinidad de actos relacionales, micro-actos que van
tomando sentido si la organización (las personas de la organización) le dan significado. Saber qué
significado pueden dar a los acontecimientos, señales e informaciones es decisivo; distinguir los
relevantes de los no relevantes, ampliar señales, son actividades que las personas de la organización
realizan voluntariamente.
Acompañando a este proceso evolutivo de la organización la GC será denominada como de
primera, segunda o tercera generación, en tanto en cuanto vaya incorporando elementos de activación
de conocimiento hasta alcanzar un estadio donde la organización misma se transforma para que el
conocimiento fluya en redes de creación de valor.
En las primeras fases evolutivas la organización solo agrega capacidades individuales frente a un
visión del entorno como elemento que dicta condiciones, para ir pasando en una segunda etapa,
donde las capacidades individuales se han transformado en competencia, que se articula en equipos,
mientras la estrategia está determinada no sólo por las condiciones de entorno, sino también por las
competencias esenciales. En una tercera etapa la gestión del conocimiento pasa de ser una técnica a
ser la esencia de la organización, de manera que ésta se convierte en una organización basada en el
conocimiento, donde los aspectos organizacionales se delinean y diseñan de acuerdo a las
necesidades de intercambio y creación de conocimiento.
Si en la gestión del conocimiento de primera y segunda generación adoptamos técnicas y modelos,
en la gestión del conocimiento de tercera generación el nombre pierde sentido, ya que la empresa se
organiza en relación al conocimiento para innovar, y su característica fundamental es la forma en la
que crea conocimiento.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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25. McElroy, M.: The New Knowledge Management. Butterworh-Heinemann (2001).
26. Lundvall, B. (ed.): National Innovation Systems: Toward a Theory of Innovation Interactive
Learning, Pinter, London (1992).
European Foundation for Quality Management (EFQM).
9
Tres generaciones de Gestión de
Conocimiento y tres metáforas
organizativas asociadas
Cuadro 50
TRES GENERACIONES EN EL DESARROLLO DE LA GESTIÓN DEL
CONOCIMIENTO
Véase la Tabla.
Cuadro 51
GENERACIONES EN EL DESARROLLO DE LA GESTIÓN DEL
CONOCIMIENTO Y METÁFORAS ORGANIZATIVAS
Véase la Tabla.
Elaboración propia.
a. que las personas toman decisiones con informaciones incompletas acerca de los posibles cursos
de acción;
b. las personas pueden explorar un número limitado de alternativas y posibles consecuencias de
una decisión;
c. son incapaces de hacer valoraciones exactas de estas opciones.
Por eso concluyeron que las personas toman las decisiones correctas no las óptimas
(suficientemente buenas). En la visión de Simon, estos limites de racionalidad (Bounded Rationality)
son reglas binarias (de dedo) y se instalan en las organizaciones como estructura en forma de un
cerebro, que tiene reglas y procedimientos fragmentados, convertidos en rutina, vinculados a un
proceso, que es gestionable y manejable.
Estas apreciaciones y puntos de vista combinados con la visión mecánica de la organización y con
la visión de sistemas abiertos delinearon los principios de pensamiento actual en el mundo de
empresas y organizaciones durante la última parte del siglo XX. Esta metáfora organizativa es la
base de toda la industria de la consultoría, que combina el escrutinio del entorno y la teoría de la
decisión como clave de la competitividad en los negocios.
La mezcla ha sido explosiva y paradójica: aunque Simon se basa en la no racionalidad de las
decisiones, el gran impacto de sus pensamientos ha sido reforzar la visión racional de la
organización. Todos los departamentos de Sistemas de Información, Investigación Operativa, etc., de
universidades y consultoras han trabajado herramientas para el desarrollo de procesos de
información para la toma de decisiones. Estos trabajos han llevado a la idea de pensar en un
«cerebro» central que organice la información, la distribuya y regule toda la actividad de la empresa
– organización. La gran cantidad de datos que hay que procesar en una empresa, desde clientes,
proveedores, distribución, logística, hace que esta idea sea cautivadora.
Pero lo que en realidad se produce es un efecto perverso que acentúa el control. La incertidumbre
exige grandes cantidades de información antes de que la decisión se tome. Cuanto mayor es la
incertidumbre más difícil es preplanificar la respuesta, programarla y rutinizarla. A medida que la
incertidumbre crece las organizaciones se concentran en los outputs (objetivos, metas, compromisos)
más que controlar comportamientos (reglas, procedimientos), para lo que necesitan mecanismos de
constante feed-back y control. Todo el sistema deviene en un conjunto de procedimientos acerca de
cómo tomar decisiones y ha derivado en una visión centralizada de la inteligencia organizativa.
Simon reconoce que quería obtener conclusiones lógicas para describir el proceso de decisión, pero
sus hallazgos reforzaron el modelo burocrático, racional y analíticoreduccionista, haciendo que la
gestión derivara en un gran sistema de procesos de resolución de problemas. Los aspectos no-
lineales, intuitivos de la parte derecha del cerebro fueron ignorados.
La mente humana y racional no funciona como un selector de la mejor opción, sino creando
posibilidades y evitando las peores opciones. Muchos directivos parecen irracionales porque no
saben explicar porque tomaron una decisión, lo que no quiere decir que no sea adecuada. De hecho,
gran parte del trabajo directivo, podríamos decir sarcásticamente, se invierte en tratar de justificar
las decisiones que se tomaron.
La segunda crítica procede del excesivo énfasis que se pone en la racionalidad limitada de los
individuos para deducir la estructura de las decisiones en las organizaciones. No tiene en cuenta la
«inteligencia de la red» que gracias a las tecnologías de la información está dando pasos hacia
nuevos diseños organizativos.
Entonces, ¿qué alternativa hay entonces a dirigir sin establecer un claro y definido conjunto de
objetivos y metas? Podemos aprender de la inteligencia del cerebro humano que no está
predeterminada, prediseñada o preplanificada, sino que es una inteligencia de supervivencia. El
comportamiento de los agentes inteligentes requiere el establecimiento de visión, normas, valores y
límites como puntos de referencia, más que un comportamiento guiado. Los objetivos son solo buenas
intenciones y deben balancearse con otros aspectos de creación de valor, entre ellos el
comportamiento de las personas, que no puede imponerse. Se trata de dirigir entonces evitando el
ruido excesivo de intereses y persiguiendo fines apropiados para todos.
La experiencia y práctica de cada día reta los límites autoimpuestos, que pueden ser modificados
cuando se considere oportuno ofreciendo nuevos espacios de posibilidades. El verdadero problema
es el sobre énfasis en objetivos, que si se imponen, esquivan un diálogo sobre los factores que
motivaron los objetivos y los límites que se autoimpusieron. Si se permite un diálogo sobre los
límites, la organización aprende a aprender.
Desde un plano organizativo, los fractales o los hologramas nos invitan a pensar en la organización
como un sistema donde las cualidades del «todo» están contenidas en las «partes». Son
organizaciones altamente descentralizadas, donde la capacidad, la inteligencia y el control están
distribuidas. Las unidades contienen siempre el código genético de la organización como si fuera una
organización completa. El código genético es la suma de aspiraciones, visión, cultura, normas que
pertenecen a la esencia de cada unidad.
Cada parte es, en contra de lo que sucede en el sistema mecánico, un todo, con capacidad de
evolución propia, crecimiento, capaz de desarrollarse a través de la experiencia. Son sistemas
autoorganizados que actúan aprendiendo y aprendiendo a aprender. Esta forma de organización es
altamente regenerativa y permite la reestructuración según las circunstancias, donde las partes más
saludables pueden transmitir conocimiento a otras que no aprenden tan rápido.
La idea de la organización fractal no debe confundirse con clonaciones de unidades centrales. La
capacidad regenerativa de la organización se consigue si las unidades están abiertas y sensibles a la
información y al entorno, no meras réplicas de un modelo central.
Una gran ventaja de esta forma organizativa es crecer permaneciendo «pequeños» con ventajas
asociadas frente al riesgo financiero, mejorando y manteniendo el contacto entre personas, y la
proximidad a clientes, por ejemplo. El diseño fractal que se aplica también a la gestión de proyectos
es justamente lo contrario a lo que propone la lógica mecánica de fraccionar las partes y asignarlas a
grupos de especialistas. En este sentido las partes tienen responsabilidad total sobre el proceso y las
tareas se definen en términos generales, más en función de metas que derivan en tareas fraccionadas.
Las organizaciones fractales necesitan admitir la redundancia para que el sistema no se estanque. El
problema es que las organizaciones mecánicas consideran la redundancia una pérdida de tiempo.
La redundancia exige que todas las personas vayan adquiriendo una habilidad de entender el
problema en general con habilidades solapadas, y con habilidades específicas. En un sistema
mecánico se tiende a eliminar estos solapes por ineficaces, sin ellos, sin embargo, la innovación es
imposible. La variedad requerida dentro de un sistema debe ser similar a la variedad que ofrece el
entorno en el que se desenvuelve.
No todo el mundo puede ser especialista en todo, por eso el diseño organizativo que se plantea
debe ser una suerte de diseño celular para una determinada función, con agregaciones flexibles y
adaptadas a cada caso. Especificaciones mínimas y no control, es otra de las reglas que los diseños
fractales necesitan porque si existe un control excesivo se puede inhibir la variedad, la redundancia y
con ello las posibilidades de innovación.
En este enfoque se contemplan los flujos de conocimiento entre fuentes externas, internas, y se
trabaja las posibilidades de codificación, absorción y despliegue. Este punto de vista basado en
flujos es interesante porque plantea una apertura de los límites de la empresa como un ente extendido
que promueve estas transacciones para competir.
Si las personas sienten que innovar es pensar en el largo plazo, pero exige colaboración y
flexibilidad, y descentralización, pero que esto entra en contradicción con el control, y la obtención
de resultados a corto, la inercia vencerá y la organización no innovará. La gestión de las tensiones es
la clave de la transformación. Esta gestión debe empezar por respetar los dos extremos de la tensión,
tratando de no eliminar del diálogo ninguno de los dos elementos. La clave es integrar los extremos.
¿Cómo? Por ejemplo creando contextos nuevos que integren las supuestas contradicciones en una
forma positiva. Esta forma de establecer nuevos contextos busca un nuevo entendimiento del
problema.
No debemos olvidar que la innovación, en palabras de Shumpeter, es destrucción creativa, en la
medida en que la innovación destruye la práctica establecida. Las innovaciones desplazan las viejas
innovaciones, definiendo la frontera de las nuevas innovaciones, creando una pauta, donde el
problema se resuelve, creando nuevos problemas y nuevas soluciones, y así sucesivamente sin
solución de continuidad.
Las organizaciones pueden ahogarse en su éxito, y para ello deben pensar que sus fortalezas se
convertirán en debilidades. Deben prepararse para innovar incluso socavando en parte las bases de
su éxito. La sostenibilidad supone la destrucción creativa de sus propios productos e iniciativas.
En algunos casos a esta actividad de «canibalismo» u «obsolescencia planificada» se la ha
llamado «hipercompetición» en la medida en que la clave de la innovación es no tanto innovar como
ser disruptivo para destruir las ventajas competitivas de otras empresas. Evolucionar significa
destruir viejas reglas, pero ojo, destruirlas no es el objetivo, sino la consecuencia.
La cuarta generación de gestión del conocimiento apenas si mantiene el nombre, porque habremos
cruzado la frontera hacia nuevas formas organizativas, organizaciones basadas en el conocimiento
como algo natural y consustancial, pero sobre todo con habilidades autoregenerativas, en la medida
en que dispone de una capacidad de co-evolución basada en actos relacionales complejos que se
producen «dentro» y «fuera» de sus límites. Pasamos definitivamente de hablar de nuevas formas
organizativas, que por supuesto se basan en el conocimiento, aunque en esta cuarta generación sea
superfluo decirlo.
Cuadro 52
FUTURO DE LAS GENERACIONES EN EL DESARROLLO DE LA GESTIÓN
DEL CONOCIMIENTO Y METÁFORAS ORGANIZATIVAS
Véase la Tabla.
Elaboración propia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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10
Puntos de partida previos a nuestro modelo
evolutivo de GC
La paradoja
La paradoja es que la comunidad que más difundió la idea de GC, haciéndola tangible y accesible
a través de la tecnología, acelerando incluso la proliferación de nuevas tecnologías, ha sido la que ha
hecho una apropiación inadecuada del término evitando quizás su desarrollo coherente. Gestión de
Conocimiento (GC) o KM (Knowledge Management) llaman a una serie de nuevas prácticas de
gestión, pero si se concentra sólo en las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) será
una nueva moda.
La e nc ruc ijada
Su difusión exige que la práctica sea adoptada por una profesión como los directores de recursos
humanos, o los directores de organización, o directores de sistemas de información, y por la
comunidad científica, pero irónicamente lo que promueve es una integración de disciplinas, y en
alguna manera, la disolución de los límites profesionales y científicos.
