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| Carlos Esteban Barrera |

En el libro de Paul M. Churchland Materia y conciencia (1984)


el autor, de manera introductoria, hacía un balance de las
diferentes concepciones ontológicas de la mente y el cuerpo.
Como se mostrará a lo largo del presente trabajo, el autor
sostenía que, aunque no sin ciertos problemas, una concepción
materialista, ya fuera conductista, reduccionista, funcionalista
o eliminativista del ser humano, es más sostenible filosófica y
científicamente que una dualista. Ciertamente parece ser así.

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L
as preguntas largamente debatidas suponer que el primer principio debía ser de orden
por los filósofos alrededor de las material y no espiritual, pues ¿a cuenta de qué habrían
características de los estados y de postular un principio de la realidad diferente a la
procesos mentales y alrededor de la naturaleza? De esta manera no es difícil pensar que ante
sobrevivencia de la conciencia después los ojos de los primeros filósofos, el mundo material
de la muerte, parecen señalar de la debía tener un origen en la materia como parece
mano de la teoría de la evolución y de la neurociencia supusieron Tales con el agua, Anaximandro con el
que la inteligencia, la autoconciencia y los denominados apeirón y Anaxímenes con el aire.
procesos mentales no son propiedades de una mente o Pero no por ello es del todo válido señalarlos
un espíritu sino de la misma materia. A este respecto, como materialistas. Como ha apuntado Guthrie en su
dice Churchland, “no hay necesidad, ni espacio, para incompleta obra la Historia de la filosofía griega, es
incluir cualquier tipo de sustancias o propiedades no incorrecto calificar a los primeros filósofos milesios como
físicas en la explicación teórica sobre nosotros. Somos materialistas pues, según él, el materialismo implica
una negación conciente de
EL PROBLEMA DEL DUALISMO TIENE SUS una realidad inmaterial o
espiritual que era imposible
ORÍGENES EN LA GESTACIÓN DE LA FILOSOFÍA de sostener en los tiempos
OCCIDENTAL, CUANDO LOS PRIMEROS de Mileto. Para Guthrie,
FILÓSOFOS COMENZARON A RESOLVER EL los primeros filósofos
presocráticos no estaban
PROBLEMA DEL ORIGEN DE LA NATURALEZA en capacidad de diferenciar
entre una substancia inerte
criaturas hechas de materia. Y debemos aprender a y material de otra inmaterial que, impregnada de vida
vivir con ese hecho”. Si esto es así, y sin y vitalidad, pusiera orden y movimiento a la materia.
el ánimo de caer en la profundidad que
amerita la discusión, el presente artículo
pretende analizar en qué medida esa
concepción, ampliamente aceptada por la
comunidad filosófica y científica, puede ser
compatible con las concepciones morales
del hombre común y si no es fundamental
para juzgar moral y jurídicamente a un
individuo, pensar al hombre como un
ser que, independientemente de sus
determinaciones biológicas, genéticas y
físicas, está en capacidad de eludir
los dictámenes de la materia.

Antecedentes
El problema del dualismo
tiene sus orígenes en la gestación de la
filosofía occidental cuando los primeros
filósofos comenzaron a resolver el
problema del origen de la naturaleza.
Éstos entendieron que si el mundo
estaba compuesto de materia entonces
el primer principio tenía que tener esa
misma naturaleza. La búsqueda pues,
de un origen allende los dioses, hacía

