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NAHÚN, LA BOCA JUSTICIERA DE YAVÉ


VALMOR DA SILVA
Resumen:
La profecía de Nahún traduce el grito de liberacion sofocado desde hace mucho en la garganta
de los pueblos oprimidos, explotados, despojados. Imagine las colonias despojadas de sus riquezas por
los dominadores. Vea la sangre de los pobres, succionada impiadosamente por grupos poderosos. Mire
las personas simples, honestas, trabajadoras, víctimas del hambre y de la miseria, del odio y de la
explotación, de la violencia y de la tortura. ¡Y es gente de fe! De estas personas es portavoz el profeta
Nahún.
Abstract:
The prophecy of Nahum translates the cry for liberation long since choked in the throat of the
oppressed, exploited and plundered peoples. Imagine the colonies stripped of their riches by the
dominators. See the blood of the poor sucked impiously by the powerful groups. Look at the simple
people, honest, workers, victims of hunger and misery, of hate and exploitation, of violence and
torture. They are people of faith! It is for these people that Nahum is spokesman.

"Oráculo sobre Nínive" (1,1)


Nínive era la capital del poderoso imperio asirio, localizada en las márgenes del río Tigris.
Ciudad sin rival, protegida con fortificaciones, ostentaba suntuosos palacios y templos, abrigaba la
famosa biblioteca de Asurbanipal, acumulaba una riqueza incalculable. El imperio asirio se expandió y
se esmeró en la violencia. Hacía más de un siglo que subyugaba a Judá con pesados tributos. Desde 722
había borrado del mapa a Israel, destruido a Samaria y deportado la poblacion.
Las fuerzas asirias invadían territorios ajenos, devastaban las tierras, destruían las plantaciones
y transplantaban multitudes de prisioneros hacia otras tierras. Con esta mezcla de pueblos cortaban
cualesquiera raíces culturales, religiosas y familiares.
Los asirios se sentían llamados a dominar el mundo por la fuerza y por el terror. Imaginaban su
imperio eterno, indestructible. Consideraban esto una misión del dios de la guerra, Asur, representante
de la destrucción y del exterminio. El rey asirio, como vengador de este dios, se consideraba dueño de
todos los pueblos. Como emisario de un dios vampiro, debía saciar tambien él su sed de sangre, en la
piel de todas las naciones subyugadas.
Las revueltas constantes de los pueblos dominados eran reprimidas con exceso de crueldad. La
tortura fue la triste especialidad de este imperio. Algunos ejemplos de violencia son evidenciados por
los estudiosos. Los asirios empalaban a prisioneros vivos, crucificaban, quemaban, cortaban la cabeza,
manos y pies. Cortaban la nariz y las orejas, vaciaban los ojos, arrancaban la piel de las personas vivas.
La maldad quedó en la huella de su fama.
Pero las guerras mundiales fueron desgastando el militarismo asirio. Dos fuerzas se unen para
atacarlo. Los medos fortalecidos y los caldeos bien armados marchan sobre la potencia cruel, alcanzan
el corazón del poder y destruyen Nínive en el 612 a.C. Las demás ciudades fueron arrasadas y el imperio
no se recuperó más. Derrotado definitivamente, tres años después desapareció de la historia.
Esta caída de Nínive es el tema de Nahún. Pero es en la óptica de los oprimidos como él
presenta los hechos. Es en la mirada de Yavé donde su visión se inspira. Yavé es eñ Dios de todos, justo
contra los dominadores y bueno para los que lo buscan.
"Libro de la visión de Nahún de Elcós" (1,1)
Nahún es la abreviación de Nejumyah y significa “consolado por Yavé”. Esto tal vez tenga que
ver con su mensaje de consuelo y compasión para con los pueblos sufridos. Era de Elcós, localidad
desconocida, localizada supuestamente en Judá. Más que eso no se puede informar ssobre su persona.
Su profecía representa la palabra de personas mucho tiempo angustiadas.
Dos hechos presentados por Nahún nos permiten situarlo en la historia. El primero es la caída
de No-Amón o Tebas, en Egipto (citada en 3,8) y sucedida en 663 a.C. El segundod hecho es la caída de
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Nínive, que todo el libro conmemora, ocurrida en 612. La voz del profeta estaría por tanto entre esas
dos fechas. Pero el libro podría estar conmemorando el hecho ya acontecido. Sin contar con que Nínive,
capital asiria, es un nombre clave para referirse a otras potencias imperiales. La redacción final del libro,
parece claro, es posterior a los hechos y podría reflejar también la catástrofe del exilio. Sin embargo, los
hechos históricos a los que el libro se refiere nos permiten situarlño entre la caída de las dos potencias
mencionadas. Esto correspondería, para Judá, a los tiempos difíciles del largo reinado de Manasés (687-
642), seguido brevemente por Amón (642-640). Manasés igualmente dejó fama de crueldad y fue
colaborador del imperialismo asirio. También él, por lo tanto, estaría en la mira de las críticas de Nahún.
