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( ESCRITO Y ORAL)
---- Virtud = areté = excelencia que necesita el individuo para ser un buen hombre y un
buen ciudadano
GORGIAS Y PROTÁGORAS
Los sofistas eran miembros de esas asambleas. Protágoras estuvo en el grupo enviado a
Turii, en el sur de la actual Italia, para dar leyes a la nueva colonia ateniense. Para ellos, por
tanto, las leyes eran convencionalismos humanos. Normas que los hombres adoptan
para no vivir como animales. En el principio se vivió así y los fuertes se aprovechaban de
los débiles. Las leyes protegen al débil del fuerte. En ese sentido son convenientes,
aunque no tienen otro fundamento. Porque no tienen otro fundamento los hombres
pueden transgredirlas con tal de que los demás no lo adviertan. Por la misma razón, un
hombre fuerte, realmente fuerte, puede ignorar las leyes, apoderarse del poder y satisfacer
sus deseos; en ello brilla la dike (ver el sentido de esta palabra en la introducción) de la
naturaleza.
Retórica = habilidad de producir persuasión
Homo mensura - El hombre la medida de las cosas.
Apariencias de verdad
Sin embargo, para Aristóteles, Sócrates y Platón la Techné más que una virtud es una
simple Techné = un saber productivo
SOCRATES
Defiende como la mejor garantía de las virtudes morales la obediencia a las leyes de la ciudad
de la que uno forma parte. Sócrates observó cómo las virtudes tradicionales de moderación y
respeto por las leyes, se debilitaban a la par que se imponía el comportamiento político
individualista y demagógico, cuyo correlato teórico veía en las doctrinas sofistas. Preocupado
por la decadencia de la polis, su objetivo principal fue recuperar el compromiso del ciudadano
con la polis. Respetar la ley es respetarse a uno mismo. Y dio ejemplo con su vida: Sócrates
acatará la condena, sin querer escapar, por ser fiel al pacto asumido con las leyes de su ciudad.
PLATÓN
diversificada = divide en clase su esquema social (una virtud para cada clase).
La ciudad platónica se compone de tres clases sociales que se corresponden con las tres partes del
alma, a cada clase, se le asigna una tarea y una virtud.
- La organización social se encuentra estrictamente jerarquizada ya que no todos los hombres se
encuentran dotados por la naturaleza ni deben ocuparse de las mismas tareas.
- Cada clase social manifiesta el predomino de una parte del alma y por lo tanto debe ser educado
de acuerdo con las funciones que deba desemepeñar. El estado platónico es pues, una
institución educaativa. La existencia de los ciudadanos, se entiende en función del bien de la
comunidad. Platón prevee un "comunismo" total par ala clases sociales superiores: abolición de
la propiedad privada y de la familia, de este modo, gobernantes y guerreros estarían a salvo de
los peligros de su ambición personal o las de su casta.
«Todo arte y toda investigación e, igualmente, toda acción y toda elección libre parecen
tender a algún bien. [...] Si, por tanto, de las cosas que hacemos hay algún fin que
queramos por sí mismo, y las demás cosas por causa de él [...], es evidente que este fin
será lo bueno y lo mejor. [...] Si es así, debemos intentar determinar, al menos
esquemáticamente, cuál es este bien y a cuál de las ciencias o facultades pertenece.
Parecería que ha de ser la suprema y directiva en grado sumo. Esta es, manifiestamente,
la política».
«Puesto que vemos que toda ciudad es una cierta comunidad y que toda comunidad está
constituida con miras a algún bien [...], es evidente que todas tienden a un cierto bien,
pero sobre todo tiende al supremo la superior entre todas y la que incluye a todas las
demás. Esta es la llamada ciudad y comunidad cívica».
La prueba que de ello presenta Aristóteles es la célebre distinción entre los hombres y
los animales en cuanto a sus medios expresivos:
1) Los animales tienen voz; es decir, pueden comunicar los unos a los otros sus
sentimientos de dolor y placer, pues además del alma vegetativa propia de las plantas
poseen también un alma sensitiva o sensible.