Se preocupa de cómo crear el entorno y la situación para que las personas creen y compartan
conocimiento.
¿GC es una cuestión de que la información llegue a todos cuando la necesitan? NO
Las tecnologías de la información pueden ayudar a intercambiar información, pero nunca pueden
conducir el cambio.
Conoc imie nto c omo c ognic ión vs. c onoc imie nto c omo ac c ión
El conocimiento se reconoce en la acción. Intentar saber lo que se sabe es poco productivo para la
organización.
La acción y acto de conocer a través de las facultades mentales es la cognición. Aquí la propuesta
es considerar con algunos autores que el fruto del conocimiento es la acción, no solo la facultad de
entender y juzgar las cosas, sino hacer algo con ello. Esta perspectiva nos lleva de lleno al debate de
cómo las organizaciones son capaces de integrar las informaciones, son capaces de convertirlas en
conocimiento y hacer algo con ellas.
ESTRATEGIA Y ORGANIZACIÓN
La estrategia de la empresa basada en el conocimiento se basa en los siguientes principios:
La primera línea de trabajo, la GC de primera generación, produce un cierto alivio de los síntomas
de estrés. La línea de trabajo de la GC de segunda generación es la más adecuada para aquellos que
quieren ver antes de creer y necesitan generar en la organización la confianza necesaria para pasar a
un estadio superior donde se ensayan nuevas formas organizativas. La empresa basada en el
conocimiento, el final de nuestro viaje, es aquella que despliega y activa las capacidades de todas
las personas, dándoles espacios para la acción.
P ara innovar
Vivimos en la economía de la oportunidad donde existen más oportunidades de acción de las que
podemos acometer. El buen directivo no se concentra en la mejora y reducción de costes sino en el
aprovechamiento de oportunidades, de manera que la principal misión del directivo ha pasado de
administrar a aprovechar oportunidades.
Le podemos llamarlo creación de conocimiento o gestión de conocimiento, pero en cualquier
caso lo que pretendemos es innovar. Llegamos a la gestión del conocimiento entrando a la caja negra
de la innovación. La innovación se reconoce cuando ya ha sucedido, pero es mucho más complicado
saber cómo sucede, y por tanto reproducir las condiciones que llevan a la misma. La GC es la caja
negra de la innovación.
Los autores seminales de la gestión del conocimiento son autores que estudiaron la innovación y la
trataron de entender en sus dinámicas complejas. Admitamos que estamos muy lejos de comprender
el fenómeno, pero hemos entendido que cuando existen actos relacionales sucede la activación del
conocimiento, que nos conduce a la creación de valor. De momento es donde estamos.
P ara c re ar valor
La forma de crear valor ha cambiado de forma drástica. La agregación-transformación de materia
prima a los objetos solo es una forma de crear valor, y no la más indicada para las sociedades con
mano de obra de coste relativamente alto.
La espiral de creación de valor surge cuando establecemos un bucle recursivo en la medida en que
la forma de crear valor es valiosa. Por eso el capital humano es valioso, porque crea valor, porque
predispone a nueva creación de valor, y porque es valorado por las personas, que aprecian la
capacidad de actuar como algo valioso.
Lo mismo sucede con el capital relacional o sistema de red que establecemos con clientes,
proveedores, centros de investigación etc., de manera que la relación es valiosa porque crea valor y
porque nos hace más valiosos, de manera que sea lógico que decidamos que es valioso colaborar.
P e rsuadir
Persuadir tiene como sinónimos convencer, imbuir, inculcar. Otra vez es mejor utilizar el verbo, en
sentido dinámico más que el nombre en sentido estático, porque define cómo se consigue ese poder y
autoridad. Y esto lo cambia todo.
Persuadir es inducir a alguien para que haga una acción, por argumento o razonamiento, no tanto
por ruego. En la persuasión está el corazón de cualquier cambio, donde el poder pasa al otro lado,
porque la elección es de quien está siendo persuadido. Si una persona tiene este poder de elección
será un agente de cambio. Pero la costumbre es dar esta capacidad de elección a muy pocas personas
en la organización.
Solo funciona considerando el conocimiento como un objeto. Y es que el propio management está
construido sobre las bases de un ciertos principios racionalistas y funcionalistas, que se basa en una
parte del conocimiento e ignora definitivamente el conocimiento tácito. Dicho de otra manera, sólo la
gestión del conocimiento de primera generación encaja en las premisas del «management» clásico y
atiende a los cuatro prerrequisitos mencionados. Nosotros, sin embargo, necesitamos nuevas formas
organizativas que acojan a la GC de segunda y tercera generación.
Nosotros pretendemos a activar conocimiento de forma exponencial, por lo que podemos señalar
que la manera más directa de sacar partido del conocimiento de las personas en las organizaciones es
cambiar la organización. Ya hemos repetido varias veces que la teoría de la organización tradicional
plantea el diseño de las organizaciones para tratar información no para crear conocimiento. Ve a la
organización como una máquina que procesa información: toma información del entorno y la trata
para darle una respuesta. Una organización existiría precisamente para poder asimilar realidades
complejas, ya que existe un principio de racionalidad limitada de los individuos.
Desde estas presunciones la decisión empresarial es el uso de un proceso cognitivo para la
consecución de soluciones de bajo coste, robustas y trazables para enfrentar la realidad. Los agentes
están limitados en sí mismos, además de las limitaciones de tiempo y espacio.
Ya hemos visto cómo para March y Simon las personas son «decisores» y «solucionadores de
problemas». Las decisiones y los problemas no son otra cosa que un compromiso entre alternativas,
caracterizadas por estar incompletas y presentar incertidumbre, lo que es una fuente de conflicto
entre individuos y grupos debido a las limitaciones humanas. Incluso los individuos tendrán muchas
veces motivaciones contradictorias con las de la organización, de manera que los incentivos, la
estructura, la tecnología y los objetivos deben configurar las organizaciones. La organización es una
estructura donde se perfilan los comportamientos de acuerdo a las motivaciones y a las capacidades
cognitivas de los individuos. El entorno y sus condiciones es el que dicta la forma organizativa a
través de sus condiciones de complejidad-incertidumbre, la información y los servicios, productos o
tecnologías implicadas.
La realidad es fragmentada en partes para que pueda ser tratada por individuos «con racionalidad
limitada». Se supone que todas las partes serán ensambladas en instancias superiores en relación a
los objetivos. Esta forma de procesamiento se entiende perfectamente en una distribución del trabajo,
por ejemplo en una planta de manufactura de automóviles, hasta llegar a realizar las más simples
tareas en una cadena de producción. En este caso, quien realiza una tarea no necesita entender lo que
hacen otros.
Otros autores, especialmente Snowden y Stanbridge1, señalan que los humanos tienen una más que
remarcable habilidad para razonar en entornos complejos y en condiciones de incertidumbre. Los
procesos de decisión no funcionan sobre lo exacto sino sobre lo aproximado. Por ello están
capacitados para actuar física y mentalmente sin pasar por un proceso racional y secuencial de
eliminación de alternativas. Las personas usan la información para convertirla en conocimiento
principalmente a través de un proceso dialéctico y dinámico entre individuos que abrazan paradojas
para sintetizar nuevas respuestas, que se convierten en algo conocido a través del pensamiento y la
práctica.
De hecho las organizaciones, al menos las más avanzadas, no solamente solucionan problemas
dividiendo las actividades en partes, sino que las organizaciones se «autoplantean» nuevos
problemas y redefinen los antiguos, y después crean nuevo conocimiento en la acción e interacción
para solucionarlo. Por eso pensar que una organización solo está para solucionar problemas es un
pensamiento autolimitativo.
La síntesis que se produce en las personas es una síntesis de conocimiento tácito, explícito, con
otras personas que capturan información del entorno. Para Nonaka y Toyama2 no es que los
individuos estén tratando una «parte de realidad» como sugieren March y Simon, sino que el
conocimiento es su visión de la realidad desde una cierta perspectiva. Esta perspectiva es el contexto
social, cultural e histórico de las personas que conocen, que es a su vez el catalizador para crear
SIGNIFICADO. De ahí la importante recomendación de abrir estos contextos de manera que no se
produzca un proceso de creación basado en un campo muy limitado. Ver un problema desde distinto
ángulo enriquece el proceso de creación de significados, por lo que lo conveniente será habilitar
espacios para ese intercambio en vez de restringirlos, tal como hacen las empresa que solo procesan
información.
Como la visión de la realidad es muy diferente, las contradicciones son inevitables, entre los
propios individuos y estos con la organización. La organización que procesa información arbitra
numerosas formas de tratar las contradicciones en forma de elección, donde una parte se impone a la
otra, estableciendo en compensación sistemas de incentivos, motivación, rutinas de coordinación,
etc., mientras que la empresa organizada de acuerdo al conocimiento las resuelve confrontándolas y
sintetizándolas.
Procesar información en la empresa ha sido articulado por medio de la división de funciones, los
especialistas son los encargados de traer pequeñas parcelas de información, mientras la dirección, en
distintos niveles, va construyendo el rompecabezas. Hoy en día crece el estrés, como hemos visto,
porque con este mecanismo las empresas se ven desbordadas ya que la cantidad de «objetos», datos
e información, a manejar es inmensa, produciendo un atasco importante y, lo que es peor,
patrocinando una postura de enrocarse en lo conocido y no en lo que debemos ir conociendo. A la
larga comprobamos que este sistema no es sostenible porque desborda a los directivos y a las
organizaciones, que se descuidan al tratar de ordenar múltiples informaciones en vez de dar sentido a
la que tienen y crear valor.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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understanding social complexity. ECO Special Double Issue, Vol. 6. Nos 1-2 pp. 140-148 (2004).
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Hirotaka Takeuchi and Ikujiro Nonaka eds., Hitotsubashi on Knowledge Management . John Wiley
& Sons (2003).
11
M odelo integral de la empresa basada en el
conocimiento
Respondiendo a estas preguntas es posible que lo que percibamos sea que aunque la organización
ofrezca resultados, la misma no es sostenible, y que necesitamos una teorización sobre nuestra
gestión, que busque una integración de propósito, medios e identidades y no más herramientas
operativas, una plataforma integrada de proyección en el tiempo.
En este sentido, el modelo integral que aquí presentamos persigue una transformación organizativa
que haga que las empresas sean menos vulnerables, no porque sean más grandes sino porque sean
más ágiles y se adapten sistemáticamente a compartir conocimiento.
REINVENTAR EL MANAGEMENT
El nuevo directivo y su nuevo rol parte de una cierta deconstrucción de principios del
management, como hemos visto en el Capítulo 8, y tratar de reinventar el management y sus
principios, que en alguna medida hemos heredado de un estilo neoliberal, que tiene una noción del
éxito puramente monetarista.
La sociedad industrial descubrió el management científico llevado a su máxima expresión con la
estrategia basada en el posicionamiento, donde la lógica imperante ha creado un modelo mental que
trata de objetivar la gestión donde, dicho de forma sintética, la clave es encontrar mercados
atractivos y después poner los recursos alineados con esta decisión estratégica. Esta lógica, aunque
sea cuestionable, no tiene todavía una teoría sustitutiva, aun siendo evidente que responde de manera
muy pobre a las necesidades de la sociedad de la información y el conocimiento.
Con las nuevas tecnologías y la globalización el mundo está abierto, de forma que vivimos en una
caja de cristal. La información viaja a velocidad de vértigo, se sitúa en la mesa de trabajo, sin coste,
de manera que se convierte en un flujo incesante. Pero más información no es más conocimiento ni
más valor; de hecho, es notorio que las organizaciones tradicionales apenas pueden digerir tanta
información, de manera que más velocidad, más memoria, no sirve sin establecer nuevas formas
organizativas.
Muchas veces el diseño organizativo sigue solo el diseño funcional de la empresa industrial,
asumiendo que el trabajo se divide en partes y se integra en la dirección, que es la que tiene la
misión de dar sentido a todas las informaciones en forma de respuesta. Pero las organizaciones y las
personas, bajo este modelo, están estresadas porque el modelo es insostenible, tanto para directivos
como para trabajadores. Los primeros sienten que su banda de procesamiento de información se
satura, los segundos quieren sentirse parte de los proyectos, y si estos sentimientos no convergen la
organización se deteriora y no permite el crecimiento personal, convirtiéndose en un lugar poco
creativo en el mejor de los casos, y paranoico si la situación se deteriora.
La separación radical de roles y tareas entre directivos y el resto de colaboradores se disuelve en
la medida en que los directivos no pueden manejar e interpretar toda la información que llega a la
organización. Por otro lado, el viejo esquema de tratar información fragmentada e integrarla en la
cúpula directiva no funciona, de manera que poco a poco se van delegando las decisiones para que
sean tomadas cerca de la acción, lo que hace que el proceso de decisión no se integre sólo en la
cúpula sino que se integra en instancias descentralizadas. Por ello las organizaciones deben legitimar
y dar paso a esta suerte de socialización de la información y el conocimiento.
