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CUESTIONARIO:
1. El contexto Histórico.
1.1 Características de la situación social y económica en los países
industrializados luego de la 1º Guerra Mundial, luego de la crisis de 1929 y en
la segunda posguerra.
1.2 Brevísima referencia al origen del laborismo inglés y australiano, de la
socialdemocracia alemana y sueca, del New Deal de EE.UU. y de la democracia
cristiana.
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)c Políticas de trabajo y previsión: El pleno empleo y la solidaridad
previsional.
)d Políticas de población: La inclusión de inmigrantes y la planificación
familiar.
5. Aspectos institucionales.
5.1 Sus concepciones.
)a El constitucionalismo social.
)b Los derechos sociales.
5.2 Sistema institucional.
)a Organización constitucional: La preferencia por el parlamentarismo y el
protagonismo de los partidos políticos.
)b Participación política: El sufragio universal, libre y secreto; inclusión de
nuevos sectores.
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INDICE:
El contexto Histórico....................................................................................5
Aspectos Doctrinarios.................................................................................16
Aspectos Económicos.................................................................................30
Aspectos Institucionales.............................................................................60
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1. El contexto Histórico.
1.1 Características de la situación social y económica en los países
industrializados luego de la 1º Guerra Mundial, luego de la crisis de 1929 y en la
segunda posguerra.
1.2 Brevísima referencia al origen del laborismo inglés y australiano, de la
socialdemocracia alemana y sueca, del New Deal de EE.UU. y de la democracia
cristiana.
En el plano económico la guerra supuso una destrucción material extrema. Debido a que
los combates más violentos se desarrollaron en sus territorios, Francia y Bélgica fueron
los países más afectados por la guerra. Igualmente fueron duramente castigadas Rusia y
la región fronteriza entre Italia y Austria. Los campos de cultivo, la red de ferrocarriles,
puentes, carreteras, puertos y otras infraestructuras fueron devastados. Se perdieron
barcos, fábricas, maquinaria. Numerosas ciudades y pueblos fueron total o parcialmente
arrasados. Los distintos estados sufrieron un gran descenso de su riqueza, entre ellos
Francia perdió más del 30%, Alemania cerca del 25 %, el Reino Unido el 32%, Italia el
26%. El menos afectado fue Estados Unidos y su economía se colocaría a la cabeza del
mundo.
Una vez finalizada la guerra fue necesario reconvertir las industrias que habían estado
destinadas durante años a la producción de guerra. El proceso fue lento y se vio
entorpecido por una crisis que se alargó hasta 1924. La "economía de guerra" dislocó el
sistema productivo y eliminó de la política económica los principios del liberalismo. La
tendencia se consolidó durante la posguerra fruto de las políticas de los gobiernos de
izquierda, especialmente los socialdemócratas. El intervencionismo económico del
Estado fue la pauta seguida durante el período de entreguerras salvo en el caso de
Estados Unidos, hasta la llegada a la presidencia de F. D. Roosevelt.
Sin embargo hubo países a los que la guerra benefició económicamente. Principalmente
quienes permanecieron neutrales durante la guerra y pasaron a ser proveedores de
materias primas y alimentos para los países contendientes, como por ejemplo Brasil,
Argentina y España.
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A la vez la guerra consolidó el crecimiento de dos grandes potencias: Estados Unidos y
Japón, cuyo comercio experimentó un aumento sin precedentes en detrimento de las
potencias tradicionales de Europa, que debido a la guerra perdieron sus mercados
exteriores y sufrieron la fragmentación de su economía.
Estados Unidos prestó importantes cantidades de dinero a los aliados y les suministró
abundante material bélico, bienes de equipo y víveres. Se convirtió en el mayor
acreedor (más de 250 mil millones de dólares) de los países europeos, que en adelante
entraron en una estrecha dependencia de los créditos norteamericanos para hacer frente
a la reconstrucción económica. El dólar se convirtió junto a la libra esterlina en el
principal instrumento de cambio en las transacciones internacionales y la bolsa de
Nueva York consiguió el liderazgo mundial.
En 1919 se firmo el Tratado de Versalles, un tratado de paz firmado por las potencias
europeas para poner fin oficialmente a la Primera Guerra Mundial, después de meses de
negociación, en la ciudad de Paris. El Tratado de Versalles fue firmado como
continuación al armisticio de noviembre de 1918, en Compiègne, que había puesto fin a
los enfrentamientos. El principal punto del Tratado de Versalles determinaba que
Alemania aceptaría todas las responsabilidades por causar la Gran Guerra (así se
conocía a la Primera Guerra Mundial antes de que aconteciera la Segunda Guerra
Mundial) y que sobre los términos de los artículos 231-247, que fijaba indemnización
de guerra para las potencias vencedoras "La Triple entene".
Los términos impuestos a Alemania incluían la pérdida de una parte de su territorio para
un número de naciones fronterizas, de todas las colonias en el océano y sobre el
continente africano, y una restricción al tamaño de su ejército. Alemania también tuvo
que reconocer la independencia de Austria. El ministro del exterior alemán, Hermann
Müller, firmo el Tratado de Versalles en el 28 de junio del año 1919. El tratado fue
ratificado por la Liga de Naciones (o Sociedad de Naciones) el 10 de enero de 1920. En
Alemania el Tratado de Versalles causo estupor y humillación en la población, o que
contribuyo a la caída de la República de Weimar en el año 1933 y la ascensión del
Nazismo con Adolf Hitler como líder o Führer del III Reich alemán.
Quienes salieron empobrecidas de la guerra fueron las clases medias, en tanto que
surgieron nuevas fortunas relacionadas con la producción de armas y la especulación de
víveres. Los obreros sufrieron una importante pérdida del poder adquisitivo de sus
salarios a causa de la inflación y fueron protagonistas de una intensa agitación laboral,
concretada en una oleada de huelgas que se hicieron eco de la revolución bolchevique
rusa.
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Otra de las grandes consecuencias de la guerra fue el voto. Poco después del final de la
guerra, Alemania les dio el derecho al voto a las mujeres. En Inglaterra en 1918 las
mujeres mayores de 30 años obtuvieron el derecho a votar, sin embargo, no fue hasta
1928 que las mujeres mayores de 21 años pudieron hacerlo; de hecho, casi todos los
países recién creados tras la Gran Guerra, permitieron a las mujeres votar (excepto
Yugoslavia), y entre los países ganadores, solo Francia no lo hizo.
Nunca se había vivido una crisis de tal extensión en el tiempo y con esa intensidad.
Afectó principalmente a los países más avanzados económicamente y, en particular, a
sus sectores industriales y exterior. Ningún país pudo escapar de la crisis, si bien no
todos fueron afectados con igual intensidad. Paradójicamente, los países menos
desarrollados –con un peso mayor del sector agrario en sus estructuras económicas, por
tanto- y más cerrados a las transacciones internacionales -esto es, con un grado menor
de globalización- salieron no tan perjudicados de la crisis, lo que no equivale a
indemnes. Los hasta entonces desconocidos niveles de desempleo en los sectores
industriales y exportadores que acompañaron a la Gran Depresión constituyen también
una de sus manifestaciones más llamativas.
En 1932, la producción industrial del mundo no llegaba a los dos tercios de la de 1929,
pero, mientras que la de Europa había caído algo por debajo del 75%, la de Estados
Unidos apenas superaba el 50%. La producción de alimentos apenas experimentó
cambios. No así la de materias primas, que se contrajo en medida sólo algo menor que
la de productos industriales. En 1934, el valor del comercio mundial era poco más de un
tercio del correspondiente a 1929. No llegaba todavía al 50% en 1937.
El desempleo alcanzó cifras record. Especialmente en Estados Unidos, donde el
desempleo pasó del 3% en 1929 al 25% en 1933, y en Alemania, donde se elevó desde
el 4,3 al 30,1% entre 1929 y 1932.
La contracción del producto per capita fue también significativa. Aunque no todos los
países se vieron afectados en idéntica medida ni lograron salir de la crisis al mismo
tiempo.
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Estados Unidos se habían recuperado plenamente, y Francia apenas, cuando estalló la
Segunda Guerra Mundial.
Para poder comprender la gran dimensión de esta crisis, hay que tener en cuenta
diferentes factores. En 1930, las autoridades de la mayor economía del mundo, los
Estados Unidos, aprobaron el extremadamente proteccionista arancel Smoot-Hawley,
que pretendía defender los intereses nacionales norteamericanos frente al exterior. Este
ejemplo de política del “sálvese quien pueda” fue rápidamente imitado por las restantes
economías importantes. Lo que llevo a una espiral a la baja del comercio mundial que
intensificó la depresión. La falta de una salida colectiva negociada a los problemas
internos individuales amplificó la crisis.
El patrón oro fue otro factor de intensificación de los problemas. Su manejo durante este
nuevo período de vigencia, en el que las condiciones políticas y económicas que lo
habían hecho eficaz durante el período 1870-1914 habían desaparecido o cambiado, no
estuvo exento de problemas. De hecho, se convirtió en un mecanismo de extensión de
los problemas monetarios de un país a otro. Además dejaba una escasa capacidad de
actuación a los gobiernos para contrarrestar la depresión. Así, para conseguir salir de la
Gran depresión, era necesario abandonar el patrón oro. En 1931, el Reino Unido
suspendía la convertibilidad en oro de la libra esterlina. De nuevo, sin coordinación
alguna entre unos y otros países, pese a estar estrechamente interconectados por
relaciones económicas, su ejemplo fue emulado en 1933, por Estados Unidos y poco
después por otros países. Para 1936, cuando Francia se suma a esta corriente, el patrón
oro había dejado prácticamente de existir. Tenemos aquí otro ejemplo de medidas
adoptadas para mejorar la competitividad de cada economía frente a las restantes.
Los bombardeos de ciertos países fueron factores que impidieron el progreso de Europa
durante mucho tiempo. Alemania perdió 20% de sus viviendas y Gran Bretaña el 9%.
La falta de materias primas y recursos financieros en la industria tradicional, fueron
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tremendamente dañinos para la economía europea. En Europa Oriental, las
destrucciones fueron incluso peores. En la disuelta URSS, 17.000 ciudades y 70.000
pueblos fueron arrasados, y este país perdió en total 20% de su potencial industrial.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, entre las décadas de 1950 y 1970,
algunos países experimentaron un crecimiento nunca antes visto en la economía. Entre
ellos, Estados Unidos se perfiló como líder, debido a que su territorio (a diferencia del
de las naciones europeas) no fue dañado por la guerra en infraestructura urbana ni
industrial, lo que le permitió potenciar el desarrollo de los sectores primarios de
producción como la agricultura y la industria. Por otro lado, la producción de
armamento bélico que generó este país siguió en curso aún llegada la paz, esta vez
estimulada por la Guerra Fría y la Guerra de Corea.
Otro factor que permitió a los Estados Unidos expandir su economía, fueron las
empresas transnacionales que comenzaron a operar en distintos países de acuerdo a los
intereses de corporaciones norteamericanas. Estas nuevas empresas movilizaron la
industria, el consumo y el trabajo en sectores que se habían visto afectados por la
guerra. Destacan aquellas dedicadas a la minería e hidrocarburos como el petróleo,
corporaciones bancarias, farmacéuticas, automotriz y otras más diversas como las de
consumo masivo entre ellas McDonald’s y Coca-Cola.
La inversión y la facilidad de crédito son otro eje que explica la prosperidad económica
de la posguerra. Para la Europa destruida, Estados Unidos proporcionó un plan de ayuda
monetaria: el Plan Marshall que a través de una serie de medidas, además de pretender
frenar la simpatía con los sectores comunistas, favoreció el crecimiento económico de la
región. En 1948, a fin de administrar los recursos obtenidos de parte de Estados Unidos,
algunos de los países europeos se agruparon en la Organización Europea para la
Cooperación Económica (OECE), predecesora de la actual OCDE.
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republicanos, sacerdotes católicos y ministros de otras religiones, etc.), que se
convertirían en campos de exterminio donde tendría lugar el Holocausto; también en
Estados Unidos y otros países de América, internando a sus ciudadanos de ascendencia
japonesa.
Laborismo ingles:
El derecho al sufragio ya había sido alcanzado por la masa de obreros, sin embargo,
solo podían votar por el partido liberal o por candidaturas destinadas al fracaso. Debido
a esto, regiones de fuerte concentración industrial deciden tener disputados obreros.
Este sería el caldo de cultivo, a finales de la década de los ochenta del XIX, donde se
iría fraguando la creación de partidos políticos obreros británicos. La primera iniciativa
directa partió del mundo sindical. Keir Hardie era un minero escocés que en 1888 fundó
el Scottisch Labour Party (Partido Laborista Escocés). En 1893 nació el Independent
Labour Party (Partido Laborista Independiente), con una gran implantación en Escocia y
en el norte de Inglaterra, aunque no pudo desarrollarse en el resto de Gran Bretaña.
En el año 1899 se celebró el Congreso de las Trade Unions que fue clave para cambiar
la tradicional tendencia favorable de los sindicatos hacia el Partido Liberal, ya que se
decidió que había que tratar de promover una acción política independiente obrera. De
ahí surgió la creación del Labour Representation Committee en 1900, constituido en el
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Memorial Hall de Farrington Street de Londres. En este Comité había representantes de
los sindicatos, pero también contaba con miembros de la S.D.F. y con fabianos, y se
pretendía concurrir a las elecciones. El éxito electoral llegaría en las elecciones de 1906
cuando se consiguieron veintinueve escaños. Ahí está el origen del Labour Party, el
Partido Laborista. En ese año ya tenía un millón de militantes, cifra que se duplicó en
vísperas de la Primera Guerra Mundial. Los primeros líderes del laborismo fueron Keir
Hardie y Arthur Henderson, aunque desde los primeros momentos comenzó a destacar
la figura de Ramsay Mac Donald, que entró en el Parlamento en 1906, y que con el
tiempo, después de la Gran Guerra, sería el primer ministro laborista en la Historia. En
el período de entreguerras el laborismo desbancaría al Partido Liberal en el sistema
bipartidista británico.
Laborismo australiano:
Socialdemocracia alemana:
En los años sesenta del siglo XIX nacieron en Alemania distintas asociaciones obreras.
