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LA ABADÍA DE SAINT DENIS

1. LA ABADÍA DE SAINT DENIS


Si la abadía de Fontenay es importante, la de Saint Denis no es menos. Hoy forma parte de un
barrio al Noroeste de París, pero en el siglo XII, estaba fuera de la ciudad. No olvidemos que
París, sede regia, estaba protegida por una muralla.
Desde el siglo VI, ya era conocida como una importante abadía de origen merovingio. Va a
jugar un papel capital en la historia de Francia, no solo desde el importante punto de vista
político, sino también desde el de la historia del arte, porque aquí en la primera mitad del siglo
XII, se van a realizar las primeras obras de ese arte gótico que se manifiesta en la primera
mitad del siglo XII, y culmina en torno a 1190, siempre con referencia a la zona de París. Es
decir, el gótico temprano, que se puede llamar también primer gótico o protogótico, surge en la
zona en torno a la capital del reino de la dinastía capeta, que tiene su sede en París.
La primera obra de este nuevo lenguaje arquitectónico, que es el gótico, se va a dar en los
años treinta-cuarenta del siglo XII. Durante estos mismos años, se estaba trabajando en
románico, cuando aún no se habían desarrollado las mejores obras del románico pleno, no solo
en Francia, sino también en España, los Paises Bajos o Alemania. Sin embargo, Saint Denis va
a ser el taller pionero del gótico temprano en Francia.
Estamos hablando de los años treinta-cuarenta, época que coincide con la construcción de la
iglesia de Santa María de Fontenay en la Borgoña, cuando San Bernardo expresa en sus
escritos sus ideales y lo que tiene que ser un abad cisterciense. Pues bien, contemporáneo de
San Bernardo, es un abad, no menos famoso, que representa el punto de vista opuesto al de
Bernardo de Claraval. Con el nombre de Suger o Sugerio, es contemporáneo de San Bernardo,
y va a ser abad de Saint Denis. Son dos vidas paralelas, que reflejan dos ideales de vida
monástica completamente opuestos. San Bernardo es la vida contemplativa, la vuelta a la
pureza de la regla de San Benito, y el arte desornamentado, para que nada altere la función
que debe de desempeñar un buen monje, la oración.
Para Suger, el abad de Saint Denis, hay que atraer a los fieles, al culto divino, por medio de los
sentidos. Es decir, cuanto más hermosa sea una iglesia, cuantos más adornos tenga, y cuanto
más lujosamente adornada esté, para que se vea que es una imitación de lo que puede ser el
Paraíso, más atraerá la visita de los posibles clientes.
Si en el cisterciense el color esta proscrito, si en el altar no puede más que haber una cruz de
madera sin decorar, en Saint Denis tiene que haber cruces de orfebrería con piedras preciosas,
vidrieras de colores, altas torres, escultura tanto en el exterior como en el interior. Es decir, dos
mundos que se contraponen, dos ideales que tienen cada uno en su haber, un importante
capítulo de la historia del arte. Para conocer mejor lo que significa el Císter, hay que conocer
mejor lo que significa la abadía de Saint Denis, y para conocer mejor la abadía de Saint Denis,
hay que conocer mejor Santa María de Fontenay.
1.1. ETAPAS CONSTRUCTIVAS DE LA IGLESIA DE LA ABADÍA DE SAINT DENIS
La abadía de Saint Denis tiene un comienzo prerrománico, no surge de la nada, en absoluto.
De origen merovingio, la abadía de Saint Denis era ya en el siglo V, un centro importante de
monaquismo en las afueras de la ciudad de París, que hoy ha quedado dentro del núcleo
urbano.
La importancia de Saint Denis reside en que es el origen indiscutible del gótico, de tanta
importancia, e incluso más, que el románico anterior, pero sin olvidar que el gótico que
sustituirá al románico a partir del siglo XIII, tiene una etapa primitiva que coincide histórica y
cronológicamente con el pleno románico,
La iglesia de Saint Denis la vamos a estudiar de una sola vez, a pesar de que pertenece a dos
etapas del gótico, pues la iglesia no es solo gótico primitivo, sino que al no acabarse en el siglo
XII, tiene una segunda fase que es la de su terminación, que corresponde a pleno siglo XIII.
Entonces, por un lado este edificio es del gótico primitivo, pero por otro lado corresponde
también al gótico avanzado, a lo que llamamos el gótico radiante o gótico tardío. Hay partes del
monumento que corresponden a la etapa inicial y partes del monumento que corresponden a
pleno desarrollo del gótico.
Otras catedrales de Francia también fueron preferencia de los objetivos reales, como la
catedral gótica de Reims en la Champaña francesa, este monumento pasó a tener un papel
muy destacado en la política e historia de Francia durante la Edad Media. Si es en la abadía de
Saint Denis donde se entierran los reyes de Francia, la catedral de Santa María de Reims va a
ser el lugar donde sean coronados los príncipes de Francia. El heredero de la corona entraba
por la puerta Norte de la catedral, como príncipe, y al llegar al altar mayor, recibía la corona de
manos del arzobispo de Reims, y salía por la puerta de entrada de los pies, convertido en rey
de Francia. Ese lugar tan especial, donde el heredero es ungido y coronado como rey de
Francia por la Gracia de Dios, es también un monumento capital del gótico. Precisamente, su
función de ser un gran espacio donde los reyes reciben la corona, va a determinar su planta y
su decoración escultórica, lo mismo que tendremos ocasión de hablar sobre Saint Denis.
La abadía de Saint Denis, al noroeste de Paris, y la catedral de Reims, al nordeste de Francia,
tienen unas características que las hermanan, en el sentido que tienen de ejercer un papel
singular en la historia de los reyes de Francia. Son seleccionadas desde la Alta Edad Media
para dos cometidos, la abadía de Saint Denis, para gran lugar de enterramiento, y la catedral
de Reims, para la coronación de los reyes de Francia. Si esto se analiza, podemos comprender
mejor el porque de la planta de la catedral de Reims, el porque de la escultura, el porque de las
proporciones, puesto que la función a que fueron destinadas determina todo lo demás.
1.2. EL SAQUEO DE LA ABADÍA DE SAINT DENIS POR LAS TURBAS REVOLUCIONARIAS
Siendo destacable, el que la iglesia de la abadía de Saint Denis corresponda a dos etapas, y
por tanto a dos estilos, más importantes fueron los efectos que produjo en este monumento la
Revolución Francesa, en el año 1789. Este suceso histórico supuso para el arte francés una
gran tragedia, no solo por la masiva destrucción de monumentos prerrománicos, románicos,
góticos, renacentistas y barrocos, sino también porque, tras la Revolución, las leyes
desamortizadoras trajeron como consecuencia el abandono de los edificios religiosos. Hasta
mediados del siglo XIX, muchas abadías no volvieron a ser ocupadas por comunidades
religiosas, y otras nunca más lo fueron. Esto significa, no solo el abandono material de los
templos, sino su destrucción y saqueo con la pérdida de obras de arte capitales para la
comprensión del arte medieval europeo.
La abadía de Saint Denis fue especial objeto del furor destructivo de los revolucionarios,
porque desde el siglo VI había sido el lugar preferido por los reyes de Francia para su
enterramiento. Fue el gran panteón de las dinastías que se fueron sucediendo en el país. La
abadía de Saint Denis tuvo ese gran privilegio, el cual empezó en el siglo VI, pero no con
continuidad. Tras el reinado de Carlomagno –que eligió para su enterramiento la capilla
palatina de Aquisgrán- su hijo Ludovico Pío y los demás reyes que le sucedieron hasta Luis XVI
y María Antonieta, fueron enterrados en Saint Denis. Eso supuso para la abadía una enorme
fuente de dinero, pues los reyes daban generosas limosnas para preparar su funeral,
agradecer el cuidado de los restos de sus familiares y sufragar la realización de importantes
monumentos funerarios en el interior de la iglesia.
Sin embargo, ser el panteón de los reyes, trajo su desgracia, pues cuando llegó la Revolución
Francesa, esta fue la primera iglesia a la que acudieron las turbas revolucionarias, para
saquear, destrozar tumbas y mausoleos, y robar los ajuares funerarios. El escarnio fue
absoluto, siendo destrozadas a martillazos las laudas e incendiado todo, con un odio feroz que
nos describen perfectamente los historiadores de la época. Hoy es una parroquia y monumento
nacional de Francia, en donde los legitimistas de la casa de Borbón, se reúnen anualmente
para celebrar un acto religioso-político.
