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Primera clase “Una introducción a la obra de Jacques Lacan”

Clase 1. De los antecedentes

Introducción

Quiero comenzar esta primera clase con lo que propongo como una travesía
en el universo del psicoanálisis, y en particular, el psicoanálisis de orientación
lacaniana. Quiero traer un breve recuerdo de mis comienzos, pues se trata de
algo fuertemente ligado a una orientación. Trata de las entrevistas
preliminares con el que sería mi analista, quien en un determinado momento
me preguntó mi deseo de emprender un análisis, y si estaba dispuesto a
llevar a cabo un análisis lacaniano. Hasta ese instante nunca me había
planteado siquiera que hubiese un psicoanálisis de orientación lacaniana, si
bien ya hacía un tiempo que había hecho mis primeras aproximaciones a la
obra de Lacan. Para mí el psicoanálisis era uno y no suponía que esto
marcaría un punto de inflexión, no solamente en lo que hace a una práctica
clínica, sino también con relación a uno de los pilares de una formación. Es
aquí donde quiero al porqué del título que lleva este curso, Una introducción
a la lectura de Lacan. Por un lado explicar que es “una" de las lecturas
posibles, pero no la única. Proponer “La” orientación lacaniana es suponer
una categoría de unicidad, dejando de lado lo propiamente subjetivo. Una
cosa es introducirnos en la lectura de la obra de autor y otra desde dónde lo
hacemos. Qué de lo nuestro se pone en juego al realizar una lectura y cómo
podemos poner en marcha algo que nos permita realizar una lectura crítica,
interrogativa, cuestionadora y sobre todo no dogmática. Se trata de
hacernos de algunos elementos que nos hagan pensar a la hora de
adentrarnos en el terreno de la clínica en este caso, y no perder de vista
nuestra brújula. Hacer una lectura metodológica y no religiosa. El
psicoanálisis no es algo en lo que se cree pues no se trata de un orden
religioso, por más que muchas veces nos encontremos con algunos que
están más ubicados en el lugar de la cruzada lacaniana en nombre de una
nominación errónea. Entonces,¿Cómo hacer para que nuestro saber no
obture lo que no sabemos? ¿Cómo hacemos para no repetir lo ya sabido?
Partiremos de un punto de real ignorancia, “la docta ignorancia” (las comillas
son mías), como un punto de productividad. Quiero para esto retomar a
Lacan en “Variantes de la cura tipo” donde se pregunta: “Qué debe saber, en
el análisis, el analista? A lo que se responde: Lo que el psicoanalista debe
saber: ignorar lo que sabe” (2). Vamos a hacer un recorrido a través de una
serie de conceptos básicos, y, mediante una exposición que pretende ser
sencilla, trataré de transmitir una corriente ideológica muy compleja. Acá
cabe aclarar porqué digo ideológica, y es debido a la época en que Lacan
desarrolló su teoría, y que es una variable que no podemos dejar de lado a la
hora de introducirnos en ella, pues notaremos constantemente los
antecedentes de ciertos movimientos en un amplio arco que va desde lo
político, lo filosófico, lo científico, lo social como así también el Lacan
médico-psiquiatra. Cuestiones todas que dejaron su huella y marcan un
sesgo particular. "Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su
horizonte la subjetividad de su época”, (3) dice Lacan en Función y Campo de
la palabra y el lenguaje en el psicoanálisis, entonces nosotros tampoco
podremos dejar de lado esto y lo sostendremos como nuestro axioma a la
hora de medir los obstáculos con que nos enfrentemos tanto en la lectura
como en la práctica clínica. Estrés, conflictos, síntomas empiezan a florecer
por doquier, poniendo en jaque los mandatos de la sociedad y el mercado
que día a día, tecnología mediante, incrementa la demanda de producción y
consumo de objetos, al mismo tiempo que produciría, supuestamente,
mayor bienestar para los sujetos. En la modernidad podemos ver que algo ha
cambiado, en el sentido de una configuración distinta de este Otro social
desde el cual se constituye el sujeto. Pareciera que las cosas serán regidas
por los intereses del mercado a costa de la pérdida de cierta “dignidad” de la
existencia humana, con la consabida pérdida de valores encarnados en
ciertas instituciones puestas históricamente al servicio de la convivencia
reglada y sostenida por un simbólico que pareciera tender a ser cada vez
menos operativo.
Algo sobre esto deberá responder el psicoanálisis justamente para estar a la
altura de la subjetividad de la época.

Lacan, el contexto histórico y político de su época.