Entre ellas, destacaría la Asociación General de Trabajadores Alemanes, creada en 1863
y liderada por Ferdinand Lassalle. Esta organización socialista, implantada en Prusia,
era de tendencia reformista y no marxista; de hecho, sus dirigentes entablaron relaciones
con Bismarck, intentando que el Estado adoptara políticas sociales.
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A pesar de las claras divergencias de origen geográfico y, sobre todo, ideológicas, las
dos organizaciones se acercaron ante el hecho de que, recién creado el Imperio alemán,
la represión contra los obreros creció. Pero, además, la aproximación se vio facilitada
porque Lasalle había fallecido y en la Asociación General de Trabajadores iba creciendo
la presencia de los socialdemócratas. El proceso concluyó en el Congreso de Gotha,
celebrado en la primavera de 1875. Allí se fusionaron ambas organizaciones y nació el
Partido Socialdemócrata de los Trabajadores, el SAPD. Se adoptó el conocido como
Programa de Gotha. En dicho programa pesaron más las ideas marxistas que las de
Lassalle, pero eso no impidió que Marx y Engels criticaran el texto de forma
contundente porque consideraban que no atendía al sindicalismo, no incidía en el
internacionalismo y, sobre todo, porque el programa defendía que Estado era un
instrumento neutral por encima de la lucha de clases.
El nuevo partido fue perseguido por Bismarck. En el año 1878, “el canciller de hierro”
consiguió aprobar en el parlamento una ley de excepción poniendo fuera de ley al
partido. Pero Bismarck era consciente que, en pleno proceso de expansión industrial, la
fuerza del movimiento obrero no se podía despreciar, por lo que emprendió una política
social para intentar frenar los conflictos sociales, atraerse a los obreros y que se alejaran
de los socialistas, desde un acusado paternalismo. Promulgó leyes sobre las
enfermedades, accidentes y jubilación. Esta política le granjeó la crítica de los sectores
políticos y sociales más conservadores porque creían que iba a crear una especie de
socialismo de estado pero, en realidad, fueron medidas muy epidérmicas. Sin embargo,
al contrario de lo que se proponía, aumentaron las huelgas, y en la clandestinidad los
socialistas no dejaron de crecer. El partido fue legalizado al retirarse Bismarck del
poder. El año clave para el partido fue 1891 cuando se celebró el Congreso de Erfurt. La
formación adoptó el nombre que conserva hoy en día, SPD. El Programa de Gotha fue
sustituido por el de Erfurt.
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1912. En ese mismo año se convirtió en la primera fuerza parlamentaria. Aunque el
socialismo había condenado la guerra en la II Internacional, el SPD apoyó la
participación de Alemania en la Primera Guerra Mundial, votando en el parlamento los
créditos necesarios para poner en marcha la maquinaria militar.
Socialdemocracia sueca:
En los años sesenta especialmente, y durante mucho tiempo, el Welfare State sueco se
ha presentado como el ejemplo más logrado de la «tercera vía», del camino medio entre
socialismo y capitalismo, como aquel sistema que conseguía las más altas cotas de
bienestar e igualdad de sus ciudadanos sin renunciar al capitalismo. La expansión del
Estado de bienestar ha sido fuente de satisfacción y orgullo para los propios suecos; la
«vía sueca» hacia la prosperidad económica y el bienestar social ha sido un prototipo
para otros países durante varias décadas.
La Gran Depresión, considerada una de las crisis económicas más grandes del siglo XX,
comenzó el jueves 24 de octubre de 1929 con el crac de la Bolsa de Nueva York,
hundiendo a esta para expandirse progresivamente por todos los sectores económicos y
posteriormente por la totalidad de los países industrializados, con la excepción de la
Unión Soviética de Iósif Stalin. Estados Unidos, «país de origen» de la crisis, fue
lógicamente el primer afectado tras el crac y tocó fondo en 1932, con una tasa de
desempleo del 25 %. Lo cierto es que la economía estadounidense sufría diversos
desequilibrios, principalmente en el reparto de la riqueza y los recursos: se estima que
treinta y seis familias ricas poseían unos ingresos equivalentes a los del 42 % de la
población. Igualmente, de 27,5 millones de familias, 21,5 no poseían ninguna clase de
ahorros.
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Durante los años 1920, las empresas estadounidenses habían incrementado sus ventas de
forma considerable gracias a la expansión del consumo por parte de una emergente
clase media, apoyada por un crecimiento del crédito por parte de los bancos.
Paralelamente, la rápida industrialización que siguió a la reconversión de fábricas de
armamento en fábricas civiles tras la Primera Guerra Mundial condujo a una
sobreproducción de bienes industriales y de consumo por parte de muchas empresas.
El New Deal es el nombre dado por el presidente de los Estados Unidos Franklin D.
Roosevelt a su política intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos
de la Gran Depresión en Estados Unidos. Este programa se desarrolló entre 1933 y 1938
con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar los
mercados financieros y redinamizar una economía estadounidense herida desde el crac
de 1929 por el desempleo y las quiebras en cadena.
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Reactivación de la producción industrial aumentando los salarios, reduciendo la
jornada laboral y con una subida de precios para corregir descensos provocados por
la depresión.
Política de subvenciones a fondo perdido a los bancos en dificultades.
Política dirigida para luchar contra el desempleo.
Democracia cristiana:
Ya en las primeras décadas del siglo XIV se advertirá que un grupo significativo de
cristianos se abocará a una tarea de atento discernimiento entre los postulados políticos
y los socio-económicos que la ideología liberal, a la postre predominante, sustentara. En
cuanto a los políticos, serán compartidos, entendiendo incluso que debían de ser
profundizados y universalizados en su aplicación a todos los ciudadanos, en razón de
que la Revolución Francesa en su aplicación concreta sólo resultó beneficiosa para la
burguesía que en definitiva resultó la triunfante. En lo que a los principios y políticas
socio-económicas se refiere, adoptarán una línea acérrimamente crítica, en virtud de la
filosofía que les daba sustento, y consecuencias que ello acarreaba fundamentalmente
para el trabajador, su familia y los pobres en general.
De entre las variadas corrientes que entonces surgirán en el seno de lo que luego habrá
de denominarse el "social-cristianismo" emergerá a mediados del siglo pasado la
"Democracia Cristiana". Aún cuando no exclusivamente, el movimiento principalmente
tendrá sus inicios en Francia. De entre sus representantes más descollantes, destácanse
Federico Ozanán (1813- 1853), y Philippe Buchez (1796- 1865). Aún cuando ambos
respondan a una matriz común, sus ideas y propuestas tendrán un perfil diferente.
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2. Aspectos Doctrinarios: La combinación de la democracia liberal con la justicia
social.
2.1 Antecedentes filosóficos.
)a De todas estas corrientes: El liberalismo clásico y su concepción
democrática representativa; el socialismo no marxista del siglo XIX y su
concepción sobre la necesidad de enfrentar problemas sociales.
)b Del Laborismo: La Sociedad Fabiana de Londres y sus ideas sobre el rol
económico y social del Estado.
)c De la Socialdemocracia: Las ideas de Louis Blanc sobre el rol
económico y social del Estado.
)d De la Democracia Cristiana: La doctrina social de la Iglesia Católica
Apostólica Romana y sus ideas sobre el rol del Estado y de la propiedad y su
concepción del trabajo.
2.2 Aspectos doctrinarios propiamente dichos.
)e Sus críticas al Liberalismo y al Marxismo.
)f Su concepto de justicia social: diferencia entre justicia conmutativa y
justicia distributiva; concepto de las corrientes políticas y concepto
católico.
)g Sus ideas sobre la seguridad social: El Código de Malinas y otros
antecedentes.
)h Su concepto de Estado de Bienestar.
A poco de iniciarse la segunda mitad del siglo XVIII, Rousseau expuso en el Contrato
Social su sistema filosófico y político al formular la teoría de que el pueblo es el único
soberano y de que por tanto sólo el puede dictar las leyes, las que son de ese modo la
expresión pura de la voluntad general. O sea que Rousseau abogó por la democracia
directa, la que tiene vida cuando el pueblo se reúne y da a conocer qué es lo que desea.
Esa tesis revolucionaria, dueña de un inmenso poder de seducción, tenía como marco
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una ciudad pequeña, Ginebra, de la cual Rousseau se declaraba "ciudadano", en la que
era posible que todos los habitantes se congregaran en un solo sitio a formular sus
determinaciones, que el gobierno se encargaría de ejecutar. El autor del Contrato Social
fue siempre enemigo de la democracia representativa, en la que una entidad, el
Congreso, dicta las leyes. Esa enemistad venía de que la voluntad general, según él, es
inalienable, indivisible y absoluta, y de que sólo pertenece al pueblo.
El ideal democrático representa un elemento integrante porque una de las metas del
socialismo ha sido el refuerzo de la base popular del estado, otro elemento es que sea
necesario porque sin este refuerzo nunca se alcanzaría la transformación de la sociedad
y por ultimo tiene un elemento que es No constitutivo porque la esencia del socialismo
siempre ha sido la idea de revolucionar de las relaciones sociales, políticas y
económicas.
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2. 1. b) // Del Laborismo. La Sociedad Fabiana de Londres y sus ideas sobre el rol
económico y social del Estado:
Los fabianos se asociaron para la difusión de las siguientes opiniones mantenidos por
ellos y discutir sus consecuencias prácticas. A continuación se detallarán algunas de
éstas:
Que en las circunstancias actuales la riqueza no puede ser disfrutada sin
deshonor o no es percibida sin miseria. Ese es el deber de cada miembro del Estado,
proveer a sus necesidades por el trabajo de su propia cuenta.
Que un interés de por vida en la tierra y el capital de la nación es el derecho
natural de todo individuo nacido dentro de sus límites y que el acceso a este derecho
de nacimiento no debe depender de la voluntad de cualquier persona privada que no
sea la persona solicitante.
Que puesto que la competencia entre los productores ciertamente asegura al
público los productos más satisfactorios, el Estado debe competir con todas sus
fuerzas en cada departamento de producción.
Que tales restricciones en la libre competencia como las sanciones por infringir
el monopolio postal, y la retirada de asilo y trabajo penitenciario de los mercados,
debe ser abolido.
Que ninguna rama de la industria debería llevarse a cabo en un beneficio por la
administración central.
Que la Hacienda Pública debe ser impuesta por un impuesto directo, y que la
administración central no debería tener ningún poder legal para detener la reposición
de la Hacienda Pública sobre cualquier porción de los ingresos de las industrias
administradas por ellos
Que el Estado debe competir con los padres en la prestación de hogares felices a
los niños, para que cada niño pueda tener un refugio contra la tiranía o el descuido
de sus custodios naturales. Que los hombres ya no tienen privilegios políticos para
protegerlos contra la mujer, y que a partir de ahora los sexos deben gozar de iguales
derechos políticos. Que ninguna persona debe de ningún privilegio en consideración
a servicios prestados al Estado por sus padres u otros parientes.
Que el Estado debe garantizar una educación liberal y una parte igual en la
industria nacional de cada una de sus unidades.
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La Sociedad, de hecho, comenzó su carrera con el que el desconocimiento de meros
nombres que siempre la ha distinguido. Las resoluciones que abogan por la
reconstrucción de la sociedad sobre una base no competitiva con el objeto de poner
remedio a los males de la pobreza, encarnan la esencia del socialismo.
Aclaración previa. Todas las citas provienen de: Cole, G. H. D. (1980). Historia del
pensamiento socialista. I: Los precursores, 1789-1850. México D. F.: Fondo de Cultura
Económica. La traducción es de Rubén Landa. En números romanos se indico el
número de volumen, y en arábigos la página.
Blanc nació en España, hijo de un emigrado francés y de madre española. Fue a Francia
durante la Restauración. Se hizo abogado y periodista. Fue director de LE BONS SENS,
luego de LA REVUE DU PROGRÈS. Exiliado en Gran Bretaña luego de la Revolución
de 1848. En 1870 regresó a Francia. Se opuso a la Comuna de París. Según Cole,
"terminó como representante de una reforma social moderada, actuando generalmente
en los radicales-socialistas. Desde el principio hasta el fin fue, en realidad,
esencialmente un moderado que no creía en las virtudes de una revolución violenta." (I:
171). "Puede ser considerado como un precursor del socialismo democrático moderno.
Influido por los sansimonianos, atribuía al Estado la posición principal en la
planificación económica y en el desarrollo de los servicios sociales." (I: 171).
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Quería que de los servicios sociales (...) no estuviese encargado el Estado, sino estas
asociaciones obreras, que se reservarían parte de sus ingresos para sostenerlos. El
Estado, después de haber establecido las leyes necesarias para poner en marcha el nuevo
sistema, en general debía mantenerse al margen, dejando que los nuevos organismos
económicos dirigiesen los asuntos por sí mismos." (I: 172). Proponía (seguía en esto a
los sansimonianos) la creación de un banco de propiedad pública, que concedería la
mayor parte de los créditos. También era partidario de la planificación nacional de la
producción. Sin embargo, deberían ser los organismos obreros y no el Estado quienes
llevaran adelante la producción. (I: 173)
Ahora bien, dejando de lado la cuestión de la vía para llegar al socialismo (la defensa de
la democracia representativa no es el camino - por lo menos eso es lo que indica la
experiencia histórica -, independientemente de que el movimiento obrero necesite de las
libertades democráticas), corresponde resaltar el papel otorgado a las organizaciones de
trabajadores en la producción. Reemplazar la autoorganización de los trabajadores -
verdadera escuela de autogobierno - por la dirección estatal, implica limitar severamente
la posibilidad de construir una sociedad socialista. En este sentido, el planteo de Blanc
es importante, pues rescata la defensa de la organización de la producción por los
trabajadores. Y reconoce, implícitamente, el carácter político del proceso productivo, es
decir, niega que se trate de un ámbito técnico, aislado de la política.
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razón y no por la fuerza de una clase social. Su llamamiento era esencialmente ético."
(I: 175).
Creía que la caída del capitalismo estaba próxima, como resultado de las crisis y del
desempleo. El socialismo era la "consecuencia natural de las revoluciones de 1789 y de
1830; era la forma de armonizar el sistema económico con las ideas de democracia que
la Revolución Francesa había puesto en marcha." (I: 175).