La iglesia se construye en dos etapas distintas y no sucesivas del gótico, esto es capital. la
parte más antigua se construye en la segunda mitad del siglo XII, y la parte posterior, ya
avanzado el siglo XIII, casi podría decirse que es casi un siglo lo que separa la primera fase
constructiva de la segunda. Todo ello se debe a varias razones, la primera fue que tras la
muerte de Suger, principal impulsor de la obra, sus sucesores no pusieron el mismo interés en
su continuación. La segunda razón, es que, mientras Suger vivió, los reyes de Francia
ayudaron generosamente a la realización de la obra, puesto que estuvieron vinculados por
grandes lazos de amistad con Suger, incluso desde su infancia con alguno de ellos. No sucedió
lo mismo con los abades que sucedieron a Suger, pues los reyes de Francia, teniendo
asegurado su entierro en la abadía de Saint Denis, pusieron sus preferencias en otros
monumentos góticos, fundamentalmente en la catedral de París, ciudad en donde ellos
residían.
Otras catedrales de Francia también fueron preferencia de los objetivos reales, como la
catedral gótica de Reims en la Champaña francesa, este monumento pasó a tener un papel
muy destacado en la política e historia de Francia durante la Edad Media. Si en la abadía de
Saint Denis, se entierran los reyes de Francia, la catedral de Santa María de Reims va a ser el
lugar donde sean coronados los príncipes. El heredero de la corona entraba por la puerta Norte
de la catedral, como príncipe, y al llegar al altar mayor, recibía la corona de manos del
arzobispo de Reims, y salía por la puerta de entrada de los pies, convertido en rey de Francia.
Ese lugar tan especial, donde el heredero es ungido y coronado como rey de Francia por la
Gracia de Dios, es también un monumento capital del gótico. Precisamente, su función de gran
espacio donde los reyes reciben la corona, va a determinar su planta y su decoración
escultórica, lo mismo que tendremos ocasión de hablar sobre Saint Denis.
La abadía de Saint Denis, al noroeste de Paris, y la catedral de Reims, al nordeste de Francia,
tienen unas características que las hermanan, en el sentido que tienen de ejercer un papel
singular en la historia de los reyes de Francia. Son seleccionadas desde la Alta Edad Media
para esas funciones, una, como gran lugar de enterramiento, y otra, para la coronación. Si esto
se analiza, podremos comprender mejor el porque de la planta de la catedral de Reims, el
porque de la escultura, el porque de las proporciones, puesto que la función a que fueron
destinadas determina todo lo demás.
1.3. LEYENDA Y TRADICIÓN SOBRE LA ADVOCACIÓN A SAINT DENIS
A finales del siglo III e inicios del IV, el cristianismo era ya un grupo social importante, que pudo
haber ser considerado por algunos emperadores romanos como un elemento desestabilizador
del Imperio. Por ello, algunos emperadores darán órdenes de perseguir a los seguidores del
cristianismo.
La advocación de la abadía de Saint Denis a este santo, le viene porque la leyenda y la
tradición nos dicen que San Dionisio había sido el primer obispo de París, en el siglo III, y que
habría sido decapitado hacia el año 250, junto con dos diáconos fieles colaboradores suyos en
la sede de Paris, llamados Rústico y Eleuterio, en defensa de su fe.
Algunos años más tarde, en el 313, con el Edicto de Milán promulgado por el emperador
Constantino el Grande, cesan las persecuciones al decretarse la libertad de cultos religiosos,
pero no se alcanza la total autoridad y poder del cristianismo en Roma y en el resto del Imperio,
hasta el año 390, cuando Teodosio el Grande declare al cristianismo religión oficial del Estado
romano, religión que se protege y que representa el poder de Roma. Desde el 313 al 390 el
cristianismo deja de ser perseguido, deja de estar prohibido, pero no es la religión oficial. Es
decir, tiene que defender su territorio, para ir ganando mayor poder. El cristianismo desde el
313 al 390 es una religión más del Imperio, con los mismos derechos y deberes que las otras
religiones. Esto quiere decir que entre el 313 y el 390 se produce una etapa, de mayor
publicidad y lucha de las comunidades cristianas por ir ganando adeptos, y detentar en la
sociedad un poder que hasta entonces les había sido negado.
A mediados del siglo IV, el emperador Juliano el Apóstata, pretenderá sin éxito volver a prohibir
la religión cristiana. Pero fuera de este reinado bastante corto, se puede decir que a partir del
año 313 el cristianismo puede respirar tranquilo y sus seguidores dejarán de ser perseguidos.
Solo a finales del siglo IV, con Teodosio los emperadores reconocerán al cristianismo como
religión oficial del Imperio. Ya no se rendirá culto a la imagen del divino emperador.
Volvemos a París en el año 250, el obispo de París y sus dos diáconos son conducidos ante el
gobernador romano de la ciudad acusados de seguir un culto prohibido por Roma, como ellos
no quieren renunciar a sus creencias son condenados a muerte, y decapitados, como
enemigos del imperio. Esto produce una gran conmoción en la región parisina, pues París era
una pequeña localidad situada al Norte de Francia, a orillas del río Sena. No tarda en
anunciarse que en el lugar donde han sido enterrados los tres mártires se producen sucesos
extraordinarios. Los propios fieles seguidores de Dionisio, empiezan a hacer publicidad de
dichos hechos milagrosos. Es decir, desde el principio San Dionisio tiene fama de santo, lo que
es importante para entender el culto que se le va a rendir muy pronto y de forma cada vez más
acusada.
Hablar del culto a San Dionisio en París es hablar de la historia del cristianismo de la capital de
Francia. La leyenda nos dice que San Dionisio y sus dos diáconos habían sido juzgados y
decapitados en el lugar elegido tradicionalmente por los gobernadores romanos para este tipo
de actos. París era entonces una pequeña aldea a las orillas del Sena, rodeada por colinas de
escasa altura, en donde a los enemigos del Estado romano se les juzgaba y martirizaba en una
zona a extramuros de la ciudad que era denominada por los cristianos “el monte de los
mártires”. Hoy es el barrio de Montmartre, cuyo nombre le viene precisamente de esa
denominación en el idioma francés.
La tradición nos dice que San Dionisio y sus dos diáconos fueron decapitados en dicha colina y
que Dionisio y sus acólitos habrían cogido sus cabezas en sus propias manos, y habrían
caminado fuera de París, hasta detenerse en el lugar donde habrían de reposar. Esto dio lugar
a la construcción de un pequeño santuario donde se enterraron los tres mártires, y con el paso
de los años a una pequeña iglesia que más tarde se encomendó a una comunidad de monjes
benedictinos dando lugar a la abadía de San Dionisio. Es decir el lugar elegido por San
Dionisio era el lugar elegido por el mártir para su descanso eterno.
1.4. SAINT DENIS NECRÓPOLIS REAL
Veamos ahora la historia verídica de lo que conocemos de este antiquísimo centro de devoción
de la capital de Francia. Estamos a finales del siglo V, en el año 474. Sabemos que Santa
Genoveva, una de las continuadoras del culto a San Dionisio, que se había iniciado en el año
250, colaboró económicamente y materialmente para que se mantuviera una pequeña y
modesta capilla de origen paleocristiano. Ahora nos situamos en el siglo VII. Sabemos que un
rey de la dinastía merovingia, el rey Dagoberto, hizo numerosos ofrendas a una iglesia que
suponemos modificada y enriquecida respecto de la primera.
En la primera mitad del siglo VII, en una fecha aproximada que va del año 628 al 638,
Dagoberto primer rey de esa Francia ya independiente de Roma, hace alarde de querer ser
enterrado junto a San Dionisio. Es pues, en el siglo VII cuando se inicia la tradición de que los
reyes de Francia sean enterrados en la abadía de Saint Denis. Lo cual no quiere decir que no
haya habido modificaciones a lo largo del tiempo, y algún rey no haya elegido Saint Denis, pero
podemos decir que genéricamente son más los que eligieron este lugar. Desde luego, lo que se
mantiene en la tradición, es que los príncipes que mueren a tierna edad, los herederos que no
llegan a alcanzar la madurez que se alcanzaba a los catorce años, pudieran ser enterrados en
Saint Denis, que se va a convertir en un lugar emblemático, en un lugar de destino final de los
reyes y los príncipes herederos que han muerto antes de alcanzar la edad de poder ser
coronados, de todas las familias reales en suma.
No se puede entender como se va a hacer esta iglesia, si no se tiene en cuenta que se trata del
panteón real por excelencia. Eso supone una inmensa cantidad de dinero, que irá llegando
periódicamente. Todos los reyes, o la mayor parte de los reyes tienen familia enterrada allí. En
los aniversarios, en las ocasiones importantes se les harán obsequios suntuosos a los abades
o monjes de Saint Denis, para que mantengan permanentemente el culto a los difuntos allí
enterrados. Entonces no nos podemos extrañar de que sea el monasterio de Saint Denis un
inmenso laboratorio donde se ensayen, donde se creen los nuevos estilos artísticos. Nadie
discute la importancia de Saint Denis en el origen del gótico. Si se habla del origen del gótico,
hay que hablar de Francia, si se habla del gótico en Francia, hay que hablar de Saint Denis
obligatoriamente.
