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Dios es partidario de nuevos comienzos.

Salmos 112:7-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


7No tendrá temor de malas noticias;
Su corazón está firme, confiado en Jehová.
8Asegurado está su corazón; no temerá,
Hasta que vea en sus enemigos su deseo.
9Reparte, da a los pobres;
Su justicia permanece para siempre;
Su poder será exaltado en gloria.

en las fiestas que instituyó para ellos en Levítico 23. Mira como Dios lo ordenó, léelo. Dios describe un
nuevo año para su pueblo, cuatro estaciones, semanas y días. En otras palabras, cada año tenemos un nuevo
comienzo.
Cada estación llega a nosotros fresca. Cada semana la empezamos y la terminamos el Sábado para empezar
de nuevo. Y cada noche cuando apagamos la luz nos despertamos al día siguiente para gozar de nuevas
misericordias para ese día. Este es un Dios que sabía que nosotros tenemos necesidad de nuevos comienzos.
El verso 11 en Salmos 65 habla de lo que Dios hace en cada nuevo año.

El diccionario nos da una idea de lo que la palabra “bueno” significa. Nos dice que es aquello placentero a
nuestros sentidos. Aquello que es útil y de ganancia. Lo que es abundante, amable y benevolente. La
palabra “bueno”, hablando moralmente, es lo opuesto a lo malo. Significa también adecuado. Conlleva un
estado general de bienestar o felicidad. Es lo mejor de las dos alternativas. En otras palabras, cuando
llegamos a un punto de decisión en la vía, podemos ir a la derecha o izquierda. Hablando en estos términos
esto sería escogemos el buen camino o y el otro sería el malo.
Esta palabra aparece desde el principio de la Biblia. En Génesis la vemos cuando Dios dice que lo que ha
creado es “bueno”. Quiero que tengas esto en mente cuando pensamos en el nuevo año. Porque, según lo
que hemos leído en el Salmos 65:11, se nos dice que el año ya está coronado con lo bueno que proviene de
Dios.
Esto significa algo importante para nosotras a pesar de no saber lo que nos espera en el año que viene. Una
cosa segura es que este año va a ser “bueno” así como nos dice la Palabra de Dios. Dios ya lo ha coronado
con sus bondades. Esto es una buena noticia para nosotras. Dile a alguien que está a tu lado o pasando por
donde estás: ¡Este año va a ser bueno!. La razón por la que va a ser un año bueno es por que tu Dios es
bueno.

Este es un buen momento para que comprendamos que es lo que Dios nos quiere decir con
“bueno”.
La figura que este verso nos da de lo que Dios considera bueno está directamente conectado con
una cosecha, frutos que llevamos a Dios.

Nuestro Dios ya ha coronado el año con su bondad. Nuestro Dios va a ser bueno contigo y conmigo.
Y si lo dejamos obrar el hará que produzcamos mucho fruto. No importa la edad que tengamos.
Nunca pensemos que es tarde para producir frutos. Estamos aquí para cumplir el propósito de Dios
para nuestras vidas para que mostremos al mundo que somos sus hijos.
Escrituras Fundamentales De Texto:
Deuteronomio 28:12 (RVR60) — 12 Te abrirá Jehová su buen
tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y
para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas
naciones, y tú no pedirás prestado.
Hageo 2:19 (RVR60) — 19 ¿No está aún la simiente en el
granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de
olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.
Job 36:28 (RVR60) — 28 La cual destilan las nubes, Goteando
en abundancia sobre los hombres.
Salmos 147:14 (RVR60) — 14 El da en tu territorio la paz; Te
hará saciar con lo mejor del trigo.
Salmos 36:8 (RVR60) — 8 Serán completamente saciados de
la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus
delicias.

“Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan grosura”
—Salmos 65:11

UN AÑO CORONADO CON BONDAD


La palabra ‘coronar’ que se usa en nuestro texto bíblico significa abrazar, rodear o
protección. En este caso, el pensamiento apunta a la protección de Dios, alrededor y de un
cuidado providencial sobre su pueblo. Esta misma palabra hebrea también la usó por el
Salmista David cuando escribió, “El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores
y misericordias” (Salmos 103:4). Este pensamiento también trae a nuestra atención cuando él
dijo: “Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu
favor.”—Salmos 5:12.
“(TUS CAMINOS) SERAN COMPLETAMENTE SACIADOS”
Las palabras ‘(tus caminos) serán completamente saciados’ fueron usadas por David, dando
énfasis a la promesa divina de las bendiciones que son derramadas a su pueblo. La palabra
gordura sugiere abundancia o fertilidad, y fue usada por el salmista en otro salmo donde
escribió: “Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes”
(Salmos 63:5). Él usó esta palabra de nuevo cuando él dijo, “Serán completamente
saciados de la grosura de tu casa, y tú lo abrevarás del torrente de tus delicias”—Salmos 36:
8
Para la gente del Señor, el cierre de un año en sus vidas consagradas y la apertura de otro,
son por lo general un tiempo especial para la reflexión. Ellos sin duda incluirán un
recordatorio mental de sus experiencias personales, el grado de su progreso y crecimiento
espiritual que ocurrió durante el año que pasó. Sus determinaciones serán de naturaleza
espiritual e incluirán un compromiso renovado de ser más decididos y fieles a Dios en
conexión con su alto llamado en Cristo Jesús.
En una escala más grande, los hijos de Dios, se esfuerzan en mirar las señales, de como han
sido predichas para hacer frente a estos sucesos del cierre de la edad de evangelio, esperando
con paciencia la nueva edad prometida del reino de Cristo que está cada vez más cerca. Su
meditación probablemente incluirá la consideración de las profecías y otras escrituras que
tratan de los acontecimientos maravillosos de nuestro día. Con seguridad vivimos en tiempos
trascendentales, mirando adelante a los acontecimientos del futuro y en particular a los del
nuevo año.
Los estudiantes de la Biblia han aprendido a confiar en nuestro Padre Celestial y su Hijo
nuestro Señor Jesucristo, mirando hacia el pasado año y reflexionando sobre los caminos en
los cuales él los ha conducido en la verdad y honradez. Esta reflexión indudablemente incluirá
muchas bendiciones espirituales que podrán recordar con alegría y sobre todo en
compañerismo con los hermanos de esta preciosa fe. Por otra parte, algunas de nuestras
experiencias pueden haber sido dolorosas y difíciles de soportar, aún así las consideramos
con toda la alegría en nuestro llamado especial de Dios.
A los cristianos dedicados y maduros, esta reflexión incluye una sentida devoción de
alabanza a Dios en este nuevo año, recibiéndolo con bendiciones y el logro de un crecimiento
espiritual como nuevas criaturas en Cristo Jesús. En toda esta reflexión, reconocerán que el
año que termina ha estado lleno de pruebas para lo cual mostraran su más alto grado de acción
de gracias

EL REINO DE CRISTO LA ÚNICA ESPERANZA


Muchos pasajes de la escritura pronostican las promesas benditas del reino de Cristo; Isaías
describe aquel maravilloso tiempo en lenguaje simbólico, cuando dice: “A todos los
sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid,
comprad sin dinero sin precio, vino y leche” (Isaías 55:1). El profeta describe el llamado que
se hará en todo el mundo durante el futuro reino de mil años, cuando la humanidad sea
bendecida con la honradez y la verdad.
Acerca de esto Jesús nos dice: “Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed
jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
(Juan 4:14). Esta agua de vida es un símbolo para ilustrar el regalo de vida que se hará
disponible para toda la humanidad sedienta.
Mirando adelante al nuevo año 2007, es apropiado que reflexionamos sobre la misericordia
y provisión de gracia, tanto material como espiritual que hemos disfrutado en el pasado. La
dirección del Señor en nuestra vida no sólo debería ser una parte de nuestra meditación en
este tiempo, también debería incluir una apreciación por las bendiciones que hemos gozado
a través del tiempo de nuestra asociación con la verdad y los hermanos de nuestra preciosa
fe.
Es un tiempo para renovar nuestra consagración y hacer la voluntad de Dios en lo mejor de
nuestra capacidad, esforzándonos a ser fieles hasta la muerte para compartir con el mundo
entero las bendiciones en el Reino de Cristo.

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