Los síntomas de deterioro organizativo están por todas partes y forman un cuadro cuyo diagnóstico
no es otro que la necesidad de organizarse de forma diferente.
Algunas señales de esta necesidad de cambio son:
La falta de habilidad para trabajar en condiciones de complejidad.
Agendas de los directivos saturada hasta límites insospechados.
Sentimientos de agotamiento, aún con resultados económicos buenos.
Utilización de múltiples mecanismos de adaptación.
Imposibilidad de aceptar la redundancia.
Usar procedimientos y lenguaje formal mientras la realidad se desarrolla de otra manera.
No reconocer que el conocimiento tácito es el que salva los procesos.
Dar importancia al procedimiento en el discurso oficial mientras se reconoce que el mismo no
funciona o que funciona en la medida que los expertos son quienes salvan al procedimiento.
Interpretación errónea de la experiencia como repetibilidad y no como conocimiento generado
de la acción.
Incapacidad de explicar lo que funciona y no funciona en términos de equipos de trabajo.
Falta de respuesta a señales débiles del mercado.
Creación de formas organizativas añadidas que no atacan los problemas de base.
Programas y programas para mejorar la comunicación interna.
Innovar una o dos veces al año.
Desarrollar una estrategia en hoteles aislados.
Obsesión por la predicción, y falta de atención a las oportunidades.
Estos genes autoreplicantes obstaculizan sobremanera el paso a la nueva escena organizativa, que
plantea un pensamiento directivo nuevo basado en:
Cambiar la idea de la organización como estructura y plantearla como un mapa relacional en
busca de la creación de valor.
No permitir que el mapa relacional esté basado en relaciones de dominio.
Crear capacidades dinámicas en la organización para que la adaptación sea constante.
Uso intensivo de las tecnologías para facilitar la comunicación y el intercambio.
Interactuación con el entorno, territorio, sector, etc., para evolucionar con él de forma fluida.
Todo apunta a que para responder a estas cuestiones necesitamos un proceso donde las actividades
estén ordenadas y donde se promueva la integración de estrategia, y conocimientos de mercado y
tecnológicos.
Sin embargo, muchos estudios han observado que las empresas responden a la innovación de
forma esporádica y reactiva, como respuesta a una circunstancia determinada. Pocas empresas
pueden llamarse innovadoras. La mayoría de los problemas de la innovación residen en la alta tasa
de mortalidad de ideas «dentro» de la organización.
Existen para ello una serie de problemas:
Un problema de integración de conocimiento, donde diferentes disciplinas aportan valor.
Un problema humano, en el sentido de que las personas como responsables y expertos hagan
suya las ideas, contribuyan a ellas y perciban la innovación como algo propio. La indiferencia
trabaja en contra.
Un problema de implantación que exige que existan diferentes plataformas de diálogo donde
aislarse de los problemas diarios.
Las nuevas formas organizativas simplemente deben tener en cuenta estos aspectos para establecer,
por ejemplo, nuevas formas de reclutamiento de personal, de colaboraciones con free-lancers, de
creación de equipos mixtos, de creatividad sistemática.
2. Las empresas deben ampliar significativamente el sentido del éxito. El éxito empresarial
necesita, para empezar, de un nuevo sistema de medición. Medir beneficios hoy significa en todo
caso evaluar lo bien que se hicieron las cosas en el pasado, la capitalización bursátil atiende a
criterios muchas veces especulativos en algunos casos, cuando no ha sido directamente manipulada
por los directivos a través de la contabilidad «creativa».
El modelo de GC que planteamos tiene su base en el desarrollo de capacidades y competencias
individuales, que se suman colectivamente para generar valor. Esto supone de entrada que la empresa
mantiene y valora las capacidades y competencias individuales, y hace que estás crezcan a través de
actos de intercambio y creación de conocimiento.
En la GC de primera generación se alimentan estas capacidades y competencias desde un plano
individual, en la GC de segunda generación se plantean flujos de intercambio entre el exterior, los
individuos y la estructura interna de la empresa, haciendo que el conocimiento fluya y se convierta en
valor. La GC de tercera generación integra estas actividades en la organización, aunque sería mejor
decir que estas actividades son las que delinean la organización.
En cualquier caso, si por capital entendemos aquello que es medio y fin en un sentido económico,
quizás podemos incorporar otros capitales al sistema, como hace el movimiento de capital
intelectual. El capital financiero es un fin y un medio para el desarrollo de la empresa, lo mismo
sucede con el capital productivo que figura como activo en los balances y libros contables, pero si
seguimos el discurso en la misma dirección podríamos hablar de un capital humano, que es el medio
para conseguir valor, pero que es igualmente fin, y que por lo tanto habría que valorar. Otro tanto
sucede con el capital relacional, entendiendo por tal el conjunto de relaciones establecidas con
entidades externas, clientes y proveedores como los más importantes y que igualmente son medio y
fin.
La forma de articular el sistema se basa en la influencia de los capitales sobre las competencias
esenciales y las formas de creación de valor. Estos dos elementos son los que constituyen la base de
la lógica de negocio tal como se expresa en los cuadros siguientes.
Cuadro 53
LÓGICA DE NEGOCIO
Los indicadores que formarán el cuadro de mando deben ser seleccionados como aquellos
indicadores que se entiende crean valor. De nuevo el efecto es recursivo, mientras se crea valor los
capitales que se usan para la creación de valor crecen.
Cuadro 54
RELACIÓN DE LOS CAPITALES CON LAS COMPETENCIAS ESENCIALES
Y EL PRODUCTO EXTENDIDO
MODELO
Si seguimos las bases del modelo entendemos que lo que es central en la empresa es una
inteligencia que hace la empresa se dé cuenta del entorno en el que se mueve y de las señalas que
indican cambios, un aprendizaje como respuesta a estas señales y una explotación-utilización para
beneficio de la empresa.
La base central del modelo es pues una cadena de tres áreas de actividad clave:
Inteligencia competitiva como área de captación de información, señales, movimientos del
entorno que afectan a la actividad de la empresa y sugieren, de forma a veces clara, a veces
menos fuerte, que es posible que podamos tener una amenaza u oportunidad.
Aprendizaje, como la forma en la que las personas dan respuesta a estas amenazas y
oportunidades, estableciendo sistemas de mejora. Incluye también el aprendizaje y mejora de
las capacidades y competencias de las personas, de manera que será necesario gestionar un
equilibrio y acompasamiento de las capacidades y competencias personales con las que son
necesarias en el entorno en el que la empresa desea moverse.
Innovación, recoge la actividad de I+D+i como el proceso formal desde la idea hasta la puesta
en el mercado.
Entonces el eje central de la actividad empresarial de una empresa innovadora en nuestro modelo
lo plasmamos como se observa en el Cuadro 54 con las actividades de viglancia, aprendizaje e
innovación.
Cuadro 55
EJE CENTRAL DE LA EMPRESA INNOVADORA
Debemos aclarar algunos términos para no confundirnos. Estos tres elementos forman parte de una
inteligencia empresarial en la medida en que la organización responde a los cambios del entorno. Es
un modelo clásico de vigilancia-respuesta donde se da una lógica implícita del management
científico, el entorno dicta señales, y sobreviven los más hábiles, que son los se dan cuenta antes, los
que aprenden de las nuevas circunstancias y le dan una respuesta para su beneficio. Esta es una
lógica lineal que de momento mantenemos como eje del modelo pero que luego en la GC de segunda
y tercera generación trataremos de nuevo dándole un enfoque más sistémico.
En la GC de primera generación el grado de integración es muy liviano, apenas inexistente, y se
hace una gestión de contenidos con el propósito de distribuirlos por toda la organización. Pero esta
distribución en la GC de primera generación no se gestiona, no hay gestión de accesibilidad y de las
colaboraciones, solo se desea, pero no se gestiona. De esta manera a esta actividades centrales se les
superpone una gestión de contenidos.
Lo que hace la GC de primera generación es trabajar sobre un supuesto sistema de inteligencia y
tratar de que exista un registro de datos, información, procedimientos y manuales, y se ocupa
básicamente de registrar, que en estos tiempos es sinónimo de digitalizar, almacenar y distribuir
esta información.
Cuadro 56
GC DE PRIMERA GENERACIÓN
En este caso la gestión de contenidos no forma parte de un todo sistémico, sino que atiende a cada
una de las actividades y busca un óptimo local (cuanta más información mejor).
En la GC de segunda generación entra en juego un elemento nuevo, las personas intercambian y
crean conocimiento pero la organización gestiona y promueve estas colaboraciones. Si en la GC de
primera generación se registran informaciones, nadie se ocupa de que exista un flujo de información
adecuado. A la gestión de contenidos se une la gestión de las colaboraciones, como se observa en el
cuadro siguiente.
Cuadro 57
GC DE SEGUNDA GENERACIÓN
Se produce un efecto envolvente donde la linealidad del proceso queda diluida, de forma que las
tres actividades centrales cobran importancia en sí mismas, y expresan, tal como hemos venido
señalando, la necesidad de mantener un sistema de capitales por sí mismo, como activos para el
desarrollo de la empresa.
Vigilar y estar conectados con el entorno no es solo un actividad funcional sino una actividad de
intercambio y creación de conocimiento, y por lo tanto valiosa en sí misma. Mantener una reunión
con proveedores en forma periódica no tiene por qué tener un objetivo definido, o al menos diferente
al de intercambiar información y conocimiento, lo mismos sucedería con el aprendizaje y la
innovación.
Estamos ya hablando de GC en sentido propio en la medida en que trascendemos de la circulación
de información y pasamos a gestionar y establecer lugares y espacios para que las personas
intercambien y creen cono conocimiento. La gestión de las colaboraciones se convierte en la clave y
requiere del diseño de un sistema de procesos formales, herramientas- tecnologías, interfases y
organización. Los contenidos y su gestión forman parte del sistema, para el que ya no se busca el
almacenamiento masivo de información, ni se busca que la distribución de la misma sea automática,
sino que el sistema descansa en las personas.
El paso decisivo a la tercera generación de GC se produce cuando estas colaboraciones cobran
carta de naturaleza en la organización. De esta forma se pasa de gestionar las colaboraciones a
gestionar comunidades de práctica en el sentido establecido por Seely Brown. En este sentido la
gestión de comunidades engloba e incluye la gestión de colaboraciones y de contenidos, ya que es en
la comunidad donde se producen los procesos completos de intercambio y creación de conocimiento.
Estas comunidades, como ya hemos dicho, pueden emerger o promoverse en la medida en que existan
en la organización, y la gestión de las mismas no es como cabría suponer, la gestión de la comunidad
en sí misma sino la gestión del conjunto de comunidades en un mapa coherente.
Cuadro 58
GC DE TERCERA GENERACIÓN
Cuadro 59
ELEMENTOS DE DESARROLLO DE LAS TRES GENERACIONES DE GC
Véase la Tabla.
Grado de importancia *
12
Gestión del Conocimiento de primera
generación: gestión de contenidos
INTRODUCCIÓN
La célebre frase del CEO de Hewlett Packard, «si HP supiera todo lo que sabe» despertó la
imaginación de numerosos analistas, sobre todo consultores de tecnologías de la información y
comunicación (TIC) que intuyeron un gran campo de trabajo y negocios. Las organizaciones que
tengan un sistema de información, accesible, distribuido y realimentado ganarían grandes cuotas de
productividad.
La idea de que el conocimiento circule y fluya en la gestión de contenidos está basada en la
pretensión de que el conocimiento es totalmente codificable en registros que luego pueden ser
enviados a distribuidos a voluntad, gracias al gran desarrollo de la tecnología. Este punto de partida
se apoya en las acciones que rodean al conocimiento explícito, como aquel que permite ser
registrado representado y combinado, en forma digitalizada en los últimos tiempos, en un ordenador
o servidor, de forma que sea accesible. Como veremos más adelante, este punto de partida va a
presentar algunos obstáculos para desarrollar un modelo de empresa basada en el conocimiento en la
medida que se mantiene dentro de una metáfora de empresa procedimentada que olvida las
interacciones personales y como forma de creación de conocimiento, pero puede resultar de mucha
utilidad en entornos estables donde existe necesidad de mantener una fuerte memoria organizativa.
En todo caso, el problema no es la gestión de contenidos en sí misma sino el hecho de que se llame
gestión del conocimiento a este enfoque parcial, confundiendo la parte con el todo, como ya se ha
dicho y dejando la GC en un callejón sin salida. En todo caso, todos convenimos que la Gestión de
Contenidos, gracias al importante avance de las tecnologías de la información y comunicación, es una
herramienta decisiva para el intercambio de información, materia prima del conocimiento, y para el
almacenamiento y memoria organizativa.