1.5. LA PROTECCIÓN REGIA A LA ABADÍA DE SAINT DENIS
Podemos decir que en el siglo VII, con Dagoberto, hay una importante comunidad monástica,
que protege la familia real. A mediados del VII, sin discusión, del Norte de Francia el
monasterio más rico es Saint Denis, el que tiene los mayores recursos, que emplean no solo en
mejorar, ampliar y embellecer la iglesia, sino en algo más importante y con más futuro, que es
la compra de dominios, territorio, para tener verdadero poder. Otros monarcas famosos, ya en
el siglo VIII, serán Carlos Martel y su hijo Pipino el Breve, que serán también enterrados allí.
Sabemos que a mediados del siglo VIII, se empieza otra iglesia más rica que la anterior. Se
inicia entonces la dinastía carolingia, a partir de Carlos Martel, de ahí le viene el nombre. Hoy
sabemos que esta iglesia que empieza Carlos Martel la va a terminar Carlomagno. Es decir
que se mantendrá esa protección y esa devoción a Saint Denis. Carlomagno muere el año 814,
había sido nombrado emperador el año 800. Con Carlomagno se recupera la idea del Imperio
romano de Occidente que se había disuelto en el siglo V. Hay nuevas ilusiones, nuevas
esperanzas, añoranza de Roma.
Carlomagno, emperador, es un personaje emblemático, su ayuda y protección a Saint Denis
tiene consecuencias. Él se encarga de terminar la obra de esta iglesia carolingia. El 20 de
febrero del año 775, Carlomagno preside una gran ceremonia de consagración, no solo del
altar mayor en la cabecera, sino de la cripta, porque veremos también como en las iglesias
góticas las criptas tienen cada vez más importancia. Las criptas son los corredores inferiores,
donde se localizan los enterramientos. En el suelo, encima de la cripta, es donde van a estar
los monumentos funerarios, las esculturas, las imágenes, las inscripciones, pero los cuerpos se
depositan bajo tierra en lo que llamamos criptas. A Carlomagno se debe la construcción de la
primera gran cripta subterránea. Es decir, las criptas más antiguas, cuando se visita Saint
Denis, a uno le permiten bajar desde el presbiterio a las criptas, y pasar desde la cripta
carolingia del siglo VIII, a las más modernas de los siglos XVII y XVIII.
Es importante destacar que el siglo VIII, significa la construcción de la nueva basílica carolingia
y sobre todo la puesta a punto de las grandes criptas funerarias, que tendrán su continuidad
después.
A finales del siglo IX a partir del 870, otro importante rey, Carlos el Calvo, estamos en el 877,
aún alarga la necrópolis real. Pero, será fundamental para Saint Denis, un rey de finales del
siglo X, que inaugura una nueva dinastía, la capeta, porque su iniciador fue Hugo Capeto, que
va a morir en el año 996. Este rey, firma una serie de documentos, estableciendo una unión
indisoluble, desde el punto de vista legal, entre los reyes de Francia -él y sus sucesores- y la
abadía. Lo que hasta entonces había sido algo aceptado, toma valor jurídico. El año 990, Hugo
Capeto firma un protocolo estableciendo la unión indisoluble entre la monarquía y la abadía.
Todos los reyes de Francia de los siglos XI, XII y XIII, seguirán fielmente esta norma.
La abadía tenía fama, no solo por su riqueza y su relación con la corona, sino porque en ella se
había creado una escuela de teólogos. Ya sabemos que las primeras universidades en Europa
se van a crear al abrigo de las catedrales, como la escuela de Chartres, la escuela de París,
junto a las catedrales de Chartres o de París. La abadía de Saint Denis había fundado a partir
del siglo X, una escuela de formación teológica, donde los príncipes herederos acudían
también a formarse y educarse en las lenguas clásicas, para simbolizar la estrecha relación
entre la monarquía y la abadía. Ya podemos imaginar, naturalmente, que si un futuro heredero
recibe sus enseñanzas, se educa en el claustro de la abadía, le dan las lecciones los propios
monjes, eso va a crear unos lazos de amistad y también de dependencia. Se ha llegado en
algunas etapas a que los abades de Saint Denis eran los verdaderos regentes, los que ejercían
el poder de la corona.
1.6. EL ABAD SUGER, CREADOR DE SAINT DENIS
Suger es elegido abad el año 1122, era rigurosamente contemporáneo de San Bernardo. Va a
morir, siendo abad, en el año 1151. Su estrecha relación con los reyes le viene de que ha sido
compañero, en la escuela de Saint Denis, del rey Luis VI de Francia, y será profesor de Luis
VII, el hijo de Luis VI.
Las vinculaciones de Suger con los reyes están claras, pues se ha educado con Luis VI, y ha
sido el maestro de Luis VII. Sabemos que Suger no era de familia noble. En esa escuela se
educaban los herederos de las familias más nobles de Francia, sobre todo relacionadas con la
corte, no podía entrar a estudiar cualquiera. Pero Suger, hijo de un obrero de la abadía,
demostró desde un principio una precoz inteligencia y un gran amor a la lectura así como una
enorme facilidad para el aprendizaje de los idiomas griego y latín. Merced a esos valores
innatos, el niño fue admitido en la escuela de la abadía. Así es como pudo participar de un tipo
de enseñanza que le hubiera estado vedado de otra manera. Va a compartir la enseñanza con
Luis VI, y luego será preceptor del rey Luis VII. Estos vínculos de respeto mutuo no se
romperán nunca. Tanto es así, que cuando el joven Luis VII marche a la segunda cruzada en
1147, Suger se va a encargar de gobernar Francia y de representar al rey. Más confianza no
puede haber.
Entre 1147 y 1149, mientras el rey permanece fuera de Francia, el que firma los documentos,
promulga las leyes y gobierna Francia, es Suger. Es evidente que esta suma de poderes le
crea enemigos a Suger, tanto en el mundo eclesiástico, como en el civil, que se preguntaban
porque que el rey no había dado el poder a un laico para regir los destinos de Francia.
Entonces, podemos entender también el declinar de la abadía durante los últimos años de vida
de Suger, porque traslada su residencia a París. Está más pendiente de los asuntos de la corte
que de los religiosos. Entonces podemos decir que la empresa de introducir el gótico, ocurre
sobre todo durante los años treinta y la primera mitad de los años cuarenta. Es Suger quien
emprende la reconstrucción completa de la iglesia carolingia. Como un nuevo Carlomagno, su
idea es volver a hacer una basílica, si cabe, más importante que la consagrada por
Carlomagno, pero muere en 1151, sin haber podido culminar su gran proyecto. Habrá que
llegar al siglo XIII, en la época del rey capeto San Luis o Luis IX el Santo, para que a finales del
siglo XIII se acabe un proyecto que ha iniciado Suger en la primera mitad del siglo XI.
1.7. CRONOLOGÍA DE LAS ETAPAS CONSTRUCTIVAS
La abadía de Saint Denis se va a empezar por los pies, que es lo más antiguo, frente a lo que
es más habitual que es empezar las obras por la cabecera e ir avanzando hacia los pies. La
primera etapa de la obra, que incluye el cuerpo occidental, se inicia en 1135 y se termina en
1140. Naturalmente, la idea, el proyecto, el acopio de materiales, son anteriores. El final de
esta primera etapa está documentado, sabemos que en 1140 hay una ceremonia de
dedicación en la que participa la familia real el propio abad para celebrar que se han terminado
las obras occidentales.
La obra occidental incluía la monumental fachada y el inicio del cuerpo de naves, formado por
tres naves de dos tramos. Justo en medio del proyecto de la nueva iglesia se encontraba la de
Carlomagno, para que los fieles pudieran acudir a la antigua iglesia carolingia, mientras se
terminaban las obras de la nueva iglesia.
Lo que se hace es una gran fachada con una triple portada con escultura. Una fachada
flanqueada por dos torres, nuevo modelo que luego será copiado en todas las catedrales
góticas de Francia. Una gran portada monumental, decorada con escultura con un programa
iconográfico muy importante, y una fachada triple que coincide con las tres naves, con tres
puertas, con sus propias esculturas, y con dos torres, una a cada lado de la puerta central, que
es la mayor. Se trataba, como nos dice el propio Suger en sus escritos, de manifestar el poder
de la nueva etapa de la abadía, y que los que se acercaran a ella comprendieran, viendo esa
gran entrada, los nuevos tiempos que iba a vivir la abadía.