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Los problemas de la ocupación reclaman las responsabilidades del Estado, al cual
compete el deber de promover políticas que activen el empleo, es decir, que favorezcan
la creación de oportunidades de trabajo en el territorio nacional, incentivando para ello
el mundo productivo. El deber del Estado no consiste tanto en asegurar directamente el
derecho al trabajo de todos los ciudadanos, constriñendo toda la vida económica y
sofocando la libre iniciativa de las personas, cuanto sobre todo en secundar la actividad
de las empresas, creando condiciones que aseguren oportunidades de trabajo,
estimulándola donde sea insuficiente o sosteniéndola en momentos de crisis.
Para la promoción del derecho al trabajo es importante que exista realmente un libre
proceso de auto-organización de la sociedad. Se pueden encontrar significativos
testimonios y ejemplos de auto-organización en las numerosas iniciativas, privadas y
sociales, caracterizadas por formas de participación, de cooperación y de autogestión,
que revelan la fusión de energías solidarias. Estas iniciativas se ofrecen al mercado
como un variado sector de actividades laborales que se distinguen por una atención
particular al aspecto relacional de los bienes producidos y de los servicios prestados en
diversos ámbitos: educación, cuidado de la salud, servicios sociales básicos, cultura. Las
iniciativas del así llamado «tercer sector» constituyen una oportunidad cada vez más
relevante de desarrollo del trabajo y de la economía.
Los medios de producción no pueden ser poseídos contra el trabajo, no pueden ser ni
siquiera poseídos para poseer. Su posesión se vuelve ilegítima cuando o sirve para
impedir el trabajo de los demás u obtener unas ganancias que no son fruto de la
expansión global del trabajo y de la riqueza social, sino más bien de su limitación, de la
explotación ilícita, de la especulación y de la ruptura de la solidaridad en el mundo
laboral.
La propiedad privada y pública, así como los diversos mecanismos del sistema
económico, deben estar predispuestos para garantizar una economía al servicio del
hombre, de manera que contribuyan a poner en práctica el principio del destino
universal de los bienes. En esta perspectiva adquiere gran importancia la cuestión
relativa a la propiedad y al uso de las nuevas tecnologías y conocimientos que
constituyen, en nuestro tiempo, una forma particular de propiedad, no menos importante
que la propiedad de la tierra y del capital.
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esperanza del día que no tiene ocaso. En esta visión superior, el trabajo, castigo y al
mismo tiempo premio de la actividad humana, comporta otra relación, esencialmente
religiosa, que ha expresado felizmente la fórmula benedictina: ¡Ora et labora! El hecho
religioso confiere al trabajo humano una espiritualidad animadora y redentora. Este
parentesco entre trabajo y religión refleja la alianza misteriosa, pero real, que media
entre el actuar humano y el providencial de Dios.
El trabajo humano tiene una doble dimensión: objetiva y subjetiva. En sentido objetivo,
es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se
sirve para producir, para dominar la tierra, según las palabras del libro del Génesis. El
trabajo en sentido subjetivo, es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico, capaz de
realizar diversas acciones que pertenecen al proceso del trabajo y que corresponden a su
vocación personal: El hombre debe someter la tierra, debe dominarla, porque, como
“imagen de Dios”, es una persona, es decir, un ser subjetivo capaz de obrar de manera
programada y racional, capaz de decidir acerca de sí y que tiende a realizarse a sí
mismo. Como persona, el hombre es, pues, sujeto del trabajo.
(…) León XIII afirmaba enérgicamente y con varios argumentos el carácter natural del
derecho a la propiedad privada, en contra del socialismo de su tiempo. Este derecho,
fundamental en toda persona para su autonomía y su desarrollo, ha sido defendido
siempre por la Iglesia hasta nuestros días. Asimismo, la Iglesia enseña que la propiedad
de los bienes no es un derecho absoluto, ya que en su naturaleza de derecho humano
lleva inscrita la propia limitación. (…) Dios ha dado la tierra a todo el género humano
para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno.
(…) Ésta, por su misma fecundidad y capacidad de satisfacer las necesidades del
hombre, es el primer don de Dios para el sustento de la vida humana. Ahora bien, la
tierra no da sus frutos sin una peculiar respuesta del hombre al don de Dios, es decir, sin
el trabajo. Es mediante el trabajo como el hombre, usando su inteligencia y su libertad,
logra dominarla y hacer de ella su digna morada. De este modo, se apropia una parte de
la tierra, la que se ha conquistado con su trabajo: he ahí el origen de la propiedad
individual. Obviamente le incumbe también la responsabilidad de no impedir que otros
hombres obtengan su parte del don de Dios, es más, debe cooperar con ellos para
dominar juntos toda la tierra.
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(…) León XIII escribía: ‘La solución de un problema tan arduo requiere el concurso y la
cooperación eficaz de otros’. Estaba convencido de que los graves problemas causados
por la sociedad industrial podían ser resueltos solamente mediante la colaboración entre
todas las fuerzas. Esta afirmación ha pasado a ser un elemento permanente de la
doctrina social de la Iglesia, (…) El Papa León XIII, sin embargo, constataba con dolor
que las ideologías de aquel tiempo, especialmente el liberalismo y el marxismo,
rechazaban esta colaboración. Desde entonces han cambiado muchas cosas,
especialmente en los años más recientes. El mundo actual es cada vez más consciente de
que la solución de los graves problemas nacionales e internacionales no es sólo cuestión
de producción económica o de organización jurídica o social, sino que requiere precisos
valores ético-religiosos, (…) La Iglesia siente vivamente la responsabilidad de ofrecer
esta colaboración (…)
Otra forma de respuesta práctica, finalmente, está representada por la sociedad del
bienestar o sociedad de consumo. Esta tiende a derrotar al marxismo en el terreno del
puro materialismo, mostrando cómo una sociedad de libre mercado es capaz de
satisfacer las necesidades materiales humanas más plenamente de lo que aseguraba el
comunismo y excluyendo también los valores espirituales. En realidad, si bien por un
lado es cierto que este modelo social muestra el fracaso del marxismo para construir una
sociedad nueva y mejor, por otro, al negar su existencia autónoma y su valor a la moral
y al derecho, así como a la cultura y a la religión, coincide con el marxismo en el
reducir totalmente al hombre a la esfera de lo económico y a la satisfacción de las
necesidades materiales.
24
leyes, la propiedad particular. De modo especial, dado el actual incendio tan grande de
codicias desmedidas, preciso es que las muchedumbres sean contenidas en su deber,
porque si la justicia les permite por los debidos medios mejorar su suerte, ni la justicia
ni el bien público permiten que nadie dañe a su prójimo en aquello que es suyo y que,
bajo el color de una pretendida igualdad de todos, se ataque a la fortuna ajena. Verdad es
que la mayor parte de los obreros querría mejorar su condición mediante honrado
trabajo y sin hacer daño a nadie (…).
La sociedad asegura la justicia social cuando realiza las condiciones que permiten a las
asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su
vocación. La justicia social está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad. La
justicia social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad
trascendente del hombre. La persona representa el fin último de la sociedad, que está
ordenada al hombre.
Los que, de manera directa o indirecta, se han apoderado de un bien ajeno, están
obligados a restituirlo o a devolver el equivalente en naturaleza o en especie si la cosa
ha desaparecido, así como los frutos y beneficios que su propietario hubiera obtenido
legítimamente de ese bien. Están igualmente obligados a restituir, en proporción a su
responsabilidad y al beneficio obtenido, todos los que han participado de alguna manera
en el robo, o que se han aprovechado de él a sabiendas; por ejemplo, quienes lo hayan
ordenado o ayudado o encubierto.
25
2. 2. c) // Sus ideas sobre la seguridad social. El Código de Malinas y otros
antecedentes:
Ideología:
Código de Malinas:
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profesión, vida económica, asociaciones privadas, vida internacional y, finalmente, vida
sobrenatural como coronación de la vida terrena.
Más adelante se publicaron nuevos códigos que vinieron a ampliar algunos aspectos ya
contenidos en el primero: Código de moral internacional (1937); Código de la familia
(1951); Código de moral y política (1957).
La traducción castellana de todos ellos fue realizada por el jesuita Ireneo González
(Santander 1959).
Democracia Cristiana:
27
No debe ser invasivo y controlar todos los aspectos de la vida, como propone el
socialismo, pero sí debe ser una suerte de velador o cuidador de la sociedad: “No es
justo, según hemos dicho, que ni el individuo ni la familia sean absorbidos por el
Estado; lo justo es dejar a cada uno la facultad de obrar con libertad hasta donde sea
posible, sin daño del bien común y sin injuria de nadie. No obstante, los que gobiernan
deberán atender a la defensa de la comunidad y de sus miembros”.
La Seguridad Social:
La seguridad social nace en Alemania, en la época del canciller Otto von Bismarck, con
la Ley del Seguro de Enfermedad, en 1883.
La expresión "seguridad social" se populariza a partir de su uso por primera vez en una
ley en Estados Unidos, concretamente en la Social Security Act de 1935.
Posteriormente, el concepto es ampliado por sir William Beveridge en el llamado
Informe Beveridge (Social Insurance and Allied Services Report) de 1942 con las
28
prestaciones de salud y la constitución del National Health Service británico (Servicio
Nacional de Salud) en 1948.
Japón, desde antes de la Segunda Guerra Mundial, es uno de los principales impulsores
mundiales de la seguridad social, al haber creado el Ministerio de Sanidad, Trabajo y
Bienestar y su propio sistema de pensiones e incapacidad.
Más que un concepto específico, se considera que el término es una categoría práctica
para designar ya sea un conjunto de propuestas o una propuesta general acerca de cómo
el Estado debe o puede proceder.
Definición:
Es un tipo de pacto social donde se estableció quien reparto más equitativo de los
beneficios y de la riqueza entre toda la población con un objeto de evitar el malestar
social que llevo a las sociedades europeas a la segunda guerra mundial.
Término de la palabra:
Las nociones actuales de "Estado del Bienestar" corresponden al término inglés Welfare
State (del que es traducción literal), cuyo uso quedó acuñado a partir de 1945, en la
posguerra de la Segunda Guerra Mundial.
Puntos de Vista:
Desde un punto de vista conservador los beneficios del Estado del Bienestar son dobles:
por un lado, la generación de consenso social de forma que el sistema funcione de forma
armónica y eficiente.
29
3. Aspectos Económicos: el estado como impulsor y equilibrador del mercado.
3. 1 Sus concepciones económicas:
a) Keynes y su Teoría General: la función del gasto público, la moneda, el
interés y el pleno empleo:
b) Roosevelt y su concepto sobre el gasto público como activador del ciclo
económico:
El economista británico John Maynard Keynes proponía que el Estado tuviera un papel
protagonista en la economía, en antítesis al principio liberal económico en el que éste no
debía intervenir, dejando que fueran las libres fuerzas del mercado las que resolvieran
los asuntos económicos. Consideraba que era necesario el empleo de los fondos
públicos junto a la intervención estatal para lograr el pleno empleo y la estabilidad de
los precios.
Pleno empleo:
Keynes encabezó una revolución del pensamiento económico que descalificó la idea
que el libre mercado automáticamente generaría pleno empleo, es decir, que toda
persona que buscara trabajo lo obtendría en tanto y en cuanto los trabajadores
flexibilizaran sus demandas salariales.
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Considera que la inversión es determinante del nivel de empleo (dado que el empleo en
actividades de inversión sostiene la demanda de consumo) Por lo tanto el desempleo se
origina por una cantidad insuficiente de ésta. Por ello, para asegurar el pleno empleo,
aconseja la intervención del Estado para estimular el consumo y la inversión. El
gobierno debe mantener el monto de sus inversiones fijo y no disminuirlas con el
objetivo de evitar que las inversiones privadas disminuyan. A la vez, puede acrecentar
las inversiones privadas y consecuentemente los ingresos, bajando, a través de su
regulación, la tasa de interés.
La moneda:
Considera que el dinero desempeña tres funciones: medio de cambio, unidad de cuenta,
y acumulador de valor. Los que tienen más renta y riqueza de la que consumen de
ordinario pueden acumular exceso de varias formas, entres las que se cuentan atesorar
dinero, prestar dinero e invertirlo en algún tipo de bien de capital. Si optan por acumular
su riqueza en forma de dinero, no obtienen renta, si prestan su dinero, perciben interés,
y si adquieren un capital de inversión, esperan percibir beneficios. Keynes dice que el
dinero puede ser la forma más segura para acumular riqueza.
Cuando los poseedores de riqueza expresan en general una preferencia por atesorar
dinero más bien que por prestarlo o invertirlo, la producción de riqueza social real está
en desventaja. Esta preferencia por la posesión de dinero, más bien que por la posesión
de riqueza rentable, sólo existe en un grado importante en un mundo en que el futuro
económico es incierto.
El interés:
31
beneficiaria de la guerra, debido a su posición acreedora de gran parte de la deuda
que los países aliados habían contraído con este país. Durante todos esos años,
EE.UU. vivió un periodo de prosperidad y optimismo. El conjunto de la producción
industrial aumentó en un 64%, siendo destacables los avances en sectores como el
acero, el petróleo, y productos químicos. A la vez, la industria de bienes y consumos
al mismo ritmo, el automóvil cuya producción duplicada en 7 años, alcanzo entre en
1928/29 los 5.300.000 vehículos. La prosperidad americana se reflejaba en el
aumento de los salarios, la mejora de la capacidad adquisitiva, y la instalación del
estilo de vida americano, en el que creció el consumo individual y el optimismo. El
liberalismo económico era extremo y salvaje, el estado estaba ausente de cualquier
intervención en los mercados.
Concepto del gasto público como activador del ciclo económico: El aumento del
gasto público desarrollado durante el New Deal implicaría un importante incremento
32
en la contratación directa por parte del gobierno, el control de precios y salarios,
subvenciones, y un plan de realización de obras públicas junto a una planificación
estatal. Se rompía drásticamente con la filosofía del capitalismo clásico. Estas
medidas constituyeron una inyección de confianza e ilusión para la sociedad
norteamericana la cual se reflejó a través del mercado de trabajo, aumentando la
renta disponible, y el consumo de las familias, lo que afianzaría y determinaría un
voto de confianza en el sistema adoptado, generando una reactivación de la
economía.
