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UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA

UNIDAD AZCAPOTZALCO

CIUDADES MESOAMERICANAS
OCUILAN DE ARTEAGA, MÉXICO, “MATLATZINCA”

ALUMNO:
PLACIDO SALINAS FRANCISCO JAVIER
2143001863

UEA:
TEORÍA E HISTORIA DE LA ARQUITECTURA V ARQUITECTURA PREHISPÁNICA Y
MEDIEVAL

PROFESORA:
GEORGINA SANDOVAL
ORÌGENES

El municipio se denomina Ocuilan, nombre que fue impuesto por los mexicas.
Lo de Arteaga, según se sabe, se debe al apellido del liberal José María Arteaga, originario
de la ciudad de México.
Por decreto No. 38, expedido por la Legislatura Local, a partir del 18 de octubre de 1870,
se erigió en municipalidad, denominándose Ocuilan de Arteaga.
Ocuilan se deriva del náhuatl y se compone de los siguientes vocablos:
Ocuili, que significa gusano o gusanos, y la variante Tlq, abundancia o colectividad.
Por lo que Ocuilan significa
"donde abundan los gusanos"
A los pueblos fundados o conquistados por los mexicas se les asignó un jeroglífico,
representado en la escritura indígena por medio de dibujos; es muy probable que de esta
manera llevaran un control, respecto a sus pueblos tributarios.
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA ACTUAL
El municipio de Ocuilan de Arteaga está ubicado en el sureste del Estado de México,
aproximadamente a 65 kilómetros de la ciudad de Toluca; algunas de sus delegaciones
sirven de límite con el vecino estado de Morelos, como es el caso de Tlaltempan,
Ahuatenco, Ajuchitlán y La Lagunita.
Geográficamente el municipio se localiza a los 18° 57' 02" de latitud norte y a los 99° 26'
30" de longitud oeste del Meridiano de Greenwich.
PRINCIPALES LOCALIDADES Y CAMINOS
PRIMEROS POBLADORES

Los matlatzincas se establecieron en el Valle de Toluca, llamado en matlatzinca


Nepintahihui, que quiere decir: "la tierra del maíz". Sabiendo esto, como en Ocuilan se
hallan lugares en donde aún se habla matlatzinca (San Juan Atzingo, Santa Martha y Santa
Lucía), tenemos que inferir que los primeros pobladores de la región de Ocuilan son
matlatzincas y el dialecto que hablaban se le denominaba atzinga u ocuilteca. Esto se debe
a la nahuatlización de los antiguos habitantes de Ocuilan.

Topónimo de Ocuiion, representado en el Códice Tetteriano


Se sabe por aproximación que desde finales del siglo XV (1476), los tenochcas
conquistaron la región de Ocuilan, lo que se comprueba en los vestigios arqueológicos
encontrados.

A los nahuas se les conoce con diferente nombre: aztecas, porque se dice que vinieron de
Aztlón, correctamente Aztatlán, que quiere decir "país de la blancura".

Colhuas; se les conoce así porque en su peregrinación se establecieron en Culiacán; con


este nombre los conoció Hernán Cortés.

Toltecas artífices o sabios; se les conoció así cuando radicaron en Tula; tenochcas, este es
el gentilicio de Tenochtitlan, por eso se ve en la conquista de Ocuilan (códices Telleriano y
Vaticano) que el guerrero náhuatl lleva el emblema de Tenochtitlan, que corresponde al
topónimo de ese lugar, representado por una piedra y un nopal.

EL TLACHTLITEMALÁCATL

En la propiedad del señor Antonio Jara, que se ubica en la parte posterior del ex-convento,
existe una rueda de piedra que recibe el nombre de tlachtlitemalácatl, la cual se empotraba
anteriormente en uno de los muros del edificio para el tlachtli o juego de pelota.

El tlachtli o edificio para el juego de pelota tenía una forma de "H" alargada, como la
construcción de Xochicalco, Morelos. Se sabe que existen otros muy bien conservados en
Tula, Monte Albán y Chichen-ltzá.