Este cuerpo occidental de dos tramos, tenía un segundo piso o tribuna alta, recordando las
construcciones carolingias, a donde se subía por las naves laterales. Se respeta la
construcción antigua, de momento, pero se ha edificado ya un nuevo modelo constructivo: una
monumental iglesia de tres naves, cuyo cuerpo occidental de dos tramos en profundidad,
dispone de una tribuna o segundo piso encima. Entre las muchas novedades que va a haber,
quizás la más destacada, sea que a estas tres naves de dos tramos se les va a dar un nuevo
tipo de cubierta, que será la bóveda de crucería. El primer ejemplo de bóveda gótica aparece
en este cuerpo de naves occidental entre 1135 y 1140. Desgraciadamente, no sabemos los
nombres de los artistas, se ha dicho que al igual que pasó con el Escorial, Felipe II y Juan de
Herrera, donde muchas de las ideas se deben a la personalidad del monarca. Pues bien, a
través de los escritos que nos ha dejado Suger, deja claro que está muy orgulloso de su
protagonismo, no solo como mecenas, sino también como autor del proyecto. En este sentido,
se puede decir que lo hicieron los artistas, pero que él imponía su criterio a los que lo
materializaban.
La fecha de la ceremonia de la solemne dedicación del cuerpo occidental de la iglesia de Saint
Denis corresponde al 17 de junio de 1140. No solo es el empleo de la bóveda gótica, la
configuración del modelo de fachada de portada triple, la presencia de dos torres iguales en los
lados, sino que otra de las importantes novedades es la escultura: el proyecto iconográfico, el
lenguaje figurativo, pero sobre todo el modelo de escultura en relieve aplicada a la arquitectura,
la distribución de las esculturas en las jambas, en las arquivoltas, en los tímpanos. En una
palabra en las superficies habituales donde se decora. Esta triple fachada obedecía ya a un
lenguaje protogótico o gótico temprano, tanto por la forma como por el mensaje, rompiendo
abiertamente con el estilo románico imperante en Francia.
Esta triple fachada es la parte que más sufrió de todo el edificio en la Revolución Francesa, fue
sistemáticamente destrozada a golpe de martillo, porque el espléndido proyecto teológico que
ideó Suger, colocó representaciones escultóricas de los reyes y reinas del Antiguo Testamento
en las jambas de las tres puertas. En el proyecto iconográfico, es la primera vez en que
aparecen estatuas columnas, y en las jambas se reproducían en altorrelieve, una serie de
figuras con corona, reyes y reinas del Antiguo Testamento, con las que se quería indicar que
estábamos ante el acceso a la abadía, y que los reyes y reinas del Antiguo Testamento eran
los predecesores de los apóstoles, de los evangelizadores del Nuevo Testamento.
Evidentemente los revolucionarios de finales del XVIII eran incultos. En primer lugar, había que
destruir la monarquía, robar los tesoros, sacar a la luz pública y quemar los despojos
enterrados en las criptas, pero además vieron unas puertas esculpidas con figuras de tamaño
natural de reyes y reinas. En su ignorancia y brutalidad, creyeron que eran retratos de los reyes
de Francia, no se dieron cuenta de que eran reyes del Antiguo Testamento, como lo iban a a
saber si no habían leído la Biblia, si no sabían nada. Las rompieron sistemáticamente a
martillazos. Quedan algunos fragmentos de cabezas en el museo del Louvre, y sobre todo en
museos de Estados Unidos de América, como son el museo de los Claustros y el museo
Metropolitano, ambos en Nueva York; y en el museo de Baltimore o de Filadelfia. En ellos,
tenemos ejemplos bellísimos de cabezas que vienen de Saint Denis.
Disponemos de unos dibujos de algunas esculturas, realizados en vísperas de la Revolución
Francesa, y veremos algunos de los fragmentos de las cabezas mutiladas.
A mediados del siglo XIX, en Saint Denis y en París se van a llevar a cabo intensas tareas de
restauración, que pueden ser discutibles, pero que se realizaron con los únicos medios de que
se disponía entonces. Como Saint Denis en el siglo XIX, aunque Francia continuara siendo una
República, era un lugar emblemático de la historia de Francia, los furores revolucionarios
habían dado paso a una etapa de mayor serenidad, se encargaron a los restauradores que
hicieran lo que pudieran. Veremos las zonas que son auténticas, que son las menos, y cuales
son neogóticas que son las más, pero con buen criterio no se reprodujeron de nuevo las
esculturas de los reyes del Antiguo Testamento, se dejaron las columnas sin imágenes,
reconstruyeron las arquivoltas, y restauraron los tímpanos, pero dejaron desnudas de
esculturas las jambas de donde arrancan los arcos.
Suger tenía buenos amigos, uno de los mejores será el obispo de Chartres ,de la catedral de
Chartres, de la ciudad y diócesis de Chartres, situada al noroeste de Francia, a la misma latitud
que París. El obispo de Chartres mantiene una buena amistad con Suger y la abadía de Saint
Denis. Sabemos que será uno de los invitados a la primera ceremonia de dedicación del
cuerpo Occidental de Saint Denis, y lo será a la segunda ceremonia.En una palabra, se
respetaban y se admiraban, uno como abad y otro como obispo. Felizmente, el obispo de
Chartres, que en los años cuarenta está embelleciendo su catedral románica, que se ha
empezado en el siglo XI, a la que le falta para su terminación el cuerpo occidental. El quiere
dotar a esta catedral, que cuando el fue designado obispo ya existía, dotarla de una fachada
monumental. Pide consejo a Suger, y este le manda el taller que acaba de realizar la gran y
triple portada de Saint Denis. No tenemos las esculturas de Saint Denis en su sitio, pero si
visitamos la catedral de Chartres y admiramos la fachada occidental, nos encontraremos una
triple portada con estatuas columnas y figuras del Antiguo Testamento, que nos pueden
consolar, en parte, de la destrucción de las esculturas de Saint Denis, y sobre todo, que como
los mayores desmanes de los revolucionarios tuvieron lugar en París y en Saint Denis, y a
Chartres no llegaron, o si lo hicieron no fueron tan agresivos, aunque rompieron la imagen de
Nuestra Señora de Chartres, pasaron por alto la fachada, donde estaban las esculturas de
reyes y reinas del antiguo Testamento.
Para imaginar como era la fachada que termina Suger en junio de 114, hay que visitar el
Pórtico Real de la catedral de Chartres, porque en su triple portada se representan reyes del
Antiguo Testamento.
Inmediatamente después, en ese mismo verano de 1140, se empieza la segunda fase de las
obras que va a realizar Suger, que corresponden a la cabecera, en medio queda la iglesia
carolingia. Más al este idea Suger una espléndida cabecera, el primer ejemplo de cabecera
gótica de la historia del arte, llamémosle gótica temprana, gótica primitiva. Se empieza en el
verano de 1140 y se va a terminar en junio de 1144. Asombra contemplar lo que supuso esa
construcción, que no se conserva completa, pero de la que tenemos una extensa referencia a
través de las cartas de Suger. Este abad, que es muy orgulloso, nos habla de la gran
ceremonia del 11 de junio de 1144, de todos los que asistieron, incluido Luis VII de Francia, de
los obispos a los que se invitó a la ceremonia, entre otros al obispo de Chartres, y nos dice que
esa cabecera tenía una tribuna encima de los arcos formeros, desde la que cómodamente
situados los invitados, podían ver la ceremonia de la consagración. Pero es más, en esas
cartas, evidentemente no había humildad, nos habla de cómo en el verano de 1140, él mismo
había colocado la primera piedra en esta nueva construcción de la cabecera y había mandado
hacer una caja de ébano donde había colocado, no solo las monedas del reinado y un
documento explicativo, sino que también manda colocar, entre otras joyas, rubíes y
esmeraldas, porque al Rey de la Creación le corresponde lo más bello que pueda existir en la
naturaleza. Es decir, actuaba como un rey, y en la caja de la fundación de los cimientos colocó
joyas de altísimo valor.
En junio de 1144, otra fiesta, Han pasado solo cuatro años desde que tuvo lugar la primera
fiesta. La construcción va a ser muy compleja, pues se dotaba a la iglesia de la primera
cabecera gótica con girola o deambulatorio. Una corona de capillas que estaba en la planta
baja. También, va a prolongar las criptas reales, de debajo de la nave de la construcción
carolingia, hacia el este, por debajo de la cabecera gótica. Es decir la obra tiene una parte
visible en superficie y otra subterránea. Nos encontramos ante una importantísima cabecera
con una corona de capillas, planta baja; una girola abovedada con crucería y sobre la girola un
segundo piso o tribuna; y luego posiblemente dos niveles más, uno sería el correspondiente a
las ventanas de iluminación. Pero no sabemos si esa cabecera constaba de tres pisos o de
cuatro, porque cuando lleguen las reformas del siglo XIII, veremos que afectarán también a la
cabecera de esta época. No sabemos si tenía cuatro niveles: arcos formeros, tribuna, triforio
encima de la tribuna y ventanal, o tenía solo arcos formeros, tribuna y ventanal. Que tenía
tribuna es seguro y que encima de la tribuna había algún nivel más. Pero como en la reforma
de San Luis hubo que desmontar la cabecera por encima de los arcos formeros, no podemos
decir lo que no sabemos.
