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UNIVERSIDAD REGIONAL

AUTÓNOMA DE LOS ANDES

DERECHO PROCESAL PENAL II

TEMA:
ANÁLISIS DE LA MOTIVACIÓN DE UNA SENTENCIA
ANALISIS ART.- 622 COIP

DOCENTE
DR. AURELIO QUITO

ESTUDIANTE:
DANIELA MALDONADO

FECHA:
05/12/2018

NIVEL
VIII SEMESTRE

PERIODO ACADÉMICO
OCT 2018 – FEB 2018
UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
CARRERA DE DERECHO

PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE MOTIVACIÓN EN UNA SENTENCIA CONDENATORIA

El Art. 76.6 de la Constitución de la República, señala entre las reglas del debido proceso:
En todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se
asegurará el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías básicas: 6. La ley
establecerá la debida proporcional entre las infracciones y las sanciones penales, administrativas
y de otra naturaleza 7. El derecho de las personas a la defensa incluirá las siguientes garantías:
l) Las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá motivación si en la
resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se funda y no se explica la
pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los actos administrativos,
resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las
servidoras o servidores responsables serán sancionados.

Concordancias: Arts. 51, 66.5, 132.2, 195, 392 Constitución de la República; 130.4 COFJ; y 621
COIP.

TRATADOS INTERNACIONALES SOBRE ESTE PRINCIPIO

Tenemos los siguientes:

1. Art. 14 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos;


2. Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Individuales del año 1950;
3. Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, del año 1955;
4. Declaración sobre la protección de todas las personas contra la tortura y otros
tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes del año de 1975;
5. Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, del
año 1979;
6. Principios de Ética Médica, aplicables a la función del personal de salud en la
protección de las personas contra la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes de 1982; y,
7. La Octava Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América.

DISPOSICIONES LEGALES SOBRE ESTE PRINCIPIO

El COIP trata sobre la motivación en el Art. 5, al tratar sobre los principios procesales,
manifestando que el derecho al debido proceso penal, sin perjuicio de otros establecidos en la
Constitución de la República, los instrumentos internacionales ratificados por el Estado u otras
normas jurídicas, se regirá por los siguientes principios: legalidad; favorabilidad; duda a favor
del reo; inocencia; igualdad; impugnación procesal; prohibición de empeorar la situación del
procesado; prohibición de autoincriminación; prohibición de doble juzgamiento; intimidad;
oralidad; concentración; contradicción; dirección judicial del proceso; impulso procesal;
publicidad; inmediación; motivación; imparcialidad; privacidad y confidencialidad; y,
objetividad.

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Tratándose de la motivación el No. 18 del Art. 5, señala la o el juzgador fundamentará


sus decisiones, en particular, se pronunciará sobre los argumentos y razones relevantes
expuestos por los sujetos procesales durante el proceso?.

El Art. 621 inciso primero ibídem, al tratar de la sentencia, señala: ?Luego de haber
pronunciado su decisión en forma oral, el tribunal reducirá a escrito la sentencia, la que deberá
incluir una motivación completa y suficiente tanto en lo relacionado con la responsabilidad penal
como con la determinación de la pena y la reparación integral a la víctima (las negritas son mías)
o la desestimación de estos aspectos?.

Sobre el principio de proporcionalidad, que ya he comentado en otros artículo y que se


encuentra regulado en el Art. 76.6 de la CRE, existe una sentencia de la Corte Constitucional en
la que explica la forma como debe entenderse este principio, en el caso 0015-11-CN. Sentencia
No. 006-12-SCN-CC del 19 de enero de 2012; esto es la facultad del juzgador de fijar la pena
señalada por la ley entre un piso y un techo.

Mientras que sobre la motivación existen varias sentencias de la Corte Constitucional,


al analizar las acciones extraordinarias de protección, especialmente la sentencia No. 149-SEP-
CC en el caso 1981-12, publicado en el RO NO. 121 del 02 de febrero de 2010, en la que se
señalan los tres parámetros mínimos que debe cumplir una resolución para justificar que la
misma se encuentra debidamente motivada; y cuyo análisis jurídico en detalle lo hago en el
anexo del primer tomo de mi trabajo titulado ANALISIS JURÍDICO TEÓRICO-PRÁCTICO DEL
CÓDIGO ORGÁNICO GENERAL DE PROCESOS, que consta de 720 páginas y en el que analizo los
principios constitucionales y legales en los que se fundamenta el proceso; además de los
recursos horizontales, verticales, ordinarios y extraordinarios que contempla el COGEP,
dedicado con todo mi agradecimiento a la Facultad de Jurisprudencia Ciencias Políticas y Sociales
de la Universidad Central del Ecuador, y en el artículo que consta en el anexo hago un análisis
jurídico sobre la clase de jueces; lo que es la sentencia y lo que constituye la argumentación,
fundamentación y motivación de la misma, que tiene que cumplir tres parámetros, que son de:
razonabilidad, lógica y comprensibilidad.