La orientación de la GC de primera generación es básicamente la reducción de costes de
tratamiento de información masiva dentro de una organización. La imaginación en este sentido no
tiene límites en aplicaciones varias tales como la posibilidad de distribuir comunicaciones, por
ejemplo un catálogo y sus adaptaciones a millares de representantes de venta. British Petroleum usa,
por ejemplo, videocámaras para poner en contacto operadores y mantenedores de plataformas
petrolíferas reduciendo significativamente el tiempo de reparación, con el consiguiente ahorro de
costes y de tiempo de inactividad. Se puede usar una intranet para interactuar con los clientes,
atender a sus requerimientos, etc.
La GC de primera generación es la gestión de contenidos, algo que parece es absolutamente
imprescindible en una sociedad donde el número de e-mail enviados en Norteamérica se ha
triplicado en el periodo 1999-2004, alcanzando la cifra de 11,9 billones. Una muestra más de esta
sociedad de la información es que los operarios de empresas de alta tecnología pueden dedicar
aproximadamente 2,2 horas al día a leer, gestionar y contestar sus e-mail.
Existen montañas infinitas de información que van desde e-mail, contratos, información técnica,
manuales, materiales de marketing, hojas de cálculo, presentaciones, páginas webs, etc., para llenar
los archivos más grandes que se nos ocurran. O sea, que la gestión de contenidos es buena para los
negocios, es la base de la GC de segunda y tercera generación pero ojo, acumular información no es
suficiente, y en este caso ni siquiera necesario, porque lo que nos interesa es dar sentido a la
información que tenemos. Esto lo haremos en la GC de segunda y tercera generación.
Pero lo cierto es que las empresas no gestionan la información que poseen, en ocasiones no llegan
a saber que la poseen. El reto reside en gestionar efectivamente la búsqueda, almacenamiento de
cantidades crecientes de información, sin olvidar que esta gestión puede incluir la necesidad de
cubrir aspectos legales, de transparencia o confidencialidad, que no tocaremos aquí.
Cuadro 60
TENDENCIAS EN LA GESTIÓN DE CONTENIDOS
Estos contenidos avanzados son, por decirlo de alguna manera, el lugar por el que se desarrollará
este área, hasta el punto que dejará obsoletos muchos de los comentarios que hoy nos parecen muy
relevantes. Por ejemplo muchas de las técnicas y herramientas de work flow serán superadas por la
posibilidad de acceso a información instantánea on line. De hecho y parafraseando a Jeremi
Rifkin(1), lo importante de muchos bienes de valor, y ciertamente la información es un bien de valor,
es tener acceso a ese bien, no poseerlo. La información es un bien al que merece la pena tener acceso
pero para pocos es rentable generar esta información.
Las aplicaciones en los negocios podemos clasificarlas en:
Gestión documental y ciclo de vida documental.
Gestión de web corporativa.
Transacciones.
Mensajería.
Portales.
Soporte a equipos.
Estas aplicaciones pueden hacerse a nivel departamental, que es lo que generalmente se hace, o de
proceso de negocio. La Gestión de Contenidos afecta a distintas aplicaciones tales como Ordenes de
Compra, facturación, Gestión de Reclamaciones, Gestión de ventas, etc. Ahora bien, nosotros vamos
a tratarlas desde la perspectiva de la GC y por lo tanto nos centraremos en las mencionadas en la
clasificación anteriormente señalada.
Conviene advertir que encontraremos en no pocos textos que, por ejemplo Mensajería, Portales y
Soporte a Equipos, son herramientas colaborativas, pero no llegan al nivel de la GC de segunda
generación, donde la colaboración es el centro de atención y no tanto la tecnología de soporte a esta
colaboración.
La gestión de contenidos puede ser de vital importancia para empresas, por ejemplo del sector
aeronáutico, energía nuclear y otras similares, donde el proceso de gestión documental es
fundamental en el desarrollo de proyectos. Toda la gestión de contenidos tiene su base en la gestión
documental de los años 80, donde se invirtió en tecnología para reducir costes de almacenamiento,
espacio y ganar con ello productividad. Hoy la gestión de contenidos ha evolucionado hacia una
mezcla de aplicaciones tecnológicas y de procesos documentales que solucionan, como hemos
señalado, problemas departamentales o soluciones a grupos específicos.
Es posible que lo ideal en esta gestión de contenidos o gestión del conocimiento de primera
generación sea importante pensar en escalar las soluciones que se implanten respondiendo a un
importante desarrollo tecnológico que permiten mejoras constantes en los sistemas. En este sentido
las novedades tecnológicas que se desarrollan en estos campos son:
Control de versiones de documentos hacia una gestión integrada de documentos.
Reuniones virtuales a tiempo real.
Archivo en medios avanzados.
Portales.
Gestión de contenidos de la web.
Flujos de trabajo, y búsqueda de textos avanzada, clasificaciones y almacenamiento.
Esta gestión de contenidos tiene importancia en la medida en que se presenta además como los
sustitutos de los programas de ERP (Enterprise Resource Planning) que tanto se han difundido entre
las empresas de cierto tamaño. Véase Cuadro 61.
Cuadro 61
EVOLUCIÓN DE SISTEMAS DE GESTIÓN DE DATOS A GESTIÓN
CONTENIDOS
Véase la Tabla.
Para ver la importancia de estas tecnologías es importante destacar que el 90% de la información
que manejan las empresas NO está estructurada. La información estructurada es la que está en bases
de datos, tablas, y gráficos, que es posible de almacenar y transferir, mientras que la no estructurada
circula sin control por la organización, o la mayoría de las veces, simplemente no circula y se queda
en el departamento que generó el documento.
En los últimos tiempos los portales y las webs sites corporativas han tratado de almacenar esta
información y hacerla actual, accesible, segura, distribuida y comunicada, pretendiendo convertir la
información no estructurada en información que se usa. Este es un buen propósito.
Según este deseo lo que un sistema de gestión de contenidos necesita es procurarse soluciones de:
Búsqueda. Una búsqueda simple en Google sobre KM (gestión de conocimiento) puede dar más
de 800.000 respuestas, mientras una empresa como Motorola puede estar manejando
documentos que ocupan en total 4,8 terabytes, algo así como 88 millones de libros de 300
páginas. Por lo tanto, queda claro que buscar información es un problema serio de un sistema de
gestión de contenidos.
Gestión de información (algunos lo llaman erróneamente gestión de conocimiento) para la
creación, diseminación y uso de esta información con algún propósito.
Gestión documental para trabajar con documentos críticos en una organización que, como hemos
dicho, en algunas empresas puede traer importantes y desastrosas consecuencias. En este caso
cobra importancia la gestión de actualizaciones y versiones, atendiendo a las revisiones y la
trazabilidad de los cambios que se realizan en los documentos y en las consecuencias de estos
cambios. De alguna manera debe controlarse la producción, almacenamiento y distribución de
dichos documentos.
Archivo de documentos, algo tan importante como su circulación. En este sentido cobra
importancia también la destrucción de los mismos. En las organizaciones públicas esta gestión
necesita especial cuidado, dadas las necesidades de transparencia y requisitos legales
asociados.
Gestión de sitios webs. Las organizaciones empiezan a tener muchas webs sites, los empleados
a tener la suya propia. Existen webs por proyectos, eventos, departamentos, etc., y esta gestión
se está complicando sobremanera. Los contenidos de estas webs son multimedia y pueden
usarse de distintas maneras, para marketing, para atraer inversores, ofrecer trabajo, gestionar la
investigación y el desarrollo, atraer inversores, dar la voz a los clientes, etc., etc. Hoy existen
tecnologías que han resuelto el cuello de botella que suponen los web-master, ya que facilitan
sobremanera el mantenimiento de la información por métodos sencillos y accesibles.
Equipos y colaboraciones, es un área, que aunque recibe aquí el mismo tratamiento que las
demás, veremos cómo está día a día adquiriendo nuevas dimensiones en lo que respecta al
trabajo colaborativo. Estas herramientas de colaboración son específicas para el trabajo de
equipos virtuales, que en principio deben compartir información y colaborar en proyectos.
Portales, son webs sites de recursos acerca de un tema o asunto, que contiene información, links
e información relacionada, constituyendo en sí mismos pequeños mundos para expertos,
aficionados, etc.
Contenidos avanzados y multimedia, son todas las herramientas que hacen uso de formatos
integrados de voz, video, datos, etc., articulando a través de distintos soportes tales como el
ordenador, el teléfono, portátiles y tecnología móvil.
Flujos de trabajo, (Workflow) es una tecnología y un método para coordinar personas en los
múltiples procesos que suceden en las organizaciones, desde una petición de compra a un
proyecto concreto. Estas tecnologías ayudan a coordinar efectivamente estos procesos, a
definirlos en primera instancia y a mejorarlos con su uso.
Transacciones o aplicaciones de extensión de la información (Enterprise Application
Extension) trata todos los aspectos relacionados con las transacciones y en alguna medida
engloba ERP (Enterprise Resource Planning) y CRM (Customer Relationship Management).
En el caso de EAE, se trata de relacionar transacciones y procesos internos, para garantizar la
coordinación, la seguridad y la productividad de estos procesos.
BÚSQUEDA DE INFORMACIÓN
Información es lo que sobra.
Muchos profesionales pasan buena parte de su tiempo, algunas encuestas dicen que un mínimo de
dos horas, para buscar información. Hoy en día casi todas las búsquedas pasan por Google, y en
menor proporción por Excite, dos sofisticados buscadores de información en la web. Quedan lejos
los tiempos en los que Dialog ofrecía servicios de búsqueda de información en sus numerosas bases
de datos. Las empresas de software han trabajado mucho la indexación de documentos, y con ello
mejorado sensiblemente el proceso de búsqueda de información.
La cuestión es ir refinando la búsqueda de información introduciendo cada vez palabras más
precisas acerca de lo que estamos buscando. Las claves de cualquier búsqueda son la habilidad de
tratar solo información relevante e ignorar la que no lo es. Generalmente los buscadores permiten la
utilización de algunas técnicas para mejorar el proceso de búsqueda, que generalmente culmina en
una serie de páginas webs que satisfacen el requerimiento (o simplemente contienen la palabra
buscada). Las búsquedas se presentan en ranking según un orden calculado estadísticamente y basado
en los términos de búsqueda. Es sabido que una de las características que hacen que un sitio sea
situado en los primeros lugares del ranking depende en buena medida del número de links a otras
páginas que el sitio ofrece, algo que determina en los buscadores más populares la relevancia del
documento, simplemente por el hecho de que un documento HTML contiene otros documentos
similares «dentro».
Algunas herramientas de búsqueda sofisticada permiten hacer resúmenes, valorar la información,
observar lo que otras personas han visto, el documento que han buscado, ofrecer algún documento
similar, otros documentos analizados por las personas que vieron el documento en cuestión, otros
documentos similares, etc. En el futuro los buscadores tratarán de aprender del comportamiento de la
persona que busca.
De momento el estado de la cuestión está en desarrollos tales como:
Webs semánticas y uso del lenguaje natural para determinar la búsqueda.
Sumarios automáticos de los documentos.
Clusterización de resultados de búsqueda.
Extracción de significados, nombres y conceptos clave extraídos del texto.
Búsqueda compartida donde varios usuarios agregan información de sus resultados de
búsqueda.
Categorización y clasificación automáticas basadas en taxonomías predefinidas.
Este es un asunto que se sale del propósito de este libro, pero conviene tenerlo en cuenta ya que
las cantidades invertidas en la búsqueda de información son impresionantes si hacemos unos
pequeños números.
GESTIÓN DOCUMENTAL
Muchas empresas en sectores como el farmacéutico, aeronáutico y financiero usan cantidades
ingentes de documentos. Muchas de ellas además están obligadas por estrictas regulaciones acerca
de la documentación que acompaña a numerosos procesos que pueden ser auditados por las
autoridades en cualquier momento.
En estas y en otras empresas de otros sectores cada vez más se trabaja con un sistema documental
muy sofisticado y que gracias a la tecnología comprende la documentación digitalizada y la
documentación en papel, y que se puede analizar desde una perspectiva múltiple, tal como señalamos
a continuación:
Creación del documento. La creación de documentos se realiza hoy de forma muy sencilla
dentro de los sistemas habituales de software, a lo que hay que añadir la generación de
documentos procedentes del escaneado de documentos escritos. El principal reto de la gestión
documental reside en su almacenamiento y en la gestión del acceso. Muchas personas pueden
necesitar los documentos pero solo unas pocas podrán modificarlos. Integración en procesos de
trabajo.