Luego, el reinado de Josías (640-609) emprende una reforma interna para Judá y comienza un
movimiento de liberación del yugo asirio. Nahún pudo haber servido para fomentar este movimiento
libertario. En este caso sería contemporáneo de Jeremías. Nahún es por demás osado en la denuncia
contra el poder. Representa la inconformidad con la injussticia. Transmite la conciencia crítica de la
población een revuelta. Ironiza la prepotencia de los poderosos. Proclama el exterminio de los
opresores.
En los manuscritos del Mar Muerto hay un comentario a Nahún (conocido como 4Q pesherHab),
que data del siglo I a.C., relectura y actualización del texto para la comunidad de Qumrán. Nínive, para
aquella comunidad, representa a los Kittim, nombre cifrado para señalar a los romanos dominadores.
Pero también dos reyes griegos son nombrados explícitamente, Demetrio y Antíoco. Se trata
probablemente de opresores, de la misma época en que los autores escriben. Aparte de eso mencionan
a “los que buscan interpretaciones fáciles”, alusión probable a sus adversarios fariseos. Vale la pena leer
a Nahún también por la belleza de su poesia. Su mensaje es fuerte, el lenguaje es bello. Nahún domina
el uso de los símbolos. Emocionante en las descripciones, vibrante en las escenas de guerra, sarcástico
en las desgracias del opresor. ¡Uno de los mejores poetas de la Biblia!
"Yavé es un Dios celoso y vengador" (1,2-8)
Después del título, el libro empieza con un poema alfabético, o acróstico, abarcando la mitad
del alfabeto hebreo, las once primeras letras, de “alef” a “kaf”, con algunas irregularidades (Na 1,2-8). El
poema muestra el señorío de Yavé sobre toda la creación, además del discernimiento entre los que se
levantan contra él y los que en éñ buscan refugio.
Los versículos iniciales, bajo la primera letra, enuncian el tema general del libro, a saber, “Yavé
es un Ddios celoso y vengador” (1,2). Entre las características de este Dios, elencan por tanto el celo, la
vengdanza, la ira (calor), el rencor, la rabia, la fuerza, la justicia. Es ciertament una presentación
chocante para la imagen que en general se tiene de Ddios. Pero no lo es en la tradición bíblica, donde
Yavé aparece como un Ddios vengador, esto es, un Ddidos que reivindica su poder sobre la naturaleza y
sobre la historia. No lo es principalmente en el contexto, contra la potencia asiria que se erige en señora
del mundo. No lo es en situación alguna en que esté amenazada la vida humana.
En la punta última el poema dice que “Yavé es bueno” (1,7). Es bueno, cobija y conoce a quienes
se refugian en él. La bondad para con los suyos se transforma en ira contra los adversarios, o sea, la
actitud ásspera contra los enemigos es la otra cara de la bondad de Yavé. Su aamor establece una
distinción clara entre los que se disponen a este amaor y los que rechazan su proyecto. En esto consiste
su justicia. Es un Dios que no se conforma con la injusticias. Por eso encarna la indignación ética de
quien defiende apasionadamente los derechos de las personas humilladas.
El autor argumenta sobre el dominio de Yavé sobre la naturaleza, dejando en claro que no es un
Ddioss neutral, que no nivela todo por abajo. Comienza por el mundo celeste, pasa al reino acuático y
llega al terrestre, nombrando los montes de Basán, Carmelo y Líbano, hasta llegar a la tierra ahabitada,
con el fuego y las rocas. ¿Estaría subyacente un esquema de los cuatro elementos de la naturaleza, aire,
agua, tierra y fuego? ¿O se trata de tempestad, sequía, terremoto y volcán? En cualquier hipótesis el
lenguaje abarcaa el universo mítico, como en las grandes teofanías, para mostrar la potente
manifestacion de Dios.
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Este inicio deja en claro quien es el Señor del universo. Antes del embate histórico, delante del
poderío asirio, se hace la demostración de la fuerza delante de los poderes de la naturaleza, para
concluir acerca del dominio total de ón de la fuerza delante de los poderes de la naturaleza, para
concluir acerca del dominio total de Yavé sobre el universo creado.
