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ESCUELA NORMAL SUPERIOR JUAN BAUTISTA ALBERDI

Profesorado en Educación Secundaria en Geografía

Introducción a la Geografía

Trabajo evaluativo n°3

Profesor: Silva Gabriel

Alumna: Corzo Vanesa natividad

Año: 2018

RESPUESTAS:

1- el espacio geográfico se concibe como el espacio socialmente construido, percibido, vivido


y continuamente transformado por las relaciones e interacciones de componentes, a lo largo
del tiempo. El vocablo espacio se presta a una variedad de acepciones. Consideramos el
espacio como una instancia de la sociedad, al mismo nivel que la instancia económica y la
instancia cultural-ideológica. Esto significa que, en tanto que instancia, el espacio contiene y
está contenido por las demás instancias, del mismo modo que cada una de ellas lo contiene
y es por ellas contenida. La economía está en el espacio, así como el espacio está en la
economía. Lo mismo ocurre con lo político-institucional y con lo cultural-ideológico. Eso
quiere decir que la esencia del espacio es social. En ese caso, el espacio no puede estar
formado únicamente por las cosas, los objetos geográficos, naturales o artificiales, cuyo
conjunto nos ofrece la naturaleza. El espacio es todo eso más la sociedad: cada fracción de
la naturaleza abriga una fracción de la sociedad actual. Tenemos así, por una parte, un
conjunto de objetos geográficos distribuidos sobre un territorio, su configuración geográfica o
su configuración espacial, y el modo como esos objetos se muestran ante nuestros ojos, en
su continuidad visible, esto es, el paisaje; por otra parte, lo que da vida a esos objetos, su
principio activo, es decir, todos los procesos sociales representativos de una sociedad en un
momento dado. Esos procesos, resueltos en funciones, se realizan a través de formas. Estas
formas pueden no ser originariamente geográficas, pero terminan por adquirir una expresión
territorial. En realidad, sin las formas, la sociedad, a través de las funciones y procesos, no
se realizaría. De ahí que el espacio contenga a las demás instancias. Está también contenido
en ellas, en la medida que los procesos específicos incluyen el espacio, sea el proceso
económico, sea el proceso institucional, sea el proceso ideológico.

Un elemento de discusión aducido frecuentemente tiene que ver con el hecho de que, al
definir el contexto, podríamos estar incluyendo dos veces la misma categoría o instancia. Por
ejemplo, cuando definimos el espacio como la suma del paisaje (o, mejor aún, de
la configuración geográfica) y de la sociedad. Pero eso, justamente, indica la imbricación
entre las instancias. Como las formas geográficas contienen fracciones de lo social, no son
solamente formas, sino formas-contenido. Por esto, están siempre cambiando de significado,
en la medida que el movimiento social les atribuye, en cada momento, fracciones diferentes
del todo sociales. Puede decirse que la forma, en su cualidad de forma-contenido, está
siendo permanentemente alterada, y que el contenido adquiere una nueva dimensión al
encajarse en la forma. La acción, que es inherente a la función, está en armonía con la forma
que la contiene: así, los procesos sólo adquieren plena significación cuando se materializan.
El movimiento dialéctico entre forma y contenido que preside el espacio, es igualmente el
movimiento dialéctico del todo social, aprehendido en y a través de la realidad geográfica.
Cada localización es, pues, un momento del inmenso movimiento del mundo, aprehendido en
un punto geográfico, un lugar. Por eso mismo, gracias al movimiento social, cada lugar está
siempre cambiando de significado: en cada instante las fracciones de la sociedad que
incorpora no son las mismas.

No debe confundirse localización y lugar. El lugar puede ser el mismo, las localizaciones
cambian. El lugar es un objeto o conjunto de objetos. La localización es un haz de fuerzas
sociales ejerciéndose en un lugar. Además cada lugar tiene, en cada momento, un papel
propio en el proceso productivo. Este, como es sabido, está formado de producción
propiamente dicha, circulación, distribución y consumo.

Se puede decir así que al considerarse el espacio como creación de la sociedad que se sirve
de él y lo interviene, y al incluir los conceptos de localización, lugar, movilización espacial,
etc.; es que surge la noción de espacio geográfico que viene a constituir el centro de
atención de la geografía.