Hoy queda de la cabecera de Saint Denis, no solo la ampliación del sigo XII de la cripta y la
girola entera con sus capillas, pero por encima de la girola lo que hay hoy es del siglo XIII. Pero
además de las bóvedas de crucería, además de las capillas radiales, otro elemento importante
que estudiaremos son las vidrieras. De las vidrieras hace una corona de siete capillas, y cada
capilla con dos ventanas. Es decir catorce vidrieras. En la Edad Media la iconografía tiene
mucha importancia, los números tienen un significado y en el arte religioso aún más: el siete,
los siete sacramentos; el tres, la Santísima Trinidad, etc.
El 11 de junio de 1144, tiene lugar la solemne ceremonia de dedicación de la segunda fase de
las obras de la cabecera. El rey Luis VII asiste en persona al traslado de las reliquias de los
mártires que se conservaban en la cabecera de la iglesia carolingia, que de momento se
conservaba entre el inicio del cuerpo de naves y la cabecera de la nueva iglesia. En esa
solemne ceremonia, el rey va a la iglesia carolingia, saca las reliquias del altar y las lleva al
nuevo altar. Este papel tan importante desempeñado por el rey, lo ha sido por delegación del
abad Suger que era a quien le correspondía.
Llegamos al siglo XIII, un abad de esta época llamado Eudes de Clement va a ser abad de la
abadía de Saint Denis entre 1228 y 1258. Era de familia noble, se había formado en la
abadía,en realidad los abades eran elegidoa entre los discípulos más brillantes de la escuela
de Saint Denis.
Con el apoyo de Luis IX y el de la propia comunidad, Eudes de Clement decide emprender, la
tercera y última fase de las obras. Hasta entonces, los abades que habían sucedido a Suger
habían dejado las cosas como estaban: una gran portada y cuerpo occidental de tres naves de
dos tramos con tribuna y una magistral cabecera con gran sentido de verticalidad y con
importantes vidrieras de colores. Eudes de Clement, reune los apoyos económicos necesarios
y decide desmontar la iglesia carolingia y unir los pies y la cabecera. La empresa era muy
difícil, hubo que buscar a los mejores arquitectos, alguno rehusó la invitación vistas las
dificultades. Sobre todo para mantener sin que se cayeran los elementos ya construidos tuvo
que obtener permiso para modificar las zonas altas de la cabecera hecha por Suger entre 1140
y 1144, para unirla con el nuevo cuerpo de naves de pleno siglo XIII. Lo que se ve muy bien
cuando se visita Saint Denis, los arcos que forman el presbiterio, girola y capillas son del siglo
XII, pero lo que está por encima de los arcos formeros, por encima de la girola, a mayor altura,
es ya del siglo XIII. Por eso no se puede saber con seguridad si tuvo tres o cuatro niveles. La
obra se inicia en 1231, sabemos que desde el año 1228, Eudes de Clement está buscando
apoyos, dinero y artistas. Estos vienen de París, son arquitectos que están trabajando en la
catedral de Nuestra Señora de París, con Luis IX el Santo. Es decir se mantiene las buenas
relaciones entre la corona y la abadía.
Es una nueva etapa, pertenece a lo que llamamos el gótico radiante, que es un gótico
evolucionado después del gótico clásico. Habitualmente del primitivo se pasa al clásico, y luego
al radiante, pero la abadía de Saint Denis no tiene gótico clásico, se pasa del primitivo al gótico
de pleno siglo XIII, que no es gótico clásico, porque se va a caracterizar por la mayor
importancia del vano frente al muro, por el protagonismo de la vidriera. Se conservan de la
época de Suger la girola y las capillas, por encima de la girola, lo que tenemos es ya de pleno
siglo XIII. El proyecto se encarga en una primer fase de 1231 a 1267, al arquitecto del rey, que
esta trabajando en nuestra señora de Paris. El arquitecto, Pierre de Montreuil, muere en 1267,
para entonces se ha salvado la parte más complicada de la obra que es la unión entre la
cabecera y el cuerpo de naves. Pero hay una cosa importante, Pierre de Montreuil siente como
primera obligación el dar solución al transepto, es decir, al centro del cuerpo de naves. Porque
se multiplicaban los monumentos funerarios escultóricos situados en el cuerpo de naves en
memoria de los que estaban enterrados en la cripta. El transepto es enorme, es casi un
cuadrado, pero esto obedece a la necesidad de dejar espacio para los enterramientos que se
van a producir en el futuro. Es decir, el arquitecto está obligado a tener en cuenta la función
funeraria de la abadía. La obra va a ser continuada por otro arquitecto que será el que la
termine. En el gobierno de la abadía, está por entonces Mateo de Vendôme, abad desde 1258
hasta 1286, que ha sucedido a Eudes de Clement, muerto en 1258. Durante los largos
gobiernos de esos dos abades se culmina la obra de gótico radiante de la abadía de Saint
Denis. Mateo de Vendòme no solo había sido consejero de Luis IX, verdadero ministro en la
sombra, sino que también lo va a ser del hijo de San Luis, Felipe III el Atrevido.
Vamos a acabar la cronología en los años de destrucción de la abadía. En 1771, se inicia la
decadencia, desde el punto de vista económico y no tardará en llegar la destrucción. Los
primeros revolucionarios llegan de París y obligan a la comunidad a abandonar el monasterio.
En 1743, el Consejo Revolucionario va más allá, roba el tesoro, las joyas no solo de los altares,
sino todo el oro de los monumentos: las coronas, los cetros, las medallas que es fundido en
lingotes. Las piedras preciosas saqueadas y robadas. El oro fundido, las tumbas profanadas,
en 1797. Hay que esperar al siglo XIX entre 1813 y 1846, para que el ayuntamiento de la
pequeña localidad de Saint Denis, que luego pasará a formar parte de París, se inicia la
preocupación por el monumento abacial no solo la iglesia , sino también las dependencias del
monasterio, que también habían sufrido una triste suerte. Es en los años sesenta del siglo XIX,
cuando va a empezar la obra de restauración el arquitecto Violet le Duc. Entre los años treinta
y cuarenta la restauración se había llevado a cabo con mejores intenciones que ciencia, es
entonces cuando se cae la torre izquierda de la fachada. La torre que había soportado los
envites de
La torre de la izquierda se viene abajo a causa de un sistema constructivo inadecuado del
restaurador, al que por piedad no nombramos. En vista de lo cual se decide encargar las obras
de restauración al arquitecto Violet le Duc, sin duda, el mejor restaurador del siglo XIX, su fama
cruza fronteras. Tanto es así, que cuando corre peligro de hundimiento la catedral de León, se
solicita la opinión de este arquitecto.
La participación de Violet le Duc evitó, entre otros males que se cayera la otra torre. Las obras
de restauración aún no se han acabado, en los años ochenta-noventa del siglo XX, cuando se
estaba trabajando en la modernización del entorno de la iglesia, aparecieron una serie de
construcciones medievales que han permitido conocer como era el entorno de la iglesia.
1.8. DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA DE SAINT DENIS
Suger representa el movimiento opuesto al del Cister, es decir, el de los monasterios que van a
hacer una manifestación material de la belleza y de la exaltación del poder, frente a lo que
supone la idea de la comunidad cisterciense. Las cartas que se cruzaron Suger y Bernardo,
nos ayudan a ver las distintas mentalidades de dos personas poderosas en su tiempo; una
refleja la austeridad en la ornamentación, la pureza espiritual de la idea benedictina, mientras la
otra representa la riqueza y el lujo para atraer a los fieles por medio de los sentidos.
1.8.1. El Cuerpo Occidental
Empezamos describiendo la fase de los pies de la iglesia, que se empieza por el cuerpo
occidental, que incluye una gran fachada con triple portada, flanqueada por dos torres, de las
que solo se conserva la de la derecha. La fachada da paso a tres naves, de las que Suger
construyó solo dos tramos, la nave del medio es más ancha que las laterales, donde aparece
por vez primera la bóveda de crucería sencilla de dos arcos diagonales que se cruzan.

