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Introducción a la Geografía
Año: 2018
RESPUESTAS:
Un elemento de discusión aducido frecuentemente tiene que ver con el hecho de que, al
definir el contexto, podríamos estar incluyendo dos veces la misma categoría o instancia. Por
ejemplo, cuando definimos el espacio como la suma del paisaje (o, mejor aún, de
la configuración geográfica) y de la sociedad. Pero eso, justamente, indica la imbricación
entre las instancias. Como las formas geográficas contienen fracciones de lo social, no son
solamente formas, sino formas-contenido. Por esto, están siempre cambiando de significado,
en la medida que el movimiento social les atribuye, en cada momento, fracciones diferentes
del todo sociales. Puede decirse que la forma, en su cualidad de forma-contenido, está
siendo permanentemente alterada, y que el contenido adquiere una nueva dimensión al
encajarse en la forma. La acción, que es inherente a la función, está en armonía con la forma
que la contiene: así, los procesos sólo adquieren plena significación cuando se materializan.
El movimiento dialéctico entre forma y contenido que preside el espacio, es igualmente el
movimiento dialéctico del todo social, aprehendido en y a través de la realidad geográfica.
Cada localización es, pues, un momento del inmenso movimiento del mundo, aprehendido en
un punto geográfico, un lugar. Por eso mismo, gracias al movimiento social, cada lugar está
siempre cambiando de significado: en cada instante las fracciones de la sociedad que
incorpora no son las mismas.
No debe confundirse localización y lugar. El lugar puede ser el mismo, las localizaciones
cambian. El lugar es un objeto o conjunto de objetos. La localización es un haz de fuerzas
sociales ejerciéndose en un lugar. Además cada lugar tiene, en cada momento, un papel
propio en el proceso productivo. Este, como es sabido, está formado de producción
propiamente dicha, circulación, distribución y consumo.
Se puede decir así que al considerarse el espacio como creación de la sociedad que se sirve
de él y lo interviene, y al incluir los conceptos de localización, lugar, movilización espacial,
etc.; es que surge la noción de espacio geográfico que viene a constituir el centro de
atención de la geografía.
2-paisaje es mirar lo que tenemos ante nuestros ojos, siendo el paisaje entonces lo visible,
lo que abarca el ojo humano, su percepción por parte de observador será diferencial ya que
la misma estará en función de la localización de este lo que le confiere en consecuencia
escalas disimiles. Las dos grandes principales clasificaciones que tenemos de paisaje son:
paisaje natural y paisaje humanizado. El paisaje natural es aquello que no está modificado
por el hombre, a pesar de algunos pequeños enclaves. Son las tierras que no pertenecen a
la ecúmene ósea que no están habitadas, como: las regiones polares, la alta montaña y
alguna selva tropical que es recorrida por cazadores y recolectores que no utilizan el fuego.
Existen dos tipos de paisajes naturales: el paisaje costero y el paisaje de interior. El paisaje
costero, como su nombre bien indica, es el que está más próximo al mar. El paisaje de
interior es el que está más alejado de la costa. En él podemos estudiar distintos tipos de
paisajes: el de montaña, el del valle, y el de la llanura.
Para representar los paisajes y para poder estudiarlos utilizamos mapas y croquis. Estos
están regidos por signos convencionales.
Los paisajes humanizados son aquellos que han sufrido una transformación por obra de la
mano humana. Los paisajes humanizados contienen una serie de elementos y actividades
introducidos por el ser humano en paisajes naturales.
Las transformaciones que pueden sufrir los paisajes son:
Luego también tenemos el paisaje rural, como opuesto al urbano. Una comunidad es rural
cuando por su oferta de recursos naturales, sus habitantes logran desarrollar un sentido de
pertenencia al territorio tal que se disponen a construir una sociedad sobre la base de dichos
recursos.
El paisaje rural incluye también las zonas dedicadas a otros usos (residenciales, industriales,
de transporte o de servicios) en los municipios clasificados previamente como rurales.
Esta también el paisaje urbano (el periurbano que comprende el espacio entre el urbano y el
rural), para la geografía el espacio urbano es el paisaje propio de los núcleos urbanos o
ciudades. Los rasgos característicos del espacio urbano son su mayor población, su
alta densidad de población, su extensión y su mayor dotación de todo tipo
de infraestructuras, pero sobre todo la particularidad de las funciones urbanas.
El territorio es un concepto que ah formado parte del corpus teórico en las diversas corrientes
del pensamiento geográfico, ya sea como parte de la geografía física, de la llamada teoría
del análisis regional o bien de la geografía crítica, por mencionar sólo algunas de las
vertientes del conocimiento que han surgido en esta disciplina.