Sistemas de seguridad y de modificación de documentos. Aquí las formas de gestionar las
modificaciones es muy variada pero podemos establecer un camino crítico que comprenda:
petición de cambio al autor, aprobación de cambio, cambio y archivo de la nueva versión. Este
esquema básico puede complicarse a gusto con aprobaciones de diferentes niveles, trazabilidad
de los cambios en el documento, etc., etc. Este sistema de seguridad y modificación de
documentos en ocasiones afectará a los procesos de trabajo, por ejemplo un cambio en la forma
de documentar una compra puede cambiar el proceso de compra sin desaparecer la necesidad
de supervisar la calidad y cantidad del pedido. Dentro de esta gestión estará la consideración
de claves de acceso, cortafuegos para que la información no pueda ser accesible desde fuera de
la organización, etc.
Gestión de imágenes. Durante un tiempo el escaneado de imágenes y textos fue la joya de la
corona, ya que se preveía muy poca dificultad en digitalizar todo tipo de contenidos. No cabe
duda que ha tenido su importancia en sanidad, seguros, donde se han escaneado millones de
informes, pero el problema es que estos documentos digitalizados son muy complicados de
trabajar, o sea, que terminan siendo un archivo de no muy alta calidad, son difíciles de buscar y
ocupan mucho espacio en la memoria del ordenador. Los fabricantes de sistemas han tratado de
solucionar estos problemas permitiendo que se pudiera añadir texto a las imágenes, o
modificarlas, incluyendo autor, título, creación, modificación, y otras informaciones de valor
añadido. Los avances en soporte de almacenamiento hacen que estas facilidades sean má
apreciadas que la fase inicial de escaneado de documentos*.
Cuadro 62
CICLO DE VIDA DE LOS DOCUMENTOS
Uno de los grandes sueños de esta gestión documental ha sido la integración y digitalización total
de todos los documentos y procesos a los que van asociados. Pero en la mayoría de las ocasiones los
sistemas se centralizaron y se complicaron. Con la llegada de internet y la conmutación entre
ordenadores esta integración pierde todo el interés. En todo caso, la oficina sin papeles parecía cosa
de los 80, después de los 90, pero todavía hoy, en el 2006, no ha llegado.
Los usuarios necesitan algo más que acceder a documentos, necesitan incorporarlos a los procesos
de trabajo, y esto significa asociarlos, combinarlos, incorporarlos a flujos de trabajo, revisarlos,
incorporar información añadida, estructurada y no estructurada, en ocasiones digitalmente otras
veces manualmente. Añádase a esto el número creciente de regulaciones de los documentos oficiales,
para que lo inteligente sea pensar en sistemas no totalmente automatizados o centralizados, sino en
sistemas mixtos donde una pequeña aportación humana salva innumerables dificultades y
seguramente costes.
TRANSACCIONES
La industria del software ha desarrollado numerosos productos para articular transacciones en un
intento de manejar eficientemente las mismas en formato electrónico. Podemos mencionar las simples
Hojas de Cálculo, a aplicaciones más potentes tales como Enterprise Resource Palanning (ERP),
Customer Relationship Management (CRM), y Suply Change Management (SCM) que trabajan con
muchos datos e incorporan operaciones relacionadas con las personas, los inventarios, la
contabilidad, y los clientes y proveedores. De hecho, un sistema de esta naturaleza trata de integrar
todos estos conceptos partiendo de los procesos críticos de la organización.
Se dice que estos sistemas trabajan con datos, mientras la gestión de contenidos que nosotros
estamos tratando aquí trata con datos y también con otros numerosos formatos de información, por
ejemplo texto no estructurado o imágenes.
El asunto es que después de importantes inversiones en sistemas ERP o CRM todavía existe un
importante caudal de información que está fuera de estos sistemas, que resultan ser meramente
operacionales. Prometían integración y transparencia, pero estos sistemas solo ofrecen datos y les
falta conectarse a los procesos de negocio, que necesitan de otros contenidos para satisfacer las
necesidades y expectativas de los clientes. Estos sistemas deben, pues, integrarse en sistemas de
gestión de contenidos de mayor rango y no al revés. Lo que sucede no es lo que un sistema
perfectamente diseñado hace, sino cómo responde a las múltiples excepciones, porque los clientes
dicen que no han recibido la factura, el envío no se ajusta a lo que solicitaron, llegan mal los precios
o simplemente el producto no funciona.
El asunto es abandonar la transacción como centro y pasar a pensar en procesos. Las transacciones
pueden ser conectadas, pero conectar documentos por procesos es más productivo y eficiente.
Moverse de una gestión basada en transacciones a una gestión basada en procesos.
P ortale s
Son una ventana a numerosas aplicaciones. Un portal es a la web lo que Windows es al sistema
operativo MS-DOS, permiten un camino consistente y uniforme para las aplicaciones. Desde sus
inicio, en donde los portales eran prácticamente páginas personalizadas de links e información. En el
nivel corporativo se usan para establecer una puerta de acceso personalizada, combinando
información personal, corporativa, de trabajo en equipo, etc. Pueden aportar sistemas de búsqueda
adaptados a distintas necesidades, y acceso a categorías específicas de información.
Cuadro 63
FUTURO DE LAS HERRAMIENTAS DE GESTIÓN DE CONTENIDOS
Bandas
Multimedia e integración de contenidos en redes de banda
cada vez
ancha con capacidad creciente.
más anchas
Mercados
Mercados on line para todo tipo de productos y servicios.
virtuales
Cuadro 64
GESTIÓN DE CONOCIMIENTO DE PRIMERA GENERACIÓN
El ciclo de vida del conocimiento en este caso se plantea como se ve en el Cuadro 65.
Cuadro 65
CICLO DEL CONOCIMIENTO (PRIMERA GENERACIÓN)
Cuadro 66
GESTIÓN DE CONOCIMIENTO DE PRIMERA GENERACIÓN Y
ACTIVIDADES PARA DESARROLLARLO
Véase la Tabla.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Rifkin, J.: La era del acceso, Editorial Paidós. Madrid (2000).
La fiebre de los sistemas de escaneado es un ejemplo de los espejismos que producen las tecnologías
respecto a lo que realmente pueden ofrecer.
13
Gestión del Conocimiento de segunda
generación: gestión de los flujos de
intercambio y creación de conocimiento
Estos tres autores ponen las bases que hacen posible una intuición que hay que investigar y llevar a
la práctica:
«Con el uso intensivo de las tecnologías de la información y con la creación de dinámicas de
conocimiento en las que colaboran todas las personas podemos desplegar la productividad de la
empresa de forma exponencial».
La necesidad de cambio constante, como hemos visto, lleva a los investigadores a preguntarse por
la organización que es capaz de aceptarlo, y aún más, hacer de esa adaptabilidad una ventaja. El
aprendizaje en la empresa ha sido tratado básicamente por Argyris y Shon, que desarrollan los
conceptos de aprendizaje simple y aprendizaje sobre el aprendizaje.
Senge, con su «best-seller», La quinta disciplina recupera estos conceptos y enfatiza que la
mayoría de las empresas sufren algunas insuficiencias al aprender. Se inscribe en la tradición
holística, con el análisis sistémico, retando la costumbre occidental de tratar solo partes de forma
reduccionista. Propone que el análisis sistémico es una mezcla de razón e intuición.
Peter Senge plantea un análisis sistémico para fomentar el aprendizaje en las organizaciones,
desterrando de entrada una relación causaefecto simple, que muchas veces no contribuye a soluciones
óptimas parciales, no siempre óptimas desde una visión integrada.
La fragmentación de los problemas y su reducción a modelos de respuesta simple la llevamos en
los genes y siempre es difícil descartar este modelo mental de nuestro proceder, pero esta es la
condición de partida para crear organizaciones inteligentes. Estas organizaciones inteligentes son
aquellas en las que es posible el aprendizaje personal y colectivo, y donde este aprendizaje no solo
tiene un valor instrumental —para conseguir rendimientos— sino que este aprendizaje forma parte
intrínseca del desarrollo personal vital de la persona.
Para ello Senge propone el análisis sistémico, el dominio personal, para no caer en las redes de
los sistemas, desafiar los modelos mentales al uso, crear visión compartida y aprender en equipo.
Las siete barreras para el aprendizaje según Senge son:
Ver la actividad personal como un todo sin integrarla en un conjunto visión-misión.
Buscar la causa de los problemas en el exterior.
Activismo contra algo o alguien, en vez de buscar activamente oportunidades.
Pensar en hechos inmediatos, generalmente síntomas y causas inmediatas, y no en las
interacciones.
No darnos cuenta de cambios graduales (pequeñas señales son ignoradas) y concentración casi
exclusiva en las cifras, ventas, costes, beneficios, etc.
Pensar que la experiencia es una fuente de aprendizaje. Lo que realmente es una fuente de
aprendizaje es la reflexión sobre la experiencia, y además muchas decisiones no las
experimentamos en sentido estricto.
El equipo directivo mitificado como solucionador de problemas.
De hecho muchas veces, si no la mayoría, los procedimientos «funcionan » porque las personas
hacen ajustes mutuos para que las cosas salgan adelante. No hay nada más fácil que boicotear un
procedimiento: seguirlo al pie de la letra.
Las cinco disciplinas de Senge son resumidas las siguientes:
Senge coincide casi plenamente con Nonaka y Takeuchi, pero todavía existen algunas matizaciones
entre las dos visiones.
Básicamente el argumento de Nonaka es que la teoría del aprendizaje organizacional está todavía
atrapada en un esquema de estímulo-respuesta de los individuos, y que los autores se deslizan
siempre hacia el aprendizaje individual sin tratar el aprendizaje organizacional (una simple metáfora
para muchos de ellos), y sobre todo, que el aprendizaje organizacional parece un proceso adaptativo
(basado en la experiencia pasada y en la modificación de rutinas de acción) y no un proceso de
creación de conocimiento. En la teoría de Senge, para aprender a aprender (double loop learning) la
organización necesita estímulos externos, como por ejemplo un programa de cambio.
La creación de conocimiento de Nonaka embebe dentro de la organización el proceso de creación
de nuevo conocimiento, dentro de las rutinas diarias, y no como algo excepcional. La capacidad de
aprender a aprender está inmersa en la organización basada en el conocimiento.
Intercambio/socialización:
Externalización:
Sesiones de equipo, Sesiones
metáforas, conceptos de
A/De de creatividad, observación.
productos, eslogans,
tácito Aprendices y sus maestros
frases reto, analogía.
como principal ejemplo.
(Organización).
(Grupo).
Combinación: formación
Internalización: convencional, y
experimentación, aprender sistematización,
A/De
haciendo, benchmarking, clasificación y
explícito
reclamaciones de clientes. combinación de la
(Organización). información existentes.
(Grupo).
Esta espiral de intercambio, que pasa del individuo al grupo, y de éste a toda la organización, es la
que produce la innovación a la larga, a través de la creación de nuevos conocimientos. Para gestionar
este proceso se destacan algunos aspectos muy novedosos en relación a la gestión empresarial
convencional:
La creación de conocimiento es un proceso de intercambio de conocimientos y es importante
crear espacios y tiempo para compartirlos.
Es necesario tolerar la incertidumbre y la redundancia.
Es necesario acudir al lenguaje figurativo y al simbolismo para expresar el conocimiento tácito.
No es muy fácil contestar de forma no figurativa a cuestiones como: ¿qué quieren nuestros
clientes?, ¿qué ofrece el nuevo producto?
Las personas son las únicas transmisoras de conocimiento. Los directivos de empresa son los
que crean los propósitos y los retos.
Esto son palabras mayores para los directivos clásicos, y sobre todo si pertenecen a una
organización que descansa su cultura sobre todo en los procedimientos. La organización basada en la
autonomía de las personas es muy difícil de asimilar en culturas que dividen el trabajo al límite,
controlan su ejecución, tratan las excepciones (aquello que se sale del procedimiento) en las
instancias jerárquicas superiores (sólo el superior trata la excepción), y sobre todo consideran a la
empresa una máquina basada en procedimientos repetitivos. La excepción es un problema para la
empresa mecánica, para la empresa del conocimiento es una oportunidad.
Las organizaciones tradicionales fracasan cuando las excepciones son muchas. Hoy en día la
excepción es la regla y ya nada permite pensar en producciones o servicios que no estén
prácticamente hechos a medida de la necesidad de cada cliente. A ello hay que añadir cambios
tecnológicos rápidos, y respuestas de competidores y nuevos entrantes, de manera que en muchos
sectores, la dinámica de cambio es tal que la organización no preparada para percibirlos, asimilarlos
y responder de forma integrada, se mantendrá, si se mantiene, en una continua crisis. Pero para los
apóstoles de la organización caótica, en el extremo opuesto, la paradoja surge cuando se comprueba
que la organización procedimentada es la más eficaz en la ejecución de las actividades rutinarias.
La clave está en combinar las dos fortalezas, la fortaleza del método y del sistema, junto con la
posibilidad de aprender a mejorarlo, pero sobre todo, en los tiempos actuales, aprender a cambiarlo.