BREVE DESCRIPCIÓN DEL JUEGO

Se jugaba con bolas hechas de resina o goma muy resistente que se llamaba Ulli; el tlachtli
eran dos paredes; había entre una y otra 20 ó 30 pies y 40 ó 50 pies de largo. No se debía
tocar pelota con las manos ni con los pies, sino con la cadera; los participantes jugaban
desnudos, llevaban ceñidos a la cintura unas cintas anchas, de las cuales colgaba un
pedazo de cuero de venado.
El juego consistía en arrojar la pelota tratando de que ésta rebasara la pared del tlachtli o
cancha; que pegara en la pared contraria; que los adversarios perdieran el bote y cesara
así el movimiento de la bola, o que el contrario la recibiera no con la cadera sino con otra
parte del cuerpo. Cuando la pelota no se recibía adecuadamente y golpeaba cuaquier otra
parte del cuerpo, algunas veces se provocaba hasta la muerte de un jugador.

Se menciona que quien pasaba la bola por el aro ganaba el juego; de inmediato el hecho
era tan extraño que se recordaba por mucho tiempo, y el jugador era visto con recelo, pues
su suerte hacía suponer que ocultamente vivía en adulterio. En el juego se perdían varias
cosas valiosas, como el oro, los collares de oro, las piedras preciosas, las turquesas, el
esclavo, los mantos valiosos, los lujosos bragueros, las cementeras, las casas, las ajorcas
de cuero para las piernas, los brazaletes de pluma fina, los mantos de pluma de pato, los
fardos de cacao, etc.

ZONA ARQUEOLÓGICA DE TLATOCALPAN

Ocuilan fue la cabecera de los ocho pueblos matlatzincas; estuvo poblado por
conquistadores tenochcas, quienes sojuzgaron a los pueblos de otras filiaciones étnicas y
se posesionaron de las mejores tierras de cultivo.
*
Los materiales de los que estaban hechos sus templos y sus tlachtlis o juegos de pelota,
fueron utilizados por los misioneros y por los conquistadores españoles para construir el
Convento y la primera iglesia.

Al sur del municipio, en la falda del Cerro del Castillo, se localiza una zona arqueológica
conocida con el nombre de El Castillo de la Reina, o también como Tlatocalpan; en este
terreno se han encontrado restos arqueológicos que reflejan la importancia de la zona en
la época prehispánica; objetos, como restos de columnas y de una muralla, cuchillos de
sacrificio y una cabeza de serpiente, que es una representación de Quetzalcóatl, con su
nahual o disfraz de serpiente, son algunos de los objetos encontrados.

El nombre del Tlatocalpan señala la importancia del lugar que significa: "en la casa del
tlatoani"; de tlatoani, que equivale a rey o señor; calli, casa; y pan, en.
El lugar fue residencia de importantes señores tenochcas, por la feracidad de las tierras y
por la belleza del lugar, que estaba rodeado de imponentes montañas con raras
formaciones y abundante vegetación.

Existen vestigios arqueológicos en otros lugares del municipio, aunque quizá de menor
importancia y que no han sido explorados, tal es el caso de las Ruinas del Venado, cerca
de la población de La Lagunita; hay otros hacia el norte, cerca de la delegación de La
Esperanza, donde se aprecia parte de una pequeña fortaleza que también recibe el nombre
de El Castillo del Paredón.
En Ocuilan y zonas cercanas existieron grandes bosques de coníferas, con abundante y
variada vegetación, lo que propició el desarrollo de aves de plumaje brillante; éstas daban
el material necesario a los amantecas, quienes elaboraban terciopelos usando pelo de
conejo y plumas.

Los amantecas ocuparon un lugar destacado en las artes suntuarias mesoamericanas, y


un gran porcentaje de los tejidos elaborados en Ocuilan fueron utilizados por los monarcas
aztecas.

El padre Ángel María Garibay K., consigna cómo un indio de Tlatelolco narra la forma en
que se efectuó la toma de Tenochtitlan; en un párrafo éste hace saber que en el momento
en que Hernán Cortés toma prisionero a Cuauhtémoc, éste vestía con mantas hechas en
Ocuilan. El texto dice: "Después el Marques tomó su asiento allá, junto con él se sentó
Malintzin, Quauhtemoctzin se. mantuvo en pie, cerca del Capitán.

"Él tenía atado el traje brillante de fibra de maguey, con distintos colores en ambas mitades
decorado de plumas de colibrí, con la muestra de Ocuilteca lleno de lodo y vestido
únicamente de él".
LA COLONIA

Sabido es que, a la caída de Tenochtitlan, el gobierno azteca desapareció; Cortés asumió


entonces el mando general. Su gobierno se llamó Capitanía General, y fue cambiando a
través del tiempo por gobernadores, audiencias, hasta llegar a las encomiendas.