2) Pero solo los hombres tienen palabra (logos) para discurrir acerca de lo justo y de lo
injusto, de lo bueno y de lo malo, de lo conveniente y lo inconveniente. En otras
palabras, solo los hombres dan al sentido de «bueno» (por ejemplo, al hablar de «vida
buena») una interpretación moral y política, y no únicamente natural o económica.
«El hombre es el único animal que tiene palabra. Pues la voz es signo del dolor y del
placer, y por eso la poseen también los demás animales, porque su naturaleza alcanza a
tener sensación de dolor y de placer y a indicárselo los unos a los otros. Pero la palabra
es para manifestar lo conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto. Y esto
es lo propio del hombre frente a los demás animales: poseer, solo él, el sentido del bien
y del mal, de lo justo y de lo injusto, y de los demás valores».
1) Sería inadecuado considerar la virtud como una facultad, puesto que a nadie se le
llama bueno o malo (en sentido ético) por tener una facultad o carecer de ella.
2) Igualmente, sería erróneo considerarla una pasión, pues nadie es virtuoso ni vicioso
por sentir tales o cuales pasiones (sino, en todo caso, por lo que hace como
consecuencia de tales sentimientos).
3) Por tanto, la virtud solo puede ser un hábito, lo cual es de la mayor importancia,
porque vuelve a recordarnos lo que dijimos antes sobre el modo de «ser en el tiempo»
de los mortales, de su conducta y de su lenguaje. A diferencia de los dioses, los hombres
no pueden ser buenos «de una vez por todas» o «de una vez para siempre», sino que en
ellos la
bondad, como la maldad, tiene que darse «una vez tras otra» y, por tanto, solo puede
entrar en su carácter convirtiéndose en un hábito.
2. Comparar cuál es la función o uso que le dan al lógos (razón, capacidad de pensar)
Sócrates, los sofistas y Platón? ¿consideran estos filósofos que mediante el lógos o
razonamiento es posible alcanzar la verdad?
Sócrates
Platón.- Experiencia propia
• Enseñanza “mayéutica”
• Convivencia con el tema: dialogar con uno mismo y con otro, una y otra vez,
sobre el mismo tema, hasta que se capta su verdad.
Consecuencia: Preferencia por el diálogo y la oralidad.
Consecuencia: Crìtica de la escritur
• Ignorancia opiniòn conocimiento
paidea
Sócrates:
4. ¿Cuál es la opinión de Platón respecto a los siguientes temas: rol de las artes en la ciudad,
matrimonio y propiedad privada de los guardianes, uso de la mentira en política?
5. ¿Cuáles son las teorías populares sobre la justicia que Platón critica? ¿Cómo debe
entenderse la verdadera justicia según él?
un teoría popular es la que brindan los sofistas que dice ser bueno con mis amigos
y alo con mis enemigos, Platón critica esa teoría porque cuando uno piensa de
esa manera alimenta un odio que regresa de forma maximizada y eso afecta al
alma.
la justicia le conviene al más fuerte. (anáfora entre ,médico y paciente) médico
posee mayor fuerza porque este posee el conocimiento, pero esa ventaja no
supone un abuso, sino una responsabilidad.
esta puede ser una crítica al pensamiento sofístico quienes apoyado en su
habilidad de persuasión para convencer as las masas muchas veces sin
imponerles que el fin sea bueno o malo.
meter a Gorgias,
diferencia entre protágoras y gorgias
ver videos de la justicia de Platón
crítica hacia Glaucón
la felicidad del injusto y la infelicidad del justo. y Muchas veces veces a la justicia
en un sentido individualista. la justicia colectiva,
Sociedad de cerdos:
6. Análisis del sentido de los mitos platónicos (su tema y enseñanza): mito de Teuth, mito
de Giges, mito de la contemplación de las almas en el tópos ouranios.
El mito de theo se relaciona con la memoria, muchas veces dependemos
nosotros de nuestros cuadernos. Para Platón no sería dable
7. Análisis del sentido y enseñanza de los símiles platónicos: símil del sol, símil de la recta,
alegoría de la caverna.