Sin embargo en la práctica de la gestión empresarial, mientras que la mejora de la productividad ha
contado con mucha dedicación de expertos e investigadores, la innovación está en el territorio de lo
anecdótico, lejos de constituir un cuerpo disciplinar con principios de gestión aceptados.
Nonaka y Takeuchi recuperan en su modelo la importancia del conocimiento tácito y crean un
modelo referido al proceso de creación basado en intercambio de conocimiento tácito y explícito a
nivel individual y grupal, en un diálogo entre individuo y organización.
Estos autores son centrales en el desarrollo de la investigación CONEX. Plantean la necesidad de
una nueva teoría de la organización porque se ha estudiado muy poco acerca de cómo se crea
realmente el conocimiento para innovar. Nonaka ha sido un autor referente en el campo del
desarrollo de nuevos productos, y fue profundizando en el campo del diseño y desarrollo de nuevos
productos desde donde se empezó a hablar del conocimiento tácito, y en cómo este conocimiento es
explicitado en atributos y características de producto, luego crea su modelo SECI de socialización,
externalización, combinación e internalización.
Nonaka plantea que las organizaciones, para sobrevivir, no pueden limitarse a tratar información,
deben dar un paso más: crear conocimiento, y parte de unos principios que enfocan el uso del
conocimiento en la empresa y nos ayudan a separar el polvo de la paja.
Sveiby nos plantea la idea de las estrategias basadas en el conocimiento con los siguientes
argumentos:
1. Coincide con otros autores en la idea emergente de una teoría de la empresa basada en el
conocimiento.
2. Parte de dos epistemologías para dirigir investigación y práctica:
a. Cognitiva, representada por Simon, en donde se da por sentado que las organizaciones son
sistemas abiertos que desarrollan conocimientos por representación cada vez más exacta
del mundo. La clave de esta posición es recoger cuanta más información mejor, y se
igualan conocimiento e información, y la tarea de la organización es procesar información.
b. La perspectiva «autopoiética», ve a los sistemas como abiertos y cerrados al mismo
tiempo. Lo que entra en la empresa son datos, mientras el conocimiento siempre reside en
la persona Polanyi(4), con una parte importante de conocimiento tácito. Los datos son
objetivos y vienen del entorno, pero la información y el conocimiento son interpretados en
un determinado contexto organizacional, una forma particular de representar la realidad. La
organización lo es porque sus individuos comparten el marco de referencia.
3. Se apoya en Nonaka para señalar que son las personas las que crean conocimiento al dar
sentido a los datos y a la información, comprometiéndose con la creencia. Conocer es entonces
crear significados.
4. Basándose en Polanyi y Wittgenstein, Sveiby define el conocimiento como una capacidad (que
puede ser o no consciente) de actuar.
5. Cada individuo recrea su capacidad a través de la experiencia-visión en un sentido
constructivista.
Sveiby sigue un camino coherente con Nonaka y Takeuchi al afirmar que: «el conocimiento es
dinámico, personal, y radicalmente diferente a los datos (símbolos no estructurados), y la
información (comunicación explícita). Conocimiento es capacidad de actuar. Para este autor la
estrategia basada en el conocimiento debe comenzar por la capacidad de las personas, que son los
únicos agentes de la empresa.
De ahí que Sveiby plantee una empresa basada en relaciones humanas, es decir, Sveiby señala
que: las personas crean estructuras para comunicarse, externas e internas.
Pero la estructura no es un objeto, no es física, es conectividad. Importa más la relación que el
nodo, los eventos relacionados entre sí.
Lo verdadera importante es el gerundio «conociendo» y «organizando».
Las personas crean valor mientras van conociendo (actuando) hacia el interior (estructura
interna: procesos, herramientas) o hacia el exterior (productos, relaciones con clientes,
proveedores, etc.).
A partir de aquí articula un modelo de creación de valor basado en las tres familias de activos
intangibles: capital estructural, capital relacional y capital humano.
El Capital Relacional es básicamente:
Captar señales del mercado y hacerlas significativas para la organización.
La capacidad de conocer las necesidades de los clientes.
La capacidad de aprender del entorno (Centros de investigación, universidades, comunidades de
interés).
La estructura interna y externa que hace posible la solución de problemas.
La capacidad de tener recursos que ayuden a resolver problemas (I+D, equipos de mejora con
clientes, etc.).
La estructura interna (Capital Estructural) es la capitalización de lo aprendido en:
El procedimiento para crear procedimientos.
Los propios procedimientos, procesos.
Las máquinas, el proceso logístico integral (incluido el proceso de producción)*.
El proceso de mejora continúa.
Los sistemas informáticos y administrativos.
El capital humano se refiere a los individuos y su capacidad, lo que incluye la cultura, el clima y
capacidad de retención de la organización. Incluye
Capacidad personal.
Expertos.
Personal de I+D.
Operarios.
Fuerza de ventas.
El valor crece cada vez que se produce una transferencia, tal como se refleja en el Cuadro 68:
Cuadro 68
FLUJOS DE CONOCIMIENTO ENTRE TRES ESTRUCTURAS
Cuadro 69
FLUJOS DE CONOCIMIENTO ENTRE LAS TRES ESTRUCTURAS
1. Entre Competencias Individuales (CI → CI)
2. De Competencias Individuales a Estructura Externa (CI → EE)
3. De Estructura Externa a Competencias Individuales (EE → CI)
4. De Competencias Individuales a Estructura Interna (CI → EI)
5. De Estructura Interna a Competencias Individuales (EI → CI)
6. De Estructura Externa a Estructura Externa (EE → EE)
7. De Estructura Externa a Estructura Inrterna (EE → EI)
8. De Estructura Interna a Estructura Externa (EI → EE)
9. Entre Estructura Interna a Estructura Interna (EI → EI)
GESTIÓN DE COLABORACIONES
La gestión de colaboraciones parte de presupuestos diferentes a los de la GC de primera
generación (véase Cuadro 70):
Cuadro 70
GESTIÓN DE CONOCIMIENTO DE SEGUNDA GENERACIÓN
Concepto
Flujo, intercambio
clave
Y dentro de la organización:
Foros.
Consultoría interna.
Sistema de consultas a expertos.
Lecciones aprendidas.
Benchmarking interno.
Centros de excelencia y recursos.
Equipos virtuales.
Narrativas, story telling.
Rotaciones.
Si tomamos los canales uno a uno podemos poner ejemplos de actividades que activan la
transferencia de conocimiento entre las estructuras:
1. Entre competencias individuales. ¿Cómo podemos hacer para mejorar la transferencia de
competencias entre las personas de nuestra organización:
a. Foros.
b. Rotaciones.
c. Consultoría interna.
d. Sistema de consultas a expertos.
e. Lecciones aprendidas.
f. Benchmarking interno.
g. Narrativas.
h. Programas maestro-aprendiz.
i. Planes de acogida con paso por distintas funciones y actividades.
4. De competencia individual a estructura interna. ¿Cómo podemos transferir las competencias que
tenemos a los sistemas internos de la compañía?*.
a. Participar en la creación de la visión, misión, valores.
b. Alimentar la memoria organizativa.
c. Crear procedimientos, manuales, plantillas, etc.
d. Mejora continua.
e. Redactar lecciones aprendidas.
f. Redactar buenas prácticas.
g. Aportar información sobre el entorno.
7. De estructura externa a estructura interna. ¿De qué forma pueden nuestros clientes,
competidores, centros de investigación, etc., mejorar los sistemas, herramientas y
procedimientos de la empresa?
a. Benchmarking.
b. Asistencia en certificación y homologación.
c. Evaluaciones realizadas por agentes externos (clientes).
d. Implantación de sistemas informáticos compatibles- Accesibilidad.
e. Sugerencias y reclamaciones.
9. Estructura interna a estructura interna. ¿Cómo podemos integrar, relacionar y comunicar nuestros
sistemas internos?
a. Integración de estrategias en forma de despliegue de objetivos.
b. Integración de procesos.
c. Gestión de competencias e integración de necesidades (Mapa de competencias).
d. Paginas amarillas.
e. Bases de datos relacionadas.
Cuadro 71
GESTIÓN DE CONOCIMIENTO DE SEGUNDA GENERACIÓN Y
ACTIVIDADES PARA DESARROLLO
Véase la Tabla.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Nonaka, I. y Tackeuchi: The Knowledge Creating Comapny, Oxford Press (1995).
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Journal of Intellectual Capital, Vol 2, N. 4 (2001).
4. Polanyi, M.: Personal knowledge. London: Routledge and Kegan Paul (1958).
Durante la Revolución Industrial y bajo el concepto de «la fábrica» buena parte del conocimiento de
la empresa se ha orientado, casi en exclusiva, a mejorar el proceso de logística integral desde la
recepción de materia prima a su distribución al mercado.
Este canal coincide con la GC de primera generación. En una dirección podríamos decir que la GC
de primera generación se concentra en este canal de intercambio y creación de conocimiento en la
medida en que las personas generan documentos y sistemas.
Los flujos de la GC de la segunda generación de GC son una manera de hablar para promover la
interacción. Ahora necesitamos saber que ese canal además activa conocimiento realmente, nuevo
conocimiento, por lo que es necesario analizar las rutinas en donde el conocimiento se crea. La
mayoría de las veces buscamos la eficiencia de las operaciones mediante reglas, procedimientos,
etc., en un ejercicio de resolución de problemas y de toma de decisiones constantes, pero ¿dónde se
genera el nuevo conocimiento? ¿Dónde se crea conocimiento?
INTEGRAR CONOCIMIENTO
R. M. Grant(1) es un autor que construye sobre el problema de la integración del conocimiento y
plantea que el conocimiento es el recurso más importante en la medida en que las empresas aplican
conocimiento a los procesos de producción de bienes y servicios, y de hecho las empresas existen
con el propósito básico de coordinar el conocimiento de los especialistas, siendo esta la función de
la dirección en la empresa.
Para Grant el conocimiento es creado y mantenido por los individuos no por la organización. De
esta manera la coordinación del conocimiento especializado es muy difícil por sí misma, y no sólo
por la dificultad inherente a la divergencia de intereses y objetivos de los miembros de la
organización. Para coordinar este conocimiento se pueden usar normas o directivas, procesos, etc.,
procesos secuenciales donde cada especialista produce una parte independiente del resultado final, y
rutinas de ajuste mutuo, en donde se coordinan los trabajos individuales; y finalmente lo que Grant
llama grupo de solución de problemas, y grupos de decisión, con un importante nivel de interacción y
contacto personal.
Estos mecanismos de coordinación del «conocimiento especializado» depende de otros factores
relacionados con los miembros de la organización. En primer lugar el lenguaje, y las formas de
comunicación simbólica, por ejemplo argot, estadísticas, formas de representación, software. La
propia especialización implica que cuando dos personas comparten los mismos conocimientos
previos, su comunicación es más fluida, pero si la experiencia es la misma, la necesidad de integrar
será menor. Por otro lado el entendimiento entre personas con dominios muy diferentes solo se
produce a niveles muy básicos.
Grant habla de significados compartidos (shared meaning) o modelos mentales que facilitan la
transferencia de conocimiento tácito, por ejemplo a través de metáforas, analogías, narrativas, como
vehículos de transmisión de experiencias personales. El reconocimiento de dominios de
conocimiento, saber lo que los otros saben, es un factor clave en la facilidad de intercambio.
La preocupación de Grant es, pues, integrar el conocimiento que poseen los individuos como un
recurso decisivo, y mantiene en alguna medida la perspectiva del conocimiento como un bien
intercambiable a voluntad. La habilidad de una empresa para integrar estos conocimientos sería la
fuente de ventaja competitiva, por lo que afirma, que tan decisivo como profundizar en el
conocimiento es compartirlo mediante seminarios, rotaciones, etc. Las implicaciones sobre el diseño
organizativo son importantes en la medida en que la jerarquía es menos adecuada para la integración
de conocimientos, y más adecuada para el procesamiento de información. Igualmente merece
consideración el hecho de que a medida que el conocimiento es más tácito las decisiones deben ser
descentralizadas, y lo contrario también es cierto.
Si observamos detenidamente vemos cómo Grant todavía no abandona la idea del conocimiento
como algo transferible, capaz de moverse a voluntad.
Snowden(2), sin embargo, plantea el conocimiento como un acto complejo. El conocimiento no es
una «cosa» o un «objeto», y como se ha visto en la primera parte de esta publicación, se entiende
verdaderamente en su naturaleza dinámica. Stacey(3) es también concluyente cuando dice que «el
conocimiento no es una cosa, o un sistema, sino un efímero proceso de relación». Si se toma esta
perspectiva, nadie posee el conocimiento, y por lo tanto no puede ser almacenado, medido y
ciertamente no puede ser gestionado. Esta aseveración deja fuera la teoría y práctica dominante que
caracteriza la epistemología kantiana, que separa el objeto conocido y el conocedor.