Jacques Lacan nace en 1901 y muere en septiembre de 1981. Son muchos


años, y en lo que nos concierne debemos tener en cuenta que muy
tempranamente tomó contacto con el psicoanálisis, y sus desarrollos
teóricos dan cuenta de una cierta complejidad.
La complejidad se debe a que para introducirse en los desarrollos lacanianos
tenemos que conocer y contar de antemano con ciertos conocimientos que
constantemente le sirven de fundamento a lo largo de todo su enseñanza.
Acá vamos a diferenciar dos momentos en Lacan. Un primer momento de
relectura de Freud y un segundo puramente lacaniano a partir del 1953
donde podemos considerar lo que es considerado como el comienzo de su
enseñanza. Todo esto responde a una rigurosa lógica presente en todo
momento en su obra, es decir, no es azaroso el recorrido que realiza dando
lugar a estos dos momentos claramente definidos: el de retorno a Freud y el
puramente lacaniano. Previo a esto, algunos párrafos dedicados a los
tiempos en que Lacan despliega su enseñanza y así tener un panorama más
amplio del contexto histórico y social en el cuál se mueve. Creo necesario
remarcar cómo Lacan siempre mantuvo en su enseñanza la idea del “saber”
como eje central, y esto fue un motivo para introducir otras disciplinas, como
así también abrir el círculo cerrado en el que el psicoanálisis había caído a su
entender, con el avance de otras corrientes dentro del psicoanálisis,
transformando a éste en algo más “psicologizado” y muy teñido del costado
terapéutico a partir de la escuela americana y el psicoanálisis del Yo. Es así
que retoma el debate con Freud y llama a retomar su obra y la modalidad de
siempre caracterizada por el constante debate con los intelectuales de su
tiempo. Lacan tuvo una gran influencia desde la filosofía, a partir de las
lecturas que hace de Platón, Descartes como así también Hegel, Kant y
Heidegger. También tuvieron gran influencia en él Alexandre Koyré (1892-
1964), Alexandre Kojève (1902-1968) y Georges Bataille (1897-1962) con los
que se orientó en la lectura de Husserl, entre otros. Lacan toma contacto por
con la obra de Heidegger (1889-1976), cuando asiste al seminario de Kojève
sobre “La Fenomenología del espíritu” de Hegel. Lacan recién en 1966
escribe su primer libro , a los 65 años y así mismo fue una recopilación de
textos que son los que conocemos como “Los Escritos” (las comillas son
mías) que surgieron también de su Seminario dictado en el Hospital Saint -
Anne que dictó entre los años 1953 al 1963 donde se dedica especialmente a
lo que llamará un retorno a Freud y así mismo reinterpreta el inconsciente
freudiano y de esa forma reacciona contra una cierta manera de
deslizamiento del psicoanálisis hacia la psicología y también contra una
modalidad terapéutica que denomina "ortopedia del yo". Esto lo
abordaremos más adelante cuando introduzcamos el Estadío del Espejo. Es
así que formula su concepción de Sujeto, donde efectivamente podemos
entrever las influencias antes nombradas desde el estructuralismo, ya sea
desde la lingüística como de la antropología. Vemos desarrollos que dan
cuenta de un sujeto dividido, inmerso en el campo del lenguaje, y producto
del mismo. Un sujeto evanescente desdoblado por su propio discurso: marca
una relación directa del inconsciente con la estructura del lenguaje, y en
particular la relación entre significantes, cuestión que abordaremos más
adelante. Así va construyendo un sujeto que no se sustenta ya en la fortaleza
del Yo, conceptos más ligados la corriente americana del Ego-psychology ,
sino en lo subjetivo ligado a lo simbólico. Esto lo lleva a la definición de
sujeto barrado, en tanto efecto del lenguaje y como producto de la
diferencia entre significantes.. Más adelante veremos esto. Ahora bien, ¿qué
entendemos por efecto del lenguaje? Esto lo veremos más adecuadamente
cuando abordemos las nociones elementales de la lingüística estructural,
pero digamos rápidamente que el sujeto desde la perspectiva lacaniana será
una significación producida por el lenguaje a partir de la operación entre dos
significantes. Es necesario diferenciar a esta altura que cuando hablemos de
sujeto, será en tanto sujeto del inconciente y no en tanto individuo o persona
física. Por eso la barra de la S (sujeto barrado) simboliza la represión como
mecanismo freudiano, es decir, lo que funda el psiquismo. A partir de esto en
Lacan advertimos una doble vertiente para pensar la división (Spaltung) del
sujeto: debemos situar una con relación a la incidencia del significante como
lo que fundamenta el deseo y otra con relación a la pulsión, en el más
estricto sentido freudiano. Es decir la maquinaria simbólica es lo que permite
dar lugar al deseo. Tomaremos también otras perspectivas para ampliar
nuestro horizonte y salirnos del personaje Lacan como solo perteneciendo al
terreno del psicoanálisis. A veces se cae en la idea de personas sin contexto
ni entorno, cuestión que impide tomar en cuenta la subjetividad de tal o cual
en determinada época y cómo su enseñanza está inmersa en un escenario
particular. Es decir, uno podría sostener que claramente su obra está teñida
de la época histórica en que vivió.
Vemos en él un interés por la mística y lo religioso. De hecho cuando trabaje
las cuestiones relacionadas con la conflictiva edípica tomará de la religión en
sentido metafórico, el nombre del padre, que luego pasará a ocupar un lugar
central en su teoría. En consecuencia, aunque se refiera específicamente en
el Seminario 20 a la experiencia mística, su interés por el asunto databa de
mucho antes. El feminismo también fue un tema que lo ocupó en la década
de los 70 y le sirvió a su vez para realizar ciertas reflexiones que expone en su
enseñanza en torno al tema. Vemos un Lacan multifacético e interesado
como decíamos antes, en la producción de un saber tomando otras
disciplinas. Hay que nombrar al existencialismo como un movimiento que
dejó su impronta en las raíces lacanianas, como así también el mayo francés
en el año 1968, que tuvo su lugar en Francia y particularmente en Paris,
donde se produjo la movilización del conjunto del estudiantado universitario
y secundario en forma conjunta con el movimiento obrero. El motivo de esta
movilización conjunta fue la oposición a la guerra de Vietnam y contra el
imperialismo, que unió a la juventud de las clases medias y trabajadoras que,
durante la década anterior, había comenzado a acceder de forma masiva a la
educación superior. Por su parte, las protestas obreras confluyeron en una
huelga general en Francia. Lacan sienta su posición con respecto a esto,
diciendo que se trata de la búsqueda de un Amo mejor. Más adelante
veremos qué significa Amo en la teoría lacaniana, cuando hablemos de los
discursos que propone. Propondrá que hay modalidades de satisfacción para
cada época, es decir, un modo de ordenar lo que está permitido o no
permitido. Esto equivale a decir que para cada época histórica habrá un Amo
que establezca las condiciones de satisfacción. Que haya un Otro que
prohíba es algo que tranquiliza, pues es algo que nos ordena qué hay que
hacer y qué no. No hay nada más tranquilizador, y como contrapartida la
prohibición también permitirá desear, y es necesario recordar, que el deseo
surge a partir de una prohibición, tomado como efecto de la interdicción y
está articulado a una imposibilidad del goce absoluto. La interdicción del
padre, y por otro lado, un goce autorizado, es decir, que autoriza a gozar de
una determinada manera. No todo es posible desde el momento en que
partimos de la concepción de que algo está perdido por estructura, tomando
como antecedente de esto el modelo de satisfacción freudiano. Recordamos
acá la primera experiencia de satisfacción en el recién nacido y el mecanismo
que se pone en marcha a partir de esto.
Ya veremos más adelante en el curso la concepción de Amo y su relación con
Los Discursos-en mayúscula pues esto ocupa un lugar central- y qué quiere
decir esto.