Además tenemos también que territorio desde su concepto hace referencia a elementos
presentes en la realidad; es decir, describe los elementos empíricos contenidos en el objeto
de estudio y facilita la generación de nuevo conocimiento. El territorio puede formar parte de
una teoría o estar presente en varias teorías; pero éstas, al ser inconmensurables entre sí
van a incidir en el significado del concepto, éste no representa el mismo contenido cuando se
inscribe en teorías diferentes y más aún cuando forma parte de una perspectiva más amplia
como es el caso de la constitución de un paradigma. Las relaciones sociales cambian y por
ello los conceptos y las teorías también se encuentran en constante crítica. En la geografía,
como en cualquier otra disciplina, el territorio tiene un diálogo diferente con el investigador
cuando forma parte de paradigmas diferentes pero podemos afirmar que dicho concepto de
territorio es importante para la geografía y para muchas otras ramas de las ciencias sociales
y del hombre por eso aún con cambios modificaciones y demás seguimos utilizando el
concepto de territorio en la actualidad y por mucho tiempo más.
4- Las personas y sus actividades no pueden encontrar lugar en el espacio sin formas de
control sobre las áreas sin territorialidad. Esta que nace del instinto deriva en la tendencia del
hombre a apropiarse, defender y administrar sectores geográficos determinados. Esta
identificación con el territorio permite la construcción de la identidad y sirve para satisfacer
distintas necesidades.
Los Estados se basan en el concepto de territorialidad. Una vez establecido un Estado, las
autoridades gozan del monopolio del uso de la violencia en la región y administran la zona a
nivel político.
Al igual que le sucede a los perros, los gatos también tienen un marcado sentido de la
territorialidad y la mayoría de los animales en general.
En el campo del derecho la territorialidad se asocia a una ficción de tipo jurídico que
establece que las embajadas, los consulados y las embarcaciones de bandera son parte del
territorio de una nación, más allá de su ubicación geográfica real.
En este sentido, hay que destacar además que la citada territorialidad se sustenta sobre tres
elementos fundamentales como son el sentido de exclusividad, el sentido de identidad
espacial y el modo de interacción del ser humano en lo que es el espacio.
Se puede afirmar así que la noción de territorio conjuga desde una perspectiva integradora:
la naturaleza (o primer territorio), lo político, jurídico y lo económico, al igual que lo simbólico
cultural. Complementariamente, lo territorial no puede ser entendido, explicado y
transformado, si no se incorpora la dimensión simbólica y cultural, es decir, la territorialidad.
La producción del territorio entonces, es un proceso social histórico, mediado por el conflicto
social a partir de la cual la sociedad, grupos sociales o personas (naturales y jurídicas),se
apropian, se identifican 2 donde significado y usan, una porción del espacio tendiendo a su
control, dominación, regulación usufructo, administración, representación simbólica y
construcción de identidad, a través de dinámicas políticas, económicas y culturales, medidas
todas ellas por el ejercicio del poder y no en pocos casos, la coerción y la violencia.
Uno de los conceptos más hablados y difundidos dentro del actual dominio del pensamiento
geográfico ha sido el lugar por hablar del lugar es hablar de una multiplicidad ideas y
elementos la identidad del cotidiano la percepción La dialéctica global-local son sólo algunas
de las distintas visiones y acepciones del concepto lugar.
Luego siguiendo con los humanistas, según Delgado refiriéndose a Relph plantea: “ el lugar
es esencial para la existencia humana pues este es el contexto de la vida cotidiana de
localización o posición del mismo no es suficiente para su comprensión como lo pretende la
geografía positivista para la geografía es una disciplina comprensivo cuyo objeto es el lugar y
la fenomenología el camino apropiado para alcanzar su objetivo”.
Por otro lado, Buttimer sostiene que “el espacio está constituido por un mosaico de lugares
marcados por la impronta de la intención humana de sus valores y de su memoria”. Lo que
hace esta gran geógrafa, es considerar al sujeto como ente trascendental de la formación de
cualquier lugar, que además es algo único y distinto a la generalidad.