Roosvelt aplicando el New Deal se valió del aumento del gasto de dinero del Estado
para generar actividad económica y poder adquisitivo, tal como lo propuso John
Maynard Keynes, al que siguió en gran parte de sus postulados.
Se define como gasto público las erogaciones en que incurren el conjunto de entidades
estatales de un país. Éste comprende las compras y gastos que un estado realiza en un
periodo determinado, que por lo general es un año.
Dentro del gasto público están los gastos de inversión, los gastos de funcionamiento y
los gastos destinados al servicio de la deuda tanto interna como externa, esto es al pago
de intereses y amortización de capital.
Toda erogación o salida de dinero originada en una empresa o entidad estatal, hace parte
de éste. Se incluyen dentro del gasto público inclusive las erogaciones de entidades
descentralizadas, tanto nacionales como provinciales y municipales.
33
El gasto público suele ser una medida efectiva y muy utilizada cuando el estado intenta
empujar una economía ralentizada o en recesión, como está sucediendo precisamente en
Estados unidos y Japón, donde se han anunciado millonarias inversiones públicas para
generar empleo e inyectar recursos al mercado. Como recientemente ha explicado el
mismo Ministro de Finanzas japonés Tarō Asō: “En lo referente a obras públicas, vamos
a intentar que el 80% de los contratos reflejados en los presupuestos, con un valor de
unos 12,1 billones de yenes (95.781 millones de euros), se ejecuten en la primera mitad
del ejercicio” Los proyectos de obras públicas citados por el titular de Finanzas oriental
incluyen la mejora de carreteras, puertos o terrenos agrícolas y también de edificios
públicos como colegios e implican también acelerar el proceso de reconstrucción de las
zonas afectadas por las concurrentes catástrofes naturales sufridos. A su vez el mismo
Donald J. Trump anunció un plan de obra pública por diez años y un billón de dólares.
Cabe destacar que la obra pública fue uno de los pilares que planteó su campaña
presidencial, en la cual prometió crear 25 millones de empleos, para dar un empujón a
la economía.
Estados Unidos:
Entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se inició un período de
extraordinario desarrollo, favorecido por los recursos naturales del país y las distintas
posibilidades para enriquecerse. Durante el lapso de 1860 a 1900 la producción se
multiplicó por veinte.
El boom económico convirtió a los Estados Unidos en potencia capitalista, con un auge
de los monopolios, los pool y los trusts. Surgieron los “reyes” de la monarquía
económica y capitalista: Rockefeller del petróleo, Carnegie del acero, Armour de la
carne conservada, Vanderbilt de los ferrocarriles, Duke del tabaco, Ford de los
automóviles, etc. La empresa y el libre mercado gobernaban la economía creciente del
país.
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Se vivía un boom a ritmo de rock'n'roll, los americanos gastaban dinero, se iban de
fiesta, y compraban coches y acciones.
En el año 1929, se produjo en los Estados Unidos una saturación de mercados. Debido a
un excesivo desarrollo de la producción, los artículos no encontraban compradores y las
existencias se amontonaban en forma alarmante. Esta situación, sumada a un ansia
especulativa, hizo prever una grave crisis económica, la cual convulsionó el 24 de
octubre del mismo año. Se inició un dramático descenso del valor de las acciones en la
Bolsa de Nueva York. En pocas semanas comenzó a faltar el dinero, se paralizaron los
negocios y quebraron seis mil Bancos. La Gran Depresión, se prolongó varios años y
recién en 1933 los gobiernos pudieron superar los efectos más graves. Ésta crisis se
produjo cuando gobernaba los Estados Unidos el presidente Hoover, del partido
republicano, quien en las elecciones de 1932 fue vencido por el demócrata
Franklin D. Roosevelt. Éste entre los años, 1933 y 1939, al frente del gobierno tomó
medidas que significaron cambios fundamentales en la economía norteamericana, por
medio de un programa que recibió el nombre de New Deal, expresión inglesa que
significó “nueva política económica”. Fue un plan de desarrollo general, con una mayor
intervención del Estado en la economía.
Luego de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), puede afirmarse que de todas las
potencias de Occidente, la vencedora fue Estados Unidos. El país no sufrió los estragos
de los bombardeos y al término del conflicto aumentó su expansión política y
económica.
35
América— en el curso de los tres o cuatro años próximos excederán en este punto su
capacidad de pago, teniendo necesidad de una ayuda suplementaria importante, si se
quiere evitar que tenga graves problemas económicos, sociales y políticos (...) Además
de los efectos desmoralizadores sobre el mundo en general y de los peligros de
desórdenes resultantes de la desaparición de los pueblos en cuestión, las consecuencias
sobre la economía americana están claras para todos. Es lógico que los Estados Unidos
hagan todo lo posible para favorecer la vuelta del mundo a una salud económica normal,
sin la cual no puede haber ni estabilidad política ni paz asegurada. Nuestra política no
está dirigida contra ningún país ni doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la
desesperación y el caos (…). Toda asistencia por parte de nuestro Gobierno debe ser, no
un paliativo, sino un remedio. Todo Gobierno que consienta en colaborar con nosotros
en la tarea de reconstrucción encontrará, estoy seguro, una cooperación completa por
parte del Gobierno americano. Todo Gobierno que maniobre para detener la
reconstrucción de otros países no puede esperar ayuda de nuestra parte. Además, los
Gobiernos, partidos políticos o grupos que intentan perpetuar la miseria humana para su
provecho político o de otra clase, encontrarán la oposición de Estados Unidos (…) No
sería ni conveniente ni eficaz el poner en aplicación unilateralmente por nuestra parte un
programa destinado a restablecer a Europa sobre sus bases, económicamente. Esto es
asunto de los europeos. La iniciativa, en mi opinión, debe venir de Europa. El papel de
nuestro país deberá consistir en ayudar a los europeos a elaborar tal programa, y
seguidamente a aplicarlo, en la medida en que nosotros podamos hacerlo. El programa
deberá ser aceptado por la mayoría, si no la totalidad de las naciones europeas (…)” //
La situación post segunda guerra fue exitosa para Estados Unidos, ésta se denomina
Edad de oro y transcurre desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta la
crisis del petróleo de 1973. La misma estuvo caracterizada por dos procesos: el
crecimiento económico nunca antes alcanzado y el enfrentamiento entre las dos grandes
potencias, los Estados Unidos y la Unión Soviética, en el marco de la Guerra Fría. Esta
fue una de las razones por las que la expansión del capitalismo fue acompañada de una
fuerte presencia del Estado, otorgando importancia a cuestiones sociales.
Uno de los nuevos y más destacados rasgos de la economía fue la producción a bajo
costo de una enorme y diversificada cantidad de bienes, a raíz del desarrollo de nuevas
tecnologías y la introducción de métodos de producción más eficientes. La consecuencia
fue la necesidad de dar salida a estos excedentes de producción, para cual el desarrollo
de la publicidad condujo a la consolidación de la llamada sociedad de consumo.
En este período, Estados Unidos se consolidó como la principal potencia mundial.
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un cierto grado de independencia energética, sino que fueron Europa Occidental, Japón
y los países menos desarrollados.
Un gran aumento adicional del precio del petróleo en 1979 agudizo los problemas. Un
nuevo término económico se hizo popular: “estanflación” (estancamiento con inflación).
En 1979-1981, los incrementos del IPC superaron el 10%, lo que, desde 1950, sólo
había ocurrido en 1974. Para combatir la inflación, se adoptó una política monetaria
restrictiva que acabó venciéndola, pero al precio de un aumento del desempleo, que
llegó a casi el 10% en 1982-1983, y de un crecimiento del PIB per cápita negativo (-
1%) en 1980-1982.
Reagan fue sustituido por George H. W. Bush (1988-1992), también republicano, quien
tuvo que hacer frente a una fuerte recesión económica, agravada por el enorme déficit
que le dejó Reagan. Las dificultades económicas explican que, pese a que Bush
contempló como presidente el fin de la URSS, el gran enemigo durante décadas, el
presidente republicano fracasara en su intento de ser reelegido en 1992. Los demócratas,
con Bill Clinton, retornaron a la Casa Blanca.
Durante todo el siglo, como resultado de la creatividad, iniciativa y trabajo arduo que la
libre empresa ha fomentado, combinada con controles gubernamentales estatuidos para
la protección tanto de los trabajadores como de los consumidores dio resultado a que
Estados Unidos se ha convertido en una de las naciones más ricas del mundo.
Gran Bretaña: Durante el siglo XIX el Reino Unido superó en renta per cápita a los
demás países europeos, superando ampliamente a Francia y Alemania que tenían rentas
similares entre sí. Siendo una de las principales potencias económicas del mundo.
37
Pese a la victoria, Inglaterra salió debilitada de la guerra. Invirtió 40.000 millones de
dólares en gastos militares, movilizó 7.500.000 soldados, sufrió 1.200.000 bajas y
adquirió una enorme deuda externa. La posterior depresión económica reavivó las
protestas obreras, cuya máxima expresión fue la huelga general de 1926. El gobierno
conservador declaró ilegal la huelga, pero no tomó medidas económicas para revitalizar
la industria.
En las elecciones de 1929, triunfaron los laboristas regresando al poder, pero fueron
arrastrados por la Gran Depresión, durante la cual el gobierno laborista se escindió por
las demandas de realizar recortes en el gasto público para mantener el patrón oro.
El 3 de setiembre de 1939, dos días después del ataque alemán a Polonia, Inglaterra
declaró la guerra a Alemania, iniciando su participación en la Segunda Guerra Mundial
(1939-1945). En mayo de 1940 se formó un gabinete de coalición presidido por Winston
Churchill. De 1939 a 1941 los grandes beligerantes fueron Gran Bretaña y Francia por
un lado y, por el otro, Alemania e Italia, esta última desde 1940. Como aliados menores
del nazismo participaron Hungría, Rumania, Bulgaria y Yugoslavia. En 1941, la Unión
Soviética, Japón y Estados Unidos ingresaron en la contienda. El 8 de mayo de 1945
Alemania firmó su rendición. Inglaterra, Estados Unidos y la Unión Soviética fueron los
grandes vencedores. No obstante, la guerra evidenció la declinación del Imperio
Británico y consagró la supremacía de Estados Unidos en los campos económico,
financiero, tecnológico y militar. La excelente y sólida relación entre Churchill con
Roosevelt aseguró el envío de suministros vitales desde los Estados Unidos al Reino
Unido a través de las rutas marítimas del Atlántico Norte (casi 10 000 toneladas de
ayuda por viaje, que algunas veces hundieron los alemanes ayudándose de la máquina
Enigma). La reelección de Roosevelt fue un alivio para Churchill, debido a que estaba a
favor de la ayuda a Gran Bretaña. Para ello se creó la ley de Préstamo y Arriendo.
Gracias a esta ley el presidente de los Estados Unidos podía autorizar la exportación de
material bélico a los países que considerara que eran importantes para la defensa de
Estados Unidos. El pago del material se realizaría una vez terminada la guerra.
En mayo de 1945, el gobierno laborista de Clement Attlee, que había ganado las
elecciones parlamentarias bajo el lema “Hemos ganado la guerra, ahora ganemos la
paz”, estatizó las minas de carbón, el Banco de Inglaterra y las industrias de hierro y
acero. Además sentó las bases para el establecimiento del estado del bienestar en su país
creando, entre otras, la asistencia sanitaria universal y gratuita en Reino Unido. Está
considerado como uno de los mejores primeros ministros, y como uno de los más
populares. A principios de la década siguiente el gobierno conservador revertiría esta
medida.
Posteriormente en el gobierno de Edward Heath (1970 – 1974) se tuvo que hacer frente
a la crisis del conflicto terrorista en Irlanda del Norte. La crisis económica dio al traste
con los intentos por reactivar la economía, lo que constituyó uno de sus fracasos
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fundamentales en política interior durante su gestión. Se enfrentó a huelgas en
empresas estatales clave (puertos, minas de carbón y el sistema ferroviario), que
desembocaron en la victoria del Partido Laborista en dos elecciones en 1974.
Transcurren dos años (1974 – 1976) bajo un segundo mandato de Harold Wilson, el cual
finalizó pronto debido a que el 16 de marzo de 1976, anunció su dimisión.
La nueva gobernante la cual ejerció como Primer Ministra durante los años 1979 –
1990, aplicó duras medidas para bajar la inflación y planes para reducir el papel del
Estado en la economía Los ejes de la política económica de Thatcher estuvieron
influenciados por los movimientos monetaristas y por economistas como Milton
Friedman. Junto con el canciller Geoffrey Howe, disminuyó los impuestos directos
sobre la renta e incrementó los impuestos indirectos. También aumentó las tasas de
interés para desacelerar el crecimiento de la oferta monetaria y así disminuir la inflación
e introdujo límites en efectivo de los gastos públicos y redujo las inversiones en
servicios sociales como la educación y la vivienda. La “Dama de Hierro” reformó el
sistema de impuestos local al reemplazar los impuestos domésticos basados en el valor
nominal de renta de una propiedad con el cargo comunitario o poll tax, en el cual todos
los adultos residentes pagaban una misma cantidad. El nuevo impuesto fue introducido
en Escocia en 1989 y en Inglaterra y Gales al año siguiente, y pasó a ser una de las
políticas más aborrecidas durante todo su mandato. El descontento público culminó en
una manifestación de más de 70.000 personas en Londres el 31 de marzo de 1990; las
huelgas cerca de Trafalgar Square acrecentaron las protestas por el poll tax con un saldo
de 113 personas lesionadas y 340 detenidos. El cargo comunitario fue abolido por su
sucesor, John Major.