Manteniendo una tradición ante rior,


Suger va a disponer una tribuna alta o segundo piso, para que en el cuerpo occidental los
monarcas puedan subir al piso superior y desde allí asomarse y ver la llegada de las gentes
que participan en las fiestas religiosas, y sobre todo, ver frente a ellos la iglesia carolingia del
siglo IX, que se mantendrá, mientras se construye la nueva, entre este cuerpo occidental y la
futura cabecera construida entre 1140 y 1144. Será preciso llegar a la época de Luis IX o San
Luis, bien avanzado el siglo XIII, para que se cumpla el sueño de Suger, de unir los pies de la
iglesia con la cabecera.
La primera etapa constructiva se inicia hacia 1135. No obstante, hubo antes una etapa previa
de pensamiento, de reflexión, de recogida de materiales, de acopio de ayudas económicas,
pero sobre todo de búsqueda de artistas. En esto último los documentos que redacta Suger no
son demasiado explícitos, no son demasiado aclaratorios. Lo que Suger dice, es que se
buscaron, allí donde se pudo, los mejores artistas de su tiempo, pero no nos dice quienes
fueron los arquitectos, ni quien fue el “inventor” de la bóveda de crucería. Nos da un listado de
las localidades donde se buscaron los artistas, pero no nos da ninguno de sus nombres.
Sobre la planta, de Saint Denis, vemos una reconstrucción de la iglesia carolingia, una iglesia
de tres naves con un cuerpo occidental
poderoso, flanqueado por dos torres, con una torre linterna y una cabecera importante.
El equipo de Suger va a empezar la construcción de la iglesia por los pies, porque el abad dice
que quiere crear una gran entrada, como preparación para acceder a la iglesia. Luego se
continuará por la cabecera, porque según Suger lo más importante en un edificio son los pies y
la cabecera.
Lo que está terminado en 1140, son tres grandes entradas, tres naves de dos tramos, y una
tribuna en forma de U sobre los dos tramos de las naves laterales y el primer tramo de la nave
central. Todo ello se va a cubrir en forma de crucería gótica. Unas escaleras adosadas a los
lados sirven para subir al piso de tribuna.
En el cuerpo occidental, la única puerta que está accesible es la del lado derecho, puesto que
en el siglo XIX, Violet le Duc cegó los lados para dar más estabilidad al cuerpo occidental y se
colocó un gran órgano neogótico en la tribuna.
Suger no se limita a esta estructura arquitectónica, que se ha conservado íntegramente, sino
que ella va a ir acompañada de dos torres que se colocan en los extremos occidentales de las
naves laterales, y también con un proyecto escultórico en las tres puertas, el cual será
destruido durante la Revolución Francesa.
1.8.2. La Cabecera
Una vez que se ha celebrado, en junio de 1140, la ceremonia de dedicación de la zona de los
pies, sin pérdida de tiempo, el equipo se pone a trabajar en la nueva cabecera.
Ahora vamos a la cabecera, estamos ante la primera girola gótica. La cabecera va a tener una
nave de circunvalación o girola, dividida en tramos de planta trapezoidal, que se cubre con
bóvedas de crucería. La girola, que es excepcional, servirá de modelo para la girola de la
cabecera de la catedral nueva de Chartres. Tiene siete capillas y cada capilla tiene un parteluz
central y los muros se abren en dos enormes ventanas. Del parteluz sale un nervio en altura.
Las capillas no son independientes, ya que no existen muros de separación entre ellas. El
resultado es que parece que hay una girola exterior, que hay una doble girola.
Estamos en la corona exterior de capillas y la corona interior de la girola, y viendo los

primeros nervios góticos cuyos arcos están


ligeramente apuntados. Los nervios son muy gruesos y destacan de la plementería. A medida
que se avance en el tiempo los nervios serán más finos y formarán una filigrana.
Sabemos que en 1144, en una solemne fiesta presidida por Luis VII de Francia, con asistencia
de los arzobispos de Chartres, Reims, Rouen, Sens, Burdeos y Canterbury, así como de
numerosos obispos, nobles próceres, caballeros y soldados, se celebra la consagración de la
cabecera, la cual había ido precedida, en 1140, de la colocación de la primera piedra con otra
grandísima ceremonia. Entonces nos habla de la impresión que produjo esta parte, que supone
la primera concepción gótica de cabecera con girola.
Este proyecto de cabecera de girola con capillas radiales, abiertas a la capilla mayor, supone
un paso más adelante de lo que era la cabecera románica de las iglesias de peregrinación.
Aquí, se busca un espacio más abierto, de mucha más altura y mucho más luminoso, porque
sus muros se hacen traslúcidos, van a estar rasgados por enormes ventanas que van a
cerrarse con cristales policromos. Aparece aquí la vidriera gótica, en una etapa plenamente
románica, pues aún estamos en 1140-1144., cuando no se habían acabado todavía las
grandes abadías románicas. Desde el punto de vista artístico, estamos ante algo no solo
novedoso, sino verdadera mente revolucionario. Si a esto le añadimos que las vidrieras, dos
por capilla, van a tener un programa iconográfico de gran profundidad teológica, va a haber
algo más que decoración.
A la girola se abren siete capillas –las capillas de la girola han de ser siempre en número impar,
pues siempre tiene que haber una capilla central que coincida con el eje del edificio, lo que
llamamos la capilla axial, con un número igual de capillas a uno y otro lado- se colocarán dos
vidrieras en cada capilla.
No tenemos una descripción completa del cuerpo oriental. Del siglo XII, se conservan la gran

cri pta, el suelo, la girola y las capillas


radiales. La estructura de la zona de la girola y corona de capillas, constituía un sistema
escalonado, de mayor altura la capilla mayor, después la girola y lo más bajo la corona de
capillas. Desgraciadamente, por encima de los arcos formeros del hemiciclo, donde está el
altar mayor, es decir, el segundo piso por encima de la cubierta de la girola, no se conserva.
Hubo que desmontar todo lo que Suger había construido, por encima de los arcos que cierran
el presbiterio. Por los escritos de Suger, sabemos que por encima de la girola había un
segundo nivel de tribuna, pero no nos dice si era una construcción de cuatro niveles: arcos
formeros, tribuna, triforio y ventanas, o tenia solo arcos formeros, tribuna y ventanales.
Cuando se construya, en época de San Luis, la zona intermedia entre la zona de los pies y la
cabecera, la disposición de niveles, en altura, de la cabecera, va a ser diferente, pues va a
venir determinada por la verticalidad del edificio y la transparencia de la pared, ya que
habiendo dejado atrás el gótico primitivo y el clásico, estamos en la época del gótico radiante,
promovido por San Luis. Los pilares góticos que determinan y articulan la girola, también
articulan los arcos formeros de la cabecera. Esta maravillosa red estructural esta perfectamente
calculada. Predomina la claridad sobre el muro y el sentido ascensional. Entre ventana y
ventana, tienen que colocar contrafuertes exteriores y arcos rampantes, que surgen por vez
primera en 1194, y que se llam an
arbotantes.
Esto quiere decir, que en la cabecera en altura, tenemos únicamente arcos formeros, triforio
calado y ventanal, por tanto, se suprime la tribuna. Ello determina, que los muros tengan que
ser muy gruesos y que aumente el número de arbotantes y contrafuertes para garantizar la
estabilidad del edificio. Ello obligará a desmontar, en la cabecera de Suger, toda lo construido
por encima de la capilla mayor. Ahora, por encima de los arcos que forman la capilla mayor,
todo corresponde al siglo XIII.
Recordemos que hay un gótico primitivo, un gótico clásico y un gótico radiante. En el gótico
primitivo se mantiene la tribuna, es decir, en altura tenemos arcos formeros, tribuna, triforio y
ventanal. La presión del gótico clásico que se da con Chartres, a partir de 1144, se va a
caracterizar porque desaparece la tribuna, y en altura tenemos arcos formeros, triforio ciego y
ventanal. El paso del gótico clásico al radiante significa que el triforio se abre, va a estar
calado.
Vemos la cabecera de la iglesia por el exterior, la cubierta actual, los coronamientos de muro,
los pináculos y los arbotantes son del siglo XIX, porque hubo que reconstruir todo. Vemos los
contrafuertes muy acusados, unas grandes ventanas, y en la parte inferior las ventanas del
triforio, y más abajo la cubierta de la girola de Suger, y aún más abajo, las cubiertas de las
capillas. Es decir, son cabeceras escalonadas, de lo alto a lo más bajo. Esa diferencia de
alturas es la que permite abrir ventanas.
1.8.3. La Zona Intermedia entre los Pies y la Cabecera
La zona intermedia entre los pies y la cabecera corresponde al siglo XIII, se empieza en los
años treinta, es decir, pasa casi un siglo antes de que se decidan a unir los pies con la
cabecera. Las obras no se van a acabar hasta los años ochenta de dicho siglo.