Respecto a la vida colonial del municipio, el ingeniero Jorge L. Tamayo escribe lo siguiente:
“Aunque Ocuilan estuvo en su mayor parte cubierta de bosques, los pobladores españoles
codiciaban sus tierras. Alonso de la Serna, Conquistador; Leonardo de Aguilera, hijo de
Conquistador, un Bachiller de apellido Salazar, Juan de Preves, Andrés Marín de Herrera y
el licenciado Friaz de Quixada antes de 1595 recibieron o pidieron sitios para estancia de
ganado menor. Estas peticiones para el territorio de Ocuilan aumentaron en el Siglo XVII,
por lo que los indios obligados a sostener el convento y mantener con sus tributos, trabajo
y limosnas a los frailes agustinos, debían acudir a trabajar a las Haciendas aledañas que
ahora son del actual estado de Morelos.

“Careció de relieve la vida colonial en Ocuilan, a pesar de su cercanía al Santuario de


Chalma y de que los frailes agustinos recorrían su territorio, la falta de rutas que le cruzaran
le mantenía al margen".

La repartición de indios a españoles se llamó encomienda, y los que recibieron este


beneficio se llamaron encomenderos. Sabemos que “En 1602 Ocuilan fue encomendado a
Servan Vexarano quien al morir deja la encomienda a su esposa la señora doña Francisca
Calderón con 903 tributarios a su Cargo". En 1602 Diego de Ocampo Saavedra fue el último
poseedor de esta encomienda.

Con la caída de la gran Tenochtitlan, se presentó un cambio radical en la vida de los


indígenas, quienes tuvieron que aceptar formas de vida diferentes, idioma, religión,
sistemas de trabajo, etc.
Junto con los conquistadores llegaron los frailes que traían la misión de evangelizar a los
indios. Entre las órdenes religiosas que llegaron destacan: franciscanos, agustinos,
dominicos, mercedarios y hospitalarios de Juan de Dios. De la orden de los agustinos fueron
elegidos para venir a la Nueva España los siguientes religiosos: fray Francisco de la Cruz,
fray Jerónimo de San Esteban, fray Juan de San Román, fray Agustín de la Coruña, fray
Juan de Oseguera, fray Juan Bautista, fray Jorge de Avila y fray Alonso de Borja, quienes
llegaron a Veracruz el 22 de mayo de 1533, y el 7 de junio a la gran Tenochtitlan. No se
sabe con exactitud a quién de ellos correspondió evangelizar a los naturales de Ocuilan,
pero sí se asegura que fue alguno de los religiosos agustinos que se han mencionado,
quien en el año de 1537, a nombre de esa orden religiosa, tomó casa en Ocuilan.

Ocuilan fue pueblo grandioso en la Nueva España y único en su lengua, poblado 80 años
antes de la Conquista, aproximadamente. Debido a la labor realizada por los religiosos, los
naturales aceptaron el culto cristiano. Y levantaron una suntuosa iglesia y un convento que
destacaban por la música que ahí se tocaba.

Por otra parte, en este periodo las mejores tierras correspondían a los españoles, que las
adquirían mediante mercedes que otorgaba el virrey; estas concesiones se habían iniciado
hacia 1564, cuando a Juan de Vera se le otorgó un sitio para ganado menor en el lugar
conocido con el nombre de El Despeñadero de Agua. De este modo varios españoles
recibieron también sus mercedes por diversas cantidades y en diferentes lugares. Cuando
se estableció el monasterio, algunas tierras fueron compradas por los agustinos, debido a
que éstos también efectuaban ventas con los españoles; en tanto que los naturales
usufructuaban pequeñas extensiones.

En 1712 fueron otorgados los títulos a los indígenas de Ocuilan; el juez primitivo de ventas
y composiciones de tierras era por entonces el oidor licenciado Francisco de Valenzuela y
Venegas, de la orden de Santiago; los linderos se establecieron con los nombres en náhuatl
que a continuación se citan: Tlatempan, Ahuatenco, Hezocamique, Qualittuantemuaya,
Amialco, Yettli calaqui, Huirzilac, Quaxomulco, El Agua de Cadena, Apipilhuasco,
Tetlitlanapan, Tochtepec, Olotepec, Telpitetli, Nexamoluayan, Tochitlacuayan, Chuamixtla,
Ynmonamiquiyattecalli, Nechitepec, Cohuapan, Chimaltepetli, Amelalco, Ahehetitla,
Xaltepec y Puente Xotitla.

