22   CU LT U R A  R E F OR M A -  Sábado 25 de Septiembre del 2010
Tres dictámenes niegan validez a los restos
Rinden en Ixcateopan
tributo a Cuauhtémoc
d Con los documentos
de la tradición bajo
llave, ningún familiar
quiere ser depositario
Silvia Isabel Gámez
“¿Qué hacemos con la dama?”, le
preguntó el Presidente Luis Eche-
verría al gobernador de Guerre-
ro, Rubén Figueroa, ante la ter-
cera comisión que había conclui-
do que los huesos de ese cráneo,
pertenecientes a una joven mes-
tiza, no podían ser los de Cuau-
htémoc. Para que no hubiera du-
da, ahí estaba su rostro, recons-
truido en acrílico.
Esa noche de 1976, los inves-
tigadores repitieron los dictáme-
nes de 1949 y 1951. No existían ba-
ses científicas para afirmar que
los restos hallados bajo el altar
mayor de la Iglesia de Santa Ma-
ría de la Asunción en Ichcateo-
pan pertenecían al último señor
de los mexicas.
El arqueólogo Eduardo Ma-
tos Moctezuma, miembro de la
comisión, recuerda que Figueroa
cambió de tema tras escuchar los
informes. “No dijo nada sobre qué
bueno que se aclaró, o qué ma-
lo. Daba la impresión de que no
existíamos”.
No hubo una entrega oficial
del dictamen, y la SEP guardó si-
lencio. La investigación quedó
abierta. Hasta que en septiembre
de ese año, Echeverría declaró en
Ichcateopan que, por razones de
tradición, aquellos eran los restos
de Cuauhtémoc. “Jamás mencio-
nó a la comisión. Dio un manejo
político al asunto”, señala.
Para el gobernador Figueroa,
considera la historiadora Alicia
Olivera, también integrante de la
comisión, el hallazgo suponía una
“posibilidad política grandiosa”.
Guerrero ya no sería recordado
sólo por los desaparecidos de la
guerra sucia, sino por ser la cuna
del tlatoani.
Pero la mentira no fraguó.
La conclusión de los expertos
fue unánime. “Sólo espero que
no haya un nuevo intento de va-
lidar los restos”, dice hoy Matos
Moctezuma.
•••
“La tumba de Cuauhtémoc, úl-
timo emperador azteca, el héroe
más grande del Anáhuac, fue en-
contrada”. Julio Scherer García
firmó en Excélsior la noticia. A las
4 de la tarde del 26 de septiem-
bre de 1949, bajo el altar demoli-
do de la iglesia, había sido hallada
HOMENAJE. Aurora Reyes reconoció a Eulalia Guzmán pintándola
en el Auditorio 15 de Mayo del SNTE junto al tlatoani y Sor Juana.
NIVEL BÁSICO
8 1
9 3 1 6 5
1 4 9 8 7
5 4 3 7
3 7 8 5
8 7
2 7 9 1
6 8 3 1 4 5
4 6
Puzzle by websudoku.com
Busca las soluciones en Cultura y juega en línea
una fosa con unos huesos calcina-
dos y una placa de cobre con una
cruz en el centro y la inscripción:
“1525-1529 Rey, é, S, Coátemo”.
A Florentino Juárez se le atri-
buye el origen de la “tradición”
sobre el nacimiento y entierro de
Cuauhtémoc en Ichcateopan, po-
blación situada a 36 kilómetros de
Taxco. A fines del siglo 19 habría
elaborado los documentos que,
rubricados con la firma apócri-
fa de Fray Toribio de Benaven-
te, Motolinía, indicaban el lugar
de la tumba.
El historiador Paul Gilling-
ham cree que enterró los huesos
bajo el altar entre agosto de 1891 y
finales de 1893, influido quizá por
su pertenencia a la Orden Masó-
nica, que sentía admiración por el
emperador azteca.
Lo que buscaba Juárez, con-
sidera Olivera, es que Ichcateo-
pan fuera nombrada cabecera
municipal, ya que eso habría au-
mentado el valor de las tierras que
Completa la cuadrícula de manera que cada línea, columna y caja de 3x3
tenga un dígito del 1 al 9 sin repetirse.