Cavernas.-
- Imágenes.- la imaginación , al salir de la caverna para del sensible al intelegible , la creencia. La
idea de bien, conocimiento racional , la idea mpas perfecta de todas.
- Simil del sol .-
- SIMIL DE LA LINEA.- ONTOLOGIA (QUE CONOCEMOS) / EPISTEMOLOGIA(COMO CONOCEMOS)
Mundo sensible
1.- IMAGINACION- imágenes,sombras y relfejos en el agua, conocemos la realidad pero de
manera indirecta,
2.- la creencia – el hombre quiere evitar el error y mira los objetos del mundo (la casa)
3.- ENTES MATEMATICOS.- razón discursiva – la matemáticas están en el medio de las realidades
mentales. Esta permite el camino, es una realidad que se puede representar pero también es
una idea. – proporciona un conocimiento objetivo e infalible
4.- IDEA.- inteligencia (noesis) – la idea perfecta de todo. Es el conocimeitno de las realidades
que no tiene materia ni cantidades, las persivimoa gracias a la razón.
Concepción platónica de las Ideas: qué son, qué función cumplen, características,
relación que tienen con las cosas sensibles.
I.- encontramos las formas o ideas, son el modelo de las cosas sensibles y que estas son más
que una copia de las ideas.Realidades que constitucyen las ideas, son inmutables y
perfectas,por encima de las cosa sy forman la realidad.
Las ideas no tiene una propiedad fisica, son inextensas y incorpóreas- no ocupan espacio y
no tienen cuerpo.
Son eternas y invariables, siempre han estado ahí,son perfectas y no cambian. Las ideas
existen de manera objetivas e independeinte,aunque no las vemos están ahí , solo lo
podemos conocer a partir de intelecto o pensamiento.
IDEA.- se refiere a que no necesitan ser pensadas para existir,no es la verdadera realidad.
La línea o cuadrado que trazamos será perfecto, para que las cosas sean conocidas
necesitamos dos características .
10. Crítica de Platón a los regímenes políticos: pros y contras de la oligarquía, timocracia,
democracia y tiranía.
Libro VIII
Comienza el libro VIII cuando Glaucón repasa las conclusiones sobre el Estado ideal a las que había
llegado Sócrates en capítulos anteriores. Quedó establecido que el Estado mejor era la aristocracia de
reyes filósofos con las siguientes características:
Ahora bien, ¿cómo degenera el sistema político perfecto, la aristocracia de reyes-filósofos, en timocracia
y demás sistemas políticos corruptos? Sócrates utiliza el mito para responder. Es el conocido discurso de
las Musas. Existe un número perfecto que señala la fecha en que los movimientos circulares de los astros
son más propicios para la reproducción de la especie humana. Al principio los gobernantes respetarán este
número pero lo irán olvidando con el tiempo y “casarán a las doncellas con mancebos en momentos no
propicios, y nacerán niños no favorecidos por la naturaleza ni por la fortuna.” (546d) Estos gobernantes
menos capacitados empezarán por descuidar a las Musas en la educación y luego a la gimnasia. La
educación deficiente impedirá a los guardianes reconocer las diferencias entre las razas y comenzará la
mezcla que es el origen del caos social.
El primer régimen derivado de la ciudad perfecta es la timocracia. Carece de gobernantes sabios que son
sustituidos por otros más “fogosos” y más “simples”. Estos no pueden más que llevar al país a una guerra
permanente además de inclinarse hacia las riquezas y los placeres en lugar de la filosofía y la música. Su
deseo más arraigado será el de “imponerse y ser venerado”. El tipo de hombre que corresponde a este
sistema político será “feroz con los esclavos, por no sentirse superior a ellos”, gentil con los libres y
sumiso con los gobernantes, amará el poder y el honor ganado en la guerra, gustará de la gimnasia y la
caza, se volverá codicioso con la edad y carecerá de razón pues es ajeno a la “música”. El hombre
timocrático se forma del siguiente modo: en un estado mal organizado y caótico, su padre, un hombre
sabio, prefiere huir de cargos y honores lo que conduce a su madre a criticar la apatía del marido, un tonto
incapaz de ganarse el reconocimiento de los demás. En su alma se entablará una lucha entre la voz de su
padre, racional, y la de su madre, apetitiva y fogosa. Llegará a un compromiso y ofrecerá el gobierno de sí
mismo al principio intermedio, la fogosidad.