COMENTARIOS AL PRINCIPIO CONSTITUCIONAL DE PROPORCIONALIDAD

El principio de proporcionalidad, presupone la ponderación de bienes jurídicos


constitucionales y este sopesamiento asume la forma de un juicio de proporcionalidad de los
medios, como principio para la delimitación y concretización de los derechos constitucionales,
en la proporcionalidad exhibe una naturaleza diferenciada, o sea, que admite una diversa
libertad de configuración legislativa dependiendo de la materia. Así, por ejemplo en el ejercicio
de la reserva legal establecida para la reglamentación de los derechos constitucionales, y que
está señalado en el Art. 132.2 de nuestra Constitución, solo la restricción excesiva e imprevisible
de los mismos implica la ilegitimidad del medio escogido para la realización de los fines
constitucionales; así en términos generales, entre mayor sea la intensidad de la restricción a la
libertad, mayor será la urgencia y la necesidad exigidas como condición para el ejercicio legítimo
de la facultad legal.

Hay que señalar, que mediante el principio de proporcionalidad, se introducen las


categorías de la antijuridicidad y la culpabilidad en el derecho constitucional; de tal modo, que
la responsabilidad de las personas, para su existencia requiere de un daño efectivo a los bienes

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jurídicos protegidos y no meramente una intensión que se juzga lesiva; o sea que solo la
protección de bienes jurídicos realmente amenazados justifican la restricción de otros derechos
y libertades, cuya protección igualmente ordena la Constitución.

Por otra parte la aplicación de la pena consagrada en la ley debe hacerse de acuerdo con
el grado de culpabilidad del sujeto; por lo tanto el principio de proporcionalidad, es
necesariamente individual y el castigo impuesto debe causar simetría con el comportamiento y
la culpabilidad del procesado al que se imputa el cometimiento de un delito.

La jurisprudencia extranjera, ha manifestado que el principio de proporcionalidad es el


equilibrio entre el daño real o potencial generado por la conducta típica, la intensidad de la pena
a imponer por la comisión de dicha conducta; en resumen el principio de proporcionalidad, es
la prohibición del exceso en la fijación de la pena, esto es, el reconocimiento de los derechos
inalienables de la persona, de la prohibición de la pena de muerte, de la prohibición de tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes, del principio de igualdad; pues como he manifestado
reiteradamente, en el Estado constitucional de derechos y justicia social, como lo es el Ecuador,
la dignidad humana ocupa un lugar de primer orden y por esta razón el Asambleísta
Constituyente de ciudad Alfaro, cantón Montecristi provincia de Manabí, erigió los derechos
fundamentales, como límites sustantivos de poder punitivo del Estado, racionalizando su
ejercicio, pues consideró, que solo la utilización medida, justa y ponderada de la coerción
estatal, consigue proteger los derechos y libertades y de este modo se consagra el derecho
constitucional de derechos y justicia social, dando cumplimiento esencialmente a lo señalado en
los Arts. 10 y 11 de la Constitución de la República que establece y regula la aplicación de los
derechos, aclarando que de los 444 artículos que tiene la Constitución, 74 se refieren a derechos.

De tal modo, que el principio de proporcionalidad, es la herramienta de ponderación


entre las facultades de investigación y persecución de los órganos del sistema penal y los
derechos constitucionales atinentes a las personas objeto de la acción de este sistema; o sea,
que el principio de proporcionalidad, es el equilibrio que debe mantenerse entre el derecho a
castigar que tiene el Estado y los derechos de las personas, de tal manera que ambas partes
queden en igualdad de condiciones, para mantener un balance equitativo entre el poder
punitivo del Estado y los derechos de las personas; porque toda persona a quien se le atribuye
la comisión de un hecho punible, tiene derecho a ser tratada, con el respeto debido a la dignidad
inherente del ser humano, que es la principal característica del Estado constitucional de
derechos y justicia social.