NIVEL MEDIO
1 5 4 2 3
9 4
7 1
9 7 1 rigidos por Alfonso Quiroz Cua-
9 8
8 2 6 5
9 3
9 4 2 8
d Al antiguo
templo
católico
acuden más
Rafael Bahena
de 12 mil
visitantes
al año.
poseía. “Florentino tuvo una idea debería organizarse, designar un
bonita, pero fue Salvador quien comité, un cuerpo colegiado que
forjó la tradición”. cuide y mantenga la tradición”.
Nieto de Florentino, Salvador A Rodríguez del Olmo no le
Rodríguez Juárez, quien duran- preocupan los dictámenes de los
te años colaboró, en forma hono- especialistas. “En la conciencia
raria, como inspector general de de las personas, la tradición de
Monumentos Artísticos e Históri- Cuauhtémoc se volvió ortodoxa.
cos del INAH en la zona de Ich- La ciencia ha pasado a un segun-
cateopan, trabajaba en el pueblo do plano, porque, ¿algún científi-
como cirujano partero. co puede contrarrestar la existen-
En su consultorio tenía colga- cia de la Virgen de Guadalupe?”.
do un título de médico que él mis- Esta noche será la velación de
mo se había fabricado porque, se- los restos por grupos de danzan-
gún le dijo a Olivera, “la gente del tes, y mañana, un representante
pueblo necesita ver papeles para del gobierno estatal, y el presiden-
tener fe”. te municipal Darío Pérez Mora-
Rodríguez Juárez dedicó su les, rendirán, como cada año, ho-
vida a la causa de Cuauhtémoc, al menaje al tlatoani.
grado de acabar con la economía •••
familiar, recuerda su hijo menor,
el ex diputado estatal del PRI, Ra- En una carta enviada al historia-
fael Rodríguez del Olmo. dor José C. Valadés el 22 de mayo
“Nadie puede mantener una de 1952, la profesora Eulalia Guz-
polémica toda la vida y morir co- mán se queja de la falta apoyo de
mo mi papá, en el completo aban- sus “jefes” del INAH, que después
dono oficial, recibiendo ataques, de encomendarle investigar la au-
por defender una causa. Mi papá tenticidad de los documentos fir-
fue un médico de pueblo que cu- mados por Motolinía, no respon-
raba enfermos gratis o a cambio dieron a ninguno de los 12 infor-
de un pollo o un par de blanqui- mes que les envió.
llos, a quien los periodistas cha- Durante los siete meses pre-
yoteaban pidiéndole para la ga- vios al hallazgo, Guzmán solicitó
solina por defender su verdad. Y a Rodríguez Juárez todo tipo de
aunque no hubiera sido cierta, era aclaraciones. En una época don-
su verdad”. de se enfrentaban dos corrientes
En este 2010, al cumplirse ideológicas, indigenismo contra
más de seis décadas del hallaz- hispanismo, la historiadora y ar-
go, ningún miembro de la familia queóloga puso en Cuauhtémoc su
quiere ser depositario de la tra- pasión nacionalista, y le empeñó
dición. “Existe interés en que se su reputación.
respete la historia, pero nadie se Guzmán pisaba un terreno
lo anda peleando”. Los documen- minado, resume Olivera. Autora
tos que afirman haber custodiado de un estudio crítico sobre Her-
desde el siglo 16 están bajo llave, nán Cortés, al que calificaba de
Héctor García
en una casa deshabitada. “criminal de guerra”, que el INAH
“Yo defenderé siempre a mi y la SEP se habían negado a pu-
señor padre, pero no heredo esas blicar, era considerada una comu-
cosas. No quiero cargar con cul- nista hispanófoba por sus colegas,
pas”, dice. “Pienso que el pueblo declarados hispanófilos.
“Los historiadores de la
UNAM menospreciaban las in-
vestigaciones de esa señora tem-
peramental y gruñona”.
En su carta a Valadés lamen-
ta que, durante la excavación, sus
superiores calificaran de “locu-
ra” su búsqueda. Y acusa de pre-
cipitación a los investigadores de
la primera comisión –especialis-
tas como Silvio Zavala y Eusebio
Dávalos–, a quienes bastaron 6
horas de trabajo en Ichcateopan
para concluir el 17 de octubre de
8 1949 que esos no eran los restos
de Cuauhtémoc.
