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EN LO PRINCIPAL: Opone excepciones; EN EL PRIMER OTROSÍ:

Personería; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Medios de pruebas; EN EL TERCER


OTROSÍ: Téngase presente.

S. J. L. EN LO CIVIL DE RANCAGUA (1º)

JORGE ERNESTO TAGLE ORTIZ, chileno, abogado, cédula de identidad


número 14.045.214-9, domiciliado en Av. Bernardo O´Higgins N° 140, Torre 1
Of. 2, Rancagua, en representación según se acreditara de don Humberto
Jonny Solís Donoso, cédula de identidad número 9.647.074-6, demandado
en autos ejecutivos caratulados “Banco del Estado con Solís”, Rol C-9436-
2018, a SS. respetuosamente digo:

Estando dentro de plazo vengo en oponer las siguientes excepciones


a la ejecución de autos:

I.- En primer lugar, opongo la excepción prevista en el número 7º del


artículo 464 del Código de Procedimiento Civil: “La falta de alguno de los
requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título
tenga fuerza ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al
demandado”
1.- Como prescribe el artículo 434 Nº 4 inciso segundo, para que un
pagaré tenga mérito ejecutivo sin necesidad de reconocimiento previo, es
menester que la firma del obligado aparezca autorizada por un Notario.
En este sentido, el artículo 401 del Código Orgánico de Tribunales
establece las funciones de los notarios, y en su número 10 dispone:
“Autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, sea en
su presencia o cuya autenticidad les conste”
2.- Como puede observarse, para que la autorización de firma sea
idónea, esta debe verificarse en presencia de la persona que rubrica o, en
su defecto, al mencionado funcionario debe constarle la autenticidad de
la misma.
Por su parte, el artículo 425 del mismo cuerpo legal, prescribe que:
“Los Notarios podrán autorizar firmas que se estampen en documentos
privados, siempre que den fe del conocimiento o de la identidad de los
firmantes y dejen constancia de la fecha en que se firman”
La norma distingue claramente la actividad de autorizar una firma y la
circunstancia de dar fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes.
Operación esta última que se presenta como requisito inexcusable para
poder proceder a autorizar una firma.

3.- En este orden de ideas, y considerando las circunstancias en que


aparecer autorizado el pagaré de autos, resulta evidente que la
autorización de firma no se efectuó de forma presencial, como es la regla
general establecida por la norma, coligiéndose, de esta forma, que el
signado Notario pretende dar fe del conocimiento o de la identidad del
firmante. Situación esta última que no es posible desprender del pagaré de
autos, pues no se describe forma alguna mediante la cual el señor Notario
pudiera haberse impuesto de la autenticidad de la firma y de la efectiva
identidad del firmante.

4.- Con todo, la situación descrita es de antigua data y en su momento


fue práctica generalizada entre instituciones bancarias y determinados
notarios. Tanto así que en RESOLUCIÓN DICTADA POR LA EXCMA. CORTE
SUPREMA EN ANTECEDENTES ADMINISTRATIVOS SIGNADOS CON EL NÚMERO
19.039 Y QUE INCIDEN EN EL PROYECTO QUE TENÍA EL BANCO DEL ESTADO DE
CENTRALIZAR LA FIRMA DE TODOS SUS PAGARES EN DOS NOTARÍAS DE
SANTIAGO, dictada con fecha 04 de abril de 2003, nuestro máximo tribunal
se pronunció perentoriamente al respecto.
Así, en dicha ocasión la Excelentísima Corte Suprema solicitó informe
al entonces Presidente de la Asociación de Notarios de Chile, don GONZALO
HURTADO MORALES, quien evacuando el informe requerido señaló:

“Que efectivamente el Banco Estado puso en práctica un sistema


para autorizar firmas, en Santiago, de todos los pagarés suscritos por sus
deudores, desde Arica a Punta Arenas, precisando que dicho trámite se está
efectuando con la intervención de Notarios Gastón Santibáñez Soto y Clovis
Toro Campos y que tales autorizaciones se están llevando a efecto en
dependencias del mencionado banco. Añade que de lo previsto en los
artículos 401 N° 10 y 425 del Código Orgánico de Tribunales es dable colegir
que, para la autorización de firmas en un instrumento privado, el notario
debe dar fe del conocimiento o identidad del firmante y presenciar cómo
la firma se estampa ante él o tener una constancia personal de su
autenticidad, indicando que la circunstancia de permitirse la autorización
de una firma que no ha sido estampada ante el notario es excepcional”

Ante tal informe, y después de evacuado el informe de otros notarios


requeridos, la Excelentísima Corte Suprema resolvió:

“2° Que, con arreglo a lo previsto en el artículo 401 N°10 del Código
Orgánico de Tribunales, es función de los notarios "autorizar las firmas que se
estampen en documentos privados, sea en su presencia o cuya
autenticidad les conste", añadiéndose en su artículo 425 que "los notarios
podrán autorizar firmas que se estampen en documentos privados, siempre
que den fe del conocimiento o de la identidad de los firmantes y dejen
constancia de la fecha en que se firman...";