Tras la timocracia llega la oligarquía, un régimen en el que “mandan los ricos”. La corrupción de la
timocracia se debe al amor al dinero de sus gobernantes. Con el tiempo descubrirán nuevas formas de
gastarlo y corromperán las leyes para poder hacerlo. Un Estado en el que se venere al dinero
despreciará la excelencia y los hombres buenos. Es evidente el fallo de este sistema: imaginemos una
nave en la que se impidiera timonear al mejor piloto porque fuese pobre. Además, es un Estado doble:
pobres y ricos conspirando siempre unos contra otros. Los gobernantes serán incapaces de servirse de la
multitud armada para la guerra pues desconfían más de ella que de los enemigos. Abundarán en ese
Estado hombres que no poseen nada por haberlo derrochado todo. Estos zánganos podrán o bien tener
aguijón o bien no tenerlo. Los que no lo tienen se convierten en mendigos y los que lo tienen en ladrones,
salteadores y profanadores.
La génesis del hombre oligárquico tendría lugar del siguiente modo: ocurrirá cuando el hombre
timocrático, amante del honor y el valor, se vea enfrentado a los tribunales y resulte injustamente
condenado perdiendo toda su fortuna. Entonces su hijo se dará cuenta de que para mantenter la posición
social el honor es menos efectivo que el dinero. Este hombre entronizará su parte apetitiva a la que se
someterán la parte racional y fogosa del alma. Es un hombre ahorrador y laborioso cuyas pasiones más
bajas no saldrán a la luz por miedo a perder su fortuna. Descuidará la educación y los servicios públicos
como la tutela de huérfanos.
A la oligarquía le sucede la democracia, un régimen aborrecido por Platón. La oligarquía nos ha dejado
una sociedad donde habitan unos pocos ricos entregados a la acumulación de bienes y una gran masa de
pobres sin educación alguna y sin recursos. Llegará un momento en que los pobres detecten la falta de
valía de los ricos y tomen su lugar en el gobierno otorgando las magistraturas por sorteo. Esta
costumbre ateniense es una de las pesadillas de Platón: ¿cómo es posible adjudicar el gobierno de la
sociedad como si fuese la lotería? ¿no es evidente que habrá que seleccionar para ello a los mejores? Cada
cual es, en principio, libre de decir y hacer lo que le de la gana y de organizar su modo de vida tal como
guste. Es en este sistema, más que en cualquier otro, en el que se manifiesta la diversidad de los
individuos. Platón sugiere que puede ser el más bello de todos los regímenes y lo compara con un manto
multicolor de flores bordadas. Si el juicio político dependiese de mentes débiles, como las de las
mujeres y los niños, probablemente creerían que la democracia es efectivamente el más bello. También es
el más apto para que los individuos vivan felizmente pues nadie está obligado a tomar cargos públicos o ir
a la guerra sino que cada cual hace lo que le parece. Hasta los delincuentes y los traidores están a gusto
pues es habitual que no cumplan sus condenas.
¿Cómo se genera el hombre democrático a partir del oligárquico? Antes de comenzar la narración Platón
hace una distinción entre deseos necesarios e innecesarios. Los necesarios son aquellos que “no podemos
reprimir y que, al ser satisfechos, nos benefician”. Por ejemplo, el comer y el condimento son necesarios
en tanto en cuanto supongan beneficio para el cuerpo. Los innecesarios son típicos del alma carente de
educación y perjudiciales para el cuerpo. Por ejemplo, el deseo de comidas que resultan nocivas. Lo
mismo ocurre con los apetitos sexuales. El hombre oligárquico está dominado por los apetitos necesarios
pues ve en los innecesarios un peligro para su economía. Sin embargo, en sus hijos se librará una batalla
entre los necesarios e innecesarios en la que, en ocasiones saldrán triunfantes los más perjudiciales. Se
dejarán arrastrar por los discursos que igualan el pudor a la idiotez o el control de sí mismo a la falta de
virilidad o la grandeza de espíritu a la prodigalidad. El hombre democrático pone todos los placeres en pie
de igualdad y vive satisfaciendo cada día el apetito que le sobreviene, “algunas veces embriagándose y
abandonándose al encanto de la flauta, otras bebiendo agua y adelgazando, a veces inclinándose hacia los
guerreros y otras hacia los negociantes”.