2-paisaje es mirar lo que tenemos ante nuestros ojos, siendo el paisaje entonces lo visible,
lo que abarca el ojo humano, su percepción por parte de observador será diferencial ya que
la misma estará en función de la localización de este lo que le confiere en consecuencia
escalas disimiles. Las dos grandes principales clasificaciones que tenemos de paisaje son:
paisaje natural y paisaje humanizado. El paisaje natural es aquello que no está modificado
por el hombre, a pesar de algunos pequeños enclaves. Son las tierras que no pertenecen a
la ecúmene ósea que no están habitadas, como: las regiones polares, la alta montaña y
alguna selva tropical que es recorrida por cazadores y recolectores que no utilizan el fuego.

El paisaje natural será un espacio recorrido pero no organizado, y con densidades de


población bajas. Se trata de los espacios ocupados por sociedades de recolectores,
pastores, cazadores y pescadores que tienen un conocimiento muy íntimo y especializado
del medio. El área necesaria para procurarse los recursos debe ser muy amplia ya que
dependen de lo que ofrece la naturaleza.

En la actualidad el paisaje natural está en proceso de desaparición por la actividad humana


ya que los humanos destruyen los paisajes para obtener recursos tales como: madera,
piedras, etc.

Existen dos tipos de paisajes naturales: el paisaje costero y el paisaje de interior. El paisaje
costero, como su nombre bien indica, es el que está más próximo al mar. El paisaje de
interior es el que está más alejado de la costa. En él podemos estudiar distintos tipos de
paisajes: el de montaña, el del valle, y el de la llanura.

Para representar los paisajes y para poder estudiarlos utilizamos mapas y croquis. Estos
están regidos por signos convencionales.

En resumen el paisaje natural es un paisaje que no fue modificado por el hombre, es lo


contrario a los paisajes ordenados (ciudades, megalópolis, represas, etc.).

Los paisajes humanizados son aquellos que han sufrido una transformación por obra de la
mano humana. Los paisajes humanizados contienen una serie de elementos y actividades
introducidos por el ser humano en paisajes naturales.
Las transformaciones que pueden sufrir los paisajes son:

- Agricultura: podemos transformarlo con cultivos.

- Explotación del bosque: la tala de árboles, quema de bosques…


- Ganadería
- Producción de electricidad
- Red viaria (carretera, vía de tren...)
- Turismo (hoteles, apartamentos, estaciones de esquí...)
- Poblamiento (urbano o rural)
- Industria, comercio

Luego también tenemos el paisaje rural, como opuesto al urbano. Una comunidad es rural
cuando por su oferta de recursos naturales, sus habitantes logran desarrollar un sentido de
pertenencia al territorio tal que se disponen a construir una sociedad sobre la base de dichos
recursos.

El concepto de lo rural se aplica, en distintas escalas, al territorio de una región o de una


localidad cuyos usos económicos son las actividades agropecuarias o de esa índole.
Dependiendo de cada legislación, hay figuras jurídicas que lo protegen o delimitan (como
área no urbanizada o no urbanizable, diferenciada de las áreas urbanas o de expansión
urbana), especialmente para la limitación del crecimiento urbano.

El paisaje rural incluye también las zonas dedicadas a otros usos (residenciales, industriales,
de transporte o de servicios) en los municipios clasificados previamente como rurales.

Esta también el paisaje urbano (el periurbano que comprende el espacio entre el urbano y el
rural), para la geografía el espacio urbano es el paisaje propio de los núcleos urbanos o
ciudades. Los rasgos característicos del espacio urbano son su mayor población, su
alta densidad de población, su extensión y su mayor dotación de todo tipo
de infraestructuras, pero sobre todo la particularidad de las funciones urbanas.

3- Utilizamos el concepto de territorio porque se trata de un concepto teórico y metodológico


que explica y describe el desenvolvimiento espacial de las relaciones sociales que
establecen los seres humanos en los diferentes ámbitos social, cultural, político o económico;
es un referente empírico que también representa un concepto propio de la teoría.

El territorio es un concepto que ah formado parte del corpus teórico en las diversas corrientes
del pensamiento geográfico, ya sea como parte de la geografía física, de la llamada teoría
del análisis regional o bien de la geografía crítica, por mencionar sólo algunas de las
vertientes del conocimiento que han surgido en esta disciplina.

El territorio, como concepto, no ha sido monopolio de un saber o de un conocimiento, sino de


varias ramas de la geografía y ha sido exportado hacia otras disciplinas. Como todo
concepto, el territorio ayuda en la interpretación y comprensión de las relaciones sociales
vinculadas con la dimensión espacial; va a contener las prácticas sociales y los sentidos
simbólicos que los seres humanos desarrollan en la sociedad en su íntima relación con la
naturaleza, algunas de las cuales cambian de manera fugaz, pero otras se conservan
adheridas en el tiempo y el espacio de una sociedad. Las relaciones sociales, al no ser
estáticas en el tiempo y el espacio, adquieren un sentido de complejidad que les vuelve
inaprensibles cuando el concepto no es suficientemente flexible para captar la realidad social
que se transforma por diversas causas, como puede ser por los avances en el mundo de la
economía, la producción, la cultura, la política o por el desarrollo del conocimiento y el
surgimiento de nuevos paradigmas de interpretación.