Me parece interesante como punto de partida para este curso la propuesta


de poner a los analistas en el lugar de la interrogación. Si pensamos este
lugar de “los analistas” a la manera de un universal, creo que nos
introducimos en un problema y rápidamente corremos el riesgo del impasse
facilista que implica las respuestas prontas a cerrar cualquier pregunta; y
sobre todo las que conciernen al analista en tanto tal. Por esto habrá que
trasladar la cuestión al terreno del particular y buscar allí el tan mentado,
pero no por esto menos válido, uno por uno de nuestra clínica, tanto del lado
analista como del lado analizante. Quizás este sea uno de los puntos
centrales de la casuística, no por el hecho de sumar experiencias y alentar
una clínica de la cantidad, que nos lleve al infinito de las estadísticas en tanto
conjunto de la nada, sino más bien una clínica de la cualidad,
que nos llevará en forma precisa y necesaria al conjunto vacío,
presupuesto básico para la conceptualización psicoanalítica, es decir,
partir de la categoría de falta en la estructura, como necesaria y no
contingente. Esta noción de falta encuentra sus antecedentes ya en la
obra de Freud cuando trabaja del Complejo de Edipo y el Complejo de
Castración, que retomaremos más adelante. Es por esto que
necesitaremos introducir algunos conceptos básicos para emprender el
camino, sin los cuales se hará muy cuesta arriba nuestro objetivo. En la
cita que he elegido como epígrafe de esta clase Lacan expone, para mi
gusto, con todas las letras, algo que resuena como fundamental para lo
que debiera ser el horizonte de cualquiera que se proponga adentrarse en
los caminos de la investigación en el marco de la clínica psicoanalítica: la
formalización en psicoanálisis. Es así, que desarrollaré algunos puntos que
son de mi interés y que considero de absoluta competencia. Debiera ser
una constante y una exigencia poner a prueba el dispositivo analítico
creado por Freud, quien lo propuso ante todo como un método de
investigación. Si nos servimos de los campos de la matemática y la lógica
podremos establecer con rigurosidad y mediante la demostración, que
algo puede ponerse en términos de verificación, más allá de los sentidos
puestos en juego dentro del universo discursivo de un sujeto. De este
modo, el recorrido del síntoma al fantasma en el curso de un análisis nos
propone el desafío de emprender este esfuerzo de demostración, que se
irá desplegando en las necesarias rectificaciones subjetivas a lo largo de
un camino muchas veces sinuoso. Los conceptos de síntoma y fantasma
serán trabajados en este curso, pero es necesario introducirlos a esta
altura para ordenar el recorrido. Esto quiere decir que lo que
recorreremos será un trabajo de contrapunto desde la clínica a la teoría,
pero teniendo a la primera como orientadora. En otras palabras, habrá
que demostrar, en nuestra práctica, que un análisis ha ocurrido. Es así que
me propongo, tratar de pensar una lógica para lo que entiendo como
terreno de investigación, es decir, el psicoanálisis en tanto método
argumentativo, más allá del positivismo científico que en distintos
momentos y épocas de la historia se intentó construir para el
psicoanálisis. Es por esto que retomo le idea que traje anteriormente
acerca de la cuestión ideológica. El psicoanálisis no es una “ideología”, ni
una forma de pensar, ni algo en lo que se cree o no a la manera de una
religión. Trataremos de desechar estos puntos, para no caer en la religión
neurótica y hacer del psicoanálisis un delirio interpretativo en el que
muchas veces caemos, y esto marca para mi gusto una divisoria de aguas
en lo que hace a la práctica cotidiana y la transmisión. Aclararemos acá
algunas cuestiones sobre esto: la cuestión de la creencia y la certeza, que
hacen justamente a fundamentos clínicos que muchas veces son motivo
de confusión. Freud tenía la idea que la religión se construye sobre la base
de la neurosis, sostenida ante la angustia por el desamparo, pero, a su vez
apostaba a su desaparición futura articulada al avance del psicoanálisis.
Lacan, dirá que la religión, tiene más chance de subsistir que el
psicoanálisis, ya que esta encuentra una complementación con la ciencia,
llena los agujeros de saber que deja la ciencia, y viceversa, pues en ciertos
momentos históricos la ciencia vino a ocupar el lugar de ciertos vacíos de
la religión. Ejemplo de esto es cuando la religión renuncia a explicar el
origen de las posesiones demoníacas de las mujeres a partir de lo cual se
llevaban a cabo la quema de brujas y a partir de esto le pasan la posta a la
medicina de la época para explicar esto. Luego vendrá Freud a dar cuenta
de los procesos histéricos, cuestión que promoverá un cambio en la
creencia de la época. Esto nos lleva a introducir la cuestión de la creencia
en tanto un valor terapéutico y de significación. La creencia, tiene un
valor libidinal, más allá del amor que se pone en juego en todo acto de
creer. En la transferencia estrictamente freudiana hay un acto de fe y de
amor. Freud lo llama amor de transferencia y es necesario que este
mecanismo se establezca para poner en marcha un psicoanálisis. Por esto
se instala un empuje a creer y esto no es no es un acto de voluntad. No es
algo del orden del “Quiero creer en esto” (comillas mías). Hace falta algo
más que esta expresión de deseo y me quedo puntualmente con las
primeras dos palabras de esta frase: “Hace falta”. Algo hace falta, y es por
esto que me dirijo a otro.
Finalmente, es necesario plantear algunas preguntas en torno a esto: se
plantean estos interrogantes: ¿qué relación guardan religión y psicoanálisis
con la verdad? Podemos decir que hay un complemento entre la ciencia y la
religión, pues hay un punto vacío conceptual del saber de la ciencia. La
ciencia admite su propia inconsistencia, volvamos al ejemplo de la caza de
brujas y los tribunales de inquisición. Es ahí que la religión viene a rellenar de
sentido el punto de falla del saber. Es en estos puntos de inconsistencia
donde el psicoanálisis encontrará su lugar. La creencia establece y otorga
sentido, produce un efecto libidinal, y coloca de esta manera el efecto
terapéutico del creer. El sujeto neurótico es un creyente por excelencia a
partir de la construcción del mito freudiano del edipo, con la religión del
padre y es lo establece esa relación de creencia en el saber del inconciente.
El inconciente que sostenemos es el de la experiencia analítica, el
inconciente que se construye a partir de esta experiencia, es decir que vemos
algo de la creación en esto. Encontrarnos con algo nuevo que no sabíamos
de nuestra vida, de nuestra existencia tiene algo de creacionista, algo que no
estaba antes, y no es un proceso automático, no se da espontáneamente
como algo mágico, hace falta de alguien que esté ahí encarnando el lugar y
la función analista, o sea, hace falta la interpretación. Cuando digo
interpretación no quiero decir la interpretación por la palabra. Cualquier cosa
adquiere efecto de interpretación en un análisis. Una palabra, un gesto, un
bostezo no intencional o totalmente intencional. Cabe recordar, que el acto
del analista no es la acción, no es el hacer del analista, es el lenguaje,
distinguiendo aquí lenguaje de palabra. Introducimos acá un elemento
fundamental que comprenderemos más adelante, que es el de la
significación de nuestro mensaje proveniente del otro. Es desde el lugar del
otro donde mi mensaje adquiere significación. Esta es la base de lo que
conocemos como malentendido. Que quiere decir esto más allá de lo que
dice. Diferenciamos entonces aquí sujeto del enunciado, lo que se dice, de
sujeto de la enunciación, es decir, quién dice esto que se está diciendo. Esto
es fundamental para nuestra práctica pues iremos a la búsqueda de esos
significantes que determinan a un individuo en su decir. Entonces, el efecto
de corte de la sesión analítica o lo que se conoce como sesión corta, tiene su
origen en esto. Tampoco significa la estandarización de esta estrategia.
Freud pasaba mucho tiempo con sus pacientes, o de hecho los atendía en
situaciones que muchos juzgarían como absolutamente contrarias al orden
psicoanalítico o el mismo Lacan establecía diálogos con sus pacientes de
cinco minutos o de largos encuentros. Se sabía cuando se entraba a la sesión
pero nunca cuándo se salía. Esto es lo más rico de la experiencia. Esto no
quiere decir que se haga cualquier cosa, sino que esto tendrá algo del cálculo
y habrá que dar cuenta. Por supuesto que muchas veces no sabemos muy
bien lo que ocurre y solo podemos saberlo una vez transcurrido. Los efectos
de transferencia solo pueden ser por apres-coup, es decir por resignificación.
Es la interpretación la que da lugar a una nueva significación, y esto conlleva
un trabajo que invariablemente se verá entrecruzado por las resistencias en
el sentido freudiano y que sería conveniente repasar en algún momento.