"La opresión no surge dos veces" (1,9-2,1)
Siguen cinco oráculos, tres dirigidos a Judá ydos contra Asiria, alternadamente (1,9-2,1). Esta
alternancia puede ser extendida a siete oráculos, con uno más contra Nínive y uno a favor de Jacob e
Israel (2,2-3). Es el sueño de recomponer la unidad de la nación, contando coqn que se quiebre el yugo
extranjero.
En este juego se confrontan Judá, el territorio colonizado, oprimido, expoliado, y Nínive, la
capital explotadora, violenta, sanguinaria. Aquí Judá recibe el mensaje de liberación, een tanto Asiria es
echada al exterminio. Para unos los votos de alegría, a otros la maldición sin piedad. En la inversión de
suertes, hay un juego entre positivo y negativo, y quien se juzgaba el mayor es derrotado fatalamente.
Dios ironiza la tiranía. En este trecho el profeta se hace portavoz directo de Yavé, quien se dirige
a losdestinatarios en segunda persona, a tí, o a vosotros. El inicio conecta con el texto anterior, en una
declaración del poder de Dios capaz de reducir a la nada y de consumir el mal como si fuese un espino o
paja seca (1,9-10). Interroga sobre la idea que el pueblo se hace de Yavé, y garantiza que "la opresión no
surgirá dos veces" (1,9).
Asiria, por su parrte, es acusada de haber engendrado al que trama el mal contra Yavé, "el
consejero de Belial" (1,11). Belial en sí significa "inutilidad", a partir de dos término con el sentido de
"no" y "útil", esto es, "que no sirve para nada". Pasó, no obstante, a significar maldad, mala intención, y
después impío, inicuo, diabólico. Aquí aparece como nombre propio, pero se refiere al poder maléfico,
demoníaco, de la potencia asiria. ¿Quién sería el personaje consejero de Belial? Podría tratarse de
Senaquerib, que invadió Judá en el 701, se apoderó de sus ciudades, pasó az cobrar impuestos y saqueó
el tesoro del templo de Jerusalén (como se puede leer en 2 Re 18,13-16).
Un oráculo positivo se dirije a Judá, con la promesa de quebrar el yugo que pesa sobre su
pescuezo (1,12-13). Este rompimiento del yugo debe referirse a la terminación de los tributos que
pesabam sobre el pueblo (cf. 2 Re 18,13-36).
Al rey de Nínive, capital asiria, se dirije un oráculo de maldición (1,14). Ésta incluye acabar con
su descendencia, destruir sus divinidades y devastar su sepulcro. Se trata de uyna campaña para cortal
el mal por la raíz.
Otro oráculo a Judá, mensaje alegre, noticia de paz. Es el eco de las felices palabras de Is 52,7:
"He aquí sobre las montañas los pie de un mensajero, que anuncia '¡Paz!'" (2,1). Y concluye el juego con
la fiesta de Judá ante la destrucción de Belial. ¿Quién no se alegra cuando triunfa la justicia sobre la
opresión? ¿Quién no festeja la victdoria de la paz sobre la guerra? ¿Quién no bale palmas por el
exterminio del odio?
"Un destructor sube contra ti" (2,2-11)
Hasta aquí la profecía preparó el terreno para la escena de la destrucción de Nínive, que va a
ocupar el libro hasta el final. Tal destrucción es descrita aquí en términos vívidos, con rara bellaza
poética (2,2-11).
El imperio asirio cayó, históricamente, por la conjunción de fuerzas medas y babilonias. La
alternancia del poder, en tierras mesopotámicas, fue un hecho común en el pasado. Pero ningún
imperio, por cierto, se esmeró tanto en crueldad como el asirio. Por eso el profeta vibra delante del
asalto y saqueo de la capital, Nínive. El ataque al corazón del poder significaba el colapso de toda su
furia dominadora.
Según informaciones de Diodoro y Jenofonte, la destrucción de Nínive habría sido favorecida
por una crecida excepcional del río Tigris. Otra noticia dice que los atacantes desviaron un canal de agua
hacia dentro de la ciudad, socavando la base de sus murallas fortificadas. Esta realidad podría estar
reflejada en las palabras del libro quando afirma: "Las puertas que dan al Río se abren y en el palacio
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cunde el pánico" (2,7); "Nínive es como un tanque de agua, cuyas aguas se escapan" (2,9).