Aunque la posición parezca extrema, existe un importante debate sobre la posibilidad o no de
gestionar el conocimiento, y este debate no es puramente académico. Ya señalamos en esta
publicación que existen razones prácticas que nos llevarían a adoptar la GC de tercera generación,
como por ejemplo:
Nadie sabe si alguien está usando o no su conocimiento.
Sabemos siempre más de lo que podemos escribir o contar. Incluso la naturaleza de lo que
escribimos es muy diferente de lo que contamos, porque en el primer caso estamos ante una
actividad reflexiva, que consume muchísimo tiempo. Es un conocimiento de alto valor, pero muy
costoso.
Solo sabemos lo que sabemos cuando actuamos, y actuamos cuando lo necesitamos, de manera
que el conocimiento es contextual y se activa en determinadas circunstancias. Preguntarle a
alguien en vacío, sobre lo que sabe, es una cuestión sin sentido.
En todo caso, nosotros participamos de esta manera de entender el conocimiento pero hemos
decidido establecer un modelo evolutivo que no olvida la GC de primera y segunda generación. Se
trata de hablar del conocimiento como objeto, o como flujo, en donde nos hemos centrado en
contenido, o en agentes, ahora incorporamos el contexto y lo vamos a hacer a través de las
comunidades de práctica. Las comunidades de práctica son grupos de personas que forman una
comunidad alrededor de una práctica, y que por lo tanto son grupos en donde el contexto es común.
En este caso el contexto coincide con los mecanismos 3 y 4 de Grant referidos a la forma de
comunicación y a la experiencia previa de los miembros de la comunidad.
COMUNIDADES DE PRÁCTICA
Ha sido, en nuestra opinión, Seely Brown, quien ha dado con la clave que diferencia a una CoP de
otros grupos como comunidades de interés, o de aprendizaje. Las comunidades de interés y
aprendizaje según Calzada* se diferencian básicamente por su objetivo. En las primeras los
miembros buscan estar informados, mientras en las segundas se busca aprender. Nosotros creemos
que las CoP albergan por su propia naturaleza actividades creativas, rutinas creativas, relacionadas
sobre todo con la redefinición de problemas y la toma de decisiones.
Las CoP, señalan Seely and Duguid(4), pueden ser la unidad de análisis y de intervención donde se
crea conocimiento. Esta forma de entender la CoP como unidad de análisis, a camino entre la
organización y el individuo, puede permitir un lugar común donde superar pragmáticamente y
conceptualmente la naturaleza etérea y compleja del conocimiento, y las diferencias conceptuales de
distintas escuelas en torno a la creación de conocimiento. Desde un plano pragmático la CoP
disuelve muchos de los problemas de aplicación de modelos de conversión de conocimiento tácito y
explícito y ayuda a integrar en la práctica las dinámicas complejas entre agentes, contextos y
contenidos. Sólo hay conocimiento si hay acción, de manera que lo que nos interesa no es tanto
entender o diseccionar el acto de conocer como las circunstancias colectivas y contextuales que
permiten su producción. Por eso la Gestión de Conocimiento de tercera generación se basa en la
gestión de las CoP.
Una CoP se convierte en la célula básica de la creación de conocimiento en la GC de tercera
generación porque en ella se produce el acto natural de la mejora y la innovación intrínseco a la
naturaleza humana, y donde si se dan condiciones, se innova, y como algo inevitable, se aprende.
Añadamos con Seely Brown que la palabra práctica es fundamental, muchas veces trivializada, para
concluir que en una CoP se produce creación de conocimiento, innovación y aprendizaje, mientras se
trabaja en la práctica diaria, lo que convierte a las CoP en un concepto clave como unidad básica de
análisis y de intervención en la empresa basada en el conocimiento, como ya se ha dicho.
Una característica intrínseca a las comunidades de práctica es el que se refiere al sentido de
comunidad, donde las redes sociales, el capital social, se constituyen en los elementos que aglutinan
a las comunidades. Este sentido comunitario ha sido profusamente estudiado pero, en contraste, se ha
dado poca importancia a las implicaciones de la «práctica», algo que incluso puede ayudar a
entender aspectos también complejos como confianza y sentido de pertenencia, reconociendo que las
personas no trabajan solo para hacer algo, sino también para buscar la aceptación como miembros
de una comunidad, y esto lo hacen a través de la práctica.
Las comunidades de práctica son construcciones naturales promovidas por las personas, a veces
por las organizaciones, emergen, y sobreviven en las más duras condiciones, incluso en las
organizaciones más jerárquicas y burocratizadas. Responden a la necesidad de que las personas que
están en una práctica se reconozcan en la misma, dándose unos a otros cierto grado de credibilidad y
confianza, para generar sentido de comunidad. En estas comunidades de práctica, se busca sobre todo
la acción (práctica), de manera que si se libera la fuerza creativa y se permite la innovación, el
aprendizaje llega por añadidura (aprender haciendo) para hacer que las personas pasen de capaces a
competentes, mientras fluye la información y se refuerzan los signos de identidad que permiten
diferenciar quién pertenece o no a dicha comunidad.
Ahora la necesidad de distinción viene por el otro lado. ¿En qué se diferencia entonces una CoP de
un grupo multifuncional para desarrollar un producto, un equipo de mejora, o una célula de
fabricación (mini fábricas)? Pues bien, aquí la respuesta es más sutil pero igualmente definitiva. Una
CoP reemplazará como concepto a un grupo de coordinación, mejora o task force, cuando se
promueve la innovación el intercambio de conocimiento tácito y explícito, la relación con agentes
externos, y la formalización constante de la nueva práctica, algo que sólo puede suceder en
condiciones de autoorganización. En alguna medida, la necesidad hace virtud, y la autoorganización
se convierte en un elemento prácticamente imprescindible del desarrollo de una comunidad de
práctica, porque sin ese requisito pierde su esencia.
En todo caso, las CoP son las instancias en las que es posible albergar rutinas creativas, frente a
otras rutinas de coordinación y de mejora. A continuación nos detendremos a explicar por qué las
CoP son el espacio adecuado, aunque la dimensión espacial no explica todo el concepto, para la
creación de conocimiento.
Una CoP es una buena respuesta para trabajos en condiciones de incertidumbre. Sin duda el
trabajo relacionado con la innovación es un trabajo en condiciones de incertidumbre porque la tarea
es indefinida, se trata de innovar pero no sabemos cómo innovaremos, se trata de una búsqueda.
Cuando la tarea es indefinida, no predecible, y basada en la información, donde el aprendizaje es
decisivo, y crear nuevas maneras de hacer las cosas es un acto intelectual y no físico, se necesitan
condiciones nuevas de trabajo. La CoP rescata una capacidad de decisión colectiva cercana a la
práctica, y hace que los portadores de conocimiento se apoderen del proceso en una parte sustancial,
para crear valor*. Aquí aparece otro elemento recurrente, porque la capacidad de decisión genera
sentido de propiedad de la actividad y motivación, frente a procesos «impuestos». En realidad, crear
una CoP es un acto de liberar capacidad de decisión a los que están en la práctica y pueden no solo
hacer bien el trabajo, sino mejorarlo, innovar, y seguramente dar más de lo que se les pide.
Pocas veces una organización, aunque lo intente, puede procedimentar todo el comportamiento de
los individuos y predeterminar todas sus relaciones en el tiempo, y menos en el caso del proceso
innovador. La innovación es un proceso pero no se pueden predecir las interacciones que conducirán
al éxito. Si así fuera bastaría con tener individuos con capacidad y competencia, siguiendo un
procedimiento, pero la realidad es que las personas son las que salvan la imposibilidad de seguir el
procedimiento al pie de la letra. Las personas hacen interpretaciones y mucho más los expertos, por
lo que a los sistemas de gestión solo les queda aprender e incorporar las prácticas reales al sistema
oficial de procedimientos.
En la CoP la fuente de energía que renueva capacidades y competencias es la práctica y la
reflexión sobre esta práctica en comunidad. Se aprende haciendo y reflexionando sobre lo que se
hace. Si el desempeño es colectivo no tiene ningún sentido hablar de competencias individuales, que
en realidad crean disfunciones que anulan los ingredientes imprescindibles del rendimiento, a saber:
«pasión», «entusiasmo», «generosidad, «confianza»… Las CoP son grupos de práctica con
competencias colectivas donde se supera la importancia de la competencia individual base de la GC
de primera generación.
Las CoP capturan la esencia práctica para intercambiar y crear conocimiento de manera compleja.
Y aunque no podamos manejar la complejidad, sí podemos trabajar facilitando las relaciones entre
sus miembros, y aceptando que el conocimiento es una ecuación compleja entre agente, contenido y
contextos o situaciones. Aceptar esta complejidad significa que aceptamos las situaciones
paradójicas y emergentes como forma de creación de conocimiento (Stacey (5)) (Nonaka(6)).
La dinámica compleja de la creación de conocimiento impide su gestión directa y la
monitorización de su recorrido. Véase Cuadro 72.
Cuadro 72
FACTORES QUE IMPIDEN GESTIONAR EL CONOCIMIENTO COMO
CONTENIDO
El conocimiento es flujo y contenido y depende de lo que quieras ver: verás
una cosa u otra.
Surge voluntariamente por interacción de individuos competentes en
condiciones de diversidad.
Surge cuando se necesita y no cuando se procedimenta, luego marcan las
circunstancias.
Y se producen rutinas de exploración y de creación más allá de lo que
podemos contar, y mucho más de lo que podemos escribir.
Cuadro 73
COSTE DE TRANSACCIÓN DE INFORMACIÓN
Las CoP se sitúan en el nivel intermedio entre el individuo y «toda» la organización, reflejando
conjuntos de personas capaces de dar significado común a la información. La práctica hace que el
nivel de comprensión haga menos costoso el intercambio y creación de conocimiento.
Otra de las características que distinguen a las CoP es la cultura, que podemos separar siguiendo a
Snowden en dos aspectos. Uno es el contexto sociocultural, que es corpóreo y puede verse en el
lenguaje oficial, los procedimientos, las herramientas e incluso el espacio físico en el que se
producen las interacciones. El otro aspecto de la cultura es el de las presunciones que dominan las
percepciones y comportamientos. Es el sistema de asunciones e ideas, por el que se da significado a
la información, y genera reglas para decidir, en función de lo que somos, vemos, e interpretamos lo
que vemos.
En las organizaciones generalmente falta el espacio para este segundo aspecto, que es generador
de innovación en la medida en que algunas de las presunciones de partida han cambiado. Las CoP
ayudan sobremanera a dialogar de una forma práctica, con este ente poco aprensible que es el
conocimiento, siempre que el trabajo de la CoP se oriente, no a solucionar problemas, sino a revisar
las premisas de partida.
1. La importancia de establecer espacios de interacción para crear conocimiento, donde todos los
participantes crecen en el proceso dinámico de creación de significados.
2. La importancia de crear valor para la organización.
RUTINAS CREATIVAS
Algunos autores conceptualizan el conocimiento como un proceso dialéctico. En este proceso las
personas se envuelven en relaciones dinámicas y resuelven las contradicciones sintetizándolas,
señalan Nonaka y Toyama; y en el mismo sentido otros autores como Snowden señalan que son estas
contradicciones o paradojas las que crean nuevo conocimiento. Stacey(12) refuerza la idea de que el
conocimiento no es tanto un contenido como una actividad que se desarrolla en un intercambio entre
individuos, y señala junto con Sveiby(13), que el conocimiento es una acto relacional. En la misma
línea, McElroy(14), indica que las personas en cualquier actividad ejecutan lo que podríamos llamar
«reclamaciones» con respecto a esta actividad. Ofrecen por naturaleza, sin que nadie se lo pida,
soluciones y mejoras sobre su actividad. Seely y Duguid llevan estas afirmaciones al espacio social
de las comunidades de práctica donde se producen estas interacciones.
En estos espacios sociales se producen relaciones complejas que combinan conceptos antitéticos,
el todo y las partes, orden y caos, visiones a nivel microeconómico y macroeconómico, interés
individual e interés colectivo, que en forma dialéctica se sintetizan, señalan Nonaka y Toyama. Pero
esta síntesis no es un compromiso o consenso sino la creación de algo nuevo que nace de diferentes
perspectivas, y que para afirmarse combina igualmente pensamiento y acción. El proceso no es un
proceso de optimización, puesto que no se trata de una solución entre dos requerimientos sino la
creación de algo nuevo que rompe una frontera o límite. Por ejemplo, si una empresa como Toyota se
enfrenta a la necesidad de responder a un reto de afrontar la máxima calidad con el menor coste, nace
una paradoja que la firma resuelve creando un nuevo sistema de producción, rompiendo con muchas
asunciones de los sistemas de producción convencionales.