Con el paso del tiempo, el colegio de San Pedro y San Pablo, de la Sagrada Compañía de
Jesús, se fue ampliando al grado de invadir las tierras y bosques de los naturales de
Ocuilan, lo que motivó la inconformidad de éstos manifestada a través de un escrito de
demanda que presentó don Pedro Vázquez, gobernador de los indios de Ocuilan ante la
Real Audiencia, en el año de 1749. La Real Audiencia comisionó entonces a un oidor de
nombre Joseph de Carreón, quien procedió a notificar a ambos contendientes; por el colegio
de San Pedro y San Pablo, el padre procurador Miguel Quixano, y por la otra parte, don
Pedro Vázquez, gobernador de los indios naturales de Ocuilan, quienes exhibieron sus
documentos, haciendo en primer lugar el reconocimiento de las tierras del colegio; éste
acreditó legalmente, sin embargo, tres sitios de ganado menor y diez caballerías,
comprendidas dentro de los parajes denominados: Salto del Agua, Tlalchichilco, La
Herradura, Molino de Pan Moler, el Camino Real que iba de México hacia el pueblo de
Ocuilan, Athingo, Altillo, Santa María Atotoc, hasta cerrar en el punto Salto del Agua, donde
se inició, quedando incluidas también dentro de estos parajes cuatro caballerías que se le
reconocieron por el lado norte a los indios del barrio de San Juan Atzingo, sujeto a Ocuilan.
Por la misma fecha, 3 de enero de 1753, fueron respetados los derechos, de acuerdo a los
documentos que el gobernador presentó a la vista de todos los naturales de Ocuilan, y
después de deliberarse, se convino en que los indios siguieran usufructuando las tierras
que ya habían tomado del Colegio, comprometiéndose a pagar un peso anual a esa
institución; y por la otra, el padre procurador Miguel Quixano se comprometió a pagar a los
indios la suma de un peso anual a fin de que se le permitiera a su ganado seguir pastando
en los terrenos que correspondían a los naturales. En estos litigios participaron como
testigos presenciales don Miguel Carrazco, don Miguel Durán, don Joseph Castaño y el
bachiller don Joseph de Carreón. "Doy Fe.- Fray Nicolás García (Rúbrica).- Antonio Castaño
Cordero (Rúbrica), Juan del Campo (Rúbrica), Miguel Durán (Rúbrica), Bachiller Joseph de
Carrión (Rúbrica), Tomás de Torres como intérprete (Rúbrica), Gobernador Pedro Vázquez
(Rúbrica), Paulino Marcos; Escribano de República (Rúbrica), José Castaño Cordero
(Rúbrica)". Las diligencias fueron remitidas a la Real Audiencia el día veinticinco de mayo
de 1753 y fueron devueltas ya aprobadas por la Real Audiencia el día doce de marzo de
1754.
OROGRAFÍA

El municipio de Ocuilan se caracteriza por la complejidad de su relieve, en razón de que


existen grandes elevaciones y terrenos bajos propios para la agricultura, así como
profundas barrancas que corren de norte a sur. Destacan por su altura las siguientes
elevaciones:
Al norte, Zempoala, que es el cerro más elevado; forma parte de la Sierra de Las Cruces
que separa el Valle de México y el de Toluca; tiene una altura aproximada de 3,000 msnm,
y es importante porque además de predominar en él los bosques de coníferas, la mayoría
de manantiales que dan vida al municipio y a diversos pueblos del estado de Morelos, nacen
de él.
HIDROGRAFÍA

Gracias a la pródiga naturaleza, el municipio está dotado de un alto número de reservas


acuíferas; los ríos existentes son los siguientes:
Río Chalma; corre de norte a sur rumbo al santuario del mismo nombre; a corta distancia
de este lugar se construyó un canal que conduce sus aguas para generar electricidad en la
Planta. Hidroeléctrica de Palpan, Morelos. Al continuar su cauce, pasa a formar parte de
los afluentes del Río Amacuzac.
En esta misma dirección corre el Río del Obraje, el cual, después de beneficiar a los
habitantes del poblado de Chalmita, se une al Río Chalma.
CLIMATOLOGÍA

Como ya se dijo, la morfología del relieve es muy variada; cerros, colinas y terrenos en
escaso desnivel lo componen, lo que origina la existencia de diversos climas según la
región. Así, por ejemplo, en el norte del municipio predomina el clima frío, en el centro el
templado, y cálido en pequeña proporción en la región sur; predominando sobre los tres el
templado subhúmedo con lluvias en verano, cuyo símbolo es (W2) N (b') 1.