La ironía, de cualquier forma, desborda en las palabras de Nahún que describen en detalleel ahogo de la
ciudad cuando es asaltada. La capital que se consideraba inexpugnable es totalamente saqueada y su
pretendida seguridad se transforma en páanico general. El profeta participa con emoción, interpela
irónicamente a la ciudad en apuros: "¡Vigila la fortaleza, guarda el camino, cíñete los lomos, date
fuerzas!" (2,2).
La descripción que sigue nos coloca en pleno fuego de la batalla, con imágenes que mezclan el
rojo de los escudos con el de los vestidos, que hablan del hierro de los carros, y ciertamente de las caras
y de la sangre que corre, que el profeta no osa describir. Las corridas, los tropiezos, los gemidos, todo se
funde en la dramaticidad de la escena, descrita con la profunda ironía de quien saborea la caída de los
valientes.
Y tiene la cantidad de riqueza acumulada, fruto de saqueos, de la expoliación, de la injusticia.
Por eso el profeta vibra más aún cuando grita: "¡Parad, parad!" (2,9) y "¿Saquead la plata! ¡Saquead el
oro!" (2,10), y luego comenta: "¡El tesoro no tiene fin, una abundancia de todos los objetos preciosos!"
(2,10). En el auge de la destrucción, afina bien su lira poética para decir: "¡Desolación, destrucción,
devastación! El corazón se disuelve, las rodillas vacilan, hay escalofrío en todos los riñones y todos los
rostros pierden el color" (2,11).
"¿Dónde está el cubil de los leones?" (2,12-14)
Pero el profeta no se detiene ahí. La nueva escena filma la acción devastadora del grande
imperio, bloqueado por el oráculo justiciero de Yavé (2,12-14). El juego de escena es hecho con la
imagen del león, emblema del poderío asirio. En los palacios, en las armas y en las inscripciones asirias,
la figura del león tenía relieve, para representar la ferocidad de aquel ejército, león cruel y devorador, a
cuyo ímpetu sanguinario nadie escapaba.
Pues bien, Nahún capta la misma imagen, y presenta la ferocidad de este “cubil de leones,
caverna de leoncillos; cuando el león salía, la leona se quedaba junto a los cachorros” (2,12). La
insistencia en repetir la imagen continúa: "El león despedazaba para sus cachorros, estrangulaba para
sus leonas; llenaba de presas sus escondrijos, y de rapiñas sus cubiles" (2,13).
¿Qué queda ahora de toda esta crueldad? La justicia de Yavé declara: "La espada devorará tus
leoncillos. Haré desaparecer de la tierra tu presa y no se oirá más la voz de tus mensajeros" (2,14). Como
si no bastase el poderío de los medos y babilonios, el propio Yavé declara: "Heme aquí contra ti" (2,14,
repetido en 3,5). En la convicción del profeta, cuando la injusticia es demasiada, ni Dios se contiene. Él
mismo toma partido para restablecer el derecho y la justicia. Si el imperio se juzgaba eterno,
indestructible, su orgullo debe ceder ante un poder mayor.
¡Que se callen los mensajeros de la guerra! ¡Ay, cuántos anuncios de guerra la población debe
haber oído! ¡Que hablen los mensajeros de la paz! (2,1). Había sed de paz en todos los pueblos
dominados por la furia de este león.
"¡Ay de la ciudad sanguinaria!" (3,1-7)
Ahora bien, Nahún entona una elegía, un canto fúnebre para Nínive, la prostituta devastada
(3,1-7). Nueas informaciones sobre su crueldad abren la escena: "¡Ay de la ciudad sanguinaria!" (3,1),
ciudad de sangre, mentira, despojos, rapiña. Eran prácticas constantes de un imperio que se esmeró en
la tortura y crueldad. ¡Mas no sólo eso! Usaba también la propaganda engañosa, la seducción
comparable al método de las prostitutas (3,4). La prostitución es la figura tradicional que los profetas
usan para describir el engaño de la falsa política. Prostitución es, en tal caso, el presentar como
ventajosa una situación que sólo servirá para explotar al pueblo. Es lo que traduce la frase respecto de la
prostituta y hechicera, "que vendía las naciones por sus prostituciones y los pueblos por sus hechicerías"
(3,4).
Pero la justicia es implacable. El fin de la violencia está decretado. Por eso la sentencia vuelve a
ser pronunciada: "Levantaré tu ropa hasta el rostro, mostraré a las naciones tu desnudez y a los reinos
tu ignominia. Arrojaré sobre ti inmundicia, te deshonraré y haré de ti un espetáculo" (3,5-6).
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Y al final la pregunta retórica aún provoca a la ciudad devastada. "¿Quién tendrá compasión de ella?