Este líder, “alguien que gusta de entrañas humanas descuartizadas entre otras de otras víctimas,
necesariamente se ha de convertir en lobo“, será el tirano. Para contentar al pueblo mata y destierra,
sugiere abolición de deudas y partición de tierras. Los ricos se defienden: intentarán ejecutarlo,
desterrarlo o asesinarlo a escondidas. Entonces el tirano solicitará al pueblo una custodia personal. Los
ricos, al verse en minoría y “enemigos del pueblo”, huirán cobardemente y dejarán al pueblo a merced del
tirano. Este, en principio, sonríe y promete, libera de deudas y reparte tierras, adopta modales amables…
pero al poco tiempo comenzará una guerra, subirá los impuestos y obligará al pueblo a trabajar día y
noche para que no conspiren contra él. Quienes no confíen en su mando serán eliminados y aquellos de
sus amigos que le censuren también. “Purificará el Estado” eliminando a los más sabios, los más valientes
y los más ricos. Vivirá siempre rodeado de mediocres que le hagan sentir seguro. Normalmente los traerá
del extranjero. Cuando el pueblo quiera retirar su apoyo al tirano será demasiado tarde. Este es parricida
por naturaleza y no respetará al pueblo, que es su padre, y de hombres libres pasarán a ser esclavos.
LIBRO IX
El libro IX de República completa el discurso sobre los diferentes sistemas políticos llevado a cabo en el
libro VIII. Faltaba examinar al hombre tiránico y describir cómo se origina a partir del hombre
democrático. Platón expondrá, por fin, las tres pruebas que demuestran que el hombre injusto es más
infeliz que el justo. Recuérdese que esta cuestión había surgido al final del libro II y se había planteado
como el objetivo último del diálogo. Sócrates decide que será preferible observar la justicia y la injusticia
en el Estado, en lugar de en los individuos, pues el Estado es un objeto mucho mayor y resultará más fácil
aclarar la relación entre injusticia y felicidad. De este modo, podrá responde también a la pregunta de si
es posible el tirano feliz, tal y como defendió Trasímaco en el libro I.
Platón comienza realizando una distinción que recuerda enormemente al psicoanálisis de Freud.
Distingue entre deseos necesarios, innecesarios y “los que surgen durante el sueño“. Los necesarios
son aquellos que no podemos evitar y que al satisfacerlos son beneficiosos para el cuerpo como, por
ejemplo, alimentarse. Los innecesarios son aquellos deben ser reprimidos o, de lo contrario, resultarán
perjudiciales para el cuerpo. Un ejemplo de deseo innecesario son las comilonas excesivas. En cambio,
los deseos que surgen durante el sueño, cuando estamos hartos de comida y vino, son síntoma de la parte
bestial que habita en todos nosotros y que Freud llamó inconsciente. Freud creía que el niño no es la
criatura inocente que todo el mundo cree sino un “perverso polimorfo” donde el inconsciente actúa sin
nada ni nadie que lo reprima. Platón, en Las leyes, es de la misma opinión al afirmar que el niño es la más
“terrible de todas las bestias” (808 d) y que, por tanto, necesita una supervisión especializada continua.
Típica de la edad infantil es la perversión que Platón menciona como ejemplo de fantasía bestial,
“acostarse con su madre“, idea a la que Freud pondrá nombre, Complejo de Edipo.