El profesor Rubén Sánchez Gil, de la Universidad Nacional Autónoma de México, señala:


El principio de proporcionalidad o razonabilidad, como se sabe, es una de las herramientas
metodológicas más importantes del constitucionalismo de nuestro tiempo; permite superar la
aplicación de métodos tradicionales, literalistas y estrechos en la interpretación de la ley
fundamental, apoyando la solidez de las conclusiones jurisdiccionales y al menos idealmente
también la argumentación de otros operadores jurídicos: legislador, Administración Pública y
postulantes?; agrega el mismo autor ?Pero este principio no constituye una fórmula absoluta
para la aplicación jurídica?, da criterios para ella y tiene un procedimiento bien establecido,
pero no son fines en sí mismos sino buscan, tendiendo naturalmente a ello, lograr la igualdad
proporcional entre bienes jurídicos tutelados o tutelables -para el caso de su empleo legislativo-
en la cual precisamente consiste la justicia?.

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¿QUÉ ES LA DOSIMETRÍA PENAL?

La Corte Constitucional, ha señalado que la dosimetría de penas y sanciones, es un


asunto librado a la definición legal y cuya relevancia constitucional es manifiesta únicamente
cuando el legislador incurre en un exceso punitivo del tipo proscrito por la Constitución; pero
aclara que el carácter social del Estado de Derecho, el respeto a la persona humana, a su realidad
y autonomía, principios medulares del ordenamiento constitucional, se sirven mejor con leyes
que encarnen una visión no disociada del principio de proporcionalidad y de subsidiariedad de
la pena, de modo que ésta solo se consagre cuando sea estrictamente necesario; de tal manera
que la dosimetría de las penas es un asunto librado a la definición legal, pero corresponde a los
jueces velar para que en el uso de la discrecionalidad legislativa, se respeten los principios de
razonabilidad y proporcionalidad; así el principio de igualdad está consagrado en el Art. 11.2 de
la Constitución de la República, y de este principio, se derivan los principios de razonabilidad y
proporcionalidad que justifican la diversidad de trato, pero atendiendo a las circunstancias
concretas al caso, o sea que el juicio exige evaluar la relación existente entre los fines
perseguidos y los medios utilizados para alcanzarlos, recordemos que el Art. 11.2 señala que no
se puede discriminar a ninguna persona por su pasado judicial, pero esto conforme manifiesto
en líneas posteriores, hay que entenderlo debidamente al momento de fijar la pena en una
sentencia condenatoria.

EL PRINCIPIO DE LESIVIDAD

El principio de lesividad o de antijuridicidad material, se deduce de las normas


constitucionales; de tal manera, que entre la conducta típica y la respuesta punitiva debe darse
una relación de proporcionalidad, así la gravedad de la pena, depende de la gravedad o levedad
de la infracción. La igualación de las conductas de poca significación social con aquellas de mayor
gravedad, viola el principio de igualdad, porque no puede haber una pena excesiva, injusta,
inequitativa y desproporcionada en relación con la ofensa cometida.

El principio de lesividad, que es una de las bases en las que se fundamenta el COIP,
justifica el trato diferenciado en materia punitiva; de tal manera, que si no existe objetivamente
una mayor lesión al patrimonio económico, carece de fundamento jurídico imponer una misma
sanción por la comisión de un delito sobre bienes de pequeña entidad que sobre bienes que
representa una lesión más grave al bien jurídico tutelado.

El Art. 66.5 de la Constitución de la República dispone ?El derecho al libre desarrollo de


la personalidad, sin más limitaciones que los derechos de los demás?. Este artículo, constituye
la base de la constitución del injusto penal teniendo como limitación la ley y el derecho de
terceros.

¿CÓMO FIJAR LAS PENAS?