3° Que, de las disposiciones legales precedentemente transcritas,


fluye que el procedimiento de autorización de firmas aceptado y regulado
por el legislador es de carácter personalizado, en el sentido de que, al
hacerlo, el notario correspondiente está dando fe de la autenticidad de la
firma estampada en el respectivo instrumento, sea porque tal suscripción se
ha ejecutado en su presencia o bien porque tiene un conocimiento o
constancia personal de esa autenticidad, amén que, como se dijo, debe
consignar también la fecha en que dichos documentos se firman,

4° Que, en la especie, es un hecho que el contrato de prestación de


servicios celebrado por los notarios Santibáñez y Toro considera, con el
carácter de regla general, si no única, la autorización de firmas que no han
sido estampadas en presencia de ellos y sin que entonces, razonablemente,
pueda constarles la fecha en que tales firmas han sido estampadas (…) A
este respecto, no puede aceptarse que la observancia de dicha normativa
pueda resguardarse o cumplirse merced mecanismos especiales, no
contemplados en la ley, o en virtud de antecedentes proporcionados por la
institución financiera, verbi gratia, la existencia de "registros de firma" que
no se estamparon en su presencia, de fotocopias de cédulas de identidad u
otros medios análogos, como quiera que ello no sólo importaría afectar
sensiblemente la credibilidad de la intervención del ministro de fe pública,
en la medida que se diluye la inmediatez inherente a la autorización notarial,
sino que, a fin de cuentas, involucraría radicar esa función de fe pública en
una entidad comercial que no reviste la calidad de auxiliar de la
administración de justicia.

6° Que las actuaciones realizadas en tan precarias condiciones de


seguridad, acerca del conocimiento personal de los otorgantes,
necesariamente adolecen de falta de seriedad, de rigor funcionario y, lo
que es más grave, ven afectada la razón misma de ser de la institución
notarial, como es la credibilidad de sus atestados”

5.- En consecuencia SS. siendo evidente que la autorización de firmas


se verificó no de forma presencial, y no dándose cuenta de algún método
idóneo para que el señor Notario que supuestamente autoriza la firma dé
plena fe de la autenticidad de la misma, la identidad del firmante, todo ello
con constancia de la fecha en que ocurrió, necesariamente debe
concluirse, con lo razonado previamente por la Corte Suprema, la
imposibilidad “que la observancia de dicha normativa pueda resguardarse
o cumplirse merced mecanismos especiales, no contemplados en la ley, o
en virtud de antecedentes proporcionados por la institución financiera, verbi
gratia, la existencia de "registros de firma" que no se estamparon en su
presencia, de fotocopias de cédulas de identidad u otros medios análogos,
como quiera que ello no sólo importaría afectar sensiblemente la
credibilidad de la intervención del ministro de fe pública, en la medida que
se diluye la inmediatez inherente a la autorización notarial, sino que, a fin de
cuentas, involucraría radicar esa función de fe pública en una entidad
comercial que no reviste la calidad de auxiliar de la administración de
justicia.

6.- De esta forma, y por todo lo razonado, el presente pagaré no


puede considerarse con firma autorizada ante Notario, pues mi
representado jamás rubricó el pagaré en presencia de Notario alguno; no
existe constancia de la forma en que el señor Notario se impuso de la
autenticidad de la firma, de la identidad del ejecutado y menos de la fecha
en que ocurrió tal hecho; con lo cual, e interpretando a contrario el artículo
434 Nº 4 inciso segundo del Código de Procedimiento Civil, es menester
concluir que tal instrumento no posee mérito ejecutivo.

II.- En segundo lugar opongo la excepción señalada en el numeral 17º


del artículo 464, del Código de Procedimiento Civil: “La prescripción de la
deuda o solo de la acción ejecutiva”.

1.- Del tenor de la demanda resulta evidente que la acción ejecutiva


emanada del instrumento acompañado en autos se encuentra prescrita,
pues es la propia ejecutante la cual señala que mi mandante se encuentra
en mora desde el 12 de agosto de 2013.

2.- En consecuencia, la constitución en mora se habría verificado en


la fecha señalada y, de esta forma, la acción ejecutiva emanada del
pagaré que se acompañó en la demanda prescribió el 12 de agosto de
2014. Es decir, habiendo transcurrido más de 1 años desde que se hizo
exigible la obligación que se demanda, la notificación de la presente acción
se verifica recién con esta fecha.

3.- Por su parte el artículo 98 de la Ley 18.092 establece que el plazo


de prescripción de las acciones cambiarias que incluye al pagaré, por
indicación expresa del artículo 107 de la ley aludida, es de un año contado
desde el día del vencimiento del documento o desde que se haya hecho
exigible la obligación, hecho que evidentemente se va a producir en el caso
del pago en cuotas, por la mora de una de ellas cuando se haya pactado
cláusula de aceleración.