2 Un nuevo dictamen favora-
ble al hallazgo, elaborado de ma-
9 nera independiente por expertos
del Banco Nacional de México di-
rón, llevó a que en enero de 1950
4 la SEP integrara una Gran Comi-
sión. El grupo de nueve “supersa-
bios” incluía a Manuel Toussaint
y el “ex jefe” de Guzmán, Alfonso
Caso. Su estudio, entregado el 12
de febrero de 1951, confirmó que
se trataba de un engaño.
5 Guzmán los acusó en la pren-
Puzzle by websudoku.com sa de burocratismo e incompe-
tencia. El 2 de marzo, el Ayunta-
miento de Ichcateopan solicitó la
Así lo dijo
Para mí, esos restos
son los de Cuauhtémoc, pero
así como mi papá era un mé-
dico humilde, pobre, yo soy
un periodista modesto, de
provincia, ¿cómo los voy
a convencer?”.
Rafael Rodríguez del Olmo
Periodista y político
Argumentos
Los especialistas pudieron
establecer que:
d Los restos óseos atribuidos a
Cuauhtémoc pertenecían a ocho
individuos. Podían proceder del
osario situado cerca de la fosa.
d Todos los documentos –los que
dieron origen al hallazgo y los que
se presentaron en 1976– eran falsos.
En uno de los libros, “Destierro de
ignorancias” de Juan Antonio de
Oviedo, editado de 1769 a 1776, se
hicieron anotaciones fechadas en
1550, dos siglos antes.
d La Iglesia de Santa María
de la Asunción fue construida
cuando habían pasado más de dos
décadas del supuesto entierro de
Cuauhtémoc.
d La afirmación de que el tlatoani
había nacido en Ichcateopan, hijo de
la princesa chontal Cuayauhtitlalli,
justificaba que su cuerpo hubiera
sido trasladado desde Itzancanac,
en Tabasco, donde fue ejecutado en
1529 por órdenes de Hernán Cortés.
Pero en los montículos de esta
población tributaria de los aztecas
no se halló rastro de palacios.
intervención del Presidente Mi-
guel Alemán para nulificar el dic-
tamen, ya que los especialistas
nunca habían ido a estudiar los
huesos o revisar los documentos.
La SEP dejó abierto el asun-
to hasta 1976, cuando se formó la
tercera comisión. “Es la investiga-
ción para la que he dispuesto de
más recursos en mi vida”, recuer-
da Sonia Lombardo, quien parti-
cipó como historiadora. “Echeve-
rría nos dio una carta firmada en
la que instruía a todas las autori-
dades civiles y militares para que
nos apoyaran en los trabajos”.
Pese al dictamen contrario,
Guzmán no lanzó contra esta úl-
tima comisión sus dardos de pole-
mista, pero la sombra de Cuauhté-
moc no dejó de perseguirla. Poco
antes de su muerte, en 1985, ase-
guraba verlo por las noches en su
casa, majestuoso, caminar por los
pasillos.
A Rodríguez Juárez, lamenta
su hijo, la historia no le hizo jus-
ticia. Desde el día del descubri-
miento, los reflectores se coloca-
ron sobre Guzmán, cuyo nombre
lleva la plaza del lugar. “Ella no le
dio su lugar a mi papá, aunque él
nunca lo hizo por sobresalir, sino
para que el pueblo cambiara su
economía tan miserable”.
Pero a Ixcateopan de Cuauh-
témoc –nombre que le dio el Con-
greso estatal en 1950–, no llegó el
desarrollo. Los dictámenes fre-
naron las promesas de los políti-
cos, pero se continuó favorecien-
do el culto a los restos, que hasta
hoy se exponen en la antigua igle-
sia, convertida en el Museo Altar
de la Patria.
El Ojo Breve
Cuauhtémoc
Medina
cmedin@yahoo.com
¿Críticos
o soplones?
