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ESCUELA DE DERECHO
ALUMNA:
PROFESORA:
Este cuerpo legal adjetivo es la norma supletoria por excelencia, todas las
leyes procesales vigentes en el país refieren al código de procedimiento civil,
en todo aquello que no esté regulado por ellas.
En este orden de ideas, el mismo, está estructurado en base a cuatro (4) libros
y consta con artículos. El Libro Primero, De los órganos judiciales, el Libro
Segundo, del Procedimiento Ordinario, el Libro Tercero, del Procedimiento
Cautelar y de otras Incidencias, y, por último, el Libro Cuarto, De los
Procedimientos Especiales. Este código al ser una ley preconstitucional, ya que
fue publicado en 1990 y la constitución vigente en 1999,no cumple con las
garantías y postulados constitucionales actuales, y, por lo tanto, no es
adecuado a la realidad venezolana, por esa razón es que amerita ser
adaptado a la Constitución y a la realidad actual de la sociedad venezolana.
Por otra parte es bien sabido que el valor de la justicia, es el más importante y
el mejor de los principios ideales que debe orientar la organización social
porque sin ella es imposible la convivencia de las personas y el bien común, así
pues, las leyes y su aplicación basada en este principio son de vital importancia
en la aplicación del derecho, no solo en Venezuela sino en el mundo entero. En
este sentido, para lograrlo, el marco jurídico venezolano ha experimentado
trasformaciones para adaptarse a las exigencias del entorno social, en el
caso del Código de Procedimiento Civil vigente, se ha propuesto una reforma.
Esta reforma, según el abogado Mujica, viene a diseñar de forma integral y
sistemática los cambios necesarios, adaptando el procedimiento civil en
general, a los principios y garantías constitucionales establecidas en el artículo
257 de nuestra Constitución con el fin de lograr la simplificación del proceso
civil, mediante procedimiento breves, orales (tendencia actual), expedito,
público, donde se promuevan los medios alternativos de resolución de
conflictos, sin formalismos inútiles o dilaciones indebidas, garantizando así con
el cumplimiento del debido proceso (art. 49 constitucionales) y la tutela judicial
efectiva (art. 26 constitucional).
Por tanto, esta iniciativa no solo es desde el punto de vista procesal, sino
también, atendiendo al perfil del Juez en un Estado Democrático y Social de
Derecho y de Justicia, es decir, proactivo, humanista, accesible, visible, y
comprometido con la sociedad.
A tal efecto, se toma como base elementos fundamentales establecidos en sus
respectivos artículos constitucionales tales como el estado social de derecho y
justicia, tutela judicial efectiva, debido proceso, justicia expedita y
descentralización del poder judicial. En correspondencia con esto, el C.P.C.
reformado deberá incluir y garantizar los principios de constitucionalidad del
proceso, los cuales incluyen La oralidad que implica la modificación de los
juicios basados exclusivamente en el principio escrito, por los juicios orales,
cuyas ventajas es que acorta el tiempo de duración del proceso igualmente la
inmediación y concentración permite al juez un conocimiento amplio para lograr
así una decisión justa, considerando además que las cuestiones previas dilatan
el proceso pero al transformarse en cuestiones preliminares resueltas en la
audiencia preliminar, se podría continuar con el proceso de forma inmediata.
Otra modificación tiene que ver ya establecida la sentencia: “Si hay algunos
bienes que depositar, las partes pueden ser depositantes. Anteriormente
solamente quedaba a manos de la depositaria judicial. Ahora las mismas
personas pueden ser depositarias y eso garantiza el cuido del bien a la hora de
la ejecución de la sentencia porque el bien está protegido”.
Así pues, puede afirmarse que esta reforma está inspirada en principios
constitucionales, referidos a la Carta Magna de 1999, en este sentido, Parra,
señala que en relación al principio de Oralidad, ésta por sí misma no puede
propender a la efectividad de los sistemas procesales frente a los justiciables.
Ésta requiere a su vez de otras circunstancias como la concentración de las
actuaciones, unificación de lapsos y la participación directa del Juez para la
consecución de los fines del proceso y la obtención de celeridad procesal. Es
decir que había un cambio de paradigma en la figura del Juez, en el sentido de
que sea más humano, al servicio del involucrado y actué en efecto como
director del proceso en un estado social de derecho y de justicia otorgándole
amplias facultades entre ellas la de incorporar pruebas al proceso. Por lo tanto,
no es un principio aislado sino un mecanismo de perfeccionamiento de los
actos procesales para garantizar los fines del proceso y una justicia expedita,
sin dilaciones o exigencia de formalidades no esenciales.
REFERENCIAS DIGITALES
http://www.buenastareas.com
https://www.aporrea.org/actualidad/n280039.html
http://archivo.globovision.com/aprueban-proyecto-de-reforma-del-codigo-de-
procedimiento-civil/