FLORA
Por lo variado del clima y relieve del municipio, la flora es también variada y puede
clasificarse de la siguiente manera:

Bosque de coniferas, formado por pinos y oyameles, árboles y arbustos, como: cedro,
encino, laurelillo, madroño, aile, copal, casahuate, palo blanco, palo dulce, amate,
zompantle, sabino, fresno, hulzache, tepozán, culjote y cuachlcle.
Existen también matorrales, como: chía, jara, flor de muerto, chapullxtle, zarzal,
trementinosa.

Entre los árboles frutales que se cultivan, encontramos: aguacate criollo e Injertado,
durazno, ciruela California, pera, perón, chirimoya, níspero, guayaba, ciruela del país, nuez,
limón agrio, capulín, tejocote, higo, membrillo. Existen además en el campo algunos frutos
silvestres, como guashocote, nanche, nuez, guayaba y algunos hongos, que son
recolectados por los vecinos.

Otros vegetales que encontramos y que se les atribuye cierto grado medicinal, son: cedrón,
borraja, manzanilla, romero, tabaquillo, ajenjo, ruda, albahaca, Santa María, itamorrial, flor
de tila, té de monte, té de menta, té de limón, epazote, gordolobo, hierbabuena, mushishí,
mixpatle, poléo, mirto, palo de tres costillas, jara, malva, chicalota, chichicastle, hieloquiltzin.

En el centro del municipio también se siembra el maguey, del que se obtiene el pulque; esta
planta se utiliza también para delimitar las cementeras o terrenos.
La floricultura ha ido cobrando auge; en la actualidad se siembran plantas de esta
naturaleza, como clavel, gladiolo, rosa, nardo y crisantemos. Además, se cultivan flores de
ornato, como: bugambilia, tulipán, araeucaria, magnolia, flor de nochebuena, rosa laurel y
plantas propias para macetas y macetones.

FAUNA
Al igual que la flora, la fauna también es variada y puede clasificarse en mamíferos,
roedores, aves, reptiles e insectos.

En el orden de los mamíferos y roedores encontramos: tejón, armadillo, ardilla de tierra y


voladora, tuza, conejo, tlacuache, hurón y cacomixtle.

En el renglón de las aves figuran, entre otros: gorrión, canario, calandria, aguililla, tordo,
golondrina, correcaminos, cardenal, pájaro carpintero, mulato, jilguero, colibrí, maicero,
tórtola, gavilán, zezeto o gavilancillo, saltapared, chirria, vieja, chachalaca y tigrillo.

Existen asimismo algunos reptiles que pueden encontrarse en las zonas de cultivo o en los
bosques, entre ellos se pueden mencionar: crótalo o víbora de cascabel, mazacuate,
coralillo, tlilcuate, culebra de agua, culebra ratonera, chintete y escorpión; también existen
tortugas de río, sapos y algunos camaleones.

Entre los insectos de la región tenemos: zancudo, mosco chillón, avispa de panal, colmena,
hormiga, negra y cuatalata; grillo, vinagrillo, tarántula, araña tejedora, capulina o viuda
negra, alacrán, jicote, chicharra y mariposa.

DEMOGRAFÍA
ABSOLUTA

El último censo que se llevó a cabo en nuestro país se realizó en 1980; los datos que se
obtuvieron del municipio de Ocuilan fueron los siguientes: hombres 8,018, mujeres 7,791,
los que hacen un total de 15,809 habitantes.

Composición de la población por sexo, edad y forma de vida

A continuación, se presenta un cuadro que ilustra más claramente los datos anteriores:
Edades Hombres Mujeres Total
0- 4 años 1,241 1,260 2,501
5- 9 1,214 1,294 2,508
10-14 1,117 1,064 2,181
15-19 859 829 1,688
20-24 675 630 1,305
25-29 512 432 944
30-34 411 383 794
35-39 395 385 780
40-44 357 298 655
45-49 324 321 645
50-54 246 238 484
55-59 208 162 370
60-64 105 100 205
65-69 100 119 219
70-74 97 93 190
75-79 76 75 151
80-84 45 45 90
85-89 12 24 36
90-94 5 15 20
95-99 3 6 9
100 y más 2 3 5
No especificados 14 15 29
Total 8,018 7,791 15,809
POBLADORES MATLATZINCAS