Es en el analista que se sitúa el acto que pone en marcha al inconciente, él
realizará el acto necesario de hacer creer en el saber inconciente, y esto no
implica recetas preconcebidas en un manual práctico para el analista. Esto lo
encontraremos básicamente a partir de la formación propia de cada uno,
tanto en el análisis personal, como en los espacios de supervisión. Entonces
será él responsable de las consecuencias que tendrá lo que sus
interpretaciones generen. De ahí que se abren cuestiones con relación a la
práctica y ciertos deslizamientos no deseados que muchas veces se
producen. Tomamos cómo brújula al síntoma, que es la referencia para
nuestra práctica, no es el motivo de consulta, no es la personalidad, no es el
yo, no es la experiencia emocional, si bien tampoco esto deba ser dejado de
lado. En todo caso debemos estar advertidos de todo esto y ver qué lugar
ocupa para cada persona. No se trata de algo absolutamente purista en
nuestra práctica, y decir que todo eso no nos importa. Caer en eso muchas
veces trae aparejado graves problemas y sobre todo implica no poder
escuchar al paciente por estar escuchando solo nuestros fantasmas propios.
Es verdad que trabajamos con la clínica del síntoma, pensando a éste como
una transacción siguiendo a Freud, como la piedra en el zapato, como lo que
nos indica que algo no marcha. Es el momento en que alguien decide ir a la
consulta. Si todo marchara nosotros nos iríamos a casa y colgaríamos todos
nuestros títulos y diplomas y nos dedicaríamos a otra cosa. Es también un
intento de solución a un problema, para decirlo de otro modo, un intento de
retomar cierto arreglo entre la pulsión que arremete y el otro, por lo tanto
hay que inventar algo que nos sirva para mediar. Esto implica pensar el
síntoma como incurable, lo cual no quiere decir que no tenga remedio.
Lacan en su primera época dirá que es de estructura, Freud lo ubica con
relación a la castración. Ya en otro momento Lacan articula la lógica fálica y
el proceso de transformación del goce en deseo, edipo mediante, vía la
operación de la metáfora paterna para arribar al postulado sobre la “no hay
relación sexual” y las fórmulas de la sexuación. Más adelante aclararemos
esto. Situaremos en este sentido al síntoma como condición necesaria, es
decir, el síntoma como articulador de una relación al otro. Así mismo esto
tendrá su costo. Este será medido del lado del analizante, o sea, hasta qué
punto se las arregla esta persona y las consecuencias que trae para él en su
vida. El analista motoriza, dirige la cura, pero el que trabaja es el analizante.
Si hay un saber oculto, se pone en juego la creencia. Se cree que hay algo a
develar, que excede lo que el Yo puede saber y se supone que el analista en
tanto tal sabe de eso. El problema surge cuando realmente nos creemos eso.
Cada uno en tanto encarnando la función deberá admitir en uno, una
división subjetiva, y sostener que hay algo en mi no identificable, algo que
cuando aparece, produce efectos de división también. Es decir que no somos
la excepción a la regla ni estamos por fuera del lenguaje. Por supuesto que
no le decimos esto al paciente. El sujeto supuesto al saber es necesario para
el funcionamiento del dispositivo.
El saber en la primera época de Freud es un saber reprimido y estará puesto
en articulación con lo sexual. Lo plantea como intento de solución frente a
los embates de la pulsión. El analista pasa a estar ubicado como objeto de
satisfacción a través de la transferencia, donde queda instalado como un
objeto más de la serie psíquica del paciente. Es decir, que se torna un objeto
más donde es colocada la libido. En un análisis hay satisfacción, se goza de
aquello que se inviste libidinalmente. Será en el manejo de la transferencia y
a través de la dirección de la cura donde el analista se posiciona para orientar
el trabajo de elaboración de esa satisfacción.
Respecto a los efectos terapéuticos, no es una cuestión a dejar de lado. Hay
una espera del lado del paciente. Este espera que su sufrimiento, sus
problemas tengan alguna solución. Entonces esto tendrá su solución al
lograr un cierto arreglo con el síntoma que sea menos sufrido. Lo digo de
esta forma para traer a Freud cuando argumenta que el padecimiento de sus
pacientes histéricas eran producto de lo que denominó como “sufrir de
reminiscencias” (comillas mías). Hay una creencia en el destino en tanto
saber escrito. Esto es así en distintos ámbitos, entre ellos el psicoanálisis.
Hay una suposición de un supuesto saber en el otro, en este caso en el lugar
del analista. No se trata de un saber a la manera de las ciencias positivistas,
donde se tratará de la causa-efecto y que será demostrable empíricamente.
En el psicoanálisis se trata de un saber en el que hay que creer. En la
experiencia analítica se trata de una creencia que se mantiene desde un
comienzo para luego de un recorrido arribar a un punto culminante que es la
verdad. En el desciframiento del síntoma se llega a la revelación de una
verdad y con esto se producirá el levantamiento del mismo. Lacan revisará
esta concepción y la pondrá en cuestión. En el transcurso de un análisis se
pone en juego una satisfacción. Y habrá que ver cómo se juega esto para
cada uno, caso por caso, para arribar a esa verdad. Por supuesto tendremos
que seguir pensando la cuestión y sobre todo me parece importante situar a
manera introductoria el lugar de la ética desde la que trabajamos y
sostenemos nuestra práctica, a partir de los desarrollos kantianos trabajados
por Lacan y a partir de “El malestar en la cultura” (1929) de Freud. Sabemos
que en el psicoanálisis no se trata del bienestar en la cultura, sino más bien
todo lo contrario. Se trata del malestar en la cultura, y cómo cada uno de
nosotros se las arregla con eso. Es así que pondremos en nuestro horizonte
esta base conceptual y colocaremos en el cenit de nuestro recorrido la
ruptura epistemológica realizada, en relación al cógito cartesiano, del
“pienso, luego existo” de Descartes al “ahí donde pienso, no soy”de Freud.
Quiero a esta altura introducir algo que utilizamos muy frecuentemente y a
veces con cierta ligereza, lo cual nos lleva en muchas oportunidades a caer
en errores metodológicos a la hora de transmitir alguna cuestión. Quizás sea
algo básico, pero debemos tenerlo en cuenta, a saber: ¿Qué es un
“concepto”? Recurriré a las definiciones del Diccionario de la Real Academia
Española Según éste los conceptos son ideas que conciben o forman el
entendimiento. También pensamiento expresado con palabras. .Ahora
traslademos esto al campo que nos compete, y cómo Freud lo maneja. En
“Pulsiones y destinos de pulsión” del 1915, (4) Freud comienza planteando
cómo se construye un concepto fundamental a partir del campo de la
experiencia-en tanto que campo de la praxis-, dado que ninguna ciencia
comienza por tales definiciones. Utiliza esto para esbozar el concepto de
pulsión, diciendo que estos conceptos poseen un carácter de convención
para nombrar un campo de fenómenos que aparecen en el material empírico
que así queda subordinado a ellos. Una convención, entonces, es una ficción,
un artificio del que nos servimos para nombrar algo y alcanzar algunas
definiciones respecto de las cuales, agrega, el progreso del conocimiento no
tolera ninguna rigidez.
“Un concepto básico convencional de esa índole, por ahora bastante oscuro,
pero del cual en psicología no podemos prescindir, es el de pulsión.
Intentemos llenarlo de contenido desde diversos lados.” (5) (Freud, Pulsión y
destinos de pulsión). Es así que cuando hablemos de conceptos no
estaremos hablando de cualquier cosa, sino de algo específico que está
situando una categoría a la cual se arribó luego de seguir determinados
pasos y procesos que hacen a la investigación científica.
Considero que no está demás refrescar algunos puntos que hacen a los
procesos de metodología científica, que nos vendrán muy bien a la hora de
desarrollar determinados temas, y que también nos permiten ubicar en su
lugar el pensamiento científico y la metodología utilizada por Freud en sus
artículos, por supuesto sin dejar de lado las influencias positivistas propias de
su formación médica. Básicamente lo fundamental a entender es que un
concepto es construido como efecto del planteo de una problemática y en
función de esta nos hacemos una pregunta, que a su vez dará lugar a una
hipótesis que de cuenta de tal proceso y así sucesivamente. Estos son los
pasos fundamentales de toda investigación. Para esto vamos a explicar
cómo se hace una investigación en disciplinas no duras (como las ciencias
exactas, etc.) Sino que vamos a utilizar el método de la argumentación.
Decimos argumentación porque justamente no es científico, sino que nos
valemos de argumentos. Destacar acá el lugar de la formalización en Lacan y
la importancia que le dio a este tema. De aquí la cuestión de los matemas.