En relación con la industria Thatcher estaba decidida a reducir el poder de los sindicatos
ya que acusaba a sus líderes de debilitar la democracia parlamentaria y el desarrollo
económico mediante las huelgas y protestas. Varios sindicatos entraron en huelga como
respuesta a la nueva legislación creada para disminuir su poder, pero la resistencia luego
colapsó. Sólo el 39 % de los trabajadores sindicalizados votaron por los laboristas en las
elecciones generales de 1983. La huelga de los mineros de 1984-1985 fue la
confrontación más importante entre un sindicato y el gobierno de Thatcher. En marzo de
1984, el Consejo Nacional del Carbón (NCB) propuso el cierre de 20 de las 174 minas
propiedad del estado, con el despido de 20 000 de los 187 000 mineros. Dos tercios de
los mineros británicos, liderados por la Unión Nacional de Mineros (NUM) bajo el
mando de Arthur Scargill, dejaron sus herramientas en protesta. Thatcher se negó a
cumplir las demandas de los sindicatos y comparó las disputas con los mineros con el
conflicto de las Malvinas, al declarar en un discurso en 1984: “Tuvimos que luchar con
el enemigo en el exterior en las Malvinas. Siempre tenemos que estar alerta del enemigo
interno, el cual es más difícil de combatir y más peligroso para la libertad”. Después de
un año en huelga, en marzo de 1985, el líder del NUM cedió sin lograr ningún acuerdo.
El coste para la economía fue estimado en al menos 1500 millones de libras y la huelga
fue responsable en gran parte de la caída de la libra esterlina frente al dólar
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estadounidense. En 1985 el gobierno cerró 25 minas de carbón y para 1992, la cifra ya
ascendía a 97; y las que continúan funcionando fueron privatizadas. Esto resultó en la
pérdida de 10 000 empleos y el efecto económico devastó comunidades enteras.
Respecto a su política exterior, mantuvo una actitud dura ante la Comunidad Europea y
alineamiento con Washington.
En 1989, tras la crisis del gobierno de Margaret Thatcher, que acabó con la
remodelación del gabinete, fue nombrado John Major como Ministro de Asuntos
Exteriores británico y el 25 de octubre de ese mismo año, la primera ministra le nombró
Ministro de Economía. En 1990, tras la dimisión de Thatcher, Major pasó a ocupar su
cargo, apoyado por ella y continuó en la misma línea que ella, aunque más conciliadora
con Europa.
Francia:
El auge industrial estuvo relacionado en parte con las innovaciones tecnológicas, cuyo
ejemplo por excelencia es el automóvil, sector aparecido en la transición de dos siglos y
del cual Francia se convirtió en el segundo productor mundial. Fue en esta época que
aparecieron las grandes empresas de esta industria, como Peugeot, Berliet o Renault. A
pesar de ello, el sector se mantuvo muy disperso: había 155 constructores de
automóviles en 1914. Si la innovación data del inicio del período, fue al final de este
que se presentó su verdadero boom: 45.000 automóviles fueron producidos anualmente,
mientras que solo 107.000 fueron inscritos en Francia. Asimismo, se desarrollaron
precozmente otras industrias, tales como la aeronáutica o el cine.
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Entre los sectores industriales recientemente surgidos, el eléctrico tuvo un crecimiento
importante en la época: su consumo se quintuplicó entre 1900 y 1913. Vinculadas con la
electricidad, se desarrollaron ciertas industrias metalúrgicas (el aluminio, cuya
producción se decuplicó entre 1900 y 1913) y químicas. Las industrias tradicionales
aprovecharon también la coyuntura: la metalurgia vio agrandarse su mercado por las
nuevas industrias, desarrollándose en particular en Lorena.
La agricultura, sector donde el crecimiento pasó de una tasa media anual de 0,1% entre
1860 y 1890 a una tasa de 0,9% entre 1890 y 1913, se benefició también de la
expansión económica.
Para 1914, Francia junto con los otros competidores de Alemania había entrado en una
carrera armamentista que, nuevamente, estimuló temporalmente el gasto, a la vez que
redujo el ahorro y la inversión. La Primera Guerra Mundial produjo un resultado
económico desastroso para todas las partes (excepto para Estados Unidos y Japón), no
solo para quienes la perdieron. Como lo predijo John Maynard Keynes en su libro post-
Conferencia de Versalles, las fuertes reparaciones de guerra impuestas sobre Alemania
no solo fueron insuficientes para reanimar la recuperación económica francesa, sino que
dañaron en gran medida a Alemania que era su gran socio comercial; por tanto, daño
también a Francia.
Francia debía devolver una deuda colosal a Estados Unidos. Para ello, contaba con las
fuertes reparaciones de guerra que había impuesto sobre la Alemania derrotada. Los
costos de la reconstrucción en el noreste del país eran considerables, sin embargo, el
flujo monetario de Francia hacia Alemania ampliaba mecánicamente el déficit comercial
y el franco se depreció.
Empeñados en mantener el mismo valor del franco, el Gobierno redujo el gasto del
Estado e impuso disminuciones en las tasas de arrendamiento, con la vana esperanza de
que una menor demanda provocaría una disminución de los precios suficiente para
restablecer la competitividad-precio. Simultáneamente, los Gobiernos llevaron una
política malthusiana y fueron al rescate de empresas en dificultades que no podían
permitirse colapsar; de esta manera, surgieron Air France en 1931 y la SNCF en 1937.
41
Asimismo, el Estado promovió las alianzas entre empresas que alejaran el riesgo de
quiebra, pero que limitaron el alcance de la deflación y perjudicaron los ingresos de los
consumidores.
En 1938, el Gobierno decidió realizar fuertes devaluaciones del franco (en mayo de ese
año, el franco valía 36% de su valor en 1928) y los Gobiernos de Daladier llevaron a
cabo una política económica liberal que aumentó el potencial de producción por medio
de una política de oferta que incentivó la inversión privada, liberó los precios, transfirió
los gastos de las obras públicas hacia los gastos militares. El cambio fue dramático: la
producción aumentó en un 15% entre noviembre de 1938 y junio de 1939, la inflación
se detuvo y el franco se estabilizó.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se tardó muchos años reparar las fuertes pérdidas
materiales, ya que las batallas y los bombardeos habían destruido ciudades, fábricas,
puente y vías férreas. En total, alrededor de un millón doscientos mil edificios fueron
destruidos o dañados.
El ejemplo francés fue uno de los casos más concretos de implementación de una
economía mixta. El líder de la Francia liberada, Charles De Gaulle, compartía con la
izquierda la concepción de que el papel del Estado debía ser mucho más activo. Las
nacionalizaciones fueron muchas, continuando una tendencia que se había iniciado con
la gran depresión en la cual se habían nacionalizado los ferrocarriles, la industria
aeronáutica y la de armamentos. En la posguerra fueron la industria automovilística, el
transporte aéreo, la minería de carbón, el gas, la electricidad, el Banco de Francia y
otros bancos comerciales, las que pasaron en manos del Estado. Así, el Estado se
convirtió en el principal productor y empleador del país, pero las nacionalizaciones no
implicaron una modificación de la estructura fabril y la mayoría de las empresas
conservó su autonomía.
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cemento, electricidad, transportes y maquinaria agrícola; más tarde se les sumaron el
petróleo y los fertilizantes. Los sucesivos planes cuatrienales se plantearon objetivos
diversos, desde la expansión de la industria pesada hasta la consolidación de beneficios
sociales para jubilados y asalariados de bajos ingresos, pasando por el desarrollo
científico y tecnológico. El plan Marshall creó las condiciones para la puesta en marcha
del primer plan, pudiéndose financiar las importaciones esenciales para el despegue y lo
dotaron de capitales para impulsar la industria pesada.
François Maurice Adrien Marie Mitterrand, sucesor de Valery Giscard fue presidente de
la República Francesa de 1981 a 1995. Es el presidente que más tiempo ha permanecido
en el cargo: catorce años. En los aspectos económicos, este primer mandato se
caracterizó en un comienzo momento por unas pocas estatizaciones, entre las que
destacan algunos bancos —solo Paribas entre los importantes— y algunos grupos
industriales como Rhône-Poulenc, Saint-Gobain, Thomson, y el grupo industrial Suez.
También se siguió una política de control de la inflación. Se produjo un significativo
aumento del desempleo y del déficit público y se emprendieron medidas impopulares:
en el Nord se cerraron o reconvirtieron la mayor parte de las minas de carbón, lo que
hizo crecer el descontento social. Durante su segundo mandato se instauro un salario
social (RMI) cuyo objetivo era asegurar la supervivencia incluso de los que no trabajan
ni tienen derecho a seguro de desempleo.
Para finales del siglo la deuda pública francesa aumentaba en grandes niveles, lo que
condujo a que actualmente se hayan privatizado grandes empresas, y la presión fiscal
sea de las más altas.
Suecia:
43
mercado doméstico: ingeniería mecánica, sector eléctrico, la industria del papel y la
textil.
El Estado fue muy activo durante el período que va de 1870 a 1914. Un aspecto de
importancia es que el gobierno y el Riksdag (el Parlamento) crearon diversas
instituciones con el propósito de hacer el “inventario” del país con el fin de prospectar y
encontrar todas sus riquezas y recursos naturales. Se fundó una organización estatal,
SGU, para las prospecciones geológicas, La prospección de minerales llegó a ser una
especialidad sueca y tuvo importancia tanto para la industria minera nacional como por
sus repercusiones en el exterior. Se creó además una organización para la investigación
marina, la hidrografía y la tecnología del agua. También se le asignó su propia
organización a la meteorología. La botánica y la zoología también recibieron apoyo, en
una búsqueda mixta de objetivos económicos y de ciencia aplicada, La medicina tuvo
sus propios estudios.
Esta fue también una época de grandes transformaciones en el seno de las universidades
y en el conjunto de la enseñanza superior. En épocas anteriores las universidades habían
estado dominadas por el Derecho y la Teología. Las dos universidades estatales, en
Upsala y Lund, eran remolonas y exhibían un claro retraso. Su objetivo era la educación
de profesores, burócratas y clérigos luteranos. En la década de 1870 comenzó a
observarse un gran cambio. El énfasis se desplazó con rapidez y drásticamente hacia las
ciencias. Incluso hubo un pequeño flujo de recursos que se filtró hacia la economía y las
ciencias sociales. Se crearon dos universidades privadas en Estocolmo y Gotenburgo.
Ambas pretendían ser instituciones modernas de educación.. y rehusaron enseñar
Teología y Derecho. En ambas ciudades se pusieron también en marcha universidades
politécnicas que pronto adquirieron gran importancia en la formación de ingenieros y
administradores de empresas. En Estocolmo se creó una escuela avanzada de negocios,
de carácter privado.
44
extranjera como forma de pago en el período de guerra ayudó al país a pasar de ser uno
de los mayores deudores del mundo a ser un acreedor neto después de la guerra.
Los años entre las dos guerras: al margen de éstas, Suecia logró mantenerse fuera de la
Primera Guerra Mundial. Durante los primeros dos años de la conflagración la
producción se incrementó muy rápidamente, hasta alcanzar un “peak” en 1916. El
superávit de exportaciones fue muy alto. Pero entonces la guerra cambió de carácter, y
Suecia fue afectada. Tanto las exportaciones como las importaciones cayeron. La
industria se encontró incapaz de adquirir las materias primas y otros insumos
necesarios. Hacia 1918 la producción industrial estaba un 25% por debajo del nivel de
1913. No obstante, Suecia tuvo una alta dosis de buena suerte. Al estallar la guerra, el
Riksbank había determinado que los billetes de banco no podrían seguir convirtiéndose
en oro; en lugar de generarse una salida de oro, lo que se produjo fue un gran flujo de
entrada, originado por el gran superávit de la cuenta corriente. De este modo, el
considerable monto de deuda externa que se había adquirido durante 40 años de
importaciones de capital pudo reembolsarse rápidamente a precios inflacionarios en
monedas depreciadas. Antes de la guerra, los pagos de intereses alcanzaban al 10% de
las exportaciones totales; al pagarse la deuda internacional, después de la guerra, los
intereses se hicieron insignificantes. Así, la neutralidad y la inflación internacional
aportaron a Suecia ganancias inesperadas, que sirvieron para incrementar el bienestar en
el período entre las dos guerras.
45
Esto significó para la moneda sueca una devaluación efectiva de 44% en relación al
dólar y al oro. Durante el resto de la década de 1930 la corona estuvo algo subvaluada.
Continuó existiendo un pequeño superávit en el balance de la cuenta corriente. La
tradición de inocencia monetaria persistió, junto con un patrón de crecimiento
razonablemente rápido y parejo.
Las exportaciones habían empezado acrecer con rapidez en 1949. Durante los dos años
siguientes su valor se duplicó. La combinación de una gran devaluación y el conflicto
coreano tuvo un marcado impacto sobre las exportaciones. El ímpetu exportador se
debió a la transición a una economía más normal. A medida que se descartaban las
regulaciones y controles se incrementaba la participación de las exportaciones en la
economía. Durante los años 60 continuó la liberalización comercial, en parte debido a la
creación de las dos uniones aduaneras (la Asociación Europea de Libre Comercio y el
Mercado Común Europeo), y en parte a causa de la disminución general de aranceles y
la supresión de controles e impedimentos comerciales entre las naciones industriales
occidentales. Entre 1946 y 1970, el volumen de las exportaciones suecas creció en más
de un 10% al año. El grupo más importante de exportaciones era el de productos de
ingeniería, en un sentido amplio. Quienes más crecieron dentro de este sector de la
ingeniería fue el de las exportaciones de automóviles (Volvo y Saab), que crecieron con
rapidez, especialmente durante la última parte del período. En 1966 las exportaciones de
automóviles superaron las importaciones del mismo rubro. Otro grupo exportador en
expansión fue el de productos de hierro y acero. El crecimiento de las exportaciones de
este sector comprendió principalmente productos más desarrollados de alta calidad.
46
El crecimiento económico sueco alcanzó su “peak” durante el período comprendido
entre 1950 y 1970. La producción industrial aumento en más de 6% al año y la mayoría
de los otros sectores creció a ritmos de entre 4 y 5%.
Una nueva característica distintiva fue el rápido crecimiento del sector gobierno; área
que se expandió a un ritmo anual de casi 6% durante la década de 1960. Este fue el
período en que el Estado benefactor se estableció definitivamente en su forma local.
En los años posteriores el gasto se reduce en relación al PIB porque este crece, se
reduce la deuda, que había aumentado puntualmente, porque se recupera la mayor parte
de la inversión vendiendo los activos aunque conservando parte importante de ellos, los
cuales hoy siguen dando beneficios al estado, el gasto público sin embargo continúa
aumentado en términos absolutos y en gasto per cápita, y el estado del bienestar se
mantiene prácticamente intacto durante y tras esta crisis.