Únicos descendientes de los aguerridos y poderosos señores que en la época prehispánica


construyeron importantes centros políticos y ceremoniales
—entre otros Teotenango y Calixtlahuaca—, integrantes también del señorío que dominó
el extenso territorio habitado por otomíes, mazahuas, ocuiltecas y nahuas —conocido como
Valle de Matlatzinco, hoy Valle de Toluca—, con la afirmación “somos matlatzincas”
sintetizan más de 500 años de resistencia cultural. Desde que el dominio mexica se impuso
en la región, luego durante la Conquista española y actualmente ante el embate de los
procesos mundiales de la economía, los matlatzincas han logrado, a través de la dinámica
de largos procesos históricos, mantener vigentes sus ricas tradiciones, que los identifican
como poseedores y herederos de un valioso patrimonio cultural.

LOS ANTIGUOS POBLADORES DEL VALLE DE MATLATZINCO

Tanto la investigación arqueológica como el análisis en fuentes documentales han


contribuido significativamente en el estudio de los primeros asentamientos en el Valle de
Matlatzinco, cuyo origen y desarrollo histórico se remontan a épocas muy tempranas; las
evidencias arqueológicas nos revelan una antigüe- dad de 3,000 años a.C. Este proceso
de poblamiento, a lo largo de varios años, se caracterizó por movimientos, descensos y
crecimientos demográficos, estableciéndose relaciones muy estrechas entre los habitantes
de esta región y los de la vecina cuenca de México, en particular de Teotihuacan.
LA SUBSISTENCIA
Y LAS ALTERNATIVAS
La principal actividad de subsistencia en San Francisco Oxtotilpan es la agricultura de
temporal y el cultivo básico es el maíz además del frijol y la calabaza—, como en muchas
otras poblaciones rurales de nuestro país, pero aquí también se recurre al cultivo de
regadío, obteniéndose productos como el haba, básicamente de autoconsumo, el chícharo
y la papa, que se destinan a la comercialización. No obstante, los ingresos que obtienen los
matlatzincas de su venta son ínfimos, pues la mayoría de ellos no cuenta con vehículos
para trans- portar los productos a los mercados de la ciudad de Toluca y a los del Distrito
Federal, situación que en buena medida los obliga a aceptar los irrisorios precios que los
compradores provenientes de distintos mercados de la región les pagan en la propia
población. Sólo quienes poseen algún medio de transporte pueden obtener mejores precios
por la venta de sus productos.

Lo anterior ha ocasionado que no pocos campesinos abandonen el cultivo, sobre todo de


papa.

La dieta básica consiste principalmente en maíz, frijol, chile, habas, hierbas del monte y,
sólo en época de recolección, hongos comestibles. La carne se consume en pocas
ocasiones, por ejemplo, en las festividades. Cultivan también árboles frutales y varias
hortalizas en sus huertos familiares. La cría de animales domésticos constituye otra fuente
de ingresos, lo mismo que el trabajo asalariado en el caso de la población migrante y de
quienes se emplean como jornaleros en la misma localidad.

El tipo de tenencia de la tierra es generalmente la propiedad privada. Sin embargo, existe


un continuo fraccionamiento de las parcelas, tanto por cuestiones de herencia como por la
falta de recursos económicos que incrementen su productividad. Quienes no poseen
terreno, se emplean casi siempre como jornaleros en las tierras que tienen acceso a los
canales de riego, en donde, como ya mencionamos, se siembra chícharo, haba y, en menor
cantidad, papa. Algunos campesinos rentan su tierra.

Las tierras comunales y ejidales forman parte también del tipo de tenencia de la tierra; estas
últimas se ubican en las laderas de los bosques que rodean al poblado y, debido a lo
accidentado del terreno, en ellas se lleva a pastar a los animales, se recoge leña, se
recolectan plantas y se corta madera.

El entorno ecológico en el cual se encuentra la población matlatzinca los provee de plantas,


de madera para la construcción de sus casas y de leña para cocinar; asimismo, el poblado
ha otorgado la concesión de un aserradero y una mina de arena a empresas particulares,
en donde se emplean algunos de los habitan- tes. Se suma a ello la licencia de una
gasolinera, que proporciona también trabajo a varios de ellos.

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