Para efectos de establecer si una pena impuesta resulta proporcional a la entidad del
injusto cometido y a la culpabilidad por el hecho típico perpetrado, como dice la Corte Suprema
de Justicia de Perú, previamente resulta conveniente tener en cuenta los siguientes aspectos:

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a) La imposición de la pena privativa de la libertad tiene que ver no solo con


cuestiones de legalidad ordinaria, sino con el respeto de garantías y principios
constitucionales de la administración de justicia como es el deber de motivar las
resoluciones judiciales, en nuestro ordenamiento jurídico, en atención a las
disposiciones mencionadas en líneas anteriores;
b) En un Estado constitucional de derechos y justicia social, respetuoso de la
vigencia de los derechos fundamentales, en especial de la libertad personal, tan
importante como la misma declaración de culpabilidad es la precisión del tantum
motivado de la pena concreta, especialmente cuando se trata de una pena privativa
de la libertad;
c) El imputado (procesado) como la sociedad tienen derecho a conocer porque se
impone una clase de pena y no otra y, sobre todo, tratándose de una pena privativa
de libertad, las razones por las que se escoge una concreta dosis de pena dentro
del marco penal abstracto fijado por el legislador (asambleísta nacional);
d) El primer paso de la determinación e individualización de la pena implica tomar
partido acerca del fundamento y sentido de la pena estatal; así, la teoría de la pena,
permite establecer la razón y la finalidad de la sanción jurídico-penal y su
aplicación al caso concreto, al imprimir a la legislación, y a la aplicación y
ejecución de la pena, una determinada orientación, esto es, que debe ponderar la
defensa de la sociedad y la protección de la persona humana;
e) La pena debe cumplir un fin eminentemente preventivo dentro de la sociedad,
facilitando la reconciliación normativa del autor con el orden jurídico, afianzando
el respeto de las normas por parte de los ciudadanos; es decir, que junto a los fines
preventivos generales positivos la pena estatal debe buscar un efecto preventivo
especial positivo con el fin de incidir favorablemente en la personalidad del
infractor y cuando esto no fuera posible debe evitar que la pena desocialice o
empeore la situación del culpable (Art. 5.7 COIP); que, todo ello supone entender
que la pena estatal genera efectos sociales positivos en la medida que respeta y se
mantiene dentro de los límites del principio de proporcionalidad; y,
f) La pena no puede actuar según las demandas sociales o mediáticas de punibilidad,
al margen de la gravedad del hecho y la culpabilidad del autor, pues dentro de un
Estado de derecho la reacción estatal contra el delito -y en especial la
determinación judicial de la pena- se funda sobre la base del hecho cometido, su
circunstancias y la culpabilidad del agente; que, por consiguiente, estos son los
criterios que se deben valorar para medir e individualizar la pena en el caso
concreto.

Sin duda alguna le corresponde a la Asamblea Nacional, establecer, el ejercicio de sus


atribuciones constitucionales, regímenes estructurados a partir de criterios diferenciales en el
tratamiento penal de las conductas que lesionan o ponen en peligro bienes jurídicamente
protegidos, basados por ejemplo, en la insistencia objetiva de distintas categorías delictivas que
presentan variaciones importantes en cuanto a la gravedad que comparta su comisión, en la
trascendencia de los bienes jurídicos que se buscan proteger mediante su incriminación y en

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otros criterios de política criminal, cuestión que tengo entendido lo hizo el legislador al dictar el
COIP.

Así, el Art. 130.2 de la Constitución de la República, señala en su parte pertinente que las
atribuciones de la Asamblea Nacional que no requieran de la expedición de una ley se ejercerán
través de acuerdos o resoluciones, pero se requerirá de ley en los siguientes casos ?2. Tipificar
infracciones y establecer las sanciones correspondientes (las negrillas son mías)?.

PODER PUNITIVO DEL ESTADO

Una vez acreditada la comisión del delito, la consecuencia lógica-jurídica es la imposición


de una pena para el responsable del mismo, la cual deberá graduarse en función de la gravedad
de los hechos, la responsabilidad de cada uno de los agentes y sus carencias sociales y
económicas, teniéndose en cuenta que mientras las primeras condiciones citadas se encuentran
al principio de proporcionalidad de las penas, la última se encuentra sujeta al principio de
humanidad, conforme al cual el Estado debe asumir su corresponsabilidad en la comisión de los
delitos por parte de los ciudadanos, así lo señala la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema
de Justicia del Perú en la R.N No. 1192-2012, en un caso muy interesante en el que también se
analiza lo que es la autoría mediata, refiriéndose al caso Fujimorí; lo que es la prueba indiciaría
para justificar una sentencia, etc.