El autor reflexiona
sobre el chivato
como una presencia
en el mundo del arte
C
omo muchos miles, me
senté en la oscuridad pa-
ra constatar la habilidosa
mezcla de farsa y gore de El in-
fierno de Luis Estrada (Bandi-
do films, 2010). Más allá de re-
gistrar admiración por un filme
que es una eficacísima opera-
ción de contra-propaganda, y sa-
lir asqueado por compartir, co-
mo único espacio común, la di-
versión que proporciona a los
ciudadanos la desgracia propia
y ajena, quedé embrujado por la
perspicacia de una frase. Que-
riendo escapar del círculo vi-
cioso de la miseria, machismo y
muerte de las huestes del narco-
tráfico, Beny (Damián Alcazar)
decide a denunciar a sus jefes.
Al ofrecerle protección como
testigo, el Capitán Ramírez (Da-
niel Giménez Cacho), enmarca-
do por una fotografía de Felipe
Calderón, espeta la siguiente jo-
ya: “la política de nuestro señor
presidente es convertir a Méxi-
co en un país de soplones”.
La escena me sobresaltó.
Más allá de llevar a la pantalla la
pérdida de estatura de un polí-
tico vitriólico y kamikaze, se me
hizo claro que la boutade de Es-
trada es un dictamen sobre el es-
tado de la república. Convertir-
nos en soplones es quizá el úni-
co proyecto de la derecha moral
que ha tenido éxito. El espacio
de la opinión pública está ocu-
pado por el placer mojigato e in-
útil de denunciar la supuesta co-
rrupción generalizada, y esce-
nificar, con bombo y platillo, la
“denuncia ciudadana”.
Por supuesto, todo ese jue-
go es una mera pornografía. Le-
jos de cuidar la cosa pública o
evitar el abuso de los gobernan-
tes, el clima de escándalo indis-
criminado tiene como resulta-
do deteriorar al aparato público
y restar eficacia a la crítica mis-
ma. Contribuye espléndidamen-
te para justificar el desmantela-
miento del estado, criminaliza a
la clase de los servidores públi-
cos, desprestigia los impuestos y
somete a una camisa de fuerza a
la gestión gubernamental, sin re-
lación con ninguna reflexión so-
bre políticas y resultados. Cada
que fingimos considerar la mo-
ralidad de los funcionarios, eva-
dimos campechanamente ex-
presarnos sobre la diversidad de
las opciones políticas que, quié-
rase o no, encarnan.
Lo que más me alarmó fue
reflexionar sobre el grado en
que la figura del chivato se ha
instaurado en mi oficio. En los
últimos años, la prensa cultural
ha sufrido del deterioro consis-
tente en la confusión entre pe-
riodismo y policía.
Una virtual Procuraduría
General de la Cultura ha anida-
do en las columnas de arte, que
en lugar de informar sobre la
operación intelectual o debatir
obras específicas, se entretienen
en revelar cada semana a sema-
na monstruosas conspiraciones,
depravados abusos del poder
museísticos, connivencias entre
curadores y mercado, y denun-
ciar la perversión intrínseca de
toda forma de arte contempo-
ráneo. Cada semana se nos pin-
ta un drama moral en que todos,
menos el individuo quien escri-
be, son corruptos, incompeten-
tes y mafiosos, en donde el pe-
riodista se autoproclama como
super-ego de las instituciones
culturales. Hemos llegado al ca-
so de que haya notas que en lu-
gar de evaluar méritos cultura-
les o estéticos, sacan a relucir
las supuestas violaciones al có-
digo penal que efectúan artistas
y curadores. La nota dominan-
te es levantar acusaciones perso-
nales, aprovechando la opinión
derechizada que no ve proble-
mas sociales sino solo impuni-
dad. Con la ficción de valentía
ocultan la carencia de lecturas
y familiaridad con el arte efecti-
vo, y evaden formular una políti-
ca de sensibilidad. Es lógico que
los artistas ni se ocupen de ese
ruido: su receptor no es el pú-
blico, sino los burócratas, a quie-
nes pastorean por medio del te-
rror y el lloriqueo. Pero todos los
que operamos en la cultura de
este país cargamos un gramo de
culpa al haber tolerado que la
moralina usurpe el espacio de la
crónica y el debate artístico.