Para evitar los deseos que surgen durante el sueño es adecuado calmar las parte fogosa y apetitiva del
alma antes de ir a dormir. Platón ofrece una especie de recetas pitagóricas para hacerlo: en lugar de
copiosos banquetes alimentar el cuerpo con bellos discursos y consideraciones, examinar en el lecho lo
que se desconoce en las cosas que han sucedido, en las que suceden y en las que están por suceder…
El hombre democrático surgía a partir del oligárquico cuando se atrevía a colocar en un mismo rango los
deseos necesarios e innecesarios pero alcanzando una cierta moderación. El hombre tiránico es el hijo del
hombre democrático que se deja arrastrar por malas compañías que le incitan a buscar esos deseos
salvajes y terribles que se engendran en la parte bestial del hombre. Ese Eros es como un gran zángano
alado cuyo aguijón es la eterna pasión insatisfecha. El hombre se convierte en tiránico cuando se
convierte en “borracho, erótico o lunático.” Su fortuna menguará pronto, pero como su único gobierno
es la pasión insatisfecha buscará otros a quien robar y no dudará en empezar por sus padres. A
continuación se atreverá a violentar deberes sagrados como la hospitalidad robando a caminantes o el
respeto a los templos. Habitualmente el hombre tiránico tendrá que abandonar el país para servir como
mercenario o en la corte de algún otro tirano. Pero si en su ciudad son tiempos de paz y prosperidad
permanecerá allí convertido en criminal: “roban, violentan casas, hurtan bolsas, despojan de ropas,
profanan templos, venden como esclavos a hombres libres, actúan como delatores públicos, testimonian
en falso y aceptan sobornos. ” Si la insensatez del pueblo conduce a las masas a rebelarse contra el orden
social existente colocará al peor y más violento de los tiranos como líder. Este, una vez que obtenga el
poder, no dudará en golpear a su pueblo como ya lo había hecho con su padre y su madre. Nunca
conocerán la amistad pues a su alrededor sólo admite esclavos y parásitos aduladores. El hombre más
perverso se revela, de este modo, como el más desdichado.
El Estado tiránico compartirá las miserias del hombre tiránico. Del mismo modo que en el hombre
tiránico las mejores partes del alma están sometidas a un sombrío legislador, en el Estado tiránico la
mayoría será esclava del más loco y perverso. Será un Estado muy limitado pues, al igual que el hombre
tiránico, es el que menos hace lo que quiere. Será también un Estado pobre, lleno de temor y vencido
por “quejas, gemidos, lamentaciones y sufrimientos”. Es evidente que el Estado tiránico es el más
injusto y, al mismo tiempo, el más infeliz. Queda por demostrar que también el hombre tiránico es el
más infeliz. Para hacerlo Platón ofrece tres argumentos:
1. Comparemos al tirano con un particular rico poseedor de muchos esclavos. Si a uno de estos
hombre se lo sacara del Estado y se lo dejase en el desierto con su mujer, hijos y esclavos está
claro que tendrá que vivir escondido en su tienda por temor a la venganza de los esclavos. Será
una vida dominada por el miedo y las privaciones. Ante este argumento Glaucón concede
finalmente que el tirano es, entre los hombres el más infeliz mientras que el más justo es, por
ello, el más feliz.
2. El segundo argumento es un magnífico ejemplo de círculo vicioso. Del mismo modo que existen
tres partes del alma podemos distinguir también tres tipos de placeres. Los que aman la comida,
la bebida y el sexo se dejan llevar por la parte apetitiva del alma y podemos llamarlos, en
general, amantes de las riquezas. Aquellos en los que gobierna la parte apasionada o fogosa del
alma preferirán el respeto y la fama y podemos llamarlos amantes del honor. Quienes se dejan
guiar por la parte del alma capaz de aprender amarán la sabiduría y podrán ser llamados con toda
propiedad “filó-sófos”. ¿Cuál de estos tres tipos de hombres es más experimentado? Está claro
que el filósofo, pues es el único que ha experimentado los tres tipos de placeres: los del cuerpo
en la infancia, los honores en el campo de batalla y, por supuesto, los de la inteligencia a lo largo
de toda su vida. Además de ser el más experimentado es evidente que a la hora de tomar una
decisión sobre cuáles son los mejores placeres habremos de usar el razonamiento que también es
una cualidad exclusiva del filósofo. Por tanto, los placeres de la inteligencia son los mejores y
los del tirano, “amante de la riqueza”, los peores.