En el ejercicio de la potestad punitiva del Estado, el Asambleísta Nacional debe actuar


dentro de los límites constitucionales; tales límites pueden ser implícitos como explícitos; de tal
manera, que el Asambleísta Nacional le está vedado, por voluntad expresa del Asambleísta
Constituyente, fijar la pena de muerte como sanción penal, porque en la Constitución de la
República, en el Art. 66.1, dispone ?Se reconoce y garantizará a las personas:

1. El derecho a la inviolabilidad de la vida. No habrá pena de muerte; o sea este derecho es


absoluto

De igual manera, tampoco se pueden establecer penas de: destierro, prisión perpetua o
confiscación, peor aún someter a cualquier persona a torturas, tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes, pues así lo señala el Art. 66.3 letra c) de la Carta Magna.

De tal manera, que en el ejercicio de la facultad punitiva del Estado, el Asambleísta


Nacional debe propender a la realización de los fines sociales del Estado, entre ellos, los de
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución, y
de asegurar la vigencia de un orden justo, de una paz social y la garantía de la ética social pública.

Recalco, que el Asambleísta Constituyente de ciudad Alfaro, Cantón Montecristi,


provincia de Manabí, erigió los derechos fundamentales en límites sustantivos del poder
punitivo del Estado, racionalizando su ejercicio, de tal modo que solo la utilización medida, justa

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y moderada de la coerción estatal destinada a proteger los derechos y libertades, es compatible


con los valores y fines del ordenamiento, pues solo así se lo puede entender a un Estado
constitucional de derechos y justicia social, cuyos fines esenciales son, entre otros, el servicio a
la comunidad, la garantía de efectividad de los principios, derechos y deberes constitucionales
y la protección de los derechos y libertades, lo cual presupone la renuncia a teorías absolutas de
la autonomía legislativa en materia de política criminal; o sea que la estricta protección de los
bienes jurídicos y los derechos inalienables de la persona, torna la dignidad e integridad del
infractor penal en límite del auto de defensa social.

¿QUÉ ES LA MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA?

Carnelutti señala con sencillez, que ?La motivación de la sentencia consiste en la


construcción de un razonamiento suficiente, para que de los hechos que el juez percibe, un
hombre sensato pueda sacar la última conclusión contenida en la parte dispositiva(?)la
motivación está impuesta para que muestre el juez que ha razonado?; pero actualmente una
resolución no se motiva con la simple interpretación del derecho, pues la misma actualmente
recalco es un proceso mental que exterioriza un proceso intelectivo que impone al juez
pronunciarse de alguna determinada manera, conforme señalo en líneas posteriores.

IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN

La motivación de la sentencia pronunciada en un juicio, no sólo hace a la garantía de la


defensa en juicio, sino a la esencia de un régimen democrático, pues no puede privarse a los
ciudadanos que viven en el país, de conocer las razones concretas que determinaron la
resolución dictada por los órganos operadores de justicia. Con la doctrina de la arbitrariedad se
tiende a resguardar la garantía de defensa en juicio y el debido proceso, exigiendo que las
sentencias de los jueces sean fundadas y constituyan una derivación razonada del derecho
vigente con aplicación a las circunstancias comprobadas de la causa.

REQUISITOS DE LA MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA

La doctrina ha señalado que la motivación de las sentencias debe ajustarse a cinco


elementos clave, así tenemos lo que se menciona en la obra Teoría general del proceso del
tratadista Fernando De La Rúa: ?Para que la fundamentación de una sentencia sea válida, ésta
debe ser: expresa, clara, completa, legítima y lógica?2

EXPRESA

Este requisito hace referencia a la normativa utilizada por el juzgador, se concatena con
el derecho a la seguridad jurídica, establecido en el artículo 82 de nuestra Constitución. Para
elaborar una sentencia, no solo se debe tener como herramienta la ley, sino saber explicarla
sistemáticamente con relación a los hechos tratados, la falta de justificación del uso normativo
constituye una grave omisión en el cimiento principal para erigir una decisión judicial; y este
suceso, de manera evidente provocaría una grave conculcación a los derechos del justiciable.

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CLARA

Las expresiones que se cristalizan en una sentencia deben ser inteligibles, simples,
elaboradas en un lenguaje apreciable y no deben conservar ningún rasgo de ambigüedad o
vaguedad; la terminología utilizada debe ser sucinta, con la finalidad de exteriorizar su veredicto
de la manera más coherente posible. En cuanto a la claridad, los juristas recomiendan que en
las sentencias no se debe utilizar terminología de difícil comprensión, por ejemplo locuciones
latinas, expresiones en un idioma distinto al que debe plantearse, o frases de tipo técnico-
jurídico que causen dificultad al momento de interpretar un fallo judicial.