Tres tiempos:
1) Problema (Nos enfrentamos con algo que no marcha)

2) pregunta (Nos plantemos acerca de porqué no marcha a lo cuál


proponemos hipótesis y argumentos)

3) Concepto (a partir de estas respuestas se generan otro problemas)

Esto da lugar a una dialéctica que da cuenta de alguna manera la línea


a seguir en este curso, que es seguir esta línea. No partir de la repetición de
conceptos, sino plantear y cuestionar estos mismos.

METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

1) Introducción: Contiene una descripción clara de la estructura general de


la problemática.

2) Justificación: Contiene los argumentos fundamentales que sustentan la


investigación a realizar,
¿Por qué y para qué realizar la investigación?
3) Planteamiento del problema ¿Qué realidad me interesa investigar?

4) Cuestiones a responder mediante la investigación: Son las interrogantes


básicas que se derivan de la justificación y el problema planteado y,
consecuentemente, pretenden ser resueltas por la investigación.Hasta aquí
algunos puntos que era necesario retomar.
A partir de los resultados obtenidos estaremos en condiciones de construir
un concepto que de cuenta de la problemática que investigamos.
Pero volvamos ahora a lo planteado anteriormente como cuestión
fundamental y es el tema de la ética, tema que Lacan ha desarrollado de
manera puntual en muchos de sus Escritos y Seminarios. Lo haremos
primeramente en forma introductoria en esta clase, y ya en las siguientes
abarcaremos de lleno cómo es tomada y trabajada por él. Introduzcamos
ahora algunas nociones para ver más adelante porqué Jacques Lacan toma
esto.
Otra referencia fundamental para pensar la subjetividad moderna, para
pensar categorías freudianas es la de otro filósofo: Immanuel Kant. Freud
tomará sus fórmulas sobre el imperativo categórico para la formulación de
una instancia psíquica llamada superyó
La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la
virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Immanuel Kant, es un filósofo
alemán nacido en 1724, en la época de la Ilustración propone el concepto de
“Imperativo Categórico”. Y es tomado por Lacan, quien propondrá en un
momento al inconciente como ético
Kant de alguna manera no habla de lo bueno y lo malo. Sostiene la existencia
de algo absolutamente bueno: lo bueno incondicionado. Es la buena
voluntad, el deseo de hacer siempre las cosas adecuadamente. Para Kant la
ética tiene algunos postulados que no son demostrables, aunque en el
horizonte se encuentra la comprobación de la existencia de Dios. Los
postulados son la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.
Esto es así porque la ética tan sólo tiene sentido si existe la libertad. La
felicidad implica la absoluta adecuación entre los deseos individuales, y el
deber moral tan sólo se podría dar si fuésemos infinitos, porque supondría
una voluntad santa en este mundo y esto plantea un problema dada su
imposibilidad. La propia idea de felicidad supone la existencia de una causa
suprema de la naturaleza dotada de entendimiento y voluntad, es decir,
Dios. Entonces la moralidad coloca al hombre en el camino mismo de la
religión. Sin embargo, aunque lleva hacia ella, no es su objetivo pues el
hombre no debe tender a la felicidad, sino a la racionalidad. Trabajando
sobre lo irracional. Freud formulará que la Razón misma, La Razón en tanto
ideal, es algo del orden de la pasión; que hay una satisfacción y también que
esta satisfacción puede ser todo lo contrario al bienestar. Da de lleno e
impacta en el ideal de la Razón. El psicoanálisis no está en contra de la
ciencia y del desarrollo científico sino que pone sobre el tapete problemas
éticos que están en juego y que tienen sus efectos en el mundo. No es
conservador en este punto, no va en contra del avance científico porque así
como ha producido enfermedades el avance científico produce medicinas
para curar enfermedades. Se trata de advertir sobre las pasiones que hay en
el ideal de la Razón. Cuando Lacan habla de la angustia toma como
referencia a los filósofos existencialistas: Kierkegard, Heidegger y Sastre.
Los tres tienen en común que plantean la dimensión de la angustia como
propia y necesaria a la misma dimensión del ser. Kierkegard hace de la
angustia un concepto, que es correlativo a la libertad de elegir, donde estoy
determinado por algo, por un desarreglo ligado al pecado original, excluido
de una armonía, atravesado por una falta originaria, se puede hacer un
paralelo con la represión primaria Toda decisión se lleva adelante en un
contexto de soledad, cercano a la noción de acto analítico, o sea la angustia
es un pasaje necesario en función de las elecciones, esto implica
responsabilidad. En Heidegger también hay una idea de desarreglo, y hace
una relación entre elección y decisión, no hay en la elección un acto
colectivo, sino algo del orden de lo personal.
Sartre plantea una lógica similar, la angustia como motor y obstáculo y
como lo que empuja ó inhibe al sujeto.
Para el psicoanálisis todo aquel que no es responsable de sus dichos y de sus
actos es un niño, le cabe el estado kantiano de minoría de edad. El
psicoanálisis es una práctica de la mayoría de edad, donde se trata de
responsabilizar al sujeto ahí donde no quiere saber nada de una satisfacción
puesta en juego. Cuando hablamos de satisfacción vamos a diferenciarlo del
placer, es decir, vamos a pensarlo justamente como lo que está más allá del
principio del placer, como postulado freudiano. Luego veremos más
adelante cómo esto está relacionado con este otro concepto lacaniano
llamado Goce. Algo más del lado de lo pulsional, y para introducir el término
pero sin explayarnos demasiado, con relación a lo Real. Más adelante
veremos de qué se trata esto cuando nos adentremos con los registros.
La religión sirve como esperanza para la moralidad. Podemos entrever aquí
la religión del Padre en tanto mito freudiano. La ética en el análisis de
orientación lacaniana ocupará un lugar central, que trabajaremos más
adelante. Una vez que hemos repasado estas breves pinceladas kantianas,
nombraremos solo para introducir algunas cuestiones que hacen a nuestro
recorrido y qué lugar ocuparán en el campo del psicoanálisis. Es así que la
ética estará puesta en función con relación a:

1. El lugar del analista en tanto F(x)

2. El objeto “a”

3. La ética del deseo.

4. F(x) -------- “Deseo del analista”.

Pasaremos ahora a otras disciplinas que son tomadas por Jacques Lacan, y
que conforman los antecedentes que sientan su precedente en las
formulaciones de su obra. Estos conocimientos previos de los cuales hay que
estar anoticiados por lo menos son:

1) Estructuralismo
2) Lingüística Estructural
3) Antropología estructural

Antes de introducirnos en cada una, me parece necesario establecer y definir


los términos con los que nos manejaremos. Para esto ante todo definiremos
el concepto de estructura en general para pasar luego al concepto de
estructura en psicoanálisis.
Una estructura (del latín structūra) “es la disposición y orden de las partes
dentro de un todo”” f. Distribución de las partes del cuerpo o de otra cosa.”.
f. Gram. En gramática generativa, esquema abstracto de las relaciones
gramaticales de las frases de una lengua dada o de un conjunto de ellas”.
Diccionario de la Real Academia Española) Ya podemos ver de esta forma
cómo por su definición, puede ser aplicada en los contextos que los distintos
autores que aparecen como antecedentes a la obra de Jacques Lacan la
utilizan. (Aquí es donde introducimos las nuevas concepciones para incluir al
estructuralismo como antecedente de su obra, como movimiento vigente en
su época, que tomará prestado de la lingüística de Saussure y de la
antropología de Levi-Strauss, y que marcará sus desarrollos. A esta altura
será el escrito “La instancia de la letra”. Retomará los conceptos de la
lingüística, metáfora y metonimia donde desplegará un paralelismo con los
dos mecanismos del Inconsciente planteados por Freud: condensación para
la metáfora y desplazamiento para la metonimia. El inconsciente
estructurado como un lenguaje, encontrará su lógica en la sincronía del
desplazamiento, para ubicar al síntoma en la diacronía de la metáfora. El
punto de capitoné, tomará su significación, siendo el simbólico lo central
para esta época, con su esquema Lamda a la cabeza.
Hay un intento de ir más allá de Freud, y de hecho lo hace. Es aquí donde
podemos situar el comienzo de su enseñanza. A partir del texto “Más allá del
principio del placer” (1919-1920) postulará esa energía no ligada de la pulsión
reprimida como goce, como objeto a, como ese resto que cae del
significante y al síntoma como goce en tanto hay una satisfacción que insiste
en la compulsión a la repetición. Es decir, hay un sujeto que es efecto de la
operación significante, y de esto quedará un resto. Al decir de Jacques Alain
Miller en el seminario de 1983 dado en Buenos Aires que llevó por título:
“Dos dimensiones clínicas: Síntoma y fantasma” en la Pág. 12 de la edición
que yo tengo, cito:….”es un error suponer que la enseñanza de Lacan se
deduce de la proposición según la cual todo es significante. En Lacan, no
todo es significante….” Y sigue diciendo: “Para él mismo su descubrimiento
no era que el inconsciente esté estructurado como un lenguaje…..es el
objeto a lo que Lacan llamó su descubrimiento en psicoanálisis”. En este
sentido, se pondrá en juego el concepto de estructura, pero ya no como
como la sumatoria de los elementos del conjunto, sino como una estructura
a la que le falta un elemento. Siguiendo esta perspectiva ya no será pensado
de la misma forma el recorrido de un análisis, no se tratará del
levantamiento de los síntomas, que vendrá por añadidura, sino un camino
del síntoma al fantasma. Se supone un sujeto en posición de hacerse
responsable, ya no de su síntoma, sino de su goce. El atravesamiento del
fantasma supondrá, por ello, la castración en relación al significante de la
falta en el Otro. S(A) (barrado). Todo esto, obviamente será desplegado y
explicado a lo largo de este curso. Sólo lo expongo en este punto a manera
introductoria y para empezar a familiarizarse con la terminología.

Comencemos entonces por introducir algunas cuestiones con relación al


estructuralismo Claude Lévi-Strauss nace en Bruselas, Bélgica, 28 de
noviembre de 1908 y muere en París, Francia, 30 de octubre de 2009) fue un
antropólogo,y está considerado como el fundador de la antropología
estructural moderna e introductor en las ciencias sociales del enfoque
estructuralista tomando como base y antecedente la lingüística estructural
de Saussure. Está considerado dentro y fuera de la antropología, como uno
de los intelectuales más influyentes del siglo XX. Es muy interesante, para el
que esté interesado, acceder a las entrevistas televisivas donde da cuenta de
sus ideas. Esto vale también para Lacan.