Además tenemos también que territorio desde su concepto hace referencia a elementos
presentes en la realidad; es decir, describe los elementos empíricos contenidos en el objeto
de estudio y facilita la generación de nuevo conocimiento. El territorio puede formar parte de
una teoría o estar presente en varias teorías; pero éstas, al ser inconmensurables entre sí
van a incidir en el significado del concepto, éste no representa el mismo contenido cuando se
inscribe en teorías diferentes y más aún cuando forma parte de una perspectiva más amplia
como es el caso de la constitución de un paradigma. Las relaciones sociales cambian y por
ello los conceptos y las teorías también se encuentran en constante crítica. En la geografía,
como en cualquier otra disciplina, el territorio tiene un diálogo diferente con el investigador
cuando forma parte de paradigmas diferentes pero podemos afirmar que dicho concepto de
territorio es importante para la geografía y para muchas otras ramas de las ciencias sociales
y del hombre por eso aún con cambios modificaciones y demás seguimos utilizando el
concepto de territorio en la actualidad y por mucho tiempo más.

4- Las personas y sus actividades no pueden encontrar lugar en el espacio sin formas de
control sobre las áreas sin territorialidad. Esta que nace del instinto deriva en la tendencia del
hombre a apropiarse, defender y administrar sectores geográficos determinados. Esta
identificación con el territorio permite la construcción de la identidad y sirve para satisfacer
distintas necesidades.

Los Estados se basan en el concepto de territorialidad. Una vez establecido un Estado, las
autoridades gozan del monopolio del uso de la violencia en la región y administran la zona a
nivel político.

Los animales también desarrollan la territorialidad cuando delimitan y defienden su hábitat,


impidiendo que otros ejemplares se acerquen o se instalen en la zona. Los perros, por
ejemplo, marcan su territorio con orina.

Al igual que le sucede a los perros, los gatos también tienen un marcado sentido de la
territorialidad y la mayoría de los animales en general.

En el campo del derecho la territorialidad se asocia a una ficción de tipo jurídico que
establece que las embajadas, los consulados y las embarcaciones de bandera son parte del
territorio de una nación, más allá de su ubicación geográfica real.

En este sentido, hay que destacar además que la citada territorialidad se sustenta sobre tres
elementos fundamentales como son el sentido de exclusividad, el sentido de identidad
espacial y el modo de interacción del ser humano en lo que es el espacio.

Se puede afirmar así que la noción de territorio conjuga desde una perspectiva integradora:
la naturaleza (o primer territorio), lo político, jurídico y lo económico, al igual que lo simbólico
cultural. Complementariamente, lo territorial no puede ser entendido, explicado y
transformado, si no se incorpora la dimensión simbólica y cultural, es decir, la territorialidad.
La producción del territorio entonces, es un proceso social histórico, mediado por el conflicto
social a partir de la cual la sociedad, grupos sociales o personas (naturales y jurídicas),se
apropian, se identifican 2 donde significado y usan, una porción del espacio tendiendo a su
control, dominación, regulación usufructo, administración, representación simbólica y
construcción de identidad, a través de dinámicas políticas, económicas y culturales, medidas
todas ellas por el ejercicio del poder y no en pocos casos, la coerción y la violencia.

5- el lugar es una construcción histórico social resultado de las prácticas (sociales,


económicas, culturales) de agentes, actores e instituciones situadas a diferentes escalas,
que desarrollan actividades en tiempo y espacios diferenciados. La yuxtaposición de dichas
prácticas, a veces conflictivas entre sí, es la que otorga singularidad ha dicho ámbito
geográfico. El lugar no es un dato sino una construcción social. No es mero reflejo de una
comunidad, sino que participa activamente en la construcción de la misma, particularmente
en la conformación de su identidad.

Uno de los conceptos más hablados y difundidos dentro del actual dominio del pensamiento
geográfico ha sido el lugar por hablar del lugar es hablar de una multiplicidad ideas y
elementos la identidad del cotidiano la percepción La dialéctica global-local son sólo algunas
de las distintas visiones y acepciones del concepto lugar.