COMPLETA

Este aspecto se refiere a que la decisión judicial no puede dejar ningún cabo suelto, este
procedimiento se construye básicamente por medio de las pruebas valoradas, dejando en claro
su admisibilidad o exclusión, como también se debe expresar las razones del rechazo de ciertos
medios de prueba que no son considerados lícitos o legales. Otro aspecto importante en este
punto es el curso legal del debido proceso, se debe respetar todos los parámetros legales,
plazos, términos y toda actividad que sea necesaria para que el proceso continúe. Todos estos
pasos deben constar sin ningún vacío legal o contradicción dentro de la conclusión que lleguen
a tomar los juzgadores.

LEGÍTIMA

La legitimidad hace alusión principalmente a los medios de prueba aportados por las
partes dentro del proceso, estos medios de prueba deben ser válidos y obtenidos por medio de
la ley y la Constitución; y a los principios rectores que se establecen en la ley. La legitimidad por
medio de las pruebas, permitirá al juzgador tomar una decisión acorde a la credibilidad y peso
de cada prueba.

LÓGICA

La decisión del juzgador debe entenderse como un dictamen coherente, que guarde
armonía con todos los pasos antes señalados. La coherencia, debe coexistir junto con la
simplicidad del lenguaje, es decir un lenguaje apropiado, esto se podría resumir con la intención
que tiene la justicia para comunicar a la sociedad sobre la verosimilitud de sus decisiones. El
aspecto lógico contiene a los cuatro elementos anteriores, por este motivo se podría afirmar
que sin la lógica no pueden existir los demás.

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LA GARANTÍA DE MOTIVACIÓN DENTRO DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR

Estos cinco elementos antes mencionados son aquellos con los que el juzgador debe
fundar su decisión y si ocurriere una ínfima omisión de uno de éstos puede crear serías
repercusiones que derivarían en impugnaciones acerca del fondo de la resolución.

Por otro lado, dejando momentáneamente el estudio doctrinario, se debe indicar que
existen otros ?tips? de motivación expresamente señalados en la jurisprudencia de la Corte
Constitucional del Ecuador, como máximo organismo de interpretación constitucional del país.
Estos elementos se han recapitulado en sentencias constitucionales tales como: 009-14-SEP-CC,
069-10-SEP-CC y 227-12-SEP-CC. Estos requisitos de motivación constitucional son: la
razonabilidad, la lógica y la comprensibilidad en donde se ha expresado que se basan en el
artículo 76, numeral 7 literal l) de la Constitución del Ecuador y artículo 4, numeral 9 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional; acerca de estos requisitos se
debe determinar lo siguiente:

RAZONABILIDAD

Este requisito es el pilar fundamental para determinar que una sentencia ha sido
debidamente realizada conforme a derecho, pues su importancia radica en las reglas citadas
(normas y principios), y que dichos enunciados jurídicos se ajusten entre sí, sin evidenciarse
ningún tipo de contradicciones o antinomias.

LÓGICA

El elemento lógico de una sentencia radica en que las ideas expuestas en el dictamen,
tengan un orden congruente y real, así como también el planteamiento de silogismos
coherentes y no de carácter absoluto, y de cuyo análisis se desprenda una conclusión
consonante con lo tratado.

COMPRENSIBILIDAD

Este elemento ha sido muy discutido en la práctica, en primer lugar por las falencias que
pueden ocasionarse al omitir este requisito de motivación judicial y en segundo lugar por la
sencilla razón de que la comprensibilidad debe estar compuesta por enunciados claros, lógicos
y sencillos, además de concatenarse con los otros dos requisitos (razonabilidad y lógica) y su
omisión puede automáticamente anular los tres requisitos planteados por la jurisprudencia
constitucional.