¿Dónde buscarte consoladores?" (3,7). "Consoladores" hace asonancia con el propio nombre de Nahún,
que significa "consolado por Yavé". Tendríamos entonces una nueva tirada irónica del profeta.
"¿Eres, por ventura, mejor que No-Amón?" (3,8-11)
De la forma como Asiria destruyó a No-Amón, así también ella será destruida. Es lo que
describe el texto siguiente (3,8-11). "¿Eres, por ventura, mejor que No-Amón?" (3,8). No-Amón era el
nombre de Tebas, en el alto Egipto. También ella se consideraba inexpugnable, puesto que estaba
situada entre las aguas del río Nilo. Dominaba toda la región, Etiopía, Egipto, Put, Libia, según afirma
nuestro texto (3,9). Entretanto fue alcanzada por el propio ejército asirio de Asurbanipal, en el 667 y
destruida y saqueada en el 663.
Trasluce nuevamente la crueldad del ejército asirio, en referencia al asalto a Tebas. "Sus niños
fueron estrellados en las esquinas de todas las calles" (3,10). Chocante, ¡mas ciertamente realístico!
Además, sus grandes fueron hechos prisioneros, esclavizados como trofeos de guerra. La historia
aparece como un sucederse de potencias que se destruyen unas a otras. Ayer fue Tebas, hoy es el turno
de Nínive. Por eso ahora su situación es semejante a la de un borracho que no se domina y busca
refugiarse contra el enemigo (3,11).
"Todas tus fortalezas son higueras con brevas" (3,12-17)
Una escena más de destrucción asiria, poniéndose en relieve su fragilidad (3,12-17). Ridiculiza
las fortalezas, brevas que caen en la boca de quien quiere comerlas (3,12). Justamente las fortalezas, la
seguridad del imperio, son una estructura podrida, que se cae de madura. El desastre pasa por la
escasez de agua, impensable respecto de una ciudad sita en la orilla de un gran río, como Nínive en la
ribera del Tigris. Y prosigue con el fuego que devora hasta el hierro de las puertas fortificadas. Por
último, "la espada te exterminará" (3,15).
Y llega la nube de langostas (3,15-17). Como plaga de langostas el imperio asirio devorará a los
países dominados. La misma plaga lo extermina ahora. Comerciantes, soldados y funcionarios
explotaron cuanto pudieron. Ahora ellos desaparecen "y nadie sabe donde" (3,17). Efectivamente, el
imperio asirio creó una estructura de cobro de impuestos en que el funcionalismo público formó una red
compleja, organizada para sacar los bienes de los pueblos dominados. De ahí la imprtancia de los
funcionarios, el control de los soldados y el desarrollo del comercio. Era su ejército de langostas; ahora
todo está destinado a la desaparición.
"¡Ay, rey de Asiria!" (3,18-19)
La escena final focaliza el cochilo del rey asirio y de sus poderosos, mientras los liberados
aplauden felices (3,18-19).El león otrora vigilante, quedó dormido en su sueño y su ejército está
disperso. El imperio asirio es un enfermo desengañado. "¡No hay cura para tu herida, tu herida es
incurable!" (3,19).
Los pueblos oprimidos, ahora aplauden. Cayó el grande dominador. "Todos los que oyen
noticias de ti baten palmas sobre ti; pues, ¿sobre quién no pasó sin tregua tu maldad?" (3,19).

Bibliografia consultada
Alonso Schökel, L. - Sicre Díaz, J.L. Profetas, II. São Paulo, Edições Paulinas, 1991, pp.1105-1122.
Bonora, Antonio. Naum, Sofonias, Habacuc, Lamentações - Sofrimento, protesto e esperança.
São Paulo, Edições Paulinas, 1993, pp.77-93.
Elliger, K. - Rudolph, W. (eds.). Biblia Hebraica Stuttgartensia. Stuttgart, Deutsche
Bibelgesellschaft, 1987, pp.1044-1049.
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García Martínez, Florentino. Textos de Qumrán. Petrópolis, Editora Vozes, 1995, pp.236-238.
George, A. Naum. En A Bíblia de Jerusalém. São Paulo, Editora Paulus, 1995, pp.1781-1786.
Rossi, Luiz Alexandre Solano. Como ler o livro de Naum - A história pertence a Javé. São Paulo,
Editora Paulus, 1998, 35pp.
Storniolo, Ivo y Balancin, Euclides Martins. Naum. En Bíblia Sagrada - Edição Pastoral. São
Paulo, Editora Paulus, 1995, pp.1201-1204.

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