3. La visión que tiene la mayoría del placer no es real ni pura sino como una “pintura
sombreada“, un engaño. Cuando terminamos de experimentar el gozo de los sentidos caemos en
un estado penoso como una resaca. Sin embargo, cuando la enfermedad nos trae sufrimientos y
dolores la vuelta a la salud simplemente es ya un placer. Parece, entonces, que ese estado
intermedio entre el placer y el dolor es, a veces, considerado doloroso y, a veces, placentero.
En ese estado de reposo no hay verdadero placer sino que su naturaleza parece la de un
encantamiento. La mayoría atribuye a ese estado inestable, placentero y doloroso según el
momento, el verdadero placer. Pero es evidente que les falta la experiencia del filósofo. Este,
frente al pan, la bebida y el alimento, ha experimentado el placer de la opinión verdadera, el
conocimiento científico, es decir, el de la excelencia del alma, y ha concluido que estos
placeres, al contrario que los primeros, participan de de la verdad y lo inmortal, del verdadero
ser. Son, por tanto, más reales. Sólo cuando todas las partes del alma obedecen a la racional
estamos hablando de placeres verdaderos. Y ocurre que el tirano es lo opuesto y, por tanto, está
dominado por placeres irreales. Por un momento, Platón se abandona a los desvarío matemáticos
de corte pitagórico para afirmar que el tirano está alejado del verdadero placer en una cantidad
que es el triple del triple. Obsérvese que el tirano es el tercero por debajo del oligarca y el
oligarca es el tercero por debajo del rey-filósofo. No sólo eso, el rey vive “setecientas
veintinueve veces” más agradablemente que el tirano, que es el triple del triple (3×3=9, número
plano) elevado al cubo para darle la profundidad que merece lo real frente a la mera pintura con
sombras del placer aparente.
Finalmente Platón resuelve la cuestión de si es posible que el injusto tenga una vida feliz. Responde a los
argumentos de Trasímaco utilizando una imagen. Nos pide que imaginemos el interior del hombre como
una escultura compuesta de una bestia polícroma y policéfala, compuesta de animales mansos y feroces,
un león enorme y un hombre más pequeño. Cuando el tirano da el control de su alma a la bestia está
matando de hambre al hombre que ha habita en él. ¿Qué pasiones estimulan a la bestia y debilitan al
hombre interior? La búsqueda insaciable de riquezas, la prepotencia y la irritabilidad, el lujo y la
molicie, la adulación y el servilismo, la artesanía y el trabajo manual. Resulta curioso que Platón
atribuya tan mala influencia para el alma del hombre al trabajo manual pero se debe recordar que era
propio de esclavos y es precisamente de eso de lo que se pretende huir.
El sabio es aquel que cultiva la justicia y la armonía en su alma otorgando el mando a la parte racional.
De este modo, imita al Estado ideal que Platón acaba de describir en los libros anteriores. Glaucón no
puede evitar afirmar que ese Estado del que tanto han hablado ni existe en la realidad ni existirá nunca y
que más le vale al sabio no intentar participar en la política de todos los días, más corruptora que ninguna
otra actividad. Sócrates se lo concede pero afirma que al menos habrá de existir “en el cielo un
paradigma para quien quiera verlo y, tras verlo, fundar un Estado en su interior. En nada hace
diferencia si dicho Estado existe o va existir en algún lado, pues él acturaá solo en esa política, y en
ninguna otra.”
Dice que los mejores son los mejores para gobernar no son los más fuertes o violento , ni los
mas numerosos de la democracia , ni la oligarqui ,sino los más sabios que conocen de los justo
con suficiente objetividad.
Mediante la educación . Los penas y castigas son extremos ,deben aprender jugando.La
educación para crear uuna sociedad justa. El estado debe poner un sitema de educación
obligatorio,
11. Concepción aristotélica de la sustancia: definición, composición, teoría de las 4 causas y
describir cada una y sus funciones.
14. Diferencia entre las formas de la razón: epistémica (científica o teórica) práctica y
poiética en Aristóteles.