Cabe destacar que una sentencia no se dirige eminentemente a las partes procesales,
sino más aún a la sociedad en general, en este punto cabe recalcar lo expuesto por el Dr. Jorge
Zabala Baquerizo en su obra El proceso penal, en donde se menciona que: La motivación
constituye un juicio lógico, que se desarrolla alrededor de la pretensión. El juez al momento de
sentenciar debe exponer a las partes y a la sociedad las razones que ha tenido para resolver

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Entonces, se podría decir que una resolución debe ser lo más apreciable posible ya que
las personas interesadas no precisamente tienen conocimientos jurídicos bastos para
comprender la terminología jurídica, las sentencias deben ser claras y congruentes por el deber
que tiene la justicia de hacer conocer a la sociedad la efectividad de su administración.

RELACIÓN ENTRE LOS REQUISITOS DE LA MOTIVACIÓN DOCTRINARIOS Y LOS ESTABLECIDOS


POR LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL DEL ECUADOR

Es irrefutable que tanto los cinco elementos que señala la doctrina sobre la motivación
y los tres elementos que señala la jurisprudencia de la Corte Constitucional ecuatoriana guardan
una íntima correspondencia e incluso pueden subsumirse perfectamente. Así tenemos que el
elemento expreso y la legitimidad, correspondientes a los requisitos de la motivación
doctrinarios encajan con la esfera de razonabilidad creada por la jurisprudencia constitucional,
el aspecto lógico se subsume en el elemento que lleva su mismo nombre, y el ámbito completo
y de claridad finalmente se conecta con la comprensibilidad.

En definitiva, se puede afirmar que en ambas corrientes estos elementos de la


motivación son prácticamente los mismos; sin embargo, para efectos del presente trabajo se ha
realizado algunas diferencias para interpretar las fuentes que se han tomado en consideración
(constitucional y doctrinaria) para esculpir la garantía de la motivación en distintas materias del
derecho.

SANCIÓN POR LA MOTIVACIÓN

El Art. 108 numeral 8 del Código Orgánico de la Función Judicial dispone conforme tengo
señalado anteriormente como infracción grave, la falta de motivación; y la reiteración de estas
faltas por tres ocasiones en un período de un año, será motivo de destitución del operador de
justicia; y esto tiene su razón de ser porque existe el presupuesto procesal que se vincula con el
deber constitucional que se instala como garantía judicial, señalada en el artículo 76 numeral 7
letra l) de la Constitución; y porque una resolución infundada es un caso de arbitrariedad que
produce como dice la disposición constitucional antes señalada, de declarar nulas dichas
resoluciones; y además que los servidores responsables sean sancionados; recordando que el
Art. 167 de la Constitución de la República señala que la potestad de administrar justicia emana
del pueblo, pero es una potestad que el juez debe ejercerla de forma independiente, imparcial
y responsable; por esta razón existe la necesidad de independencia de la Función Judicial frente
a los otros cuatro poderes del Estado.

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CONCLUSIÓN

El nacimiento de la garantía de la motivación de la Corte Constitucional surge desde una


órbita jurisprudencial, y es por ello que uno de los vacíos sobre la motivación dentro de la rama
constitucional se evidencia en la Ley orgánica de garantías jurisdiccionales y control
constitucional en donde se hace una breve referencia a la comprensibilidad, dejando de lado a
la razonabilidad y al ámbito lógico.

A pesar de que el aporte jurisprudencial dentro de la garantía de la motivación


constitucional es exquisito, la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
es exigua, desordenada e insuficiente en este tema, y lamentablemente por esta causa los
requisitos de la razonabilidad, lógica y comprensibilidad como tales, carecen de peso normativo.

En otros cuerpos legales, los cuales no se expresan taxativamente en el presente trabajo,


la descripción de la motivación se evidencia de manera muy sutil y generalizada, sin embargo
esto no quiere decir que no se encuentre inmiscuida en todo tipo de derecho. Se ha tomado en
consideración a estos cuerpos normativos para enfatizar la importancia que tiene el test de
motivación desarrollado en la jurisprudencia constitucional del Ecuador, pues el mismo se puede
tomar como referencia para aplicar el derecho al sentido que más favorezca el goce y la vigencia
de los derechos en la sociedad.

Definitivamente pienso que el revisar y replantear todos los aspectos antes


mencionados puede ser de gran utilidad para las juezas y jueces al momento de tomar la última
palabra para una correcta decisión. Pues con ello, a más de solidificar por medio de la norma a
la motivación judicial como una obligación para el juzgador y como un derecho para el
justiciable, se pueden reducir notablemente las falencias que muchas veces han provocado que
los operadores de justicia ocasionen la indefensión, la inseguridad jurídica y la violación al
debido proceso.

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