47
muy distanciadas. Suecia llegó a reconocerse como el hogar de la democracia
igualitaria.
Australia:
A partir de la segunda mitad, y finales del siglo XIX, dos acontecimientos dan lugar a la
generación de un modelo de desarrollo en el orden mundial, basado en el
aprovechamiento de ventajas comparativas de la producción primaria: Por un lado, la
consolidación como mercados de los territorios colonizados y de aquellos que se
independizaron de sus metrópolis, los que se incorporan al comercio internacional sobre
la base de una política caracterizada por la ausencia o el limitado uso de restricciones, y
por otro, que en los países industrializados, se asiste a la segunda revolución industrial,
que se caracteriza por su proyección internacional. El progreso técnico, originado en la
acumulación de capital en la industria manufacturera, permite alcanzar una capacidad de
producción que desborda las fronteras nacionales y requiere de una mayor dimensión de
mercado para su continuidad. A la vez el aumento geométrico de la productividad,
consecuencia del progreso técnico, al no ser acompañado de un aumento paralelo de la
actividad económica, ocasiona la aparición de excedentes internos crónicos de mano de
obra, agravados por el flujo de la población desde las actividades primarias que no
pueden competir en costos con la producción similar importada.
La base de sustentación del modelo citado estaba constituida por la economía del Reino
Unido, que absorbía hacia 1900 el 18% de las importaciones mundiales,
fundamentalmente alimentos y materias primas, y actuaba como eje del sistema
multilateral de pagos. Este hecho le permitía disponer de importantes recursos
financieros, que se canalizaban en préstamos e inversiones para el desarrollo de la
infraestructura y los servicios ligados al comercio exterior en los países exportadores de
productos primarios.
48
producción y el comercio de ambas categorías de productos, así como la estabilidad de
sus precios relativos.
Otras reformas claves desarrolladas fueron: reducir unilateralmente los altos aranceles y
otras barreras comerciales; racionalizar y reducir el número de sindicatos; reestructurar
el altamente centralizado sistema de relaciones industriales y de negociación laboral;
mejor la integración de las economías de los estados en un sistema nacional federal;
mejora y estandarización de la infraestructura; y privatización de muchos de los
servicios gubernamentales y las utilidades públicas.
Con sus abundantes recursos, mano de obra capacitada y tecnología de punta, Australia
es líder en la industria minera global. Australia está entre los mayores productores de
bauxita, mineral de hierro y zinc, níquel y oro. Australia es también un importante
proveedor de energía, incluyendo carbón, gas natural y uranio. El sector minero
representó aproximadamente el ocho por ciento de la economía australiana en 2011. En
el mismo año los minerales y la energía representaron el 50 por ciento de las
exportaciones australianas. El sector está en expansión, impulsado por la gran demanda
de materias primas de las economías en crecimiento de Asia. El tamaño de nuestra
industria de recursos ha contribuido a hacer de Australia un líder mundial en el
desarrollo y la fabricación de equipamientos, tecnología y servicios mineros. Las
empresas australianas son competitivas en toda la cadena de abastecimiento, incluyendo
la exploración, la ingeniería, el procesado, el manejo del medioambiente, la seguridad
en mina, el entrenamiento y la investigación y desarrollo.
49
es sostenido por un récord de inversión en recursos, un sólido crecimiento en la
exportación de materias primas y una firme posición fiscal. El sector servicios
constituye la mayor parte de la economía australiana, que alcanza alrededor de tres
cuartas partes del producto bruto interno y cuatro de cada cinco empleos. Australia es un
importante centro financiero en crecimiento, con un sofisticado sector de servicios
financieros y un sólido marco regulatorio. Un proceso continuo de reforma para abrir
aún más la economía y afirmar su competitividad ha sido un ingrediente clave del éxito
de Australia.
Hablamos de universalismo para aludir a una concepción, según la cual todos aquellos
que participan de una categoría social son alcanzados por igual. Así, el discurso
universalista está dirigido a “todos” pero no a un “todos” empírico sino a un “todos” en
tanto sujeto. Esto explica el hecho de que en términos de teoría y filosofía políticas el
universalismo esté fuertemente asociado con la noción de ciudadanía. En cambio,
denominamos particularistas a las políticas sociales que fundan la protección en
características específicas de grupos que son considerados como merecedores de
beneficios o ventajas.
Dos similitudes y una diferencia respecto del principio universalista denotan también en
este caso la interpelación que constituye al sujeto que debe ser protegido y que también
se articula alrededor de derechos sociales. Pero hay una diferencia fundamental, y es
que esa interpelación no es a un todos genérico sino empírico y específico, que así
puede ser identificado como una categoría social diferenciada, a la que se le reconocen
méritos determinados como por ejemplo los trabajadores asalariados, o los de una cierta
actividad laboral y no de otros.
50
La legitimidad de esas políticas o instituciones aumenta con la diferenciación creciente
respecto de los otros grupos, esos méritos tuvieron distintas marcas hasta el presente: el
territorio, la fe y el oficio (el gremio), siendo que el predominio de este último aun sigue
vigente. A diferencia del enfoque político “a todos y por igual”, cuando se adopta la
perspectiva operativa la cobertura se circunscribe a indicar la parte de la población
alcanzada por una política o institución que se observe, sin confundir “cobertura total”
que no necesariamente significa que es a todos por igual. Esto explicaría lo
imprescindible de la distinción entre protección universalista y cobertura total de una
concepción universalista. De la protección se espera cobertura total, aunque podría
aceptarse que circunstancialmente no lo fuera si se estuviera en una transición hacia su
forma plena (a todos por igual). Pero respecto de la cobertura total, en cambio, el tema
es inverso: Se puede estar frente a una cobertura completa que sin embargo no sea
“universalista” sino diferenciada, si ella resulta de la sumatoria de protecciones
separadamente concebidas y diseñadas. En este último caso, es razonable pensar que la
desigualdad y la diferencia sean la nota dominante. Valencia y Foust señalan que “(…)
para analizar el grado de universalismo de las políticas sociales es preciso tomar en
cuenta la cobertura y la igualdad en los servicios ofrecidos por las instituciones”.
Retomando el camino del universalismo, hay que asumir que confronta con el
particularismo. Esto fue haciéndose evidente en el contexto de la relativa renovación de
ideas y del cuestionamiento neoliberal que el nuevo siglo trajo, cuando se pudo
constatar que no había tal esquema dual universalismo-focalización. En efecto, la
recuperación de la situación socioeconómica que América Latina vivió a principios de
siglo XXI, la dinamización de los procesos de movilidad, de recomposición del
consumo y de institucionalización de espacios de socialización principalmente, los
alimentados por la intervención pública, en simultaneo con el movimiento de lo que se
llamo “gobiernos progresistas”, dio lugar a una serie de modificaciones en las políticas
sociales que siguieron el patrón de expansión de la cobertura. En su arquitectura, se
registraron avances en servicios y mecanismos de aseguramiento para poblaciones que
carecían de ellos, pero sin que pudiera afirmarse que asistíamos a un “proceso de
universalización”, sino que más bien se veía atacar las fisuras de los regímenes
contributivos, para poder alcanzar cobertura universal y segmentada.
51
posibilidad de esa elección. Dicho de otra manera la calidad de las instituciones y de los
servicios en general juega un papel fundamental en el proceso por el cual la población
“ocupa” o “abandona” las instituciones. Como ejemplo, podemos ver que las dos
políticas sociales con mayor potencial de ciudadanización en la historia argentina la
educación pública, desde fines del siglo XIX a principios de los años 1970 y la salud
pública, entre 1940 y 1960 fueron fuente de ciudadanía precisamente porque capturaban
el interés de todas las clases: eran primera opción social y cultural, por ser la mejor en
su tipo.
52
reconocer que esos sectores trabajadores interponían un rechazo activo de fuerza
idéntica a la de los sectores medios.
En Argentina:
53
explican por la iniciativa estatal y desde sus inicios la política de educación publica
tenia pretensiones de alcance universal con reglas y recursos específicos. En 1884 se
instituyo la Ley Laínez, el Poder Ejecutivo quedo facultado para instalar escuelas en el
territorio nacional bajo las consignas de obligatoriedad, laicidad y gratuidad. El
resultado fue que la población analfabeta disminuyo un 80%, según el censo nacional de
ese año, además el proyecto educativo contemplo desde el comienzo la construcción de
instituciones de nivel secundario y terciario como colegios nacionales, escuelas
normales o universidades nacionales, orientadas a formar personas con conocimientos
especializados. En 1990 de casi los 9.5 millones de alumnos que concurrían a los 52 mil
establecimientos educativos el 67% lo hacía en el nivel elemental (primario y pre-
primario) el 21% en el secundario y el 12% lo hacía en la educación superior. A fines
de los años 80 el 79% de la matricula primaria correspondía a las provincias, el 19%
al sector privado y solo el 2% a establecimientos nacionales, en tanto el nivel
secundario estaba en jurisdicción nacional. El 26% respondía a las provincias y el
29%al sector privado, en tanto la educación universitaria respondía en un 90% a la
Nación y el resto estaba en manos privadas, mientras que la superior no universitaria,
que en general eran institutos de formación de maestros, era mucho más equilibrada: el
32% lo poseía Nación, el 37% la Provincia y el 31% el sector privado. Este sistema
institucional se regulaba por un sistema normativo desarticulado y antiguo. La ley que
consagraba a la educación como laica, gratuita y obligatoria fue dictada en 1884 en
donde estuvo vigente pero restringida en varios de sus aspectos. En tanto la educación
privada fue regulada a través de leyes distintas. Sin embargo el nivel pre-primario que
experimento una gran expansión en los últimos años no estaba comprendido en ninguna
ley nacional. Vale agregar que las fuerzas armadas cuentan con instituciones educativas
autárquicas las cuales actúan de manera independiente del resto del sistema. Una vez
establecida la democracia y luego de 10 años se sanciono una nueva ley federal de
educación. Esta Ley fija pautas generales para el funcionamiento del sistema, amplia el
ciclo educativo obligatorio a 10 años, ratifica los principios de gratuidad de la
enseñanza y fija compromisos de incremento de gasto en educación. En 1992 dispuso la
transferencia a las provincias los establecimientos nacionales de enseñanza media y
educación superior no universitaria. Por otra parte una porción importante de la
educación está en manos del sector privado el cual se financia directamente con
subsidios estatales, por ejemplo en 1945 el subsidio igualo el presupuesto total del
mantenimiento de las universidades públicas. Hacia 1985 el 62% de las escuelas
subvencionadas privadas eran de carácter religioso (en su mayoría católicos), Además
históricamente la educación privada se beneficio con subsidios y donaciones de terrenos
y edificios públicos. Por otra parte la infraestructura disponible en el sistema educativo
señalan falencias operativas: Según un relevamiento en 1980 el 42% de los edificios del
sistema educativo argentino fueron construidos antes de 1929. En 1980 el 70% de los
edificios era de propiedad fiscal y solo la mitad había sido construida como instalación
educativa, el 40% tenía aulas inadecuadas con carencias en iluminación ventilación, etc.
La caída de la inversión pública en la década de 1980 permite suponer que aun al día de
hoy estos problemas persisten. La mayor obsolescencia parece estar en los
establecimientos de nivel medio principalmente en las provincias más desarrolladas
donde la aparición del nivel secundario fue más temprano, sumado al problema de
concentración típico de las grandes ciudades, y la ausencia de medios idóneos y eficaces
de transporte especifico para los alumnos. El escaso nivel de inversiones determina que
la función de producción del sistema educativo este fuertemente concentrada en el gasto
en personal, superando el 85% del presupuesto destinado al área. De esta manera las
tendencias del gasto educativo como sus variaciones de corto plazo en gran medida se
54
vinculan con cambios en las políticas de empleo y salario del sector público o en las
condiciones fiscales generales, antes que con la respuesta a objetivos propios del
servicio educativo.
La tradición de la asistencia social con su origen en la tradición de las leyes para los
pobres, está caracterizada por la comprobación de los medios de vida y de los ingresos
que se tienen, estos sistemas no amplían propiamente los derechos a los ciudadanos.
Para recibir los subsidios, los demandantes al menos tendrán que satisfacer la condición
de estar enfermos, ser viejos o estar desempleados, sin embargo las condiciones suelen
estar ligadas al tipo de convenio con la seguridad social. Los principales ejemplos de
esta tradición son los primeros planes de pensiones de Escandinavia (Suecia y
Dinamarca), el sistema Británico de las prestaciones suplementarias, el sistema
americano SSI y prácticamente todo el sistema de protección social Australiano. Cada
país tiene algún tipo de asistencia social con comprobación de medios de vida o algún
sistema de ayuda a los pobres. Lo que más cuenta en este tipo de sistemas son las
restricciones de las comprobaciones de los medios de vida y de los ingresos y la
generosidad de los subsidios.
En Argentina:
55
4. 2. c) // Políticas de trabajo y previsión. El pleno empleo y la solidaridad
previsional:
En Argentina:
Hacia fines de la segunda mitad del siglo XIX se establecieron en Argentina las bases
para la construcción la visión moderna del Estado – Nación, sin embargo en el área
social la actividad pública siguió funcionando con las tradicionales características del
modelo de beneficencia. La aparición de las primeras instituciones de este tipo, como
por ejemplo la ley de compensación de accidentes de trabajo y la que en 1915 otorgo
beneficios jubilatorios a los trabajadores de ferrocarriles privados, se explica
principalmente como una iniciática estatal para contener otro tipo de reclamo social.
Otra muestra es la ley que en 1923establecia jubilaciones y pensiones para trabajadores
industriales, comerciantes y de servicios por otra parte se observa la oposición de las
agrupaciones de trabajadores a las disposiciones con respecto al aporte del trabajador
como fuente de financiamiento del sistema. Todo ciudadano que realice una actividad
laboral remunerada salvo que aporte a otro de los regímenes obligatorios. Las
prestaciones que otorga el sistema son:
Jubilación ordinaria.
Jubilación por edad avanzada.
Jubilación por invalidez.
Pensión por fallecimiento.
Subsidio por sepelio.