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Por el contrario, creían en que propiedades como clara que el mismo cuerpo. La certeza de mis propios
el movimiento y el cambio eran características de la estados “mentales” como pensar, dudar e imaginar se
misma materia; de ahí que Tales de
Mileto afirmara que la naturaleza
estaba llena de Dioses. De esta LOS FENÓMENOS PSÍQUICOS SOLAMENTE
manera, con ellos comenzaba a APARECEN HASTA QUE EL CEREBRO HA
desatarse el problema ontológico de EVOLUCIONADO; SU DIFERENCIA ESTÁ
la composición de la realidad. ¿Era el
cambio una propiedad del agua, el EN QUE DICHOS FENÓMENOS SÍ TIENEN
fuego o cualquier otro elemento de EFECTOS CAUSALES SOBRE LA MATERIA
la naturaleza? ¿Era necesario postular
un principio diferente a la materia, la inteligencia diferencian claramente de disposiciones corporales y
pongamos por caso, para explicar la contingencia del confusas como la de ver u oír. Ello llevó a que Descartes,
mundo sensible y las características del mundo? ¿Era en la sexta meditación de las Meditaciones metafísicas,
posible pensar la eternidad de los hombres desde una postulara al hombre como un compuesto de dos
concepción materialista? substancias completamente diferentes entre sí; por un
Fue tal vez Platón, aunque en sus antecesores ya lado, una realidad extensa y mecánica; y por otro lado
había rastros de una concepción dual del universo, una realidad aespacial e inmaterial cuya esencia era
quien estableció con claridad una posición dualista del pensar y sobre la cual recaían los diferentes fenómenos
hombre y la naturaleza para responder las preguntas psíquicos. Esta realidad o substancia pensante estaba
anteriormente mencionadas. En el Fedón, por ejemplo, directamente conectada con el cuerpo por la glándula
el filósofo griego postuló la “existencia” de dos mundos pineal, y podía dirigir y “gobernar”, gracias a los espíritus
claramente diferenciados: un mundo abigarrado, animales, a la realidad extensa.
material y múltiple que se presentaba ante nuestros La posición cartesiana no estaba exenta de críticas. En
ojos como un pálido reflejo de la verdadera realidad, primer lugar la introspección, si bien es cierto nos pone en
una realidad inmaterial, única y eterna, comúnmente contacto con nuestros propios estados mentales, no lo hace
conocida en la filosofía como ”el mundo de las ideas”. de forma directa e inmediata con la “cosa pensante” que
El hombre, como un reflejo de esa dualidad, estaba Descartes denomina Yo; y, en segundo lugar, no se puede
compuesto de un alma inmortal e indivisible con explicar cómo era posible que una substancia aespacial e
capacidad para razonar – así lo pretende demostrar inmaterial como la realidad pensante podía relacionarse con
Sócrates en el diálogo – y un cuerpo inclinado hacia lo una substancia completamente diferentes a ella misma
animal y lo mundano.
Dualismo de propiedades
Dualismo sustancial
Como resultado de estas problemáticas se postuló
Con Platón pues, aparecía la concepción de un un dualismo de propiedades que pretende matizar los
hombre dividido pero también compuesto de dos problemas del dualismo sustancial. Para esta concepción
realidades completamente diferentes: una realidad ontológica, lo “mental” es producto de la materia, pero
corporal y divisible, y una inmaterial (alma) con eso “mental” no se puede reducir ni explicar en elementos
la capacidad de concebir ideas y razonar. Esta físicos.
concepción, bastante popular y aceptada incluso hoy Churchland explica que para el dualismo de propiedades
en día, fue profundizada con el dualismo sustancial de lo “mental” puede ser entendido como un epifenómeno
Descartes. Con él, las preguntas por las características (epi= encima) de la materia. Es decir, como un producto
de los procesos mentales, por la supervivencia de la de un cerebro tremendamente sofisticado que aparece
conciencia después de la muerte y por la relación entre cuando éste se encuentra lo suficientemente desarrollado.
la inteligencia y la autoconciencia tomaban un relieve Dichos procesos mentales, productos del cerebro, no son
particular en la discusión filosófica. reductibles a las leyes de la física pues no forman parte sus
Para Descartes, la inmediatez de la conciencia sobre características materiales. La gran diferencia con el dualismo
sus estados mentales nos pone en contacto con una substancial es que esos epifenómenos no tienen efectos
realidad que se diferencia y se conoce de manera más causales sobre el mundo físico y por lo tanto no pueden