En la ilustración, podemos ver los volúmenes de la iglesia de la abadía de Saint Denis, tal y
como está en el día de hoy. Podemos ver todo lo que se realiza en el siglo XII. También, lo que
se realiza en el siglo XIII, en tiempos de San Luis, en la cabecera cuyas zonas bajas son del
XII, pero cuyas zonas altas son del XIII. Sabemos además que los arquitectos del siglo XIII
incorporaron cuatro torres flanqueando el transepto para darle mayor estabilidad. La planta
tiene forma de cruz latina. Estamos viendo el resultado de las dos fases, la del gótico temprano
y la del gótico radiante, en el que vemos el triforio calado de la cabecera.
Vamos avanzando hacia los pies. En el

cuerpo de naves, lo que tenemos es el estilo al que los


franceses llaman San Luis: arcos formeros, triforio calado y ventanal. El triforio que sustituirá a
la tribuna del románico, será ciego en el gótico clásico y calado en el gótico radiante.
Desgraciadamente, todas las vidrieras del cuerpo de naves y del transepto son del siglo XIX.
De estas, las que mejor se han conservado son las vidrieras que se encuentran en las
ventanas de encima del triforio y las ruedas de los frentes del transepto, diseñadas por Pierre
de Montreuil. El efecto que ha querido crear este arquitecto, es el de que los muros se abren a
la Jerusalén Celeste, de que este templo es el palacio de Dios en la tierra. La luz coloreada de
rojos y azules, da la impresión de que estamos en un palacio de piedras preciosas, de que el
hombre se ha trasladado a la presencia de Dios.
En el crucero no se coloca torre-linterna, puesto que, tanto al cuerpo superior de la capilla
mayor, como al cuerpo de naves, les colocan un triforio calado y grandes ventanales sobre los
arcos formeros apuntados. Entonces, la luz llegará a raudale
s a la nave central, por la parte alta de
los muros, e indirectamente por las ventanas abiertas en las naves laterales. Por ello, el
crucero se cubre con bóveda de crucería sencilla. Lo que se hace imprescindible, es disponer
un gran número de contrafuertes, tanto interiores como exteriores. Además, por encima de las
naves laterales, irán los arbotantes que son arcos rampantes que trasladan el peso de la
bóveda hacia los contrafuertes,
El transepto tiene cinco naves, una gran nave central y otras dos a cada lado. Es un transepto
casi cuadrado, debido a las necesidades de espacio exigidas por el deseo de ir colocando
mausoleos en ambos lados. En los extremos del transepto se colocan dos puertas
monumentales: la puerta sur que comunicaba con el claustro, y la norte que lo hacía con
dependencias monásticas anteriores. Desgraciadamente, estas portadas del siglo XIII
avanzado, una dedicada al Salvador y otra dedicada a Saint Denis, sufrieron también
gravemente los efectos de la Revolución Francesa.
En la planta se aprecia perfectamente la falta de regularidad en los tramos del transepto
próximo a la cabecera. Ello se debe a las dificultades constructivas que tuvo que salvar el
arquitecto Pierre de Montreuil para enlazar las estructuras de la cabecera y del transepto.
A lo largo del siglo XIV, algunos nobles pagan capillas en el lado norte para ser enterrados, lo
que no sucedió en el lado sur. En la Edad Media el lado izquierdo correspondía al lado del
Evangelio, y el de la derecha, al lado de la Epístola. Esto tiene su importancia, pues la parte de
la Epístola corresponde a la parte de la promesa del Antiguo Testamento, y el lado izquierdo, el
del Evangelio, corresponde al cumplimiento de la promesa, es decir, al Nuevo Testamento.
Sabemos que el lado del Evangelio era más valorado, y en la medida de lo posible, se prefiere
el enterramiento en el lado del Evangelio. En Saint Denis, solo se llegaron a cumplimentar las
capillas del lado norte o lado del Evangelio.
En una tabla, realizada hacia 1470 por un pintor no identificado -a quien llaman maestro de San
Gil- la cual formaba parte de un retablo dedicado a San Gil de Provenza, se reproduce el
milagro de San Gil.
Sabemos que en las grandes ceremonias se exponían las grandes joyas del tesoro de la
abadía en el altar mayor. Entre las obras de arte más preciadas, que no se conservan, estaban
una cruz prerrománica conocida como cruz de San Eloy, un frontal de oro repujado, piezas de
épocas merovingia y carolingia, que en las grandes solemnidades, se colocaban en el altar
mayor. El pintor ha trasladado al siglo XV, el milagro de época merovingia protagonizado por
San Gil. Los personajes visten a la moda flamenca de la segunda mitad del XV, pero el pasaje
recrea la leyenda, en la que estando celebrando San Gil misa en el altar mayor de Saint Denis,
se le habría aparecido un ángel con una carta.
El pintor del XV que conocía indudablemente Saint Denis, ha reproducido como era en su
tiempo, una misa mayor en la abadía. Entonces, nos ofrece una serie de objetos suntuarios, la
Cruz, el frontal, las cortinas de terciopelo, los tapices en el suelo, o las sepulturas antes de que
fueran deterioradas a golpe de martillo. Lo que nos sirve perfectamente, para ver como se
decoró el altar mayor de la abadía en las grandes solemnidades, hasta las vísperas de la
Revolución Francesa, hasta lo que supuso el robo, el saqueo de la iglesia.
En la iglesia del XIII, vamos a ver un gran transepto con sus correspondientes portadas. Pero lo
que mejor se conserva dentro de la mutilación, y lo que corresponde a mayor valor histórico-
artístico, lo vamos a encontrar en los pies, porque es la primera vez que se proyecta una gran
fachada con tres portadas de estilo gótico temprano.
1.8.4. Las Vidrieras de la Iglesia de la Abadía de Saint Denis
Al estar las capillas abiertas, sin muros entre ellas, la luz se cuela a raudales por las dobles
ventanas, pasa sin obstáculo, haciendo que la girola sea un corredor de luz.
Estamos ante el primer ejemplo de desmaterialización, de búsqueda de esa luz coloreada que
a distintas horas del día produce efectos diferentes. De tal manera, como nos dice Sugerío, que
colocándose en el altar mayor, parece que el altar está rodeado de piedras preciosas. Por eso
dice: “He elegido con cuidado los colores de las vidrieras: rojos, para que parezca que son
rubíes; verdes, para que parezca que son esmeraldas; amarillos, para que parezca que son
topacios; y azules, para que parezca que son zafiros. De tal manera que el que está oficiando,
al estar rodeado de los colores más bellos que el Señor ha puesto en la naturaleza, piense que
está en la Jerusalén Celeste”. Nos encontramos ante algo completamente distinto a lo que era
el ideario de Bernardo de Claraval, de muros blancos, cierres de ventanas no coloreados,
predominio de la horizontalidad, mientras que en Sugerio va a predominar el sentido de
verticalidad, la luz y el color.
En cada una de las capillas, de la corona de siete que tiene la cabecera, hay dos ventanas
cerradas con vidrieras. En tiempos de Suger se completaron las vidrieras de la capilla axial y
de las dos contiguas a esta. Las vidrieras mejor conservadas, aunque restauradas, son las de
la capilla central, que responden a los materiales del siglo XII. Las vidrieras de las dos capillas
contiguas a la central también son vidrieras del XII, pero han sufrido restauraciones de cierta
importancia. Las otras cuatro capillas restantes tienen vidrieras, no coloreadas, del siglo XIX.
Estudiaremos las vidrieras de la capilla central, porque son solo las que mejor se conservan, y
además, en ellas se retrata Suger, y no contento con retratarse, inscribe su nombre “Sugerius
abbas”. Se retrata dos veces, una en cada vidriera. Pero es más, en el tímpano de la portada
principal donde se representa el Juicio Final, entre los personajes que suben al cielo, a la
derecha de Cristo, en primerísimo lugar está la imagen del abad Suger. Como puede verse, el
ego del abad lo tenía muy bien alimentado, y luego en las puertas de bronce, desaparecidas
durante la Revolución, de las que tenemos dibujos del siglo XVIII, aparecía de nuevo la imagen
del abad. En resumen, en la decoración figurada de la iglesia, aparecía su imagen repetida
nada menos que cuatro veces. Por ello, quizás se pueda entender las enemistades que le
surgieron al final de su vida.
La luz se consigue multiplicando el número de vanos y aumentando la altura del edificio. El
color se consigue mediante la decoración pintada, la decoración de pavimentos, las brillantes
gemas que adornan las piezas de orfebrería., y sobre todo, las vidrieras.
La luz entra a raudales a través de las dos vidrieras que tienen cada una de las siete capillas
radiales, y atravesando la girola y los arcos formeros de la cabecera, inunda de luz y color la
zona del altar. De tal modo, que Suger puede hablar con orgullo de cómo el altar de Dios, al
estar rodeado de una corona de piedras preciosas de luz y color, parece ser la Jerusalén
Celeste.
