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El atavío de la mujer

1 Timoteo 2:8-15

8 Quiero (mandato), pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos
santas, sin ira ni contienda.

9 Asimismo (Quiero (mandato)) que las mujeres se atavíen (se arregle) de ropa decorosa,
con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos
costosos,

10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.

11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.

12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino


estar en silencio.

13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;

14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en


transgresión.

15 Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación,


con modestia.

El atavío de la mujer

1 Tim. 2:9-10

Introducción.

“Asimismo”: en cuanto a los varones, que oren en todo lugar, sin ira ni
contiendas; en cuanto a las mujeres, que se atavíen de ropa decorosa, teniendo el
mismo espíritu de santidad que se requiere de los hombres.

I. Que se atavíen.

A. KOSMEO, 1 Tim. 2:5; 1 Ped. 3:5; Apoc. 21:2, Adornar.


“Principalmente arreglar, poner en orden (en castellano, cosmético), se usa de
amueblar una habitación, Mt 12:44; Lc 11:25, y de arreglar, o disponer, las
lámparas, Mt 25:7. De ahí, adornar, ornamentar” (WEV). Desde
luego, adornar quiere decir “hacer atractivo” o “hacer bonito”. Pablo no está
diciendo que las mujeres no deben ser atractivas, sino que deben ser atractivas
según Dios y no según el mundo.

1. “KOSMEIN proviene de KOSMOS (disposición, arreglo,


ornato, orden, mundo). Véanse Luc. 21:5; Tito 2:10” (ATR). Tito 2:10, “no
defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina
de Dios nuestro Salvador”.

2. “El buen orden es de Dios (Gén. 1:31, el “cosmos” – del griego,


‘orden’ – es de Dios; 1 Cor. 14:40). En 1 Tim. 3:2 aparece el mismo
adjetivo KOSMIOS (decoroso), con referencia al obispo” (BHR).

B. 1 Ped. 3:3, “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de


adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas
mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”.

C. Apoc. 21:2, “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender


del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”.

D. La mujer debe “vestir” su hombre interior primero; entonces no tendrá


problemas con el atavío del hombre exterior.

1. Efes. 4:24, “y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la


justicia y santidad de la verdad”. Véase también Col. 3:10, 12, 14. Pablo bien
describe la ropa (el uniforme) del cristiano que se debe llevar todo el tiempo. Este
es el vestido que llevar en casa, y cuando salga de viaje. Es el vestido que llevar
en vacaciones. Es el vestido apropiado para tiempos alegres y para tiempos
difíciles. Es el vestido que debe llevar todos los días y de todas las noches. Si al
morir todavía lleva este vestido, no importará cuantas flores se lleven al sepelio ni
cuantos elogios se pronuncien.

2. El atavío externo debe corresponder perfectamente al atavío del


hombre interior.

II. Ropa decorosa.

A. KOSMIOS, bien dispuesto, apropiado, decoroso.

B. No extravagante. No conspicua. No ostentosa. No una exhibición.


C. No provocativa.

D. No masculina.

E. ¡Una advertencia! Aun el vestido feo y monótono puede ser ropa


indecorosa. En primer lugar puede mostrar el descuido, pero también hay personas
que fingen la humildad. En lugar de ser humildes son orgullosas, pues hacen
exhibición de su humildad.

IV. Con pudor.

A. “AIDOUS, vieja palabra para denotar vergüenza, reverencia, en el N. T.


sólo aquí y en He. 12:28” (ATR). Que la mujer siempre tenga sentido de
vergüenza honorable, aun en su propia casa, delante de sus hijos y otros familiares.
Que tenga “temor de traspasar los límites de la decencia; por eso, reserva propia”
(GH). Que no lleve ropa provocativa, tratando de exhibirse.

B. Esta palabra se refiere al sentido de vergüenza que no permite que la


mujer lleve ropa deshonesta.

V. Modestia, ver. 9, 15.

A. SOPHROSUNES, “palabra compuesta de seguro y mente. Indica el


tener control de las pasiones y deseos, la sanidad, el ser de buen juicio. Por eso
algunas versiones se expresan así: (con) ‘buen juicio’, o ‘sobriedad’. La misma
palabra griega aparece en Hech. 26:25 (cordura)” (BHR).

B. Si la mujer “tiene sentido de vergüenza, y emplea la prudencia o buen


juicio, se va a arreglar, o adornar, de tal manera que no haga en otros una impresión
aturdida o pasmada, que no excite en el hombre pensamientos inmoderados, que
no provoque en las demás mujeres la envidia, y que no refleje en ninguna manera
en contra de su buen carácter como cristiana. Usando de sobriedad, o discreción,
ella no se va a ataviar de manera vana, frívola, o ridícula” (BHR).