Básicamente el estructuralismo tiene por objeto de estudio las estructuras


mediante las cuales se produce el significado en una determinada cultura. De
acuerdo con esta teoría, dentro de una cultura el significado es producido y
reproducido a través de varias prácticas, fenómenos y actividades que sirven
como sistemas de significación (estudiando cosas tan diversas como la
preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos, juegos,
textos literarios y no literarios, formas de entretenimiento, etc).La novedad
que introduce el estructuralismo no es la idea misma de estructura, ya
presente de forma continua a lo largo del pensamiento occidental, sino la
eliminación en la misma de un concepto único central que ordenaría toda la
realidad. Estaba presente en matemáticas, lógica, física y biología. En
psicología se asocia con la "forma" para superar los planteos de la teoría
asociacionista. Se inspira en la lingüística donde se distingue "lengua" y
"habla". Lengua es el sistema de signos de la sociedad ya estipulado y el
habla el sistema de signos de cada persona o individuo. Tomaremos a Claude
Lévi-Strauss como el fundador de esta corriente de pensamiento. Era un
antropólogo y etnógrafo que realizó un minuciosos análisis de los
fenómenos culturales relacionados con la mitología, los sistemas de
parentesco y otras cuestiones ligadas a rituales llevados a cabo dentro de
distintas comunidades. Alrededor de los años 1940-1950, la escena filosófica
francesa se destaca por la relevancia que adquiere el movimiento
existencialista, cuyo máximo exponente es Jean Paul Sartre,(1905-1980)
Hacia 1960 Sartre se inclina más hacia el marxismo, y es entonces que surge
un nuevo movimiento, el estructuralismo. Lévi-Strauss (1908-2009) inicia
este nuevo movimiento, basándose en las ideas de la etnología. Es así que
realiza sus conocidos viajes donde convive con tribus y pueblos, donde
realiza sus observaciones. Más tarde le seguirán Lacan en el psicoanálisis
Louis Althusser(1918-1990) en el estudio del marxismo y finalmente Michel
Foucault (1926-1984). Cabe destacar que Althusser y Foucault rechazaron la
clasificación de su pensamiento dentro del estructuralismo, y en rigor
únicamente Lévi-Strauss realizó una reflexión explícita sobre el
estructuralismo como método. En cuanto al término no hace mucha
referencia a una escuela de pensamiento filosófico claramente definida
(como la antropología cultural, la lingüística, el marxismo etc.) aunque tiene
derivaciones filosóficas de consideración. Lévi-Strauss a partir de su obra
“Las estructuras elementales del parentesco” (1949), afirma la existencia de
los sistemas de signos como objeto como objeto de estudio de la
antropología. Estos signos funcionan como sistemas y responden a leyes que
los regulan. Creo interesante desglosar el título del escrito de Levi-Strauss,
pues creo que cada palabra promueve el entendimiento del horizonte al cual
apuntamos. Es decir el lenguaje mítico, los signos orales, los signos
gesticulares, los signos rituales, las reglas de matrimonio y parentesco. El
estructuralismo de Lévi-Straus remite a Saussure y Jakobson, ambos
estructuralistas en el terreno de la lingüística, quienes se van a dedicar al
estudio del signo lingüístico y en donde lo relevante es la relación del
significado con el significante. Considera a la fonología como punto inicial de
las ciencias sociales, ya que permite establecer la noción de sistema. En
donde se relacionan entre sí los fonemas (unidad mínima de sonidos), y su
comportamiento se predice basándose en las reglas de la lingüística
estructural. Vemos cómo vamos introduciendo las ideas necesarias para
entender a estos autores como los antecedentes necesarios en Lacan para
muchas de las formulaciones posteriores que encuentran su sentido si se
tiene en cuenta los orígenes en la lingüística estructural y la antropología
estructural. Lévi-Strauss dice “Como los fonemas, los términos de
parentesco son elementos de significación; como ellos, adquieren esta
significación a condición de integrarse en sistemas. Por lo tanto las
relaciones de parentesco forman sistemas, con estrecha relación entre sus
elementos, en donde la modificación de uno de ellos implica la modificación
del sistema.” (6)

(6) El análisis estructural, en lingüística y en antropología " C. Levi-


Strauss. Publicado con igual título en Word, Journal of the Linguistic
Circle of New York, vol.1, n°2, ag. 1945.
A partir de esto es posible postular que los modelos culturales responden a
ciertas reglas y leyes. Es así que los modelos pueden sufrir transformaciones
y cambios pero lo que se mantiene inmutable son las leyes a las cuales
responden esas transformaciónes. Es necesario mencionar que todo sistema
de parentesco se compone de un sistema de denominaciones, que es un
sistema de vocabulario (madre, padre, tío, primo) y un sistema de
comportamientos, de naturaleza psicológica y social (derechos, deberes,
hostilidad, etc.).Desde las producciones de Saussure y Lévi-Straus, podemos
conceptualizar la noción de estructura en Lacan; que si bien se apoya en
estos pensadores, produce su propio estructuralismo. Podemos partir de la
hipótesis de que el lenguaje es constitutivo de la cultura y que el sujeto está
tejido por la trama del lenguaje, abordando la concepción de un inconsciente
estructurado como un lenguaje. El sentido que Saussure le brindaba al
significado y significante, es de otro orden en Lacan.