En otros casos, la escala se define más como una herramienta metodológica que como una
dimensión preestablecida, por lo tanto, la escala es definida como un atributo de la
observación científica del objeto, más que como una dimensión intrínseca al objeto
observado. Es posible identificar que la escala es tanto una cuestión metodológica inherente
de observación científica, como una característica objetiva de interacciones complejas dentro
y entre los procesos sociales y naturales. A la primera, se le identifica como el „momento
epistemológico‟, porque refiere a la forma como la escala forma parte de la construcción del
conocimiento. A la segunda, se le llama el „momento ontológico‟, porque se refiere a los
elementos intrínsecos propios de los fenómenos tanto sociales como biofísico. Así pues, la
escala geográfica se refiere a “las dimensiones espaciales, temporales, cuantitativas o
analíticas usadas para medir y estudiar cualquier fenómeno.
Por otra parte, la dimensión del tiempo está inextricablemente entrelazada con la dimensión
del espacio. Sin embargo, nuestra capacidad de ampliar el conocimiento sobre los problemas
de importancia regional y mundial a partir de muestras pequeñas, casos de estudio, o de
fenómenos de extensión reducida y alta resolución, no está bien desarrollada. Por lo tanto, el
desarrollo de nuestra base de conocimientos para evaluar de manera adecuada los
problemas ambientales depende directamente de nuestra capacidad de construir una
reflexión escalar; muchos fenómenos geográficos no pueden ser estudiados a partir de un re-
escalamiento simple de las variables medidas a escala local a grandes áreas y largo tiempo,
dado que eso implicaría diferentes tipos de falacias geográficas.
El espacio geográfico es el objeto de estudio de la geografía, pero para su explicación,
interpretación y generalización se requiere de una visión interdisciplinaria.
Cada momento, cargado de historia, produce sus formas de organización, es decir su propia
“lógica espacial”, racional para cada época.
En la actualidad, el análisis del espacio geográfico presenta ante la globalización de la
sociedad una dicotomía. Por un lado el espacio mundial, caracterizado por redes y flujos
globales y por otro el espacio de los lugares, espacio de las regiones, de las ciudades y de
las identidades. Así, el espacio geográfico se observa entre lo global y lo local. El espacio
debe ser entendido como una instancia, un hecho social, así como historia y estructura
La escala es un concepto ampliamente utilizado en diversas disciplinas para referirse a las
cualidades y extensión geográfica de los objetos de estudio, así como para precisar algunos
factores metodológicos de la investigación científica, particularmente en relación con los
procesos de muestreo e inferencia. Esto se deriva de que las propiedades de los objetos
geográficos emergen o se visualizan de forma diferente de acuerdo con el nivel en el que el
geógrafo lo define; cada objeto de estudio requiere que se defina en qué escala es posible
observar su mayor variabilidad y entender mejor sus características y propiedades. La
utilización de una escala específica está determinada por las características del fenómeno,
es decir, por una dimensión espacio-temporal del propio fenómeno. En algunos casos, el
nivel y extensión de la observación son escogidos deliberadamente para entender aspectos
clave de los sistemas biofísicos o socio-políticos; sin embargo, frecuentemente son
impuestos por las capacidades de percepción o por restricciones logísticas y tecnológicas, lo
cual incide en la comprensión del fenómeno escogido.
En otros casos, la escala se define más como una herramienta metodológica que como una
dimensión preestablecida, por lo tanto, la escala es definida como un atributo de la
observación científica del objeto, más que como una dimensión intrínseca al objeto
observado. Es posible identificar que la escala es tanto una cuestión metodológica inherente
de observación científica, como una característica objetiva de interacciones complejas dentro
y entre los procesos sociales y naturales. A la primera, se le identifica como el „momento
epistemológico‟, porque refiere a la forma como la escala forma parte de la construcción del
conocimiento. A la segunda, se le llama el „momento ontológico‟, porque se refiere a los
elementos intrínsecos propios de los fenómenos tanto sociales como biofísico. Así pues, la
escala geográfica se refiere a “las dimensiones espaciales, temporales, cuantitativas o
analíticas usadas para medir y estudiar cualquier fenómeno.
Por otra parte, la dimensión del tiempo está inextricablemente entrelazada con la dimensión
del espacio. Sin embargo, nuestra capacidad de ampliar el conocimiento sobre los problemas
de importancia regional y mundial a partir de muestras pequeñas, casos de estudio, o de
fenómenos de extensión reducida y alta resolución, no está bien desarrollada. Por lo tanto, el
desarrollo de nuestra base de conocimientos para evaluar de manera adecuada los
problemas ambientales depende directamente de nuestra capacidad de construir una
reflexión escalar; muchos fenómenos geográficos no pueden ser estudiados a partir de un re-
escalamiento simple de las variables medidas a escala local a grandes áreas y largo tiempo,
dado que eso implicaría diferentes tipos de falacias geográficas.