Para acceder a la jubilación a partir de los 60 los hombres y 55 las mujeres los
trabajadores en relación de dependencia deben acreditar 30 años de servicios de los
cuales deben ser con aportes. Si bien la normativa general al momento de su sanción
suprimió las leyes especiales entonces vigentes, actualmente existen numerosos grupos
que gozan de excepciones en los requisitos de edad, aportes y cálculos de haber. La
legislación en materia de trabajo insalubre ha sido permisiva otorgándose numerosas
facilidades a grupos laborales de fuerte peso político dentro del estado (como
ferroviarios o docentes). A pesar de que generalmente se ve al aporte previsional como
una capitalización individual de aportes en los hechos hace más de tres décadas que este
funciona mediante un reparto simple de los ingresos corrientes. Solo la caja de los
trabajadores dependientes del sector privado se autofinancia el estatal es solidario. Esta
situación no solo refleja las tendencias del mercado laboral argentino y los
consiguientes problemas para lograr la universalidad mediante esquemas de seguro
56
social, sino que es también resultado de la aplicación de mecanismos permisivos de
acceso al sistema mediante blanqueos, moratorias y la complementariedad entre cajas
que facilitan la jubilación por la de autónomos.
Este programa está hecho para cubrir a los trabajadores dependientes. La administración
del mismo se hacía a través de las cajas de comercio y de industria. Si bien estas cajas
son entidades privadas, administradas por representación igualitaria de patrones y
obreros, estuvieron la mayor parte del tiempo intervenidos por el Estado. Tiene a su
cargo el manejo de un fondo compensador que cubre las diferencias entre la
contribución patronal fija sobre la nomina salarial y las asignaciones que los
empleadores abonan periódicamente a su personal. En tanto el estado paga
directamente las asignaciones correspondientes a su personal, y desde 1974 se
incorporo como beneficiarios a los pasivos de las cajas para trabajadores privados,
tanto dependientes como autónomos. Luego en 1981 se traslado el pago de las
asignaciones familiares de los pasivos del Estado. Debido a la incorporación de los
pasivos como beneficiarios dentro de los últimos 18 años los perceptores titulares de las
cajas aumentaron 94%. Esta situación sumada a la permanente transferencia de fondos
desde el as cajas hacia otros programas sociales fue deteriorando el valor real de los
beneficios y su peso relativo en el total de los ingresos de los asalariados. Las
asignaciones familiares actualmente vigentes se agrupan en:
Periódicas mensuales.
Periódicas anuales.
No periódicas.
Dentro de las periódicas mensuales se agrupan las asignaciones por cónyuge: hijos (de
15 a 21 si estudia), familia numerosa (se subsidia por cada hijo a partir del tercero) y
pre-escolaridad primaria, media y superior (por cada hijo concurrente de manera regular
a establecimientos de enseñanza estatal en esos niveles). En el grupo de las periódicas
anuales se agrupan las ayudas complementarias de vacaciones y la ayuda escolar
primaria. Por último en el grupo de las no periódicas, se agrupan la asignación prenatal,
que se otorga durante los nueve meses anteriores al parto a la mujer embarazada o para
el trabajador cuya mujer no trabaja.
57
mientras tanto los indicadores de pobreza por ingresos insuficientes crecen en forma
significativa. Según estimación de UNICEF en la década del 1990 la población menor
con necesidades especifica de atención preventiva alcanzaba los 2.4 millones (o sea un
tercio de la población de entre 6 y 18 años) mientras que se calculaba en 6000 el
número de niños en la calle. Entre las estrategias de intervención puede encontrarse
desde la clásica segregación en el asilo o internado hasta otras políticas más
preventivas. Dentro de este grupo pueden encontrarse los programas de “amas
externas”, de familias sustitutas y menores entregados para adopción que pese a su
implementación en total solamente cubrieron a unos 500 menores al año. Por otra parte
existen también, en menor proporción, programas para los ancianos en situación de calle
como también programas de ayuda a los discapacitados. Luego del retorno a la
democracia, los programas asistenciales que mas repercutieron son el de promoción
social nutricional y el plan alimentario nacional (PAN). En el primer caso, el objetivo
básico era mejorar el nivel nutricional de los niños en edad pre-escolar y escolar,. En
tanto el PAN creado en 1984, pretendía enfrentar la situación de la población con
deficiencias alimentarias agudas y se implementa mediante la distribución de “cajas de
alimentos” no perecederos siendo que para 1984 el plan incorporaba 907 mil familias
aumentando su número para el periodo 85 – 88 en 1.4 millones.
Política de vivienda:
El déficit habitacional en Argentina para los años 90 fue estimado en casi 3 millones de
unidades, lo que correspondía al 35% de los hogares del país. Este déficit tiene
características y niveles distintos de gravedad Por un lado, se encuentran las viviendas
que por el tipo y calidad de los materiales utilizados son irrecuperables y deben ser
reemplazadas por un unidades nuevas (esto comprende unas 900 mil viviendas). Por
otro lado, la mitad del déficit total corresponde a viviendas inadecuadas pero
recuperables en tanto e mejoren instalaciones tales como las sanitarias. La política
pública en materia de vivienda se realizo mediante dos instrumentos principales:
El fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI)
Banco Hipotecario Nacional (BHP)
En lo que respecta al FONAVI, sus recurso provenían casi exclusivamente de una
alícuota del impuesto al salario y los recuperos de crédito fueron casi insignificantes.
EN tanto la operatoria del BHN se dirigió tradicionalmente a los sectores de ingresos
medios, financiando obras nuevas, individuales, otorgando crédito para refacciones,
ampliaciones, terminaciones e incluso la adquisición de unidades usadas.
Originariamente, sus fondos se obtenían mediante la emisión de cedulas hipotecarias
que se negociaban en el mercado de capitales. Esta política del BHN, junto con el
elevado costo de construcción de las viviendas del FONAVI, los mecanismos de
contratación y el no cumplimiento de los pasos de obras fueron motivo de fuertes
críticas concluyendo en la supresión de las políticas de vivienda en Argentina
Las respuestas políticas del Estado frente a la inmigración afectan las construcciones
sociales que se elaboran alrededor de sus características y su función social, así como
las representaciones de los distintos actores sociales sobre los inmigrantes influyen en la
elaboración y aplicación de las políticas migratorias. A lo largo de más de un siglo de
58
inmigración en Argentina podemos distinguir en el discurso dominante dos perspectivas
que coexisten en el imaginario social actual: los inmigrantes como “aporte” o
“contribución” por un lado y como “amenaza” por el otro, lo cual configura, la frontera
que separa a aquellos que son admitidos de los que son rechazados, ya sea para ingresar
al territorio o para formar parte de la nación. De acuerdo al grado de aceptación o se
han construido en el discurso político categorías como “inmigrantes deseables” e
“inmigrantes indeseables” respectivamente. En la actualidad, las advertencias acerca de
la “amenaza” que puede constituir la inmigración para la sociedad receptora aparecen
también en distintos países tradicionales o recientes de inmigración, lo cual muestra
claramente la proliferación de argumentos xenófobos sostenidos por la llamada Nueva
Derecha. En distintos contextos marcados por el auge del neoliberalismo, se han
desplegado en contra de la inmigración argumentos de carácter económico, referidos
principalmente a la competencia entre locales e inmigrantes en el mercado de trabajo y
el aumento de las tasas de desempleo, y se han esgrimido otros de carácter político en
nombre de la uniformidad cultural, la identidad nacional, la cohesión social y/o la
democracia. También hay que considerar que como reacción a estos ataques
conservadores, se han multiplicado aquellas organizaciones dedicadas a luchar contra la
discriminación étnica y a favor de los derechos de los inmigrantes. En la Argentina, la
noción de inmigrante, tuvo desde su momento fundacional una connotación positiva.
Esta visión positiva de la inmigración estuvo asociada a la imagen de los inmigrantes
como “agentes de civilización” y “fuerza de trabajo”. Esto ocurre en un período
histórico caracterizado por un desarrollo capitalista dependiente basado en la afluencia
de capital y mano de obra extrajera y sostenido por una estrategia agro-exportadora,
donde se sanciona la Ley de Inmigración de 1876 conocida como Ley Avellaneda, a
través de la cual se canalizarán el flujo migratorio hacia la Argentina y el proceso
colonizador. Con posterioridad, los inmigrantes dejaron de ser “laboriosos” para
volverse “potencialmente peligrosos”. A principios del siglo XX, con el crecimiento de
la participación de los inmigrantes en la formación de asociaciones obreras y
movimientos políticos socialistas y anarquistas la figura del inmigrante se torna para las
clases dirigentes una amenaza al orden social. Para los inmigrantes que fueron
expulsados del país por motivos políticos a principios de siglo y para “potenciales
subversivos” se reservaba el rótulo de “extranjero”. El carácter autoritario y represivo
de estas leyes se actualizará a partir de la década de los sesenta durante la dictadura de
Onganía y con la última dictadura militar, cuando se institucionaliza la Doctrina de
Seguridad Nacional con la Ley General de Migraciones y Fomento de la Inmigración,
conocida también como Ley Videla. Esta normativa, reduce a su mínima expresión los
derechos del migrante habilitando la detención sin orden judicial, así como los
allanamientos de hogares donde se sospechaba que se encontraban migrantes
irregulares, obliga a denunciar a aquellos extranjeros sin la documentación requerida
para residir en el país, restringe el acceso a la salud, educación y trabajo a los migrantes
en situación irregular, y limita las posibilidades de realizar trámites de radicación a
aquellos migrantes que deseaban hacerlo una vez instalados en el país. Las respuestas
políticas a la inmigración también aparecen en otros ámbitos estatales. La educación
pública, junto al servicio militar y el voto obligatorio, fue concebida por el Estado y las
clases dirigentes como un instrumento necesario para conseguir no sólo la
nacionalización, sino también la “argentinización” de los inmigrantes. A fines del siglo
XX, durante la década de los noventa, resurge con intensidad la figura de la inmigración
como amenaza. Desde determinados ámbitos del Estado, especialmente aquellos más
próximos a la problemática migratoria, se buscó asociar los problemas sociales y
económicos a la inmigración, encontrando en los inmigrantes limítrofes los
59
responsables de aquellos efectos provenientes en realidad de las reformas económicas
implementadas en Argentina bajo el paradigma neoliberal. La consecuencia política fue
la implementación de medidas administrativas de carácter restrictivo dirigidas a la
inmigración limítrofe, aunque no prosperó el establecimiento de una ley migratoria más
estricta, se consiguieron mayores detenciones y expulsiones de inmigrantes de los países
vecinos. El crecimiento de la llamada migración ilegal o irregular fue uno de los
resultados de la implementación de estas medidas restrictivas y represivas, actuando el
Estado como productor de “ilegalidad”. Esta es una de las maneras en que el Estado
participa en la producción de desigualdad y exclusión social y marca los límites de
inserción de los inmigrantes en la sociedad receptora. En los inicios de la presente
década se generan ciertas condiciones favorables para la aprobación de una nueva ley de
migraciones, fundamentada en la necesidad de poner fin a la vigencia de la Ley Videla y
definir las bases fundamentales para una política migratoria y poblacional para la
Argentina de cara a las nuevas realidades del contexto regional e internacional. En
términos generales, asociada a una visión positiva de la inmigración, quizás se pueda
inscribirla en la perspectiva de la “contribución”, se adoptan elementos del discurso
pluralista a la vez que se acotan las prácticas que puedan afectar la unidad social y la
unidad nacional. La nueva ley de migraciones contempla el reconocimiento de los
derechos sociales, políticos, económicos y culturales de los migrantes y establece una
serie de acciones que facilitan la admisión, el ingreso y la permanencia de los migrantes
así como su acceso a servicios sociales básicos como salud, educación, justicia, trabajo,
empleo y seguridad social. Se genera con esta normativa el resultado de la participación
de organismos del Estado, organismos de derechos humanos, representantes de
colectividades de inmigrantes, sindicatos e iglesias.
5. Aspectos institucionales.
5.1 Sus concepciones.
)c El constitucionalismo social.
)d Los derechos sociales.
5.2 Sistema institucional.
)c Organización constitucional: La preferencia por el parlamentarismo y el
protagonismo de los partidos políticos.
)d Participación política: El sufragio universal, libre y secreto; inclusión
de nuevos sectores.
5. 1. a) // El constitucionalismo social:
Antecedentes históricos:
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ideológico de los derechos llamados "de primera generación" o derechos civiles y
políticos, con el valor libertad como piedra basal del denominado constitucionalismo
clásico.
El poder resulta de la concesión de parte de sus libertades que hacen las voluntades
personales al Estado, que no se extiende más que a lo necesario para la organización de
la justicia y la protección económica individual, la coordinación de las libertades
individuales para el bien común. Una verdadera revolución del fundamento del poder.
Así, al absolutismo monárquico se opone la soberanía popular, la voluntad libre de las
partes que acuden al contrato. Se hace hincapié en la necesidad que las reglas de juego
se plasmen en un texto organizado y sistematizado, pergeñando así la idea moderna de
Constitución.
Constitucionalismo Social:
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Contrato de trabajo protegido por el Estado.
Pero sin abolir los derechos individuales de los cuales siguen gozando de la protección
del Estado, pero subordinados al bien común.
Pasados dos años del golpe del 55, la situación de los partidos políticos, mostraba al
peronismo prohibido, proscrito y reprimido, con muchos de sus dirigentes y militantes
presos o en el exilio. Dentro del radicalismo, la unidad ideológica no era demasiado
sólida, lo que llevaría a la fractura, dividiéndose en la Unión Cívica Radical
Intransigente (UCRI) y la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP).
62
¿Cómo se llego al Artículo 14 bis?:
Se sanciona el artículo 14 bis. Una vez que la Asamblea declaró que se encontraba en
vigencia de la Constitución de 1853, resultó evidente que una parte considerable de los
convencionales que permanecieron en la Asamblea, no estaba realmente interesada en
producir reformas, sobre todo aquellas relacionadas con la economía, los servicios
públicos y el derecho de propiedad. Varios convencionales y medios de prensa
cuestionaron a la Comisión de Reforma por haber redactado un texto similar al célebre
artículo 40 de la Constitución peronista, que establecía restricciones a los monopolios
privados, garantizaba la propiedad pública de las fuentes de energía y establecía la
obligación del Estado de prestar los servicios públicos.
