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1 Timoteo 2:8-15
8 Quiero (mandato), pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos
santas, sin ira ni contienda.
9 Asimismo (Quiero (mandato)) que las mujeres se atavíen (se arregle) de ropa decorosa,
con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos
costosos,
10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
El atavío de la mujer
1 Tim. 2:9-10
Introducción.
“Asimismo”: en cuanto a los varones, que oren en todo lugar, sin ira ni
contiendas; en cuanto a las mujeres, que se atavíen de ropa decorosa, teniendo el
mismo espíritu de santidad que se requiere de los hombres.
I. Que se atavíen.
D. No masculina.
1. Las buenas obras son los ornamentos del cristiano. Para usar otra
figura, son el “fruto” que lleva como árbol bueno.
C. 1 Tim. 5:10-14; Tito 2:3-5, esta es la “buena obra” más importante que
la mujer puede hacer. “Pero las hermanas deben hacer ‘obras de la iglesia’”. El
criar hijos sí es “obra de la iglesia”. ¿Qué habría pasado con Timoteo si desde su
niñez su abuela y su madre no le hubieran enseñado las Escrituras?