Con la manifestación de Oslender queda expuesta la trialéctica de espacio con respecto al


lugar, quien señala: “al mismo tiempo, lugar es más que la simple vida cotidiana vivida. Es el
momento en que lo concebido, lo percibido y lo vivido adquieren una cierta coherencia
estructurada”. Por lo cual el lugar pasa a ser a sostener una condición de transversalidad
espacial y a su mismo transversalidad escalar.

De los más importantes aportes de la geografía humanística rescatamos el concepto de


Delgado quien afirma que: “para Tuan, el lugar es una clase especial de objeto cargado de
significados, que existe en diferentes escalas; un rincón, la casa, una esquina, el barrio, la
región, el país o el planeta, son lugares en donde se materializa el acto de vivir en el mundo.
El espacio es una entidad geométrica abstracta definida por lugares y objetos; es una red de
lugares y objetos que las personas pueden experimentar directamente a través del
movimiento y el desplazamiento, del sentido y dirección de la localización relativa de objetos
y lugares, y de la distancia y la expansión Que los separa y los relaciona. Espacio y lugar, sin
ser sinónimos, son dos conceptos que se articulan en la geografía humanística de tal forma
que no es posible que se puedan comprender el uno sin el otro”.

Luego siguiendo con los humanistas, según Delgado refiriéndose a Relph plantea: “ el lugar
es esencial para la existencia humana pues este es el contexto de la vida cotidiana de
localización o posición del mismo no es suficiente para su comprensión como lo pretende la
geografía positivista para la geografía es una disciplina comprensivo cuyo objeto es el lugar y
la fenomenología el camino apropiado para alcanzar su objetivo”.

Por otro lado, Buttimer sostiene que “el espacio está constituido por un mosaico de lugares
marcados por la impronta de la intención humana de sus valores y de su memoria”. Lo que
hace esta gran geógrafa, es considerar al sujeto como ente trascendental de la formación de
cualquier lugar, que además es algo único y distinto a la generalidad.

6- Debemos emplear el concepto de escala en relación a los diferentes hechos y fenómenos


geográficos ya que estos requieren el análisis mediante escala, sobre todo se debe observar
que a partir de la globalización las diferenciaciones de las escalas de análisis de los
diferentes espacios geográficos se complejizan cada vez mas. Trabajar desde lo local se
relaciona con el lugar donde también se hace oportuno utilizar las diferentes escalas desde
las micro escalas a macro escalas para englobar un área local o un planeta entero.
El espacio geográfico es el objeto de estudio de la geografía, pero para su explicación,
interpretación y generalización se requiere de una visión interdisciplinaria.
Cada momento, cargado de historia, produce sus formas de organización, es decir su propia
“lógica espacial”, racional para cada época.
En la actualidad, el análisis del espacio geográfico presenta ante la globalización de la
sociedad una dicotomía. Por un lado el espacio mundial, caracterizado por redes y flujos
globales y por otro el espacio de los lugares, espacio de las regiones, de las ciudades y de
las identidades. Así, el espacio geográfico se observa entre lo global y lo local. El espacio
debe ser entendido como una instancia, un hecho social, así como historia y estructura
La escala es un concepto ampliamente utilizado en diversas disciplinas para referirse a las
cualidades y extensión geográfica de los objetos de estudio, así como para precisar algunos
factores metodológicos de la investigación científica, particularmente en relación con los
procesos de muestreo e inferencia. Esto se deriva de que las propiedades de los objetos
geográficos emergen o se visualizan de forma diferente de acuerdo con el nivel en el que el
geógrafo lo define; cada objeto de estudio requiere que se defina en qué escala es posible
observar su mayor variabilidad y entender mejor sus características y propiedades. La
utilización de una escala específica está determinada por las características del fenómeno,
es decir, por una dimensión espacio-temporal del propio fenómeno. En algunos casos, el
nivel y extensión de la observación son escogidos deliberadamente para entender aspectos
clave de los sistemas biofísicos o socio-políticos; sin embargo, frecuentemente son
impuestos por las capacidades de percepción o por restricciones logísticas y tecnológicas, lo
cual incide en la comprensión del fenómeno escogido.