Aquí vemos que las capillas, están abiertas. La girola está cubierta con tramos trapezoidales de
crucería. Cada capilla tiene un parteluz de donde sale un nervio que va a unirse con la ligadura
de los nervios de la propia bóveda (Ver planta). Por fuera de las capillas hay contrafuertes y
arbotantes que protegen la fragilidad de la traslúcida pared, horadada por las ventanas que se
rasgan hacia arriba, cerradas con vidrios de colores.
Las vidrieras fueron algo extraordinario, nunca visto hasta entonces. Desgraciadamente de su
época solo se conservan las dos de la capilla mayor. Eran dos vidrieras de carácter histórico,
en una de las cuales se retrata Suger.
En la vidriera del “Arbol de Jesé”, se plasma por primera vez lo anunciado por el profeta Isaías,
en el Antiguo Testamento (Isaías 11,1/3): “1 Y brotará una vara del tronco de Jesé, y retoñará
de sus raíces un vástago. 2 sobre el que reposará el espíritu de Yavé”, es decir, la
representación simbólica de la genealogía de Cristo a partir de la figura de Jesé, padre del rey
David.
La segunda vidriera histórica, dedicada al nuevo Testamento, es la “Historia de la Vida de
Jesús”, desde su Anunciación, Nacimiento, Epifanía, huída a Egipto, etc., tomando como punto
de partida el Evangelio de San Mateo.
Es la primera vez que se crean vidrieras con motivos históricos, realizadas con vidrios
policromados de colores. Este será el punto de partida para las vidrieras del gótico.
Fundamentalmente para las francesas, que luego serán objeto de imitación en otras catedrales
góticas de Europa.
Las dos capillas que estaban situadas a los lados de la capilla axial, tenían vidrieras
reconstruidas en la segunda mitad del siglo XIX, de ahí que tengan menor interés histórico. Las
vidrieras de una de las capillas están dedicadas a la Pasión de Cristo, pormenorizadamente
descrita, desde la Última Cena, la Oración del Huerto el Prendimiento, etc. hasta la Crucifixión.
Las otras dos vidrieras estaban dedicadas a las relaciones o analogías entre personajes del
Nuevo y del Antiguo Testamento. Era muy del gusto de los predicadores de la época, poner de
relieve, mediante comparaciones, como se realiza en el Nuevo Testamento lo anunciado por
los profetas del Antiguo Testamento. El mismo Suger nos describe una de las escenas de esta
vidriera, en la que se representa al apóstol Pablo dando vueltas al molino y a los profetas
acercando sacos a la molienda. Los versos dicen así: “Al girar la muela, separas, Pablo, la
harina de la paja. Das un significado más profundo a la ley de Moisés. Con tantos granos está
hecho el verdadero pan sin salvado, Nuestro alimento eterno y angélico.”.
Sabemos, que Suger tenía en proyecto otras dos vidrieras, que tendrían por tema las Cruzadas
a Tierra Santa. No hay que olvidar que cuando Luis VII de Francia marcha a las Cruzadas,
queda Suger como regente. No se sabe si las llegó a terminarlas, pero en sus Cartas nos habla
de ellas. También se refiere a otras dos vidrieras dedicadas a las “gestas carolinas” relativas a
la leyenda de Carlomagno. Parece claro que los temas de las vidrieras no fueron elegidos al
azar, sino que hubo una mente rectora que diseñó un programa iconográfico completo,
comprendiendo que sepamos: Antiguo y Nuevo Testamento, vida de Cristo desde su
nacimiento hasta su muerte, analogías entre los hechos del Antiguo y el Nuevo Testamento,
Cruzadas y gestas carolinas.
Vamos a ver las dos vidrieras del centro, separadas por un parteluz que son las dedicadas al
“Árbol de Jesé” y a la “Infancia de Cristo”. No sabemos el nombre de los artistas, lo mismo pasa
con toda la fábrica de la iglesia, será a partir del siglo XIII cuando empecemos a conocer los
nombres de los artistas.
Las vidrieras se están haciendo entre 1140 y 1144. Son las primeras del gótico temprano, que
supone un nuevo lenguaje de color.
En la parte inferior está Jesé, este tema tiene una gran importancia. Recordemos que aparece
en el claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos. En el pórtico de la Gloria que se
termina en 1188, de la catedral de Santiago de Compostela, en el parteluz sobre el que se
apoya la figura del apóstol bendiciendo, se representa el “árbol de Jesé”.
Este tema alcanzó muy pronto una gran popularidad, porque coincidía con ese afán de los
primeros caballeros cruzados por ensalzar la genealogía de sus antepasados. Por tanto, el
modo de ensalzar a Jesús, era manifestando que descendía de la familia real de David, que
sus ilustres antepasados, además del rey David, eran los reyes de la casa de Judá. Pero, es
más de ellos desciende el fruto del árbol que es Jesús, que ha nacido de María. Es pues,
también una exaltación de la figura de la Virgen como corredentora del género humano.
Después de Saint Denis, este tema iconográfico se utilizó mucho para las arquivoltas y
márgenes de las portadas de catedrales y abadías, así como, para los márgenes de los libros
miniados. Lo tenemos en la catedral de León, en la de Burgos, la nómina es inmensa, para no
hablar de los ejemplos de las catedrales góticas francesas. Es un tema que surge del propio
Suger, que lo idea, y va a tener una descendencia brillantísima. Es la manera de ensalzar al
Redentor, a sus antepasados y a la madre del Redentor.
En la parte inferior está Suger, llevando la vidriera a los pies de Jesé, y seguidamente aparece
todo el árbol. Tenemos la representación del propio abad a los pies como una manifestación de
la importancia que él ha tenido en la creación del motivo. Además quiere que se sepa que es
él, no solo pone “Sugerio Abbas”, sino que lleva en sus manos la vidriera con el tema del “árbol
de Jesé”. Nadie duda, de que la idea del nuevo estilo gótico de vidriera, se le debe a Suger. Sin
embargo, no es la única vez en la que se va a retratar, pues lo va a hacer una vez más en la
vidriera de la “Infancia de Jesús”.
En la parte baja de la vidriera, tenemos a Jesé durmiendo, el árbol puede salirle del sexo,
puede salirle del vientre, puede salirle del corazón, en algunas representaciones lo sacan de la
boca, porque la ambigüedad del texto de Isaías, dice que de Jesé nacerá, pero no dice de que
parte del cuerpo.
A Jesé se le representa siempre como un hombre relativamente joven dormido, del que se
supone que está soñando.
De Jesé, parte hacia arriba, un poderoso tronco con los reyes del Antiguo Testamento, de
donde salen ramas en la que también se colocan figuras. En la parte de arriba vemos la
representación de la Virgen, y culminando el tronco, la representación de Jesús con las
palomas del Espíritu Santo a su alrededor.
Las vidrieras también se han comparado con los mosaicos, debido a los distintos elementos
coloreados con que se forman las figuras. Los vidrios se fundían independientemente y los
colores se elegían según un modelo pictórico. Habrá que llegar a los siglos XIV y XV, y sobre
todo al XVI, para que las vidrieras se hagan de un modo mucho más rápido y sencillo, pero
también menos valioso, que consistirá en colocar el vidrio sin color, y pintar encima de él, a
pincel, con tintas de colores lo que se quiere representar.
Aquí son vidrios de distintos colores y luego como si fuera un mosaico se han ido colocando las
piezas. Las vidrieras se sujetan mediante emplomados muy gruesos. A medida que avancemos
en el gótico, la sujeción se hará con metal pero de una manera más fina. De los maestros que
hicieron las vidrieras no se sabe nada.
La segunda vidriera de la capilla axial, trata de la infancia de Jesús, según el evangelio de San
Mateo. Las escenas son ;la Anunciación, la Encarnación, El nacimiento, la Matanza de los
Inocentes, la Adoración de los Magos, la Huída a Egipto, hasta llegar a Jesús entre los
Doctores de la Ley, y la Dormición de la Virgen. El tema principal de esta vidriera es el
Nacimiento del Redentor Las escenas colaterales, en forma de exedras semicirculares,
completan o aclaran el tema principal, por ejemplo, si en la escena central están los Magos
guiados por la estrella, en la colateral está la Adoración de los Magos.
A los pies de la Virgen, aparece de nuevo Suger con el báculo. Sabemos que es él, puesto que
a su lado se ha inscrito su nombre, “Sugerius abbas”.
Entre los colores para las vidrieras, el más caro era el azul que se hacía a base de lapislázuli,
un mineral muy difícil de encontrar. Los rasgos de los rostros y los pliegues de las vestiduras se
hacían a golpe de pincel.

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