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determinar ni gobernar nuestras decisiones como una
especie de voluntad que, más allá de lo físico, predispongan
LA NEUROCIENCIA HA
o dispongan nuestras acciones. DEMOSTRADO QUE
El fundamento de dicha posición radica en que si ESTADOS COMO LA
bien el neurocientífico puede explicar una cantidad de
cosas a partir del cerebro, no puede explicar muchos
ALEGRÍA, EL AMOR,
fenómenos que encontramos cuando inspeccionamos LA TRISTEZA Y LA
nuestros “estados mentales”. Al mirar nuestros fenómenos DEPRESIÓN PUEDEN
de conciencia, nos damos cuenta por ejemplo, de que
muchos de los contendidos de ella como las ideas, la SER EXPLICADOS
de mi mamá por ejemplo, no parecen ser materiales. COMO FENÓMENOS
Este tipo de objetos de la con conciencia es para los
dualistas de propiedades subproductos de la materia,
CEREBRALES
pero que solamente pueden surgir cuando el cerebro ha MODIFICABLES POR
encontrado determinada evolución. MEDICAMENTOS,
Un último dualismo, continúa Churchland, es el
interaccionista de las propiedades. Al igual que el anterior,
DROGAS Y ALCOHOL
sostiene que los fenómenos psíquicos solamente aparecen
hasta que el cerebro ha evolucionado; su diferencia está en
que dichos fenómenos sí tienen efectos causales sobre la
materia, por lo que los deseos y actos del ser humano son
propios de la mente y no del cuerpo: “Como antes, en este
caso se dice que las propiedades mentales son propiedades
emergentes, es decir, que no aparecen de ninguna manera
hasta que la materia física común haya podido organizarse,
a través del proceso evolutivo, para ello, llegar a constituir un
sistema lo suficientemente complejo”.
Sin lugar a dudas la concepción dualista tiene la ventaja
de calar bien en las comunidades religiosas en la medida en
que es pensable la existencia de la mente o el alma después
de la muerte. Además de ello, tiene la ventaja de que evidencia
el hecho de que los contenidos de conciencia como las ideas
parecen ser sustancialmente diferentes de los estados físicos
y de que muchos de los denominados “estados mentales” no
son reductibles a procesos físicos.
No obstante, como señalamos desde el comienzo,
los contraargumentos al materialismo parecen ser más
contundentes que los mismos argumentos. Los computadores
por ejemplo, han demostrado que pueden simular operaciones
matemáticas, antes exclusivas de los seres humanos y que
parecían ser puramente mentales, con mayor rapidez y
exactitud que el hombre.
También desde la neurociencia se ha demostrado que
muchos estados como la alegría, el amor, la tristeza y la
depresión entre otros, pueden ser explicados como fenómenos
puramente cerebrales modificables por medicamentos, drogas
y alcohol. Igualmente, no tenemos hasta ahora ninguna
prueba seria que haya determinado la existencia de una mente
o espíritu diferente a la materia, mientras que de ésta se han
podido determinar una serie de propiedades y leyes.
El principio racional de la navaja de Occam también
cae sobre el dualismo ontológico. Según el filósofo del

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siglo XIII en igualdad de condiciones debe preferirse la
explicación más simple de dos contrapuestas; así las
cosas, mientras que el materialismo postula una sola
causa para los “fenómenos psíquicos”, el dualismo tiene
que recurrir a dos para explicarlo.
Por todas estas razones, Churchland concluye que
filosófica y científicamente el materialismo es más sostenible
que el dualismo. Sin embargo esta conclusión tiene
repercusiones más allá de lo meramente ontológico. Pero
como ya hemos indicado, esto no deja de ser problemático.
Si efectivamente la conciencia, la inteligencia y en últimas
el hombre mismo se explica en términos materiales, el
comportamiento del hombre está determinado por las
propiedades y leyes que gobiernan la materia. Si esto es así,
¿en dónde queda el poder de decisión y elección fundamental
para todo juicio moral y jurídico?
En el día a día, nos topamos con una suerte de
oraciones en las que afirmamos cosas tales como: “decidí
ir a cine”, “a pesar de que encontré a mi esposa con otro
hombre, me refrené y no la ataqué”, “aunque tengo
ganas de comer hamburguesa, yo te acompaño y como
sushi”, “en vez de salir de rumba decidí quedarme en casa
estudiando”. Tales afirmaciones parecen querer decir, que,
independientemente de los dictámenes de la biología y la
genética, el hombre puede tomar una decisión por encima
de dichos dictámenes.
Ese tipo de juicio sumado a los juicios morales que
hacemos cotidianamente como “ la guerrilla es el mal de
Colombia” o, “ los políticos colombianos son corruptos”,
presuponen que hay una entidad diferente a la materia
que está en capacidad de decidir por encima de las
leyes de la materia y actuar de acuerdo a esa capacidad.
Nociones elementales y fundamentales de la sociedad como
autonomía o libertad, tienen como base la concepción de
un hombre que, más allá de las determinaciones y leyes de
la física, puede decidir por ejemplo si robar o no pues, de
lo contrario, ¿qué sentido tiene juzgar moral y jurídicamente
a una persona si su acción no es voluntaria y libre y está
determinada por la materia?
Los juicios que generalmente hacemos en nuestra vida, ya
sea para explicar un comportamiento, o para emitir un juicio
moral o jurídico, como el de la sentencia que despenaliza la
droga, tienen como presupuesto el hecho de que el hombre
no está del todo sujeto a los dictámenes de la materia y que
por el contrario hay una parte de ese ser (yo, alma, mente) que
puede tomar la decisión libre y autónoma. Los juicios como
“ir al cine”, “no asesiné al amante de mi esposa”, “Charles
Manson es culpable de asesinar a Sharon Tate”, parten de una
visión del hombre dualista. De tener una visión práctica del
hombre diferente a ésta, la materialista por ejemplo, nuestra
forma de ver e interpretar el comportamiento del hombre
sería completamente diferente.

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