Estas contradicciones o paradojas son constantes en las empresas en la medida en que éstas tienen
que trabajar simultáneamente en varios frentes, tales como mercado local, mercados globales,
velocidad de respuesta y eficiencia al mismo tiempo. Algunos autores señalan que la empresa debe
«deshacer» estos paquetes de objetivos por contradictorios, pero esta afirmación está basada en la
asunción de que las capacidades y competencias de una organización no pueden cambiarse, y que la
estrategia solo tiene un óptimo posible. Sin embargo, el propio proceso de creación de conocimiento
es un proceso que hace trascender los límites de una organización, creando algo nuevo. Es una
coexistencia con el entorno que ofrece nuevas condiciones, mientras que la organización ofrece
nuevas respuestas, que a su vez cambian las condiciones de partida.
La interdependencia se recoge bien en las nuevas aproximaciones teóricas del estructuralismo y la
complejidad, y por el contrario todas aquellas que observan la organización como algo estático,
difícilmente pueden digerir este proceso dinámico.
El punto central es interpretar la creación de conocimiento como «un proceso para alcanzar una
síntesis en el que una organización interactúa con los individuos y con el entorno para trascender las
paradojas que constantemente emergen.
La clave va a estar en entender cómo se produce la interacción entre individuos, grupos internos,
grupos externos, y analizar cómo estos interaccionan con el entorno.
La respuesta debemos encontrarla en las modernas teorías de la organización, recuperando la
visión de la organización como algo que se construye y abandonando el determinismo del
management científico y la organización como un ente que procesa información. La base de esta
teoría está en las nuevas aproximaciones a la Teoría de la Organización y en al declaración de
nuestro punto de partida. La corriente estructuralista estudia la organización desde la manera en que
los sistemas se producen y reproducen por interacciones sociales. Las personas adquieren roles en
estas interacciones y cumplen con reglas de acuerdo a su visión de la realidad.. Las personas
influenciadas por el entorno recrean la realidad en interacciones sociales, de manera que el entorno
es llevado a la organización por personas, que lo interpretan junto a otras personas de la
organización. Estas prácticas sociales son la estructura.
El entorno influencia la visión y la acción, mientras que nosotros influimos sobre el entorno.
Somos parte de ese entorno, y el entorno es parte de nosotros. Las oportunidades y amenazas que nos
rodean diseñan nuestras acciones, y estas diseñan una nueva realidad. Esta realidad se representa con
una conciencia práctica y discursiva, dice Giddens
La conciencia discursiva ayuda a racionalizar las acciones y se convierte en el conocimiento
explícito, pero es la conciencia práctica la verdaderamente poderosa, ya que las personas conocen
más de lo que pueden decir. La conciencia práctica se asimila al conocimiento tácito, que es un
conocimiento basado en la acción, donde se reconcilian las interacciones entre personas y su entorno.
Las acciones e interacciones con el entorno son las que generan nuevo conocimiento. En alguna
manea venimos a decir que darse cuenta es tan importante como hacer algo con ello.
Nonaka señala que el proceso de creación de conocimiento es más una espiral que una secuencia,
en la medida en que el conocimiento se va amplificando. Esta espiral crece en escala, puede
promover otras espirales y circular horizontal o verticalmente a través de comunidades, dentro y
fuera de la organización, trascendiendo secciones, departamentos e incluso los límites de la
organización.
Todo el proceso es un proceso que sucede fuera del ámbito personal, trasciende a los individuos,
en la medida en que sucede en otro nivel. No es aprendizaje, sino creación de conocimiento. El
conocimiento tácito solo puede ser expresado para otros trascendiendo a uno mismo y estableciendo
una cierta empatía con colegas o colaboradores. Las interacciones constantes son las que van
creando significados compartidos entre los individuos, estableciendo modelos mentales y rutinas de
trabajo que son colectivas, no individuales. En la fase de externalización, el trabajo colectivo
permite diferentes perspectivas y puntos de vista para explicitar el conocimiento y hacerlo
disponible para todos, destacando la importancia de ver el mismo fenómeno de forma diferente.
Finalmente los individuos reflexionan acerca del contexto en que el nuevo conocimiento puede ser
utilizado, iniciando la espiral mencionada en el proceso conocido como proceso SECI (socialization,
externalitation, combination, internalization) y que ya hemos descrito en el Capítulo 13.
Comunitario
Legitimar la comunidades y evitar que las comunidades pasen del entusiasmo inicial a la
apatía. Es necesario que sean visibles y respetadas.
Crear contacto y pensamiento común, en donde es imprescindible el contacto personal.
Mantener el contacto personal, fuera incluso de los temas centrales, para conseguir un
ambiente adecuado para el intercambio y creación de conocimiento.
Establecer un grupo central que sea la base de la comunidad, estableciendo otros grupos de
observadores o embajadores para quienes participan sin contribuir.
Tecnológico
Proveer tecnología que disminuya la fricción para la conectividad.
Personal
Aprender a dialogar y a compartir conocimiento.
Nuestra secuencia de actividades para gestionar las CoP, siguiendo en buena medida los retos
planteados por McDermott, son:
Cuadro 74
PROCESO IDENTIFICACIÓN DE COMUNIDADES PRÁCTICA
1. Hacer que las CoP vayan adquiriendo un capital relacional importante. Podríamos hacer que
estas CoP activen los 9 canales de transferencia de conocimiento de la GC de segunda
generación.
2. Hacer que las CoP vayan adquiriendo visibilidad.
Ac c ión
Poner en marcha lo que hemos decidido hacer, respetando la forma en la que se
Fase ha decidido hacerlo
4
Hacerlo realmente
Este es un proceso clave, porque no estamos en la solución sino en una fase de experimentación
donde seguimos aprendiendo de la acción (experimentación activa). Una vez que se ha actuado todos
podemos volver a reflexionar
El ciclo se perpetúa en la medida que los ciclos reflexión acción no tienen solución de
continuidad. Esta manera de trabajar en las CoP incorpora una forma diferente de intervención que
hunde sus raíces en el análisis sistémico y en el constructivismo social, y dialoga con la complejidad
de las relaciones humanas sin fragmentarlas, porque es en esta fragmentación donde se pierde la
perspectiva y la esencia del conocimiento como acto relacional.
La coherencia se consigue para cada organización en retrospectiva, ajustando algunos aspectos que
no han resultado aceptables durante la práctica activa. La lógica, por tanto, no es predecir y trabajar
contra lo predicho, sino reconocer por debajo de la superficie posibilidades nuevas de relación para
crear valor, sacarlas a la luz, con la ayuda inconmensurable del conocimiento tácito de las personas.
La gestión de las CoP está anclada en algunos aspectos que pueden condicionar su éxito:
a. Si está clara o no la identidad de la organización. Indicios de lo que la organización desea ser y
hacer, y de la forma en que decide crear valor.
b. La actitud para buscar más allá de lo solicitado: motivación de las personas.
c. Tener suficiente espacio, capacidad y competencia para reflexionar. Tiempo y espacio para
reflexionar.
d. Poder para experimentar e innovar: capacidad de decisión.
Las CoP se parecen a los grupos de trabajo descritos por muchos autores donde la
autoorganización impera y donde las interacciones no son impuestas de antemano. El esquema
acción-reflexión-implantación tiene la siguientes premisas que forman parte de nuestra particular
manera de ver el trabajo en las CoP y se centra en estas premisas:
Se trabaja sobre una práctica y sobre la natural inclinación de las personas a mejorarla en la
medida que sus miembros mejoran.
Los miembros comparten un contexto sociocultural y un sistema de asunción de ideas que les
permite intercambiar conocimiento ante problemas/oportunidades concretas de forma rápida y
con bajos costes de transacción.
La naturaleza de la práctica combina la exploración de lo nuevo con la aplicación sobre lo
conocido y produce valor mientras que genera un sentido de identidad a los miembros.
Los individuos aprenden y transforman capacidad en competencia.
La rueda continúa en una espiral virtuosa de intercambio y creación de conocimiento
organizacional.
Cuadro 75
CoP PARA ESTRUCTURAR LA INNOVACIÓN
COMPLEJIDAD Y AUTOORGANIZACIÓN
Una gran promesa de las CoP es que pueden ayudar a disolver la gran paradoja existente en las
organizaciones, que han separado en exceso la reflexión y la acción, algo que no puede suceder en un
sociedad del conocimiento, que mueve sobre todo ideas y conceptos. La verdadera revolución de
nuestro tiempo es el cambio en la esencia del trabajo. La hipótesis de la empresa del conocimiento es
que pasamos de un trabajador que cumple órdenes a un trabajador que decide su contribución a los
objetivos de la empresa en la medida en que forma parte del proyecto empresarial y establece su
productividad en términos de calidad e innovación, que mejora lo que hace, que aprende y que se
autoorganiza.
Pero pedir tanto no puede salir gratis, no se puede pedir un cheque en blanco a los colaboradores.
La organización debe ofrecer, para que las CoP sean eficaces y en última instancia emerjan
espontáneamente, una gestión y organización que acepte la complejidad. Esta es una dinámica de
trabajo no habitual y necesita entrenarse además de exigir una gestión diferente.
Las CoP solo pueden funcionar si en la organización se le da un espacio-tiempo para el
intercambio de información y la creación de significados. Al espacio sociocultural clásico que
maneja sólo procedimientos y control es necesario añadir estas CoP como el hábitat natural para
manejar la complejidad y generar autoorganización.
De esta manera, la propuesta de afrontar la Gestión del Conocimiento es, como hemos dicho
muchas veces, no gestionar el conocimiento sino facilitar su flujo. De manera que renunciamos de
entrada a que una organización como un todo se base en el conocimiento, sino que lo que hacemos es
generar el tiempo-espacio adecuado para que fluya, confiando en las personas para que estas creen
nuevo conocimiento para innovar. La forma de cultivar comunidades de práctica es hacer el trabajo
del jardinero revitalizando las CoP naturales y que sin duda existen en las organizaciones, pero que
muchas veces están infrautilizadas porque los sistemas y personas han cedido a la imposición de
procedimiento, que lo que busca es su ejecución precisa y descarta la inteligencia in situ y adaptada
a cada circunstancia.
En una economía de oportunidad donde lo importante es aprovechar las mejores, donde la lógica
es la diversidad de opciones, la creación de un amplio espacio de posibilidades, la sostenibilidad,
no se logra por procedimientos que categorizan respuestas, sino por un esquema de inteligencia que
es sensible a los cambios, que prueba, responde, reflexiona y adopta nuevas prácticas. En este orden.
Los complejidad en los asuntos humanos nace de los distintos intereses de las personas, y en sus
múltiples identidades, cambiantes incluso en un individuo durante un mismo día, lo que hace que para
conseguir crear conocimiento sea necesario reconocer en los grupos interacciones que pueden ser
promovidas, rediseñadas, y que a lo que emerja en forma de respuesta sean las personas de la CoP
las que le den coherencia. Nunca se puede trabajar interveniendo individuo a individuo, como hacen
algunas de las técnicas de recursos humanos, porque el riesgo es que la coherencia sea impuesta por
uno u otro miembro, o desde fuera, y volveremos a donde estábamos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. R. M. Grant: Ver Bibliografía Capítulo 8.
2. Snowden: Ver Bibliografía Capítulo 8 (2002).
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15. McDermott: «How information technology inspired but cannot deliver KM», California
Management Review, Summer (1999).
La mayoría de los grupos de desarrollos de nuevos productos no llegan a ser CoP, aun siguiendo
esquemas de relación multidepartamental y concurrencia de fases, porque el sistema de interacciones
está programado. El proceso en esencia no pertenece a sus miembros sino a un jefe de producto o
similar.
www.sveiby.com/articles/noonghaburra.htm
McDermott llama fricción a la resistencia o dificultad a la que haces frente para conectar, contribuir
y encontrar ayuda. Los sistemas tecnológicos tienen diferentes grados de fricción, por ejemplo si una
conexión es lenta las personas la van abandonando poco a poco.
País 2005 1999 País 2005 1999
Singapur 3 2 Holanda 13 5
Islandia 4 17 Suecia 14 14
Canadá 5 10 Noruega 15 13
Dinamarca 7 8 Austria 17 19
Suiza 8 6 Bavaria 18 —
Australia 9 12 Chile 19 —
Luxemburgo 10 4 Zhejang 20 —
Primera Segunda Tercera
Característica
Generación Generación Generación
Alineado a
Conocimiento Digitalizado Flujo
estrategia
Organización Organización
Organización
basada en que aprende
basada en el
procedimientos conocimiento
Alineado a
Conocimiento Digitalizado Flujo estrategia
Organización
Organización Organización
que aprende y
basada en basada en el Co-evolución
aprende a
procedimiento conocimiento
aprender
Alineado a Complejo,
Conocimiento Digitalizado Flujo
estrategia relacional
Facilitar, Innovación,
Activ. central Almacenar Crear valor
difundir regeneración