Cuando un analizante trae a la sesión un sueño, lo que vamos a escuchar son los
significantes que trae en su elaboración secundaria, cuestión trabajada por Freud,
por medio de su relato, y no los significados, que siempre se muestran de manera
difusa. Lacan introduce, en su retorno a Freud, conceptos de la lingüística y de la
antropología estructural, pero de un modo particular, para adecuarlo al campo del
psicoanálisis. Cuando Lacan comienza a conceptuar el orden simbólico, como
constituyente del sujeto, equivale prácticamente al concepto de estructura.
Señalando que la estructura es inseparable del lenguaje y asociando al lenguaje con
la llamada ley de alianza, que es lo que Lévi- Straus había descubierto en las
estructuras elementales del parentesco. En Freud, el complejo de Edipo y las
identificaciones son los que dan entrada a la cultura. Todos los que se enmarcan en
una comunidad de goce, tienen reglas, no hay la verdad, hay diferentes modos, pero
en algún lado se introduce la dimensión del tabú, la interdicción. Con el asesinato del
padre mítico de ‘Tótem y tabú’, se atravesó esa interdicción, pero el resultado no fue
la obtención de una satisfacción más allá del padre, sino que por el contrario esto
generó la culpa, concepto precursor en Freud como una de las resistencias del
Superyo y deja en el lugar de ese padre mítico e interdictor un vacío. El Complejo de
Edipo es el mecanismo procesador por el cual cada sujeto se organiza y la cuestión
central será la prohibición del incesto. La estructura misma esta marcada por esta
pérdida, pero esto no impide que surjan diferentes modos en que el agente de
interdicción se presentifique, ya que la aparición del agente de prohibición es un
alivio. Esto quiere decir que la interdicción del goce actuará como organizador para
el sujeto, y le dará un orden necesario en la cultura. Recordar esto que será de
utilidad al momento de pensar las estructuras clínicas.
Esto marca una propuesta central de Levi-Strauss en cuanto a lo que trabaja como
proceso de pasaje de la Naturaleza a la Cultura. Es así que sus estudios derivan en
demostrar cómo para toda organización social más allá de su entorno y contexto,
responden a leyes y reglas de funcionamiento que regulan las estructuras de
parentesco. Es así que a esta teorización de la estructura como idéntica al lenguaje,
Lacan, agrega un elemento proveniente de Hegel y Heidegger: la muerte. También
proveniente del concepto de ausencia-presencia en Freud. A partir de “La instancia
de la letra”, esto será reemplazado por un concepto de estructura idéntico a la
estructura del significante, siendo que permanecerá a nivel de la estructura, la
noción de falta pero reducido al concepto lógico de universo de discurso. Por otro
lado la idea de una estructura completa, comienza a cuestionarse a partir del
estudio de las psicosis donde descubre que en la estructura algo falta. Después
veremos de qué se trata esta falta como cuestión determinante a la hora de
establecer las que serán las estructuras clínicas. No es casual que el trabajo de Lacan
comienza a partir su tesis en psiquiatría conocida como El caso Aimee, de 1932, De
la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad Fue en el año 1932
cuando, aborda un caso de paranoia, bastante famoso en su momento, en Francia,
y entonces se ve llevado, para dar cuenta de algunas de las particularidades de ese.
Lacan calificará a este caso con el nombre de "paranoia de autocastigo".Se trata del
llamado Caso Aimée, (7)que es el nombre que Lacan le da a su paciente, valiéndose
del nombre de la protagonista de una de las novelas que escribe esta paciente. Esta
noción de la falta en la estructura es algo que distingue a Lacan dentro del
estructuralismo. Esta falta se sitúa a nivel de la estructura significante, es decir en el
sujeto que habla puede faltar un significante. Este lugar vacío es central en la
estructura y permitirá la transmutación entre los elementos. De lo que se deriva a
que los elementos simbólicos no valen por si mismo, sino por ser co-variantes, del
valor de un elemento depende los demás, estando presente el vaciamiento, o sea la
ausencia de significado o de todo sentido. Un término puede tener cualquier
significado, no tienen una significación fija en el inconsciente. La significación será
un efecto de estructura. El lenguaje como estructura preexiste al sujeto, se apropia
del sujeto y ese lugar de los significantes, Lacan, lo denominará Otro (A).El sujeto
del inconsciente se forma en relación a este Otro del lenguaje, que estará barrado,
es decir que por estructura nunca está completo y esa falta hace a la castración
misma. Esta falta en la estructura, que tiene que ver con la castración, permitirá que
el sujeto aparezca como deseante. Estas son solo algunas cuestiones que quiero ir
introduciendo a manera ilustrativa, sin detenerme en este momento, pero
volveremos sobre ellas una y otra vez en este racorrido. Sobre el final de su
enseñanza, la noción de estructura sufrirá varias transformaciones para arribar al
final en lo que formula como nudo borromeo, en el cual se articularán los tres
registros lacanianos: el orden simbólico, imaginario y real. El nudo borromeo es un
elemento de la topología que Lacan utiliza para dar cuenta de la relación estructural
entre los tres registros. Vemos una vez más el recurso a otra disciplina para dar
cuenta de una forma de pensar la clínica. Este consiste en anudar tres redondeles y
que al romper a uno de ellos, se deshace el nudo. En el campo clínico esto toma
fundamental importancia, ya que en tanto sujetos estamos marcados por la pulsión
y por el deseo y vivimos los avatares de eso que se llama inconsciente. Lo cual
implica comprender la relación entre la estructura significante y el deseo
inconsciente. Acá introducimos también a Ferdinand de Saussure (Curso de
lingüística general, 1916)(8) que es considerada habitualmente como el punto de
origen de la lingüística moderna.. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de
perspectivas historicistas o subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva
orientación para la investigación. Desde 1906 y hasta 1911, Ferdinand de Saussure
dictó tres cursos sobre lingüística general, manifestando el descubrimiento de las
relaciones entre los elementos de la lengua y desentraña las oposiciones
diferenciales entre ellos, trabajando básicamente sobre el signo lingüístico y sus
reglas y leyes. Lacan tomará esto, pero la dará una vuelta más, cuestión que
abordaremos en la próxima clase. Ahora solo algunas precisiones a manera de
orientación. Con él nace la noción de sistema como estructura, en el cual el cambio
de uno de sus elementos implica el cambio del sistema en su totalidad. Hay una
oposición entre sistema (sincronía, eje de las simultaneidades) e historia (diacronía,
eje de las sucesiones).A partir de Saussure quedarán establecidas las bases de un
pensamiento reflexivo que desconfía de las apariencias, de las cualidades y de las
relaciones más evidentes, para descubrir las relaciones ocultas y las estructuras
significativas, por la cual se producen las significaciones y el sentido; estableciendo
un sistema general. El cambio estructural se realiza sobre la significación, en donde
todo hecho tendría una función significativa. Es así que la lógica de todo lenguaje se
basa en un principio dual. Hará una distinción entre lengua y habla. La lengua es el
aspecto social y codificado del lenguaje; es una convención, un sistema universal de
signos y por lo tanto hay una multiplicidad de variaciones y distintas posibilidades
combinatorias de signos. El habla, es lo individual y concreto; es un conjunto de
signos de los que nos servimos para expresar una idea, o sea el modo particular de
cada uno de utilizar la lengua. Lacan le dará a todo esto un viraje profundo y cabe
aclarar desde ahora que justamente lo tomará para conformar su propia teoría del
lenguaje. En sus palabras hará “lingüistería”. Pero todo esto tendrá un solo objetivo,
y es el de marcar que no se trata de una teoría de la comunicación humana, sino
todo lo contrario. A partir de esto formulará su propuesta totalmente contraria a la
teoría de la comunicación. Pero por ahora solo estas breves nociones. .
En resumen, lo más claro de la dimensión simbólica del estructuralismo se expresa
en el tema de lo simbólico como pre-existente al sujeto. La dependencia del
“sujeto” frente a un sistema de sentido (social) que siempre existe antes que él es la
aportación más perdurable del estructuralismo de Lévi-Strauss. En los años sesenta
y setenta se puso en práctica el uso del concepto de estructura, desde el
psicoanálisis de Lacan al marxismo de Althusser, pero Lévi-Strauss, que tenía una
concepción exacta y operativa de su método, no se reconoce en él. La referencia al
estructuralismo ha podido crear la ilusión de que las ciencias humanas eran, por su
método, el equivalente de las ciencias exactas, lo cual no tiene sentido, puesto que
el objeto de éstas sigue siendo histórico, que se toma de la propia historia y que
varía con ella. El universo que estudian actualmente los científicos es el mismo que
el del siglo pasado o, si ha cambiado, sus cambios no son históricos, Así, el
estructuralismo sigue siendo actual y útil en tres sentidos. En primer lugar, define un
método para el estudio de algunos fenómenos, como los del parentesco que los
discípulos de Lévi-Strauss defienden incluso en el contexto de las sociedades
industriales. En segundo lugar, proporciona un instrumento de análisis crítico para el
estudio de las ideologías e ilusiones de la evidencia que nos invaden en la
actualidad.. Actualmente, el cognitivismo toma el mismo camino, pero por el otro
extremo, el del aprendizaje. La distancia entre ambas corrientes de pensamiento
marcan una forma absolutamente diferente a la hora de pensar la clínica. El avance
de las neurociencias respondiendo a las demandas de las economías globalizadas
establecen una divisoria de aguas, y quizás fue esta la postura premonitoria de
Freud al señalar al psicoanálisis como una disciplina sin futuro.
En el mundo actual, el objeto de la antropología sigue siendo el mismo: la relación y,
más específicamente, la relación social en su contexto. Podemos hablar de lo
estragante de la modernidad, donde los lazos tienden a modificarse de manera por
momentos brutal. Hablamos de estrago en psicoanálisis cuando nos referimos a
una devastación que no tiene límites, implica un arrasamiento que se extiende a
todo, que no termina. Característica que lo diferencia del síntoma que sí puede ser
descrito, y cuantificado. En el mundo de hoy lo que ha cambiado es el contexto. A
propósito de éste, la globalización inducida por las economías de mercado, la
urbanización caótica sin reglas organizadoras de comunicación y de circulación. Es
así que los cambios del contexto afectan a las relaciones en sí mismas. Las fronteras
entre uno y el otro, entre lo real y lo virtual, lo real y la ficción, se ven alterados a
niveles inconmensurables. Por su objeto empírico (los pequeños grupos), su objeto
teórico y su vocación crítica, la antropología tiene la vocación específica de estudiar
el mundo contemporáneo bajo su doble y contradictorio aspecto: homogeneización
y afirmación de las diferencias. Hasta aquí la primera clase de este curso. A partir de
la próxima comenzaremos a trabajar los aspectos de la lingüística estructural y qué
de esto se sirve Lacan para sus desarrollos.

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