4.- En este punto debe destacarse, tal como lo hace la ejecutante,


que el pagaré de autos contiene una cláusula de aceleración que, en caso
de mora, permite cobrar la totalidad de la deuda considerándose ésta
como de plazo vencido.

Resulta del todo determinante recordar que las cláusulas de


aceleración, independiente de la forma en que sean redactadas, ceden en
beneficio de ambas partes y, por lo tanto, ambos contratantes pueden
invocarla y beneficiarse de sus efectos. Al respecto, la Excelentísima Corte
Suprema ha señalado:

“Que contrariamente a lo razonado por los sentenciadores recurridos, la


cláusula de aceleración, cualesquiera sean los términos en que se pacte,
no se establece en el solo beneficio del acreedor, pues tiene la posibilidad
de invocarla cualquiera de las partes, en atención al hecho que ésta tiene
por objeto, en los casos que se indica en el acto o contrato, anticipar el
vencimiento de las cuotas en que se dividió el servicio de la deuda por
medio de la caducidad convencional del plazo. Igualmente es errado que,
cualquiera sean los términos en que se pacte la cláusula de aceleración, el
plazo de prescripción de las acciones se cuenta desde el vencimiento de la
última cuota respecto del total de la deuda, por cuanto ello dependerá de
la fecha en que se cumplió la condición de la cual depende la exigibilidad
del total de la obligación”

Y continúa la sentencia señalando que:

“Que el artículo 2514 del Código Civil, dispone: "La prescripción que
extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de
tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta
este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible".

Por su parte el artículo 98 de la Ley 18.092 establece que el plazo de


prescripción de las acciones cambiarias que incluye al pagaré, por
indicación expresa del artículo 107 de la ley aludida, es de un año contado
desde el día del vencimiento del documento, hecho que evidentemente se
va a producir en el caso del pago en cuotas, por la mora de una de ellas
cuando se haya pactado cláusula de aceleración” (Corte Suprema, Rol
6220-2009)

5.- En consecuencia, y como se desprende de la sentencia citada, las


cláusulas de aceleración ceden en beneficio de ambas partes, con lo cual,
ambos contratantes pueden beneficiarse de sus efectos. Así, el plazo de
prescripción de las acciones no se cuenta desde el vencimiento de la última
cuota respecto del total de la deuda; al contrario, ello dependerá de la
fecha en que se cumplió la condición de la cual depende la exigibilidad del
total de la obligación; lo cual ocurrió el día 12 de agosto de 2013.
6.- En fin, resulta forzoso concluir que la acción ejecutiva prescribió con
fecha 12 de agosto de 2014, transcurriendo más de un año desde que la
obligación se hizo exigible.

7.- Por último, si SS. considerase que la cláusula de aceleración


representa una condición mixta que requiere la expresión voluntad del
demandante de acelerar la deuda, aun así la presente acción se encuentra
prescrita por cuanto la ejecutante aceleró la deuda con anterioridad a la
presentación de la demanda.

8.- En efecto, en el mes de enero de 2014, mi representado se acercó


a las dependencias de la ejecutante para repactar el pago de las cuotas
atrasadas, lo cual le fue imposible, pues ya en aquélla época le cobraron la
totalidad de la deuda, lo que imposibilitó cualquier posibilidad de pago.
Circunstancia esta que representa la expresión de la voluntad de la
ejecutante de acelerar la deuda, cual ocurrió en el mes de enero de 2014.

IiI.- Por último, y de forma subsidiaria, opongo la excepción señalada


en el numeral 17º del artículo 464, del Código de Procedimiento Civil: “La
prescripción de la deuda o solo de la acción ejecutiva”,

1.- Esta excepción la interpongo de forma subsidiaria, y se alega la


prescripción parcial de la deuda, solicitando a SS. que, en caso de rechazar
las excepciones anteriores, decrete la prescripción de todas aquellas cuotas
que se encuentren en tal calidad.

POR LO TANTO,

RUEGO A SS. se sirva tener por interpuestas las excepciones


planteadas, acogerlas, rechazando la presente demanda ejecutiva, todo
ello con expresa condenación en costas.
EN EL PRIMER OTROSÍ: Por este acto solicito a SS. tener presente que mi
personería para representar al ejecutado consta en mandato judicial
repertorio 1888-2015, el cual se acompaña con citación

EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a SS. Tener presente que durante la


prosecución del presente juicio esta parte se valdrá de todos los medios de
prueba que nos franquea el ordenamiento jurídico.

EN EL TERCER OTROSÍ: Solicito a SS. tener presente que en mi calidad


de abogado habilitado para el ejercicio de la profesión asumiré
personalmente la representación del presente juicio

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