En otros casos, la escala se define más como una herramienta metodológica que como una
dimensión preestablecida, por lo tanto, la escala es definida como un atributo de la
observación científica del objeto, más que como una dimensión intrínseca al objeto
observado. Es posible identificar que la escala es tanto una cuestión metodológica inherente
de observación científica, como una característica objetiva de interacciones complejas dentro
y entre los procesos sociales y naturales. A la primera, se le identifica como el „momento
epistemológico‟, porque refiere a la forma como la escala forma parte de la construcción del
conocimiento. A la segunda, se le llama el „momento ontológico‟, porque se refiere a los
elementos intrínsecos propios de los fenómenos tanto sociales como biofísico. Así pues, la
escala geográfica se refiere a “las dimensiones espaciales, temporales, cuantitativas o
analíticas usadas para medir y estudiar cualquier fenómeno.
Por otra parte, la dimensión del tiempo está inextricablemente entrelazada con la dimensión
del espacio. Sin embargo, nuestra capacidad de ampliar el conocimiento sobre los problemas
de importancia regional y mundial a partir de muestras pequeñas, casos de estudio, o de
fenómenos de extensión reducida y alta resolución, no está bien desarrollada. Por lo tanto, el
desarrollo de nuestra base de conocimientos para evaluar de manera adecuada los
problemas ambientales depende directamente de nuestra capacidad de construir una
reflexión escalar; muchos fenómenos geográficos no pueden ser estudiados a partir de un re-
escalamiento simple de las variables medidas a escala local a grandes áreas y largo tiempo,
dado que eso implicaría diferentes tipos de falacias geográficas.
El espacio geográfico es el objeto de estudio de la geografía, pero para su explicación,
interpretación y generalización se requiere de una visión interdisciplinaria.
Cada momento, cargado de historia, produce sus formas de organización, es decir su propia
“lógica espacial”, racional para cada época.
En la actualidad, el análisis del espacio geográfico presenta ante la globalización de la
sociedad una dicotomía. Por un lado el espacio mundial, caracterizado por redes y flujos
globales y por otro el espacio de los lugares, espacio de las regiones, de las ciudades y de
las identidades. Así, el espacio geográfico se observa entre lo global y lo local. El espacio
debe ser entendido como una instancia, un hecho social, así como historia y estructura
La escala es un concepto ampliamente utilizado en diversas disciplinas para referirse a las
cualidades y extensión geográfica de los objetos de estudio, así como para precisar algunos
factores metodológicos de la investigación científica, particularmente en relación con los
procesos de muestreo e inferencia. Esto se deriva de que las propiedades de los objetos
geográficos emergen o se visualizan de forma diferente de acuerdo con el nivel en el que el
geógrafo lo define; cada objeto de estudio requiere que se defina en qué escala es posible
observar su mayor variabilidad y entender mejor sus características y propiedades. La
utilización de una escala específica está determinada por las características del fenómeno,
es decir, por una dimensión espacio-temporal del propio fenómeno. En algunos casos, el
nivel y extensión de la observación son escogidos deliberadamente para entender aspectos
clave de los sistemas biofísicos o socio-políticos; sin embargo, frecuentemente son
impuestos por las capacidades de percepción o por restricciones logísticas y tecnológicas, lo
cual incide en la comprensión del fenómeno escogido.

En otros casos, la escala se define más como una herramienta metodológica que como una
dimensión preestablecida, por lo tanto, la escala es definida como un atributo de la
observación científica del objeto, más que como una dimensión intrínseca al objeto
observado. Es posible identificar que la escala es tanto una cuestión metodológica inherente
de observación científica, como una característica objetiva de interacciones complejas dentro
y entre los procesos sociales y naturales. A la primera, se le identifica como el „momento
epistemológico‟, porque refiere a la forma como la escala forma parte de la construcción del
conocimiento. A la segunda, se le llama el „momento ontológico‟, porque se refiere a los
elementos intrínsecos propios de los fenómenos tanto sociales como biofísico. Así pues, la
escala geográfica se refiere a “las dimensiones espaciales, temporales, cuantitativas o
analíticas usadas para medir y estudiar cualquier fenómeno.
Por otra parte, la dimensión del tiempo está inextricablemente entrelazada con la dimensión
del espacio. Sin embargo, nuestra capacidad de ampliar el conocimiento sobre los problemas
de importancia regional y mundial a partir de muestras pequeñas, casos de estudio, o de
fenómenos de extensión reducida y alta resolución, no está bien desarrollada. Por lo tanto, el
desarrollo de nuestra base de conocimientos para evaluar de manera adecuada los
problemas ambientales depende directamente de nuestra capacidad de construir una
reflexión escalar; muchos fenómenos geográficos no pueden ser estudiados a partir de un re-
escalamiento simple de las variables medidas a escala local a grandes áreas y largo tiempo,
dado que eso implicaría diferentes tipos de falacias geográficas.

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