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5. 1. b) // Los derechos sociales:
GENERACIÓN
ÉPOCA DE TIPO DE VALOR QUE FUNCIÓN
DE EJEMPLOS
ACEPTACIÓN DERECHOS DEFIENDEN PRINCIPAL
DERECHOS
Derechos Civiles:
Derecho a la vida, a
Limitar la acción
la libertad, a la
del poder.
Civiles y seguridad, a la
Garantizar la
Primera S. XVIII y XIX
políticos
LIBERTAD participación
propiedad…
Derechos Políticos:
política de los
Derecho al voto, a
ciudadanos.
la asociación, a la
huelga…
Derecho a un
Justicia, paz y Promover
medio ambiente
Tercera S. XX y XXI SOLIDARIDAD relaciones pacíficas
limpio, a la paz, al
solidaridad y constructivas
desarrollo…
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pueblos y las personas de todo el mundo. Su función es la de promover unas
relaciones pacíficas y constructivas que nos permitan afrontar los nuevos retos a los
que se enfrenta la Humanidad. Entre los derechos de tercera generación podemos
destacar los siguientes: el derecho a la paz, el derecho al desarrollo y el derecho a un
medio ambiente limpio que todos podamos disfrutar.
¿De dónde vienen los derechos sociales?:
Como su nombre indica, los derechos sociales van ligados al concepto de sociedad, es
decir, necesita de la existencia de una sociedad, de grupos organizados en los que cada
persona desempeña unos roles y ocupa un lugar que le es reconocido por sus
semejantes, para poder existir.
La gran mayoría de las constituciones que se redactaron a finales del siglo XVIII y
principios del XIX incluyen algunos de los derechos sociales básicos, aunque aún
faltaba un largo recorrido para su reconocimiento e institucionalización.
No fue hasta los inicios del siglo XX, tras la Primera Guerra Mundial, cuando se logró
un cierto consenso sobre la importancia de estos derechos y su alcance.
Finalmente, todos estos avances sirvieron como base para el reconocimiento de los
Derechos Sociales, Económicos y Culturales que se incluyeron en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948.
Vemos en el Pacto de San José de Costa Rica otro ejemplo de como se plasman los
mismos y obliga a todos los estados partes no solo a respetar sino también al hacer
cumplirlos:
Preámbulo (PSJCR): Reiterando que, con arreglo a la Declaración Universal de
Derechos Humanos, sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del
temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar
de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos
civiles y políticos, y considerando que la Tercera Conferencia Interamericana
Extraordinaria (Buenos Aires, Argentina, 1967) aprobó la incorporación a la
propia Carta de la Organización de normas más amplias sobre derechos
económicos, sociales y educacionales y resolvió que una convención
interamericana sobre derechos humanos determinará la estructura, competencia y
procedimiento de los órganos encargados de esta materia, han convenido en lo
siguiente:
CAPITULO III // Derechos económicos, sociales y culturales // Artículo 26:
Desarrollo progresivo: Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias,
tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los
derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación,
ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los
recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.
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Como ya introducimos anteriormente, los derechos sociales se encuentran en los de
segunda generación.
¿Qué es el parlamentarismo?:
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A) Mayor profundidad democrática.
B) Favorece los consensos.
C) Reforzamiento del rol de los partidos políticos.
D) Flexibilidad ante la crisis.
E) Mayor eficacia.
D) Flexibilidad ante las crisis: El sistema parlamentario ofrece una mayor flexibilidad
política dado que cualquier crisis da lugar a un simple cambio de gobierno, sin que se
erosione las instituciones del sistema. También puede entender como la flexibilidad de
adaptarse a los cambios de opinión del electorado y diversas situaciones políticas que se
pueden presentar.
Como podemos ver no en la actualidad no solo hay parlamentarismo sino otras formas
de gobierno que derivan de ella o tienen su esencia. Veamos bien las diferencias entre el
parlamentarismo y el presidencialismo.
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Cuando se realiza un análisis de las distintas formas de gobierno, es difícil escapar a la
tentación de extremar las virtudes de una y los defectos de la otra; particularmente
cuando se efectúa un estudio comparado, de tal manera que el resultado obtenido no
representa una comparación objetiva. Con la finalidad de evitar ese riesgo.
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para adecuar el presidencialismo a las condiciones específicas de las naciones de
América Latina. Así Giovanni Sartori propone para el caso de México: el
presidencialismo alternativo o presidencialismo intermitente. Este sistema se basa en
poner a funcionar los dos motores de forma sucesiva. En él, los dos motores se eligen al
mismo tiempo y por el mismo periodo. El sistema inicia como parlamentario, si
funciona bien puede continuar con las mismas características, si no es así, entonces se
enciende el motor presidencial y reviste las características de este sistema. Sartori señala
que su formula descansa en los siguientes acuerdos estructurales: a) El parlamento que
se acaba de constituir elige un gobierno (legislatura de 4 ó 5 años), lo que implica que el
sistema funcionará con las reglas del sistema parlamentario, b) Si el gobierno
parlamentario no funciona, entonces se cambia a uno presidencial “fuerte” por el resto
del periodo de la legislatura; es decir, el presidente se convierte en jefe de gobierno, c)
Los periodos del presidente (elegido directa o indirectamente por el sufragio de una
mayoría absoluta o en una segunda vuelta) y del Poder Legislativo coinciden. El
presidente puede ser reelecto sin ninguna limitación. d) En el periodo parlamentario, el
presidente tiene las funciones de un jefe de Estado parlamentario, e) El presidente tiene
una legitimidad “reservada”, y si el sistema parlamentario funciona bien, no será
necesario alternar a uno presidencial. f) El gobierno parlamentario, con tal de conservar
el poder, será “más efectivo y emprendedor”. g) Los cargos parlamentarios y los
ministeriales son incompatibles entre sí, para evitar que el presidente pueda compensar
a los legisladores que lo hayan ayudado a encender el motor presidencial. h) El
presidente intermitente termina su periodo al mismo tiempo que la legislatura y no
puede ser presidente presidencialista al inicio de cada legislatura. i) Si se prende el
segundo motor porque no funcionó el parlamento, entonces es probable que sea un
presidente fuerte pero sólo de dos a tres años.
Sufragio universal:
Tomaremos dos puntos históricos para explicar esto ya que como todo acontecimiento
político, varia dependiendo de las sociedades. Miguel Ángel Cárcano en su libro Roque
Sáenz Peña: la Revolución mediante los comicios, desde una perspectiva sociológica, lo
define así: La máquina electoral no fue una invención argentina. En España funcionaba
sin tropiezo y en Francia con suficiente eficacia. En los países sudamericanos se emplea
regularmente. El propósito de la máquina es asegurar la continuidad del mismo partido
por la elección de candidatos oficiales. Con ella, la mayoría de los gobernantes impone
su sucesor. La ley construye las piezas esenciales y los funcionarios perfeccionan sus
movimientos. La máquina electoral es impersonal. Obedece siempre al gobernante. Por
más cuidado que ha puesto su constructor, sus resortes no le obedecen si otro ejerce la
autoridad.
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Fue la reforma política más importante en doscientos años de vida argentina, la cual
divide la política en un antes y un después. Es que si bien fue una reforma electoral,
produjo importantes consecuencias políticas. Sin modificar la Constitución Nacional ni
la composición de la Suprema Corte –que mantuvo absoluta estabilidad en cuanto a
cantidad de integrantes, mecanismo y forma de elección de sus miembros entre 1862 y
1947–, y sin que hubiera sufrido un cambio el Congreso de amplia mayoría
conservadora, se produjo una transformación política sustancial cuyas bases continúan
vigentes hoy. El voto universal, secreto y obligatorio establecido por dicha ley es la base
del sistema electoral argentino. Esta base no se ha alterado y ningún actor político
relevante plantea hoy su modificación.
Las juntas escrutadoras de votos eran las encargadas del recuento de las votaciones,
reuniéndose en la Cámara de Diputados de la Nación o en la Legislatura,
constituyéndose dichas juntas en cada capital de provincia, integrada por el presidente
de la Cámara Federal de Apelaciones, el juez Federal y el presidente del Superior
Tribunal de Justicia de la Provincia. En la capital de la república la integró el Presidente
de la Cámara Civil.
La primera aplicación de la ley fue en abril de 1912, en Santa Fe y Buenos Aires. Las
primeras elecciones presidenciales realizadas bajo el sistema de la ley ocurrieron en
1916, cuatro años después de su sanción, y resultaron el triunfo del candidato por la
Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen, la principal fuerza opositora al Partido
Autonomista Nacional y que hasta entonces no había accedido al poder.
Contexto histórico:
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En 1902 se produjo en la República Argentina una división en el gobernante Partido
Autonomista Nacional (P.A.N.) en torno a la sucesión del dos veces presidente Julio
Argentino Roca. La "junta de notables", instaurada desde 2289 como riñón no formal de
selección del candidato presidencial del partido dominante, se fracturó en torno a la
decisión de Roca de impulsar al abogado Manuel Quintana y al compromiso de postular
al expresidente Carlos Pellegrini en la elección.
Bernardino Rivadavia fue el impulsor de la Ley de Sufragio Directo que sancionó por
primera vez el voto directo y universal en el Río de la Plata.
En la región sur de los pueblos libres, en el territorio de Buenos Aires, el derecho del
sufragio tuvo una evolución histórica diferente. Con la desaparición del Directorio,
como órgano central de gobierno, la desorganización, la falta de desarrollo y protección
del comercio y la vulnerabilidad militar de las familias acomodadas de la ciudad y de
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los ganaderos de la campaña frente a los pueblos originarios situados al sur y los
caudillos del litoral, llevó a los pobladores a constituir un estado provincial autónomo.
Así surgió la Provincia de Buenos Aires.
Bajo las políticas liberales del gobernador Martín Rodríguez se instituyó un esquema de
gobierno representativo basado en un sufragio amplio y directo; reestructurando el
espacio político territorial por medio de la participación política de la campaña a través
del voto y suprimiendo los cabildos. Con estos mecanismos, se buscaba crear una
participación más vasta para evitar el triunfo de facciones minoritarias que asumieran el
poder y, por otro lado, la realización de asambleas que cuestionaran la legitimidad de las
elecciones, así como del nuevo poder provincial creado. La universalidad del voto se
estableció sin conflicto puesto que la elite y la clase dirigente supusieron que su
aplicación traería disciplina y orden en un espacio altamente movilizado luego de la
guerra de independencia.
Después del paso a una base per cápita y absoluta, más negros fueron elegidos para
cargos políticos durante el período de 1865 hasta 1880 que en cualquier otra época en la
historia americana. Aunque ningún estado eligiera a un gobernador negro durante la
Reconstrucción, varias legislaturas estatales estaban efectivamente bajo el control de un
sustancial número de votantes afroamericanos. Estas legislaturas trajeron programas que
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son considerados actualmente parte del deber del gobierno, pero entonces eran
radicales, como la educación pública universal. También hicieron a un lado todas las
leyes con prejuicios raciales, incluso aquellas que prohibían el matrimonio interracial
(llamadas leyes de antimestizaje).
Antes de los años 1890, muchos estados del sur tenían rigurosas leyes de calificación de
votantes, incluso pruebas de alfabetismo e impuestos. Algunos estados hasta hicieron
difícil de encontrar un lugar para registrarse para votar.
La obtención del voto femenino suele asociarse a una conquista del peronismo, con
Evita a la cabeza. Lo cierto es que este derecho se conquistó luego de una extensa, y
nada fácil, lucha de militantes socialistas y feministas en nuestro país y en el mundo. De
hecho, cuarenta años antes, el 26 de noviembre de 1911 Julieta Lanteri, luego de varios
intentos previos, logró votar en la ciudad de Buenos Aires, aunque no pudo lograr
extender en ese momento ese derecho para todas las mujeres. Luego de esto, se
sancionó una ordenanza que prohibía explícitamente el voto femenino, con el
argumento de que para empadronarse era necesario el registro del servicio militar.
La lucha por los derechos civiles de las mujeres y el voto femenino se remonta muchos
años atrás. En Gran Bretaña y Estados Unidos surgieron importantes movimientos
sufragistas donde las mujeres se movilizaron exigiendo sus derechos. Esta lucha no
estuvo ajena a las cuestiones sociales de la época ni a la lucha por los derechos de los
trabajadores. Esto incluso significó divisiones, por ejemplo, al interior del movimiento
inglés. Es el caso de Emmeline Pankhurst y su hija. Con el estallido de la Primera
Guerra Mundial, las diferentes posiciones hicieron que Sylvia Pankhurst rompiera con
la Unión fundada por su madre, quien llamaba a las mujeres a movilizarse por el
derecho al voto pero con un contenido patriótico. Su hija en cambio no estaba de
acuerdo en brindar su apoyo al gobierno británico en la guerra mundial.
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En Argentina también desde principios del siglo pasado militantes feministas y
socialistas compartieron sus luchas por los derechos civiles y los derechos laborales.
Una de las figuras destacadas fue Julieta Lanteri, quien ya mencionamos por haber sido
la primera mujer en poder emitir su voto. Junto con la socialista Alicia Moreau funda el
Centro Feminista, primera organización que luchó explícitamente por los derechos de
las mujeres. Lanteri, lejos de remitir su lucha solamente al voto, tomaba la lucha por las
condiciones de trabajo de las mujeres, el derecho al divorcio, luchaba contra proxenetas
y contra la intromisión de la Iglesia en la vida de las personas. Comprometida en la
lucha de las trabajadoras, en 1912 las lavanderas de La Higiénica la nombran su asesora
frente a la patronal.
Será recién en 1947, con la primera presidencia de Perón, cuando se sancione la ley del
voto femenino. Eva Duarte, que hasta ese momento no había tenido la menor
preocupación por este tema, fue quien presidió la Comisión Pro Sufragio. El (reciente)
interés del peronismo por esta cuestión tenía sus razones. La mujer argentina se había
incorporado masivamente al mercado laboral, de ahí que la política de contención de
este movimiento no podía seguir excluyendo a millones de mujeres de los derechos
civiles. De hecho, el voto femenino le permitió ganar, por ejemplo, en la ciudad de
Buenos Aires, un distrito altamente opositor. El 64% del padrón de mujeres votó por la
fórmula Perón.
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