C. Mujeres modernas visten toda clase de ropa deshonesta: shorts, traje de


baño, minifalda, ropa transparente, ropa muy ajustada al cuerpo (faldas, jeans y
otros pantalones), vestidos (o blusas) que no cubren los pechos, faldas partidas
para descubrir las piernas, etc. Tales mujeres simplemente no son espirituales
sino mundanas. Buscan los deseos del mundo (1 Jn. 2:15-16). Hay muchas
mujeres, y aun hermanas, que no tienen nada en común con las rameras excepto
que les gusta el “atavío de ramera” (Prov. 7:10).
VI. No con peinado ostentoso (no con trenzas, LBLA, margen), ni oro, ni
perlas (¿cuánto valía una perla? Mat. 13:46), ni vestidos costosos. Compárese
Apoc. 17:4, la gran ramera.

A. Compárense 1 Ped. 3:3, 4 y también Isa. 3:16-23.

1. Pablo no habla de la trenza común, sino del “peinado ostentoso”.

2. “Pablo ha sido criticado severamente por estas palabras, como si


no quisiera que los miembros del bello sexo tengan la mejor de las apariencias. Se
ha señalado: ‘¡Pensar que aun se opone a las trencillas! ¿Qué tienen de malo?’ Sin
embargo, esas críticas son injustas totalmente. La misma combinación de la
palabra ‘trencillas’, con ‘oro o perlas o vestidos costosos’ debiera bastar para
informar al lector que el apóstol está pensando en el pecado de la extravagancia en
el adorno exterior … ¿Qué de estas trencillas que eran populares en el mundo del
tiempo de Pablo? No se fijaban en gastos para hacerlas deslumbrantes. Realmente
resplandecían. Las trenzas se sostenían con peines de carey enjoyados, o por medio
de broches de marfil o plata. O eran alfileres de bronce con sus cabezas enjoyadas,
mientras más variados y caros, mejor. Las cabezas de los alfileres con frecuencia
eran imágenes en miniatura (un animal, una mano humana, un ídolo, la figura
femenina, etc.)” (GH).

B. ¿Qué estará pensando la mujer que arregla el cabello de esa manera y


lleva vestidos costosos y ostentosos, con joyería que brilla en la luz y llama la
atención de todos? ¿Estará pensando en el Señor? ¿en los himnos? ¿en el sacrificio
de Cristo? ¿en los otros actos de culto? Más bien, probablemente estará pensando,
¡Mírenme! ¡Cuán bella soy! ¿No soy yo la mujer más atractiva en la iglesia?

C. Es obvio que lo que se condena en estos textos es la vanidad y soberbia


que se muestran en la extravagancia del adorno exterior. Mujeres mundanas gastan
mucho dinero en ropa, zapatos, perfumes y ornamentos de toda clase. Gastan
mucho dinero y tiempo en el salón de belleza, pero mujeres cristianas saben que el
verdadero adorno es el del hombre interior.

D. Por eso, Pablo y Pedro describen el adorno verdadero, el del hombre


interior.

E. Otro pensamiento importante: esta exhortación no se limita al problema


de la provocación sexual, porque las mujeres de edad avanzada son tentadas a
poner demasiado énfasis al atavío externo.

VII. Sino con buenas obras, 6:18; Tito 2:11-14; 3:1,8.


A. ¿Qué tienen que ver buenas obras con el atavío descrito en el ver. 9?

1. Las buenas obras son los ornamentos del cristiano. Para usar otra
figura, son el “fruto” que lleva como árbol bueno.

2. Véase Tito 2:10, al obedecer a sus amos los siervos adornan la


doctrina.

3. Véase 1 Ped. 3:3, 4, el atavío interno es el espíritu afable y


apacible.

B. “Como corresponde a mujeres que profesan piedad”. El


término profesar tiene el sentido básico de transmitir un mensaje en voz alta,
claramente.

1. Para mujeres mundanas esta enseñanza es absurda.

2. Pero para cristianas es enseñanza muy apropiada.

3. Prov. 11:22, “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo Es


la mujer hermosa y apartada de razón”. Como un anillo de oro no es apropiado
para “el hocico de un cerdo”, tampoco es apropiada para la mujer cristiana la ropa
extravagante y deshonesta.

C. 1 Tim. 5:10-14; Tito 2:3-5, esta es la “buena obra” más importante que
la mujer puede hacer. “Pero las hermanas deben hacer ‘obras de la iglesia’”. El
criar hijos sí es “obra de la iglesia”. ¿Qué habría pasado con Timoteo si desde su
niñez su abuela y su madre no le hubieran enseñado las Escrituras?

VIII. Toda mujer quiere ser atractiva.

A. No hay virtud en llevar ropa fea. No hay virtud en el descuido. La mujer


virtuosa no andará despeinada, con ropa desaseada.

B. Recuérdese el término usado por Pablo: ropa decorosa (que es ropa


presentable).

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